El concepto de globalizacioó n es, en cierto modo, indeterminado y puede
referirse a varios supuestos. Luis Prieto senñ ala tres aó mbitos que resultan relevantes para la discusioó n juríódica sobre el fenoó meno de la globalizacioó n (2005: 6-7). Asíó, puede hablarse de los siguientes conceptos: A) Una globalizacioó n informativa o de las comunicaciones, caracterizada por la ruptura de las fronteras fíósicas traspasadas por la comunicacioó n a traveó s de Internet y tambieó n por la eliminacioó n progresiva de las fronteras culturales. El autor sostiene que, aun cuando subsisten grandes diferencias culturales, econoó micas o religiosas en el mundo, puede rescatarse este valioso aporte de la globalizacioó n de las comunicaciones, pues «[…] hoy esas realidades se muestran a los ojos de todos y de alguna manera todos estamos concernidos y somos capaces ademaó s de entablar una comunicacioó n con los “ajenos”, que en puridad van camino de dejar de serlo. En la medida en que esta globalizacioó n facilita el conocimiento y la comunicacioó n entre individuos y sus diferentes culturas bien puede resultar un factor saludable y coadyuvar a la paz y a la universalizacioó n de los derechos». (Prieto 2005: 6). B) Una globalizacioó n econoó mica. Algunas de sus caracteríósticas son la existencia de mercados financieros mundiales; la expansioó n de la inversioó n extranjera; la ampliacioó n de empresas multinacionales con gran poder econoó mico; la extensioó n del comercio internacional; la aparicioó n de un mercado de trabajo mundial; la descentralizacioó n de las etapas de produccioó n, que permite que las grandes empresas transnacionales realicen parte de su actividad en paíóses que se ven compelidos a adecuar sus normas juríódicas a las necesidades de este mercado altamente moó vil, y cuyos agentes buscan el mayor beneficio econoó mico; etceó tera. Para muchos de los críóticos de la globalizacioó n, es su enfoque econoó mico —vinculado a la ideologíóa neoliberal— el mayor culpable de los problemas derivados de esta. Asíó, se advierte que la loó gica del libre mercado se ha trasladado tambieó n al aó mbito de las funciones tradicionales del Estado. Debido a la presioó n de los actores econoó micos (las grandes transnacionales, muchas de ellas con mayor poder econoó mico que los propios Estados en los que desarrollan sus actividades, pero tambieó n los organismos internacionales como la OMC, el FMI o el Banco Mundial), se ha producido un debilitamiento de la actividad reguladora (fenoó meno de la desregulacioó n), promotora (especialmente en el caso de los derechos sociales) e, incluso, sancionadora del Estado. Para algunos, el poder ha pasado del Estado al mercado global.2 C) Una globalizacioó n humana. Caracterizada por fenoó menos como el de la migracioó n masiva de sujetos originarios de paíóses pobres (a cuya pobreza hay que sumar, a veces, un contexto de violencia) hacia los paíóses desarrollados o maó s proó speros. La movilidad de individuos o grupos pertenecientes a culturas diferentes que se asientan en su nuevo hogar, pero que no desean adoptar las costumbres o los valores de este, y, maó s bien, pretenden mantener las que llevan consigo, plantea cuestionamientos en relacioó n con la tolerancia de algunas de estas formas de vida que, incluso, pueden entrar en contradiccioó n con principios y valores fundamentales del Estado receptor. En otros casos, cuando no se advierte dicha contradiccioó n y la tolerancia se impone ante las nuevas costumbres o creencias, se plantea la disyuntiva entre la neutralidad o la intervencioó n del Estado frente a las demandas de proteccioó n e, incluso, promocioó n de las costumbres o diferencias que caracterizan a ciertas minoríóas culturales que ven amenazada su supervivencia. Dentro del fenoó meno de la globalizacioó n humana pueden incluirse, tambieó n, los proyectos que persiguen el antiguo ideal cosmopolita del individuo ciudadano del mundo. Bajo esta perspectiva, se cuestiona la funcioó n que hoy en díóa cumple el concepto de ciudadaníóa como víónculo de pertenencia a un Estado y como requisito para el reconocimiento real, no ya meramente nominal, de los derechos (no solo políóticos, sino tambieó n sociales e, incluso, civiles, como en el caso de la libertad de traó nsito dentro del territorio de un Estado). Silascaracteríósticasdelaglobalizacioó nsonglobales,supraestatalesomundiales, sus consecuencias y los problemas que conlleva tambieó n lo son. Por eso, David Held sostiene que ya no es posible distinguir entre «asuntos domeó sticos» y «extranjeros». Hoy en díóa los problemas se vuelven transfronterizos en muchos aspectos (2001: 39-40). Asíó, por ejemplo, el danñ o ecoloó gico, el narcotraó fico, las mafias internacionales, la afectacioó n de derechos víóa Internet, las armas de destruccioó n masiva, la pobreza extrema, etceó tera, se presentan como realidades que sobrepasan cualquier estrategia estatal de solucioó n. Maó s auó n, desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 y a propoó sito de temas como la seguridad, ya no es posible distinguir entre política interna y política internacional. Como afirma Ferrajoli, actualmente se erige una «políótica interior del mundo» (2005: 78).
2 . IMPACTO DE LA GLOBALIZACION EN EL DERECHO
1. ¿Cuaó l es el impacto de la globalizacioó n en los
Derechos Humanos?
Los anaó lisis sobre los efectos juríódicos de la globalizacioó n son
escasos; entre, las manifestaciones del impacto de esta en las legislaciones internas de los Estados, se busca la proteccioó n de los Derechos Fundamentales de la persona en cuanto expresioó n de su dignidad sustancial marcada fuertemente por las consecuencias de las guerras del siglo XX. Como consecuencia, se han ampliado el cataó logo de derechos de las personas, que van desde los que son maó s tradicionales como los derechos individuales y sociales, a aquellos que fueron denominados de la tercera generacioó n (como el derecho a un medio ambiente sano y el derecho a la proteccioó n del consumidor, entre otros) y, auó n los que fueron llamados de la cuarta generacioó n, como el derecho a la paz y a la solidaridad entre los pueblos. Podemos afirmar que el primer impacto de la globalizacioó n en materia de Derechos Humanos fue ampliar su proteccioó n creando sistemas regionales para hacer eó stos maó s efectivos. Jesuó s LIMA TORRADO549, considera que la idea de globalizacioó n se ha asociado a la de integracioó n. Este concepto adoptado en su acepcioó n maó s geneó rica, se refiere a un fenoó meno homogeó neo que afecta a todos los involucrados de la
misma manera550. Consideramos que los sistemas de proteccioó n regionales
son procesos de integracioó n en materia de Derechos Humanos. El segundo impacto de la globalizacioó n en materia de Derechos Humanos, surge del conflicto que puede originarse en la aplicacioó n de los ordenamientos juríódicos en tres niveles diferentes: interno, internacional y comunitario. De este tema se ha dicho en este trabajo, que el problema competencial se ha ido dilucidando a traveó s de la jurisprudencia de los Tribunales de Justicia Internacionales, como es el caso del Tribunal de Justicia Europeo o la Corte Centroamericana de Justicia. En relacioó n a la proteccioó n de los derechos fundamentales en el derecho interno, Juan Carlos GAVARA DE CARA, se refiere a la vinculacioó n positiva de los poderes puó blicos a dichos derechos: <<La efectiva protección y dotación de eficacia de derechos fundamentales, desde un punto de vista fáctico, depende de los medios materiales y personales del poder público, principalmente de carácter jurisdiccional, y de la capacidad de prestación que posea el Estado. Los principales factores que inciden en la efectiva protección de los derechos fundamentales, como serían la resolución de las pretensiones y los conflictos de los ciudadanos en la materia, la defensa y protección jurídica de los derechos fundamentales, así como su configuración a través de la ley y su garantía a través del procedimiento y del proceso judicial, el control de la actividad de los órganos del poder relacionados con los derechos y con las actuaciones de los ciudadanos como destinatarios de los derechos fundamentales y, de forma evidente, también las funciones de prestación vinculadas a los contenidos positivos de los derechos fundamentales, dependen en su práctica totalidad de la actividad de desarrollo de los derechos fundamentales por parte de los poderes públicos que desempeñan sus funciones de acuerdo con su competencia jurídica, territorial, administrativa y política>>551. El Derecho comunitario, podríóa brindar una proteccioó n inferior a los Derechos Humanos, que la que tienen los ciudadanos en su derecho interno en los
paíóses; por lo tanto, nos encontraríóamos ante un Derecho Comunitario que
en un momento del proceso de integracioó n, permitiera la restriccioó n o vulneracioó n de los Derechos Humanos. Respecto a este problema, Josef ISENSEE 552 considera que <<un Estado miembro puede o debe negar la obediencia a esas normas, porque contradice elementales preceptos de su constitución, en particular los derechos fundamentales>>553. El potencial conflicto tambieó n puede solventarse a traveó s del reconocimiento de los Derechos Fundamentales y de los líómites de su propia eficacia que estaríóan expresamente definidos en los tratados, en el principio de las competencias limitadas, en el principio de subsidiaridad, de proporcionalidad y en el principio del respeto de la identidad de los Estados miembros. En sentido contrario, puede producirse conflicto, si la proteccioó n internacional es mayor que la que le conferida por el derecho interno 554. En tal caso, los fallos de un tribunal constitucional internacional deben ser acatados por el Estado, conforme lo establecido en los Tratados. El denominado proceso de internacionalizacioó n de los Derechos Humanos tambieó n ha llevado a otorgar a los derechos de este tipo y reconocidos en tratados internacionales un rango superior al de la ley comuó n; ya sea de orden constitucional o, , supraconstitucional555.
El tercer impacto de la globalizacioó n en materia de Derechos
Humanos es la buó squeda de nuevos derechos que protegan a la humanidad, tales como la paz, la seguridad y la proteccioó n del medio ambiente. Kai SAVOLAINEN556 considera insuficiente solo desear la paz, odiar la guerra y conmoverse con el sufrimiento. Tambieó n se debe entender que el conocimiento y el respeto de los Derechos Humanos pueden conducir a la humanidad y a todos los seres humanos a la paz universal a la que aspiramos. Los regíómenes auteó nticamente democraó ticos y la comprensioó n y la praó ctica de los Derechos Humanos son los medios para que el mundo puede alcanzar justicia y paz557. El derecho a la seguridad558 orientado a proteger a la humanidad o a colectivos de personas es una necesidad desde el ataque a las Torres Gemelas en Estados Unidos de Ameó rica. Los ataques terroristas se han incrementado en todos los continentes y, si no existe seguridad, los otros Derechos Humanos no pueden tener vigencia. Durante mucho tiempo, la seguridad se ha equiparado, a la proteccioó n de amenazas a las fronteras de un Estado; los Estados se han armado para proteger su seguridad. Actualmente, para la mayoríóa de las personas, el sentimiento de inseguridad se debe maó s a las preocupaciones acerca de la vida cotidiana que al temor de una guerra en el mundo; la seguridad en los viajes, en la calle, en el empleo, en la salud, la seguridad del ingreso, la seguridad del medio ambiente, la seguridad frente al delito, estas son las nuevas preocupaciones que nos aquejan.