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La psicoterapia surge a fines del siglo XIX, y en un principio estuvo al margen de la medicina oficial.
En contra de ciertas posturas como la de Wundt, crece a principios del siglo XX la idea de que debe
desarrollarse una psicoterapia como una especialidad de la Psicología clínica, aun cuando la
Psicología no había alcanzado suficiente fundamentación epistemológica y metodológica.
Desde entonces la relación con el paciente se convirtió en el punto de partida para el desarrollo
del razonamiento clínico. Mientras que en el contexto de la Psicología oficial se discutían los
asuntos relativos a la formación de los psicólogos clínicos y emergían las bases del modelo
científico-profesional llevado hasta el tratamiento terapéutico, en otros ámbitos, más marginales,
se proponía romper con el objetivismo y el atomismo de la Psicología clínica orientada por el
modelo médico, para pensar una práctica y una reflexión clínica centrada en las dimensiones
subjetivas e intersubjetivas. Su renuncia al método experimental y a los ideales de las ciencias
positivas los alejaron en gran medida de los grandes escenarios de la Psicología oficial, y por tanto
de los principios establecidos para la formación científico-profesional. Muchos de estos psicólogos
y psicoterapeutas permanecieron enseñando en las universidades, poco interesados en adquirir
un estatus de científicos, pero dedicados a la crítica académica de los fundamentos mismos de la
Psicología clínica, de la Psicología como ciencia y de una propuesta terapéutica derivada del
modelo de las ciencias naturales que poco o nada tiene que ver con el cuidado del alma. La
palabra psicoterapeuta, es un término compuesto, derivado de dos vocablos griegos, a saber:
Psique y therapon, que a su vez significan: Alma (psique) y servidor (therapon). En consecuencia
podríamos sostener que ser psicoterapeuta significa fundamentalmente, ser servidor del alma.
Therapéuo: se refiere a Yo cuido y al acto del servicio, por lo tanto se puede decir que al
tratamiento del alma se le conoce como psicoterapia. En la medida en que la psicoterapia apunta
a un tratamiento del alma, a una modificación radical de sí del propio sujeto, ha de atender
fundamentalmente a lo peculiar del sujeto, esto es, a aquello que lo caracteriza en cuanto tal y no
a lo que le es común con otros sujetos. Para intervenir ha de fundamentarse en el discurso del
sujeto, y no en teorías psicológicas (Lopera, 2000). Gran variedad de razones teóricas ligadas a la
historia de la ciencia, de la Psicología y de las ideologías en el ejercicio de la psicoterapia, han
llevado a adjudicarle a este concepto una serie de significados restringidos y mezquinos,
empobreciendo y desvirtuando su significado original. Los psicólogos terapeutas pragmáticos y
fieles al modelo de las ciencias naturales, decidieron eliminar toda referencia al alma, y decidieron
traducir psique como mente Mind, y más aun siendo fieles al juramento fisicalista, conjugan lo
psíquico con lo físico, de tal manera que mente resulta ser lo mismo que cerebro, y por lo tanto es
posible terapiar la mente-cerebro y no hacer psicoterapia.
REFERENCIAS: Grafield, L. (2005). Psicología Clínica. México: Manual Moderno. Sánchez, M. (2011)
Orígenes y desarrollo de la investigación psicosocial norteamericana durante la II Guerra Mundial.
España: Universitat de Valencia.
Latinoamerica.
A finales del siglo XIX surgió la psicología clínica, aquella que puede considerarse la semilla de la
mayoría de los desarrollos de la clínica en psicología hoy; descrita de manera muy detallada por su
fundador, Witmer, en su texto “Psicología clínica” (1907), en el que reconoció que la clínica que
proponía estaba muy relacionada con la medicina, lo que no implicaba, de suyo, que era la
repetición o aplicación de la clínica médica en psicología, aunque existiesen importantes puntos en
común entre ambas. (p, 138).
Muy particularmente gracias a la revisión sistemática que se realizó se halló un artículo donde
(Jaramillo et al; 2105) comenta que: En 1913 emergió con gran fuerza la psicología conductual, la
cual enfatizaba en los aspectos propios de la conducta del ser humano y dejaba de lado, o por lo
menos Pretendía hacerlo, los hasta el momento infructuosos intentos de la introspección para ser
tenida en cuenta en la aproximación científica a aquello que podría entenderse como mental. (p,
139)
Argentina: Al final del siglo XIX el positivismo logra asentar una definición del que hacer
psicológico en la republica de argentina, influenciados por Comte y por el positivismo italiano
que en ese momento respondía al estudio de la criminalidad y patologías de tipo biofisiológico.
Debido a la situación política en Argentina durante esta época, la psicología experimental tomó un
auge a raíz del primer laboratorio de psicología fundado por Victor Mercante en 1891 en la
provincia de San Juan, posteriormente Horario Piñero fundó otros dos laboratorios en el Colegio
Nacional de Buenos Aires y en la Facultad de Filosofía de la Universidad según Klappenbach en el
2006. Debido a ese desarrollo José Ingenieros logra incorporar conceptos de Darwin, James y
Spencer al positivismo en la psicología dentro del escenario médico, dando participación a
fundamentos psicofisiológicos. Como consecuencia los primeros cursos de psicología comenzaron
a dictarse en Argentina.
Chile: Primeramente la psicología en chile en el año 1905, creó en la Escuela Normal de Copiapó el
primer laboratorio de psicología experimental en Chile (Miguez, Betancourt, & VeraVillarroel,
2010), en la cual el arduo trabajo de Rómulo Peña Maturana quien intentó medir la inteligencia, el
vigor intelectual y la resistencia física (Poblete & Salas, 2012). En dicho laboratorio, en la se
constituyó una disciplina del espíritu que seguía principalmente las directrices de Wundt. Desde
entonces en el 1908 Wilhelm Mann crea el Laboratorio de Psicología de la Universidad de Chile
(Salas & Lizama, 2013) que fue transformado desde 1923 en un gabinete ocupado principalmente
en la medición de la inteligencia, (Tirapegui, 1928).
Desde entonces la psicología ha comenzado en el año 1852 en las cátedras de Filosofía de la
Universidad de Chile, donde se incluyó la enseñanza de la psicología en la formación de los
estudiantes de medicina, debido a la vinculación que existía entre psicología y fisiología (Pizarro,
1999) De manera de conclusión la Psicología Clínica en los últimos años ha estado afectada por las
problemáticas socioeconómicas y culturales, que no sólo demandan investigaciones en áreas
específicas, sino que además comienzan a exigir formas de lograr que respondan a los
lineamientos básicos de las ciencias, así como a los criterios de costos y beneficios. En este sentido
no es casual que hoy en psicología clínica se prefieran los tratamientos cortos y los estudios
centrados en la evidencia.
Paraguay: Es importante ir desligando los primero inicios de la psicología en américa latina, por lo
tanto se encuentra que (García, 2011) menciona Tradiciones de investigación con similar
importancia surgieron en Rusia, Francia, Austria y tos Estados Unidos, sumando otros aportes
cruciales. Pero los intereses de los psicólogos no demoraron en volcarse hacia tos esquemas de
una profesión aplicada. El autor en su artículo la historia de la psicología en Paraguay resalta que
antes de que la psicología clínica tuviera sus primeros pinos en américa latina en estados unidos
Witmer fundó en 1896 la primera clínica psicológica en ese país que tuvo como su sede a la
Universidad de Pennsylvania y ayudó en mucho a delimitar conceptualmente lo que sería el campo
emergente de la psicología clínica. (García, 2011. P113)
Más adelante esta investigación denota que los primeros pasos de la psicología clínica se
originaron en argentina, Paraguay y Uruguay y en menor medida en Brasil, donde el fuerte
impacto se originó gracias al psicoanálisis hasta un punto que no era visible la limitación entre
psicoanálisis y psicología clínica, hasta que finalmente el psicoanálisis termino por desprenderse
hasta el punto que las personas podían ser psicoanalistas sin haber tenido estudios en psicología a
respaldo de lo anterior (García, 2011) expone que La asimilación casi exclusiva de las ideas de
Freud y sus principales seguidores como Melanie Klein (1882-1960) hizo que la psicología
argentina tomara características únicas, con una dominación completa del psicoanálisis en la
Formación universitaria del psicólogo, el sistema de salud e incluso la cultura popular. Y concluye
resaltando que en un sentido amplio la psicología en el Paraguay no es nueva, pero ha sufrido
importantes transformaciones en el largo trayecto que le tocó recorrer. Ya estaba presente en el
interés de muchos en el tiempo de la colonia, aunque mimetizada entre la filosofía y la teología
aristotélicotomista (García, 2005). Los impulsos mayores comenzaron a verse tras finalizar la
Guerra contra la Triple Alianza de 1864 a 1870 y que afectó a la psicología en formas que apenas
están comenzando a vislumbrarse.
COLOMBIA.
La primera directora del Instituto fue la psicóloga española Mercedes Rodrigo Bellido quien
trabajaba desde Agosto de 1939 en la Universidad Nacional como directora de una sección de
Psicotecnia que tenía como principal misión la selección de aspirantes a distintas carreras de la
Universidad, labor que fuera luego extendida a algunas empresas estatales y privadas y a
instituciones educativas tanto en el campo de la selección de personal, como en el campo de la
orientación profesional. La creación de estas funciones socialmente pertinentes y su aceptación
institucional dentro y fuera de la Universidad contribuyeron a crear la demanda de profesionales
que tuvieran una adecuada formación para el ejercicio de dichas funciones.
Los años 70s muestran una época de multiplicación de los programas de formación de psicólogos
en varias universidades de Bogotá, Barranquilla, Cali, Medellín y Manizales. Es también la época de
la confrontación aguda de paradigmas teóricoconceptuales, especialmente los de connotación
conductista y psicodinámico. Esta confrontación produjo situaciones críticas, pero fue también una
oportunidad para el crecimiento de la psicología, ya que los psicólogos colombianos empezaron a
tomar conciencia de la riqueza de su disciplina, de la necesidad de hacer investigación y de la
posibilidad de cuestionarse sobre la pertinencia social de la psicología en un ambiente político
especialmente agitado.
En la cuarta y la quinta década de la psicología colombiana, los años 80s y 90s del Siglo XX, marcan
un continuado crecimiento de los programas de formación de psicólogos en el país y la aparición
de los primeros programas de postgrado a nivel de especialización y maestría1 . Aunque la
diversidad teórica y profesional siguió en aumento se produce una relativa madurez en tanto que
psicólogos con diferentes orientaciones podían compartir la formación de psicólogos en un nivel
de convivencia razonable e incluso en muchos casos con un nivel de eclecticismo explícito o
implícito. Durante este tiempo cambia radicalmente el perfil de los psicólogos profesionales: un
buen número tuvieron la posibilidad de recibir formación de maestría y doctorado fuera del país y
a su regreso aportaron la dimensión investigativa como una alternativa importante de desarrollo
profesional y crítica en la formación de los profesionales a nivel de pregrado y postgrado.