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Valores mayas

Todo lo que existe tiene su razón de ser, su función y su “protector”.

El respeto por todo lo que tiene vida y el sentido de responsabilidad del Hombre como
“protector” de la naturaleza son dos valores fundamentales que guían las enseñanzas de
padres a hijos en la cultura maya. Asimismo, se inculca el respeto de la dignidad
humana, con base en la creencia de que todos “tenemos nuestra estrella, nuestra misión”
o sea un don particular “dado” que nos permite cumplir con nuestro propósito en la vida.

“El ciclo de la vida del Hombre no consiste sólo en nacer, crecer, reproducirse y morir. En
nuestra cultura intercalamos trascender, algo importante antes de morir”, explica José
León, guía espiritual maya de Rabinal, Baja Verapaz, uno de los 22 departamentos de la
República de Guatemala. La trascendencia “es el legado que se deja a la Humanidad, lo
que marca la vida del Hombre por sus actos buenos o malos en la convivencia social y su
relación con la naturaleza”, explica.

Desde el punto de vista axiológico, el valor de las cosas son determinadas por Ruj’ux
Na’oj, que se refiere al corazón, la energía del pensamiento y la sabiduría.

El siguiente es un resumen de los principales valores mayas:

Loq’oläj ruwach’ulew (El carácter sagrado de la Naturaleza)

-Todo lo que existe tiene su razón de ser, su función y su “protector”.

-Los principales protectores de la naturaleza son los animales, por tanto los seres
humanos han de ser los protectores de los animales.

Loq’oläj kaj (El carácter sagrado del Universo)

-Este valor se expresa en el reconocimiento de la existencia de Uk’ux’kaj (“corazón del


cielo”) que es centro o energía del Universo (Juraqán).

-Para vivenciar este valor se creó y perfeccionó el Tzolk’in o cholq’ij, que es actual
calendario lunar o sagrado maya de 260 días, que resultan de la combinación matemática
y espiritual de 20 categorías y 13 grados de valor (además está el civil, haab, de 365 días
y la cuenta larga o no repetitivo).

Qach’umilal (Nuestra estrella, nuestra misión)

-Es la fuerza y la protección que trae todo ser humano desde su concepción (“tener el
don”). Se manifiesta durante toda nuestra vida.

-Contribuye a reconocer la dignidad del hombre y la mujer, de niño, del joven y del
anciano, según su ‘ch’umial para prestar un servicio a su comunidad.

K’awomanik (El valor de la gratitud y el agradecimiento)

-No se regala lo que no sirve. Se busca lo mejor para expresar gratitud.


-Todo lo que está alrededor se agradece, por mínimo que sea (esto constituye un gran
vínculo de unidad y solidaridad).

Rutz’aqat qak’aslem (El alcance de la plenitud, el cumplimiento de los trabajos y


compromisos)

-“Nuestra existencia tiene una ruta, un objetivo, apreciamos su significado, completamos


nuestros trabajos, cumplimos nuestra palabra” (D. Sotz).

-En la comunidad hay gran satisfacción cuando se concluye un trabajo, una misión, una
reunión o una ceremonia.

K’uqub’ ab’ äl K’ ux (Sentido y estado de paz, sentido de la responsabilidad)

-Existen valores que fundamentan la convivencia social y favorecen el desarrollo espiritual


personal (Ej. Las ceremonias de “pedidas de mano” graduales permite a la comunidad
conocer el grado de madurez para el matrimonio).

-Es la disposición que la persona va formando con ayuda de la familia, para tomar
responsabilidades.

Tink’ uleub’ ej, tiqak’ ulib’ ej (Tomar consejo)

-Para orientar proyectos y resolver conflictos, tanto personales como de la comunidad, se


dan y se reciben consejos.

-Hay una disposición de guiar y ser guiado.

Rumitijul qak’ aslem (El valor del trabajo en la vida)

-Sembrar y cosechar es ponerse en comunicación con la “madre tierra”.

Tiqapoqonaj ronojel ruwach k’ aslem (El valor de proteger todo lo que tiene vida)

-Este valor es fundamental para la formación de la espiritualidad. Es la fuerza que


mantiene la relación solidaria entre la comunidad de los miembros de la comunidad y
entre los pueblos.

-La expresión máxima se da cuando una persona es capaz de tomar el lugar de otra
cuando ve que esta sufre (empatía-sacrificio)

Niqanimaj gate’ qatata’, qati’t qamama’ (El respeto a la palabra de los padres y
abuelos)

-Sustenta la dignidad de la persona. Se reconoce que los padres alimentan y educan,


también guían, enseñan a trabajar y protegen en los peligros.

-Una persona es “mayor” porque sabe trabajar, servir a la familia y a la comunidad;


respeta la naturaleza y es capaz de tomar iniciativas y cooperar en la solución de
conflictos.

Tiqato’ qi’ (Ayudarse mutuamente, cooperar con el prójimo y la comunidad)


-La enseñanza de este valor se da en la práctica cotidiana en la vida familiar, así como en
la preparación y realización de actividades comunitarias y las que funcionan bien la
coordinación y respeto mutuo.

Ri ch’ ajch’ ojil rijeb’ elik pa qak’ aslem (La belleza y limpieza de la vida)

-La contemplación es una actitud desarrollada, así como la meditación acerca de temas
fundamentales de la vida. Una búsqueda permanente de armonía es lo que mantiene el
interés por la contemplación de la naturaleza.

-En el arte de tejido se manifiestan los valores estéticos, la cosmogonía, los signos
fundamentales de la cultura, y la renovación permanente.

-En el hogar se observan orden y limpieza (el piso de tierra es bien barrido) y se busca
siempre estar rodeados de abundantes plantas.

Otros valores: Decir la verdad, hospitalidad, valentía, paciencia y sencillez.


Cultura occidental

Se llama cultura occidental o civilización occidental a un conjunto poco definido de


países, culturas, idiomas y religiones propias del hemisferio oeste del mundo, en
contraposición con las culturas o civilizaciones orientales, las del este del planeta.

La cultura occidental tiene como cuna a la antigüedad egipcia, sumeria y grecorromana,


y abarca las diversas culturas originarias (o no) de Europa, el Norte de África, los Balcanes
y ciertos territorios del Medio Oriente, sobre todo aquellas que formaron parte del Imperio
Romano o que se vinculan con la tradición bíblica y cristiana.

Se trata, sin embargo, de un concepto poco arraigado en lo geográfico, y más en las


tradiciones filosóficas, artísticas, étnicas y culturales que definen el ‘modo de ser’
Occidental y Oriental respectivamente. Se supone que las naciones occidentales
comparten ciertos rasgos mínimos definitorios que, en su diversidad, les hermanan
filosófica y culturalmente.

Cultura occidental
Denominamos Cultura Occidental al proceso histórico que apareció en Grecia alrededor
del siglo VI a. De C. y que define el modo de percibir y manejar la realidad mediante la
razón, lugar común donde diferentes personas construyen su identidad a través de un
banco de representaciones mentales compartidas que definen el sentido de la verdad.

Históricamente, la cultura occidental hunde sus raíces en el pensamiento griego, donde la


idea de Naturaleza (phisis) [como aquello que las cosas son y que desde ellas mismas
determina su modo de comportarse], exige una explicación racional (logos).

Se produce de esta manera la primera herida: la misma naturaleza – que se percibe como
única e inmutable - con el proceso lógico de pensamiento deja fuera otras maneras de
acercarse a la realidad.

“La racionalización tiene una obsesión: hacer legible lo real. Se ha dado a la palabra
realidad un sentido restringido: no se ve en lo real lo indomesticable, aquello que al mismo
tiempo somos y nos oprime, estimula, enciende, abruma, aterra o enamora.”

María Zambrano

Otro de los sostenes de esta cultura occidental lo conforma la doctrina cristiana, que
integra al hombre occidental en el mundo a través de la fe, mediante la división del cuerpo
y el alma y la supremacía de ésta. El pecado fruto del alejamiento de la fe representa el
castigo de Dios por tener cuerpo. Un ente superior juzga y obliga mediante el miedo al
sometimiento del cuerpo y la represión del placer.

“El ‘alma’ es la unidad imaginaria que compensa el cuerpo realmente despiezado”


Jesús Ibañez

Un tercer soporte histórico lo constituye la ilustración: el conjunto de ideas - cuyos pilares


son una visión mecanicista del mundo y el perpetuo mejoramiento - que iluminan nuestra
época moderna en la creencia de que la humanidad evoluciona hacia su punto
culminante: ‘la civilización cristiana occidental’: el supuesto ‘fin de la historia’ adelantado
por Francis Fukuyama gracias a la libertad, la igualdad y el progreso.

“La superstición del progreso es el veneno que corroe nuestro cuerpo”

Simone Weil

Occidente ha organizado el vivir colectivo en torno a la supremacía de ‘la razón’, y en ella


se han justificado las diferentes formas de jerarquía y dominación; la invención de
estructuras sociales, económicas, políticas, religiosas... son racionales dentro de su
propia lógica.

Quien determina que es la verdad mediante ‘la razón’, legitima su poder: el derecho a la
propiedad, el derecho a la conquista, el derecho a la colonización... y éste es siempre un
hombre, blanco, culto, rico, urbano... los que definen las lógicas del sentido de las
diferentes sociedades occidentales, esto es, los que nos dan un nombre, dicen que
comemos, que vestimos, ordenan nuestro imaginario colectivo y dan significado a lo que
tenemos alrededor.

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