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Capítulo 6

La via ingles a hacia el capita lismo


agrario (1):
los cercamientos y las transformaciones en el
derecho de propiedad

1- La vía clásica hacia el capitalismo


La vía inglesa no fue la única variante a partir de la cual. las socieda-
des preindustriales transformaron cualitativamente sus estructuras eco-
nómico-sociales en sentido capitalista. Sin embargo, fue la primera en
1 desplegarse en el tiempo histórico. Aunque esta primada cronológica no
signifique necesidad histórica o destino manifiesto, ni convierta al mo-
delo inglés en la vara con la cual deban medirse las restantes transicio-
nes, impone de todas maneras una perspectiva comparativa a los estu-
dios sobre los orígenes de nuestra sociedad contemporánea. Es en este
1 sentido que continuare mos calificando como "clásica" a la vía inglesa
hacia el capitalismo agrario.
1' Esta vía clásica supone, en esencia, la virtual desaparición del campe-
f
sinado de subsistencia; un proceso que, aunque no puede ya considerar-
f se como la eliminación física de la totalidad del grupo, redujo la presen-
81
cia estadística de los pequeños productores a su mínima expresión A
¡
i." 81
La historiografía inglesa ha discutido, por más de un siglo, el momento y la circunstancia
en que se produjo el retroceso y la vinual desaparición del campesinado de subsistencia en
1 el pais. Pero en muchos casos, las diferencias se deben a las divergencias en tomo a la
definición misma de campesino. Si el término sugiere una economla familiar de autosubsis-
1 tencia, en gran medida independien te del mercado, y dedicada en forma exclusiva al
cultivo de la tierra, resulta obvio que la desaparición del campesinado inglés deberla
situarse mucho antes de que se produjera, durante la segunda mitad del siglo XVIll, la
f generalización de los cercamientos parlamentarios. La mayorta de los estudios recientes
¡
lo largo de un proceso de var triales, el nac im ien to de
renombrados cercamientos par ios si los . un paradigma pro du ctiv
la.! e , que comten za mucho antes de los o al que un hiato in-
campesinado fue reemplaz conmensurable separa de
ad nta nos de todo sistema soc ioe con óm
a en la célebre triada terratenl·0 por una nueva e t los stg los XVIII y XIX el En las últimas décadas, mucho ico anterior.
. s autores -en tre los que des
d t
transformación en la estruc en e-a rre nda tar i s ruc tur a social, susten'ta- bert Brenner, lm ma nue l Wa tacan Ro-
tu d 1 ¡ · d !lerstein, Patrick O'Brien y
procesos simultáneos y com a-a sa an a o. Esta profunda encararon el análisis compar Cag lar Keyder-
. prla e e ases dem and ó el ativo de las vías inglesa y
en e SiStema pro du ctiv o· em ent ano s Por un ¡ d despliegue de dos capitalismo. Sus trabajos, que francesa hacia el
1. u f ostentan el sta tus de clásicos
agronomica. Por el otro . na revo 1UC.ión .
agr! 0 ¡ a do, trans .ormaciones grafía reciente, se hallan tam
bién entre los últimos en pro
de la historio-
. tra ns' or . sas explicaciones de caráct pon er ambicio-
a tierra: los enclosures •par '' mactones en el eré a,· e ma tnz técnica y er macrohistórico, ancladas
1
campos abiertos. lam ent ari os 1 ¡· gtm en d e propte .
dad de del tiempo largo. Aunque en la perspectiva
y a e tmmactón del régime las obras de síntesis sobre
n de ca de Europa Occidental no la evo lución históri-
La sup erp osi ció n de ambos han escaseado en los último
transformaci fen óm eno s sostenido tesis audaces o dad s añO s, pocas han
ón cualitativa d 1 . . o lugar a polémicas de ma
sas. En primer lugar, propice as estructuras ec pro duj o un a revoluciO naria célebres anículos publicados gnitud (como los
ió un i · · por Brenner a fines de la déc
ono mt cas y sociales ingle- En 1976, en contraposició ada de 1970).
lar enn~emento médito en
pro duc to agrario, en par ticu n con los modelos malthusi
gu nd o lugar, facilitó la ex el volumen del diano y circulacionista vigent ano, neo-ricar-
ulsiónle pro duc ció n de alim es en aquel entonces (que
pequeños pro duc tor es direc~ con algo de arbi-
os. Final~:~ptactonlproletarizaentció os. En se- trariedad podríamos encarn
la población rural hacia los
radical la distribución espa;.r
d te, sustentó el éxodo masiv
n de Jos
o de
1' rie, Michael Postan e Imma
sostuvo que el factor determ
ar en las figuras de Emma
nuel Wallerstein, respectiv
nuel Le Roy Ladu-
amente), Brenner
alnd es¡ centros urbano
P ena generalización y dt'fIa e a población e s, óalte· rando en forma '' plazo era la evolución de la
inante para el desarrollo eco
nómico de largo
¡La 1 .ó d
as décadas centrales del sig USI n e estas trans~ con mt
lo XVIII . orm act
·
camente activa.
ones, a partir de
1'' hecho, con su incidencia
propiedad, el control del est
estructura de clases sociale
directa sobre fenómenos com
s. Está ultima, de
o el régimen de
de un universo cualitativa
mente d·i
nos
' erenteper mltte sos ten er ya la existe 1F bu ció n de la riqueza, per
ado, la extracción del excede
nte y la distri-
a de las sociedades preindnci a
us- mitiría explicar las difere
nci
1 inglesa y francesa hacia el as entre las vías
! capitalismo moderno. Según
de una eco nom ía de escase Bre nner, el paso
z a un mo del o de desarr
ollo
~re ductores rurales complementa
demuestran, de hecho, que
ya para el si lo sustentó sobre la generaliza
ción de relaciones sociales
aut oso stenido se
tierra -los recursos com una
ban sus ing resX:VI la en~r:ne may campo. Para ello fueron nec capitalistas en el
les la protoi d g _os cfn orta de los pequefios
sanfa rural, la senridumbr aCtiVIdades paralelas al cult esarias dos fases de transfo
e dom'éstt·ca pn ust~a, e ivo de la de la estructura social precap rmaciones agudas
a~nque pocos viv1 · ocas vwfan trab
an exclusivamente del cul p ajo asalariado estacional la arte
1 ' la expropiación de los peq
italista: a) la abolición de la
servidumbre; b)
Sm embargo · .
rv d l or_ com pet
1 o al margen de la tierra,- ueños productores directos.
, no eXI sten
a los pequeños producrore o
mconvenientes para con .d a mtsma e era condición necesaria, aun El primer proceso
s que poblaron l st erar com o. campesinos que no suficiente. En Eu rop
XVIII, aun cuando sus mic
rofundia los bl" os commonfield de subsistencia hec ho, no se dio has ta mu a Or ien tal , de
los prados y bosques com s ingleses durante los siglos y ent rad o el siglo XIX. En
.
parroqUias sometidas a la
una les
,
o a o tga~n a depender en exceso de la exp XVI a con tra rio , el ret roc eso de
la ser vid um bre com enz ó
Francia, po r el
intensa oleadrecdumr tempor · l lotación de
Inglaterra. La diferencia aún ant es que en
no estaban despobladas. Por anamente a empleo asalaria ent re Ing lat err a y Francia
n • be lo tant a e cerca miemos do Las reside, ent onc es,
os ca para los pequeños produc o, aceptemos 0 no
tore s
parlamentarios posterior a
¡ d .
i 750 en la im ple me nta ció n de
la seg und a fase de tra nsf
logrado llegar intactos a
la segunda mitad ~el h~b
ue . que .a enommación de
~cam
uaban en los open-fields que habían- pesi est ruc tur a de clases, en la orm aci one s de la
enc~osures y 1~ extinción de los bienes com cap aci dad de los du eño s
de la tie rra par a
soctoeconómtc~, cualquiera sea el rótu una les stglo ~lll, no se pue frenar la con sol ida ció n de
la peq ueñ a pro pie dad de
de negar que los subsistencia. De
s un ~rofundo impacto más está dec ir que, des de
Su arnnconamtento su cris lo con el produJeron en ello
· l is y . la perspectiva de Brenner,
capna ismo agrario, 'la fase su . que querramos denommarlo de los gra nde s pro pie tar ios esta cap aci dad
final delmar gma
cola ctón fu
d 1 e tam b.tén pane de la
s
· dep end ía del res ult ado de
no tene_mos inconvenientes
en situar en !?~r: a pequeñ Vfa inglesa hacia el con flic tos de
cercamtentos parlamentarios a p~ducción rural, cuya hist cla se pre vio s.
en la hist . d gl plazo. Cua oria Aún cua nd o las tesis de
e_l capitalismo agrario com
stglo XVIII. enzó a ges ta: a e economt lqUiera haya sido el papel
fa inglesa, no caben dudas
en e pals mucho ante de
s de la segunda mitad que
de los
particular en relación con
Brenner han sufrido crítica
la falta de sustento empírico
s importantes (en
del argumentos), resulta induda de algunos de sus
ble que en la Edad Moder
na, la actitud de
Capitulo 6. La via inglesa hacia el capitalismo agrario (1) Segunda Pane. REvoLUCION

las monarquías francesa e inglesa res ecto d l . deadas por un cerco de carácter permanente. La caracterlstica disper-
difirió de manera sustancial E l l p e a propiedad campesina
sión de las propiedades en un régimen de campos abiertos demanda-
queiios productores se vio f~cil~ad~g ;~;r~:·f;~ae~pr~piación lde los pe- ba, para que este aspecto del proceso resultara viable, un esfuerzo
m~orpo,ración de las parcelas enfitéuticas vacantes ~en~:e~~ lasegales a la previo de consolidación territorial. Las franjas, en ocasiones centena-
senona es; procedimiento ue . . reservas
res de ellas distribuidas por todo el término, debían agruparse en
!izado por el estado centra~ad:n ~~:~~a fue Sistemáticamen te obstacu-
bloques compactos, antes de proceder al levantamiento de vallas pe-
la propiedad campesina fue la ¿cultad a~to~ que !aclhto el retroceso de
l e os senores, v¡gente en mu- rennes. Antes de la generalización de los cercamientos parlamenta-
chos condados ingleses de m d'fi
, o 1 1car as tasas de mut · ·
acwn que gravaban rios, las iniciativas particulares de cercado podían demandar un len-
los traspasos de las tenencias a
to y paciente proceso de consolidación espacial, basado en compra-
mecanismos confiscatorios de fa~t:n~~dt~a~~ formatdo dichos tributos en
que los grandes te- ventas, permutas o herencia de parcelas. Este proceso previo de aca-
rratenientes controlaran cerca del l5% de lo exp Jea
. a tlerra culuvable en lnglate- paramiento o engrossing sólo pudo sortearse con el dictado de expe-
rra, a finales del siglo XVII L
XVlll y XIX se encargar¡·an. dos cedrcamientos parlamentarios de los siglos ditivas leyes parlamentarias, impulsadas por los propietarios de la
e re uc¡r aun más ¡a porcwn · . d ¡ suelo en mayor parte del suelo del terruiio.
manos campesinas. e
• El cercado del salLus, las commonlands, common wasLes o baldíos de
No resulta aventurado pue b propiedad colectiva (cuyo dominio directo correspondía al sefior, pero
económicos algunas de la~ res s, uscar en estos procesos políticos y
las vías inglesa y francesa h puestlas a las diferencias existentes entre cuyo dominio útil disfrutaba la comunidad de propietarios en su con-
acw e capaahsmo a · A junto). Durante la Edad Moderna, la iniciativa de este tipo de cerca-
estos interrogantes dedicaremos los capítulos de !~rano. d responder mientas provinieron, por lo general, de los titulares de los seiiorios,
hbro. segun a parte del
quienes pretendían incorporar el saltus dentro de la reserva, para cer-
carlo y arrendado.
2- Los cercamientos generales: el ocaso del open-field
Cuando los cercamientos afectaban simultáneamente a la totalidad de
Cercar una propiedad significaba rodearla con un lim't las propiedades del terruiio, individuales y comunales, ager y saltus, esta-
que extinguiera los common ro e .h I e permanente,
mos en presencia de un cercamiento general, una transformación revolu-
individual dispersas por el ~e/ ;(Y
~g ts sodbre las parcelas de propiedad cionaria de los regímenes de propiedad, de las técnicas de cultivo, de las
futuro, el ingreso del resto de 1~ e o ~eu~od e las vallas era impedir en el relaciones sociales y de las mentalidades colectivas.
sin la autorización explícita d 1 omum a en las propiedades cercadas A diferencia de las iniciativas aisladas de cercamiento, que podían
·
e prop1etano (requisito mnecesano ·
tras estuvo vigente el r. . d . mien-
eg¡men e campos ab1ert ) Sól 1 superponerse y coexistir con el régimen de campos abiertos, extinguien-
tos, los propietarios adquirían derechos de uso os .1 . o conbos cercamien- do tan sólo los derechos colectivos sobre la porción vallada dentro del
liberándose de las servidumbres exc us¡vos so re sus tierras,
término, los enclosures generales abolían de forma definitiva la totalidad
open:fields -calendarios . 1 y us~fructos colectivos característicos de los
de las propiedades y usufructos comunales, tanto sobre el ager como
sivas, derechos de pasto~~:b~ ~n~~:.~~~ rotaciones .~eL ~~ltivos compui- sobre el saltus.
Tras las cercas las val! . , commons O¡ snm.k, gleamng, etc.
La .. y as nacian, entonces, los pri vate property rights
nocwn de cercamiento abarcaba 1' d d d . Las v1as hacia los cercamientos generales
rentes, claramente separables. , en rea 1 a , os procesos dife-
Los cercamientos generales se podían realizar mediante tres mecanis-
• ;~e~e~~=~o de 1~ parcelas de propiedad individual dispersas por el mos diferentes: a) por unidad de posesión; b) por acuerdo mutuo entre
ngmen o, en consecuencia una porción . los propietarios; e) por ley. El método más expeditivo y eficaz para lograr
derechos colectivos). Se trataba de r~unir las franj~m¡.otrt~nt ~ de los
el cercamiento general de toda una aldea era mediante la sanción de una
c~~t~:a~~
1

:~~~i:~so~e:t:!~·a:a~~t:~a~;~;:~~~~ecp~:i::r~~iueda~sed:
nas e otras, ro-
ley. !Oste fue el caso de las actas del Parlamento, que caracterizaron a los
enclosures ingleses de los siglos XVlll y XIX. Fue también, el tipo de legis-
166
Segunda Pane. Rr:voLUUON

!ación que el intendente La Galaiziére solicitaba al b' f


finales del Antiguo Régimen. 82 go temo rancés a de la demanda de combustible y madera durante el apogeo de la eco·
A En ~ Inglaterra de los siglos anteriores, o en Francia hasta finales del nomía feudal obligó a los señores a diferenciar con exactitud las sec-
di:~;n d égime: los cercamientos generales sólo pudieron concretarse me- ciones del saltus que de allí en más integrarían la reserva y los comu-
o pore un~~a~e~odos: por mutuo acuerdo de los propietarios del terruño nales de la aldea.
. .. e posestón. En ocasiOnes, como en el e·em lo de La Durante la Edad Moderna, Inglaterra se convirtió en el escenario prin·
!amere, mediante una combinación de ambos proced/mie~tos Ga- cipal de la difusión de los cercados permanentes. Tradicionalmente, la
La ~mdad de posesión era un procedimiento lento costo;, o historiografía prestó especial atención a dos fases agudas del desarrollo
su poma la compra de la totalidad de las propiedade~ de una' apldrque .... de los enclosures: la era Tudor y el siglo XVIII. En ambos casos, los cerca-
. . gran propietart·o Ad . . d
Parroquta , por par te d e un umco ea o dos atraJeron la atención del estado: en el siglo XVI, para oponerse; en el
¡ ¡ . · qumen o una por
una as exp otacwnes del término el individuo adqut·ri 1 . . 1: siglo XVIII, para fomentarlos. Mientras que en los siglos XV y XVI, el
p 1 d h ' a a m1smo ttem- ¡:
d~d ~ 1erec os comunales adscriptos a cada parcela. Cuando la totali- Parlamento dictó una decena de actas oponiéndose a los enclosures, en los
e a tierra termmaba finalmente en manos de un . . d siglos XVIII y XIX la misma institución aprobó una enorme cantidad de
¡ d h umco posee or
os erec. os comunales, que suponían el derecho de usufructo colectiv~ actas, imponiendo el cercamiento general del término de numerosas al-
~obre la tierra, se extinguían por definición. El propietario podía enton- deas. Existen, también, otras diferencias entre ambos procesos. En los
esh cer~ar la proptedad, y ejercer dentro de sus l!mites los private property siglos XVI!l y XIX, la mayoría de los cercamientos eran generales; en el
ng ts: . mén de las prestones extra-legales, las amenazas y otros métod siglo XVI, raramente involucraban a la totalidad del terruño.
coercitivos, la unidad de posesión fue el único mecan· os En el siglo XVI, un cercamiento general podía darse en aquellas pa-
11 d ¡ ISmo que permmo
evar a e ante cercamientos generales en la Inglaterra de los 1i d rroquias en las cuales existía un número reducido de propietarios, a quienes
El tercero de los procedimientos, el cercamiento por mut~o o:~uer­ se podía presionar, convencer, o eventualmente comprar la totalidad de sus
do, alcanzó su apogeo durante la Inglaterra de los Estuardo en la tierras. Desde comienzos del siglo XVII, en cambio, se hicieron más frecuen-
pnmera mttad del siglo XVII, aunque continuó en vi encia d'urante tes los enclosures por común acuerdo entre los propietarios.
toda la centuria siguiente. En ocasiones, el acuerdo d~ los propieta- Pero los cercamientos ingleses no se limitaron a los siglos antes men-
nosd renuentes podía ser comprado, como ocurrió en el caso del in- cionados. Las investigaciones recientes ha permitido revisar las cronolo-
ten ente La GalaiZiere. gías de las monografías clásicas, demostrando que fue durante el siglo
XV!I cuando el fenómeno se difundió con más velocidad. En dicha cen-
Cronología de los cercarnientos turia, se habría vallado en forma permanente cerca del 24% del suelo del
•1 país, contra sólo el 2% en el siglo XVI, el 13% durante el XVlll, y el 11%
En Europa O~cidental, los cercatnientos permanentes no fueron una en el siglo XIX. En 1607, el 25% del condado de Leicester estaba ya
novedad de los tiempos modernos. A medida que nos adentramos en el cercado; en 1710, el porcentaje trepaba al 47%. Los cercamientos anteriores
stglo XIII, las fuentes dan cuenta de la irrupción de va ll ad os y cercas a 1608 se habían concentrado, a su vez, en dos periodos: 1485-1530 y 1580-
perennes, que por entonces surg!an para delimitar la porct·o· d 1 . 1607. En el condado de Durham, el 2% de los acres del condado fueron
rras v· - · ¡ n e as tle-
Irgenes senona es en la cual tendrían derecho a t·n gresar 1os campe- cercados entre 1551 y 1600, el 18% entre 1601 y 1650, otro 18% en la segun-
· M.
smos. tentras el Occidente europeo fue un extenso bo . .
d . . sque mterrumpt- da mitad del siglo XVI!, un 3% entre 1701 y 1750, un 35% entre 1751 y
o por pequenos oasts de civilización -los terruños cam pesmos . 1 1800, y el restante 24% en la primera mitad del siglo XIX.
¡ · y os
nuc eamtentos urbanos--, el acceso de los pequeños productores a los
radas y bosques, proptedad eminente de los señores feudales no SU· 3- Los cercamientos en tiempos de los Tudor y los Estuardo
no ltmttacwn alguna. Pero el crecimiento demográfico, y el .'umento (1500-1650)
62
Cfr. capitulo 5, sección 4. Enclosing y engrossing fueron dos de los tópicos más controvertidos en
la Inglaterra de los Tudor. Las alteraciones en el régimen de propiedad de
768
Capitulo 6. La V1a inglesa hacia el capitalismo agrano (1) Segunda Parte. REvowaON

la tierra indueían animadas discusiones en las tabernas, inspiraban enar- ron a ser cuestionados a finales del siglo XVI. Allí donde la densidad
decidos sermones desde el púlpito, y provocaban apasionadas discusio- demográfica lo permitía, el cercamiento de parte de los comunales conti-
nes en los campos, mientras los hombres sembraban codo a codo en el nuó siendo un proceso usualmente pacífico hasta principios del siglo
open-jield 63 \ XVII. En los Midlands," sin embargo, la reducción de los pastos comuna-
H
Pero aunque siempre se los mencionaba juntos, los dos fenómenos il les había alcanzado un punto crítico mucho antes, y los conflictos se
podían darse por separado. En el imaginario colectivo, sin embargo, se ~ hicieron sentir durante toda la era Tudor. Las tensiones más graves se
los relaciOnaba íntimamente, pues a ambos se los consideraba responsa- u daban en las aldeas agrícolas en posesión de pasturas colectivas reduci-
¡:
bles del despoblamiento de las áreas rurales y del abandono de las al- .::I das, con open-jields atomizados en innumerable cantidad de franjas, con
deas. Se los asociaba,_ en particular, con un tercer fenómeno, responsable propietarios que dependían fuertemente de los pastos comunales para
de la expulsión de miles de pequeños propietarios y trabajadores rurales: alimentar sus animales, y en el marco de un crecimiento demográfico
la reversión de las tierras agrícolas en praderas y pasturas, para la cría y sostenido y fuera de control. En estos lugares, cualquier reducción su-
engorde de ganado oVIno. En 1516, un celebérrimo fragmento de la Uto- plementaria del saltus no podía concretarse sin poner directamente en
p!a de Tomás M~ro resumía con crudeza este conjunto de procesos so- riesgo la supervivencia del resto de los vecinos de la aldea. Entre 1563 y
CIOeconómicos: para que un solo hombre pueda satisfacer su avidez 1603, por ejemplo la población del condado de Leicester aumentó en un
Insaciable ( ... ); para que pueda reunir tierras en un dominio y rodear 58%. El fenómeno no pasaba desapercibido para los contemporáneos,
con un seto varios miles de fanegas, las aldeanos son expulsados de sus que dejaban registro de la cantidad de casas nuevas construidas en las
campos, despojados por el fraude o por la violencia, o hastiados de las aldeas, o del incremento del número de cabezas de ganado introducidas
VeJaciones que tienen que sufrir, se resignan a vender sus haciendas" en los terrenos colectivos. En ocasiones, el número de nuevos cottages
(hbro pnmero, capítulo único). Por la misma época, los predicadores construidos en el lapso de tres o cuatro décadas podía superar el cente-
clamaban que all! donde antes vivian numerosos campesinos, no se en- nar. En muchos lugares, la era Tudor presenció la aparición de un fenó-
contraban por entonces más que a un pastor y su perro. meno nuevo en los regímenes de campos abiertos: la introducción del
En verdad, muchos condados pastoríles habían eliminado sus com- sistema de cuotas para regular el ingreso de animales en las commonlands.
monfields y cercado sus propiedades antes de 1500. En algun momento Una causa adicional de tensión la provocaban los campesinos ricos y los
de la Edad Media, condados como Sulfolk, Essex, Kent, Devon, Somer- grandes jarmers, volcados de lleno a la agrícultura comercial, quienes
set, Cornwa!l, Hertfordshire, Shropshire y Worcester -a los que se consi- buscaban aprovechar la coyuntura alcista de precios, y sobrecargaban los
deraba cercados en su casi totalidad- habían puesto fin a sus open1ields y comunales con rebaños cada vez más gr.andes 6 ' La demanda de pastos
a sus comunales, sin conmoción alguna. Para 1500, algunos autores esti- demuestra la importancia capital que el ganado tenía en todo sistema de
man que_ el 45% del país estaba ya cercado por completo. cultivos preindustrial, puesto que la única via para la mejora de los ren-
Pero mcluso en las regiones predominantemente agr!colas, los cerca- dimientos agrícolas era el incremento de la cantidad de abono. Cultivos
mientas de porciones del saltus no generaban controversias mientras los y ganado constituían un delicado sistema, sostenido por un precario
baldíos Y las tierras virgenes fueran abundantes. Los serios desacuerdos equilibrio.
comenzaron cuando, a raíz del crecimiento económico y demográfico Desde el siglo XV. sin embargo, el aumento de los cercamientos intro-
del siglo XVI, los comunales resultaron insuficientes. Los aldeanos co- dujo cambios permanentes en el ecosistema agropecuario, porque las
menzaron a ver entonces con suspicacia cualquier nueva poda de los
terrenos de usufructo colectivo. Así, muchos cottages precarios construi-
dos en el saltus, tolerados por la comunidad durante décadas, empeza-
1M Los Midlands, en el centro del pals, incluyen, entre: otros, a los condados de Leicester,
Oxlord, Cambridge, Warwick, Northampton y Buckingam.
' Introductan ganado de forasteros en los pastos colectivos, o mantenlan un stock mayor
8

_la mayor par~ del pr~nte apanado nos basamos en las investigaciones de la
11
_ En de ganado en los comunales de verano que el que pod.ian mantener en invierno en sus
hlStonadora Joan llursk (Cfr. bibliografla completa al final del capltulo). propias tierras.
Segunda Parte. RrvoLUCION
Capitulo 6. U. via inglesa hacia el capitalismo agrario {l)

re~ersio~es de tierra comenzaron a adquirir un carácter permanente. Al A diferencia de los enclosu.res parlamentarios, estos procedimientos
mtsmo tiempo, los grandes propietarios comenzaron a percibir el benefi- podían resultar lentos y engorrosos. En 1596, el manar de Cotesbach, en
CIO que significaba acompañ ar las reversiones con cercamie
ntos posterio- el condado de Leicester, fue adquirido por John Quarles, un comerciante
res, por lo que ambos procesos comenza ron a producir se en forma si- de telas londinense. El titular del señorío era también el principal pro-
multánea. Las causales de semejant e estrategia hunden sus raíces en las pietario de tierras del terruño. Cuando los contratos de arrendamiento
condiciones socioeconómicas vigentes durante el siglo XV: abundancia de las tierras dominicales (demesne) vencieron durante el año agrícola de
de tierra vtrgen, escasez de mano de obra, precios agrícolas deprimid os. 1601-1602, Quarles ofreció renovarlos, aunque con un canon sensible-
Cunosamente, cuando hacia finales del siglo XV la població n comenzó a mente superior al pactado en el último acuerdo. Los arrendatarios se
crecer, las reversiones y los cercados continuaron (fomentados entonces negaron, y el señor decidió encarar entonces el cercamiento total del
por las nuevas condiciones de mercado, el incremento local e internacio- manor. En el señorío existían, en total, sólo cuatro propietarios con do-
nal en la demanda de lana, provocado por el desarrollo de la producción minio absoluto (freehaJders), además de Quarles. El señor compró la finca
textil). Los contemporáneos eran conscientes de los incentivos económi- del primero de ellos, llegó a un acuerdo con el tercero, e ignoró al cuar-
cos que sostenían estas estrategias. En 1549, Sir John Smith sugirió como to, que sólo poseía tres acres de tierra. El segundo propietario en impor-
remediO para detener el avance de los enclasures, prohibir la exportación tancia era el rector de la parroquia local. Quarles logró su consentimien-
de lana y facthtar la exportación de grano, de tal modo que la agricultura to, con la promesa de que se haría cargo de la totalidad de los gastos que
adqumer a un grado de rentabilidad superior o similar al de la ganadería. demandara el emprendimiento. En 1603, el titular del manar obtuvo li-
Hasta la década de 1590, sin embargo, esta última continuó afianzando cencia real para proceder con el enclosu.re. Una vez cercadas las fincas,
su posición en el mercado. Aún cuando el comercio de la lana declinó a Quarles intentó una vez más arrendarlas, pero dieciséis de los antiguos
partir de 1550, los productores desviaron sus esfuerzos hacia la venta de arrendatarios se negaron a aceptar los ·nuevos cánones aumentados, y
carne Y la producción de lácteos, impulsados por el aumento en la de- abandonaron la aldea. El señor, entonces, convirtió 520 acres de la reser-
manda generado por las ciudades. El quiebre de la tendencia se produjo, va en un prado cercado. Unos pocos arrendatarios aceptaron renovar sus
tan sólo, en la última década del siglo XVI. Una sucesión de malas cose- contratos, pero reducien do la cantidad de tierra en usufructo. Otros,
chas, c_risis de escasez y plagas crearon una situación alarmante, presagio arrendaron tan sólo una vivienda, un cotrage, aceptando pagar un canon
de postbles hambrunas, que alteraron los márgenes de beneficio en favor para que se les permitiera ingresar sus rebaños en la reserva dominical.
de la producci ón de granos. El movimiento de cercamientos no cesó Otro caso similar tuvo lugar en el señorío de Middle Claydon, en el
pero la reversión de las tierras de labranza en praderas ya no tuvo el condado de Buckingham, propieda d de la familia Verney. En 1625, el
atractivo que mostraba en el pasado. titular del manar había logrado eliminar a la totalidad de los restantes
propietarios libres, los freehalders, compran do sus tierras una por una.
Los cercami entos generales durante los siglos XVI y XVII: Los copyhalds, las propiedades enfitéuticas que conformaban el censive
estudios de caso señorial, fueron convertidas arbitrariamente en beneficialleases, una suer-
te de arrendamiento de largo plazo -por tres vidas o 99 años-, pero que
Durante el siglo XVI, los cercamientos generales eran la excepción. ya no comportaba dominio dividido. Los beneficiarios de este régimen se
Cuando ocurrían, se trataba de la puesta en práctica del mecanismo de denomin aban leasehalders far liJe (como forma de diferenciarlos de los
unidad de posesión; en particular, en aquellos manors en los que la tierra Jeasehalders at will, usufructuarios de las formas modernas de arrenda-
se hallaba repartida entre un número reducido de propietarios. De todas miento, pactados por periodos cortos de tiempo). Desde el punto de
formas, podía ocurrir que los cercamientos parciales obligaran finalmen- vista jurídico, el arrendamiento vitalicio implicaba un régimen de pro-
te a. una reorganización espacial total de la parroquia, puesto que en piedad menos seguro que el copyhald. De hecho, el señor incluyó en el
ocaswnes los commanfíelds quedaban tan reducidos que resultaban invia- contrato una cláusula que permitía reordenar las parcelas dispersas por
bles: Esta circunstancia terminaba por forzar un cercamiento final, que el ager, y permutadas por extensiones de tierra equivalentes en cualquier
hqmdaba por completo los remanentes del régimen de campos abiertos. otro lugar de la parroquia. Esta condición era posible, porque los tenen-

173
Capitulo 6. la v1a inglesa hacia el capitalismo agrario (1)
Segunda Parte. REvowciON

~es habían dejado ya de revestir el carácter de propietarios del dominio


uttl, que el reg¡men enfitéutico les aseguraba. Amparados por esta mani- como estaban, con todos los edificios y aparejos necesarios para la conti-
pulación de los regtmenes jurídicos de propiedad, que diferenciaba a la nuidad del proceso productivo. Hasta tanto los edificios abandonados
mayona de los señoríos ingleses de los franceses, los Verneys comenzaron fueron reconstruidos, los infractores debían entregar allard af the manar la
un proceso de cercamiento total, aunque por etapas. Ya no existian free- mitad de los beneficios producidos por la propiedad.
halders en el manar, y los copyhalders se habían convertido en simples arren- Estas primeras normas atacaban en forma directa al engrassing y a la
datanos de largo plazo. El camino quedaba allanado. Los Verneys co- reversión de tierras de labranza en pasturas. Aunque resulta claro que los
menzaron cercando la reserva dominical. El enclasure afectó luego a un enclasures eran una realidad que acpmpañaba y facilitaba aquellos dos
terren~ baldío, sobre el cual se extinguieron los derechos comunales. procesos, las leyes parlamentarias no hacían referencia a ellos en fonna
Despues, htcteron lo propio con un bosque y con algunas de las franjas explícita. Una nueva acta de 1515 continúa con la misma estrategia indi-
del apenJ•eld, compensando a los tenentes con bloques compactos de recta. La conversión de tierras era el comportamiento cuestionado. Pero
tterra ubtcados en otros rincones del terruño. Para 1635 d. ñ d el hecho que aquí resulta sugestivo, es la aparición de un argumento que
1 r · . di ,atezaose
a e tmmactón e os freehalders y copyhalders de la aldea, el apen-field no relaciona el despoblamiento del campo con el aumento del crimen y del
contaba smo con 500 acres. 66 Era demasiado pequeño para funcionar bandolerismo. Un borrador de 1514, sobre el cual se basó la ley de 1515,
como Sistema. El siguiente enclasure, por lo tanto, debió tener carácter ponía el énfasis en el "infinito número de súbditos del rey, que a causa de
general. Para medtados del siglo XV!l, el régimen de campos abiertos la falta de ocupación, han caldo y caen diariamente en la vagancia y
había dejado de existir en el manar de Middle Claydon. consecuentemente en el robo y en los asaltos". El acta finalmente aproba-
da, declarada perpetua en 1516, imponia que toda aldea que en el pri-
La corona contra los enclosures: cercamientos y legislación real mer día del periodo parlamentario entonces vigente estuviera dedicada
en su mayor parte a la agricultura, debía continuar de la misma manera
Los primeros reclamos en contra de los cercamientos llegaron al Par- de alli en más. Todos los edificios abandonados debían reconstruirse en el
lamento durante el stglo XV. Las únicas protestas formales que se conser- lapso de un año. Y todas las tierras transformadas en pasturas a panir del 1°
van son dos peticiones presentadas en 1414 (impulsadas por tenentes de de febrero de 1515 debían retornar de inmediato a su condición anterior.
los condados de Nottmgham y Cambridge), y una petición de 1459 (pre- En 1517los enclasures se convierten por primera vez en blanco directo
sentada por un habitante de Coventry).
del ataque de la monarquía, cuando el cardenal Wolsey designa una
Pero la primer acta del Parlamento que refleja una preocupación or comisión para la investigación del despoblamiento rural. En 1518, y como
el avance de los enclasures y el despoblamiento del campo, fue aprob~da consecuencia del accionar de la comisión, la cone determinó que los
en 1488. La norma no tenía alcance general, pues sólo concernía a la Isla infractores a las normas vigentes debían derribar, en el lapso de 20 dias,
de Wtght. Se trataba, en realidad, de un ataque contra los engrossers, los todos los cercamientos erigidos a partir de 1485 (a menos de que logra-
acaparadores que acumulaban granjas para transformarlas en campos de ran demostrar que los mismos hablan generado beneficios concretos para
pastoreo. La ley establecía penas para cualquiera que acaparase propie- la comunidad). El incumplimiento del decreto se castigarla con penas
dades cuyo valor total excediera determinados montos. pecuniarias. Gracias a la información reunida por esta comisión, los pro-
Un año después, en 1489, el Parlamento aprobó una disposición de cesos en contra de acaparadores y promotores de enclosures continuaron
carácter general, "agaynst pulling daun af taunes"'' La nueva acta establecía durante muchos años. Sin embargo, para rendir plenamente sus frutos,
que todas las fincas agrícolas de al menos 20 acresas debían preservarse tal la corona necesitaba la colaboración de los señores locales. La nobleza
feudal debla funcionar como agente del estado centralizado. Pero los
titulares de los manors se negaron sistemáticamente a colaborar con la
86 nueva legislación. El primer obstáculo que encontraban estas tempranas
160 ha., aproximadamente.
61
"Contra el denumbe de pueblos•. disposiciones anti-enclosure era la postura de los terratenientes, quienes
118
8 ha., aproximadamente. veían en los cercados un procedimiento eficaz para incrementar en for-
ma inmediata su renta propietaria.
174
xgunda Parte. KEVOLUUON

En 1533 la corona decidió atacar el problema desde otro ángulo. Una Norfolk el carácter de una rebelión abierta, el célebre movimiento lidera-
nueva acta señalaba como principal responsable del problema a los enor- do por Roben Kett. Los reg!menes sucesivos aprendieron la lección, y de
mes beneficios generados por la cria de ovejas. Para desalentar la fiebre allí en más se abstuvieron de promover medidas que pudieran Interpre-
del lanar, el gobierno estableció que ningún individuo podía poseer más tarse como un llamamiento a la rebelión campesina. La comisión investi-
de 2. 400 ovinos, bajo pena de multa por cada animal excedente. La nue- gadora de 1548 duró tan poco como el proyectado impuesto a las ovejas.
va disposición, sin embargo, establecía de inmediato varias excepciones, A comienzos de la década de 1560, con Elizabeth Tudor en el trono,
que erostonaron desde un comienzo las posibilidades de éxito de la nor- la situación en las áreas rurales no había sufrido mayores modificaciones.
ma. Quedaban exentos los individuos que necesitaran los animales para De hecho, los casos por cercamiento presentados ante los tribunales su-
s~ propto consumo, los animales de menos de un afio, y los señores premos de la monarquía, numerosos en los años posteriores a 1517, se
laicos y eclesiásticos en sus propios dominios. El decreto perjudicaba habían reducido a casi cero para mediados de la década de 1550. La falta
menos a los grandes propietarios que a los pequeños y medianos; a los de celo de los informantes indujo la aprobación de una nueva acta en
cnadores, menos que a los productores de carne y de lana. Tras repetir 1563. Toda tierra que, con posterioridad al vigésimo año de reinado de
las consabidas sanciones en contra de los acaparadores de tierra, el acta Enrique VIII (1528-1529), hubiera estado dedicada a la agricultura por
tennmaba, por vez primera, involucrando a los particulares en la detec- más de cuatro años consecutivos, debía continuar de allí en más como
cton de los infractores (con el incentivo de compartir en panes iguales tierra de labranza. Todo campo cultivado convertido en pradera entre el
con la corona los montos de las multas). séptimo y el vigesimo año de reinado del segundo de los Tudor (1515-
_En 1536, de hecho, una nueva acta reconoc!a que la falta de colabo- 1529), debía recuperar su característica original. Finalmente, quedaba
racton de los señores y de los grandes propietarios, que desatendían la prohibida de allí en más toda nueva conversión de tierras. El acta orde-
aplicaCión de las leyes en sus propios manors, era una de la causas prin- naba la conformación de una tercera comisión investigadora, que por
Cipales del despoblamiento rural y del abandono de los pueblos. La nue- algún motivo desconocido acabó prematuramente. .
va norma dtsponia que si un señor no procesaba a los tenentes que aca- La situación explosiva que el aumento de población, el acaparamien-
paraban granJas o revertían tierras de labranza en pasturas, la justicia real to de tierras y la reducción de los comunales habían provocado en los
se haría cargo de castigar a los infractores y de percibir las penas pecunia- condados del centro del país demandó en 1589 un nuevo estatuto, a
nas. La corona asumía la responsabilidad de procesar a todos los propie- partir del cual el estado central se involucraba en la administración de
tanos, estuVIeran o no dentro de los dominios reales. los bienes comunales de las aldeas. La explotación de estos recursos por
La tesis que responsabilizaba a la cr!a de ovejas por la situación impe- parte de arribistas, que no integraban la comunidad de propietarios, per-
rante en el campo contmuó VIgente hasta mediados de siglo. En 1549 los judicaba tanto como los enclosures a comunidades campesinas sustenta-
asesores del Duque de Somerset, lord Protector en tiempos del j;ven das sobre lábiles equilibrios ecológicos, poniendo en peligro sus posibi-
Eduardo VI, hicieron aprobar en el Parlamento un audaz impuesto a los lidades de supervivencia y reproducción. El estatuto de 1589 prohib!a la
OVInos. Pero las resistencias generalizadas y la calda de Somerset llevaron erección de nuevas viviendas en la aldea, si sus propietarios no tenían al
a la anulación del tributo en noviembre de 1549. El discurso oficial jus- menos 4 acres de tierra en el ager. La atomización de la propiedad y la
tificó la medida afirmando que el impuesto habla resultado muy difícil especulación inmobiliaria, al socaire del aumento demográfico, habían
de recaudar, y que recata con dureza sobre los campesinos más pobres. hecho pulular los cottages que carecían de parcelas anexas en el open-
Pero antes de mtroducir el efímero tributo, la administración de So- field; por lo que la supervivencia de los recién llegados implicaba una
merset había designado una nueva comisión investigadora, la primera nueva carga sobre los baldíos y comunales de la aldea.
desde 1517. El estado central volvfa a confiar en el eficaz mecanismo de A partir de la década de 1590, las transformaciones en la coyuntura
la mspección in situ. Pero la decisión del tfo del rey traerla graves conse- económica nacional obligaron a revisar los criterios que sustentaban la
cue_ncias. Apadnnada por un gobierno que parecía mostrar especial sim- legislación agrícola desde los tiempos del primero de los Tudor. En 1593,
patia por los menos privilegiados, la nueva comisión despertó expectati- por ejemplo, la abundancia y baratura del grano llevó directamente al
vas desmedidas. En 1549 los disturbios adquirieron en el condado de Parlamento a abolir todos los estatutos contranos a la converswn de Ue-

177
Capitulo 6. la vfa inglesa hacia el capitalismo agrario (l) Segunda Parte. REvoLuaóN

rras de labranza en pasturas. Pero el momento para el giro copernicano motines en Northampton. Los enclosures, una vez más, fueron considera-
habfa sido mal elegido. La cosecha de 1594 resultó desastrosa, la primera dos como responsables directos de la falta de grano y de la crisis de la
de una sene de cuatro malos años consecutivos. En 1597, entonces, el agricultura nacional. En 1607, james 1 impulsó el nombramiento de una
Parlamento reinstauró la legislación anti-enclosure. Resulta evidente que nueva comisión, que procesó y multó a numerosos infractores de los
estas leyes respondfan a las coyunturas críticas desde el punto de vista estatutos vigentes. Pero aunque los funcionarios del primer Estuardo
socioeconómico que resultaban una amenaza potencial para la paz so- decidieron atender las causas de la revuelta de 1607, esta vez no fueron
cial. Amén de la sucesión de malas cosechas de mediados de la década presa de los pánicos legislativos caracterfsticos de la era Tudor. En julio
de 1590, los funcionarios de la reina tenfan conciencia de que los enclo- de 1607, tras los motines de Northampton, la corona recibió un memo-
sures pasaban por una nueva fase aguda, en aquellos años finales del siglo rándum titulado A consideration of the c¡¡use in question before the lords touching
XVI. De los dos estatutos aprobados en 1597, el primero atacaba el en- depopulation", cuyos autores sostenian que los enclosures no provocaban
groSSlng, ordenando reconstruir todas las explotaciones agrícolas de más necesariamente el despoblamiento del campo. El texto, expresión de una
de 20 acres abandonadas durante los siete años anteriores. El segundo mentalidad en franco crecimiento, utilizaba como ejemplo al condado
estatuto ordenaba desactivar todas las conversiones de campos cultivados de Somerset, una región rica, populosa, y ¡completamente cercada!
en praderas producidas a partir de 1588. En 1624, cuando consideró que la provisión de grano del reino ya no
Los resúmenes de los debates parlamentarios de 1597 sugieren que el corría peligro, el Parlamento abolió el estatuto isabelino de 1563. Los dos
segundo estatuto, que afectaba directamente a los enclosures, encontró estatutos de 1597, en tanto, perdieron vigencia por falta de aplicación. El
mucha más oposición que la norma que regulaba los engrossings. Las dos último intento de la corona por resucitar las antiguas políticas interven-
leyes cumplieron su función mientras los precios del grano se mantuvie- cionistas tuvo lugar en la década de 1630, cuando una serie de malas
ron elevados. Pero las voces criticas de la polftica intervencionista en cosechas alarmaron a los consejeros de Carlos l. El Privy Council impulsó
materia agraria reaparecieron en 1601. La cosecha previa habla sido bue- una nueva comisión investigadora, que aplicó numerosas multas. No
na, Ylos precios del grano habfan vuelto a caer. La Cámara de los Comu- obstante, muchos vieron en el procedimiento un nuevo intento de la
·nes volvla a considerar la posibilidad de anular, por segunda vez en una corona por incrementar sus ingresos, en el marco de su conflicto con el
década, los estatutos vigentes. La convicción de que los cercamientos Parlamento. Tampoco ayudaba a aumentar la popularidad de Carlos el
eran mtrinsecamente perversos, opinión que por más de un siglo habla hecho de que la comisión condonara un elevado número de cercados,
gobernado el sentir del Parlamento, parecfa estar llegando a su fin. Pero probablemente tantos como condenava. La visión sobre el problema agra-
Lord Cecil, consejero principal de la anciana reina, se opuso a la nueva rio habla cambiado considerablemente. Durante el juicio del arzobispo
anulaCión. Con lógica mercantilista, Cecil argumentó que en años de Laud, en pleno proceso revolucionario, uno de los cargos en su contra
abundancia el excedente de grano podrla exportarse; por otra parte, la fue haber apoyado en exceso a la última comisión investigadora. Un siglo
defensa del remo demandaba un número elevado de labradores. Por antes, este argumento hubiera aumentado la popularidad de cualquier
motivos de profunda estrategia geopolftica, la retórica del gobierno de funcionario del estado. En 1640, sin embargo, atacar a los enclosures no
Ehzabeth optaba por la defensa de la agricultura. El ministro triunfó, y aseguraba ya los favores de la opinión pública. El despoblamiento rural
los estatutos de 1597 no fueron anulados. Pero el tenor de los debates segula siendo considerado como uno de los males a combatir por el buen
que tuvieron lugar entre 1597 y 1601, sugiere que el peso de la opinión gobierno, sólo que ya no se asumfa que los cercamientos fueran siempre
en el Parlamento se desviaba hacia una actitud de laissez{aire, favorable a responsables del fenómeno.
la lógica de acumulac¡ón/expropiación impulsada por un capitalismo De hecho, desde comienzos del siglo XVII habfa comenzado a apli-
agrario todavia en ciernes. carse un nuevo método de cercamiento, que no provocaba despobla-
De no haber sido por las malas cosechas de los' diez años posteriores,
que prolongaron la más breve crisis de mediados de la década de 1590
los estatutos habrfan sido abolidos tras la muerte de la reina, en 1603:
Pero el precio del pan se mantuvo por las nubes. En 1607 estallaron 8111
Una considtraci6n sobre la causa tn cuesti6n ante los lores respecto del tkspoblamiento.
· "!'"~'" ,,_ '---' "" utgh.:!>< t lJdLJ.I
el wptta Jtsmo agran o (1)
Segunda Parte. RE\OLL 'CION

miento en forma inmediata: el acue rdo mutu


o entre los propietarios, 1759 los legisladores impulsaron 156 leyes
como paso previo para el cercado de las finca , 424 en la década de 1760: Y
s individuales. Para alejar el 642 en la de 1770. Entre 1780 y 1789 se
riesgo de futuros litigios, las partes involucra percibe una dechnacwn pasaje-
das desarrollaron el hábito ra·. se votan tan sólo 287 actas. Pero los núm
de registrar estos acuerdos privados ante el eros de la última década la
Parlamento. colocan en el segundo lugar en la centuria,
El alejamiento de las crisis de escasez -mot con 506 leyes. El récord, sin
ivad o por el avance del embargo. se lo lleva el período !800 -181 0:
capitalismo agrario- y la difusión de los nuev el Parlamento votó 906 actas
os procedimientos consen-
suados contribuyeron a sostener este cambio de enclosures.
radical en la percepción del Dura nte el siglo XVIII no estuv ieron ause ntes
fenómeno del enclosure, que se percibe clara los cerca mien tos impul-
mente a partir de las décadas
iniciales del siglo XVII. Cuando en 1656 , Edw
ard Whalley, gobernador
sado s por acue rdos entre prop ietar ios, por
redencione~ amistosas, po_r_ la
finalización de contr~nos de arren dam iento
de cinco condados de los Midlands, presentó o por unrd ad de posesiOn,
ante la Cámara de los Co- pero se hallaban en franca minoría frente al
mun es el últim o proy ecto anti-enclosure de más rápido y eficaz procedi-
que se tiene noticia, obtu vo miento de las leyes parlamentarias
un rotundo rechazo por parte de los parlament
arios. As! concluyeron los En el siglo XVI. el objetivo principal de los
intentos del estado centralizado por detener cercamientos parecía ser
las transformaciones en Jos la reversión de camp os para la cría de ovin
regímenes de propiedad y en la organización os, característica que_ explica el
del espacio agrícola. Cuan- despoblamiento del que se Jos sindicaba respo
do el Parlamento volvió a ocuparse del tema nsables. En el s1glo XVI JI.
, a mediados del siglo XVIJJ, en cambio, el senti do de los enclosures era
fue para impulsar en forma decidida las trans la aplic ación de los adelantos
formaciones demandadas técnicos y agro nóm icos que supu estam ente
por el capitalismo agrario. La suer te de la
com unid ad campesina, del posib ilitar ían el i~c:emento
sistema de campos abiertos y de la propiedad revolucionario de }3 productividad agrícola.
colectiva, estaba, para en- para lo cual el reg1men de
camp os abier tos y las formas de prop ieda
tonces, definitivamente sellada. d cole: tiva pare cían. resul tar
una valla infranqueable. El discurso de los
enem1gos del open-Jteld. que
pare ciero n gana r el com bate ideológico
4- El ocaso de una era: los enclosures parl ame en la pren sa escrita y ante la
ntar ios dura nte cpinión pública. sostenía que las parcelas dispe
los siglos XVIII y XIX rsas por el ager estaban
mal cultivadas. A pesar del barbecho. que
las comumdades campesmas
Los cercamientos o enclosures del siglo XVII respetaban religiosamente, ]as tierras de labra
I eran, mayoritariamente, nza estaban agotadas a cau-
leyes o actas del Parlamento, cuyo titulo gené sa de la mon óton a alter nanc ia de las mism
rico sintetizaba con claridad as cosechas. La.s hterbas noci-
su contenido: Ley prescribiendo la división, la repar vas invad ían las prad eras colectivas en el sal
tición y el cercamiento de los rus. Los sistemas fijos de rota-
campos, praderas y pasturas abiertas y comunes, y ción podían resultar apropiados para cierta
de las tierras baldías y comunes, sección del término parro-
situadas en la parroquia de ... ". La práctica, sindi quial. pero no para otras. La promiscuidad
cada como una de las prin- dentro del prado colectivo
cipales responsables de la decadencia del camp favorecía la diseminación de epidemias y enfer
esinado de subsistencia, y medades del ganado. Re-
del avance de las relaciones sociales capitalista sultaba imposible introducir Jos nuevos culti
s en Inglaterra, implicaba vos forrajeros (alfalfa, tré-
el reordenamiento general de la propiedad bol), sin ]a aprobación de la comunidad. Dere
territorial en un área deter- chos comunales, como el
minada. Del encabezado de esta clase de leyes espigueo 0 el common of shack,90 tomaban impo
se desprende claramente sible la libre determma-
que ninguna porción del terrufio campesino, ción del momento de ]a siembra y la cose
ager o saltus, escapaba de la cha en las propms parcelas
revo lucio naria trans form ación . individuales. Muchas de las sugerencias realiz
adas por los grandes agró-
La progresión numérica de las actas de cerca nomos, como Jethro Tul!, resultaban imposible
miento indica una evolu- de aplicar en las estrechas
ción lenta, aunq ue sostenida. En los doce afias franjas, dispersas por toda ]a parroquia. Aunq
del reinado de Ana Es- ue los especialistas moder-
nos han proc urad o relativizar la relación
tuardo (!70 2-17 14), sólo se detectan tres actas
de enclosures aprobadas entre los e~cl~~ures y el mcr: -
por el Parlamento. De 1714 a 1720 , una por mento de ]a productividad, sosteniendo inclu
afio. En la década de 1720 se so la VJab1hdad de una v1a
votaron en total 33 actas. De 1730 a 1739 ,
35. De 1740 a 1749 , 38. La
mitad del siglo sefialó un cambio en el patró
n cuantitativo. De 1750 a
90 En España. daTola de mieses. Cfr. la sección segun
da del capítulo 5.
Capitulo 6. La via inglesa hacia el capitalismo agrario (1)
Segunda Parte. REvoLUC.ION

farmer hacia el capitalismo agrario, y aunque el análisis de las regulacio-


nes que ordenaban el usufructo de los comunales demuestra que muchas el cercamiento general prosperó, decidido por una impactante minoría:
de las afirmaciones de los partidarios de los cercamientos eran falsas, 91 lo 8 propietarios sobre un total de 34. En algunos casos, los historiadores
cierto es que la visión del open-field como paradigma del atraso rural se han hallado peticiones firmadas únicamente por dos o tres nombres. las
tornó hegemónica en la Inglaterra de los Hannover. hay, incluso, firmadas por uno solo: para el enclosure de Westcote, en el
En la sección anterior hemos adelantado una de las grandes diferen- condado de Buckingham, bastó la fmna del duque de Marlborough. All!
cias entre los cercamientos de los siglos XVI y XVlll. Mientras que los donde faltaban unos pocos acres para reunir la representación del 80%
primeros fueron combatidos por el estado central, los segundos fueron del suelo, los pequeños productores deb!an enfrentar la prestón msosla-
impulsados por los legisladores y los ministros de la corona. Pero la ac- yable de los potentados, muchos de ellos a cargo del gobterno local.
ción legislativa no se ponía en movimiento en forma espontánea. Era Resultaba dif!cil, en efecto, escapar a la intimidación de la gentry, de los
necesario que un grupo de propietarios de la parroquia tomara la inicia- señores 0 de los agentes de la iglesia estatal, cuando en ocas10nes ellos
tiva, e impulsara el cercamiento general de todas las tierras, individuales mismos controlaban los tribunales seiíoriales, ejerc!an el poder de poh-
y colectivas, de un determinado paraje rural. los interesados debían pre- c!a 0 presid!an los juzgados de paz. No es de extraiíar, entonces, que
sentar ante el Parlamento un petitorio, solicitando la aprobación de un muchos vecinos denunciaran haber firmado bajo amenaza el pedtdo de
cercamiento presentado ante el Parlamento. . .
acta de enclosure. Contrataban para ello a un gestor, un letrado encargado
El trámite parlamentario comenzaba una vez que el peutono reun!a el
de encauzar el procedimiento desde el punto de vista legal. los impulso-
res de la abolición del open-field convocaban luego a una asamblea gene- número de firmas necesarias. 8 procedimiento era en extremo costoso.
ral de todos los parroquianos. Pero los procedimientos administrativos los legisladores exigian el pago de ciertos derechos por la votación de
establecidos por el estado privilegiaban la figura del propietario frente a la esta clase de documentos; al que habla que sumar los honorarios de los
del vecino. la decisión de la asamblea no era tomada por simple mayoría abogados y el envio a Londres de los testigos requeridos por la comiSión
de votos. Para que el pedido de cercamiento prosperara, el Parlamento del Parlamento. En el Palacio de Westmmster no se hallaban grandes
. tan sólo requería que los firmantes del petitorio reunieran las cuatro obstáculos. En sus escaños estaban sentados, precisamente, los represen-
tantes de la gran propiedad: los aristócratas con titulo, en la Cámara de
quintas partes de las tierras de la parroquia. los poseedores del quinto
los Lores; la gentry, en la Cámara de los Comunes. Quedaban lejos aún
restante, a menudo un número elevado de minifundistas, no tenían ar-
los tiempos de la reforma polltica, que a partir de la década de 1830
mas para oponerse a una decisión que no tomaba la mayoria de los pro-
pietarios, sino los propietarios de la mayor parte del suelo. la única buscarla modificar la sobre-representación parlamentaria de que diSfru-
posibilidad de veto corría por cuenta del lord of the manar: la firma del taba la Inglaterra rural. Sólo existlan posibilidades de que el procedi-
titular del señorío era, en cualquier caso, imprescindible para que el miento se frenara, si la oposición provenía de algún representante de la
élite local (como ocurría en ocasiones con los párrocos, quienes temlan
pedido de enclosure prosperara. En Quainton, condado de Buckingham,
que el cercamiento redujera sus ingresos en concepto de diezmos); o
se contaban 34 propietarios en 180 l, de los cuales sólo 8 impulsaron el
cercamiento general de la parroquia. Esta minoría de vecinos, sin embar- cuando la quinta parte del suelo parroquial, no representada en el peu-
torio, pertenecla a un único individuo.
go, pose!a cuatro veces más riqueza que los 22 commoners opuestos al
Una vez que el Parlamento votaba el acta de enclosure, comenzaba la
emprendimiento." Desde el punto de vista del impuesto territorial, las
tarea más delicada, la ejecución de la norma in situ. los agentes del esta-
diferencias parecen aún mayores: mientras que los ocho propulsores pa-
do se hadan presentes en el terruiío, median las parcelas, estimaban las
gaban al fiSCo una media anual de 25 libras con 8 chelines, cada uno de
rentas, calculaban el valor de los derechos comunales anexos. El objellvo
los 22 opositores aportaban un promedio de 1 libra con 16 chelines. En
era la división de todo el ténnino de la aldea, open-field y commonlands, en
Quainton, como en la mayor parte de las comunidades rurales inglesas,
porciones equivalentes a las que los propietarios poseían antes de la reor-
91 ganización territorial. En todos los casos, deblan calcularse tat_nbién las
crr. capnulo 5, sección tercera.
91
Cuatro propietarios se abstuvieron durante la votación. compensaciones, no sólo por la posible d1Smmuc1ón en el numero de
acres, sino, sobre todo, por la desaparición de los btenes de usufructo
182
'-"f->'w'u o La vta mg!esa hacta el capttalismo agrario (1)
Segunda Parte. fu:VOLUCION

colectivo. Finalmente, había que levantar los cercados, dirigir el trazado camiento general era un procedimiento muy oneroso. Rodear de cercas y
de una nueva red mtema de caminos, y reorganizar las vias de drenaje. setos las nuevas propiedades compactas, implicaba un importante costo
Se trataba, en síntesis, de una verdadera revolución, que no sólo impac- en materia prima y en mano de obra. Cada propietario, en forma propor-
tab~ en la organrzacwn del espacio, sino en la economía, las relaciones cional al número de acres que poseía, debía contribuir con los gastos
sociales y la cultura de la comunidad campesina. Aunque buscaban res- generales del enclosure, que en promedio rondaban las 2.000 libras. Los
petar los amenores derechos de los propietarios, los agentes del estado minifundistas salían del proceso endeudados, o con su capital fijo dra-
rep~rttan ~~- s.uelo de una ~anera radicalmente nueva, imponían un pa- máticamente reducido.
radigma dificilmente traducible al lenguaje y a los códigos de la aldea de Más serio era el caso de los cottagers sin parcelas, aquellos que sólo
campos abiertos.
poseían una casa y un huerto en la aldea. Durante el régimen de campos
La función de hacer efectivo el cercamiento general de una aldea co- abiertos, compensaban su falta de parcelas en el ager con los recursos que
rrespond~a a un grupo de comisarios, entre tres y siete según la extensión obtenían en los comunales. La liquidación de éstos últimos los condena-
del terruno. Verdaderos dictadores en el ámbito local, estos ejecutores de ba a la miseria. Pero más grave aún era el caso de los squatters, los intru-
la ley parlamentana gozaban de poderes limitados en todo lo concer- sos que vivían precariamente en el saltus, tolerados por el resto de la
mente ~ _la reorganización territoriaL Durante mucho tiempo, incluso, comunidad. Privados de todo derecho, su status de ocupantes de Jacto les
sus decisiOnes no pudieron apelarse ante instancias administrativas su- cerraba cualqúier posibilidad de compensación. La proletarización ple-
periores. Sus poderes depend!an del Parlamento, pues sus designaciones na e inmediata era, en su caso, la única consecuencia posible.
figuraban en la misma acta de enclosure. Nadie ignoraba sin embargo Pero la revolución en el campo no terminaba con la ejecución del
que los legisladores consultaban a los propulsores del e~prendimiento: enclosurc general. Debilitados ante las fuerzas del mercado, desorientados
quienes suger!an los nombres de los principales candidatos al cargo. Tras por la alteración radical de su modo de vida tradicional. los pequeños y
vanas décadas de abusos, una ley de 1801 prohibió que el señor del medianos propietarios caían víctimas de un proceso de acaparamiento
man~r, ~u.s. arren~at_ari~s, servidores o parientes, ejercieran el cargo de territorial, posterior a la liquidación del régimen de campos abiertos.
comisano, Igual limitación coma para cualquier propietario que tuviera Indefectiblemente, casi en todas partes, los enclosures generales traían
algun derecho sobre las tierras sometidas a cercamiento. aparejado un aumento inmediato del número de operaciones inmobilia-
El mecanis~o estaba diseñado de tal manera que resultaba imposible rias en la parroquia. Tentados por las ofertas de compra que les realizan
para los pequenos y medianos productores impedir que los comisarios los grandes terratenientes, atemorizados por la desaparición de los dere-
reservaran las mejores tierras de la parroquia para los grandes propieta- chos comunales, incapaces de aplicar las nuevas tecnologías por razones
nos. Deb!an aceptar el nuevo bloque compacto de tierra que se les asig- de escala, los pequeños propietarios vendían sus propiedades en forma
naba: aun cuando creyeran que no era equivalente al conjunto de parce- masiva. El aumento sideral en las rentas, por su parte, tornaba inviable la
las dispersas que poseían baJo el rég¡men anterior. Pero la catástrofe ma- posibilidad de incrementar el tamaño de sus pequeñas explotaciones por
yor la ocasionaba la desaparición de toda forma de propiedad colectiva. medio del arrendamiento. Una vez más, enclosures y engrossing eran dos
Aun cuando el saltus se subdividía, y cada propietario recibía un número fenómenos que se daban juntos. Claro que ahora, a diferencia de lo que
de acres superior al que pose!a antes del enclosure, el cálculo se realizaba ocurría en el siglo XVI, el acaparamiento no era tanto una precondición
sobre la cuota de animales que cada uno tenia derecho a introducir en el cuanto una consecuencia de los cercamientos. Esta expulsión del cam-
prado comunal: quienes más animales ten!an, más hectáreas extras reci- pesinado de subsistencia por medio de los invisibles mecanismos del
bian. Por otra parte, ninguna extensión de tierra lograba compensar la mercado, a través de una lógica económica sutil e implacable, constituye
catastrofica perdida de los recursos provistos por las tierras baldías." la consecuencia esencial de la abolición del régimen de open-fields. Los
El enclosure producía otros perjuicios coyunturales, aunque no por mecanismos coercitivos, la fuerza del estado y la violencia de la ley se
ello menos importantes. Al margen de los gastos administrativos, el cer- limitaban a la fase de aprobación y ejecución del acta de enciosure. El
9 engrossing y la expropiación final, sin embargo, tenían lugar gracias a una
) Cfr. capitulo cinco, sección tres.
multitud sigilosa de transacciones privadas. cotidianas. convenidas sin

185
Capitulo 6. la v1a inglesa hacia el capitalismo agrario (l)
Segunda Parte. REvolUCION

ruido alguno, que ocurrían sin que el Parlamento o institución alguna


del estado intervinieran en forma directa. En la arena de los intercambios Referencias bibliográficas
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1-20
t86
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t88
Capítulo 8
La vfa francesa hacia el capitalismo
agrario (1):
los fundamentos campesinos del absolutismo

1- La v1a campesina hacia el capitalismo agrario


La defensa y consolidación de la propiedad campesina señala una de
las diferencias principales entre las vias inglesa y francesa hacia el capita- .
lismo agrario. De los Capetas a los Barbones, la monarquía mantuvo
siempre un claro interés por la preservación de las comunidades rurales
y por su capacidad de reproducción económica. La monarquía inglesa
sólo mostró interés por la defensa del pequeño productor cuando el
despoblamiento de las áreas rurales pareció amenazar la tranquilidad del
reino. La monarquía francesa, en cambio, transformó a la propiedad cam-
pesina en algo más que garantía de la paz social. Para los hijos de San
Luis, la pequeña propiedad rústica se convirtió en la pieza clave del
sistema fiscal estatal. En un principio, la monarquía halló en su política
campesina una oportunidad para debilitar a las justicias señoriales y re-
construir, así, la esfera de la alta jurisdicción soberana. Pero pronto, la
aparición del impuesto directo, herramienta imprescindible para la re-
construcción del poder del estado central, convirtió a la defensa del cen-
sive en condición sine qua non para la reproducción misma de la monar-
quía. La exención fiscal concedida a la nobleza feudal por la corona,
lejos de fortalecer económicamente a los señores, terminó por sentar las
bases de la consolidación de la propiedad campesina en el tiempo largo.
A diferencia de los aristócratas ingleses, sometidos al pago de los impues-
tos territoriales, el privilegio fiscal de la nobleza gala puso un claro limite
a sus posibilidades de avanzar sobre la porción del suelo francés en ma-
nos de las comunidade s campesinas. Los monarcas franceses fueron cons-
cientes de ello y, aun cuando en ocasiones abusaron de la herramienta

205
Capitulo 8. La via francesa hacia el capitalismo agrario (l)
Segunda Parte. RfvoLUOóN

fiscal, impulsando a los campesinos a la rebelión abierta, diseñaron es- reina Blanca, madre del soberano ausente. Blanca de Castilla respondla,
trategias de largo plazo que consolidaron los fundamentos agrarios del en realidad, al pedido de socorro formulado por los habitantes de Orly.
estado absolutista francés. La vla francesa hacia el capitalismo debió con- La reina ofreció, entonces, la mediación de la justicia real en el confltcto
tar con ello. En otras palabras, si los open-fields y los bienes comunales
entre señores y campesinos. Con lógica feudal, sin embargo, los canón~­
fueron los enemigos a vencer por los agentes del capitalismo agrario en gos rehusaron altivamente el ofrecimiento de la soberana, q~e parecta
Inglaterra, la modernización económica en Francia requirió, en cambio, relativizar el ejercicio del seigneurie banale que les correspondta. Pero en
la liquidación de los señoríos y de los regímenes feudales de propiedad, un episodio que dejarla huellas en el proceso de construcción del estado
para liberar a las comunidades campesinas de las constricciones a las que feudal centralizado, la regente penetró por la fuerza en el claustro capt-
habían estado sometidas durante un largo milenio.
tular, y ordenó la liberación de los cabecillas campesinos arrestados.
Poco importa aquí que, en el corto plazo, el arbttraJe real termmara
2- Primer acto: la justicia real o el temperamento de la reina reconociendo la potestad señorial para la imposición de tnbutos genera-
Blanca
les arbitrarios sobre las comunidades serviles (tallas señoriales). El hecho
trascendente era que la corona habla logrado imponer su condición de
A comienzos del siglo XX, Marc Bloch descubrió un primer episodio
instancia soberana superior, por encima de las jurisdicciones señonales,
trascendente en la historia de las relaciones entre los campesinos y la
incluso sobre la población jurldicamente dependiente. La proxtmtdad
monarqula francesa. El hecho ocurrió cuando San Luis participaba de la
con la capital del reino, habla impedido que estos siervos quedaran h-
séptima cruzada, y la reina madre, Blanca de Castilla, ejercía la regencia.
brados a la arbitrariedad de los detentadores privados de la potestad
El episodio permitió fortalecer la potestad jurisdiccional de la monar-
judicial. ...
quía frente a las justicias señoriales, y señala un claro antecedente de las
De hecho, aún cuando los aldeanos perdieron el httgJO en la esfera
pretensiones tutelares sobre las comunidades campesinas que el estado
central reivindicaría en los siglos sucesivos. judicial, el movimiento campesino terminó prod~ciendo sus frutos. Alar-
mados por la resistencia de los siervos, los canómgos de la catedral pan-
Desde 1246 los siervos de 7 aldeas dependientes de los canónigos de
sina decidieron finalmente conceder a las seis comunidades rurales las
Notre Dame estaban en negociaciones con el capitulo catedralicio para
demoradas canas de franquicia. Entre otras cláusulas, el acuerdo fijaba
obtener la carta de franquicia que los librarla de las peores tachas de la
para siempre el monto de la talla, privando a la fiscalidad señorial de
servidumbre. Las comunidades ofrecían globalmente 10.000 libras por
una de sus herramientas principales para la extracctón de la nqueza
su manumisión, más 2.000 extras por la supresión de las tallas señoriales
campesina. Con ayuda de la reina, los campesinos habían ganado el liti-
arbitrarias. Pero las negociaciones fracasaron por una divergencia sobre
gio en la esfera polltica. 100
el pago del diezmo, que los canónigos perciblan en tanto curas primiti-
vos.
Cinco años después, los siervos de Orly -una de las siete aldeas- se
100 La realidad indica que la talla señorial no era, necesariamente, un mecanismo _de
negaron a pagar una taille señorial que los canónigos de la catedral pre- explotación demasiado pesado para los habitantes de Orly. Duran_te la encuesta ~ue reallZó
tendieron imponerles. Aunque el nuevo tributo no afectaba a los habi- la monarqu1a se constató que la leva anterior se ha~la ~roductdo cuarenta a~os antes,
tantes jurldicamente libres dentro del señorlo, los pobladores de las res- cuando los canónigos necesitaron ingresos extraordmanos para la construcctón de un
granero y de una bodega. Los aldeanos, pues, no cuestionaban _la carga por su ~so
tantes seis aldeas vecinas apoyaron la resistencia de los vecinos de Orly. económico, sino por su carácter simbólico: en efecto,la potestad d~ ~mponer_tallas arbitra-
En poco tiempo, 2.000 campesinos formaron una liga en contra del capí- rias por parte de los señores era, si no un atributo de la _condtctón semi ~er se, una
tulo catedralicio, titular colectivo del señorío que los oprimla. expresión de inseguridad jurtdica y económica de la que se hbraban las comumd~des que
Más reticentes que los señores laicos para el otorgamiento de las canas obtenían cartas de manumisión. Por ello, los aldeanos preferían pag_ar un mont~ fiJo anual,
que en el mediano plazo pod.ta significar un peso económico supenor, a cambto de asegu-
de franquicia, los clérigos respondieron con violencia, y aprisionaron a rarse el fin de la arbitrariedad señorial. Cabe recordar finalmente q~e, como mu~has de
los cabecillas de la revuelta. Pero un episodio inusual se produjo en esta estas cargas conmutadas se establecieron en dinero, la infla~ión del stglo Xlll terrm~~ por
fase del conflicto: la intervención de la monarquía, representada por la quitarles toda relevancia económica. El mercado habla acudtdo, por una vez, en auxtho de
los pequeños productores directos.
3- Seg und o acto: la ren ta feudal cen
tral iza da o la intu ició n La monarquía pretendió, con ello,
de Felipe el He rmo so apoderarse de una fracción del exce-
dente campesino, hasta entonces
exclusivamente en manos de la nob
Cuando la monarqufa logró finalme feud al gracias a la percepción descentr leza
nte imp one r el pago de una im- alizada de los tributos señoriales.
posición general de carácter permane De acuerdo con la costumbre, el
nte, un impuesto directo percibid rey tenía derecho a demandar el
de un extremo a otro del territor o auxilio militar de sus grandes vasa
io, el camino quedó allanado para llos directos, y el auxilio pecuniario
construcción del estado feudal cen la los habitantes de sus propios dom de
tralizado. Al igual que con la consoli inios. Los juristas de Felipe el Her
dación de la justicia real, los campesi - so, sin embargo, comenzaron a defe mo-
nos cumplieron un papel relevante nder la tesis que sostenía que lam
en esta segunda fase de reconstrucc nar quí a no sólo poseia un pod er o-
ión del pod er estatal. de ban sobre sus vasallos directos
Desde comienzos del reinado de Feli -pro pio del rey en tanto señor feud
pe IV el Hermoso (1285-1314), al-, sino también un arriére-ban, un
resultaba evidente que los ingresos poder de mando y jurisdicción sob
ordinarios de la corona, provistos re los vasallos de sus vasallos (y
los recursos que generaba el dominio por sólo sobre los habitantes nobles del no
real, no bastaban ya para el mante- reino, sino aún sobre la totahdad de
nim ient o de la monarquía. Suficie los pobladores, libres y no libres).
ntes para paliar las necesidades del Guillaume Durant, obispo de Men
príncipe y de su corte, los ingresos y juri sta al servicio de la corona, sost de
ordinarios resultaban completame uvo que, aunque los hombres de los
insuficientes en tiempos de guerra. nte barones no fueran los hombres del
Desde el siglo XI, la monarqufa Ca- monarca, estaban sin embargo bajo
peto contaba con el derecho de exig pod er y principado del rey de Fran el
ir a sus vasallos ayudas extraordina- cia, quien tenia sobre ellos una auto
rias, aun que limitadas a cuatro caso ridad y una jurisdicción generales. -
s excepcionales: par a el pago del Para comienzos del siglo XIV, la difu . .
rescate de un rey prisionero, cua sión de las cartas de franqmcta
ndo el primogénito del mon arca había incrementado notablemente
armado caballero, para cub rir la dote era la proporción de población jurídica
de la hija mayor, y para costear el mente libre en el campo. El estado -
gasto de una cruzada. Para fmales feudal centralizado deseaba acceder
del siglo XIII, estas concesiones eran esta riqueza, para lo cual debía a
en extremo aleatorias como para derrumbar las barre~as consuet~dina
cruzada, ni cara prisionero con frec
resultar eficaces: el rey ya no iba
a la que lo alejaban de la inmensa may ri~s
uencia, ni pod!a multiplicar los ri- oría de sus súbdttos, de aqm en mas
tuales caballerescos o las celebracione concebidos por el rey com o un ilim
s nupciales. En ocasiones, incluso itado universo de contribuyentes.
la corona encontraba cierta resisten , 1295, las condiciones estaban dad En
cia cuando intentaba percibirlas; as para que un audaz Felipe IV imp
como ocurrió en las provincias de tal siera el primer subsidio sobre la fort u-
incorporación reciente, a rafz del casa una de aquellos "qui ne portenl pas
miento de Isabel de Francia con el - armes·, fijado en el l% del valor de les
desdichado Eduardo 11 de Inglater los inmuebles, muebles o mgresos
Con demasiada frecuencia, la mon ra. capitalizados. Quienes tenían un
arqufa de finales del siglo XIII de- capital estimado entr e las 5 y las
bfa recurrir a estratagemas informa libras, debfan pag ar el 0,5% del valo lO
les para obtener recursos extras: imp r de los bienes poseídos. En ene-
ner pagos extraordinarios a la pro o- ro de 129 6, la con trib ució n fue
pied ad eclesiástica -arr iesg ánd ose elevada al 2%, y esta vez, en lo
imprevisibles conflictos con el Pap a resp ecta a las tierras que que dab que
ado-, solicitar donativos a la nobleza an fuera de los dom inio s reales,
negociar subsidios con las ciudade , cor ona bus có asociar en el cob ro la
s, extorsionar a los banqueros y fma a los grandes barones haul-JUSllet
cistas judfos, o alterar la ley de la n- a la élite sup erio r de los prin cipa ers,
moneda. dos banales. El conde de Flan des
duq ue de Borgoña, el con de de Arto , el
is, el duq ue de Bretaña y el con -
El rnsayo: la audacia de Rey de Hie de de Valois se que darf an con la
rro mitad del imp ues to perc ibid o. Los
rest ante s con des , los arzobispos
y los obispos, obt end rfan un terc
La monarqufa debfa que brar este del mon to. Los sim ples señ ores io
cfrculo vicioso que la colocaba al con ejercicio de la alta just icia ,
borde mismo de la legalidad feudal. beneficiarfan con el 25% del valo se
Para ello, Felipe IV buscó introducir r del trib uto. Desde sus inicios,
en la estructura polftica una imposic aristocracia no sólo que dab a exim la
ión pecuniaria de carácter general ida del pago de la imp osic ión gen
que terminó conviniéndose en la , ral, sino que aparecfa como una e-
base del impuesto directo permane de las principales beneficiarias de
sobre el cual se sustentó la monarqu nte mec anis mo cen tral izad o de extracc un
fa dur ante los cinco siglos siguient ión de la riqueza cam pes ina, cuy
es. pre tens ion es redistributivas no se as
ocu ltab an.
208
CapilUio 8. L1 v1a francesa hacia el capitalismo agrario (l)
Segunda Parte. R.EVOLUCION

Esta primera versión del impues!D directo de carácter general fracasa, existencia de un nuevo rentista del suelo, más poderoso que cualquier
porque el estado central aceptó como válida la declaración de bienes otro señor feudal individualmente considerado: el rey de Francia.
ofrecida por los contribuyentes, lo que produjo una generalizada subva-
luación de la riqueza del reino. En noviembre de 1303 y en enero de
1304, la corona inaugura un nuevo sistema, que consistía en tomar en
El diluvio: la captura del buen rey Juan
cuenta los ingresos -más fáciles de descubrir y de tasar- antes que la
riqueza. Los nobles, si participaban de la guerra, quedaban nuevamente La siguiente fase permitió el establecimiento permanente del impues-
exentos, al igual que los eclesiásticos que vivían clericalmente. Esta im- to directo sobre los grupos no privilegiados. Para ello, la monarquía apro-
posición general sobre la riqueza no privilegiada, recibió la denomina- vechó la crisis aguda provocada por la captura del rey Juan 11, durante la
ción de fouage. Fue también novedoso el hecho de que el monarca, a batalla de Poitiers (1356); y por el exorbitante rescate de tres millones de
diferencia de ocasiones anteriores, no negociara el subsidio con cada escudos de oro que los ingleses exigieron por su liberación. Fue paradó-
uno de los grupos involucrados -nobles, ciudades, eclesiásticos, judíos-, jicamente una expresión de debilidad de la monarquía, la que permitió
sino que demandara el consentimiento general del reino, cuyos estamen- instaurar de manera permanente los dos pilares básicos sobre los que el
tos se reunieron, por vez primera, en una asamblea denominada Estados fisco francés se sustentaria hasta finales del Ancien Régimen: un impuesto
Generales. directo, y un conjunto de impuestos indirectos al consumo.
En síntesis, para imponer una renta feudal centralizada, Felipe IV Para el pago del rescate, la corona, cuya regencia había quedado en
debió sellar un pacto tácito con la nobleza feudal, que persistió en Fran- manos del Delfín, 101 recurrió en 1360 a una nueva forma de imposición
cia hasta el estallido mismo de la Revolución: de carácter general. En este caso, en lugar de recurrir a los impuestos
• Los señores aceptaron que la monarquía penetrara en sus jurisdiccio- directos ensayados durante el reinado de Felipe el Hermoso, la monar-
nes, y absorbiera centralizadamente, a partir del impuesto, una parte quía impuso el pago de un conjunto de impuestos al consumo, que gra-
del excedente campesino. vaban esencialmente un grupo reducido de productos básicos. Las gabe-
• A cambio de ello, los nobles obtenían la exención impositiva, un lles recaían sobre el consumo de sal; y las aides, en gran medida, sobre el
privilegio fiscal justificado con el argumento del impuesto a la sangre, consumo de vino. Como se desprende del nombre mismo que se impuso
que una aristocracia todavía guerrera decía pagar cada vez que acudía a estas últimas, su objetivo era colaborar con la recaudación del monto
al llamado de las armas. exigido para la liberación del rey, una cifra cuya dimensión astronómica
• Desde el origen, la nobleza feudal quedó asociada a los beneficios contribuyó a que la población se acostumbrara a la necesidad de encarar
reportados por la renta feudal centralizada, mediante la autorización un esfuerzo fiScal continuo y de largo aliento. A diferencia del impuesto
para retener una parte del impuesto pagado por los no privilegiados. directo, los impuestos al consumo recalan con mayor peso sobre los ha-
• Dada la exención de la propiedad eclesiástica -que resultaba imposi- bitantes de las ciudades.
ble gravar en forma permanente- y los privilegios obtenidos por mu- Juan 11 fue finalmente liberado en 1360. 102 Pero la disputa con los
chas grandes ciudades, el impuesto directo se convirtió, desde un ingleses continuaba. Por ello, a fines de 1363, poco antes de su muerte,
comienzo, en un tributo de base campesina, que transformó al estado el rey Bueno logró imponer la aceptación de un fouage o impuesto direc-
francés en una poderosa estructura con fundamentos esencialmente to permanente, destinado, en este caso, a cubrir el costo de la guerra. El
agrarios.
Durante los cuarenta años siguientes, los sucesores de Felipe IV utili- 101
Futuro Carlos V. Como Delftn, ejerció la regencia entre 1356 y 1360. Como rey, ocupó
zaron los mismos mecanismos para continuar percibiendo estos subsi-
el trono entre 1364 y 1380.
dios extraordinarios, que en realidad escondían imposiciones de carác- 102
El rey Juan fue liberado cuando todavta faltaba cubrir parte del rescate. Estos pagos
ter general. Y aunque no lograron imponer de manera permanente el remanentes se vieron interrumpidos por la reanudación de la guerra, en 1369. Pero en
nuevo mecanismo tributario, acostumbraron a los súbditos a reconocer la cualquier caso, todavta en 1100 la corona francesa continuaba pagando algunos atrasos
pendientes del viejo rescate de 1356.

210
"'
Capitulo 8_ La vla francesa hac1a el capitalismo agrario (!)
Segunda Parte_ REVOLUCION

nuevo tributo se sumaba a las aides y a la gabela, aprobadas unos años en 1318, por caso, la nobleza de Berry acordó contribuir con la quin-
antes. El interminable conflicto dinástico con los Plantagenet de Inglate- ceava parte de sus ingresos. Para mediados del siglo XIV, sin embargo,
rra había permitido al estado feudal francés imponer la idea de la nece- triunfaba la tesis que sostenía que la generalización del privilegio fis-
sidad de contribuciones generales de carácter permanente: los impuestos cal debía hacerse extensiva a todos los nobles, aún cuando no practi-
indirectos, para el pago del rescate; el impuesto directo, para el pago de caran en forma efectiva el arte de la guerra. Para muchos historiado-
la guerra. Paradójicamente, la debilidad de Juan 11 había logrado lo que res, la obtención de esta plena exención impositiva debe considerarse
la fortaleza de Felipe el Hermoso no había podido conseguir: legar a su como una consecuencia del rotundo triunfo que la monarquía y sus
sucesor, el futuro Carlos V, un aparato fiscal centralizado de dimensiones aliados nobiliarios obtuvieron durante los alzamientos burgueses y
inéditas, como jamás antes habla disfrutado ninguno de sus antecesores. campesinos de la segunda mitad de la década de 1350. El privilegio
Una vez en el poder, Carlos V decidió continua r con la política que fiscal habría sido, pues, una recompensa por la derrota infringida a
pretendía asociar a la nobleza feudal con los beneficios producidos por Étienne Maree] y por el aplastamiento de la gran ]acquerie. No puede
la renta feudal centralizada. El rey Sabio regionalizó la percepción y eje- por ello sorprend emos que, dado que estos conflictos tuvieron lugar
cución de las partidas: esencialmente en el norte de Francia, la exención nobiliaria de carác-
• Cada provincia debía pagar por los hombres que prestaban servicio ter personal solamente fuera realidad en dicha parte del país.
en forma efectiva en cada una de ellas. Las regiones debían costear sus
A pesar de la solidez que el sistema fiscal estaba adquirien do, un
propios ejércitos provinciales.
hecho pintoresco vino a provocar un retroceso temporario en la consoli-
• Para ello, el rey decidió solicitar cada año a las elites regionales, re-
dación de la renta feudal centralizada: en su lecho de muerte, Carlos V
unidas en los estados generales provinciales, la aprobaci ón de los
decidió abolir el fouage. La preocupa ción por la salvación de su alma
subsidios y sus montos. A diferencia de los Estados Generales de la
hizo evidente que la finalización de la guerra no justificaba ya el mante-
monarquía, cuyas reuniones eran menos frecuentes y su representati-
nimiento del impuesto directo permanente, que luego de los éxitos mili-
vidad menos directa, los estados provinciales eran instituciones cap-
tares del rey Sabio se había destinado a cubrir los gastos suntuarios de la
turadas por los grupos dominantes a nivel local (la nobleza de sangre,
monarquía. Pero el triunfo de la ideología religiosa sobre las necesidades
la nobleza de toga, las oligarquías urbanas, el alto clero). Como vimos
prácticas del estado central no podía mantenerse por mucho tiempo. En
en el capítulo cuatro, durante el apogeo del estado absolutista el sis-
1388, cuando los deseos póstumos de su padre podían ya considerarse
tema fiscal continuaba apoyándose sobre esta astuta estrategia de co-
satisfechos, Carlos VI reinstauró el impuesto directo, que a partir de en-
optación de los potentados locales.
tonces adquirió la denominación de taille, con la que se lo conoció hasta
• Al mismo tiempo, Carlos V continuó compartiendo con los grandes no-
finales del Antiguo Régimen. 103 La prudenci a del rey Loco venia así a
bles y con las principales ciudades los beneficios generados por los im-
corregir la imprudencia del rey Sabio.
puestos, autorizándolos a quedarse con un tercio de lo que percibían.
• Finalmente, la exención impositiva de la nobleza se generalizó a la
totalidad del estamento, al margen de la prestación efectiva de servi-
cio en la hueste feudal. El impuesto a la sangre, que hasta entonces 101 En efecto, el término taillt daba mejor cuenta
de las caractertsticas del impuesto, que el
había conservado fundamentos reales, adquirió de allí en más carác- nombre má~ arcaico de Jouagt. De hecho, el impuesto directo no era un tributo
que se
ter ficticio. En tiempos de Felipe el Hermoso, muchas ciudades o recogía hogar por hogar, sino una carga de repartición: el consejo real dividta los montos
provincias preferían aportar directamente hombres armados antes que segOn las generalidades, éstas según las elecciones, hasta llegar a cada parroquia,
cuyos
habitantes se encargaban de repartir las cargas según la riqueza de cada uno. En provincias
pagar los novedosos impuestos generales pergeñados por la monar- de incorporación tardta a la monarqula, como Bretaña, el término Jouagt siguió empleán-
quía. En julio de 13I5, por ejemplo durante el reinado de Luis X, dose durante toda la Edad Moderna. Hasta que fuera adoptado como denominación
del
París ofreció costear 400 hombres de armas y 2000 hombres a pie, impuesto directo exigido por el estado feudal centralizado, el término taillt habla
sido
para librarse del peso de la carga fiscal. En la misma época, los nobles propio de la fiscahdad señorial, un tributo general discontinuo y arbitrario, cuyo
monto
resultó por lo general fajado con la concesión de las cartas de franquicia otorgadadas
que no servían en la hueste debían pagar un porcentaje de su riqueza: por los
señores.

2U
213
Capitulo 8. La v1a francesa hacia el capitalismo agrario (1)
Segunda Pane. REvowc:lóN

El triunfo: el desquite del De!fln guerra y las ambiciones de los Plantagenet, sumadas a las necesidades de
los últimos Capetas y de los primeros Valois, habían sentado los funda-
La fase final de organización de un mecanismo centralizado de ex-
mentos agrarios del estado absolutista francés.
tracción del excedente campesino tuvo como protagonista a Carlos VII, el
Delfín que debía su trono a Juana de Arco.
Su primer aporte fue independizar al estado feudal de la necesidad
4- Tercer acto: la integridad del crnsive o el legado de Santa
de solicitar la autorización previa de las asambleas estamentales para po- Juana
der gravar al campesinado. La continuida d de la guerra había tornado
A partir de las características definitivas que el impuesto directo ad-
inexcusable el consentimiento de los estados generales y provinciales. De quirió durante los siglos XIV y XV, la integridad del censive, de la porción
hecho, en coyunturas particularmente urgentes, el estado feudal descon-
del suelo de Francia -y de sus señoríos- ocupada por los campesinos se
taba por adelantado el consentimiento de sus vasallos. Así, la laille de
transformó en un objetivo estratégico de la monarquía.
1425 se recaudó dos meses antes de que los Estados se reunieran para
La finalización de la Guerra de los Cien Años era un momento ideal
conceder su acuerdo. En 1439, finalmente, los Estados Generales otorga-
para limitar las pretensiones de l;¡ propiedad noble sobre las tenencias
ron al rey la facultad de imponer a los campesinos el pago de la laille, sin enfitéuticas. Cuando tras la crisis del siglo XIV y la finalización de la
necesidad de convocar a la asamblea. Se trataba de una concesión provi- guerra, los senores comenzaron a impulsar la reconstrucción económica
soria. Pero a partir de 1451, cuando la Guerra de los Cien Años termina- de sus dominios, se encontraron con una dificultad inesperada: la inde-
ba, Carlos VIl logró transformarla en permanente, y recaudó el impuesto finición jurídica que pesaba sobre las tenencias enfitéuticas abandona-
directo por su propia autoridad. De allí en más, en las provincias en las das. ¿A quienes pertenecían? ¿Podían reincorporarse en forma inmediata
que subsistieron los estados provinciales, su papel se redujo a la distri- a las reservas dominicales? ¿Bastaba el abandono para justificar la reuni-
bución y percepción dentro de su jurisdicción, de los montos que anual- ficación de los dominios útil y directo en manos del titular del seño-
mente fijaba el estado feudal centralizado. río?•o-t
El segundo aporte del protegido de la Doncella de Orleáns fue la Durante el siglo Xlll, los señores todavía conservaban el derecho de
prohibición definitiva de la percepción o imposición de tallas por los recuperar las tenencias a censo por sí mismos, sin intervención de la
señores banales, dentro de sus jurisdicciones. En 1439, una pragmática monarquía, cuando se acumulaban tres años de atraso en el pago de las
prohibe a los barones feudales oponerse al cobro de los impuestos reales, cargas. El dominio directo parecía conservar algunas preeminencias so-
atribuirse en forma directa una parte de lo percibido, o acrecentar las bre el mero derecho de uso. Pero a partir del siglo XIV, la costumbre y la
exigencias fiscales en su propio beneficio. Los señorios habían perdido la corona se volvieron más exigentes en la defensa de la propiedad campe-
facultad de imponer impuestos ge11erales a sus vasallos, sin la autoriza- sina. La protección de la patrimonialidad plena de las parcelas que inte-
ción del estado central. graban el censi ve era, entonces, una consecuencia directa del proceso de
El triunfo del poder del estado era absoluto. De hecho, el otrora des- construcción de la fiscalidad estatal.
ahuciado Carlos Vil escandalizó al reino cuando, una vez terminada la Desde finales del siglo XIV, los nobles ya no pudieron recuperar por
guerra, subió los impuestos en lugar de bajarlos. Durante el resto del si mismos los dominios útiles alguna vez enajenados. Si los señores no
siglo XV, la monarquía definió con precisión el conjunto de grupos y gozaban del ejercicio de la alta jurisdicción, debían recurrir a un seigneur
estamentos eximidos del pago del impuesto directo. Desde entonces, el banal o haut-juslicier para obtener el decreto de comiso. Pero si los señores
privilegio fiScal alcanzó definitivamente a los eclesiásticos, a los universi- poseían poderes jurisdiccionales, tampoco podían reincorporar parcelas
tarios, a las noblezas de sangre y de robe, a las ciudades privilegiadas, a a la reserva de manera arbitraria: deb!an respetar un complejo procedi-
los oficiales de las casas del rey, de la reina y del delfín, y a algunas miento diseñado por la justicia real, que implicaba una serie sucesiva de
ocupaciones específicas. Establecido en forma definitiva, el impuesto
directo, herramien ta fundamental en la reconstruc ción del poder del
estado, se convirtió en un tributo esencialmente de base campesina. La 104
Cfr. capitulo l.

214
Segunda Parte. Rr;voLUC!óN
pregones (criées), destinados a alertar a los posibles herederos, y a permi-
tir la manifestación de las oposiciones eventuales.
. . . ulares Tal es el caso del ser'iorío de Mons-
Pero fue durante la reconstrucción definitiva posterior a !441 cuando terminados dommtos parttc d N t Dame El documento, que data
el constrictivo mecanismo se aplicó de manera generalizada. El debilita- Ablon, propiedad del ~ap!tulo e d~l r~arlame~to de París trasladarse al
de 1460, ordena a un uncw¡n·ano ·¡ los pregones de rigor. luego del
miento de los derechos del señor dominical sobre las tenencias a censo
proseguía su curso. Ante la enorme masa de inmuebles abandonados que
1
., .
señono en c~es lO '
f - 0 para rea tzar m st u
1 catedral odría re-encensar los btenes
.

debían pregonarse, los serrares demandaron el auxilio del poder estatal. ano de gracta acostumbrado: ~ 1 caso a~terior los antiguos tenentes
lo hicieron también porque por entonces crecía en forma alarmante el vacantes_ (aunque a dt~eren~ahac:rse resentes y, retomar la posesión, si
descontento de los campesinos, que veían cómo se subastaban los bienes tenían aun dos años mas par p d s y reembolsaban a sus expen-
l de las cargas atrasa a
de sus antiguos vecinos, afectando el derecho de los herederos a retomar cumplían •1 . con e pago
d r) Esta u·¡ urna
. e¡·au sula , muy favorable a los antiguos
algún día a sus antiguas propiedades. las letras reales, que autorizaban a sas al u ttmo. toma o .
f" . t" cos no se reptte . en las letras reales subsiguientes.
los serrares jurisdiccionales a ceder las parcelas abandonadas a nuevos propietanos en tteu l , l . d de Luis Xl Todavía en 1474,
tenentes enfitéuticos, aparecen ya en la década de 1440. la más impor-
las ordenanzas continúan hasta e rema o - . . ·n reux con
Nicole de la Ballue obtiene letras para su senono de Vt14e4p7 ,
tante de las ordenanzas de Carlos VII vio la luz el 4 de mayo de 144 7. El 1 .b.das por Samt-Dems en ·
documento había sido solicitado por el monasterio de Saint-Denis, san- similares características a as rect l . edt.atos que impul-
l Vil de sus sucesores mm .
tuario y sepulcro de los reyes de Francia. El rey autorizaba a la abadía, en La estrategia de Caros . y am o francés al mismo tiempo que
tanto serrar colectivo, a realizar cuatro pregones, con quince días de dife- saba la reconstrucción matenal del e ~ l ampesinado resultó decisi-
rencia entre cada uno, anunciando las características de las parcelas en- defendía la porción del s~elo e[n mandos mean~ra general ~~ integridad del
ll ¡ zo· logro con trmar e
fitéuticas abandonadas y el nombre de los antiguos propietarios. Durante va en. e Laargo p a s .impuestas por e1 es ta do feudal dificultaron, desde . e1
el año posterior a la realización del último pregón, los particulares te- censtve. s . norma l l la apropiaciOn . . . d e un elevado número de tenenctas
nían la facultad de declarar los derechos que pretendían tener sobre la punto de vtsta ega. ,do que de otra farma, hubiera sido extraordinaria-
herencia en cuestión, y podían recuperar la propiedad del dominio útil a censo en un peno , 1 .edad señorial La exigencia de
cumpliendo con el pago de las cargas atrasadas. Si terminado el plazo mente favorable para el avance de a pbropidonadas (imp.idiendo su inte-
1 1 s enfttéuttcas a an
nadie se presentaba, el monasterio podría ceder a perpetuidad las tenen- re-encensar as paree a d . encia al dominio útil sobre el
l Y otorgan o preemm
cias abandonadas, "sin que persona alguna pueda jamás reclamarlas". gración a d.as reservas
) so el mantemmten t o del área de tierra bajo pro-
. .
Estas letras reales obtenidas por Saint-Denis siguieron a las declaraciones dominio Irecto supu. l beneficios del impuesto desde su misma
reales del mismo año, autorizando a los señores jurisdiccionales a volver piedad campesi~a. Asociados~¡ os d como contrapartida, la posibili-
creación, los senores VIeron oquea a, ivel local de reproducirse
a poner en estado la porción de sus dominios que conformaba el censive.
Pero el hecho trascendente reside aqu!, en los obstáculos que la monar-
dad de recuperar plenamente sus mgresos a n f d l
como rentistas del suelo antes que como barones eu a es.
quía colocaba a la pretensión de los señores de avanzar sobre la propie-
dad campesina. la autorización otorgada para recuperar los dominios .
5- Cuano acto: 1a mmon"dad del campesino o la obsesión
útiles no conllevaba la facultad de incorporar las parcelas a la reserva,
del Rey Sol
sino la obligación de volver de concederlas bajo régimen enfitéutico. los
señores recuperarían as! sus antiguos tributarios, y la monarquía man- D t l apogeo del estado absolutista, las preocupaciones fiscales
tendría intacto su universo de contribuyentes. Con astucia, la estrategia uran ~ e damental ue impulsaba a la corona a pro-
del estado central contribuía a reforzar, al mismo tiempo, las Vías directa siguieron Siendo el motor fu; Pero ara ~ediados del siglo XV!l, el man-
e indirecta de apropiación de la riqueza campesina, aunque la primera de teger la propiedad campesm d. l p h bt'a dej·ado de ser el problema
. d 1 · idad e cens1ve a
ellas, claro, tenía por entonces un status prioritario. tenimiento
clave· para garantizar . - económica del sus campesinos, la
e a mtegrla repro d uccton
]unto con las letras reales que concernían a todos los señoríos de un
p~
. b h teger sus bienes comuna es.
determinado monasterio, existen otros documentos obtenidos para de- monarquía de íada lora 0
de Luis XIV, el principal problema que en-
A comienzos e rema . e caían para
216
[rentaban las aldeas campesinas era el endeudamtento en qu
Capitulo 8. La via francesa hacia el capitalismo agrario (1)
Segunda Parte. REvolUCióN

afrontar sus expensas: las ordinarias (litigios, mantenimiento de caminos cia paralela, liberada de las constricciones patrimoniales que caracteriza-
y drenajes, reparaciones de la iglesia) y las extraordinarias (inundacio- ban a los Parlamentos, a los tribunales financieros, a los agentes fiscales y
nes, guerras, epidemias). La principal herramienta que las comunidades a los gobernadores provinciales). En el caso de Borgoña, el entero proce-
rurales tenían para acceder al crédito era el ofrecimiento de sus bienes so de verificación de las deudas (edicto de 1662) y de supervisión de su
comunales como garantía. Pero los costos podían ser muy altos: si la liquidación (edicto de 1665) fue colocado bajo la exclusiva jurisdicción
aldea perdía sus comunales, las sucesivas recaudaciones de fondos de del intendente local. Este funcionario adquirió, en consecuencia, la tu-
emergencia deberían descansar en la imposición de cargas colectivas so- tela sobre las comunidades rurales, y se transformó en guardián de sus
bre los vecinos, que redundaría en una competencia directa con los im- derechos y bienes colectivos.
puestos estatales. La perdida de grandes porciones del saltus, por otra En 1667 un nuevo edicto prohibió "a toda persona, de cualquier ca-
parte, pondría también en peligro la reproducción económica de las co- lidad o condición, perturbar o interferir en la entera posesión de los
munidades rurales, y en consecuencia, la viabilidad misma de un im- bienes comunales que los habitantes de dichas comunidades disfruta-
puesto directo de base campesina. En consecuencia, el estado absolutista ban; y a los dichos habitantes, volver a alienar en el futuro sus baldíos".
tenía un doble interés en la conservación de la propiedad colectiva en las La norma apuntaba claramente a las eximidas noblezas de toga y espada.
aldeas. Luis XIV ordenaba a las comunidades de Borgoña "recobrar sin ninguna
El historiador Hilton Root ha estudiado estos conflictos en la provin- formalidad de justicia, las propiedades, prados, pasturas, bosques, pára-
cia de Borgoña. Para 1661, cuando tras la muerte de Mazarino, el Rey Sol mos, derechos de uso, baldíos y otros bienes comunales, vendidos o hi-
iniciaba su gobierno personal, muchas aldeas borgoñonas habían perdi- potecados por ellos a partir de 1620". Las comunidades debían compen-
do ya sus comunales. Las Guerras de Religión y la Guerra de los Treinta sar las inversiones originales de quienes hablan comprado propiedades
Años habían arrasado el rico territorio de la provincia. Enriquecidos gra- colectivas, mediante un reembolso pagadero en diez años, al que debían
cias a las oportunidades ofrecidas por el aprovisionamiento de los ejérci- contribuir todos los vecinos de la aldea.
tos, muchos rentistas burgueses se volcaban a las inversiones inmobilia- El 12 de diciembre de 1670, el Controller GeneraP 0 ' Colbert instruyó a
rias, y aprovechaban la situación de muchos campesinos empobrecidos los intendentes de todo el país para que preservaran a las comunidades
para comprar o decomisar sus propiedades. Aunque por lo general los rurales del excesivo endeudamiento: "siendo el arreglo de las deudas de
nuevos propietarios arrendaban las parcelas a los mismos campesinos a las comunidades un problema critico para el bienestar del pueblo, no
cuya desposesión habían contribuido, la renta propietaria se quedaba, a hay nada a lo que podrían dedicar más cuidado y aplicación que a con-
partir de entonces, con parte del excedente campesino (compitiendo cluir este asunto". El hecho de que el principal responsable de las finan-
con el pago de los tributos señoriales y de los impuestos estatales). Como zas públicas se preocupara por el saneamiento de las economías campe-
agravante, recordemos que en tanto habitantes de ciudades privilegiadas sinas, revela una vez más el alcance de los fundamentos agrarios del
con exenciones fiscales, los inversores urbanos no pagaban impuestos absolutismo francés, heredados de la ingenierla fiscal pergeñada por la
directos por sus ingresos rurales, por lo que su participación incremen- monarquía feudal durante los siglos XIV y XV. En lo que respecta a Bor-
tada en la propiedad del suelo amenazaba con disminuir los ingresos de goña, el rey continuaba insatisfecho con el proceso de verificación del
la corona. Era imprescindible que la monarquía interviniera para frenar endeudamiento campesino. En 1671, Luis XIV comunicó a los estados
este proceso, a fin de evitar el empobrecimiento y el endeudamiento provinciales que todavía existían algunas deudas que debían ser resuel-
excesivos de las comunidades campesinas. Para ello, la conservación de
los bienes comunales se convertía en una estrategia fundamental.
Desde comienzos de la década de 1660, la corona lanzó una ambicio- 10
) Desde la década de 1660, el controlla general era el jefe operativo de la administración
sa campaña para que las aldeas recuperaran sus comunales alienados, y del estado francés. Tras la abolición del cargo de superintendente de finanzas en 1661. el
aprobó numerosos edictos para verificar y supervisar el endeudamiento conlroller general se convirtió, de Jacto, en el amo de las finanzas reales. Los sucesores de
Colbert conservaron estas facultades hasta la desaparición misma de la monarqula absolu-
campesino. El estado absolutista puso al servicio del proyecto una de sus
-;J~.·
ta. Los intendentes se reportaban en forma directa ante el éontroller general, que adquirió
herramientas paradigmáticas, los intendentes (epítome de una burocra- también entonces atribuciones en lo que respecta a los asuntos provinciales.

218 '
Capitulo 6. La v(a francesa hacia el capitalismo agrario (l)
Segunda Parte. RrvoLUC!óN

tas: "nuestra intención -afirm aba- es que las comun idades estén y ceso de endeudamiento, y evitaron que las aldeas continuaran alienan
per- do
manezcan completa y enteramente libres de toda deuda, cualquiera sus terrenos baldfos en el futuro. El estado francés logró, también, otros
sea
su naturaleza o cualidad". dos objetivos importantes. Con cada edicto, los intendentes consoli
las necesidades fiscales provocadas por la Guerra de Holanda, 106 da-
in- ron su autoridad directa sobre las comunidades campesinas; a partir
dujeron al estado francés a publicar un edicto general en 1677. Los de
con- 1687, ellos fueron los encargados de aprobar todos los gastos de las
siderandos del docum ento resumían admirablemente las preocupacio- al-
deas. En abril de 1685 y en agosto de 1687, se determinó que las
nes de la corona respecto de la viabilidad económica de las comunidades co-
munida des no podían iniciar colectivamente litigios -que implica
campesinas, y del impacto que la misma tenia sobre los ingresos fiscales ban
grandes costos-, si no contaban con la autorización del intendente.
de la monarquía. A ra!z de la adquisición de bienes comunales por parte En
1691 se autorizó a estos funcionarios a revisar y verificar las cuentas
de particulares, sostiene el rey, las aldeas se han visto privadas de de
la las aldeas. Los intendentes adquirieron, entonces, una jurisdicción abso-
"asistencia que podían derivar de sus propiedades y derechos para luta sobre las finanzas campesinas.
apo-
yar los costos de la guerra. Por lo tanto, es muy justo que los actuale Amén de las causas que hemos esgrimido, la sanidad de las finanza
s s
poseedores de dichas tierras contribuyan con parte de las enormes campesinas era esencial para la obtención de crédito por parte del estado
ex-
pensas a las que estamos necesariamente obligados para derrotar los absolutista. La serie de edictos mencionados también pretendía,
es- pues,
fuerzos de nuestro s enemigos". El docum ento -proba blemen te la fortalecer la confianza de los prestamistas. La solvencia de la aldea era
más un
ambiciosa pieza legislativa sobre el problema campesino aprobada hasta asunto critico, porque la capacidad de la corona para pagar sus deudas
entonc es- interpelaba directamente a los detentadores de comunales dependía de la seguridad de sus ingresos fiscales, que a su vez depen-
ven-
didos, alienados, permutados, usurpados o hipotecados a partir de 1555. dían de la capacidad de pago de los campesinos. La legislación colberti
la norma demandaba una investigación que posibilitara discriminar a-
en- na pretendía asegurar a los inversores que la administración real
tre los adquirentes de buena fe y los apropiadores sin justos títulos. tomaba
Los recaudos para evitar que las aldeas acumularan nuevas deudas que
poseedores que carecieran de tftulo legitimo podfan conservar los bienes pu-
dieran poner en peligro los ingresos del fisco.
comunales apropiados, con la condición de que restituyeran al estado La nueva legislación real no sólo incrementó el poder de
los ingresos, impuestos y beneficios correspondientes a los 30 anterio los inten-
res. dentes, sino que sentó dos principios que se convertirían en los funda-
Pero finalizado un plazo de 15 años, las tierras debfan retornar de todos mentos jurídicos de la relación entre dichos funcionarios y las comuni
modos a la comun idad campesina. Los usurpa dores que no pudier -
an dades rurales:
proveer la cifra exigida por la corona, debían devolver los comunales
de Los edictos otorgaron a las comun idades campesinas un status
inmediato. Aunque el edicto retrasaba el proceso de recuperación de de
las minoridad permanente, transformando al rey en su tutor. La menció
propiedades colectivas, el absolutismo no se apartaba de sus objetiv n
os más temprana de este principio la hallamos en una ordenanza del 22
fiscales, porque gran parte de los usurpadores de comunales eran
bur- de junio de 1659, dirigida a la generalité 107 de Chalon, en la que se
gueses o señores; la medida puede considerarse, entonces, como
una prohibía a las comunidades alienar sus bienes sin el permiso real.
herramienta para extraer recursos de las clases exentas. En febrero A
de partir de 1659, el término mineur se aplicó a todas las comunidades
1680, Colbert volvia a dirigirse a cada uno de los intendentes: "el Rey
me campesinas francesas.
ordena que agregue, que desea que Usted estudie cuidadosamente los
me- • La monarquía declaró que los derechos y bienes colectiv
dios de prevenir que las comunidades vuelvan a endeudarse en el futuro". os que las
comunidades usufructuaban desde tiempos inmemoriales, eran dere-
Los objetivos del programa de verificación de deudas no se llevaro
n chos y facultades públicas, y quedaban por lo tanto sujetos a la juris-
nunca plenamente a la práctica. Pocas comun idades recuperaron
sus dicción real. Este principio permitía al estado tutelar a la asamblea de
comunales perdidos. Pero los edictos lograron, al menos, detener el
pro- vecinos, pieza clave del autogobierne campesino.

Ir\'> El conflicto se extendió entre 1672 y 1678. 1() 7


Distrilo fiscal.

220
221
Capitulo 8. La via francesa hacia el capitalismo agrario (1) Segunda Pane. REvowaON

En consecuencia, el proceso que comenzó como un programa para la ciones y los abusos cometidos por los sei'lores, por los recaudadores de
regularización de las finanzas de la aldea, adquirió finalmente una signi- impuestos y por las tropas en campai'la. Es cierto que Luis actuó para
ficación política más allá de los objetivos fiscales originarios. proteger su porción del excedente campesino. Pero el efecto de largo
La mayor parte de los poderes que los intendentes de Borgoña ejer- plazo fue impedir una declinación mayor de las comunidades rurales.
cían cuando estalla la Revolución pueden rastrearse hasta la campaña de Como sus lejanos antecesores, el ambicioso Barbón continuaba ligando
verificación de deudas de las décadas de 1660 y 1670. En 1683, el inten- los destinos de la monarqu!a francesa con la supervivencia de las propie-
dente Harlay explicaba: "Hay pocos asuntos que conciernen al intenden- dades campesinas.
te en esta provincia, menos aún que en otras. La talla real, el reembolso Así culmina el cuarto acto del drama. Durante el quinto, asistiremos
de las oficinas de correo, así como la reparación de las rutas reales, todo al espectacular desenlace: la Revolución.
ello está en manos de los estados provinciales. En el presente, el princi-
pal asunto de la intendencia de esta provincia es lo que queda del proce-
so de verificación de deudas [de las comunidades campesinas!". En 1743,
la monarquía dejó de renovar la comisión para la verificación de deudas,
que repetía cada año desde 1662; la medida ya no era necesaria, porque
para entonces las facultades de los intendentes para controlar las finan-
zas campesinas eran ampliamente reconocidas. En 1764, los estados de
Borgoña declararon: "la competencia del intendente está claramente de-
mostrada y es fácil de conocer. Se basa en este principio: los intereses de
las comunidades campesinas serán sólo estipulados bajo su autoridad".
En 1785, el intendente Amelot informaba al Controller General Calonne:
"el trabajo del intendente de Borgoña puede resumirse en la supervisión
y administración de las comunidades campesinas y de sus derechos co-
munales". En 1787, M. de Goron, historiador de la administración de
Borgoña, identificó el poder público del intendente con el control de
todos los asuntos que podían calificarse como colectivos: "la administra-
ción de los bienes comunales se atribuye directamente al intendente".
Los intendentes borgoñones nunca intervenían en asuntos que impli-
caran conflictos entre individuos, o involucraran propiedades privadas
individuales. Cuando dos habitantes de la aldea de Sanaille solicitaron
en 1789 la intervención del intendente, a raíz de un conflicto originado
en el reparto de la cebada que habían cosechado conjuntam ente en el
ager, el funcionario se negó a actuar: se trataba de "un asunto que con-
cierne solamente a individuos". El conflicto no involucraba propiedad
colectiva, por lo que el litigio, concluía el intendente, "no cae dentro de
las competencias de mi cargo".
La supervivencia de las aldeas francesas fue resultado de la política de
Luis XIV y de sus sucesores. Al otorgar a los intendentes la misión de
verificar las deudas de las comunidades campesinas, el Rey Sol proveyó a
los pequeños productores directos con una fabulosa fuente de protec-
ción. El intendente podía ayudar a las comunidades a resistir las exac-
Capitulo 8. La vla francesa hacia el capitali smo agrario Segund a Pane. REvoLUCJON
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