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que los súbditos preparaban. Numerosos jóvenes y doncellas esperaban con cierto
espanto la llegada del emperador que se divertía sometiéndolos.
Sirviente: –
Un joven: –
Sirviente: –
No rías, se ha terminado
la diversión y la alegría
Todos: –
Prostituta: –
Nerón: –
Un joven: –
Nerón: –
Nerón, ay Nerón
es tan malo
que mete un palo
en vez de las flores
dentro del jarrón
Nerón, ay Nerón
es tan loco
que enciende un foco
en vez de una vela
cuando hay apagón.
Nerón, ay Nerón
Nerón, ay Nerón
¡Nerón Nerón
qué malo sos
sos el primer
termineitór!
No importa el remordimiento
nunca siento ni dolor
hasta el horror siempre miento
no hay culpa, soy traidor
sí señor siempre intento
procurarme lo mejor
Es ahora el momento
estén atentos tengo un plan
será en el mar, diré "fue el viento
lo lamento, el show debe continuar"
(grita)
¡Preparen la nave de mi madre!
(Murmura)
Que parezca un naufragio.
Sirviente: – Entendido, su majestad.
Nerón: –
Que nadie se atreva
a salvar a mi vieja
porque mi vieja
es lo más sucio que hay.
La orgía continuó
cada vez con menos gente
Nerón mandaba a matar
recurrentemente.
Sirviente: – Don su majestad, mire a esa rubia exuberante que acaba de entrar.
Nerón: – Epa... Está un fenómeno. ¿Quién es?
Sirviente: – Es Statilia Mesalina, esposa de Atico Vestino.
Nerón: –
Vaya jugarreta del destino
que ha puesto en mi camino
a una rubia tan hermosa
y aunque sea la esposa
de Atico Vestino
la conquistaré.
Entonces Nerón subió las escaleras que lo conducían a la habitación de la tía con una
distinguida elegancia que terminó cuando tropezó con una madera floja. Insultó a los
dioses y mandó a matar a los que habían plantado el árbol que se había cortado para
fabricar la escalinata de Palacio. Nadie puede decir que Nerón no fuera a la raíz de los
problemas.
Nerón: –
Qué ocurrente, tía
si sabía, la cortaba.
Tía: –
Mientes. Si me quieres
como a tu madre, eres bueno
Nerón: –
Bebe este veneno.
Digo, esta infusión
que calmará tu sufrimiento.
Tía: – Gracias, sobrino. Gracias, gracias... (Suspirando)
Nerón: – Por fin murió, ya estaba harto de esta vieja. Volveré a la orgía. ¡Pero qué
ansioso estoy! Me casaré con Popea y tomaré a Statilia como amante.
Irrumpe Popea: – ¡Nerón! ¡cómo has podido! ¡Acabo de conocer la noticia! Has
asesinado a mi hijo, Rufio Crispino, ¡cómo has podido!
Nerón: – Pues ese niño se lo tenía merecido. Jugaba a que era el emperador de Roma.
Estaba siendo educado en la peor cualidad y pronto, nomás cumpliera los trece o catorce
años, habría querido destronarme.
Popea: – ¡Nerón, eres un demonio! ¡Jamás me casaré contigo y este hijo tuyo que llevo
en mis entrañas jamás se enterará de quién es su padre!
Nerón: – Ma sí, callate, estúpida. Tomá esto.
Sirviente: – Su majestad, Popea está muerta. La ha matado de un puntapié.
Nerón: – En fin, ha sido el crimen más fácil de mi vida.
Vindex: –
Soy quien ha de salvar a Roma
de este perverso panorama
Cómo puede ser que nadie vea
lo que ha hecho Nerón con Agripina
con Lucio, con la tía, con Popea
y pronto también con Mesalina.
Una vez enterado Nerón de la cantidad de gente sublevada, decidió suicidarse. Luego
de golpearse la cabeza con una piedra, luego de meter la cabeza en una palangana
llena de agua, luego de ordenar que un sirviente se suicidara primero para luego poder
seguir el ejemplo; ordenó a otro sirviente que lo asesinase. El sirviente, mitad por
lástima y mitad por odio, clavó un cuchillo en el cuello de Nerón.
Nerón: – Gagrgagrgargr
Sirviente 2: – ¿has entendido lo que ha dicho?
Sirviente: – Sí. Dijo "Gagrgagrgargr"
Sirviente 2: – Mejor le quitamos el cuchillo del cuello para que podamos entender las
últimas palabras de este pobre miserable.
Nerón: – Gagrgagrgargr
Sirviente 2: – Nerón, ya te quité el cuchillo del cuello...
Nerón: – Sí, ¡pero todavía estás parado en mi barriga!
Sirviente 2: – Sorry, man.
Nerón: – Muero...
Sirviente: – Muere
Nerón: – Estas son mis últimas palabras...
Sirviente: – Estas son sus últimas palabras
Nerón: – Muero
Sirviente: – Muere
Nerón: – Es mi sana partida
Sirviente: – Es Su sana... Su sana...
Otro: – ¿cuál Susana?
Sirviente: – Partida
Nerón: – A los dioses suplico...
Sirviente: – A los dioses miplico
Nerón: – Dadme el perdón
Sirviente: – Dadle el perdón
Nerón: – Y matad a mi sirviente
Sirviente: – Negadle el perdón...
Nerón: – Muero
Sirviente: – Eso ya lo dijo
Nerón: – ¡Qué artista muere conmigo!
Sirviente: – ¿Además de usted?
Nerón: – Idiota, soy yo
Sirviente: – Idiota es usted.
Fin.