Вы находитесь на странице: 1из 8

Concepto de Trabajo:

- El trabajo es todo lo que el hombre hace para su satisfacción, alegría y bienestar; toda la gama de
actividades que satisfacen sus necesidades primarias, así como alcanzar la riqueza material y
espiritual para el mismo, los suyos y su país.

- Se denomina trabajo a toda aquella actividad ya sea de origen manual o intelectual que se realiza
a cambio de una compensación económica por las labores concretadas.

Tejido Muscular:

Miocito: Célula básica especializada en la contracción de los músculos, se les ha agrupado en tres
grupos: Musc. Estriado cardiago, Musc. Estriado esquelético y Musc. Liso

Sarcómero: Unidad anatómica y funcional del músculo estriado. La sarcómera tiene dos zonas
fundamentales: Discos blancos ( fibras finas de actina) y Discos oscuros (fibras gruesas de miosina).
Tipos de fibras musculares :

Fibras Rápidas o Fibras Tipo II-B: Fibras Blancas

La mayoría de las fibras del músculo esquelético en el cuerpo se llaman fibras rápidas, ya que
pueden contraerse en 0,01 segundos o menos después de la estimulación. Las fibras rápidas son
de gran diámetro. Contienen miofibrillas densas, grandes reservas de glucógeno, y las
mitocondrias son relativamente escasas. La tensión producida por una fibra muscular es
directamente proporcional a la cantidad de sarcómeros, por lo que los músculos dominados por
las fibras rápidas producen fuertes contracciones.

Respecto a la fatiga, las fibras rápidas se agotan con rapidez debido a que sus contracciones
requieren el uso de ATP en cantidades masivas, la actividad tan prolongada es apoyada
principalmente por el metabolismo anaeróbico. Varios nombres se utilizan para referirse a estas
fibras musculares, incluyendo las fibras musculares blancas, fibras de contracción rápida
glucolítica, y fibras Tipo II-B.

Fibras Lentas o Fibras Tipo I: Fibras rojas

Las fibras lentas son sólo la mitad del diámetro de las fibras rápidas y se toman tres veces más
tiempo para contratar después de la estimulación. Las fibras lentas son diseñadas para que
puedan continuar trabando por períodos prolongados. El tejido muscular lento contiene una red
más extensa de capilares que los tejidos musculares de contracción rápida y por lo tanto tiene un
suministro de oxígeno mucho más alto. Además, las fibras lentas contienen el pigmento rojo de la
mioglobina. Esta proteína globular está estructuralmente relacionada con la hemoglobina, el
pigmento que transporta el oxígeno en la sangre.

Tanto la mioglobina y la hemoglobina son los pigmentos rojos que se unen reversiblemente a las
moléculas de oxígeno. Aunque otros tipos de fibras musculares contienen pequeñas cantidades de
mioglobina, es más abundante en las fibras lentas. Como resultado, las fibras lentas contienen
importantes reservas de oxígeno que puede ser movilizado durante una contracción.

Debido a que las fibras lentas tienen una amplia oferta capilar y una alta concentración de
mioglobina, los músculos esqueléticos dominados por las fibras lentas son de color rojo oscuro.
También se les conoce como fibras musculares rojas, fibras de contracción de lenta oxidación, y
fibras de Tipo I.
Contracción Muscular:

La contracción depende de los iones de Ca+2 citoplasmático. El calcio al unirse a la troponina que
recubre la actina, deja libre los puntos de unión de ésta con la miosina. El hecho de que aumenten
las concentraciones citoplasmáticas radica en la inervación que tiene el músculo estriado. Cuando
una neurona motora desarrolla un PA (potencial de acción) sobre el músculo estriado esquelético
(el cardiaco tiene contracción propia, sin neurona motora) se liberará acetilcolina sobre las células
musculares (uniéndose a su receptor nicotinico ionotrópico), esto provocará una despolarización
en la membrana que se transmitirá a lo largo del músculo. La despolarización llegará al retículo
sarcoplásmico y gracias a los Tubulos T se aproximará el potencial para la liberación intracelular
del Ca acumulado. Esta concentración de [Ca+2] aún no será suficiente para producir la
contracción, por lo que también habrá una entrada de calcio extracelular por los canales de Ca. De
esta manera los puntos de unión miosina-actina están libres y al unirse se produce la contracción.
Cuando llega el momento de la relajación habrá que romper los enlaces para que el músculo no
este contraído. Estos enlaces se rompen gracias a la acción de la miosina como ATP, que por
hidrolisis de ATP rompe el enlace. Este proceso se vera favorecido solo cuando las [Ca]
disminuyan. Esto es posible gracias a la existencia de bombas de Ca en el retículo sarcoplasmico
que vuelven a guardar el Ca (1ATP hidrolizado por cada 2Ca que entran), la presencia del
intercambiador Na-Ca en la membrana celular permitirá la salida de más Ca al medio extracelular.
Si alguna de estas bombas fallaran se produciría la Tetanización (los músculos quedan contraídos)
Fuentes de energía de la contracción:

Carbohidratos:
El organismo metaboliza los carbohidratos en procesos catabólicos y anabólicos. Dado que la
mayoría de las células humanas usan a los carbohidratos, sobre todo a la glucosa como su primer
y fundamental combustible, catabolizan la mayor parte de los mismos y sólo anabolizan una
pequeña proporción. Cuando la cantidad de glucosa que penetra en las células es insuficiente
para suplir las necesidades energéticas, se catabolizan las grasas y, en último lugar, las
proteínas. El metabolismo de los hidratos de carbono comienza con la entrada de la glucosa a la
célula. La glucolisis es el primer paso en el catabolismo de los carbohidratos. Rompe la molécula
de glucosa para formar ácido pirúvico mediante una serie de reacciones químicas catalizadas
por enzimas. La glucolisis tiene lugar en el citoplasma de las células y se trata de un proceso
anaeróbico, es decir, sin utilizar oxígeno. Por cada molécula de glucosa sometida a glucolisis,
se forman dos moléculas netas de ATP. La glucolisis es un proceso esencial, ya que prepara a la
glucosa para el segundo paso en el catabolismo, como es el ciclo del ácido cítrico o de Krebs,
donde mediante procesos enzimáticos y aeróbicos, se producen treinta y seis moléculas de ATP
por molécula de glucosa (Figura 3).Como se muestra en la Figura 3, la glucosa puede seguir dos
caminos. Uno es el que termina con la fosforilación oxidativa del ATP. Esta vía es la que se denomina
vía aeróbica, porque requiere la presencia de oxígeno. Si el oxígeno no está disponible para
mantener los niveles adecuados de ATP, la célula dependerá sólo de la glucolisis para producir
ATP. Aunque con este proceso no se extrae la máxima cantidad de energía de la glucosa, es el
único proceso productor de ATP. Debido a que la molécula de ácido pirúvico no puede entrar al ciclo
de Krebs, se convierte en ácido láctico, constituyendo el producto final de catabolismo
anaeróbico de la glucosa.
Una vez que el oxígeno está disponible nuevamente, una parte del ácido láctico se convierte en
ácido pirúvico, proceso que gasta ATP y, por lo tanto, constituye una de las reacciones que ocurren
durante la recuperación post esfuerzo físico.

Otro proceso importante para la célula lo constituye la glicogénesis, que corresponde al


proceso de formación de glicógeno y que se lleva a cabo cuando hay un exceso de glucosa
circulante. El glicógeno es una molécula de gran tamaño, constituida solamente por moléculas
de glucosa unidas formando ramas, las que pueden romperse en el caso que se necesite
glucosa (glicogenolisis). Aunque los procesos de glicogénesis y glicogenolisis son importantes
para la mantención de la glicemia normal (80 a 100mg/dl), las células musculares almacenan
glicógeno, constituyendo una reserva energética muscular.

Lípidos o grasas
El catabolismo lipídico, al igual que el de los carbohidratos, se lleva a cabo por varios
procesos. Cada uno de ellos constituido por reacciones químicas catalizadas por enzimas.
Los lípidos más comunes incorporados en la dieta, ya sea como grasas o aceites, son los
triglicéridos, los que están formados por una molécula de glicerol unida a tres ácidos grasos. A su
vez, los ácidos grasos son cadenas carbonadas con o sin dobles enlaces (insaturados o saturados),
los que al sufrir el proceso de ß-oxidación son fragmentados hasta acetil-CoA, molécula que
finalmente entra al ciclo de Krebs. Por tanto, la última etapa del catabolismo de los lípidos,
es similar a la de los carbohidratos. Sin embargo, el metabolismo de los lípidos proporciona
considerablemente más cantidad de energía que los carbohidratos.
Proteínas:
Las proteínas participan en el control de las reacciones químicas (fermentos o enzimas de
naturaleza proteica), en la función respiratoria (la hemoglobina), en el trabajo mecánico de la
musculatura (los filamentos de actina y miosina), en el proceso de circulación de la sangre para
garantizar la hemostasia (fibrinógeno), en la defensa de nuestro organismo contra virus y bacterias
(los anticuerpos son de naturaleza proteica), en el mantenimiento de la presión colodio-osmótica
(proteínas del plasma), en la transmisión de la herencia con la participación de nucleótidos, etc.

Pese a que la oxidación de un gramo de proteína libera 4,1 Kcal (igual que la glucosa), las proteínas
no son material energético por excelencia; mientras que el organismo cuente con suficientes
reservas de carbohidratos y grasas, no utilizará la proteína como material energético, salvo en
aquellas situaciones de gran exigencia energética, como puede suceder en ciertos tipos de
deportes que sean de muchas horas (maratón, ciclismo, etc.) o cuando se hacen ayunos
prolongados por cualquier motivo.

La energía proveniente de la oxidación de las proteínas puede ser del orden del 3-18% del total de
la energía requerida. La contribución de la proteína en la obtención de energía durante el reposo
es nula y durante el ejercicio es mínima. No obstante, cuando el ejercicio se prolonga más de una
hora o cuando se añaden circunstancias como el ayuno, el papel que juegan las proteínas adquiere
importancia.
La determinación de urea en la sangre y el estudio del balance de nitrógeno en el metabolismo,
dan idea de que la contribución de las proteínas en algunos ejercicios puede suponer hasta el 15%
de la energía utilizada e incluso más.

En la imagen siguiente se muestra el metabolismo de las proteínas a lo largo del tubo digestivo,
con la participación de fermentos (enzimas) especializados (pepsina, tripsina, quimiotripsina), las
proteínas se degradan hasta convertirse en aminoácidos.

Una vez absorbidos los aminoácidos a nivel del intestino delgado, llegarán por la vía sanguínea al
hígado o a las células de los tejidos. Es necesario recalcar que los tejidos "No almacenan" proteína
como tal, como si lo hacen con las grasas (tejido graso o adiposo). Si hay un exceso de
aminoácidos, éstos serán convertidos en carbohidratos o en grasas, procesos que ocurren en el
hígado. Por otro lado, existe un intercambio constante de aminoácidos entre las células de los
diferentes tejidos, proceso facilitado por la hormona de la corteza suprarrenal, el cortisol,
denominada la hormona de la adaptación.

Una vez los aminoácidos se encuentran en el hígado, sufren una serie de procesos complejos para
poder ser metabolizados. En primer lugar, para que los aminoácidos puedan servir como materia
prima para la síntesis de fermentos (enzimas) y proteínas estructurales hepáticas, así como
también para la síntesis de proteínas plasmáticas (albúmina, globulina, fibrinógeno), deben
someterse a un proceso denominado "transaminación", que consiste en la conversión de unos
aminoácidos a otros.

Вам также может понравиться