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AÑO: 2016
Guerrero Leopoldo.
Cooperación entre comunicadores y Educadores
Comunicadores y educadores están obligados a entenderse. Sus tareas son tan parecidas
y complementarias que no es posible imaginar un sistema social basado en la
contradicción permanente entre ambos colectivos. Ese entendimiento significa que los
comunicadores tienen que respetar el trabajo y la tarea de los educadores y contribuir a
ella. Y significa, de cara a los educadores, que tienen que incorporar en su propio
trabajo las cuestiones suscitadas por los medios de comunicación, sus mensajes y la
labor que realizan en la sociedad. Se presenta entonces un amplio abanico de nuevas
posibilidades y de oportunidades para la cooperación. Los profesionales de la
comunicación pueden, en general, complementar su compromiso ético con la
comunicación de un compromiso educativo, es decir, con la obligación moral de tener
en cuenta en su trabajo las consecuencias educativas (y para la educación) de su tarea.
Por su lado, los educadores pueden, al ocuparse en su propio trabajo de cuestiones
mediáticas –es decir, mediante un compromiso mediático- profundizar en su necesaria
atención a la realidad y a la actualidad, y avanzar en las nuevas modalidades de
comunicación y educación que proponen los medios y son utilísimas para la enseñanza.
Para los comunicadores se trata no sólo de la oportunidad de ampliar su campo de
trabajo a la comunicación educativa, sino de impregnar toda su tarea de una filosofía
pedagógica y educativa.
Para los educadores se trata, no sólo de utilizar los medios en la educación como
instrumentos que les ayudan en su labor, sino de incorporar la educación en medios
como una disciplina operativa. Se destacan así, nítidamente, pero sin cubrir todo el
campo de relación entre comunicación y educación, dos nuevos centros de interés, uno
de ellos situado directamente en el ámbito mediático, y otro en el educativo:
2. La educación en medios.
Aún así, educar utilizando las nuevas tecnologías (pizarra digital, Internet,
audiovisuales, prensa, etc.) es quizás más común que planear actividades que
contribuyan a formar en el uso de los medios de comunicación.
Este tipo de iniciativas son las que tienen como finalidad ampliar las capacidades de
análisis activo y crítico de la oferta televisiva, periodística y radiofónica. A la vez, se
intenta familiarizar al alumnado con los códigos propios de los medios y enseñarle
cómo se selecciona la información que aparece en los periódicos, de qué forma se nos
presentan los contenidos y tratamientos de la información en función del medio, sus
propósitos implícitos y explícitos, etc. En definitiva, se trata de propuestas que ayuden a
los usuarios de los medios a ser críticos con ellos, a seleccionar lo que les interesa y
hacer un buen uso de toda la información que tienen a su disposición.
Las TICS en los procesos de Enseñanza y Aprendizaje
Las TIC han llegado a ser uno de los pilares básicos de la sociedad y hoy es necesario
proporcionar al ciudadano una educación que tenga que cuenta esta realidad.
Las posibilidades educativas de las TIC han de ser consideradas en dos aspectos: su
conocimiento y su uso.
· Ese conocimiento se traduzca en un uso generalizado de las TIC para lograr, libre, espontánea
y permanentemente, una formación a lo largo de toda la vida
El segundo aspecto, aunque también muy estrechamente relacionado con el primero, es más
técnico. Se deben usar las TIC para aprender y para enseñar. Es decir el aprendizaje de
cualquier materia o habilidad se puede facilitar mediante las TIC y, en particular, mediante
Internet, aplicando las técnicas adecuadas. Este segundo aspecto tiene que ver muy
ajustadamente con la Informática Educativa.
No es fácil practicar una enseñanza de las TIC que resuelva todos los problemas que se
presentan, pero hay que tratar de desarrollar sistemas de enseñanza que relacionen los distintos
aspectos de la Informática y de la transmisión de información, siendo al mismo tiempo lo más
constructivos que sea posible desde el punto de vista metodológico.
Llegar a hacer bien este cometido es muy difícil. Requiere un gran esfuerzo de cada profesor
implicado y un trabajo importante de planificación y coordinación del equipo de profesores.
Aunque es un trabajo muy motivador, surgen tareas por doquier, tales como la preparación de
materiales adecuados para el alumno, porque no suele haber textos ni productos educativos
adecuados para este tipo de enseñanzas. Tenemos la oportunidad de cubrir esa necesidad. Se
trata de crear una enseñanza de forma que teoría, abstracción, diseño y experimentación estén
integrados.
Las discusiones que se han venido manteniendo por los distintos grupos de trabajo interesados
en el tema se enfocaron en dos posiciones. Una consiste en incluir asignaturas de Informática
en los planes de estudio y la segunda en modificar las materias convencionales teniendo en
cuenta la presencia de las TIC. Actualmente se piensa que ambas posturas han de ser tomadas
en consideración y no se contraponen.
De cualquier forma, es fundamental para introducir la informática en la escuela, la
sensibilización e iniciación de los profesores a la informática, sobre todo cuando se
quiere introducir por áreas (como contenido curricular y como medio didáctico).
- Facilitar a los profesores la adquisición de bases teóricas y destrezas operativas que les
permitan integrar, en su práctica docente, los medios didácticos en general y los basados
en nuevas tecnologías en particular.
- Capacitar a los profesores para reflexionar sobre su propia práctica, evaluando el papel
y la contribución de estos medios al proceso de enseñanza-aprendizaje.
La educación tiene que facilitar al alumnado todas las claves que le permitan reaccionar
y despertar su capacidad crítica para poder dar respuestas personales a tendencias
ideológicas, a valores, formas de comportamiento, pautas de conducta, normas, etc. que
perciben en la realidad que viven.
Y a esta realidad no se le puede dar la espalda. Esto quiere decir que, hoy en día, el
alumno ve y recibe pautas de comportamiento, valores y normas desde la escuela, pero
también desde los medios de comunicación, porque lo que define por excelencia a los
medios de comunicación es su capacidad para transmitir un tipo de cultura mediante la
elaboración de informaciones que nos hacen llegar de una manera inmediata. Este tipo
de cultura se constituye en fuente de formación para sus receptores, entre los que se
encuentra, lógicamente, el alumnado. Los alumnos no escapan a la influencia que los
medios de comunicación les supone, principalmente porque sus contenidos reflejan
situaciones comunes y cotidianas que les son familiares, lo que hace al medio de
comunicación especialmente atractivo. Por eso es necesario poner en relación al alumno
con su entorno, profundamente marcado por los medios de comunicación y a través de
los cuales recibe continuos impactos que afectan a su código de valores, que se refieren
a valores universales, tradicionales y a valores nuevos que se imponen mediante la
repetición de estereotipos que terminan siendo habituales en la convivencia. En este
sentido, la transmisión de la cultura, a través de los medios de comunicación, acentúa la
necesidad de una formación en valores que ponga en alerta al alumno ante los continuos
influjos que recibe a través de los mismos. Y hablar de cultura y medios de
comunicación es hablar necesariamente de educación en valores. La actualidad, con la
que trabajan los medios de comunicación, refleja, a su vez, un conjunto de valores,
normas, pautas de conducta y comportamiento que influye en la percepción que de la
vida se hace el alumnado. Es, además, fuente de conocimiento para el alumno que se
integra en la escuela principalmente, a través de dos vías: la vida cotidiana del centro,
del alumno, de la comunidad escolar y los medios de comunicación, acercando al
alumno a su entorno. En el primer caso, directamente. En el caso de los medios de
comunicación a través de sus contenidos. Pero la actualidad que nos ofrecen los medios
de comunicación es sesgada, limitada, modelada desde diferentes perspectivas por la
misma estructura de los medios de comunicación. La realidad, así, se convierte en la
suma de todas las perspectivas que de ella nos ofrecen los medios de comunicación. La
escuela debe ayudar a procesar esa información para que su influencia en el proceso de
formación del alumno sea positiva.
Pero, primero, la escuela debe asumir el papel de intermediarios entre el alumno y la
sociedad, tiene que aprender a convivir con los medios de comunicación, a aceptar su
existencia y utilizarla para ayudar al alumno a interpretar lo que, a través de ellos, se les
ofrece. La escuela y los medios de comunicación también se identifican en cuanto que
trabajan con la actualidad. Y esa actualidad refleja valores, y ambos transmiten valores.
La escuela transmite valores de una manera explícita (normas y principios que rigen el
centro, determinados contenidos, etc.) e implícita (actitudes que se desarrollan en el
interior del centro). Los medios de comunicación, transmiten valores de manera directa
(propio estilo del medio) e implícita, a través de mensajes subliminales que de una
manera inconsciente se van recibiendo por parte del receptor. Este paralelismo que
existe y viene marcado por la actualidad complementa las posibilidades de formación y
enriquece al alumno. Los medios de comunicación, como transmisores de cultura,
desempeñan un papel importante en la formación porque generan un tipo de cultura que
nos hacen llegar inmediatamente, reflejan normas, pautas de comportamiento, de
conducta, de valores e intervienen en el proceso de aprendizaje. Por eso, la escuela debe
estar atenta y no quedarse atrás en la incorporación de los medios de comunicación al
proceso de aprendizaje.
Hace muchos años se empezó a hablar de que las aulas no tenían ya muros, que los
medios de comunicación –especialmente, el cine y la televisión- habían irrumpido con
fuerza en el ámbito de la educación y que su influencia era creciente y tendería a
aumentar. Hoy en día, cuando el siglo XXI está en sus inicios, casi puede decirse que se
ha constituido una escuela paralela que son los medios de comunicación. Muchos
estudios han puesto de relieve que los niños en edad escolar, en muchos países, suelen
pasar más tiempo delante del televisor que en la escuela. Son las condiciones de la vida
urbana -que tienden a aislar a los niños en sus hogares-, el aumento de la jornada laboral
de los padres, así como la fuerza irresistible que para muchos tiene la televisión, las que
parecen ser las causas del fenómeno. En todo caso y al margen de sus causas, la
influencia de la televisión en los niños es en la actualidad cuantitativamente
incontestable. Pero también lo es de modo cualitativo.
La televisión posee una capacidad de fascinación muy notable. A los niños, les atrae de
ella, el colorido, el movimiento, la facilidad con que les evita el tedio y el aburrimiento,
y lo dócil que resulta a sus requerimientos, porque siempre se puede encender o apagar
a voluntad y permite el cambio de canal con sólo mover un dedo. Por si fuera poco, la
televisión transmite las modas y los estilos que la mayoría de niños siguen.
Informa de los temas de los cuales hablan, y no cesa de transmitir sus historias
favoritas, pobladas siempre, por sus héroes más queridos. Si a la televisión añadimos la
influencia de la música -transmitida a través de la radio, los CDs de audio o la red- la
del cine, el teléfono móvil e Internet, seremos capaces de comprender la capacidad de
influencia que los medios de comunicación ejercen sobre los más jóvenes. Estos medios
-que están hoy día conformando una especie de burbuja personal que envuelve a los
niños- pueden ser considerados, sin temor a exagerar, una escuela paralela.
¿Qué duda cabe de que la esfera mediática funciona, para los niños de hoy, como una
escuela privilegiada, con un poder de atracción y deseducación importante y, en
ocasiones, más decisiva que el de la propia escuela tradicional?
Los medios de comunicación son, en casi todo el mundo, directa o indirectamente una
industria cultural que se nutre de la publicidad, y que persigue las audiencias masivas.
Esta condición de partida les lleva a generar contenidos que disponen de algunos
atributos esenciales. A saber:
· Tienden a ocupar, de una manera u otra, todo el tiempo cotidiano y todos los espacios
de la vida normal. Tienen pues un aspecto claramente invasivo y absorbente.
· Usan una retórica muy llamativa para transmitir con eficacia sus mensajes.
· Hacen del mimetismo, que asegura la extensión rápida de una cultura global, la
principal razón de ser de muchos programas y espacios.
La escuela parece tener otros valores y un estilo distinto. Aunque en los últimos tiempos
se han dado transformaciones profundas en los centros escolares, parece que siguen
pesando en la enseñanza valores como:
· La cooperación y la relación con los demás, primero porque los demás están
físicamente presentes en la escuela y, segundo, porque muchas de las tareas escolares no
pueden realizarse en solitario sino conformando un grupo organizado.
Un medio de comunicación es, por su parte, de alguna manera, un sistema que conduce
el saber de su propio público. Ejerce además tal grado de influencia, especialmente en
los más jóvenes, que su acción puede denominarse, de alguna manera, educativa
informal. En consecuencia, la educación y la comunicación están obligadas a
entenderse.
Medios y escuela, su relación en el siglo XXI
Los mass media son canales de comunicación creados por unos pocos para que los
reciban muchos. Los medios adoptan múltiples formas: periódicos, revistas, libros,
tebeos, fotografías, radio, televisión, videocintas, internet, videojuegos, carteles, etc. y
cada uno tiene una estructura propia y una manera de intervenir en la realidad que
circunda a la ciudadanía. Sufrimos una sensación de saturación cuando tenemos puesta
la TV o la radio, mientras desarrollamos una tarea en el hogar o en el trabajo, etc. Los
medios son importantes moldeadores de nuestras percepciones e ideas, de las maneras
en que vamos conformando el modo de ver y entender el mundo. Algunos de esos
mensajes tienen un impacto inmediato, mientras que otros traen consecuencias de largo
alcance que difícilmente llegamos a identificar.