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sentencia de 14 de enero de 1999, proferida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cali
-Sala Civil-, que puso fin a la segunda instancia del proceso ordinario que inició la sociedad
ANTECEDENTES
máquina empacadora marca Rovema, referencia V-220, previa declaración de que hubo
indemnización de perjuicios.
2. La demandante fundamentó sus peticiones en los siguientes hechos:
2.1. El día 2 de junio de 1988, ‘Imocom S.A.’ vendió a ‘Harinera del Valle S.A.’ la
máquina empacadora antes descrita, luego de indicaciones dadas por los funcionarios de la
vendedora que visitaron las instalaciones de la compradora, quienes después de conocer sus
necesidades en materia de empaques, precisaron las características del artefacto, las cuales
octubre de 1988, pero en realidad la prestación fue cumplida por la vendedora el 30 de enero
de 1989.
tales que pueda gozar de ella" generó los perjuicios detallados en el libelo.
excepciones de prescripción, con sujeción al artículo 937 del Código de Comercio; falta de los
la vendedora sino a la mala operación hecha por la compradora; y cumplimiento del contrato,
por atención de la garantía. Alegó además que los perjuicios reclamados constituyen
cuanto a los presupuestos procesales, el Tribunal relató los extremos de la litis y las razones
esbozadas por el apelante, dentro de las cuales identificó como central, la naturaleza de la
Tuvo el Tribunal que dirimir un dilema, ya que el demandante insistió en que la acción
impetrada es la resolutoria común (art. 870 del Código de Comercio), al paso que la
demandada inscribió el asunto en la redhibitoria que, además, consideró estaba prescrita. Para
los fines indicados, el Tribunal estimó que los contratos generan obligaciones a cargo de las
acordado"; así mismo, que el incumplimiento de las partes lleva a la resolución del contrato, de
acuerdo con lo establecido por los artículos 1546 del C. C. y 870 del C. de Co. según que el
Tras admitir que el contrato aquí debatido es comercial, recordó el ad quem que de
todos modos lleva implícita la condición resolutoria tácita prevista por el artículo 870 del Código
de Comercio, norma general que regula la desatención de las obligaciones asumidas por las
obligación de entregar la cosa vendida, sino la derivada de haberse hecho la entrega del objeto
de forma tardía e imperfecta, pues la demandante manifestó desde un principio que la máquina
fundamento de la norma invocada -artículo 870 del Código de Comercio- es la mora de uno de
los contratantes, en el caso estudiado no hubo ese retardo culposo, sino el cumplimiento
defectuoso o irregular en la entrega de la cosa vendida, pues si tal entrega fue tardía, el
comprador de todas maneras la recibió sin desistir del contrato y por el contrario exigió las
garantías por las fallas encontradas en el mecanismo del aparato, por lo que dicha tardanza
"no es más que un retardo allanado por la misma compradora"; para concluir que la resolución
pretendida, con fundamento en el artículo 870 del código de Comercio, no estaba llamada a
prosperar.
normas que gobiernan la acción redhibitoria, en tanto se invocaron las que atañen a la
resolutoria general, "ello por sí no limita el sentido de la acción incoada toda vez que es el
su acción tutelar”; citó en apoyo de su afirmación un autor nacional y para finalizar dijo: “si el
fundamento central de los hechos expuestos en la demanda no es más que la serie de vicios
ocultos de la cosa vendida, bien puede entenderse que la acción a que se recurrió por la
compradora fue la redhibitoria, que igualmente apareja la resolución del contrato” pero bajo los
eventual pretensión redhibitoria en este caso, por prescripción de la acción, al haber pasado
más de dos años desde la fecha de entrega, en apoyo de lo cual manifestó el Tribunal: "pues si
extiende máximo a dos años (art. 932 C.Co.), a la fecha de presentación de la demanda (oct.
14/93) la acción ya estaba prescrita acorde con el perentorio texto del artículo 938 C.Co.".
Concluyó el sentenciador de segunda instancia que "es legal el fallo apelado, ya que
apelada.
DEMANDA DE CASACIÓN
Con apoyo en la causal primera del art. 368 del C.P.C., el recurrente formuló un cargo
CARGO ÚNICO
aplicación de las disposiciones contempladas en los artículos 1546, 1614, 1615 y 1616 del
C.C.; 877 (sic), 970 del C. de Co.; inc. 2º del art. 90 del C.P.C.; 822 y 928 del C. de Co.; y por
indebida aplicación los artículos 932, 934 y 938 del C. de Co.; todo como consecuencia de
llegar a la conclusión de que la acción era ejercitada en protesta por los vicios ocultos,
constituye un error manifiesto, porque desde la demanda y en el recorrido de las instancias
nunca el demandante solicitó la pretensión redhibitoria, sino que, desde el relato de los hechos
primero, tercero, sexto y séptimo del libelo incoativo, se relacionaron circunstancias que son
del negocio en que se concretaron las características del objeto adquirido de acuerdo con las
necesidades del comprador, y al incumplimiento de las obligaciones contractuales por parte del
comprador gozar de ella, "con las perspectivas de beneficio mayor ofrecidas por la sociedad
contrato bilateral.
Dijo que admitiendo que el numeral 7º del artículo 75 del C.P.C. carece de valor
relevante en una demanda, no por ello puede ser desdeñado sin más, como lo hizo el ad quem,
pues las normas jurídicas citadas por la parte actora como fundamentos jurídicos, comúnmente
corresponden a la cuestión fáctica descrita en el libelo y sirven como punto de referencia para
comprender la demanda. De todo lo anterior infirió que es ostensible que la acción impetrada
es la resolutoria por incumplimiento, pues se invocaron los artículos 870 y 942 del C. de Co.,
así como el 1546 del C.C., por lo cual es un error inexplicable “hacer caso omiso de citas como
las de los arts. que se dejan relacionados, cuando se trata de interpretar una demanda para
bilateral”, en especial, si los hechos enunciados configuran una acción de esta naturaleza,
como sucede en el caso presente, situación que fue manifestada por el demandante a lo largo
entrega material de la máquina empacadora, sino que debía realizarse en las condiciones de
adaptación previstas en el pedido, dentro del término fijado por el contrato para la ejecución de
dicha prestación, obligación que fue incumplida por la vendedora, amén que, de acuerdo con lo
previsto por el artículo 90 del C.P.C., la notificación de la demanda determinó la mora del
observación y que debía trabajar por un término de 6 meses para considerarla "recibida a
satisfacción".
traducen en haber confundido las calidades especificadas en el contrato respecto del aparato
vendido, con los vicios redhibitorios previstos en el art. 934 del Código de Comercio. En el
mismo sentido, según el censor, el Tribunal no advirtió que la venta pluricitada estaba sujeta a
la modalidad descrita por el art. 913 del Código de Comercio, es decir, celebrada bajo
contrato, circunstancia que constituye una aplicación especial del art. 870 ibídem, que origina
una acción concurrente con aquella, pero que lleva a la misma consecuencia: la resolución del
contrato.
Expresó el censor que los errores de facto cometidos por el Tribunal no se limitaron a
periciales, que ni siquiera fueron examinados por el ad quem, cuando algunas de ellas y con
mayor razón analizadas en conjunto, ponen de manifiesto que ‘Harinera del Valle S.A.’ “tiene
toda la razón en su demanda que por lo mismo la ley debe aplicarse en su auxilio". Esas
pruebas no apreciadas son: el pedido, donde se señalaron las particularidades de la máquina,
actas suscritas por representantes de ambas partes en las que consta que desde el principio el
en relación con los rendimientos que ha debido arrojar la máquina y los que efectivamente
produjo, pericia que si bien afirmó que el objeto “cumple con las características específicas
para la cual se adquirió" no debe entenderse como si cumpliera con todas las calidades tenidas
en cuenta al momento de la compra, sino que está dotada de los elementos indispensables
Germán Benítez, ingeniero mecánico y técnico de ‘Imocom S.A.’; Héctor Adelmo Garzón Cruz,
Reiteró que las citadas pruebas evidencian que la máquina empacadora vendida por
empacadas por minuto y a su peso, pero diferente de aquel funcionamiento que llevó a
‘Harinera del Valle S.A.’ a adquirirla, conforme a las especificaciones técnicas que debía reunir
en virtud del pacto celebrado por las partes. Consideró el censor que ese "alud probatorio"
demuestra también el proceder limpio y honesto de la demandante, quien durante casi cuatro
condiciones que desde un principio debió tener, para lo cual llegó a pagar la totalidad del
precio, cuando la ley faculta al comprador para retener el saldo ante el incumplimiento del
vendedor, actitud que contrasta con la conducta de ‘Imocom S.A.’ y del fabricante "Rovema",
quienes utilizaron todas las tácticas dilatorias y de confusión, para tratar de justificar el bajo
Para concluir el cargo, el recurrente reiteró que los errores de hecho cometidos por el
Tribunal, tanto al interpretar la demanda como al omitir las pruebas relacionadas, evitaron que
viera que en el libelo se ejercitó la acción resolutoria por incumplimiento del contrato de
bolsas por minuto, con peso de 500 gramos cada una, factores estos que motivaron a la actora
para efectuar la compra, todo lo cual quedó demostrado con las pruebas citadas, lo mismo que
la mora de la vendedora. Tales errores de hecho llevaron al ad quem a violar, por falta de
aplicación de casi todas, las normas de derecho sustancial relacionadas en el encabezado del
cargo y por indebida aplicación, los artículos 934 y 938 del Código de Comercio.
profiera sentencia sustitutiva que acoja las pretensiones formuladas en la demanda inicial.
CONSIDERACIONES
Dos aspectos se plantean a la Corte para la decisión del presente asunto, en primer
demanda, con lo que vulneró las normas sustanciales denunciadas en el cargo, al considerar
que la acción propuesta por el demandante era la redhibitoria y no la resolutoria general del
artículo 870 del Código de Comercio. En segundo lugar, si el fallo de segunda instancia
quebrantó las normas mencionadas al hallar improcedente la que se dice fue la verdadera
La interpretación de la demanda.
Como el cargo se enfiló a combatir los errores que, según el censor, cometió el
en el artículo 870 del Código de comercio; a este propósito véase como en el folio 20 (envés)
Corte sobre los alcances de dicha regla, de lo cual se sigue que el Tribunal sí fue por el camino
de la resolución que la demanda trazó, sólo que juzgó inaplicable el mentado precepto “toda
vez que el supuesto fáctico de esa norma es la mora de uno de los contratantes, y en el caso
Así, el fracaso de las pretensiones vino de que hubo entrega efectiva, con un episodio
en la entrega tardía, el Tribunal cerró el paso a esa posibilidad cuando argumentó que a pesar
máquina empacadora sin desistir del contrato” y además exigió el cumplimiento de la garantía,
lo que “no es más que un retardo allanado por la misma compradora”. El ad quem concluyó
que no había el incumplimiento alegado por la parte demandante, como puede observarse en
el acápite 9º de la sentencia, a lo cual siguió la decisión según la cual “en tales condiciones
resulta claro que no estaba llamada a prosperar la resolución pretendida con fundamento en el
artículo 870 ib. y bajo el supuesto que resalta la causa petendi, tal como lo dedujo el a quo”
(folio 22 Cdno. 4º), lo que muestra sin lugar a dudas que el Tribunal efectivamente consideró y
agotó el reclamo que se hizo en la demanda sobre la resolución del contrato con apoyo en el
del mencionado artículo 870 del Código de Comercio, sólo que ninguna prosperidad le halló,
primero porque la entrega efectivamente se hizo, segundo porque entendió que la tardanza en
la entrega fue allanada por la aceptación del demandante y finalmente porque el comprador
perseveró en el contrato.
Luego de agotado el examen de las pretensiones y frustradas las mismas como se
No obstante, antes de acometer esa tarea, puso como preludio que “en la demanda, no se
aludió a la normatividad que gobierna la acción redhibitoria, sino a la resolutoria antes referida”
(folio 22 Cdno. 4º), preámbulo que denota que el sentenciador excluyó la acción redhibitoria
como norte de su decisión, descarte que venía desde el fallo de primera instancia en el que si
bien se hizo alusión a la acción redhibitoria y su prescripción, ninguna decisión sobre ella se
tomó.
Emerge de lo anterior que esa incursión extraña del juzgador de segunda instancia
por los dominios de la acción redhibitoria, jamás fue el fundamento del fallo, pues ella solo se
trajo para el caso hipotético de que se “tomase la demanda en este último sentido” –el de la
acción redhibitoria- (fl. 22 envés Cdno. 4º) y no porque fuera la consideración capital del ad
quem.
A este propósito resulta fundamental ver que el viraje meramente conjetural hacia la
acción redhibitoria, tuvo como norte destacar que de haber sido ese el sustento de la demanda
manifiesta si se tiene en cuenta que la prescripción a ella vinculada nunca fue decidida, ni en
derecho para impetrar la acción resolutoria” (folio 348 Cdno. 1º), a lo que siguió la orden de
pues no es cierto que Juzgado y Tribunal hayan abandonado el camino que indicó el
demandante en el libelo, como que ambos se mantuvieron en la acción de resolución por
incumplimiento prevista en el artículo 870 del Código de Comercio, sólo que de manera
del contrato a la luz del artículo 870 del Código de Comercio, pues nada distinto concluyeron
Juzgado y Tribunal, así hayan agregado una argumentación impertinente atañedera a la acción
redhibitoria.
apelante con algún pasaje del fallo de primera instancia relativo a los vicios redhibitorios, pero
tal circunstancia no tuvo incidencia en la decisión adoptada, porque si bien la tarea, prima facie,
pudiera resultar innecesaria, su adelantamiento se llevó a cabo una vez había resuelto la
pretensión que en efecto el Tribunal encontró como impetrada por el demandante, es decir, la
acción resolutoria contemplada en el artículo 870 del Código de Comercio, que ahora el
resolutoria del artículo 870 del Código de Comercio, sólo que no la juzgó próspera, porque a su
juicio “el supuesto fáctico de esa norma es la mora de uno de los contratantes, y en el caso de
irregular de la obligación de entregar la cosa vendida” (fl. 21 envés Cdno. 4º), para más
1988… sólo arribó a las instalaciones de ´Harinera del Valle S.A.´ el 30 de enero de 1989, cabe
decir que ello en forma alguna puede equipararse a la mora que requiere el artículo 870 ib… si
empacadora sin desistir del contrato, sino que por el contrario perseveró en el mismo exigiendo
el cumplimiento de la garantía por las fallas encontradas en el mecanismo del aparato, no viene
al caso ese percance como un factor determinante de mora, pues no es más que una retardo
allanado por la misma compradora” (fl. 22 envés Cdno. 4º). Tales fueron los reales
fundamentos del ad quem para adoptar su decisión y con esas razones puede concluirse que
entre los dos. El Tribunal observó con fidelidad los planteamientos de la demanda, sólo que los
desechó por ausencia de los requisitos para su prosperidad, de donde salta de inmediato, que
no existe pendencia relevante entre el acusador y la sentencia atacada, pues se reitera que en
impropiedad del objeto y por tanto a la prosperidad de las pretensiones del demandante
relativas a la resolución general del contrato por incumplimiento. A propósito de este aspecto,
mercantil, qué grado de desperfecto de una máquina es bastante para el éxito de la acción
resolutoria general contemplada en el artículo 870 del Código de Comercio? para contestarla
necesidades de las partes y los intereses económicos que ellas persiguen con su celebración.
futura y estabilizar sus expectativas, para lo cual concede alcance normativo a las
disposiciones que ellas se dictan, a condición que tales estipulaciones respeten los requisitos
señalados en la ley.
material, es posible que se presenten vicisitudes que determinan los diferentes grados de
transmitir la propiedad del objeto determinado en la convención, para más adelante especificar
que la cosa comprende los accesorios y que es ofrecida en el estado en que se encuentra al
derecho (evicción) o de hecho (vicios redhibitorios), esta última considerada como un caso de
cumplimiento defectuoso.
También se ha identificado que las acciones que nacen de los vicios de la cosa son: la
rebaja del precio, que tienen como fundamento, siguiendo la jurisprudencia de esta Corporación:
1. Que el vicio sea grave y no leve pues “no consiste en imperfecciones o defectos que
vendida... [por] estorbar del todo el uso ordinario del bien enajenado o por reducirlo en forma
considerable” 2[2]; 2. Debe ser oculto para el comprador, es decir, que lo ignore sin culpa de su
parte; 3. Tener causa anterior al contrato; 4. Hacerse patente después de la entrega y 5. Ser
alegado dentro de la oportunidad concedida por el art. 938 del Código de Comercio, es decir,
dentro de los seis meses contados a partir de la entrega. Para efectos de la acción estimatoria,
debe tenerse en cuenta que para calcular la suma en que el precio debe ser rebajado es
1[1]
Esta previsión también la considera el Código Civil Francés (arts. 1245 y 1614). Sobre el
estado en que debe entregarse el objeto, Colin y Capitant "Derecho Civil" Tomo IV. Editorial
Reus. Madrid. 1955. pág. 115.
2[2]
Sent. cas. 25 de marzo de 1969, G.J. T. CXXIX pág. 17.
necesario "hacer una aparente proporción entre el precio convenido y el valor real depreciado
del bien vicioso, y se dice aparente pues la proporcionalidad se refiere a la comparación del
deprecio que con motivo del vicio experimenta el objeto vendido con el precio convenido". (sent.
inutilicen la cosa, la Corte dejó sentado que “tales pretensiones pueden formularse autónoma e
objeto la indemnización de los perjuicios, siempre que el vendedor haya conocido o debido
conocer los defectos de la cosa al tiempo de la negociación, pues como lo tiene definido la
doctrina de la Corporación, ‘ ...sin embargo de que ambas hallan su razón de ser en la garantía
que gravita sobre el vendedor en favor del comprador, es lo cierto que la presencia del vicio
oculto no da lugar, per se, a la indemnización de perjuicios; esta, como se acaba de anotar,
depende del conocimiento que el vendedor hubiera tenido o debido tener, al tiempo del contrato,
del vicio o defecto, en lo cual se palpa una diferencia cardinal con la acción resolutoria común
(arts. 870 C. de Co., y 1546 C. C.), pues en ésta el resarcimiento sí está ligado, sin
En cuanto a los efectos de las diferentes acciones que tienen manantial en los vicios
de la cosa, se observa que la acción resolutoria impone las restituciones mutuas, al paso que la
de rebaja de precio conlleva una condena al vendedor a restituir la parte proporcional del
resarcimiento que se decretará sólo si se comprueba que el vendedor conocía o debía conocer
circunstancia que diferencia la acción resolutoria por el vicio del objeto, con la resolución
En suma, es la naturaleza del vicio entonces, la que determina las opciones que el
comprador puede ejercitar, sin que sea inexorable que todo defecto origine la acción resolutoria
general del artículo 870 del Código de Comercio. La Corte, en camino de enjuiciar el
calados, conocidas las necesidades del comprador por parte del proveedor y ante los
desperfectos del objeto para cumplir el propósito acordado por las partes, concluyó: "el
indemnizar los perjuicios causados por el vicio, es del caso concluir que el artículo 932 del C.
artículo 870 ibidem aun en el evento en que el vendedor incumpla con la aludida obligación de
garantía, porque de ser así cualquier defecto de funcionamiento, por insignificante que fuera,
daría lugar a este resultado con notorio quebranto de la seguridad y estabilidad que debe reinar
en los negocios mercantiles. Otra cosa es que, por ser el vicio de mayor entidad, tal como
acontece cuando hace impropia la cosa para su natural destinación o no permite utilizarla en el
fin previsto al adquirirla, este genere resolución contractual, porque en este supuesto se está
frente a la situación del artículo 934 del C. de Co., que sí da cabida y amerita el ejercicio de la
acción resolutoria.", y sobre la aptitud del objeto dijo: "si el defecto de la cosa implica además
que ella no es apta para su natural destinación o para la finalidad tenida en cuenta al
garantía de funcionamiento que se le ha dado - artículo 932 del Código de Comercio-, podrá
caso, que se consagra genéricamente para los vicios ocultos en la última disposición - artículo
934 del Código de Comercio-." Para luego agregar en la misma providencia: "Los vicios
sólo la acción indemnizatoria por el defecto funcional de que trata el art. 932 del C. de Co., sino
las consagradas en el artículo 934 ibídem, norma esta que última que al efecto expresa: 'Si la
cosa vendida presenta, con posterioridad a su entrega, vicios o defectos ocultos cuya causa
sea anterior al contrato, ignorados sin culpa por el comprador, que hagan la cosa impropia para
resolución del mismo o la rebaja del precio a justa tasación. Si el comprador opta por la
resolución, deberá restituir la cosa al vendedor'; en uno y otro caso mediante la vía del
procedimiento ordinario… " (sent. cas. civ. de 11 de septiembre de 1991). Es de notar que en el
precedente que acaba de citarse, el artefacto vendido ni por un momento operó del modo como
La Corte estudió en otra ocasión la gama de acciones con que cuenta el comprador,
para remediar el incumplimiento del vendedor, y dijo entonces que si se trata de un contrato de
compraventa "la obligación principal del vendedor es la de entregar la cosa, pero además de la
perjuicios (artículos 1546 y 1882 del Código Civil y 870 del Código de Comercio)… bien puede
acontecer que la cosa no sirva para su normal uso o sólo sirva imperfectamente para lo cual el
Código Civil estatuye la acción redhibitoria y la estimatoria o de rebaja del precio (artículo 1917
allá en lo atinente a esas modalidades de garantía de la cosa en cuanto permite discutir, por los
trámites de un proceso verbal (sic) sobre la calidad, cantidad y sanidad (artículos 914, 915,
916, 931,939), o sobre el funcionamiento (artículo 934)." (sent. cas. civ. de 23 de julio de 1986
objeto cuyo funcionamiento no es el esperado, la Corte puntualizó "si la garantía por mal
demanda la resolución del contrato en consideración a que el vicio de la cosa que recibió no le
permite destinarla al uso para el cual fue adquirida, lo que está ejerciendo es la acción
consagrada en el artículo 934 del C. de Co.". (sent. cas. civ. de 11 de septiembre de 1991,
citada). De lo dicho se desprende que en materia de vicios del objeto, la regla general será la
acción redhibitoria y sólo en casos excepcionales la establecida por el artículo 870 del Código
de Comercio, atendida la necesidad de pervivencia del contrato y las mayores exigencias sobre
relevante poner atención a la forma como las partes se reflejan el resultado y consumación del
acuerdo en orden a satisfacer sus expectativas. Así, los impulsos objetivos que mueven a la
adquisición de un bien están guiados por el deseo de cubrir una necesidad, en los que van
con bienes que otro brinda, supone que la naturaleza del objeto cumpla las condiciones
suficientes para que la necesidad se vea colmada. No obstante, el derecho reconoce que la
satisfacción no siempre se logra del modo que las partes persiguen al contratar. Puede ser
entonces que la cosa entregada por el vendedor no llene las expectativas contractuales porque
presenta defectos de diverso grado, todas las anomalías no son iguales, por ello, el derecho
desde antiguo tiene dicho que no cualquier desarreglo causa el aniquilamiento del contrato sino
que la resolución sólo viene de alguno que por su enorme magnitud, gravedad e intensidad
hace que la cosa sea absolutamente impropia para los fines del contrato, según la naturaleza
Entonces, el legislador reconoce que hay una escala de desperfectos que pueden
aquejar la cosa vendida, diferencia de grado, y de intensidad que causa un deterioro mayor o
contrato (artículo 870 del Código de Comercio), secuela de defectos que implican arrasamiento
total del acto y la consiguiente indemnización de perjuicios, alternativa que así otorga un poder
Pero como no hay unos valores tangibles para por contraste deducir cuándo procede una
del objeto y la intención de las partes, son los que permitirán fijar en cada caso la
La Corte, guiada por las anteriores coordenadas, establece que los únicos defectos
que posibilitan acudir a la acción resolutoria general son aquellos que determinan un
grado tal que dificulten el goce de la cosa o lo hagan ineficiente para la labor contratada,
corresponden a otro género de incumplimiento y por tanto desprovisto quedará en tal evento el
comprador de acudir a la acción resolutoria general, pues existen diferencias en aspectos como
los términos de prescripción que distancian las categorías mencionadas hasta hacerlas
prescripción de las otras acciones, con el solo expediente de recurrir a la acción resolutoria
general pretextando que la impropiedad es tan grave que equivale sin más, a la falta de
entrega.
en que se discute la calidad del objeto o su aptitud para procurar el uso determinado por los
general, sino por la especial prevista en el artículo 934 o 937 de la regulación mercantil, que
como se sabe tiene una prescripción de seis meses (artículo 938 del C. Co.).
denunciadas por el cargo como inapreciadas y otras que resultan importantes para esclarecer
El pedido que 'Harinera del Valle S.A.' hizo a 'Imocom S.A', describe la cosa
comprada como una máquina automática empacadora Rovema V 220, que opera por impulsos,
para formar, llenar y sellar bolsas de 500 gramos tipo almohada en material termoplástico,
dosificador en acero inoxidable de 54 para 500 gramos. El objeto debería entregarse a 120
días luego del pedido que fue realizado el 2 de junio de 1989. El precio se fijó en $34.650.000.
Una vez entregado el bien, con retraso respecto a lo pactado, el comprador recibió la
cosa el 30 de enero de 1989 y con fecha 13 de de marzo del mismo año (fl. 24 cdno. ppal.)
manifestó que hubo problemas en la máquina pero que también eran atribuibles a la
alimentación del artefacto. Con la misma fecha se celebró el acta de revisión inicial, en que se
informó que quedaba funcionando a 35 “golpes” por minuto y que era necesario cambiar el
El 15 de marzo del mismo año (fl. 26 cdno. ppal.) la compradora manifestó que el
aparato no podía recibirse a satisfacción, a lo que la sociedad vendedora sugirió usar una bolsa
más ancha o larga (fl. 27 cdno. ppal.) prometió ampliar el formato y solicitó al comprador que
pagara la cuota pendiente (fl. 28 cdno. ppal.). Luego vino una discusión entre las partes sobre
el cambio del embrague, que tuvo el impase cuando 'Harinera del Valle' comunicó al vendedor
el 5 de mayo de 1990, que rechazaban el cobro de la pieza y reiteraban que la máquina había
tres semanas durante el fin de año y principio de 1990, en que la planta [toda] no operó por
completamente el embrague, ante el desgaste de los discos, sin costo para la harinera (fl. 48
El 10 de agosto de 1990 'Harinera del Valle' emitió un mensaje interno en que declaró
solucionado el problema del embrague, y admitió que la máquina estuvo en servicio entre el 5
de abril de 1990 y el 1 de agosto de la misma anualidad cuando volvió a fallar (fl. 51 cdno.
casa fabricante propone hacer cambios en el aparato y que “el sistema de alimentación no está
funcionando” que debía solucionarse este asunto por el comprador para que existiera un
adecuado servicio.
sino en daños en el embrague (fl. 62 cdno. ppal.) solicitó una reunión urgente (fl. 66 cdno.
ppal.), a lo que Imocom contestó, que “la máquina estuvo trabajando bastante tiempo a su
entera satisfacción… En caso que no quieran seguir con ella, favor dejárnoslo saber así como
el costo con el cual la pondrán a nuestra disposición para ayudarles con la venta de la misma.”
(fl. 67 cdno. ppal.). Esta propuesta no fue contestada y con fecha 23 de octubre de 1990, la
la reunión y dijo “hasta la fecha no hemos vuelto a tener noticias de ustedes, aún seguimos
noviembre de 1990 en que la demandante manifestó que en el pedido la máquina se dijo que
empacaba a 40 “golpes por minuto, bolsas de 500 gramos" y que el aparato tenía "vicios de
fondo” que impiden con el mecanismo actual “una operación satisfactoria”. Entretanto 'Imocom'
insistió que el problema era de dosificación y que confirmaran el cambio de la máquina (fl. 82
cdno. ppal.). A estas, 'Harinera del Valle' solicitó cambio del dosificador y que informara el
tiempo que tomaría porque urgía la reparación. La vendedora no pudo confirmar en qué plazo
1990 el demandado dijo que Rovema enviaría el embrague completo ya que no tenían
reporte de rendimiento del instrumento empacador (fls. 88, 89, 90, 91 cdno. ppal.). Luego de
dos cartas más en que la demandante solicitó respuesta sobre los repuestos y sobre quien
asumirá los costos, 'Imocom' manifestó que los defectos se deben a las hilachas del empaque
que ocasiona el funcionamiento forzado, se recalcó que 'Harinera' tendría que asumir el costo
funcionó en forma correcta “pero dados los antecedentes se recibe en observación y en seis
embrague y freno continuaban, que es "un problema de diseño y/o ensamble, que no puede
solucionarse con un nuevo embrague cada 4 meses" (fl. 98 cdno. ppal.), a lo que 'Imocom'
ppal.). Finalmente 'Harinera del Valle' presentó resumen de toda la situación, planteó que le
fueran devueltos las sumas de US 117.941 o 68.000.000 pesos (fl. 100 cdno. ppal.), a lo que el
demandado afirmó que los problemas no están en el aparato sino en las condiciones de
representante, confirmó que Harinera del Valle adquirió el artefacto en virtud de las cualidades
ofrecidas por el vendedor, pero aclaró que funcionó y "por eso la pagaron”, que hubo
los tiempos de entrega. Informó que luego de que llegaran a la conclusión que "ni el fabricante
ni el vendedor de la máquina imocon nos iban a solucionar el problema definitivamente
decidimos comprar otra máquina, también de marca Package para hacer el trabajo al que
estaba destinada la máquina rovema" no recordó la fecha de la compra pero insistió en que "se
hizo cuando varios años después de lidiar con la máquina rovema para que esta funcionara
adecuadamente se vio muy evidente (sic) que no podiamos (sic) contar con ella por no ser
confiable" y añadió que "siempre dimos un compaz (sic) de espera y cada vez que ese se
vencía, abrimos uno nuevo porque francamente siempre creimos (sic) y teniamos (sic) fe que
rovema e imocon iban a responsabilizarse y garantizar la máquina o aún en caso estremo (sic)
a reemplazarla por otra pues francamente eso es lo que tendrían que haber hecho" (fls. 1,2 y 3
Con. 3).
Enrique Payeras Tenorio, técnico de 'Harinera del Valle', manifestó que el artefacto no
empacaba de 40 a 45 bolsas por minuto, con el peso adecuado, expresado en el pedido, que el
funcionamiento no ha sido constante y por poco tiempo con gran desgaste, las bolsas eran
apropiadas y que 'Imocom' y 'Rovema' son empresas tradicionales que conocía desde hace
necesidades de su comprador, que hubo retraso en la entrega, pero Héctor Garzón firmó acta
debieron a las hilachas e impurezas de la harina, como los halló el ingeniero alemán que
“desajuste del embrague freno, que es el que tiene que ver con el peso de la bolsa… el
embrague se cambió y quedo funcionando” también dijo que la operación, manejo y empaque
por parte de Harinera del Valle eran los correctos (fls. 12 a 17 cdno. 2).
instalación, el aparato no pudo funcionar porque fallaba un “pizador (sic) para sello horizontal”
que consiste en un sujetador de bolsa, que una vez en operación fue necesario cambiar el
operación irregular a pesar de los gastos en que incurrió 'Imocom' para ponerla en
funcionamiento; los defectos del embrague pueden deberse a materiales, ensamblaje y diseño
del mismo, pero también tuvo problemas de sellado vertical, atribuibles a imprecisiones de
satisfacción”. “La máquina fallaba después de 3 o 4 días de los ajustes” cuando deberían estar
diseñadas para trabajar 7 días a la semana 24 horas al día (fls. 28 a 31 cdno. 2).
puede observarse:
harina, cuyas conclusiones son: la máquina cumple con las características especiales para las
cuales se adquirió, los problemas son la baja producción (26 bolsas por minuto), por ausencia
de sincronismo entre el embrague y el motor que no para exactamente por lo que la bolsa
queda o muy llena y no puede cerrarse, o muy vacía entonces no puede venderse el producto.
cuanto a humedad, densidad, los peritos dictaminaron que el producto era apto para ser
Finalmente para cuantificar los perjuicios materiales se decretó otro informe que
arrojó que la indexación del dinero pagado (daño emergente) era, hasta el 30 de junio de 1995
del negocio, que la entrega se realizó de manera tardía, retardo consentido por el comprador,
por lo que se tiene que el conflicto se contrae al funcionamiento del aparato vendido en los
Como antes se insinuó, hay una suma de antecedentes que ayudan a determinar si
en el presente caso es posible afirmar que las deficiencias fueron de tal trascendencia que
deben causar la fractura total del contrato por causa de la resolución general. En primer lugar,
es necesario ver que tanto el comprador como el vendedor tenían soporte técnico suficiente
para conocer cada uno las condiciones del objeto, pues el vendedor, aunque no es el
fabricante, sí debía estar al tanto de las características del aparato. El adquirente por su parte,
estuvo asistido de sus expertos durante todo el curso de la negociación, de lo cual se sigue que
y posibilidades técnicas del artefacto. En síntesis, la etapa anterior al contrato permite ver que
previa ilustración, inferencia ésta que resulta de ver, entre otras cosas, las hojas de vida que
preceden a las actas que recogen las versiones testimoniales de los empleados de las partes,
De otro lado, para acreditar si las deficiencias eran de tal magnitud para justificar la
máquina y las funciones que estaba llamada a servir. Se dice lo anterior porque el aparato
estaba destinado a trabajar de modo continuo las 24 horas del día, los 7 días de la semana;
uso intensivo que más prontamente dejaría ver si el artefacto estaba en capacidad de prestar el
servicio para el cual fue concebido. No ocurriría igual si la máquina fuera usada sólo
episódicamente, pues tal intermitencia impediría mostrar con presteza sus imperfecciones.
Así las cosas, el uso permanente e intensivo de la máquina, es una circunstancia que
no permite llamarse a engaño sobre el tiempo que era requerido para descubrir si era
absolutamente impropia para su natural destinación. Y oportunidad hubo de corroborar su
período la máquina funcionó entre el 30 de enero de 1989 y el 15 de marzo del mismo año sin
que hubiera reparos, más adelante, según afirmación del propio demandante, “Desde Octubre
semanas durante el fin de año y principio de 1990, en que la planta no operó por espacio de 20
días” (fls. 43 cdno. ppal.), luego trabajó desde el 5 de Abril de 1990 hasta el 1º de agosto del
mismo año, como lo indicó el mensaje interno allegado al plenario por la demandante (fl. 51
cdno. ppal.), acontecimiento que muestra al objeto del contrato con aptitud para la utilidad
acordada, es decir, que no puede afirmarse categóricamente que su inutilidad sea ostensible,
completa y definitiva; así lo corrobora el dictamen pericial que atañe al servicio del aparato, al
expresar que la especie entregada sirve para empacar harina aunque evidentemente con
disfuncionalidades, sino en saber si ellas eran de magnitud tal que justificaban la quiebra total
del contrato.
Es de anotar también que el vendedor hizo una oferta para recibir el utensilio y buscar
un nuevo comprador, propuesta que fue respondida por el demandante con una solicitud de
sólo cambiar el dosificador (folio 83 cdno. ppal.), lo que significa que el comprador tuvo
en el contrato o buscar otra alternativa, a pesar de lo cual insistió en que se hiciera una
corrección, lo que viene a mostrar que la cosa sí era apropiada para la labor que debía cumplir,
estuvo presto a solucionarlas buscando el máximo de eficiencia y sostenibilidad, que fueron los
Puestas así las cosas, ante la incertidumbre que se cierne sobre si las carencias del
artefacto eran tales que debía resolverse el contrato por la acción general del artículo 870 del
Código de Comercio, el primer juez de la situación fue el propio comprador que no sólo pagó el
saldo restante del precio, sino que desdeñó la oferta que le hizo el vendedor de recoger el
artefacto y buscar un nuevo comprador, a pesar de tener suficiente conocimiento para
Las pruebas anejas al proceso permiten concluir entonces, que los distintos expertos,
tanto los que estaban al servicio de las partes como los designados en el proceso, no apuntan
a una causa común del desarreglo, en cambio su lectura evidencia que el defecto era de una
extiende hasta los confines de la completa inutilidad, por el contrario se demostraron extensos
episodios de operación regular del objeto, usado intensamente las 24 horas del día con
expectativas razonables de mejoría expresadas por el comprador, los que determinaron que
este perseverara en el contrato por largo tiempo, de lo cual se sigue que ninguna otra
deducción puede sacarse distinta a que la máquina sí servía, aunque con imperfecciones que
por sí solas no fundan la prosperidad de la pretensión resolutoria general. En efecto, las partes
aceptan, que la máquina presentó problemas de funcionamiento, pero que en últimas atañen a
cambio de piezas, defectos tales que no son de la magnitud y gravedad suficientes como para
asimilarlos a una falta total de entrega, ni permiten afirmar que la cosa era absolutamente
impropia para desarrollar la tarea para la cual fue construida, lo que descarta la acción
Comercio) con fecha 15 de Octubre de 1993 cuando habíanse dejado vencer los términos para
demandar tempestivamente la resolutoria originada en los vicios del objeto (artículo 934
ibidem), ningún reparo puede formularse al fallo de segunda instancia, pues en cualquier caso
En cuanto a la alegación sobre el art. 913 del Código de Comercio, se atisba que el
demandante en ningún otro momento de la contienda la esbozó y sólo ahora en casación hace
un reclamo al respecto, con lo cual primero emplazó al Tribunal para entender su accionar
sendero, circunstancia que sorprende a todos por esa irrupción tardía, que además no alcanza
para modificar la sentencia, pues los supuestos de esa norma, la época y el procedimiento para
construcción crítica del recurrente, que así se aceptara como alternativa plausible, no por ello
viene a ser la única que las probanzas permiten, con lo cual el yerro denunciado carece de la
dimensión de evidente, colosal y trascendente que se exige para quebrar una sentencia de
DECISIÓN
sentencia del 14 de enero de 1999 pronunciada por la Sala Civil del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Cali, en el proceso ordinario promovido por 'Harinera del Valle S.A.' contra la