Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Sin embargo, si bien en las últimas décadas ha tomado mayor importancia en las
organizaciones, algunos estudiosos remontan sus orígenes muchos siglos atrás.
Orígenes
El destacado especialista en Coaching Leonardo Ravier (2005) explica la etimología
de la palabra de esta manera: «La historia apunta hacia los siglos XV y XVI, cuando
empezó a hacerse muy popular la ciudad húngara de Kocs, situada a unos 70
kilómetros de Budapest, (entre Viena y Pest). Kocs se convirtió en parada obligada
para todos los viajes entre estas dos capitales. De esta manera se empezó a hacer
muy común el uso de un carruaje caracterizado por ser el único provisto de un sistema
de suspensión para dichos viajes. Además, destacaba por su comodidad frente a los
carruajes tradicionales. Así comenzó a hablarse del kocsi szekér, o sea el ‘carruaje de
Kocs’, símbolo de la excelencia.
De esta forma, el término kocsi pasó al alemán como kutsche, al italiano como cocchio
y al español como coche. En serbocroata se dice kocsikázik para designar la acción de
dar un paseo en coche. Por tanto, la palabra coach (coche) es de origen húngaro.
Designaba un vehículo tirado por animales para transportar personas, tal y como
declara Luis de Ávila en 1548 (Guerra de Alemania): “Se puso a dormir en un carro
cubierto, al que en Hungría llaman coche”.
11
(2005) Coaching Magazine. Número 1, nov-dic. Consulta: 18 de febrero de 2010
http://www.Coachingmagazine.net
Otros autores reconocen que el origen de la palabra proviene del mundo deportivo, del
inglés coach, que significa “entrenador”. De alguna manera identifican el rol del coach
como un entrenador de habilidades y competencias requeridas para alcanzar
determinados objetivos exitosamente. El coach, desde este enfoque, interviene para
generar los resultados esperados del equipo: alcanzar una meta. Para ello, identifica
los elementos que pueden estar limitando los avances, como hábitos inadecuados,
condiciones, emociones o acciones que interfieren en la confianza, motivación y
desarrollo de las personas.
La práctica del Coaching es considerada como una disciplina que ha recibido múltiples
influencias. Entre ellas, la de filósofos griegos, como Sócrates (con el desarrollo de la
mayéutica, para la cual no existe el enseñar, solo el aprender: el maestro no le enseña
los conocimientos al aprendiz, solo los revela a través de las conversaciones y
reflexiones, pues ya están dentro del aprendiz), además de influencias de la psicología
fenomenológica, la psicología humanista, la teoría de sistemas, la ontología del
lenguaje, la física cuántica, el mundo de los deportes, la biología del conocimiento, el
aprendizaje en movimiento, entre otros.
Autores como Bayón et. al. (2006) describen en detalle lo que un coach no es:
«No es un amigo, porque los amigos consienten los defectos (incluso los vicios) de
uno para no dañar la amistad. El coach es un espejo que transmite al pupilo una
imagen lo más fiel posible de sí mismo.
• Desarrollar y potenciar lo mejor que hay en cada persona, tanto en aquellos que
desempeñan roles como líderes, como en sus colaboradores.
• Enfocar a las personas a visualizar el futuro que desean alcanzar, buscando
superar las brechas con relación a su situación actual.
• Superar los obstáculos para cambiar las creencias que nos autosabotean y
limitan el desarrollo personal.
• Facilitar las condiciones para mantener un buen clima laboral, salud y bienestar
en el trabajo.
• Expandir el crecimiento personal y de los equipos, explorando nuevas
posibilidades, estimulando la creatividad y el entusiasmo en la labor que
desarrollan.
• Desarrollar habilidades para mejorar la calidad de la comunicación, la escucha
efectiva y el liderazgo resonante.
12
(2006)Coaching Realmente, pp. 17-18
2. Todo lo dicho es dicho por alguien y no solo revela lo que observa del mundo,
sino también se revela a sí mismo como el tipo de observador que es. Cuando
alguien dice: “De nada me vale ser calificado si para ingresar a un trabajo lo que
se requiere es tener influencias”, estoy expresando un juicio sobre cómo percibo
los procesos de selección de personal, juicio que se puede haber formado sobre
la base de experiencias personales o de la observación de situaciones
concretas. Pero a la vez que describe una realidad desde un punto de vista
específico, también nos dice algo del observador. ¿Podemos decir que se trata
de una persona optimista?, ¿podemos decir que está entusiasmado con la
posibilidad de buscar un trabajo? Tal vez no. Tal vez lo que se nos revela es un
observador que siente pesimismo, resignación o tal vez incluso resentimiento. En
otras palabras, nos damos a conocer en la manera en que hablamos, nos
mostramos, nos revelamos y los demás pueden llegar a nuestra alma a través de
las conversaciones. Esto nos lleva a reflexionar: ¿qué revelamos de nosotros en
nuestras conversaciones?, ¿qué valoramos, qué nos interesa realmente?,
¿cuántos mensajes positivos o negativos transmitimos a los otros?, ¿cuán fácil
nos es agradecer, reconocer, felicitar, o nos es más fácil criticar, cuestionar o
fijarnos en los defectos o debilidades ajenas?
3. Todo hacer y decir trae un mundo de posibilidades. Cuando hago o digo algo es
posible que se me abran o cierren posibilidades diferentes. Por ejemplo: si
estudio y trabajo arduamente para lograr un objetivo, se me abren posibilidades
diferentes que si lo hiciera solo por complacer a alguien o porque no tengo
mayor alternativa. Si hago mi trabajo de manera rutinaria, limitándome a cumplir
mínimamente mis obligaciones, solo esperando el momento de cambiarme de
trabajo o de jubilarme, el mundo de posibilidades que se me abre será diferente
a si trabajo pensando en la mejora continua de mi labor, en lograr la excelencia y
con una actitud colaboradora y proactiva. Igualmente, si digo, por ejemplo: “este
país no tiene salida, es un caos”, las posibilidades que surgen a partir de esta
declaración serán diferentes a si digo: “a pesar de lo difícil de la situación, este
país tiene un mundo de posibilidades esperando a los que sepan aprovecharla.
Vale la pena seguir luchando”.
Por ejemplo, si yo, como director de mi institución, observo que tengo a mi cargo un
grupo de trabajadores que, a mi juicio, son negligentes, están acostumbrados a hacer
solo lo que se les dice, y aún así lo hacen de mala gana, entonces, las posibilidades
de acción que se me abren a partir de esa perspectiva es imponer sanciones, elaborar
reglamentos, controlar cercanamente, desconfiar, exigir, o tal vez resignarme a
continuar permitiendo estas actitudes como siempre.
Si yo logro que mi observador analice estas situaciones con nuevos ojos, tal vez
pueda descubrir una mirada diferente y, a raíz de ella, puedo darme cuenta de que a
mi alrededor hay gente muy comprometida con su trabajo, que es mi propia actitud
hacia ellos lo que los hace actuar con desánimo. Me puedo dar cuenta de que no sé
reconocer los aportes que hacen, que desestimo las iniciativas que presentan, que
impongo las decisiones y que no me he preocupado por conocer a las personas. Si
observo la realidad con estos ojos nuevos, las posibilidades de acción que tengo ahora
Sin embargo, así como desde el enfoque racionalista se han logrado grandes avances,
lo que se observa también es que es insuficiente para comprender la naturaleza
humana, para entender los comportamientos, resolver los conflictos entre personas y
naciones, para revertir el daño a la propia naturaleza, y muchas otras situaciones. Al
parecer, el ser humano no solo es un ente racional, y es allí en donde esta mirada
racionalista deja grandes vacíos para comprender al hombre.
Podemos dictar los mejores cursos de liderazgo y explicar las mejores teorías que se
hayan escrito al respecto. Aun así, notaríamos que no es suficiente el conocimiento de
las teorías y las técnicas para ser los mejores líderes.
Podríamos también leer los mejores libros sobre comunicación y conocer las mejores
técnicas para la comunicación eficaz. Inclusive podríamos invertir en la mejor
tecnología en comunicaciones desarrollada en este planeta, pero nos podría suceder
lo mismo que en el caso anterior: ser una organización con dificultades para sostener
una comunicación abierta fluida.
¿Qué es lo que observamos en estos dos casos? Hay dimensiones del ser humano
que el mundo racional no logra abarcar ni explicar. El modo humano de vivir no se
circunscribe al uso de la razón, por lo tanto, los aprendizajes tampoco se limitan al uso
de la razón.
Estructura de coherencia
Tal como se menciona líneas arriba, la dimensión emocional es una dimensión
fundamental del ser humano. Es un espacio de diseño, de cambio, de aprendizaje
significativo.
Ahora bien, las emociones surgen en los seres humanos en un cuerpo determinado,
se corporalizan de alguna manera. No es posible "emocionar" fuera del cuerpo.
Entonces, para comprender las emociones, tenemos que mirarlas dentro del cuerpo
que las expresa. Si observamos con cuidado, la interacción entre cuerpo y emociones
es tan estrecha que las emociones frecuentes, y las más duraderas, marcan los
cuerpos de tal manera que puede observarse desde el exterior en las posturas, gestos
y huellas en el rostro. Por ejemplo, se notará si alguien vive en el resentimiento, y
desde esa emocionalidad critica a los demás, habla a espaldas de otros, responde
agresivamente cuando es confrontado o cuando es criticado. Es muy probable que su
rostro exprese la amargura de vivir en el resentimiento, falto de afectos y amistades
sinceras y sus gestos y caminar también expresen lo mismo de manera coherente. En
otros casos, las personas deprimidas tienden a caminar cabizbajas, con poco
dinamismo y entusiasmo. Su rostro suele reflejar tristeza, abatimiento, desesperanza,
y sus conversaciones tienden a ser pesimistas, trágicas y con poco interés por la vida
y las buenas noticias.
Tal vez tengamos más ejemplos en donde, sin necesidad de hablar, detectamos que
los cuerpos expresan las emociones que están viviendo.
Entre las principales dimensiones que nos interesan resaltar para fines del Coaching
tenemos tres: la dimensión del lenguaje, la dimensión emocional y corporal. Cada una
está unida a las otras dos, conformando un todo y son a la vez diferentes. Podemos
intervenir en una dimensión llegando a través de las otras.
Análisis de lecturas
La lectura de los textos que se indican a continuación es obligatoria para continuar con el
estudio.
Lectura 1
WOLK, Leonardo
2007 Capítulo I “El Arte de soplar brasas”. En Coaching. El arte de soplar brasas.
Buenos Aires: Gran Aldea Editores, pp. 1-6.
Lectura 2
WOLK, Leonardo
2007 Capítulo II: Ideas fundacionales: Aprendizaje y responsabilidad. En Coaching.
El arte de soplar brasas. Buenos Aires: Gran Aldea Editores, pp. 7-13.
Lectura 3
WOLK, Leonardo
2007 Capítulo III: “Aprendizaje transformacional”. En Coaching. El arte de soplar
brasas. Buenos Aires: Gran Aldea Editores, pp. 55-103.