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UNIVERSITY LIBRARY
UNIVERSITY OF ILLINOIS AT URBANA-CHAMPAIGN
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HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914
VICENTE BLASCO IBAÑEZ
HISTORIA
DE LA
GUERRA EUROPEA
DE 1914
TOMO SEGUNDO
PROMETEO
SOCIEDAD EDITORIAL
Germanías, F S. — VALENCIA
BLASCO IBÁÑBZ BN BL FRENTB. PRESENCIANDO LA CARGA DB UN CAÑÓN DB GRAN CALIBRE
(Fot. J. Franch)
7áh"4ao
Págs. Págs.
I.
— Operaciones de los franceses en Al- retirada. — «Taubes» sobre París. — El
II.
— La guerra en Lorena.
— Atrocidades ale- VI. — La situación de los dos ejércitos.
— El go-
manas 425 bierno francés se traslada á Burdeos.—
III.
— El momento — Castelnau tenaz.
crítico. el El general Gallieni defensor de París. 546
— Cómo fué salvado Nancy. — La bata- VII. — Los preparativos del gran choque en el
La invasión de Bélgica
fm
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 11
de la mañana del 3 de Agosto, manifestase Bélgica si fué un documento que ya publicamos integro, en el
estaba dispuesta á facilitar tales operaciones. Dicha cual el gobierno belga se negó á facilitar las opera-
nota estaba preparada muchos días antes, ó sea desde ciones de los alemanes, protestando contra toda vio-
que Guillermo II se decidió á la guerra contra Fran- lación de su territorio, que estaba í-esuelto á defen-
cia y Rusia. der con energía. También protestó en nombre de su
M. Davignon, ministro belga de Negocios Extran- neutralidad, formalmente garantizada en los tra-
jeros, comunicó inmediatamente el ultimátum al rey tados de 1830 y 1870 por las grandes naciones de
y á sus compañeros de ministerio. La contestación Europa, entre las que figuraba Prusia.
En la misma noche del 2 al
3 de Agosto, cuando el gobier-
no belga estaba redactando
su respuesta, circuló por Bru-
selas un telegrama anuncian-
do que los alemanes habían
violado ya la frontera, apode-
rándose de Visé sobre el río
Mosa. La noticia era falsa y
avanzaba un hecho (pie sólo
se realizó después. Indudable-
mente fueron los espías ale
manes que la hicieron cir-
los
y el de Francia siguió respetando la neutralidad del las armas — sabed que al ejercer vuestro derecho
:
y la democracia de Europa.»
El grupo socialista de la Cá-
mara de diputados votó todos
los créditos de la moviliza-
ción, pidiendo además
al go-
bierno que adoptase medidas
extraordinarias para la defen-
sa del país y el buen funcio-
namiento económico. En sus
recomendaciones á los obre-
ros les aconsejó que diesen á
La atención de Europa se
fijó por primera vez en este pequeño ejército, hasta á los soldados, tenían el aspecto de tenderos con
entonces menospreciado. Los alemanes habían hecho uniforme ó de vagos comprendidos en una leva. Siem-
siempre objeto de sus burlas á los militares de pre que en los círculos militares de Alemania se
Bélgica. hablaba del ejército belga y de la posibilidad de que
Según ellos, el oficial belga era un pacífico bur- alguna vez intentase defender su territorio, los bri-
gués, que iba al cuartel como á una oficina. En cuanto llantes oficiales prusianos decían con risueño desdén:
batallador y la misma
sangre viva. Julio César
caracterizó las cualida-
des militares de este pue-
blo en la siguiente frase:
Fortisimi virorum Belga.
Conocida es la gran re-
putación de la infantería
walona en tiempos de
Wallenstein y en todas
las guerras donde los
soldados de los Países
Bajos combatieron en
otros siglos por el Impe-
rio de Austria. Conocido
es también el valor de
los belgas cuando han
tenido que defender su
suelo y su independen-
cia. En cuanto á los ofi-
grotesca, semejante á la que tienen en Francia los El ejército belga recibió desde el primer momento
bomberos de Nauterre. Son soldados ridículos, com- del peligro numerosos voluntarios. Aparte de éstos,
batientes de opereta. su efectivo por los llamamientos de la ley ascendió
Pronto se encargaron los hechos de demostrar á á 340.000 hombres.
losguerreros de Guillermo II que para apoderarse de Las tropas belgas fueron agrupadas del siguiente
Bélgica se necesitaba algo más que los bomberos de modo: 150.000 hombres para el ejército de campaña:
Dusseldorff. 130.000 para la guarnición de plazas fuertes; 60.000
El ejército belga se compone, lo mismo que la po- como reservas de reemplazamiento y tropas auxilia-
blación del país, de dos
elementos étnicos: los
walones y los flamen-
cos. «El soldado walón
— dice un autor fran-
cés — posee en conjunto,
poco más ó menos, las
mismas cualidades de
nuestro hombre de tro-
pa. Pequeño de estatu-
ra, vivo de genio y con
gran facilidad para re-
solver los inconvenien-
un incansable an-
tes, es
y" WHMe
darín. El soldado fla-
menco, más pesado en
apariencia, rubio gene-
ralmente, y muy gran-
de, posee las cualidades
y los defectos del ale-
mán. Walones y flamen-
cos que componen el
ejército belga, tienen de
común el mismo instinto
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 15
res. El ejército de campaña comprendió 6 divisio- bido proposiciones de Alemania, asegurándole la in-
nes completas y una división de caballería. Además tegridad de su territorio y de las posesiones belgas
la guardia cívica activa constaba de 50.000 hombres después que se firme la paz, siempre que Bélgica per-
y de 100.000 la guardia cívica no activa. mita el paso libre de las tropas alemanas á través de
Todas estas tropas, aunque valerosas y entusias- su país, amenazándolo en caso de negativa con tratar
tas, eran de modesta importancia ante los ejércitos á Bélgica como á un enemigo. Alemania dio un plazo
enormes de Guillermo II. También resultaba conside- de 12 horas á Bélgica para su respuesta. Creemos que
rablemente desigual la comparación entre los 7 millo- Bélgica ha rehusado categóricamente el aceptar esta
nes de habitantes de Bélgica y los 60 millones de ha- violación flagrante de su derecho.
bitantes de Alemania. »E1 Gobierno inglés se ha visto obligado á protes-
Sin embargo, los belgas no vacilaron un momento, tar ante Alemania. Se ha visto obligado también á
emprendiendo con valeroso entusiasmo los preparati- pedirle que renuncie formalmente á la demanda l'or-
vos de defensa. Á espaldas de ellos estaba el gobier- mulada cerca del Gobierno belga y que dé la seguri
no francés, que les había dado toda clase de segurida- dad absoluta de respetar la neutralidad de Bélgica.
des para el respeto de su neutralidad, garantizando Hemos pedido una respuesta inmediata.
que nunca atentaría contra ella, y que además se »Esta mañana hemos recibido en nuestra legación
opondría á que ninguna otra potencia la violase. Por de Bruselas la respuesta que da Alemania á la nega
parte de Inglaterra la situación era igualmente pre- tiva de Bélgica referente á la proposición contenida
cisa. El gobierno británico, que hasta el 2 de Agosto en el ultimátum. Alemania parece decidida á usar de
buscó el restablecimiento de la paz, tuvo que abando- la fuerza para pasar á través del territorio belga.
nar su actitud conciliante al ver en peligro la neutra- Hemos recibido también un telegrama del ministro
lidad de Bélgica. Consignamos en otro lugar las de- belga de Negocios Extranjeros diciéndonos que el te-
presidente del gobierno inglés, M. Asquith, hizo ante nuando su avance á través de Bélgica.
dicha Cámara las siguientes manifestaciones: «Esta- «Hemos recibido igualmente esta mañana del em-
mos informados de que el Rey de los Belgas ha reci- bajador de Alemania una comunicación oficial, ase-
16 VICENTE BLASCO IBANEZ
gurándonos que Alemania, aun en el caso de conflicto guerra. Alemania, que había invadido ya á Bélgica, se
armado con Bélgica, no tiene la intención de anexio- negaba á retroceder, arrostrando la enemistad de In-
narse este país. (Risas irónicas.) glaterra. Ésta ha considerado siempre necesaria para
»La declaración de Alemania debe ser sincera, su vida la neutralidad de Bélgica y Holanda, por estar
porque ha prometido solemnemente á Holanda no ad- sus costas inmediatas á las de las islas británicas.
quirir ningún territorio á costa de este último país. Asombra la ceguera de Guillermo II y de Beth-
La comunicación alemana nos asegura también que mann-Hollweg, que les hizo creer posible la invasión
su ejército estaba expuesto á un ataque del ejército de Bélgica sin incurrir en la enemistad de Inglaterra.
francés á través de Bélgica, y que por esto la ocu- Bismarck y Moltke vieron más claro en este asunto.
pación de Bélgica era para Alemania una cuestión de Muchas de las guerras sostenidas en el pasado por la
vida ó de muerte. Gran Bretaña tuvieron por causa el deseo de neutra-
»Sin embargo, yo debo añadir en nombre del Go- lizar unos países fronterizos á sus costas, y que en
bierno británico que nosotros no podemos considerar poder de una gran potencia representarían un grave
la comunicación alemana como satisfactoria. A con- peligro para la seguridad británica. La lucha tenaz
secuencia de esto, hemos repetido nuestra petición de de Inglaterra y España en otros siglos obedeció á
la semana última cerca del Gobierno alemán para estar bajo el dominio español los Países Bajos. El pue-
que nos dé las mismas seguridades que Francia y blo británico no podía considerarse tranquilo mientras
Bélgica en lo que concierne á la neutralidad del terri- tuviese á pocas millas una nación capaz de poner su
torio belga. vida en peligro con un rápido desembarco.
»E1 Gobierno británico ha pedido á Alemania que Al iniciarse la Revolución francesa los liberales
le dé una respuesta satisfactoria antes de media ingleses miraron con simpatía este movimiento polí-
noche.» tico, y el gobierno británico no sintió deseo alguno de
La respuesta exigida por
el gobierno inglés llegó intervenir en los asuntos interiores de Francia. Pero
á Londres en las primeras horas de la noche. Era la la primera República, á impulsos de un fogoso apos-
Dibujo de |. Spencer Pryse. de .Tho llliistr<ited London News.
tolado libertador, lanzó sus ejércitos á través de Bél- lumnas alemanas franquearon la frontera por diver-
gica, llevando su audacia hasta ocupar el puerto de una marcha convergente sobre Lieja.
sos puntos, en
Amberes. Esto bastó para que Inglaterra rompiese La vanguardia de la invasión germánica estaba
las hostilidades, sosteniendo una guerra de 23 años compuesta de 120.000 hombres. Su ala derecha avan-
contra la República francesa y contra Napoleón, con- zó sobre Visé, situado más arriba de Lieja, sobre el
tribuyendo más que nadie á la caída de este último y Mosa; el centro pasó por Hervé, y el ala izquierda ai-
restableciendo el equilibrio europeo, necesario para guió la cuenca del Vesdre.
su vida insular. Una parte del ala derecha, al tropezar con la re-
En 1914, frente á la inquietante ambición alema- sistencia de los belgas en Visé, se introdujo en Holan-
Fotrfc de Liers
Fuerte de
Lant¡j)_ss£.°r—
-*±^»--— íí'jecfwrlí de Fbnti
na, no iba Inglaterra á rectificar una política de si- da, violando la frontera, y atravesópunta meridio-
la
glos. Ya hemos visto (tomo I, página 185) cómo fué nal de dicha nación por cerca de Maestricht, para
la última entrevista entre el embajador británico en pasar el Mosa por un punto que Bélgica no había de-
Berlín y los gobernantes alemanes. Alemania se negó fendido, fiándose en el respeto á la neutralidad holan-
rotundamente á desistir de la invasión de Bélgica, desa.
considerándola precisa para su éxito militar. El pro- El primer choque entre belgas y alemanes fué al
yecto de invasión era obra de muchos años. Sur de Visé, entre un destacamento de lanceros bel-
Tres horas después de recibir la negativa de Ber- gas y un escuadrón de huíanos, quedando prisione-
lín, el gobierno de la Gran Bretaña declaró la guerra ros 25 jinetes alemanes.
al Imperio alemán. Alrededor de los fuertes de Lieja, los ingenieros
D
belgas destruyeron todos los edificios que podían es-
Mientras la diplomacia inglesa y alemana soste- torbar el tiro de la artillería. Un puesto de telegrafía
nían su último diálogo, las tropas imperiales invadie- sin hilos fué instalado sobre la vieja Ciudadela. Varios
ron el territorio belga. aviadores militares hicieron reconocimientos, anun-
En la noche del 3 al 4 de Agosto las primeras co- ciando el avance del enemigo. Una columna salida de
TOMO II
18 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Lieja encontró á los alemanes cerca de Fleron, soste- se vio fortificada considerablemente. En realidad, el
niendo con ellos un choque que paralizó su avance. sistema de fortificaciones de las tres ciudades no esta-
En
general, la guarnición de Lieja, saliendo á ba- ba completamente terminado cuando estalló la guerra,
tirse en campo libre, repelió los primeros avances de y tenía considerables defectos que se revelaron en el
losalemanes. Éstos intentaron pasar por entre los rios curso de las operaciones.
Vesdre y Mosa atacando con gran energía, pero el ge- Lieja posee en una altura vecina una antigua Ciu-
neral Leman los contuvo durante algún tiempo con vi- dadela, y en los alrededores un fuerte con bastiones,
gorosos contraataques, causándoles graves pérdidas. igualmente antiguo. Como estas dos obras no eran
Sin embargo, la desigualdad numérica era grande útiles para la guerra moderna, el Estado Mayor belga
entre unos y otros, y los belgas, al
fin, tuvieron que retirarse á los
fuertes, dedicándose á su defensa.
Antes de esta retirada consiguie-
ron, sin embargo, el gran triunfo de
hacer retroceder á los cuerpos de
invasión. Uno de éstos llegó en su
retirada hasta el territorio holan-
dés,y los valerosos belgas sólo se
detuvieron en su avance cerca de
la linea fronteriza.
La plaza de Lieja había sido for-
tificada por el general Brialmont,
ilustre militar belga. En numero-
sos escritos pidió éste durante va-
rios años que su país se pusiese á
cubierto de una ofensiva alemana
fortificando á Lieja y Namur. Gra-
cias á él, en 1898 estas dos ciuda-
des fueron convertidas en campos
atrincherados. También Amberes CAMPAMENTO DE INFANTERÍA ALEMANA EN LOS ALREDEDORES DE VISÉ
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 19
las dejó como estaban, considerando innecesario su entre un fuerte y otro. Además la barrera del
Mosa,
mejoramiento. defendida en sus dos extremos por Lieja y Namur,
La defensa de Lieja se basó en 12 fuertes avanza- tenía un punto flaco: la escasa fortificación de la
pe-
dos alrededor de la ciudad, á una distancia de 8 kiló- queña plaza de Huy, que era su punto vulnerable. La
metros por término medio, y separados entre ellos por masa enorme de la invasión alemana salvó el obstáculo
espacios de 2.000 á (i. 000 metros. La extensión dema- del Mosa pasándolo cerca de Huy, sin encontrar una
siado considerable de alguno de estos intervalos faci- resistencia seria, para esparcirse luego por todo el
ataques del enemigo.
litó los resto de Bélgica.
Estos fuertes eran de un tipo particular, con fosos
de 8 metros de anchura, y gran parte de su artillería Las tropas belgas de Lieja no se hacían ninguna
bajo cúpulas blin- ilusión sobre el éxi-
dadas. La guarni- de su lucha
to final
ción de la plaza es- con los invasores.
taba compuesta de Eran 40.000 hom-
tropas especiales bres en conjunto,
de fortaleza y una y descontando las
brigada activa de guarniciones de
defensa móvil. los fuertes, sólo
La plaza de Na- 25.000 podían ac-
raur, que está si- tuar en los comba-
tuada al otro ex- tes fuera de la pla-
tremo del curso del za. Tenían enfrente
Mosa, en la tierra 120.000 hombres, y
belga, posee 9 fuer- este ejército de in-
tes del mismo tipo vasión aumentaba
que los de Lieja é rápidamente, pues
igual guarnición nuevos cuerpos ale-
móvil. Entre Lieja manes afluían á la
y Namur existe una frontera, penetran-
pequeña plaza, la do en Bélgica.
de Huy, pero sin A pesar de esto,
valor alguno por la Leman y sus vale-
debilidad de sus for- rosos soldados no
tificaciones. vacilaron un mo-
Amberes, más mento. Sabían que
que como plaza de su misión era re-
valor estratégico, tardar cuanto les
fué preparada co- fuese posible el
mo último refugio avance del enemi-
para el ejército bel- go, dando tiempo
ga, en el caso de al país para que
una invasión irre- organizase y com-
sistible. Además de pletase sus medios
su antiguo recinto, defensivos.
quedó reforzada OBNB1CAL B RIALMONT
El invasor había
con 22 fuertes mo- contado con la sor-
El gran organizador de las fortificaciones de Bélgica
dernos, algunos de presa como el ele-
los cuales no estaban aún terminados al estallar la mento más seguro de su victoria.día, cada
Cada
guerra. La principal defensa de Amberes se basó en hora que se retrasara su avance, tropezando con una
las inundaciones de los alrededores, obtenida por resistencia tenaz, equivalía á una victoria. Lo impor-
medio de las esclusas del Escalda, cuya profundidad tante era detener al ejército alemán para que Bélgica
puede llegar á 3 ó 4 metros. se rehiciera de su sorpresa y Francia terminase su
El gran defecto del sistema de fortificaciones, no- movilización, amenazada por este ataque traidor á
table, pero incompleto, organizado por Brialmont, con- través de un país neutral. Leman y sus tropas se sa-
sistió, como ya hemosdicho, en los grandes espacios crificaron heroicamente en el cumplimiento de este
libresque se dejaron abiertos entre las obras. En al- encargo, y gracias á ellos sufrió Alemania el primero
gunos puntos estos espacios eran de o" kilómetros, y el de sus fracasos, que tan poderosamente ha influido
enemigo acabó por pasar con una vigorosa ofensiva luego en el resto de la guerra.
20 VICENTE BLASCO IBANEZ
BL PUENTE DE VISÉ DESTRUIDO POR LOS BELGAS PARA IMPEDIR BL AVANCE DE LOS ALEMANKS
22 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
de los once vecinos, obligaron á todos los habitantes á tieron la imprudencia de levantar la cortina de una
desfilar ante sus cuerpos. Tendidos en medio de una ventana para ver desfilar á los alemanes. Estos, ale-
acera, y con la cara descubierta, estaban los cadá- gando que su gesto curioso era de insulto, los sacaron
veres de dos vecinos importantes, los señores Brout- de la casa á culatazos y los condujeron á las afueras,
sa. Junto á ellos fumaban y reían un coronel pru- fusilándolos. Un campesino que recogía sus vacas en
siano y varios tenientes jóvenes. Uno de éstos gritó á elcampo y un niño que miraba de cerca los cañones
la muchedumbre en francés: alemanes, fueron fusilados igualmente.
—Esta es la suerte que os espera á todos los En Foret el dueño de una granja llamado Delbaux
belgas si continuáis mostrándoos hostiles. y dos de sus hijos fueron conducidos al campo á cula-
Al mismo tiempo las casas
de Visé empezaron á arder y
los soldados robaron todo lo
Todos los caseríosfueron objeto del pillaje en masa ó el escritor belga Nothomb — se mezcló á nuestros entu-
del robo individual. Los vecindarios que no huyeron á siasmos.» Pero á pesar de esto, Bélgica no sintió amen-
tiempo, se vieron diezmados. Las mujeres fueron víc- guarse su fe. «Una muchedumbre de mercaderes, de
timas délos más odiosos ultrajes. El soldado alemán, pequeños rentistas, de obreros, de campesinos, acos-
«modelo de valor y de cortesía» según los periodistas de tumbrados al bienestar ó fatigados por el duro traba-
Berlín, se vengó, martirizando y asesinando á los pai- jo, encontró como siempre en las horas trágicas su
sanos indefensos, de la pavorosa sorpresa que le había verdadera personalidad. El alma de los antiguos pa-
hecho sufrir la resistencia valerosa del ejército belga. ladines, el libre orgullo de los viejos comuneros, la
honradez fundamental de un pue-
blo de virtudes burguesas, se ma-
nifestó con un solo grito.»
Esta Bélgica, dividida por los
partidos y por las lenguas, desga-
rrada por las luchas sociales, no
tuvo de prontomás que un alma y
una voz. Los hermanos separados
se reconocieron y reconciliaron.
Alemania tuvo contra ella la una-
nimidad de todo un país, «al que
había querido seducir con su son-
risa pesada, y que no pudo com-
II
La defensa de Lieja
engañar á los defensores. Los regimientos de Guiller- camino y el ferrocarril que conduce á Namur. Sus
mo II intentaron el asalto imitando los toques de cor- fuegos se cruzan con los de los fuertes de Hollogue y
neta del ejército adversario. Algunos destacamentos de Bonzelles, que son los más inmediatos.
alemanes avanzaron precedidos de una bandera blan- El fuerte de Hollogue bate la pendiente de Ans, la
ca, para que los defensores de Lieja cesasen su fuego. vía férrea de Saint-Tron, el camino de Hollogue y el
Cuando llegaban cerca de éstos, descubrían las ame- ferrocarril á Bruselas. Sus fuegos se cruzan con los
tralladoras ocultas detrás de sus filas, disparando del fuerte de Flemaille, ya mencionado, y con el de
traidoramente. Loncin, que le sigue en la cadena defensiva.
«Un murmullo de horror y de repugnancia — dice El fuerte de Loncin bate el ferrocarril de Saint-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 25
Trond y los caminos de Tongres y de Hollogue. Sus aunque grande es de tipo antiguo, con bastiones visi-
fuegos se cruzan con los del fuerte de Hollogue y el bles, no fué comprendido en el sistema de defensas
fuerte de Lantin. organizado por el general Brialmont, al que llamaron
El fuerte de Lantin está en la bifurcación del gran sus admiradores, con justicia, «el Vauban belga».
camino de Tongres y los ferrocarriles á Saint-Trond y El valor de los 12 fuertes mencionados era des-
Tirlemont, y los domina absolutamente. Sus fuegos se igual. Sus organizadores habían tenido en cuenta
cruzan con los fuertes de Loncin y de Liers. principalmente la importancia de la posición geográ-
El fuerte de Liers bate la vía férrea Lieja-Tongres- fica, ó sea las condiciones especiales de las alturas en
Hass, la de Ans á Liers y la de
Glous. Sus fuegos se cruzan con los
de los fuertes Lantin y Pontisse.
El fuerte de Pontisse, obra final
de la cadena de fuertes de la ribera
izquerda, bate, como el de Fle-
maille, las dos orillas del Mosa y
además el ferrocarril á Maestricht
y el camino de Visé. Sus fuegos se
cruzan con los de los fuertes Liers
y Barchon.
Estos son los seis fuertes de la
ribera izquierda del Mosa. En la
orilla derecha los otros seis fuertes
tienen los siguientes nombres:
Barchon, batiendo la cuenca del
Mosa y el camino de Visé. Sus fue-
Ourthe, antes de afluir al Mosa. Pero este fuerte, que se extendiese por el resto de Bélgica. El defecto prin-
Tomo II
26 VICENTE BLASCO 1BAÑEZ
cipal de esta cadena defensiva fué, como ya diji- fuerte de Barchon. Las fuerzas alemanas atacaron en
mos, que los fuertes estaban muy separados, viéndo- forma de abanico. El extremo derecho de la columna
se mal unos á otros y con grandes espacios que per- rodeó el fuerte de Barchon, dirigiéndose en su movi-
mitían á las tropas sitia- miento desbordante hasta
doras el llegar hasta la el pueblo que lleva el mis-
dos morteros rayados de TORRE ACORAZADA CON CAÑONES presentaba para ellos una
21 centímetros y cuatro verdadera derrota, fué el
piezas de tiro rápido de 57 milímetros. Los otros seis que les costó mayores pérdidas, especialmente en
fuertes secundarios poseían dos piezas de 15 centí- prisioneros. La artillería de los alemanes hizo gran
metros y dos de 12; un mortero rayado de 21 cen- consumo de proyectiles pretendiendo anonadar al
tímetros y tres piezas de 57 milímetros. El arma- fuerte de Barchon. Pero su tiro estuvo mal regulado
mento total de la plaza, comprendiendo la artillería y la artillería belga adquirió una visible ventaja
volante de las posiciones avanzadas, ascendía á
400 piezas.
D
sobre sus baterías. Dos cañones alemanes quedaron persiguiéndolos más de un kilómetro. En algunos
destrozados. sitios la retirada alemana llegó hasta 10 kilómetros.
Al mismo tiempo que la izquierda operaba inútil- Todas las tropas enemigas que atacaban el sector Nor-
mente contra Fléron y la derecha contra Barchon, el deste retrocedieron ante la acometida de los belgas.
centro atacó el fuerte de Evegné con igual falta de
éxito. La artillería de este fuerte causó á los asaltan-
tes grandes pérdidas, ayudada por las de Fléron
y Mientras ocurría esto en dicho sector, los alema-
Barchon. Mientras tanto, las fuerzas móviles de los nes que atacaban por el sector Sudeste intentaron
belgas respondían á sus avances con vigorosos con- desbordar las posiciones belgas del lado de Huy ata-
traataques. A las pocas horas la ofensiva alemana es- cando los fuertes de Bonzelles y Embourg. Los obstá-
taba detenida en toda la línea y los belgas quedaban culos acumulados sobre el terreno retardaron sensi-
victoriosos. blemente su avance, sufriendo enormes pérdidas. Sin
Tal fué la jornada del 5 de Agosto. embargo, los belgas eran en este sector poco nume-
Á pesar de su fracaso, el general Von Emmich en- rosos, pues no pasaban de 1.500 hombres las fuer-
vió un parlamentario al general Leman, á la caída zas móviles que defendían los intervalos entre los
de la tarde, para que rindiese la plaza, amenazán- fuertes.
dole en caso contrario con ordenar que un Zeppelin Abrumados por la gran superioridad numérica del
lanzase bombas enemigo, los bel-
de picrita sobre gas tuvieron que
los edificios de retroceder unos
Lieja ocupados dos kilómetros.
por el Estado El instante era
Mayor. La res- crítico.Empeza-
puesta la dieron ba á cerrar la no-
los fuertes bel- che y los alema-
gas redoblando nes avanzaron
el fuego de su hacia la ciudad,
y las
artillería dejando atrás
tropas móviles los fuertes. Acu-
lanzándose á la dió el general
bayoneta contra Leman con to-
las posiciones de dos los refuerzos
los alemanes. que pudo reunir,
A las siete de y en vez de 1.500
la tarde los ba- belgas fueron
tallones de Lie- 15.000 los que se
ja, surgiendo de opusieron al pa-
la línea de fuer- so del enemigo.
tes, empujaron Los belgas car-
á los sitiadores, CORTE TRANSVERSAL DB UNA COPULA OIRATORIA garon á la bayo-
28 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
modo hábil sus fuerzas, tres veces inferiores á las del •Naturalmente, toda la prensa extranjera que nos
enemigo. es hostil señalará como una derrota este incidente,
Las guarniciones de los fuertes de Lieja dieron que no puede tener la menor influencia sobre las gran-
pruebas de gran pericia en el manejo de la artillería. des operaciones del porvenir. Hay que reconocer, sin
Sus tiros certeros desmontaron algunas piezas de las embargo, que este suceso representa un acto único de
baterías enemigas. En cambio los alemanes demos- heroísmo y un signo de la bravura de nuestras tro-
traron una inexplicable falta de habilidad en el ma- pas.»
nejo de sus cañones. Después de bombardear durante Como se ve, desde el principio de la guerra em-
tres horas el fortín de Evegné, la guarnición de éste pleó Alemania el sistema de falsedades, que no ha
no tuvo ni un herido, y la cúpula blindada quedó in- cesado de practicar después. El ejército sitiador de
tacta. Lieja, mandado por Von Emmich, que estaba compues-
El primer fracaso ante los fuertes de Lieja fué to de los cuerpos de ejército 7. u 9.° y 10. u y además
, ,
ataque fué por el Norte, el Este y el Sur. De los doce fuertes, seis eran principales y los otros secundarlos ó fortines. Las
baterías alemanas de morteros colosales, al ser emplazadas frente á algunos de estos fuertes, los destruyeron en poco tiempo.
tan indiscutible, que Alemania tuvo que reconocerlo, de una brigada del 4." cuerpo, en total 120.000 hom-
aunque envolviendo su confesión con toda clase de fal- bres, era según el parte de los alemanes «un peque-
—
sedades. «El miércoles 5 de Agosto dijeron los perió- ño destacamento». El ataque de Lieja, intentado con
dicos de Berlín— las tropas de la vanguardia alemana grandes parques de artillería, era «un simple golpe
han penetrado por toda la extensión de la frontera de mano». La batalla en la que habian combatido tres
belga. Un pequeño destacamento ha intentado un alemanes contra un belga, representaba para Alema
golpe de mano sobre Lieja, demostrando una gran nia «un acto único del heroísmo alemán y un Bigno
audacia. Algunos escuadrones de caballería entraron de bravura de sus tropas».
en Lieja. Su propósito era apoderarse del comandante En el resto de la guerra aun intentó la prensa ale-
de las fuerzas belgas, que únicamente escapó apelan- mana desfigurar la verdad con mayor descaro, para
do á la fuga. La tentativa hecha sobre la plaza, cuyas combatir de este modo el efecto de las afirmaciones
fortificaciones sonmodernas, no ha tenido éxito. humillantes de la prensa extranjera.
«Nuestras tropas están ahora delante de la plaza El único golpe de mano con sorpresa que intenta-
en contacto con el enemigo. ron los alemanes, fué la ocupación de Visé al iniciar
30 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
las hostilidades. Ciento cincuenta automóviles proce- Lieja mientras se desarrollaba la batalla en las afue-
dentes de Aix-la-Chapelle, llevando cada uno 10 hom- ras de la ciudad.
citada población. Pero «El vecindario está en calma. Los grupos entonan
bres, entraron de pronto en la
antes que ellos habia llegado el regimiento 12." de en las calles canciones patrióticas. El primer prisio-
infantería belga, tomando posiciones en las afueras nero de guerra es el teniente Von Forstner, del regi-
del pueblo, á lo largo del Mosa. Nuevos refuerzos ale- miento de húsares de Eeiken, herido en un brazo.
manes vinieron á unirse á la avanzada de los auto- (Este Von Forstner no era el teniente del mismo nom-
móviles, atacando todos en masas compactas, soste- bre que se hizo célebre con motivo de los incidentes
nidos por los cañones de tiro rápido. El fuego duró de Saverne, pues este último pertenecía á un regí- -
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32 VICENTE BLASCO IBANEZ
ron á emocionarse, pues hasta pocas horas
antes les habían dicho y repetido que los
belgas no opondrían resistencia alguna.
El 4 de Agosto por la noche el regimiento
vivaqueó cerca de un castillo á un kiló-
metro de Massouheid. Muchos de los hom-
bres estaban fatigados y no podían tener-
se derechos. Desde su salida de Aix-la-
ejército. Antes de pasar la frontera de Bélgica la mo- Von Emmich, que se había establecido cerca de Saint-
ral de los hombres era magnifica. El coronel del regi- Hadelin, hizo llamar á los jefes y capitanes de los
miento, los jefes de batallón, y sobre todo
los capitanes, conversaban frecuentemen-
te con sus hombres— cosa poco común en
el ejército —
alemán , anunciándoles que
los ingleses permanecerían neutrales, que
los belgas les permitirían atravesar su
país sin resistencia alguna, y que la situa-
ción era para Alemania todavía mejor
que en 1870, pues iban á caer sobre los
franceses por la espalda, anonadándolos
en poco tiempo. Sólo quince días eran ne-
cesarios para llegar á París y apoderarse
de él. Sin embargo, muchos reservistas no
se mostraban entusiasmados por tales pro-
mesas, preguntando con extrañeza por qué
razones se había emprendido esta guerra.
Al acercarse á Lieja escucharon un vio- PALACIO DB JUSTICIA
victoriosa que les oponía la plaza, volvieron á ata- belgas de sus uniformes, y revestidos de ellos entra-
carla con nuevos refuerzos. En la mañana del 6 de ron en Lieja como si perteneciesen á la guarnición.
Agosto reanudaron su ofensiva, extendiéndola á la Su propósito era asesinar al general Leman en sus
orilla izquierda del Mosa. En todo el día anterior el oficinas del Estado Mayor.
combate sólo había sido en la orilla derecha. Ungrupo de oficiales alemanes, gracias á este dis-
Los invasores que habían pasado el río intentaron fraz, llegó á penetrar en el edificio que ocupaba Le-
abrirse paso entre dos fuertes de la ribera izquierda. man. El general salvó su vida retirándose á una casa
Una de sus columnas quiso apoderarse por asalto del inmediata con sólo unos segundos de antelación. Den-
fuerte de Barchon, pero se vio detenida por el fuego tro de las oficinas se desarrolló un combate cuerpo á
de las ametralladoras y por las cargas á la bayone- cuerpo entre los alemanes disfrazados y los oficiales
ta de los belgas. Poco antes de mediodía, la ofensiva belgas del Estado Mayor. Un ayudante de Leman fué
quedó paralizada en este punto. muerto en el primer momento del choque, pero todos
Á la misma hora, otra columna alemana intentó los alemanes sufrieron la misma suerte ó quedaron
asaltar uno de los fuertes del Sudeste, pero fué re- prisioneros.
chazada, y para no perder terreno se refugió en un Á la caída de la tarde una fuerte columna de sitia-
castillo cercano. Los artilleros belgas la persiguie- dores consiguió franquear la línea de fuertes y ocupar
ron con sus disparos en el interior de su refugio, y la ciudad. Pero esta primera ocupación duró muy
pronto tuvieron que abandonar esta posición los ale- poco, pues acudieron refuerzos y los alemanes tuvie-
manes, replegándose de nuevo bajo una lluvia de ron que retroceder en la mañana siguiente.
obuses. El comunicado oficial francés comentó estos suce-
Como hasta entonces los ataques francos no con- sos de la resistencia belga del siguiente modo:
seguían ningún éxito, los sitiadores apelaron de nue- «Tres hechos dominan la jornada del viernes.
vo á la misma traición que habían intentado la noche "Los fuertes de Lieja se sostienen como siempre.
antes. Unos cuantos automóviles blindados y un des- »Los alemanes que pasando entre los fuertes ha-
tacamento de caballería, pasando bajo el fuego de los bían invadido el jueves la ciudad, la han evacuado el
fuertes, entraron en la ciudad. Los alemanes que rea- viernes.
lizaban este intento eran antiguos vecinos de Lieja »La división belga que llegó á Lieja para soco-
que habían estudiado en su Escuela de ingenieros in- rrerla, no ha tenido necesidad de intervenir.
dustriales, ejerciendo al mismo tiempo el espionaje. »¿Q,ué conclusiones pueden deducirse de estos he-
En la noche anterior habían despojado á los muertos chos? La principal es que la resistencia belga ha es-
36 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
El gobierno francés quiso mostrar su re-
conocimiento por el admirable esfuerzo que
realizaba Lieja, retrasando y desconcertan-
do la invasión alemana. El presidente de la
PBQCLAMATION República firmó un decreto confiriendo á la
heroica ciudad la cruz de la Legión de
á i'Armée et á la Nation Honor.
Por su parte el rey Alberto dirigió al ejér-
cito belga la siguiente proclama para honrar á
turbado, más profundamente aún que creíamos, todo vigor de vuestros golpes que estáis resueltos á vivir
el plan alemán. La evacuación de la ciudad por los libres é independientes.
alemanes no tiene desde el punto de vista militar una «Francia, ese noble país que aparece en la Histo-
significación mayor que la que tuvo la ocu-
pación, pues siempre que los fuertes se
sostengan, los caminos y los ferrocarriles
continuarán dominados por su artillería.
Pero de todos modos la evacuación de la
ciudad por los alemanes representa indis-
cutiblemente para ellos un gran fracaso
moral que al mismo tiempo consagra, para
el pueblo belga, el entusiasmo y el éxito de
su resistencia. La operación de los alema-
nes había sido basada sobre la hipótesis de
un éxito rápido y por lo mismo organiza-
da con escasos aprovisionamientos. La he-
roica resistencia de los belgas ha echado
abajo esta hipótesis y el plan alemán sufre
sus consecuencias. Por lo pronto la plaza
de Lieja lleva retardado hasta el pre-
sente en setenta y nueve horas el avan- PI'BNTB I>IHUY VOLADO POR LOS BELGAS PARA CERRAR
ce alemán. Es un resultado magnífico.» Á LOS ALEMANES HL CAMINO DE HIERRO
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 37
ria asociado á las causas justas y generosas, vuela hostilidades, y Von Emmich se vio precisado á soli-
en socorro nuestro, y sus ejércitos entran ya en nues- citar un armisticio del general Leman. Esta proposi-
tro territorio. En vuestro nombre les dirijo un frater- ción, viniendo de parte de un invasor orgulloso que
nal saludo. pretendía dominar á media Europa y dirigida á un
«Alberto» pueblo pequeño del que se reían algunas horas antes
los militares prusianos, representaba un gran triunfo
moral.
La mejor demostración del triunfo de los defen- El armisticio pedían los alemanes con el pretex-
lo
sores de Lieja la dieron los enemigos. Tres días ha- to de enterrar á sus muertos y recoger la enorme can-
bían transcurrido apenas desde el principio de las tidad de heridos esparcida en los campos. En realidad
lo que deseaba Von Emmich, después de
menor agresión contra los invasores. Durante varios En Warsage los alemanes reunieron en la plaza
días se limitaron á cañonear los fuertes sin grandes principal á los habitantes de la localidad, escogiendo
resultados. Esta situación estacionaria obedeció, como entre ellos diez y siete, caprichosamente, para fusi-
ya dijimos, á la espera de la artillería gruesa, con larlos acto seguido.
la que lograrían destruir las defensas belgas. En Berneau una treintena de infelices campesinos
El ejército invasor no permaneció inactivo mien- fueron pasados por las armas, sin motivo alguno, sin
tras tanto. Columnas sueltas fueron enviadas á correr que los invasores pudiesen alegar una causa verda-
la tierra belga áun lado y á otro del Mosa, cometien- dera ó fingida, simplemente por diversión ó por el
do numerosas atrocidades para aterrar á los habitan- deseo de aterrar al pueblo belga. El cura del pueblo
tes é impedir toda resistencia. En Lisneau una patru- fué pasado por las armas igualmente, en compañía
lla de húsares alemanes fué sorprendida por otra de del grupo de feligreses.
soldados belgas, que les mató un oficial y capturó á La cólera alemana se mostraba cada vez más
un jinete. Después de esto los belgas se retiraron á feroz ante la resistencia de los belgas. Los invasores
Tirlemont. Horas después llegó al pueblo un destaca- deseaban hacer sufrir al habitante del país el despe-
mento de 200 huíanos
con tres ametrallado-
ras, y su jefe acusó á
los habitantes de Lis-
neau de ser los autores
de la muerte del ofi-
cial. Dos habitantes
fueron pasados por las
armas. Los huíanos
asaltaron una casa, y
luego de degollar á sus
habitantes, que eran un
hombre y una mujer,
incendiaron el edificio,
Los huíanos hacían pasar á todo el vecindario, el mundo no existe otro patriotismo que el alemán, ig-
hombres, mujeres y niños ante la boca de las ametra- noraban el pasado de este pequeño pueblo, que ha sen-
lladoras, diciéndoles que de un momento á otro iban tido como muy pocos el espíritu de la independencia,
á elevarse por el espacio hechos pedazos. Después y jamás se ha dejado dominar por opresión alguna.
les apuntaban con los revólvers, y tiraban de modo
pequeñas repúblicas, y empleó un sistema brutal y lectuales, al ejercicio de las fuerzas creadoras, al
feroz semejante al de los alemanes en la presente genio industrial. Con siete millones de hombres han
guerra. Los ciudadanos de Brujas retuvieron preso á producido hasta el principio de la guerra una expor-
Maximiliano, y la libertad belga quedó triunfante. El tación por valor de 10.000 millones todos los años.
país resistió al poderoso Carlos V, al cruel Felipe II, Gran parte de los ferrocarriles del mundo son de crea-
y en vano el duque de Alba quiso aterrarlo con su ción belga. Sus ingenieros se han esparcido por el
famoso «Tribunal de la Sangre», que hizo caer miles globo como apóstoles del progreso mecánico. Una ju-
de cabezas. ventud de todas las naciones ha estudiado en sus es-
Sus ejércitos comunales, heroicas milicias de arte- cuelas especiales de ingeniería y de agricultura.
sanos, consiguieron en todos los tiempos ruidosas vic- Este pueblo ha servido á las artes considerable-
torias. Los señores feudales, cubiertos de hierro, se mente. Tuvo grandes pintores como Van Eyck cuan-
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burlaron muchas veces de estos burgueses, que pre- do la mayor parte de ignoraban lo que era
los pueblos
tendían ser soldados, como los alemanes del presente la pintura. Los belgas fueron músicos cuando el resto
se han reído del ejército belga. Pero en los campos del mundo no sabía lo que era la música. Ellos canta-
de batalla los desdeñosos hombres de armas cayeron ron antes que los demás ajustándose á reglas. En el
bajo los golpes de los artesanos menospreciados. siglo XI tuvo compositores que son los primeros que
En 1302 los ciudadanos de Flandes, en número de figuran en la historia de la música. En el siglo XVI
20.000, batieron á 50.000 soldados aguerridos y pro- su maestro Rolando de Lassus fué á enseñar la música
fesionales en la batalla de Courtrai. En 1789 los bel- en Francia, en Italia... y en Alemania, á pesar de
gas derrotaron á los austríacos de José II. En 1830 que este último país, siempre hábil en atribuirse glo-
vencieron á los dominadores holandeses, expulsán- rias ajenas, pretende ser la cuna de dicho arte. El
dolos para siempre del territorio. más grande de los músicos, Beethoven, fué belga por
Después de su independencia este pueblo fué pa- su origen. Nació en Alemania, pero era hijo de una
cifico como ninguno, dedicándose á las industrias me- familia de músicos de Bélgica que se había trasladado
talúrgicas y al cultivo de las ciencias y las artes; pero al país germánico para prestar sus servicios en la
su antigua energía siguió latiendo bajo un exterior capilla de uno de sus pequeños príncipes.
plácido, bonachón y calmoso. Esta energía la dedica- Todas las artes se desarrollaron en Flandes bajo
ron los belgas á la civilización, á las audacias inte- las formas más graciosas y dulces, difundiéndose por
LA ACCIÓN DE LOS
impresores esparcieron
el pensamiento umver-
salmente cuando estaba
esclavizado en las na-
ciones más grandes de
Europa. Los belgas pro-
dujeron cuadros céle-
bres, herrajes maravi-
llosos, esmaltes incom-
parables, y hasta sus
mujeres han contribuido
á este esplendor artísti-
co, convirtiendo el sutil
encaje en una maravilla
de gracia y de elegan-
cia. Los viejos maestros
la OBRA DEL ESPÍA
de Brujas por una par- Un «inocente» paisaje dibujado por un espía alemán, que puede servir de plano en caso de guerra
te, y por otra el esplen-
doroso Rubens, influyeron en pintura de todos los
la bustez que permanece intacta, asi como una poderosa
pueblos. Su arquitectura es famosa, y sólo las ciuda- alegría». Se lian batido á través de los siglos, sin per-
—
des belgas exceptuando las de España conservan — der su buen humor pueril y el sensual regocijo que se
un ambiente venerable é imponente de museo. manifiesta en sus ruidosos banquetes ó en las kerme-
Bélgica ha dado al mundo, sin interrupción, obras ses inmortalizadas por sus pintores.
sublimes de arte y productos perfectos de la industria, Conociendo su pasado se comprende mejor la he-
conservando al mismo tiempo una gran entereza de roica audacia de este pueblo que, teniendo mucho que
carácter para defender su libertad y su independen- guardar, mucho que perder, y pudiendo conservarse al
cia. Como dice un autor, «el desenvolvimiento inte- margen del peligro con sólo haber tolerado las exigen-
lectual, la riquezay el arte, que hacen decaer á otros cias de Alemania, prefirió arrostrar todas las cóleras,
pueblos, han conservado sin embargo á los belgas en desafiar todas las venganzas, sufrir todas las atrocida-
toda su integridad. Su genio particular tiene una to- des, antes que renunciar á una vida de noble dignidad.
Bélgica no tuvo que
luchar solamente con los
alemanes uniformados y
armados que penetraron
por sus fronteras. Hacía
varios años que el ene-
migo se había introduci-
do traidoramente en su
seno. Ya hablamos en
otro lugar (tomo I, pági-
na 201) de los
grandes
trabajos realizados por
el espionaje alemán en
parte tales planes. Pero la traición de los subditos po sobre otro del sector Sur. Las enormes masas de
germánicos que habían adoptado voluntariamente la hierro aplastaron las baterías belgas. Las cúpulas de
ciudadanía belga, contribuyó en algunos puntos al acero acabaron por crujir y por hundirse. El fuerte
éxito de las tropas invasoras, especialmente en el tuvo que rendirse y los alemanes pudieron disponer
asedio de la plaza de Amberes. de un amplio espacio para en-
trar y salir en la ciudad sin
miedo al fuego de las otras for-
El plan del general Von Em- tificaciones.
mich al atacar á Lieja, era Una operación semejante
romper cadena de fuertes
la realizó la artillería alemana en
que dominaba á los caminos y la orilla opuesta,, contra uno do
los ferrocarriles, abriendo un los fuertes del Oeste, para abrir
amplio espacio para el avance nueva brecha. Los poderosos
y el avituallamiento de la enor obuseros anonadaron una de
me invasión. laa fortalezas, y les invasores
Como los fuertes tenían en- pudieron derramarse con toda
tre ellosgrandes intervalos, le tranquilidad por la llanura bel-
bastaba apoderarse de uno de ga, disponiendo sin obstáculo
la ribera derecha y otro de la alguno de una parle de eamí-
izquierda para disponer de una nos y ferrocarriles.
brecha anchísima y seguir ade- Los diez fuertes que se man
lanto, sin importarle la resis- tenían aún en poder de los bel-
tencia de las demás fortifica- gas, no representaban ya un
ciones. obstáculo insuperable. Lo im-
Apenas recibió la artillería portante para les invasores era
gruesa, Von Emmich hizo con- poder avanzar sin pérdida de
verger todos sus fuegos sobre tiempo con dirección Bruse- ,i
migos.
Hablaremos después de los combates
sostenidos por los alemanes en el resto de
Bélgica al avanzar sobre Bruselas y la
frontera francesa. Terminemos ahora el
ropa siLieja había sido tomada ó si se defendía aún. res, pero se daba cuenta de que su situación no era
En realidad Lieja no había sido conquistada y to- sostenible. El fuerte estaba casi destruido por los ca-
ñones enemigos. Las cúpulas blindadas de las gran- rramado y nuestro honor queda á salvo. Ha llegado
des piezas apenas si podían mantenerse. Un nuevo la hora de que nos separemos. Vosotros debéis entre-
bombardeo acabaría en menos de una hora con todo garos. Yo me quedo aquí, pues he decidido morir y
lo que quedaba en pie. El bravo Leman reunió á que este tuerte sea mi tumba.
sus oficiales y sus hombres, para decirles con noble Toda la guarnición se negó á aceptar el plan de su
tristeza: jefe. Ya, que Leman se quedaba, ellos permanecerían
—Habéis combatido valerosamente por nuestro que- en el fuerte de Loncin para morir al lado de su ge-
rido país. La lucha resulta ya imposible. Obstinarse neral.
en ella sería una locura. Bastante sangre se ha de- Los alemanes habían dado un plazo de dos horas
á Leman para que se rindie-
se, y á la caída de la tarde su
«Majestad:
EL GENERAL VON EMMICH ENTRE SUS OFICIALES DESPUÉS DEL ATAQUE Á LIEJA
Á su izquierda, en uniforme de húsar, el duque de Brunswick, yerno del kaiser
Chaudfontaine cubría con sus fuegos la vía férrea proposiciones de rendición fueron rechazadas por el
de Aix-la-Chapelle á Lieja, ó sea el ferrocarril de valeroso comandante, á pesar de que Chaudfontaine
Alemania, por donde podían llegar los principales no era ya más que un montón de escombros. La ban-
refuerzos para los sitiadores. El comandante Namé- dera de Alemania no flotaría ante sus ojos sobre estas
che tuvo que resistir ruinas. %Y Naméche
durante varios días el prendió fuego en per-
fuego concentrado de sona á su depósito de
las baterías alema- pólvora, volando con
nas. los restos del fuerte.
«Majestad:
Acabo de reci-
III bir la
proclama
que habéis di-
rigido al ejér-
De Lieja á Bruselas cito belga el 7
de Agosto, y
Al entrar los alemanes en la ciudad de Lieja, su que contiene el
caballería se esparció por el país. Los huíanos, si- fraternal salu-
de 1870, se do de Vuestra
guiendo el sistema empleado en la guerra
lanzaron en todas direcciones, atrevidamente, hacien- Majestad al
do creer que iban seguidos á corta distancia de -pode- ejército fran-
rosos cuerpos de ejército. Con estas correrías audaces cés. Vuestras
consiguieron propagar el terror en gran parte de Bél- palabras, tan
gica, incendiando los pueblos y matando
á muchos de halagüeñas pa-
sus habitantes. ra mis tropas,
Las gentes de los campos corrieron en pavoroso las agradezco
éxodo á refugiarse en las ciudades. Los automóviles en nombre de
blindados de los alemanes se esparcieron por todos ellasy en el
los caminos, haciendo creer en una ubicuidad mara- mío. EL HEROÍSMO DB LIEJA
Llamados La estatua de Lieja en Bruselas con la Cruz de la
Legión de Honor concedida por el gobierno francés
por la más odio-
sa de las agre-
siones á combatir al mismo adversario, vuestros ad-
mirables soldados y los de Francia se comportarán
en todos los momentos como verdaderos hermanos de
armas. Confiando en el triunfo de su justa causa, mar-
charán juntos á la victoria.
Reciba Vuestra Majestad la expresión de mi pro-
fundo respeto.
Joffre»
[1
El 12 de Agosto, dueños ya los invasores de la ciu-
dad de Lieja, continuaron su avance, siempre hacia
el Oeste.
Una parte del ejército se quedó, como ya dijimos,
en la ciudad, ocupado en bombardear los fuertes. Los
oficiales se instalaron en los mejores hoteles, pagando
con «bonos de guerra». Numerosos cañones y ametra-
lladoras fueron emplazados en los techos y terrazas
de los edificios particulares que ofrecían una buena
posición para el dominio estratégico de las calles. Á
las nueve de la noche todas las luces de Lieja debían
ros de sangre, armas rotas, montones y montones de jor de su caballería, apoyados por varias columnas
cadáveres. Nunca olvidaré este pavoroso espectáculo. de infantería y gran cantidad de artillería ligera, se
Y por una amarga ironía, en una encrucijada próxi- esparcieron por la llanura del Hesbaye, pugnando los
ma, y por encima de este campo de matanza, se ele- diferentes grupos por ver quién era el primero que se.
vaba un poste con una placa de esmalte azul, que los aproximaba á Bruselas. Pero las fuerzas belgas les
obuses habían respetado, y sobre la cual se leía en cortaron el
paso infligiéndoles grandes pérdidas.
letras blancas: Tratad con dulzura á los animales.» La primera y única batalla en campo libre que
sostuvo el ejército belga durante la invasión, se des-
arrolló el 12 de Agosto, y fué la llamada batalla de
Al avanzar las columnas alemanas hacia el Oeste, Haelen.
mientras las demás fuerzas terminaban la conquista En la mañana del citado día la caballería alema-
de los fuertes de Lieja, tropezaron con la resistencia
de los belgas en el Hesbaye, gran llanura ondulada
entre Lieja y Bruselas, al Oeste del campo de batalla
de Waterlóo.
En esta llanura se había apostado la 3. a división
belga con otras fuerzas auxiliares, luego de abando-
nar á Lieja, para impedir el avance del enemigo.
Unos cuantos regimientos de infantería y escuadro-
nes de lanceros, con piezas de campaña y ametralla-
doras, iban á disputar el paso á los poderosos ejércitos
alemanes.
Del 12 de Agosto al 18 se desarrollaron una serie
de combates, resultando victoriosos los belgas en casi
todos ellos. Entre Saint-Trond y Tirlemont, en el fren-
te de Saint-Trond á Jodoigne, y en los alrededores de
ALEMANES CONTRA LAS FORTIFICACIONES DE (Dibujo ila II. W. Koekkoek, de The llluatrated (Par ffews)
LIEJA
aiosamente con los cañones más poderosos de las fortificaciones modernas. Primero en Lieia, luego en Namur y más larde en Am-
s. Tiene un alcance de 8.000 melros haciendo fuego con una elevación de 65 grados, y de 11.000 con una elevación de 42
grados.
na salió de Haaselt, manifestando sus jefes la firme belgas con dos ametralladoras Hotchkiss se había pa-
voluntad de marchar rectamente hasta Bruselas. En rapetado en la entrada de Haelen, sorprendiendo con
los días anteriores habían realizado un sinnúmero su inesperada presencia á la avanzada alemana.
de cabalgadas por los pueblos inmediatos sin encon- Comenzó combate. Los enemigos, sostenidos pol-
el
trar obstáculos, y esto aumentó su confianza. Par- la infantería y la artillería, atacaron al pueblo. Los
tieron sin explorar preventivamente el terreno, casi ciclistas resistieron magníficamente. Sus oficiales les
sin avanzadas, á pesar de ser la región algo acciden- mandaban con la misma calma que si estuviesen ha-
tada. De este modo llegaron á Haelen, pero apenas el ciendo el ejercicio. Los alemanes se dieron cuenta del
primer grupo de huíanos penetró en el pueblo, fué escaso número de los enemigos que tenían enfrente, y
acogido por un fuego intenso. Todo el pelotón cayó al lanzaron su caballería como una tromba por la calle
suelo ó quedó prisionero. Una compañía de ciclistas principal.
Uno de alemanes, herido y prisionero,
los oficiales
bordeada de árboles,
como las que se ven en
los cuadros de los vie-
jos maestros flamencos.
El imponente regi-
miento alemán no fué
muy lejos en su esfuer-
zo supremo. A la en-
trada de la aldea de
Zelck-Haelen los ciclis-
tas habían vuelto á pa-
rapetarse con sus ame-
tralladoras detrás de
una barricada. Otros
grupos de soldados bel-
gas estaban embosca-
dos en los graneros de
las primeras casas del
pueblo y en el campa-
nario de la iglesia. To-
dos ellos esperaron en
silencio el avance del
enemigo, y cuando los
jinetes con sus lanzas
rematadas por gallar-
detes amarillos y ne-
SOLDADOS BELGAS DEFENDIENDO UN CAMINO
gros sólo estaban á una
distancia de 200 me-
Cuando los ciclistas abandonaron el pueblo y los tros, el chasquido de las armas automáticas estalló
alemanes pudieron seguir adelante, se mostró el grue- por todos lados. El primer escuadrón cayó á tierra
so de las fuerzas belgas, de las que sólo era una avan- completamente. Sólo dos caballos desbocados y heri-
zada la valerosa compañía. Las dos columnas contra- dos pasaron al otro lado de la barricada.
riasempezaron á cañonearse, adquiriendo la artillería Los alemanes no se atrevieron á seguir adelante,
belga una instantánea superioridad por la precisión dando por perdida la acción. Su artillería se calló
de su tiro. Este duelo de artillería contuvo durante poco á poco y los invasores emprendieron la retirada
algún tiempo el avance de los escuadrones alemanes. hacia Saint-Trond. Al cerrar la noche quedó sobre el
Poco después los dragones de Mecklemburgo, que ha- terreno de la lucha una masa de muertos y de heri-
bían ocupado Haelen, se lanzaron á la carga por el dos, de armas abandonadas, lanzas, fusiles y objetos
camino que conduce á Diest, una hermosa avenida de equipo. Los alemanes perdieron en Haelen unos
3.000 hombres, ó sea una tercera parte de su efectivo.
Esta mortandad fué debida á su soberbia torpeza
tantocomo al valor de los belgas. La confianza orgu-
llosa en su fuerza los hizo cargar ciegamente, sin
precaución alguna, como si estuviesen en unas ma-
niobras y las armas de los enemigos hubiesen sido
cargadas con pólvora sola. La batalla de Haelen fué
semejante á las que mandaba Guillermo II en las ma-
niobras de Metz, y que hicieron decir maliciosamente
al viejo mariscal de Haeseler que en una guerra diri-
LA LÍNEA férrea de saint -trond dbstruída por los belgas (Fot. Meurisse)
do idénticos tratamientos los alemanes y los belgas. sorpresa desconcertaron á los alemanes, que tuvieron
Aquéllos no podían ocultar su asombro al verse acos- que retroceder hacia Huy, después de sufrir grandes
tados en las camas blancas del hospital de Diest. pérdidas, abandonando caballos, bicicletas y automó-
Habían hecho grandes daños en los pocos días que viles.
llevaban en Bélgica, y creían lógica una venganza
de sus adversarios. Además sus oficiales, para exci- Después de la primera semana de hostilidades en
tarlos al combate, les habían contado que los belgas, el territorio belga, los invasores se dieron cuenta del
así como los franceses, mataban á los heridos y los peligro que representaba para ellos la tenaz resisten-
prisioneros. También con el propósito de justificar las cia de Bélgica. Ascendía á cifras considerables el nú-
atrocidades cometidas en las poblaciones belgas, los mero de sus muertos, heridos y desaparecidos, asi
directores de la opinión alemana inventaron como —
diremos más adelante — un sinnúmero de crímenes in-
como las pérdidas de su material de guerra, pero aun recho de peaje que le hacía pagar este ejército belga,
les impresionaba más la cantidad de días que habrían tan despreciado poco antes». Por esta razón, sofocan-
de perder antes de realizar un plan que les había do su inmenso orgullo, el kaiser y su canciller inten-
hecho preferir el camino de Bélgica como el más corto, taron entrar en negociaciones con el gobierno belga
fácil y seguro para invadir á Francia. el 9 de Agosto; primeramente por medio de la lega-
El gobierno alemán «encontraba excesivo el de- ción de los Estados Unidos en Bruselas, y en vista de
la negativa de ésta, emplean-
do como intermediario al mi-
nistro de Negocios Extranje-
ros de Holanda. Este último
se avistó con elbarón Fallón,
ministro de Bélgica en La
Playa, é hizo que el diplomá-
tico belga enviase á su gobier-
no el siguiente telegrama:
guerra. El gobierno alemán está pronto á todos los que esta intención se halla muy lejos de su pensamien-
acuerdos con Bélgica que se puedan conciliar con la to. Alemania está siempre pronta á evacuar el terri-
guerra que sostiene contra Francia. torio de Bélgica, siempre que el estado de la guerra
Alemania asegura además, solemnemente, que no se lo permita.
tiene la intención de apropiarse el territorio belga y El embalador de los Estados Unidos en Berlín
Tomo ii 7
58 VICENTE BLASCO IBANEZ
había rogado á su colega de Bruselas que se encargase neutralidad ha sido violada, una guerra dolorosa ha
de esta tentativa de mediación. El ministro de Nego- sido llevada á su territorio, y las naciones garantiza-
cios Extranjeros de Holanda ha aceptado este encar- doras de su neutralidad, lealmente é inmediatamen-
go, pero sin entusiasmo alguno. Yo me he comprome- te, han respondido á su llamamiento.— Da vignon.»
tido á transmitir sus proposi-
En este ofrecimiento, que el ministro holandés de ño, fingiendo hipócritamente que la culpa era de
Negocios Extranjeros se había encargado de trans- Bélgica, por no haberse doblegado á sus deseos, y
mitir con visible repugnancia, la diplomacia ale- haciendo halagüeñas promesas con el propósito de
mana se mostró como siempre predispuesta al enga- no cumplirlas, pues Alemania considera los trata-
dos como simples «pedazos de
papel » .
«Bruselas 13 Agosto.
ESCENAS DE LA INVASIÓN
Todas estas fotografías representan distintos momentos de la huida de los campesinos belgas ante el avance de los alemanes
Bélgica, que esuna de las naciones firmantes de la alemanes, éstos avanzaron en masa, siguiendo la di-
convención de la Haya sobre las leyes y costum- rección del Oeste, en la que les había precedido el
bres de la guerra, las observa todas escrupulosa- avance de la caballería. Ya no fueron simples colum-
mente. El gobierno ha recordado á todos los pueblos nas de huíanos las que corrieron la llanura belga con
del reino que los elementos civiles deben abstener- dirección á Lovaina y Bruselas.
se rigurosamente de hacer uso de sus armas contra En la noche del lunes 17 de Agosto, la caballería
los invasores, y que sólo el ejército y las milicias, alemana, sostenida por fuerzas de infantería y arti-
reuniendo las condiciones exigidas, tienen el dere- llería, avanzó desde Saint-Trond en columnas cerra-
cho y el deber de hacer uso de das, sosteniendo un combate con
las armas.» los belgas entre Tirlemont y
Diest. Luego se dividió en tres
Las afirmaciones de la prensa columnas: la primera avanzó so-
alemana sobre las supuestas bre Diest á través de Haelen, la
crueldades del pueblo belga, obe-
segunda atacó Tirlemont, y la
decían á su sistema predilecto de
tercera se dirigió contra Lovaina.
lamentira á todo trance, atribu-
La división belga que les hizo
yendo al enemigo sus propias frente se atrincheró con alguna
atrocidades. Inventando atenta-
detrás del camino de
artillería
dos de los belgas podían disimular
en parte los robos, los incendios
Hougardcampteck á Diest, donde
se encontraba su Estado Mayor.
y los asesinatos
premeditados por Desde aquí hizo frente á la pri-
los alemanes desde antes de en-
mera columna alemana que se
trar en campaña, como un medio
dirigía con lentitud contra Diest.
seguro de intimidar al enemigo.
En la tarde del día siguiente la
D
artillería segunda columna
de la
cubriendo la retirada de las otras fuerzas. Una bala parcido una gran confianza en las masas populares.
arraneó la nariz al comandante Gilson, pero á pesar Contaban con el auxilio de los franceses y los in-
de su herida el valeroso belga se mantuvo en el campo que la Gran Bretaña estaba desembar-
gleses; sabían
de batalla hasta el último instante, y sólo se replegó cando tropas en el continente; tenían noticia de los
al ver á casi todos avances del ejército francés en territorio belga, de
sus soldados fuera de los encuentros victoriosos de su caballería, del primer
combate. Los alema- combate de Dinant, fatal para los alemanes, y espe-
nes, después de esta raban de un momento á otro, con el optimismo del
operación, que les entusiasmo, ver llegar todas las tropas de Francia
costó grandes pérdi- en auxilio de Bruselas. No se daban cuenta del gran
das, pudieron entrar avance que llevaban los alemanes sobre los aliados
en Lovaina. en su ofensiva y de las consideraciones estratégicas
Los duros comba- que aconsejaban el choque en la Bélgica del Sur. Por
tesemprendidos au«-
dazmente por los bel-
gas no podían ser
coronados por la vic-
toria, pues era enor-
me la desproporción
numérica entre am-
bos bandos; pero sir-
vieron para demos-
UN DRAGÓN FRANCÉS EN AVANZADA
trar la energía, la
bravura y la tenaci-
dad de los defensores de este pequeño y heroico
país.
«Conforme al plan de
defensa acordado desde
liare muchos años, el
ejército de campaña bel-
ga se ha retirado al cam-
po atrincherado de Am-
beres, después de haber
cumplido brillantemen-
te las diversas misiones
que le dictaba la situa-
ción estratégica, ó sea la
defensa vigorosa que —
aun continúa de los —
fuertes, que constituyen
las cabezas de puente
de Lieja, y la detención
durante dos semanas de
las tropas alemanas en
ina CAMPESINO HALLA ENTRE LAS ltriNAS DE SU CASA SOLAMENTE UN t'OLCUON, el paso del Mosa.
LO ÚNICO QUE LE yUEDA (Fot MourÍ890 )
El ejército belga toma
Tomo ii
66 VICENTE BLASCO 1BAÑEZ
citoalemán en su avan-
ce por Bélgica, descri-
biendo de este modo la
monstruosa enormidad
de sus fuerzas:
«¡Espectáculo inolvi-
dable!En todo lo que mi
vista podía abarcar se
desarrollaba el ejército,
en compactas columnas,
avanzando, empujándo-
se las unas á las otras
con dirección al Oeste,
al Oeste todavía, siem-
EL PALACIO DE JUSTICIA
»'..
eran carretas agrícolas de dos ruedas, llevaban «ni- derecho á descuidar sus extremidades, lo mismo que
dos» de ametralladoras, compuestas de nueve piezas sus dientes ó cualquiera otra parte de su organismo.
Sus pies no le pertenecen, pues son propiedad del
kaiser. Y el kaiser quiere que los cuide con la mayor
M
LA PLAZA REAL
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nas si sufre de un principio de callos ó de duricies en
los pies sin manifestarlo inmediatamente. No tiene HL HOTEL DB VILLE
70 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
marchas y conducir de batalla en batalla á su pro- pegaban á un soldado. Un centinela del cuartel gene-
pietario nominal. En una encrucijada del camino vi ral se olvidó de saludar á un oficial con todo el apre-
á un soldado armado con una máquina de esquilar. suramiento debido. El oficial, con el látigo que lleva-
Cerca de él estaba un oficial escrutando de cerca la ba en la mano, le cruzó la cara repetidas veces. Cada
cabeza de cada uno de los hombres que desfilaban.
Cada vez que veía á un soldado cuya cabellera sobre-
pasaba en un centímetro la longitud y el espesor re-
glamentarios, lo llamaba fuera de las filas y la rapa-
dora recorría el cráneo y la nuca con igual rapidez
que los esquiladores despojan á los corderos de su
lana. Luego de esto, esquilado, no teniendo ya refu-
el
El 19 de Agosto, Bruselas
perdió su calma por prime-
ra vez desde el principio de
las hostilidades. Hasta en-
tonces los bruselenses ha-
bían dado muestras de una
imperturbable serenidad;
pero al ver que la guarni-
ción se retiraba á Ambe-
res, siguiendo al gobierno,
empezaron á formar en las
calles numerosos grupos,
comentando los sucesos re-
cientes y los que veían ve-
nir. Muchas veces estos
grupos levantaban la vista
para seguir el vuelo de un
aeroplano alemán que describía grandes círculos sobre
Bruselas. Todas las conversaciones cesaban para seguir
con un impresionante silencio los vuelos del enemigo.
Durante los días 18 y 19 los trenes condujeron á
la capital belga millares
y millares de refugiados que
huían ante el avance enemigo. Muchos de ellos iban
cubiertos de harapos ó vestidos á la ligera, tal como
los había sorprendido la invasión. Otros se habían
mente el recoger informes y provocar manifestacio- En el citado día, al llegar los fugitivos de los alre-
nes en un sentido ó en otro. dedores de Lovaina, se produjo cierto pánico, y el
El enemigo no puede legítimamente atentar con- vecindario de Bruselas empezó á abandonar la ciu-
tra el honor de las familias, la vida de los ciudada- dad. Ya era segura la entrada de los alemanes. Los
nos, la propiedad privada, las convicciones religiosas refugiados contaban cómo el ejército belga seguía
ó filosóficas y el libre ejercicio de batiéndose aún y había hecho sal-
los cultos. tar con dinamita muchos puentes
Todo abuso cometido por el in- y casas de los alrededores de Lo-
vasor debéis denunciármelo inme- vaina para retardar la llegada
diatamente. Mientras yo esté con del enemigo. Pero nadie dudaba
vida y goce de libertad, protegeré de que la entrada de éste en Bru-
con todas mis fuerzas los dere- selas era solamente una cuestión
chos y la dignidad de mis conciu- de horas.
dadanos. La noche del 19 al 20 de Agos-
*! *
CAMINO DE BRUSELAS
LOS ALEMANES DESFILANDO POR LA PLAZA DE UN PUEBLO
ante la revelación brutal del peligro, huyendo á gran del burgomaestre Max, aconsejando la calma y la se-
velocidad hacia Amberes, Ostende ó Lille. Un perio renidad al vecindario. Me á pie hacia la esta-
dirijo
dista francés que pasó la noche en Bruselas describió ción del ferrocarril. Por todos lados, en las torres de
así el amanecer del día de la entrada de los alemanes: las iglesias y en las cúpulas de los palacios, que están
convertidos en ambulancias, flota la bandera blanca
«Las dos de la mañana: todo enmudece. Se han con la cruz roja.
alejado los últimos automóviles y perdido los últimos En el cielo azul, todavía sonrosado en algunos
pasos de la Guardia Cívica, que evacúa la ciudad. Una puntos por resplandor del amanecer, no suena el
el
tras otra, las estrellas errantes resbalan por el cielo. grito de ningún pájaro. En cambio un gigantesco bui-
Después del estrépito de tre, un aeroplano alemán,
la retirada presurosa,
que fácilde reconocer por las
ha llenado gran parte de dos extremidades redon-
la noche, resultaagradable deadas de su cola, vuela
esta paz solemne de la Na- muy alto, muy alto, en los
turaleza. A las cinco de la aires. Niños y mujeres gri-
granando el Án-
toque del transeúntes, que no son
gelus y despiertan el senti- muy numerosos, se los
miento de la realidad. A arrancan de las manos. Es-
las seis salgo á recorrer las tos periódicos tienen gran
calles. Un
fijador de anun- des espacios en blanco con
cios pega en las esquinas una inscripción: «Suprimi-
precipitadamente dos hojas do por la censura militar.»
blancas, la una redactada En el distrito de la Bolsa
en francés y la otra en fla- las calles están más ani-
menco. Es una proclama DE LIEJA Á BRUSELAS madas; los transeúntes po-
Tomo ii
74 VICENTE BLASCO 1BANEZ
impedir. Lo esencial para él es la vida, y para tener guerrilleros, á pesar de su uniforme y su antigua orga-
con qué vivir en este momento en que empiezan á nización militar.La vigilancia de la ciudad quedó
faltar las provisiones, forma cola, en densas filas, confiada exclusivamente al cuerpo de policía.
ante las oficinas de socorro público. Una de estas filas Durante toda la mañana del 20 las calles estuvie-
ocupa un espacio de 300 metros. Hay más de 2.000 ron llenas de gentío, que esperaba con ansiedad los
personas, sobre todo mujeres, que esperan. Al pasar acontecimientos. El corresponsal del Daily Mail, que
junto á ellas no he oído ni una sola palabra. En todos presenció la entrada de los alemanes, la describía así:
los rostros se refleja una resignación tranquila. Otra «El sol se ha levantado radiante, y desde el amane-
cosa ocurre entre los
pequeños burgueses,
empleados ó comer-
ciantes. En los cafés
que acaban de abrirse
y en la peluquería don-
de entro para que me
afeiten, no oigo más que
recriminaciones y que-
jas,cambiadas á media
voz, por seres nervio-
sos é inquietos que pa-
recen haber despertado
de pronto. La llegada
inminente de los ale-
manes, que los periódi-
cos no les habían deja-
do sospechar, mientras
que en las esferas bien
informadas este suceso
no era un misterio para
nadie, exaspera é irri-
ta á estos pequeños bur- DESCANSANDO EN LAS INMEDIACIONES DE LA CIUDAD
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 75
cer la ciudad está muy animada. De todos los labios húsares alemanes, mandado por un oficial, acababa
surgen las mismas palabras: «Ellos están aquí» ó de presentarse ante la puerta de Lovaina. Este grupo,
«Ellos van á llegar. Ellos son los enemigos que están que llevaba banderas blancas, venía como parlamen-
ya en las inmediaciones de Bruselas.» Desde las pri- burgomaestre Max, acompañado de sus cua-
tario. El
meras horas del 20 la artillería ocupó el camino de tro tenientes ó adjuntos, llamados Echevins, se diri-
Waterlóo, mientras la caballería, la infantería y los gió en automóvil á su encuentro y los húsares lo
zapadores cubrían con sus masas compactas los cami- condujeron adonde estaba el general en jefe. La en-
nos de Lovai- trevistja se
na y de Ter- verificó ante
vueren. La el Cuartel de
la ciudad sin condiciones, pues de lo contrario sería En un momento dado sonaron los silbatos de los
bombardeada. Igualmente le ordenaron, como cere- oficiales,y toda la infantería, abandonando el paso
monia protocolaria, que se despojase de su banda de de marcha, comenzó el solemne y grotesco paso de
burgomaestre, signo de autoridad civil, antes de en- parada llamado «del ganso». Por la avenida de Lo-
trar en negociaciones. El burgomaestre se sometió á vaina, San José y la estación del Norte, las tropas lle-
tal exigencia, entablando luego una discusión que fué garon á las alturas de Kockelberg.
corta. El general alemán devolvió su banda á Max, Durante el desfile de los huíanos se produjo un in-
confiriéndole la dirección de los asuntos de Bruselas cidente. La muchedumbre vio á dos oficiales belgas
con ciertas condiciones, y dándole á entender que prisioneros que marchaban con esposas en las manos,
seria responsable personalmente de todo acto hostil amarrados á los estribos de los jinetes alemanes. Un
de los habitantes contra los invasores. murmullo de indignación y protesta surgió del gentío.
Poco antes de las dos de la tarde una salva de ar- Inmediatamente los oficiales de huíanos espolearon
seguida de los acordes de una música militar,
tillería, sus caballos, lanzándolos sobre la muchedumbre para
anunció á los vecinos de Bruselas que iba á iniciarse hacerla retroceder, mientras levantaban sus sables en
la marcha triunfal del enemigo á través de sus calles. señal de amenaza.
Un destacamento de huíanos abría la marcha, siendo Un vendedor intentó ofrecer flores á los prisione-
seguido á corta distancia por la caballería, la infan- ros, pero un oficial dirigió contra él su caballo, ha-
tería, la artillería, los zapadores y un tren de sitio ciéndolo rodar por el suelo. Una dama francesa que
completo. Cien automóviles armados con cañones de estaba entre los curiosos, protestó indignada por el
tiro rápido cerraban la marcha. Cada regimiento y atropello, llamando «bruto» al oficial. Todos creyeron
cada grupo de baterías iba precedido de su música ó que iba á sufrir la misma suerte que el vendedor de
su charanga. El largo desfile prosiguió á los acordes flores, pero de huíanos se contentó con lan-
el oficial
de los himnos patrióticos alemanes, Die Wacht am zar un gruñido de cólera, siguiendo su camino desde-
Rhein ó Deutschland uber alies, cantados por los sol- ñosamente.
dados. Entre los regimientos de caballería llamaron Al pasar los cañones, los bruselenses vieron con
la atención el famoso de húsares de la Muerte y el de asombro un pequeño oso, que era sin duda la mascota
los húsares de Ziethen. de la batería, vestido con un uniforme de general bel-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 79
ga y cubierto con un bicornio á imitación del rey Bruselas el carácter de un cortejo triunfal. Guiller-
Alberto. De vez en cuando el animal hacía un gesto mo II podía compararse después de esto con su victo-
de saludo, llevándose una pata al sombrero. Este es- rioso abuelo.Había obligado á retirarse á un pequeño
pectáculo irritó á los belgas, pero hubieron de conte- ejércitoque no estaba vencido, apoderándose á conti-
ner su indignación. Muchos soldados alemanes hacían nuación de una ciudad abierta. El desfile también
todo lo posible para excitar y herir los sentimientos había sido para impresionar la imaginación de los
de los belgas. Algunos de ellos arrancaban al pasar bruselenses. Por esto los jefes alemanes cuidaron de
las cintas con los colores nacionales que todas las mu- organizarlo teatralmente.
jeres ostentaban sobre el pecho. Cerca de la catedral «Los soldados alemanes — dijo un corresponsal ex-
de Santa Gudula, varios oficiales alemanes que ocu- tranjero
— y principalmente los oficiales, se han por-
,
paban un automóvil se apoderaron de todos los pape- tado en esta entrada de un modo innoble. Habían
les de un vendedor de periódicos y comenzaron á leer- adornado las colas de sus caballos con los colores bel-
los, celebrando con insolentes y escandalosas risota gas, colocando las cintas junto á la parte más inmun-
das lo escrito
por los periodistas belgas. da de la grupa. Se divertían en lanzar estos caballos
A
pesar de estas provocaciones, la muchedumbre contra el gentío, para producir movimientos de páni-
guardó una actitud calmosa y digna. El deseo de los co. Muchos oficiales enviaban besos á las mujeres, y
alemanes era provocar una explosión de protesta, recomendaban á sus soldados que cantasen canciones
para de este modo poder infligir á los habitantes de de cuerpo de guardia, de dudosa moralidad. Al atra-
Bruselas los mismos castigos atroces que á otras po- vesar un jardín, hicieron pasar sus tropas á través de
blaciones belgas. Durante varias horas las legiones los parterres de flores que lo adornaban. Pero todas
del kaiser pasaron á través de las calles y avenidas estas provocaciones brutales fueron acogidas por la
de Bruselas. Á las 5 de la tarde las últimas unidades muchedumbre con una impasibilidad exterior. Para
salían con dirección á Nivelles, quedando únicamen- impresionar más á sus víctimas los alemanes quisie-
te en la ciudad una reducida guarnición. ron proporcionarles el regalo de un espectáculo aéreo,
Este desfile de 40.000 hombres á través de la capi- y á las cuatro de la tarde un «Taube» apareció sobre
tal belga, había tenido por objeto entusiasmar á las la estación del Norte, lanzando cohetes.»
muchedumbres de Alemania, dando á la entrada en Las tropas que desfilaron á través de Bruselas es-
80 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
taban todas en excelente estado. Los generales ale- 5.° Dirección de los negocios públicos por la ad-
manes escogieron los regimientos que menos habían ministración municipal, sin estar sometida á la inter-
combatido. Eran verdaderas tropas de parada. vención de los alemanes.
Apenas se alejó este ejército, comenzaron en la El mismo día 20 el general alemán hizo fijar en
ciudad las requisas de víveres y automóviles para las las paredes de Bruselas el siguiente aviso á la po-
fuerzas establecidas en los alrededores. La guarnición blación:
alemana de Bruselas se instaló en los cuarteles. Todo
indicaba que los invasores tenían el propósito de hacer «Las tropas alemanas atravesarán Bruselas hoy
pagar cara á la capital la resistencia que habían en- y los días siguientes. Las circunstancias las obligan
contrado hasta entonces en Bélgica. á pedir á la ciudad el alojamiento, el alimento y los
Como el ejército quedó acampado en las cercanías víveres de campaña.
de Waterlóo, los oficiales, una vez instaladas sus tro- Todas estas cuestiones serán reglamentadas re-
pas, volvieron á Bruselas para mostrarse en calles y
paseos. Todos ellos se aposentaron en los principales
hoteles, exhibiéndose en los balcones y las terrazas,
fumando grandes cigarros y mirando con burlona
agresividad á los belgas.
En la entrevista entre el burgomaestre Max y el
general Sixtus von Arnim, comandante en jefe del
cuerpo invasor, se había ajustado por la mañana el
siguiente convenio:
1.° Libre paso de las tropas alemanas á través de
Bruselas.
2.° Alojamiento de una guarnición de 3.000 hom-
bres en los cuarteles de Daily y de Etterbeek.
3.° Las requisas serán pagadas en especies.
4.° Respeto de los habitantes y de las propieda-
des públicas y privadas. EN LA PLAZA DEL HOTEL DB VILLB
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 81
gularmente por intermedio de las autoridades muni- sión contra los soldados, incendios de edificios ó ex-
cipales. plosiones de cualquiera clase, me veré obligado á
Espero que conformará sin resis-
la población se adoptar las medidas más severas.
tencia á estas necesidades de la guerra, y en particu- El general comandante de este cuerpo de ejército,
lar que no cometerá ninguna agresión contra la segu-
SlXTUS VON Aknim»
ridad de las tropas y proporcionará todas las provi-
siones que se le pidan. Las tropas acuarteladas en el interior de la ciudad
Si así lo hace, doy toda clase de garantías para ó acampadas en sus alrededores fueron cuatro regi-
la protección de la ciudad y la seguridad de sus habi- mientos de infantería, tres de artillería, uno de huía-
tantes. nos y varias compañías de telegrafistas. Los alema-
Si, por el contrario, se producen, como ha ocu- nes restablecieron el servicio de tranvías, correos y
rrido desgraciadamente en otras partes, actos de agre- teléfonos. Deseaban que Bruselas conservase su as-
pecto ordinario. El pueblo permanecía silencioso, pero
su calma sólo era aparente. Un veterano belga decía
con las lágrimas en los ojos á un periodista extranjo
ro el mismo día de la entrada de los alemanes:
—El recuerdo de este espectáculo sólo se borrará
de la memoria de los belgas el día que el rey Alberto
pase á caballo por la Avenida de los Tilos en Berlín.
indiscutible autoridad al relatar los grandes crímenes de ver esto». Yo me niego. El grupo parece visible-
de la barbarie alemana presenciados por él.
lugar En mente molestado.
oportuno transcribiremos las revelaciones de este tes- La primera impresión producida por las tropas
tigo neutral acerca de los atropellos realizados por alemanas sobre la muchedumbre, es de asombro y
los prusianos en Lovaina y Aerschot. luego de miedosa admiración. La entrada triunfal, he-
El profesor Grondijs contempló la entrada de los cha con el célebre paso de parada, se asemeja al
alemanes en Bruselas. Como entonces no había presen- ruido de los golpes regulares de un martillo gigantes-
ciado aún su obra destructiva, muestra cierta predis-
posición en favor de los invasores, al mismo tiempo que
refleja elverdadero estado de ánimo de la población
de Bruselas al ver este desfile de enemigos que tres
días antes consideraba imposible.
co sobre un yunque. Estos hombres sólidos, estos vez gran cosa; pero implica el bienestar, el espíritu
rostros inmóviles bajo sus cascos polvorientos, y la de crítica, la vigilancia incesante de todos los gestos
impresión que producen unidos por una disciplina de y movimientos, y muchas veces la diversión á costa
hierro, causan un sentimiento de inquietud, mezclado del vecino. Todos estos alemanes que invaden Bruse-
con respeto. ¡Y estos son los martirizadores de niños las, me hacen recordar las cohortes romanas atra-
¡i
LOS ALEMANES HACIENDO SU COMIDA E'N CNA CALLE DE 1SRUSELAS (Fot. Rol)
curiosa, avanza hacia los prusianos, probablemente Hacen esfuerzos por adaptarse á una urbanidad que
sin ningún finpreciso. Un agente de policía la retiene. sus almas de soldados admiran. Esto les desarma.
La vieja intenta explicarse: «Yo tenía un y ellus
hijo Desde hace uno ó dos días la capital está tran-
me lo han matado.» El agente responde con voz ron- quila, y estos hombres terribles parecen domados. La
ca: «Y yo tengo dos hijos en el ejército.» La vieja, al gente empieza á sentirse más fuerte que ellos; más
verse repelida, grita de pronto: «¡Abajo los prusia- fuerte por la palabra siempre despierta y el rencor
nos!» La muchedumbre, poseída de un terror repenti- que empieza á asomar. Se notala inquietud de los in-
no, empieza á correr. Una joven cae al suelo, los ni- vasores ante la enorme muchedumbre de jóvenes que
ños gritan. Los soldados alemanes miran y parecen más profunda,
llenan las calles, y otra inquietud aun
no enterarse de lo que ocurre. semejante a la que experimentan los atletas ante las
En todos estos ejércitos que han pasado durante débiles mujeres de carácter burlón.»
dos días en fila interminable
través de Bruselas,
á,
EQUIPO COMPLETO I
tivos de la defensa belga adquirían en Amberes una bían resonado bajo el paso férreo del duque de Alba
extensión considerable. y sus hombres de armas quedaron reducidas á escom-
Entre Clamphout y Amberes fueron derribados bros; aldeas que por su gracia habían sido la alegría
todos los magníficos árboles de sus jardines y paseos. de los artistas y los viajeros desaparecieron entre las
Ninguna ciudad de Europa podía enorgullecerse como llamas.» Después del incendio de Moscou jamás se vio
Amberes de la belleza de sus alrededores. Imponentes un espectáculo semejante de inmolación voluntaria.
y lujosos castillos se destacaban sobre las frondas de Desde que el primer soldado alemán pisó el suelo
magníficos parques; lujosas casas de recreo emergían belga, las auto-
de sonrientes praderas y jardines primaverales; los ridades milita-
caminos innumerables, las avenidas y los paseos de res de Bélgica
jinetes estaban bordeados de árboles venerables. Una emprendieron
gran cantidad de aldeas pintorescas se destacaban en en Amberes es-
este paisaje seductor, con sus techos de azulejos y sus ta obra preven-
muros blancos tapizados de plantas trepadoras. tiva,limpiando
A de Agosto desapareció casi instantánea-
fines con la destruc-
mente el encanto de este país. Los más seductores ción de árboles
arrabales de Iíuropa se borraron con la misma pron- y edificios la
titud «que la esponja borra las figuras de una pizarra». vasta zona si-
arruinados por la dinamita; iglesias cuyos muros ha- COntrar abrigo. Derribo de edificios en las afueras de Amberes
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 85
Una vez terminados los trabajos de defensa resul- el fondo del agujero. Más allá de la región de los
taba imposible alambres con púas y de las trampas disimuladas, los
aproximarse á campos sembrados de remolachas y patatas ocultaban
las fortificacio- minas subterráneas que debían estallar eléctrica-
nes sin ser vis- mente, exterminando regimientos enteros. A través
to á gran dis- de los campos y las praderas se desarrollaban cosas
tancia. El suelo que á primera vista parecían enormes serpientes de
se erizó de ba- un tono rojo obscuro, pero contempladas de cerca
rreras de alam- eran trincheras para la infantería. Al Sur de Ambe-
res, donde existe un laberinto de canales, cada
bre con púas, orilla
defrnsa dr amrerbs zasen contra contadísimos edificios mantenidos en pie fueron per-
para facilitar el funcionamiento de la artillería IOS IUerteS. forados con numerosas aspilleras para la infantería.
86 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
alemanes. Todo lo que los belgas conservaron de Bél-
gica fué las provincias de Limburgo, Amberes y Flan-
des oriental y occidental. El resto del territorio, cinco
provincias, quedó ocupado por la invasión alemana.
Podía trazarse una línea en el mapa de Bélgica
de Este á Oeste, partiendo de la ciudad holandesa de
Maestricht y pasando por Hasselt, Diest, Aerschot,
Malinas, Alost y Courtrai hasta la frontera francesa.
Esta línea era la divisoria entre alemanes y belgas, el
frente de batalla de sus ejércitos, y durante dos meses
numerosos combates de más ó menos importancia se
desarrollaron en toda su extensión.
Durante los últimos días de Agosto y los primeros
de Septiembre estos combates consistieron, como di-
remos más adelante, en tentativas del ejército belga
para repeler al enemigo amenazando sus comunica-
ciones y en contraataques de los alemanes que hicie-
ron cambiar á Aerschot, Malinas, Sempst y Termonde
varias veces de dueño. A unos veinte kilómetros de-
trás de esta línea surgía la gran posición fortificada
de Ambere3, refugio del ejército belga en sus avances
y retiradas, de acuerdo con los aliados.
detallado de la épica resistencia del mencionado fuer- enemigos había destruido la chimenea de la instala-
te. Leman habia dicho por telégrafo al rey Alberto: ción de electricidad, impidiendo que funcionasen los
«Moriremos, pero no nos rendiremos»; y todos sus generadores. Todos los locales tenían las ventanas
subordinados pensaban de igual modo. herméticamente blindadas, y en los almacenes ó en
las cúpulas el aire se hacía cada vez más denso, car
«El fuerte de Loncin — dice el comandante— quedó gado del acre olor de la pólvora. Pero este olor, en vez
de deprimir los cerebros y los corazones, les comuni
completamente aislado. Los alemanes preparaban un
ataque formidable. Noche y dia en esta inmensa col- caba un nuevo ardimiento, lo mismo que si embria-
mena de acero y cemento, cada uno cumplía su deber gase. Una atmósfera de heroísmo envolvía á todos
con una calma y un empuje sorprendentes. Los caño- estos hombres, estrechamente unidos por el cumpli-
(Fot. Rol)
KUGIT1VOS EN A.MBBRES
nes tronaban sin descanso. Los proyectiles enemigos miento del mismo deber, y cada vez más decididos al
caían sobre el fuerte, estallando con un ruido formi- sacrificio total de su vida.»
pulas y de la explosión de los proyectiles. Las gale- cepción de los centinelas acurrucados en el exterior,
rías del fuerte estaban á obscuras, pues el tiro de los y que vigilaban la posibilidad de un asalto, para dar
88 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
^4
r„
er ¿.A^Hüa
»'«&*.„. ;-y
la voz de alarma. Toda la guarnición se había reunido mentos de construcción que habían venido á incrus-
en la vasta galería central, cuya bóveda de tres me- tarse entre la coraza y la antecoraza. Esto se podía
tros de espesor ofrecía un abrigo seguro, mientras los remediar apenas cesase el fuego. Las pequeñas cúpu-
locales de los pisos superio- las de loscañones de tiro rá-
res recibían los proyectiles pido estaban intactas. La
pedazos de hierro ó los frag- BL HEROICO GENERAL LEMAN Todos preveíamos que el
LOS ALIADO
Un centinela c
EN BÉLGICA
las trincheras
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 89
aplastar de un momento á otro. Todos aparecían en- heridos y sólo 50 se mantuvieron indemnes por una
negrecidos por la explosión, y era imposible recono- buena suerte inexplicable. Todos fueron héroes.»
cerlos. El hombre que había sido el alma de la defen-
sa de Lieja estaba desmayado. Sus ordenanzas lo lle- Su resistencia, una de las más hermosas de la His-
varon en alto hasta el exterior del fuerte. Mientras toria, no sólo costó grandes pérdidas al enemigo. De-
que un médico prodigaba sus cuidados al general Le- tuvo y retardó su marcha, dando tiempo á las uai io
man, un grupo de enemigos continuó el registro de las nes aliadas para completar sus preparativos de de-
ruinas, alumbrándose con antorchas y linternas. De fensa.
Tono II
90 VICENTE BLASCO IBANEZ
señores Coore-
IV man, ministro
de Estado y an-
tiguo presiden-
te de la Cáma-
Las atrocidades alemanas en Bélgica
ra de diputa-
dos; el conde
Las atrocidades cometidas por los alemanes al in- Goblet de Al-
vadir á Bélgica fueron tan enormes, tan inauditas, viella, minis-
que el gobierno belga creyó necesario constituir una tro de Estado
comisión informadora para averiguarlas y compro- y vicepresiden-
barlas, denunciándolas al mundo civilizado. te del Senado;
El ministro belga de Justicia, Cartón de Wiart, hizo Ryckmans, se-
saber el 7 de Agosto, en los siguientes términos, la nador; Strauss,
constitución de dicho organismo. echevin de Am-
burgueses pacíficos aplaudían, encontrando naturales sús compañeros del periódico por inmiscuirse en asun-
y lógicos tales actos de venganza. El vulgo acepta tos que no eran de su incumbencia.
con entusiasmo las invenciones cuanto más absur- Otra leyenda fué la de los asesinatos de los alema-
das son, prestándolas su testimonio crédulo, como nes ordenados por los sacerdotes belgas. Como el go-
si las hubiese presenciado. Todos hablaron en Ale- bierno de Berlín necesitaba conquistar las simpatías
mania de los infelicessoldados sin ojos, por habér- de ciertos países católicos, y le estorbaba para ello la
selos arrancado las mujeres belgas. Los hospitales barbarie de sus soldados en Bélgica que se había en-
estaban llenos, según la voz pública, de víctimas de sañado especialmente con los curas, afirmó que los
esta clase. numerosos fusilamientos de sacerdotes sólo habían
El diario socialista de Berlín, Vorwaerts (el ^de- obedecido á que éstos predicaban la resistencia á sus
Xante), sintió excitada su curiosidad por lo inaudito feligreses,y hacían fuego personalmente contra los
del hecho, y abrió una información en todos los hos- alemanes. Los católicos de Alemania se dedicaron á
pitales de Alemania. Según declararon sus directores poner en claro la veracidad de tales noticias, y abrie-
y médicos, ninguno de ellos había visto nunca muti- ron una información, resultando de ella que su gobier-
lados de tal especie, ni habían oído quejarse á ningún no había mentido como siempre, y que los curas de
herido de malos tratos en los alojamientos belgas. Bélgica eran víctimas de un atropello sistemático, sin
Existían muchos ciegos en los hospitales, lo mismo otro motivo que el de amar á su país y conservarse
que en las ambulancias de los aliados, pero esto se fieles á él. El miedo á que el protestantismo alemán
debía á que el terrible estallido de los proyectiles mo- se aprovechase de tales calumnias contra sus adver-
dernos, al herir con sus cascos, arrancaban muchas sarios religiosos, sirvió para que los católicos del Im-
veces I03 ojos. perio pusieran en claro la verdad. Pero se limitaron
Como las averiguaciones del Vorwaerts ponían en á justificar únicamente á los sacerdotes y pedir respe-
claro las cosas, destruyendo una leyenda útil, el go- to para ellos, dejando sin defensa alguna á las muche-
bierno persiguió al diario, y los socialistas del Reichs- dumbres belgas, que fueron conducidas prisioneras á
tag, serviles dependientes del Imperio, censuraron á Alemania.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 93
Una
simple averiguación de un diario socialista y dormir á campo raso y quemar las casas de los ene-
de varias asociaciones católicas, había bastado para migos, pues cada una de ellas era una verdadera ca-
demostrar la inaudita falsedad de gran parte de las verna con toda clase de emboscadas y trampas para
afirmaciones del gobierno. Igualmente falsas fueron el exterminio del candido y noble soldado alemán.
las otrasque lanzó contra Bélgica. Los «bandidos bel- Todo armario era una puerta secreta por donde pene-
gas» vieron quemadas sus casas, asesinadas ó fugiti- traban á altas horas de la noche los facinerosos del
vas sus familias, robadas sus haciendas, y ellos mis- rey Alberto, con el propósito de asesinar al alojado
mos emprendieron el camino de la cautividad, entre germánico. Las camas tenían debajo trampas disimu-
golpes é insultos, sin saber con certeza en qué consis- ladas que se hundían, arrojando al confiado durmien-
tía su delito. En cambio los «nobles y caballerescos te en el fondo de una cueva. Los alemanes que se que-
alemanes» fueron los autores de los asesinatos de Lie- daban atrás en las marchas ó se apartaban de sus
ja, de las matanzas de Aerschot, del saqueo é incen- compañeros, sufrían irremisiblemente toda clase de
dio de Lovaina. tormentos. Las mujeres belgas les pinchaban los ojos
Hay quereconocer que esta propaganda de crue- con sumergían en agua hirviendo, los cru-
alfileres, los
les mentiras sirvió mucho al gobierno alemán. Sus cificaban, gozándose en su agonía. Y los invasores,
soldados, perturbados mentalmente por las afirmacio- perturbados por estos consejos de sus familias, que los
nes de los diarios y los cuentos del vulgo crédulo, habían leído á su vez en los periódicos, entraban en
iban penetrando en Bélgica con un recelo temible, con Bélgica con el dedo en el gatillo del fusil, mirando in-
un miedo siempre despierto y pronto á la venganza. quietos á todas partes, dispuestos de antemano á ver
Ciertas publicaciones populares daban consejos á los en los hechos más insignificantes un conjunto de ase-
soldados sobre la conducta que debían seguir en Bél- chanzas de novela folletinesca.
gica, «país de traidores» donde todo estaba prepara- Aesto había que añadir los efectos del vino, caro
do y organizado para su exterminio. No debían comer y escaso en Alemania, pero que se encontraba en
sin hacer probar antes loa alimentos á los belgas, pues Bélgica con gratuita abundancia, hasta el punto de
éstos procuraban envenenar á los alemanes. Debían que los invasores podían proporcionarse el lujo de ba-
94 VICENTE BLASCO IBANEZ
que sirviese de ejemplo á los otros vecindarios. Cuan- pesada y embrolladora de los alemanes para inven-
do, de tarde en tarde, el jefe alemán era un hombre tar una nueva mentira. Cuando incendiaron á Lovai-
honrado, deseoso de sostener la disciplina y enemigo de na sin motivo alguno, supusieron una conspiración de
crueldades inútiles, ordenaba una información antes los vecinos de la ciudad, diciendo que habían descu-
de proceder al castigo. Y al examinar las heridas de bierto un gran depósito de fusiles belgas. Cada uno de
los caídos, los médicos encontraban siempre que los
éstos llevaba inscrito en la culata el nombre del cons- todo el 16 de Agosto. Éstos, el 17 y el 18, tuvieron
pirador que lo había de usar. que reunir grandes fuerzas para desbordar á las tro-
Eran sencillamente los fusiles de la Guardia Cívi- pas belgas de primera línea, concentrando su ataque
ca, que burgomaestre había recogido
el antes de la especialmente en Aerschot.
entrada de los invasores, para que nadie pudiese in- El nombre de esta pequeña ciudad de la provincia
tentar una defensa individual, y de los que se hizo de Brabante quedó unido á una batalla que fué la
cargo la autoridad alemana. Grabar unos conspirado- última que sostuvo el ejército belga al Este de Bruse-
res su nombre, con varios meses de anticipación, en las. En el atardecer del día 18, el comandante Gilson
las armas que se preparan á usar con el mayor secre- se sostuvo junto á Aerschot, con 280 soldados, frente
to, es algo tan inaudito que sólo puede inventarlo la á 3.000 alemanes de caballería é infantería. Le habían
imaginación alemana, inspirada por los vapores de encargado que cortase el paso á estas fuerzas, para
una indigestión de cerveza. que no envolviesen á los belgas en su retirada.
Desde el principio de la acción el comandante re-
cibió un balazo en la nariz, pero no pensó en curarse
En la lista de ciudades mártires de Bélgica, la pri- la herida. Con el rostro cubierto de sangre y empu-
mera que figura por orden de fechas es Aerschot. En ñando un fusil, combatió entre sus soldados. Había
esta población y sus alrededores, desarrollaron los hecho jurar á éstos que sostendrían la posición mien-
alemanes su intimidadora política de crimenes, ini- tras quedase uno, y fieles á su palabra nadie retroce-
ciada en Visé y Lieja. dió. Los heridos, caídos en la hierba, hacían esfuer-
Junto á Aerschot sostuvieron los belgas el heroico zos sobrehumanos para levantar su fusil y tirar. Los
combate del 18 de Agosto, en el cual el comandante alemanes atacaron á la pequeña tropa de frente y de
Gilson, al frente de un
puñado de
hombres, impidió flanco. Sus ametralladoras escupían plomo incesante-
— como ya dijimos — durante dos horas avance del
el mente; pero los belgas no cedieron un solo paso. A
enemigo, cubriendo la retirada de los suyos. El ejér- las ocho de la noche, cuando ya se había terminado
cito belga había detenido en Wavre á los invasores la retirada belga, el comandante Gilson hizo un lia-
96 VICENTE BLASCO 1BAÑEZ
mamiento á sus hombres, para replegarse combatien- de la mañana, penetraron los alemanes en Aerschot.
do por el camino de Lo vaina. De 280 soldados que No quedaba en esta ciudad de 10.000 habitantes ni
mandaba dos horas antes quedaban 17, y con ellos se un soldado belga; pero á pesar de esto y de haber
fué retirando el heroico comandante sin volver la es- transcurrido toda una noche después del combate, los
palda. Los demás yacían en el suelo. alemanes avanzaron como al asalto, disparando sus
Un poco más allá, el capitán Knapen, encerrado fusiles en las calles é incendiando las casas.
con cuatro soldados belgas en una casa, hizo frente Casi todos los edificios de la calle de Marteau fue-
por mucho tiempo á una patrulla de 50 huíanos, y mu- ron quemados. Seis vecinos que se asomaron á las
riócon el fusil en la mano después de haber abatido puertas de sus viviendas, por curiosidad, fueron fusi-
á una docena de enemigos. lados. Después de esta entrada feroz, pareció reanu-'
CAMPESINOS BELGAS HUYENDO DE LOS ALEMANES CON TODO LO «UB PUEDEN LLEVARSE DE SUS CASAS
V ATRAVESANDO UNA ALDEA INCENDIADA (Fot. Rol)
Cuando los alemanes entraron en Aerschot, esta- darse la calma, alojándose los alemanes en las casas
ban furiosos por la resistencia que les habían opuesto y estableciendo en la plaza una fuerte guardia.
las tropas adversarias, infligiéndoles graves pérdidas. El burgomaestre de Aerschot, M. Tielemans, hom-
En los alrededores incendiaron las granjas, las casas bre de carácter pacífico y calmoso, había recomenda-
y los pajares, matando á tiros y bayonetazos á los do á sus conciudadanos, por medio de bandos y de
labriegos inofensivos que encontraban trabajando en circulares á domicilio, que en caso de invasión se
los campos. En Hersselt, pueblo situado al Norte de abstuviesen de todo acto hostil, único medio de con-
Aerschot, 32 casas fueron incendiadas y 22 vecinos servar intacta la ciudad. Las proclamas del burgo-
asesinados; entre ellos el molinero de la localidad y maestre estaban aún en las esquinas cuando entraron
su hijo. Ninguna tropa belga estaba á la vista. El los alemanes, y fueron mostradas á sus jefes.
combate había terminado. Pero los invasores necesi- Durante el día los invasores se apoderaron de todo
taban saciar su cólera, y se ensañaron con los pobres el vino y las bebidas alcohólicas de la población, co-
soldados heridos en el combate de la tarde anterior. salieron á las ventanas y empezaron á hacer fuego
Los camilleros belgas, á pesar de que llevaban en el contra los alemanes. Y los alemanes, usando de una
brazo la insignia de la Cruz Roja, fueron objeto de legítima defensa, mataron al burgomaestre, á su hijo,
numerosos atentados. Los alemanes se divirtieron ti- á su hermano y á muchos vecinos, entregaron todas
rando contra ellos mientras recogían á los heridos en las mujeres del pueblo á una soldadesca loca de luju-
las afueras de la ciudad. Un oficial alemán insultó á ria, y robaron é incendiaron la población. El castigo,
un individuo de la Cruz Roja y le puso en la frente el como se ve, no podía ser más lógico. Lo natural cuan-
cañón de su re- do matan á un
vólver. Un ca- jefe alemán en
millero, hijo del una casa de un
cobrador de im- pueblo es matar
puestos de Aers- á los que viven
á burgomaestre
Aerschot para entró en el co-
averiguar directamente lo sucedido, da una tercera medor de su casa, revólver en mano, cuando el jefe
versión, que es tal vez la única verdadera. de Estado Mayor estaba con sus oficiales sentado á la
Veamos la versión alemana. El jefe de Estado mesa, matándolo de un tiro. Pero añade que este ado-
Mayor de las fuerzas invasoras, en compañía de al- lescente hizo bien en matar al jefe teutón, pues come-
gunos oficiales, se alojó en casa del burgomaestre. tió el atentado por defender el honor de su hermana.
Estaban todos ellos sentados á la mesa, después de Según la versión vulgar, á los postres de la comida
comer, cuando el hijo del burgomaestre, un mucha- el jefe invasor, excitado por el vino, hizo saber al
cho de 15 años, de aspecto enfermizo, apareció en burgomaestre que tenía el firme propósito de pasar la
una puerta con un revólver en la mano y mató al jefe noche con su apuesta y hermosa muchacha, y
hija,
de Estado Mayor. Esta muerte era la señal esperada el hermano esquivó silenciosamente
al oir esto se
para una revolución. Todos los vecinos de Aerschot para volver un instante después y poner término á
Tomo ii
98 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
unos 2.000 alemanes. Muchos edificios empezaron á holandés Grondijs, que luego de presenciar la entrada
arder, y los invasores tiraron contra las ventanas y de los alemanes en Bruselas se dirigió á pie á Aers-
penetraron en las casas para saquearlas. chot, visitando esta población el 22 de Agosto, ó sea
El jefe de Estado Mayor se asomó al balcón de la cuando sólo habían transcurrido tres días luego de la
vivienda del burgomaestre con algunos de sus oficia- horrible tragedia.
los invasores en Bélgica. Dice asi el escritor ho- sen fantasmas aparecidos á mediodía. En vista de mi
landés: silencio acaban por levantarse y continúan su ca-
mino.
«Continúo mi viaje á pie hacia Aerschot. En el Estos soldados no están en su estado normal. Or-
camino encuentro muchos grupos de campesinos bel- dinariamente su rostro refleja una bondad ruda. Pero
gas que siguen la misma dirección. Después de haber desde que han pasado á través del peligro, la misma
huido de sus casas por miedo, vuelven á ellas, tran- transformación parece haberse realizado en todos es-
quilizados relativamente por las promesas de los tos simples. Han perdido su máscara habitual de bon-
alemanes. Éstos justifican los incendios de las casas di- dad sonriente. Tienen en los ojos una mirada de in-
ciendo que fué por castigar á los habitantes que huye- quietud poco tranquilizadora: una nerviosidad terri-
ron, y por esto los vecindarios vuelven resignadamen- ble los agita. Por esto me advierten algunos que
teá ocupar sus pueblos. Encuentro incesantemente re- pongo mi vida en peligro si continúo mi camino. Los
gimientos alemanes, que al quedar libres los caminos centinelas están irritados, y me expongo á una bala
de la resistencia del ejército belga, continúan su mar- perdida...
cha con dirección á Francia. A través de una campi- Un oficial que pasa en automóvil da á una colum-
ña fértil,entre una doble de árboles, avanzan,
fila na la orden de detenerse. Los soldados hacen alto y
levantando grandes nubes de polvo, los cuerpos de ruegan á los belgas fugitivos, al pasar junto á ellos,
ejército mandados por el general Yon Kluck. que les regalen cigarros. ¡He aquí una extraña men-
Al verles pasar, las mujeres belgas bajan la ca- talidad! Este ejército mendiga favores de personas á
beza, y los hombres hacen profundos saludos. Como las que ha matado los padres, los maridos, los hijos,
yo no me quito el sombrero, los soldados me dirigen y cuyas casas ha incendiado fríamente durante su
de tiempo en tiempo palabras hostiles por mi falta de —
ausencia. Además, horas después como lo veremos
respeto. A mitad de camino, entre Lovaina y Aers- nosotros — ,
apresa tranquilamente á los mismos á
chot, me siento bajo unos árboles, al lado de la carre- quienes pide cigarrillos. Un comandante alemán,
cor-
tera. Al poco rato un centenar de soldados alemanes pulento y de luenga barba, que va montado, se esfuer-
se sientan cerca de mí y me dirigen palabras poco za por divertir á las tropas empujando con su caballo
amenas. Yo me ocupo tan poco de ellos como si fue- á un asno que vagabundea en los campos. El coman-
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dante ríe pesadamente de su gracia, y los soldados la protestar contra las órdenes de sus superiores. Ade-
celebran con un regocijo servil. Mientras tanto las más, el Estado Mayor alemán, intencionadamente, ha
casas de los dos lados del camino humean todavía enviado los regimientos protestantes contra la Bélgica
como montones de ruinas, y á lo largo de la carretera católica, mientras que las tropas compuestas de cató-
se desliza un rosario interminable de campesinos ate- licos fueron dirigidas con preferencia á la católica
Llego por fin á Aerschot, atravesando varias al- era el único católico de su regimiento. En una casa,
deas completamente quemadas. En la entrada de la no lejos de la entrada de Aerschot, veo una habita-
pequeña ciudad me veo detenido por el cuerpo de ción en la que todo demuestra que sus habitantes la
guardia. Tengo que esperar la llegada del capitán. abandonaron rápidamente al oir los primeros ruidos
Digo á los soldados que soy holandés y me ofrecen del saqueo de la ciudad. Las sillas, colocadas toda-
una silla. Un sub-oficial, brillante parlanchín, me es- vía en torno de la pequeña mesa, constituyen como
peta un discurso para el esqueleto de una
convencerme de la es- escena de familia. So-
tupidez de los belgas, bre la mesa están los
x *iPfc
mu
hijo del burgomaestre cometió este atentado. Me con- por qué dejar de dormir.
testan que los alemanes vie-
ron cómo tiraba. Esta respues-
ta no me convence: veo sim-
El oficial acaba por conducirme fuera de la igle- claraas impresas, en las cuales el burgomaestre de
sia y rae aconseja una gran atención al ir por las ca- Aerschot ordenaba á la población que se abstuviese
lles. Los soldados están muy agitados y los fusiles se de todo acto de hostilidad contra las tropas alemanas,
disparan solos... pues de lo contrario expondrían su país á las más te-
Cien metros más allá, una patrulla me detiene y rribles represalias. Los documentos están firmados
me conduce al Hotel de Ville. Aqui, un sargento ma- por mismo burgomaestre. Encuentro inverosímil
el
yor me trata con benevolencia al leer mis papeles y que este hombre haya favorecido un atent¿ido contra
me da para dormir unos haces de paja en el despacho la persona del comandante, después de haber pedido
del secretario. Además me invita á comer y á beber á sus conciudadanos calma y prudencia y de conside-
vino. Le pregunto si tiene el vino tan abundante que rarse lo mismo que éstos, bajo la aterradora impre-
puede ofrecerlo á los extranjeros, y me contesta que sión de las devastaciones y los fusilamientos realiza-
tiene á su disposición tal número de botellas que no dos por los alemanes en todos los pueblos, desde la
podría vaciarlas en toda su vida. Durante nuestra frontera hasta Aerschot. ;,Es verosímil acusar á un
corta conversación me hace saber que un gran núme- padre de haber dado tal orden á su hijo? La imputa-
una bala perdida, y que al comenzar el tumulto en la soldados derriban á culatazos la puerta de una casa
plaza del Mercado se ocultó con su madre en la bode- rica y salen al poco rato cargados con toda clase de
ga de la casa. Registraron igualmente las casas veci- botín. Este pillaje se realiza tranquilamente ante los
nas y tomaron al azar en las bodegas todos los hom- ojos de los oficiales.
bres ocultos. Quisieron apoderarse del cura párroco Un convoy de prisioneros militares y civiles, es-
de la ciudad, pero éste habia huido y en su lugar se coltado por un pelotón de soldados alemanes, sale de
apoderaron de otro sacerdote para que lo reempla- la ciudad con dirección á Diest y Alemania. Reco-
zase en el suplicio. No pudiendo apoderarse de la mu- nozco entre los civiles algunos hombres que encontré
jer y la hija del burgomaestre, que habían conseguido ayer en el camino de Lovaina á Aerschot. Los pobres
huir, pusieron á precio sus cabezas. creyeron en las proclamas de los invasores, que ase-
Todas las personas arrestadas y cuya culpabilidad guran que los soldados alemanes vivirán en paz con
consistía simplemente en haber sido encontradas den- todos los civiles que acepten sus reglamentos. Volvie-
tro de sus casas, fueron conducidas á una trinchera ron á sus casas y ahora los conducen á Alemania. Los
en vendaron los ojos
las afueras de Aerschot. Allí les alemanes acuden en tropel para burlarse de los pri-
y fueron fusiladas, exceptuando á un tal Mommens, sioneros. Algunos soldados belgas intentan sonreír.
que fué indultado para que ayudase á enterrar los ¡Pobres gentes!
cadáveres de sus conciudadanos. Cuando el trabajo Van saliendo de la iglesia, en larga fila, las muje-
quedó terminado, ordenaron á este individuo que se res desmelenadas y los niños. Estas mujeres, exte-
fuese á Lovaina y contase todo lo que había visto. nuadas por la mala noche, se deslizan á lo largo de
Los alemanes querían sin duda con este relato aterro- Las jóvenes, sobre todo, da lástima verlas.
las casas.
rizar á los habitantes de la vecina ciudad. En dos días toda su coquetería y las flores de su gra-
A las nueve de la mañana abandono el Hotel de ciosa juventud se han marchitado. ¡Felices las que
Ville. Un oficial amenaza al soldado que durante la viven en el destierro y pueden encontrar en él su al-
noche ha disparado su fusil, sembrando el pánico en tiva honestidad abundancia de su joven y her-
y la
la guarnición. Al lado del Hotel de Ville un grupo de mosa vida! Estas pobres muchachas de Aerschot que
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 105
veo condenadas á vivir, sin protección ni apoyo, so- El jefe del puesto de guardia me suelta después de
avergonzado y de desesperada resignación. ¡Qué ciu- mente los centinelas no oponen ninguna dificultad. En
dad terrible! ¡Qué olor de muerte entre estas ruinas mitad del camino entre las dos ciudades encuentro un
guardadas por centinelas y que únicamente están po- convoy de camiones, mandado por un capitán y cua-
bladas de mujeres y de soldados medio borrachos, de tro tenientes. A nuestra izquierda truena el cañón.
los que depende su vida y su honor!... Los camiones se han detenido cerca de un camino
Cien metros más allá entro en un café para pedir transversal, sin duda para aprovisionar oportuna-
un poco de leche. Un soldado de gran estatura y muy mente á las tropas que combaten. El capitán, un alti-
joven hace la corte á la dueña del café, que tiene más vo junker, me cierra el camino, preguntando: «¿Quién
de treinta y cinco años. La mujer apenas le escucha. sois? Os he visto ayer marchar en dirección opuesta.
Comprende lo que el hombre desea, pero su rostro ;,Por qué desandáis ahora vuestro camino?» Le doy
ceñudo no expresa ni odio ni placer. Me manifiesta una razón cualquiera y le enseño mis pasaportes; pero
que no puede servirme lo que deseo, pero yo perma- el capitán añade: «No iréis á Lovaina. Al llegar allá
nezco en el café y escucho. El alemán, molestado por contaríais indudablemente todo lo que habéis visto en
mi presencia, se calla y me mira hostilmente. De estos pueblos.»Yo contesto con inocencia: ¿Y qué es
pronto sale del café y vuelve á los pocos minutos con lo que podría contar?» El capitán finge no entender-
una veintena de camaradas que me arrestan, acusán- me. Parece de muy mal humor, asi como sus compa-
dome de espionaje. Es la venganza del galán. Los ñeros. Al hacerle una pregunta, se enfada y grita:
soldados me empujan violentamente y me conducen «Aquí el único que puede baldar soy yo.» Sin embar-
á un cuerpo de guardia vecino. La dueña del café, go, después de reflexionar algunos instantes, acaba
temiendo que le quemen el establecimiento, grita va- por decirme: «Podéis iros adonde queráis.» Yo conti-
rias veces: «Sí, sí; llévenselo. Tal vez es un espía.» núo mi camino.
Tomo ii 13
106 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
de sus casas, y no exagero, habían sido devoradas
por las llamas, conservando en sus ruinas los rastros
del pillaje realizado por una soldadesca demente.
Las pruebas del crimen surgían por todas partes.
Las puertas habían sido demolidas á patadas y cula-
tazos, todos los vidrios rotos, los muebles destruidos
por simple gusto de destruir, los cuadros arrancados
de las paredes, las cómodas vaciadas en el suelo, los
colchones registrados por las bayonetas, que buscaban,
tesoros ocultos. Los muros exteriores estaban salpica-
dos de sangre y acribillados de balas. Las aceras,
sembradas de botellas rotas ó medio vacías, resulta-
ban resbaladizas para los transeúntes. Vestidos de
mujer estaban abandonados en medio de la calle. No
CONVOY ALHMAN EN UN PUEBLO INCENDIADO creo conveniente hacer un relato detallado de esta or-
gía de muerte y de lujuria. La historia de lo ocurrido
Con arreglo á lo que dicen muchos testigos, los resultaba escrita con tanta claridad sobre las cosas,
alemanes en varias poblaciones obligaron á los paisa- que era superfluo describirla, pues todos los ojos po-
nos á asistir á las ejecuciones de sus convecinos, po- dían leerla.
niéndolos luego en libertad para que pudiesen anun- En el espacio de una milla condujimos nuestro
ciar á los otros pueblos la suerte que les esperaba en auto lentamente, entre los muros ennegrecidos de mu-
el caso de una resistencia. Esta vez, por el contrario, chas construcciones devoradas por las llamas. No se
alemanes temían que fuese yo esparciendo
los oficiales trataba de un incendio accidental, porque, de vez en
Aerschot y sus
las terribles noticias de lo ocurrido en cuando, entre las manzanas de casas en ruinas, se
alrededores. Me pareció que estos oficiales eran uni- veían otras intactas, ostentando en la puerta esta
versitarios, reserveof/iziere hombres que no están
, inscripción escrita con tiza: Gute leute. Nicht zu plun-
acostumbrados á presenciar tales horrores. Tal vez dern. (Buenas personas. No saquear.)
su mal humor y su brusquedad obedecían á la impre- Los alemanes ejecutaron su trabajo incendiario
sión que dejaban en ellos los rastros del paso de sus con el mismo método á que ajustan todas sus funcio-
compatriotas.» nes. Emplearon diversos procedimientos para quemar
los pueblos, todos igualmente eficaces. En Aerschot y
El profesor Grondijs pudo llegar á Lovaina para
en Lovaina comenzaron por romper los vidrios de las
presenciar, dos días después, el saqueo de la famosa
ventanas, lanzando en el interior de las casas unas
ciudad y todos los crímenes que se desarrollaron en
ella. Oportunamente transcribiremos las irrefutables
declaraciones de este testigo, perteneciente á una na-
ción neutral.
truída. Mientras nosotros remontábamos la calle entre rios, losórganos, los grandes candelabros, todo está
de una columna de infantería belga, pedazos
las filas roto. Los cepillos han sido fracturados. Las estatuas
de muro y remates de fachada se desplomaban á góticas de madera que ornamentaban las columnas de
cada instante bajo la acción de un fuerte viento, pro- la nave central, han sido arrancadas. En todo el tem-
duciendo un ruido sordo y levantando nubes de polvo. plo reina el mayor desorden. El suelo está lleno de
La maraña de hilos telefónicos rotos, mil objetos es- paja, en la cual han dormido durante muchos días las
parcidos en medio de la calle y los vidrios pulveri- mujeres, pues como es sabido, gran parte de ellas fue-
zados que crujían bajo las botas, completaban la ron encarceladas en la iglesia.
triste impresión de estas ruinas. La Gran Plaza ha En el resto de la población se descubren todavía
sufrido menos. La «Gilden Huis» y tres casas vecinas numerosas casas incendiadas, formando grupos de
á la del burgomaestre Tielemans, han sido quemadas. dos, tres y hasta cinco edificios calcinados. A la sali-
Esta última permanece en pie, y su fachada, como da de la ciudad, en un campo situado á cien metros
las de los demás edificios del camino á Lovaina, es
de la plaza, conserva los donde los alemanes fusi-
vestigios de la fusilería laron al burgomaestre
que estalló en la tarde del Tielemans, á su hijo, su
19 de Agosto, á conse- hermano y todo un grupo
cuencia de un pánico pro- de convecinos. Después
vocado por algunos solda- de algunas exploraciones
dos ebrios, del ejército he encontrado al pie de
alemán. un talud el lugar donde
La un as-
iglesia ofrece murieron estas víctimas
pecto lamentable. Las inocentes del furor de los
puertas quedaron forza- alemanes. Manchas y gru-
das á golpes de ariete, mos de sangre negra mar-
después de haberlas pren- can aún en la hierba el
dido fuego. En el interior, sitio ocupado por cada
los altares, los confesona- LA OBRA DESTRUCTORA uno de estos mártires ante
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 109
el fuego del pelotón de ejecutores. Á pocos pasos de ferales se ven, de tarde en tarde, algunas familias agru-
este lugar, la tierra recientemente removida y una padas ante las puertas de sus viviendas saqueadas.
humilde cruz de madera, clavada furtivamente por Los atentados cometidos contra el pudor de las
manos amigas, marcan el mujeres y las muchachas,
lugar donde reposan los lian sido numerosos en
cadáveres de 27 de las Aerschot, lo mismo que
víctimas. La fosa sólo ha en otras poblaciones de
sido rellenada en una mi- Bélgica. Pero en este pun-
tad, y parece esperar nue- to especialmente las ave-
vos cadáveres. riguaciones de la comi-
He visto junto á la igle- sión chocan con grandes
sia las tumbas de otros dificultades. Las víctimas
civiles asesinados por los designadas por la voz pú-
alemanes, pero en esta blica, asi como sus fami-
ciudad abandonada por lias,oponen generalmente
su vecindario es ahora un mutismo absoluto á to-
muy difícil encontrar tes- das las preguntas.
tigos de los sucesos, y por Lo que salta inmediata-
esto no puedo determinar mente á la vista en Aers-
exactamente el número de chot es que la ciudad fué
los habitantes de Aerschot enteramente saqueada.
que cayeron bajo las ba- He penetrado en numero-
las homicidas. La ciudad sas casas escogidas al
está casi desierta. La ca azar, recorriendo sus di-
lie principal es la única versos pisos. Por las ven-
animada por el paso conti- tanas y las puertas des-
nuo de las tropas belgas en truidas he examinado
marcha. En las calles la- Ml'JKRBS UELUAS BUSCANDO BNTRR LAS RIINAS DE SU CASA igualmente un gran nú-
110 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
mero de otras viviendas. En todas partes los mobi- informes de varios testigos, ocurrió lo mismo en to-
liarios están rotos, despanzurrados, y además sucios das las casas de familias ricas, donde los oficiales
de un modo innoble. Los empapelados de las paredes alemanes escogieron su alojamiento.
cuelgan en harapos. Las puertas de las bodegas han Durante tres semanas los invasores desvalijaron
sido derribadas. Los armarios, los cajones de las me- casi todas las casas de la ciudad, destruyendo los ob-
sas, todos los muebles cerrados han sido forzados por jetos que no satisfacían su codicia, mientras que los
losalemanes, vaciando su contenido. La ropa blanca oficiales se reservaban las viviendas más opulentas.
y las estatuas rotas. Penetro en una de ellas, que se- afirman que el incendio no tuvo las más de las veces
gún me dicen fué habitada por oficiales, librándose de otra finalidad que ocultar la prueba de robos, particu-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE NI I
distancia. Algunos que por escapar al fusilamiento se ridad en el extranjero. En dicha carta expone del si-
arrojaron en el Demer, murieron igualmente bajo los guiente modo los sucesos que se produjeron en la
abandonada. Allí se vistió con un traje de paisano, y dos columnas de humo seguidas de una descarga de
uniéndose á los habitantes que huían de Aerschot Los alemanes tiraban contra las casas y las
fusilería,.
pudo salvarse. De los 28 prisioneros y heridos sólo él invadían. Mi marido, mis hijos, los domésticos y yo,
y otro lograron escapar. sólo tuvimos tiempo para, precipitarnos por la escale
Conocido es el pretexto que invocaron los alema- ra de la cueva. Los alemanes tiraban contra los ves-
nes para explicar sus atentados. Según ellos, fueron tíbulos de las casas. Después de algunos momentos de
represalias destinadas á vengar la muerte de uno de angustia indecible, uno de los ayudantes del general
sus generales, asesinado por el hijo del burgomaestre bajó á la cueva gritando: «El general ha muerto.
de Aerschot. Todos los testimonios concordantes de ¿Dónde está el burgomaestre? Mi marido dijo enton-
los vecinos de dicha ciudad oídos por nosotros, esta- ces: «Esto va á ser muy grave para mí.» Como el
blecen que el disparo que mató á este oficial superior ayudante avanzaba hacia nosotros, yo le dije: Po
procedía de las tropas alemanas, que comenzaron á deis ser testigo, señor, de que mi marido no ha tira
hacer fuego dentro de la ciudad. do.» «Es igual — me respondió — ;
él es el responsable.»
Es oportuno reproducir, á propósito de estos he- Mi marido desapareció empujado por el ayudante. Mi
chos, una carta que acaba de llegar á nuestro poder hijo, que estaba al lado nuestro, nos condujo entonces
de Mad. Tielemans, viuda del infortunado burgomaes- á otra cueva. El mismo ayudante vino á arrancármelo
tre de Aerschot, y que se halla actualmente en segu- poco después, llevándoselo á patadas. El pobre niño
112 VICENTE BLASCO IBANEZ
cer desaparecer un tes-
tigo de su crimen?...»
Mucho después del
saqueo de Aerschot con-
tinuó la persecución
contra sus habitantes,
viéndose en este ensa-
ñamiento un deseo de
suprimir los testigos del •
varon prisioneros á
Alemania.
ALEMANES ALOJADOS EN UNA CASA BBLGA
War Al entrar
las tropas
(Dc The lllustruted Neict)
belgas en Aerschot, ha-
apenas podía marchar. Por la mañana, al entrar los ciendo prisioneros á varios alemanes, encontraron en
alemanes en la ciudad, habían tirado contra las ven- los cuadernos de campaña de éstos algunas notas refe-
tanas de las casas. Una bala penetró en el dormitorio rentes á los envíos de cautivos civiles. Un alemán de
donde se encontraba mi hijo, hiriéndole de rebote en Macdeburgo decía así en sus notas: «Hemos encerra-
una pantorrilla. Después que mi marido y mi hijo do en la iglesia de Aerschot 450 hombres para enviar-
desaparecieron, yo fui conducida por toda la casa los á Alemania.» Otro cuaderno contenía la mención
entre un grupo de alemanes que apoyaban sus revól- siguiente: «El 6 de Septiembre hemos expedido cami-
veres en mi cabeza. Asi pude ver al general muerto. no de Alemania á 300 belgas. Entre ellos se encontra-
#-
A-,
rosos actos de sacrilegio religioso. Los alemanes se renta años, fusilado en compañía de su sobrino, que
sólo tenía 10 años. Dos hombres de 40 años, Gustavo
apoderaron de los cálices y copones que representa-
ban algún valor, derramando las sagradas formas en Lodts y .luán Markel, que fueron enterrados cuando
los escombros y las inmundicias del saqueo. La comi- todavía estaban vivos.
sión belga recibió muchos informes de sacerdotes de- Un pelotón de huíanos que penetró en la aldea de
nunciando estos atentados religiosos. Rethy incendió y fusiló á su capricho, figurando entre
sus víctimas una muchacha de 15 años, muerta de un
tiro.
Otras poblaciones belgas que fueron ocupadas 19el En Corbeek-Loo, una mujer de 22 años,, cuyo
de Agosto al mismo tiempo que Aersehot, sufrieron marido estaba en belga, fué sorprendida el
el ejército
estiércol para su putrefacción. Al llegar los alemanes con adversario hacían preceder sus van
el ejército
levantaron la tapa del foso y dispararon en su inte- guardias por grupos de hombres, mujeres y niños,
rior. El hombre recibió varios proyectiles, y para para que fuesen los primeros en recibir las balas bel-
evitar que lo rematasen, permaneció cinco días ocul- gas. Así se comprende que la mayor parte de los que
to. Cuando al fin pudo ir en busca del médico, tenia fueron arrebatados de sus viviendas no hayan vuelto
una pierna en completa putrefacción. á ellas, desapareciendo para siempre.
Los invasores, cuando no mataban á los campesi- La comisión belga, al resumir los atentados ale-
nos, los hacían cautivos, empleándolos en abrir trin- manes y protestar de ellos ante el mundo civilizado,
cheras y efectuar otros trabajos de defensa contra las dijo asi:
tropas de su pais, con visible menosprecio de lo que
establecen las leyes de la guerra. En sus encuentros «En esta guerra la ocupación de las poblaciones
es acompañada sistemáticamente, y muchas veces
precedida, de toda clase de violencias contra la po-
blación civil; violencias contrarias á las leyes con-
vencionales de la guerra y á los principios más rudi-
mentarios de humanidad. El modo de proceder de los
alemanes es igual en todas las poblaciones. Avanzan
á, lo
largo de las carreteras, fusilando á los transeún-
tes inofensivos, especialmente á los ciclistas, como
también á los agricultores que cuando ellos pasan es-
tán ocupados en los trabajos del campo. Al detenerse
en una aglomeración urbana empiezan por requisar
los alimentos y las bebidas, consumiendo estas últi-
mas hasta la embriaguez. Muchas veces en el interior
de casas que no están ocupadas disparan al azar sus
fusiles, y luego declaran que son
los habitantes los
tiempos de la antigua esclavitud. Son numerosos los olvidar el incendio sistemático de las casas aisladas
casos en que los habitantes belgas se han visto obli- en los caminos por donde pasaron los invasores y el
gados á servir de guías contra las tropas de su país y fusilamiento de sus desgraciados habitantes que inten-'
á trabajar en las trincheras y otras fortificaciones de taron huir.
campaña de los alemanes. Numerosas declaraciones Los alemanes han pretendido hacer creer, por
atestiguan que, durante las marchas de los invasores
medio de sus periódicos, que el gobierno belga distri-
y en muchos de sus ataques, han colocado delante buyó armas á sus poblaciones para que las usasen
de su vanguardia grupos de civi- contra los invasores del territorio.
les, hombres y mujeres, para impe-
Añaden que el clero católico ha
Los alemanes, para excusar sus atentados, pre- preocupación que huir de los horrores de una guerra
tenden que allí donde han fusilado, quemado y robado, sin misericordia.
lo hicieron porque los habitantes les habían opuesto Los verdaderos móviles de las atrocidades alema-
una resistencia armada. Tal vez hecho haya po-
este nas, de las que hemos recogido tan emocionantes tes-
dido producirse en algunos puntos aislados, pues en timonios, se basan por una parte en el deseo de ate-
todas las guerras ocurren casos de esta clase. Si los rrorizar y desmoralizar á las poblaciones, conforme
alemanes se hubiesen limitado á pasar por las armas á las teorías inhumanas de los escritores militares de
á los autores de estos hechos, nosotros no hubiéramos Alemania, y por otra parte en el deseo del pillaje. Un
podido hacer otra cosa que inclinarnos ante el rigor disparo de fusil hecho no se sabe dónde, por quién ni
de las leyes milifares. Pero estas agresiones, obra de contra quién, tal vez por un soldado ebrio ó un centi-
uno ó varios individuos, y que además constituyen nela nervioso, es suficiente para dar pretexto al sa-
una excepción muy rara, no pueden justificar de nin- queo de toda una ciudad. Al robo individual suceden
gún modo la generalización de las medidas represivas las contribuciones de guerra en una proporción impo-
á que se han visto sometidos los vecindarios de ciuda- sible de satisfacer, y la selección de rehenes que
des, pueblos y aldeas, en sus personas y en sus bie- serán fusilados ó guardados hasta el pago completo
nes, ni los fusilamientos, los incendios y los pillajes de la cantidad, siguiendo los conocidos procedimien-
que se han realizado en gran parte de nuestro terri- tos del bandolerismo clásico. Hay que tener en cuenta
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 117
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118 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
además, que toda resistencia opuesta por los destaca- carabinero ciclista belga, al caer prisionero de los
mentos de nuestro ejército regular la interpretan los alemanes, fué colgado de un árbol. Más adelante dire-
alemanes— para poder satisfacer su crueldad —como mos cómo los soldados franceses heridos en la bata-
médicos de la Cruz Roja en los hospitales, constituyen quemaduras que aun tenia en las manos. Otros dos
una prueba irrefutable. soldados del mismo cuerpo fueron sometidos á tortu-
Los alemanes osaron además resucitar una cruel- ras semejantes para hacerles hablar. Uno de ellos
dad que sólo se empleó hace muchos siglos, cuando que intentó rebelarse, fué sujetado por los alemanes,
la barbarie de la guerra no había sido aún atenuada que inmovilizaron sus brazos y sus piernas, mientras
por los acuerdos humanitarios. En casi todos los com- otros le retorcían el cuello hasta hacerle perder la
bates sostenidos en Bélgica, los invasores mataron pri- vida. Á su camarada le cortaron un dedo para vencer
sioneros y remataron heridos. Ya hemos mencionado su mutismo.
su barbarie en Aerschot, donde á continuación del Unsacerdote atestiguó que, después de un comba-
combate del 18 de Agosto fusilaron á 26 heridos y pri- te cerca de Dixmude, había encontrado el cuerpo de
sioneros belgas. También hemos citado el caso de los un teniente del 12.° de línea, llamado Camilo Poncin.
dos soldados heridos que cerca de Impde fueron El infeliz teniente había sido fusilado, atándolo pre-
arrojados en el interior de una casa que ardía. viamente los enemigos con alambres, para que reci-
Numerosos hechos de esta especie se repitieron en biese la muerte de rodillas.
los combates de Bélgica. Un sargento del 3.° regi- Los servicios de la Cruz Roja no fueron más res-
miento de lanceros, herido de dos balas alemanas en petados por los alemanes que el ejército regular. En
el combate de Orsmael, se vio maltratado por los casi todos los combates tiraron contra las ambulan-
alemanes cuando estaba en el suelo, recibiendo nume- cias, á pesar de que las insignias de éstas eran muy
rosos culatazos. Un alemán, viendo que aun vivía, le visibles, y evitaban toda confusión con las fuerzas
disparó su fusil á dos metros de distancia. Por fortu- combatientes. Muchos individuos de la ambulancia
na la bala no hizo más que rozarle el vientre. Un fueron heridos. Otros sufrieron golpes é injurias cada
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 119
vez que se ponían en contacto con los alemanes. En ellos. Algunos vinieron á morir al pie de la casa don-
los ataques de las poblaciones, sus baterías tiraron con de estaba el testigo.
preferencia sobre los edificios que ostentaban la ban- En Tournai, las tropas alemanas entraron prote-
dera de la Cruz Roja. giéndose con varias filas de civiles. En Malinas, los
Desde el principio de la invasión los alemanes em- invasores agruparon muchos paisanos belgas, que ha-
plearon el sistema de protegerse, empujando delante bían sido conducidos á Alemania y devueltos luego á
de ellos un grupo de civiles. En el sitio de Lieja ya se Bruselas, para emplearlos como muro protector de su
valieron de este procedimiento inhumano para su pro- vanguardia. Estos prisioneros fueron conducidos al
pia seguridad. Una batería alemana, con el objeto de canal, en cuya orilla opuesta estaban los belgas, con
evitar los tiros del fuerte que tenía enfrente, colocó la esperanza de que por este medio podrían fran-
junto á sus cañones un gran número de belgas apri- quearlo impunemente. En dicho combate, como en
sionados en las aldeas inmediatas, y entre los cuales otros muchos, los alemanes, con la punta de la bayo-
figuraban mujeres y niños. Cuando el grueso de las neta ó con las culatas de sus fusiles, obligaban á los
tropas sitiadoras intentó pasar entre los fuertes de prisioneros á que gritasen, dirigiéndose á las tropas
Chaudfontaine y de Florón, llevó delante de él á un que estaban enfrente: «¡No tiréis, que somos belgas!»
grupo de civiles que había ido recogiendo á lo largo Este procedimiento de las columnas en marcha lo
misa, cuando fué llamado á presencia del jefe que hombres cayeron como segados por la descarga. Al-
mandaba la columna, entablándose el siguiente diá- gunos que se removían en el suelo fueron acabados
logo:
á culatazos en la cabeza. Después los alemanes se
«¿Sois vos el cura de este pueblo?» «Sí.
»
«Tengo que apoderaron de todo lo que guardaban en los bolsi-
deciros, señor, que habéis dejado á vuestros feligre- llos, así como de sus ropas, dejando los cadáveres
ses que hagan contra nosotros la guerra de franco-ti- desnudos.
radores.» «Perdón, comandante. Yo he recomendado En Bueken la matanza ocurrió algún tiempo des-
á todo el mundo que no tire. Este consejo ha sido pués de estar ocupada la población por los alemanes.
fijado en bandos en las esquinas, y los periódicos Éstos llevaban diez días en ella, y los habitantes,
lo han reproducido.» «Entonces, señor, vuestra in- aterrorizados, se esforzaban por satisfacer todas sus
in fluencia esbien poca.» Indudablemente, coman- exigencias, cuando de pronto los hombres del vecin-
dante; no tengo la influencia que vos creéis. Pero de dario fueron hechos prisioneros y conducidos con las
todos modos, tened la seguridad de que no son los civi- manos atadas á una pradera inmediata. Alli fueron
que han tirado. Son
les los las tropas francesas que fusilados diez y seis habitantes, entre ellos un viejo
les, losornamentos del culto fueron empleados en los los belgas, sinun pretexto, sin una razón, arrebatan
usos más inmundos. de sus hogares familias completas, y en ciertas
La rabia de destrucción varió según los regimien- el vecindario en ma
-
lldi a
tos e -r al país. Hay q locer Estos prisioneros, á los que se dalia arbitraria-
los cuerpos alemanes reflejaron el la mente el título de rehenes, fueron reunidos y
•
que y i
radores. I. a muchedumbn
Ai nica,por respeto ai uniforme, se
guardaba de insultar á los prisio-
neros militares belf B I,
ai
permanencia en ios ¿
La suerte de los belgas que salvaron su vida que- les, comerciantes y obreros, s<- eían obligados á vivir \
lo prisioi. esultó Igualmente terrible. Ilom- en la inacción más completa. Ni un libro, ni un instru-
•
fin-ron internados en Alemania mento de trabajo, les era permitido. Sus guardianes
[endose sepa rad los pretendían q u todos ellos eran franco tiradores, ase-
miembro- imilla. Los máfl de ellos habían sido sinos de alemanes. Las mujeres germánicas se ín I
entere injurias y ban los ojos á los prisioneros alemanes. Sin fuego, sin
golpes. Muchi lirse. (
'tros, des] i
sístírse sin grave quebranto físico. Algunos de los haz de paja por cama. Sus guardianes no se preocu-
prisioneros perdieron la razón, y á las tristezas del paron de su alimentación, y el venerable prelado ae
campamento vino á unirse el espectáculo de la de- salvó de perecer de hambre gracias á las buenas
mencia. personas que le llevaron ocultamente algunos vive-
El calvario de muchos de estos cautivos fué tan res. La libertad de todo belga, fuese cual fuese su
rápido, tan cruel y tan falto de explicaciones, que condición, estaba á merced del más insignificante
carece de justificación alguna. Sólo se comprende te- oficial. L'n simple teniente disponía de la suerte de
niendo en cuenta el deseo del gobierno alemán de ex- las personas más elevadas, bastando una palabra
hibir muchos prisioneros ante las muchedumbres de Buya para que el transeúnte se viese condenado al
su pi fusilamiento ó á la deportación.
Uno delos belgas apresado en Lovaina después de Muchos belgas que consiguieron librarse de su
los sucesos que describiremos más adelante, hizo en cautiverio, relataron á la comisión el modo incohe-
los siguientes términos la descripción de su viaje á rente cómo fueron aprisionados, puestos en libertad,
Colonia, tan doloroso como rápido: 'El 27 de Agosto aprisionados de nuevo, separados en grupos, ence-
fuimos llevados á la estación, y allí nos encerraron rrados por la noche en un lugar infecto, con la pro-
en vagones de ganado que tenían
una capa de estiércol que nos lle-
gaba hasta más arriba del tobillo.
En estas cajas cerradas hemos via-
jado durante cuatro días y cuatro
noches, sin recibir el menor ali-
cuando conducían los prisionerosde una región á otra, lado á otro de la carretera, ó sea del grupo destinado
y sin otro fin que el de aterrar al país. Los curas y al fusilamiento, al de los seres débiles que debían
los funcionarios municipales fueron asesinados sin quedar prisioneros. Después de estas idas y venidas,
alegar pretexto alguno, sin tomarse los alemanes el un jefe alemán resolvió la duda, ordenando que colo-
trabajo de inventar un delito que justificase la ejecu- casen al pobre muchacho en el grupo de los condena-
ción, únicamente para demostrar á los infelices cam- dos á muerte.
pesinos la facilidad con que podían ser exterminados No hubo nunca en estos atropellos nada que se
por un invasor que empezaba matando á las persona- aproximase á un juicio tranquilo é imparcial. Los ofi-
lidades más notables del pueblo. En Hermeton, dos ciales alemanes escogían á capricho, arbitrariamen-
curas, varias autoridades municipales y un profesor te, sin miedo á una repulsa de sus superiores, pues
de la Universidad de Lovaina, murieron fusilados. En habían recibido la orden de aterrar y matar, «aunque
M onceau-Sur-Sambre y en Montignies, los vecinos más los inocentespagasen por los culpables». Además, los
importantes del pueblo fueron sacrificados en masa. supuestos culpables nadie llegó á verlos, ni pudo decir
Casi nunca dieron los verdugos explicaciones á con certeza en qué consistían sus crímenes. La comi-
sus víctimas sobre el motivo del suplicio que iban á sión averiguadora belga, al tratar este punto, dice así:
vecinos habían tirado contra ellos. Aceptando estas las veían aterradas — y la creencia
infundida por los
declaraciones, los jefes ordenaban inmediatamente las jefes de que éstas guardaban depósitos de armas pura
represalias de costumbre: el pillaje,
el incendio y la una resistencia traidora, fué el móvil de muchas atro-
matanza de los civiles, apresados á capricho. cidades cometidas por la soldadesca. A fuerza de re-
Es cierto que los soldados alemanes fueron prepa- petir que abrigaba el propósito de
la población civil
rados por sus jefes anticipadamente, infundiéndoles degollar á todos los invasores, los alemanes que ha-
la idea de que iban á ser atacados en los pueblos por bían lanzado esta idea hipócritamente, sabiendo que
los civiles. Esto pro- era falsa, acabaron
vocó en ellos, des- por persuadirse á
de los primeros días ellos mismos de su
El miedo á las poblaciones belgas — á pesar de que fuese una terrible señal. En Sitaert confiscaron los
126 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
pretexto de que sus flechas podían servir contra las encontraron, después de minuciosas rebuscas, ni el
tropas alemanas después de haberlas envenenado, menor indicio de cadáveres.
—
como lo hacen los indios. «Todo esto dice la comi- á las ejecuciones en masa de los habi-
En cuanto
—
sión sería simplemente grotesco si no pusiese en pe- tantes, loque las caracterizó fué la negativa á escu-
ligro,por una simple sospecha, la vida y la propiedad char las explicaciones de las víctimas. Algunas veces
de los habitantes.» los alemanes hicieron un simulacro de juicio, impro-
Teniendo en cuenta el estado mental de estos sol- visando un consejo de guerra cuyos individuos, en su
dados, que veían en todas partes emboscadas y ase- mayor parte, no entendían la lengua de los acusados.
chanzas, y se hallaban además frecuentemente en un Una infeliz mujer fué llevada por los alemanes
estado de completa embriaguez, se comprende que á ante el cadáver de su marido fusilado. Con la natural
impulsos del terror tirasen unos contra otros, y ma- indignación preguntó al oficial que había mandado el
campaña de falsedades, la Gaceta de Colonia, se vio á última hora en los saqueos, aprovechando los restos
obligado á insertar las rectificaciones de varios sacer- desechados por los alemanes. Pero los rosarios de
dotes y médicos alemanes del ejército, cuyo testimo- furgones automóviles y los trenes enteros cargados
nio invocó antes cínicamente, afirmando que habían de botín que salieron de Bélgica para todas las ciuda-
presenciado tales crímenes. Todos ellos declararon des de Alemania, constituyen una respuesta suficiente
que no sabían nada, ni habían visto nada de lo que á las alegaciones con que la opinión germánica quiso
contaba el periódico. Iguales manifestaciones hicie- disimular el sistema de robos metódicos y bien orga-
ron los directores de los hospitales alemanes de Ha- nizados puesto en práctica por los alemanes de todas
nover, Aix-la-Chapelle, Gross-Lichterfelde y el Gran las armas y todos los grados.
Hospital de la Caridad de Berlín. Ya dijimos también 4." Distribución de armas á las poblaciones belgas
cómo la información abierta por el diario socialista para que hiciesen uso de ellas contra las tropas alema-
Vorwaerts y otra de las asociaciones católicas, de- nas. —
Ya hemos dicho cómo estas tropas vivieron
mostraron la falsedad de tales embustes de la prensa agitadas constantemente en Bélgica, por la pesadilla
alemana. Después de esto, los periódicos pangerma- de los franco-tiradores. El gobierno belga, en vez de
nistas procuraron no hablar más de los horribles crí- impulsar á los civiles á que tomasen parte en la lucha,
menes de las mujeres belgas, que arrancaban los ojos no cesó de recomendarles, desde el principio de la
á los alemanes. Además, ya habían conseguido sus guerra, la abstención de toda violencia, como lo ates-
fines, que consistían en excitar la desconfianza y des- tiguan las circulares ministeriales que reproducimos
pertar la ferocidad de los soldados alemanes en los á continuación. Estas circulares, impresas, quedaron
primeros momentos de la invasión. fijadasen todos los municipios del reino, y fueron pu-
3.° Los saqueos de las poblaciones belgas no fueron blicadas por los periódicos. Por su parte, los burgo-
obra de las tropas alemanas, sino de los soldados bel- maestres, obedeciendo las instrucciones del ministe-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 129
rio, invitaron á los habitantes, unas veces colecti- nistro del Interior, M. Berryer, dirigió á los dos mil sete
vamente por medio de proclamas, y otras individuo cientos municipios de Bélgica la siguiente circular:
por individuo valiéndose de los guardias campestres,
para que depositasen en las oficinas del ayunta- «La amenaza de una invasión extranjera va á pro-
miento las armas que tuvieran en su poder. Esto ducir emoción y turbación en el pueblo belga. El pri-
no impidió que los alemanes inventasen toda clase mer cuidado de las autoridades municipales debe ser
de agresiones para fusilar á los burgomaestres y al instruir á los administrados de los deberes de todos
clero parroquial, acusándolos de excitar las pobla- con respecto a la patria y de la conducta que deben
ciones á la resistencia. Estos martirios formaban observar ante el ejército invasor. Este es el objeto de
parte, evidentemente, de su plan terrorista. la presente circular.
—
«Es posible dice la comisión belga que, á pesar — De acuerdo con las leyes de la guerra, los actos de
: i. .
:;'
m&8&(&¿f?i. .
de las advertencias y consejos, se hayan producido hostilidad, ó sea la resistencia y el ataque por medio
en algunos puntos, y sin concierto preparatorio, actos de las armas, el empleo de las armas contra los sol-
de resistencia y hasta de agresión armada. Pero la dados enemigos aislados, la intervención directa en
comisión averiguadora, después de una inspección los combates
ó encuentros, no deben permitirte á los
minuciosa, no ha podido encontrar un solo caso que que no formen parte del ejército, de la Guardia Cívica
implique una participación directa en las hostilidades ó de los cuerpos de voluntarios observando las leyes
atribuíble á las poblaciones civiles. Á los acusadores militares, obedeciendo á un jefe y llevando un signo dis
á traición á individuos pertenecientes al ejército ó á la de una serie de horrores, lo mismo que otras ciudades
nación de los invasores; matar ó herir á un enemigo de Bélgica.
que haya rendido sus armas ó que no teniendo medios Despuée de la entrada de los alemanes, la vida del
de defenderse se vecindario de
ha entregado á Lieja había em-
discreción.» pezado á adqui-
rir cierta norma
Además, el mi- lidad. Las tro
nistro del Inte-
pas invasoras se
rior hizo publi-
alojaron en los
car diariamente cuarteles y otros
en letras gran- i diíicios públi-
des, al frente de cos. En la plaza
todos los periódi- de la Universi-
cos de Bélgica dad estaba el re-
sin distinción de
gimiento 39.° de
partido, las si-
infantería, pro-
guientes reco- cedente de Dus-
mendaciones: seldorf. La cal-
ma que había
>A los civiles:
sucedido á los
CAMPESINOS DE LIEJA horrores del sitio
El ministro del
Interior reco- no parecía del
mienda á los civiles lo siguiente, si el enemigo se pre- gusto de los invasores. El vecindario no estaba casti-
senta en su región: gado y guardaba aún cierto orgullo por la heroica
No combatir. defensa del general Leman. Además, llegaban noticias
No proferir injurias ni amenazas. de otros lugares de Bélgica, donde la soldadesca ale-
.Mantenerse en y cerrar
el interior de sus casas mana había gozado sin límite alguno los provechos del
las ventanas, para que no pueda decirse que ha hala- saqueo y la satisfacción brutal de atropellar y matar
do provocación. á los vencidos. Esto era interpretado por los alema-
Si los soldados ocupan para defenderse una casa nes de Lieja como un signo de inferioridad para ellos,
ó un caserío aislado, los civiles deben evacuarlo in- y deseaban una ocasión propicia para repetir las mis-
mediatamente, para que no se pueda alegar que han mas hazañas de sus compatriotas en Aerschot y otras
tirado. poblaciones.
El acto de violencia cometido por un sólo civil, Esta ocasión se preparó y se produjo en la citada
representará un verdadero crimen que la ley castiga noche, poco antes de las diez, por las tropas que ocu-
y condena, pues puede servir de pretexto á una repre- paban Universidad.
la plaza de la
sión sangrienta, al pillaje y á la matanza de la pobla- La plaza estaba iluminada solamente por las lám-
ción inocente, compuesta de mujeres y de niños.» paras eléctricas. La distribución de gas había dejado
de funcionar á consecuencia de los accidentes del si-
A de Septiembre, cuando una parte de Bélgi-
fines tio. Según el relato de algunos testigos, á la citada
ca estaba en poder de los alemanes, y las tropas del hora partió un disparo de fusil de la casa número 3.
país les disputaban el terreno con más encarniza- Esta casa había sido abandonada por sus dueños des-
miento, el ministro del Interior todavía se dirigió á de que comenzó el asedio de Lieja, y la ocupaban
las autoridades municipales y á los vecindarios, re- únicamente los alemanes.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 131
hemos vuelto á nuestro dormitorio. Mi marido se á nosotros cuatro disparos y á continuación uno suelto.
acostó sin desnudarse y yo en traje de noche. A las Al entrar en la Universidad, yo, una pobre mujer,
nueve y media ó un cuarto antes de las diez, empe- he recibido de un soldado que estaba de centinela un
zaron á sonar descargas de fusilería. Llamé por dos culatazo en la espalda. Los que me conducían presa,
veces á mi marido, que no me respondió, y tuve que protestaron. Un poco más lejos me han dado una pa-
sacudirle y tirarle de la chaqueta. Al fin se levantó tada. Los dos soldados que nos acompañaban han
de un salto, al mismo tiempo que yo corría por la vuelto á protestar inútilmente. Vi de pronto que mi
habitación, gritando á mi cuñado: «José, levántate, marido estaba herido en la cabeza de un fuerte golpe.
que tiran.» José se levantó, uniéndose á nosotros. Al encontrar á un teniente, mi marido se puso de ro-
'Salvémonos en la cueva», dije yo. Y los tres nos re- dillas, suplicando: «¡Señor, mi pobre mujer! ¡Mi pobre
go pantalones.» Su hermano le ha arrojado una ropa Los españoles estaban al lado nuestro y les he
creyendo que era un pantalón. Mi marido y yo hemos dado ánimo, diciendo que no debíamos temer nada,
bajado la escalera para salir á la plaza, y yo le he
—
pues nada habíamos hecho. Madama Rosa la esposa
dicho: «Déjame pasar delante. Una mujer inspira —
de Oliver estaba sin medias, y como yo había toma-
siempre piedad.» Así lo hemos hecho, y yo he pasado do tres pares, le di uno. Un español de gran estatura
delante, gritando á mi cuñado que aun estaba arri- que estaba en mangas de camisa, hablaba muy bien en
francés. Ignoro su nombre. En lo que se
ba para que saliese cuanto antes, librándose del in- refiere al
cendio. José me contestó que iba á bajar en seguida, círculo de los rusos, debo decir que en los días ante-
crei que estos soldados se habían refugiado huyendo primer día en que los alemanes se alojaron en el local
de las descargas, y avancé resueltamente hacia ellos. de «La Emulación», estaban tan borrachos que tenían
Inmediatamente me agarraron las dos manos, dicién- que sostenerse unos á otros.
dome con tono amenazante: «Vos habéis tirado segu- Á las ocho de la mañana del día siguiente nos han
ramente. Vais á venir con nosotros.» Yo contesté que dejado libres, después de haber pasado la noche en la
no había hecho nada, y por lo tanto no tenía miedo. Universidad y de ser conducidas á primera hora al
Al mismo tiempo aprisionaron á mi marido, que esta- palacio de Justicia. Yo he vuelto á la plaza de la Uni-
ba llamando á su hermano. José contestó desde el versidad para pedir á los bomberos que buscasen el
fondo del almacén, y en este instante sonaron junto cadáver de mi cuñado entre los escombros de nuestra
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 135
casa. Los bomberos no me han contestado. Después visto igualmente desde mi refugio cómo llegaban los
lie ido en busca del comisario de policía, y éste me ha oficiales alemanes, haciendo sonar su silbato. Los
dicho que era imposible acercarse á las casas incen- tambores y las trompetas sonaban igualmente. En
diadas, pues las piedras caían hasta junto á la esta- resumen, un desorden completo. Yo sólo me explico
tua de Andrés Dumont. He querido volver al palacio lo ocurrido teniendo en cuenta el estado de embria-
de Justicia para ver si encontraba á mi marido, pero guez en que se hallaban los soldados alemanes.»
elconserje de la Universidad me ha aconsejado que
me ocultase lo antes posible. El regimiento que ocu- La declaración de la viuda María Delhougne, con-
T
paba la plaza de la L niversidad en esta noche era el serja de «La Emulación», resulta muy significativa y
número 39." de infantería.» hace sospechar que lo ocurrido en la plaza de la Uni-
versidad fué premeditado por los alemanes.
También esta viuda, al hacer su declaración, ig-
noraba si su marido había sido fusilado ó estaba pri- «En la —
noche del 20 de Agosto dice esta testigo-
sionero en Alemania. Ios soldados alojados en nuestra sociedad parecían
Una respetable señora que vivía en la plaza de no estar bajo la influencia de la bebida, como de
la Universidad, ma- costumbre. Un te-
dama Palante, na- nor del Teatro Im-
cida en Lieja y perial de Dussel-
de 61 años, declaró dorf, que les servia
asi: de cocinero, dio un
pequeño concierto
«Mi criada y yo de ocho á nueve de
estábamos acosta- la noche. Algunos
das en nuestro piso, oficiales estaban
cuando nos desper- presentes. Los sol-
tó una fuerte des- dados aplaudieron
carga de fusilería, mucho. Eran del re-
á las diez de la no- gimiento39."ydela
che aproximada- compañía de ame-
mente. Entonces he tralladoras de Dus-
descendido á la cue- seldorf. Durante
va con mis vecinos, este día y el ante-
que son dos emplea- rior habían instala-
dos del Banco Du- do muchas ametra-
bois,y mi criada. lladoras en el local
Los soldados ale- CAMPESINAS CON SUS CESTOS EN El. MERCADO DB LIEJA de «LaEmulación» ,
completamente ebrios en «La Emulación». La sala de mos en un piso de la parte de atrás del edificio, que no
«La Emulación» estaba ocupada por un centenar de tiene vistas á la plaza. Desde allí he oído muchos
soldados. Yo me he refugiado en la casa de un vecino tiros de seguidos de enormes disparos que par-
fusil,
llamado Toussaint, con todas las personas que me tían del interior de la gran sala de la sociedad. Las
acompañaban, y desde allí vimos llegar á los bombe- ametralladoras tiraban igualmente desde dicha sala.
ros bajo una lluvia de balas, trabajando para aislar Varias balas han venido á aplastarse en los muros de
el fuego. Se ha dicho por muchos que los jefes alema- las habitaciones que ocupábamos nosotros. Mis dos
nes se opusieron á que extinguiesen el incendio. He hijos y yo nos hemos ocultado debajo de los colchones
136 VICENTE BLASCO 1BANEZ
después de haber obstruido las puertas con barricadas de «De nueve y media á diez de la noche estábamos
muebles. Nuestro pensamiento fué huir por la ventana reunidos en la trastienda de nuestro establecimiento,
y los tejados. El incendio de «La Emulación' debió co- mis padres, mi hermano, una amiga mía y yo. Las
menzar al mismo tiempo que sonaron los primeros dis- puertas de hierro del almacén habían sido bajadas
paros. Tan rápido fué el incendio y tan al mismo tiempo desde mucho antes. Hemos oído de pronto algunos dis-
ardieron todos los techos, que nosotros creímos por al- paros aislados, pero bastante seguidos, que al poco
algunos instantes en un ataque de los franceses que en- tiempo se convirtieron en descargas cerradas. Inme-
traban en Lieja ó en la intervención de un aeroplano. diatamente hemos corrido á refugiarnos en las cuevas
Debo hacer constar que en el mismo día, á las diez situadas en la parte trasera del edificio. No sé cuanto
de la mañana, un oficial de los que asistieron por la tiempo permanecimos ocultos en este lugar. Mi her-
noche al concierto, vino á dar ciertas órdenes secre- mano cerró la puerta de la calle, pero tuvimos miedo
tas á una parte de sus hombres, 15 ó 20 á lo más, ha- de que los alemanes interpretasen esto como un deli-
blándoles en voz muy baja. Como yo volvía en este to, y mi hermano corrió de nuevo á dejarla abierta,
momento de la calle con una botella de leche y me con sólo el picaporte.
detuve un momento en la puerta de la conserjería, el Mi hermano ha subido al tejado de la casa para
oficial me ordenó con un gesto de mando que siguiese darse cuenta de que pasaba. El techo de «La Emú
lo
mi camino rápidamente. Tuve la impresión de que mi lación» estaba coronado de llamas. Luego ha descen-
presencia les estorbaba mucho. dido á la cueva, encargándonos que extinguiésemos
Como era imposible que mis hijos y yo pudiésemos todas las luces. Como iba en aumento el estrépito
salir por las puertas de «La Emulación», pues todo el de los fusiles y de las ametralladoras y continuaban
edificio estaba en llamas, hemos tenido que salvarnos, los gritos de los soldados, mi hermano ha vuelto á
después de grandes esfuerzos y corriendo enormes subir al tejado, descendiendo poco después. Mien-
peligros, por unas techumbres de cristal.» tras tanto, los otros habitantes de la casa habían ve-
nido igualmente á refugiarse en la cueva. Mi herma-
Declaración de la señorita Hortensia Damblon, no nos ha advertido que no teníamos un minuto que
perteneciente á una familia que tenía un comercio en perder, pues el fuego se apoderaba de la casa. Él vio
la casa número 10 de la plaza de la Universidad: cómo los soldados alemanes arrojaban antorchas y
EN EL NOR1
la plaza. Todos nos hemos precipitado escalera arri- turno en compañía de Corbusier. Pero un oficial ha
ba para ganar la azotea que cubre la parte de atrás dicho, dirigiéndose á mí: Este no, pues es mi prisio-
<
del edificio. Cuando estábamos en el segundo piso he- nero.» Entonces los soldados se han llevado á Corbu-
mos oído los tin^bres eléctricos de las puertas de nues- sier los otros hombres han seguido
y Schepers, y todos
tro almacén, lo que indicaba que acababan de entrar saliendo, de dos en dos. Creo que los que descendieron
en él los alemanes. Al llegar á la azotea, las balas á la plaza para ser fusilados, eran unos 11 hombres.
silbaban en torno de nosotros. Á costa de muchos es- Los que nos libramos de la muerte permanecimos en
fuerzos hemos podido bajar por los tejados de las ca- la Universidad hasta las seis de la mañana, y el te-
sas vecinas, poniéndonos en salvo. niente que me salvó nos dijo que íbamos á ser condu-
Durante todo el día, los soldados alemanes que en- cidos al Palacio y que haría todo lo posible para que
traron en la tienda se mostraron más groseros que de nos pusiesen cuanto antes en libertad. Estaban con-
costumbre y malhumora- migo los señores Fram-
dos. Algunos hicieron ges- bach y Franquet. Hemos
tos hostiles y profirieron permanecido en el Pala-
amenazas porquenol es que- cio hasta las ocho de la
ríamos regalar las mer- mañana, y el mismo ofi-
cancías. Muchos soldados cial nos ha anunciado que
tercero me díó culatazos LA UNIVERSIDAD DE LIEJA OCUPADA POR LOS ALEMANES continuos que sonaban en
en la espalda para que los alrededores de la Uni-
avanzase más aprisa. Al entrar en la Universidad me versidad. Igualmente se percibían detonaciones de
hicieron sufrir un corto interrogatorio sobre mi nom- ametralladora y en algunos momentos disparos de
bre y mi estado social, sometiéndome luego á un regis- cañón. Las descargas se continuaron por la calle de
tro. Yo no llevaba más que mi cortaplumas, que me Soeurs-des-IIasques, y durante media hora no cesó el
fué arrebatado. En la Universidad encontré á la fa- fuego. Á este estrépito se unían gritos de angustia de
milia Oliver y sus dependientes, así como á los seño- hombres y mujeres, contestados por otros gritos de los
res Corbusier, Schepers, Uegueldre y otros que no co- soldados alemanes.
nocía. Me ordenaron que me tendiese en el suelo, y en Á once y cuarto pude salir á la calle, y acom-
las
esta situación permanecí algún tiempo, entre los Oli- pañado por mi ayudante, me dirigí á la esquina de la
ver á un lado y Corbusier y los otros á continuación. plaza de la Universidad y de la calle Soeurs-des-Has-
Diez minutos después, dos soldados, uno de los cuales ques. En este momento muchos edificios de la plaza
era graduado, ordenaron á los dos primeros de la fila aparecían invadidos por las llamas, especialmente el
que se levantasen y saliesen. Estos dos primeros eran local de «La Emulación». Sobre la vía pública, cerca
del grupo de los Oliver. íle oído cómo bajaban la esca- de la estatua de Andrés Dumont, yacían una docena
lera, pues estábamos en el primer piso de la Univer- de cadáveres de hombres.
sidad, y poco después sonó una descarga de fusilería. Toda persona que se acercaba á la plaza de la
A continuación han subido para tomar á los otros dos, Universidad quedaba presa inmediatamente. Si se
que también eran de los Oliver, y los han hecho salir, trataba de un hombre, era conducido ante el montón
Tomo ii 17
138 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
de cadáveres y fusilado por los soldados alemanes hombres, uno de ellosde un soldado alemán, han sido
que ocupaban la Universidad. Las mujeres que iban transportados al local de la Bolsa, donde serán iden-
con estos hombres quedaban separadas de ellos á viva tificados antes de la inhumación.»
el primer tiro dando la señal de la matanza y el sa- Oliver, al declarar por segunda vez relatando lo ocu-
queo?... Es indiscutible que fueron los mismos inva- rrido en la noche del 20, dijo asi:
sores.
«El primer piso del cuerpo de nuestro edificio que
Después de ocurrido esto, las autoridades alema- daba á la plaza, estaba alquilado á una sociedad de
nas, para justificarse, inventaron, como siempre, una rusos que había establecido allí su biblioteca. Pero yo
historia inverosímil. Según su versión, los estudiantes
tengo la certeza de que no había nadie absolutamente en
rusos residentes en Lieja y varios patriotas belgas
el local durante la noche del 20 de Agosto. Yo no he
atacaron traidoramente en la citada noche á las tro-
oído ruido alguno en dicho piso durante la citada no-
pas alemanas, dirigiendo los primeros disparos contra che. Además, en el local de esta sociedad no vivía na-
elregimiento que ocupaba la Universidad. die. Debo hacer constar que, cuando fuimos conduci-
Esta supuesta conspiración es inaceptable de todo
dos á la Universidad, lo mismo que cuando estábamos
punto. Sólo hubo desorden y sonaron descargas en la
presos en este establecimiento, mi marido, mi cufia* 1>>,
plaza de la Universidad y sus inmediaciones. El resto los dependientes y yo, hemos dicho que éramos espa-
de Lieja permaneció tranquilo. Además, si los estu-
ñoles, pero no nos han prestado atención alguna.
diantes rusos hubieran intentado una agresión, era
natural y lógico que alguno de ellos quedase muerto Las declaraciones de la citada señora muestran
en la refriega ó ca- cómo se desarrolló
á los Oliver y á sus dependientes, por entrar con fre- cial.Las declaraciones de algunos testigos que sobre-
cuencia en su tienda. V sin embargo, estos cinco es- vivieron á la catástrofe, revelan cómo los oficiales
pañoles fueron fusilados, según las autoridades alema- intervenían en el interrogatorio y hasta en la selec-
nas, porque los oficiales creyeron que eran rusos. El ción de las victimas. Hubo prisionero que se salvó
hecho de existir en el primer piso de la casa ocupada por la intervención caprichosa de un teniente. Y sin
por el establecimiento «A los jardines de Valencia» embargo, estos cinco españoles que gritan y gritan
una sociedad israelita, compuesta en su mayor parte su nacionalidad, que exigen el respeto en nombre de
de rusos, fué explotado por los alemanes como una su ciudadanía, no son oídos, y tal vez por disposición
excusa de su crimen. Doña Rosa Vicens, la esposa de de los jefes quedan colocados á la cabeza de la lila de
140 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
víctimas y fusilados los primeros, según se despren- nicipales de Lieja en el mes de Septiembre, siguiendo
de de la declaración del testigo Lauterboren. las indicaciones de doña Rosa Vicens, los alemanes
De ser cierto, como han afirmado los alemanes á robaron en la tienda española por valor de 57.562 fran-
última hora, que los fusilaron por equivocación, cre- cos, llevándose 4.700 litros de Madera, Porto y Mála-
yéndolos rusos, esto sólo serviría para demostrar el ga, 30 barricas de vinos diversos, 30 cajas de ver-
modo bárbaro y arbitrario como proceden los solda- mouth, 2.000 botellas de Burdeos, 10 cajas de Cham-
dos del kaiser, fusilando á los prisioneros sin interro- pan, 10.000 latas de sardinas, 600 de atún, 500 de
gatorio previo, sin un juicio sumario, sin prestar langosta, 50 cajas de tomates, 20 de pinas de Améri-
atención á sus explicaciones. ¡Cuatro hombres de Ma- ca, 35 de diferentes conservas, 200 cestos de higos de
llorca y uno de San Sebastián fusilados como rusos, Mallorca, y enormes cantidades de pasas, nueces, al-
UNA ANCIANA QUE) DURANTE EL BOMBARDEO SE OCULTO BN LA CUEVA DE SU CASA, €¡S AUXILIADA POR LOS SOLDADOS BELGAS
(Fot. Meurisse)
después de tres cuartos de hora de detención, du- mendras, chufas, limones, naranjas, melones y otras
rante los cuales las víctimas gritan en francés que frutas.
son españoles, sin que nadie les oiga! ¡Qué mejor Lo único que se salvó de este robo fué el dinero
prueba de que las ejecuciones de los alemanes son guardado en una caja de caudales. La caja quedó en-
verdaderos asesinatos, y no se diferencian en nada terrada en los escombros del edificio, resistiendo al
de los procedimientos de una banda de salteadores fuego y á todos los intentos de violación. Algún tiem-
ebrios!... po después pudo abrirla la autoridad belga en presen-
Mientras los cinco españoles hacían constar inútil- cia de la dueña, para extraer de su interior varios
mente su nacionalidad al pie de la estatua de Andrés miles de francos en metálico v billetes.
Dumont, quedando cortadas sus últimas afirmaciones
de españolismo por los disparos casi á quemarropa que
hicieron saltar sus cráneos, otros alemanes saqueaban Existían en Lieja otros comerciantes españoles
los almacenes de «Á los jardines de Valencia», bus- que se salvaron de los atropellos alemanes por vivir
cando entre las llamas de vino, los cestos
las barricas en distintos barrios de la población. Alarmados por
de frutas y los cajones de conservas. la suerte de sus compatriotas, fueron á «la Mor-
Según el inventario hecho por las autoridades mu- gue" en la tarde del día 21, para ver el montón de
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 141
cadáveres de los fusilados en la plaza de la Uni- fotográficas sirvieron más adelante para que los espa-
versidad. ñoles residentes en Licja, especialmente el señor Ca-
Estos españoles, que mostraron gran interés por brer, reconociesen la identidad de sus compatriotas.
conocer el paradero de los hermanos Oliver y sus de- Todos en la capital valona tenían la certeza de
pendientes, fueron don José Cabrer, joven comisio- que el dueño y los dependientes de «A los jardines de
nista de comercio, don Sebastián Mateu y Simonet y Valencia» habían sido fusilados. Pero las autoridades
los hermanos Magín y Rafael Marqués. Especialmente alemanas, faltando á la verdad con un aplomo asom-
el primero mostró un empeño tenaz é incansable por broso, contestaban á todas las preguntas que los cinco
poner en claro todo lo ocurrido. Puede decirse que á españoles habían sido enviados prisioneros á Alema-
su fuerza de voluntad se debe el que haya quedado en nia y se estaban haciendo gestiones para libertarlos.
INTERIOR DB UNA CASA BOMBARDEADA POR LOS ALEMANES. DEBAJO DE LOS ESCOMBROS APARECE EL CADÁVER DEL PROPIETARIO
(Fot. Meuriese)
claro el crimen de que fueron víctimas sus cinco com- Tan ciertas parecían estas afirmaciones, hechas en
El asesinato de los cinco españoles habría quedado claro, á las autoridades alemanas, convirtiendo el
en el misterio, oculto para siempre por las mentiras crimen indiscutible en una simple equivocación. Los
y excusas de las autoridades alemanas, á no haber cinco españoles de Lieja fueron fusilados como rusos,
intervenido en el asunto un diputado español. Llega- y al diplomático español le parece esto natural y ló-
ron á Mallorca cartas de españoles residentes en Bél- gico. Ante el horrible hecho lanza el mismo comen-
gica dando detalles de la muerte de los comerciantes tarioque cualquier alemán cuando ordena in-
oficial
de Lieja. Además, el ingeniero belga Néstor Jacob, cendios y matanzas: «¡Cosas de la guerra!»
había relatado en Londres todo lo ocurrido, telegra- Debo explicar cómo llegó á mis manos este ex-
fiándolo á Madrid el corresponsal de El Liberal en pediente.
Inglaterra, don Luis Araquistain.
Varios mallorquines de Soller, patria de los Oli-
ver, al volver á su país natal, procedentes de Lieja, Desde el principio de la presente guerra, un perio-
confirmaron la noticia declarando ante las autorida- dista español, don Pablo Almarza, se trasladó á Fran-
des judiciales. El gobierno español se vio obligado á cia, recorriendo audazmente los campos de batalla,
pedir explicaciones á la Embajada de Alemania, y muchas veces sin autorización y sin recursos materia-
ésta contestó ne- les, pasando por las
gando rotundamen- más novelescas
te el hecho de que aventuras.
los cinco mallorqui- Cuando estaba
nes hubiesen sido con unos soldados
fusilados, y afir-
belgas cerca de
mando, por con-
el
Ypres, oyó una no-
trario, que se en- che á un oficial, na-
contraban prisio- cido en Lieja, el re-
neros en una ciu- lato del fusilamien-
dad alemana, don- to de que habían
de muy pronto se- sido víctimas cinco
rían puestos en li-
españoles en dicha
bertad. ciudad. En aquel
El señor Roselló, entonces todavía el
puesto á ser detenido por los alemanes y encarcelado. nes, mientras que las ametralladoras funcionaban en
Utilizando los tranvías de las poblaciones, y mar- el centro de aquéllas. Varios cañones empezaron á
chando á pie entre unas y otras, llegó al fin á la ca- hacer fuego contra el muelle des Pecheurs, incen-
pital valona. Los refugiados belgas en Londres le diando y derrumbando una barriada de edificios á lo
habían dado cartas para sus amigos, que aun residían largo del Mosa. Bajo el resplandor del incendio vieron
en Lieja, y uno de éstos lo tuvo oculto en una buhar- algunos vecinos cómo los soldados conducían, entre
dilla, pues los agentes alemanes ejercían una vigilan- golpes, á varios grupos de hombres, mientras las es-
cia estrecha en los hoteles. posas y los hijos daban alaridos, implorando piedad.
Durante los cinco días que permaneció en Lieja, Diez y siete hombres fueron fusilados en la plaza,
144 VICENTE BLASCO IBANEZ
recibiendo algunos las descargas á tan corta distan- En primeros momentos de esta matanza, el coro-
los
cia, que sus cráneos volaron hechos pedazos. Otros nel alemán dijo que había visto con sus ojos cómo ti-
fueron despanzurrados á golpes de bayoneta. raban contra sus soldados desde «La Emulación» y la
Al dia siguiente dijeron los alemanes, para expli- casa inmediata. Luego, cuando él y los oficiales se
car su conducta, que los rusos habían querido atacar- enteraron de que dichos edificios se hallaban ocupa-
les, pero entre los muertos y los prisioneros no se en- dos solamente por soldados de su nación, cambiaron
contró ningún subdito ruso. Los estudiantes de la citada de rumbo, diciendo que los primeros disparos habían
nacionalidad habían desaparecido algunos días antes salido de otras casas.
del piso primero de la casa número 20, local de su bi- Los alemanes, para hacer creer que habían sido
blioteca, cuyos bajos estaban ocupados por la tienda agredidos, enseñaban el cadáver de un soldado com-
de los españoles. patriota suyo, que había muerto de un balazo en la
Precisamente, una hora antes de que sonasen los plaza de la Universidad. Ya hemos dicho cómo en
primeros disparos, un grupo de alemanes exploró muchas poblaciones belgas, saqueadas y acuchilladas
dicho local, sin encontrar á nadie, lo que demuestra por los invasores, murieron igualmente soldados ale-
la inverosimilitud de la versión alemana, y al mismo manes, y siempre que un jefe imparcial ordenó la
tiempo la obsesión de los invasores respecto á esta so- autopsia, resultó que la bala era alemana. Lo mismo
ciedad, obsesión que aprovecharon después para ex- ocurrió en la plaza de la Universidad. El soldado fué
cusar sus atropellos. muerto por el proyectil de un compañero. Lo extraor-
Otros testigos cuentan que poco antes de ocurrir dinario es que no cayesen más á consecuencia de este
los hechos, un teniente conferenció en la puerta de desorden.
«La Emulación» con el sargento encargado de los 90 Un médico de Lieja, cuyo nombre no podemos re-
soldados que tenían allí su alojamiento. Estos solda- velar y que examinó el cadáver, está convencido pro-
dos, de la compañía de ametralladoras de Dusseldorf, fesionalmente de que el alemán fué muerto por sus
antes de que sonaran los primeros disparos rompieron camaradas. Además, algunos vecinos de Lieja afir-
á hachazos los muebles y las puertas interiores del man que fué mayor el número de soldados muertos,
edificio. Muchos testigos afirman que los disparos pre- pero como éstos cayeron en calles lejanas, por efecto
cursores de la matanza partieron de «La Emulación». de las balas perdidas, sus jefes tuvieron interés en
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 145
ocultar el hecho. En la calle de Croissiers unos cuan- pronto acudieron grandes masas de compañeros su-
tos soldados alemanes, al salir de sus alojamientos, yos. Comprendiendo el peligro que corría, me escondí
alarmados por la fusilería, fueron alcanzados por las en la bodega; luego, impaciente, volví á subir, pero
balas de sus propios compañeros de armas, que en es- viendo una casa con grandes llamas, tuve miedo y
tado de embriaguez tiraban en todas direcciones. regresé á mi escondrijo. De repente, desde el rincón
Almarza recogió en Lie.ja el testimonio directo de donde yo estaba oculto vi á un alemán que penetraba
una de las víctimas. Era un fusilado en la noche del 20. en la bodega con una linterna en una mano. Iba to-
Cayó con los otros bajo los proyectiles alemanes jun- mando comenzó á pene-
todo lo que le apetecía, pero
to á la estatua de la plaza de la Universidad, pero trar tanto humoen la bodega, que al poco rato tuvo
pudo sobrevivir á sus heridas. Estaba oculto en Lieja que abandonarla. Yo salí también para no morir entre
cuando lo vio el periodista, y buscaba ocasión para las llamas, pero al dirigirme á la puerta de la calle
salir de Bélgica, por miedo á que lo rematasen los in- me encontré con un soldado que me apuntó con su
(Fot. Rol)
FUGITIVOS DE BÉLGICA SALIENDO DE UNA ESTACIÓN DE FRANCIA
vasores como á un testigo molesto. Poseía un certifi- fusil para que me entregase. Recibí varios golpes, y
cado de los médicos que procedieron á su curación y en compañía de otro infeliz, que también huía de su
mostraba numerosas heridas ya cicatrizadas. Su de- casa incendiada, fui conducido al centro de la plaza.
seo era trasladarse á Francia para ser oído por la co- Allí fuimos arrojados los dos en un montón de paisa-
comisión belga. Como es lógico, nos callamos su nom- nos. Unos estaban con los brazos en alto, otros heri-
bre, pues tal vez no habrá logrado á estas horas su dos y en el suelo. Todos imploraban clemencia.
deseo de salir de Lieja. He aquí su declaración:
— —
¿Habéis tirado? nos preguntó un oficial.
—No — contestamos todos llenos de espanto.
«Yo dormía en una casa de la plaza de la Univer- — ¡Fuego! — gritó una voz.
sidad que sus dueños, amigos míos, habían abando- Y recibimos una descarga. Yo me dejé caer y me
nado por miedo á los alemanes. Después de las nueve hice el muerto, permaneciendo inmóvil en un charco
y media de la noche oí unos disparos sueltos, y creí de sangre caliente que salía de los cuerpos inmedia-
que hacían fuego contra un aviador, acercándome á tos y me llenaba la cara y las manos. Sonó una se-
la ventana sin desconfianza. Un grupo de soldados gunda descarga, y esta vez me sentí acribillado, su-
— —
unos diez nada más tiraban contra las casas, y friendo agudos dolores. Un alemán me dio una patada
18
Tomo ii
146 VICENTE BLASCO 1BANEZ
humildemente por tales gestiones, que califica de «fal- cia (le los prisioneros en de la Universidad,
el local
tas», prometiendo que «no lo hará más . menciona á «un español alto, en mangas de camisa,
Este vice-cónsul, al hacer en el expediente el pri- que hablaba muy bien el francés». Además, los Oliver y
mer relato oficial de lo ocurrido en la plaza de la sus dependientes llevaban mucho tiempo en Lieja, en
Universidad, no muestra la menor indignación con- un establecimiento frecuentado por numeroso público,
tra los que fusilaron á los cinco españoles, y hasta se y forzosamente debian hablar en francés para enten-
permite exponer argumentos en favor de los alemanes derse con sus parroquianos. V aunque no lo hablaran
que justifiquen previsoramente su equivocación. con la pureza de un académico, y conservasen el
Hace constar que la bandera española no flotaba acento de su país, ¿qué puede probar esto en favor
en la casa de los Oliver en el momento del fusila- de los alemanes? Por incorrectamente que hablasen
miento. ¿Ue qué podía servirles esta bandera, en las los mallorquines el francés, no era difícil entender-
sombras de la noche y ante una soldadesca ebria? les, al repetir incesantemente las mismas protestas,
matanzas de españoles efectuadas en esta tonces. Todos los españoles residentes en Lieja cuando
co y á las
república por las tropas insurrectas. La alusión del ocurrió el hecho, y que hubieran podido servir igual-
marqués de Villalobar no puede ser más falta de opor- mente de testigos, se habían marchado á España en
tunidad. ¿Acaso los caudillejos de las revoluciones el mes de Noviembre. Únicamente Cabrer, íntimo
americanas se ofrecen como representantes de la más amigo de las víctimas y que tenía el noble propósito
refinada civilización y pretenden salvar al mundo im- de hacer triunfar la verdad, se quedó en Lieja, afron-
poniéndole su cultura, como el emperador de Alema- tando con su testimonio irrebatible todas las mentiras
nia? ¿Es que las partidas de indios cometen sus trope- de los alemanes.
lías en nombre de la superioridad de su raza, y apo- El 11 de Diciembre, José Cabrer compareció ante
yadas por manifiestos de sabios y artistas, como lo el marqués de Villalobar y el comandante de Lieja,
hacen los alemanes?... reconociendo las fotografías de los fusilados de un
Todo el informe del ministro de España está lleno modo que no permitió más dudas.
de elogios á las autoridades alemanas. Elogios á los —
«Este testigo único dice el ministro de España — ,
representantes del kaiser porque le permitieron ir á amigo y paisano de los españoles muertos, declaró
Lieja acompañado de un oficial del Estado Mayor de resueltamente de tal modo, que no cabían vacilacio-
Bruselas, al mismo tiempo que se reían de él afirmán- nes. Su testimonio fué tan fehaciente, que el mismo
dole con toda clase de seguridades que los cinco espa- señor teniente coronel Renner se sintió con nosotros
ñoles no habían sido fusilados, que estaban prisione- impresionado por sus palabras, y vistas las pruebas
ros en Münster y de un momento á otro los pondrían y fotografías, declaró «que no cabía duda que los sub-
en libertad. Elogios al teniente coronel Renner, gober- ditos españoles habían sido muertos en la refriega
nador militar de Lieja, que le declaró bajo palabra de sostenida en Lieja con las tropas alemanas en la
honor que no hubo en la noche del 20 de Agosto ningún noche del 20 al 21 de Agosto, por una lamentable
fusilamiento en la plaza de la Universidad y que todos equivocación, de la cual profundamente se condolía,
los prisioneros habían sido conducidos á Alemania. porque era incontestable que los españoles no habían
En cambio, diplomático español, para demos-
el tomado parte en dicha refriega contra los alemanes,
trar que es un hombre entero, incapaz de transigir siendo buenas y pacíficas gentes, y que sólo el error
con la menor incorrección, critica á los funcionarios producido por vivir éstos en la misma casa frecuen-
belgas del municipio de Lieja por el modo como redac- tada por un círculo de estudiantes rusos, había sido la
tan el registro civil, y hace otras consideraciones de causa de que los tomaran como enemigos y de su des-
sabiduría oficinesca. Igualmente censura que los tes- gracia. Que visto cuanto antecede, estaba seguro de
tigos belgas no fuesen muy explícitos al declarar la que el gobierno imperial lo tomaría en cuenta, tanto
verdad. para expresar su sentimiento por este error al go-
Debo advertir que el representante de España bierno de Su Majestad el rey de España, como para
hizo sus averiguaciones en Lieja acompañado del go- indemnizar á las infelices víctimas en aquello que
bernador militar de la plaza y de otro jefe alemán del fuese justo y preciso». Añadió que daría parte á su
Estado Mayor de Bruselas. Es lógico que los belgas, gobierno de lo ocurrido, y se convino en finalizar el
al verle en tan buena compañía, evitasen hacer de- asunto en Berlín.»
claraciones precisas sobre la suerte de Oliver y los Con esta solución del jefe alemán quedó satisfecho
suyos, sabiendo además, como era público, que el go- y entusiasmado el ministro de España. Tan enorme
bierno germánico tenía empeño en prolongar la duda, fué su alegría por el triunfo, que añade así: «El señor
haciendo creer que las víctimas vivían aún y estaban teniente coronel subrayó gallardamente los anteriores
en Alemania. conceptos y declaraciones, demostrando inmediato
Hay que admirar el tacto de este ministro de Es- interés que honra mucho á tal señor oficial y habla en
Renner, dio muestras de una entereza española, reco- tas,porque esto da ocasión para que un jefe alemán
nociendo los cadáveres de sus cinco compatriotas en subraye gallardamente sus conceptos y declaraciones
una fotografía que le mostraron, previamente agran- y para que el gobierno alemán demuestre su buena fe.
dada y más clara que las que había visto hasta en- Es conmovedora la bondad del gobernador alemán de
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 149
plaza, después de oir muchas veces que eran espa- cajas. El dinero tendrán que darlo los pobres belgas,
ñoles. como si ellos fuesen los autores del crimen.
No hubo error. Fué simplemente un crimen ale- o
mán, uno de los innumerables crímenes de este pue- Así murieron á manos de los alemanes en la plaza
blo, loco de soberbia, que desafia al mundo entero, se de la Universidad de Lieja, durante la noche del 20
cree destinado históricamente á dominar á todos los al 21de Agosto, los subditos españoles:
hombres, y cuando siente despertar su ferocidad ances- Antonio Oliver Rullán, nacido en Soller Mallor- '
tral no respeta tratados, no repara en sexos, no reco- ca de 40 años, esposo de Rosa Vicens, de la que tuvo
i,
cierto. Todo lo es, menos imparcial. José Niell, soltero, de 19 años, nacido en ¡Sineu
Al escribir su comunicación, debió pensar que en (Mallorca).
el —
ministerio de Estado como ocurre en muchos cen- Juan Mora, soltero, de li> años, nacido en San Se-
tros oficiales — se limitarían á la
lectura de este documento sin exa-
minar el resto del expediente. El
contradictorio contraste entre lo
que declaran los testigos en las ac-
tuaciones y las falsedades humillan-
tes y adulonas de la comunicación
del ministro, es notorio y enorme.
Este ministro de España trata á
la verdad lo mismo que un funcic -
nario alemán, lo que en los pre-
sentes momentos no significa un
elogio.
Infunde tristeza ser de una na-
ción que mantiene á tales repre-
sentantes. El ministro de España
en Bruselas debe pertenecer á esa
casta de diplomáticos que cuando
han de intervenir en un asunto ex-
traordinario que perturba su vida
plácida y pueril de chismorreos y ra CAMPAMENTO ALEMÁN
lamentan como si hubie-
fiestas, se
una calamidad y desean terminar
se caído sobre ellos bastían (Guipúzcoa), é hijo de un sargento de la (íuar-
cuanto antes con tales historias. Por adelantado se dia Civil.
hallan dispuestos á aceptar todas las explicaciones, La muerte trágica de estos españoles ha estado
por inverosímiles que sean, y lo que es peor, á agra- hasta el momento presente envuelta en cierto miste-
decerlas, como grandes muestras de consideración. rio. La opinión pública se enteró hace algunos meses,
Un
tranquilo comerciante español que vive en el por los relatos de los periódicos, de que cinco españo-
extranjero con su familia y sus dependientes, sin les habían sido fusilados por los alemanes: pero todos
mezclarse en nada, puede ser asesinado por una sol- ignoraban las circunstancias y los detalles del crimen.
dadesca ebria, en compañía de los suyos, no obstante El informe diplomático del representante de España
haber hecho constar repetidas veces su nacionalidad. se ha mantenido en secreto. Á pesar de su espíritu
El ministro de su país admitirá con apresuramiento tendencioso en favor de los alemanes, los testimonios
que todo ha sido un error, y si además los que orde- irrecusables que contiene resultan de una evidencia
naron la matanza ofrecen unas cuantas pesetas para aplastante contra los autores del hecho, y tal vez por
la viuda y los huérfanos, el representante de España esto no se ha publicado.
comentará, dulcemente emocionado, el tono con que Por primera vez entregamos al juicio público el
estas promesas fueron subrayadas gallardamente. informe completo de lo ocurrido en la plaza de la Uni-
El gobierno alemán ha prometido, según se dice, versidad. La comisión belga encargada de averiguar
una indemnización á las familias de los cinco españo- y publicar las atrocid¿ides alemanas, ha dicho muy
les asesinados en Lieja. poco de lo ocurrido en Lieja durante la noche del 20
Pero esta indemnización no piensa sacarla de sus de Agosto, y nada del asesinato de los cinco españo-
182 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
dario que se mantuviese en calma. La po-
blación estaba aterrada por los relatos de
los fugitivos que iban llegando de los luga-
res inmediatos, destruidos por los alemanes.
Muchos vecinos abandonaron apresurada-
mente la ciudad. Los que tuvieron valor para
permanecer en ella, se mostraron resueltos
á seguir en todo los consejos del burgomaes-
tre, recibiendo á las tropas enemigas con
una calma digna.
Todas las armas existentes en Lovaina
quedaron recogidas y almacenadas en la
iglesia de San Pedro. Hasta los floretes de
esgrima fueron requisados y guardados. No
quedó en toda la ciudad una arma nueva ó
vieja. Tales detalles hay que tenerlos en
cuenta para apreciar con más exactitud la
conducta de los invasores. Éstos, como de
costumbre, se fingieron agredidos para justi-
ficar el enorme crimen realizado en Lovaina.
A las dos de la tarde del 19, se presen-
taron los parlamentarios enviados por las
tropas alemanas, haciéndose preceder por el
decano de la Universidad. Las calles estaban
desiertas. Media hora después hizo su entra-
da el ejército alemán, procediendo inmedia-
tamente, con brutales formas, á la requisa
de una enorme cantidad de víveres. Cuando
los invasores, en esta entrada, á la que qui-
sieron dar una forma triunfal, pasaban ante
los soldados belgas heridos ó moribundos á
consecuencia de los combates sostenidos en
LOVAINA ANTES DEL BOMBARDEO las cercanías, los cantos de victoria y los
EL HOTEL DE VILLE himnos de las bandas de música redoblaban
con una alegría insolente.
les.Carecía dicha comisión de los datos y documentos El burgomaestre puso á disposición de los alema-
que tenemos nosotros. nes todos los cuarteles y los edificios públicos, pero
Sometida Lieja á la dominación alemana, y ate- ellos prefirieron alo-
rrado su vecindario, le ha sido imposible á la citada jarse en las casas pa-
comisión ponerse en contacto con los habitantes de la ra pesar de este modo
ciudad. Gracias al periodista Almarza, que se procu- más directamente so-
ró una copia del expediente y pudo burlar la vigilan- bre el vecindario. Mu-
cia alemana, salvando dichodocumento de un modo chos soldados echaron
novelesco, laverdad ha acabado por abrirse paso á abajo las puertas de
través de las falsedades con que pretendieron ahogar- las viviendas abando-
la los representantes del imperio germánico. nadas, procediendo á
su saqueo.
Al día siguiente, 20
de Agosto, el burgo-
VI
maestre Colins y el
senador Van der Ke-
El saqueo de Lovaina len fueron detenidos
como rehenes. Un
El ejército alemán entró en Lovaina el miércoles bando del comandan-
19 de Agosto. te alemán apareció
Antes de que se presentasen los invasores, el bur- en las esquinas orde-
gomaestre de la ciudad, Mr. Colins, había hecho fijar nando que nadie cir-
en las esquinas una proclama aconsejando al vecin- culase por las calles IGLESIA DE SAN MIGUEL
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 153
provincia, y otras personas conocidas. soldados á la estación, recibiendo con un nutrido tiro-
En este período de relativa calma — llamémoslo teo á sus compatriotas, que llegaban acosados por los
testigos, y resultaba, además, imposible, ya que algu- ellos, el padre Dupierreux, de la Compañía de Jesús,
nos días antes los vecinos de Lieja habían entregado fué fusilado.
todas sus armas á las autoridades municipales. Las Las mujeres y los niños apresados en Lovaina
tropas alemanas empezaron á bombardear la ciudad, permanecieron en la plaza de la Estación sin recibir
durando el bombardeo hasta las diez de la noche. ningún alimento durante todo el 26 de Agosto. Allí
Mientras tanto, partidas sueltas atizaban el incendio presenciaron la ejecución de una veintena de sus con-
penetrando en las casas y derramando combustibles ciudadanos, entre los cuales figuraban varios sacer-
especiales. Numerosos cadáveres de civiles yacían dotes y religiosos. Atados en grupos de á cuatro, fue-
tendidos en calles y plazas. Solamente en el bulevar ron fusilados éstos en un extremo de la plaza, sobre
de Tirlemont un testigo contó más de cincuenta. En la acera del edificio que es propiedad de Mr. Hamaide.
los vestíbulos de las casas incendiadas se encontra- Los alemanes hicieron además un simulacro de eje-
ban cadáveres carbonizados de sus habitantes.
los cución con Monseñor Coenraets, vicerrector de la Uni-
Sorprendidos en las bodegas por el incendio habían versidad, y el padre Schmit, de la orden de Predica-
querido huir, pereciendo al atravesar las llamas. En dores. Sonó una descarga, y las mujeres y los niños,
los alrededores de Lovaina ocurrió lo mismo, quedan-
do destruido por el incendio casi todo el caserío.
Un grupo de setenta y cinco personas, compuesto
de las gentes más conocidas y respetadas de la ciu-
dad, fué conducido á la plaza de la Estación. En este
grupo se encontraban varias personalidades impor-
tantes del mundo católico, que vivían en torno de la
Universidad: el padre Coloboet, y con él un sacerdote
español y otro norte-americano. Después que estos
prisioneros sufrieron amenazas y golpes, pasando por
las angustias de varios simulacros de fusilamiento,
fueron conducidos hasta el frente del ejército alemán,
para exponerlos al fuego de los belgas en el caso de
que éstos reanudasen su ataque. Los encerraron en la CORO DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 155
Luego obligaron á éstos á desnudarse, arrebatándo- dos de balas, reloj de la torre arrebatado p<>r un
les todos los objetos de algún valor y acompañando obús, etc. Algunas cruces aisladas indican las tumbas
su despojo con numerosos golpes. de las víctimas. Llegamos á Lovaina, que es un ver-
La expulsión de los habitantes de Lovaina tuvo dadero hormiguero militar. El batallón de lands-
por objeto el pillaje. Los soldados querían robar á sus turm de Halle llega trayendo tras de él toda suerte
anchas, sin testigos molestos. Algunos alemanes se de cosas; especialmente botellas de vino. Muchos de
mostraron tan impacientes que, según declaraciones sus individuos están ebrios. Un pelotón de diez ciclis-
de testigos, invadieron las casas de éstos y comenza- tas corre por toda la ciudad buscando alojamiento
ron el saqueo, en el mismo momento que los due- inútilmente. Lovaina ofrece tal aspecto de devasta-
ción,que es imposible imaginarse algo peor. Las casas
arden y se desploman á ambos lados de las calles,
obstruyéndolas. Sólo unas pocas siguen intactas. Se
camina en las calles sobre pedazos de vidrio y mon-
tones de maderas quemadas. Los cables conductores
de los tranvías y los hilos del teléfono, están caídos
en las calles, dificultando la circulación.
Las estaciones de ferrocarril sirven de alojamien-
to á las tropas. Cuando nuestro batallón entró en Lo-
lo que le indicaba su capricho. Los oficiales iban al destruyó las bombas del cuerpo de bomberos, la es-
frente dando el buen ejemplo. Luego, una noche pasa- cala Porta y demás material, para que nadie pudiese
da en un cuartel con numerosos borrachos. Toda esta intentar la extinción del fuego. Además, los alemanes
jornada me inspira un desprecio que no sé cómo des- tiraban sobre las personas que subían á las techum-
cribir.» bres para apagar el incendio.
Otro soldado alemán que cayó prisionero de los El barrio de Heverlé fué respetado por los saquea-
belgas, escribía así á su mujer, Ana Manniget, habi- dores de un modo incomprensible. Algunos pretenden
tante de Magdeburgo: «Hemos llegado á Lovaina á que este respeto obedeció á que el duque de Arenberg,
las siete de la tarde. No podía escribirte á causa del subdito alemán, posee en él numerosas propiedades.
aspecto lúgubre que presenta Lovaina. Por todos lados En algunas casas de Lovaina que se libraron del in-
ardía la ciudad. Allí donde no ardía, la destrucción cendio y del saqueo, los alemanes fijaron en las puer-
era efectuada por los hombres. Hemos penetrado en tas un anuncio reclamando el respeto en nombre del
todas las bodegas y nos hemos llenado á nuestro comandante de la plaza. Estos edificios, así como los
Lovaina, oyó á un oficial alemán decir á sus soldados Un sub-oficial rogó también á dicha superiora que
que «hasta entonces su ejército se había limitado á entregase á la señorita V. D. un reloj, una cadena y
incendiar aldeas y pueblos de importancia secunda- un brazalete de oro que había robado en su casa
ria, pero que ahora, por primera vez, iban á asistir á para cumplir la orden superior de saqueo, pero que
la quema de una gran ciudad». igualmente no quería guardar.
El incendio sigue en todas partes al pillaje, y las En todas las calamidades de que es víctima Bél-
más de las veces parece no tener otro objeto que el gica, se nota como único motivo el deseo de aterrar
hacer que desaparezcan los vestigios del robo. Fre- á las poblaciones, la voluntad de vengarse de una re-
cuentemente las casas son quemadas por medio de sistencia que el imperio alemán no había esperado
cohetes incendiarios. Otras veces las rocían con pe- nunca.
tróleo, valiéndose de bombas y mangas de riego. Los hechos lo demuestran. Cada salida de las tro-
BL MERCADO VIEJO
Otras veces, en fin, para activar el incendio, los sol- pas belgas del campo de Amberes provoca nuevos
dados alemanes se sirven de pastillas de las que atentados, que el invasor no pretende siquiera justifi-
tenemos algunas muestras en nuestro poder. El car. La ciudad de Aerschot es un ejemplo de esto. El
análisis á que hemos sometido estas pastillas nos primer cuidado de los alemanes al entrar de nuevo
revela que son fabricadas con nitro-celulosa agela- en ella el 10 de Septiembre, después del avance y el
tinada. retroceso de las tropas belgas, ha sido anonadar lo
El pillaje y el incendio se realizan por orden de que había escapado á su primera obra destructiva.»
la autoridad superior. Una parte del botín, la más
importante, es expedida directamente á Alemania. De este modo la Comisión belga denunció ante el
La Comisión cree de su deber señalar una declara- mundo el incendio y saqueo de Lovaina, en sus infor-
ción interesante: mes de 31 de Agosto y 25 de Septiembre. En otro in-
La superiora de un establecimiento religioso si- forme de 10 de Septiembre, cuenta la Comisión las
tuado en una localidad que fué sometida al pillaje, terribles consecuencias del calvario á que se vio some-
ha venido ante nosotros para declarar que después tida una de las muchedumbres expulsadas de Lovaina.
del saqueo de la población, un soldado alemán le en- De G.0O0 á 8.000 personas, hombres, mujeres y niños,
tregó una pequeña cantidad en metálico, diciéndole de todas edades y condiciones, fueron conducidas por
que el robo le habia sido impuesto por sus jefes, pero un destacamento del 102.° de infantería alemana á un
158 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
picadero, donde tuvieron que pernoctar. El local era siglo XVI figuró como la primera Universidad de toda
tan exiguo para esta cantidad enorme de prisione- Europa, acudiendo á ella los sabios de las naciones
ros, que todos hubieron de pasar la noche de pie. más diversas. La aspiración de todo hombre de estu-
Los sufrimientos y atropellos infligidos á los infelices dios consistió en explicar un curso en las aulas de
fueron tan grandes, que algunas mujeres perdieron la Lovaina. El famoso Erasmo y todos los grandes hu-
razón para siempre en esta noche trágica. Niños de pe- manistas de su época miraron la escuela de Lovaina
cho murieron de asfixia en los brazos de sus madres. como si fuese su patria espiritual. Bastaba adquirir
en ella el título de doctor, para ser considerado como
un hombre de saber indiscutible. Justo Lipse fué uno
Lovaina era una ciudad industrial que poseía vas- de sus más ilustres profesores. Cuando murió éste, en
tos establecimientos meta- 1606, Lovaina tenía 43 co-
lúrgicos, una fundición legios, con unos 6.000 es-
famosa de campanas y tudiantes. Las autorida-
numerosas fábricas de des españolas que gober-
productos diversos. La ro- naban á los Países Bajos
deaban hermosos buleva- protegieron la vida de
res,que en algunos puntos este centro de cultura.
adquirían la amplitud de Nadie podía desempeñar
verdaderos parques. Si- un empleo en el país sin
tuada casi en mitad de la adquirir antes sus grados
línea férrea entre Bruse- en Lovaina.
las y Lieja, es Lovaina el Al pasar Bélgica de la
punto de partida de va- dominación española á la
rios ramales para Aers- austríaca, la antigua Uni-
chot, Malinas, Diest, Ter- versidad, respetable por
vueren y Jodoigne. Un su fama y sus años, per-
canal que lleva su nom- dió mucha importancia.
bre, y que fué abierto en El emperador de Austria,
el siglo XVIII, pone la José II, llamado «el filó-
ciudad en comunicación sofo», la cerró por algún
con las numerosas vías tiempo. Luego fué abier-
fluviales de Bélgica. Su fa- ta otra vez; pero en 1797,
mosa Universidad hizo al apoderarse de Bélgica
célebre á Lovaina en todo los ejércitos de la Revolu-
el mundo. ción francesa, las nuevas
En el siglo XIV su for- autoridades la suprimie-
tuna, como la de todas las ron, fundándose en que
ciudades de Flandes, se sus enseñanzas eran con-
basó en la producción de trarias á los principios de
los cursos,de que estaban encargados 120 profesores. El más hermoso de sus monumentos es incontesta-
Muchos de los estudiantes habitaban colegios de dife- blemente Hotel de Ville, de un soberbio gótico flori-
el
rente nacionalidad, titulados del Espíritu Santo, de do. Este edificio consta de tres pisos, está guarnecido
de Maria-Teresa, del papa Adriano,
los Josefitas, et- de ventanas ojivales, y tiene seis graciosas torrecillas
cétera. España tiene un que terminan en flechas
caladas. Innumerables es-
colegio propio desde los
culturas y festones de pie-
tiempos de su dominación
en los Países Bajos, y este dra cubren sus cuatro
frentes. Todo él parece un
colegio, anexo á la Uni-
versidad, está dirigido por
inmenso bordado, y á pe-
sar de la exuberancia de
profesores españoles.
En torno de Lovaina, sus adornos, guarda pro-
Este escritor ha eternizado, en una forma sobria y digna igualmente al comentar los insultos y atentados
desapasionada, la más grande de las atrocidades ale- de que muchas mujeres han sido objeto en los arra-
manas. Su testimonio destruye por completo todas las bales. Las relaciones de la población con el ejército
mentiras de los periódicos alemanes que han preten- ocupante son tan buenas como lo permiten las cir-
dido justificar lo ocurrido en Lovaina, hablando de un cunstancias. Al anochecer, vi en un banco de una
ataque de la población contra los soldados; ataque que plaza á dos soldados alemanes conversar sonriendo
nadie pudo ver. con dos muchachas, en presencia de sus padres, que
Hablamos en otro capítulo del profesor Grondijs y parecían tranquilos. En el mercado de las Legumbres
de su visita á Aerschot, poco después de haber sido un soldado hace el gesto de acariciar la mejilla de
saqueada esta ciudad y fusilados sus principales ha- una muchacha. Ésta es llamada de su casa y no vuel-
bitantes. Luego de haber estado en Aerschot, el pro- ve á aparecer.
fesor Grondijs regresó á Lovaina, puede decirse que Entro en el café Sodv, situado en la calle de Bru-
LA CALLE DE LA ESTACIÓN
providencialmente, pues de este modo el gran crimen selas. El dueño con sus dos hijas sirve á los clientes,
alemán tuvo como testigo á un ciudadano de una na- casi todos ellos militares, y algunos con insignias de
ción neutra, al que nadie puede acusar de parcia- oficial. El servicio se realiza correctamente. Entran
tranquila. No se nota ninguna inquietud aparente. bondad. Generalmente experimentan un visible deseo
Sin embargo, la población civil me cuenta en voz baja de excusarse. Propietarios en su país y padres de fami-
que losrehenes tomados por los alemanes en Lovaina lia, comprenden el horror de esta guerra de devasta-
y pertenecientes á las clases acomodadas, han sido ción. Los soldados jóvenes hablan de otro modo. Mos-
tratados con extraordinaria dureza. La gente se in- trando las ruinas de las casas, gritan: «¡Que los bel-
EN LAS /
gas tiren contra nosotros! He ahí lo que les pasa por vacas errantes y organizar al mismo tiempo la provi-
atacar al ejército alemán.» sión de leche de la ciudad.
El sacerdote Ussel, al que conocí en mi pri-
Van Los soldados alemanes, en esta guerra contra
mera me ofrece hospitalidad en su
visita á Lovaina, Bélgica, cuando llegan á un pueblo empiezan por
casa por esta noche. Á sus funciones ordinarias de expulsar á los habitantes, destruyendo luego siste-
cura párroco une las de sacerdote de las prisiones. El máticamente los talleres, las fábricas
y las granjas.
cardenal Mercier ha rogado que se encargue de
le Después los jefes permiten á aquellos que se han obs-
este trabajo. Es sacerdote Hamenco hospi-
el tipo del tinado en permanecer en sus viviendas, que se dedi-
talario, cuyas ideas se han ensanchado en la atmós- quen al avituallamiento de las ciudades inmediatas.
fera de la Universidad de Lovaina. Parece haber ol- Por esto el señor Scliarpé y su amigo el director de la
vidado que yo no pertenezco á su religión. lechería, con el pasaporte necesario, pudieron reco-
Después de la comida re- rrer desde las cuatro de la
cibe la visita de dos semi- mañana á las seis de la
naristas, uno de los cuales tarde todos los pueblos de
es sobrino del Cardenal. Se los alrededores, compro-
muestran asustados por metiendo á los campesinos
una manifestación hostil de para que llevasen al día
que acaban de ser objeto de siguiente sus productos á
parte de los soldados ale- Lovaina. En todas partes
manes. El señor Van Ussel pudieron ver la desolación
me hace saber que esta sembrada por los regimien-
actitud hostil contra los tos alemanes.
curas es general entre los El señor Scharpé volvió
invasores. Él mismo, á pe- á casa bien entrada la no-
sar de su cargo, ha trope- che, y muy fatigado. Su
zado con grandes dificulta- impresión es que los ale-
des para obtener el permiso manes han conseguido ate-
de salir á la calle después rrorizar completamente á
de las ocho de la noche. La los vecindarios de los pue-
autoridad militar se negó á blos. Ha hecho el viaje con
darle este permiso durante su amigo en un pequeño
dos días, á pesar de que carro de lechero. Cuando en
trabaja en la ambulancia las travesías encontraban
de la Cruz Roja, donde hay grupos de fugitivos, hom-
muchos alemanes heridos, bres,mujeres ó muchachos,
y de que por dos veces le todos levantaban los bra-
llamaron á altas horas de zos con terror, en señal de
lanoche para asistir á mo- sumisión. Los infelices no
ribundos alemanes que esperaban encontrar ami-
eran católicos. gos, y no podían creer
que
Es ya muy tarde cuando fuesen ciudadanos belgas
el dueño de la casa me BL PROFESOR GRONDIJS estos dos hombres que iban
conduce á su dormitorio. por las carreteras libre-
Lovaina está aislada y carecemos de noticias del ex- mente, lo mismo que los funcionarios alemanes. El
terior. profesor les gritaba casi llorando: «¡En nombre del
—
Lunes 24 de Agosto. Durante la mañana visito cielo, amigos míos! ¡Bajad las manos!» Los niños pa-
los tesoros artísticos que contiene la antigua ciudad recían no entenderle. Miraban á los dos hombres con
de Lovaina. Después me dirijo á la calle des Moutons, sus ojos llenos de terror, y continuaban la marcha,
frente al convento de las Beguinas, para visitar al siempre con los brazos en alto...
profesor Scharpé, uno de los jefes del partido ílamen- El profesor Scharpé me
cuenta que todavía ha
quista. Su esposa me recibe en su hermosa casa, que encontrado en los pueblos algunos cadáveres de las
data del siglo XVII, y acaba de ser restaurada. El víctimas del ejército alemán. Los habitantes de las
profesor, que es un lingüista muy reputado, acaba de poblaciones donde se han desarrollado estas malda-
salir con el director de una gran lechería, al cual los des, huyeron con dirección á Bruselas. Nadie queda
alemanes le han arrebatado la mayor parte de sus en pueblos para enterrar á los muertos. Creo inútil
los
caballos, destruyendo además sus cuadras y establos. repetir todos los relatos que he escuchado. Uno, sin
Con la autorización del comandante alemán, los dos embargo, me parece digno de mencionarse. El pueblo
han salido á recorrer los alrededores para reunir las de Linden ha sido incendiado porque uno de sus ve-
Tomo ii 20
162 VICENTE BLASCO IBANEZ
cinoa dio muerte á un soldado alemán. Éste, en com- su mayor parte eclesiásticos, encargados del cuidado
pañía de otro soldado, violó á una muchacha des- de los heridos. Vuelvo á encontrar en este sitio á mis
pués de haber atado á sus padres á unos muebles. El antiguos conocimientos: al profesor de neo-escolástica
padre, obligado á presenciar el atropello, pudo li- doctor Nys, al padre Janssens y á uno de mis anti-
brarse de sus ataduras con un esfuerzo supremo, y guos compañeros de estudios, el profesor Noyons, que
apoderándose de uno de los fusiles de los violadores, más tarde, durante el saqueo de la desgraciada ciu-
disparó, matando al que tenía más próximo. Los dad, se conducirá de un modo heroico. Las salas de
oficiales alemanes ordenaron que fuesen incendia- la Cruz Roja están guardadas por soldados alemanes.
das todas las casas del pueblo, y los padres de la mu- Veo á un viejo y á un muchacho de 12 años que em-
chacha, atados otra vez á sus muebles, perecieron en piezan á curarse de los balazos que recibieron de los'
las llamas... alemanes. El padre Janssens, encargado de una am-
Entre otros cadáveres vistos por el señor Scharpé, bulancia, ha sido amenazado frecuentemente por los
se encontraban el de un niño de 2 años, muerto á bayo- revólveres de los oficiales.
netazos, y el de un hombre de 70. Éste conservaba aún Estos oficiales alemanes cuentan, á todos los que
una muleta en su mano yerta. Tenía en el pecho nu- les quieren escuchar, que los curas, desde el pulpito,
merosos bayone- excitan á las po-
tazos, y sus pjer blaciones contra
ñas aparecían ellos. Aseguran
carbonizadas. El que el cardenal
anciano era un Mercier ha dado
peregrino de pro- el ejemplo en sus
Roja veo á un gran número de ciudadanos belgas, en nas», sin que la ametralladora llegase á tirar nunca.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 163
Al entrar en todo pueblo, el soldado alemán co- En un Banco de Hasselt los alemanes se apodera-
menzaba por registrar la iglesia y la cueva de la ron de dos millones de francos. Queriendo evitar esto,
vivienda del cura. Aunque no encontrase nada de los Bancos de Lovaina pusieron en segundad, previ-
sospechoso, creía necesario molestar y aterrar al sa- soramente, todos sus fondos, y los alemanes no en-
cerdote. Un cura de 65 años tuvo que estar durante contraron casi nada. Para vengarse, comenzaron por
dos horas poniendo en movimiento una bomba de exigir á la caja municipal la entrega de 100.000 fran-
agua para dar de beber á una compañía entera. El cos en metálico. (Jomo no era posible reunir dicha
señor Beucker, cura de SchaeffenTez-Diest, hombre suma, los jefes alemanes fueron rebajando consecuti-
de edad avanzada, fué maltratado por los alemanes. vamente sus exigencias á 80.000 francos, 50.000 fran-
Algunos de éstos levantaron una horca en su jardín, cos, 20.000 francos, 10.000 francos, y finalmente 3.000
asegurando que iban á colgarle de ella. Otros le aga- francos. El echevin (concejal) encargado de la Ha-
rraron por la nariz y las orejas, haciendo el gesto de cienda, tuvo que añadir personalmente la suma de 80
cortárselas. Después de haberle martirizado de este francos, y el comandante alemán firmó un recibo por
modo, tuvieron varias horas con la cabeza en alto,
lo 3.000 francos. El burgomaestre de Lovaina, después
obligándole á mirar fijamente al sol. Luego lo metie- de este primer día de tormento, bajo la amenaza con-
ron en la casa tinua de ser fu-
del burgomaes- silado si no sa-
Los rehenes, entre los cuales se encuentra Monse- los alemanes, éstos se dedicaron á robar todas las
ñor Ladeuze, deben preocuparse desde el encierro de casas cuyos habitantes habían huido al acercarse
su propia manutención. Un muchacho les lleva dia- ellos. He visitado algunas de estas casas. Las puertas
riamente la comida. Los oficiales de la Kommandantur han sido derribadas, y entre los muebles rotos se ven
quisieron visitar al echevin Schmitz, que remplaza sábanas y objetos de cocina. Todo lo de algún valor
al burgomaestre enfermo. Al ver al muchacho, que ha desaparecido. Siguiendo su costumbre, antes de
acababa de dejar en el Hotel de Ville las provisiones irse los saqueadores han hecho sus necesidades sobre
para los rehenes, le ordenaron que los condujera á la las camas. Algunos alemanes entraron á robar igual-
casa del señor Schmitz. Los oficiales, con la escolta mente en casas habitadas. Antes de proceder al pi-,
de un pelotón de soldados, siguieron al guía. Al llegar llaje de la casa de un profesor de la Universidad,
á la casa de Schmitz, llamaron, y como tardasen en encerraron á éste y á su mujer, que son ancianos,
contestar de adentro, pre- en una pieza apartada.
guntaron al muchacho si era No queriendo seguir la con-
realmente allí donde vivía el ducta de otras notabilidades,
burgomaestre. «No respon-
— el profesor Scharpé y su es-
dió— el burgomaestre no
; posa se han quedado en Lo-
vive aquí.» vaina para reconfortar á sus
Esto fué suficiente para conciudadanos con sus bue-
que los oficiales gritasen con nas palabras y su ejemplo.
alarma á sus soldados: «¡Fu- Enviaron á Gante á seis de
siladlo! ¡fusiladlo!» Los sol- y los dos ma-
sus diez hijos,
dados le apuntaban ya con yores, asícomo los dos pe-
sus fusiles, cuando el mu- queños, han quedado en la
chacho, que no comprendía casa, dando con su presencia
bien la razón de esta alar- á la valerosa señora la ener-
ma, tuvo serenidad para gía necesaria para resistir
añadir: «El que habita aquí las terribles incertidumbres
es el señor Schmitz, que re- del momento. Sin embargo,
emplaza al burgomaestre.» la madre sufre cruelmente
Esto le salvó la vida. El mie- por la ausencia de sus seis
do debe haber sido enorme hijos, y sobre todo por la
en estos oficiales para im- imposibilidad de enviarles
pulsarles á ordenar este ab- noticias. Malinas está aún
surdo macabro. Los alema- en poder de los belgas. A
nes ven emboscadas en todas mediodía, un estudiante de
partes. En cada puente que la Universidad ofrece á la
calle es laprimera por la que estos soldados han en- Nuestra conversación es interrumpida por la lle-
trado en la ciudad y no quieren seguir adelante. Pre- gada de dos vecinos de la calle, que vienen á quejar-
fieren permanecer juntos en un reducido número de se de la conducta de los soldados alojados en sus ca-
casas, para no verse aislados en caso de un ataque. sas. Les han dado huevos para el almuerzo y tres va-
El vecino de las galletas de perro viene á quejarse á sos de cerveza por individuo. No contentos con esto,
nosotros. Para librarle de sus alojados, nos dirigimos les han reclamado, revólver en mano, que les diesen
en busca del capitán, porque nunca da resultado par- carne inmediatamente, así como en la comida de la
lamentar con los inferiores. La señora Scharpé me noche.
llama con inquietud. Los 2(3 soldados se consideran — ¿Dónde podremos nosotros encontrar esa carne?,
en peligro en el patio y el jardín, y acaban de abrir —preguntan los pobres vecinos
— Hace más de una
.
la puerta vidriera para penetrar en la casa. La seño- semana que nosotros no la comemos.
ra vuelve á cerrar la puerta para que no entren los Interrogamos al capitán con la mirada, y éste con-
soldados, y éstos empiezan á proferir amenazas. Yo testa á los reclamantes que pasará luego por sus casas.
les dirijo la palabra: Después de nuestra comida, que se compone de
— Señores, tened la bondad de callaros y de esperar, simples conservas, el capitán nos propone á Scharpé
que todo se arre- y á mí que lo
glará convenien- acompañemos á
temente. Com- través de la ciu-
prended que en dad.
una casa como Se pasea len-
esta no pueden tamente por la
encontrarse 26 calle, y llama á
colchones. todos los solda-
— No necesita- dos, uno por uno,
mos tantos — res- con voz autori-
ponden ellos — ,
taria. Les pre-
yo — pero hay
, alojamiento les
combate de Worth. También nos da los primeros deta- tarde. El abad está en el refectorio y me envía á de-
lles sobre los nuevos morteros de sitio austríacos, cir que vuelva mañana. Lentamente regreso á la ciu-
de 420. Duda y no se atreve á formular una opinión dad. Oigo cañonazos al Noroeste de Lovaina.
acerca de las devastaciones de que han sido objeto El profesor Scharpé, apenas llego á su casa, me
los pueblos. Se limita ha hacer pesar la responsabi- cuenta que han ocurrido graves acontecimientos. El
lidad de tales hechos sobre los superiores que dieron estudiante que salió en bicicleta para Malinas ha re-
las órdenes. gresado. Á mitad de camino entre Lovaina y Mali-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 167
ñas, encontró tropas belgas é inglesas (1) que le reci- de la guarnición en alemán ó en inglés? Me acuesto y
bieron á punta de bayoneta, y luego de interrogarle ruego á los dueños de la casa que no me despierten
le ordenaron que desándase su camino. durante la noche, ocurra lo que ocurra. Así la sorpre-
Solicito hablar con el capitán; pero éste, que pa- sa será mañana más grande.
recía muy entusiasmado por un baño que le había Miércoles 26 de Agosto. —
A las cuatro de la ma-
el señor Scharpé aparece junto á mi cama.
prometido el señor Scharpé, recibió á las cinco de la drugada
tarde una orden, y salió con su compañía hacia Mali- Me dice que indudablemente la mitad de Lovaina
nas, al encuentro de sus enemigos. está ardiendo. Durante la noche han sonado dispa-
Poco á poco la ciudad se va enterando de que ros continuamente. Muchos que han pasado
fugitivos,
están próximas las tropas belgas é inglesas, cuyo huyendo por la calle des Moutons, contaron que había
socorro espera desde el principio de las hostilida- numerosos cadáveres en las otras calles. Toda la
des. Tal vez el vecindario demuestra cierta alegría familia ha pasado la noche en la obscuridad, junto
Scharpé. La familia contesta con una negativa, pues el Hotel de Ville contra el incendio (1) y otros que
está ocupada activamente en poner á salvo sus mue- circulan sin una dirección determinada, con los ojos'
bles. La manga de una bomba contra incendios atra- azorados.
viesa toda la casa, derramando sobre la techumbre En semejantes momentos, cuando lo arbitrario
un chorro de agua, que desciende después por todos parece reinar sin límites y se ven las cosas más pre-
lados, como lluvia finísima, para proteger el edificio. ciosas y raras, herencia de tantos siglos, destrozadas
La bomba está manejada por soldados alemanes. En y destruidas, la vida pierde todo su valor. Ahora com-
el primer momento encuentro extraordinario que los prendo fácilmente cómo los que se ven colocados junto
alemanes trabajen para impedir los progresos de un á un muro, para morir en injusto fusilamiento, pueden
incendio que ellos mismos han producido. Pero luego, permanecer silenciosos, con una actitud de profundo
al recorrer el Mercado de las Legumbres, me doy
cuenta de que las bombas han sido colocadas de tal (1) Los periódicos y revistas alemanas han entonado un himno ensal-
zando méritos del comandante militar de Lovaina que, según
modo, que impiden que el fuego se propague en di- loa ellos,
salvó el Hotel de Ville de la destrucción, limitando los incendios en torno
rección al Hotel de Ville. El incendio, detenido úni-
del edificio por medio de explosiones de dinamita, que derribaron las ca-
camente por este lado, continúa apoderándose de las sas cercanas. El mérito del comandante sería más digno de tales elogios
casas del barrio en las otras direcciones. Las Halles si hubiese evitado el incendio de la biblioteca de la Universidad, que es
de donde se propagó el fuego con dirección al Hotel de Ville.
de la Universidad y la antigua biblioteca están com-
En realidad, este acto magnánimo del comandante alemán obedeció á
pletamente destruidas. Indudablemente el incendio miras menos desinteresadas y artísticas. En la proximidad del magnífico
empezó á media noche. Una de las dos casas vecinas Hotel de Ville estaban instaladas las oficinas de la Kommandantur y una
gran parte de la guarnición tenía sus alojamientos. Esto explica plena-
á la Universidad está intacta todavía. Si no me en-
mente, por qué los alemanes cortaron el incendio en esta parte de Lovaina.
gaño, es la casa de los estudiantes españoles de la — (Nota de Grondiis.)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 169
desprecio, ó lanzar altivas palabras. Algunos soldados de la noche largas rebuscas para averiguar quién ha
quieren detenerme otra vez, pero yo, con una cólera tirado'?
«¿TU
— SteaaraSJBSÍSr--
arde. ¿Quieren impedir que alguien salga de este bra- sus casas, y me
cuentan en voz baja que á las dos de
sero?... la mañana un gran número de mujeres han sido con-
Paso ante una tienda, cuya puerta ha sido derri- ducidas por los soldados con dirección á la puerta de
bada. Un soldado, que está inmóvil ante la casa, Bruselas. Me citan, entre otras, á la hija de la viuda
me tira de un brazo para enseñarme algo en el fon- Ackermans, que vive en una casita cerca de la Kra-
do de la tienda. Es el cadáver del dueño, en camisa kenstraat. Voy á visitar á la viuda, y la pobre vieja
de noche, y con un pequeño agujero negro en la
frente. (1) En el relato oficial publicado por una comisión averiguadora ale
—¿Sois vos quien ha matado á este hombre? — pre- mana, figura la fuego ganó, por una simple casualidad,
aFerción de que el
la Colegiata de San Pedro. Según dicho relato, los vecinos de las casas
gunto al soldado.
—No — contesta— pero yo estaba con los que le
;
cercanas tiraron contra los soldados, y éstos incendiaron los edificios para
De estas casas quemadas se propagó el fuego á
castigar á los habitantes.
mataron. Asi aprenderán estos cochinos perros á no Resulta algo difícil hacer ver cómo un fuego propagado tan
la iglesia.
Qrondi't.)
Tono II II
170 VICENTE BLASCO IBANEZ
me cuenta, temblando, que ella y su hija fueron con- hunde!* (¡Perros cochinos!) Todos ellos me miran con
ducidas hacia la puerta de Bruselas por los mismos ojos amenazantes. Yo continúo mi camino.
soldados que estaban alojados en su casa. Tuvieron Ante el Hotel de Ville veo á las tropas formadas.
que marchar entre fusiles, con los brazos siempre en El comandante de la plaza, rodeado de sus oficiales,
alto. En
camino encontraron á otras mujeres,
el es- pasa revista á la guarnición. Detrás de las tropas
coltadas también por alema- suena el mugido de las lla-
nes. Luego los soldados orde- mas y de las vigas
el crujir
naron á la viuda que se mar que se rompen y caen. Los
chase porque era demasiado hombres, formados, siguen /
mandante. Sólo quiero advertir un hecho, y estoy Scharpé se va, y yo tomo medidas para que en la
convencido de que me dirijo á la autoridad compe- calle des Moutons continúen el orden y la calma. La
tente. larga ausencia del profesor Scharpé empieza á alar-
— No tengo tiempo para ocuparme de eso, pero— ele- mar á su esposa, y voy á buscarle en la Kommandan-
vando la voz — os agradezco vuestra comunicación. tur. Los soldados de la guardia me reconocen, pues
te en un brazo para
rogarle que le deja-
se seguir adelante.
El oficial, al sentirse
tocado, le repelió vi-
vamente, insultando
á Scharpé, y dicien-
do entre otras ame-
nidades, «que el co-
mandante era dema-
siado bueno para
nosotros dos». El co-
mandante Von Man-
ei, heroísmo del PEQUEÑO teuffel sale con mi — H\ SIDO BÉLGICA LA QUE NOS HA ATACADO
(The Peopu, de Londres) amigo para darle (Le Cri de Puris)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 173
veces no llega á comprenderlas! La inconsciencia de rompen las cerraduras de las casas inmediatas, aban-
muchos de estos habitantes resulta extremada. En donadas por sus dueños. Una de estas señoritas, gra-
casa de la viuda de un oficial francés encuentro el ciosa y agresiva, lleva una hacha en la mano, y em-
revólver de su marido, que está á la vista. Me apre- plea una escalera portátil para penetrar en las casas
suro á enterrarlo en el jardín. La atmósfera moral de por las ventanas y abrir las puertas interiormente.
la calle resulta insoportable. De todas partes acuden Cuando vuelvo á mi alojamiento, la noche ha
las mujeres llorosas, y rodean á la señora Scharpé, cerrado completamente. Enormes resplandores se
que les prodiga consuelos y consejos. esparcen por encima de la ciudad. En la calle de la
Á la caída de la tarde veo desde una ventana á Estación las casas van ardiendo una tras otra. El
dos jinetes de la caballería belga venir á todo galope fuego es atizado por los soldados, cuyas siluetas se
hacia la ciudad, y volverse inmediatamente del lado marcan claramente sobre el fondo de llamas. En
de Malinas. Una compañía alemana sale de Lovaina Lovaina, como en otras poblaciones belgas, los ale-
y ocupa la línea del ferrocarril. Detrás de nosotros manes han hecho uso de instrumentos especiales para
suenan algunos cañonazos. iniciar y extender los incendios. Todos los sub-oficia-
Al llegar la noche, Scharpé y yo hacemos una les estaban proveídos de aparatos: granadas incen-
ronda por el barrio, para ver si los vecinos obedecen diarias, bombas para regar con petróleo, receptáculos
las órdenes de la de bencina, pas-
proclama (1). tillas incendia-
Muchas familias rias, pastillas de
han huido de la residuos de pe-
ciudad después tróleo, etc.
de haber encen- En nuestro ba-
dido una bujía rrio no hay nin-
en las piezas del gún incendio.
piso bajo, pero Podemos acos-
sin dejar abierta tarnos con la re-
la puerta. La ca- lativa satisfac-
sa que no abra ción de que las
á las patrullas, pobres gentes
será forzada in- que nos rodean,
mediatamente, y nosotros mis-
procediendo en mos, escapare-
seguida los ale- mos de las terri-
manes á su pi- bles desgracias
llaje é incendio. que han afligido
Esto pondrá en á tantos ciuda-
peligro la calle LOVAINA. VESTÍBULO DB LA BI11LIOTBCA DI LA UNIVERSIDAD danos.
entera, y por tal Jueves 27 de
razón vamos llamando á todas las puertas cerradas. Agosto.
— Durante la noche seoyen á lo lejos nume-
Donde no nos contestan, abrimos nosotros, haciendo rosos dispares de fusil. Las nubes están tan rojas
que rompa las cerraduras un vecino que nos acompa- que parecen arder como un inmenso brasero. Ninguna
ña, y que es herrero. patrulla pasa por nuestras calles, y ninguna casa del
La fábrica de gas ha cesado de funcionar, y tene- barrio ha sido incendiada. Nada nos hace esperar que
mos que hacer frente á la dificultad de surtir de bujías se repetirá la pesadilla de los días anteriores. Los
á todos los vecinos. En una
veo ayudado calle me vecinos se van serenando. Sin embargo, desde que
por tres señoritas, que para poner á cubierto su casa empieza el día la casa del profesor Scharpé se llena
de gente de todas las clases de la sociedad, que nos
Si algunos civiles belgas cometieron imprudencias en determina
consideran como su providencia, y nos someten sus
(1)
das ocasiones, la falta es imputable, en los países flamencos que hablan el inquietudes.
idioma de este nombre, á los alemanes que no los han advertido suficien-
temente y á
Scharpé se dirige al Hotel de Ville para conferen-
autoridades que no han explicado bastante sus proclamas.
las
Los primeros bandos fijados en las calles de los pueblos, estaban redacta-
ciar con el comandante. Pasado un cuarto de hora
dos en alemán y en francés Yo he recogido un bando, impreso en papel voy, como ayer, en su busca, temiendo que lo reten-
rojo, en el cual las amenazas bien conocidas contra los habitantes
viviesen alrededor de un lugar donde los hilos telegráficos quedasen cor-
que gan prisionero. Llega, para consultarme, la maestra
de una gran escuela de huérfanas establecida en el
tados, estaban redactadas en alemán, en francés y... len rusol... iQue
pretendan, después de esto, que todas las precauciones no habían sido to patio de las Beguinas. Quiere pedir al comandante
madas por los alemanes antes de la guerra! Me acuerdo aún del asombro
que anote en el plano de la ciudad el lugar donde se
de un oficial alemán, al que dije que los campesinos belgas no entendían
el francés. Además, aun tratándose de textos redactados en flamenco, las
encuentra su escuela, para que la respeten, si es que
gentes del —
pueblo necesitaban de muchas aclaraciones. (Notade Orondijs.) se produce algún desastre. Es una joven vigorosa, que
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 175
posee, según dice ella, el valor de un «verdadero sol- Cuando entramos en el Hotel de Ville, el profesor
dado». Pero á pesar de toda su bravura, acepta con Scharpé, pálido y tembloroso, rae lleva á un rincón
apresuramiento mi protección, y salimos juntos para para hablarme. Me suplica que vuelva rápidamente
el Hotel de Ville. Las calles están llenas de escom- á su casa y haga bajar á la cueva todos sus cuadros
bros. Oimos continuamente á un lado y á otro el cru- y otros objetos de valor. Las cosas toman mal aspec-
jido de las vigas y de los lienzos de muro que caen. to. Según píirece, la ciudad ha sido condenada á la
A cada momento nos cruzamos con pequeños grupos destrucción, y van á bombardearla.
de fugitivos. Al volver á la calle des Moutons, accedo á los rue-
Ayer por la noche la guarnición ha cometido to- gos de mi compañera, la maestra, y nos apartamos
davía algunos asesinatos. Me limitaré á citar uno. En un poco del camino para pasar por la calle de la Es-
el café Sody se encontraban algunos soldados espe- tación, cuyos incendios atraen su curiosidad. De
rando una cena que habían encargado. Silenciosa- pronto, un grupo de soldados que marchan con paso
mente, el dueño del café y sus dos hijas se dedicaban vacilante y visible embriaguez, corren hacia nosotros
á este trabajo. De pronto entró un soldado ordenan- vociferando. Un alemán á caballo, que tiene el as-
do á estos militares que fuesen inmediatamente al pecto aristocrático y altivo, los detiene y parece dar-
Hotel de Ville. Los soldados, que estaban borrachos, les órdenes. Después del breve diálogo, los soldados
se encoleriza- se aproximan á
ron, y para dar nosotros é in-
expansión á su tentan empujar-
furia mataron nos hacia la es-
fríamente al due- tación. «¡Mar-
ño del café. Una chaos! — nos gri-
de las dos hijas tan — . Laciudad
intentó huir, pe- va á ser bom-
ro cuando abría bardeada.» Su
la puerta del pa- aspecto es tan
tiocayó muerta amen a z ador,
con un balazo en que la maestra
la espalda. La lanza un grito
otra hija fué más ronco y huye ha-
afortunada. Se cia la estación.
echó al suelo, Yo tomo la di-
ocultándose de- rección opues-
bajo de una me- ta para cumplir
sa, y los solda- el encargo de
dos no volvieron Scharpé.
á ocuparse de RUINAS DB LA UNIVERSIDAD Y DI SU BIBLIOTECA
Algunos ale-
ella. Estos he- manes me dicen
chos no me asombran. El soldado alemán cambia ra- que el bombardeo empezará á mediodía, y que la ciu-
dicalmente de carácter cuando se excita, y es capaz dad debe ser evacuada antes de dicha hora. Varias
de las mayores injusticias. religiosas, que muestran una gran serenidad, se diri-
En el Hotel de Ville nos ordenan que esperemos gen sin prisa hacia sus conventos. En la calle de
sobre la escalinata de piedra. Los alemanes llegan de Namur rae sale al paso el canónigo Cauchie, profesor
todas partes con grandes paquetes de objetos robados, de Historia de la Universidad, al que he sido presen-
vestidos, cajas de cigarros, botellas de vino, etc., et- tado el día antes. Me ruega que acompañe al rector
cétera. Muchos de estos hombres se hallan borrachos Lareuze y á él hasta Bruselas para su mayor seguri-
y hacen Los soldados de la guardia se
los graciosos. dad, pues seré respetado seguramente por mi titulo
divierten locamente con sus farsas. El teniente, que de ciudadano de un país neutral. Yo prometo ir en
ríe también, les hace seña bondadosamente para que busca de estos dos respetables ancianos á la casa
sigan adelante. del rector.
Muchos vecinos de Lovaina pasan á toda prisa Al llegar, en la calle des Moutons veo una confu-
frente al Hotel de Ville. Los soldados, desde lejos, les sión indescriptible. Los vecinos huyen. Los huérfanos
dan la orden para que levanten los brazos. Hombres de la escuela, pálidos y temblorosos, marchan como
notables de Lovaina, burgueses cuyo sentimiento de un rebaño en desorden. Sobre una carretilla, empuja-
dignidad personal es bien conocido, tienen que cami- da por un viejo pequeñito, va tendida una religiosa
nar centenares de metros en una actitud humillante. de noventa años. La muchedumbre revela un inmenso
Este espectáculo me impresiona más aún que el de terror y una locura inquietante.
los incendios. Los alemanes ordenan que el vecindario en masa
176 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
AGOSTO DE 1914
Bélgico deteniendo la invasión alemana
(Minneapolis Journal)
punto con numerosos oficiales alemanes, y especial- producir aquí sus conversaciones.
mente con doctores en Derecho, que se encontraban Debo hacer constar solamente que sus rudimenta-
rias inteligencias han sabido ex-
traer las deducciones lógicas de
esta doctrina germánica, inventa-
1*4 <M"1 CV m da recientemente, sobre la respon-
sabilidad en tiempo de guerra. Di-
cha teoría acuerda por adelantado
al combatiente alemán una plena
absolución por todas las injusticias
que pueda cometer, aunque sean ex-
tremadamente crueles. El más mo-
desto soldado alemán es de tan in-
plaza de San José, de Bruselas, á un soldado alemán na después del primer día del desastre, se produjo un
amarrado durante 24 horas á un carro de transporte, pánico á causa de un disparo de fusil que sonó de
con los brazos atados á la espalda. La población ma- pronto. Inmediatamente se esparció el rumor de que
nifestaba piedad ante este pobre diablo que, humilla- un soldado había sido muerto por un civil, y las tro-
do en presencia de los vencidos, unas veces gritaba pas empezaron á tirar contra las casas. Reinaron du-
de rabia y otras lloraba silenciosamente. Su crimen, rante mucho tiempo el desorden y la excitación, hasta
según me explicó un sub-oficial alemán, consistía en que restablecida la calma se reconoció que ningún
haber causado un pánico en la guarnición, disparando soldado había sido muerto, ni siquiera herido. Supon-
sin motivo su fusil. gamos que en el tumulto de este tiroteo á ciegas, ur¡
En Lovaina he visto en el patio del Hotel de Ville soldado hubiese sido muerto por sus mismos compa-
á un soldado amarrado á la rueda de un camión, por ñeros de armas, poseídos de una nerviosidad excesi-
haber hecho fuego con su fusil durante la noche, pro- va. En tal caso, una nueva leyenda de agresión belga
vocando igualmente un pánico en la guarnición. Mu- se hubiese unido á las muchas otras inventadas por
chos soldados, al oir tal disparo, comenzaron á tirar los alemanes.
sin saber por qué ni contra quién. Puedo afirmar que en la noche del 25 de Agosto un
pánico semejante se apo-
deró de la guarnición de
Lovaina. El lector debe
recordar que en la tarde
de este mismo día, el
ejército belga se aproxi-
mó hasta los alrededo-
res de la ciudad. Una
parte de la guarnición
salió á su encuentro. El
no es más que la simple consecuencia de una terrible las causas del desastre. Tres días después del saqueo
paradoja jurídica, que repele el mundo entero, y sólo es de Lovaina, un oficial del gran Estado Mayor de Bru-
enseñada en Alemania. Basándose en ella, los solda- selas me aseguró, formalmente, que según las pruebas
dos que entran en las casas locos de furor y sin prue- que tenía en su poder la autoridad alemana, el castigo
bas, sin interrogatorio, matan á los hombres en pre- de Lovaina obedecía á que un hermano del burgomaes-
sencia de sus mujeres y de sus hijos, estos malhechores tre había matado á un general alemán. Otro oficial
no son culpables, y hasta merecen elogios por su obe- del citado Estado Mayor me comunicó con igual se-
ciencia y disciplina. riedad que el mismo general había sido asesinado por
Durante los días que precedieron al desastre, pude el hijo del
burgomaestre. ¡Y el burgomaestre de Lo-
ver que la población de Lovaina no alimentaba nin- vaina no ha tenido nunca hermanos, y su único hijo,
gún propósito de venganza. He hablado con profeso- en el momento del desastre, hacía diez años que había
res, con tenderos, con gentes del pueblo. En todos muerto!...
ellos pude apreciar un espíritu de perfecta sumisión Verdaderamente nos encontramos ante un caso
á consecuencia del terror por lo ocurrido en Aerschot, de formación de leyendas. El caso de Aerschot— donde
Linden, Haelen, etc., etc. Todos ellos esperaban tran- los alemanes dicen que su comandante fué muerto
quilamente la victoria
de los ejércitos aliados,
sin ninguna intención de
de Lovaina, dignos de
toda confianza, me han
contado que en la ma-
ñana del 26 de Agosto,
paseando por el jardín
de uno de ellos, situado
en la calle de Xamur,
oyeron durante veinte
minutos un estrépito de
fusilería muy cercano.
Poniendo una escalera
en el muro del jardín, se
asomaron á él, viendo á
dos soldados alemanes infantería alemana en el campo
que pasaban por la calle, parecían proceder de las caso de Aerschot, repito, ha sido combinado con el
casas. De este modo los alemanes podían decir que los castigo de Lovaina, cristalizándose en la imaginación
habitantes tiraban contra ellos. febril de los invasores.
El mismo día por la noche vi en el sitio indicado Después de estos días de horror, he vivido con las
por los citados vecinos dos caballos muertos, que tropas alemanas, pudiendo apreciar cómo entre ellas
conservaban sus sillas. Más tarde, en Bruselas, un la más ligera y absurda suposición se convierte rápi-
alemán me contó que en Lovaina los civiles
oficial damente en indiscutible certidumbre. Los cerebros
habían muerto á dos oficiales montados á caballo, y deben ser muy sólidos para poder resistir la influen-
que esta razón obligó á las autoridades á ordenar el cia de las pasiones en determinadas circunstancias,
incendio de la ciudad. ('orno la prudente razón sólo puede emitir proba-
Se ha supuesto también que
los alemanes, al que- bilidades, los espíritus agitados prefieren las falsas
mar á Lovaina, quisieron aterrar á los bruselenses, imágenes suscitadas por el miedo, el odio ó la espe-
algo inquietos y rebeldes, dándoles á entender que ranza.
les esperaba la misma suerte en caso de insurrección. —
El éxodo de Lovaina. Cuando fiel á mi promesa
Todas las presunciones que yo emito quedan con- llegué á la casa del rector de la Universidad, encon-
firmadas por la circunstancia de que los alemanes tré á éste y al canónigo Cauchie, que me esperaban,
no están de acuerdo, ni lo estarán nunca, acerca de preparados para marchar. Los dos hablan conserva-
180 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
do su sotana. Como sólo eran las diez, y el bombardeo lidad no son todavía peligrosas. Un soldado sale de
debía empezar á medio día, les propuse que empleáse- las filas, y arrancando un grueso y pesado fardo de
mos este tiempo en ocultar en la cueva sus papeles y las manos de una mujer, lo arroja contra la
espalda
notas más preciosas. Pero ellos no tienen confianza del profesor Cauchie. Como yo acompaño á dos sacer-
en la palabra de los alemanes, y quisieron partir in- dotes que visten sotana, me toman igualmente por un
mediatamente. La vieja doméstica de Monseñor La- cura disfrazado: «¡Muera el cura del sombrero de
deuze se unió á noso- paja!» me
gritan. Y
tros. Esta anciana lle- poco después otro far-
vaba en los brazos un do pesado cae sobre mi
pan, un grueso jamón pobre sombrero. Algo
y un perrillo indolente. más lejos, seis solda-
En poco tiempo lle- dos alemanes, que pa-
gamos al camino de recen apiadarse de la
Tervueren, viéndonos miseria de los fugiti-
en medio de una enor- vos, se colocan á un
me muchedumbre de lado del camino con
fugitivos. Un profesor varios cubos y ofre-
de la Universidad huye cen vasos de agua á las
en traje de casa, sin mujeres y los niños.
cuello de camisa. En Pero nadie se detiene
pobres carretillas pa- para aceptar el soco-
san algunos seres hu- rro.Todos desean huir
manos de una vejez in- con la mayor rapidez
verosímil. Más lejos posible.
son llevadas en sillas La carretera se des-
varias mujeres que arrolla á través de
acaban de dar á luz. un campo espléndido.
Están extremadamen- Mientras yo avanzo
te pálidas y parecen lentamente, cargado y
en peligro de muerte. fatigado, por el cami-
Al salir de la ciudad, no interminable, me
encontramos un pues- doy cuenta por prime-
to militar de cuatro ra vez de la hermosu-
soldados y un sub-ofi- ra de estas llanuras
cial. fértiles. El canónigo
Estos alemanes in- Cauchie y yo vamos
sultan á los fugitivos: delante. El rector La-
«¿>¿e, Lumpe Schweine- deuze marcha detrás
hunde!* (¡Perros cochi- con su vieja criada y
nos!) Además apuntan dos señoritas, que son
con sus revólveres á las mismas que vi el
lamuchedumbre, y gri- día anterior abriendo
tan: «Que todo el mun- enérgicamente las ca-
do levante los brazos sas de sus vecinos. Mi
en alto.» Religiosas y compañero es un an-
LA PROTESTA DE LA CATEDRAL DE COLONIA
niños, profesores y la- ciano vigoroso, que
-Lovaina, tú eras piedra de mi piedra y espíritu de mi espíritu
briegos, todos dejan marcha como un jo-
(Dibujo del artista holandés Johauu Braakeusiek
sus bagajes en el suelo eu. Veekblad voor Nederland) ven. A pesar de las cir-
para obedecer la or- cunstancias, se mues-
den. Yo
agito mi pasaporte, y luego enseño, sin levan- tra amable y sereno, y razona con gran claridad, tíu
tarlas, mis manos vacías. fisonomía me recuerda la de Ampere. Goza de gran
Las tropas alemanas atraviesan la masa de fugi- reputación entre los eruditos belgas, y ha elaborado
en dos corrientes que se deslizan
tivos, dividiéndola muchas de sus tesis históricas paseando por estos
por ambos lados de la carretera. Los sacerdotes son magníficos campos. Los dos marchamos discurriendo
particularmente insultados por los alemanes protes- sobre la historia del cristianismo y varias cuestiones
tantes. Continuamente les gritan: «¡Abajo el catolicis- teológicas, temas que no pueden ser más extraños á
mo! ¡Mueran los curas! ¡Todos los sacerdotes deben ser los horrores de que huímos. Mientras sostenemos
fusilados!» Empezamos á sufrir molestias, que en rea- nuestra conversación, nos alineamos instintivamente
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 181
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182 VICENTE BLASCO IBANEZ
de vez en cuando entre los árboles, para dejar pasar á veinticinco sacerdotes tendidos en una pradera y
á los oficiales á caballo. Los problemas se suceden guardados por ocho soldados y un cabo, que les pro-
en nuestro diálogo, mientras los soldados dirigen con- digan toda clase de insultos. Pregunto á los alemanes
tra nosotros gritos de odio y menosprecio, y la turba qué razones motivan esta extraña cautividad. Me
miserable de fugitivos continúa su camino. contestan con frases generales: «Los sacerdotes han
Nos separamos de la carretera para dejar en segu- excitado á la población á tirar contra nosotros», etcé-
ridad á la vieja criada del rector, con su jamón y su tera... ¡Acusación insensata!
perrito, que guarda entre los brazos. En los campos Exijo de nuevo que me conduzcan adonde está el
de trigo y de cebada que no han sufrido los horrores teniente. El cabo designa á un soldado para que me,
de la guerra, casi encontramos la alegría. Los adio- acompañe, pero el sargento-mayor llega corriendo, y
ses del ama á su señor resultan conmovedores. La lo reprende severamente, por haberme hecho caso.
vieja siente miedo ante el porvenir, y ruega á los dos Tengo la impresión de que todo este rigor obedece á
ancianos que le den su bendición. Los dos hacen el las decisiones arbitrarias de una tropa de soldados,
signo de la cruz y murmuran la fórmula latina. Lue- protestantes fanáticos, que se han conducido mal en
go, la vieja, que Lovaina. Tales
derrama torren- medidas no pue-
tes de lágrimas, den ser ordena-
pide á Monseñor das, ni toleradas
Ladeuze que siquiera, por un
acaricie por úl- oficial. Me ima-
tima vez á su gino que me bas-
perrito. El rec- tará dirigirme al
tor, bondadoso, primer capitán
obedece al rue- que encuentre,
go. Este peque- para obtener en
ño gesto del sa- seguida la liber-
cerdote significa tad de mis dos
la gran piedad amigos y todos
que le inspira la sus compañeros.
campos, nos acercamos á Tervueren. Antes de llegar Continúo mi marcha hacia Tervueren, y encuen-
á la carretera volvemos la cabeza para mirar con cerca de la estación del tranvía, á un co-
tro al fin,
dirección á Lovaina. Por encima de la ciudad se ele- mandante grande y barbudo que está en conversación
va una inmensa columna de humo. con un joven teniente. Me presento á ellos, y les digo
En las primeras casas de Tervueren somos arres- que mis dos compañeros, que son grandes sabios de
tados por un piquete alemán, compuesto de diez hom Bélgica, han sido arrestados en Tervueren sin motivo
bres y mandado por un sargento-mayor. Después de aparente, y que no dudo que esta acción injustifica-
haber examinado mi pasaporte, me dejan pasar, pero ble será reprimida por las autoridades al tener cono-
retienen á los dos eclesiásticos, sin fijarse siquiera en cimiento de ella.
sus papeles. Desoyendo mis vivas protestas, algunos —Veo que olvidáis, señor
— contesta el comandan-
soldados se llevan á los dos viejos detrás de una em- te—, que en Lieja y en Aerschot dos de los más gran-
palizada. El sargento-mayor alega que obedece las des estrategas de Alemania han sido asesinados trai-
órdenes de su teniente. Yo solicito, y después exijo, doramente.
hablar á este oficial, pero el sargento se niega, á pesar Yo me limito á preguntar si existen presunciones
de que invoco una serie de derechos reales é imagina- de que los dos sacerdotes amigos míos sean cómplices
rios. Me dirijo al sitio por donde he visto desaparecer de dichos actos.
á los dos viejos, y detrás de la empalizada encuentro —No — responde el comandante — ; pero todos los
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 183
sacerdotes belgas han excitado al pueblo desde el no tienen la menor sospecha. El comandante me lo
pulpito.
acuerda y se excusa de verse obligado á mantener el
Me
esfuerzo para hacerle ver que mis dos amigos arresto.
no pueden ser comprendidos en este reproche, pues En pradera los soldados no quieren permitirme
la
son profesores de la Universidad. El comandante se que dirija la palabra á los prisioneros en francés;
decide cortésmente á acompañarme, y volvemos jun- pero uno de ellos, que es estudiante alemán moviliza-
tos adonde están los prisioneros. El comandante pide do, promete á sus camaradas que vigilará mis pala-
explicaciones. Los soldados se muestran furiosos cuan- bras. Los soldados, al enterarse de lo que digo, me
do me ven El sargento-mayor hace un
llegar con él. interrumpen continuamente. «En Lovaina gritan—
—
relato con numerosas interrupciones y observaciones se han pronunciado en las iglesias discursos fulgu-
suplementarias. Cuenta que han encontrado sobre uno rantes contra los alemanes. Muchos sacerdotes han
de los sacerdotes prisioneros papeles comprometedo- tirado con sus browings contra las tropas», etc. Al
oir estas acusaciones, los sacerdotes se limitan á hacer
res, tratando á los alemanes de bárbaros, é invitando
á la población á matarlos signos negativos con la
como si fuesen perros. El cabeza, y los soldados les
teniente que manda el contestan riendo sarcásti-
puesto ha hecho fusilar al camente. Monseñor La-
sacerdote, y ha dado la deuze me ruega que vea
orden de prender á los de- en Bruselas al duque de
más eclesiásticos que lle- Arenberg, amigo perso-
gan de Lovaina, para que nal del kaiser y antiguo
acompañen como rehenes curador de la Universi-
á las tropas durante su dad de Lovaina. Yo me
marcha á través de Bél- muestro escéptico acerca
gica. Yo miro coman-
al del resultado de esta ges-
dante. Este reflexiona un tión. Uno de los soldados
tonaciones, cayendo el
comprometedor que encontraron en un bolsillo del blarse el combate todos los prisioneros pudieron esca-
padre Duperrieux. Pero el argumento, ade-
más de insuficiente, es de todo punto falso.
Treinta horas antes de que conociesen la
existencia del jesuíta Duperrieux y leyesen
su cuaderno, los alemanes habían maltra-
tado vergonzosamente á dos sacerdotes de
nacionalidad española: el padre Cátala,
rector del Colegio de estudiantes españoles
de Lovaina, y otro cuyo nombre he olvida-
do. Los dos habitaban en el citado Colegio,
cerca de la biblioteca. Cuando ésta fué in-
cendiada, se salvaron del fuego saliendo á
donde los arrestaron los alemanes
la calle,
en compañía de unas cuarenta personas.
Pasaron la noche presos en la estación, y
al dia siguiente por la mañana se vieron
obligados á seguir á una compañía de ale-
manes que marchaba hacia el Oeste. Fué
EL ASOMBRO DEL ÁGT ILA
inútil que los dos sacerdotes españoles ense- A >«per)
TOMO II
23
186 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
par, y por caminos extraviados llegaron á Bruselas. edificios.Muchas fachadas conservan aún en su parte
En vista de estos hechos, ¿no es lógico deducir la baja manchas obscuras de sangre. Proporcionalmen-
consecuencia de que al comenzar el saqueo de Lovai- te los alemanes han hecho en Lovaina una obra más
na fué dada una orden contra todos los sacerdotes? destructiva que el temblor de tierra y el fuego en San
Los tres grupos de eclesiásticos arrestados en Tervue- Francisco de California. El pillaje no tuvo límites. En
ren no fueron los únicos.En ctros lugares los alemanes los alrededores de Lovaina los caminos están sem-
hicieron prisioneros igualmente á todos los que lleva- brados, durante varios kilómetros, de muebles, ropa
ban sotana. En total se apoderaron de 90 sacerdotes. blanca y vestidos. Los papeles de las paredes han
Muchos días después, algunos de estos infelices sido arrancados, los cuadros rotos, el contenido
de,
fueron vistos acompañando á las tropas en marcha. armarios y cofres está esparcido en las calles, y todo
De más de uno no se ha tenido luego noticia alguna. lo que era capaz de romperse ha sido roto.
por los esqueletos calcinados de antiguos y hermosos llos tenían otros depósitos ocultos, y no solamente
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 187
poseían fusiles y municiones, sino que también ame- Unidos en Bruselas, acompañado de otros diplomáti-
tralladoras. Tengo por increíble que el vecindario de cos, fué á la mencionada ciudad en un taxímetro.
Lovaina intentase una empresa tan loca como agre- M. Gibson me ha contado que los alemanes traslada-
dir á las tropas alemanas, muy superiores en número ron el mobiliario de un comedor al jardín situado en-
y medios de defensa, sobre todo al día siguiente de la frente de la estación, y que varios oficiales, en un
terrible lección de Aerschot. estado de completa embriaguez, insistieron para que
La explicación que dan los vecinos de Lovaina es los diplomáticos bebiesen con ellos los vinos robados,
más verosímil. A consecuencia de una ofensiva del sobre una mesa robada. Tal invitación fué hecha al
ejército belga efectuada con éxito al Sur de Malinas, mismo tiempo que ardía la ciudad, que sonaban en las
las tropas alemanas se replegaron en un desorden ve- calles las descargas de los fusilamientos, y los cadá-
cino al pánico, y una de sus divisiones entró precipi- veres de hombres y mujeres se amontonaban á corta
tadamente en Lovaina al cerrar la noche. En las pro- distancia sobre las aceras. En las ventanas de las
fundas tinieblas, la guarnición tomó á esta tropa por casas saqueadas, cuyos muros están ennegrecidos por
el ejército belga, recibiéndola con un fuego mortal. el hollín del incendio, pude ver yo aún banderas blan-
medor, donde estaban nuestros oficiales, y asesinó al zos. Yo los he contado. ¿Y qué pensáis de una niña de
jefe del Estado Mayor. Nosotros no hemos hecho allí dos años muerta en los brazos de su madre por un
más que poner en práctica una represalia justa. El hulano, y á cuyo entierro asistí yo en Heys-op-den-
vecindario fué tratado según sus méritos. Berg? ¿Y del otro viejo que cerca de Vilvorde fué col-
—¿Pero por qué usasteis estas represalias con las gado por las manos de las vigas del techo de su casa
—
mujeres y los niños? pregunto yo. y asado lentamente, hasta que murió consumido pol-
—Ninguna mujer ni niño alguno han sido muertos la hoguera que encendieron los alemanes debajo de
—
en Aerschot asegura el general con un acento de sus pies?
convicción. Mis detalles precisos parecen desconcertar al ge-
— Siento mucho contradeciros, general
— contesto neral.
no menos categóricamente
—
Pero yo he visto con
.
— Esas cosas son horribles — dice — si es que han
mis ojos los cadáveres de las mujeres y los niños. Y ocurrido de ese modo. Naturalmente, nuestros solda-
lo mismo puede afirmar M. Gibson, secretario de la dos, como los de todos los ejércitos, desbordan algu-
legación de los Estados Unidos en Bruselas, el cual nas veces nuestras órdenes y cometen actos que no
asistió á la destrucción de Lovaina. toleraríamos si los jefes estuviésemos presentes. En
— ¡Diablo! —exclama el general Von Boehn — . Si Lovaina, por ejemplo, yo he condenado á dos sóida-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 189
dos á doce años de presidio por haber violado á una alemanas habían sido atacadas. Pero nunca han podi-
mujer. do formular una acusación concreta; nunca han podi-
—A —
propósito de Lovaina le interrumpo
— .
¿Por do señalar con pruebas á los autores de estos ataques
qué habéis destruido su famosa biblioteca? contra sus tropas. Como único argumento material
—Hemos lamentado esta destrucción tanto como ofrecen hallazgo de ametralladoras en algunas lo-
el
—
vos responde el general —
La biblioteca fué alcan-
.
calidades, ametralladoras abandonadas por el ejército
zada por las llamas que devoraban las casas vecinas, belga en su retirada y que carecían de municiones.
y no pudimos salvarla. El incendio de la biblioteca de Lovaina ha sido
— Pero en resumen, ¿por qué habéis incendiado á lamentado hipócritamente por sus autores, ya que no
Lovaina? podían alabarse cínicamente de este hecho. Pero es
— Porque la población civil tiró contra nuestras falso que el siniestro resultase inevitable, y que los
FAMILIAS BELGAS EN IN CAMINO, OBSERVANDO LAS EVOLUCIONES DE UN AEEOI'LAKO ALEMÁN (Fot. Meurisse)
tropas. Tanto es así, que hemos encontrado ametra- alemanes hicieran esfuerzos para salvar dicho tesoro
lladoras en algunas casas de la ciudad. bibliográfico. El profesor (irondijs, testigo presencial,
El general se interrumpe para dar un puñetazo ha contado cómo hubiera podido evitarse este incendio
sobre la mesa, y luego añade: con un poco de buena voluntad. Del mismo modo que
— Cada vez que los civiles molesten a nuestros sol- los alemanes impidieron la quema del Hotel de Ville
dados, les infligiremos una lección memorable. Y si por tener instaladas en él sus oficinas y otros servi-
las mujeres y los niños se ponen en el camino de las cios, hubiesen podido salvar la famosa biblioteca.
balas, tanto peor para ellas y para ellos. Nada nos La conducta de los invasores después del incendio,
importa que caigan.» demuestra el poco interés que inspiraban los libros á
estos representantes de la Kultuv. Llovió durante mu-
La mentalidad de Von Boehn y su falta de escrú- chos días, y los alemanes dejaron que el agua del
pulos para falsear los hechos, se repiten en todos los cielo acabase la obra de las llamas, pudriéndose las
jefes del ejército alemán. Todos á coro han justificado masas de obras antiguas y preciosos manuscritos que
las atrocidades cometidas en Bélgica con los mismos se habían librado del fuego y estaban esparcidos en-
pretextos. Los incendios y los asesinatos de gentes tre los escombros. Bien sabido es que el papel pren-
indefensas obedecieron, según ellos, á que las tropas sado ó fuertemente empaquetado, sólo se chamusca
190 VICENTE BLASCO 1BAÑEZ
®^ ;
¿r--
la destrucción de Lovaina, y por
mucho tiempo
Su
se les creyó fusilados.
casa de comercio había sido ro-
bada, incendiada y destruida. Una
EL HURACÁN GUERRERO hija de Escursell llegó á Bruselas
(Chicago Daily Xeu-) muchedumbre de los fugi-
entre la
Se supuso que los cadáveres
tivos.
exteriormente, y resiste al fuego lo mismo que el la- del padre y el hijo estaban bajo los escombros de la
Una buena parte de los volúmenes
drillo ó la piedra. tienda, y sólo algún tiempo después pudo saberse que
permanecieron días y días á la vista de todos, destru- no habían muerto y estaban prisioneros en Münster
yéndose con la lluvia. La guarnición prusiana no se (Alemania), en compañía de muchos belgas. Inútil es
ocupó ni un momento de salvar estas riquezas litera- decir las penalidades que sufrieron estos dos españo-
y soldados tenían algo mejor que hacer.
rias. Oficiales les, conducidos á golpes y sin recibir casi alimento,
Bebían de la mañana á la noche, en medio de la calle, entre rebaño de los infelices vencidos. Fué inútil
el
instalados en los muebles extraídos de las casas. Mos- que padre y el hijo alegasen su calidad de españo-
el
traban su contento ante los depósitos encontrados en les. Los alemanes no hicieron caso alguno de los do-
las bodegas. Por todas partes había una capa de bo- cumentos que presentaban, burlándose de su nacio-
tellas rotas. Además se divertían aterrorizando y mo- nalidad.
lestando á los pocos vecinos que aun quedaban en misma hora en que ocurrían estos atrope-
¡Y á la
Lovaina. propaganda alemana intentaba halagar á los
llos, la
De estemodo se preocuparon los alemanes de sal- españoles de la península con absurdas promesas y
var la famosa biblioteca. toda clase de adulaciones para que abandonasen
su neutralidad, creando obstáculos á las naciones
aliadas!
El saqueo de Lovaina demostró una vez más el Esta conducta resulta tan absurda é ilógica como
menosprecio de los alemanes por los pueblos de Euro- la de las gentes que por entusiasmo religioso se han
pa en actitud neutral, y especialmente por
los subditos de España. Ciudadanos de va-
rias naciones, ajenas á la guerra, sufrieron
las consecuencias de la barbarie invasora,
ofensiva por el
La barbarie alemana en Bélgica. —
Asesinatos, em- lado de este
briaguez, violaciones, matanzas de ancianos, mu- pueblo, los re-
jeres y niños. henes perece-
rán.
En todas las poblaciones belgas los invasores pro- Muchas ve-
cedieron de igual modo para aterrar al vecindario, ces, el cura, el
LA RBSISTBNCIA HEROICA
con sus atrocidades realizadas metódicamente. notario, el mé- Las bayonetas teutónicas no le dan miedo
El notable escritor Pedro Nothomb, que por las dico de la po- r
(A ew York World)
funciones que desempeña en el Ministerio de Justicia blación, no bas-
de Bélgica ha podido conocer directamente todos los tan como rehenes. Entonces los invasores amontonan
informes y declaraciones sobre los atentados cometi- en un lugar cerrado á toda la población masculina.
dos por las tropas alemanas, dice así: Con frecuencia, en el fondo de una calle apartada
suena una detonación, que es obra de un alemán.
«Los alemanes entran en un pueblo. Con el dedo Otras veces el alemán grita simplemente que han
en y el cañón del fusil por delante, exami-
el gatillo tirado contra él, aunque nadie ha oído el disparo. Es
nan las casas y saludan con una descarga al vecino la señal del pillaje. Poco antes, los oficiales, revólver
que asoma á su puerta ó á sus ventanas. El jefe de la en mano, han robado las cajas públicas ó la sucursal
columna se instala en la casa municipal, hace venir del Banco Nacional. Llega ahora el momento del tra-
al burgomaestre, y le impone una contribución inme- bajo agradable para los soldados, y se entregan á él
diata. Al mismo tiempo, los soldados se esparcen por con entusiasmo. Las tiendas quedan vacías: las ca-
las calles y las granjas, derriban las puertas que no banas más humildes se ven desamuebladas en pocos
se abren con prontitud, maltratan á los habitantes, momentos. Por la noche luminarias de incendio. Unas
visitan inmediatamente las bodegas, y se hacen servir veces queman todo el pueblo; otras, algunas casas
todos los comestibles que hay en la vivienda. Mien- cuando menos. Pero siempre creen necesario quemar
tras tanto, otros conducen presos ante el comandante algo.
á los vecinos más
notables del lugar. Éstos servirán Los pobres vecinos callan aterrorizados. Aunque
de rehenes. Si suena un disparo, si los víveres exigi- quieran defender su pobre fortuna ó el honor de la
esposa á costa de la vida, no pueden
hacerlo por la consideración de que
otros vecinos suyos están en poder
de los alemanes, y pagarían con su
existencia lo que ellos intentasen.
Esta prudencia es muchas veces in-
útil, porque la suerte de los rehenes
no depende de un acto real, sino de
la arbitrariedad de sus guardianes.
Cuando quedan entre las manos de
los invasores, los cautivos deben
considerarse á merced de la suerte.
Cae Los rehenes se ador-
la noche.
mecen sobre una silla en la casa mu-
nicipal, y si son muy numerosos, so-
bre las losas frías de la iglesia. De
pronto los despiertan. ¿Es para fu-
berlo! Van á conocer á todas horas la angustiosa es- de los alrededores. De hora en hora se les anuncia que
pera de la muerte. Ya no son hombres; son débiles van á morir, preguntándoles cómo prefieren perder la
juguetes de un odioso capricho. Si á un simple oficial vida, sentados, derechos ó acostados. Se empleará con
se le ocurre matarlos, serán ejecutados sin ninguna ellos por cinco ó seis veces el simulacro del fusila-
forma de juicio. Tal vez como en Wygmael ó en Her- miento, y cuando se vean ante los fusiles apuntados,
vé, les obligarán, antes de ser fusilados, á que abran suspendidos entre la vida y la muerte, un oficial les
en el suelo su propia fosa. Si son tan numerosos que dirigirá una arenga grosera y burlesca.
no basta la fusilería para exterminarlos, los alemanes —Mirad por última vez vuestra hermosa patria
emplearán la ametralladora. Después se encontrarán
— grita el oficial entre carcajadas sardónicas. /
sus cadáveres cruzados unos sobre otros, cubiertos Otro oficial, al organizar uno de estos fusilamien-
de sangre coagulada, ó como ocurrió en Elewyt, pues- tos fingidos, dijo á sus prisioneros con la pesada iro-
tos de rodillas y con las manos todavía juntas, yertas nía alemana:
por la muerte, en actitud de súplica.
— Antes de vuestra muerte tengo que daros una gran
Algunas veces, antes de dar la muerte á los rehe- noticia que os gustará mucho. El príncipe de Monaco
nes, verdu-
los ha movilizado su
gos se divierten poderoso ejérci-
con ellos, como to contra nos-
ocurrió en Gel- otros.
rode, donde los Un tercer ofi-
contra la muralla. Es- II tu! nüinmí rrtbfvtquc á<¿ &'!>>*."«. (wi- H< V r B \. *<v > M». -! J t*(kkt "'i' '!ti Kr/tiifeh.^i .• n sus pueblos incendiados,
Hartirwin v(*n K'>.f ¡.-o Etettmiiu w» Mih>c1wq nun
taba tan furioso que KM el ñe4ii:tsrr ite Mvnwrh. Kanüaai etnas*m acompañando su liber-
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sonó la descarga del fu- v Sfpm
martirio.
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silamiento. '
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Sc|itembrt Til. nJíáet
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Con frecuencia todo
6 ScpkmWi IM Arotí in,.-t HaDphiuftrti»
Sa ,Mjn-t¿
Los invasores no sa- forudc Naocj, Oci-\
[; Kaptra pmlwr
lort Uc ttmbeuR* *
|HUlauxa(SB|>l
tes rtduvi
,i
-
este círculo de sufri-
cn(Ukj(ii(.Mi ijic ltc't*!ij;LiBi;\'i ironNucy^ci Voo
mientos no es más que
-j'ii
ben qué nuevas injurias le liu de 1 i»rf*iic(;\ n ¿K iiti^i sur la vilk qui *»í
M«ub«ií(:v >n>d i*ci f <.rt> utitl deren ZiAiwlxntíclluna;
prusianos para aumentar cobardemente el total de los Muchos prisioneros fueron arrancados de sus casas
prisioneros de guerra. en pantuflas y mangas de camisa, y al llegar el in-
Porque estos cautivos son considerados como pri- vierno no han tenido con qué calzarse y vestirse.
sioneros de guerra. Hasta ahora era cosa desconocida Llueven los malos tratamientos, los insultos, los gol-
en las naciones civilizadas que los paisanos fuesen pes. Entre los rehenes encorralados en Münster figura
conducidos prisioneros y considerados lo mismo que
combatientes. A todos ellos les inscriben en la espal-
da con letras blancas el lugar de su destino, marcán-
dolos como á un ganado que es conducido al corral.
Uno de estos prisioneros, Mr. F..., libertado á los po-
cos días por su calidad de ciudadano mejicano, ha
descrito la vida de los infelices cautivos en el campo
de Soltau. Seiscientos cincuenta vivían amontonados
en un granero, sin el sitio necesario para acostarse.
Por la mañana los despertaban sus guardianes con
gritos variados, de los cuales el más modesto era el
de cochino, acompañando tales palabras con golpes de
látigo. El látigo intervenía en todas las circunstancias
de esta existencia. El frío, el hambre y la suciedad
más repugnante, reinaban en tal aglomeración. Los
castigos eran frecuentes porque las víctimas no enten-
dían el idioma con que sus carceleros formulaban las
órdenes. Todo el que desobedecía una de éstas ó mos-
traba repugnancia ante el rancho, era atado á un pi-
lar en medio del patio, para infundir de este modo la
sumisión á los otros.
El encierro era tan horrible, y tan grande la deses-
peración de las victimas, que uno de los cautivos se
ahorcó. Otro perdió la razón, siendo conducido al ma-
nicomio de Lunebourg. Los sacerdotes eran insultados FL APAOALUCES
con cierta predilección. «Dos de entre ellos— cuenta (New Yurk Trtbune)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 195
gas vieron sus calles y sus caminos casi borrados por (Washington Rvening Star)
una capa de botellas. Todos los testigos que visitaron
dichos lugares á fines de Agosto y principios de Sep- laron á los habitantes porque huían, y los fusila-
tiembre, mencionan la enorme cantidad de botellas ron igualmente porque se quedaban. Ocultarse resulta
que cubría el suelo por todas partes. Como dice uno un crimen, pues los invasores juzgan que el que se
de ellos, «los oficiales alemanes dejaron que sus tro- oculta es porque ha intentado algo contra ellos. Mos-
pas se dedicasen á la embriaguez colectiva, mientras trarse cuando pasan los alemanes es otro crimen, pues
ellos se emborrachaban individualmente». Sus dormi- creen ver en todo belga un franco-tirador que prepara
torios estaban llenos de vasos y frascos. La mesa del traidoras asechanzas.
consejo de guerra, cuando juzgaban á alguien, apa- Centenares de belgas fueron fusilados sin más de-
recía guarnecida de botellas de champan. La marcha litoque ocultarse en la cueva ó haberse asomado á
de sus regimientos quedaba indicada por los rastros una ventana. En Brusseghem dos jóvenes hermanas
de botellas. «Dar recibieron un ba-
de beber á los lazo por haber-
alemanes — dice se detenido á
otro testigo — es contemplar un
el único medio de incendio. En
que los vecinos Wolverthem un
pacíficos no se pobre viejo, mon-
vean atropella-
tado en una ca-
dos. Los invaso- rreta, que se cru-
res entran á be- zó con un des-
ber hasta en las tacamento ale-
farmacias, apo- mán, fué muerto
derándose de los por los soldados
vinos tónicos.» sinexplicación
La soldadesca alguna. Los cam-
ebria quiso di- pesinos que, ate-
vertirse, y todas rrados por las no-
sus diversiones ticias de la inva-
tuvieron por ba- sión, se oculta-
se el tormento ó LA ORDEN DE LA CRVZ DE HIERRO
ron en los triga-
la muerte. Fusi- (IAft . de Nueva York) ^S, fueron aCO-
196 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
por las calles. Muchas veces su procedimiento fué aun más cruel,
La y las atenciones de algunos belgas las
solicitud pues no se tomaron el trabajo de alejar á los padres
recompensaron muchas veces con la muerte. Después y los maridos. Los ataron á los muebles de la habita-
de haber comido bien en una taberna de Tessender-
loo,para manifestar su agradecimiento al tabernero,
llamado Degeud, lo fusilaron. En Vlamertinghe ase-
sinaron á una mujer mientras ésta les guisaba la
comida. En los pueblos donde no podían hacer daño
por orden de algunos de sus jefes, que eran severos y
mantenían la disciplina, recomendaban á sus compa-
triotas que llegaban después el castigo de los habi-
tantes. En Lubbeek un destacamento alemán se alojó
—
en la posada. «El posadero dice un testigo que llegó
—
con unos amigos poco después nos cuenta que los
prusianos se mostraron tan contentos del modo como
él los trató, que al despedirse todos le estrecharon la
i'ütimo pueblo fueron atados á la boca de loa cañones, Fueron miles y miles los atentados de esta clase
mientras las mujeres eran ultrajadas en medio de sus cometidos por los alemanes en Bélgica. Un relato de-
hijos. Las que intentaban resistirse á la violación tallado acabaría por resultar monótono, pues los mis-
sentían en sus pechos la picadura de las bayonetas. mos horrores se repiten incesantemente.
Al enterarse el general alemán de esta orgía, se limi- Y hay que tener en cuenta que no se sabe toda la
tóá enviar á los infelices cautivos
hacia las líneas belgas. «Podíamos
mataros, pero no os mataremos
— dijo riendo
—
Es mejor que os
.
verdad, ni se sabrá nunca, pues muchas de las vícti- dos por los oficiales con jóvenes de la buena sociedad,
mas de tales atentados procuran tenerlos secretos y en las casas donde se alojaron. Estas señoritas esta-
se han negado á contestar á las preguntas de la Co- ban menos preparadas que las otras jóvenes para de-
misión. «Los hechos más criminales de esta clase fenderse. También han quedado en el secreto muchos
— —
dice un autor belga son los que han sido cometi- de los atentados de que fueron víctimas las religiosas
en sus conventos. Las mujeres atro-
pelladas oponen una desesperada
discreción á todas las averiguacio-
nes, y nunca se conseguirá que ha-
blen.»
o
mente carboni-
zados. Dos han
podido huir de
entre las lla-
mas, y otro, al
querer esca-
par, ha sido fu-
silado en medio
de la calle. Nos
otros hemos
visto los cadá-
veres de la ma-
dre y sus hijos
y hemos asisti-
EL TIEMPO. EL HAMBKE Y EL INVIERNO do á la ejecu-
Los tres estrategas más grandes del mundo ción.»
(Dailij Qraphic) El general
Deruette, ayu-
dante de campo del rey Alberto, vio en Hofstade el
SUIZA ANTE LA GUERRA
cadáver de una vieja atravesado por 10 bayonetazos.
— lEl mundo arde en derredor nuestro! ¡Dios proteja a mi patria!
La vieja tenía en una mano la aguja y el hilo con que
(Xebelspalter, de Zurich)
estaba cosiendo.
En el mismo pueblo una madre busca á su hija Malinas. Como hay que conservarel blanco para
jjue
que ha desaparecido, y la encuentra en los alre- dure la fiesta, la
mujer, llamada Catalina Van Ker-
dedores, pero colgada de un árbol. Un artillero bel- chove, recibe numerosas heridas allí donde no pueden
ga despega del suelo los cadáveres de una mujer causar la muerte. Una bala se le lleva varios dedos
y su hijo, clavados en la tierra con bayonetas. de la mano derecha, otra le rasga una mejilla, etc.
Un doctor de Malinas declaró así ante
la 'omisión: «La esposa... Van Rollegen ha
<
Tomo ii
202 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
En Battize, antes de quemar las casas, los alema- En Lovaina una mujer que acababa igualmente
nes encierran en ellas á las mujeres. En Barcnon una de dar á luz, fué muerta de un balazo en la cabeza
mujer llamada Lieutenant, con sus dos hijos, uno de mientras que su marido la transportaba en brazos.
cinco años y otro de sólo algunos meses, es encerrada Loco de terror y con el deseo de salvar á sus hijos, el
en una casa que arde, y los tres seres perecen carbo- infeliz dejó el cadáver en el suelo para correr, arras-
sobre un montón de estiércol y la matan tranquila- contró á una mujer atada á la rueda de una carreta,
mente. En el mismo pueblo matan á otra mujer, Fer- y que aun estaba viva, pero sin sentido. La infeliz no
nanda Legrand, que huía conservaba sobre su cuer-
llevando en los brazos á po ninguna ropa, y pre-
un hijo de pocos meses, el sentaba señales de haber
cual también fué muerto. sido horriblemente bruta-
El prelado Monseñor lizada.
Cartón de Wiart, herma- Los rehenes escogidos
no del ministro de Justi- por los alemanes en Lo-
cia de Bélgica, declara vaina fueron obligados á
así: «Cuando los alemanes dar varias vueltas alrede-
entraron en Hastiere, una dor de la ciudad mientras
mujer estaba sentada con ésta ardía. Algunos de los
sus dos hijos en el borde rehenes, que eran vecinos
del camino. Sin que nada de gran posición social,
justificase el atentado, los pudieron contar al verse
invasores le infirieron cin- libres los horrores que ha-
co heridas: dos tiros de re- bían presenciado. «Me
vólver y tres bayoneta- acuerdo especialmente
zos, atravesándole uno de
—dice uno de ellos de —
éstos el seno derecho. Du- haber visto el cadáver de
rante seis horas permane- una mujer joven, casi des-
ció abandonada y cubier- nuda con los cabellos que-
,
que habían contraído matrimonio ocho días antes, y de ellas hubiesen preferido morir. En Retinne un ma-
estaban atados á un árbol. En Alost los soldados ale- rido es fusilado delante de su mujer, y luego los ale-
manes incendiaron la casa de Frauz Dewit, cuya manes obligan á ésta á que salte varias veces so-
mujer había dado á luz pocas horas antes. bre el cuerpo ensangrentado. En una casa cerca de
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 203
nacimiento, y Luis Hendrix, de 80 años, ciego y casi «He visto en este mismo pueblo — declara el gene-
paralítico. Estos prisioneros, como es natural, no po- ral Deruette — cadáver de un niño que había sido
el
dían seguir el paso de la tropa. Cerca del castillo de muerto en el momento que imploraba misericordia.
Wilder los alemanes los colocaron fuera de las filas, Esto se adivinaba por la posición de su cuerpo.»
á 30 metros en pleno campo. Sin dar explicaciones, —
«He visto en Hallembaye escribe en su informe
dos soldados y un oficial se acercan á ellos. El oficial —
un ingeniero del Estado cinco infelices campesinos
grita: «¡Fuego!» Los dos caen muertos y los alemanes prisioneros, cubiertos de heridas y con las manos ata,-
continún su marcha sin volver la cabeza.» das, que los alemanes empujaban á golpes hacia un
Los niños no fueron más respetados que las muje- grupo de oficiales. He visto también á un castorcillo
res y los ancianos. de 13 años con las mejillas atravesadas poi un bayo-
—¿Cuál es el camino de Gante'? — pregunta el jefe netazo y los dos brazos chorreando sangre.»
de una patrulla á un niño del pueblo de Ternath. En Roselies figuraron entre los heridos un mucha-
El pequeño ignora el alemán. cho de 13 años y una muchacha de 11. El 26 de Agos-
—No comprendo — contesta en flamenco. to un niño de 9 años intenta seguir á un grupo de
Para castigar esta ignorancia que consideran un mujeres expulsadas por los alemanes del pueblo de
insulto, los alemanes le cortan las dos manos y el Campenhout. Los soldados lo hieren de un balazo en
niño sucumbe por la pérdida de sangre. una pierna. Una muchacha de 15 años huye de Mali-
El 27 de Agosto, en Werchter, el cónsul de Bélgi- nas hacia Lovaina, y los alemanes la matan en el ca-
ca en Uganda vio flotar bajo un puente el cadáver mino. Un hijo de Mr. Cailleaux, vecino de Montígny,
de una joven de 12 años. En la noche del 25 al 26, el recibe en el pecho un balazo de un alemán, mientras
conde de Hemtinne, soldado voluntario del ejército su padre, cerca de él, habla con un oficial.
belga, recogió cerca de Malinas el cadáver de un El 8 de Septiembre, en las primeras horas de la
muchacho de 13 años, atravesado por numerosos mañana, un granjero de Cuatrecht es aprehendido con
lanzazos. En Hofstade otro muchacho de no más sus dos hijos. Los alemanes lo atan á un árbol frente
edad fué encontrado muerto, con las manos atadas á su casa y matan en su presencia á los dos jóvenes.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 205
Uno de éstos muere inmediatamente; el otro queda adolescentes, son asesinados por los alemanes. Des-
mal herido, y los invasores lo arrojan en el interior de pués de cometido el crimen desnudan los cadáveres y
la granja, á la que acaban de prender fuego. colocan al hermano sobre la hermana en una posición
En Pin, cerca de Izel, dos muchachos inmóviles á indecente é indescriptible, que supone una monstruo-
un lado del camino miran cómo llegan los huíanos. sidad teniendo en cuenta el parentesco de las victi-
Estos los aprisionan al pasar, les atan los brazos y los mas. Los verdugos ríen celebrando esta broma repug-
obligan á correr entre sus caballos, que emprenden el
—
nante. ¡Y muchos de estos soldados según decía con
galope. Sus cadáveres fueron encontrados horas des- orgullo uno de sus generales
—
eran en su país padres
pués en un foso. Tenían las rodillas descarnadas con de familia!...
el hueso al aire. Los dos habian recibido un balazo en En Ans ocurrió uno de los mayores crímenes de
UN SOLDADO BELGA ENTRE LAS RUINAS DB UNA GRANJA DISPARANDO SU AMETRALLADORA (Fot. Rol)
la cabeza. Uno de ellos tenía además el cuello corta- la invasión, que provocó grandes indignaciones en
do y pecho abierto. En el
el camino de Lovaina á Ma- todo el mundo. Un niño de G años jugaba en medio
linas,un muchacho que los alemanes llevan prisio- de la calle con unfusil de madera, imitando los ges-
nero no marcha con la prisa que éstos desean y reci- tos de los soldados. Inocentemente apuntaba á los
be numerosos golpes. Desesperado se arroja en un transeúntes, balbuceando: «¡Alto!» «¡Fuego!» Pasó
canal, y cuando su cabeza vuelve á aparecer en la un grupo de alemanes, y un soldado contestó á las
superficie, los prusianos se divierten tirando contra voces del niño echándose el fusil á la cara y dispa-
ella, como si fuese un blanco flotante. En Schaffen rando á menos de dos metros. El niño cayó muerto
un adolescente fué atado á unas persianas que ha- instantáneamente. El alemán también había querido
bían sido rociadas de petróleo y quemado vivo. En jugar.
Rethy y en Testelt dos muchachas de menos de 12 El testigo belga Ollevier declara así: «Los alema-
años fueron asesinadas. En Wacherzeel un pobre nes me tomaron á mi niño el menor. En la noche de
muchacho es desnudado hasta la cintura por los ale- nuestro primer día de cautividad, tres oficiales vinie-
manes, y éstos se divierten arrojando bayonetas con- ron á llevárselo. Lo tuvieron con ellos dos horas.
tra su débil torso, infligiéndole el martirio de San Luego me lo devolvieron diciendo que «ya tenía un
cigarro. Estos oficiales llevaban el número del regi- que manda una patrulla, expulsa á los alemanes del
miento 59.° Su edad era de 35 á 40 años. Se llevaron pueblo de Zillebeke. Cuando registran las casas en-
al niño al bosque. Todos ellos estaban borrachos. Mi cuentran á un soldado alemán que duerme profunda-
niño tiene tres años»... El balbuceo de este padre re- —
mente. «Al examinar su mochila dice el sargento-
presenta un inmenso dolor. hemos encontrado la mano de un niño como de dos á
Los invasores, para aterrar al pueblo belga, se en- tres años. Esta mano había sido cortada un poco más
sañaron hasta en los niños de más corta edad. El 18 arriba de la muñeca. Enfurecidos hemos preguntado
de Agosto fueron recogidos en Testelt los restos de un al alemán: «¿Eres tú quien ha hecho esto?» Y como al
niño de dos años, llamado Deneef, muerto de un ba- fin ha tenido que confesar su crimen lo hemos fusila-
cuando al llegar á la capilla de San Roque sonaron nesa de X... se ve retenida en una casa, mientras que
junto á ella varios disparos. Dos niños, Juan y Flo- al otro lado de la plaza arde y se derrumba su vivien-
rentina, de 10 y 6 años respectivamente, quedaron da, donde ha dejado á sus hijos. Libre al fin, corre las
muertos en El cerebro del mayor fué proyec-
el acto. calles del pueblo hasta encontrar á sus cuatro peque-
tado á por las balas, asi como su gorra. El
lo lejos ños que en compañía de una doméstica se han refu-
conductor huyó despavorido con la carreta que conte- giado en el atrio de un monumento público y contem-
nia los cadáveres. Cuando llegó al lugar del suceso el plan temblando las llamas. La señora los estrecha en
segundo vehículo, en el que iba la madre, ésta vio á un abrazo común, y luego, á través de las ruinas y
los alemanes que pateaban la gorra y los restos del los incendios, huye hacia el campo llevando á los
con una cólera bárbara ciudades que eran verdaderos sobre la masa de fieles, separando brutalmente á las
museos. Ya hemos descrito lo ocurrido en Aerschot y mujeres de los hombres. Cincuenta hombres fueron
en Lovaina. Otras poblaciones sufrieron igual suerte. fusilados y las mujeres quedaron encerradas en el
Dinant, Andenne, Termonde y Tamines fueron igual- convento. Varios destacamentos alemanes se espar-
mente ciudades mártires. cieron por las calles llamando á las puertas y matan-
Más adelante relataremos los combates sostenidos do á los que las abrian. Centenares de mujeres y de
por franceses y belgas contra los alemanes en el Sur niños fueron amontonados en los conventos y en la
de Bélgica. Como en esta parte de la obra nos limi- prisión de la ciudad.
tamos de las atrocidades cometidas por los
al relato Las mujeres del arrabal quedaron encerradas du-
invasores del país belga, prescindiremos de las ope- rante varios días en la Abadía de Leffe, y los soldados
raciones de guerra que facilitaron la entrada de los acudieron á este punto como un lugar de placeres
alemanes en nuevas poblaciones. para cometer los excesos más odiosos. El primer día
Varios días antes de la batalla que sostuvieron los se negaron á alimentar á las prisioneras, el segundo
franceses en Dinant contra el avance alemán, y que les dieron un poco de pan negro, y el tercero permitie-
relataremos oportunamente, una columna alemana ron á algunas de ellas que arrancasen verduras del
entró el 21 de Agosto en esta pequeña ciudad del. Sur jardín de los frailes.
ESCENAS DE LA IN
tacta. Entró en ella seguida de sus seis niños, y lo pri- casas que componían Dinant y sus arrabales, sólo
mero que encontró en el vestíbulo fué el cadáver de unas 200 se mantenían intactas. En los alrededores
su marido, que había sido muerto cuatro días antes. de una iglesia, cuyos escombros estaban manchados
Ayudada por sus pequeños, enterró el cadáver en el de sangre, aparecían tendidos 120 hombres muertos
fondo del jardín. El infeliz había pasado la última se- con ametralladora. Un poco más allá habían sido fu-
silados 84 hombres. Para que no se salvase ninguno,
los alemanes habían fusilado este amontonamiento de
víctimas por tres lados á la vez. Una niña de tres
años fué encontrada viva sobre uno de los montones
de cadáveres.
En una fábrica de hilados, los obreros y obreras
permanecieron ocultos muchas horas en las cuevas
del edificio. El director de la fábrica era el señor
Himmer, cónsul de la República Argentina. Los obre-
ros salieron del establecimiento llevando al frente
una bandera blanca con objeto de inspirar piedad al
invasor. Además, el cónsul Himmer había izado la
bandera argentina para evitar un atropello. Los ale-
manes hicieron prisioneros á los obreros y arranca-
ron la bandera atrepellando al cónsul. Setenta obre-
ros fueron fusilados inmediatamente sobre el terreno.
El cónsul Himmer, á pesar de sus protestas y de ha-
cer valer su calidad de representante de la República
Argentina, fué fusilado igualmente. Un grupo de mu-
jeres que quedó encorralado enun camino junto á la
roca cortada verticalmente, sucumbió bajo el fuego
de las ametralladoras.
(JUITANDOSE LA CARETA El director de la sucursal del Banco Nacional en
(The Oraphie, do Londres) Dinant, Mr. Javier Wasseige, se negó á revelar el
Tomo ii
16
210 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
secreto de la tes, sólo diez y
caja de cauda- seis hombres
les del estable- se libraron de
rro vuestro.
Los incautos que se dejaron en-
gañar por esta estratagema salien-
do á la calle, fueron muertos inme-
diatamente. A las cinco de la ma-
ñana la tropa penetró en las casas,
guño en una mano, el cuarto tenía una contracción bían perecido 320 vecinos, la mayor parte bajo la ba-
en el rostro. Como se ve, su culpabilidad no podía ser yoneta ó el hacha, y 300 casas estaban quemadas, los
más evidente. Los cuatro fueron fusilados en la plaza. supervivientes tuvieron que sufrir el tormento de
Después los prisioneros quedaron dividi-
dos arbitrariamente en varias columnas.
Una de éstas fué dirigida á las orillas del
Mosa, y junto á los muros del matadero
cayeron fusilados sus individuos, diez por
diez, metódicamente, con un orden escru-
puloso que hizo honor á la disciplina ale-
mana. Los otros prisioneros fueron guar-
dados como rehenes en unas casas de la
plaza. Desde su encierro pudieron oir có-
mo los oficiales
alemanes, completamente
ebrios, tocaban el piano y bailaban en los
salones saqueados, mientras sonaban las
descargas de fusilería y lanzaban las mu-
jeres alaridos de terror.
Mientras tanto, Schoenman había he-
cho depositar en medio de la plaza á dos
belgas moribundos que, con el rostro hun-
dido en el polvo, sufrían las convulsiones
Bélqica:— ¡Socorro, compañeros, socorro!
de la agonía. El jefe alemán, después de
Los socialistas €neutrales y conscientes»: — ¡Ánimo, mucho ánimo! Nos-
aterrar á las mujeres con este espectácu- otros vamos á redactar un orden del día contra el imperialismo alemín.
tomar parte en un banquete público, que fué titulado vida á todo el que estuviese herido, con la condición
por los alemanes el perdón de Andenne. Este banque- de que se levantase inmediatamente. Apenas se pu-
te fué organizado en la plaza por los oficiales alema- sieron en pie, chorreando sangre de sus compañeros,
nes. Las autoridades belgas y los vecinos que habían los que habían creído en esta feroz estratagema, reci-
logrado conservar la vida, tuvieron que asistir á la bieron una segunda descarga. Para que no quedase
fiesta. En medio de los escombros todavía humeantes, uno solo con vida, los alemanes hicieron funcionar
las viudas, los huérfanos y los aterrados burgueses se sus ametralladoras contra el montón humano. Al final
vieron forzados los soldados se
á dar vivas al arrojaron sobre
emperador y estamasadecar-
cantar himnos ne sanguinolen-
de reconcilia- ta, atravesando
ción para salvar á bayonetazos
su vida. Des- muertos y heri-
pués del tormen- dos, aplastando
to de los cuer- los cadáveres
pos, los invaso- con los zapatos
res organizaron y las culatas.
el suplicio de las No terminó
almas. con esto el tor-
En Tamines, mento de la in-
población obre- feliz población.
ra, los alemanes Al día siguiente,
se vengaron acu- 23 de Agosto,
chillando á los otro grupo de
trabajadores de 200 prisioneros
las fábricas de fué conducido á
las pérdidas san- la plaza para
grientas que les dar sepultura á
había infligido los muertos. Los
un regimiento aterrados cauti-
francés. Duran- vos se estreme-
te todo el22 de cieron de horror
Agosto, los ha- ante «un montón
bitantes encon- de cadáveres de
trados en las ca- cuarenta metros
lles, hombres, de largo, seis
mujeres y niños, metros de ancho
fueron conduci- y un metro de
dos á la iglesia altura». Uno de
parroquial. Alas los testigos, des-
seis de la tarde pués de descri-
losalemanes hi- LOS BELGAS bir este amonto-
cieron en esta — ¡Paciencia! Va te devolveremos la visita. namiento de ca-
masa una sinies- (Dibujo de Ricardo Flores, eu Boches, publicación de París) dáveres, dice
tra selección, y así: «Tuvimos
todos los hombres fueron conducidos en grupo a las que abrir enormes fosas, arrojando en ellas los restos
cercanías del puente sobre el Sambre. ensangrentados. Muchos padres han enterrado el ca-
Eran más de 500: el más joven de 13 años y el dáver de su hijo, y muchos hijos el cadáver de su
más viejo de 85.
Ninguno de ellos había tomado las padre. Las mujeres fueron conducidas por los alema-
armas. Todos eran pobres obreros, de manos callosas, nes á la plaza para que viesen el trágico espectáculo.
que habían asistido con silenciosa estupefacción á las Cerca de ellas los oficiales bromeaban y bebían cham-
primeras operaciones de la guerra. pan. Uno de los fusilados que aun no había muerto
A las siete de la tarde un oficial hizo ante ellos levantó los brazos. Los enterradores, al ver esto, du-
una breve lectura que nadie entendió. Era la senten- dan y se detienen ante el cuerpo que aun vive. «¡En-
cia de muerte. Inmediatamente empezaron las des- terradlo como á los otros!», ordena un oficial alemán.
cargas. Cuando la enorme masa humana quedó tendi- Y obedeciendo esta orden repetida con impaciencia, el
da en el suelo, un oficial gritó que se concedería la moribundo desaparece en la tierra.»
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 213
f-
z
ÜJ
214 VICENTE BLASCO 1BAÑEZ
Una vez ter- sos. Fuera de ella los arrabales populares de Saint-
minado este < Hilesy Lebbeke desbordaban de fabricaciones prós-
trabajo, los ale- peras. La aglomeración total de los tres municipios
manes dejaron representaba 26.000 habitantes.
con vida á los Después de ocupar Bruselas, el enemigo hizo al-
%Á^ feld,
rigió
ayudado por su digno acólito el mayor Von
Fortsner
este
—
nombre predestinado á la vergüenza
incendio con un método
di-
verdaderamente
alemán. El hospital fué rociado de petróleo con man-
— ,
tregaron á las ejecuciones en masa. El número de las atrocidades de los invasores. Más adelante habla-
fusilados en el Lexemburgo ascendió á 1.000. remos de loscombates que se desarrollaron en sus
En Arlon fueron pasadas por las armas 111 per- alrededores y en los de Dinant entre alemanes y
sonas. franceses. Ahora hemos de mencionar únicamente la
Los casos de violación de mujeres por los soldados conducta de los invasores al entrar en dicha ciudad.
ebrios fueron muy numerosos. Según los informes de El 21 de Agosto los alemanes bombardearon á
la Comisión belga, en una población del Luxemburgo Namur sin la advertencia preliminar que exigen las
una mujer fué violada por doce soldados que habían leyes de guerra. El bombardeo empezó á la una de la
matado antes al marido. «Los hechos de este género tarde, durando unos veinte minutos. El sitiador dis-
— —
dice la Comisión no son conocidos en toda su exac- ponía de piezas de largo alcance, que le permitieron
titud porque las familias procuran disimularlos, y los dirigir sus fuegos sobre la ciudad antes de que los
informadores de la Comisión tienen que respetar este fuertes fuesen tomados. Numerosos proyectiles caye-
sentimiento.» ron sobre la prisión, casa del burgo-
el hospital, la
En ninguna de dichas poblaciones intentó el ve- maestre y la estación del ferrocarril, provocando in-
cindario la menor resistencia, pero los alemanes es- cendios y causando numerosas víctimas. El 23 de
taban furiosos por las bajas que les hacían sufrir las Agosto el ejército alemán forzó la línea de defensas
a
patrullas francesas, vengándose de tales pérdidas en exteriores, y la 4. división belga se retiró de la ciu-
los habitantes indefensos. La embriaguez de los sol- dad, mientras que muchos de los fuertes, todavía in-
dados, el placer sádico de infligir tormentos y la có- tactos, continuaban la resistencia.
lera provocada por la resistencia de Bélgica, fueron Las tropas alemanas entraron en Namur á las
las verdaderas causas de las órdenes de destrucción cuatro de la tarde. Todo ocurrió en este día con cierto
dadas sistemáticamente por las autoridades ale- orden. Oficiales y soldados se dedicaron á requisar
manas. comestibles y bebidas, pagándolos unas veces con di-
D
nero y otras con bonos que en su mayor parte eran
La histórica ciudad de Namur presenció también falsos y de una redacción fantástica, pero que el ve-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 217
cindario, ignorante de la lengua alemana, aceptó sin sus mejores edificios. El Hotel de Ville quedó destruí-
dificultad. do, con sus archivos y sus cuadros famosos, así como
Esta calma duró hasta el dia siguiente, 2i de todos los edificios cercanos y gran parte del barrio.
Agosto, á las nueve de la noche. Los alemanes pare- Los alemanes no intentaron sofocar el incendio.
cían descontentos en Namur, como en otras poblacio- Al iniciarse éste, muchos ciudadanos quisieron acu-
nes, de que la ocupación se realizase con cierto orden. dir á la plaza, pero los alemanes les prohibieron que
A dicha hora sonaron disparos en diversos puntos de saliesen de sus viviendas. El jefe de los bomberos
la ciudad y los soldados se lanzaron á la calle, ma- llegó hasta el lugar del siniestro á través de las balas
tando á todos los que encontraban y gritando que los que silbaban en las calles. Un oficial lo arrestó por
habían atacado. Al mismo tiempo una inmensa co- orden superior, enviándolo á su casa con una escolta.
lumna de llamas y humo se elevó en el centro de Como de costumbre, los alemanes pretendieron jus-
Namur. Los alemanes habían prendido fuego á la tificar su atentado asegurando que los vecinos habian
plaza de Armas, é inmediatamente se reprodujo el hecho fuego contra ellos. Pero este pretexto fué tan
incendio en diversos puntos de la ciudad. inexacto é inverosímil en Namur como en las otras
El vecindario, pacífico y sin defensa, se sintió en- poblaciones belgas. Las armas de los vecinos estaban
loquecido por el terror. Los alemanes derribaban á recogidas por las autoridades locales. Las tropas bel-
culatazos las puertas de las casas, arrojando mate- gas habían abandonado la ciudad 36 horas antes.
rias inflamables en los vestíbulos. En la calle Rogier ¿Cómo el vecindario iba á cometer la locura, después
seis vecinos que huían del incendio de sus viviendas de esta retirada, de atacar á los alemanes que llena-
fueron asesinados al pasar el umbral. Los demás ve- ban toda la ciudad y tenían sus cañones en las ave-
cinos de la indicada calle, para no sufrir la misma nidas? El incendio y el saqueo de Namur fué un he-
suerte, tuvieron que huir por los jardines, la mayor cho más de la táctica de intimidación, practicada
parte en camisa, sin tiempo para recoger vestidos y constantemente por las tropas invasoras. Hay que
dinero. El incendio y la destrucción continuaron du- hacer constar que los alemanes se fingieron atacados
rante todo el dia siguiente. La plaza de Armas perdió en cinco puntos de Namur, donde precisamente te-
Tomo n S7
VICENTE BLASCO IBAÑEZ
m wmm\
218
Algunos lu-
gares pequeños
de Bélgica fue-
ron objeto de un
ensañamiento
especial por
parte de los in-
pas. Durante los días siguientes pareció restablecer- del carnicero Alfonso Aigret, lo hicieron salir con
se una calma relativa, pero á pesar de ella continuó su mujer y sus hijos, y lo fusilaron á él y á su hijo
el pillaje. En las casas donde estaban alo-
jados los oficiales, todos los muebles que-
daron fracturados. Los guerreros del kai-
ser no se contentaron con el vino y los
comestibles, pues robaron la ropa blanca
y hasta los vestidos de mujer para enviar-
los á, sus familias.
Numerosos testigos certificaron los
atentados de que fueron víctimas las mu
jeres de Namur. Una joven fué violada
por cuatro soldados. Un sargento belga
de gendarmería que estaba herido, tuvo
que presenciar en la madrugada del 26 de
Agosto, sin poder intervenir á causa de
su estado, la violación por dos alemanes
de la hija del propietario del hotel donde
vivía. Muchos vecinos de edad avanzada
cartero Leopoldo Burniaux, su hijo Armando, que se soldados dudaron un momento; después lo repelieron
había ordenado de sacerdote un año antes, y otro bruscamente. En este momento vi á un joven soldado
de sus hijos, fueron asesinados en presencia de la se- — —
alemán lo declaro sinceramente que estaba visible-
ñora Burniaux. Ésta, con su último hijo, profesor en mente emocionado, hasta el punto de que le caían
el colegio de Malonne, se vio arrastrada por los ale- gruesas lágrimas sobre el pecho. Pero procuraba vol-
manes, que la condujeron en un grupo de prisioneros ver la cabeza para no ser visto por el oficial.
hacia las afueras del pueblo. En un jardín cerca del Transcurrieron algunos minutos. Después, ante
camino, los prisioneros vieron el cadáver de una mu- nuestros ojos aterrados y en medio del clamoreo de
jer. Dos niños pe- lasmujeres que gri-
queños lloraban al taban « Matadme
:
¡
<
o.
UJ
222 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
á un vecino, llamado Víctor Cavillot, y antes de que de sus pérdidas aparecerá claramente que la guerra
llegase al lugar del anterior fusila- ha hecho más victimas en la po-
miento tiraron sobre él. Yo vi cómo blación civil que entre los hombres
giraba sobre sus pies antes de caer, llamados á servir al país sobre los
rodando luego el cadáver por una campos de batalla. Bélgica ha vivi-
pendiente del camino.» do en pleno siglo XX todo el horror
La aldea de Surice fué entregada de las antiguas guerras, con el le-
al pillajedurante un día y una no- gendario acompañamiento de ma-
che. De las 131 casas de la pobla- tanzas en masa, orgías sangrientas
ción, solamente 8 escaparon al in- y saqueo é incendio de ciudades
cendio. enteras.
Los demás pueblos de las inme- »Las hazañas de las bandas mer-
diaciones de Namur sufrieron un cenarias del siglo XVII han sido so-
tratamiento semejante. Veintiuna brepasadas por el ejército nacional
aldeas quedaron destruidas. Veinte de un país que persiste en reivin-
pueblos saqueados y más ó menos dicar el primer sitio entre los pue-
incendiados. En la provincia de blos de alta civilización.
Namur, que contaba antes de la »E1 gobierno alemán no puede
guerra con 3G4.000 habitantes, negar la exactitud de los hechos
2.000 personas inofensivas, hom- atestiguados por las ruinas y las
DESPUÉS DEL BOMBARDEO tumbas que cubren nuestro suelo,
bres, mujeres y niños, recibieron la
vidrierooo...!
muerte. —¡El
pero se esfuerza en el intento de
(Le Rlre, de París)
Como dice la Comisión belga, disculpar á sus ejércitos, afirmando
«cuando el reino de Bélgica haya terminado la cuenta que éstos no han hecho más que reprimir, según las
#iL'~h'i,-/i $,k I!
11 '
S
Buscando en las ruinas: — Me hirieron gravemente en la mano de- —Papá, ¿le indemnizarán por el Incendio
—¿Dónde estará nuestra casa? recha... ¿y á ti? de tu casa?
—A mi en la cabeza. —Esprobable; ipero hay que pensaren los
— |D¡choso tú que puedes seguir disparando! belgas, que lo merecen antes que nadie!
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 223
Aquellos para quienes provisionalmente la El corresponsal alemán en París: —Pero desdichado, ¿cómo te atreves á pe-
guerra es la paz.
— El aspecto de la capital es siniestro... Los Cam- dir tres años esta guerra?
que dure
pos Elíseos están desiertos completamente. Nadie se |Porque no puedo alistarme hasta los diez
-
atreve á salir de casa. El horror á los zeppeünes y ocho años, y sólo tengo quince.
aterra á la población, angustiada y temerosa.
leyes de la guerra, los actos de hostilidad de que fue mecerá de emoción — si es que no ha olvidado las no-
ron objeto por parte de la pobla- ciones de justicia el día en que —
ción belga. Desde el primer día la sepa qué tributo de sangre inocente
Comisión se aplicó á rebuscar todo han impuesto sus ejércitos á nues-
lo que podía dar pretexto á estas tros hijos, nuestras mujeres y nues-
alegaciones, completamente inve- tros conciudadanos sin defensa.
rosímiles para los que conocen á «Además, los jefes del ejército
nuestro pueblo. Después de haber alemán se han equivocado, singu-
oído á centenares de testigos, lo larmente querer impresionar con
al
mismo belgas que extranjeros, y el argumento de los franco-tirado-
agotado todos los medios de inves- res el veredicto del mundo civili-
tigación, afirmamos una vez más zado. Parecen ignorar que la re-
gar los escrúpulos del pueblo alemán, que se estre Algunos de los atentados cometidos en Bélgica por
la invasión alemana fueron obra de la indisciplina y Los hombres de alguna sensibilidad y honrados
de la embriaguez. Hay que reconocer que en deter- sentimientos, que existen en todos los países, y forzo-
minadas ocasiones intervino alguno que otro oficial samente debian figurar también en las filas del ejér-
para restablecer el orden y castigar los atentados.
Pero generalmente, los pillajes, los incendios, las
matanzas, los crímenes de toda clase que desolaron á
Bélgica, fueron el resultado de las órdenes dadas por
las autoridades alemanas, los efectos de un sistema
cito alemán, encontraron una excusa para disimular ma excusa los contados alemanes que sentían la ne-
y justificar sus atentados. cesidad de acallar su conciencia. Esta excusa fácil la
*¡Qué hacer!... ¡Es la guerra!», dijeron como supre- tuvieron siempre pronta al iniciar todos sus crímenes.
En Melle una pobre señora belga se puso de rodillas
ante un alemán que se disponía á incendiar una casa.
— No la
queméis imploró
— —
Hay dentro de
. ella
muchos niños: los míos y siete sobrinos.
El incendiario empujó á la suplicante y prendió
fuego al edificio, diciendo: <Esla guerra.* Al quemar
una población, los invasores explicaban á los fugiti-
vos la necesidad de este crimen, repitiendo: *Es la
guerra.->Después de un fusilamiento, cuando lloraban
locas de dolor las viudas y las hijas, estos padres de
familia alemanes cubiertos con el casco puntiagudo,
intentaban consolarlas diciendo: *Aei es la guerra*,
como siestas palabras pudieran excusarlo todo.
—
«Ante los ojos de estos hombres dice un autor
belga
— ,
educados deliberadamente para el crimen, la
guerra es un estado de cosas en el que la moral ordi-
naria queda reemplazada por otra moral: es una
deformación de la conciencia, una deificación de la
fuerza. Todo lo que antes de la guerra era respetable,
hermoso ya no subsiste. El sentimiento des-
ó noble,
aparece, honor
el cesa de vivir, la piedad es desco-
nocida, la justicia no es otra cosa que lo arbitrario.
Un jefe alemán dirá elegantemente mientras limpia
su sable manchado con la sangre de un niño: 1.a •
ción filosófica ticiade que los belgas habían tirado sobre los alema-
de su crueldad, nes,hubo un vecino del pueblo bastante valeroso para
formula esta reclamar antes de la matanza ó del incendio, y un
misma declara- teniente de las tropas invasoras bastante honrado
ción aprendida para ordenar la autopsia del caballo ó del soldado
de memoria en muerto que exigían venganza, se encontró en el cadá-
mal francés, ver del hombre ó del animal una bala de Maüser ale-
con lo que que- mán...» Pero en la mayor parte de los atentados no
da libre de to- hubo como motivo inicial ni caballo ni alemán muer-
do escrúpulo y tos. Los invasores agredieron porque sí, por su ins-
sieron los ale- Las palabras «han tirado contra nosotros» fueron
manes para el preludio de todos los asesinatos y sirvieron de con-
justificar sus clusión á todas las matanzas. Cerca de Lovaina los
crímenes. Na- soldados fusilaron á un viejo que figuraba entre los
die logró ver rehenes, afirmando que había tirado contra ellos. Al
nunca un grupo examinar el cadáver, resultó que el terrible franco-
de estos franco- tirador ¡estaba ciego! El cura de Hainaut se vio inter-
tiradores. «Ca- pelado furiosamente por un oficial alemán que grita-
"a VeZ (
l Ue a * ba: «Los civiles han tirado.»
-¿«La Marsellesa» ó el «Himno del Rhin»?
do por los mismos cuyo auxilio imploraba, bajo la acu- mente aClldíe- todos los esfuerzos. r ur ¡ UJ
228 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
ron otros soldados, que tomaron por asalto el edificio, trucción. Una columna, al atravesar Viesville, pueblo
matando á casi todos sus habitantes. situado á 15 kilómetros de Monceau, declaró que los
El ansia de venganza vino á unirse á la satisfac- vecinos habían tirado contra ella, y que iban á pro-
ción de otros criminales deseos. Los éxitos de los sol- ceder al incendio y al fusilamiento. Pero al enterarse
dados belgas los pagaron con su martirio los campe- los oficiales de que estaban en Viesville no pasaron
sinos. Los carabineros ciclistas de Bélgica eran objeto adelante en sus propósitos, diciendo que habían creí-
del odio y la alemanes por su
preocupación de los do entrar en Monceau, y que era á este pueblo al que
movilidad y su audacia. Estos soldados que atacaban deseaban castigar.
y desaparecían para volver á mostrarse donde menos Según las declaraciones de respetables testigos,
los alemanes fingieron en varias poblaciones, con la
loesperaba el enemigo, infligieron grandes pérdidas
á las tropas invasoras. Los alemanes los apodaban habilidad de un director de escena, el ataque de los
Schwartze Teufels, «los diablos negros». No pudien- vecinos. Algunos soldados fueron sorprendidos en
do acabar con ellos, fingieron ignorar su existencia casas y jardines disparando contra sus camaradas,
como soldados de un ejército regular, atribuyendo sus para hacer creer en la existencia de franco-tiradores.
ataques afortunados á las bandas de franco-tiradores En Lovaina algunos oficiales alemanes, agradecidos
y haciendo responsables de ellos á los habitantes del al buen trato que les había dado Mr. David en su
país. hermoso hotel de la calle de la Estación, le entrega-
Algunas poblaciones estaban destinadas por ade- ron un certificado para que nadie lo molestase. Va-
lantado á la destrucción, y los invasores, al entrar en rios soldados, furiosos al ver que se les escapaba una
sus calles, sabían que no transcurriría mucho tiempo fructuosa ocasión de pillaje, colocaron ante la casa
antes de proceder á su saqueo é incendio. Para eje- el cadáver de un húsar, yerto y frío, que habían en-
cutar el proyecto madurado desde días antes por los contrado en el campo del combate de Herent. Los
jefes, se valían del pretexto del franco-tirador miste- alemanes se fueron agrupando ante el cadáver de
rioso que había disparado sin que nadie lo viese. esta victima, y un teniente gritó: «He aquí un hombre
Ciertas destrucciones de pueblos fueron anunciadas que acaba de ser muerto con ametralladora desde las
por alemanes demasiado habladores ó que sentían ventanas de esta casa.» La soldadesca no necesitó
conmiseración, mucho antes de que surgiese el pre- más para echar las puertas abajo y saquear la lujosa
texto que había de servir de justificación á la tra- vivienda. Mientras unos robaban, otros se apoderaron
gedia. de Mr. David, fusilándolo.
En sus diversos alojamientos, antes de llegar á Un testigo de Lovaina, prisionero de los alemanes,
Dinant, á Andenne y á otras poblaciones belgas, va- cuenta cómo los soldados que guardaban á los rehenes
rios oficiales v soldados anunciaron su futura des- en el bulevar de Diest, organizaron una de estas far-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 229
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230 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
guerra.
Su misión gloriosa
fué dirigir estas opera-
ciones. En presencia
suya, y obedeciendo
sus órdenes, los civiles
formaron rebaño para
marchar delante de las
Armonía, en Aerschot, cuando vi á un soldado con un ventanas á culatazos. Otros venían á continuación
objeto en la mano semejante á una lanza. Un olor
de armados de hachas para terminar y perfeccionar el
nafta se esparció inmediatamente, y á los pocos se- trabajo. Por las aberturas practicadas, un tercer grupo
gundos la casa se cubría de llamas.» «He visto dice
— proyectaba un líquido inflamable, arrojando después
un tercero — cómo los alemanes, antes de incendiar, maderas encendidas. La casa ardía inmediatamente...
esparcían un líquido de fuerte hedor valiéndose de un Se ha dicho que bastaba dejar las puertas abiertas
instrumento que tenía la forma de un bastón.» para librarse de la furia alemana. No es cierto. En
Todos hombres parecen ejercitados en el in-
los muchas casas donde las puertas estaban abiertas, el
cendio, pero sin embargo hay en cada regimiento fuego estalló en el piso primero al mismo tiempo que
una compañía dedicada especialmente á este servicio. en el piso bajo. En lo que concierne á esta destruc-
Un que presenció el incendio de Ceroux-
testigo ción metódica hay que hacer constar que las casas
Mousty, menciona el orden metódico con que se rea- incendiadas fueron siempre las inmediatas á los ca-
lizó éste. «Un cuerpo especial se ocupó del incendio. minos por donde circulaban las columnas alemanas
Mientras unos hombres arrojaban granadas, otros con sus jefes al frente. Pueden citarse muy pocas
derramaban chorros de petróleo ó de bencina valién- casas aisladas que desapareciesen bajo el fuego, lo
dose de bombas.» En Monceau-sur-Sambre, como las que demuestra que los incendios no fueron obra de
calles eran más largas y las casas más numerosas grupos sueltos de soldados, sino de tropas sometidas
que en otros pueblos, los incendiarios se dividieron en á la vigilancia de sus jefes.» En las mochilas de al-
dos grupos. «Unos abrían las casas haciendo saltar gunos alemanes prisioneros se encontraron botellas
las puertas á golpes de hacha ó á culatazos. Los otros de petróleo mezclado con nafta para el incendio de
venían á continuación arrojando en el interior mate- las casas. Cuando las tropas agotaban su provisión de
rias inflamables, pastillas, granadas y petróleo ó líquido inflamable, requisaban el petróleo de los pue-
nafta contenidos en receptáculos especiales.» Otro blos para seguir quemando.
testigo dice así: «Habiendo pasado toda una tarde en «Los invasores se aprovechan muchas veces del
una calle donde se manifestaban particularmente las incendio para hacer un trabajo doble. En Lieja, mien-
crueldades de los alemanes, pude ver su manera de tras arden las casas de una calle, la infantería caza
operar, apreciando personalmente la reglamentación con los fusiles y las ametralladoras á los burgue-
con que proceden en sus devastaciones. Cuando los ses que seven expulsados por las llamas de sus vi-
oficiales habían dado la orden del incendio, los grupos viendas. Esto representa una notable economía de
de soldados encargados de las diversas funciones des- tiempo. El incendio se confunde con la guerra. En
tructivasavanzaban por ambos lados de la calle. Los Averbode el comandante alemán declara á un vecino
primeros tenían el encargo de echar abajo puertas y que no ha venido al pueblo para batirse, sino para in-
LOS ALEMÁN
Wm
ñw_¿L
Dibuio de Arturo Garralt, de «The Illustrated London News.
Los horrors
.
i EN BÉLGICA
de Lovaina
,
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 233
cendiarlo. Algunas veces, por modestia ó por discipli- bajo los otros soldados alemanes no se atrevan á in
na, combatiente se abstiene de su gloriosa
el ejército tervenir, y que cuando los pionniers tuvieron que
función incendiaria. Es que las fuerzas de ingenieros, abandonar su trabajo para ir á hacer saltar las i
los terribles pionniers, no se hallan lejos.» Estos son ciones férreas, las tropas de ocupación esperasen su
los encargados de los incendios impecables en las regreso para poder continuar y terminar un trabajo
grandes poblaciones. Su material es más completo, tan bien comenzado.»
más nuevo y homogéneo que el de las otras tropas. Los terribles pionniers nunca trabajaron al azar.
El prestigio profesional de los pionniers en materia Quemaron correctamente lo que les había sido desig-
de incendio es tan indiscutible, que delante de ellos nado, y respetaron lo que estaba bajo la protección
los otros alemanes se retiran modestamente. A una de sus jefes. En medio de una ciudad incendiada su-
mujer de Termonde que pedia á un oficial que salvase pieron dejar intactas las casas pertenecientes á los
su casa, le contestó éste: «Lo siento mucho, señora, alemanes ó á los amigos de Alemania. De este modo,
pero el incendio no es de mi competencia. Esto co- en Lovaina todas las propiedades del duque de Arem-
rresponde á los que acaban de entrar, y ante ellos me berg quedaron intactas en medio de los escombros.
retiro. »
¡Admirable división del trabajo, última pala- Los habitantes de Lovaina creían que este duque era
bra de la industria guerrera! belga, cuando en realidad era alemán.
Ungeneral belga encargado de examinar técnica-
mente alemanes en Termonde,
las atrocidades de los
dijo así á su gobierno: «Una compañía estaba encar- «Después del ejército de los incendiarios — dice
gada de la destrucción de las casas. Tenía depósitos Nothomb — entra en función el ejército de los ladrones.
centrales de líquidos inflamables, y cada hombre, por- No se trata aquí de ningún cuerpo especial. Todo ale-
tador de un cinturón pneumático, iba y volvía para mán, por el hecho de ser militar, forma parte de la
hacer provisión de líquido y rociar puertas y venta- gran organización del pillaje. El robo estaba prepa-
nas. Otro hombre, con un guante especial untado de rado, y fué ejecutado lo mismo que el incendio: con
fósforo, pasaba ante las casas rociadas, y frotando su frialdad y método y con una disciplina unánime. To-
guante en las puertas y ventanas prendía fuego ins- dos lo lo aprovecharon, soldados, oficia-
ejercitaron y
tantáneamente. De este modo podían incendiar una les, jefesy hasta médicos. ¿No era la recompensa de
calle entera en menos de un cuarto de hora. Para su trabajo? El pillaje es un medio honorable de guerra
activar incendio los hombres arrojaban materias
el para el alemán, y nadie deja de emplearlo. Los inva-
inflamables, de las que guardo una muestra una — sores lo han practicado á fondo, sin perdonar nada y
nueva variedad incendiaria: fumi-algodón comprimi- siempre en medio del mayor orden. En Lovaina, se-
do— Se comprende que en presencia de tan hábil tra-
.
gún dice el relato oficial, «el pillaje empezó el 27 de
TOMO II
234 VICENTE BLASCO IBANEZ
era imposible ejercer sus funciones, pues resultaba
una ironía detener y procesar á un pobre diablo por
el hurto de unos cigarros, cuando el robo estaba or-
Agosto y duró ocho días. Los alemanes, formando Hay que hacer constar que este vecindario había
grupos de seis ú ocho, rompían puertas y ventanas, acogido bien á los invasores, esforzándose por aten-
penetraban en las cuevas para emborracharse bestial- der todos sus
deseos. Así que
mente, saqueaban los muebles, despanzurraban las
se alejaron los
cajas de caudales, robaban el dinero, los cuadros, las
obras de arte, la plata labrada, la ropa blanca, los hombres empe-
vestidos, el vino, las provisiones.» «Los soldados
— zó saqueo de
el
dice un testigo— ,
al mando de un sub-oficial, iban de las viviendas y
mán, que em- Algunas veces los simples soldados tuvieron una
pezó por negar noción más exacta del honor que sus jefes y oficiales.
el hecho. Lue- Los hubo que mostraron cierta vergüenza al proceder
f
go, en vista de como procedieron. Todos sabían que á los ojos de los ofi-
su insistencia ciales los saqueadores no son soldados desobedientes,
y sus pruebas, sino por el contrario, buenos colaboradores de las in-
le permitió que tenciones del Estado Mayor, y por esto todos robaron
visitase los de- creyendo cumplir un deber, y algunas veces contra
pósitos donde su voluntad. Ya hemos mencionado las opiniones de
la sorpresa del 42 estaba amon- algunos soldados expuestas en sus cuadernos de notas.
Un cartel alemán tunado el botín, El soldado Klein escribía así después de su entrada
236 VICENTE BLASCO IBANEZ
en Lovaina: «Esta jornada me inspira un desprecio un castillo cerca de Lieja, agradeció el buen trato de
que no sé cómo describir.» Otro soldado, al entregar sus dueños embalando ante sus ojos todos los trajes
una cantidad de dinero, producto de sus robos, á la elegantes que encontró en los armarios, pertenecien-
superiora de un convento, dijo así: «Tome usted, her- tes á laseñora de la casa y sus hijas.
mana, para sus buenas obras, y no me desprecie. Me «Desde soldado al oficial— dice Nothomb
el del — ,
veo obligado á robar, pero yo no soy un ladrón.» En oficial al príncipe y del príncipe al jefe de ejército,
el incendio y pillaje de los pueblos, procuraban los se nota el mismo sistema, la misma crueldad, el
oficiales que los soldados empezasen sus visitas de las mismo gusto áspero del robo. «No es cierto que ha-
casas por las bodegas. De este modo se acallaban los yamos cometido ninguna crueldad indisciplinada»,
escrúpulos y los hombres mostraban más ardor. dicen los intelectuales alemanes. Es cierto. Pero el
Los altos jefes, que por su elevada situación y su robo y la mentira, la vileza y la brutalidad, el incen-
fortuna parecían hallarse á cubierto de esta crimi- dio y el asesinato, han sido erigidos en método y
nalidad general, incurrieron igualmente en el pillaje. cometidos por orden de los generales del empe-
Muchas veces los soldados robaron por su cuenta, rador.»
a
amontonando el botín con cinismo y tranquilidad.
Los amigos íntimos del kaiser procedieron como los Las proclamas de los jefes alemanes demuestran
simples tenientes, saqueando los castillos en que se que las atrocidades de los invasores obedecían á un
habían instalado, guardando en cajas la plata labra- plan preconcebido del Estado Mayor.
da, los muebles artísticos, las sábanas bordadas, los El 21 de Agosto, en Lovaina, el general en jefe
trajes de baile destinados á sus esposas y amigas, y hizo fijar en las esquinas un bando redactado en ale-
hasta los cromos. El duque de Gronau, después de mán y en francés, en el que declaraba que ordenaría
instalarse pacificamente durante el mes de Agosto la destrucción de todos los pueblos y aldeas donde los
con todo su Estado Mayor en el elegante castillo de civiles tirasen contra las tropas, añadiendo que ya
Villiers Notrc Dame, se llevó tranquilamente 14G cu- estaba probado que en algunos lugares los habitantes
biertos de plata, 230 cucharillas, 3 relojes de oro, habían cometido actos de «la más lúgubre crueldad».
1.600 botellas de vino, numerosos trajes de soiree, Todos los vecinos de Lovaina expertos en el arte
muchas obras de arte y una gran cantidad de ropa tipográfico, vieron que este bando había sido impreso
de niño. Su Alteza Imperial y Real el Príncipe Eitel- en Alemania muchos días antes. Además, el documen-
Fritz, hijo del emperador, luego de vivir ocho días en to llamaba maires á los alcaldes de Bélgica, cuyo
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 237
título es de burgomaestres. Como se ve, los generales tregados como prisioneros de guerra antes de las cua-
llevaban las proclamas en sus bagajes impresas con tro de la tarde delante de la prisión. Los ciudadanos
anterioridad, y en ellas hablaban de franco-tiradores, que no obedezcan serán condenados á trabajos forza-
de recientes agresiones, y sobre todo de represalias, dos á perpetuidad en Alemania. La inspección severa
cosas indispensables para la buena marcha de la in- de las casas empezará á las cuatro. Todo soldado ene-
vasión. migo que se encuentre será inmediatamente fusilado.
El incendio fué para la autoridad alemana el com- «Todas las calles quedarán ocupadas por una guar-
plemento de todo castigo individual. El comandante dia alemana, que tomará diez rehenes en cada calle.
Von Otto fijó el 23 de Agosto en varios municipios Si un atentado se produce en la calle, los rehenes se-
del distrito de Charleroi un bando que establecía lo rán fusilados.»
siguiente:
<
Toda persona que guarde un arma será El 8 de Septiembre el mayor Dieckmann anunció
fusilada v su casa incendiada.» En Ohatelet el co- lo siguiente á la población de 'Jrivegnée:
CICA PARA DESCUBRIR LAS POSICIONES ENEMIGAS (Dibulo Je H. W. Koekkoi-k, cíe «The Illustraled War News.)
mandante Von Maltzahn hizo saber por medio de un «Como rehenes serán colocados en primera fila los
aviso impreso: «Todo habitante que guarde en su do- sacerdotes, los burgomaestres y otros miembros de la
micilio á un herido belga ó francés debe declararlo, administración.
y si no lo hace así se expone á ser ahorcado y su casa »La vida de estos rehenes depende de que la po-
incendiada.» En Charleroi el general en jefe declaró: blación se mantenga tranquila en todas las circuns-
"Toda localidad donde los habitantes tiren contra las tancias.
tropas será quemada á fondo.» «Exijo que todos los civiles que circulan en mi
El 22 de Agosto, después de la matanza de An- circunscripción muestren su respeto á los oficiales
denne, Von Bulow publicó en Lieja, á guisa de ame- alemanes quitándose el sombrero cada vez que los en-
naza, esta abominable confesión: «Es con mi consen- cuentren ó llevándose una mano á la cabeza como
timiento que el general en jefe ha quemado toda la para el saludo militar. En caso de duda, deben salu-
población y 100 personas aproximadamente han sido dar á todo militar alemán, sea oficial ó no lo sea. El
fusiladas.» que se niegue ¡i hacer esto, debe tener en cuenta que
El 25 de Agosto el mismo Bulow hizo fijar en Na- los militares alemanes se harán respetar por todos los
mur la proclama siguiente acerca de los enemigos medios.»
heridos: El teniente general Von Nieber escribió el 27 de
«Los soldados belgas y franceses deben ser en- Agosto al burgomaestre de Wavre exigiendo de esta
238 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
el pago, sin tener consideración, coa nadie. Los ino- bodegas. Proseguimos nuestra marcha hacia Lovai-
centes sufrirán por los culpables." El 23 de Septiembre na. En los alrededores de la estación no hay una casa
esta fórmula atroz fué repetida en una proclama del que no esté destruida. Entramos en la ciudad, que está
general Von Bissing, que también dijo: «Los inocen- ardiendo. Nunca he visto una cosa semejante. Las
tes deben pagar por los culpables.» En Hasselt la casas más hermosas de la calle principal estaban ar-
autoridad militar alemana hizo saber que «en el caso diendo, y el pillaje empezó inmediatamente; sobre
de que los habitantes tirasen contra los soldados, la todo el pillaje del vino, ¡era de ver con qué abun-
y
tercera parte de la población masculina sería pasada dancia! ¡Cada uno dispuso de tantas botellas como
por las armas». pudo llevar!»
El colmo del cinismo corresponde al venerable Otro soldado alemán se expresa así: «Se asombra
mariscal Von uno cuando pasa
der Goltz, go- por un pueblo
bernador gene- que no ha sido in-
ral de Bélgica. cendiado ó cuan-
Este anciano fe- do transcurre un
día sin ver un
roz, en una de
sus proclamas franco-tirador
anunció que cas- fusilado... Por
tigaría sin mise
la noche se sien-
notas encontrados en las mochilas de los prisioneros ó do solamente á Alemania 300 civiles y entre ellos
los muertos esparcen una nueva luz sobre la fisonomía 22 curas.»
del soldado. «Ningún heroísmo en estas confidencias Cuando soldado alemán es un padre de familia,
el
—dice un autor —
ninguna gradación espiritual, nin-
, perteneciente al landsturm, se siente conmovido unos
guna delicadeza de alma. La gran preocupación del momentos por la miseria de los habitantes, pero no
alemán en campaña es comer. Exaltar la causa que tarda en recobrar su guerrera ferocidad recordando
defiende, mencionar rasgos de bravura, buscar el lo
—
que le han contado sus jefes. «Es terrible escribe
darse cuenta de la marcha de la campaña, son cosas —
uno de ellos ver cómo las mujeres y los niños se
que no se le ocurren. La gran cuestión para él es sa- despedían de los que iban á ser fusilados... Pero todas
ber si á mediodía comerá habas ó salchichón, y ano- estas gentes están excitadas por los curas, que les
tar cuidadosamente cómo ha digerido las habas ó el predican en las iglesias que deben tirar contra los
salchichón del día anterior. El beber tiene igualmen- alemanes y matarlos para ganar el cielo.»
te una gran importancia. Para muchos alemanes los Los cuadernos de notas revelan también el estado
hechos de guerra más salientes consisten en borra- de ánimo de estos militares, que son de indiscutible
cheras. Los días más hermosos son aquellos en que bravura cuando marchan en apretado rebaño con el
han bebido mejor. En medio de las ruinas y de los revólver de los oficiales á su espalda, pero que pier-
muertos sólo piensan en la bebida. «Como tenía un den la serenidad cuando no combaten en masa y se
— —
poco de reposo dice uno de ellos lo he aprovechado
—
ven solos. «Es algo peligroso confiesa uno de ellos
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 239
—
en su cuaderno de memorias encontrarse de guardia Se cree religioso, pero es capaz de cometer ante un
en plena noche en un país enemigo. ¡Sentí cierta im- signo imperativo de su jefe todos los sacrilegios. Es
presión cuando la luna se ocultó y comenzó á soplar casto, pero no en el curso de la campaña. Se cree
el viento.» El oficial participa muchas veces de esta sentimental, pero al mismo tiempo es feroz.»
— —
impresión llamémosla así de que habla el soldado. El diario de Frantz Schmiedt del 1.° batallón de
— —
«Nuestro capitán dice otro es excesivamente pru- infantería del landsturm, es un documento que retra-
dente, pues va á todas partes bajo la protección de ta la mentalidad complicada y divergente de uno de es-
dos camilleros armados de revólveres y carabinas y tos guerreros alemanes. Frantz Schmiedt, que fué muer-
busca siempre para dormir un lugar solitario é igno- to en un combate —
placa de identidad número 201 — ,
rado.» Así vivieron durante la invasión muchos ma- era un padre de familia, un cristiano y un guerrero.
tadores de mujeres y niños. He aquí algunos extractos de su diario de guerra:
Algunos soldados de mayor instrucción pretenden
hacer poesía en sus cuadernos de notas, extasiándose 26 de Agosto. — Me lavo los pies.
ante la belleza de los castillos y templos que van in- 29 de Agosto. — Llegamos áTirlemont y otros pue-
cendiando. A es- blos donde ha
tas manifesta- habido comba-
ciones poéticas tes. Casas incen-
se unen de pron- diadas.
to los más grose- Después llega-
ros deseos. Uno mos auna peque-
de ellos habla de ña ciudad que se
la arquitectura llama Lovaina.
ojival, y se ex- Todas las casas
tasía estética- estánquemadas.
mente ante la La ciudad ha si-
adorable iglesia do incendiada
de Diest. «He porque los ingle-
entrado en la ca- ses (1) y los bel-
tedral de Diest. gas han tirado
Jamás había vis- contra un tren
to semejante mu- que conducía
nificencia. Reci- fuerzas nues-
bimos de nuevo tras. —
Esta es
salchichón para una nueva ver-
comer. Esto re- sión del saqueo
sulta repugnan- de Lovaina.—
te. La cerveza PELOTÓN DE LANCEROS BELGAS MARCHANDO EN DESCUBIERTA CERCA DE LOVAINA Nos recomien-
no puede com- danlasmásgran-
pararse ni de lejos con la de Alemania. En cada rin- des precauciones. Por todos lados suben resplandores
cón de la calle hay un meadero.» «¿No está aquí de incendios y haces de chispas. Las vigas calcinadas
— —
pintado dice Nothomb el alemán instintivo con su crugen. Toda esta ciudad de 50.000 almas arde. Va-
inteligencia de bruto, su corazón sensible y su gusto mos desfilando por las calles ardientes. Las casas
grosero? Las operaciones militares, la poesía de la más hermosas han sido abiertas á viva fuerza y han
catedral, el salchichón y el meadero, todo tiene para tomado en ellas todo lo
que Además, mi-
es comible.
él lamisma importancia. En el fondo esta es la marca llares de botellas, tres
grandes toneles de vino, ciga-
de su barbarie. No hace distinción entre lo que es rros, conservas, cacerolas de cobre, café, molinillos
hermoso y lo que es mediocre, entre el bien y el mal. de café, azúcar, toallas, ropa blanca, cepillos, pei-
Comete los crímenes que le encargan con la misma nes, etc., etc. Hemos bebido vino hasta saciarnos:
tranquilidad pesada con que hace el ejercicio, come todo el que hemos podido; champan á 20 marcos la
ó bebe. No discute nunca lo que le dicen ni razona lo botella. Yo no estaba borracho, pero muchos cama-
que hace. Resulta la expresión servil é inconsciente radas que no supieron beber con método ¡estaban tan
de una cultura de seres primarios, que es lo contra- borrachos! Cuando estuvimos bien cargados de botín
rio de la civilización. Todo lo que sus ojos encuentran hubo que volver al cuartel. De pronto oímos el estré-
le interesa con igual intensidad. Todo lo que ordena pito del cañón como á unos cinco kilómetros. El ruido
ó tolera su amoparece natural y simple. No tiene
le es terrible y cambia nuestras ideas. Según parece
reserva, coquetería, pudor ni vergüenza. Muchas
veces es instruido, pero no ha asimilado nada. Su
(1) Los soldados alemanes creían batirse con los ingleses cuando ni
disciplina es más por temperamento que por virtud. uno sólo de éstos había pisado el suelo de Bélgica.
240 VICENTE BLASCO 1BANEZ
esto va serio. Intentamos dormir con la cabeza sobre Hemos cantado hasta las dos de la mañana. Un
la mesa y casi todos vomitamos el vino. Después camarada nos acompañaba al piano. Resultaba muy
cargamos el botín. Vamos á abandonar la ciudad. bonito.
Encontramos mujeres y niños que levantan las manos A de la tarde nos han traído '240 civiles
las seis
é imploran misericordia... prisioneros, sacerdotes y 15 heridos. Nuestra com-
'21
Por todos lados vemos filas de casas quemadas. pañía está acantonada en un colegio. Aquí se roba
Son donde lian hecho fuego los franco-
las casas de mucho entre camaradas. Los sacerdotes que ocupa-
tiradores... En el camino quedan aún gentes que nos ban antes el colegio vivían muy bien. Mientras que
traen agua para que bebamos, pero nosotros les hace- ellos bebían abundantemente, mantenían á las gentes
mos beber primero para convencernos de que el agua en la ignorancia, prohibiéndoles que aprendiesen á
no está envenenada. Es un domingo muy caluroso y leer y escribir. A partir de los ocho años los niños
que podemos. Podríamos llevarnos grandes cantida- excusar sus propios vicios, como cruel para excitar
des de cosas; ¿pero qué hacer de ellas? Se vive más su propia crueldad, y como traidora para impedir toda
agradablemente aquí que en la otra ciudad donde he- misericordia.»
mos estado acantonados. Aquí hay pan y grasa. Todo fué preparado cuidadosamente por los jefes
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 241
alemanes para convertir en asesinos de buena fe á los ellos. Tira sin piedad contra todo aquel que se te ponga
soldados capaces de sentir un remordimiento de con- cerca. Todos los belgas son muy astutos y peligrosos.
ciencia, y para matar la compasión en el espíritu de La* mujeres y los niños están también armados y tiran
los que pudieran contra los alema-
conocer la pie- nes. No entres
dad. Los direc- jamasen una ca-
tores de la opi- sa, sobre todo si
nión alemana, estás solo. Si be-
ansiosos por jus- bes, haz que be-
tificar su políti- ban las gentes
ca destructiva, antes que tú, y
inventaron una mantente siem-
razón de odiar á pre alejado de
los belgas, re- ellas. Los dia-
presentándolos rios relatan nu-
como un pueblo merosos casos
traidor y corrom- de soldados que
pido, del que ha- han sido muer-
bía que temer to- tos mientras be-
das las asechan- bían. Vosotros
zas. los soldados de-
Las numerosas béis esparcir tal
cartas encontra- miedo alrededor
das en las mochi- de vuestras per-
las de los prisio- sonas, que nin-
neros y heridos gún civil debe
alemanes, car- osar acercar-
tas procedentes se. Permanece
de sus familias y siempre unido á
amigos, demues- tus compañeros.
tran cuál era, al Supongo que ha-
iniciarse la in- brás leído los
CADÁVERES DE LOS DOS HERMANOS OLIVER
vasión de Bélgi- Advertencia al lector.— Al hablar de los cinco españoles fusilados en Licia por los alemanes, pu- periódicos y sa-
blicamos una fotografía de las víctimas, proporcionada por los vecinos de dicha ciudad fugitivos en Lon- brás cómo con-
ca, la mentali-
dres. Como no teníamos la absoluta certeza de que los cadáveres que aparecen en la fotografía fuesen
dad del pueblo los de los hermanos Oliver, manifestamos francamente nuestras dudas al pie de la expresada fotografía, ducirte. Sobre
germánico. Bas- no queriendo afirmar sin pruebas para que no nos tachasen de apasionados é injustos.
todo, nada de
Ahora volvemos á reproducir la fotografía horriblemente acusadora de la barbarle alemana, y que es
ta reproducir sin ninguna duda la de los hermanos Jaime y Antonio Oliver Pollán. compasión con
una de estascar- Esta fotografía la han examinado en Soller (Mallorcaj todos los que vivían en Lieja con los Oliver,
esos verdugos.
reconociendo inmediatamente á los dos hermanos.
tas para darse El ¡oven Antonio Perelló, que reside actualmente en Palma, pero vivió en Lieia en el momento de los Trátalos sin pie-
cuenta de cómo fusilamientos, siendo dependiente del comerciante Sr. Marqués, natural de Mallorca, ha puesto al dorso
dad, á culatazos
^
de la fotografía un certilicado que dice asi:
excitó la opinión y bayonetazos.»
alemana á sus
militares para
<& ¿r»
*&> ~ <*?"'/
que oprimiesen ¿¿¿y La invasión
y martirizasen á alemana fué pre-
las pacíficas po- cedida en sus
blaciones bel- avances por la
gas: «Tú irás fuga loca de una
pronto á Bruse- muchedumbre
las con tu regi-
miento. Ponte en r que hasta enton-
ces había vivido
guardia contra pacíficamente \
raer al enemigo. Murieron á railes los paisanos, sin pueblo miserable. Sólo se oían gritos de adiós y llantos
más delito que permanecer en sus casas y defender < —
de mujeres. Un día dice Nothomb —
en medio de
,
con su presencia los escasos bienes conquistados á la desesperación de una muchedumbre aglomerada en
—
fuerza de trabajo. «Marchamos dice un soldado ale- los muelles, el último buque se alejó. No quedaba ya
—
mán á través de un paisaje donde sólo quedan algu- para más que un sólo camino, por donde yo les
la fuga
nas granjas abandonadas. Las aldeas están destrui- vi pasar:un camino á lo largo de un canal; una ruta
das. El ganado, falto de agua, muge en los establos. blanca, monótona, sin fin, bordeada de álamos incli-
Allí donde los establos han sido incendiados, las bes- nados unos sobre otros, como si los conmoviese igual-
tias —
vagan sueltas.» «En las aldeas escribe otro —sólo mente el ímpetu de la fuga. Durante horas y días
se ven hombres de edad avanzadísima y mujeres que la muchedumbre pasó por este camino. La vida se
levantan los brazos implorando misericordia.» «En escapó por esta vena abierta de la Bélgica casi
la puerta de una casa incendiada —
dice un testigo — exangüe. El pueblo marchaba silencioso hacia lo Des-
veo el cadáver de un hombre en mangas de cami- conocido. Pasaban carretas cargadas de muebles y
sa. A su lado hay un cerdo muerto y abandonado.» de fardos; carretillas de mano que servían de le-
Los hombres y las bestias eran degollados al mismo cho rodante á pobres viejas; niños apoyados unos
tiempo. en otros, conmovidos por el miedo; madres que nu-
Los campesinos huyeron por centenares de miles trían al recién nacido sin dejar de caminar; ancianos
ante la bárbara invasión. La ola de terror los envol- tendidos en una barca del canal de la que tiraban
vía, y tomando á toda prisa algunas ropas se agre- sus hijos, lentamente, subiendo la ribera. ¡Proce-
gaban á las columnas de fugitivos, vagando por los sión de duelo! ¡Multitud errante! Los enfermos, los
caminos, sin saber adonde ir. Muchos que quisieron paralíticos, los heridos, los validos, todos estaban
permanecer en sus casas fueron expulsados por los cansíidos y desalentados igualmente, hasta que en
invasores. Algunos se empeñaron tenazmente en per- su marcha dolorosa tropezaron con un poste que os-
manecer en su hogar, prefiriendo la muerte al destie- tentaba un nombre: Francia. Y todos comenzaron á
rro. El fuego les hizo salir de sus viviendas, pero aun sonreír con una expresión de fe y de amistad.
así no quisieron alejarse de ellas, pretendiendo man- »Los belgas que existen en Francia, en Inglaterra,
tenerse en un foso abierto á corta distancia de la ca- en Holanda y en la misma Bélgica, son y serán siem-
bana incendiada. Al con un gemido de desespera-
fin, pre una nación viva. Dispersados por los cuatro pun-
ción, tuvieron que decidirse á la fuga, siguiendo á los tos del horizonte, están unidos, sin embargo, por el
demás. obsesionante pensamiento de la liberación. Ninguno
Largos cortejos de terror avanzaban por los cami- de ellos se ha librado de su parte de martirio, y á
nos. De aldea en aldea los infelices se sentían empu- pesar de esto ninguno desea cambiar su suerte por la
jados por lamarea humana que los perseguía. En las del vencedor.
poblaciones todavía libres eran acogidos por los habi- el país menos guerrero del mun-
«Nosotros éramos
tantes con el tierno compañerismo de la desgracia, do. Después de la fundación del reino, no habíamos
gozando ocho ó diez días de reposo. Pero la invasión, conocido ninguna invasión. Nuestro pueblo, compues-
con su cortejo de matanzas é incendios, se aproximaba to especialmente de pequeños burgueses comercian-
de nuevo en su busca, y volviendo á enfardar el pobre tes, nunca fué patriotero ni exaltado. Era antimilita-
bagaje tenían que reanudarla marcha. rista por confianza y pacífico por instinto. Los que en
En las ciudades llenaban las aceras, dormían en los últimos años habían preparado su ejército, choca-
los paseos y en los teatros, se alimentaban con la ron siempre con desconfianzas, perezas y cálculos.
sopa preparada por los municipios; pero de nuevo la Amaba á Francia, pero no por esto odiaba á Alema-
proximidad maldita del enemigo los expulsaba de nia. La nación alemana le parecía abrumadora pedan- ,
este refugio. Muchas veces no huían á tiempo, y al te y vez hipócrita en su amistad afectada. Pero no
tal
llegar el invasor encontraba á estas muchedumbres iba más allá en sus opiniones. Era un país neutro,
errantes por las calles, sin vivienda y sin pan. Como pronto á cumplir su deber de neutro, que consistía es-
los municipios, hasta entonces hospitalarios, sabían pecialmente en no intervenir en nada de lo que pasase
que en adelante pesaría sobre ellos la carga de enor- más allá de sus fronteras... El día que este deber se
mes guarniciones alemanas, se veían obligados á reveló en forma más grave y hubo necesidad de ape-
reexpedir á los hambrientos á través de las aldeas lar á las armas, este pueblo, hasta entonces pacífico,
en llamas, hacia las ruinas de su primitiva pobla- no vaciló. Se vio arrastrado por el respeto de su pala-
ción. Por esto en algunas ciudades destruidas por los bra á los más horribles peligros. Su honradez le valió
alemanes el cementerio se repobló de vecinos que, la prueba del martirio. Mal preparado para el gran
faltos de viviendas, tenían que instalarse en pan- choque, envió sus hijos á la muerte y tuvo que parti-
teones y capillas, muriendo de hambre. cipar de la guerra con toda clase de sufrimientos
Los que consiguieron huir llegaron hasta el mar inmerecidos. Pero en medio de sus mayores torturas
buscando el trasladarse á Inglaterra. En Ostende bar- jamás murmuró. Desde el primero al último hom-
cos y más barcos salieron del puerto cargados de un bre, desde el más modesto al más glorioso, todos
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 243
sabían que su sufrimiento era por un principio inmate- ligioso: elcardenal Mercier, arzobispo de Malinas. La
rial, por una idea. Sabían que desde
el punto de vista guerra, al devastar á Bélgica, hizo surgir á estos hom-
de las ventajas materiales, su interés estaba en ceder bres que no habían buscado nunca la popularidad y
á las proposiciones alemanas. Sabían que habiendo se limitaban á cumplir sus pesados deberes con una
dicho si á la petición de pasaje por nuestros caminos, sencillez admirable.
hubiesen puesto en salvo sus intereses y su vida. Mu- El burgomaestre Max es el belga más popular des-
chos habían creído en Europa que Bélgica tenía un pués del rey Alberto. Como dice el ilustre periodista
alma de comerciante; y sin embargo, no quiso vender- Rolando de Mares, «Adolfo Max no estuvo nunca en
se á costa de una vergüenza. el fuego, no ha descendido á una trinchera, no operó
«Sabía que una resistencia de pura fórmula, una jamás en un fuerte, y sin embargo ha dado pruebas
demostración en la frontera, unos cuantos tiros y unas de un heroísmo igual al de los más valeroros solda-
cuantas muertes habrían salvado las apariencias. dos. Cuando en todo el mundo quiera alguien simbo-
Pero el pueblo belga agrade- lizar el heroísmo cívico, ci-
héroe militar: el general Leman. Un héroe cívico: fué el joven burgomaestre, con su experiencia de
Adolfo Max, burgomaestre de Bruselas. Un héroe re- cuatro años de dirección administrativa, el que tomó
244 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
voluntariamente la misión de defender la capital tismo, se vio arrestado días después y sometido á un
contra los audaces intentos del invasor. «Completa- consejo de guerra, librando su vida y recobrando su
— —
mente solo dice Marci fué al encuentro de los con- libertad milagrosamente, para refugiarse al fin en
quistadores, y con su voz algo lenta les habló como París. He aquí cómo cuenta Fonson la jornada del
él sabe hablar. Los alemanes, que llegaban como 20 de Agosto, día de gloria y de angustia para el bur-
amos, eran enemigos suyos. Sabían que en el curso gomaestre:
de la recepción á los consejeros municipales de París
que visitaron Bruselas, el burgomaestre Max había «¡Max!... ¡Nuestro Max!, como nosotros decimos,
proclamado ruidosamente fué por la mañana á la ca-
sus simpatías por Francia. rretera de Lovaina, más allá
Sabían que en París, duran- de las puertas de Bruselas,
te las fiestas que la capital á la plaza de Day, donde ter-
francesa dedicó á los echevi- mina el arrabal. Desde allí se
nes de Bruselas, el popular ve la campiña y el largo ca-
Max había sido muy aplau- mino plantado de viejos ol-
dido. Sabían también que re- mos que conduce á nuestros
cientemente el burgomaestre cementerios.
había sido un obrero tenaz La plaza hervía de solda-
en la reconciliación de bel- dos alemanes, huíanos, hú-
gas é ingleses— un poco fríos sares de la muerte, que cara-
peas, himnos fúnebres á cuyo son parecían enterrar Un oficial de huíanos avanza, rectifica su posición
su gloria, queriendo exaltarla. con un tintineo metálico de espuelas, y después salu-
De pronto un remolino en la muchedumbre. A un da. El burgomaestre, sin decir una palabra, pasa ade-
lado de la carretera, viniendo de la puerta de Lovaina, lante, penetra en el atrio del cuartel y lentamente
avanza lentamente un automóvil, un gran torpedo ne- empieza á recorrer su calvario...»
gro. Sobre él un hombre está derecho agitando una
bandera blanca. Va vestido con una levita negra y lar-
ga; lleva un sombrero de copa brillante, bajo el cual Ya hemos dicho, al relatar la entrada de los ale-
su cara juvenil, en- manes en Bruselas,
cuadrada de rubios cómo el tacto y la
cabellos, toma un sonriente firmeza de
aspecto grave de do- Max consiguieron
lorosa dignidad. ¡El evitar todo pretexto
burgomaestre! para que el invasor
¡Es él! ¡Es Max! cumpliese sus de-
Nunca su palidez seos de venganza.
me pareció tan páli- Las exigencias de
da.Conserva un aire éste fueron crueles.
ejercer á todas horas su autoridad, velando por la calle delMercado de las Hierbas se elevó un rumor
buena marcha de los servicios. intraducibie, un ¡oh! de estupefacción, de inquietud,
Los representantes del Estado Mayor exigieron de reprobación, reprimido inmediatamente por los
que, para garantizar la conducta de la población de agentes.
Bruselas, quedasen detenidos, á disposición del co-
— ¡Silencio!... ¡Ni una palabra!
mandante alemán, todos los miembros del Consejo No era una amenaza de la policía: era un consejo
municipal y cien personajes notables. imperioso y fraternal.
Al llegar á este punto, el burgomaestre interrum- Al fin pasó la bandera alemana del regimiento.
pió con energía la lectura de las proposiciones. Sonó el grito de ¡alto! El regimiento quedó inmóvil.
— Si queréis un rehén
— dijo con firmeza, pero sin Después fueron apareciendo otras compañías. Dos
perder su calma
—
aquí,
me tenéis. Haced de mí lo caballos de oficiales resbalaron enel pavimento, ca-
que queráis. En caso de sublevación, nada me im- yendo á lo largo. Furgones y cocinas rodantes se
porta perder la existencia para garantizar las vidas amasaron ante la histórica casa de los Brasseurs. Un
y propiedades de mis conciudadanos. Pero si persistís soldado tirando de una pequeña vaca, y otro cargado
en vuestra decisión de retener presos á los individuos de jamones, cerraban la marcha.
del cuerpo municipal y á los cien vecinos notables, La plaza estaba gris de uniformes; de ese gris que
declaro que no podré responder de nada. no puedo ver sin sentir una náusea.
Esta firmeza del burgomaestre acabó por persua- Sobre la fachada del Hotel de Ville flotaban tres
dir á los invasores, que desistieron de su proyecto,
confiándose á la garantía personal de Max.
El burgomaestre procuró, en medio de la desgra-
cia de su país, que se mantuviese viva la autoridad
lejos y su vida debía ser corta, pues una parte de los do — Bien se ve que sois soltero y no tenéis una fami-
.
alemanes gusta mucho de su carne. Pero lo que abun- lia que os espera.
daba más eran los caballos, caballos de todas las ta- Entre los oficiales los había que no mostraban
llas y todos los colores, requisados ó robados. Los in- gran entusiasmo. Uno de ellos, comiendo en un hotel,
vasores se llevaron por delante todos los caballos que dijo con tristeza:
encontraron á su paso, aun los más inútiles. —Esta Bélgica va á ser nuestra tumba.
Esto duró tres días y tres noches, con detenciones Y sus camaradas no protestaron. Pero esta falta
de alegría no impide beber el champan de un
les
modo irrazonable; pero lo beben en silencio, rabiosa-
mente, á vasos llenos.
LA SALA DI LA INDEPENDENCIA DEL HOTEL DE V1LLE, DONDE MU. MAX INSTALO SU DORMITORIO
DESDE EL PRIMER DÍA DE LA OCUPACIÓN ALEMANA
el burgomaestre se instalaba igualmente para que no pueblo de Bruselas, y estaba convencido de que no po-
olvidasen un sólo instante que estaban en Bélgica y día esperar de su parte ninguna mala sorpresa. Hizo
que ésta tenía aún sus autoridades propias. los mayores sacrificios para impedir que el enemigo
Todos los gestos y palabras de Max fueron inspi- violase las leyes de guerra como lo había realizado
rados por la misma resolución. en otras ciudades belgas, y se aplicó á esta función
Un general le exigió al entrar en el Hotel de Ville con una energía que no desmayó un sólo momento,
que quitar las banderas
hiciese con un sentido de la diplomacia
belga, francesa é inglesa que flo- que sorprendió á los alemanes. Ins-
taban en la torre. El burgomaestre talado en el Hotel de Ville día y
contestó sonriendo: noche, sólo durante breves horas
—Ese trabajo no me correspon- buscó el reposo en el lecho de cam-
de,y si me prestase á él no encon- paña instalado en su despacho.
traría entre los hombres á mis Desde primer momento dio á
el
maestre y sus eche vines, debió Bru- tarse junto á la mesa, sacó su re-
selas en gran parte el escapar á la vólver de la funda y lo puso sobre
destrucción y el guardar intacta los papeles. Max, sonriente y si-
bajo la bota del alemán la altivez lencioso, buscó también en sus bol-
LA BANDERA BLANC A IMPROVISADA POR
que había mostrado siempre. ¿El MR. MAX PARA PON BRSE EN RELACIÓN sillos,y sacando una pluma estilo-
comandante de las fuerzas alema- CON EL ESTADO MAYOR ALEMÁN gráfica la puso al lado del revól-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 249
ver, cruzando luego los brazos... ¡Cada uno sus armas! á que continuasen exhibiendo en sus casas los tres
El general alemán, comprendiendo la lección de este colores belgas. Bélgica existía aún, Bruselas era su
héroe civil, aprovechó la primera oportunidad para capital y los vecinos debían ostentar con orgullo su
ocultar su revólver. nacionalidad. El gobernador alemán se opuso á esta
Sus conferencias diarias con el mariscal Von der audacia, ordenando que la bandera belga fuese reti-
Goltz fueron verdaderas batallas de finura y habili- rada de la vía pública. Max tuvo que someterse ante
dad, conversaciones llenas de matices sobre la inter- la fuerza, pero lanzó otro bando en el que aconse-
pretación rigurosa de los textos y el valor exacto de jaba á sus administrados la obediencia en expera
las palabras. «Supo plegarse donde era forzoso, para de la hora de la reparación. Afirmar la esperanza
evitar la provocación de una catástrofe, pero á la del desquite belga en la misma cara del enemigo y
mañana siguiente vol- para una fecha muy
vía á la carga, discu- cercana, representa
tiendo, picando al ene- ciertamente un sereno
migo con nuevos ar- heroísmo.
gumentos, hasta que Aun hizo más. El
obtenía al fin lo que gobernador alemán de
éste había decidido ne- Lieja, Von Kolewe,
garle.» De modo este hizo fijar en los muros
consiguió mantener de dicha ciudad una
una autoridad belga proclama, diciendo
que participaba del que el burgomaestre
poder con la autoridad de Bruselas asegura-
alemana. No pudo evi- ba que Francia había
tar la famosa contri- hecho saber á Bélgica
bución de guerra im- que no podía ayudar-
puesta á la capital. la, pues ella misma se
Pero el tesoro del mu- veía obligada á man-
nicipio de Bruselas lo tenerse á la defensi-
había puesto Max al va. Esto no era ver-
abrigo de un golpe de dad. Max no había
mano en Amberes, y dicho nada. Los ale-
losalemanes tuvieron manes empleaban una
que negociar con él, vez más su sistema
pues de otro modo les favorito de mentiras
era imposible encon- para desorientar y
trar dinero. Estas ne- confundir la opinión
gociaciones sirvieron de los belgas.
despacho de Max sin anunciarse y con el cigarro en El gohf.rnador alemán de la ciudad de Lieja,
la boca. El
burgomaestre se puso de pie señalándole teniente general von kolewe, ha hkcho fijar
la puerta, y lo hizo expulsar por sus ujieres. Luego ayer el aviso siguiente:
protestó ante la autoridad alemana, no cejando hasta
*A los habitantes de la ciudad de Lieja:
conseguir el castigo del oficial.
Los burgueses de Bruselas, desde los primeros días »E1 burgomaestre de Bruselas ha hecho saber al
de la invasión, retiraron espontáneamente la bandera comandante alemán, que el gobierno francés ha de-
nacional que flotaba en sus balcones. Max protestó clarado gobierno belga la imposibilidad de apo-
al
de esta prontitud en cumplir los deseos del enemigo, yarlo ofensivamente en modo alguno, pues él se ve
publicando un bando en el que incitaba á los vecinos forzado á la defensiva.»
Tomo ii SI
260 VICENTE BLASCO 1BAÑEZ
Opongo á esta afirmación el mentís más formal. las armas francesas, y esperando en un
próximo de
plazo breve ver libre á Bruselas de sus invasores.
Bruselas 30 de Agosto de 1914.
Entonces exigieron el pago inmediato de los 30 millo-
nes, y Max se negó, fundándose en que aun no se
El burgomaestre,
Adolfo Max. había cumplido el plazo. Los alemanes creyeron obli-
garle negándose á pagar sus requisas de víveres, y
Esta vez el mariscal Von der Goltz y su Estado además le hicieron presentar en bloque, por medio de
Mayor se enfadaron de veras con el valeroso magis- un Banco, todos los bonos de requisición para su in-
trado. Probar de un modo tan palpable á los ojos de mediato reembolso. El burgomaestre, fundándose en
los belgas que las autoridades alemanas mentían des- la ilegalidad de esta maniobra, se negó de nuevo á
caradamente, los irritó hasta el paroxismo. abrir las cajas de la ciudad, y Von der Goltz, fundán-
El gobernador militar de Bruselas publicó un ban- dose en su negativa, ordenó el arresto. Esta versión
do en alemán y en francés, prohibiendo que en ade- fué la que dieron los periódicos alemanes.
lante se fijase en las calles una El valeroso burgomaestre
sola alocución que no fuese so- vii ¡i hi mv> 'j>
fué conducido prisionero á Ale-
i
dad, teniendo plena y entera confianza en un éxito impresión de la entrada de las tropas alemanas, el
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 251
pueblo de Bruselas, que es aficionado á la burla y á burlona y hostil de los habitantes, como síntoma de una
mismo que el de París, pero con algo
la rebeldía, lo rebelión que se prepara. Por esto al llegar yo á la es-
más pesado y tenaz en su protesta, comenzó á agi- estación del Norte veo en la plaza Rogier varias ame-
tarse en presencia de los invasores. tralladoras rodeadas de una fuerte guardia. Reclamo
El profesor Grondijs, que comentó el desaliento y una gran maleta que deposité al llegar por primera
la tristeza de los bruselenses en el primer momento de vez á Bruselas. La encuentro con las cerraduras rotas
la entrada de los alemanes, hace notar el gran cam- y completamente vacía, lo mismo que los demás equi-
bio de la ciudad cuando él volvió á ella después de pajes del depósito. Los alemanes las han abierto, para
haber presenciado el saqueo y la destrucción de Lo- ver si tenían dinamita.
vaina. El intrépido holandés dice asi al relatar su se- El teniente Lincke, comandante de la estación,
gunda visita á Bruselas: habla conmigo y se queja amargamente de la actitud
adoptada por los bruselenses. Desde hace algunos
La actitud del vecindario de la capital ha cambia- días las tropas viven acuarteladas en la estación día
do En los pri- y noche, dur-
meros días de la v; miendo vestidas
invasión, los ru-
mores terribles
que avanzaban
km y conservan-
do sus armas.
¡Los ciudada-
delante de las nos ya no se for-
tropas alema- man en las ace-
nas lo intimida- importan! ras cuando pa-
ron. Dos días san los solda-
después, la vis-
Ich vcrbicte hierdurch auf das II est strictement défendu, p.ussi dos! Y éstos se
ta de los alema-
einen jeden Maueran- quejan de que
strengste á la municipal iié de la ville, de
nes resultaba deben sufrir en
casi una diver- schlag, auch von seiten der Stadt- las calles las
publier des afficbes sans avotr recu
sión para el pue- miradas iróni-
verwaltung. ohne meinc ausdrueck-
blo de Bruselas. ma permission speciale. . cas y los chis-
Los ciudadanos liche Genehmiguug. tes malévolos
miraban con Rruxrlle», !« ól mifli t'.Mi.
de la muche-
lillis.rl ¿I, l'itt.
tngi£l
ojos curiosos sus dumbre.
agrupamientos, — ¡Cuándo se
admirando sus
Dfil' VHil/im/oUi friii-Ht; Ia fiínircí ik
1
ur mililttin ¡ill¡ iikihiI,
ha visto — ex-
caballos y el or- fó von LUETTWITZ, (Siyui
1
von LUETTWITZ, clama el tenien-
den marcial que Gen eral raajor. fténcral
te — que un ejér-
reinaba en sus cito victorioso,
filas. Muy pron- que entra en
to la población EL BANDO DEL GENERAL VON LUETTWITZ, EN ALEMÁN V EN FRANCÉS una ciudad ene-
volvió á cobrar miga, se haya
coraje y encontró su antigua altivez. Así como los contentado con una suerte tan miserable! Esta ciudad
alemanes empezaron á complacerse en su nuevo alo- ha debido rendirse. Nosotros teníamos el derecho y el
jamiento y buscaron aproximarse á los bruselenses, poder de saquearla. Mis soldados tienen que pasar la
éstos se alejaron de ellos y fingieron ignorar su pre- noche acostados en tierra ó en los vagones. Los civiles
sencia. Los habían admirado como enemigos, pero toman con nosotros una actitud inconveniente y no
una amistad con ellos les inspiraba repugnancia. parecen apreciar la buena voluntad de que damos
Empezaron á producirse mil pequeños incidentes muestra. Por esto hemos dado á nuestros soldados la
desagradables para los invasores. El público se negó orden de que marchen por la calle en linea recta,
á hablar con ellos en los cafés. Los oficiales, sentados atrepellando á todo el que encuentren al paso. Deben
ante las mesas del Palace Hotel, forman círculo apar- abofetear al que se burle de ellos, echar al suelo al
te, mismo que en Estrasburgo. Pero se nota en
lo que no se ponga prontamente á un lado, y arrestar á
ellos un deseo de pasar inadvertidos. Buscan el diver- todo el que no se someta.
tirse como en su pais, y se adivina que sentirían Yo le hablo de los horribles procedimientos que
mucho perder de Bruselas.
las alegrías paradisíacas siguen los oficiales alemanes con el vecindario de
Los nombres de las mujeres demasiado complacien- otras ciudades de Bélgica.
tes con ellos, son anotados por los belgas, y sus retra- — Vos que sois abogado de carrera le digo — — ,
tos exhibidos públicamente con malsonantes in- sabéis mejor que yo que vuestro ejército cometerá
vectivas. inevitablemente las mayores injusticias desde el mo-
Los alemanes sólo se pueden explicar esta actitud mento que desaparezcan las garantías del derecho.
252 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
mas regulares del procedimiento, sin abandonar á lo comunica una masculina seguridad á sus palabras. Su
arbitrario el funcionamiento de la justicia. Pero Ale- mérito excepcional consiste en que siempre ha sabido
mania se ve obligada ha hacer una guerra que no ha encontrar la actitud y las palabras propias para im-
querido. Rodeada de enemigos se considera en gran pe- poner á los invasores el respeto y la estima. Sus ges-
procedimientos. Tiene tos breves y su elocuencia ingeniosa han debido inti-
ligroy no puede escoger los
Bruselas es demasiado modesto para atribuir la defe- hacían estremecer de indignación, los alemanes ob-
rencia con que le trata el gobierno alemán á la cir- tienen el silencio, pero no la conformidad. Las espan-
cunstancia de que representa en este momento á una tosas imágenes de ciudades incendiadas que los inva-
provincia entera. Nos cuenta que esta misma mañana sores hacen aparecer continuamente á los ojos de los
ha protestado con motivo de un grave y terrible delito vecinos de Bruselas, provocan la prudencia de éstos,
contra el derecho de gentes cometido por los alema- pero no cambian sus ideas. ¡Y los alemanes se extra-
nes cerca de Mons. La autoridad de Mr. Max y los ñan después de que no consigan ganar el afecto de los
testimonios que cita, no me permiten dudar. Saliendo corazones exasperados!...
al encuentro de los ingleses, las tropas alemanas que La actitud del burgomaestre Max es admirada por
ocupan ciudad de Mons se hicieron preceder por el
la todos. El gobierno alemán le trata con cierta tole-
burgomaestre y un gran número de mujeres y niños rancia, pero es porque necesita su colaboración para
recogidos en el arrabal. Al iniciarse el combate y mantener el orden en la ciudad. Max, por su parte,
sonar los primeros tiros, algunas mujeres huyeron. ha impuesto sus condiciones. La bandera belga flota
Las balas alemanas las hirieron por la espalda. ¡Sin aún en lo alto de la catedral y del Hotel de Ville. Mu-
duda estas pobres prisioneras eran consideradas como chas casas particulares están empavesadas. Y Bruse-
desertores! Oíamos por primera las presenta el extraordinario es-
vez un relato de esta especie y nos pectáculo de una ciudad ocupada,
indignamos. Luego hemos tenido donde las antiguas autoridades
ocasión de acostumbrarnos á he- discuten con los invasores por me-
chos semejantes. dio de bandos fijados en las pare-
Mr. Max permanece noche y des, é incitan de viva voz al ve-
día en el Hotel de Ville, donde cindario á que no sufra el yugo
los alemanes
le inquietan poco. Él, extranjero más que en la espera
por su parte, los exaspera con su de una liberación final.
presencia de espíritu, pero no da
lugar nunca á las violencias. Su
altivez patriótica los intimida sin- El pueblo bajo de Bruselas fué
gularmente. con los invasores tan altivo é irre-
— Mirad —
nos dice — cómo la ductible como
el célebre burgo-
bandera belga flota gloriosamente maestre. Pero su resistencia tomó
sobre el Hotel de Ville y sobre la el carácter de una broma llevada
catedral. Muchas cosas se han per- hasta el heroísmo.
dido en Bélgica, pero no el honor. El belga es alegre. Hasta en las
t^jf^c
El burgomaestre nos parece en- peores situaciones de su existen-
vuelto en una atmósfera de virtud cia encuentra el medio de reir, ex-
y de gloria; y cuando recorremos EL BURGOMAESTRE MR. MAX, DE UNIFORME trayendo de la desgracia lo que
el soberbio edificio donde fué fir- ésta tiene de grotesco y regoci-
mado solemnemente en otro tiempo el tratado que jante. Hay que ver á los compatriotas del rey Al-
aseguraba una inviolable neutralidad al pequeño país berto que vagan de ciudad en ciudad, ó á sus solda-
de los belgas, cuando lanzamos una última mirada á dos, convalecientes en París, que esperan el llama-
las magníficas fachadas grises en las que brillan las miento para volver á las filas. Perdieron su casa; casi
estatuítas doradas como joyeles preciosos, nos pa- han perdido la patria; las familias se han disuelto
rece que el esplendor del admirable monumento está durante la confusión de la fuga, y tardan en encon-
singularmente realzado por la belleza moral de este trarse y reunirse; todos tienen algún muerto que llo-
perfecto hombre honrado que se llama Adolfo Max. rar, y sin embargo, ríen cuando hablan del enemigo,
Al entrar los alemanes en Bruselas desearon en comentando sus ridiculeces. La guerra es para ellos
todo lo posible vivir en paz con los habitantes. En una serie de farsas y bromas pesadas. Alemania les
una ciudad cuyas calles estaban llenas de jóvenes vi- lleva hechas algunas hasta el presente. ¡Paciencia!
gorosos que no mostraban las mejores disposiciones El pueblo belga será el autor del último chasco gra-
con el ejército ocupante, su interés les exigía el tra- cioso, del definitivo... ¡Y cómo van á reir al comen-
tar á la población con cierta dulzura, ó cuando menos tarlo con aire triunfante en los cabarets de su país,
no forzar el curso de los sucesos. Además, las legacio- acabados de reedificar!...
nes diplomáticas de los países neutros estaban toda- La sana alegría de la vida, la glorificación de sus
vía establecidas en la capital, y en caso de un atro- sensualidades, fué siempre la manifestación sobresa-
pello, sus miembros podían ser testigos oculares, en liente de este pueblo. Hace siglos, cuando el arte ita-
extremo desagradables. liano y español gustaban únicamente de representar
Por sus amenazas y por los relatos de las atroci- sobre el lienzo santos y santas, los pintores belgas se
dades cometidas en otras poblaciones de Bélgica que extasiaban imaginando las sonrosadas carnes de dio-
254 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
por los alemanes. El gran lujo de las buenas mozas humor belicoso de esta chulería que iba con gabán
del barrio era entrar en dichos establecimientos, supe- azul y sombrero duro. En mitad de la danza, un
riores á las tabernas belgas. Una copa de vino dulce puño cerrado golpeaba el sombrero más inmediato.
español conmovía las entrañas de estas deidades fla- ¡Pelea general! Cada uno le pegaba al vecino sin re-
parar en su identidad. Puñetazos, ojos ennegrecidos,
narices chorreando sangre. Intervenían las comadres,
pegando también, pero sólo á los hombres y por resta-
blecer la tranquilidad. Se llevaban á rastras á los más
belicosos é irreductibles, mientras la música entonaba
La Brabanzona, restableciéndose la calma á sus sones
patrióticos. Y el baile volvía á comenzar... ¡Aquí no
ha pasado nada!
o
Bélgica.
Esta situación recordó la de Madrid en 1808. Los
LA ESTACIÓN DEL NORTE marollenses fueron semejantes á los chisperos de los
barrios bajos que, de broma en broma, hicieron el
meneas, habituadas á la cerveza insípida del país. 2 de Mayo. Von der Goltz ocupó una situación igual
En los bailes nocturnos del famoso barrio pude á la de Murat.
apreciar el carácter de la muchedumbre bruselesa, el La situación fué idéntica, pero las personas algo
distintas. El mariscal alemán, gor-
do y con cara plácida de prior, no
ha dado cargas heroicas como el
gran duque de Berg. Es el padre
grave del Estado Mayor alemán,
un patriarca con sable, un trata-
dista sesudo, de reputación univer-
sal, tal vez porque casi nunca se
realizan sus profecías ni sirven
para nada sus consejos. Organizó
durante años el ejército turco,
Todos los días, desde Bruselas, anunció para el día Al poco tiempo las enfermedades diezmaron la
siguiente la derrota total de los aliados, con un sin- caballada del ejército alemán, y el gobernador ordenó
número de razonamientos estratégicos, hasta que una requisa de caballos en toda Bélgica, embargando
acabó por cansarse de su papel de profeta falso. hasta los matalones más despreciables.
Este venerable guerrero tuvo que preocuparse al- La orden de requisa fué obedecida por los ketjes
gunas veces de los rebeldes del barrio de Marolles, del barrio de Marolles, donde hay un grupo de chiqui-
miserable gentuza que se empeñó en recordar que llos en cada puerta, y parecen surgir á enjambres del
era belga, valiéndose para ello de toda clase de adoquinado. Más de mil muchachos avanzaron en pro-
bromas. cesión hasta Palacio de Justicia, residencia del
el
El gobernador general hizo toda clase de esfuerzos El pálido de rabia, buscó instintivamente
oficial,
por conquistar la simpatía de los belgas; como si bas- su revólver. Pero Bruselas no era lo mismo que las
tase una falsa bondad para que todo un pueblo olvide aldeas pasadas á hierro y fuego. Miles de personas
el atropello de su patria. estaban presentes. Además, había en la ciudad con-
DESPUÉS DE UNÍ
De la «Illustratlon» de París
selas boletines
impresos con las
estupendas men-
tiras que circula-
ba por el mundo
la famosa agen-
cia Wolff.
Pronto se arre-
pintieron los ale-
manes de tal pro-
paganda. Ante
cada papel se for-
maba un grupo de
mujeres con los
LOS «KETJBS» DB MAROLLES puños en las ca-
deras, riendo,
sules extranjeros que podían servir de testigos. Y el riendo como sólo
alemán se alejó furioso, mientras la muchedumbre puede reir la so-
aplaudía. nora alegría bel-
FIJANDO BANDOS
Estos pequeños prusianos con bigotes de crepé y ga. Al pasar un
(Ilustraciones del Petit Suisee)
un rábano en la gorra, organizaron otros juegos oficial alemán, las
ante un cuartel ó un cuerpo de guardia enemigos. carcajadas tomaban una intensidad solo comparable
— ¡A Berlin! — gritaba á la risa de los héroes ho-
el jefe de la tropa revol- méricos.
tosa. Las noticias fantásticas
Y todos corrían apresu- de Wolff fueron muchas
radamente. veces parodiadas gracio-
— ¡Á París! samente por los ketjes.
Y el pequeño ejército «Gran victoria alemana
marchaba igualmente... — decíaun parte Cua- — .
rios,
rey y de todos los ministe-
deshabitados, aparecieron carteles semejantes á
< i
ti
ít
IX
mana, sino que ayudó desde lejos con éxito las com-
binaciones de la estrategia francesa.
baa empezaban á silbar y aullar en torno del beffroi resultaba por su alcance y su calibre muy infe-
donde me había instalado, tuve que descender los es- rior á las piezas de campaña alemanas. La tropa no
calones carcomidos de las vetustas escaleras con una tenía siquiera la ventaja que proporcionan los unifor-
velocidad tal, que en circunstancias normales me hu- mes de color neutro, é hizo la guerra con sus trajes
biese roto seguramente la cabeza. azules, verdes y rojos, extremadamente chillones, que
El ejército belga se componía de seis divisiones y denuncian al que los lleva á los proyectiles enemigos.
una brigada de caballería, representando en conjun- Estando un día en Amberes, en la plaza de Meir,
to, sobre el papel, 180.000 hombres. Dudo que en mo- mientras desfilaba con gran retintín de sables un regi-
mento alguno el rey Alberto haya tenido á su dispo- miento de guías salpicado de barro, me fué difícil con-
sición más de 120.000 hombres, de los cuales un gran cebir que vivía en pleno siglo XX, y no á principios
número eran reclutas completamente inexperimenta- del XIX. En vez de los prácticos y casi invisibles uni-
dos. En realidad, el ejército belga no merecía el nom- formes modernos de color gris ó kaki, estos bravos
bre de ejército en el sentido que le dan las potencias llevaban levitas verdes, pantalones rojos y enormes
continentales. Era más bien un cuerpo de policía, una gorros de pelo, como los granaderos de Napoleón. Son
milicia elevada ámás alta dignidad. Nadie había so- además bien conocidos el uniforme verde botella y
ñado nunca que este ejército se viese obligado alguna los curiosossombreros de copa, de reluciente charol,
vez á combatir, y por esto cuando estalló la guerra que ostentan los batallones de carabineros, y que evo-
su preparación era casi nula. El hecho de que haya can el recuerdo de las modas del Directorio. Los regi-
podido oponer á las legiones alemanas la resistencia mientos de línea y los granaderos, marchaban, comba-
tenaz y horoica que lo ha opuesto, demuestra con tían y dormían con sus uniformes de grueso paño azul
más elocuencia que numerosos volúmenes de comen- con adornos rojos, y sus gorros de cuartel sin visera,
tarios, elpundonor y la valentía de los belgas. que no preservan del sol ni de la lluvia. Algunos sol-
Muchos batallones estaban armados con fusiles de dados remediaban esta falta adornando sus gorros con
modelo antiguo; la provisión de municiones era insufi- pantallas verdes, de modo que á primera vista todo
ciente, y aunque la artillería fuese de buena cualidad, un regimiento parecía un desfile de jockeys. Los gen-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 261
darmes, á los que he encontrado siempre allí donde das razas caballares del Luxemburgo y las Ardennes.
el combate era más rudo, llevan el uniforme más com- El espectáculo que yo deseaba presenciar con más
plicado de todos. Sus levitas azules, sus cordones de ardor, desde el principio de la guerra, era una carga
plata y sus monumentales gorros de pelo que tanto de caballería. Yo he visto numerosos encuentros de
respeto infundían á los campesinos, hacen de ellos tropas montadas en las guerras de África y de Asia,
incomparables blancos para los tiradores de enfrente. pero eran tropas de color de chocolate, con trajes fan-
Esta mezcolanza de uniformes, brillantes y pintores- tásticos. Lo que yo deseaba era el cuadro de una de
cos, conñeso que formaba á veces cuadros de infinita esas cargas que gustaban á Meissonier, con pantalo-
seducción. Nunca pude encontrar un grupo de lance- nes colorados y cascos de acero, un océano de espa-
ros de azul celeste y amarillo ante una posada de la das en alto, y todo el resto del clásico y conmovedor
carretera, ó una patrulla de guías polícromos trotando kaleidoscopio de la batalla europea. Cuando hablé de
por un sendero, sin imaginarme que estaba en presen- esto áun oficial, compatriota mío, al que encontré en
cia de una bonita pintura de Meissonier ó de Detaille. el buque viniendo á Europa, este militar me hizo per-
Al principio de la guerra, la caballería belga esta- der prontamente las ilusiones.
ba tan bien montada como cualquiera de otro ejército —
—Las cargas de caballería me dijo son cosas —
europeo. Muchos oficiales cabalgaban en caballos de que han pasado de moda. Ya no se verán más. El fusil
caza irlandeses, y los soldados en potros de raza hún- moderno, de largo alcance, las ha hecho imposibles.
gara. Pero la continuidad de la lucha y la falta de La caballería sólo será empleada en adelante para los
alimentación y de cuidado, influyen mucho en la con- servicios de reconocimiento ó á guisa de infantería
dición de los caballos. Sólo estaba en su mitad la montada.
campaña de Elandes cuando todo el ganado de la ca- El oficial se expresó de un modo categórico, como
ballería, degenerado rápidamente, se convirtió en hombre que ha visto la guerra de cerca. De acuerdo
un lote de bestias descarnadas y de aspecto maci- con los manuales tácticos y con las afirmaciones de
lento. Los tiros de la artillería de campaña
belga eran los expertos y de los que estudian la guerra desde su
magníficos, pues estaban representados por las sóli- casa, tenia mil veces razón. Creo que todos los espe-
262 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
. •< «
nición de Bruselas había quedado muy reducida y las tamente, con el mayor orden, calmosas y frías como
comunicaciones alemanas estaban mal guardadas, una mañana de hielo invernal. Á consecuencia tal vez
abandonaron en masa el abrigo de los fuertes de Am- de un olvido, dos batallones de carabineros que no ha-
beres, tomando una vigorosa ofensiva. Fué algo así bían recibido la orden de retirada, se encontraron en
como el salto de un pequeño y valeroso foxterrier inminente peligro de ser envueltos y anonadados.
sobre un gran dogo. Los belgas, con su ímpetu entu- Entonces se realizó uno de los más hermosos prodigios
siasta, echaron á los alemanes fuera de Malinas, pero de bravura que he podido ver. Para comunicar la or-
éstos recibieron inmediatamente grandes refuerzos, y den de retirada á estos dos batallones, un hombre
en la mañana del 26 los belgas se encontraron en la debía franquear un kilómetro de terreno descubierto
posición más crítica. La lucha por la posesión del te- y barrido en todas direcciones por el aullador shrap-
rraplén del ferrocarril, única altura del terreno, se fué nell y la silbante metralla. Sólo había una probabili-
desarrollando rápidamente. Cada ejército buscó tomar dad por mil de recorrer este infierno conservando la
al otro de flanco, prolongándose, hasta que el frente vida. Un coronel que estaba á mi lado, sobre un puen-
de batalla cubrió una extensión de 20 kilómetros. te del ferrocarril, llamó á un gendarme, le dio las órde-
En el amanecer de la segunda jornada se entabló nes necesarias, y añadió: «¡Buena suerte, valiente!»
un duelo de artillería á través
del terraplén, ajustando sus
tiros los alemanes con la ayu-
da de las observaciones de los
El hombre, uno de esoa gruñones bigotudos, como El combate resultaba tan violento desde algunas
los que gustaban á Napoleón I, comprendió que lo horas antes, que las pendientes del trozo de ferrocarril,
enviaban al encuentro de las mandíbulas de la muer- desde donde contemplaba yo la lucha, estaban literal-
te. Pero saludó impasible, espoleó su caballo y se mente cubiertas de cadáveres de alemanes, muertos
lanzó en el camino tranquilamente. ¡Figura de héroe en los choques de la mañana. Uno de estos cadáve-
arcaico, con su imponente gorro de pelo! Llegó intac- res guardaba convulsivamente en una mano un re-
to adonde estaban los carabineros y comunicó la trato de mujer, y así fué enterrado. Vi cómo los cam-
orden, pero mientras los dos batallones se replega- pesinos enterraban hasta doce cadáveres en una sola
ban, los alemanes hicieron caer sobre la columna un fosa. Uno de los enterradores tomaba á un cadáver
sinnúmero de obuses, cada uno de los cuales iba rec- por los hombros, otro por los pies, y lo balanceaban
tamente á su objetivo. Muy pronto la ruta y los cam- al transportarlo como si fuese un saco de trigo. Al
pos inmediatos aparecieron manchados con la sangre contemplar estos cadáveres, arrojados con indiferen-
de estos belgas de uniforme azul. cia en el seno de la tierra, me resultaba difícil conce-
Varias veces los alemanes intentaron apoderarse bir que horas antes eran hijos, maridos ó padres,
del terraplén á la bayoneta, pero los belgas los reci- cuyas mujeres y cuyos hijos esperaban ansiosamente
bieron con un huracán de plomo que dispersó sus co- sus noticias al otro lado del Rhin, rogando por ellos.
lumnas grises, como las hojas secas de los árboles En una aldea de los alrededores de Sempst había yo
son dispersadas por una borrasca de otoño. ayudado á enterrar días antes á un viejo granjero y
Por la tarde, belgas y alemanes se encontraron en á su hijo, campesinos inofensivos ejecutados por los
algunos puntos á cien metros de distancia. El ruido alemanes á causa de que un soldado belga había
de la fusilería era semejante al de un bastón corrien- muerto á un hulano en las inmediaciones de su gran-
do á lo largo de una verja de hierro. En lo más fuerte ja. Creo haber dicho en otra parte que sobre la faz
delcombate un zeppelín describió un lento círculo en- desfigurada del viejo conté hasta 22 heridas hechas
cima del campo de batalla, como un buitre enorme al con bayoneta.
acecho de un festín. El 26, á las cuatro de la tarde, todas las tropas
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 265
belgas se hablan replegado, menos una delgada cor- ocurrido la idea de que un destacamento de caballe-
tina de tiradores que debía cubrir la retirada. De- ría enemiga pudiera deslizarse en torno de nosotros,
seando presenciar el avance de los alemanes, perma- tomándonos por la espalda. Había que recorrer unos
necí sobre el terraplén del ferrocarril en los alrededo- 150 metros de campo, recientemente labrado, para
res de Sempts, luego que todos los belgas, menos un llegar á nuestro automóvil, pero estoy convencido
piquete de 10 hombres, abandonaron la ciudad. Abajo de que salvé este espacio con una prontitud que me
del terraplén, en el camino, esperaba mi automóvil hubiese hecho ganar el premio mundial de la veloci-
con el motor funcionando. Como la infantería alemana dad.En unos cuantos saltos llegué al auto y parti-
había de franquear un kilómetro de terreno al descu- mos á la velocidad de 90 á la hora, mientras los hu-
bierto, tenía yo el tiempo suficiente para retirarme. íanos penetraban en el pueblo, brillando al sol las pun-
Las tropas teutónicas preludiaron su movimiento tas de sus lanzas. ¡De buena habíamos escapado!...
de avance con un terrible cañoneo. El aire vibraba con La retirada de Malinas ofreció un espectáculo que
los gemidos de los shrapnells. Las granjas se derrum- no olvidaré jamás. En una distancia de 20 kilómetros,
baban bajo penachos de humo obscuro. En doce puntos cada camino estaba obstruido por la caballería de
á la vez se obscureció el cielo con las emanaciones ruidoso trote, la infantería de paso pesado, y las ru-
de las aldeas en llamas. De pronto, un soldado que morosas baterías, cuyas piezas y armones ostentaban
estaba tendido cerca de mí, gritó: «¡Los alemanes! aún las ramas verdes que habían servido para disi-
¡Los alemanes!» Yde los bosques de enfrente co- mular su posición á los aeroplanos alemanes. Los
menzó á surgir un largo
desfile de figuras grises que gendarmes con sus gigantescos gorros de pelo, los
gritaban victoria hasta enronquecerse. Casi en el cazadores con sus uniformes verdes y amarillos, los
mismo instante oí el crepitamiento de la fusilería carabineros con sus chisteras de cuero reluciente, los
detrás de mí, en una calle de la entrada del pueblo. granaderos, las tropas de iínea, los guias, los lance-
El conductor de mi automóvil gritó: «Huyamos, se- ros, los zapadores y minadores armados de picos y
ñor. Ya vienen los huíanos. » En mi deseo de asistir de palas, los ingenieros y su equipaje de pontones,
al avance de las fuerzas alemanas, no se me había las ametralladoras arrastradas por perros, los ca-
Tomo ii sa
266 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
rruajes de ambulancia rodando bajo las grandes ban- más grande de Bélgica, fué destruido. Las fa-
reloj, el
deras ondeantes de la Cruz Roja y las interminables mosas vidrieras de la catedral quedaron rotas, y la8
filas de autos, todo esto constituia un río poderoso, exquisitas esculturas de madera hechas pedazos. Los
deslizándose sin cesar hacia Amberes. obuses, pasando á través de techos y muros, convirtie-
Malinas había sido anteriormente una población ron las bellezas del interior en un montón de escom-
de 50.000 habitantes, de los cuales 45.000 huyeron al bros. Como en este momento no había tropas belgas
enterarse de la inminente reaparición de las fuerzas dentro de Malinas que pudieran oponer resistencia, y
enemigas. Las escenas entrevistas á lo largo de los los alemanes lo sabían perfectamente, de aquí que este
caminos, fueron patéticas y desgarradoras. Seres jó- bombardeo de una ciudad abierta y la destrucción de
venes y seres viejos, ricos y pobres, cojos, enfermos, sus monumentos históricos, me parezca un acto par-
ciegos, llevando á la espalda ó empujando sobre ca- ticularmente cruel, que no reclamaba ninguna nece-
rretillas de mano paquetes y fardos envueltos en tela sidad militar. Pero bien sabido es que estas devas-
y conteniendo todo lo que habían podido salvar de sus taciones formaban parte integrante de la política
bienes, obstruían los caminos y dificultaban la mar- alemana de terrorismo é intimidación. La matanza
cha de las tropas. Los civiles abandonaban al pillaje de los civiles y la destrucción inútil de ciudades y
monumentos sirvieron á Alemania
r-j~ -q-vcK
m a para vengarse de la inesperada re-
sistencia de los belgas.
Para apreciar exactamente los
y á la destrucción todo lo que tenían de más amado. contramos una sola persona. Mientras avanzábamos
Parecían completamente aterrorizados por los alema- con precaución por las callejuelas tortuosas, repercu-
nes. Las tropas belgas no participaban en nada de tían en las casas vecinas las vibraciones de nuestro
este terror. El ejército, aunque en plena retirada, era motor con una sonoridad impresionante. Entrábamos
victorioso todavía. Los soldados se mostraban tran- en la plaza que domina la catedral, cuando rugió un
quilos, confiados, exuberantes de coraje. Daban la obús por encima de los tejados, y con terrible estré-
impresión de que si el frente alemán cesaba un minuto pito atravesó el piso superior de un edificio próximo.
de mantenerse en guardia, la pequeña Bélgica le in- La fachada de este edificio se desplomó cerca de nos-
fligiría uno de esos golpes que escuecen lo mismo que otros, formando una cascada de yeso y ladrillos. No
los golpes de sol. quisimos ver más. Nunca auto alguno saldrá de Mali-
Durante muchos días, después de ser evacuada nas con una velocidad tan vertiginosa. ¡Ay!... En
por los belgas, ocupó Malinas una situación poco en- nuestra precipitación destruímos el último habitante
vidiable. Situada á mitad de camino entre los dos de la ciudad, volteado y aplastado por nuestras rue-
ejércitos adversarios, éstos la bombardearon, aunque das: un gran perro rojo.
con diferente intensidad. Los alemanes, en vez de es- Por razones estratégicas, las proporciones y la
forzarse por no deteriorar la magnífica catedral, cuya significación de la gran batalla de cuatro días librada
torre alta de 325 pies forma la eminencia más visible en mitad de Septiembre entre el ejército de campaña
de la región, parecieron encontrar un acre placer en belga y todas las fuerzas alemanas del Norte de Bél-
dirigir su fuego contra el venerable edificio. Su gran gica, fueron disimuladas en dicho momento por los
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 267
de Amberes á Bruselas. La villa de Weerde estaba al de edificios ó al otro lado de los taludes del ferroca-
otro lado de este terraplén. rril, el enemigo trabajaba seriamente para matarlos,
Abrigándonos todo lo que era posible en las trin- lo mismo queellos trabajaban para destruir al adver-
cheras que hacían zig-zag á través de los campos, y sario. Pero sólo podían verse cara á cara en los com-
franqueando á todo correr los espacios descubiertos bates de las calles ó al atravesar regiones completa-
barridos por la fusilería, acabamos por llegar á la mente descubiertas. El tirador en la guerra moderna
granja. Subimos al granero, abrimos un orificio en el no puede escoger su hombre para abatirlo como un
techo de tejas, y he aquí la batalla ofreciéndose á ciervo, pues el formidable alcance de la artillería ha
nuestros ojos con la establecido dema-
misma limpieza que siada distancia en-
una partida de cri- tre los combatien-
cket vista desde las tes.Por esto, en vez
gradas superiores de apuntar á los in-
de un anfiteatro. En dividuos, las tropas
el foso
profundo que apuntan simplemen-
formaba de nuestro te á los lugares don-
lado el terraplén del de suponen que es-
camino de Bruselas, tán situados dichos
estaba una brigada Todo co-
individuos.
de infantería belga mandante de com-
acurrucada ó acos- pañía indica á sus
tada, compuesta de hombres el blanco y
dos regimientos de la distancia á que
carabineros y dos re- deben tirar, y vigi-
gimientos de caza- la el empleo de sus
dores. Á 500
metros municiones, pues el
al otro lado de la fuego de la infante-
carretera, entrevi- ría resulta general-
mos los muros blan- mente más eficaz
queados de cal y los cuando se hace por
techos de alfarería bruscas explosiones
roja de la villa de y por secciones.
Weerde, mientras En Weerde, la
Á una hora avanzada de la tarde circuló la noticia pero no he visto nunca un fuego tan homicida como el
de que los cañones alemanes habían qued¿ido inútiles, que suprimió en pocos instantes la cabeza de la co-
que el enemigo se batía en retirada y que á las cinco lumna belga, lo mismo que una esponja borra las ci-
y media en punto la linea belga entera avanzaría fras trazadas en una pizarra.
para apoderarse de la villa á la bayoneta. Bajo la Los alemanes habían preparado una trampa en la
protección de un fuego de artillería tan continuo que que cayeron los belgas, ó más bien dicho, se precipi-
parecía el rodar incesante del trueno en las monta- taron en línea recta. Tres minutos después, las bate-
ñas, la infantería belga salió de sus trincheras, y ali- rías de ametralladoras tiradas por los perros desan-
viándose de sus mo- daban el camino en
chilas, que queda- desenfrenada carre-
ron amontonadas en ra. Esto nos dio á
el suelo, se formó entender que era
junto á los taludes tiempo de que aban-
del camino, prepa- donásemos nuestro
rándose para el su- observatorio, pero á
premo asalto. Un pesar del peligro que
momento después, se preparaba per-
una docena de bate- manecimos inmóvi-
rías de ametralla- les para asistir al
doras tiradas por epílogo. Los acci-
perros llegaron á pe- dentes del desastre
queño trote y toma- empezaron á produ-
ron posición á iz- cirse con una rapi-
juguetes mecánicos que los camelots hacen funcionar cia, pero más acentuada. Es fácil concebir cuan des-
en las aceras de los bulevares, y se desplomó lo mis- agradables resultan los shrapnells cuando estallan
mo que si todos sus huesos y sus músculos se hubie- cerca de uno. Se experimenta el deseo de convertir-
sen liquidado de golpe. Un soldado cayó en un foso se en raíz de árbol, oculta en la profundidad de la
lleno de agua y permaneció con sólo la cabeza emer- tierra.
giendo de la superficie. El agua se fué enrojeciendo Me
acordé de pronto de una conversación con
en torno de él. un de artillería que me dijo que el shrapnell
oficial
Comenzaron á volar en pedazos las tejas de nues- lanzado á una distancia de 2 kilómetros, hace sen-
tra granja, bajo el choque de las balas. tirsus efectos en un radio de 8 acres de terreno,
— Esto — declaró Thomson, mi fotógrafo, recogiendo y cada vez que oía muy cerca el gemido de un
Haréis bien viniendo con nosotros. Este lugar resulta pero nos pareció que vivíamos en este corto espa-
insostenible. cio horas y horas de angustia, bajo el diluvio de
Los obuses llegaban en este momento á razón de obuses.
veinte por minuto. Empezaba á anochecer. De pronto cayó una llu-
—¿Si nos ocultásemos en la cueva para esperar via torrencial. El vehículo patinó, oscilando de un
—
un momento de calma? propuso mi fotógrafo al pa- borde del camino al otro, lo mismo que un escocés que
sar frente á una casa. vuelve á su casa después del banquete anual cele-
— Muy bien — dije yo, metiéndome por una gran brando aniversario de su poeta popular, Bobbie
el
puerta destinada á los carruajes. Burns. Varias veces estuvimos próximos á caer en un
— ¡Huid de esa casa! —
gritó un soldado belga sur- foso. Había barro hasta las rodillas. Como el camino
He
aquí los extractos más importantes de la pas-
toral que el cardenal Mercier, arzobispo de Malinas,
dirigió á sus fieles en Diciembre de 1914, y que pro-
vocó las furias de Alemania:
«Yo
tal vez mejor que nadie conozco lo que ha su-
fridonuestro pobre país. Espero que ningún belga
dudará de la resonancia que han despertado en mi
alma de ciudadano y de obispo todos estos dolores.
IGLESIA DI TERM-ONDE BOMBARDEADA Los últimos cuatro meses me parece que han durado
un siglo.
El Primado de la Iglesia belga afirmó la existen- Por millares han sido segadas las existencias de
tencia inmortal de Bélgica frente á las autoridades nuestros bravos compatriotas; las esposas y las ma-
alemanas, que estaban trabajando por su germaniza- dres lloran á los ausentes, que ya no verán más; los
ción á viva fuerza. La carta de Mercier se leyó en hogares quedan vacíos; la miseria se extiende y la
los pulpitosde las iglesias todos los domingos, por angustia oprime todos los pechos. En Malinas y en
orden del Cardenal. El gobierno alemán consideró Amberes yo he visto á la población de estas dos gran-
este documento como una proclama revolucionaria, des ciudades, la una durante seis horas y la otra du-
impidiendo su lectura y enviando fuertes piquetes con rante treinta y cuatro, vivir bajo un bombardeo con-
bayoneta calada para que invadiesen las iglesias du- tinuo, sufriendo las angustias de la muerte. Yo he
rante la misa. Halagos, amenazas, coacciones, todo recorrido las regiones más devastadas de mi dióce-
lo empleó para que el Cardenal retirase ó rectificase sis:Duffel, Lierre, Berlaer, Saint-Rombaut, Konings-
su documento patriótico y amenazador. Pero Mercier Hoyckt, Mortsel, Waelhem, Muysen, Wavre-Sainte-
se mantuvo firme, con una pasividad sonriente, des- Catherine, Wavre-Notre-Dame, Sempst, Weerde, Ep-
baratando con suaves pero incontestables objeciones peghem, Hofstade, Elewyt, Rymenam, Boortmeer-
todas las argucias con que pretendían envolverle los beek, Wespelaer, Haecht, Werchter-Wackerzeel,
enemigos. Rotselaer, Tremeloo; Lo vaina y las aglomeraciones
Para hacer Maquear su firmeza, los alemanes con- suburbanas Blauwput, Kessel-Loo, Boven-Loo, Lin-
virtieron en cárcel el palacio episcopal, teniendo den, Hérent, Thildonck, Bueken, Relst, Aerschot,
arrestado á Mercier durante muchos días, hasta que Wesemael, Hersselt, Diest, Schaffen, Molenstede,
la protesta del mundo entero les obligó á cambiar de Rillaer, Gelrode. y todo lo que yo lie visto de ruinas
actitud y á mentir, afir-
y cenizas sobrepasa á
mando que nada habían cuanto me había podido
intentado contra el heroi- imaginar, no obstante mis
co sacerdote. sospechas. Ciertas partes
El arzobispo de Mali- de mi diócesis que no he
nas, que los alemanes qui- podido ver aún han sufri-
sieran ver lejos de su dió- do iguales devastaciones.
cesis, sigue aferrado á su Iglesias, escuelas, asilos,
palacio ruinoso, ejercien- hospitales, conventos, es-
do el apostolado á costa tán arruinados en número
de sacrificios y privacio- considerable. Pueblos en-
nes en un país que sufre teros han desaparecido
toda clase de calamida- casi por completo. En
des. Gracias á él, la fuer- Werchter-Wackerzeel,
za se ve obligada á hipó- por ejemplo, de 380 casas
critas fingimientos, y no sólo quedan 130; en Tre-
puede hablar con su ha- meloo, las dos terceras
bitual insolencia. Gracias partes de la población han
TBRMONDE DESPUÉS DEL BOMBARDEO
á él, la conciencia del (Fots. Roí) sido arrasadas; en Bue-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 275
Le Secretare
C. KURTH. Direcieur de
parroquia, la dióce- l Inititul hutorlque Bclgc
A. POTTIER. Ch.nome de S..n(e-M.rie-M.|e«.e
sis y la patria.
No podemos contar
nuestros muertos ni
medir la extensión de
nuestras ruinas. ¿Qué
será, si saliendo de
nuestra diócesis, exa-
minamos lo ocurrido
en Lieja, en Namur,
en Andenne, en Di-
nant, en Tamines, en
Charleroi, en Virton
y Semois, en el Lu-
xemburgo, ó en Ter-
monde y Dismude, en
nuestras dos Flan-
des? (2).
Y allí donde las vi-
das han quedado á
salvo y los edificios
materiales intactos,
¡qué de sufrimientos
ocultos! Las familias
que vivían ayer en
la abundancia, se ven
ahora en la miseria;
el comercio está paralizado; la actividad de los oficios caballeresca con la que hemos
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se de las armas contra el enemigo. Todos, al contrario, nuestros aliados sienten por el heroísmo de nuestro
han obedecido fielmente las instrucciones episcopales ejército.Nuestro rey es venerado por todos, y se halla
que recibieron á principios de Agosto, y que les pres- en lo más alto de la escala moral. Él es, tal vez, el
cribían emplear su influencia moral sobre nuestras único que lo ignora, mientras que igual al más simple
poblaciones, para aconsejarles la calma y el respeto de nuestros soldados, recorre las trincheras y anima
de los reglamentos militares.» con la serenidad de su sonrisa á todos, pidiéndoles
que no duden de la patria.
El primer deber de todo ciudadano belga en la
La
pastoral del cardenal Mercier no sólo resultó hora presente, es la gratitud á nuestro ejército.
terrible para los alemanes por las acusaciones incon- Si un hombre os hubiese salvado del naufragio ó
testables que contenía contra la barbarie germánica. del incendio, os juzgaríais ligados á él por una deuda
Fué al mismo tiempo un llamamiento patriótico que de eterna gratitud.
reunió á los belgas dispersos, recordándoles que aun No un hombre, son doscientos cincuenta mil
es
existía la patria, y seguiría existiendo por encima de hombres, que se baten, sufren y caen por vosotros,
los
la avalancha de desgracias. En el preámbulo de su para que seáis libres, para que Bélgica conserve su
valeroso docu- independencia,
mento, como re- su dinastía, su
sumen de los unión patrióti-
consejos que di- ca, y que des-
rigía al pueblo pués de las peri-
belga, escribió pecias que se
estas dos pala- desarrollan en
bras: Patriotjs- los campos de
moyTenacidad. batalla se levan-
te más noble,
«Cuando á mi más altiva, más
regreso de Roma pura y más glo-
— dice el Carde- riosa que nunca.
nal — fui á salu- Rogad todos
dar á nuestros los días, herma-
heridos belgas, nos míos, por es-
pontáneamente á mis labios palabras de gratitud y En vuestro nombre yo les envío desde aquí el sa-
—
emoción: «Mis valerosos amigos les decía yo es — ,
ludo de nuestra fraternal simpatía, y la seguridad de
por todos vosotros y por mi que habéis expuesto vues- que no sólo rogamos por el éxito de sus armas y por
tra vida y sufrís ahora. Necesito expresaros mi res- la salud eterna de sus almas, sino que aceptamos en
peto, mi gratitud, y hacer constar que el país entero su intención todo lo que hay de penoso, física y mo-
sabe lo mucho que os debe.» ralmente, para nosotros en esta opresión momentánea,
Nuestros soldados son, efectivamente, nuestros todo lo que el porvenir pueda reservarnos de humilla-
salvadores. ciones temporales, de angustias y de dolores.
Por primera vez, en Lieja han salvado á Fran- El día de la victoria Anal todos participaremos
cia. Por segunda vez, en Flandes han detenido la del honor.Es justo que hoy participemos todos de la
marcha del enemigo hacia Calais. Francia é Ingla- pena.
terra no lo ignoran, y nuestra Bélgica aparece hoy
ante sus ojos y los del mundo entero como un pue- Dios salvará á Bélgica, hermanos míos; no dudéis
blo de héroes. Nunca me he sentido tan orgulloso de de esto.
ser belga como al atravesar París y Londres. Por Más bien dicho: la ha salvado ya.
todas partes pude ver la admiración entusiasta que Á través de los resplandores del incendio y de los
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vapores de la sangre, ¿no entrevéis los testimonios compatriotas viven en las tradiciones la misma vida
de su amor? ¿Hay un patriota que no sienta que Bél- del pasado; por sus comunes aspiraciones y sus comu-
gica se ha engrandecido? ¿Quién de nosotros se atre- nes esperanzas, prolongan con igual unidad su vida
verá á rasgar la última página de nuestra historia? en el porvenir.
¿(¿uién no contempla con orgullo el resplandor glo- El patriotismo, principio interno de unidad y de
rioso de nuestra patria martirizada? Entre dolores, orden, vínculo orgánico de los miembros de una mis-
ella da á luzheroísmo. Nuestra madre la Patria,
el ma patria, fué considerado por los más selectos pen-
derrama la energía en la sangre de su criatura. sadores de la Grecia y la Roma antigua como la
más alta de las virtu-
Teníamos necesidad des naturales. Aristó-
de esta lección de pa- teles, el príncipe de los
triotismo. filósofospaganos, esti-
Muchísimos belgas maba que el desinte-
usaban sus tuerzas y rés en el servicio de la
derrochaban su tiempo ciudad, ó sea del Esta-
en querellas estériles do, era el ideal terres-
de clases, razas y pa- tre por excelencia.
siones personales. La religión de Cristo
Pero cuando el 2 de hace del patriotismo
Agosto una potencia una ley. No hay un
extranjera, confiando perfecto cristiano que
en su fuerza y olvidan- no sea un perfecta pa-
do la fe de los trata- triota.
is 75 haciendo fuego
.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 281
raios... No es el ejemplo universal y trascendental El único Poder legítimo en Bélgica es aquel que
del Calvario el que yo os invito á contemplar, sino el pertenece á nuestro rey, á su gobierno y á los repre-
de los 30.000 ó 40.000 soldados que han derramado su sentantes de la nación. Él sólo representa para nos-
sangre por la Patria. Contemplando el sacrificio de otros la autoridad. Él sólo tiene derecho al afecto de
estos bravos, decidme vosotros que estáis privados nuestros corazones y á nuestra sumisión.
momentáneamente de vuestro confort habitual, de Por esto los actos de la administración pública del
vuestros periódicos, de vuestras facilidades de viaje ocupante son sin valor para nosotros; pero la autori-
y de la comunicación con las familias, ¿qué es lo que dad legítima ratifica aquellosque están justificados
habéis sufrido?... por el interés general, y de esta ratificación depende
¡Que el patriotismo de nuestro ejército, que el he- todo su valor jurídico.
roísmo de nuestro rey y nuestra reina amada, tan Las provincias ocupadas no son provincias con-
conmovedora en su grandeza de alma, nos sirvan de quistadas. Del mismo modo que la Galitzia no es
estímulo y sostén! No nos quejemos. ¡Merezcamos una provincia rusa, Bélgica no es una provincia ale-
nuestra liberación! Acelerémosla, más por nuestras mana.
virtudes que por nuestras plegarias.
Valor, hermanos míos. El sufrimiento pasará. Pero
t D. J. CARDENAL MbKCIBK, ARZOBISPO DB MALINAS»
la corona de vida para nuestras almas y la
gloria para
O
la nación no pasarán nunca.
Alberto.»
testigo de la entrevista
— se ponia verde al contener su tinación del comandante alemán, que pretendía que
rabia, el arzobispo le saludó con su sonrisa irónica un civil había tirado contra su tropa. El sacerdote
y espiritual que todos sus íntimos conocen. fué fusilado.
• Inútil es decir
que el general no insistió, y la Nota En el país flamenco, donde el cura vive en estre-
quedó sin firmar.» cha relación con sus fieles y los conduce y domina,
o
los sacerdotes han conocido el ultraje supremo de ver-
Henry Davignon, ministro belga de Negocios Ex- se vilipendiados, inmovilizados y sometidos á todos
ocuparse de «Los procedimientos de los
tranjeros, al en presencia de
los insultos, los campesinos que los
alemanes en Bélgica», dedicó una atención especial respetaban y admiraban.
al ensañamiento con que los soldados invasores tra- En la Walonia industrial, donde el sacerdote tiene
taron á la religión católica que luchar incesantemente
y sus ministros. para hacerse admitir y edi-
ficar con sus obras á las
«El encarnizamiento de incrédulas masas de obre-
los soldados alemanes contra ros, resultó una irrisión el
los sacerdotes — dice Davig que los alemanes lo acusasen
non — resulta indiscutible. de haber fanatizado al
No se sabrá nunca, ó más pueblo.
bien dicho, nadie osará im- «Como rehenes serán co-
ban parte de un grupo de condenados, confesaban y otros», y el emperador hace un llamamiento á Dios
daban ánimos á sus compañeros. El cura de una al- en cada una de sus proclamas guerreras. Hay que
dea situada en la cumbre de las Ardennes, cerca de haber visto lo ocurrido en Bélgica, para darse cuenta
la frontera
alemana, se ofreció por sus feligreses, de- de la indignación que inspiran estas invocaciones
nunciándose como único culpable, en vista de la obs- blasfematorias.»
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 285
286 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
mas de la guerra. Según todos ellos, la guerra había desolado por la guerra. Italia conservaba todavía su
matado al Papa. neutralidad,
Viendo la in- manteniendo li-
utilidad de sus bres los caminos
esfuerzos
para de Roma para
conservar la todos los carde-
tendido que el Papa, al iniciarse la contienda, diese elección de un nuevo Papa. Diez días después de la
una opinión favorable á la política de los dos impe- muerte del Pontífice, los cardenales se reúnen en una
rios, recordándole para esto el carácter religioso de de las galerías del Vaticano. Todas las salidas del
Austria-Hungría y el gran número de católicos de lugar donde se realiza el Cónclave quedan cerradas
Alemania. Pero Pío X se negó resueltamente, dicien- con un muro, así como las arcadas del pórtico, de
do: «Yo sólo puedo pedir la paz.» modo que sólo hay libre una puerta que conduce á la
Lo ocurrido en Bélgica aceleró su muerte. La des- sala llamada real. Esta puerta se cierra con cuatro
gracia de este país católico y gobernado por el par- cerrajas: dos interiores, cuyas llaves guardan el Car-
tido católico, le preocupó día y noche. El heroísmo de denal Camarlengo y el primer maestro de ceremo-
las tropas belgas le inspiraba admiración, pero no nias, y dos exteriores, cuyas llaves quedan en poder
pudo retener sus lágrimas de intensa pena al recibir del mariscal del Cónclave. La comida y la cena de
la noticia de las matanzas en masa ordenadas en los cardenales, así como todas las cosas necesarias
Lieja, Lo vaina, etc., donde habían perecido mujeres, para su existencia, son introducidas por ocho tornos,
sacerdotes y niños. semejantes á los de los conventos. En la gran puerta
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 287
hay una ventana, á través de la cual los cardenales debía apresurarse á declarar su oposición antes de
dan audiencia á los embajadores que desean comuni- que el número de votos fuese completo, pues de no ser
car algo al Sacro Colegio; pero esta ventana tiene una así, la elección resultaba canónica é irrevocable.
cortina bien cerrada. Austria, España y Francia, consideradas como las
El cardenal que sale del Cónclave, aunque sea por tres grandes potencias católicas, disponían hasta
causa de enfermedad, no puede volver á él y pierde hace poco del llamado veto, ó sea el derecho de ex-
el derecho de tomar parte en la elección. Todo carde- cluir á un candidato papal que no fuese de su gusto.
nal lleva con él dos secretarios, llamados «conclavis- España y Francia fueron renunciando lentamente á
tas», y tres si es príncipe. Estos secretarios deben ser este derecho, con el curso del tiempo, al no hacer uso
eclesiásticos. de él. Austria lo ha conservado hasta hace poco como
La votación empieza al día siguiente de la entra- una prerrogativa de gran valor. Todavía en el Cón-
da de los cardenales en el Cónclave, después de una clave que eligió á Pío X, el Imperio austríaco hizo
misa del Espíritu Santo, y se continúa todos los días. sentir su influencia, ejerciendo el tradicional veto
Esta votación se verifica en la capilla de Sixto IV, para oponerse á la elección del cardenal Kampolla,
llamada capilla Sixtina. Después de la misa, cada continuador de la política de León XIII y amigo de
cardenal recibe una cédula en la que escribe su nom- Francia.
bre y su lema, y en otro pliego cerrado y sellado su Pió X, que vivía apartado de la política y desea-
voto, de manera que el nombre del cardenal pueda ba laindependencia de la Iglesia, abolió este derecho
leerse y su voto quede secreto. Estas cédulas son de- de otros tiempos, tanto más cuanto que Austria lo usa-
positadas en un cáliz sobre el altar. Cuando empieza ba como un arma en favor de la Triple Alianza, para
el escrutinio y los pliegos son abiertos, cada cardenal imponer un Papa de tendencias germanófilas.
tiene delante de él una lista en la que va marcando Si después de un escrutinio ninguno de los candi-
los votos, á medida que son anunciados. Si un candi- datos reúne el número de votos necesarios, se procede
dato obtiene las dos terceras partes de votos, queda á lo que se llama el «accésit», que es una continua-
elegido indiscutiblemente. Por esto cuando un carde- ción del escrutinio, con la sola diferencia de que los
nal extranjero se daba cuenta antes de que iba á ser cardenales escriben en su papeleta «yo accedo», en
elegido un candidato que su corte deseaba excluir, lugar de «yo voto». La persona que se designa en el
288 VICENTE BLASCO IBANE2
principios de Septiembre, se
creyó por un momento que el
gobierno austríaco pretende-
ría, como siempre, hacer uso
del veto, para desbaratar
todas las elecciones, hasta
conseguir un Papa favorable
á su política. Pero Pío X
había previsto en vida esta
maniobra, condenándola con
severa sanción. Recordaba
los manejos del cardenal
austríaco de Cracovia en el
Cónclave anterior, y por esto
declaró abolido el privilegio
del veto, añadiendo con su
autoridad infalible que el que
intentase resucitarlo en el LA MISA PAPAL PARA LA PROCLAMACIÓN DE BENEDICTO XV
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 289
arrinconados moralmente, mientras que todos se aglo- cáliz, convertido en urna electoral, con 50 votos por
meraban en torno de Mercier, el arzobispo de Mali- 60 votantes.
nas, cuyo visible dolor realzaba más aún su natural La elección no podía resultar más imprevista. El
dignidad. En el primer escrutinio el nombre de Mer- arzobispo de Bolonia era el cardenal más joven del
cier alcanzó 25 votos. Después de este homenaje, co- Cónclave, pues había recibido la púrpura tres meses
menzaron de la política sagrada.
las luchas antes.
Es de tradición en el Cónclave votar dos veces por •
¡iacomo, marqués de Della Chiesa, nacido en Ge-
día, pero las circunstancias resultaban urgentes y los nova en 1854, era de la raza y de la clase de los Pecci
votos se sucedieron sin interrupción, especialmente y los Rampolla; un aristócrata de nacimiento, un di-
cuando la lucha quedó circunscrita á dos candidatos: plomático de educación y de carrera.
Pietro Maffl, arzobispo de Pisa, y Domenico Ferrata, El nuevo Papa difería enteramente de su pre-
antiguo Nuncio en París. decesor Pío X, de origen
Maffi era tenido por li- popular, ajeno por prin-
beral, y había de luchar, cipio á la política, y
naturalmente, con todos preocupado únicamente
los cardenales creados de la teología, la dogmá-
por el Papa difuuto. Fe- tica y la disciplina ecle-
rrata pasaba por amigo siástica.
de Francia, sin ninguna Después de haber he-
razón justificada, á causa cho sus estudios en el
solamente de la vida di- Colegio Capranica, el
XII
surgía de las tinieblas, revelándonos de pronto nues- tiempo. Estos guerreros aficionados estaban en perpe-
tros faroles la silueta de un centinela con largo capo- tua agitación, y tenían un modo poco tranquilizador
te, y yo contestaba murmurando la palabra de paso, de manejar el fusil. Más de una vez, durante nuestras
no podía menos de admirarme á mí mismo, como si excursiones por la campiña, fuimos apostrofados por
fuese un personaje de melodrama... Y así era en re- guardias cívicos, á los cuales, indudablemente, no les
alidad, aunque en aquel momento yo no me daba exac- habían confiado el santo y seña, pero que con aire de
ta cuenta de ello. Todos, más ó menos, éramos acto- importancia aprobaban moviendo la cabeza cuando
res ó figurantes del drama más grande que jamás se yo lo murmuraba en su oído.
ha visto en el escenario humano. Este ejército secundario de soldados ciudadanos,
Cerca de Amberes los centinelas pertenecían á las conocido con el nombre de «Guardia Cívica», no tiene
tropas bien disciplinadas del ejército regular, pero en equivalente, que yo sepa, en ningún otro país. Es una
las regiones excéntricas, entre Ostende y Gante espe- milicia nacional, compuesta en gran parte de comer-
cialmente, las patrullas se componían de individuos ciantes y empleados, cuya función, antes de la guerra,
de la Guardia Cívica, cada uno de los cuales se imagi- consistía simplemente en exhibir sus uniformes varia-
naba que la salud de la nación dependía de su vigilan- dos, con motivo de las ceremonias públicas. Estos
cia particular. Loable creencia, pero muy molesta y uniformes eran distintos según las provincias. La di-
peligrosa para los demás. Cada vez que un guardia visión montada de la Guardia Cívica de Amberes lu-
cívico me interpelaba, sentía cierta nerviosidad, apre- cía un uniforme verde y escarlata, muy parecido al
de los guias, ó sea al de la caballería nacional. En
las ciudades flamencas, los soldados ciudadanos ves-
tían un capote azul y largo, con los faldones abrocha-
dos atrás, y cubrían su cabeza con un sombrero negro,
de fieltro rígido, adornado con una pluma. Al iniciar-
I
cumplían las funciones de mensajeros, de ujieres en Uno de estos efebos había resultado tan hábil en este
las oficinas, de guías, de ordenanzas del Estado Ma- género de misiones, que el gobierno lo empleaba re-
tenhove, voluntario en
VISTA DE AMBERKS Y EL ESCALDA el 3." de lanceros y que
Plaza del hotel de Ville. En primer término el palacio del Municipio, que data de la dominación española
y conserva en su fachada principal el escudo de España n apenas tenia 19 años,
,p ot jj
se hizo malar con un
damente en acantonamientos del enemigo, ame-
los puñado de camaradas en Saint-Pierre-Capelle, lu-
trallándolo para escapar luego indemnes, antes de chando contra una fuerza enemiga cincuenta veces
que pudiesen perseguirlos. Pasaban al otro lado de superior. Tan asombrosa fué esta bravura, que los
las líneas del invasor y cortaban á sus espaldas los alemanes, olvidando su brutalidad habitual contra los
medios de comunicación. Tan temibles se hicieron, belgas, dieron al cadáver una sepultura digna, colo-
que los alemanes dedicaron una atención especial al cando sobre ella esta inscripción en alemán: «Ha
auto-ametralladora de los cuatro aristócratas, orga- muerto como un héroe.* En estricta justicia pueden
nizando una emboscada para acabar con ellos. Sor- quedar comprendidos en tan honrosa denominación
prendidos por el enemigo cuando ellos creían sorpren- los -10.000 voluntarios belgas de todas clases y condi-
BL TUERTO DE AMBERES
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 19l4 297
ciones, que ofrecieron la vida á su patria y nunca etcétera, mientras que en las buhardillas el privi-
vacilaron ante el peligro. El escuadrón de lanceros legio de la extraterritorialidad era ejercido por la
de que formaba parte el joven barón Kervyn, muerto República de China. Todas las noches los ministros
—
en el campo de batalla un escuadrón compuesto de belgas y los representantes diplomáticos se veían
cien jinetes —
cargó tranquilamente contra toda una
,
en el gran comedor rojo y negro, donde las peche-
división alemana. ras relucientes de los hombres y los blancos esco-
o
tes de las señoras, en unión de los uniformes de los
«Cuando al aproximarse los alemanes á Bruselas agregados militares ingleses, franceses y rusos, for-
— dice Powell — la capital política fué trasladada á maban los elementos de un cuadro brillante. Ante
Amberes, la instalación de los diversos ministerios este espectáculo seductor, era difícil imaginarse que
tropezó con grandes dificultades. Muchos grupos ad- bastaba subir á los tejados del hotel para contem-
ministrativos tuvieron que alojarse en el primer local plar las llamas de los pueblos incendiados en los alre-
BL HOTEL, DE VILLB
que encontraron. El ministerio de Negocios Extranje- dedores y oir el rugido de la artillería alemana.
ros se instaló en una escuela de la Avenida del Co- Con la progresión del sitio y el estrechamiento
mercio, y el ministro Mr. Davignon daba audiencia constante de las líneas de ataque, las prescripciones
en una sala dedicada á los cursos de Fisiología, cuyas militares que regían la vida de Amberes acentuaron
paredes estaban cubiertas aún de cuadros anatómi- sus rigores. Les fué prohibido á los periódicos locales
cos. El Gran Hotel dio asilo á otro3 ministros. Los el anunciar los fracasos y reveses de los belgas, y en
miembros del cuerpo diplomático se instalaron en el cierto momento se prohibió igualmente la introduc-
hotel San Antonio, donde yo estaba. En nuestras ter- ción de diarios ingleses. El correo sólo aceptaba
tulias,decíamos riendo que todo el que se viese per- cartas cerradas para Inglaterra, Rusia y Francia, y
seguido por la policía no necesitaba más que pasar estas cartas las guardaba cuatro días, antes de trans-
las puertas del hotel para encontrarse seguro bajo la mitirlas, para dificultar con tal retraso los informes
protección de una bandera extranjera. El entresuelo posibles del espionaje. Naturalmente, los telegramas
era territorio británico, pues estaba ocupado por la sufrían una censura severa. El servicio telefónico
legación de Inglaterra. Una parte del segundo piso estaba suspendido, excepto para las necesidades del
podía considerarse territorio ruso, ya que el repre- Estado. Á las ocho de la noche quedaba totalmente
sentante del zar tenía allí sus oficinas. Un determi- paralizado el servicio de tranvías. Exceptuando unos
nado dormitorio figuraba la Rumania; otro la Grecia, cuantos vehículos tirados por caballos decrépitos, no
Tono 11
298 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
había carruajes de alquiler. El miedo al espía había manes residentes en Amberes habían afirmado, con
llegado al paroxismo, y no faltaba fundamento para la copa en alto, su amor, su lealtad y su desinte-
ello, como diremos más adelante. Todo el que en un rés con la ciudad hospitalaria donde se hallaban es-
restaurant pedía un plato de choucroute resultaba tablecidos... Y estos mismos alemanes aprovecha-
sospechoso. No pasaban
veinticuatro horas sin que ron la primera oportunidad que se les ofreció para
la policía invadiese alguna casa, arrestando á sus traicionar á su ciudad de adopción. En la bodega de
ocupantes como presuntos espías. Según el decir de una casa lujosa, perteneciente á uno de los miem-
las gentes, todos aquelloscuya culpabilidad quedaba bros másnotables de la colonia germánica, la po-
bien establecida, eran inmediatamente pasados por licía belga descubrió al principio de las hostilida-
las armas más allá de los baluartes. Pero sobre esto des un enorme depósito de municiones y centenares
siento yo muchas dudas. Los belgas tienen buen ca- de fusiles y uniformes alemanes. Por una culpable
rácter y no son aficionados á lo trágico. Si realmente confianza de las autoridades belgas, una sociedad ale-
se fusilaron espías, debieron ser muy pocos. mana tomó la contrata de los armazones de acero
Nadie se podía aventurar fuera de su casa sin pa-
peles de identidad, pues era forzoso exhibirlos para
entrar en el correo, en las oficinas del telégrafo, en
los bancos, las estaciones y otros establecimientos
públicos. Los papeles eran de categorías diversas: el
simple pasaporte que no tenía otra virtud que esta-
blecer la nacionalidad del que lo llevaba; el permiso
de residencia dado por la policía que atestiguaba las
razones imperiosas que habían movido al portador á
trasladarse á Amberes, y el apreciado y buscadísimo
salvoconducto, librado por la autoridad militar, y con
el retrato de su beneficiante, especie de sésamo má-
para de Amberes, y
las fortalezas
al llegar lahora psicológica se vio
que el metal entregado era de una
calidad lamentable. Un rico alemán
poseía una soberbia casa de cam-
po, cuyos jardines llegaban hasta
el foso de una de las fortalezas ex-
teriores. Un día aseguró á la auto-
ridad militar que si le dejaban em-
plear el agua de los fosos de la for-
taleza, instalaría una piscina en su
jardín para que los soldados pudie-
sen nadar. La «generosa proposi-
ción» fué aceptada, y cuando lle-
garon los días del sitio se vio que
el foso había quedado sin una gota
general de subditos alemanes. En algunos casos la hacer inevitable la retirada y el internamiento y des-
muchedumbre se mostró irrespetuosa y rompió los arme de otra fracción en territorio holandés.
vidrios de unos cuantos cafés germánicos en el barrio Amberes pasaba por una plaza tan inexpugnable
del puerto, pero ningún teutón fué personalmente á los ojos de la mayoría de los belgas, que hasta el
maltratado. Simplemente los condujeron con sus ba- último momento ni un vecino de cada mil creyó en la
gajes á la frontera. posibilidad de la entrega de ella. El ejército creía
En mi opinión, debía haberse hecho lo mismo con igualmente á Amberes intangible, y el Estado Mayor
toda la población civil de Amberes, desde el momento participaba de esta confianza. Una ruda y triste des-
marcha. Á pesar de la penumbra, no era posible equi- pañado de una media docena de miembros del cuerpo
vocarse. Estaba viendo un zeppelín alemán. diplomático en pyjama, subí á toda prisa á una espe-
Algo análogo á la caída de una estrella errante cie de observatorio sobre el techo del edificio. Un
describió su trayectoria en el cielo, y un momento agregado de la legación británica, personaje solemne
después un crujido siniestro, anonadador, hizo tem- en tiempo normal, llevaba una bata de seda color gra-
blar el hotel hasta sus cimientos. Las paredes del nate. Cuando empezó á ascender por las barras de
cuarto parecieron bambolearse en torno mió, y duran- hierro de la escala de salvamento del hotel, me hizo
te uno de esos momentos en los que la consternación el efecto de una sufragista marchando á un motín.
os corta el aliento, creí que el enorme edificio iba á Al llegar todos nosotros al tejado, las ametrallado-
desplomarse. Treinta segundos después se produjo el ras y los cañones belgas, tirando en ángulo elevado,
sonido desgarrador de una explosión, luego de otra... apuñaleaban las tinieblas con sus chorros de llamas.
luego de otra: diez en total, cada una de las cuales, Las tropas de la guarnición acribillaban el aire con
afortunadamente, tronaba más lejana. sus descargas, y en la calle los gendarmes hacían fue-
Esto fué tan repentino, tan absolutamente impre- go locamente, disparando sus revólvers. Desdeñoso de
visto, que transcurrió algúu tiempo antes de que me la consternacióny el pánico que había ocasionado, el
diese cuenta exacta de la verdad, ó sea, de que el zeppelín, después de lanzar una bomba final, ganó
monstruo que erraba
allá arriba, en las tinie-
vez he soñado, y mi si- ÜN ZEPPBLIN ARROJANDO BOMBAS SOBRE AMBElíES EN TLENA NOCHE
tuación será ridicula si (Dibujo de un periodista ingles, testigo presencial)
peinados por la almohada, fueron saliendo para pre- recta. No solamente atravesó la techumbre como lo
guntarme si los alemanes nos bombardeaban. hacen los obuses de una pieza de campaña. Los tres
«Así es», contesté sin detenerme.
tenia tiempo No pisos superiores se desplomaron y desmenuzaron hun-
para explicarles que por primera vez en la Historia diéndose entre una ruidosa avalancha de ladrillos,
se había dado el caso del bombardeo aéreo de una piedra y yeso, lo mismo que si un titán les hubiese
gran ciudad. asestado un golpe de maza. Otra bomba cayó en la
Encontré que el vestíbulo se llenaba rápidamente plaza del Peso Público, que es poco más ó menos de
de gentes apenas vestidas, y cuyos dientes chocaban las dimensiones del Kuscll Square de Londres. El pro-
de emoción. Guiado por el gerente del hotel, y acom- yectil abrió en el pavimento de adoquines una exea-
302 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
vieron sus ventanas limpias
de vidrios.
En ningún campo de bata-
lla he contemplado un espec-
táculo tan horrible como el
W$*F
UN DIRIGIBLE ALEN
de Amberes, los «taubes», aeroplanos alemanes que esos cigarros belgas que á él le gustan: siete por un
tienen la forma de una paloma y á esto deben su nom- franco.
bre (taube significa paloma en alemán), rivalizaron — ¡Y los alemanes llaman á eso una paloma! ex- —
en la ejecución de audaces reconocimientos. Un día clamó el rey con los ojos fijos en el aeroplano
—
Más .
que estaba yo con el Estado Mayor en Lierre, uno bien parece un halcón.
de estos taubes pasó sobre el Hotel de Ville, donde Algunos días antes de la caída de Amberes un tau-
dicho Estado Mayor se había instalado. El rey Alber- be se deslizó sobre la ciudad, lanzando miles de pro-
to se hallaba justamente en la calle, fumando uno de clamas en francés y en flamenco, firmadas por el co-
mandante del ejército sitiador. En
ellas anunciaba el jefe alemán á los
sitiados la inutilidad de su resisten-
^k~
—-^ ^
"
H tt m *ar m\ m -m\- m, ~m\ m
lililí!
ra y de fusil. Al efectuar un reconocimiento, los avia- Todo lo que estaba montado sobre cuatro ruedas
dores se ven obligados á mantenerse á 1.000 ó 1.500 —
y accionado por un motor diminutos carruajes ame-
metros, y desde esta altura las observaciones resul- ricanos, largos y estrechos vehículos de carreras,
tan difíciles, pues vistos á través de los lentes más suntuosas limosinas con las portezuelas ornadas de
poderosos, los objetos toman las formas más anorma- escudos nobiliarios, jardineras de comercio llevando
les y desconocidas. Los aviadores belgas me han ase- el rótulo de negociantes de Amberes, Gante ó Bruse-
gurado que temen más el fuego de fusilería que las las, camiones que habían servido normalmente para
explosiones de los shrapnells. La fusilería resulta mu- el transporte de maderas ó de bovinas de papel para
impresión, autobús de hotel— todo había sufrido la soldado que manejaba la ametralladora quedasen ex-
misma suerte, y estaba embadurnado con una capa de puestos al fuego enemigo. La torrecilla estaba cu-
color gris elefante, y la etiqueta S. M. (Servicio Mili- bierta de placas de acero de media pulgada y monta-
tar) en caracteres de enormes dimensiones. Todo par- da sobre un chasis ordinario. Después de la desastrosa
tía para el frente, muchas veces bajo la dirección de sorpresa de Herenthals, en la que perdieron la vida
un chófer novicio, y los aficionados al automovilismo el joven principe de Ligne y sus tres compañeros,
gemían al ver cómo eran tratados ciertos carruajes. tripulantes de un auto-ametralladora, los constructo-
Sin embargo, todos cumplieron su misión. Funcio- res se dieron cuenta de que estos carruajes estaban
nando por término medio á 20 kilómetros por hora insuficientemente protegidos, y para remediar tal de-
—velocidad excepcional para los transportes milita- fecto, colocaron sobre la torrecilla una cúpula móvil
res — sólo sufrieron raros accidentes, remediados en
,
con ventana para la boca del cañón.
seguida por automóvil de reparaciones. Antes de
el Estos vehículos temibles, que se reían de las balas
la guerra, el ejército belga no tenía un servicio de y hasta de los shrapnells, no tardaron en ser la pesa-
transportes digno de este título. Pero no habían sido dilla de los alemanes. Conducidos por los más fogosos
reducidos aún al silencio los fuertes de Lieja, cuando chófers de Bélgica, maniobrados por jóvenes que te-
Bélgica se vio tan nían el diablo en el
bien proveída de cuerpo, y armados
material de trans- con cañones auto-
porte, como el me- máticos que espar-
jor país de Europa. cían el plomo á ra-
Este servicio te- zón de mil proyec-
nía por cuartel ge- tiles por minuto,
neral el Parque de las fortalezas ro-
Automóviles Mili- dantes se arrojaron
tares, establecido á través de las lí-
en los muelles de neas enemigas,
la compañía de na- diezmando á una
vegación la «Red avanzada, tendien-
Star» de Amberes. do en el suelo con
Siempre había allí sólo una descarga
un centenar de ve- á una patrulla de
hículos de reserva caballería, dinami-
con todo el material tando un puente ó
accesorio necesa- un túnel para difi-
rio. Desde el mo- cultar las comuni-
mento que el go- DESTROZOS CAUSADOS EN t'NA CASA DE AMBERES caciones del inva-
bierno ponía un ca- POR LAS BOMBAS DE UN ZEPPELÍN sor; después de lo
cirlo—por caer en manos de los alemanes. la abertura de la torrecilla, pasó ante mí á una velo-
Aunque franceses y alemanes habían hecho du- cidad de 25 kilómetros por hora. El auto escupía sin
rante años numerosos ensayos de diversos tipos de cesar descargas de plomo homicida, y así fué solo al
autos blindados, los belgas, que jamás habían estu- encuentro de los alemanes que avanzaban... Pero á
diado seriamente la cuestión, fueron los primeros en algunos centenares de metros de la línea enemiga el
producir y explotar un vehículo de esta especie, ver- vehículo fué disminuyendo su marcha, hasta quedar
daderamente práctico. Los automóviles armados que inmóvil. La provisión de esencia del motor se había
emplearon al principio de la guerra estaban construí- agotado. Inmediatamente, un soldado de su tripula-
dos por los talleres de La Minerva, en Amberes, y ción echó pie á tierra con una lata de esencia en la
consistían en una torrecilla redonda, alta, lo preciso mano, y mientras la ametralladora seguía haciendo
nada más para que solo la cabeza y los hombros del fuego, se dedicó á llenar tranquilamente el depósito.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 309
los viejosy los enfermos; los he visto en los hospitales do belga y ministro de Estado, que salía tranquila-
recogiendo las palabras supremas de adiós y admi- mente del comedor.
nistrando los sacramentos á los moribundos. —¡Cómo! ¿Aquí todavía, conde? exclamé Yo— — . le
Recuerdo que al atravesar los corredores, camino británica, dos corresponsales de diarios ingleses lo
de mi habitación, percibí cierto olor de humo. Después abordaron pidiéndole permiso para celebrar una in-
supe que el ministro de Inglaterra, Sir Francis Vi- terviú.
lliers, y su secretario, quemaban papeles en las habi- —¡No diré —
una palabra! gritó el ministro de Ma-
taciones ocupadas por la legación británica. El mi- rina dando un puñetazo en la mesa —. Vuestro si-
nistro de Rusia, que vigilaba la preparación de sus tio no está en Bélgica. Debéis iros de aquí cuanto
maletas en detuvo para despedirse de mí.
el hall, se antes.
Comprenderéis mi sorpresa cuando á la mañana si- Mi mesa estaba cerca de la del ministro, y como
guiente, yendo á tomar mi desayuno, me encontré con oí perfectamente la súplica y la descompasada répli-
el conde Goblet de Alviella, vicepresidente del Sena- ca, nc pude menos de dirigir en voz alta á uno de mis
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 315
había subido ya muchos peldaños de la escalera. del timón. Hasta los que estaban bien enterados de lo
— Creo, señor burgomaestre repuso
— sin dejar de críticas que eran las circunstancias, sintieron una
correr y con una voz que resonó hasta en el fondo del tranquilidad semejante. Un hombre como Mr. Chur-
vestíbulo — que de ahora en adelante todo irá bien.
,
chill sólo podía manifestar públicamente tal confian-
Vamos á salvar á Amberes. za después que refuerzos considerables de hombres y
Al oir esto, la mayoría de los civiles lanzaron un cañones hubiesen emprendido la marcha para salvar
suspiro de satisfacción, que desahogó sus pechos. Un á Amberes. Pero las declaraciones del enérgico, im-
verdadero marino iba á tomar en sus manos la rueda petuoso y joven ministro, no disiparon del todo mis
dudas, pues desde las ventanas de mi cuarto oía cla-
ramente el rugido de los cañones alemanes, y sus so-
noridades se iban aproximando cada día de un modo
apreciable.
El ministro Churchill consagró esta tarde y los
tres días siguientes á la inspección de las posiciones
la canción popular de music-hall que lia venido á ser Muchos de mocetones animosos que cantaban
los
sus hombres. Sin embargo, estos reclutas fueron lan- puntiagudo pusieron el pie en la orilla opuesta, las
zados inmediatamente en las trincheras, desprovistas tropas belgas se dieron cuenta, antes que nadie,
en su mayoría de techos y abrigos, y á pesar de fal-
tarles el apoyo de una artillería seria, las defendieron
durante tres días bajo el fuego más mortífero, reti-
rándose luego en perfecto orden. ¿La cifra de sus pér-
didas?... La ignoro. En Amberes se reconocía general-
mente que la quinta parte de los marinos ingleses ha-
bían sido muertos ó heridos. Trescientos de ellos entra-
ron en sólo un hospital. El gobierno británico anunció
oficialmente que 600 de sus hombres habían sido repe-
lidos por el enemigo hacia la frontera holandesa, te-
niendo que entregarse para ser internados en Holanda.
Fué considerable el papel que desempeñó en la
defensa de la ciudad el famoso tren blindado cons-
truido bajo la dirección del teniente Littlejohn, en los
talleres de la compañía Hoboken, de Amberes. Este
tren se componía de cuatro furgones descubiertos,
con sus paredes blindadas á la altura necesaria para
la protección de los sirvientes de cuatro cañones de
marina del 47 llegados de Inglaterra— llegaron seis,
pero sólo hubo tiempo para montar cuatro — .En-
tre cada uno de estos furgones se intercalaba un va-
PUENTE DE BARCAS SOBRE EL ESCALDA, CONSTRUIDO POR LOS INGENIEROS BELGAS PARA LA RETIRADA
DE LA GUARNICIÓN DE AMBERES
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 321
ción civil de Amberes podrá olvidarlo nunca. Faltan alimentos, y de los que podían extender las pier-
palabras para describirlo exactamente. No fué una nas en su flotante encierro. Durante dos noches con-
fuga: fué un desastre. Esta población flamenca, sesu- secutivas, estos desgraciados permanecieron en mon-
da, reflexiva, lenta en sus movimientos como en sus tón, sobre los puentes de las embarcaciones, á cielo
ideas, se metamorfoseó de golpe en un rebaño loco, abierto, arrostrando el frío y las tinieblas, mien-
azotado por el pánico. El movimiento envolvente de tras que la artillería gruesa de sitio destrozaba la
los alemanes, que tendía á encerrar á Amberes, sólo ciudad que dejaban detrás de ellos. Cuando yo re-
dejó tres caminos: el del Oeste, ó sea el de Uante, por montaba en barca este Escalda lleno de embarca-
San Nicolás y Loreken; el del Nordeste, ó sea el de la ciones, en la tarde siguiente de la primera noche
frontera holandesa, y el de la plaza holandesa de de bombardeo, me pareció ser perseguido por una
Flessinga, bajando las aguas del Escalda. Medio mi- oleada de sonidos, un inmenso y complejo murmullo
llón de fugitivos —
porque al vecindario de Amberes de agonía, de miseria, de cansancio y de hambre,
había que añadir toda la población suburbana y rural que se elevaba de esta muchedumbre expulsada de
acudida de 30 kilómetros á la
—
redonda huyó de la ciudad.
Es probable que de esta ci-
fra, 250.000 se evadieron por
el Escalda. Todo lo que podía
Tomo u •10
322 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
bueyes, asnos y hasta por vacas. Miles y miles de tan rasa y limpia de alimentos como el Sahara de
desterrados marchaban simplemente á pie. Muchos
hombres empujaban al avanzar sus carretillas de una
rueda, llenas de fardos de ropas sobre los cuales iban
sentados niños pequeños. Robustas y jóvenes campe-
sinas llevaban á sus parientes viejos en los brazos ó
á cuestas. Vi á mujeres elegantes, con gabán de pie-
les y botinas de altos tacones, avanzar agarradas á
la trasera de un furgón de artillería ó de un carro de
víveres. Vi á hombres y mujeres de cabellos blancos
aferrados á los arneses de las bestias que tiraban de
los cañones ó á las correas de los estribos de los sol-
SOLDADOS BELGAS EN LAS FRONTERAS CUIDANDO DB LOS NIÑOS PERDIDOS POR LA MUCHEDUMBRE EN SU FUGA
(Fot. Rol)
Respetables ca-
balleros viejos,
damas con tra-
jes elegantes,
corrían por los
campos para
arrancar na-
bos, que devo-
raban crudos.
No había otra
cosa. Durante
una sola noche,
en las cerca-
niños recogidos por i.os soldados belgas nías de un pue-
324 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
y de humo denso.
Cuando uno de estos terribles proyectiles atacaba
á un ediñcio, no se limitaba á descoronarlo de sus
pisos superiores ó á abrir una perforación enorme en
sus muros. El ediñcio entero se hundía, se disgrega-
ba, se aplastaba en el suelo como bajo el golpe de una
mano omnipotente. Cuando hacía explosión en la
calle, no se contentaba con practicar en el pavimento
un agujero de las dimensiones de una bodega, sino
que además cortaba en rebanadas las fachadas de los
edificios comprendidos en su radio de acción, dejando
al descubierto las habitaciones, como los interiores de
los decorados de teatro.
Comparado con los destrozos del 420, el fuego de
obuses y shrapnells de la primera noche de bombar-
deo resultaba insignificante. Estos proyectiles mons-
truosos atravesaban las obras de albañilería de gran
solidez como simple cartón. Las cuevas de bóveda
más protección cuando una de
fuerte no ofrecían
estas bombas estallaba sobre ellas. En ciertos mo-
mentos parecía que la ciudad entera se desplomaba
en torno de nosotros. Este bombardeo sólo duró hasta
VECINOS DE AMBERES EMBARCÁNDOSE PRECIPITADAMENTE media noche, y sin embargo, en toda la parte Sur de
PARA HUIR DE LOS INVASORES Amberes no quedó una sola calle que no estuviese
llena de escombros. Hay que exceptuar las calles que emplazadas durante la noche por espirales de fuego.»
habían sido habitadas por alemanes, y donde éstos con- (Powell, para cumplir sus deberes de periodista,
servaban aún sus casas. Casi ninguna de ellas fué alean- tuvo que trasladarse en automóvil á Gante, donde fun-
zada por el bombardeo, lo que demuestra que el espió- cionaba aún el servicio telegráfico. Luego de enviar
naje estaba en comunicación con la artillería sitiadora, sus telegramas relatando lo ocurrido en Amberes
Las arterias principales quedaron cubiertas por quiso volver á la ciudad. El camino de Gante á Ambe-
una capa de lámpa- res resultaba im-
ras eléctricas, ca- practicable, pues
bles de troley de los había que abrirse
tranvías, columnas paso en la muche-
sustentadoras y ár- dumbre de fugi-
Las
boles abatidos. tivos, marchando
aceras tenían una en dirección contra-
alfombra de vidrios ria.)
dirección opuesta. Por esto, deslizándonos por los ca- explosiones de los obuses se sucedían con sólo unos
minos laterales, relativamente libres, el jueves, (8 de segundos de intervalo; las columnas de humo gris
Octubre) á mediodía pudimos llegar á Doel, una aldea verdoso se elevaban en el espacio; el aire vibraba
de pescadores, á orillas del Escalda, á una docena de como bajo la presión de un trueno continuo. Estába-
kilómetros más abajo de Amberes. mos navegando á lo largo de los muelles desiertos,
Haciendo alternar propinas y amenazas, mi chó- cuando una bomba estalló en una calle vecina con es-
fer Roos decidió á un batelero á conducirnos á Arnbe- trépito formidable, y el batelero, perdiendo la sereni-
Escalda, cuya superficie estaba literalmente negra de del puerto. La población hambrienta, desafiando á
embarcaciones casi próximas á zozobrar, por su ex- la policía y á las bombas, violentó las puertas de
traordinario cargamento de miseria. La tarde estaba estos depósitos para comer y beber. Viendo á un
muy avanzada y el bombardeo (segundo día) había hombre que oscilaba bajo el peso de un fardo de bo-
llegado á su período álgido, cuando contorneando el tellas, de botes de conservas y de quesos, nuestro ba-
último recodo del río vimos la torre de la catedral, telero, que había acabado por resignarse á servirnos
con sus encajes de piedra, surgir ante nosotros. Las de escolta, nos pidió tímidamente permiso para sa-
HISTORIA DE LA (JUERRA EUROPEA DE I9i4 327
calda, y ganaron el camino de San Nicolás para unir- caballería belga, los carabineros ciclistas y los autos
se al ejército belga de campaña. blindados, supieron impedir esta catástrofe. Gracias
Una breve explicación hará comprender lo que á ellos los alemanes fueron conservados durante algún
representaba esta ruptura de contacto con el enemi- tiempo á respetable distancia, mientras la casi tota-
go. En ciertos lugares las líneas beligerantes sólo es-
lidad de la guarnición de Amberes evacuaba la ciu-
taban separadas por una distancia de 150 metros, de dad y conseguía escapar. Una fracción notable de la
modo que los defensores de Amberes no podían ha- reserva naval inglesa que marchaba á retaguardia,
cer ningún movimiento en pleno día sin que se en- se vio empujada por el enemigo hacia un camino de
terasen los enemigos. Muchos soldados del frente ha- la frontera, y no tuvo otro remedio que internarse en
bían estado de servicio cien horas seguidas, y se en- Holanda. Este fué el único fracaso de la hábil reti-
contraban fatalmente desgastados de espíritu y de rada.
cuerpo. El poco alimento y la escasa agua que era En la mañana del viernes !» de Octubre, el general
posible poner á su disposición, había que enviarlos de de Guisa, gobernador militar, ordenó la destrucción
noche, pues toda tentativa diurna para atravesar los del puente de barcas sobre el Escalda, que constituía
el último camino de re-
tirada fuera de Ambe-
res. La explosión de las
minas empleadas para
esto sólo hizo saltar las
secciones centrales del
puente. Algunas horas
después, cuando llega-
ron las últimas tropas
belgas en retirada, en-
contrando rota su línea
de evasión, se produjo
un violento desorden.
Muchos soldados se arro-
jaron frenéticamente en
las escasas embarcacio-
nes que pudieron encon-
trar, pasando el río,
mientras que sus cama-
radas hacían fuego con-
tra ellos para que vol-
viesen y participasen de
su suerte. Debo declarar
que esto no fué más que
SOLDADOS BELGAS DE AMBEHES DESEMH ARCANDO BN OSTENDE (Fot. Rol)
un incidente aislado; que
los soldados estaban ago-
espacios descubiertos, era inmediatamente repelida tados física y moralmente por largos días de combate
por las feroces explosiones de cañones y ametralla- contra un número irresistible de enemigos, y que, en
doras. La evacuación de que el ene-
las trincheras sin conjunto, las tropas belgas se comportaron en esta
migo una
se enterase era, pues, de las operaciones situación desesperada con un valor y una sangre fría
más difíciles y peligrosas. El hecho de que se realiza- dignos del mayor elogio.
se á costa de pérdidas relativamente mínimas, hace lie oído decir á muchos en Inglaterra que la divi-
el elogio de la capacidad de los oficiales encargados sión naval inglesa había sido enviada á Amberes para
de dirigir el movimiento. También demuestra su peri- «enardecer á los belgas». Es posible que esta fuese su
cia el éxito de la retirada de las tropas de Amberes misión, é indiscutiblemente la llegada de los ingleses
á la Flandes occidental, por rutas obstruidas de fugi- sirvió para dar cierto descanso á algunos cuerpos
tivos y constantemente bajo la amenaza de la per- belgas y apoyar á otros en las trincheras. Pero, en
secución de los alemanes. realidad, los belgas no necesitaban ser «enardecidos».
Lo que había que temer más era que las tropas Hicieron todo lo que podría hacer en tales circuns-
teutónicas consiguiesen franquear el río por la parte tancias el mejor ejército del mundo y un poco más.
de Termonde, cortando la línea de retirada de los Tampoco es exacto que la división naval inglesa cu-
belgas hacia la costa, lo que hubiese obligado á la briese la retirada de los belgas. Las últimas tropas
totalidad del ejército belga y al contingente auxiliar que abandonaron las trincheras fueron regimientos
infries á refugiarse en el territorio de Holanda. La belgas. Los últimos tiros en defensa de la ciudad los
LA DEFENSA
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dispararon los belgas. Y belgas fueron también los hacía fuego contra las últimas tropas belgas que se
últimos que atravesaron el Escalda. retiraban. Á través de las bombas y la metralla, los
parlamentarios belgas, el cónsul de España y su es-
posa, pudieron llegar á las avanzadas de los sitia-
siciones, y que había llegado el momento para la damente los largos y sombríos bulevares para hacer
autoridad municipal de dirigirse á las líneas alema- alto frente al Hotel de Ville. Un joven oficial alemán,
nas tremolando bandera de parlamentario, con objeto con amplio capote gris, llamó repetidas veces en la puer
de obtener la rendición de la ciudad en las mejores ta del palacio municipal, y al fin la puerta se entreabrió
condiciones posibles. con precaución, dejando ver á un empleado con la li-
El burgomaestre Mr. Devos, el diputado Mr. Luis brea azul y plateada del municipio de Amberes.
Franck y el consejero
municipal Ryckmans,
formaron una comisión
para ir al encuentro de
los sitiadores.
Quisieron
unir á ellos un indivi-
duo del cuerpo consular
para que tuviese más au-
toridad su representa-
ción, y sólo encontraron
al cónsul de España. El
cónsul general de los Es-
tados Unidos se había
trasladado á Gante al
empezar el bombardeo.»
(Fué digna de elogio la
conducta del cónsul de
España, don Francisco
Yebra Sáiz. Se hallaba
enfermo en cama, desde
algunos días antes, á
consecuencia de las pe-
nalidades del sitio. Ante
los ruegos del burgo-
maestre y sus compañe- LOS ALEMANES EN AMBERES
ros para que cooperase á
la salvación de la ciudad, y teniendo en cuenta que los —Estoy encargado de una misión para el Consejo
demás cónsules habían abandonado sus puestos, el — dijo el oficial cortésmente.
señor Yebra no vaciló, ofreciéndose á acompañar á — Los consejeros almuerzan en este momento y no
los parlamentarios 1). Su esposa, al ver que se vestía puedo molestarlos — contestó el ujier con una firmeza
—
1
para ir al encuentro de los alemanes, dijo animosa- flamenca . Si el señor desea verlos, puede esperar.
mente: «Donde tú vayas voy yo. Correremos la misma El joven oficial se instaló pacientemente en un
suerte.» Y la valerosa señora se unió al grupo de par- banco de madera, mientras sus hombres se alineaban
lamentarios. Tremolando una bandera blanca, salie- á un lado del vestíbulo. Pasados veinte minutos se
ron de la ciudad hacia las líneas alemanas. La arti- abrió la puerta de la sala donde almorzaban los
llería sitiadora seguía disparando, y estallaron en echevines, y uno de éstos salió limpiándose el bigote.
torno del grupo numerosos shrapnells. La infantería — Acabo de —
enterarme, señor dijo con cierta so-
lemnidad — ,
de que usted desea hacer una comunica-
ción al Consejo. ¿De qué se trata?
La valerosa conducta del cónsul de España en Amberes contrastó
(1)
con de otros cónsules españoles y de diversas naciones, ipio abandona-
la
— Tengo el —
encargo respondió el otro con gran
ron las ciudades belfas al aproximarse los alemanes. cortesía — de haceros saber que Amberes es desde
El señor Yebra Sáiz, antes de prestar sus servicios en un puesto con-
ahora una ciudad alemana. El Consejo queda invita-
sular, perteneció a la carrera judicial, siendo en España juez de primera
instancia. do por el general comandante de las fuerzas de Su
Tomo 11 41
330 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
vido en ella hasta la víspera
de las hostilidades, Al llegar
i
dad, conferenciaban con el comandante en jefe ale- masa á través del Escalda para perseguir á los bel-
mán. Éste les manifestó que si los fuertes excéntricos, gas. El gruñido de los cañones de campaña, persis-
que aun estaban en poder de los belgas, se rendían tiendo toda la noche, nos anunció que habían alcan-
inmediatamente, ninguna contribución de guerra se- zado cuando menos la retaguardia del ejército belga.
ría impuesta. Todas las mer-
cancías que se encontrasen en
los depósitos del puerto de-
bían ser confiscadas por el
ejército de ocupación.
Las primeras tropas que en-
traron en Amberes se compo-
nían de ciclistas, que avanza-
ron con circunspección de calle
en calle, de plaza en plaza,
hasta formar una red de cen-
tinelas tendida por toda la ciu-
dad. A continuación entró á
paso gimnástico una brigada
de infantería, y pisándole los
talones con ruidoso galope,
media docena de baterías de
artillería montada. Estas tro-
Pero los alemanes llegaban tarde para cortar su re- la emplearía como bebida ó como agua de toilette. Al
tirada. fin me decidí por aplicar el líquido á los dos usos.
Aunque bombardeo había terminado el viernes
el Los vencedores estaban preocupados por la posi-
á mediodía, no por esto la noche se vio libre de horro- bilidad de una epidemia. A las tres horas de vivir en
res. Á la caída de la tarde estallaron en varios distri- Amberes, sus médicos empezaron á trabajar en la
tos numerosos in- limpieza y desin-
cendios provocados fección de la ciu-
do Mayor galoneado, volvieron las cabezas de sus sión sobre división, fatigando nuestros ojos con la
caballos hacia el antiguo palacio real. Estas magni- teoría interminable de sus masas grises, rematadas
ficencias las contemplaron muy pocos. Los triunfado- por líneas oblicuas de acero. Su marcha iba acompa-
res germánicos tuvieron tantos testigos de su apoteo- ñada de cánticos. Los altos edificios de la plaza de
sis, como si hubiesen pasado la revista en las calles Meir y la avenida de Keyser, repercutían el sonido de
de Babilonia arruinada. Mi fotógrafo y yo, instalados las voces clamando: Die Wacht am Rhein; Deuts-
en las ventanas del consulado de los Estados Unidos, chland, Deutschland über alies, y Ein feste Burg ist
que estaba desierto, fuimos los únicos testigos de esta unser Gott. Aunque el canto fuese puramente mecáni-
gran parada militar, en toda la plaza de Meir y las
—
co como los rostros de los cantores —
el poderoso
,
vías inmediatas, ó sea en una distancia de un kiló- volumen de las sonoridades vocales, puntuado á inter-
metro. valos regulares por la música aguda de los pífanos y
Las calles estaban absolutamente desiertas. Todas el redoble de los tambores, y acompañado por la tre-
las casas tenían cerradas herméti-
camente persianas y puertas. En la
plaza, que días antes aparecía em-
pavesada con gran profusión de co-
lores belgas, no se veía una sola
bandera. Creo que los alemanes se
sintieron un poco turbados, á pesar
de su orgullo, al ver el silencio
mortal con que eran acogidos. Se-
gún mi fotógrafo Thompson, esta
entrada triunfal hacía el efecto «de
un circo ecuestre llegando á una
población de los Estados Unidos un
día antes de la fecha en que lo es-
peran».
Durante cinco horas las legiones
formidables se deslizaron entre dos
filas de piedras y ladrillos, únicos
pidación incesante de las botas con suelas clavetea- montados en caballos inquietos, de pelo lustroso. Lue-
das, producía una impresión rara. Cada regimiento go venía la infantería; sólidas columnas de hombres
iba precedido de su música y sus banderas de guerra, con uniformes grises, dominadas por las siluetas de
y cuando empezó la noche y los faroles fueron encen- los oficiales á caballo que surgían á trechos por enci-
didos, el son de los pífanos, el clamor de los tambores ma del bosque de cascos puntiagudos. A
la infantería
y la rítmica melopea de los pies en marcha, me hicie- sucedió la artillería de campaña, gruesos cañones que
ron recordar los cortejos políticos que desfilan á la vibraban sobre el pavimento y tenían sus sirvientes
luz de las antorchas en las noches electorales de los sentados junto á ellos, con los brazos sobre el pecho
Estados Unidos. y los talones dentro de la cureña, impasibles caras de
Á la cabeza de la columna cabalgaba un escua- palo que recordaban á los antiguos lacayos en la tra-
— —
drón de gendarmes la policía del ejército con sus sera de una carroza. Eran los cañones que acababan
uniformes resplandecientes, verde botella y plata, de funcionar durante quince dias, y en las últimas
cuarenta horas habían esparcido la
destrucción y la muerte en la ciu-
dad. Sin embargo, los hombres y
los caballos aparecían descansados
lato de Powell.
La caída de Amberes produjo cierta estu-
pefacción en el mundo entero. Nadie la es-
peraba. Los técnicos militares y los periódi-
cos habían exagerado las condiciones defen-
sivas de la plaza, considerándola intomable.
Muy pocos tenían en cuenta la fuerza destruc-
tiva de la artillería monstruosa de los alema-
nes, que ya había anonadado á otras plazas PLANO DEL CAMPO FORTIFICADO DE AMBERES
fuertes. Gracias á ella, los sitiadores pudieron
abrirse una brecha en el campo atrincherado de Ambe- Un notable critico militar suizo, hizo el siguiente
res. Una vez la brecha abierta, la caída de la ciudad resumen de las operaciones en torno de Amberes:
camente, automáticamente.
Europa, mientras tanto, ignoraba esto. Todavía
el 30 decían los periódicos que el resultado del tiro
EL BOMBARDEO DE AMBERES
(Dibujo de Mr. 11. W. Kockkook, cu The Illustrated Londtm Ñews)
alemán más que la barrera viviente de los heroicos anuncian que están en posesión de seis pasos sobre el
soldados belgas. Á los dos dias avanzó la infantería río, no llegan á franquearlo. Tal vez
se reservan para
tudesca para dar el asalto. Wavre y el fortín de una tentativa seria, cuando sus camaradas, dirigidos
Santa Catalina fueron tomados, así como el reducto hacia el Oeste en un movimiento envolvente, hayan
de üorpwelt. Veinticuatro horas después, más al Nor- conseguido franquear el Escalda para cortar la reti-
deste, fueron tomados igualmente Waehlem, Lierre, rada de la guarnición. Por esta parte, más allá de
Konigshoekt y Kassel. Termonde, alemanes, bajo el fuego de las baterías
los
La gente no podía creer, no quería aceptar tales belgas, pretenden construir puentes de barcas, vién-
progresos. Pero he aquí un comunicado de origen dose rechazados en sus primeros intentos.
belga, anunciando que después de cinco días de bata- El 7 de Octubre por la mañana, á favor de una
lla, la defensa móvil de Amberes había tenido que bruma intensa, los sitiadores franquearon el suelo
retroceder al Norte y al Oeste del río
Nethe. Y el Nethe corre por detrás de los
fuertes que ya hemos mencionado. ¿Cómo
dudar más de su caída?... Pero la opinión,
que no podía aceptar que Amberes llegase
á ser conquistada, empleó un nuevo argu-
mento: «Las posiciones belgas sobre el
Nethe son muy fuertes.» Todos se aferra-
ron á esta frágil esperanza con tanta fe,
que no bastó á desvanecerla la noticia lle-
gada el 5 de Octubre, anunciando que dos
obras de defensa de más allá del Nethe
habían caído en poder del enemigo: la
ciudadela de Lierre y el fortín de la vía
férrea á Malinas. «¿Qué importa? No son
más que fuertes. ¡Mientras los alemanes
se vean imposibilitados de avanzar!»...
Efectivamente, durante los dos días que
siguen los sitiadores no avanzan. Aunque UNA CALLE DE AMBERES DESPUÉS DHL BOMBARDEO
HISTORIA UE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 337
por una brecha de 20 kilómetros que sus morteros lados en Berlaeve. Pero al poco tiempo el fuego infer-
colosales habían abierto en la cintura exterior de nal de las piezas gruesas alemanas obligó á los arti-
fuertes.Las tropas sitiadoras situadas junto al Escal- lleros del rey Alberto á abandonar esta situación in-
da pasaron en barcas ó por un puente que habían
lo sostenible. Y losalemanes pasaron.
conseguido tender entre Termonde y Wetterem, cerca Eran las siete y media de la noche. Las bocas de
los mil cañones del general
de Beseler estaban después de
esta operación á dos kilóme-
tros del segundo recinto de
— los fuertes interiores
fuertes
del campo atrincherado — y á
cinco kilómetros de la ciudad.
El comandante de la plaza re-
cibió el aviso de que el bom-
bardeo de ciudad empeza-
la
ría á media noche. «Podéis co-
todos sus cañones, sin abandonar uno, para continuar sorpresa al ver que podían ganar sucesivamente en
tenazmente la lucha. su retirada, Gante, Brujas, Ostende y Nieuport, sin
Y mientras desfilaba tristemente en la noche del ser casi inquietados. Toda la guarnición de Amberes
S al 9 de Octubre por las calles de la ciudad arruina- llegó intacta á Ostende con su artillería completa, á
costa de tenaces esfuerzos, y haciendo frente á toda
da, oyó cómo se iba debilitando y cesaba
al fin el
enemigo, llega á la frontera holandesa y tiene que y Melle-les-Gand, los belgas combatieron con los ale-
franquearla contra su voluntad. Allí los belgas caen manes, deteniéndolos durante muchas horas, pero
en los brazos fraternales de los soldados de la reina éstos hicieron intervenir su artillería gruesa, y el ejér-
Guillermina que los esperaban para desarmarlos, pero cito del rey Alberto se vio obligado de nuevo á conti-
al mismo tiempo los acogen cariñosamente y los re- nuar su retroceso. Gante, ciudad abierta, no podía
confortan. Estos belgas al menos iban á disfrutar de un oponer resistencia. Las tropas alemanas entraron en
reposo, merecido cien veces, por su heroica bravura. ella el 14 de Octubre.
El resto del ejército puede escapar. Los alemanes Los belgas continuaron su repliegue hacia Osten-
cometieron una falta inicial al emprender el sitio de de, amparados por la caballería que cubría su re-
Amberes, y esta falta no les permitió bloquear por tirada. Los lanceros belgas sólo abandonaron á lían-
OCUPACIÓN DE GANTE
c^mftiP*-
^MIMMM—yit^.^J^WM-fi.
te una hora antes de la entrada de los alemanes. El gobierno francés anunció á su país este suceso
bre:
«El gobierno belga, no en-
contrando en su territorio toda
la libertad necesaria para el
nacional, el gobierno belga lanzó una proclama el palmo á palmo el suelo de la patria. El enemigo con-
12 de Octubre, concebida en los siguientes términos: taba con anonadar nuestro ejército en Amberes, pero
una retirada en la que el orden y la dignidad han sido
«Conciudadanos:
irreprochables, acaba de hacer ilusoria esta esperan-
» Desde hace dos meses y medio, á costa de los za, y de asegurarnos la conservación de unas fuer-
más heroicos esfuerzos, los soldados belgas defienden zas militares que continuarán luchando sin tregua
por la más justa y más her-
mosa de las causas.
»De ahora en adelante di-
chas fuerzas operarán en
nuestra frontera del Sur, vién-
dose apoyadas por los alia-
dos. Gracias á esta valiosa
—
Post scriptum. Los ministros salen para el Havre
á bordo de un vapor del Estado belga, con el personal
de los ministerios, el nuncio y todos los miembros del
cuerpo diplomático que siguieron al rey á Amberes.
»E1 rey permanece al frente de su ejército.»
OFICINAS DE CORREOS DEL GOBIERNO BELGA, EN EL HAVRE, ESTABLECIDAS BN UNA CASA DEL ALMACÉN DCFAYEL, DE PARÍS
MOMENTO DB IZARSE LA BANDBRA BBLGA TODAS LAS MAÑANAS. SfBB PLEGADA Y ARRIBA SB DESPLIEGA
(Fots. Meuriil»)
348 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
desarman, no se resig-
nan. Tenerles lástima es
obscurecer su heroísmo
con una debilidad. Lo
único que ellos piden á
sus hermanos de Fran-
cia y á sus amigos de
Inglaterra, es que reco-
jan y socorran á sus vie-
jos, á sus mujeres, á sus
niños, que les den la cer-
teza de que estos seres
queridos,que milagro-
samente han podido es-
capar á las matanzas,
no sucumbirán en las
tierras amigas de mise-
ria y desesperación. Y
esto lo piden únicamen-
te para tener el corazón UNA ESTAFETA MOTOCICLISTA MILITAR BELGA BN EL IIAVKB
más firme y el espíritu
más libre mientras combaten. Hay una cosa que es pre- ría destruida en sus fuentes,
que las riquezas adquiri-
ciso que todos comprendan bien. La Bélgica libre é in- das en ochenta y cuatro años de esfuerzos continuos,
dependiente no puede morir, ni puede someterse. Cuan- de labor encarnizada, se verían en peligro. Sabíamos
do un pueblo tiene plena conciencia de su misión, no que habría que luchar hasta el último hombre, hasta
transige jamás, así se vea el último cañón, y que tal
atormentado, chorrean- vez llegásemos á perecer.
do sangre y en las convul- Cuando Bélgica tiró de
siones de la agonía. Es la espada, no estaba se-
necesaria la mentalidad gura completamente de si
particular de los alema- podía esperar un socorro
nes para suponer un solo eficaz de Francia é Ingla-
instante que una nación terra. Sinembargo, acep-
como la nuestra, bien re- tó la lucha,
porque su con-
suelta á defender su honor ciencia le ordenaba que
y su libertad, puede ceder debía aceptarla, porque
ante los procedimientos no podía admitir el rene-
del terrorismo. La deci- gar de la palabra dada,
sión de la Bélgica de ha- y á sus ojos «un pedazo de
cer frente á Alemania, papel» que llevase su fir-
que para los hombres, toda grandeza, toda hermo- su ejército, mandado por el jefe de Estado, opera
sura moral, residen en el deber lealmente cumplido. sobre su territorio. El traslado del gobierno belga
Y mientras exista la nación belga así seguirá siendo. al Havre no modifica en nada las condiciones de
La decisión de nuestro go-
bierno de establecerse en el
Havre, prueba bien que no
hay ninguna fuerza en el
mundo que pueda obligar á
Bélgica á someterse. Este go-
bierno es regular; ejerce su so-
beranía sobre un territorio
claramente definido; mantie-
ne con todas las potencias re-
laciones, regularmente esta-
blecidas... El Estado belga
Havre
subsiste, así esté en el
como en Ostende, Amberes ó
Bruselas. Basta que Francia
garantice su independencia y
el libre ejercicio de su sobe-
ranía allí donde el Estado bel-
ga establezca el asiento de su
gobierno. El Estado belga
ejerce su derecho de domina-
ción sobre el territorio belga
no ocupado por el enemigo.
Tiene sus subditos, sus recur-
sos propios, y vive en la ple- LOS FUGITIVOS DB FLANDBS AL ENTRAR EN FRANCIA
nitud de su soberanía, porque
(Dibujo de la Querré det üationt)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 MI
la guerra que sostiene Bélgica, y que continúa sien- tinuar su retirada el ejército, otra vez la muchedum-
do por su parte una guerra normal, rigurosamente bre infeliz tuvo que huir, para no caer bajo el domi-
ajustada á las reglas que rigen la sociedad de los nio de los invasores.
Estados. Casi toda esta muchedumbre procedía de Ambe-
Importa insistir en este punto, para desvanecer toda res. Pero gran parte de ella se había refugiado sema-
impresión falsa que haya podido producir en el ex- nas antes en Amberes, viniendo de diversos puntos
tranjero el tras- de Bélgica. El
lado del gobier- éxodo de Osten-
no. Tal hecho no de fué el último.
puede disminuir Los que tenían
en nada la con- fuerzas para se-
fianza en el man- guir arrostrando
tenimiento de esta existencia
una Bélgica in- errante á lo lar-
insuperables: la inmensidad del número y el can- La persecución del enemigo era irresistible. ¿Adon-
sancio. de ir?...
Las enormes fuerzas alemanas perseguían con su Mientras naval francesa, saliendo al
la división
heroico ejército. Éste, para no verse envuelto y prisio- to de las tropas en retirada, el general Foch fué al
nero, se dirigía hacia Francia, dando siempre la cara encuentro del rey Alberto; Foch, que al principio de
al enemigo, pero la guerra era
El crepúsculo en u
DE FRANCIA
campo de batalla
I
—f
Monumento á los defensores de Verdún durante el sitio de 1870
I
tificaciones sólo dejaban libres dos entradas angos-
tas junto á las fronteras del Luxemburgo y Suiza.
Los preparativos estratégicos de Francia Toda la parte lindante con Alemania quedaba obs-
truida por las líneas de fuertes.
y de Alemania Cuando Francia realizó estos trabajos, el viejo
Moltke, venerado y glorificado por sus éxitos, dispo-
de los crueles fracasos sufridos por nía como señor absoluto de los destinos y la organiza-
Francia en la guerra de 1870, el deseo predo- ción del ejército alemán. El famoso mariscal era
Despuésminante de su Estado Mayor fué poner a] país acérrimo enemigo de las fortificaciones y campos
á cubierto de una nueva invasión. atrincherados, hablando con desprecio de toda obra
Con tal propósito, todos sus planes estratégicos se defensiva.
basaron en la defensiva, y sus trabajos fueron enca- —La historia de los campos fortificados — dijo repe-
minados á fortificar la frontera. Una cadena de forta- tidas veces— se confunde con la historia de las capi-
lezas enormes fué tendida á lo largo de los limites tulaciones.
franco-alemanes. Lo más importante para él era concentrar con la
El general Seré de Kiviére fué el encargado de mayor rapidez posible los ejércitos en la frontera de
trazar esta línea de defensa, construyendo el sistema un país, para invadirlo antes de que el enemigo hu-
fortificado del Mosa ídesde Verdún á Touli y el del biese podido reunir sus fuerzas. Por esto en todo el res-
Mosela ide Epinal á Belfort). Estas dos líneas de for- to de su vida —
después del ruidoso triunfo de 1870 se
—
ToHO U
354 VICENTE BLASCO IBANEZ
Teniendo esto en cuenta, los
estrategas alemanes elabora-
ron un plan de dudosa origi-
nalidad, pues estaba inspirado
en uno de los métodos de Na-
poleón, el que empleó con más
frecuencia y casi siempre con
éxito.
Alemania fué preparando
metódicamente todas sus fuer-
zas para arrojarlas en caso
de guerra contra Francia con
una rapidez fulminante y una
superioridad numérica aplas-
tadora. Luego de vencer á
este enemigo, se revolvería
Este tratado vino á trastornar todos los planes estra- República, las columnas alemanas tropezarían con
tégicos que había dejado Moltke. Alemania, en vez de estas barreras demasiado poderosas para ser tomadas
un enemigo único, tenia
dos, y le era forzoso
preocuparse, no sólo de
su frontera occidental
como hasta entonces,
sino del nuevo adversa-
rio que surgía por la
parte de Oriente. Su po-
sición entre los dos veci-
nos del Oeste y del Este
resultaba peligrosa, obli-
gando al Estado Mayor
de Berlín á preparar
un nuevo plan estraté-
gico.
Este plan se basó en Cracovia
ruso, esparcido en un
13 3 bXbdzia
inmenso y con
territorio
escasos medios de co-
municación, debía mo-
J
B.lforlV.
SUIZA
Munich
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por asalto rápidamente, y demasiado extensas para de la barrera de fortificaciones. ¿Cómo aventurarse
poder evitarlas con un movimiento de flanco, siguien- con el inmenso ejército alemán, en medio de tantos
do los estrechos pasos que el general Riviére había inconvenientes? ¿Cómo intentar el ataque, que debía
dejado sin obras defensivas. ser de una rapidez fulminante?... En un frente de
Sólo un movimiento amplio y envolvente á través de combate tan exiguo, los invasores se verían obliga-
los países neutros permitía evitar estos obstáculos. Por dos á escalonar sus fuerzas en orden estrecho y pro-
esto la violación de la neutralidad del ducado de Lu- fundo, entablando una guerra de usura, gigantesta,
xemburgo y del reino de Bél-
gica, fué cosa decidida por el
Estado Mayor alemán desde
hace muchos años.
de paz, para darse cuenta de que el camino de acceso concentrar en dicho punto la mayor parte de sus
natural para una gran parte de dicho ejército al diri- fuerzas.
girse contra Francia, estaba en dichas regiones. Sólo Al mismo tiempo, rompiendo con la tradición de
ocho de estos cuerpos de ejército se hallaban situados Moltke, comenzó á fortificar Alsacia y Lorena. Los
á la altura de la frontera francesa. Los diez y siete nuevos campos atrincherados de Metz-Thionville y
restantes — la mayor parte del
ejército del imperio— de Estrasburgo-Molsheim, así como las obras de forti-
se extendían más donde
al Norte,sólo existen nacio- ficación de Neuf-Brisach y de Istein, permitían á los
nes pequeñas y no había por qué temer una invasión, alemanes, en caso de guerra, economizar tropas en el
pero donde el camino resultaba más corto para diri- territorio del imperio, poniendo á la defensiva las
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358 VICENTE BLASCO 1BAÑEZ
Ruffey), en Woévre,
haciendo frente á la
II
región fortificada
por los alemanes,
Las primeras Metz -Thionville; 4."
operaciones ejército (general
Langle de Cary) y
Las doctrinas es- 5." ejército (general
por Lanrezac, se estableció entre el Mosa y el Sam- El ejército de Castelnau se vio atacado de frente
bre. El mariscal Frenen concentró las tropas de la
III
muy accidentado y cubierto de bosque, no se presta- expedicionario inglés, éste tuvo que seguir el movi-
ba á los reconocimientos de la caballería y las ex- miento general de retroceso, cayendo sobre su re-
ploraciones de los aeroplanos. La artillería carecía taguardia todas las fuerzas del general Yon Kluck.
de espacio para maniobrar. Algunas fuerzas de in- El mariscal French se vio en gran peligro el 26
fantería se dejaron sorprender en varios puntos. Al de Agosto entre Landrecies y Cambray, y sólo con
fin, los dos ejércitos tuvieron que ceder ante la supe- grandes esfuerzos y dolorosas pérdidas consiguió des-
rioridad numérica del empuje enemigo, viéndose re- asirse del enemigo que le cortaba la retirada.
pelidos del interior de Bélgica á la frontera fran- Así se desarrolló en conjunto la batalla que desig-
cesa. na el vulgo con el nombre de Charleroi, y cuyo ver-
Este retroceso dejó descubierto el flanco derecho dadero título debe ser batalla del Sambre, pues el
mandado por Lanrezac, que había
del 5.° ejército, combate de Charleroi sólo figura como uno de sus
avanzado en Bélgica más allá de Charleroi y Dinant, accidentes.
llegando cerca de Namur. ¡Las sorpresas de la guerra!... En la batalla mo-
El 5.° ejército, al ponerse en contacto con el ene- derna—compuesta de varias batallas que se desarro-
—
migo, mordió bien como dicen los militares en su len- llan al mismo tiempo — nadie sabe hasta última hora
guaje especial
—
haciendo retroceder á varios cuer-
, si es vencido ó vencedor. El que avanza triunfante
pos alemanes y teniendo en jaque á otros sin permi- viendo correr al enemigo ante su empuje, recibe de
tirles el avance. El pronto la orden de
general Franchet retirada y se entera
d' Esperey —
que era con sorpresa de que
en aquel entonces está derrotado. Los
simple jefe de uno que no han hecho
de los cuerpos de di- más que defender el
la de loa ingleses en las orillas del Sambre. Cuando modo, el que exigía menos esfuerzos y combinacio-
con más empuje batían al enemigo, tuvieron que re- nes, aunque en realidad sólo hubiese servido para
troceder para no quedar envueltos. retardar la hora del desastre final.
o El generalísimo francés adoptó una resolución
Todo cambió para los franceses después de esta más extremada y audaz. Quedándose cerca del ene-
batalla. Á los migo, su posi-
éxitos de los ción sólo podía
'•iVk !'>C
LLAS DEL MOSA EN EL NORTE DE FRANCIA (Dibulo de H. W. Koekkock, de .The Illustrated War News.)
damente sin que sufriese la moral de las tropas; para La orden de retirada era hasta la linea del Sena.
dirigir el ejército hacia un punto el más favorable, Al llegar á esta línea Joffre pensaba atacar al ene-
detenerlo á tiempo, ni demasiado pronto ni sobrada- migo, teniendo en sus extremos á París y Verdún,
mente tarde, y reanudar el avance hacia el enemigo, dos apoyos que no permitirían al enemigo emplear
eran precisos un golpe de ojo infalible y una firmeza su maniobra favorita: el envolvimiento. ¿Pero el ene-
de carácter poco común.» Joffre demostró que poseía migo sería tan confiado que se metiese como en un
las dos cualidades. Su retroceso fué semejante al del estrecho corredor entre las dos plazas fuertes?...
gimnasta que da varios pasos atrás para saltar con
impulso más fuerte.
Comenzó la retirada general de los franceses; pero Á la resolución tomada por el generalísimo fran-
con lentitud, dando cara al enemigo, asestándole
la cés debía corresponder una decisión del adversario.
un puñetazo en la frente cada vez que avanzaba con Hasta entonces todo había marchado maravillosa-
excesiva confianza poniéndose al alcance de sus gol- mente para los alemanes. «Sus ejércitos dice Cham- —
pes. En Guisa, el 5." ejército detuvo su retroceso para paubert— inmensos hormigueros de centenares de
,
infligirsangrientas pérdidas al 10." cuerpo prusiano miles de hombres, parecían animados por un movi-
y á las tropas escogidas de la guardia imperial que miento de relojería impecable y seguro. La moviliza-
lo perseguían de cerca. Los ingleses tuvieron que sos- ción, la concentración y el despliegue de las innume-
tener otro choque rudo en San Quin- rables masas, así como su marcha á
tín. Como ocupaban la extrema iz- través de Bélgica, se habían desarro-
quierda, les era preciso hacer frente llado hasta en sus menores detalles,
á todas las fuerzas de Yon Kluck que conforme al programa anteriormente
intentaban envolverlos. establecido. La irresistible marea se
Durante la retirada Joffre reformó había llevado por delante la valerosa
sus tropas, destituyendo generales y pero efímera resistencia de los bel-
reemplazándolos con otros que aca- gas, y luego, del primer empujón,
er
baban de distinguirse. El 3. ejército, había repelido por todas partes las
mandado hasta entonces por el gene- fuerzas anglo- francesas, sin sufrir el
ral Ruffey, quedó confiado al general menor descalabro, en una extensa
Sarrail. El general Lanrezac, coman- línea de más de 300 kilómetros.
dante del 5." ejército, fué sustituido por »Sin embargo, en este cuadro se-
Franchetd'Esperey, que había triun- ductor existía una sombra. Los ale-
fado en el Sambre y en Guisa como manes habían descontado, como algo
simple jefe de cuerpo de ejército. EL GENERAL SARRAIL indiscutible, que gracias á su su-
364 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
nuaba su retirada hacia el Mame y el Ornain?. . .
La
doctrina de guerra de los alemanes está
basada en varios dogmas indiscutibles, á los
que ajustan siempre su conducta. Uno de éstos
proclama que hay que menospreciar los objeti-
vos geográficos para fijarse únicamente en el
ejército enemigo, pues su destrucción represen-
ta mucho más que la toma de una ciudad. Esto,
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Un dilema se presentó al Estado Mayor ale- i leí Cotet
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¿Debían distraer una parte de sus fuer- S<>tjbesme Gr*/,.
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zas en el ataque de la capital francesa?... AncemonlOivi C
tisfacción, sacando de un bolsillo su tabaquera. Esta Maunoury, y que fué á colocarse, como ya hemos
era la falta del enemigo que el generalísimo estaba dicho, junto al campo atrincherado de París, y el
esperando. Su primer plan consistía en no detenerse 7.° ejército, mandado por el general Foch, que se in-
hasta las riberas del Sena, pero al ver que Von Kluck tercaló entre los ejércitos de Franchet d'Esperey
oblicuaba al Sudeste y los cinco ejér- i
antes de Lanrezac) y de Langle de
citosalemanes se hundían á marchas Cary. El ejército de Maunoury, apo-
forzadas en el estrecho formado por yándose sobre París, debía volver su
las fortalezas de Paris
y Verdún, se frente hacia el Este y atacar sobre el
decidió á tomar inmediatamente la río Ourcq el ala derecha alemana,
'
ofensiva. envolviéndola. El 3.
01
ejército, man-
Orden general: terminó la retira- dado por Sarrail, apoyándose en el
da; todos contra el enemigo. «Y el campo atrincherado de Verdún de-
regimiento que no pueda avanzar que bía, por un movimiento igual al de
muera sobre el terreno.» Así habló Maunoury, volver su frente hacia el
¡Y aun hubo después gentes que
.Joffre. Oeste para atacar por el flanco las
durante meses y meses negaron la fuerzas del kronprintz de Prusia. El
existencia de la victoria del Marne, centro, compuesto de las tropas ingle-
considerándola como una retirada vo- sas mandadas por el mariscal French
luntaria de los alemanes, ya que no y de Franchet d'Es-
los ejércitos de
podían explicarla de modo alguno!... EL GRNEKAL MAt'NOUKY perey, Foch y Langle de Cary, mar-
866 VICENTE BLASCO IBANEZ
Audci,
tíiMaeslncM Lo que se perdía á la luz del sol, se recobraba
Sf OmerO Hazebrtufj Bruselas
Ajtp r^OArmcnt{^re3
& á la bayoneta entre las tinieblas.
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chunco o
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ontfcuil laoassée
Lille •
Un general de división fué en busca de Foch
£>v q Lcns Q
con visible desaliento.
Doüfkns ©Arras Jp o —General: no puedo resistir más. Mis solda-
<&C!tne dos retroceden.
L
>pÓAlbcrt
— Ataque — contestó —
Amienf^K
MonCdidJer
Roye
° «,
^J^C^T no se puede
usted
resistir, lo
Foch
mejor es atacar.
. Cuando
se esforzaban por no ser envueltos, haciendo frente á En la extrema ala izquierda, cerca de París, fué
los ataques de flanco de Maunoury y Sarrail, concen- donde se decidió la batalla. Von Kluck intentó deses-
traron todos sus medios para romper la línea france- peradamente romper la línea de Maunoury y envol-
sa, dirigiéndose principalmente contra el ejército verle, pero éste, gracias al socorro de una división de
mandado por Foch. la guarnición de París, llegada á toda velocidad en
Nuevos refuerzos franceses habían cubierto los automóviles de alquiler y toda clase de vehículos, se
huecos existentes entre los diversos ejércitos. Todos mantuvo en sus posiciones junto al Ourcq.
estos se juntaron y solidificaron formando una sola El 9 de Septiembre empezó la retirada de los ale-
línea, una muralla que avanzó contra el enemigo. manes. Von Kluck, para librarse del peligro de ser
(Mapa 4). La mayor sorpresa la experimentó el ene- envuelto, tuvo que retroceder, y este movimiento fué
migo al ver salir del campo atrin- imitado por todos los jefes alemanes,
cherado de París el ejército de Mau- faltos del apoyo del vecino. El que se
Durante tres días se vio muchas ve- mucho tiempo en la persecución, con-
de los alemanes; pero apenas le era general foch cesante. La caballería, especialmen-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 367
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te, que podía haber acosado á los fugitivos, estaba de había preparado todo para ganarla, pero á últi-
lo
extenuada por las largas marchas. ma hora se atraviesa el error, surge la casualidad ines-
Los alemanes aprovecharon este anonadamiento perada ó el obstáculo fatal de las fuerzas naturales.
para detenerse á organizando sus
la altura del Aisne, Nunca mostró Napoleón tantas imprevisiones como
defensas entre el Oise y el Mosa, arriba de Verdún. en su época de continuas victorias. Las más locas
Se entablaron violentos combates, pero la acción audacias le resultaron bien. Nunca apareció tan sabio
se fué cristalizando poco á poco. Cada bando aprove- y experto como en la llamada «campaña de Francia»,
chó el tiempo para consolidar sus puntos de apoyo, en vísperas de su primera caída. Ninguno de sus pla-
profundizar sus trincheras y multiplicar sus defensas nes fué tan genial como el de Waterlóo. ¡Victoria se-
accesorias. A la guerra de movimientos sucedió la gura! Pero llovió toda la noche; en vez de empezar la
guerra de posiciones. Iba á comenzar el largo perío- batalla al amanecer hubo que esperar hasta las once
do de la lucha de trin- para que los caminos
cheras. quedasen secos y pu-
diese avanzar por ellos
Digamos que re-
lo la artillería. Y este re-
presentó para Francia traso de cinco horas
la victoria del Marne. dio tiempo para que
En la guerra, como llegase Blucher y con
en las horas más difí- él la derrota.
ciles de nuestra exis- Después de haber
tencia, hay algo que visto como el mismo
sobrepasa á toda pre- aguacero que salva el
de ayer. Por su parte, todos los derrotados encuen- oblicuos el capacete de lioon y Manteuffel, y levan-
tran cierto consuelo pensando en las victorias de tan á compás la pierna á la altura del ombligo, imi-
otras épocas; en lo que fueron y ya no son. tando la grotesca «marcha del ganso» inventada por
Á los pueblos les ocurre lo que al individuo jactan- el rey-sargento.
cioso é impulsivo. Da golpes, pero los recibe al mismo La historia de Prusia es muy diferente de como se
tiempo; y si se empeña en mantenerse en primera la imaginan los adoradores del éxito prusiano. Sólo
línea, los vecinos del pueblo se coligan contra él ha tenido un genio militar: Federico II; gran capitán
para darle la gran paliza final. en una época que no conoció un solo capitán mediano.
Toda nación victoriosa que molesta al mundo con Sólo tuvo que vencer á los mariscales de peluca blan-
el peso de una insufrible soberbia, debe preparar en ca, protegidos de la Pompadour, que iban á la
guerra
su historia varias pági- con puntillas y oliendo á
nas en blanco para ins- almizcle. Aun así, de no
cribir las derrotas futu- surgir rivalidades entre
ras. Los españoles pasa- los aliados, es indiscuti-
mos siglo y medio repar- ble que hubiese perecido
tiendo los golpes en to- el naciente reino de Pru-
dos los campos de Euro- sia, con su guerrero mo-
pa, y después otro tanto narca.
poniendo las espaldas En su lucha con Ñapo
para Francia
recibirlos. prusianos fueron
león, los
guarda en sus crónicas uno de tantos pueblos de
las victorias más estu- la gran cruzada contra
pendas y los fracasos más elimperialismo. Solos, re-
inverosímiles. Inglate- cibieron el tremendo gol-
rra, señora actual de los pe de Jena. Acompaña-
mares, se verá algún día dos, conocieron la derro-
en la precisión de pedir ta en la víspera de Wa-
permiso á la gran poten- terlóo, donde Blucher es-
cia marítima del porve- tuvo próximo á morir, re-
nir —que tal vez residirá mediando este fracaso
en América ú Oceanía — ,
con su oportuna y casual
para que permita nave- presencia al día siguien-
gar á sus barcas de pes- te, en el momento de-
ca... Y Alemania, na- cisivo.
ción que cuenta en su La Alemania moderna
historia más fracasos sólo tuvo dos guerras. Una
que triunfos, ¿iba á li- contra Austria, la de Sa-
brarse de esta ley histó- dowa, empresa fácil, pues
Imperio austriaco
1
rica': ... el se
Una gran parte de la halla en el
período negro
humanidad presente es de su vida, y desde hace
víctima de «la supersti- BL VBNCBDOR DEL MARNB (Fot. Rol)
un siglo no tiene otra mi-
ción prusiana». Adorado- sión histórica que la de
ra irracional del éxito, oyó desde la niñez, agranda- recibir golpes. Otra contra la Francia del descuido
das legendariamente, las victorias de 1870, y cree que y de la bravata; la Francia de Napoleón III, con sus
se han de repetir eternamente en una historia simplifi- mariscales valerosos é ignorantes, buenos para coro-
cada y siempre igual: los alemanes, dominadores, y neles heroicos, y que al verse elevados á la mayor
todos los demás pueblos, siervos y víctimas. Creen á altura militar, riñeron entre ellos, yendo á la guerra
los hombres del Norte de diferente pasta militar que como á un desafío, sin prestarse ayuda mutua, con-
los pueblos del Sur que produjeron á Aníbal templando cada cual con cierto regocijo los fracasos
y Napo-
león. Consideran el casco puntiagudo como una espe- delcamarada.
cie de amuleto que comunica á los que lo llevan un El éxito prusiano fué completo y fulminante. El
valor sin limites y un profundo conocimiento de los alemán tuvo la ventaja del número, de la prepara-
misterios estratégicos. Por esto, sin duda, los pueblos ción y hasta de la simpatía universal, pues el mundo
jóvenes que buscan su adelanto siguiendo las modas, estaba fatigado del emperador francés absorbente,
sustituyeron el kepis de origen francés con el casco como ahora desea librarse del emperador alemán, in-
en punta. Por esto se encuentran en América soldados quieto, bullanguero y tócalotodo. Pero á pesar de la
mestizos que llevan sobre la tez cobriza y los ojos facilidad de este éxito, en el que puso más parte la
DESPUÉS DE LA BATALLA DEL MARNE
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UNA CALLE DE MAURUPT LAS RUINAS DB SBRMAIZE
Tomo n
370 VICENTE BLASCO 1BAÑEZ
confianza, pero como los alemanes tenían enfrente un albergue. Llueve. Dios se ha cansado del emperador,
estratega de vista larga, de aquí la batalla del Mar- y deshace su soberbio poder exprimiendo una nube.
ne, el fracaso y la retirada de los invasores. En la batalla del Marne llovió otra vez. El plan
El prusiano se equivoca lo mismo que los otros alemán era tan seguro como el concebido en la aurora
hombres. Además, sus planes de guerra nada tienen de Waterlóo. Invasión de Francia, no por la puerta,
de genial. Carecen de la improvisación inspirada y no por la frontera, sino por las espaldas, por Bélgica,
fulgurante que caracteriza á los grandes capitanes. ó sea saltando la tapia del corral vecino. Sorpresa del
El viejo Moltke, su caudillo más eminente de los país en plena movilización; derrota general y fácil
tiempos modernos, fué un obrero glorioso de la gue- conquista. A quince días, la máquina destructora
los
rra, todo lo glorioso que quieran los alemanes, pero metida en ferrocarriles, iría á ser ar-
é irresistible,
obrero nada más; un excelente ajustador de la má- mada otra vez en las fronteras de Rusia. Nueva sor-
quina militar; minucioso, atento y prolijo, pero inca- presa y nuevos triunfos fulminantes. Luego de esto,
paz de genialidades é invenciones. Su mérito de vendría la oportunidad para hacer lo mismo con In-
ejecutante consistió especialmente en practicar las glaterra. ¿Cómo dudar de este plan, sobre todo tenien-
enseñanzas de Napoleón: envolver al enemigo. Y el do en cuenta los enormes medios de ejecución':'
enemigo, por su parte, le proporcionó casi hechos la Pero... llueve; llueve inesperadamente. El invasor
mitad de sus triunfos. tiene que detenerse y perder un tiempo precioso hun-
HISTORIA DE LA (JUERGA EUROPEA DE 1914 371
dividirse en dos partes: antes del Mame y después fensa de la capital. ¡Pero cuan otra sería la suerte
del Mame. de Francia! ¡Qué de progresos realizados desde en-
¡Ay, si esta batalla la hubiesen perdido los fran- tonces!
Es indudable que el ejército vencido, agru-
ceses!... Esta batalla de dos millones de hombres en un
pándose en torno de París, habría prolongado la de- escenario de más de cien kilómetros, resulta muy su-
perior á la de los Campos Cataláunicos que dio fin al
detuvo, se replegó, refluyendo hacia atrás. do por los alemanes á costa de sangrientos esfuerzos.
Diez veces los alemanes reformaron sus filas es- Esta acción puso fin á los esfuerzos desesperados
toicamente, volviendo á la carga, y otras tantas sus de los prusianos. Después de quince dias de asaltos
regimientos se deshicieron bajo el fuego. infructuosos renunciaron á forzar el paso del Yser.
Uno de ellos, más afortunado, aprovechó un mo- El 28 de Octubre cesó la fusilería y el cañón tronó con
mento de descanso de los belgas y atravesó el Yser, menos frecuencia.
apoderándose de la aldea de Rampcappelle y obligan- El 29 los belgas rompieron los diques del Yser, y
do á la línea de defensa á retroceder hasta la línea la inundación se extendió por los campos, cubriendo
férrea, ó sea algunos centenares de metros hacia el montones de cadáveres y cañones abandonados, hun-
Oeste. Pero acudió un refuerzo de tiradores argelinos, didos en el fango.
emprendiendo á la bayoneta un contra-ataque vigoro- Las estériles hecatombes del Yser no disuadieron
al Estado Mayor alemán de
sus proyectos sobre Calais.
El fracaso era debido, según
sus estrategas, á las dificul-
tades del terreno y á la inex-
periencia de los regimientos
de reclutas. Buscando un lu-
gar menos desfavorable y va-
liéndose de tropas más ague-
rridas, era seguroque podrían
conseguir un desquite.
Habían observado con exac-
ta oportunidad que la línea
defensiva de los aliados se
encorvaba en torno de Yprés,
formando un semicírculo con-
vexo, desfavorable para la
defensa (Mapa 7), y contra
este saliente dirigieron su
-
-.'-• ofensiva. Una serie de ata-
ques convergentes podía ob-
tener éxito. Las caras de
TIRADORES ARGKLINOS CARGANDO CONTRA LOS ALEMANES (Fot. Ron esta prominencia de la lí-
376 VICENTE BLA5CJO 1BANEZ
nea, estaban expuestas á un triple fuego de arti- á la bayoneta los desalojó del terreno recientemente
llería. conquistado.
Á de Octubre los alemanes concentraron
fines Esta acción fué el incidente culminante de la bata-
fuerzas enormes ante el saliente de Yprés. Entre ellas lla de Flandes. Después que la Guardia prusiana
figuraban dos cuerpos de ejército de los más escogi- perdió su efímera conquista, viéndose obligada á
dos, el 15.° de Estrasburgo que había estado batién- retroceder, la batalla decreció con rapidez. Los ale-
dose desde el principio de la guerra en la frontera manes surgieron con menos frecuencia de sus líneas
franco-alemana, y el 15 de No-
y la Guardia im- viembre la cal-
perial, que con- ma se hizo ge-
servaba su fir- neral.
meza y su au- Como dice un
te de Yprés, ata- -
/
cándolas al mis-
mo tiempo por
el Norte, el Este
y el Sur.
Las tropas
francesas é in-
glesas que de-
fendían la his- ,V-
tórica ciudad
flamenca, hicie- h
ron frente con
tesón á este ata-
que gigantesco.
Asaltantes y
defensores se
batieron con
encarnizamiento, siendo enorme la mortandad, es-
pecialmente entre los alemanes, que siguieron su sis-
tema de ataque en masas compactas.
Cada vez que el enemigo conseguía apoderarse de
una trinchera, era desalojado de ella á las pocas horas
por un contra-ataque de los aliados.
El 11 de Noviembre, un avance extraordinaria-
mente enérgico de la Guardia prusiana rompió el
La última vu fl:
JE BATALLA
obrera, con los labios azulados y los ojos desmesura- El gobierno da un socorro diario de un franco cin-
damente abiertos — bajo la cúpula rayada de una po- cuenta céntimos á la familia de todo soldado. Las
bre sombrilla. Las viejas rugosas y de color de cuero que gozan de una posición desahogada no reclaman
Tomo ii 47
378 VICENTE BLASCO IBANEZ
tal auxilio, pero éstas sólo representan una exigua nuaba siendo compañera de su hombre con las mis-
la
minoría. La mayor parte de los defensores del país mas alegrías, las mismas peleas y las mismas recon-
son pobres, y significaba para ellos una gran tran- ciliaciones de las parejas que se daban la mano ante
quilidad saber que los suyos no morirán de hambre la bandera tricolor del alcalde.
mientras exponen su vida. Al declararse la guerra, medio París quiso casar-
Teniendo en cuenta que existen sobre las armas se. Ellos eran los más tenaces en este deseo matri-
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380 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
MUJERES ANTE UNA ALCALDÍA DB PARÍS PARA SER SOCORRIDAS POR EL GOBIERNO
(Fot. Meurisse)
POR ESTAR SUS MARIDOS É HIJOS EN LA GUERRA
La pareja ilegal avanzaba orgullosa de su van- mas. ¡Protesta general! Una parte de los defensores
guardia infantil, y el hombre parecía decir con sus de la patria iban á pelear por ella valerosamente,
guiños y sonrisas: «¡Eh! ¡Si todos los ricos hiciesen lo bajo una lluvia de hierro, mientras sus mujeres y
mismo!...» sus hijos morirían de hambre por falta de unos pa-
Á pesar de esta rapidez en la fabricación de ma- peles. Este formulismo, equivalente á una ingratitud
trimonios, un gran número de parejas quedaron sin patriótica, fué suprimido. Hoy todas las mujeres que
la deseada legitimidad. La guerra no admite plazos: tienen un hombre bajo las banderas de la República,
el regimiento no cobran el fran-
podía esperar. co cincuenta sin
Muchos que tener que exhi-
aguardaban tur- birpara esto un
no en la alcal acta matrimo-
día para casar- nial.
o
se, tuvieron que
salir horas antes Las pobres
de poderse cele- mujeres en sus
brar la ceremo- largas esperas
nia, con direc- hablaban de algo
ción á la fron- más importante
tera, dejando á que el socorro
su compañera que iban á reci-
sumida en lágri- bir.
mas y rodeada Se conocían
de su prole. de antiguo por
En los prime- ser vecinas ó
ros días el go- se presentaban
bierno sólo con- unas á otras. La
cedió el socorro conversación se
pecuniario á las entablaba es-
familias legiti- BSPERANDO LA DISTRIBUCIÓN DE LA SOPA POPULAR (Fot. Rol) pontáneamente
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 381
entre las que se encontraban por vez primera. Todas fianza. Algunos, con un buen humor á prueba de bom-
»
se trataban con la confianza que da el parentesco. ba, añadían la promesa de traer á casa unos pelos
Pertenecían á la misma
familia: la de la inquietud y del bigote de Guillermo. Otros anunciaban el envió
la tristeza. ¡Quién sabe si sus hombres peleaban jun- de un casco prusiano ó un gorro de húsar de la muer-
tos, allá lejos! ¡Quién sabe si el uno llevaba
á cuestas te, ganados á punta de bayoneta.
al otro,recibiendo en la espalda su sangre y sus ron- Nadie fechaba sus cartas consignando el lugar de
quidos de agonía! ¡Quién sabe si un obús los estará donde escribía. La orden era general. Había que man-
destrozando en tener en secreto
este instante, la situación de
confundiendo cada cuerpo
sus huesos he- para impedir de
chos astillas, sus este modo las
tejidos rasgados averiguaciones
en harapos, sus del enemigo.
entrañas palpi- Sólo por conje-
Inútil es decir
que és-
tos no presentaban el
mismo aspecto que en
época de paz. Su con-
currencia se aminoró
mucho al realizarse la
movilización; todos los
hombres válidos mar-
charon á los campamen-
tos y los cuarteles; pero
días después, á pesar del
avance del enemigo so-
bre París y de la huida
de una parte del vecin-
dario, no se notó una dis-
minución visible en las
muchedumbres.
Cuando se cerraban
los establecimientos pú-
blicos, las gentes se-
guían en el bulevar, ocu-
pando bancos y las
los
sillas de alquiler, gozan-
do del fresco de la no-
EL PATIO DE LOS INVÁLIDOS CON LOS AUTOMÓVILES REQUISADOS
che, lo mismo que en
una ciudad de provin-
cias. En los Campos Elíseos y en los alrededores del recortaban las palabras con la sonoridad rotunda del
Arco de Triunfo se formaban tertulias, agrupándose habla peninsular; otras las prolongaban musical-
las sillas de hierro en torno de los candelabros eléc- mente, con la suavidad de los diversos acentos ame-
tricos, que esparcían un resplandor que pudiera lla- ricanos. Por mucho menos, cualquier extranjero se-
marse «de circunstancias»; una luz trágica, rojiza y ria llevado á la cárcel en Alemania y ¡quién sabe si
poco intensa. le ocurriría algo peor!El francés miraba con simpa-
Después del francés, era el español el idioma que tía á los que hablaban un idioma que él no entendía,
sonaba con más frecuencia bajo el follaje de los ár- sin sospecha y sin cólera, fraternalmente, pensando
boles. Algunas noches nuestra lengua predominaba que cuando viven aquí es indudablemente porque
sobre el idioma nacional, y las noticias de la gue- aman á Francia.
rra, con gran acompañamiento de mentiras y exa- De día, el centro de París ofrecía un aspecto ori-
geraciones, eran comentadas á gritos, con la exube- ginal y atractivo. Pocos vehículos, y aprovechando
rancia característica de nuestra raza. Unas voces éstos la falta de obstáculos pasaban á todo correr,
como si marchasen por una
carretera. Se valían de la im-
punidad que les proporciona-
ba la urgencia de sus servi-
cios. Casi todos llevaban una
bandera ó un rótulo: eran de
los diversos regimientos de
I'aris, de la administración
militar, de la Cruz Roja, et-
cétera. En cambio muchas
mujeres... ¡muchas!, y á pe-
sar de lo trágico del momen-
toy de las noticias pavorosas
que esparcía el miedo, todas
elegantes, frescas, sonrien-
tes, luciendo los más sugesti-
vos y moldeadores trajes de
verano. Pero, ¿cuándo una
EN LA E8CUBLA MILITAR (Fota. MeuriBse)
francesa se olvida de sí mis-
Tomo ii 18
386 VICENTE BLASCO 1BANEZ
res pregonaban el mapa
de Europa como si fuese
un periódico, y vendían
alfileres con banderitas
quianos tenían su carta UNA SEÑORITA OBSEQUIANDO Á LOS TIRADORES DE ÁFRICA das ilusiones que les que-
geográfica. Los vendedo- QUE MARCHAN AL FRENTE rían servir sus periódicos.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 ¿87
jorreo que descendía de las nubes, levantaron la mira- zada en mitad de la acera, junto á la puerta del esta-
da curiosa. Una especie de mosquito, apenas percep- blecimiento.
tible, se movía en el cielo, resbalando por los peque- Esta hazaña heroica del alemán volante tardó
ños lagos de cristal azul para ocultarse luego entre horas en saberse. ¡Es tan grande París!... Un movi-
las montañas de vapores que forman sus orillas. Los miento de estupefacción y de pánico agitó á la ciu-
transeúntes seguían marchando sin mirar más á lo dad. Corrió la gente en busca de las estaciones como
alto. Era un aeroplano «de domingo» que salía á pa- el público de un teatro incendiado que busca las sali-
que de Bolonia.
Pero de pronto el mos-
quito, que parecía bus-
car con sus revuelos so-
bre el inmenso capara-
zón de París el emplaza-
miento de la Estación
del Este, soltaba bom-
bas y una bandera con
los colores alemanes.
Era un taube: un aero-
plano enemigo. Las bom-
bas caían al azar, cau-
sando más estrépito que
daño, en el patio de una
imprenta, en un calle-
jón, frente á la puerta
de una panadería. Sólo
hubo una victima: una
vieja infeliz que entraba
á comprar pan para su
comida, y quedó destro- BXPLOSIÓN DB GAS EN UNA CALLE DB PARÍS CAUSADA POR UNA BOMBA DE UN «TAUBB»
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 ?89
LA (JBNTB MIRANDO LOS EFECTOS DE UNA BOMBA LANZADA POR UN «TAUBE' EN UN PASAJE DE LA RUÉ VINAIORIERS
das. ¡París bombardeado! ¡Y bombardeado desde los á comerse su dinero, sin más ilusiones que vivir bien
aires!...Esta última novedad pareció aumentar aun y prolongar su existencia lo más posible. Además,
más el terror del atentado, como si no fuese lo mismo existe la pequeña burguesía francesa, metódica, tími-
morir de una granada expelida por un cañón, que de da y maniática, tantas veces descrita en comedias y
una bomba de mano arrojada por un aeronauta. novelas, que paga puntualmente sus tributos, abomi-
París está habitado por los mayores egoístas de la na de toda novedad, se queja de que el Gobierno no
tierra: extranjeros de todos los países que vienen aquí protege suñcientemente su miedo, y ama la guerra
como un placer para
leer todas las mañanas,
en zapatillas, junto al
café con leche, noticias
de victorias y de tomas
de banderas.
Todas estas gentes,
extranjeros y franceses,
salieron huyendo de la
ciudad con un atropella-
miento de fuga: ¡Pero
París! ¡el verdadero Pa-
rís!...
saluda:
— Señor: no se olvide usted de mí porque soy pe-
queño. Écheme algo.
Y alver que se alejaba, dijo tristemente:
L s 1
riíilfl
392 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
para destruir las instalaciones de telegrafía sin hilos montadas en ella, se tomaron medidas á fin de impedir este ataque. Emplazáronse
tra la torre Eiffel,
en diversos sitios piezas de artillería, los aviadores llamados del frente volaban por los alrededores de la capital, y á cada momento de la noche los focos
de los reflectores eléctricos surcaban con sus haces de luz el cielo parisién, iluminando á la gran ciudad como en los días de gran fiesta.
(Dibujo de José Roy, de la Ilhistratiun, de París)
ciones. En
calma azulada del atardecer, colorea-
la más taubes sobre París: ya no hubo Five o'cloclc por-
dos últimos
por los reflejos del sol, se alejaron de que faltaba Guillermo á la hora de la cita. Y el pue-
nuestra mirada los dos pájaros de guerra, el uno en- blo de París, aburrido por la monotonía de una ciudad
cima del otro. El francés disparó sobre el enemigo de en estado de sitio, lamentaba la falta de su diversión.
abajo, y éste empezó á descender, tal vez herido en Uno de los aeroplanos alemanes voló una tarde
sus alas, tal por el Barrio
vez con el pro- Latino, sobre
pósito de es- las frondosi-
¡Migajas! . . .
dia, que lle-
¡polvo!... ¡na- nan los paseos
da!... por la tarde,
Ya no hubo elegantes y
por entonces PARISIENSES EN LA PLAZA DE LA CONCORDIA ESPERANDO AL «TAUBE» acicaladas co-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 393
•
TAUBE» PERSEGUIDO POR LOS DISPAROS DE LA ARTILLERÍA FRANCESA
(Dibujo de Paul Jouve, de The Illustrated War News)
rao un figurín, esparciendo un suave perfume al rao- cochecito, sin soltarlo de entre sus brazos, volvió
ver sus faldas estrechas y un tanto hendidas mien- lentamente la cabeza y miró á lo alto... Sonreía, al
tras empuja el carrito en el que va acostado el bebé seguir el vuelo del enemigo, con una sonrisa infantil,
entre encajes y lazos!... entre burlona y agradecida.
Al ver en lo alto la máquina de guerra, todas co-
rrieron gritando, pálidas de emoción, empujando sus
cochecitos, pugnando por salir cuanto antes del jar- Con razónes el gallo el heráldico emblema del
dín y refugiarse en las casas inmediatas. Pero ape- pueblo de las Galias. Semejante á este animal, ga-
nas dejaron sus pequeñuelos á cubierto, en zaguanes llardo y ruidoso, el francés, apenas siente el tem-
y tiendas, volvían á la acera para seguir con los ojos blor de la emoción, la caricia de la esperanza ó
el vuelo del aeroplano, riendo como los demás. la acometividad irresistible de la cólera, lanza al
Una mamá de veinte años, al salir del Luxembur- viento su alma en forma de cántico.
go empujando á su peque- Los amantes, al verse
ño, no pudo ganar las ca- solos caminando por una
sas de la calle de Mediéis calle desierta ó por el sen-
con la misma rapidez que dero de un bosque, sien-
las otras madres. El aero- ten la necesidad de aga-
plano pasaba por encima rrarse las manos y cantar
de ella; y con la abnega- á media voz, mirándose
ción de la maternidad se los ojos, lo mismo que en
On va leurpercer le flanc
rataplán, iirelire, lire:
on va leurpercer le flanc
rataplán que nous allons rire!
Inútil hablar de La
MarseUeaa. Todos saben
lo que significó este can-
to en las guerras de la
Revolución. «Nos bati-
mos uno contra diez — de-
cía un general de la pri-
mera República pe"o
— ,
PUESTO DB TELEGRAFÍA SIN HILOS BN UN JARDÍN DE PARÍS, GUARDADO MILITARMENTE La Marsellesa venía con
nosotros, y vencimos.
sino la suelta á los postres. La romanza sentimental Hoy, la Francia en armas, vuelve á entonar su
hace soñar á la joven obrera, abriendo ante su ima- himno heroico, más famoso que los péanes cantados
ginación un horizonte de nubes sonrosadas que toman por los héroes de Salamina. En los combates tenaces
las formas más irreales y seductoras. El hombre en- desarrollados recientemente en la frontera de Bélgi-
tona la canción patriótica, que unas veces retruena
en el interior de su cráneo con acompañamiento ima-
ginario de trompetas y tambores, como una diana de
cuartel, y otras evoca imágenes de barricada, mugi-
dos de muchedumbre en revolución.
«En Francia todo termina en canciones», dijo un
personaje histórico. Más exacto
sería decir que este
Auprés de ma blonde
qu'il fait bon, fait bon, fait bon.
— No cantes, compa-
ñero — decia un soldado
á otro corriendo con la
bayoneta por delante
hacia las posiciones del
enemigo — Estamos le-
.
terrumpió un instante. LA TORRE EIFFSL GUARDADA MILITARMENTE Y CERRADA AL PÚBLICO. AL FIE DE ELLA
—Te equivocas. La VARIAS INSTALACIONES DE TELEGRAFÍA SIN HILOS
Marsellesa da más aire.
Rouget de LTsle, músico mediocre y poeta de Hace años vivían en París dos poetas llamados
afición, pasó todo el resto de su larga vida, después Beranger y Víctor Hugo. Hoy existe, entre sus nom-
de producir el famoso himno, escribiendo romanzas bres, una enorme distancia; entonces también, pero
y operetas. Ni una sola ha llegado hasta nosotros. De los términos de esta distancia estaban invertidos. El
un montón enorme de mamotretos musicales, sólo cancionero popular era el más célebre de los dos. Su
quedan unos cuantos compases que conoce el mundo nombre hacía temblar de emoción á las grisetas de
entero y recordará por los siglos de los siglos. las buhardillas por sus versos de amor, y á los viejos
revolucionarios por sus
canciones patrióticas. El
nombre de Beranger es-
taba en todas las bocas;
su retrato en todos los
cafés. Cuando la monar-
quía le llevaba á la cár-
cel, las damas ruidosas
de los Mercados derra-
maban lágrimas, y co-
rrían á ofrecerle en su
celda los más ricos co-
mestibles á guisa de co-
ronas de laurel.
El olímpico Hugo son-
reía discretamente ante
esta popularidad. Beran-
ger, gran admirador del
semidiós, avergonzába-
se de ella como de una
usurpación, pero acaba-
ba por reir también.
o
El servicio obligatorio
INSTALACIONES DE TELEGRAFÍA SIN HILOS EN LA TORRE EIFFEL ha llevado á los ejércitoa
(Fots. Meurlsae)
396 VICENTE BLASCO 1BAÑEZ
abundancia. Los más de
ellos comen mejor ahora
que en sus granjas ó en
las casuchas obreras de
los arrabales. Además,
el gobierno se preocupa
de su alimento espiri-
tual. Todas maña-las
nas se reparte en cam-
pamentos y fuertes, allí
donde existe un grupo
de soldados, el Boletín
de los Ejércitos de la Re-
pública, una hoja en la
teatros y de los cafés cantantes. voz de barítono entona ante la asamblea de kepis
En algunas fortificaciones de la frontera del Este
UN GRITO DE CANTORES DE LAS CALLES, QUE MARCHAN A LA GUERRA ACOMPAÑADOS HASTA LA ESTACIÓN
DEL ESTE POR SUS MUJERES Y SUS NIÑOS
rojos sus versos de bronce glorificando la tierra na- guerra en apretado grupo todos los que en los escena-
tal, las tumbas de los abuelos, el histórico suelo
de rios cantaban puestos de frac la romanza sentimen-
color.
Las pobres mujeres
cantan con gravedad,
pensando en sus hom-
bres que están en la
guerra. La aprendiza se
priva del panecillo del
almuerzo para comprar
lacanción impresa y la
balbucea siguiendo al
—
Diez céntimos nada más la canción. ¡Quién desea Los versos son malos, ¡pero interpretan con tanta
otra!... exactitud los anhelos del alma popular!
Ycuando gran parte de su público tiene el papel — Da tanto placer como encontrarse un billete de
entre las manos, vuelve á cantar, autoritariamente, veinte francos — afirma una especie de filósofo de
lleva el compás con la cabeza y con todo el cuerpo, doce años, con la blusa rota y los dedos fuera de los
guiando á que desean aprender la canción.
los zapatos.
—¡Nombre de Dios! —
dicen algunos obreros viejos Y el artista, majestuoso é insensible á la gloria
popular, sigue cantando:
Faisovs savoir
Kaiser noir,
att
En Diciembre, cuatro meses después del comienzo de la guerra, volvieron á abrirse los teatros de Parts. Presidieron esta reapertura los patrióticos acen-
tos del himno nacional. París, que había permanecido silencioso, concentrando toda su energía frente á la invasión que le amenazaba, recobró bien pronto
con su confianza la necesidad de la animación. Quiso que los teatros se abriesen nuevamente. Pero no pedía frivolos espectáculos; deseaba expansionar
su espíritu con las lecciones sanas del clasicismo y sentir el ensueño de la música. Los teatros oficialmente subvencionados organizaron «matinées» que
lograron un gran éxito. En la Comedia Francesa, terminada la representación de «Horacio», el célebre actor Mounet-Sully declamó «La Marsellesa» como en
las fiestas oficiales del 14 de )ulio. En la Opera Cómica, después de una soberbia interpretación del «Canto de partida», se vio aparecer á la gran artista
Marthe Chenal, que entre las aclamaciones del público cantó el himno nacional, mientras que, extendiendo los brazos, desplegaba la bandera francesa,
en el centro de la cual parecía encarnar la victoria. _. c , _
, _, .
,,.,,, .. , „ .
un director de orquesta. Hay que entonar el estribillo. losinstrumentos de cuerda, el cantor se guarda sus
— Al refrán... vamos al refrán, mesdames et mes- papeles y los tres salen á todo escape por la calle-
sieurs... ¡Todos á coro! juela.
Y guiado por el vozarrón del barítono, el público ¿Son los prusianos que llegan?... No; es un guardia
canta: de París, un representante de la ley de estado de sitio,
Entenas tu Guillaume? que prohibe grupos en las calles.
la ierre vient de trembler, El bravo policía se detiene un momento, sonríe le-
ta tele et ton tróne
vemente al reconocer á los que huyen y levanta los
tout ga va á tomber.
hombros.
Algo debe temblar y caer en aquel momento, efec- Estamos en tiempos de guerra, tiempos de frater-
tivamente, porque los músicos se meten bajo el brazo nidad, y hay que ser tolerante con el divino arte.
ATAQUE A
III
Tolerancia y buena
educación
La guerra ha hecho
renacer en Francia la
buena educación. Esta
parecía algo olvidada á
consecuencia de los gran-
des disentimientos que
separaban á unos ciuda-
danos de otros. La bue-
na educación consiste en
saber tolerarnos, en so-
brellevar con amable
sonrisa aquello que nos
extraña en el vecino ó
nos hiere; y Francia,
dividida como todas las
democracias en avanza-
dos y reaccionarios, no
estaba dispuesta á tole-
COMO LOS AUTOBÚS FUERON REQUISADOS PARA LA GUERRA, FUNCIONAN BN LOS BULEVARES
rar ni disculpar nada en ESTOS CARRUAJES QUE ANTES SERVÍAN PARA IR Á LAS CARRERAS. DE PIE EN EL ESTRIBO
su vida interior. Además ESTÁ LA COBRADORA
conspiraba contra la cor-
tesía tradicional el mal ejemplo de ciertos pueblos El más leve incidente político, un crimen célebre
rudos y poderosos. Una parte de Francia ha pre- óun simple estreno teatral, bastaban para que la
tendido imitar, hasta hace poco, los modales del rudo nación se dividiese en dos bandos, injuriándose en
inglés ó el despreocupado yanqui, creyendo que de los diarios y en las calles. No podía ocurrir nada
este modo se apropiaba algo de su carácter. malo en Francia sin que una minoría que suple el
decrecimiento del núme-
ro con una ruidosa acti-
bierno de la República,
semejantes á los que per-
turban la vida de todos
los gobiernos.
Cuando yo desembar-
qué en Francia, pocos
días antes de declararse
la guerra, el asunto
Caillaux era una preocu-
pación nacional. Pocos
se fijaban en la tormén
AUTOMÓVILES BLINDADOS, CON AMETRALLADORAS. DELANTE DEL QKAND l'ALAIS; CAMPOS ELÍSEOS) ta eUTOpeil qUe Se n08
(Fots. Meurisse) venía encima. La culpa-
TOMOII 60
402 VICENTE BLASCO IBANEZ
permanecían de pie; en
las aceras reinaba triun- AUTOBÚS DE GUERRA MONTADO POR LOS FUSILEROS DB MARINA
fador el empellón bru- (Fot. Meuri88e)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 403
que ofrecen las leyes comunes. En la calle del Croissant, donde están las redaccio-
Muchachos que aún no tienen la edad para tomar nes de muchos diarios, se agolpa la muchedumbre de
las armas, enfermos y sobre todo mujeres, se encar- vendedores esperando la aparición de una nueva hoja.
gan de vender los perió-
dicos por todo París. A
veces llama la atención
la hermosura de la ven-
dedora. Falta de trabajo
en el taller, se lanza á
despachar papel impre-
so buscando un jornal
supletorio. Viste un traje
muy usado, pero que lla-
ma la atención por la
gracia de su corte. Sobre
los rubios cabellos se ha
Gavroche, el eterno pilluelo, apenas acaba de cía que falsamente impasibles sonríen Viajo el bigote.
vender sus existencias vuelve en busca de novedades. — ¡Mirad lo que llevo en la gorra! aulla más allá.—
Se lamenta de que la autoridad no permita vocear Y lo que lleva en el frente de su gorra, es el título
los títulos de los diarios, y procura con maliciosos del periódico que no puede vocear.
subterfugios atraer la atención del público. En las horas que no vende papel, Gavroche corre
— ¡Compren periódico cuyo título no puedo decir!
el París buscando noticias y sensaciones.
— grita en bulevar, frente á los agentes de
el poli- Los aeroplanos alemanes, volando sobre la ciudad
y arrojando bombas, fue-
ron para él una diver-
sión inolvidable.
Toda una tarde siguió
á uno de ellos, de calle
en calle, atento á sus
evoluciones, esperando
el momento en que arro-
tado— .
Escupe tu bom
lia y vamonos á comer.
prueba.
Y el cura de pantalón
rojoencorva la espalda
para remontar un poco
la pesada mochila, y
contesta simplemente:
— ¡Viva la República!
Un ha
diario de París
publicado una fotografía
EMIOUANTES EN UNA ESTACIÓN DE PARÍS interesante de la bata-
HISTORIA DE L.A üllERRA EUROPEA DE 1914 407
están varios soldados con la cabeza descubierta, y en el cañón de 75. Se reanuda la batalla; el regimiento
primer término otro que conserva puesto el kepis. va á entrar de nuevo en acción. El sacerdote oculta
Este kepis suple la falta de un bonete. Sobre el pecho en su mochila la estola y el libro de oraciones,
del capote caen los dos extremos de una estola negra recobra su fusil y la compañía reanuda el avance,
con cruces blancas. La estola fúnebre y el libro de ple- dejando atrás á sus muertos.
garias para los muertos
es todo lo que el cura-
soldado guarda en la
mochila de los antiguos
ornamentos de su minis-
terio. Reza ante los cadá-
veres delos amigos que
BBLGAS QUE REORBSAN DH LA ESTACIÓN DBL NORTB, NO HABIENDO ENCONTRADO KN AQUEL MOMENTO TREN-
PARA INCORPORARSE AL EJÉRCITO DB SU PAÍS
Escena de los primeros días de la guerra: vés de todos los cambios de situación y de traje.
Unos movilizados esperan en una sala del cuartel Hace unos meses, el grupo de obreros parisienses
que les entreguen sus uniformes y sus armas. Se ven hubiese prorrumpido en burlas. Al ver á un cura co-
todos ellos por primera vez. Son obreros de ancho rrían en busca de un objeto de hierro para tocarlo, ó
pantalón de pana, rojos bigotes de galo y aire resuelto hacían otros ademanes de imposible mención. ¡Pero
de compañeros conscientes que tratan á los diputados ahora que todos ellos son compañeros de armas y van
del partido y han figurado en ruidosas huelgas. El más á exponer su vida por la República!...
verboso y comunicativo facilita las presentaciones. El orador del grupo hace un esfuerzo para mos-
—
—Yo trabajo en el pavimento de París dice uno. trarse cortés y suave en su curiosidad.
— Yo soy al- No quiere pre-
bañil — contesta guntarle ruda-
otro. mente si es cu-
— Yo trabajo ra. Teme que
en el Metropoli- esto parezca
tano. en su boca un
Cuando ya se principio de in-
han presentado sulto.
casi todos, las Y encontran-
miradas van ha- do, al fin, el
cia un camarada deseado eufe-
joven de buen
, mismo, dice con
aspecto, vestido una sonrisa bo-
de negro y con nachona:
una gorra in- — Yo traba-
glesa. jo en una fun-
Le adivinan: dición de Saint-
lo huelen. Hay Denis... ¿Y us-
en él ese algo ted, com pañe-
imborrable del ¿Usted tra-
ro?...
pado hasta poco antes el comisario alemán de la esta- En telegrama vino á com-
la noche, el siguiente
ción de Montreux-Vieux. pletar dicha comunicación:
Esta estación fronteriza entre Francia y Alema- «Las tropas francesas acaban de entrar en Mul-
nia se halla á treinta kilómetros de Mulhouse y quin- house. »
campaña. JOVEN ALSACIANA VISTIENDO BL TRAJE TÍPICO DEL PAÍS nuestras columnas desem-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 411
El generalísimo Jof-
fre, después de este éxi-
to, redactó la siguiente
«Hijos de Alsacia:
Después de cuarenta
Deseosos de terminar esta obra han hecho por Los alemanes, para defender el acceso á Estras-
adelantado el sacrificio de su vida. La nación france- burgo construyeron uno de los más poderosos fuer-
sa los empuja unánimemente, y en los pliegues de sus tes de Alsacia en la meseta que domina la desem-
banderas están inscritos los nombres mágicos del De- bocadura del valle. Mutzig, como le llamaban los
recho y la Libertad. franceses cuando Alsacia era un departamento de su
¡Viva Alsacia! nación, ó Molsheim, que es el nombre que le dan los
¡Viva Francia! alemanes, domina con fuegos de su fuerte cuatro los
El general en jefe de los ejércitos franceses, líneas férreas que se cruzan junto á él.
Desde las guerras de la antigüedad el valle de la
JOFFRE»
o
Bruche fué una de las vías seguidas por todos los in-
vasores de Francia. El 15 de Agosto, en un pequeño
Al mismo tiempo que una brigada penetraba en pueblo de 280 habitantes de dicho valle, llamado San
Alsacia, las tropas Blas, ocho kilómetros
francesas ejercían una más abajo del collado
enérgica presión á lo "% i :'i..,.:v;;!:..¿/-*"
,
•£fr- <"f ./ 7-f-VF de Saales, se desarro-
- -
'
.. •'.'.
-
Jt,.f..,.,
*
\ /
--. Xv / /MÍ-.I
largo de las crestas llóun violento comba-
'•»> C «lela *J.' urXfifu'm
de los Vosgos, com- ¡^chiuchi tíP te entre franceses y
jerardnt.er
batiendo á los alema- Hpnéelf.'ifc '
v alemanes. En el curso
«. tJ*r"""T*
nes que ocupaban los C.dii lii m
de tal encuentro, los
"'
pasos de esta cade- "y' cazadores franceses
na de montañas. Esta i. I del 10."batallónse apo-
Lautenbach
presión se concentró deraron de la bandera
C-rfe
especialmente contra „ ttussoftn
Guebwiller del regimiento alemán
el pueblo y el collado '" ?
-
A 132." de infantería! pri-
de Saales, que fueron Bailón mer regimiento de la
éste se vino abajo con todos los que lo ocupaban. En movimiento de avance fué cuando la ban-
este
Al llegar la noche, el 10." batallón de cazadores fué dera del regimiento 132." alemán cayó en nuestro po-
lanzado contra las obras defensivas ocupadas por el der, así como 8 cañones, 4 obuseros, 6 ametrallado-
enemigo. Con un impulso irresistible los cazadores se ras, 86 caballos y 537 prisioneros, de los cuales 10
apoderaron de dichas obras, pasando en ellas la noche, eran oliciales.
414 VICENTE BLASCO 1BANEZ
dumbre. El trofeo fué ex-
puesto en un balcón del
palacio del ministro de
la Guerra, y millares de
parisienses desfilaron
por la rué Saint-Domini-
que para contemplar
este testimonio de las
primeras victorias fran-
cesas.
«No hubo ni
bravatas — dicegritos
un testi-
go presencial
— Tampo-
.
co hubo manifestaciones
insultantes. El pueblo de
regimiento de infantería
es una bandera ahucia-
ría, si se tiene en cuenta
mero que conquistan los franceses es una bandera «lohengrinesco». Carece de la franqueza, de la clara
alsaciana. ¡Qué amarga irrisión! ¡Pero al mismo tiem- simplicidad de nuestros estandartes. Verdaderamen-
po qué feliz y simbólico presagio nos proporciona te, hacer tal comparación, se reconoce que una
al
esta primera hazaña do las armas francesas en Al- bandera es á modo de una flor que surge del seno de
sacia!... un pueblo.»
o
»Una gran cruz de San Andrés, toda blanca, sepa-
ra esta bandera en cuatro triángulos rojos. El color Durante un día entero desfiló el público ante la
rojo resulta indefinible. Es un rojo falso, una especie bandera conquistada.
de color de frambuesa, que no tiene equivalente en Los periódicos recogieron muchas expresiones de
nuestros colores militares. Puede definirse diciendo la alegría popular.
LA PRIMERA BANDERA TOMADA Á LOS ALEMANES, EXPUESTA EN PARÍS EN UN BALCÓN DE LAS HABITACIONES
PARTICULARES DEL MINISTRO DE LA GUERRA (Fot. Meurisse)
que es un rojo que no procede de aquí. Sobre este rojo Un viejo obrero, mostrando á su nieto la bandera,
y el blanco de la cruz se destacan adornos de negro decia así:
y oro. La cruz se ensancha en el centro formando un
— Mírala bien,
muchacho. Vuélvela á mirar, para
óvalo. Un águila negra se despliega en él, con rudo que acuerdes
te bien de ella toda tu vida.
relieve. Este adorno está sobremontado por la corona Las mujeres saludaban graciosamente el teatral
imperial, bordada en oro. Rojo, blanco y negro, son trofeo.
los colores del Imperio. En cada uno de los triángulos Éste fué presentado al Presidente de la República
rojos hay una granada bordada. En las cuatro extre- en el palacio del Elíseo, antes de que lo llevasen á los
midades de la cruz, ó sea en los cuatro ángulos de la Inválidos. M. Poincaré, antiguo capitán de cazadores,
bandera, figura un monograma rojo terminado por se felicitó de que un batallón de dicho cuerpo hubie-
una corona dorada. Un cordón con borlas de plata se arrebatado la primera bandera al enemigo.
cuelga del asta, rematada por un hierro de lanza de La entrega del trofeo en el palacio de los Inváli-
calado menudo y gracioso. dos revistió el carácter de una ceremonia patriótica.
»Todo esto es teatral y hasta podría decirse que El más viejo de los inválidos, un veterano cojo de
416 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
2Se
-
'- %-..' ..-
— a* — ^k.
mam
Sebastopol, Solferino y la desgraciada guerra de 1870, franceses sobre todo el frente, desde Rechisourt, en
tomó en sus manos la bandera, llorando de emo- la Lorena anexionada, hasta Santa María de las
ción,y la paseó ante las Minas, población que fué
tropas formadas, acom- conquistada por los fran-
pañado por los acentos de ceses al continuar su pro-
La Marsellesa. Luego, la gresión después de la vic-
bandera quedó expuesta toria conseguida en San
para siempre en la iglesia Blas.
de los Inválidos. Las tropas que habían
El ministro de la Gue- ocupado dos días antes la
rra,M. Messimy, antiguo meseta de Donon siguie-
capitán de cazadores de ron avanzando. En el va-
u
infantería, felicitó al 10. lle de Schirmeck hicieron
batallón por su conquis- 1.500 prisioneros en dos
ta, terminando con estas jornadas, apoderándose
palabras su telegrama en- además de varios cañones
tusiástico: y ametralladoras.
«En nuestro heroico El 17 un comunicado
ejército, que no retroce- oficial decía asi:
derá ante ningún sacrifi- «En la Alta Alsacia las
cio para asegurar la de- fuerzas alemanas se reti-
rrota del enemigo, los ca- ran en gran desorden; las
zadores de infantería son unas hacia el Norte y las
los primeros en dar toda otras hacia el Este. La
la medida de su valor. prueba de este desorden
» Gracias en nombre de
se encuentra en el aban-
Francia y de la
República. dono de un enorme ma-
¡Arriba los corazones!» terial caído en nuestras
manos (aprovisionamien-
El 16 de Agosto siguió tos, obuses, carruajes, fo-
desarrollándose el movi- BL MAS VIEJO DE LOS INVÁLIDOS TOMANDO BN SUS MANOS LA rrajes, etc.)
miento de avance de los BANDBKA ALEMANA (Fota. Bol) »Se confirma que en to-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA PE 1914 417
desarrollado en la región de Mulhouse. Por sus mis- en el conjunto de la campaña un carácter episódico,
permiten darse cuenta
de las condiciones de
una guerra donde los dos
adversarios iguales en
número y en valor mili-
tar y poseyendo cada
uno factores de fuerza
y factores de debilidad,
ganan y pierden sucesi-
vamente el terreno, has-
ta el día en que uno de
ellos obtiene el resultado
decisivo que determina
la continuación de los
acontecimientos.
;,Á qué condición es-
portantes y que el grueso de sus tropas se había re- la ribera derecha del 111. En las dos posiciones, los
plegado sobre la ribera derecha del Rhin. En estas alemanes habían instalado su artillería al abrigo de
condiciones nuestro objetivo era atacar estas fuerzas obras de campaña. El ataque fué brillante y vigoroso
y repelerlas para hacernos dueños de los puentes del por nuestra parte. Los efectivos comprometidos por
Rhin y rechazar un contraataque de los enemigos si ambos lados eran sensiblemente iguales, pero los ale-
llegaba á producirse. manes estaban fortificados, lo que da mayor valor
Las tropas de la guarnición de Belfort se encarga- á nuestro éxito. El enemigo sufrió pérdidas muy con-
ron de esta operación. siderables. Pero como llegaba la noche, nuestra ca-
El 7 de Agosto se pusieron en marcha unas por la
; ballería,á pesar de una activa persecución, tuvo
cortadura de Belfort, ancha depresión que sirve de le- que dejar que se replegase. No pudimos conseguir
cho á los afluen- cortarle la reti-
tes del Doubs y rada y aniqui-
del 111, otras por larlo, lo que era
el valle del
Thur, nuestro objetivo.
que descendien- Al dia siguien-
do de Rheinkopf te 8, desde el
pasa á Thann, amanecer, con-
donde se divide tinuó nuestra
en dos brazos progresión, en-
que van á con- contrando esta
fundirse en el 111. vez una resis-
Nuestras tro- tencia muy se-
sar de la resistencia de los alemanes, nuestras tropas hicieron los alemanes valiéndose de un ataque noctur-
los obligaron á retirarse, y al cerrar la noche en- no. Avanzaron sobre la ciudad á altas horas, viniendo
traron en Mulhouse, entre las aclamaciones de los al- una parte del bosque de Hardt y otra de Neuf-Brisach
sacianos. Hubo unas cuantas horas de alegría general, y de Colmar, y marchando en dirección á Cernay
durante las cuales se olvidaron tal vez con exceso para cortarnos la retirada. Cernay está situado sobre
por parte de nuestros soldados las precauciones nece- el Thur, al Sudeste de Thann. Persistiendo en ocupar
sarias para los que están en un país enemigo. á Mulhouse con fuerzas insuficientes, nos exponía-
Al lado de los alsacianos que festejaban á nues- mos á perder nuestra línea de regreso á los Altos Vos-
tras tropas, había inmigrados de origen alemán que gos y Belfort. Por esto se dio la orden de retroceder.
se dedicaron á proporcionar á las fuerzas alemanas Á decir verdad, otra hipótesis podía haberse con-
repetidos infor- cebido y realiza-
mes precisos so- do. Los elemen-
bre nuestra si- tosque nosotros
tuación y la ci- habíamos deja-
fra real de nues- do en Altkirch
tros efectivos no sufrieron ata-
(una brigada que alguno. En
aproximada- estas condicio-
mente). nes era posible
Mulhouse, re- contraatacar á
sidencia de nu- los enemigos que
merosos funcio- marchaban ha-
narios alema- cia Cernay, em-
nes, difícil de de- pleando en esto
fender contra nuestras reser-
tropas viniendo vas. Pero por
del Este ó del causas que no
Norte, resultaba conocemos esta
fácil de recon- concepción no
quistar, con sólo prevaleció.
un vigoroso es- Nuestra iz-
fuerzo. quierda se vio
Esto es lo que UNA ALORA ALSACIANA OCUPADA POR LOS FRANCR8KS DESPUÉS OR UN TBNáZ COMBATO atacada en Cer-
420 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
nay por fuerzas muy superiores, mientras nuestro derecha se apoyaba en el canal que va del Ródano al
centro sufría un ataque igual en Mulhouse, y núes- Rhin.
tra derecha permanecía inactiva. La batalla se enta- Nuestra acción se dirigió en primer lugar contra
biaba mal, y en tales condiciones una retirada era la las fuerzasenemigas situadas al Oeste de Mulhouse,
solución más cuerda. Esto fué lo que realizaron núes- dejándolas espacio para que pudiesen colocarse entre
tras tropas. Deesta operación brillante, pero sin re- nosotros y la frontera suiza.
saltado definitivo, se desprendió una conclusión: la El ataque contra Dannemarie y Thann fué bien
certidumbre de que los alemanes no abandonarían preparado y conducido rápida y decisivamente. Antes
sin combate la Alta de abandonar Dan-
Alsacia y que dis- nemarie, los ale-
gica del adversario. cayó sobre Altkirch. Los alemanes, viendo en peligro
Esta vez se trataba de un esfuerzo decisivo y no su retirada hacia los puentes del Rhin, se replegaron
de un simple reconocimiento. en gran desorden, siendo perseguidos por nuestras
Al principio nuestras fuerzas atacaron en un fren- tropas, que se hicieron dueñas de las inmediaciones
te menos extenso que el de la semana anterior. de los puentes, dominando la parte superior de la
Con su primer impulso se apoderaron de Thann y Alta Alsacia.
Dannemarie. Partiendo de Belfort y de los Vosgos Nuestras tropas, al poseer las crestas y los prin-
amenazaban la linea de retirada alemana. Nuestra cipales valles de los Vosgos, se hallaron en favorable
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 421
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422 VICENTE BLASCO IBAÑE2
Sur. En esta parte
están los collados
más elevados de
los Vosgos, pero
también los de ac-
ceso más fácil; en
unos lugares por el
relieve del terre-
no, y en otros por
la proximidad de
nuestros fuertes.
El llamado globo
de Alsacia fué ocu-
pado el primero
por nuestras tro-
pas, después de ser
batido por los ca-
ñones del fuerte de
Servance. Sus pen-
dientes del lado
francés resultan de
fácil acceso. Por el
se en ellas. La ope-
ración resultó sen-
cilla y nos hizo due-
ños del collado de
líussang.
Después dirigi-
mos nuestro es-
MAPA DH LAS OPERACIONES EN ALSACIA Y LORENA fuerzo sobre las al-
turas de Hohneck
posición para continuar sus éxitos en dirección á y Schlucht. Las condiciones eran las mismas: pendien-
Colmar. tes dulces de nuestro lado y escarpamientos á pico del
—
Operaciones en los Vosgos. Las tropas france- lado contrario. El resultado fué idéntico.
sas sólo se han hecho dueñas de las crestas de los Más al Norte, en la sección central de los Vosgos,
Vosgos y han podido desembocar en Alsacia por las las dificultades resultaban infinitamente más serias.
alturas, después de laboriosas operaciones,á conse- Nuestro objetivo era apoderarnos de los collados de
cuencia de la orden dada á nuestros ejércitos en el Bonhomme y de Santa María de las Minas, asegu-
momento de la movilización para que mantuvieran rando á nuestra derecha la cobertura necesaria para
entre ellos y la frontera una zona protectora de ocho progresar en la dirección del portillo de Saales, ca-
kilómetros. mino de Estrasburgo. Aquí el terreno nos era desfa-
En ciertos lugares de la frontera, por ejemplo, en vorable. Las pendientes vosgianas del lado francés
las cuencas de Briey y de Longwy, donde la frontera son muy escarpadas, y las crestas estrechas y muy
tiene una forma puntiaguda, esta zona de protección cubiertas de bosques. Por esta razón resultaba difícil
no presentaba inconvenientes militares. Por el con- asegurar á nuestra infantería el apoyo de la artille-
trario, en la frontera de los Vosgos, donde la línea ría.Estábamos obligados á progresar por abajo, pues
fronteriza sigue exactamente el perfil de las crestas, sobre las crestas descritas se habían instalado los
el mantenimiento de la zona de protección aseguraba alemanes con numerosas fortificaciones de campaña:
á los alemanes una ventaja inmediata que aprove- barricadas de árboles, alambrados, trincheras, etc.
charon rápidamente. Saltando á lo alto de dichas Las dificultades que se oponían á que nos hiciése-
crestas, se instalaron en ellas defensivamente y nos mos dueños de este sector, debían surgir igualmente
obligaron á reconquistarlas. al mantenernos en él y ensanchar nuestro radio de
Nuestras tropas empezaron la operación por el acción, pues en las pendientes dulces de la vertiente
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 423
Imposibilitados de ins-
talar nuestra artillería
en las crestas estrechas
y cubiertas de arbola-
do, era muy difícil hacer
descenderlas tropas por
el lado de Alsacia, bajo
ciones alemanas.
Hubo que progresar
más lejos en los Vosgos
por los collados de Ur-
beis y de Saales. Una
vez realizado el avance
por estos puntos, pudi-
mos colocar nuestra ar-
tillería en los flancos del
gada.
Nuestras pérdidas en
el collado de Bonhoiiiinc
y el collado de Santa
ARRANCANDO UN I'OSTB FRONTERIZO BN BL COLLADO DE BONIIOMMK María, han sido de seis-
424 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
cientoshombres entre muertos y heridos. Pero como vo plan, y Mulhouse fué evacuada por segunda vez.
El ejército del general Pau abandonó provisional-
compensación, nuestro movimiento de flanco y el ca-
ñoneo dirigido por nuestra artillería contra las posi- mente las operaciones de Alsacia para unirse en el
ciones alemanas, infligieron al enemigo pérdidas cin- Norte con el grupo de ejércitos anglo-franceses, que
co ó seis veces superiores á las nuestras. había iniciado ya su retirada hacia el Marne.
En el curso de estas operaciones, completamente El gobierno anunció la suspensión de la ofensiva
victoriosas, nuestras tropas de linea, rivalizando con en Alsacia en la siguiente forma:
los cazadores alpinos, han dado prueba sin excep- «La gran batalla se ha entablado en un frente
ción del arrojo y la agilidad que exige la guerra de enorme, desde Maubeuge á Donon. De ella depende la
montaña. En varias ocasiones han arrebatado al ene- suerte de Francia é igualmente de Alsacia. La parti-
migo piezas de artillería de campaña y de artillería da decisiva va á jugarse en el Norte, y por esto el
gruesa. Hay que recordar que igualmente se apodera- general en jefe reúne en dicho punto, para un ataque
ron de una bandera. Sobre todo el frente de los Vos- decisivo, todas las fuerzas de la nación. La acción
gos, así como en la Alta Alsacia, el objetivo que nos militar emprendida en el valle del Rhin distraería
habíamos propuesto ha sido plenamente realizado.» tropas, de las que depende tal vez la victoria.
»Esto nos obliga á abandonar momentáneamente
Pero mientras los francese3 avanzaban con éxito la Alsacia para asegurarle la liberación definitiva,
en Alsacia, la verdadera guerra se había desarro- sintiendo profundamente no poder sustraerla más
llado en la frontera franco-belga, por donde desem- pronto de la barbarie alemana.
bocaba la gran invasión germánica. »El ejército de Alsacia y su jefe sobrellevan con
El 23 de Agosto la situación general de los franceses gran pena esta cruel necesidad, á la cual sólo se han
resultaba comprometida, después de lo ocurrido en la sometido resignada mente en el último extremo.»
línea Mons-Charleroi-Namur. Esto hizo necesario mo- Asi terminó la campaña de Alsacia, en el mes de
dificar el plan de campaña seguido en la Alta Alsacia. Agosto.
Obligado el generalísimo Joffre á hacer frente en Antes de llegar al relato de las grandes operacio-
el Mosa con todas sus fuerzas para impedir el avan- nes desarrolladas en la frontera de Bélgica, hay que
ce alemán, dio orden de evacuar los terrenos ocupa- describir lo ocurrido en Lorena durante el mes de
dos al otro kido de los Vosgos. Desde el collado de Agosto y los primeros días de Septiembre, para abar-
Saales al monte Donon, las tropas francesas tuvie- car con un conocimiento más exacto y completo el
ron que retroceder para ser empleadas en un nue- conjunto de la guerra en el frente occidental.
EN LAS INMEDIAC
lo confiscaron. El sacerdote, no pudiendo sufrir más, bía ocultado detrás de una cerca.»
gritó:
—Sois unos bárbaros. Llevadme ante uno de vues- En otros pueblos de la frontera lorenesa se repi-
DESPIll'.S
430 VICENTE BLASCO IBANEZ
guerra. El gobierno y la opinión popular descontaban de Pont a-Mousson, principalmente sobre el barrio de
por adelantado, como un suceso indiscutible, la pér- San Martín, situado en la ribera derecha del Mosela,
dida de estas poblaciones, y sin embargo, por un azar donde se encuentran el nuevo hospital y el colegio.
de la guerra, transcurrieron días y días sin que se Sesenta proyectiles estallaron en la ciudad destru-
realizasen dichos pronósticos. yendo las paredes, derrumbando los tejados, matando
El 12 de Agosto comenzó el bombardeo de Pont á- dentro de sus casas á pacíficos habitantes.
Mousson. Situado su caserío junto á la línea fronteriza Un obús mató á tina mujer y tren niños que se en-
en las orillas del Mosela,
los alemanes pudieron
cañonearlo á mansalva
desde su territorio. Va-
rias baterías de cañones
de largo alcance empe
zaron el ataque de la
ciudad, á 10 kilómetros
de distancia, arrojando
centenares de proyecti-
les, muchos de ellos de
más de 100 kilogramos,
y con una carga enorme
de picrita. Este bombar-
deo no fué acompañado
de un ataque de la infan-
tería, para apoderarse
de la población. El deseo
de los alemanes era ate-
rrar al vecindario con la
lluvia de proyectiles.
Hubo Varios muertos y
heridos, muchos de ellos
pacíficos vecinos, vie-
jos, niños y mujeres: AVANZADA DE DRAOONES FRANCESES RECONOCIENDO UNA ALDEA ABANDONADA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 43 1
contraban en el corredor de una casa: una niña de desarrollado los combates anteriores, fueron encon-
once años y dos niños de nueve y siete. trados muchos heridos alemanes. Éstos y los prisione-
Otro obús estalló en la plaza del Paraíso, produ- ros caídos en poder de los franceses, ascendieron á
ciendo nuevas muertes. Varios proyectiles alcanza- más de un millar. Según confesión de dichos prisione-
ron el barrio de San Lorenzo. ros, el tiro preciso y nutrido de la artillería de cano
El vecindario se ha mostrado admirable por su paña francesa los había desmoralizado, produciéndo-
valor. se un verdadero pánico en regimiento de caza-
el 5."
Pont-á-Mousson fué bombardeado por segunda vez dores alemanes. Kste regimiento había sido apoyado
elviernes 14 de Agosto. El fuego empezó á las 4 de la por los 7.", 8." y 21." de dragones, un grupo de arti
mañana prolongándose hasta las 6. Más de 200 obu- Hería y seis compañías de ametralladoras. El éxito
ses de calibre 150, 180 y hasta de 220 estallaron so- francés resultaba completo teniendo en cuenta la im
bre diversos puntos de la ciudad. Ue ellos cayeron portancia de dichas fuerzas.
unos cuarenta en el antiguo seminario, convertido Pero no eran triunfos solamente lo que conseguían
ahora en hospital, edificio al que apuntaban los bár- las tropas francesas de Lorena. También sufrieron
baros con una predilec-
ción especialísima.
Una pobre niña de
diez años que estaba en
los jardines, fué muerta.
Milagrosamente
— por
tratarse de un bombar-
deo tenaz — esta fué la
única víctima. La mag-
nífica abadía de los Pre-
monstenses ha quedado
muy quebrantada por
los obuses.
Agosto en Mangiennes, región de Spincourt, fué se- Este fracaso no impidió el avance de las tropas
guida de un nuevo éxito. El 12, una batería francesa francesas en la Lorena anexionada. En Chambrey,
sorprendió al regimiento 21." de dragones alemanes primera estación alemana del ferrocarril de Nancy á
en el momento que había echado pie á tierra y des- Chateau-Salins dos compañías de infantería bávara
cansaba cerca de un bosque. Los artilleros se aproxi- fueron sorprendidas por los cazadores franceses y tu-
maron cautelosamente, colocando sus piezas sin ser vieron que huir dejando sobre el campo muchos muer-
advertidos por el enemigo, y abrieron repentinamen- tos y heridos.
te un fuego mortífero que aniquiló á casi todo el regi- Un combate más importante se desarrolló cerca
miento. de la frontera durante la noche del 11 de Agosto, en
Estos dos éxitos sucesivos no sólo contuvieron el la región de Blamont, Cirey y Avricourt, invadida pol-
avance de las fuerzas alemanas en Lorena, sino que losalemanes. Una división francesa, al avanzar hacia
las obligaron á retroceder perseguidas por los france- laLorena anexionada, tropezó con el enemigo íuerte-
ses. En Pillon y otras localidades donde se habían mente atrincherado delante de Blamont. Luego de re-
432 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
chazar á las avanzadas alemanas se mantuvo inmó- atrocidades acostumbradas antes de abandonar Bla-
vil esperando la llegada del dia. Al apuntar el alba mont y Cirey.
los franceses reanudaron el ataque, y en mitad de la Al entrar en Blamont habían asesinado á varias
mañana la infantería,
apoyada por la artillería, se personas, entre ellas una joven de veinte años y un
apoderó de los pueblos de Blamont y Cirey. anciano de ochenta y dos, M. Barthelemy, antiguo
Las tropas alemanas (un cuerpo de ejército báva- alcalde de la población. Además saquearon numero-
roj ocuparon entonces las alturas que dominan á am- sos establecimientos, entre ellos una gran fábrica de
bas poblaciones, explotando hábilmente para su resis- chocolate perteneciente á un ciudadano suizo. Cuan-
tencia los accidentes del terreno,
pero los franceses efectuaron un
doble movimiento desbordante y los
bávaros, para no quedar envuel-
tos, se retiraron en dirección á
Sarrebourg.
Esta acción, bien conducida por
los franceses, hizo sufrir graves
pérdidas al enemigo.
Al dia siguiente se repitió el
avance y otra vez los bávaros tu-
vieron que retroceder, dejando el
paso franco á las tropas de la Re-
pública, que llegaron hasta Lorquin
en la Lorena anexionada, á 10 kiló-
metros de Sarrebourg. En este últi-
mo avance se apoderaron del con-
voy de una división alemana com-
puesto de 1!> camiones automóviles.
Furiosos por su derrota y por la
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do se vieron obligados á salir de Blamont repeli- Uno de rehenes era M. Colin, profesor de cien-
los
dos por los franceses, se llevaron doce rehenes, á cias del Liceo de Luis elGrande en París, que estaba
la cabeza de los cuales figuraban el cura y el co- veraneando en dicho pueblo con su familia. El profe-
brador de impuestos. Antes de abandonar la pobla- sor Colin fué sacado de su casa en camisa y descalzo.
ción los llevaron á una plaza donde acababa de ser Una niña hija suya que intentó defenderle, recibió un
fusilado un vecino, M. Luis Foéll, mostrándoles los culatazo en el rostro.Indignado por esta brutalidad y
sesos de la víctima esparcidos en el pavimento y otras muchas que los alemanes cometían con los ni-
amenazándoles con igual suerte. ños, el profesor se dirigió á un joven teniente que or-
denaba estos
actos, gritándole:
—¿Pero usted no tiene madre?...
Á que contestó el oficialito
lo
bargo, ninguno baja la cabeza. Sus ojos tienen lla- dieron fuego al edificio. Comenzamos á ahogarnos,
maradas de cólera en vez de lágrimas.» íbamos á morir quemadas ó asfixiadas. Era preciso
escapar de allí átoda costa. Morir por morir, resultaba
mejor acabar de una vez, de un balazo ó un bayoneta-
Uno de los pueblos de la Lorena francesa que más zo. Una de nosotras, que tenía un reloj, miró la hora.
sufrió fué Nomeny, situado al Este de Pont-á-Mousson, Las cinco. Llevábamos siete horas en este encierro.
á 5 kilómetros de la frontera. Un par de muchachas se sacrifican por salvar al
Al invadir los alemanes el territorio francés se grupo de mujeres, del que forman parte igualmente
ensañaron en el vecindario de este pueblo, que cono- algunos ancianos y niños. Me uno á las dos señoritas
ció todos los martirios. Los habitantes de Nomeny que Nicolás, y salimos del subterráneo buscando un cami-
pudieron escapar del pillaje y la matanza, se refugia- no para la fuga.
ron en Nancy. Una joven lorenesa, la señorita Jac- Todo arde en Nomenv. La calle está envuelta en
quemont, originaria de
la Lorena anexionada,
que vivía en Nomeny en
el momento de su des-
campos. Entramos en el
primer jardín que vemos
abierto, pero al intentar
escalar el muro oimos
hablar en alemán al otro
lado. Unos cuantos sol-
dados prusianos saltan
la pared. Esta vez cree-
mos que ha llegado nues-
tra última hora. El pri-
mer prusiano que apare-
ce nos grita: «¡Fourtl
¡Fourt! ¡Escapad! ¡Po-
neos en salvo!»
Los prusianos acaban
por llevarnos con ellos
como prisioneras. En el
camino otras mujeres
unen á nos-
fugitivas se UN HOTEL. VILLA CURIQUE, EN VILLERS-LA-MONTAGNK, SAQUEADO POR LOS ALEMANES
otras. Volvemos á en- (Tarjeta postal alemaua puMirada por Le» Anuales, de Paria)
piedad de nosotras.» Se niegan á dejarnos pasar, enfermería nos dan un poco de pan y dormimos en el
pero después de muchas súplicas acaban por llevar- suelo, hasta que el viernes á las seis de la mañana
nos á la enfermería, instalada en la casa de M. Zam- nos obligan á salir.
beau. Aquí los soldados se muestran corteses. Algunos Henos aquí en medio de la calle. Un oficial nos
nos consuelan. Nos dicen en voz baja que son sus pregunta á dónde queremos ir. Nadie sabe qué con-
oficiales los que les obligan á incendiar y fusilar. Uno testar y nos conducen con dirección á Mailly, ó sea
de ellos nos habla en francés: hacia la frontera. Marchamos unos dos kilómetros es-
— —
Yo también soy de Lorena nos dice —He nacido
. coltados por los soldados. Luego nos hacen retroceder
en Noveant. Tengo una madre... y entramos otra vez en Nomeny. Nueva orden de
Y llora. marcha. Volvemos á partir. Por cinco veces andamos
Al atravesar las calles en llamas hemos visto y desandamos el mismo camino. No podemos más:
muertos y más muertos. Algunos tenían la cabeza todas estamos próximas á caer al suelo. Al fin la sex-
partida. Una anciana que iba á cumplir cien años en ta vez, cuando estamos cerca del molino de Brionne,
los soldados alemanes nos abandonan. «Idos adonde
—
podáis nos dice uno de ellos en francés—. Estáis
libres. »
Al iniciarse las hostilidades, el diputado M. Mir- Oslamont, población inmediata, se libró del incen-
man solicitó un puesto de peligro, yendo á ocupar el dio,pero alguuos de sus habitantes fueron asesinados,
cargo de prefecto del departamento de Meurthe y Mo- entre ellos una infeliz muchacha. Todos los estable-
sela, donde todos esperaban que iban á desarrollarse cimientos importantes sufrieron el saqueo reglamen-
las operaciones decisivas de la guerra. tario.
El prefecto Mirman dio muestras de habilidad y Los alcaldes de las poblaciones de la Lorena fran-
energía en el desempeño de sus funciones, esforzán- cesa dieron ejemplo de valor y serenidad, haciendo
dose por mantener el entusiasmo patriótico y reme- frente á la barbarie invasora con sus protestas y de-
diar los grandes perjuicios causados por la invasión fendiendo las personas é intereses de sus administra-
alemana. dos, á riesgo de perder la vida. Entre ellos se distin-
Todos los actos de salvajismo que los prusianos guió especialmente M. Benoit, el maire de Baudovi
realizaron en la Lorena francesa durante la primera 11er, que ya hemos mencionado. En solo un día
quincena de Agosto, los resumió Mirman en un infor- experimentó los más trágicos dolores que puede co-
me dirigido al gobierno. Mujeres, muchachas y vie- nocer un hombre. Los alemanes asesinaron á su es-
jos fueron asesinados por los guerreros alemanes en posa é incendiaron á continuación su casa de comer-
los pueblos de Baudoviller, Cirey Icio, que representaba toda una
población que intentó protestar recibió un balazo en rándose de varios convoyes enemigos, cayeron en
un hombro. sus manos muchas cartas que los alemanes envia-
El pueblo deParux quedó convertido en un mon- ban á sus familias. Estos papeles contenían numero-
tón de ruinas. Todas las casas fueron quemadas por sas confesiones de un cinismo repugnante, que de-
los alemanes, que apenas entraron en el pueblo em- muestra cómo los superhombres de la Kultur conciben
plearon sus proyectiles incendiarios. la guerra.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 437
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438 VICENTE BLASCO IBANEZ
torce á sesenta años. La cacería ha sido de treinta de los estanques hasta el Oeste de Fenetrange.
piezas.» «Nuestras tropas desembocan frente al Seille, en
En veinte cartas de los alemanes que invadieron el cual muchos de los pasos han sido abandonados por
la Lorena francesa, se repiten las mismas frases: los alemanes. Nuestra caballería está ya en Chateau-
«todos han sido fusilados»: «lo fusilamos todo>; «no Salins.
hemos dejado un habitante vivo, exceptuando á las »En todas las acciones empeñadas durante los úl-
mujeres». timos días, tanto en Lorena como en Alsacia, los ale-
Este furor homicida de los soldados del kaiser in- manes han sufrido pérdidas importantes.
tentaba justificarse en las cartas, con la afirmación «Nuestra artillería es de un efecto desmoralizador
de que los paisanos tiraban contra ellos al entrar en y fulminante para el adversario.
los pueblos, y que el gobierno francés había dado En general, hemos obtenido durante las últimas
armas y municiones á los vecin
darios. La misma excusa que en
Bélgica, para disimular su barba-
rie. Los jefes alemanes, al entrar
jornadas éxitos importantes que honran muchísimo á repelieron á las tropas alemanas y nuestras vanguar-
nuestras tropas, cuyo ardor es incomparable, y á los dias llegaron á Delme, Dieuze y Morhange.
jefes que las conducen al combate. »En la jornada de ayer varios cuerpos de ejército
»Joffkk» alemanes han emprendido sobre todo el frente un vi-
goroso contraataque.
El 19 de Agosto las noticias de Lorena continua- 'Nuestras vanguardias se han replegado sobre el
ron siendo buenas para Francia. Sus tropas habían grueso del ejército, y ha comenzado el combate, ex-
entrado en Chateau-Salins, ocupado el dia anterior tremadamente vivo, de una y otra parte. A causa
por las avanzadas de caballería. Además se exten- de la superioridad numérica del enemigo, nuestras
dían á Dieuze, progresando con rapidez al otro lado tropas, que llevan batiéndose seis días sin interrup-
del rio Seille. La linea francesa se desarrollaba desde ción, han tenido que correrse atrás.
las cercanías de Sarrebourg hasta Delme, pasando «Nuestra izquierda cubre las obras avanzadas de
por Morhange. El avance francés arrollaba los obs- Nancy. Nuestra derecha está sólidamente instalada
táculos y su éxito parecía seguro. en el macizo del Donon.
Pero al día siguiente, 20 de Agosto, la jornada 'La importancia de las fuerzas enemigas no nos
resultó menossatisfactoria. Las avanzadas francesas habría permitido mantenernos en la Lorena anexio-
tropezaron con fuerzas alemanas superiores que ocu- nada, más que á costa de una imprudencia inútil.»
paban posiciones muy fuertes, teniendo que retroce- Lo que quería decir en resumen el comunicado
der al abrigo del grueso del ejército. Éste se había oficial con grandes precauciones para no alarmar á la
establecido sólidamente en las orillas del Seille y del opinión, era que la ofensiva francesa en Lorena había
canal que va del Marne al Rhin. fracasado. Después de seis días de incesantes comba-
El gobierno francés explicó elsuceso el 21 de tes y de obtener algunos éxitos, las tropas francesas
Agosto con el siguiente comunicado: tenían que replegarse. Como ocurre siempre en los
«Sabido es que, luego de reconquistar la frontera, acontecimientos desgraciados, se buscó hacer respon-
nuestras tropas lian avanzado en la Lorena anexiona sable á alguien de este fracaso, achacando la culpa
da sobre todo el frente desde Donon á Chateau-Salins. al 15." cuerpo de ejército francés, compuesto en su
»En el valle del Seille y la región de los estanques mayor parte de soldados del Mediodía. Según la voz
440 VICENTE BLASCO 1BAÑEZ
ia til r
eux-momcs, par dos entrepriees h&atüca. de oette conflauee. permanecen al Norte de Nancy.
Lo Comía anda nt de la Vlllo porto a la eonnatesfinue publique loa «Este retroceso momentáneo, á consecuencia de
diapositions suivputtís :
I.
— L'etat de alego c&t deoiuru daní : Totítrée oncupeo ptr les
un vigoroso movimiento de avance, no es más que un
troupes alie mandes :
III. -r- II est defsndu pour toue les habitan ta; á vengar cuanto antes á sus muertos.»
l*Ti>iiI ullrMipejlirttl ii»in iva !•!•? .
lotofn til.
pública, este cuerpo, falto de experiencia militar, ban en dicha graphiqueou t¿l¿plh>nuiue.éx;nlement
qulconque arrachefn cette nf líche-ci.
había experimentado un pánico en el momento más región seguían SI un tel délil n en lien il;ms le
terriioire d'une cotiinnine. celle-ci
combate, echando pie atrás y obligando á
difícil del avanzando, co-
encmirrH les plus graves repressailles,
retirarse al resto del ejército. Durante varios días se rría peligro la dans le cns oü le coupuhle nc *ér;iit
f)as salsi.
habló de severos castigos impuestos á dicha tropa, de seguridad de Le (inind Quflrtier üéneral
Allemand.
medidas correccionales contra determinados jefes, y toda la linea
las gentes noveleras fantasearon mucho sobre lo ocu- francesa tendi-
OBT>51BJr£HIK.
rrido en Lorena. da á lo largo Ka'/KjMÍí. niMi|K/K.i;iioiiilfi kú-
KHÁtV^JinGo
Realmente franceses experimentaron en su re-
los del Sambre y díipa..u)H*ii iiiiL'iuio'i'e.'ie*
rpa-Mii.tii h.ih re.'ie miiiiii.im unnti n. u .
tirada grandes pérdidas, abandonando cierta cantidad del Mosa, pre- <>i llip.Moiuiii iiáCTUMIUYHI llpuK l;|\\;l-
u.in>. iiv.ieTb pa;iCT^1,. i. mu
de artillería. El número de prisioneros fué también cisamente en Bi. roMT.ciyqaK.ec.-ni ninroiiiiUe
lie fiy.ivr». c»BHit c rp»>Kaiiiii.-ivi
importante. el momento que •
miiM. n.ciiiiocTi,B<xi.-iv>Keii:ió\ leí i,
n.i
Los alemanes, satisfechos de su éxito, lo exagera- estaba hacien- r> hoi.icii.. tía, leprl. KOTopoii
lipoM.mli iei i.
nopua.
ron considerablemente, describiendo como una victo- do frente á la I
.iaimoK.>w,iH.i> k.ihüI
repMQHCKtl.NMI .ipMÍH.MII.
ria decisiva la retirada de los franceses. Tan ruidosas enorme inva-
y faltas de verdad fueron sus noticias, que el gobier- sión que llega-
no francés creyó necesario desmentirlas oficialmente ba por la parte
el 22 de Agosto, en la siguiente Nota comunicada á la de Bélgica. BANDO GENERAL BN TRES IDIOMAS, FIJADO
prensa: Al día si- POR LOS ALEMANES BN LUNBVILLB
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 441
guíente, 23 de Agosto, circuló otra mala noticia. Las tiempo de Vauban. Sólo cuando la mitad del batallón
tropas alemanas de Lorena habían ocupado á Lune- hubo muerto, se decidió el gobernador á aceptar la
ville. El alcalde M. Jorge Keller y doce de sus con- entrega de la plaza. El gobierno francés premió el
ciudadanos fueron aprehendidos como rehenes y sólo heroísmo del teniente coronel Darche nombrándolo
recobraron la libertad pasados diez días. La ocupa- oficial de la Legión de Honor por su «conducta heroica
bajo el dominio de los alemanes, doce habitantes fue- prueba á que la sometía el destino. Estos días de su-
ron asesinados y 110 casas devoradas por el incendio. prema ansiedad los mencionan los historiadores con
Cuatro días después de la caida de Luneville, los el título de «la tercera semana de Agosto».
¡ CenfUn i Marmoufier l
¡
yVflsse/o/i/'t |
ARDENAS
dor, el teniente coronel Darche. Longwy sólo estaba para la República Francesa, hay que volver la vista
guardado por un batallón, pero el puñado de héroes atrás, haciendo un resumen de las operaciones desde
hizo frente desde el 5 de Agosto á numerosas fuerzas elprincipio de la guerra, asi como de los preparati-
alemanas. vos de Alemania.
Los sitiadores tuvieron que apelar al bombardeo Un notable crítico militar, el redactor anónimo
para apoderarse de unos bastiones construidos en que comenta los sucesos de la guerra en el The Times
Tomo ii 55
442 VICENTE BLASCO lBÁÑEZ
de Londres, sintetizó de
un modo claro todo lo
ocurrido en las tres se-
manas de Agosto, fijan-
do al mismo tiempo con
sobriedad magistral la
actitud de las dos nacio-
nes antagonistas:
poblaciones
civiles serían
algunos meses. Por esto Alemania había procurado Este plan era el único plan de defensa que los
sorprender á su antigua enemiga. franceses podían adoptar.
El problema que debía resolver el general Joffre Desde las primeras semanas de la guerra ciertos
era de una dificultad tal, que hubiese espantado á los hechos se impusieron á la atención de los técnicos.
Sambre y del Mosa. otro ejército cubría á Verdún La ofensiva pareció al generalísimo la mejor ma-
por el Norte. El general Joffre resolvió acelerar el nera de defender la frontera oriental de Francia.
ataque por parte de Nancy, estimando que un
la La tercera semana de Agosto. Tales eran, en—
avance francés por la parte de Lorena podría retar- la tercera semana de Agosto, los elementos del pro-
dar los progresos de los cuerpos bávaros impidiendo blema que debían resolver los franceses.
Sabido es lo que ocu-
rrió. Los cuatro cuerpos
del 2.° ejército mandado
por ( 'astelnau entre los
—
que figuraba el famoso
'20." cuerpo dirigido por
ya en
franceses estaban
Sairebourg, ocupando
los dos lados del térro
carril de Metz á Esti
burgo y desbordaban por
todos los valles.
Pero al día siguiente
fueron detenidos en su
UNA CONDUCCIÓN DK PRISIONEROS ALEMANES DESCANSANDO aVallCe. LOS CUerpOS bá"
448 h.fiNTE BLASCO IBAÑEZ
varos procedentes de Metz empujaron rudamente el Mosa cortando el centro de los aliados. (La llamada
ala izquierda de los franceses entre Pont-á-Mous- batalla de Charleroi.)
son y Chateau-Salins. Después la cortaron. Todo el Los fuertes de la frontera belga resultaban inúti-
centro y la derecha tuvieron que retroceder para les. Las tropas amasadas para guardarlos y sostener-
salvar á la izquierda en retirada. Dos días después los eran repelidas.
los alemanes entraban en Luneville y dirigían todos Mientras tanto, los bávaros, entusiasmados por su
sus esfuerzos contra las alturas del Grand-Couronné victoria en Lorena, amenazaban con envolver el
de Nancy, última defensa de la frontera del Este. El Manco de los ejércitos franceses situados en el Norte,
23 de Agosto empezó la batalla de Nancy llama- — cortando sus comunicaciones con las reservas y con
da batalla del (irán Coronado —
sobre una línea la capital. París resultaba accesible al enemigo por
(pie se desarrolló de Pont-á-Mousson á Saint -Dié. el Norte, y al mismo tiempo su defensa por la parte
domingo 23 de Agosto el general Joffre tenía
El del Este se hallaba comprometida.
que hacer frente á una situación la más crítica que En cierto momento llegó á creerse que se iban á
ha conocido la historia de su país, después de Sedán. realizar las predicciones más pesimistas, y que luego
La avalancha alemana se había lanzado á través de haber perdido las líneas de la frontera y haber per-
de Bélgica contra la linea del Sambre y el Mosa y era dido París, los aliados en retirada tendrían que reanu-
mucho más formidable que la habían supuesto los ma- dar la lucha en el Sudoeste de Francia, atrincherándo-
yores pesimistas. Esta ala derecha mandada por Kluck se como los ingleses de Wellington en Torres-Vedras.
y Bülow, que todos creían al principio compuesta de No
era posible emplear las reservas. Estaban
seis cuerpos de ejército, constaba de nueve muy nutri- prontas á entrar en acción, pero en Alsacia, en Bor-
dos. Namur acababa de caer en sus manos. Sus fuertes goña y detrás de París. Faltaba tiempo para traerlas.
habían sido pulverizados por los grandes cañones que No pudiendo las reservas ir al frente, el frente
imprudentemente dejaron los sitiados aproximarse. debía retroceder hasta encontrarse con ellas. Asi
Un nuevo ejército inesperado, el de los sajones, puede condensarse en una frase la explicación de lo
mandado por Von Hausen, había forzado el paso del que ocurrió entre el 23 de Agosto y el 5 de Septiembre.
LA RECC
. entrando en Alsacia
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 449
La gran retirada. — Federico II ha dicho que la posible la retirada ordenada de .loffre, el alto y la
dirección de una buena retirada, frente á un enemi- vuelta de frente en la extensa linea entre Verdún y
go victorioso, es la más difícil de las operaciones de París, el contraataque á los perseguidores alemanes
guerra. y la victoria del Marne.
Avanzando con una velocidad terrible, el ejército .loffre pudo maniobrar con cierto desahogo contra
alemán amenazaba envolver el ala izquierda de los la enorme avalancha enemiga que se desprendía del
aliados. El centro de éstos había sido cortado en el Norte, porque su derecha estaba cubierta por Castel-
Mosa. A cada momento podían recibir la noticia de nau, que contuvo á los bávaros y á las fuerzas manda-
que su ala derecha das frente á Nancy
había sido envuelta por Guillermo II en
en Lorena ij que el persona. Su resis-
enemigo avanzaba tencia duró tres se
en la Champaña manas. Mientras
por detrás de sus tanto, los ejércitos
lineas. franceses efectua-
En tales momen- ban su retirada sal-
tos las combinacio- vadora y reanuda-
nes estratégicas ban á continuación
meditadas calmo- la ofensiva en el
samente durante la Marne. Si Castel-
paz no sirven. Solo nau hubiese echa-
quedaba el recurso do pie atrás en este
de batirse en reti- momento crítico,
rada, pero rápida- todo se habría per-
mente, desespera- dido. Los alemanes
damente, hasta lle- de Lorena, avan-
gar á una línea zando sin obstácu-
donde la resisten- los á través de la
cia fuese posible. Champaña, ha-
Durante este pe brían atacado por
riodo de crisis, el la espalda á los
general .loffre se ejércitos de Joffre,
mostró á la altura aniquilándolos. <»
de la situación. Un cuando menos ha-
espíritu menos am- brían desordenado
plio se habría apro- su retirada, con-
vechado de ciertos virtiéndola en de-
éxitos locales, como rrota.
el conseguido en El éxito del nue-
Guisa, por ejem- vo plan de Joffre,
plo, para intentar después del revés
la resistencia. < I sufrido en el Sam-
bien obstinándose bre, ó sea en la ti-
en su primer plan, tulada batalla de
habría intentado EL GENERAL CASTELNAU
harleroi, consis-
<
siasmo al generalísimo, á pesar de que conoce su in- Y siguió dictando sus órdenes de batalla.
diferencia en materia religiosa. Así empezaba para Castelnau la tenaz y gloriosa
Castelnau, soldado tenaz, noble que vive al servi- resistencia de Lorena.
cio de la República por deber profesional y por entu- Diez y ocho días después, el 8 de Septiembre,
siasmo patriótico, resulta una personalidad de irre- cuando seguía defendiendo á Nancy y cerrando el paso
sistible simpatía á causa de su heroísmo simple, su á los alemanes desde las alturas que rodean á la ca-
serenidad risueña y su grandeza de alma. pital lorenesa, recibió otra noticia mortal. Su hijo
Al iniciarse la guerra, dos de sus hijos iban con mayor, el teniente Gerardo de Castelnau, había sido
él como oficiales. herido de gravedad. El teniente fué conducido en una
El 20 de Agosto, cuando la acción de su ejército camilla al cuartel general. En presencia del padre,
en Lorena comenzaba á ser más difícil y el horizon- que estaba rodeado de su Estado Mayor, intentaron
te de Francia se entenebrecía con los nubarrones del los médicos la curación del valeroso oficial. Pero la
desastre, recibió el primer golpe mortal. Estaba dic- herida era gravísima, y tres horas después el teniente
tando órdenes de combate á su Estado Mayor, cuando lanzó el último suspiro.
entró en la habitación uno de sus ayudantes, diciendo El general Castelnau, con el rostro crispado y los
con voz trémula: ojos secos, se inclinó sobre su hijo, besó su faz pá-
—Mi general: vuestro hijo Javier acaba de morir lida, y en medio de un silencio solemne y doloroso,
de un balazo en la frente, persiguiendo al enemigo. dijo así:
El subteniente Javier de Castelnau era el más —¡Parte en paz, hijo mío! Has muerto de la más
joven de los hijos del general, y tal vez su predilecto; hermosa muerte que puede desearse. Yo te juro que
un oficial audaz que por su bravura figuró varias ve- nuestros ejércitos te vengarán al vengar á todas las
ces en la orden del día del ejército. familias francesas.
Castelnau se estremeció en su asiento, calló unos Y después de cubrir con un pañuelo la faz de su
segundos, parpadeó como si le hiriese la luz; pero se hijo, le hizo el saludo militar y se retiró.
repuso pronto para decir simplemente á sus oficiales: Unaparticularidad digna de mencionarse es el
—Señores: continuemos el trabajo. origen meridional de los principales generales fran-
452 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
cia. Uno de los proyec-
tiles estalló á corta dis-
tancia del heroico cau-
dillo cuando iba á mon-
tar en automóvil, y sus
cascos atravesaron la
EL GENERAL PAU CON SUS AYUDANTES (Fot. Rol) en teniente, que acaba-
ba de sufrir la amputa-
ceses que se han hecho célebres en la presente gue- ción de un brazo á consecuencia de una herida. Pau
rra. Joffre nació en la Cataluña francesa; Foch en un lo felicitó y luego, mostrándole su
por su valor,
pueblo del Mediodía cercano á la frontera de España; manga vacía, dijo guiñando un ojo:
Oastelnau es también de origen meridional, y el cas-
tillo de su familia está en uno de los departamentos
campos de batalla.
Un dirigible alemán, volando entre Altkirch y
Thann, arrojó tres bombas sobre el lugar donde esta-
ba alojado Pau, general en jefe del ejército de Alsa- PAU HABLANDO CON UN GENERAL
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 453
— Somos cantaradas. El vuestro y el mió: yo vengaré Vamos á describir el desarrollo de esta batalla de
nuestros dos brazos. tres semanas, que tuvo por centro Nancy y las altu-
D
ras delGran Coronado.
Al mismo tiempo que los alemanes ocupaban á Los alemanes, después de la victoria obtenida el
Luneville, el ejército francés de Lorena, repuesto del 20 y el 21 de Agosto, avanzaron sobre Nancy siguien-
descalabro sufrido el día 20 en Morhange, emprendía do dos caminos: el de Pont-á-Mousson por el Norte y el
el 24 una ofensiva combinada. Una parte de este ejér- de Chateau-Salins por el Nordeste. Al mismo tiempo
cito atacó al enemigo apoyándose en el Gran Coro- marcharon sobre Cirey al Este y Saint-Dié al Sud-
nado: otra avanzó este. Los dos prime-
desde el Sur de Lu- ros cuerpos de ejér-
neville. Los com- cito alemanes que
bates que se libra- invadieron la Lore-
ron durante tres se- na francesa, esta-
manas en esta re- ban compuestos,
gión, merecen figu- como ya dijimos,
rar entre los actos de tropas bávaras.
más gloriosos del Una parte de la
ejército francés en guarnición de Metz,
la presente guerra. que había comen-
El 26 de Agosto, zado á avanzar en
un comunicado ofi- dirección al Oeste,
cial publicado en ó sea contra Ver-
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el Norte y otro por el Sur, teniendo por centro los vasión por los franceses de la Lorena anexionada
Vosgos entre los dos puntos extremos de ataque. A entre Metz y Estrasburgo, la invasión de Alsacia y
su vez los alemanes, que ocupaban la parte superior su instalación en las crestas de los Vosgos, estaban
de los Vosgos, se dedicaron á dos movimientos ofen- protegidas á sus espaldas por las plazas fuertes de
sivos menos extensos sobre las dos alas del ejército Toul, Belfort y Epinal.
francés, en Pont-á-Moussony Cirey, respectivamente. La primera modificación en estas disposiciones de
Al examinar el mapa de esta región se explican los dos ejércitos se produjo en Cirey, donde las fuerzas
perfectamente las razones de dichos movimientos pa- alemanas, que habían ocupado á Cirey, Baccarat y
ralelos realizados por los Baudoviller, tuvieron que
dos adversarios. replegarse, derrotadas, so-
En cada uno de ambos bre Estrasburgo. Pero has-
casos la ofensiva estaba ta el 20 de Agosto la situa-
cubierta por una fortale- ción no experimentó nin-
za. Los ataques de los ale- gún cambio notable. Este
manes contra Pont-á- díalaofensivahastaenton-
Mousson y la región del ces victoriosa de los fran-
Cirey, así como su pose- ceses sobre Sarrebourg se
sión de la extremidad sep- vio cortada ante el gran
tentrional de los Vosgos, campo militar de Morhan-
estaban apoyados por las ge, donde las tropas fran-
plazas fuertes de Metz y cesas se encontraron en
Estrasburgo. presencia de fuerzas muy
Del mismo modo la in- SANTA GENOVEVA Y BL VALLE DBL M08BLA superiores en número.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 466
EL GRAN CORONADO
gado á Lorena para presenciar la caída de Nancy, Mientras el emperador de Alemania contemplaba
deseoso de hacer una entrada teatral en dicha ciu- á Nancy con sus anteojos de larga vista, al Este de
dad. Su presencia enardeció á los alemanes, que se su posición se estaba desarrollando otro gran comba-
batían en masa sufriendo en sus filas una gran mor- te: el del Marne.
tandad: pero no por esto realizaban progresos. El 8 de Septiembre, Guillermo II, que no repara
en pérdidas de hombres y gusta de los golpes bruscos
y temerarios hasta el punto de que en una batalla diri-
gida por él «no queda nadie para enterrar á los muer-
tos», quiso anonadar definitivamente la resistencia de
losfranceses y dio orden de apoderarse de la meseta
de Amanee, costase lo que costase. Las mejores tro-
pas alemanas marcharon al asalto de la posición. Has-
ta los famosos coraceros blancos del emperador que
debían escoltar á éste con pompa teatral en su entra-
da en Nancy, recibieron la orden de atacar.
De los bosques inmediatos fueron surgiendo los re-
gimientos alemanes más escogidos, con sus músicas
al frente y las banderas al viento, lo mismo que si
tradicional «furia francesa» tantas veces mencionada los imperiales para situar algunos cañones gruesos en
por la Historia. Los alemanes, sorprendidos por el im- posición favorable para bombardear á Nancy. Una
petuoso ataque, hicieron pie atrás. Las baterías fran- violenta tempestad les sirvió igualmente para reali-
cesas de 75 entraron en juego tirando á corta distan- zar la operación.
cia con metralla, lo que aceleró la derrota de los Guillermo II, después del enorme fracaso de la
asaltantes. Sus disparos continuos causaron en las batalla dirigida por él, se marchó de Lorena dejando
masas alemanas una horrible carnicería. para mejor ocasión su entrada solemne en Nancy.
Los asaltantes em-
prendieron la fuga cues-
ta abajo á la vista de su
go, dejando que se aproximasen las columnas de ata- nada de Morhange, se reorganizó en poco tiempo,
que. Cuando los alemanes estuvieron sólo á .300 me- distinguiéndose con brillantez en los nuevos ataques.
tros de sus posiciones, sonó la orden que más temian
Sus soldados deseaban hacer olvidar el anterior fra- tro esta operación. Al Llegar los alemanes á lo más
caso, y en varias ocasiones hicieron retroceder á los alto vieron que los franceses no estaban en la cumbre.
alemanes. En noche del
la al 6 de Septiembre, reanudaron
.">
Una división de caballería estaba encargada de el cañoneo contra las posiciones de Santa .enoveva <
luego realizaban su asalto. Ningún obstáculo encon- alemana, saliendo del bosque de Facq, atacó vigoro-
462 ÍCENTE BLASCO IBANEZ
de tal
modo, que el 7 por la
mañana emplazó su artillería
en las alturas de Cuittes, pu-
diendo desde ellas cañonear
por detrás á Loisy y Santa
Genoveva. Después de esto
no era posible sostenerse en
dichas posiciones, y los fran-
ceses recibieron la orden ver-
bal de evacuarlas. El valero-
so comandante Montlebert se
obedecer y sólo acep-
resistió á
tó la orden al recibirla por
escrito.
El esfuerzo de los alema-
nes se había concentrado en
la región de Santa Genoveva.
Según su programa, el 7 de-
bían apoderarse de este punto
y el 8 entrar en Nancy. Real-
mente el 7 los franceses tu-
INFANTHUIA FRANCESA DllüOllONDOSB AL FRENTE vieron que abandonar á Santa
Genoveva. Los soldados que
sámente las trincheras situadas en la cresta de Santa 33 habían batido heroicamente con un éxito completo
Genoveva, posición defendida también por una sola todo el dia anterior y gran parte de la noche, creye-
compañía: la 17 del regimiento 314." Su defensa fué ron que esta retirada obedecía á una derrota general.
tan heroica como la del cementerio de Loisy. Al día En realidad dicho retroceso representó un nuevo éxito.
siguiente, cuando vino la luz, los franceses pudieron Al abandonar los franceses á Santa Genoveva volun-
ver montones de cadáveres alemanes, todavía con el tariamente, los alemanes pretendieron instalarse en
fusil en una mano y en otra las tenazas con que inten- esta posición, pero les fué imposible mantenerse en
taban romper los hilos de los alambrados. ella. Desalojados de las alturas de Cuittes lo que les
—
Los imperiales cargaron repetidas veces con gran hizo perder la ventaja de su artillería —
tuvieron igual-
arrojo al son de sus tambores planos y sus pífanos, mente que retirarse de Santa Genoveva. En la tarde
pero los franceses se mantuvieron firmes repelien- del mismo día 7 dos compañías francesas volvieron á
do los ataques. El capitán Delmas, jefe de la compa- posesionarse del pueblo para no abandonarlo más.
ñía 17, fué muerto de un ba-
lazo mientras dirigía la resis-
tencia. Hubo un momento en
LAMATION granja
tarde,
de
como
San .luán. Pero el 27 por la
nuestra derecha había ido
en su avance demasiado lejos, tuvimos
strictement défeudu aus huhitants de tout sexe de
II est
que retroceder, sin abandonar por esto
quitterleurs maisons ian! que cela n est pas absolument
nécessaire pour faire de petites courses, afin d'acheter des
el pueblo de Champenoux. Una nueva
vivres ou abreuver le bétail. De nuii H est absolument défeudu ofensiva se desarrolló el 30 por este
de quitter les maisons dans toutes les circonstances. mismo lado.
Quiconque essaie de quitter la loealité, de nuit ou de jour, En la parte de Amanee sólo habian
scus quelque pretexte que ce soit, sera fusil lé.
ocurrido escaramuzas. El 1." de Sep-
Arracher les ponimes de terre ne peut se faire
quau tiembre enemigo se presentó por este el
consentement du Commandant et á la suryeiliance militaire.
Les troupes allemandes ont l'ordre d'exécuter stríctememt lado con grandes fuerzas, cuando nues-
ees dispositions, par des sentineíles et des
patroúilles, qui sont
trainfantería realizaba un nuevo ataque.
autorisées á tirer sur quiconque Pero todo esto no pasaba de ser los
manque á cett'e disposition.
Le General Commandant en Cheí. preliminares sangrientos de la formida-
ble acción que se iba á librar, y que
nuestros soldados presentían muy próxi-
PROCLAMA l'UADA POR LOS ALEMANES BN LAS ÜALLBS DE LUNEVILLE ma. La acción comenzó decisiva y ge-
neral en la noche del 4 al 5 de Septiem-
día siguiente, 21, se realizaron los primeros encuen- bre por un violento bombardeo.
tros, y el 22 empezaba la batalla, primeramente al Los alemanes habían colocado su artillería gruesa
Norte de Luneville y luego desde aquí en todo el resto en las riberas del Seille, m¿ís allá del alcance de
del frente. El 24 se había generalizado de un extremo nuestras piezas de campaña, y desde el 4 al 12, el ca-
á otro, y fieles á nuestra táctica de siempre, tomamos ñoneo no cesó un momento, terrible, impresionante y
la ofensiva. con frecuencia eficaz. En las primeras horas precedió
Los combates que empezaron desde entonces á á un gran ataque de la infantería alemana contra
librarse al Este de Amanee, alrededor del bosque y nuestro centro y nuestra derecha, mientras que por
el pueblo de Champenoux, y que debían durar tres la izquierda, ó sea por Santa Genoveva, intentaban
semanas, tuvieron como centro el sector comprendido una diversión para inmovilizarse sobre estas posicio-
de Norte á Sur entre la Rochette y Velaine, y en cuya nes. Nos vimos obligados á abandonar Erbeviller, re-
mitad está Amanee. Sólidas defensas habían sido or-
ganizadas en esta línea, prolongando el sector ocu-
a
pado al Oeste por la 59." división. La división 68. fué
la encargada de defender este punto, y gracias á sus
valerosas ofensivas, la línea Rochette-Amance-Ve-
laine no fué rota jamás por el enemigo.
El 23 de Agosto entramos en contacto con él, y
l.i' 2H liiiii 191.1. «les luiliitnnls itr l.iiiuWllli- oni bu uni< »H¡><|iw-
el 24 su movimiento ofensivo, que era una consecuen- Uítr i'inlillM'iiilr i-iintrc ili'.i inhumo vt ti'iüus nlIfUMIuls. I.t' tiH'llic
1 '
tU'< JiiiliiiiiuK mil liii *nr ilis (nriiuiiiuiiN sautllMiY* ihiiihiihVs
cia de los éxitos de Morhange y Sarrebourg, quedó jour
|iar lu V.vm\ llmitir. Ilr j»ln<.
mi .1 lirr sur ilr> li|iisse^¡ nlli'iuimúV
el t
lhi|iii;il luntmtuiii'i' trik'inttliMV.
\ ntíisr ilr ri'S W-lt-s u"lnnliu'li-; uní' rniiiiiliiilhiii tlt- l'.:¡ll. lililí li
por un movimiento combinado de los dos ejércitos de Mitin» ÚV wímt ii'llr •iiunnii'. MI pr vi i'll'iuiaMll ¡i;si|u\i MI. illllllr..
" ilu les «lu
Ir (i f'.Ht, 11 llrtiri". liiulill. i'llliv tilllilU
Castelnau y Dubail, apoyándose el primero en el Si'jilt'iulil'i'
-)<•
di'lai.
los Vosgos franceses. Si h (lililí I' lli'M>rulr |ül» I llllllv llr
|WMT
(«IIH'lllrlIi'llirlII
La misión del ala izquierda del ejército de Castel- lu Miiiuiu' el»- r.Mi.lllid Ir., mi siisiru iuii> frs Iiicn* i>\i¡iililiSi
acciones desarrolladas en la meseta de Santa Geno- l,i' Huiro i-i l'niiuiritr wiljuiiri'. mil rrndus
l)'s «lageSj pris |iar
los iirdivs nis-índiqiirs
veva). i,".|innsililrMri'\i'<iiliTi'\Hili'iiii'm
Ordrn wi diurno ¡i » !< Mai"' dejiübliiT muí .I.- suito res dis-
Su ala derecha entretuvo en los alrededores de a la l'.uiiiiiiunr.
(josilKWS
Luneville los esfuerzos del adversario. neovncml. Iti .1 8&i.:«tabr» 1814.
trocediendo por este lado hasta el límite de la par- el ataque recomenzó. Pero fuimos repelidos. Nuestros
te meridional del bosque. Pero conservábamos aún hombres estaban fatigados y se caían de cansancio.
Rond-des-Dames y Champenoux, así como Amanee, á Apenas habían podido comer— si es que tenían que
pesar de que nuestras posiciones eran cañoneadas te-
—
comer durante esta batalla continua. Sin embargo
rriblemente hasta el punto de hacer enmudecer nues- se les exigieron nuevos esfuerzos.
tras baterías. Un oficial me
cuenta que frecuentemente se veian
El 6 por la tarde, el enemigo concentró todos sus tropas que marchaban al azar, caminando tenazmen-
esfuerzos contra Amanee y nuestras líneas situadas te, sin saber adonde iban, y volviendo la espalda á la
delante y al pie del monte. Las granjas de Fourasse y batalla. Los jefes les hacían dar vuelta, lanzándolas
Fleuri-Fontaine fueron perdidas entonces por nosotros contra el enemigo y obedecían sin proferir palabra,
y poco después reconquistadas. Al fin el enemigo fué con una especie de embriaguez furiosa.
repelido en parte al interior del bosque, por el Este. El 11 llegamos, á fuerza de ataques, á la mitad del
En varios otros puntos sufrimos duros fracasos bosque, apoderándonos del estanque de Brin, donde
que hubo que reparar al
día siguiente 7, y recu-
perando á toda costa los
lugares abandonados. El
regimiento 206." apoyó
á los combatientes con
su refuerzo. Después de
una preparación de la
tremadamente reducido,
retrocedió como el 206/ abandonando la parte de se entabló un encarnizado combate. Un regimiento
bosque que conservaban aún los últimos restos de su enviado de Toul se dejó matar en este punto antes
fuerza. que perder el terreno conquistado, y lo reemplazó al
La división entera estaba muy fatigada por tan Teníamos que combatir á enemi-
día siguiente el 143."
largos esfuerzos. Sus pérdidas eran considerables. Á
—
gos muy superiores en número nosotros éramos dos
pesar de esto, vivificada por los auxilios que recibió cuerpos de ejército escasos contra cuatro cuerpos de
de las divisiones vecinas, emprendió en la mañana ejército muy nutridos y con artillería gruesa—; pero
del 8 la ofensiva contra el bosque y el pueblo de á pesar de esta desigualdad continuamos atacando al
Champenoux, del que no logró apoderarse. adversario, agarrándonos fuertemente al suelo con-
Después de tan rudos esfuerzos, la jornada del 9 quistado, avanzando con una violencia desesperada,
transcurrió en calma y fué empleada por unos y otros á fuerza de prodigios de voluntad, y volviendo á re-
en atrincherarse sobre el terreno ocupado. Al cerrar atacarlo en el mismo instante que acababa de repe-
lanoche, alemanes consiguieron colocar dos de sus
los lernos.
cañones gruesos en lo más avanzado de sus líneas, y Una vez más quedó probada la certeza del axioma
durante dos horas enviaron 50 obuses enormes sobre militar que concede la victoria á aquel de los comba-
Nancy, aterrando á su vecindario. tientes que es capaz de aguantar un cuarto de hora
Al día siguiente llegaron á la linea francesa nue- más que su contrario.
vos refuerzos procedentes de la guarnición de Toul, y El 12 de Septiembre, en efecto, los alemanes, i'ati-
Tomo ii
466 VICENTE BLASCO IBANEZ
gados y agotados por nuestros ataques incesantes que ble. Sus fábricas fueron incendiadas; su iglesia medio
duraban 15 días, se vieron en la necesidad de batirse demolida; los invasores saquearon los almacenes para
en retirada, formando largas y profundas columnas. enviar á sus familias los mejores productos de crista-
El emperador Guillermo II, que desde las alturas lería ó ponerlos á la venta en Alemania. Los guerre-
vecinas al Seille, en la región de Eply, había asistido ros del kaiser, desde los jefes hasta el último soldado,
á estos combates, tuvo que dejar sitie die la entrada se condujeron de este modo. Ciento dos casas queda-
en Nancy, anunciada á sus subditos y esperada ansio- ron reducidas á cenizas.
samente. En los mismos días sus tropas eran derrota- De todas las poblaciones de Lorena, la que más
das en el Mame. sufrió fué Gerbeviller. Las aldeas de las cercanías
Desde dicha fecha no cesamos de progresar en la participaron de su infausta suerte. Saint-Pierremont
región que se extiende al Este y al Norte de Nancy. fué rociado por los alemanes con bombas de petró-
leo, ardiendo por entero. En Magnieres, pueblo
En los comunicados oficiales del día 13 ya se anunció de
que las fuerzas alemanas situadas en las orillas del 500 habitantes, fusilaron á dos vecinos é incendiaron
Meurthe se batían todas en retirada y que habíamos 26 casas. En Vallois, situado en el valle del Mor-
reocupado Saint- tagne, fusilaron
Dié, Luneville, á dos habitan-
tes y quemaron
Raon-1'Etape,
Baccarat,Reme- 40 viviendas. El
reville y Pont á- municipio de
Mousson. Muyen, donde se
El 13 por la acantonó el regi-
noche todo el te- miento de infan-
rritorio com- tería alemana
137." aun sufrió
prendido entre
los Vosgos y más. Los inva-
sores fusilaron á
Nancy había si-
do evacuado varios vecinos
completamente y obligaron alas
por el
enemigo. muchachas del
De este modo, pueblo á abrir
la admirable te- !«*qeuK «fe -.
una gran fosa
nacidad de nues- *5 y enterrar con
tros soldados y sus manos un
la voluntad de centenar de ca-
nuestros jefes, LA DEFENSA DE LA MESETA DE AMANOE, SEGÚN EL CROQUIS DE DN COMBATIENTE dáveres alema-
en el curso de 1 Bosque de Bezange.— 2 Bosque Morel.-3. Champenoux, intensamente bombardeado.— 4. Erbeviller, nes. Esta serie
incendiado.-5. Bosque de Champenoux. -b. Granla —7. Camino de Nancy.- 8. Camino de hierro de
— —
tres semanas de Nancy.— 9. Laneuvelotte, bombardeado. 10. Camino de Amanee á Laitres. 11. Asalto francés contra el de atentados fué
duros combates,
—
bosque de Champenoux. 12. Lugar donde fue aniquilado un pelotón de huíanos por los cañones fran-
ceses de 75.— 13. Camino de Amanee á Champenoux.— 14. Bosque ocupado por los alemanes.— 15. Las
— como dice un
reservas francesas.
obtuvieron el (Dibujado por Luis Trinquier, de la lllustration, de Paris) autor— semejan-
magnífico resul- te aun círculo in-
tado de limpiar de enemigos nuestra frontera é inmo- fernal que se iba estrechando en torno de Gerbeviller.
vilizar en el Este al mismo tiempo considerables fuer- Gerbeviller es la capital de un distrito del depar-
zas alemanas, lo que permitió al general Joffre operar tamento de Meurthe y Mosela; una agradable pobla-
con toda libertad en el Marne, efectuando la hermosa ción de 8.000 habitantes que vivía amplia y cómoda-
serie de maniobras que le condujeron al triunfo. mente de los productos de la agricultura y la industria.
o Su castillo contenia un verdadero tesoro de objetos
Durante los días que los alemanes ocuparon la artísticos; su iglesia parroquial gozaba de una cele-
Lorena francesa, cometieron toda clase de atentados bridad histórica.
para aterrar al vecindario de las poblaciones. Los El ilustre crítico francés Gastón Deschamps, que
caseríos fueron incendiados; las fábricas y tiendas entró en (Gerbeviller poco después de su martirio, ha
saqueadas; los rehenes fusilados. Muchos curas y al- escrito una brillante página descriptiva.
caldes pagaron con la vida sus protestas ante la bru-
talidad invasora. El general Von Deimling dispuso el «Fué el —
23 de Agosto dice Deschamps— cuando
fusilamiento de todos los lorenese3 de alguna notorie- empezaron caer las primeras bombas sobre los te-
á
dad que cayeron en sus manos, acusándolos de fo- jados de Gerbeviller. Un gran número de habitantes
mentar la resistencia patriótica. habían huido, refugiándose en el departamento de la
Baccarat, población célebre en el mundo por sus Alta Saboya. Los que aun permanecían en el pueblo
fábricas de cristalería, quedó en un estado deplora- se ocultaron en el fondo de las bodegas para librarse
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 467
de la explosión de los obuses. Una docena de perso- cobardes atrocidades, y protestó con palabras cinr
nas estaban agrupadas en la casa de M. Bernasconi, gicas. Los alemanes la fusilaron inmediatamente.
contratista de trabajos públicos. También fusilaron al joven ITaid, un adolescente de
Cuando los alemanes, después de bombardear de trece años.
lejos á Gerbeviller, entraron en la ciudad, empezaron Todas las mujeres encontradas en el pueblo fueron
á quemarlo todo, calle por calle, casa por casa. Las conducidas como cautivas á la aldea de Fraimbois,
mujeres y los hombres que estaban refugiados en la donde permanecieron tres semanas, hasta el retorno
vivienda de M. Bernasconi salieron de la bodega para de nuestras tropas que las libertaron.
no morir por asfixia. Todo ardía en torno de ellos. El Cuando las pobres mujeres volvieron á Gerbevi-
barrio entero no era ller, los cuerpos de
más que una inmen- los fusilados yacían
sa llama, activada todavía al aire li-
después de la erupción del Vesubio. Pero lo que vemos portante por su industria y situada en uno de los más
aquí no es la obra destructiva de una naturaleza cie- hermosos valles de los Vosgos, en comunicación por
ga y sorda. Es la aterradora maldad de un deseo lar- ferrocarril con Estrasburgo, Basilea y Belfort, repre-
gamente premeditado, preparado y deseado por una sentaba una conquista valiosa. Pero los franceses
barbarie sabia. Los bombardeadores y los incendia- tuvieron que abandonarla, apenas posesionados de
rios de Gerbeville, han aprendido previsoramente su ella, para obedecer las órdenes del generalísimo, que
oficio en los laboratorios y los «seminarios» de ultra -
necesitaba refuerzos.
Rhin. Sólo el ejército de Dubail quedó ocupando una
Detrás del retire torturador y ladrón, veo al Herr parte de la línea de los Vosgos, cuyas cumbres tanto
Professor, al pedante siniestro que pretende imponer habían costado de conquistar.
su Kultur á nuestro país por la san-
gre y por el fuego.
Al descender por el camino de
Luneville, veo sobre el puente del
Mortagne á un pintor que prepara
su caballete, su paleta y sus pin-
celes, para fijar en colores sobre el
lienzo la imagen de desolación que
tengo ante los ojos.
—Es —
preciso me dice conser-
—
var este documento para la His-
toria.
Yo pienso como él.»
La victoria de Castelnau en el
Gran Coronado libró á Lorena de
enemigos, y contribuyó al éxito
— como hemos dicho repetidas ve-
—
ees de las armas francesas en el
Marne y el Aisne.
Un crítico militar
inglés, al apre-
ciar la obra de Castelnau, dice asi: COOPERACIÓN DEL EJÉRCITO DE LORENA DURANTE LA BATALLA DEL MARNH
DINANT Y BL I'I'BNTB SOBRB El, MONA (FQt. Rol)
—
Los franceses en Bélgica. Batalla de Dinaní.
la marcha veloz, tuvo que retroceder para incorpo-
rarse al ejército que se iba agrupando en la frontera
Caída de Namur.
franco-belga.
El primer choque importante de franceses y ale-
solicitar el gobierno belga el auxilio de las manes en territorio belga ocurrió en Dinant el 15 de
tropas francesas, éstas comenzaron á entrar
tros regimientos de cazadores á caballo pasó á la testando á las baterías de la orilla opuesta. El comba-
orillaopuesta persiguiendo á los alemanes varios kiló- te duró toda la tarde, y á las siete los cañones de 75
metros. Durante mucho tiempo se vio á este cuerpo redujeron al silencio las piezas enemigas, comenzan-
francés arrollar y empujar ante él á fuerzas de caba- do los alemanes á replegarse. Sólo los que ocupaban
llería muy superiores en número.» la vieja ciuda-
Este combate, victorioso para los franceses, se dela continua-
desarrolló del siguiente modo: ron haciendo
Una fuerte columna alemana había avanzado ha- fuego.
cia el Sur con el deseo de pasar el Mosa y tocar cuanto Esta ciuda-
antes la frontera francesa, mientras los ejércitos ger- dela era una
mánicos se extendían por Bélgica repeliendo á las tro- obra antigua,
pas nacionales para llegar á Bruselas. sin ningún va-
El sábado 15 de Agosto, al amanecer, la columna lor militar,
se presentó ante Dinant, última población de Bélgica, pero muy difí-
«Los alemanes entraron en Dinant, por sorpresa, el tarde, mantenerse constantemente al abrigo del fuego
sábado poco antes de amanecer. Pocas horas después de las baterías alemanas.
empezaron á llegar los refuerzos franceses. Sus bate- El 8." cuerpo alemán fué al cabo de algún tiempo
rías abrieron el fuego contra las tropas alemanas que cortado en dos: una parte se dirigió al Norte, hacia
se encontraban al otro lado del Mosa. Bouvignes fué Assesse, y otra hacia Givet.
ocupado al poco rato por un regimiento francés. Siete En su retirada hacia Assesse los alemanes tuvie-
baterías francesas, con su fuego incesante, hicieron ron que sufrir el fuego de los fuertes de Namur.
retroceder á los Durante estos
alemanes, que combates las tro-
abandonaron la pas francesas die-
ciudad de Dinant ron muestras de
propiamente di- un arrojo maravi-
cha. lloso.»
A once de la
las
mañana los alema- Los belgas de
nes, que á toda cos- Dinant prestaron
ta querían pasar el todos los auxilios
Mosa, remontaron posibles á los fran-
el río hacia Givet ceses que venían á
— territorio fran- defenderlos. Por
cés—, tendiendo esto cuando los ale-
un puente. Sus tro- manes ocuparon
pas empezaban á luego definitiva-
pasar este puente, mente la ciudad, se
cuando las baterías ensañaron en su
francesas, que aca- vecindario. Ade-
baban de llegar á más, fué costum-
toda velocidad, bre en ellos el mar-
abrieron fuego el tirizar las pobla-
sobre yél demo- lo ciones donde sus
lieron en breve ra- tropas habían su-
to. Un gran núme- frido un revés.
ro de alemanes pe- El auxilio de los
recieron ahogados. belgas á los fran-
Los que consiguie- ceses no tuvo, sin
ron pasar el puente embargo, ningún
quedaron prisione- carácter agresivo
ros. para los alemanes.
El combate se Los vecinos de Di-
paralizó á medio- nant se abstuvie-
día. A la una de ron de combatir,
la tarde los ale- pues carecían de
manes reanudaron armas, pero aten-
DINANT V EL MOSA
la ofensiva, pero dieron á sus defen-
Campo del primer combate entre franceses y alemanes en Bélgica. Á la derecha, en un
los franceses los corte de escarpadura, la ciudad de Dinant, unida por un puente al barrio de San Medardo,
la sores y recogieron
lunto al puente la Iglesia de Nuestra Señora, al pie de la viela ciudadela que ocuparon los
repelieron con sus alemanes. Más lejos el puente de Bouvignes. y cuidaron á los
cañones de tiro rá- heridos, á riesgo
(Fotografía tomada por Mr. André Schelcher desde un aeroplauo
pido. de su propia vida.
Entonces los invasores avanzaron por el cami- Un oficial francés perteneciente á la columna que
no que conduce á Seiz, y las baterías francesas si- asaltó la Roca de Bayardo, en cuya cumbre está en-
tuadas en Sommieres los tomaron al revés con sus clavada la vieja ciudadela, hizo el siguiente relato,
fuegos. que demuestra la abnegación fraternal de loa belgas:
No pudiendo seguir su marcha hacia el Norte,
los alemanes deshicieron camino volviendo Sur, al «Estaba yo con mi compañía en la vanguardia.
pero las baterías francesas continuaron inquietán- Aquélla quedó dividida en dos fracciones, á izquierda
dolos. y á derecha de la ciudadela de Dinant. Yo mandaba
Por una serie de maniobras hábiles, la artillería á la izquierda cien hombres, y recibí la orden de
francesa consiguió, á partir de las tres y media de la mantenerme firme encima de las canteras, á la iz-
472 VICENTE BLASCO 1BAÑEZ
quierda del fuerte Leffe, lo que permitiría á nuestras Estos se habían detenido en una cresta á 250 metros
que me rasgó el cuero cabelludo y me produjo una Bajo una lluvia de balas, y exponiendo mil veces
conmoción. Además caí, por el golpe del balazo, en sus vidas durante diez minutos, estas buenas perso-
me rompí una pierna.
el interior de una cantera y nas vinieron á mí, me recogieron, me levantaron,
Los alemanes nos perseguían á una distancia de 50 conduciéndome al convento de los Premontenses, los
metros. Mis solda- cuales me cuidaron
dos me recogieron, muy bien hasta el
transportándome domingo á medio-
hasta las crestas día. Varios cami-
de las rocas que lleros voluntarios
y
dominan el con- algunos premon-
vento de los Pre- tensesme conduje-
montenses. El fue- ron en dicha hora
go era cada vez á la orilla izquier-
más mortífero, y da, á un hotel don-
supliqué á mis hom- de encontré á un
bres que me aban- teniente aviador
donasen. Yo pro- que me llevó en su
curaría salvarme, automóvil á Philip-
dejándome rodar peville, y allí me
por la pendiente curaron definitiva-
hasta un pequeño mente.
bosque de abajo. En todas partes
Así lo hice, perse- he sido atendido y
guido por las balas tratado como un
de los alemanes. dinant después dbl bombardeo hijo de Bélgica.
Dibujo de Georges Scott. de la Illustralion. de París
Hago este relato para que conste que debo mi sal- sioneros. Más adelante detallaremos estos atentados,
vación á los belgas, los cuales, á riesgo de su vida, al relatar sus atrocidades en la frontera belga y en
me retiraron de las manos de alemanes. Éstos, sin
los Francia.
duda alguna, me habrían rematado, como lo hicieron El empeño de los alemanes era pasar el Mosa
con muchos heridos. cuanto antes, y cuatro días después de su fracaso
Los camilleros que me conducían vieron al día de Dinant, el 19 de Agosto, lo franquearon entre Lie-
siguiente del ja y Namur.
combate á algu- O Tilher
nos de mis sol- Namur era la
OS' Den i s
dados muertos, última plaza
F DE COGNELE^A/ Marchovelette
'
Hmqeon
con la cabeza Bovesse
O fuerte de la lí-
Daussoulkjr ">
aplastada á cu-
O Emmes nea del Mosa
'x
«pr
o O Ge/bressee
latazos.» que les quedaba
OKhisnes o I
tP á los belgas en
Esta última ¿s F de Marchovelette
Bonmne Marche -les-Damcs
/^ la citada fecha.
afirmación del Suarlée
/?& Situada en las
/JfSe/ayn
oficial francés F deSuarlée cercanías de la
ai
no era exagera- ¡5^ frontera france-
da. Los alema- sa, servia de
nes, en el pri- apoyo á los ejér-
mer mes de la citos aliados que
guerra, cuando se reunían en
consideraban este límite para
que un triunfo hacer frente á la
rápido vendría invasión.
á borrar el re- El miércoles
cuerdo de todos 19 de Agosto em-
sus crímenes, re- pezó el bombar-
mataron á los deo de Namur.
heridos y asesi- La plaza fortifi-
terceptaron un telegra-
ma sin hilo enviado por
los alemanes á un espía
población. En Namur, lo
mismo que en Lieja, Am-
beres, etc., eran muchos
los alemanes que habian
solicitado la nacionali-
dad belga, y traiciona-
ban á su país de adop-
ción proporcionando in-
formes á los invasores.
En este mensaje le pe-
dían al espía que expli-
case por medio de sus
aparatos ocultos la posi-
ción exacta del centro
EL PUENTE DE NAMUR Y LAS MURALLAS DE LA CIUDADBLA de aviación de Namur,
para destruirlo. Inútil
mont, lo mismo que Lieja y Amberes, tenía fama de es decir que el centro fué trasladado de lugar inme-
inexpugnable. Realmente sus obras defensivas eran diatamente.
de gran valía, pero la guarnición, fiando demasiado Durante población conservó una valero-
el sitio la
en ellas, cometió la imprudencia de permitir que los sa serenidad, á pesar de la violencia del .bombardeo.
sitiadores emplazasen su artillería muy cerca. Esta violencia fué tal que en veinticuatro horas caye-
Se ignoraba todavía en aquel entonces el poder ron sobre uno sólo de 400 obuses de gran
los fuertes
destructivo de los colosales morteros austríacos que calibre y 1.200 proyectiles menores.
los alemanes llevaban con ellos para el ataque de las El día 21 la guarnición tuvo la agradable sorpresa
plazas fuertes. No se había hecho aún la triste expe- de ver cómo descendía en Namur, á pesar del bom-
riencia de que toda fortificación estaba condenada bardeo, un avión inglés procedente de la plaza fran-
fatalmente á ser destruida si sus defensores dejaban cesa de Maubeuge. El aeroplano iba montado por el
que se instalasen ante ella los obuseros de 420. La capitán inglés Waldron, que consiguió atravesar sin
única salvación para las plazas fuertes era que un ser herido y sin que sufriese accidente su aparato,
ejército operase fuera de su recinto en un radio ex- las nubes de proyectiles que le enviaron las baterías
deste de Namur, concentraron su ofensiva contra el trando simultáneamente sus tiros sobre cada uno de
fuerte de Marchovelette especialmente. No tardó éste los fuertes, hasta destruirlos.
en verse convertido en ruinas bajo el incesante fuego o
de las enormes piezas. El fuerte de Cognelée, que es- Al relatar las atrocidades de los alemanes en Bél-
taba inmediato, saltó igualmente. gica hablamos de las que cometieron á su entrada en
Quedó abierta una brecha de doce kilómetros y los Namur. También mencionamos los atropellos de Di-
alemanes se lanzaron por ella al asalto de Namur. nant cuando esta ciudad quedó definitivamente en
La guarnición belga constaba de 3.000 hombres poder de los invasores el 21 de Agosto. Dinant fué casi
nada más, pero á pesar de su gran inferioridad opu- destruida, y sus habitantes fusilados á centenares.
so una vigorosa resistencia. Se batió tenazmente en Sólo Lovaina puede comparar su martirio al que su-
los bosques inmediatos á la cadena de fuertes, luego frió esta pequeña y sonriente ciudad, vecina á Francia.
VISTA PANORÁMICA DE LOS FUERTES DE NAMUR Y LA CONFLUENCIA DEL MOSA Y DEL SAMURB
iDibujo de C. Thoorens, de la Illuttration, de Pnr¡9)
go 23 de Agosto, á la misma hora que los franceses se hasta el centro de la ciudad en un automóvil blinda
batían furiosamente en Charleroi. La resistencia de do, verdadera fortaleza rodante. Llevaban con ellos
Namur, á pesar de sus valiosos fuertes, sólo había du- dos ametralladoras, y mientras el auto rodaba por las
rado cinco días escasos. Ni las obras de fortificación calles, tiraban á derecha é izquierda contra las ca-
ni los hombres habían podido soportar el fuego de la sas, apuntando principalmente, como yo pude verlo,
artillería
pesada de los sitiadores. Treinta baterías de á los pisos superiores. Era muy tarde y la mayoría de
grandes obuseros habían entrado en acción, concen los habitantes se habían acostado, de lo que resultó
476 VICENTE BLASCO IBANEZ
que muchos fueron muertos ó heridos en sus camas. 800 personas fueron fusiladas, entre las cuales figura-
¿Qué pasó en esa noche? ¿Hubo algunos civiles que ban muchas mujeres y niños. ¿Todo esto por tres sol-
respondieron á este ataque cobarde é imprevisto, con dados muertos?... No. Los alemanes pretendían que
tiros de revólver? No lo creo, pues en los días ante- después de bombardear á Dinant, cuando entraban en
riores, por orden del burgomaestre, todos los vecinos la ciudad, los habitantes tiraron contra ellos. ¿Cómo
habían entregado sus armas. ¿Los alemanes estaban pudo ser esto, si habitantes no tenían armas? Yo
los
borrachos, como sus camaradas lo afirmaron más tar- sé bien lo que ocurrió y los alemanes lo saben igual-
de, y una pendencia sur-
gió entre ellos?... Lo
cierto es que al día si-
guiente se encontraron
tres alemanes muertos
en las calles. Yo los vi.
Y alemanes alegaron
los
este motivo para bom-
bardear la ciudad.
El lunes por la maña-
na entraron los alema-
nes en Dinant. Su pri-
mer acto fué detener
153 vecinos y llevarlos
á una plazoleta, frente
á la cárcel, donde los
fusilaron. Pero no se die-
ron por satisfechos con
ello. En estos días terri-
bles, lo mismo en Dinant
DE LA ARTILLERÍA ALEMANA
VISTA GENERAL DB LA ORAN PLAZA
mente. La Gran Calle de Dinant paralela al Mosa, por fusilar 153 vecinos como he dicho, luego 500 fue-
está en comunicación con este rio por un gran nú- ron arrestados y conducidos á Cassel.
mero de callejuelas. Los franceses, apostados en la En lo que se refiere á nosotros, nos vimos trans-
orilla opuesta del Mosa, mataron á través de estas portados como presos á la abadía de los Premonten-
callejuelas un gran número de alemanes, y el coman- ses. Durante tres días las mujeres y los niños vivie-
dante enemigo, desfigurando los hechos, pretendió que ron en el encierro de pequeñas celdas, sin tener ni
eran los burgueses los que habían tirado. Se comenzó una silla, tendidas en el pavimento y faltas de ali-
mentación. Cuatro de
ellas que estaban em-
barazadas dieron á luz
en estas terribles cir-
cunstancias.
Algunos oficiales se
dieron un infernal pla-
cer, haciéndonos sufrir
á cada momento las an-
gustias de la muerte.
Nos anunciaban de hora
en hora que íbamos á ser
fusilados. Nos ponían en
lineay los soldados car-
gaban sus fusiles. Luego
los oficiales reían, anun-
ciándonos que el fusila-
miento quedaba aplaza-
do para el día siguiente.
Tengo la certeza de que
algunos de los detenidos
se han vuelto locos des-
RUINAS DB LA PLAZA DB ARMAS puésdees te juego infame.
478 VICENTE BLASCO IBANEZ
¡Y qué martirio el de
lasmujeres y los niños
que vieron fusilar á sus
padres, sus maridos, sus
hermanos! Este fusila-
. . .
gido esta carnicería, permaneció tranquilo. ción, pues les fué imposible encontrar el escondrijo
— —
Señoras mías dijo con un fuerte acento tudesco, donde había sido ocultada la caja. Pero detuvieron
dirigiéndose á las pobres mujeres
— , yo he cumplido al director del Banco y á su hijo en el momento que
mi deber. huían en bicicleta. Los dos empleados, fieles á su de-
Y se alejó con sus hombres. ber, senegaron á revelar el secreto que exigían estos
ladrones con uniforme.
Entonces los guerreros
de Guillermo II los ma-
taron á tiros de revól-
ver. El padrey el hijo
cayeron noblemente en
defensa de los capitales
que les habían confiado
los particulares.
En el Banco Popular
II
La lucha en el Sambre.
Batalla de Charleroi
truosidad, y entonces el oficial, sacando su revólver, Hasta el día 19 de Agosto los primeros encuentros
levantó de un tiro la tapa de los sesos al infortunado en el Sur de Bélgica habían sido favorables á los alia-
Poncelet, á la vista de su familia. dos. En una serie de pequeños encuentros ocurridos
M. Himers fué muerto en Neffe casi en las mis- en las dos orillas del Mosa, los franceses batieron á
mas circunstancias. Este señor era propietario de los alemanes. Además, éstos habían fracasado el 15
una fábrica y cónsul de la República Argentina. al intentar el paso del río por Dinant.
También lo fusilaron ante los ojos de su esposa. El 19 consiguieron los invasores atravesar el
En Anseremme diez y
ocho mujeres y dos ni-
ños se habían ocultado
debajo de un puente. Los
alemanes vieron el gru-
po y tiraron contra él
con una ametralladora,
hasta que nadie quedó
con vida. Al día siguien-
te quemaron los cadá-
veres,probablemente
para no ser acusados
después como asesinos
de personas débiles y sin
defensa. Yo vi los horri-
bles restos de esta ho-
guera.
Prefiero callar sobre
la conducta de los solda-
dos con las mujeres jó-
venes y los atropellos
de que éstas fueron víc-
timas.» RUINAS DE LA CALLE DBS BRASSEURS
480 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
er
Mosa, repeliendo al Sudoeste, sobre el Sambre, las Charleroi, el l. cuerpo de ejército, mandado por
primeras líneas francesas, instaladas de Grembloux
el general Franchet d'Esperey. En el mismo pueblo
á Perverz. Esto fué la fase preliminar de la gran de Charleroi y sus alrededores, las tropas coloniales
batalla.
— infantería colonial, tiradores argelinos, tirado-
El choque decisivo empezó 23el amanecer. El
al res marroquíes, tiradores senegaleses y turcos tro- — ,
alba encontró á los dos ejércitos enemigos en posicio- pas que se batieron con gran furia y luego cubrieron
nes muy distintas á las que se habían podido imagi- brillantemente la retirada. Entre Charleroi y Mons
er
nar, en vista de las noticias de los días anteriores.
El el 3. cuerpo, mandado por el general Sauret, y el
ala izquierda ale- 18.° cuerpo. En fin,
maniobra, pues era la encargada de envolver al ene- Sambre fué la lamentable inmovilidad del 4.° ejér-
—
migo á las tropas más bisoñas y de menos experien- cito, de Langle de Cary, imposibilitado de avanzar
cia táctica, ó sea á los ingleses. En Mons los soldados por los accidentes del terreno, mientras el 5.° ejérci-
británicos, á pesar de su valentía, fueron desborda- to, especialmente su derecha, mandada por Franchet
dos y repelidos por el l. er ejército alemán que man- d'Esperey, seguía adelante con gallardía, arrollando
daba Von Kluck. La inexperiencia de los ingleses al enemigo. Se abrió con esto un «agujero» en la
contribuyó á este éxito. Disimulando sus movimien- línea francesa, tanto más grande cuanto más avan-
tos detrás de la espesa cortina de caballería que man- zaba Franchet d'Esperey y retrocedía Langle de
daba el general de Marwitz, Von Kluck cayó sobre el Cary. Por esta solución de continuidad iba á intro-
flanco británico inesperadamente, obligando á los in- ducirse de un momento á otro el 3.* r ejército ale-
gleses á retirarse para no verse envueltos. mán mandado por Von Hansen, lo que representaría
»A1 mismo tiempo el 5." ejército francés, que es- una rotura de frente, un envolvimiento, la derrota
taba á su derecha en Gharleroi, fué repelido por el completa. Franchet d'Esperey y toda la derecha del
Tono II 60
1S2 VICENTE BLASCO IBANEZ
Un escritor francés de criterio imparcial resumió biesen detenido la progresión de los alemanes, pues
de igual modo la batalla del 23 de Agosto. una parte del 5." ejército francés seguía conservando
— —
«Hay que hacer constar dice que con los jefes sus posiciones ventajosas. El repliegue de la división
admirables que se llaman Mangin y Franchet d'Es- Bouttegourd en la línea del Mosa, nos obligó á aban-
perey habíamos ganado
la primera parte de la
batalla. Entre Namur y
periódico el 21 de Agos-
to desde Charleroi.
Arlon. Las hordas de Atila se preparan á marchar dada en una distancia de 12 á 15 kilómetros por fuer-
contra Francia por cuatro ó cinco vías diferentes. zas de caballería importantes, cuyas patrullas ex-
Ellas encontrarán quien las reciba. Mientras tanto ploran el En todas las líneas
país en todos sentidos.
nuestras tropas, conforme al programa que les ha el tráficocontinúa provisionalmente.
sido impuesto, se contentan en las riberas del Mosa, Me aprovecho de esto para dirigirme á Courcelles
izquierda y derecha, con molestarlas por medio de un y desde allí visitar los acantonamientos de nuestras
contacto perpetuo, matándoles el mayor número de tropas. Volveré á Charleroi por Jumet, Roux y Lon-
gente posible en encuen- delisart,descendiendo en
tros que hasta el presen- cada estación.
te han sido de éxito para En todas partes la ca-
nuestras armas. ballería ofrece un hermo-
He asistido en la ma- so aspecto. Alineados en
ñana de hoy á los preli- buen orden á un lado de
minares de algunas ope- la vía, los caballos piafan
raciones de esta clase en en la bruma matinal, agi-
las cercanías de Charle- tan sus riendas y boca-
roi. La red de vías férreas dos, cocean, mientras que
que se extiende al Norte los jinetes, de pie junto á
de la ciudad en todas ellos, conversan alegre-
direcciones y pone en mente fumando sus cor-
comunicación docenas y tas pipas ó gruesos ciga-
docenas de centros fabri- rros belgas. De vez en
les y mineros, está guar- RDINAS DE UNO DE LOS FUERTES DE NAMUR cuando suena á lo lejos el
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914
2UE SE LIBRÓ EN BÉLGICA SOBRE TODO EL FRENTE (Plano de L. Trinqtiier. (le la Illvstmfion, de París)
crepitamiento de las carabinas, y poco después vuel- do tranquilamente hacia el Sambre. Hacían el saludo
ve una patrulla trayendo prisioneros ó caballos del militar á todas las gentes que encontraban al paso.
enemigo.
— —
¡Buenos días! ¡Buenos días! decían sonriendo — .
puertas y ventanas cerradas, sin aventurarse en las que nos ofrecen los belgas, acabaríamos por reventar.
calles bajo ningún pretexto. También quedó prohibida Yo estoy ya á estas horas en mi noveno café con leche
la circulación en las principales vias, y los puestos de y en la tostada que hace doce. No puedo más.
guardia fueron doblados. En la estación del ferroca- A las dos de la tarde comenzó á sonar el cañón,
pero tan lejos, que en el pri-
mer momento, como la atmós-
fera estaba tempestuosa, creí-
mos que era el sordo rodar
del trueno. El ruido llegó has-
ta nosotros por dos lados di-
versos: del Norte y del Medio-
día. Lo que estaba ocurriendo
en aquellos momentos lo supe
cuatro horas después por tes-
tigos oculares. Se había en-
tablado el combate al Norte
en dos puntos á la vez. Los
alemanes, viniendo de Eghe-
zée, colocaron en batería sus
cañones de sitio ante Na-
mur, y los fuertes de la ciu-
dad contestaban. Por otra
parte, se batían en Genappe,
cerca de Waterlóo, donde un
grupo de fuerzas alemanas,
ocupando un frente de 15 ki-
BELQAS ENTERRANDO EL CADÁVER DE UN ALEMÁN <Fot. Roo lómetros, de Braine-l'Allend
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 487
profundo. En el valle no
sonaba ningún ruido, ni
al primer golpe de vista
se distinguía persona al-
guna. De pronto, de las
pendientes de Ham sur-
^B^-ára^í
un muerto y un herido. De Taraines hemos pasado á y los lugares más visibles de la ciudad baja. En estos
Chatelineau, pero como el tren de Mettet no funciona momentos intentan forzar el paso de los puentes sobre
y sólo quedan libres las comunicaciones con Charle- el Sambre. Los fugitivos afluyen aquí por los últimos
roi, nos hemos trasladado aquí.»
trenes. Desde las dos de la tarde se oye claramente
El sábado 22 de Agosto, en las últimas horas de el cañón, primeramente por el lado de Charleroi, lue-
la tarde, el redactor de Le Temps seguía escribiendo go por Thuin. Los alemanes se están batiendo con los
desde Jeumont: ingleses. ¡Cien
«Abandoné años justos, des-
anoche Charle- pués de Water-
roi para trasla- lóo! La Histo-
darme á Jeu- ria ha dado una
mont, en la fron- vuelta.
tera francesa. «Estamos en
Era tiempo de el principio de
hacerlo, pues no la batalla tan
estaba seguro esperada.»
allí. Esta misma
ARTILLERÍA ALEMANA
el lunes 17 de Agosto para marchar á Namur pasan- El corresponsal del Times salió de Charleroi apro-
do por Charleroi. Al llegar á esta ciudad todo estaba vechando el último tren que partió para Bruselas. En
tranquilo. Al día siguiente prosiguió su viaje y en- los alrededores de la línea librábanse escaramuzas,
contró cortada la línea férrea en Moustier. Intentó que no cesaron hasta más allá de Nivelles. Al llegar
inútilmente llegar á pie hasta Namur, y en vista de el tren cerca de Hal, un jefe ferroviario hizo detener
que era imposible regresó á Charleroi. Las tropas el convoy, anunciando que la caballería alemana ocu-
de su país. Los ingleses se habían atrincherado alre- llegó á Chimay el sábado á las diez y media de la
dedor de la ciudad, estableciendo muy metódicamente
su defensa. Los puentes que no habían sido saltados,
por no juzgarlo necesario, estaban defendidos con
ametralladoras y cerrados con barricadas y cables.
La ciudad permanecía tranquila y llena de confianza.
Á pesar de los cañonazos que sonaban á lo lejos y de
haberse presentado en los alrededores algunos grupos
de jinetes alemanes, no había la menor señal de in-
quietud. El corresponsal del Times pudo ver cómo los
soldados ingleses pescaban tranquilamente en el ca-
nal, sirviéndose del fusil en lugar de caña.
Estaba hablando con un compatriota jefe de una
sección de ametralladoras, cuando percibieron clara-
mente en lo alto el zumbido de un motor. Era un
taube que volaba sobre la ciudad á muy poca altura.
Hicieron fuego los soldados ingleses é inmediatamen-
te se alejó el taube, describiendo un amplio círculo.
Un biplano francés apareció entonces en su persecu-
ción,y ambos desaparecieron á lo lejos.
El corresponsal salió de Mons á las cinco de la
mañana, y después de un peligroso viaje llegó á Tour-
nai, donde reinaba la mayor consternación. Una pa-
trulla de seis huíanos se había presentado en el Ayun-
Un corresponsal de Le Fí-
garo, de París, dio los siguien-
tes detalles sobre la batalla,
su lámpara en la mano. Les obligaron á marchar pués redujo al silencio á la artillería germánica.
delante de las tropas, y todos los mineros fueron Varios destacamentos alemanes acudían desde Ge-
muertos. nappe y otros de Fleurus y de Sombreffe. Dos mil
La misma táctica adoptaron en Mont-sur-Mar- hombres entraron en Charleroi por la avenida del
chiennes, donde 200 alemanes, sorprendidos por los Viaducto y por la avenida de Waterlóo. Cuatro ame-
franceses, pusieron delante de ellos á seis vecinos, tralladoras francesas emplazadas en el Viaducto y
entre ellos mujeres y niños. Al llegar nuevas tropas en la puerta de Waterlóo rompieron el fuego, y al
francesas, tuvieron los alemanes que refugiarse en cabo de tres horas de combate los asaltantes estaban
una granja, donde fueron ani-
quilados.
En Jumet-Saint-Antoine
pretendieron los alemanes
bombardear la estación. Los
tres primeros obuses fueron
dirigidos contra la cárcel, aun-
que sobre ella ondeaba la ban-
dera de la Cruz Roja. Otras
dos bombas cayeron en el
muelle de mercancías y una
sola de ellas hizo explosión,
matando á un caballo sin he-
rir al oficial que lo montaba.
Otros dos obuses estallaron en
el Pasaje de la Bolsa, pero
causaron solamente daños
materiales.
La artillería francesa em-
plazada Sur, dirigía sus
al
nico un primer informe en el que daba cuenta de todas misión envié además algunos escuadro-
facilitar esta
cha fecha, así en Bélgica como en el Norte de Francia. Estos escuadrones realizaron excelentes servicios
Al describir los sucesos correspondientes á las jor- en sus avances durante los días 22 y 23 y algunos de
nadas del 22 y 23 de Agosto, dice así el mariscal ellos llegaronhasta Soignies. Durante los encuentros
French: con el enemigo quedaron probadas las grandes cuali-
dades de nuestras tropas.
^Disposición de las tropas británicas.
— El transpor- Domingo 23 de Agosto por la mañana. — El 23 de
tede las tropas in- Agosto á las seis de
Domingo 23 de Agosto por la noche. — Este movi- Cuando recibí el aviso del movimiento de retirada
miento se efectuó á la caída de la noche. Á las cinco de los franceses y la gran amenaza alemana sobre el
de la tarde me avisó por telégrafo el general Joffre frente de mi posición, procuré comprobarla mediante
que cuando menos tres cuerpos de ejército alemanes reconocimientos de los aeroplanos. Ellos me decidie-
— á saber: un cuerpo de reserva y el 4.° y el 5.° cuer- ron á efectuar mi retirada sobre la posición de Mau-
—
po avanzaban hacia el frente de mi posición, mien- beuge al amanecer del día 24.»
tras que el 2.° cuerpo intentaba un movimiento en- o
volvente á través de Tournai. igualmente Me avisaba El 24 de Agosto á media noche, el gobierno fran-
elgeneral Joffre que las dos divisiones francesas de cés hizo públicas en un comunicado oficial las noticias
reserva y el 5.° ejército francés se batían á mi dere- poco gratas de lo ocurrido en la batalla del 22 y 23 de
cha en retirada y que los alemanes se habían apo- Agosto.
derado de los pasos del Sambre entre Charleroi y Este comunicado del ministro de la Guerra respi-
Namur. raba confianza
En previsión en el porvenir;
del posible caso pero no podía
en que me vie- negar el fraca-
se obligado á so, acerca del
abandonar la cual circula-
posición que ban los más
ocupaba en pesimistas co-
Mons, había mentarios, exa-
hecho practi- gerándolo al-
car anterior- gunos como si
mente un re- fuese una des-
conocimiento gracia irrepa-
para procurar- rable.
me una posi- He aquí el
ción á retaguar- comunicado:
dia. Esta posi-
ción apoyaba «Al Oeste
su derecha en del Mosa (de
la fortaleza de Namur á Mau-
general pdltbnky Maubeuge y se beuge). -El ejér- gbnbral allbnby
Jefe del 3.
er
cuerpo de ejército extendía hacia CitO inglés, que Comandante de la caballería
Tomo ii
498 VICENTE BLASCO IBANEZ
se encontraba á nuestra izquierda, ha sido atacado Nuestras tropas han hecho un movimiento de avance
por losalemanes. Admirable bajo el fuego, ha resis- á través de un país de los más intrincados. Vigorosa-
tido al enemigo con su impavidez acostumbrada. mente atacadas al entrar en los bosques, han tenido
El ejército francés que operaba en esta región, que replegarse después de un combate muy vivo al
ha procedido al ataque. Dos cuerpos de ejército y las Sur del Semoy.
tropas de África, arrastrados por su brío han sido Obedeciendo las órdenes del general Joffre, nues-
recibidos con tras tropas y
un fuego mor- las tropas in-
tífero. No por glesas han to-
esto cedie- m a d o posi-
CIÓN DURANTE EL COMBATE (Dibujo de Ii. Catón Woodville, de 77<e Illuttrated War Xrto»)
afirmado su superioridad. Nuestros oficiales y nues- Á pesar del optimismo y la fingida serenidad de
tros soldados continúan en el mejor estado físico y este comunicado, todos en París adivinaban lo angus-
moral. tioso de la situación.
Como resultado de las órdenes dadas, la lucha va Comenzaba la cuarta semana de Agosto, la más
á cambiar de aspecto durante algunos días. El ejér- terrible de la historia francesa contemporánea. El
cito francés permanecerá poco tiempo á la defensiva. suelo nacional iba á ser invadido rápidamente. Fran-
Cuando llegue el momento escogido por el comandante cia estaba en peligro de desaparecer como nación.
en jefe, vol- Los caminos
verá á tomar de París que-
una vigorosa daban abier-
ofensiva. tos al ene-
Nuestras migo. El go-
pérdidas son bierno se veia
importantes. forzado á huir
Resultaría de la capi-
prematuro tal.
cipio de la guerra á las tropas británicas que luchan se coloca un francés bajo sus ojos. Al desembarcar,
en el continente al lado
de los ejércitos de la Re-
pública.
Los soldados del ge-
neral French son ale-
preguntona y cesa el
canto.
— ¿Are we doten hear- ARTILLERÍA INGLESA DESFILANDO POR UN PUEBLO [Fot. Rol)
tedf
— ¡No. ..o. ..o! — ruje todo el batallón. Serán vencedores: yes. Acabarán con la Germa-
—iShall we Kinf nia militarista y soberbia, que hace años insulta al
— ¡Ye...e...e...s...s..J mundo cantando: Deutschland über alies (Alemania
Lo que quieredecir: «¿Tenemos el corazón opri- sobre todos). Lo importante para un buen inglés es
mido?... ¡No!» «¿Seremos vencedores?... ¡Sí!» tomar una resolución. Luego, el tiempo y los esfuer-
Y los pechos británicos repiten horas y horas estas zos necesarios para realizarla significan muy poco.
palabras, «el estribillo de moda >, con un vigor que Alemania perecerá por la guerra y esta guerra dura-
delata la tenacidad incansable del carácter nacional. rá lo que sea necesario para el triunfo: un año, diez
—
años, quince años como
para vencer á Napo-
león—: veinte si es pre-
ciso. Inglaterra, con sus
colonias y estados autó-
nomos representa cua-
trocientos millones de
seres. Y doscientos mi-
llones de Rusia. Francia
y pequeñas naciones
las
hijos, que cumplieron su deber.» su actividad. Seis meses después de empezada la gue-
El viejo mariscal Bugeaud, conquistador de Arge- rra tenía cerca de un millón de soldados en el conti-
lia,que podía apreciar con justicia el valor ajeno, nente. Al año siguiente serán dos millones: al otro,
pues fué un verdadero valiente, decía así: cuatro... Y así, en progresión, hasta que la Gran Bre-
«El soldado inglés es el primer soldado del mundo. taña desaparezca ó Alemania reciba una sangría, de
la que depende la tran-
caballos-ligeros, todo ha
sido borrado é igualado
plato.
Los ingleses se asom-
bran de la extensión de
UN JOVEN SOLDADO ESCOl IOS ATRAYENDO POR SU TRAJE LA CURIOSIDAD DE TODA UNA ALDEA Francia al caminar días
FRANCESA (Fot. Rol)y días siguiendo las há-
biles evoluciones de
^chan ligeramente los calzones. Todos llevan una French y de Jofl're. «¡Qué grande!» Ellos en su archi-
h
ljlusa de cazador con cuatro bolsillos: dos sobre el piélago no habían podido imaginarse tan enormes á
pecho y dos en los costados. Una canana en bando- las naciones del continente.
lera, de cuero rojo, cruza su busto, con cinco estuches Los franceses, por su parte, se asombran de las
que guardan cincuenta cartuchos. Igual número de costumbres de sus aliados, y comentan alegremente,
cartuchos encierra su cinturón, en otros tantos bolsi- con una punta de envidia, su rica impedimenta, sus
llos. Su cabeza la cubre una gorra de las llamadas de cocinas, sus almacenes, las filas de automóviles ce-
plato, forrada de la mis-
ma tela del uniforme,
pero completamente,
hasta la visera. Oficia-
les y soldados ofrecen
idéntico aspecto. Aqué-
llos sólo se diferencian
rrados, semejantes á navios, que les siguen á todas na higiénica de un gentleman que se respeta. Los sol-
partes, con el vientre repleto de cuanto necesita un dados libres de servicio sacan á luz sus estuches de
ciudadano británico para comer, beber, dormir, fu- aseo, limpian el espejo y se afeitan tranquilamente
mar y entretenerse, antes de que la muerte le libre bajo el vuelo de los proyectiles. Sólo pierden su
repentinamente de sus múltiples necesidades. tierna para lanzar un juramento cuando un estallido
¡Famosos ingleses! Los soldaditos de Francia, mal inmediato ensucia con barro la espuma del jabón ó
vestidos y heroicos, ríen con ellos, bromean y les dan hace volar, hechos añicos, sus útiles higiénicos.
Si hay cerca un curso de agua, el inglés toma su Llamados á toda prisa por las trompetas, corrieron en
baño al amanecer, alabando la providencia del Señor busca de sus fusiles, y ocuparon las trincheras con la
que ha puesto los ríos cerca de los campamentos bri- —
anatomía al aire llamémosla así —
lo mismo que los
,
subordinados de ayer
que, ebrios de orgullo
por un súbito crecimien-
to, pretenden subírsenos
á las barbas. El encuen-
tro de un inglés y un ale-
mán en la guerra, ter-
mina siempre con la
muerte de uno de los dos,
si es que no mueren am-
sports y que hace unos meses hubiera sonreído al Un gentleman debe recibir sus visitas dignamente.
anunciarle alguien que iba á ser militar. El entusias- El barbero lo afeita, lo lava, lo peina y sólo entonces
mo patriótico le ha llevado á Dos semanas
las filas. se acerca el pastor con su Biblia abierta.
de ejercicios bastaron para convertirle en un buen El agonizante escucha con un aire cortés, incli-
soldado. nando la cabeza lustrosa por el reciente peinado, mor-
¡La guerra!... Para él es un sport más; una parti- diéndose disimuladamente los labios descoloridos para
da de foot-ball en la que la pelota es un obús; una contener algo que quiere surgir de sus entrañas: el
cacería de fieras semejante á las que se empren- rugido de un dolor que por ser británico debe extin-
den por placer en las posesiones inglesas de África. guirse en el discreto silencio. Y al fin se
duerme, se
La caza del hombre es difícil; el tigre imperial se duerme para siempre, con el aire decoroso de un lord
defiende con un encono y una habilidad que hacen que escucha á altas horas de la noche una historia de
penosa la partida; pero todo consiste en tener perse- viajes remotos sumido en el profundo sillón de un club
verancia. elegante de Londres.
o
Su accidente mortal lo considera como algo incohe-
rente y absurdo. Lo verosímil es que perezca la fiera Desde su primer encuentro en el continente, in-
y no el cazador. ¡Una equivocación del destino cie- gleses y franceses se trataron con un afecto fra-
Pero otros quedan con vida para encauzar los
go!... ternal.
hechos de un modo lógico. Al final caerá quien debe El Times, de Londres, decía así en las primeras
caer. semanas de la guerra: «Cuando el azar de una mar-
Y tranquilizado por estas reflexiones, sonríe leve- cha ó de un combate pone en contacto á los soldados
mente con cierta ironía para sí mismo, mientras las ingleses y franceses, cambian entre ellos gorras y
enfermeras colocan en el lecho su pobre individuali- kepis y muchas veces pantalones y guerreras. Se ven
dad acribillada por las balas, convertida en harapos soldados franceses vestidos de kaki ó llevando el kilt,
por el estallido de los obuses. la faldilla escocesa, mientras los ingleses se pavonean
Sus órdenes son breves: con el kepis y el pantalón rojos. »
—Que venga el pastor... Pero antes que me traigan El general .Toffre rindió un testimonio público des-
un barbero. de las primeras operaciones á la bravura admirable
508 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
...«*. >*:'•<
§&?JSS£
de las tropas inglesas. Escoceses, galenses é irlande- (sobrenombre popular del soldado inglés) conquistó
ses fueron al fuego como á una fiesta, con la alegría desde el primer momento el corazón de los franceses.»
en los ojos y la pipa en los labios. Nada les hizo per-
der su imperturbable serenidad, acompañada frecuen- Las anécdotas abundan sobre las hazañas y origi-
temente bajo las balas por un espontáneo buen humor. nalidades de este soldado voluntario, diferente por su
«A su preocupación de ba- vida y costumbres al de to-
tirse —
bien dice un escritor dos los demás ejércitos.
francés — ,
se une otra im- El Punch, famosa publica-
periosamente: la de su higie- ción satírica de Londres,
ne y su confort. Ningún pe- lanzó en los primeros días
ligro logra distraerles de de la guerra un diálogo de
dos ocupaciones que tienen dos ingleses que acababan
para ellos gran importan- de inscribirse como solda-
cia: hacer el té y afeitarse. dos.
Los soldados ingleses se con- —¿Por qué te has engan-
sideran felices allí donde chado? — preguntaba uno.
pueden hervir el agua para — Porque no tengo familia
su té y sacar de las mochi- y amo la guerra... ¿Y tú?
las navajas y jabones. Ja- —Yo, porque tengo una
más se interrumpen en estas suegra y deseo la paz.
operaciones por la bala que
silba junto á ellos ó el obús
despierte pediré que me lean los diarios de los tres Su flema es sólo comparable á su frío valor.
últimos meses, para enterar- Un
tren que conducía un
me de lo que he hecho en el regimiento inglés á los de-
frente.» partamentos del Norte de
o
Francia, tuvo que detenerse
En uno de los combates, en un pequeño pueblo. Dos
mientras llovían sobre las soldados descendieron al an-
trincheras de los aliados los dén, llamando al jefe de es-
shrapnells alemanes, dos es- tación:
coceses se dieron cuenta de — ¿Cuánto
tiempo nos de-
que unos franceses, coloca- tendremos aquí?
dos enel lugar más estrecho —
Cinco minutos.
de una zanja, tiraban con Los dos rubicundos hijos
dificultad,pues apenas po- de Albión se instalaron ante
dían moverse. una puerta con cristales,
— Los franceses están mal que les servía de espejo, se
— dijo uno de ellos — Hay .
enjabonaron la cara, y des-
que ir á ensancharles el sitio. pués de afilar sus navajas
Y sin reparar en que ser- empezaron á afeitarse. Tres
vían de blanco al enemigo, minutos habían transcurrido
saltaron fuera de su trin- apenas, cuando el empleado
chera, con la pala en la los invitó á volver al vagón.
SOLDADOS INGLESES LAVÁNDOSE EN UNA ESTACIÓN DURANTE UNA CORTA PARADA DEL TRBN (Fot. Rol)
iban á apoderarse de un pueblo. Había que detener Estos ingleses fríos y de gustos pueriles muestran
su avance por algún tiempo para que el grueso de las en ocasiones una imaginación hiperbólica, que supera
tropas inglesas pudiese retirarse en buen orden. á la de los andaluces y los meridionales franceses.
Un grupo de escoceses se encargó de esta misión Antes de la guerra, una enorme cantidad de ale-
peligrosa. Emboscados en las primeras casas del pue- manes residentes en Londres y París se dedicaban á
blo, recibieron al enemigo con un fuego incesante; mozos de café, criados de hotel, ayudas de cámara,
pero al mismo tiempo cayó sobre ellos una lluvia de etcétera.
balas. Un oficial inglés decía con imperturbable sereni-
El sargento que mandaba la sección se dio cuenta dad á sus hombres en las trincheras:
de que la casa que les servia de frágil abrigo era un — Cuando el enemigo esté oculto y no sepáis á quién
almacén de comestibles vaciado á toda prisa por sus tirar, debéis valeros de esta estratagema. Os ponéis
dueños. Sobre un estante quedaban todavía algunos las manos en la boca, como portavoz, y gritáis con
paquetes de chocolate. El sargento tuvo una idea, y toda vuestra fuerza: c/ffarpon/» (¡Camarero!)... El
dijo á sus hombres: resultado no se hará esperar. Doscientas cabezas de
— Todo que tumbe á un alemán recibirá una pas-
el boches aparecerán instintivamente en el borde de la
tilla, como si fuese una condecoración. trinchera, por la fuerza de la costumbre, creyendo
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 &1I
que les van á dar una propina, y entonces tiráis, pri- público se levantó de su asiento y avanzó hasta la
vando al «Vaterland» de unas cuantas docenas de boca del escenario.
estimables camareros de café y de restaurant. — Vengo en busca de mi recompensa — dijo simple-
mente á miss Holbrook.
Y la hermosa artista, inclinándose fuera de la es-
En
ciertas ocasiones este soldado de pocas pala- cena, abrazó y besó al soldado, en medio de los aplau-
bras encuentra una frase ingenua y elocuente, digna sos del público.
o
de un gran artista.
El Boletín de los ejércitos de la República copió las Fragmento de una carta de un herido inglés:
palabras de un herido británico. «Hay mucho sport en el frente. Me falta el tiempo
Un soldado francés lo sostenía cuando vacilaba en para volver Los alemanes, cuando abandonan
allá.
el terreno del combate, próximo á caer. sus trincheras, avanzan en masa ofreciendo unos
— ¡Infeliz!
—le dijo —
Estás herido en
. el pecho. Por blancos magníficos. Sí; hay allá un hermoso sport.
muy poco no te han dado en el corazón. ¿Cuándo podré volver?...»
Y el inglés contestó sonriendo débilmente: o
— ¡Imposible! Yo no tengo corazón. Se lo di á Su tenacidad.
Francia. En primeros días de la guerra, las tropas ingle-
los
o
sas y francesas se comtemplaban curiosamente, con
En un music-hall de Londres,una cantante popu- ojos de asombro y simpatía. Les era difícil entender
lar, miss Kate Holbrook, entonaba en medio del en- se por la diferencia de idiomas.
tusiasmo del público una canción patriótica titulada: Pero los soldados ingleses, al cruzarse con sus ¡dia-
Tu rey y tu patria necesitan de ti. dos, les lanzaban unas palabras francesas aprendi-
Esta canción tenía por estribillo las siguientes pa- das de memoria, repitiéndolas á guisa de saludo como
labras: Y cuando vuelvas, soldado, te festejaremos, te si les dijesen: «¡Buenos días!»
daremos las gracias y te besaremos. — Vingt ans, s'il le fautf
Al oir esto, un soldado herido que estaba entre el (Veinte años, si es preciso.
512 VICENTE BLASCO íñÁNr:
Transcurrido el tiem-
po, Joffre habló, en una
entrevista familiar, con
un amigo de su niñez.
El director del impor-
tante diario de Tolosa
La Depéche, M. Arturo
Huc, es amigo del gene-
ralísimo desde hace cin-
cuenta años. A fines de
Febrero de 1915, seis
meses después de Char-
leroi y de la batalla del
La opinión de Joffre sobre la batalla de tánico, por su parte, hizo igual prohibición á los pe-
Charleroi. —
La retirada de los aliados
riódicos de Inglaterra.
No había dicho Joffre nada contra los intereses de
los aliados,pero la verdad, siempre respetable, re-
Como ya dijimos, hubo en el fracaso de Charleroi sulta algunas veces nociva al ser inoportuna. Los
una parte de culpabilidad, imputable á ciertos gene- gobiernos de Francia é Inglaterra consideraron ex-
rales franceses. Los refuerzos enviados por Joffre no temporáneas las declaraciones que había hecho el
llegaron á tiempo. Algunos jefes dieron muestras de general en la intimidad, sin la más remota idea de
flojedad. Otros se aturdieron, dejando que sus tropas
peleasen espontáneamente, con un heroísmo inútil,
sin saber encauzar y dirigir sus esfuerzos.
El gobierno francés no dijo nada sobre estas defi-
ciencias, pero las severas resoluciones del generalísi-
mo á continuación de la batalla, demostraron que ha-
bían existido grandes faltas y el mando supremo se
apresuraba á castigarlas.
Generales comandantes de ejército, generales de
cuerpo y hasta simples generales de brigada, queda-
ron sin mando y en situación de cuartel, siendo reem-
plazados por otros que habían demostrado iniciativa
y tenacidad en los recientes combates. Esta remoción,
exigida por la salud del país, motivó los rápidos as-
censos de algunos militares de valía, que al iniciarse
la guerra eran coroneles ó generales de brigada, y
dos meses después mandaban ejércitos.
Por mantener la sagrada unidad nacional y no
herir susceptibilidad alguna, el mando supremo reali-
zó estos actos con cierto secreto, tanto más cuanto
que los culpables habían incurrido en falta, no por ca- EL GENERALÍSIMO REVISTANDO LOS CAÑONES TOMADOS AL
rencia de patriotismo, sino por torpeza involuntaria. ENEMIGO
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 ais
cas. No es este el momento de hablar de ellas. Pero se quiere. Una falta, si lo prefieren. En todo caso, un
lo que puedo decir es que, republicano de muy anti- episodio (1).
guo y fiel servidor de la República, ha profesado Y fijándose en el cielo de plomo, con una mirada
siempre como un llena de impacien-
culto el cumpli- cia, añadió:
miento de su deber -Yo mando á
de soldado, sobre soldados, pero no
todo cuando ha lle- al barómetro. Es lo
iba á teaer en sus UN CAÑÓN FRANCÉS DB 75. JUNTO Á ÉL ESTÁ EL ARMÓN CON SUS dije
— eso de Char-
manos los destinos PROYECTILES (Fot. Rol) leroi.
del país eran tales Le pregunté si,
que Francia podría contar con la victoria. Profano efectivamente, era exacto lo que como cosa corriente
en la materia, hubiera sido una temeridad aventurar- circula entre el público y aun entre los mismos mili-
me en juicios sobre los méritos de un general, aunque tares, de que en Bélgica fuimos arrollados por masas
éste fuera uno de mis más íntimos amigos. aplastantes.
—
—Lo que puedo afirmar respondí es que vencerá — El general Joffre es de esos hombres que en el
nada más que por su carácter. curso de su vida no han mentido jamás.
Y en efecto, ha vencido. Otros dirán que venció —En absoluto, no
respondió
— me — .Nuestro ejér-
por su genio militar. He de repetirlo ahora: «Ha ven- cito era suficientemente numeroso. La batalla de
cido y vencerá siempre por su seriedad.» No puede
ser de otra manera. Su conciencia es la que forma su (1) En este punto de la entrevista se refiere Joffre al fracaso de la
ofensiva francesa en Soissons en el mes de Febrero, por cansa de las llu
voluntad. De ahí su confianza constante. De ahí su
crecida de los ríos, operación de la que hablaremos oportu
vias y de la
práctica. Al comprobar las deficiencias, tuve que re- Mi Estado Mayor la escribirá cuando termine la
mediarlas. Algunos de esos generales eran mis mejo- guerra, y yo me encargaré de que sea bien docu-
res camaradas. Pero si yo quiero mucho á mis amigos, mentada.
quiero más á Francia, y los he relevado del mando. — —
¿Y ahora? le dije —
Es verdaderamente lamen-
.
Los he relevado como debe hacer conmigo el país el table que no se ofrezca hoy, como entonces, la posi-
día en que vea que no sirvo. No lo hice para castigar- bilidad de maniobras tan decisivas. Esta es una gue-
los, sino simplemente como una medida de salud pú- rra de trincheras.
blica. Lo he hecho con la muerte en el alma. Luego de E inclinándome á su oído, añadí:
firmar las órdenes, al encontrarme solo, he llorado... —Espero que tendrás entre pecho y espalda otras
Distrayendo al general de su pensamiento doloro- cosas.
so, le digo: El general sonrió.
516 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
—
Evidentemente, evidentemente
—
dijo dándome en ningún campo de batalla! La famosa Guardia im-
una palmada en el hombro. perial no es ya en estos momentos más que una colec-
Y previendo una pregunta que, aun haciéndosela ción de uniformes. Sus antiguos cuadros no son más
yo, hubiera podido parecerle indiscreta, agregó: que un recuerdo histórico. Sus oficiales eran bravos,
— ¿Maniobrar? No hacemos pero han caído casi todos.
otra cosa. Napoleón preten- Las tropas alemanas se ha-
día ganar sus batallas con llan tan debilitadas moral-
las piernas de sus soldados. mente, que sus jefes se ven
Nosotros las ganamos con obligados, sopeña de una des-
nuestras locomotoras. Esta es bandada, á conducirlas al
la diferencia. No hay que combate en formaciones ma-
maldecir demasiado de la cizas, con frentes de ocho
«guerra de usura». Por de hombres codo con codo. Ó lo
pronto, nos ha permitido au- que es lo mismo, al matadero.
mentarnuestros medios, adap- Son una magnifica presa para
tarlos á esta guerra y crear nuestros artilleros.
otros nuevos. Y aunque toda- —¿Y nuestros hombres? —
vía durase más, no hay que pregunto.
pensar que esta expresión «de El general se levanta:
usura» sea una palabra vacía —¿Nuestros hombres? En
de sentido. Es un error ima- todos los ejércitos, en todo
ginar que un ejército batido tiempo y en todo lugar, hubo
todos los días se repliega in- desfallecimientos. Es posible
definidamente. Quien no con- que entre nosotros los haya
serva el ascendiente está muy habido también. Pero nues-
cerca del pánico. Y ese as- tros héroes se cuentan por
cendiente lo tenemos nos- ¡Sí, sí; por millares!
millares.
otros, no cabe duda. Bajo el ¡Ah, qué admirable y gran
peso de nuestro ejército, los país!Puedes decirlo y gritarlo.
alemanes han dejado más de ¡Vivimos en una gran época!
un millón de hombres. ¡Sí! Con un ejército como el nues-
APROVECHANDO DN DESCANSO DEL COMBATE
¡Más de un millón de hom- TTN ARTILLERO ESCRIBE Á SU FAMILIA tro,¿cómo desconfiar? ¡Seria
bres, que jamás reaparecerán (Fot. Rol) un crimen contra Francia!
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 517
DOS PATRULLAS FRANCESAS QCE SB CRUZAN BN DISTINTA DIRECCIÓN, UNA DE CORACBROS Y OTRA DE SPHAIS MARROQUÍES
—¿Hasta con soldados del Mediodía? — recalqué, no tades.Puede ser que sus éxitos tengan envidiosos.
sin malicia. Cuando le hice estas alusiones levantó ligeramente
— Una donosa historia, verdaderamente — exclamó los hombros.
el general Joffre — Cualquiera
.
que sea el país de
— Yo no he buscado mi puesto. La guerra me ha
donde proceden, los soldados valen, sobre todo, por encontrado en él. Acepto todos los deberes. Soporto
la frescura de las noches, como lo hacen los marineros Verdún y Toul, para ir á reunirse, por el espacio
de agua dulce. abierto entre Charmes y Neufchateu, con los otros
EL vencedor del Marne acaricia todavía este sueño, ejércitos invasores.
nada subversivo. Después de lo epopéyico lo bucólico. Los dos generales cumplieron firmemente el en-
— —
Mientras llega ese momento le digo date prisa — cargo de contener al enemigo, cerrándole el paso por
¡i
elegir los mejores caminos
para cruzar el Rhin. el Este. Castelnau, que en el momento de la declara-
—Me daré prisa — responde sonriendo.» ción de guerra era jefe del Estado Mayor general, y
o pasaba con razón por ser el brazo derecho del gene-
Después de Charleroi, la retirada de los aliados se ralísimo Joffre, se mostró en Nancy digno de tal con-
fué efectuando fianza. El gene-
retroceder. 2. Segundo eiército mandado por Bulow que atacó á Charleroi. 3. Tercer ejército mandado
de Charleroi, el por Von Hausen. (Este eiército, aprovechando la inmovilidad del 4.° francés, intentó introducirse entre cito, al aban-
o
tenaz Castelnau él y el 5, precipitando la retirada de los aliados.) 4. Cuarto eiército (duque de Wurtemberg) que impidió donar la línea
el avance del ejército de Langle de Cary. 5. Quinto ejército mandado por el kronprintz de Prusia.
establecía sus R. R. Guarnición del campo atrincherado de Metz que envió numerosas fuerzas contra la extrema dere- Mons-Charleroi,
cha del ejército de Ruffey y la extrema izquierda de Castelnau. 6 Eiército bávaro á las órdenes del descendieron en
líneas de resis-
príncipe heredero de Baviera que sostuvo la larga batalla de Lorena frente á Nancy, teniendo que
tencia ante el retirarse. 7. Séptimo ejército apoyado en Estrasburgo y mandado por Von Heeringen. busca de una
Gran Coronado nueva línea de
de Nancy, emprendiendo una batalla que habia de defensa, estableciéndose en un frente que compren-
durar hasta el 12 de Septiembre. día á Cambrai, Le Cateau y Landrecies. En esta se-
Dubail, por su parte, abandonaba al mismo tiempo gunda línea libraron furiosos combates con los ale-
el colladode Chipióte y otras posiciones de los Vos- manes, que persistían en su maniobra envolvente. El
gos para hacer frente al ejército del campo de Es- ejército de Von Kluck, que era el ala envolvente de
trasburgo, mandado por von Heeringen. la invasión, avanzaba, extendiéndose al mismo tiem-
La misión de los dos generales franceses era im- po, con una rapidez pocas veces vista en las guerras
pedir que las tropas alemanas procedentes de Metz y modernas. Los cuerpos dejaban atrás todo el material
Estrasburgo forzasen el dique de fortificaciones entre de su impedimenta para marchar con más ligereza.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 819
Los infantes alemanes hasta se despojaban de sus retroceder á lo mejor de las tropas alemanas; el
mochilas para avanzar con mayor soltura. De este 10.° cuerpo, que gozaba renombre de muy bravo, y la
modo el ala envolvente de Von Kluck llegó á caminar Guardia imperial, tuvieron que replegarse vencidos
60 kilómetros por día, durante varias jornadas, obli- ante las bayonetas del 5." ejército. Los regimientos
gando á los aliados á un retroceso incesante y fa- de la Guardia, compuestos de los soldados prusianos
tigoso. más valerosos y audaces, venían muy quebrantados
Después de sostener el choque de sus perseguido- de Charleroi, donde se batieron repetidas veces cuer-
res en la línea de Cambrai-Landrecies, los aliados se po á cuerpo con los turcos. En todos los momentos
vieron en la necesidad de retirarse más al Sur para críticos, los generales alemanes hacían avanzar á la
no verse envuel- Guardia, y por
tos, y se detu- esto sus pérdi-
vieron en una das resultaron
tercera línea, ja- enormes. En
loneada por los Guisa, una gran
cursos acuáticos mortandad acla-
del Sommey del ró de nuevo sus
Oise, prolongán- filas.
ingleses consiguieron romper el contacto con el ene- tuación 29 de Agosto, cuando á la una recibí la
el
migo y ganar San Quintín. Gracias al heroísmo de visita del general Joffre en mi cuartel general. Ex-
a
la 2. y la 4. a divisiones británicas, mandadas por el puse mi situación al comandante en jefe francés, que
general Smith Dorien, los alemanes fueron rechaza- se mostró conmigo particularmente bueno, cordial y
dos el 26 de Agosto en Cambrai, fracasando la ma- simpático, como es su costumbre. Me dijo que había
u
niobra de Von Kluck, que buscaba empujar á los in- dirigido el 5. ejército francés hacia el Oise para que
gleses hacia la plaza de Maubeuge, investida ya por avanzase contra los alemanes en el Somme y los ata-
las tropas germánicas, para encerrarlos en ella, re- case deteniendo su persecución. Me habló igualmente
pitiendo con esto el triunfo de Sedán, cuyo aniversa- de que estaba formando sobre mi ala izquierda un
rio era el 2 de Septiembre. 6.° ejército francés (el que mandó Maunoury), com-
Mientras tanto, el 5.° ejército francés combatía puesto del 7.° cuerpo de ejército, de cuatro divisiones
valerosamente durante su retirada en Lens y Bapau- de reserva y del cuerpo de caballería de Gordet.
me. Luego en Guisa hizo frente á sus perseguidores »En el curso de esta visita fué decidido que las
deteniéndolos é infligiéndoles crueles pérdidas. Fran- fuerzas británicas deberían retirarse mucho más,
chet d'Esperey, el intrépido comandante del l. or cuer- hasta la línea Compiegne-Soissons, lo que se empezó
po, había tomado el mando en jefe del 5." ejército, á hacer en el mismo día.
sustituyendo á Lanrezac, militar de grandes estudios, >E1 ala derecha del ejército alemán (Von Kluck)
pero que en la jornada de Charleroi había demostra- llegaba mientras tanto á un sitio que parecía poner
do falta de energía. En Guisa, los franceses hicieron en peligro seriamente mi línea de comunicación con
620 VICENTE BLASCO IBANEZ
elHavre. Ordenes fueron dadas para trasladar esta (Maunoury), que representó la sorpresa, el descon-
base á Saint-Nazaire y establecer una base avanza- cierto y la derrota para los alemanes.
da en Mons. Á pesar de la seria derrota infligida por El 4.° ejército, mandado por Langle de Cary, que
el 1.° y 3.° de ejérci- había actuado sin éxito entre
to francés —cuerpos
ó sea la derecha Virton y Longwy en la bata-
del 5.° ejército — á los regi- lla general del 23, detuvo en
<
y %i\
tirada general que precedió á la batalla del Mar- dar la ofensiva, mientras que los otros ejércitos (se
una retirada desastrosa como han pretendido los ale- tiempo necesario los esfuerzos del enemigo.
manes, sino más bien una maniobra táctica, un ende- «Este movimiento de concentración será cubierto
rezamiento estratégico.» por retaguardias dejadas sobre los cortes favorables
La prueba más indiscutible de esto la proporcio- de terrreno, de modo que puedan utilizar todos los
na la orden que dio Joffre el 25 de Agosto, ó sea á obstáculos para detener la marcha del enemigo por
continuación de lo de Charleroi, y que dice así: medio de contraataques cortos y violentos, en los
«No habiendo cuales el princi-
podido ser ejecu- pal elemento
tada la manio- será la artille-
bra ofensiva que ría, ó al menos
proyectábamos, para retardarla.
las operaciones » Firmado,
ulteriores serán .1. JOFFKE»
encaminadas á
reconstituir en Como se ve,
nuestra izquier- desde el día 25
varía á la práctica así que se presentase una ocasión bate la establecería según lo aconsejasen las circuns-
favorable. La retirada era, pues, una maniobra de tancias: junto al Mame, ó más abajo, junto al Sena.
o
Joffre y no una derrota.
Para asegurar su realización resultaba indispen- El mariscal French, en el informe á su gobierno
sable que la defensa móvil de la plaza de Verdún, ya citado, da cuenta de las diversas variaciones que
que servía de base á todo el movimiento de
la línea el generalísimo tuvo que hacer sufrir á su plan, se-
y tenaz, en sustitución del general Ruffey, otro de Del mismo modo, al Este el l. ei cuerpo que se re-
los destituidos por su desgraciada actuación en la tiraba hacia el Sur, al atravesar otra región de mu-
batalla del 23 de Agosto. Mientras Sarrail operaba en cho bosque, sostuvo un serio combate de retaguardia
a
Verdún, los ejércitos de Castelnau y Dubail se man- en Villers-Cotterets, en el curso del cual la 4. briga-
tendrían firmes en Lorena y los Vosgos como muros da de la Guardia sufrió considerablemente.
a
de acero. La retirada inglesa estaba cubierta por la 3. y
a
El plan de Joffre necesitaba dos apoyos, dos firmes 5. brigada de caballería.
a
pilares para el sostén de su línea de fuerzas: á la Al Sur del Somme, el general Gouth, con la 3. bri-
izquierda el campo atrincherado de París; á la dere- gada de caballería, rechazó á los huíanos de la Guar-
cha el campo atrincherado de Verdún. Lo importante dia imperial, infligiéndoles pérdidas considerables. El
a
era contar con los dos apoyos. Luego la línea de com- general Chetwoode, con la 5. brigada de caballería,
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 523
encontró cerca de Cerizy las columnas alemanas vi- rellenar los vacíos en las filas y reforzar y consolidar
niendo del Este y dirigiéndose hacia el Sur. Nuestros las unidades.»
o
jinetes desbarataron á estas columnas. El regimiento
alemán que marchaba á la cabeza, sufrió pérdidas El redactor de Le Temps, de París, M. Thiébault-
para unos soldados acostumbrados á las distancias modo de vivir con toda opulencia sin que lo critico de
relativamente cortas de su archipiélago natal, y los las circunstancias les hiciese perder su calma habi-
ingleses manifestaban al conversar con los campesi- tual, y la energía de sus jefes para combatir el es-
Algunas unidades inglesas, á causa del completo ticos de los ingleses, que contrastaban con la indu-
desconocimien- mentaría algo
to del terreno anticuada del
y de su ignoran- ejercito francés
cia del idioma al principio de la
francés que les guerra, añade:
hacía incurrir
en equivocacio- «Sus cañones
nes al pedir in- cortos y robus-
tudes asustadas. Ante los informes recogidos esta ma- constituido las etapas de nuestras tropas y las de los
ñana, he confrontado las observaciones hechas por ingleses; he seguido paso á paso su marcha y estoy
mí personalmente durante los últimos tres días, y de convencido de que una razonada voluntad ha dirigido
el plan que ingleses y france-
das. De
esta reunión, celebrada á las siete de la tar- de enviaros con mi propia dimisión las de todos los in-
de haber conferenciado con varios personajes ilustres respetada por todos; Millerand, personaje civil que
para asegurarse su concurso, Viviani visitó al Presi- había trabajado como nadie por el desarrollo del ejér-
dente, dándole cuenta de la constitución del gobierno cito; el inteligente Delcassé, fino diplomático, que
nacional en la siguiente forma: con sus trabajos internacionales en busca de nuevas
alianzas había sabido crear el aislamiento en torno
Presidente del Consejo sin cartera. Viviani. del Imperio alemán, hasta el punto de que el gabinete
Ministro de Justicia y vicepresidente de Berlín exigió de Francia que le excluyese para
del Consejo Briand. siempre de todo gobierno. Además, el socialismo daba
Negocios Extranjeros Delcassé. al gabinete sus dos personalidades más ilustres des-
MAN1FESTACIÓN EN PARlS Á UN GRUPO DE SOLDADOS BELGAS QUE OCUPAN UN AUTOMÓVIL (fot. MeurisBe)
encima del peligro, mantenernos dueños de nuestros camente. En medio de las desgracias ciertas que
destinos. Mientras nosotros luchamos, nuestros alia- llovían sobre el país, el gobierno hizo una afirma-
dos los rusos marchan con paso decidido hacia la ción consoladora al repetir los informes de Joffre:
capital de Alemania, que la ansiedad empieza á do- En un momento determinado, escogido por el general
minar, é infligen múltiples reveses á sus tropas, que en jefe, nuestro ejército volverá á tomar una vigorosa
se repliegan. ofensiva.
Nosotros pediremos al país todos los sacrificios, Con noble lealtad, después de formular estas espe-
todos los recursos que pueda proporcionar en hombres ranzas, gobierno no ocultaba lo mucho que iba á
el
ayudada por medidas oportunas financieras y admi- «Todos los franceses deplorarán el abandono mo-
nistrativas, no quede sus- mentáneo de las porciones
sumir la situación del siguiente modo, con arreglo á El príncipe Adalberto, general alemán, ha recibi-
las noticias que había recibido: do la muerte en este combate. Su cadáver ha sido
transportado á Charleroi.
«Al Oeste del Mosa. —Las
tropas franco-inglesas es- Nuestro ejército, tranquilo y resuelto, seguirá lu-
taban en línea detrás de Givet. Para ganar esta posi- chando. Sabe lo que representa su esfuerzo. Sabe que
ción habían tenido que combatir mucho, manteniendo lucha por la civilización.»
á distancia al enemigo y acabando por paralizar su
ofensiva. Durante la gran batalla del Sambre, algunos ofi-
Al Este del Mosa. — El ejército de Langle de Cary, ciales franceses de los más
jóvenes, subtenientes re-
después de empezar su retirada había contraatacado, cién salidos de la Escuela de Saint-Cyr, realizaron
como ya dijimos, con éxito, impidiendo á los alemanes una hazaña tan heroica como inútil, una valentía que
el paso del Mosa. Especialmente el 6.° cuerpo causó recuerda los actos gallardos de D'Artagnán y sus ca-
á éstos grandes pérdidas del lado de Virton. Pero maradas los tres mosqueteros. En la guerra moderna
como los
planes los combatientes
pero esto servía únicamente para retardar un poco la más Cirano de Bergerac. Así, Mamantes y vistosos,
marea alemana que lentamente iba cubriendo todo el cargaron contra los alemanes grises. Casi todos que-
suelo que los aliados dejaban á sus espaldas. daron heridos. Algunos murieron en el mismo campo
Situación general. —
A pesar de las enormes fatigas de batalla, de un balazo en la cabeza. Hay que decir
— —
decía el gobierno francés impuestas á nuestras que muchos de ellos eran aficionados á la literatura y
tropas por los tres días consecutivos de combates en escribían versos.
o
el Sambre, y á pesar de las pérdidas que han sufrido,
su moral es excelente y sólo desean continuar la Ya indicamos los incidentes militares más impor-
lucha. tantes de la gran retirada de los aliados.
En jornada de anteayer el hecho más saliente
la Los ingleses,26 de Agosto, estando en la línea
el
fué el choque formidable de nuestros tiradores arge- Cambrai-Landrecies-le Cateau, sostuvieron un com-
linos y senegaleses con los regimientos tan reputados bate encarnizado que vino á completar lo que French
de la Guardia prusiana. Nuestros soldados africanos llamó la «batalla de los cuatro días». El cuerpo inglés
se arrojaron sobre esta tropa sólida con una furia in- luchó con dos cuerpos de ejército alemanes y diez re-
descriptible. La Guardia sufrió mucho en este com- gimientos de caballería. El éxito quedó indeciso, pero
bate que degeneró en un cuerpo á cuerpo. como la táctica de los ingleses era continuar la reti-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 5d1
HUÉRFANOS DURMIENDO BN UNA ESTACIÓN DONDE SB LES SUMINISTRARON SOCORROS (Fot. Meurisse)
loque habían podido recoger en su precipitada huida. abandonando todo lo que alegraba y sostenía su exis-
Afluían hacia el centro de Francia fugitivos de tencia:
do que llevan á la espalda. Allí están formando pe- — Han fusilado al alcalde.
queños grupos: las mujeres y los niños de una misma —También han fusilado á mi marido porque era
familia descansan sentados sobre los montones de guarda campestre.
paja; los hombres, todos viejos, permanecen de pie,
— ¿Y cuándo ocurrió todo eso?
con las manos vacías y colgantes. —¡Ayer!
Todos los rostros están como atontados. Los ojos, Esta palabra me sacudió con un estremecimiento.
muy abiertos, aparecen llenos de estupor. Había sido ayer y no en otros tiempos, en otros si-
Hace ocho días estas gentes poseían un hogar, glos. Se había desarrollado allí cerca, junto á nos-
muebles, animales, cosechas. Y ahora nada tienen. otros, y no eu remotos países. No podía creerse que
Se les ha robado, se les ha despojado, les han incen- aquello fuese cierto, que estos hechos hubiesen podi-
diado sus casas. Huyeron. Los recogieron los nues- do ocurrir ayer. Era una visión de la Edad Media, de
tros y los encaminaron de una en otra ciudad, y hoy la más lejana, del tiempo délos hunos, cuando pobla-
están en Chartres para marchar esta noche más lejos, ciones en masa huían ante los feroces jinetes vestidos
hacia el Oeste. con pieles de
Esta es la gue- animales. ¡Y sin
rra tal como se embargo, había
hacía mil años sido ayer!
atrás. — ¡Señor, un
— ¿Incendia- poco de leche
ron vuestras ca- para mi peque-
sas? ño!
— Si, las in- — ¡Tengo ham-
cendiaron, aun- bre!
se lo llevaron rampión.
todo? No podía re-
— Cuando les primirme más.
pedimos que nos Había resistido
provisiones y en cuanto las agotan vuelven otra vez, Aquí termina el relato de las miserias que vio
sin pensar en otra cosa, sin mirarse... Y están sofoca- Brieux en la estación de Chartres.
das por el calor y el ejercicio, las mejillas muy rojas; El autor de la presente obra pudo ver algo más
los bonetillos se torcieron, los cabellos se desrizaron, que las muchedumbres en fuga. Vio los campos, des-
pero vedlas encantadoras y admirables, brillando en pués de pasar por ellos la invasión alemana; vio los
sus ojos la ternura, la emoción, la maternal solicitud. pueblos, maltratados á la vez por los horrores ciegos
.
..Entonces, de la guerra y
sobre el inmenso por la destruc-
lecho de paja, ción voluntaria
aquellos desven- y consciente de
turados comen- un enemigo que
zaron á comer, emplea la cruel-
sentados, silen- dad metódica
ciosos. Y mu- como un medio
chos, cuyos ojos legítimo.
habían perma- Después de la
necido secos victoria del Mar-
hasta entonces, ne visité gran
rompieron á llo- parte del terre-
rar, llorando no en que se ha-
esas lágrimas bía desarrollado
abundantes que el inmenso cho-
no merecen en- que. Las huellas
jugarse. de la gigantesca
Yo permanez- batalla aun es-
co de pie y los taban recientes.
veo á todos. Me Lasvíctimasque
resisto á creer á sobrevivieron á
mis ojos. La las atrocidades
misma exclama- délos invasores,
ción acude á DAMAS DE CARIDAD SIRVIENDO CAFÉ A LOS IIHR1DOS conservaban
todos los labios. frescos sus do-
Aquello es la huida ante las hordas bárbaraf... Y lorosos recuerdos. ¡Una visión horrible que no olvi-
he aquí que todos estos desventurados que tengo daré nunca! Después de recorrer un pedazo de Fran-
delante de mí han visto con sus propios ojos el sa- cia cubierto de ruinas y cadáveres, escribí lo si-
queo, el incendio de todo lo suyo, y cuando se colmó guiente:
eldesastre, cuando se perdió toda esperanza, huye-
ron espantados, horrorizados, sin más bagaje que sus «Acabo de regresar á París después de una excur-
pequeñuelos. Y comenzó el éxodo; nada más que mu- sión de algunos días por las inmediaciones del vasto
jeres, niños y ancianos. Los hombres válidos estaban campo de batalla.
en las filas, incorporados hace tiempo. Estas pobres Con lo que he visto, y con ayuda de las habilida-
gentes que estaba yo mirando habían caminado seis des de novelista, podría confeccionar una descripción
horas seguidas. Sus orejas no habían oído más que el interesante y falsa del enorme combate, ofreciéndo-
estampido de los cañones y el llanto de sus hijos lle- me á la admiración de los lectores como testigo pre-
nos de terror. Después de la primera hora de marcha sencial de la caída de los obuses, de las cargas á la
hubo que hacer descender á los niños ya mayores, que bayoneta, del galope aplastante de miles de caballos.
hasta entonces habían podido llevar sobre los hom- Otros han dicho más habiendo
visto menos, pues no
bros. se aproximaron de
al teatro
la guerra.
Me mostraron á estos niños y vi á uno que estaba Lo que he podido presenciar no tiene «brillo»,
con los pies descalzos. pero resulta interesante, con el interés sano de lo
—
¿Por qué va así? verdadero. Después de un viaje algo penoso para ir
&36 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
al encuentro déla guerra, no he podido ver la guerra. ¡El avance por un país en ruinas, que
invisible!...
No me han dejado pasar adelante (1). Pero he visto hace semanas fué del invasor y ahora no tiene otros
sus espaldas, como si dijéramos los departamentos franceses que los que visten uniforme!
del lado del corral, donde tienen asiento los bajos Los caminos están destrozados, con profundos re-
menesteres de la vida. No pude admirar la grandiosa lejes abiertos por la pesadez rodante de las piezas de
Tuve que contentar-
é imponente fachada del edificio. artillería; pateados, deformados, desmenuzados bajo
me con que me dejasen ver las cuadras, las cocinas el incesante roce de millones de suelas y millones de
y otras depen- herraduras. A
dencias de la trechos un em-
parte de atrás. budo abierto en
¡El viaje lento el suelo, que cor-
y salpicado de ta el camino,
peligrosos inci- rompiendo ydes-
dentes, á lo lar- moronando sus
go de la línea de bordes. Es la
batalla, aparta- huella del esta-
do sólo de ella llidode un obús,
algunos kilóme- semejante á un
tros,oyendo el cráter negro y
remoto y conti- apagado. En el
nuo trueno de fondo de este
una tempestad agujero en decli-
El autor, algún
ve, que á veces
(1)
tiene dos metros
tiempo después, fué
autorizado por el go- de profundidad
bierno de Francia para
recorrer todo
por cuatro ó cin-
el frente
de la guerra,viviendo co de anchura,
muchos días en las duerme el férreo
trincherasyen el cuar-
°
demonio con las
tel general del 5 ejér-
cito.— (Nota de loa Edi- TUMBA DB UN SOLDADO FRANCÉS. LA MOCHILA CON SU NOMBRE ESTÁ AL PIE entrañas toda-
tores.) DB LA CRUZ (Fots. Rol) vía repletas de
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 537
explosivo. Una casualidad fatal podría despertarlo, vínica lápida, que servirá parala identidad de los ca-
Otras veces su envoltura de acero se ha esparcido dáveres cuando la piedad de las familias pueda ir en
hecha trizas en un radio de centenares de metros, busca suya, los enterradores han dejado sobre la cruz
Aquí un caballo muerto; más allá fusiles rotos; for- el kepis, el casco ó el fez rojo del muerto. Además la
nituras militares abandonadas y ennegrecidas por mochila, que guarda escrito su nombre, está al pie
la lluvia; hierros que empiezan á oxidarse; correas de la tumba, como en los enterramientos medioeva-
que se encorvan como serpientes. les descansa el escudo de batalla junto á la estatua
Al pie de un del caballero de
árbol ó junto á mármol.
un seto vivo, pe- Algunas ve-
queños montícu- ces los kepis y
los de tierra obs- las mochilas for-
cura que dela- man círculo en
tan la fresca re- torno de la rús-
moción; unos, tica cruz. Son
anónimos, con doce, son vein-
sólo dos ramas te. Varias capas
enformadecruz; de muertos su-
otros, con cier- perpuestas están
tos vestigios de debajo de la del-
adorno silves- gada sábana de
tre, hojarascas tierra. Sopla el
cia. Nada temen. Pero apenas oyen en el camino in- rrones de las paredes medio caídas se ven piezas
mediato ruido de un carruaje ó el paso de un cami-
el abandonadas, con los muebles en desorden ó medio
nante, huyen todos en tropel, heridos y sanos: unos ocultos bajo la avalancha de escombros. Los tejados
al galope, otros cojeando,con los estribos serpentean- no existen. Todas las casas están descaperuzadas, y
tes junto al vientre ó llevando á rastras las correas la cumbre de sus muros, asi como el borde de sus
rotas que sirvieron para tirar de carromatos y ca- puertas y balcones, tienen una aureola negra de ho-
ñones. llín de incendio.
¡El monstruo se acerca! ¡El ser demoníaco que ¡Los alemanes han pasado por aquí!... Y lo que no
marcha sobre dos hicieron los inva-
patas! Nunca vol-
. . . sores por falta de
verán por su vo- tiempo, tuvo que
luntad á pactar con hacerlo después,
este dueño, al que forzosamente, la
admiraron en otro artillería francesa
puntos en el momento
que sonó la voz de alar-
ma anunciando la proxi-
midad de los alemanes.
Ella no quiso huir y dejó
que los suyos escapa-
sen, sin ningún deseo de
seguirlos. Ochenta años
de vida sobre el mismo
suelo y bajo el mismo
cielo,como una roca,
como un árbol, no tole-
ran los desplazamientos ASPECTO DB UNA CALLE DB SOISSONS DESPUÉS DE LA BATALLA. DOS VECINOS QUITAN
tardíos. LOS ARNBSH8 Á UN CABALLO MORIBUNDO (Fots. Menriaae)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 541
— ¡He visto tanto!— murmura- ¡He visto tanto en del bombardeo y del incendio escondidos en cuevas.
mi vida!... Tiemblan cuando se les hace recordar lo ocurrido.
Jamás salió del pueblo; pero la proximidad de la Muchos de ellos tienen individuos de su familia debajo
muerte le proporciona una de los escombros. Otros
noción exacta del hombre ignoran la suerte de sus
y sus pasiones. Nada pue- parientes.
de causarle extrañeza. — Á mi marido, señor,
Conoce bien al ser huma- lofusilaron los huíanos.
no y lo que vale. — Mi hermana ha des-
Otros supervivientes de aparecido.
la catástrofe van salien- — Mi madre fué destro-
do á la luz, atraídos por zada por un obús mien-
la trompa del automóvil tras daba de mamar al
TUMBAS ALEMANAS. BN UN LADO DB LA TABLA FIGURA BL Nl'MBRO DE CADÁVERES ñas, donde cada dos me-
enterrados: 300 tros de terreno se hallan
(Fot. Fraudo
,T.
^SHHHnnHi
LOS ALEMANES QCBMANDO SUS MUERTOS (Dibujo d6 The Illuttrated London Neto*)
vadas cuidadosamente por los alemanes, porque ya ¡El hombre! ¡El demonio que vuelve en su busca
las creían suyas—, los bomberos han tenido que en- para obligarlos á intervenir de nuevo en sus malda-
fundarse en las mismas escafandras que les sirven des!... No; ya saben bastante, lian visto mucho y
para los incendios. El hálito de la muerte al por ma- guardan el recuerdo. Se sienten orgullosos de ser ca
yor, una exhalación de cinco mil cadáveres reunidos, ballos. No quieren más relaciones con seres brutales
es más temible que el fuego. de una animalidad inferior.
o
Y los caballos
siguen corriendo por la llanura de- En su marcha hacia Paris
alemanes distinguie-
los
solada, contentos de su libertad salvaje, temerosos de ron con su ferocidad encarnizada á ciertas pobla-
que alguien pretenda curar sus heridas. ciones.
644 VICENTE BLASCO ¡BAÑE2
avivaron por medio de gran-
des bolas de algodón impreg-
nadas de petróleo ó proyec-
tando chorros de este mismo
líquido con aparatos especia-
les. El incendio fué tan vio-
lento, que en algunos sitios
aun late oculto debajo de las
ruinas. Después de transcu-
rridos quince días todavía se
nota en el ambiente un hedor
de pezuñas quemadas, proce-
dente de los animales que pe-
recieron entre las llamas.
Estos mismos incendios,
metódicamente organizados y
cuidadosamente fomentados
durante varios días con gran-
des refuerzos de líquidos infla-
BL ALCALDE DE SENLIS, MR. ODBNT, FUSILADO POR LOS ALEMANES, V LA TUMBA DONDE mables, se encuentran igual-
FUÉ ENTERRADO CON LOS PIES FUERA mente en todo el valle del
Oise y todo el valle del Aisne,
Entre las más cercanas á la capital que cayeron allí donde los prusianos, luego de considerarse dueños
en poder de los invasores, Creil y Senlis fueron objeto de la región, se vieron obligados á defenderse.
de una cruel distinción. Las tropas del kaiser se en- En Senlis la lucha entre alemanes y aliados fué
sañaron con ellas, hasta el punto de que muchos lla- tenaz. El 2 y el 3 de Septiembre los franceses é in-
maron á estas dos poblaciones las «Lovainas fran- gleses defendieron con violentos combates un trián-
cesas.» gulo de terreno cuyo vértice era Senlis, teniendo por
El 2 de Septiembre los alemanes las bombardea- base Grepy y Nanteuil-le-Handouin. Cuando los ale-
ron sin motivo alguno, por el deseo únicamente de manes que ocupaban Compiegne descendieron en ma-
hacer daño, cuando ya no quedaban en ellas fuerzas sas compactas avanzando entre Villers-Cotterets y
adversarias que se opusieran á su avance. Senlis sobre una línea de 36 kilómetros, fué en este
Creil y Senlis quedaron convertidas en montones triángulo donde encontraron la principal resistencia.
de ruinas. En los dos caminos que conducen á Senlis desde
Un periodista que visitó estas dos poblaciones Crepy y Nanteuil, se encuentra á cada paso el testi-
pocos días después de su destrucción, ó sea al reti- monio: árboles astillados ó cortados, amplios embu-
rarse los alemanes á consecuencia de la derrota en dos abiertos en el suelo por los grandes proyectiles
el Marne, describió del si-
alemanes, tumbas colectivas donde reposan grupos taguardia pequeños grupos que destruían los puentes
numerosos de combatientes, uniformes y caballos á y oponían una última resistencia, para hacer más
medio carbonizar esparcidos en el suelo. lento el avance del enemigo. Los alemanes fingieron
Después que los aliados tuvieron que batirse en como de costumbre ignorar que esta hostilidad proce-
retirada el día 3, el rencor de los alemanes se en- día de tropas regulares, y la atribuyeron á los inofen-
sañó en Senlis espe- sivos habitantes del
cialmente, procedien- país, procediendo á su
do á su destrucción. fusilamiento.»
En Creil la cuarta
El choque entre Com-
parte del caserío fué
piegne y Senlis fué el
incendiado, con el mis-
último combate que se
mo método refinado que
libró antes de la bata-
Senlis. Toda la calle de
lla del Mame, entre la
Gambetta, que va des-
izquierda anglo- fran-
de el Oise á la estación
cesa y las tropas de
del ferrocarril, no es
Yon Kluck, (|ue avan-
más que un amontona-
zaban días y días ve-
miento de ruinas cal-
lozmente, pretendien-
cinadas. Sin duda los
do envolverla.
alemanes mataron aquí
El mariscal Frenen,
menos que en Senlis.
cu su relación de las
En Senlis fueron fusila-
dos por ellos 6o habi- operaciones dirigida al
alemanes intentaron un
esfuerzo supremo para
envolvernos, lo que dio
por consecuencia una
acción muy ruda en las
cercanías de Compiegne.
La 1. a brigada de ca-
ballería británica y la
a
4. brigada de la Guar-
dia tomaron parte espe-
cialmente en esta ac-
ción, que se terminó de
un modo favorable á las
tropas británicas.
El ataque de los ale-
manes, llevado á cabo
con extraordinario vi-
gor, sólopudo ser recha-
zado después que hici-
mos en sus filas una gran
matanza, tomándoles
además 10 de sus caño-
nes. Este choque enor-
me fué sostenido por la UNA CALLE DE SENLIS DESPULS DEL BOMBARDEO (Fot. Meuri-de,
VI
Estos éxitos parciales de los aliados únicamente
servían para retrasar un poco la persecución alema- La situación de —
dos ejércitos. El gobierno fran-
los
na. La situación resultaba angustiosa para Francia. cés se traslada á Burdeos. —
El general Gallieni
Los invasores estaban ya casi á la vista de la defensor de París.
capital.Algunos grupos sueltos de huíanos, avanzan-
do audazmente, caían prisioneros de las avanzadas Los alemanes daban ya como indiscutible su vic-
del campo atrincherado de París. toria.Los diarios de ultra-Rhin esperaban de un mo-
mento á otro el aviso
mentar en el Diario de
Ginebra el comunicado
francés del 30 de Agos-
to, hacía observaciones
alemanes avanzaban de
victoria en victoria Pero.
de está la exageración. Parece, una vez más, que el cito en este punto del frente. Las fuerzas enemigas
ejército francés se halle dislocado, y que esté abierto ante ellos son las de los generales Yon Kluck, Bulow
el camino de París según dicen los comentaristas de y Hausen, y deben ser cuando menos seis cuerpos de
la prensa alemana. Y esto no es verdad. Está ame- ejército, si no son porque es probable que Yon
siete,
nazado, pero no abierto. La línea francesa, aunque Kluck tenga más de dos cuerpos á sus órdenes.
adoptando una forma defensiva, no está rota; sus ele- Parece además que los alemanes hacen un vigo-
mentos combatientes conservan, á pesar de todo, su roso esfuerzo para apoderarse del punto de apoyo del
enlace. Todo depende de las tropas de refresco con ala derecha francesa: Belfort. Noticias particulares
que puedan contar los
beligerantes. Ninguna
información tengo sobre
el particular. Lo único
yas consecuencias no
han tocado completa-
mente todavía.
Reconociendo los gran-
des progresos consegui-
dos por el ejército fran-
cés duran te estos cuaren-
ta años, creen sin em-
CASAS DB SBNLIS DKSTIUÍDAS l'llli BL BOMBARDEO Y BL INCENDIO (Fots. Rol)
bargo haberlo manteni-
550 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
«Franceses:
y lo que se dice en sus conversaciones, resulta mani- nación y por la reparación del derecho violado.
fiesta la persuasión de que iban á entrar en Francia
con la misma facilidad, cuando menos, que en 1870.
Y esto no es así. Estamos en el 29." día de la movili-
y francés.
ejércitos aliados, inglés, ruso, belga
Durar y combatir mientras que los ingleses nos
ayudan en el mar á> cortar las comunicaciones de
nuestros enemigos con el resto del mundo.
Durar y combatir en tanto que los rusos continúan
su avance para dar en el corazón del Imperio alemán
un golpe decisivo.
Al Gobierno de la República le corresponde dirigir
esta porfiada resistencia.
Los franceses defenderán en todas partes su inde-
pendencia. Pero para dar á esta lucha todo su esfuer-
zo y toda su eficacia, es indispensable que el Gobierno
permanezca libre de acción.
A instancias de la autoridad militar, el Gobierno
traslada momentáneamente su residencia á un punto
del territorio desde el cual puede mantener constan-
tes relaciones con todo el país.
BN AUTOMÓVIL PARA VISITAR Á LOS EJÉRCITOS ministro sin cartera, Julbs Gubsdb.>
552 VICENTE BLASCO IliAÑEZ
Á las once de la noche el presidente Poincaré con Podía temerse que las prudentes razones alegadas
Viviani y los demás miembros del gobierno salieron por el ministerio fuesen mal comprendidas ó torpe-
de París por la estación de Auteuil, dirigiéndose á mente interpretadas, y que la sorpresa se tradujese
l'NA PUERTA DE PARÍS CON LAS VERJAS CERRADAS, QUEDANDO SOLAMENTE ACCESIBLE UN POSTIGO Á LA IZQUIERDA
pueblo de París:
losaviadores alemanes
buscando una intimida-
ción que resulta ridicu-
la, sin dejar de ser bár-
bara.
Cada dia, en el presun-
to momento de la visita
de esos aviadores, se ven
nuestras calles y nues-
tras plazas invadidas
por una multitud valero-
sa y burlona que acude
á presenciar, en el azul
del cielo, el paso coti-
diano del pájaro sinies-
tro. Es la diversión pre-
ferida por los parisien-
ses y las parisinas. Se
sabe de sobra que el
taube no tendrá ningún
escrúpulo en lanzar sus
bombas sobre las mu-
jeres y los niños. Esas
aves de presa de que se
Eli GENERAL GALL1BNI PASANDO REVISTA Á LAS SOCIEDADES DE PREPARACIÓN MILITAR DE PARÍS
rodea el kaiser no sien-
(Fot. Rol)
ten las delicadezas ca-
ballerescas que impedían á los gentileshombres de y de esas obreras que con su valerosa ironía y su
antaño el atacar á los pequeños y á los débiles... alegre temeridad se divierten en mofarse de esa van-
Pero á pesar del peligro que paternalmente señalan guardia de terribles artefactos con que Guillermo II
los agentes de policía, la multitud no consiente en se propone sembrar entre nosotros espanto y la
el
dispersarse ni en resguardarse bajo techado. Uno devastación. Las amenazas de este terrorista
rapaz
de los recuerdos más netamente pintorescos de esta y sanguinario, digno heredero de los lejanos devas-
guerra será sin duda el espectáculo de esos obreros tadores de Brandemburgo, no asustan á persona al-
guna en París.
Durante la noche es
edificante el espectáculo
de nuestra capital. Bajo
los monumentales arcos
de los puentes, que ya
no alumbran los focos
eléctricos, el Sena refleja
la pálida luz de la luna
TRINCUBRA CON PARAPETO DB ADOQUINES ABIBKTA HN UNA DB LAS PUBRTAS DB PARÍS (Fotf. Mearlaaa)
558 VICENTE BLASCO IBANEZ
ponen nuestras voluntades y nuestras esperanzas. proclama. Acostumbra á hablar muy poco; pero en
El jefe ha hablado, y cada uno ha respondido ocu- cambio es pródigo en hechos. En su admirable vida
militar ha actuado siempre como entusiasta y devoto
pando su puesto en el combate.»
servidor de la patria. Es una encarnación del Deber
con su severa belleza.
La persona del general Gallieni volvió á gozar los Podemos confiar en él puesto que es un verdadero
honores de una inmensa popularidad después de al- jefe. Lo prueba el laconismo de su proclama, donde
gunos años de silencioso retiro. El famoso conquista- no hay más que una promesa, pero que contiene
dor y administrador del imperio colonial francés en cuanto de él esperábamos.
África, había permanecido durante los últimos tiem- Observad en los retratos del general Gallieni su
pos en una obscuridad voluntaria. La guerra, movi- gesto enérgico y reflexivo á la vez. Detrás de los len-
lizando todas las fuerzas del país, llamó de nuevo á tes reflejan los ojos la calma de un pensamiento dueño
EL GENERAL GALLIENI REVISTANDO ISA SECCIÓN DE CICLISTAS DE LAS SOCIEDADES DE PREPARACIÓN MILITAR
la actividad á esteveterano glorioso, hombre inflexi- siempre de sí mismo y en el que es habitual la de-
ble de acción, parco en palabras, incansable para el cisión bien meditada, la voluntad firme, no aquella
estudio, y de una energía tenaz y aparentemente que solamente tiene vehemencias, sino la que per-
glacial. dura, porque anticipadamente previo todas las even-
El escritor Paul Ginesty trazó un admirable re- tualidades. Un rostro marcadamente militar, pero
trato del antiguo héroe de África, que reaparecía
para en el que parece leerse la concentración del recogi-
el organizador de este dominio colonial de Francia. bles. Una batalla como la de Diana, bajo los muros
Había estado preparando su misión en el mayor silen- de la Mahmadou Lamine, que
última fortaleza de
cio. Ya se sabe cómo la cumplió y con qué método acabó para siempre con el poderío de este jefe indíge-
tan admirable. na, es un prodigio de temeridad, teniendo en cuenta
No es el general Gallieni de aquellos respecto á el puñado de hombres de que disponía solamente el
los cuales hay que evocar «anécdotas». Tiene toda la jefe de la expedición frente á los millares y millares
discreción de un espíritu serio. Cuando fué necesario de fanáticos. Pero esta arrogante acometida había
que el público conociese sus expediciones al Sudán, á sido preparada prudentemente, calculándolo todo,
fin de que se enterase de las regiones por
él conquis- combinando exactamente el encuentro de las colum-
tadas, escribió un relato sobriamente, claramente, nas dirigidas hacia Diana.
esforzándose todo lo posible por hacer resaltar los Cuando Víctor Duruy, el gran historiador, leyó el
sacrificios de sus compañeros de armas, olvidándose comunicado de estas operaciones cuyo éxito se debia
de él, el jefe, para insistir respecto á la abnegación y á una resolución inquebrantable, exclamó, recordan-
audacia de los más humildes. Se advierte en él la sed do unas palabras famosas:
de justicia para todos. Cuidando por que los obscuros — ¡Oh qué soldado tan valiente!
pero valerosos tiradores senegaleses, con los cuales El general Gallieni era subteniente de infantería
habia franqueado inmensas etapas, tuviesen su parte de Marina en 1870; se ganó en África las charreteras
de gloria después de haberla tenido de sufrimientos, de coronel, estuvo en el Tonkín mandando el 2.° re-
los citó en su relato. No hay nada que indique tanta gimiento de la legión extranjera, dejando en todas
distinción intelectual como este cuidado de poner de partes admirables recuerdos, mostrando el mismo vi-
manifiesto el mérito de cuantos mandaba en una obra gor, la misma firmeza en la hora decisiva, precedida
cuya responsabilidad le correspondía por completo, de una reflexión que le facilitaba vencer todos los
citando á todos y olvidándose constantemente de él. obstáculos.
Si el general Gallieni, conquistador colonial, no Sobrellevaba silenciosamente, según su costum-
se presta á la anécdota, en cambio su nombre recuer- bre, la herida del año terrible,
y pensaba siempre en
da, desde mucho tiempo, verdaderas epopeyas en la gran guerra que acabarían por imponernos algún
África, combates maravillosos de intrepidez con fuer- día. La había mirado seriamente, poniendo en función
zas increíblemente desproporcionadas; marchas vic- todos los recursos de su pensamiento activo y pene-
toriosas á pesar de obstáculos que parecían invenci- trante.
560 VICENTE BLASCO 1BAÑE2
UN CONVOY DB FORRAJE PARA LOS GANADOS ENCERRADOS EN EL BOSQUE DE BOLONIA A FIN DE ABASTECER DE CARNE
Á PARÍS EN CASO NECESARIO (Fot. Meurisse)
París tiene fe en él. París está seguro de una efi- describir la batalla del —
Ourcq una de las fases de
caz defensa al dirigirla un hombre como el general la serie de batallas condensada con el título gene-
Gallieni. Ha pasado una parte de su vida batién- ral de batalla del Marne — resume del siguiente
,
dose con los bárbaros. Ahora va á detener á otros modo, claro y conciso, todas las operaciones que
bárbaros, rechazando su invasión. El general cono- precedieron á este hecho histórico.
ce esto perfectamente.»
La primera semana de
Septiembre fué la sema-
na de la gran angustia
de París, amenazado por
el avance fulminante de
los alemanes.
La segunda semana
iba á presenciar el gran
desquite de los france-
ses.
Vil
«Después de Chaklekoi. — Todo el mundo sabe raron en él el 4." cuerpo de ejército y la 45." división
de reserva procedente de Argelia.
que las primeras operaciones de la guerra actual nos
fueron desfavorables, y dieron como consecuencia El 2 de Septiembre, por orden del ministro de la
una serie de fracasos, del 21 al 24 de Agosto, á causa (íuerra, el campo atrincherado de París quedó bajo
de la batalla de Charleroi, perdida por nosotros. las órdenes superiores de Joffre como general en
Habíamos empezado la campaña con cinco ejérci- jefe, para que le fuese posible utilizar en caso de
tos. Los dos primeros permanecieron en Lorena, en necesidad su guarnición móvil en las operaciones
los Vosgos y en Baja Alsacia. Los otros
la tres se de los ejércitos de campaña.
trasladaron á Bélgica, á partir del 15 de
Agosto, y fueron reforzados el 20 en
Mons y sus alrededores por el ejército
expedicionario inglés, compuesto de tres
cuerpos y una división de caballería.
Cuandoel general Joffre, comandan-
general Maunoury. Este ejército estaba compuesto del en la región Norte del campo atrinche-
cito se situó
a
7." cuerpo de ejército (disminuido de la 13. división) rado de París, estableciendo su cuartel general en
y de cinco divisiones de reserva, una de las cuales Ecouen.
a
reemplazaba á la 13. división ausente. Además figu- El retroceso al Sur del Somme.— Por su parte,
Tomo II 70
662 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
dirigió á sus ejércitos una instrucción general el motivada, como ya dijimos, por un movimiento in-
1.°de Septiembre, indicando el retroceso que debían esperado del enemigo. La derecha envolvente de los
seguir efectuando hasta la línea Bray-sur-Seine, No- alemanes, mandada por Von Kluck, que marchaba
gent-sur-Seine, Arcis-sur-Aube, Vitry-le-Frangois y rectamente sobre París, torció su rumbo en la noche
la región Norte de Bar-le-Duc. del 3 de Septiembre y la mañana del 4, dirigiéndose
El 2 de Septiembre el general en jefe completó sus hacia el Sudeste.
instrucciones de la víspera con una nota en la que Este movimiento avanzó unos cuantos días la ba-
explicaba que la finalidad de este nuevo movimiento talla preparada, é hizo que se desarrollase en las ori-
de retroceso era para sustraer los ejércitos á la pre- llas del Marne.
reorganizasen y fortificasen en una zona final de re- manes después de Hindemburg, se arrojó con los ojos
pliegue limitada al Sur por la línea de Pont-sur-Yonne, cerrados en la trampa que había preparado Joffre en-
Nogent-sur-Seine, Arcis-sur-Aube, Brienne-le-Cha- tre París y Verdún.
teau y Joinville. Su conducta resulta sin embargo explicable vista
Los ejércitos, una vez establecidos en esta línea,
se completarían con los envíos de los depósitos, y
solamente entonces pasarían á la ofensiva en toda la
extensión del frente, con el concurso del ejército in-
, linde ^'0.A^ BERE f
~¿ -í'oFurnes-O' Thielt
F de Dnmont
F de Cnrmeilles
(iA— F.
^ — — —"^ ~~ @& —
dé Fr.mconville F. dc Monhgnon F de Moinmorcncy
P de Monlmogn
\
y@k
^F^dJEeoiu^i^
de acuerdo con las prescripciones del arte de la esto sólo podíaconseguirse el retrasar por breve
guerra. tiempo de la capital. El gobierno
la inevitable caída
Es cierto que París estaba abierto y á un par de de Francia se había trasladado á Burdeos para no
jornadas de los alemanes en marcha. Penetrar en él correr riesgo de quedar prisionero de los enemigos,
el
no era empresa imposible. Sus fuertes estaban en mal entregando á Gallieni la suerte de París. Los tanbes
estado, pues no habían podido realizarse en ellos arrojaban bombas sobre los barrios centrales. Pero el
grandes obras de reparación durante las cuatro se- Estado Mayor alemán sabía perfectamente que un
manas escasas que iban transcurridas desde el prin- paseo militar de sus tropas por los grandes bulevares,
cipio de la guerra. La guarnición de París estaba re- aunque resultase impresionante para el vulgo de todos
suelta á oponer una desesperada resistencia, pero con los países, no cambiaría en nada la situación militar
mientras el ejército franco-inglés per-
maneciese intacto, en pleno campo. La
guerra moderna da poca importancia á
los objetivos geográficos. El aniquilamien-
to de las fuerzas enemigas es su princi-
ció imparcial de algunos críticos militares de países por el éxito de su marcha victoriosa desde el Sambre,
—
neutros cometió dos grandes errores. Su movimiento se arrojó ciegamente en la ratonera.
envolvente debía haber sido más prolongado y am- El ala envolvente alemana que el 2 de Septiembre
plio, yendo más allá de Senlis y La Ferté-sous-Jouarre.
estaba en Compiegne y el 4 en Senlis y en La Ferté-
Después de ocupar á Amiens, lo natural era que su sous-Jouarre, ya no se dirigió más al Sudoeste, pues
ala envolvente no se limitase en su desarrollo hasta torció su dirección hacia el Sudeste, alejándose de
frente á París, sino que se extendiera mucho más, París.
pasando por el Oeste de la capital y rodeándola para Los para explicar el fracaso
críticos alemanes,
ir á atacar á los aliados por la espalda, cortándoles delMarne, librando á Von Kluck de toda culpa, han
la retirada hacia el Alto Sena y obligándoles á re- hecho caer la responsabilidad sobre el general Von
montar el Marne y sus afluentes para caer en el valle Hausen, que avanzaba por la Champaña, y llegó á
del Saona y tal vez en el Jura. Pero Von Kluck nece- La Fére-Champenoise con doce horas de retraso sobre
sitaba para esto más fuerzas de las que tenía en rea- el avance de sus colegas. «Esto fué lamentable para
lidad, á pesar de que las suyas eran muy numero- los alemanes —
dice un ilustre crítico suizo —
pero en ;
Sedón
ALREDEDORES
DE PARÍS
sas. Le hicieron falta tres ó cuatro divisiones que realidad, cuando Von Hausen llegó, ya hacía dos
flanqueasen su derecha extendiéndose por el lado Marne estaba perdida. El en-
días que la batalla del
<)este de París. Estos efectivos los tenía al princi- volvimiento de Von Kluck por el ejército de París y
pio de su avance. Pero los rusos atacaban en aquel la retirada áque se vio obligado para salvarse, fue-
momento la frontera de Prusia, y para impedir la ron la verdadera causa del fracaso; pues estos dos
invasión del suelo germánico el Estado Mayor echó hechos determinaron, ó permitieron al menos, todo
mano de dichas fuerzas, envíándolas al frente orien- lo que ocurrió después en el frente del Marne.»
de Septiembre — .
Roma, después de Canas, esperando
á cada momento la llegada del vencedor, no mostró
mayor firmeza. Charleroi fué para Francia una se-
gunda batalla de Canas, pero sin el desastre final.
El camino de París había quedado abierto al invasor
después de Charleroi.»
La aproximación del enemigo fué de una rapidez
fulgurante, que parecía anticiparse á todas las fan-
tasías de la imaginación. Resultaba natural que la
muchedumbre parisién sintiera en masa los efectos
del pánico, viéndose sin otro de varias
amparo que el
obras de defensa realizadas á toda prisa y á última
hora, ó más bien dicho, sin defensa alguna. Todos
los ojos se volvían hacia el Norte, de donde rodaba
la terrible avalancha. Cada mañana la compañía
de ferrocarriles del Norte, que realizaba verdaderos
milagros para mantener la circulación, iba recor-
tando el trayecto en los billetes que ofrecía á los via-
jeros.
En estas amputaciones de la circulación podía
avances de la calamidad invasora,
leer el público los
desfigurados ú ocultados por la censura oficial que
pesaba sobre los periódicos.
— Ya no se dan para Amiens decían los
billetes —
empleados en el
despacho de la estación.
—
Tampoco para Péronne— añadían después.
Y de este modo las gentes iban midiendo el avan-
ce enemigo. Los invasores estaban ya en Creil; luego
BL GENERAL GALLIBNI. ORGANIZADOR DE LA DEFENSA
DE PARÍS (Fots. Meurfsae)
tresque Francia y París no podían perecer de tal sen ganaba terreno por etapas metódicas y regulares,
modo.» no sin sostener frecuentes combates. Estos combates
o
fueron simples choques con las retaguardias france-
El avance alemán continuó regular é implacable. sas. Joffre había dado la orden de retirada, y sus ge-
Al mismo tiempo que el «ala envolvente» de Von nerales, aunque consiguieron ventajas momentáneas
Kluck marchaba sobre París, el ejército de Von Hau- en los combates, tenían que desaprovecharlas, conti-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 667
nuando su movimiento de retroceso. El generalísimo alemanes una gran extensión del territorio nacional.
quería tener todas sus fuerzas en la mano en una Cada choque era considerado por los enemigos como
fecha determinada, á orillas del Marne ó del Sena. una gran victoria, ya que los franceses acababan por
Esta retirada voluntaria, en la que los franceses retroceder y alejarse.
sólo hacían frente por sostener la moral de sus tropas El ejército de Von Hausen se apoderó de este modo
y tener á raya el avance enemigo, iba librando á los de Rethel, avanzando hasta Reims. En las cercanías
568 VICENTE BLASCO 1BAÑEZ
de Reims hubo un encuentro entre la retaguardia jefes,para reanimar á los soldados les hablaban de
de los franceses en retirada y las primeras columnas las grandes bodegas que iban á conquistar. ¡Apode-
alemanas. Esta acción, que resultó sangrienta por el rarse de la Champaña! ¡Beber gratuitamente y en
empeño de los franceses de disputar el terreno palmo abundancia el célebre vino espumoso! La perspectiva
á palmo, pero que en realidad no obedecía á un plan de una borrachera inmensa, kolosal, nunca vista,
determinado de resistencia, fué bautizada por los comunicaba nuevas fuerzas á los guerreros alemanes.
alemanes con el título pomposo de «batalla de Reims». Hubo entre los diversos cuerpos de ejército una
No hubo tal ba- marcada rivalidad
talla. Los france- por ser cada uno el
ses continuaron re- primero que entra-
tirándose hacia el se en Reims insta-
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sabemos cuál es el gusto del verdadero champan. contrado grandes cantidades de mantequilla y de cre-
Las hazañas gastronómicas de los invasores co- ma. Eran centenares de quintales. Yo he bebido, por
rrieron parejas con su entusiasmo por el vino espu- mi parte, más de dos litros de crema dulce. En la
moso. Un soldado prusiano escribió lo siguiente de su bodega he descubierto un bote conteniendo unas
paso por la Champaña: cinco libras de chocolate. Me las he comido todas,
«liemos entrado en una granja enorme, con as- así como varias confituras francesas. Enlas bodegas
pecto de fábrica, que estaba abandonada. Hemos en- de las granjas se encuentran centenares de botes de
Tou o II 71
570 VICENTE BLASCO 1BAÑE2
con cortesía, puntuado
de vez en cuando por el
sajón, como excusa de
sus exigencias, por un
« Así es la
guerra» que no
admitía réplica, cuando
de pronto sonó algo se-
mejante á un trueno, ca-
yendo la primera bomba
sobre Reims. . . Desde ese
día la catedral sirvió de
punto de mira á los ca-
ñones enemigos. No la
hirieron aún, pero lus
bombas llovieron á dere-
cha y á izquierda de
ella, delante y detrás,
demoliendo las vidrieras
del piso bajo del monu-
mento.»
Entres cuartos de hora
los alemanes arrojaron
más de cien obuses sobre
í BOTELLAS VACÍAS ABANDONADAS POR LOS ALEMANES EN LOS CAMINOS (Fot. Rol) Reims, sin recibir pro-
vocación alguna, como
fresas y ciruelas en dulce. También he hecho el en- siquisieran apoyar con ellos las pretensiones del in-
sayo recientemente del vino de champan, por pri- tendente, ejerciendo un chantage de artillería. Todos
mera vez en mi vida. Resultó muy de mi gusto. Por sus proyectiles cayeron en las inmediaciones de la
el contrario, no puedo acostumbrarme al vino tinto, catedral, aunque sin tocarla, como si los artilleros
del que hay aquí cantidades enormes. No me gusta. pretendieran dar á entender con esto que podían herir-
Preferiría un cigarrillo, pero los cigarrillos resultan la de muerte en el momento que fuese de su gusto. ¡Y
pan es abundantísimo. En toda casa encontramos bo- nes pretextaron que sólo habían hecho fuego contra
tellas y grandes toneles con vino ordinario. Cada vez la catedral como una contestación á los cañones fran-
que nos detenemos en cualquiera parte, todos los ceses colocados en sus torres, cañones que nadie vio
hombres se precipitan en las bodegas para apoderar- nunca, y cuyo emplazamiento resulta inverosímil
se del vino.» para todo el que conozca el famoso templo!
Al entrar en Reims, en la madrugada del 4 de o
Septiembre, las tropas sajonas, un intendente encar- El día más culminante para Alemania en la pre-
gado de la manutención de este cuerpo de ejército se
presentó en el despacho del Dr. Langlet, alcalde de
la ciudad, para exigirle la entrega inmediata de
50.000 kilos de carne, 100.000 de pan y cantidades
no menos considerables de otros víveres. Además, el
municipio debía entregar un millón en metálico, como
garantía.
Reims había sido abandonada por las tropas fran-
cesas, era una población abierta y no podía oponer
resistencia. A
pesar de esto, los cañones alemanes
emplazados en Meneux, pueblo al Oeste de Reims,
empezaron disparar sobre la ciudad indefensa.
á
—
«Estaba yo en mi despacho dice el Dr. Langlet
en su comunicación al gobierno francés conversan-—
do con el intendente del cuerpo de ejército sajón que
había venido á verme para establecer las bases de
una requisa importante, en garantía de la cual exigió
la suma de un millón. El diálogo se había entablado
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DÉ 1914 571
¡Bt^/'.
DIRECCIÓN DEL BOMBARDEO CONTRA RBIMS DESDE SIETE KILÓMETROS AL ESTE DE LA CIUDAD
senté guerra fué el 1.° de Septiembre. La victoria Norte, y cada veinticuatro horas sus ejércitos en reti-
sonreía á sus soldados, marchando tras de sus pasos rada dejaban atrás, en poder de los alemanes, campos
como una esclava sumisa. y ciudades. Estos ejércitos habían sabido desasirse
Bélgica estaba vencida. Su ejército encerrado en hasta entonces enérgicamente de los abrazos morta-
Amberes intentaba resistirse, pero la entrega de esta les del invasor; se libraban de sus envolvimientos,
plaza era asunto de poco tiempo. Francia veía inva- pero el avance alemán iba cerrando sus alas y de un
didas las partes más ricas de sus departamentos del momento á otro ocurriría el choque definitivo, la ope-
ración magistral que daría á la guerra. Vencida
fin
donde estaba la Guardia para ver al más joven de á la derecha de la línea francesa para aprovechar
sus hijos, el príncipe Osear, jefe del 7." regimiento. esta victoria, entrando lo mismo que un emperador
Un escalofrío de entusiasmo recorrió las filas som- medioeval en la famosa ciudad de Lorena.
brías de un millón de hombres. «.¡Hochl ¡hoch!» La Ya dijimos cómo el tenaz Castelnau defendió á
victoria era segura. Las aclamaciones de esta masa Nancy desde la cadena de alturas que los geógrafos
enorme embriagada por el éxito siguió al automóvil denominan el Gran Coronado.
imperial por todos los caminos invadidos. En 1875 el general Saussier, ministro de la Gue-
El kaiser, im- rra francés, ha-
pulsado por sus bía querido for-
gustos teatrales, tificar esta posi-
buscó un lugar ción inestimable
visible, digno de para la defensa
él, en esta línea de Nancy, pero
inmensa de hom- Alemania vio un
bres armados. caso de guerra
Necesitaba en- en los trabajos
trar en una ciu- que ya se habían
dad francesa con empezado, ale-
gran pompa es- gando que desde
cénica para en- estas alturas la
tusiasmo de los artillería fran-
subditos y satis- cesa podía lan-
facción de sus zar proyectiles
propios deseos. sobre el suelo
Naney iba á caer alemán. El pro-
en manos de las yecto fué aban-
tropas bávaras donado y Nancy
de un momento quedó indefen-
á otro, y Guiller- so. Sin la deses-
mo se trasladó CASA DESMONTABLE DE MADERA QUE ÜTTL TZ *» EL KATSTCR EN CAMPANA perada resisten-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 573
HL KAISBR ATRAVESANDO UN RÍO EN UNA BARCAZA CON LOS CENBRALBS MOLTKB Y HABSSELBV (Fot. Rol)
cia de Bélgica, que entretuvo á los alemanes y les á la izquierda con una cruz roja. «Un traje de ópera,
hizo perder tiempo, Nancy habría sido tomado desde sin exactitud— dice el escritor católico Juan de lion-
los primeros días de la guerra. El gobierno francés nefon— ,
tomado un poco de la Orden Teutónica, otro
consideraba esta pérdida como segura. Pero trans- poco de los caballeros del Temple y que los mo-
currieron tres semanas, que fueron aprovechadas dernos gemelos de campaña y los guantes de mos-
por los franceses para fortificar y artillar las alturas quetero tan amados por el emperador, convierten
del Gran Coronado, y cuando los alemanes quisieron en un uniforme completamente ridículo.»
atacar á Nancy El citado Bon
tropezaron con nefon, que pudo
una resisten- visitar los cam-
cia inexpugna- pos de batalla
ble. inmediatos á
Guillermo II Nancy, descri-
se instaló en los bió este gran
primero días de choque, así como
Septiembre en la actitud del
las inmediacio- emperador, con
nes déla capital arreglo á los re-
de Lorena, para latos de los tes-
jinetes de su
Guardia le se- «En este día
su próxima entrada triunfal en la ciudad, sonreía en á cuerpo, entre rugidos, sangre y polvo. Nuestro fuego
el vapor coloreado de la mañana, la mañana del triun- se reanudó en las alturas de Amanee, impidiendo á
fo á plazo fijo. los refuerzosalemanes que pasasen el Seille. La masa
Asi empezó el combate, que fué la más grande hu- alemana aulla y retrocede, acabando por meterse en
millación personal que hasta ahora ha sufrido el em- el bosque, donde la persiguen los franceses. Cae la
perador. Las apretadas tropas alemanas descendie- noche y envuelve nuestra victoria, mientras que los
ron de las colinas inmediatas al Seille, franqueando alemanes, vencidos, repasan el Seille.
el ríopor puentes de Chambly, Bioncourt, Brin y
los Al mismo tiempo el hombre del manto blanco ha
Montcel. También pasaron el arroyo de Loutre, que cesado de sonreír. Tiene miedo. Vuelve á montar en
parece llorar entre grupos de sauces. su caballo y galopa en uniforme de parada, con la
Desde todos los fuertes alemanes la artillería hizo brida suelta, el casco torcido y la boca abierta por
fuego. Aldeas, castillos y pueblos ardieron como an- la emoción. El fantasma risible del Feudalismo huye
torchas mortuorias. La más vieja iglesia de Lorena, á través de los campos, hasta que llega junto al auto-
la de Laitre, se derrumbó con un doloroso grito de sus móvil que lo aguarda al otro lado del río. Su espalda
piedras milenarias. encorvada desaparece en el interior del vehículo de
Los fuegos franceses de Amanee no podían dete- ostentosa arquitectura, que emprende una marcha
ner el avance de las masas alemanas. Nuevos grupos veloz para no detenerse hasta el castillo de Frescaty.
de vivos venían á llenar el vacío que dejaban los Allí, según se ha sabido más tarde, Guillermo II aban-
muertos. A las cinco de la tarde el emperador dio la donó su arnés de la Edad Media, y puesto de pyjama
orden de entrar en Nancy á toda costa. ¡Poco le im- insultó á su3 lacayos de gran librea, que no podían
portaba el precio de entrada en moneda humana!... explicarse esta rabia.
Los alemanes, saliendo de la selva, subieron pol- ¿Y los seis mil jinetes blancos?... Enrollaron cui-
las cuestas que ardían. Por Laitre, Fleur-Fontaine y dadosamente sus capas, las colocaron en la grupa y
Velaine, penetraron entre las dos cumbres de Amanee. luego desfilaron á gran trote por detrás de la selva de
Las voces humanas reemplazaron de pronto el Bezange.
ruido de los cañones. Eran los franceses que descen- Así desaparecieron sin gloria alguna, siguiendo la
dían de las alturas como una tromba al encuentro de retirada de su señor, estos guerreros aparatosos, se-
los enemigos. Y ocurrió el formidable choque, cuerpo mejantes por su aspecto á figurantes de circo.»
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 573
El crítico anónimo del The Thimes resumió del si- ya que la lucha había terminado y sólo quedaba la
guiente modo la situación de los franceses en víspe- recolección de los frutos de la victoria. No podían
ras de la batalla del Marne y la exagerada confianza saber que nuevas tropas atravesaban París en estos
de loa alemanes: momentos, dirigiéndose al frente. Apreciaban muy
por debajo de su valor el pequeño ejército inglés
«Las pérdidas de los franceses resultaron grandes, acampado detrás del bosque de Crecy y los ejércitos
como ocurre siempre en uua retirada rápida. Pero sin franceses, fatigados pero no vencidos, que ocupa-
embargo, no fué un ejército en derrota el que atrave- ban las líneas del Pequeño Morin, de la Champaña
só los valle3 del Oise, el Aisne y el Suippe, dejando meridional y las alturas de Verdún. Ignoraban las
detrás de él las viñas y los campanarios de Reims, cualidades de las tropas de reserva recién agrupa-
para no detenerse más que al Sur de los vergeles del das al Sur de Sézanne, con la denominación de 7.°
Marne y en la llanura baja de la llamada Champaña ejército (después se llamó !>." ejército), y la capacidad
Piojosa. Era duro para los soldados abandonar su militar del general Foch, que se había encargado de
propio país al invasor. Siempre es duro batirse en re- su mando. Ignoraban, en fin, que Castelnau, después
tirada, pero la retirada resulta particularmente dolo- de una batalla desesperada de quince días, era toda-
rosa cuando se realiza después de batallas áspera- vía dueño de las posiciones de Xancy.
mente disputadas. Todo el ejército, desde el simple soldado de segun-
Sin embargo, las tropas que á principio de Sep- da clase hasta el generalísimo, comprendía que los
tiembre se amasaron entre Verdún y Fontainebleau, días próximos iban á ser decisivos para la patria.
tenían mejores cualidades de combate que las que En este momento, en Inglaterra nadie reconocía
quince días antes libraron batalla junto al Mosa y el aún la importancia de la crisis. Asombrado de la re-
Sambre. Los reveses sufridos junto á estos ríos impo- tirada de los aliados, «el hombre de la calle» se abs-
nían á las nuevas tropas que aun no habían entrado tenía de calcular las consecuencias, limitándose á una
en fuego deberes imperiosos y vengadores. paciente espera.
Mientras el ejército francés iba ejecutando sus En París la gente no sabía más que en Londres. La
maniobras, París quedaba expuesto. Los alemanes noticia de la batalla del Marne sorprendió á un públi-
consideraban á esta capital como tomada. Los que co que no había sido preparado para recibirla por
desde Berlín seguían el curso de la guerra, afirmaban ningún informe anterior.»
576 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
néve se ha convertido
en un diario buscado y
comentado en todo el
mundo.
Sabido es que en el
ejército suizo no existe
graduación superior á la
de coronel. Como la uni-
dad mayor en tiempo de
paz es el
regimiento, y
las demás agrupaciones
(brigadas, divisiones y
cuerpos de ejército son l
El ilustre coronelha
publicado un libro va-
lioso sobre la guerra, en
el que compara los par-
tes dados por el Estado
(Publicado por el Journal de Genóve) fracaso que puede ser posible al día si-
guiente, en una guerra tan complicada
El libro resulta terrible para Alemania. Feyler y de frente tan extenso.
ha asestado un golpe formidable á la veracidad ger-
mánica. El coronel Feyler hizo con su indiscutible compe-
Resulta del libro del coronel suizo, que Alemania tencia el resumen imparcial de la batalla del Marne.
no ha dicho una sola verdad desde el principio de la Para esto se valió del mismo procedimiento de
guerra. Hasta sus victorias indiscutibles y honrosas comparación que le permite extraer la verdad de
las desfigura por una tendencia irresistible á la falsi- todas las operaciones de la guerra.
ficación. Las derrotas no existen para ella. Cuando De un lado tuvo á la vista los documentos de los
sufre un descalabro lo pasa en silencio. Si el descala- ejércitos británicos y franceses. Del otro lado se va-
bro es en el frente occidental, lo calla, y en el mis- lió,no de los comunicados del Estado Mayor alemán,
mo día publica el parte de
cualquier éxito sobre los ru-
sos. Si el fracaso es en Ru-
sia, relata como una acción
gloriosa la toma de unos cuan-
tos metros de trinchera en el
frente francés. Hasta cuando
los alemanes conquistan una
derecha el 3.",
cuerpo de ejército francés tenía á su
después el 1.° y después el 10." Un cuerpo
de caballe-
ría formaba el ala derecha, y en cuanto al ejército de
frente al IV de reserva
París, iba á aparecer cuerpo
ó sea sobre la
alemán, en las alturas de Dammartin,
derecha del Marne.
En esta situación, creyendo sin duda el general
alemán que habían roto su frente, entrando entre sus
primeras líneas y la reserva, ordenó una retirada
sobre el Marne, replegando su ala derecha. El ejérci-
to de Esperey le siguió activamente, con los ingleses
á la izquierda, dirigiendo su ala derecha hacia Mont-
mirail, ocupado por el X cuerpo
de reserva del ge-
neral Bulow.
El 8 de Septiembre, el ejército de Yon Kluck GALLE PRINCIPAL DE TIÜTRON
arrastró, según parece, este X cuerpo de reserva y
continuó su retirada, con los ingleses y las tropas del avanzadas del francés ocuparon la línea
9." ejército
nes se retiraban en todo el frente y que el 9." ejér- Choque decisivo de todo el ejército alemán contra
cito francéshabía llegado al valle de la Sonde. todo el ejército aliado entre París y Verdún.
Tales fueron los hechos en la región decisiva de Sorpresa del frente y del flanco del ala derecha
la batalla. retirada del general Bulow determinó,
La alemana sobre el Gran Morin y sobre el Ourcq.
naturalmente, la de las tropas del general Hausen, Tentativa del centro alemán para cortar el cen-
XIX cuerpo de ejército, XII de reserva y una divi- tro francés al Sur del Marne, en la región de Soisy,
sión de caballería sajona, y también la retirada de las Fére-Champenoise, Vatry, y rechazamiento de esta
fuerzas del duque de Wurtemberg, V y XVIII cuer- tentativa en el valle de la Sonde y sobre el Marne,
pos de ejército, VIII y XVIII de reserva y una di hacia Epernay-Chalons.
visión de caballería. Estos generales se encontraron Ataque infructuoso de la derecha alemana sobre
frente al 4." ejército francés, que combatía sobre el el Ornain y al Sur del Argona. »