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En cierto punto, se puede decir que cada individuo puede generar su propia
definición de la palabra “Libertad”, en base a su entendimiento e interpretación de
la realidad, que van a estar condicionados por la “enciclopedia” propia:
conocimientos, experiencias, valores y costumbres que haya adquirido el individuo
a lo largo de su vida. Una de las tantas e infinitas definiciones que se pueden
generar de la palabra, se puede ver plasmada en Mersault, el personaje que nos
presenta Camus en su primera obra literaria, el cual es condenado a muerte por el
homicidio de un árabe. Mersault es un hombre indiferente e insensible que no
muestra ningún tipo de remordimiento por el homicidio que cometió y ni siquiera
tiene la intención de defenderse puesto que dormita durante el juicio. Desde mi
punto de vista, Mersault es finalmente condenado por no jugar el juego de la
sociedad contemporánea. Es decir, se niega a mentir y cuando se habla de mentir
no solo hablamos de no decir la verdad, sino de decir más de lo que es. Con
respecto al corazón esto es decir más de lo que se siente, algo que se suele hacer
a diario para simplificar la vida. Pero este héroe no quiere simplificar la vida y se
niega a enmascarar sus sentimientos y es en ese momento cuando la sociedad se
siente amenazada. Y cuando uno se siente amenazado dice que el otro
“amenazante” es un monstruo sin moral que tendría que ser excluido de la sociedad
y es por eso que se lo condena.
La novela “El extranjero” nos muestra un héroe anónimo con una moral
extremadamente libre y pagana, que sin actitudes heroicas acepta morir por su
verdad. “El único medio de conservar el hombre su libertad es estar siempre
dispuesto a morir por ella.” sostiene Edgar Allan Poe. Basándose en esta frase, se
puede decir que Mersault era un hombre libre ya que acepta la muerte, a la que se
le sentencia por sus propios actos, sin temor alguno.
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Gaspar Lucanera
¿Acaso el hombre primitivo creo la alegoría del “Estado” para creerse a sí mismo
evolucionado por imponer cierto orden sobre las cosas y sobre el mismo? ¿Acaso
llamamos, hoy en día, “primitivo” al hombre que realmente poseía libertad de
accionar sobre sí mismo? ¿Acaso inventamos una mentira que nosotros mismos
nos creímos y luego olvidamos que era una mentira?
Platón nos habla en “La alegoría de la Caverna” que el saber del hombre es el que
lo hace salir al mismo de la oscuridad de la ignorancia hacia la inmensidad del saber.
En la obra se plantea, de manera magistral, el hecho de que cada hombre es libre
de salir de esa caverna de ignorancia por sus propios medios ya que cada individuo
puede quitarse las cadenas que lo retienen y las vendas que lo ciegan de la realidad.
“El hombre está destinado a ser libre, porque una vez arrojado al mundo, él es el
responsable de todo lo que hace” decía Jean Paul Sartre. El hecho de salir de la
Caverna también le da la oportunidad a ese individuo de traspasar esos límites que
posee el saber humano para adentrarse en lo que, en algún momento, se supo
llamar “Dios” como dice Nietzsche.
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Gaspar Lucanera
Pero, hoy en día, se puede decir que “Dios ha muerto” como afirma Nietzsche. Esta
frase es una alegoría a la liberación del hombre de antiguos dogmas que lo
controlaban y que no se atrevía a cuestionar. Llego un momento en la Historia en
que el hombre abrió los ojos y se enfrentó a una realidad trágicamente cruel, pero
más real que nunca. Hoy en día, más que nunca se puede afirmar esto ya que antes
era Dios quien curaba las enfermedades y ahora es la Medicina la encargada de
hacerlo con más eficacia cada vez. Antes era Dios quien tenía el poder de mandar
una plaga a atacar a cierta población y era él mismo el único con poder de eliminarla
y ahora es la Ingeniería, la encargada de hacerlo. Lo que quiero decir es que Dios
ha muerto para el hombre. Ha muerto porque ya no lo moviliza. Ha muerto porque
el hombre se independizo de Dios. Ha muerto porque el hombre se liberó de Dios.
“¿No habéis oído hablar de ese hombre loco que, en pleno día, encendía una
linterna y echaba a correr por la plaza pública, gritando sin cesar, “busco a Dios,
busco a Dios”? Como allí había muchos que no creían en Dios, su grito provocó la
hilaridad. “Qué, ¿se ha perdido Dios?”, decía uno. “¿Se ha perdido como un niño
pequeño?”, preguntaba otro. “¿O es que está escondido? ¿Tiene miedo de
nosotros? ¿Se ha embarcado? ¿Ha emigrado?” Así gritaban y reían con gran
confusión. El loco se precipitó en medio de ellos y los traspasó con la mirada:
“¿Dónde se ha ido Dios? Yo os lo voy a decir”, les gritó. ¡Nosotros lo hemos matado,
vosotros y yo! ¡Todos somos sus asesinos! Pero, ¿cómo hemos podido hacer eso?
¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Y quién nos ha dado la esponja para secar
el horizonte? ¿Qué hemos hecho al separar esta tierra de la cadena de su sol?
¿Adónde se dirigen ahora sus movimientos? ¿Lejos de todos los soles? ¿No
caemos incesantemente? ¿Hacia adelante, hacia atrás, de lado, de todos lados?
¿Hay aún un arriba y un abajo? ¿No vamos como errantes a través de una nada
infinita? ¿No nos persigue el vacío con su aliento? ¿No hace más frío? ¿No veis
oscurecer, cada vez más, cada vez más? ¿No es necesario encender linternas en
pleno mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a
Dios? ¿Nada olfateamos aún de la descomposición divina? ¡También los dioses se
descomponen! ¡Dios ha muerto y nosotros somos quienes lo hemos matado!
¿Cómo nos consolaremos, nosotros, asesinos entre los asesinos? Lo que el mundo
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Gaspar Lucanera
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Gaspar Lucanera
Se propone entonces un cambio para que cada uno se informe de manera que
pueda pensar, reflexionar y opinar en la sociedad sobre temas que le generen
interés, sin estar vendado ni atado en una caverna de oscuridad e ignorancia
compuesta por la información parcial e interesada sobre la realidad que intentan
transmitirnos los medios de comunicación, ayudados, hoy en día, por las redes
sociales.
¿Sera posible una evolución en cuanto a la aceptación del que piensa distinto para
que ya no sea un “monstruo” incomprensible, y que en cambio, sea una oportunidad
para abrir nuestra mente ante un mundo con un espectro cultural, religioso y
filosófico tan diverso que tiene tanto para brindarnos y ayudarnos en nuestra
reinvención continua como seres humanos? ¿Sera posible salir de la Caverna?
Gaspar Lucanera.