El 8M y la lucha por los derechos de la mujer, se inscribe en un marco de fuerte avanzada
capitalista contra las condiciones de vida del conjunto de los trabajadores, pero que golpean particularmente a las mujeres. Al reclamo de poner fin a la violencia de género, la discriminación en todos los terrenos y contra los femicidios que se suceden a diario, el gobierno responde reforzando las condiciones que llevan a esta situación: privatización de la asistencia a la mujer, profundización de las relaciones con el clero, precarización laboral, desocupación, incremento del costo de vida, rechazo a impartir educación sexual científica. La aprobación de la reforma previsional, con el aval de la burocracia sindical y distintos sectores del PJ, va en este sentido. Extiende el trabajo femenino 10 años más, desconociendo que las mujeres somos doblemente explotadas, ya que sumamos al trabajo asalariado el cuidado de la familia, el trabajo doméstico. Por otro lado, en el mercado laboral actual, la diferencia salarial que existe entre hombres y mujeres se mantiene desde hace años en el 27,6%. Pero esta discriminación se profundiza entre la clase obrera más precarizada, que representa un tercio de la mano de obra ocupada, realidad que la reforma laboral pretende extender a todos los trabajadores, alcanzando una grieta en esta franja del 40% de diferencia salarial entre los dos sexos. Es por esto que denunciamos las reformas puestas en marcha por el gobierno, en la medida que ese esquema social y económico es incompatible con el fin de la violencia hacia la mujer al que aspiramos los miles que estamos de pie. La importancia de colmar las calles quedó reflejada en la lucha por la legalización del aborto. La enorme convocatoria del pañuelazo, y la gran intervención en las redes, colocaron a nivel nacional la necesidad de conquistar el aborto legal, seguro y gratuito, como la única salida para acabar con los abortos clandestinos y la regimentación,, por parte del estado y del vaticano, del cuerpo de la mujer. Desde el CEFyL llamamos a construir un gran paro nacional el próximo 8M, por los derechos de las mujeres, comenzando por rechazar todas las reformas anti obreras, la elevación de la edad jubilatoria, el recorte en jubilaciones y AUH, por el acceso a los niveles más altos de los esca- lafones, contra la brecha salarial, por la implementación de licencias y acceso a jardines para los niños. Por el derecho al aborto legal y contra la trata de personas y la explotación sexual.