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ENVEJECIMIENTO CON ÉXITO

Por Hno. Pastor Oscar Reinaldo García.

1- LA VEJEZ SATISFACTORIA.
Los expertos en psicología evolutiva definen la vejez satisfactoria como la
que incluye tres elementos que determinan el éxito o el fracaso de los años
de la jubilación. Cuantos más se reúnan y más alto sea el nivel de cada
uno, mayor probabilidad de éxito habrá. Como dato interesante diremos que
los efectos protectores de estos elementos benefician incluso a las
personas con enfermedades crónicas. He aquí la lista:
a. Un nivel alto de implicación en la vida.
Aunque con la edad van dejándose tareas y responsabilidades, es
necesario seguir ocupado en tareas cotidianas y ser responsable de
algo, ya sea cocinar, efectuar ciertos recados o dispensar atenciones,
bien a un animal doméstico, a un ser querido en casa o a una persona
desvalida en un centro de acogida.
b. Un riesgo bajo de enfermedad.
Aunque la edad nos va haciendo más débiles, es necesario mantener al
mínimo las probabilidades de contraer infecciones y enfermedades.
Para ellos, debemos ser precavidos, higiénicos, alimentarnos
equilibradamente, mantener un buen tono en los músculos y los huesos
y ejercitar el pensamiento grato y positivo.
c. Funciones físicas y cognitivas mantenidas a un buen nivel.
Cuando, de forma significativa, falla el organismo o se debilitan el
razonamiento, la memoria o la percepción, estamos abocados al
envejecimiento veloz. La continua utilización de las facultades físicas y
mentales parece el único método para preservar estas funciones.

2- LOS PUNTOS CLAVE.


a. Ejercicio físico regular.
Los participantes involucrados en una actividad física habitual
experimentaban un declive de sus facultades orgánicas de solo la mitad
respecto a quienes no realizaban ejercicio regular. Carosamente, no existía
diferencia en el beneficio entre los que practicaban una actividad moderada
(paseo o limpieza y orden en la casa) y los que llevaban a cabo una
actividad intensa (carrera o deporte).
b. Nivel óptimo de la función pulmonar.
Se observó que cuanto mejor era la función respiratoria y pulmonar de la
persona mayor, menor era el deterioro físico. Este factor mantenía una
estrecha relación con el punto anterior.
c. Participación en actividades sociales.
Se comprobó que las relaciones con otras personas, ya que fuera en clubs,
hogares, familia, iglesia, o en la práctica de deportes o entretenimientos,
ofrecían un nivel de protección similar al del ejercicio físico.
d. Control sobre la calidad de vida de uno mismo.
La autonomía para decidir qué, cómo y cuándo hacer lo que mejor
conviene, así como la iniciativa y la libertad sobre las cosas que afectan a
cada uno, también ejercían un efecto positivo sobre el envejecimiento.

e. Trabajo.
Quienes mantenían un trabajo (generalmente a tiempo parcial o como
voluntarios) tendían a retrasar el proceso de envejecimiento frente a los que
habían pasado a la inactividad laboral.
f. Funcionamiento cognitivo adecuado.
Los mayores con sus funciones mentales en buenas condiciones y que
estaban abiertos a los cabios socioculturales, experimentaban menos
deterioro físico que los que no gozaban de dichas características.
g. Actitud mental positiva. Los estudios constataron que la forma personal
de ver las cosas influía en el deterioro físico. Quienes era positivos y
optimistas experimentaban un envejecimiento más lento que los de actitud
pesimista y catastrófica.

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