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Lunes Santo Que presidas nuestra suerte ¿Por qué te acongojas, alma mía, Ant.

¿Por qué te acongojas, alma mía, Ant. 2: Ahora viene el juicio de este mundo;
Laudes —cada cual con nuestra cruz— por qué te me turbas? ahora el señor de este mundo va a ser
y en la hora de la muerte Espera en Dios, que volverás a alabarlo: arrojado fuera.
INVITATORIO nos conduzcas a Jesús. “Salud de mi rostro, Dios mío.”
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros Cántico Sir 36, 1-7. 13-16
fue tentado y por nosotros murió, venid, Gloria al Padre con el Hijo Cuando mi alma se acongoja,
adorémosle. y el Espíritu de amor; te recuerdo, Sálvanos, Dios del universo,
las tres Personas reciban desde el Jordán y el Hermón infunde tu terror a todas las naciones;
Salmo 99 por la cruz igual honor. Amén. y el Monte Menor. amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
Aclama al Señor, tierra entera, para que sienta tu poder.
servid al Señor con alegría, SALMODIA Una sima grita a otra sima
entrad en su presencia con aclamaciones. con voz de cascadas: Como les mostraste tu santidad al
Ant. 1: Exclamó Jesús: «Siento en mi alma tus torrentes y tus olas castigarnos,
Sabed que el Señor es Dios: angustias de muerte; aguardad aquí y velad me han arrollado. muéstranos así tu gloria castigándolos a
que él nos hizo y somos suyos, conmigo». ellos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. De día el Señor para que sepan, como nosotros lo sabemos,
Salmo 41 me hará misericordia, que no hay Dios fuera de ti.
Entrad por sus puertas con acción de gracias, de noche cantaré la alabanza
por sus atrios con himnos, Como busca la cierva del Dios de mi vida. Renueva los prodigios, repite los portentos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre corrientes de agua, exalta tu mano, robustece tu brazo.
así mi alma te busca Diré a Dios: Roca mía,
«El Señor es bueno, a ti, Dios mío; ¿por qué me olvidas? Reúne a todas las tribus de Jacob
su misericordia es eterna, tiene sed de Dios, ¿por qué voy andando sombrío, y dales su heredad como antiguamente.
su fidelidad por todas las edades.» del Dios vivo: hostigado por mi enemigo?
¿cuándo entraré a ver Ten compasión del pueblo que lleva tu
HIMNO el rostro de Dios? Se me rompen los huesos nombre,
por las burlas del adversario; de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Dieron muerte al Heredero, Las lágrimas son mi pan todo el día me preguntan: Ten compasión de tu ciudad santa,
su oblación es haz de luz, noche y día, «¿Dónde está tu Dios?» de Jerusalén, lugar de tu reposo.
reina Dios desde el madero, mientras todo el día me repiten:
fulge el signo de la cruz. “¿Dónde está tu Dios?” ¿Por qué te acongojas, alma mía, Llena a Sión de tu majestad
por qué te me turbas? y al templo, de tu gloria.
En los cielos contemplamos Recuerdo otros tiempos, Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
nuestra prenda tan locuaz y mi alma desfallece de tristeza: «Salud de mi rostro, Dios mío.» Ant. 2: Ahora viene el juicio de este mundo;
como símbolo divino cómo marchaba a la cabeza del grupo, ahora el señor de este mundo va a ser
de salud, de amor, de paz. hacia la casa de Dios, Gloria al Padre… arrojado fuera.
entre cantos de júbilo y alabanza,
¡Resplandece, brilla, avanza, en el bullicio de la fiesta. Ant. 1: Exclamó Jesús: «Siento en mi alma
oh estandarte del gran Rey! angustias de muerte; aguardad aquí y velad
¡Oh cruz, única esperanza conmigo».
y resumen de su ley!
Ant. 3: Jesús, caudillo y consumador de la fe, LECTURA BREVE Jr 11,19-20 Es la salvación que nos libra Tú que, elevado en la cruz, quisiste ser
sufrió con toda constancia la cruz, pasando de nuestros enemigos atravesado por la lanza del soldado, * sana
por encima de su ignominia; y está sentado a Yo como cordero manso, llevado al y de la mano de todos los que nos odian; nuestras heridas.
la diestra del trono de Dios. matadero, no sabía los planes homicidas que ha realizado así la misericordia
contra mí planeaban: «Talemos el árbol en que tuvo con nuestros padres,
Salmo 18 A su lozanía, arranquémoslo de la tierra de los recordando su santa alianza
vivos, que su nombre no se pronuncie más.» y el juramento que juró Tú que convertiste el madero de la cruz en
El cielo proclama la gloria de Dios, Pero tú, Señor de los ejércitos, juzgas a nuestro padre Abraham. árbol de vida, * haz que los renacidos en el
el firmamento pregona la obra de sus manos: rectamente, escudriñas las entrañas y el bautismo gocen de la abundancia de los
el día al día le pasa el mensaje, corazón; veré tu venganza contra ellos, Para concedernos que, libres de temor, frutos de este árbol.
la noche a la noche se lo murmura. porque a ti he encomendado mi causa. arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia, Tú que, clavado en la cruz, perdonaste al
Sin que hablen, sin que pronuncien, RESPONSORIO BREVE en su presencia, todos nuestros días. ladrón arrepentido, * perdónanos también a
sin que resuene su voz, nosotros, pecadores.
a toda la tierra alcanza su pregón V. Nos has comprado, Señor, por tu sangre. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre porque irás delante del Señor Se pueden añadir algunas intenciones libres.
V. De entre toda raza, lengua, pueblo y a preparar sus caminos,
Allí le ha puesto su tienda al sol: nación. anunciando a su pueblo la salvación, Como Cristo nos enseñó, pidamos al Padre
él sale como el esposo de su alcoba, R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre. el perdón de sus pecados. que perdone nuestros pecados, diciendo:
contento como un héroe, a recorrer su V. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu S. Padre nuestro.
camino. R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre Por la entrañable misericordia de nuestro
Dios, Oración:
Asoma por un extremo del cielo, CÁNTICO EVANGÉLICO nos visitará el sol que nace de lo alto,
y su órbita llega al otro extremo: para iluminar a los que viven en tiniebla Dios todopoderoso, mira la fragilidad de
nada se libra de su calor. Ant.: Padre justo, si es verdad que el mundo y en sombra de muerte, nuestra naturaleza y, con la fuerza de la
no te ha conocido, yo sí te he conocido y sé para guiar nuestros pasos pasión de tu Hijo, levanta nuestra esperanza.
Ant. 3: Jesús, caudillo y consumador de la fe, que tú me has enviado. por el camino de la paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
sufrió con toda constancia la cruz, pasando
por encima de su ignominia; y está sentado a + Bendito sea el Señor, Dios de Israel, PRECES CONCLUSIÓN
la diestra del trono de Dios. porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación Acudamos a Cristo, nuestro Salvador, que V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
en la casa de David, su siervo, nos redimió con su muerte y resurrección, y mal y nos lleve a la vida eterna.
según lo había predicho desde antiguo digámosle: R. Amén.
por boca de sus santos profetas.
Señor, ten piedad de nosotros.
Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la
pasión y entrar así en la gloria, * conduce a
tu Iglesia a la Pascua eterna.

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