Вы находитесь на странице: 1из 20

la historia urug aya

Este fascículo ha sido preparado por el CAPITULO ORJENTAL preszntará semanalmente, en sus
treinta y ocho fascículos, la historia de la literatura uruRuaya.
profeso!' Daniel Vidart. revisado por el El conjunto abarcará un panoraIna completo, desarroHado en
Dr. Carlos Real de Azúa y adaptado por extensión y en profundidad, de las obras más representativas
de la producción literaria nacional, desde la Conquista y la
el Deoartamento Lit.~ario del Centro Patria Vieja hasta· nuestros días. El lector podrá coleccionar
la historia de la Editor -de América Latina. el texto ilustrado de estos fi:l!>Cículos para contar con un volu-
literatura ttl"uguaya men completo al cabo de su publicaciún: simultáneamente,
separando las tapas podrá-' disponer de una valiosa iconop;rafía
23. Poesía y campo: de la. historia' del país. -
Los libros que acompaitan a los fascículos formarán la
"Biblioteca Uruguaya Fundamentar'.
del nativismo a la protesta

Facsimil del primer número de HLa Estancia".


OE51A Y CAMPO:
EL NATIVISMO
A A PROTES

POESIA REGIONALISTA Y dad rural como la única digna de ser descrita


POESIA UNIVESALlSTA e' interpretada por una verdadera literatura na-
cional. He aqui lo tlpico e intransferible: la
Cabe efectuar otro tipo de clasificación de revolución o la patriada, el campo inmenso a
los géneros literarios que el realizado ante- más no poder, los ranchos mortecinos y las
riormente. Si partimos de la distinción geográ- ramadas dicharacheras, el caballo y la china,
fica y sociológica entre campo y ciudad, po- el coraje y el cuchillo, la soledad de la senda
demos dividir las producciones :literarias en dos yla alegría del asado, los caudillos y sus
categorías: la una, universalista, aborda una huestes. Dados este escenario, estas gentes y
t mática inteligible por todos los hombres ci- estos dispositivos culturales se delinean las t n-
vilizados de cualqui r época, sean franceses, dencias de los, escritores: los épicos y los líricos,
alemanes o uruguayos -los Miserables de los pintores de sentimientos y 105 escasos fusti-
Víctor Hugo, el Fausto de Goethe, el eer Gynt gadores de injusticias, los pesimistas y los
de Ibsen- mientras que la otra, regionalista, optimistas, los que se quedaban en la piel y
se limita a un ámbito nacional y particularmen- lo que iban hasta el hueso, los realistas y los
te al repertorio simb61ico de la trastierra cam- ideali.stas, los creadores de veros y los fajine.
pesina, con su fauna y fl ro, us estilos de ros de las letras.
vida, sus costumbres y, sobre todo, su lenguaje La poesía de Hidalgo señala el primer in-
propios. Los lectores de Doña B6rbara (Galle· tento literario, y por ende deliberado, de reco-
gas), del Morfi Fierro (Hernández), de los nocer las escala.s de valores del hombre rural,
poemas de P toefi, sólo penetrarán profunda- su cuerpo de costumbres, su d nuedo comba·
mente en la médula de esas obras si son vene- tivo, su concepción de la teorla y su ejercicio
%olanos, rioplatenses o húngaros. stas formas de la praxis en I preciso momento que el
de nacionalismo literario se circunscrib n deli- gaucho, desheredado 'hasta ayer, se convertía,
beradamente al área rural pues las naciones conjuntamente con los paisanos, en el brazo
del orbe se asemejan por sus ciudades y se armado de la libertad. A partir de Hidalgo.
diferencian por sus campos, se entienden por cuya vida, obra e influencia se analizó en el
la lengua científica o artística de la Universi- capítulo décimo de esta obra, la tendencia re-
dad o la Academia y se miran extrañadas gionalista se abre un seguro cauce en las le-
cuando las separan el ~ulticolor muestrario de tras nacionales. A la imitación culterana se
la etnografia, las zarzas de la selva idiomá- opone la creación de acento popular, si bien
tica o el color local de las culturas vernacu- pergeñada por intelectuales urbanos; a la im·
lares. pronta literaria del colonialismo se la confron-
En nuestro país, por mucho tiemp'o y en vas- ta con un intento de emancipación que ascien-
tos sectores de opinión, se consideró la reali- de del estilo gauchesco a la intencionalidad

353
política; a la sUleclon a normas economlcas y y anoOlmo y la poesía urban", de filiación
modelos mentales europeos se le contesta con literaria y énfasis indívidualista. El poeta gau-
una ruptura que abarca las ínfraestructuras y chesco es un ciudadano y no un campesíno;
las superestructuras a un tiempo; a los arque- emplea el lenguaje del gaucho pero lo pone
tipos de la ideología burguesa de la sedicente al servicio de una intención moralizante y de
Madre Patria se les sustituye con un manifiesto un designio politico concreto. Su propósito,
poético que recoge las formas expresivas del como actor, es servir a la revolución emancipa-
proletariado rurEll, sus ideales y sus peculiari- dora y atacar el orden colonial vigente. Empa-
dades lingüísticas y que, como un bumerans, reja así la pluma con la espada y mientras los
retorna al pueblo campesino para darle sen- paisanos combaten con armas de punta y filo,
tido a su pelea y meta a sus sacrificios heroicos. él combate con sus versos, tan efectivos en su
exaltación de la lucha armada como aquéllas.
LOS TRES CAUCES DE LA POESfA y a veces estos versos, humildes, ingenuos, po-
REGIONALISTA URUGUAYA derosos, tienen mayor supervivencia que las
lanzas y los facones pues se trasmiten a poste-
El surgimiento de la poesía gauchesca señala riores generaciones sin que los embote el he-
un pacto entre la poesía gaucha de los cam- rrumbre del tiempo ni el orín del olvido.
pos, tributaria, aunque independizada, de los Desde mediados del siglo XIX habrá cauces
padrones populares del antiguo trasiego pe- en la cuenca de la poesía regionalista uru-
ninsular que acqrreó el patrimonio tradicional guaya. Un cauce es el de la poesía gaucha,

LO NATlVISTA y LO GAUCHESCO
... A esta altura de nuestra evocación Lo gauchesco, como la semilla, viene li-
conviene aventurar una pregunta: ¿Qué no- mitado a la expansión del órbol. Aflora y
tivismo o qué clase de nativismo era aquél? se cierro en su propia distancia de sombra.
Vamos a tomar en cuenta el aporte poé- Lo nativista en la prolongación ingeniosa
tico. Lo música y lo pintura son tema para y universal de la raíz originaria.
otra disertación confluente o paralela. En lo gauchesco predominan la ingenuidad,
Es lo cierto que hasta 1922 nuestra poesía el lenguaje caliente y derecho que asegura
de signo regional era uno rédundancia en los temas.
métrica y expresión. Moviendo y remachan- En lo nativo, hay una gracia sutil, la
do las composiciones, los mismos asuntos, las imagen curiosa, comedida, o veces deto-
esperadas soluciones, idéntica' filosofía de nante, un desafío extraterritorial, la originali-
la vida, el vapuleado refranero, la ocurren-
dad expresiva, que buscan el encanto in-
ciadesteñida.
menso de la palabra y desatan cierta ioni-
Zorr':illa de, San Martín, que consiguió zación lírica para ganar espacio y coronar
crear una epopeya aborigen, lo hizo, como la faena raigal de nuestra seña poético.
se dijo alguno vez, "estirando a Bécquer".
Se podía decir que en lo gauchesco hay
No nos podemos quejar. Mol o bien, te- humanidad y en lo nativo, mística racial.
nemos una literatura de entraña oriental que
nos enorgullece.
El nativismo uruguayo es una aventura
Desde los payadores primitivos que reta-
ban el poderío godo con décimas en las ban- trascendente. Traía un mensaje de agita-
derolas; desde el iniciador Hidalgo, pasando ción artística que, desde el desenfado, lo
por Lussich, los voluntarios de "El Fogón" y simpatía y la claridad popular, hasta el
llegando hasta el Viejo Pancho y el formi- despliegue métrico de expresión, enseñaba
dable Romildo, nuestro literotura ha tenido la riqueza recóndita que tienen los episodios,
un arranque fermental, una secuencia ge- la naturaleza, las cosas y los elementos de
nuina, que han venido a suscitar y estable- formula~ión cuando los toca, despierta y ex-
cer la tradición del verso gauchesco, permi- travasa el aliento de la gracia renovadora.
tiendo el ensanche del nativismo en 1922.
No es lo mismo poesía gauchesca que Pedro Leandro lpuche. (Hor.:b;es
poesía nativa. y Nombres, Montevideo, 1959).

354
campesina o paisana, como se puede deno- EL GRUPO DE EL FOGÓN
minar indistintamente, y que en el fondo es
poesía espontánea, popular, creada por los En setiembre de 1895 un conjunto de entu-
cantores y los payadores. Esta poesía pura- siastas burgueses montevideanos funda la re-
mente oral ha desbordado el primitivo territo- vista El Fogón para hac-er brillar en él sus
rio de la poesía tradicional y lo anega cosí charamuscas poéticas. Éste no era un hecho
totalmente bajo sus aguas. aíslado. Después de la consagración popular
El segundo cauce es el gauchesco: nacido del Martín Fierro de José Hernández, que
con Hidalgo y prolongado por Araúcho, coe· superó en calidad y fortuna '0 su modelo Los
xiste con el gaucho en su mediodía guerrero, tres gauchos orientales de lussich -ambos se
editaron en 1872-, había florecido en ambas
encuentra en lussich el cantor del ocaso del
orillas del Plata una subliteratura gauchicida,
gaucho e i:1augura con el Viejo Pancho el lar-
fraguada al paladar de un ávido público con-
go e1ielo de la evocación nostálgica, muertos sumidor. Esta producción, comúnmente de cali-
ya el gaucho y su mundo. Se trata del mensaje dad ínfima, arrastró durante una veintena de
poético de hombres con formación y mentali· años la decadencia de un género que nació
dad urbana? que imitqn la sintaxis, los tropos como un testimonio y culminó como una evoca·
y el habla c;Ie los poetas rurales, analfabetos' e ción. los engendros teatrales brotados a' 'este
indoctos. Este géner'o, nacido bajo el signo conjuro inauguraron a la luz de los candiles
gauchi-poIítico al decir de Sarmiento, se con· del picadero circense un incesante pulular de
vertirá a veces en el vehículo de' una denun-
cia social, otras ahondará en la vena lírica,
contemplativa a intimista, y más comúnmente
se desnaturalizará en ul'! escarceo anecdótico,
pura chafalonía y hojarasca de versificadores
PRECISIONES SOBRE
d~ domingo, puntuales representantes de la EL NATIVISMO
mitología del gaucho fraguada por la oligar-
quía rioplatense para sublimar su cola de paja Las palabras nativo, nativista, nativismo,
latifundista y sus ingratitudes históricas para andan en muchas bcicas y en muchos pape-
con el pueblo rural. les como antes andaban los de criollo, crio-
El tercero es el de la poesía que, a falta
lIismo. Y observo que Con frecuencia, salvo
de mejor denominación llamaré criolla, hija
raros excepciones, a lo que antes se le lla-
maba criollo ahora 'se le llamo nativo. l. .. J
de un compromiso, como la gauchesca, pero de
El criollismo es uno cosa viejo y estótica; el
un compromiso al revés. la poesía criolla es
nativismo es una cosa nuevo y en evolución.
también de origen urbano, civilizado, acodé· l . .. J ¿Por qué confundir, entonces, dos tér-
mico, al igual que la gauchesca. la gauchesca minos representativos de dos aspectos dis-
sustituye el lenguaje pulido de la ciudad por tintos de nuestro arte? l ... J Nativismó sin
el lenguaje de los campos, plagado de barba- renovación, sin antena receptora de los nue-
rismos fonético-ortográficos, pero conserva el vos modos de sentir y de expresarse sería
espíritu del hombre cultivado. Se -habla como caer en el error de nuestro viejo criollismo
,los hombres de las cuchillas y se piensa como que siempre le atravesó el pingo a todo lo
los hombres de la ciudad: por doquier aflora nuevo l ... J Al arte moderno hoy que ~ru­
la moraleja, el sentido político, el refinamien- zarlo con lo típico para fortalecerlo, atarlo
to del lirismo o el retruécano hábil del' pole- o lo tierra no con un cabestro: con una raíz.
mista. 'la poesía criolla, por su parte, intenta y tendremos un modernismo participando de
un proceso inverso: conservg su forma acadé- lo nuestro y por ende, un nativismo evolu-
mica, su destreza literaria, su oficio intelectua- cionado y en evolución, que no reniegue del
lizado pero se carga de esencias y sentidos
presente y si es posible que se sobre paro
mostrar la pisto del porvenir. l... El nativis·
vernáculos. Toma al campo y sus hombres
mo es ... J el arte moderno que se nutre en
como objetivo, ahonda en la psicología indivi-
el paisaje, tradición o espíritu nocional (no
dual y colectiva de la gente campesina, procu- regional). y que trae. consigo lo superación
ra desentrañar la sabiduría infusa en la meno estético y el agrc;mdamiento geográfico del
talidad popular, exalta la naturaleza en térmi· viejo criollismo que 'sólo se inspiraba en los
nos que van desde la desClipeión romanticona tipos y costumbres del campo.
a la metáfora exacta y delicada, alumbra con
Fernón Silva Valdés. (La Cruz del
resplandor subjetivo una temática manoseada
Sur, N~ 18; Montevideo, 1927).
por los lugares comunes de la celebración pa-
triótica o la pasión terruñera.

35$
Regules en una reunión de "La Criolla"

dramones -puro tajo, puñalada y llorar de y al criollo por igual, la esencia rousseauniana-
chinas y nazarenas- que colmaban las exi- mente perfecta e intachable de aquellos
gencias de los orilleros nostalgiosos del campo
ausente. Por su parte los productos poéticos ... grandes tiempos patriarcales
-de algún modo hay que IIqmarles- circula- de los carretas de bueyes
ron de mano en mano, chambonamente impre- cuando había menos leyes
sos en libritos, folletines u hojas sueltas que y mejores orientales. (Alcides de María).
deletreaban a tropezones los voluntarios lecto-
res en la penumbra de los boliches o los ran- y para hacerlo buscó previamente un teatro
chos suburbanos y pueblerinos mientras un au- propicio. En efecto, un año antes, en i 894,
ditorio analfabeto procuraba reconocer, tras había surgido la Sociedad Criolla y los conter-
los afeites y deformaciones, el lejano sistema tulios de El Fogón, que también lo eran de
de señales de una realidad sumergida para dicha sociedad, no hacían mós que darle un
siempre. los aventados por el éxodo rural, espaldarazo literario que revitalizaba las pro-
supervivientes de una sociedad que había sus- yecciones estéticas del folklore. Alguien ha
tituido la existencia periférica del gaucho por dicho, empero, que las ruedos de amigos con
la igualmente marginal del pueblito de "ratas" osados, guitarros, tintineos de espuelas y ver-
o la "villa miseria", se topaban elegíacamente sadas no iban mós olió del patriotismo domin-
con un paraíso perdido, convertido en mito, guero. Debemos reconocer, en cambio, que los
doctores y comerciantes que se disfrazaban de
habitado por una turbo de fantasmas melenu-
gauchos, que engrosaban aperos y hablaban
dos que combatíQn con la partido prepotente
con giros apaisanados, 01 compós de 1(1 servi-
y borracho, representante del gobierno, aliada
cial vihuela, deseaban de veros dignificar lo
con los estancieros y protegida por los co- poesía criolla caído en monos mercenarios.
merciantes de ramos generales y, por ende, Alcides de Moría (Calixto el ;¡\foto), Orosmón
vencedora siempre. Moratorio (Julión Perujo), el Dr. Elías Regules
Cloro que la gente de El Fogón quiso hacer y a veces el propio lussich, fueron los conse-
mejor las cosas. Quiso rescatar de la vulgari- cuentes colaboradores de lo revisto y animado-
dad espesa que postraba al género gauchesco res de este movimiento.

H6
EL GUITARRERO CORRENTINO
(Paro el crioi10 francés Jules Supervielle, y con la punto de los dedos piso
gran poeta). Un menudo compás de vidrio y roso.
Mi podre tenía
Coso del diablo y de afán milagroso:
Una pulpería Lo guitorra se entrega a oquella mono
Con un enrejado sobre el mostrador. Como un cuerpo de amor, de gloria y gozo,
El paisanaje festivo venía Transido de relámpagos arcanos.
A jugar al truco o a oír un cantor.
Un día Todos lo ven y lo oyen sorprendidos;
Llegó un correntino, hondo de color, y poderosamente emb!=becidos,
Con una dulzura sombrío, Los ;ugadores han parado el "truco"
Con un botánico temblor. Con el codo en las puntas de la mesa.

Saludó con palabra mojado, y el correntino taciturno,


Antiguo y apagado, Con su golilla negra y su barba de cruz,
y se acodó en el mostrador. Trasciende una fragancia de yerba misionera.
Pidió una copo chico de coña brasilera,
y con una tristeza artero 11
Se puso a mirar al pulsador
Que en la guitarra entero Con qué asombro i"fantil, coo qué alegría
Cruzaba los dedos, pálido de amor. Yo lo oía y veía
Sentado en el umbral de aquella pulpería.
-Yo tamién toco un poquito-, Ah correntino,
Di;o, con uno voz tímido y pícaro,
Hondo y cetrino,
Despacito. Tú fuiste como un día mágico en mi destino.
y le posaron lo guitarro.
Con ansiedad cordial y misteriosa Tú pasabas de Corrientes,'
Su mano idílica la agarra, La Provincia tenaz del artiguismo
y el encordado y del martirio federal;
-Sortilegiodo- y traías un gran sonambulismo
Roza. De matrero de selva, de forma triste del
Empezaron los trémolos profundos {desierto,
De los "estilos" viejos; Con tu color de árbol y pastizol.
y siguieron rasgueos y tonadas,
y flequeríos vivos de entre los pulpe;os. y allá, en lo más perdido
De mi espíritu OSCU10 y escondido,
y "zambas" y "gatos" violentos, Iniciabas mi vida tan pequeña
"Cielitos" esbeltos y "pericones", Con una música de agua y de leña,
y "medias caños" y "milongas", De pá;aro y de fiera, y un encantado ruido
y "cuecas" y "ma/ambos" cimarrones, De la Naturaleza hecha sonido.
y el "minué montonero" de las revoluciones.
1/1
y una dolida "vidalita"
Mlitida hasta lo muerte y el gemido, y de aquello quedó un recuerdo extraño
y una ondulación inaudita Como un hermoso daño.
De indígena sonido, Nos quedó un cuento herido
Paso de un aire nuevo y conocido. De un venido y un desaparecido.
De pronto, tira la guitarro 01 aire
Con brujesco donaire, Pues con intensa suavidad,
y le viene a 10 punta de los dedos Paga su caña brasi/era,
Con las cuerdos corridos de latidos. Con íntima afonía saluda,
(Afuera,
y así, como en un rito de acrobacia melódico, ,
Monta su "gateado" con lenta agilidad).
Granizo uno piezo episódico.
y le resbala lo guitarra al brozo, (Júbilo y Miedo, 1926)
Como una compañero, entregadiza, Pedro leandro Ipuche.

357
','res épocas de "El Fogón"

. Las intenciones eran buenas pero la cosecha la carne de mi osamenta


fue magra. Si hoy releemos aquella copiosa y el agua de mi caldera.
vendimia de décimas nos encontramos con una (Alcides de María).
poesía de exteriores, de marionetas convencio-
nales que accionan mecánicamente sobre los y así se pinta al hombre:
mismos telones de fondo. Habilídad - a veces
mucha- para versificar, unas oportunas gotas Vive en aquella morada
de romanticismo, una reiterada invocación a Pedro Sosa, un campesino
las tradiciones, alabanzas '01 rancho, al caba- de chiripá de merino
llo, al mate, al amor de laschinitas queren- y de melena rizada.
donas, a los inspirados payadores, a los ente- En su estudiosa mirada
nodos de la fierro oriental, y ya tenemoS" en y en su presencia ímponente,
marcha ·10 fuerza que dinamizala versada ge- en su sonrisa elocuente
nerosa. A poco que se examine críticamente .y en su lenguaje chistoso
este animado friso de evocaciones camperas se se ve el tipo majestuoso
.comprueba que se trata de la apología de un de una raza inteligente.
mundo muerto y lo que pareda una -loa se (Elías Regules)
convierte en la lápida de una extinguida y
despistada humanidad. Las hazañas del gau- y así se concibe al paisaje:
chaje insumiso transcurren en un aire enrarecido
de ·falsedades, en una sociedad sin clases, y Allá lejos, una sierra,
las tristezas de los humildes se convierten en una tapera en la falda
dichas camperas al pasar por el prisma embe- y un arroyito en 'la espalda
llecedor de ·Ios. ideólogos del gauchismo. que va besando la tierra.
El clima espiritual de El Fogón se revela ve- Aquel rancho viejo encierra.
lozmente con la lectura de algunos versos. cuanto hay de lindo y gracioso;
Así se alaba a la china: allá, de tarde, afanoso,
con mi aperito contar
Sos la calandria que canta voy a suspirar de amor
cuando despierta la aurora, y o soñar que soy dichoso.
la estrellita brilladora (Orosmán Moratorio).
que en la noche se levanta,
la mañanita que espanta Todo esto sueI-la a hueco; es papel pintado
la oscuridad pasajera, en vez de naturaleza primigenia; es caricaturo
sos la jerguita bajera de 10s hombres, la sociedad y el ambiente del
que en invierno me calienta, medio campesino uruguayo.

358
LOS ANTECEDENTES DE UNA
NUEVA SENSIBILIDAD Para tí no es la carne del ganado que cuidas;
para tí es el ayuno y el dormir en el suelo,
El nacimiento del nativismo como tendencia y son las vestimentas sumarias y raídas
literaria responde a las exigencias de un na- y el alcohol asesino como todo consuelo.
cionalismo cultural que surgió en el. mediodía
del Uruguay batllista, o, si queremos descubrir Resto de naufragio, castigada nave,
tras lo político lo social,que coronó estética- casucha del hombre que no envidia el ave;
mente el jubileo de las c1osE!s medias. Los res- frágil al empuje del crudo pampero;
coldos de El Fogón no se habían apagado refugio sumario y típico, el rancho;
aún al finalizar la segunda decena de nuestro de barro y de paja, como el del hornero,
siglo. Carlos Roxlo, Yamandú Rodríguez -que miserable y sucio, como el del carancho.
también revista entre los gauchiparlantes-
Víctor Pér~z Petit y otros, persistían en el es- Este espíritu rebelde está presente en algu-
tilo de un criollismo que se había encontrado, nos versos de Juan Escayola y en muchos de
de pronto, con poetas gauchescos de la talla Juan María Oliver (Juan Solito), cuya pro-
de El Viejo Pan~ho (José Alonso y Trelles) y ducción gauchesca, lamentablemente, no podré
Juan Torora (Juan Escayola!, dos voces origi- <:lnalizar, pues los nativistas, desde hace rato,
nales y poderosas, cuya inspiración y motiva- nos están esperando.
ciones ahondaban en el subsuelo de unliris-
mo de buena ley, muy superior al que campea- AL FIN, EL NATlVISMO
ba en -los octosílabos trasnochados de aquéllos.
Hay una figura, empero, que merece ser El nativismo poético es la culminación estética
destacada. Se trata de Emilio Frugoni quien, (Silva Valdés) y filosófica (Ipuche) del crio-
más que como un precursor del nativismo, debe lIismo. Es la decantación de un viejo espíritu
colocarse como un nexo entre la antigua poe- y el triunfo de un renovado estilo. Supera lar·
sía combatiente de los gauchescos del siglo XIX gamente, y sin posible comparación, la mito-
yla actual poesía de protesta. En una página logía lacrimosa de gauchos en lo mo!o, de
autobiográfica de su personalidad poética ex- ranchitos solitarios y habilidodes ecuestres.
plica Frugoni: "Yo volví entonces los ojos ha- Viene con un nombre nuevo, pero detrás del
cia lo que tenía en derredor. Vi el campo uru.- nombre hay un manifiesto tácito, un r·enaci.
guayo con su atraso, su soledad, sus misera- miento visceral del lirismo.
bles pobladores. COil1prendi que de ülH nG~ El primero que manejó el vocablo fue Pedro
llegaba una perenne invocación silenciosa que Leandro Ipuche, ·en La Pajarera Nativa, escrita
los poetas debíamos recoger. Comprendí que en 1916. El que lo impuso fue Silva Valdés,
el campo, la vida del campo, no podía ser con el triunfo arrollador de AguCIJ del Tíempo
monopolio, como elemento y fuente de inspi- ! 1921) subtitulado Poemas nativos.
raciones poéticas, del criollismo convencional Luego el nombre sé abrió cancha, convirtién-
en décimas o vidalitas. Y quise cantar las co- dose en un ismo poético. Se escribió sobre sus
sas de nuestra campaña; pero viendo en ellas intenciones y sus realizaciones. Se le proclgmó
más que el sentido píntoresco aprovechable infinitamente más auténtico que los artificiosos
para la imagen visual o sensual en bellos cua- productos de criollismo decadente, adjetivo, y
dros regionales, el aspecto y el alcance social se le vaticinó una larga, eterna vida. Al fin se
e histórico de documentos humanos en que un había logrado, se decía, la alianza de lo ame-
poeta civil debía hallar vena inagotable" (La ricano sustancial con la lJudacia del europeis~
sei'lsibilidad americana, Montevideo, 1929, mo formal de las vangl)ardias postbelicistas;
pp. 114-115). y como prueba de su preocu- al fin amanecía un día nuevo en la pintwa de
pacion de poeta comprometido traliscdbe el Figari, en la música de Fabini y en la poesía
poema A le plebe gaucha publicado en i 912 de Silva Vaidés e lpuche, Pero la dialéctic<l de
en la revista argentino Fray Mocho. Algunos la vida es incesante, y $U proceso no se de-
fragmentos sirven para tomarle el pulso a esta tiene. EI- nativismo poético, abroquelado por
nueva versión poética de la vida rural: jubilosas metáforas, descubridor de categorías
universales en el pago chico, hubo de ceder
Proletario, tú eres la gran víctima en todo, posiciones ante una desencantada revisión de
en la paz, en la guerra, siempre y de cualquier lo gauchesco (Serafín J. García) y al empuje
[modo. de un criollismo mili~nte, que recién se popu-
En lo guerra, héroe anónimo, héroe de chiripá, lariza en nuestros dlas, cuyasintencicmes son
mueres sin que ninguno tu martirio lamente, - denunciar las injusticias, luchar col1tro las pos-
y si no m~eres, nadie luego se acordará tergaciones humana" articular un"a protesta
de ceñirte siquiera un laurel en la frente: .. social.

359
1
\

SILVA VALDÉS, O LA FELICIDAD METAFóRICA

Cuando Fernán Silva Valdés, nacido en 1887


en Montevideo y criado en Sarandí del Vi,
publica en 1921 su libro Agua del Tiempo ·ya
hacía" tiempo que conversaba mano a mano
con la poesía. Pero hasta entonces s~s poemas
habían sido· tributarios del decadentismo que
inficcionaba a los furgones de cola de la es-
cuela modernista. Dos olvidables libros reco-
gen aquella producción y sintetizan un estilo
personal dI!! vida donde la cocó y la morfina
hacíán de las suyas, como en ías letras de
tango. Une;; superada crisis de salud física y
1
mental, y los consejos de algún deudo poeta
-gauchesco y criol!ista a la vez- que había
descubierto su talento, lo encaminaron por una
nueva senda. Se olvidó de los delirios parisien-
ses, de la~ poesía rubeniana y comenzó a mirar
de frente al campo y al suburbio, al árbol y al
caballo, 01 gaucho y al compadre, en busca
de materiales riopl.citenses. En cambio, no vio
o no quiso verlo que había de triste y mor-
tecino en la peonada analfabeta o el pobrerío

50rafln J. Gordo
arrabalero, ni sintió .ni comprendió la proble-
mática de la' estratificación social. Se había
iniciado en la poesía como un esteticista a la
francesa y culminaba su carrera como un esteti-
cista a la sudamericana. Sobrio en el manejo
I de la frase, a la que vivisecciona al estilo de
las escuelas de vanguardia; exacto y oportuno
\ en el decir; felicísimo en la maestría metafó-
rica; a veces agauchado, las más arrabalero,
pero sin abandonar el manejo de un idioma
universalmente comprensible; dueño de un li-
rismo personalista, por momentos egolátrico,
Silva Valdés tuvo una acertada memorable y
.cóyó de pie en el estrecho ruedo de la cele-
bridad. Contempló con inquisitivos ojos las
viejas realidades vernáculas y a lo manido lo
convirtió en hallazgo deslumbrante. Su potencia
expresiva, su haragana y entradora manera de
decir ·Ias cosas, su trasfondo compadrón -tan
nuestro-, su arte de alumbrar inesperadas
bellezas en 10 vU"lgar y pedestre, su tono de
arrastrado fraseo, de contenida emoción, y efec-
tivo cariño por lo que canta y cuenta, le gana-
ron una justa adhesión multitudinaria. Dedicó
sus mejores poemas al indio y al gaucho, a la
calandria yola carreta, al payador y al tango, Fernán Silva Valdés
al ombú yola alpargata,. ala yira y al gringo,
a todd lo que confluyó en este estU"ario de hom-
bres y de ideas que es el Río de la Plata. Tras
Agua del Tiempo publica Poemas Nativos
( 1925), Intemperie (1930), Romances Chú.
caros (1933), Romancero del Sur (1939).
Cambia el estilo, que es el accidente, pero
no el temario, que es la sustancia. Silva Valdés
reitera sus fidelidades y a veces se repite a
si mismo. Incursiona en la prosa (teatro, re-
lato, ensayo) pero nada de :10 posterior agran-
da o achica su primitivo acierto. No obstante,
pese a su opulencia poética, a su diestro se·
ñorío metafórico, el poeta no cala en lo des-
garrado .e irredento de nuestro campo, en lo

UN ESQUEMA
f IDEOLOGICO O
\\ COMO EL URUGUAY
NO HAY"
la ley acá es para todos,
la ley no mira el color;
para todos el trabajo,
el dulzor oel amargor;
cualquiera sale de pobre
con baquía y con sudor.
(f. Silva Valdés: Milonga para todos)

381
mísero y doloroso de nuestras ciudades: ni el llazgo feliz y la novelería de la belleza. Con-
proletario urbano ni el rural con su ignorancia cedo que el de Ipuche es un lirismo desparejo;
y su miseria enturbian lo 'lindo y parejo de pero yo diría que antes es distraído: procede
una inspiración que va por los aires altos de como los inventores que olvidan ponerse la
un espejismo, que mira al mundo hecho (esto levita pues están atentos oí resplandor de la
es, bien hecho ) para que en la madrúgada inteligencia, al frenesí de ·10 creación.
suene la coscoja o en la noche cante la gui- La obra de Ipuche es amplia. Sus libros de
tarra. Y si no, los que conocen de veras la poesías Tierra Honda¡ (1924), Júbilo y Miedo
vida que arrastran los habitantes de los rano' ( 1926), Rumbo desnudo (1929), Tierra Celes-
chos paisanos o chacareros -roñosos, des- te (1938) van dando cuenta de los desvelos
mantelados, llenos de vinc..lucas y pulgas, sa- de una criatura que olfatea los campos de la
humados de olor a bosta y meadas inmemo- patria -y no de toda ·10 patria sino ·10 de
riales- que lean lo que el poeta dice acerca Treinta y Tres, un departamento rico en hom-
del rancho en el poema homónimo. Pero no bres espléndidos- para aspirarlos perfumes
reprochemos demasiado: por ese entonces el de la gracia universal. Esto es, efectivamente,
Uruguay dormía la siesta de las clases medias la poesía .del treintaitresino lpuc_he: un estado
acunadas por la cigarra de la ideología bat- de gracia ante ia naturaleza, ante los hombres
IIista. Ahora, que despertamos a la escamotea- oscuros por fuera y encendidos por dentro como
da realidad, sentimos que el nativismo esteti- luciérnagas, ante la humildad· de las situacio-
cista huelga como una ,hermosa pieza de mu- nes triviales que desenmascaran los mecanis-
seo. Nadie le discute, en cambio, su val·idez mos del universo. Personalmente Ipuche se nos
bien ganada de arqueología poética. aparece comOjun ·hombre senciHo, casi inocente,
entusiasta, lleno de gratitud por ·10 creado, sea
IPUCHE, O El GAUCHiSMO CÓSMICO bueno o sea malo; es, por añadidura, uno de
esos poetas totales que florecen de tarde en tar-
Dicen que Silva Valdés es parejo y que de, una especie de juglar de Notre Dame criollo
Pedro Leondro Ipuche (nacido en 1889) no que celebra el misterio de la vida mediante la
lo es; que Silva Valdés es a veces guarango superior prestidigitación del arte. Como Silva
pero que jamás cae en el disparate y que Valdés este poeta tampoco ahonda en le¡ mi-
Ipuche peca a menudo de ambas cosas; pero seria del hombre campesino. Silva Valdés se
dígase lo que se diga -con el perdón de queda en la epidermis brillante de la metáfora;
Zum Felde- a mi iuiciola aventura intelectual lpuche se evade al metamundo de las esencias.
de Ipuche fue más riesgosa y heroica que la Ambos son idealistas a su modo, pero el idea-
de su conrrere. lpuche- se inicia en el sedicente lismo de Ipuche, platónico al fin, busca la
nativismo con Alas Nuevas (1922) libro edi- llama que hgce ürrola; a íos cuerpos sOffi!;mu
tado un mes más tarde -de diciembre a ene- en la caverna. Silva Valdés se deleita con esos
ro- que Agua del tiempo (1921) de Silva cuerpos y con sus sombras -en un juego bidi-
Valdés. Ipuche aparece como un filósofo y, mensional, no trascendente, del objetivismo
por momentos, como un místico. Su ¡ndisimu- poético. Y como está más cerca nuestro se le
lada formación teológica juvenil asoma por entiende mejor.
doquier. Pero además Ipuche quiere entroncar
la comarca con el mundo, ir de la raíz terruñe- lOS REZAGADOS Y LOS EPIGONOS
ra ala flor ecuménica, partir de los signos vi-
sibles de lo fenoménico para arribar al "OU- En el camino que va del nativismo a la protes-
menos inasible de la poesía. ta nos encontramos con los últimos gauchescos,
Es, por añadidura, un creador de neologis- con los que, a contramano de la histeria, ape-
mos, un adjetivador sorpresivo y sorpréndente, lan una y otra vez <11 lenguaje de la gente
un deliberado malabarista de la sintaxis, en rural para cantor las cosas de tierra adentro.
definitiva, un hombre en búsqueda, como las Hay entre estos rezagados y epígonos al-
abejas, de la secreta miel que esconde la rosa gunas voces opacas, otr<ls con relumbrón lite-
cotidiana. Por eso violenta el idioma, inventa rario y emotividad facilonga -Yamandú Ro·
si hay que inventar, atropella los cánones aca- dríguez, Guill,ermo Cuadri-, otras, finalmente,
démicos si hay que atropellar: más allá de la de las más hondas' y sinceras de todos los
palabro está el significado, detrás del designa- tiempos, pese a su anacronismo -Romildo
mm reverbera y se transforma el denotatum. Risso y Serafín J. Garda-.
Toda su poesía es un difícil ejercicio en pos de -Romildo Risso, un uruguayo·argentino, un
una semántica esencial. Destroza la físíca con rioplatense en "SlJ11tCI, es el más ceñido y esen·
fal de recalar en la metafísica. Y así brota su cial de los líricos gauchescos. En Aandubay
poesía: cetrina, alógica,súbita como un royo ( 1931 ), Ar~mo (1934) y otros libros admira·
de sol entre nubes, con la velocidad de un ha· bies contrapuso dialécticamente la _swietud ve-

362
tica tan grande, tan honesta, tan empapada
de 'lirismo y humanidad, que en toda futura
antología de :10. poesía regionalista americana
deben figurar Orejano, Cachimba, Chiripá, Ta-
mango, Redorando y otros títulos como acier-
tos redondos y premonitorios.
Resta todavía otro autor digno de mención.
Osiris Rodríguez Castillo se revela en Grillo
Nocherc (1955) como un poeta bien dotado,
con reminiscencias de Yamandú Rodríguez y
El Viejo Pancho, pero seguro de su originalidad
personal, firme en su lujo metafórico.

LOS MILITANTES: DE LA ESTI:TICA


A LA POLfTICA

, Hoy el gauchismo, el nativismo y otras ten-


dencias afines buscan, para perdurar, nuevos
vehículos de comunicación poética. No se ani-
man a andar solamente apoyados en :10 pala-
bra en medio de este viento que sopla desde
abajo, de los cimientos mismos de América.
La Revolución Cubana, el subdesarrollo como
realidad y condenda, la lucha antiimperialista
de los pueblos, nos retrotraen ala época de
Hidalgo: el poeta se trasmuta entonces en
cantor y dialoga, vihuela en mano y música en
boca, con un auditorio que reclama una pro-
clama oral, directa, militante, revolucionaria.
La canción de protesta se cuela por todos
los resquicios, :Ie pide a la poesía sus ráfagas
de verdad y entusiasmo yola tonada su sorti-
Fernán Silva Valdés, madera de Renée Magariños
legio socializador para hacer -ruedas de cora-
zones y rebeldías. Estamos de nuevo en guerra,
y ahora se trata de una guerra por la libera-
getal alas incitaciones nomádicas del camino. ción total: del dominio económico, de la vio-
Árboles que son símbolos de formas de vida lencia ideológica, de :105 mitos conformistas y
humana y hombres itinerantes, sirven de mar- las alegrías del miedo. Vuelven a la liza la
cos para encuadrar, entre ,la raíz y el desarrai- figura de Artigas y su Reglamento Provisorio
go, una filosofía punzante, una poderosa cos- de 1815, se exalta la lucha de los viejos tupa-
movisión de la vida, de su quehacer y su medi- maros, pocos pero bien montados- se pide
tar, qúe supera en reciedumbre y ternura lo el desalambramiento de los campos, se denun-
que, en su momento, dijo y sintió de veras un cia la vida miserable que soportan los cañeros,
poeta tan estimable como El Viejo Pancho. los taiperos,los quileros, en suma, se rasgan
Serafín J. García olro de ,los inolvidables, de arriba a abajo las últimas vestiduras que
es para mí, el mejor de los gauchescos urugu~­ disimulan la realidad afrentosa del campo con-
yos. Es un rebelde' que no acata los dictad9s temporáneo.
de la moral de 'hipócritas y corderos con que Daniel Viglietti, Anselmo Grau, Alfredo Zi-
se quiso disimular la espontaneidad biológica tarrosa, Juan Capagorri, Ruben Lena, el propio
dela sociedad criolla. Tacuruses (1935) señala Osiris Rodríguez Castillo -buen guitarrero y
una fecha que es algo así como un santo y cantor, ,además de poeta- Carlos Porrini y
seña. A partir de ella el camino de la pro- Marcos Velázquez, entre tantos otros, comien-
testa quedaba desbrozado. García fustiga y zan a puntear el changango de los payadores
pelea y cuando grita en armas y con voz gangosa o pico de oro (Los
Mándense mudar tuitos a la puta Olimareños) le cantan a lo libertad escamo-
está arreando un' hato de lugares comunes, teada, a la patria postrado, al explotado peón
poéticos y éticos, políticos y sociales, a su reta- "po todo", al país 'fundido que busca, entre
guardia lúgubre de mentira y parloteo despis- los errores de ·Ios de arriba y las incertidum-
tador. Pero además de esa rebeldía hay en la bres. de los de abajo, su antiguo y olvidCldo co-
obra de este ex-milieo'rural una eneriía poé- raie popular, su antepasada furia oriental hoy

363
REBELDES DE AYER Y DE HOY
y o tod~; en general Era un país más grandote que una pampa
gobiernos, jefes, dotores, y te sobraban campos y rodeos . ..
menistros y chupadores, aAprovechaste vos aiguna cósa
les va a hablar este oriental; de tuito aquello?
ponga atención cada cual
con el cuidao más projundo, Siempre jué lo de siempre: en el reparto
que en la justicia me jundo todos nosotros díbamos por muertos.
y el· güen deseo me sobra,
yel que en la tierra bien obra .Un pedazo po uno, otro po otro,
gloriao será en otro mundo. los grandes se lo jueron iepartiendo,
por sí o por no alzaron alambraos,
No lo curtan a macona
sin errar ningún viento,
al que es paisano de ley,
y allí jueron tropillas y ganaos .
ni lo traten como a güey
hincándole la picana; que se alzaron, tal vez buséando dueño.
su suerte hagan más liviana,
dejen que el pobre trabaje, Eso si, te dejaron los caminos
naide lo insulte ni lo aje p'andar siempl"e gusquiándote por ellos.
y vivirá muy dichoso,
sin meterse a revoltoso y seguís tan rotoso como antes,
ni a defender caudillaje.
con algunos ojales en el cuero,
Lussich (Los tres gauchos orientales, 1872) y siempre cái alguno po decirte:
"el páis está en peligro, compañero".
¡Ni qué hablar! Hoy preparo el chafalote
con un filo rabi :>, ¡Pucho que es lindo conversar de patria
y dispués de los verdes y un güen trago cuando el buche está lleno!
empilcho mi bichoco
y me largo sin rumbo, ande me yeve, Oliver (Cuento Viejo; Luces Malas, 1938).
la voluntá de mi cabayo moro.
Señores voy a explicarles
IQué diante! Po vivir siempre en miserias, la utilidad del Jínero
rabiando como un loco, poderoso caballero
más me vale rodar, libre siquiera, como alguien 'supo llamarle.
pues no ha'e faltar -unos trapos po vestirme Pero antes voy a aclararles
algunos riales y un churrasco gordo. para evitar confusión
que aunque por su condición
Esperar es zoncera; en esta tierra para todo él ha servido
se mira al pobre crioyo nunca jamás ha podido
como el ánima en pena, y ande cruza parar la revolución.
deja siempre en asombros
a esos mesmos que al fin, cuando precisan, Con él se puede comprar
vienen mansitos, agachando el lomo. capitanes o tenientes,
soldados o presidentes
El indio en esta tierra sólo es güeno
según se pueda gastar,
po que'largue su voto ...
se puede el voto alquilar
para ganar I~ elección
Escayola (Ah ... sí; Cansera del Tiempo, 1931) y si exige la ocasión
compra hasta un golpe d'estado
Se precisa que seás zonzo del todo
pero. aun así no ha logrado
po creer nadita d'eso ...
parar la revolución.
Te tráin... te llevan... que se hará otra ....•..•........••...•..•............ 0._
. [patria ...
Que haberá más justicia. .. Andáte creendo. Velázquez (El dinero, ini/onga) 1967.
.

364
DOS POEMAS DE SERAFIN J. GAReIA,
EL DESMITIFICADOR
TAMANGO GURISES

Con un pedaso'e cuero Cuasi siempre los pare una sirvienta


un tiento y una lesna, que tamién nació así, como los gatos,
te idió en alguna chacra en un catre arrumbao y color mugre
la mano'e la pobresa, o en el suelo, nomás, arriba'e trapos.
po qu'hicieras más blandos los terrones
y menos bruto el sol que arde'n las melgas. Dispués, en un cajón, negriando'e moscas
el chupete sin leche, sucio y agrio,
Sos un ca/sa(> humilde y sin historia
aprienden poco a poco que de nada
lo mesmo qu'el paisano que te yeva.
Naciste po tranquiar, porfiao y guapo, en la vido'e los pobres sirve'l yanto
siempre atrás de la reja,
que v'aliñando surcos y más surcos y se quedan cayaos horas enteras,
en su dir y venir, d'estreya a estreya. mordiendo sus piesitos y oservando
a la madre, que va de un loo poi otro
Tal ves la boto' e potro con su olor a fregones y o trahajo.
con toditas sus mentas,
no tuvo nunca ese coraje tuyo, Cuando saben gatiar ya prencipean
cayao y aguantador com'una piedra, . a. juirse a los galpones y los patios,
qu' in oran los vigüe/as y la fama y áhi se crían, lambidos por los perros
porque ando siempre hundido entre lo tierra. y comiendo inmundicias con los chanchos.

Tu destino es igual qu'el de tu dueño: De jugar casi nunca tienen tiempo.


un destino apagao y sin leyendas, . Muy de lejo'en lejo, cuando viene a mano,
que no va más allá del rancho negro paran rodeo a una tropiya'e guesos
and'encajó su marco lo miseria,
o arman alguna boliadora'e marlos.
y ande hasta los gurises
se han olvidao de réirse, a juersa'e penos. y apenitas aprienden'andar solos
y aguantarse'n el lomo de un cobayo,
Entendés más de cayos que de sangre,
ya están entreveraos con la pionada,
más de silencios que de ruido'e guerras,
y mostrás cascarón de barro escuro pagándos'el pirón y los andrajos.
en lugar de estreyudas nazarenos:
Aindiaos los más, el pelo hecho pasoca,
por eso es que tu nombre
no cabe en las payadas noveleros. duro el garrón, medio de ajuera el rabo,
las rodiyas espesas de mulitas
Tamango, sos lo mesmo y el cuerpito apunao, sumido'e flaco,
qu'el sufrido paisano que te yeva:
un humilde coraje sin historia, ansina los he visto en las estancias
amansador d'heladas curuyeras, de portero a candao y dI:) güen pasto,
que se gasta tranquiando entre los surcos and'entr'hileras de a/ambraos tirantes
ande hundió su destino la pobresa. lustran el anca los noviyos chatos.

carcomida por el antiheroísmo del empleo pú- beró engranar -en el momento de convertirse
blico y el "no te metás" de la pequeña bur- en una poesía de afirmación- con todo un
guesía acomodaticia y politiquera. Todo esto, aparato cultural que corone las renovadas in·
empero, está en agraz. Cuando cuaje, si es fraestructuras de un:-deseado, posible, necesario
que cuaja, la inmatura poesía de protesta de- Uruguay.

36S
DANIEL VIDART INTERROGA A LOS FUNDADORES DEL NATlVISMO
1-¿Quién fue, en sentido estricto, el inicia- 4-José Enrique Rodó. Escritor perenne cuya
dor del "nativismo" en el Uruguay? prosa, de elocuencia interior, tiene !.tna
¿Qué razones aduce para sostenerlo? vibración lírica que la hace partícipe
de la poesía.
2-¿Qué se propuso el "nativismo" en el
marco de la poesía uruguaya en particu- S-Estoy entre Carlos Reyles y Ricardo Güi-
lar y de la literatura nacional en general? roldes.
3-¿Qué juicio le merece la actual poesía 6-Valéry Larbaud.
de "protesta" de tipo tradicionalista?
7-No podría opinar sobre esos autores.
4-¿Cuál es el escritor uruguayo de todos No los conozco bien. Posiblemente este-
los tiempos que prefiere? mos a la recíproca. Ellos no saben ni se
interesan por saber si yo existo litera-
S-¿Qué escritor latinoamericano contempo- riamente
ráneo es su predilecto?
B-Mi obra comenzó en el concurso de La
6-Nombre al poeta europeo del siglo XX Virgen del Pintado en 1912. Fui el "poeta
que más estima. premiado en primer término por un tri-
7-¿Qué opina de bunal glorioso presidido por Zorrillo de
-la poesía de Idea Vilariño San Martín. El poema laureado Pro Aris
-el teatro de Carlos Maggi et Focis fue celebrado por las firmas
-la narrativa de Juan Carlos Onetti mayores de aquellos tiempos. Yo tenía
-la obra de Benedetti poco más de veinte años. Después escribí
-la labor periodística de MARCHA? La pajarera nativa y las décimas al Ceno
tenorio de la Tricolor Artiguista que re·
S-¿Qué piensa acerca de su obra poética? cité en La Criolla. Hasta 1921 anduve
¿Podría señalar brevemente los orígenes, en tanteos. En los primeros días de enero
evolución, estilística, objetivos e influen- de 1922 apareció mi poemario Alas Nue-
cia de la misma? vas. Mi producción se hizo segura y con-
9-¿Debe comprometerse el escritor con los tinua. He publicado muchos libros. De
ellos se han ocupada los más altos crea·
grandes problemas económicos y sociales
dores de las diferentes épocas de publi-
de su tiempo o permanecer al margen,
atento tan sólo a su creación estética? cación. Desde Reyles en Alas Nuevas
hasta Van Praag en Tierra Celeste mi
obra ha sido considerada una :presencia
Julio de 1968.
de afirmación original y necesaria. Creo
Contesta IPUCHE que mi obra produjo una etapa de re·
novación. De influencia. Lo hicieron noter
l-EI Nativ/sOlo en el Uruguay vino solo. Jorge Luis Borges y sobre todo César A.
Sin iniciador. Traía más fuerza de pre- Rodríguez quien, creo que en El Mercurio
sencia que la arrogancia personal de Peruano, escribió que mi libro Júbilo y
cualquier escritor. Miedo completaba la renovación de 00-
río, pero de manera más genuina y en-
2-Silva "Valdés y yo fuimos los primeros trañable. Evolución, estilo e influencia son
en darnos cuenta del acontecimiento. Nos matices ínsitos en el movimiento reno-
entregamos a él. Y nuestra producción vador.
tomó entonces un camino nuevo de en-
9-Actualmente el escritor no puede com-
canto poético. Indudablemente nuestra
prom"eterse con problemas sociales o eco-
obra trajo un acento patrimonial incon-
nómicos. La política ha perdido su alta
fundible y llevó los temas nativos, mer-
categoría patriótica y se ha vuelto una
ced al lenguaje culto yola osadía del
querella agresiva de intereses dispersos
ingenio, a una dimensión continental.
y sin entidad. Entrar en ella es para <Jn
3-No conozco este tipo de "protesta" tradi- intelectual puro y vocacional perder todo:
cionalista. Imposible, pues, opinar sobre la serenidad, el dominio despejado de su
él. inteligencia y, sobre todo, el tiempo in-
soslayable de creac/on. Lo aconsejable
es quedarse en casa, esperando mejores
tiempos.
Contesta SilVA VALDÉS

l-Entiendo qué fui yo con mi libro Agua


del Tiempo, publicado en 1921, y que
l/evo el subtítulo de "Poemas Nativos".
2-Realizar una evolución, respecto a nues-
tra poesía gauchesca, y 01 par una su-
peración estética sobre la misma.
3-No estoy lo suficientemente enterado de
ella para poder opinar.
4-No lo sé. Admiro a varios.
S-No tengo predilección por ninguno en
particular.
6-Lo mismo que acabo de decir.
7-Tendría que conocer más las obras de
dichos escritores para apiñar con seriedad.
8-Pienso que mi obra poélica· tiene la im-
portancia de haber traído -como ya lo
expresé- una evolución estética, al par
que una superación, respecto a la vieja de mucho interés, anoto que Eduardo 1.
poesía gauchesca del país, cristalizada Couture, hoce algunos años, pronunció
y sin mayores inquietudes artísticas. Para en el Paraninfo de nuestro Universidad,
ello -como lo he dicho más de una una conferencio que titulaba: LAS TRES
vez- tomé los viejos motivos del campo: EFES: FIGARI, FABINI, FERNÁN.
el gaucho, el indio, el paisaje nuestro, Podría decir también, como doto ilus-
y lo conté dentro de los maneras estéticas trativo de mi trayectoria poético, que los
de las escuelas poéticas en boga en ese poetas gauchescos, por lo general, no
momento de la poesía universal, que lo cantaron en lo formo del Romance caste-
constituían el CREACIONISMO francés y l/ano, y sí en Décimos; en cambio yo,
el ULTRAISMO español. Con el/o triunfé luego de romper ritmos y rimos en mi
l/amando mucho la atención entre los Nativismo, a partir de mi libro Intemperie
poetas jóvenes del Río de la Plata, pri- (1930) utilicé lo formo del Romance, for-
mero, y de Sur América, después. mo que seguí utilizando en algunos de
En lugar de l/amar a mis versos criollos mis libros posteriores.
o gauchescos, los titulé NATIVOS. "Agua Por último diré que o pesar de lo
del Tiempo" l/evo por sub-título: "Poemas leiono que estó mi iuventud/ no estoy
Nativos"; y a mi manera poética le l/a- cal/oda; pues continúo escribiendo poe-
mé NATIVISMO; término que tuvo la mas, que l/amo CANTOS, dentro de lo
fortuna conocida. mismo manero estético de mi vieio NA-
TlVISMO, CANTOS que continúo publi-
Dicha evolución estética estaba ma-
cando en el diario "Lo Prenso" de Bue-
dura en el ambiente, y en prueba de el/o
nos Aires.
recuerdo que alrededor del año 1920,
realizamos, cada cual en lo suyo, algo 9-Pienso que el escritor debe interesarse
parecido, Pedro Figati en lo pintura, por los problemas económicos y sociales
Eduardo Fabini en lo músico, y yo en la de su tiempo, de acuerdo con su capa-
poesía. Algunos críticos jóvenes yo lo cidad poro enfocarlos y su dominio de
han visto así. Como doto que considero lo materia.

367
BIBLlOGRAFIA BASleA

Xllografla d. Abat.

al ANTOLOG(AS GENERALES: Caillava, Domingo A.: Historia de la poesía


gauchesca en. el Uruguay, Montevideo, 1945.
Bordoli, Domingo L. - Antología de la poesía
Falcoo Espolter, Mario - La poesía gauchesca,
urugua'Ya contemporáneo, Montevideo, 1966,
en "Historia sintética de la literatura uru·
2 volúmenes. guaya", Montevideo, 1931, t. 1.
Canciones de lucha y esperanzo - Ediciones
Pereira Rodríguez, José - El nuevo sentido de
de ·10 revista "Estudios", Montevideo, s. f. la poesía gauchesca, en ídem, t. 111
Garcia, Serafín J. - Panorama de la poesía Pereira Rodríguez, José - Ensayos, Montevi-
gauchesca y nativista del Uruguay, Monte-
deo, 1965, t. 11, págs. 145·213.
video, 1941.
Sábot Pebet, Juan Carlos - El cantor del Tola,
Gorda, Serafín J. - Diez poetas gauchescos
Montevideo, 1929.
del Uruguoy, Montevideo, 1963.
Zum Felde Alberto - ProCeso intelectual del
Guarnieri, Juan C. - Versos gauchescos y na ti-
Uruguay', Montevideo, 1930. (1 a. edic. l ,
vistas, Montevideo, 1949.
1941 (20.), 1967 (30).
bl ANTOLOG(AS PARTICULARES:
dI TESTIMONIOS:
lpuche, Pedro leondro - Caminos del canto,
Montevideo, 1945. Ipuche Pedro Leandro - Hombres y nombres,
Risso, Romildo - Se-Iección de poesías, Biblio· Moritevideo, 1959, págs. 113·129.
teca Artigas - Colección <le Clásicos Uru- Ipuche, Pedro Leandro - Contestación a uE.,..
guayos, N9 83. (Con prólogo de Domingo cuesta literaria", en "Marcha", N! 1005,
L.BordolH, Montevideo, 1965. del 22 de abril de 1960.
Silva Voldés, Fernán - Antología, Biblioteca Silva Valdés, Fernán - Autobiografía, en "Re-
Artigos • Colección de Clásicos Uruguayos, vista Nacional", Montevideo, N! 193 y 194
N9 104 (con prólogo de Arturo Sergio Vis- (págs. 512·524 y 331-346).
co 1, Montevideo, 1966.
Frugoni, Emilio - La sensibilidad ameridana,
Montevideo, 1929, págs. 109-123.
el CRfTICA y ESTUDIOS:
Parra del Riego, Juan ("Juan Cristóbal" l. -
Borges, Jorge Luis - Pedro Leandro Ipuche, La vida literaria en Montevideo - El poeta
en "'Ficción", N! 5, enero·febrero de 1957, Femón Silva Valdés (1920 1, en "Revista
pág. 166. Nacional", Montevideo, N9 7, págs. 143·146.

S68
En CAPíTULO ORIENTAL
N9 24
LA POESÍA DESPUÉS DEL Índice
- LA REVISIóN y EL DESPERTAR.
CENTENARIO - LA DESCONFIANZA Y LA AMBICIó1'.
- UNA CIENCIA DE SUSTITUCIóN.
y junto con el fascículo, el libro EL EXTERMINIO Y LA BARRERA.
- LA DESNUDEZ Y LA FIESTA DEL IDIOMA.
LOS POETAS DEL - RELIGIOSIDAD, AVENTURA, CIRCUNSTANCIA.
CENTENARIO
Este fascículo, (on el libro
POEMAS NATIVOS Y ROMANCeS
de Fernán Silva Valdés
constituye la entrega N.O 23
de CAPITULO ORIENTAL

e
"

o
"e
~o
E

.""
e
:~
.2
o
>
e
.!!
i":
!:
::>
."
e
."
e
"E"
e .n
.t) Il
~-¡;
.t)..Cl

-e
~-
.
e
::>
~ ." "
e
'o o
. 'ü V
~ &.
-;; E
e .-
0_
u "

Вам также может понравиться