Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Magistrado Ponente:
YESID RAMÍREZ BASTIDAS
Aprobado Acta N° 119
VISTOS:
1
La resolución acusatoria de segunda instancia fue suscrita el 28 de noviembre de 2001.
5. La decisión del a quo fue apelada por el Agente del Ministerio
Público y el Tribunal Superior de Yopal en sentencia de 18 de
septiembre de 2007, revocó el fallo de primera instancia y condenó a
ALCIBIADES SALAMANCA LEÓN a las penas principales de 85 meses de
prisión, multa en cuantía de 25 salarios mínimos legales mensuales
vigentes e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones
públicas por un lapso de 36 meses. En el resuelve segundo también
se dispuso condenar al procesado a la pena accesoria de 85 meses
de inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas.
LA DEMANDA:
(vi) Dio por establecido que toda erogación que se ejecute por
fuera del artículo 15 citado afecta la inversión social;
(vii) Haber dado valor probatorio absoluto al informe de la
Contraloría y al informe de Auditoría, cuando los mismos apenas
contienen una relación de acontecimientos; y,
CONSIDERACIONES DE LA CORTE:
2
JESÚS BERNAL PINZÓN, Delitos contra la administración pública y asociación para delinquir . Bogotá, Editorial
Temis, 1965, p. 1.
ZANOBINI, de que “el Estado procede a la consecución de sus fines por
medio de una serie de actividades que constituyen sus funciones”, que
se proyecta en la triple dimensión legislativa, judicial y administrativa" 3.
6
Corte Constitucional, sentencia C-165/93.
7
Corte Constitucional, sentencia C-561/99.
8
Así por ejemplo, la Ley 42 de 1993, art. 8º, señala los principios que gobiernan la vigilancia de la gestión
fiscal -eficiencia, economía, eficacia, equidad y valoración de costos ambientales- y la Ley 80 de 1993,
artículos 23 y s.s. consagra unos principios orientadores de la actividad contractual del estado -transparencia,
economía, responsabilidad y en general los que rigen la función pública-.
Merece una referencia especial el Decreto 01 de 1984 o Código
Contencioso Administrativo, estatuto que a pesar de haber sido
expedido en el marco constitucional de 1886, dedica varias
disposiciones a la forma como se deben desarrollar las actuaciones
administrativas, resaltando que su objeto es el cumplimiento de los
cometidos estatales como lo señalan las leyes, la adecuada prestación
de los servicios públicos y la efectividad de los derechos e intereses
de los administrados, reconocidos por la ley -artículo 2º-; así mismo
consagra los principios que gobiernan las actuaciones administrativas,
es decir, el ejercicio de la función pública: economía, celeridad,
eficacia, imparcialidad, publicidad y contradicción -artículo 3º-.
9
Véase Corte constitucional, sentencia T-489/99. Así mismo, en la sentencia C-124/96 se dice que la igualdad
en abstracto, implica una identidad en la oportunidad, al paso que en lo específico requiere un discernimiento,
una diferencia y una proporcionalidad: se iguala lo diverso, no por homologación, sino por adecuación.
10
Corte Constitucional, sentencia C-339/96.
11
Corte Constitucional, sentencia C-427/94.
su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación
moral, intelectual y física de los educandos (artículo 67); en la
extinción del dominio sobre bienes adquiridos mediante
enriquecimiento ilícito, en perjuicio del Tesoro público o con grave
deterioro de la moral social (artículo 34); en la función administrativa
que se desarrolla con fundamento en los principios de moralidad
(artículo 209); en la obligación de los congresistas de poner en
conocimiento de la respectiva Cámara las situaciones de carácter
moral o económico que los inhiban para participar en el trámite de los
asuntos sometidos a su consideración (artículo 182); en las acciones
populares, que podrán ser invocadas para la protección de los
derechos e intereses colectivos, relacionados con la moral
administrativa (artículo 88); y, como causa de formulación de
peticiones por parte de los miembros de la fuerza pública (artículo
219)12.
13
Conforme al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la expresión "inhabilidad" tiene entre
otras acepciones la de "defecto o impedimento para ejercer un empleo u oficio". La Corte Suprema de
Justicia la definió como "aquella circunstancia negativa del individuo, el defecto o impedimento para ejercer u
obtener un empleo o que le resta mérito para ejercer ciertas funciones en un cargo determinado y se traduce
en la prohibición legal para desempeñarlo independientemente de otros" (sentencia de 9 de junio de 1988).
Las inhabilidades, entonces, son aquellas circunstancias creadas por la Constitución o la ley que impiden o
imposibilitan que una persona sea elegida o designada en un cargo público, y en ciertos casos, impiden el
ejercicio del empleo a quienes ya se encuentran vinculados al servicio, y tienen como objetivo primordial
lograr la moralización, idoneidad, probidad e imparcialidad de quienes van a ingresar o ya están
desempeñando empleos públicos.
Así las cosas, las inhabilidades son de distinta índole, v.gr. generales, es decir, que operan para toda clase de
empleados del sector público; específicas, para una determinada entidad o rama del poder, limitadas en el
tiempo, permanentes, absolutas, relativas, etc. Las inhabilidades, como las demás calidades, exigencias o
requisitos que deben reunir los candidatos para efectos de su incorporación al servicio del Estado, en
empleos de carrera o de libre nombramiento y remoción, deben estar consagradas en forma expresa y clara,
y pueden hacer parte del estatuto general que rige la función pública, o de manera específica, del estatuto de
carrera, o de personal de cada entidad, sector o rama del poder público [Cfr. Corte Constitucional, sentencias
C-546/93 y C-147/98].
14
La incompatibilidad comporta una prohibición dirigida al titular de una función pública a quien, por ese
hecho, se le impide ocuparse de ciertas actividades o ejercer, simultáneamente, las competencias propias de
la función que desempeña y las correspondientes a otros cargos o empleos, en guarda del interés superior
que puede verse afectado por una indebida acumulación de funciones o por la confluencia de intereses poco
conciliables y capaces, en todo caso, de afectar la imparcialidad y la independencia que deben guiar las
actuaciones de quien ejerce la autoridad en nombre del Estado. Cfr. Corte Constitucional, sentencia C-181/97.
15
Corte Constitucional, sentencia T-489/99. Ver también sentencia C-449/92.
La eficacia está contenida en varios preceptos constitucionales
como perentoria exigencia de la actividad pública: en el artículo 2º, al
prever como uno de los fines esenciales del Estado el de garantizar la
efectividad de los principios, deberes y derechos consagrados en la
Constitución; en el 209 como principio de obligatorio acatamiento por
quienes ejercen la función administrativa; en el 365 como uno de los
objetivos en la prestación de los servicios públicos; y, en los artículos
256 numeral 4°, 268 numeral 2º, 277 numeral 5º y 343, relativos al
control de gestión y resultados16.
16
Corte Constitucional, sentencia SU-086/99.
17
Corte Constitucional, sentencia C-722/99.
18
En el fenómeno jurídico de la descentralización, se produce un traslado de asuntos que serían de
conocimiento de la autoridad central, a las autoridades territoriales, o de la administración central a otras
autoridades a quienes se confía el desempeño de labores especializadas, de tal suerte, que la decisión
administrativa en los dos casos, no se adopta por la autoridad central, sino por un ente territorial, o por la
entidad prestadora del servicio, o encargada del ejercicio de funciones administrativas [Corte Constitucional,
sentencia C-561/99].
19
Consiste en el otorgamiento de ciertas funciones a agentes nacionales, regionales o locales, las cuales se
ejercen siempre y en todo momento a nombre de la entidad otorgante. [Corte Constitucional, sentencias C-
216/94 y C-722/99].
20
La delegación se realiza y revoca por la autoridad administrativa titular de la atribución, en busca de
descongestionar los órganos superiores que conforman el aparato administrativo y, facilitar y agilizar la
gestión de los asuntos administrativos, con el objeto de realizar y desarrollar los fines del Estado en beneficio
de los administrados, en cumplimiento y desarrollo de los preceptos constitucionales [Corte Constitucional,
sentencia C-561/99].
posible es lo que comprende el principio de economía. Se sabe que no
siempre la utilización de más recursos de los estrictamente necesarios
implica una vulneración a este dogma pues en ciertos casos el
beneficio social se encuentra justamente en el empleo de tales
recursos.
21
Corte Constitucional, sentencia T-526/92.
22
Corte Constitucional, sentencia T-489/99.
23
Cfr. ENRIQUE ORTS BERENGUER e INMACULADA VALEIJE ÁLVAREZ , «Delitos contra la administración pública»,
en TOMÁS SALVADOR VIVES ANTÓN , (coordinador), Comentarios al Código Penal de 1995, volumen II, Valencia,
Editorial Tirant lo Blanch, 1996, pág. 1810.
personas sin discriminación alguna, mediante la igualdad de trato y el
respeto al orden en que actúan24.
27
Corte Constitucional, sentencia C-575/92.
A la eficiencia, como principio rector de la gestión pública, aluden
preceptos constitucionales como los contenidos en los artículos 48, 49
y 268, numerales 2 y 6, de la Constitución Política 28.
31
En estos términos Corte Constitucional, sentencia C-366/93.
los familiares de determinados servidores públicos que, conforme
al criterio del Legislador, pueden incidir en la contratación... toda
vez que se procura la salvaguarda del interés general que rige la
contratación pública32.
35
ANTONIO VICENTE ARENAS, Compendio de Derecho Penal. Bogotá, Editorial Temis, 1989, p. 137.
36
ALFONSO GÓMEZ MÉNDEZ, «Delitos contra la administración pública», en Derecho penal parte especial tomo
I, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 1987, p. 24.
37
Fiscalía General de la Nación. Proyecto de ley por la cual se expide el código penal . Imprenta Nacional de
Colombia, Santafé de Bogotá, 1998, p. 63.
38
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto de 14 de noviembre de 1956.
próximo39, entendió "la independencia, honestidad e imparcialidad de
los funcionarios" como bien jurídico protegido por el antiguo artículo
167 de la codificación de 1936 40 o que el prevaricato estaba constituido
por la "falta a sabiendas y deliberada contra los deberes que impone el
normal desempeño de un cargo público o se viole el juramento
prestado de cumplir con los dictados de la ley" 41.
39
Verbi gratia, Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia de 12 de noviembre de 1997,
proceso 9887, en la que se señala que en el delito de peculado se presenta primordialmente una traición a la
confianza depositada por la administración pública en el agente para la custodia de bienes.
40
Que corresponden al artículo 145 del Código Penal 1980 y al 409 del Código Penal de 2000.
41
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, autos de 6 de septiembre de 1946, de 1° de octubre
de 1948, de 27 de noviembre de 1951 y de 15 de mayo de 1952.
42
Sobre el particular pueden consultarse: EMILIO OCTAVIO DE TOLEDO, La Prevaricación del funcionario público,
Madrid, Editorial Civitas, 1980, p. 213; T. S. VIVES ANTÓN y otros. Derecho Penal Parte Especial..., ob. cit., p.
271 a 294 y 405 a 498; F. MUÑOZ CONDE, Derecho Penal Parte Especial..., ob. cit., p. 699 a 762.
43
Opinión sostenida, entre muchos, por la Corte Constitucional, sentencia C-244/96.
ofensa de un bien jurídico; la infracción del deber únicamente tiene
incidencia en la relación que se establece entre servidor público y
Administración, siendo su naturaleza exclusivamente disciplinaria 44, sin
que ello autorice a considerar que cualquier incumplimiento de un
deber constituya per se infracción disciplinaria.
Y se ha agregado:
46
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia de 18 de mayo de 1999, proceso 13827.
(art. 2º), y que la función administrativa está al servicio de los intereses
generales (art. 209), se ha de tener como consecuencia directa de las
disposiciones referidas, que uno de los bienes jurídicos protegidos es
la imparcialidad que ha de regir el funcionamiento de la
Administración en su labor de satisfacer los intereses generales
de los ciudadanos47.
47
En el sistema jurídico español, de acuerdo con lo previsto en la Constitución de 1978 -art. 103, precepto en
el que se lee que la Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y que los
funcionarios públicos deben actuar con imparcialidad en el ejercicio de sus funciones- la doctrina mayoritaria
sostiene que el bien jurídico protegido es el deber de objetividad e imparcialidad que ha de regir el
funcionamiento de la Administración. Cfr. L. MORILLAS CUEVA y G. PORTILLA CONTRERAS, «Revelación de
secretos, cohecho y tráfico de influencias», ob. cit.; E. OCTAVIO DE TOLEDO, La Prevaricación..., ob. cit.; T. S.
VIVES ANTON y otros, Derecho Penal Parte Especial, Valencia, Ed. Tirant lo Blanch, 1993; FRANCISCO MUÑOZ
CONDE, Derecho Penal Parte Especial, Valencia, Tirant lo Blanch, 1988; JOSÉ LUIS GONZÁLEZ CUSSAC , El
Delito de prevaricación de funcionario público, Valencia, Tirant lo Blanch, 1994, y MERCEDES GARCÍA ARAN, La
Prevaricación Judicial, Madrid, editorial Tecnos, 1990, entre otros.
mediata o inmediata, de la propia Ley Fundamental, pues ella
consigna las reglas que entienden a los servidores públicos, y los
justifican, en tanto en cuanto estén al servicio del Estado y de la
comunidad y, en consecuencia, se les impone a éstos el deber de
ejercer sus funciones en la forma prevista por la Constitución -y demás
normas- (artículo 123, inciso 2º).
48
Cfr. L. MORILLAS CUEVA y G. PORTILLA CONTRERAS, en «Revelación...», ob. cit., p. 192 y s.s.
49
Cfr. T. S. VIVES ANTON, y otros. Derecho Penal Parte Especial..., ob. cit., p. 271.
para beneficio propio y menos con fines de usufructo personal; en fin,
se protege la sociedad castigando conductas que atentan contra ella,
cuando servidores públicos, o particulares prevalidos de sus cargos,
quebrantan la pureza de la Administración pública en general, vulneran
la imparcialidad en el ejercicio de sus funciones y se consigue,
finalmente, desviar los objetivos centrales que debe perseguir el
ejercicio de la función pública en un Estado social y democrático:
asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo,
mediante la exaltación de la dignidad humana y la consolidación del
bien común.
50
Cfr. J. L. GONZÁLEZ CUSSAC, El Delito..., ob. cit., p. 20.
51
Cfr. E. ORTS BERENGUER y I. VALEIJE ÁLVAREZ, «Delitos contra la administración pública, » ob. cit., p. 1810.
3. El artículo 15 de la Ley 141 de 1994 y la destinación de las
regalías
58
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia de 1de junio de
1995.
De acuerdo con lo que establecía el artículo 3° del Decreto 855
de 199459, vigente para el momento en que tuvieron lugar las
contrataciones que dieron lugar al presente proceso, en orden a
satisfacer el postulado de selección objetiva del contratista, propósito
que el legislador no declina en el trámite simplificado de contratación
directa, es menester agotar diversas exigencias impuestas bien en
función de los recursos que se van a comprometer a través del
contrato, ora por la complejidad del objeto a desarrollar.
60
Véase: (i) Cuaderno anexo original 16 que contiene información recolectada por el CTI, (ii) certificación de
ANTONIO SAVINO LLOREDA, Coordinador de Regalías de Ecopetrol, y (iii) Informe de Auditoria a las Regalías del
Municipio de Aguazul elaborado por la Contraloría General de la República.
El cuestionamiento que se hace por la censura a las auditorías
realizadas por la autoridad constitucionalmente encargada de ejercer
el control fiscal no tiene la fuerza suficiente como para derrumbar las
conclusiones que del mismo se pueden extraer, de donde se sigue
que se mantiene incólume al punto de poderlo exhibir como elemento
fundamental de la crítica probatoria que sirve de sustento al fallo de
condena.
El cargo no prospera.
6. Casación oficiosa
RESUELVE: