0 оценок0% нашли этот документ полезным (0 голосов)
23 просмотров2 страницы
Presentación del documento del Pontificio Consejo "Justicia y Paz" titulado Para una mejor distribución de la tierra. El reto de la reforma agraria. "Justicia y Paz" es un organismo de la Santa Sede, creado por Pablo VI en 1967, que se ocupa de los principales problemas sociales que afectan a la humanidad. En otras ocasiones ha elaborado, por ejemplo, documentos sobre el racismo, la deuda externa de los países pobres y la economía en relación con el desarrollo.
Presentación del documento del Pontificio Consejo "Justicia y Paz" titulado Para una mejor distribución de la tierra. El reto de la reforma agraria. "Justicia y Paz" es un organismo de la Santa Sede, creado por Pablo VI en 1967, que se ocupa de los principales problemas sociales que afectan a la humanidad. En otras ocasiones ha elaborado, por ejemplo, documentos sobre el racismo, la deuda externa de los países pobres y la economía en relación con el desarrollo.
Presentación del documento del Pontificio Consejo "Justicia y Paz" titulado Para una mejor distribución de la tierra. El reto de la reforma agraria. "Justicia y Paz" es un organismo de la Santa Sede, creado por Pablo VI en 1967, que se ocupa de los principales problemas sociales que afectan a la humanidad. En otras ocasiones ha elaborado, por ejemplo, documentos sobre el racismo, la deuda externa de los países pobres y la economía en relación con el desarrollo.
Acaba de publicarse semanas atrás un documento del Pontificio
Consejo "Justicia y Paz" titulado Para una mejor distribución de la tierra. El reto de la reforma agraria. "Justicia y Paz" es un organismo de la Santa Sede, creado por Pablo VI en 1967, que se ocupa de los principales problemas sociales que afectan a la humanidad. En otras ocasiones ha elaborado, por ejemplo, documentos sobre el racismo, la deuda externa de los países pobres y la economía en relación con el desarrollo.
Esta vez, motivado y alentado especdialmente por las
preocupaciones, acciones y declaraciones de la Iglesia latinoamericana, el mensaje se dirige hacia el grave problema que todavía subsiste respecto a algo tan elemental como el justo acceso para todos los hombres a la participación en la posesión de la tierra.
Siendo que la tierra y sus riquezas deben ser consideradas como
un bien común de toda la humanidad, se constata, sin embargo la excesiva concentración de la tierra en grandes propietarios y, al mismo tiempo, la gran fragmentación de las pequeñas fincas que quedan a menudo al margen del mercado.
En la primera parte del texto, se señalan las cuestiones
institucionales y estructurales que impiden la realización de una reforma agraria que salga al paso de los problemas indicados.
La segunda parte expresa el mensaje bíblico que en gran medida
está consignado en la celebración del Jubileo. El Jubileo, según el capítulo 25 del libro del Levítico, recuerda el señorío de Dios sobre toda la creación, el valor de la propiedad estable de la tierra y al mismo tiempo la necesidad de repartirla o restituirla equitativamente. A su vez, se sintetiza la doctrina social posterior de la Iglesia en relación con la propiedad de la tierra que consiste en la relación armoniosa entre dos principios: el destino universal de los bienes y el derecho a la propiedad privada.
Finalmente, en la tercera parte se desarrollan los "presupuestos
éticos y culturales para llevar a cabo una reforma agraria eficaz y eficiente". Los factores que deberían activarse para conseguirlo son, entre otros: la formación profesional, el acceso al crédito y la promoción de la mujer.
Algunos problemas que merecen especial atención son la cuestión
de la tierra de lo indígenas y la ocupación de tierras. Este última es una cuestión particularmente delicada y compleja y se la interpreta como una señal urgente para llevar rápidamente a cabo una reforma agraria auténtica.
Dicha reforma no es una mera entrega de tierras. Supone, después
de tantos y rotundos fracasos, un programa articulado capaz de activar todos los factores culturales, sociales, políticos y económicos. La repartición de la tierra es una "transferencia de poder político y económico" para poder romper la dependencia respecto a los grandes propietarios, de los usureros y de la élite urbana. El documento cree que, sin olvidar la multitud de dificultades institucionales y estructurales, alcanzar una reforma agraria equitativa y eficiente es "una utopía realizable".•