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Copyright © 1996. McGraw-Hill Interamericana. All rights reserved.

Bueche, Frederick J., and David A. Jerde. Fundamentos de física II (6a. ed.), McGraw-Hill Interamericana, 1996. ProQuest Ebook Central,
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QUINTA PARTE

FÍSICA MODERNA

"Pienso y pienso durante meses y años.


Noventa y nueve veces llego a la conclusión falsa,
pero a la centésima tengo la razón"

ALBERT EINSTEIN

Cuando el siglo XX llegaba a su fin, varios observadores creyeron que, con los grandes logros
en el conocimiento de la química, el electromagnetismo y la termodinámica, el tema de la
física estaba casi totalmente cubierto. Se había demostrado que la luz era una onda y se
descubrió el electrón como componente de la materia, lo que indicaba que los átomos tenían
naturaleza electromagnética. La mecánica de Newton y su ley de la gravitación no tenían
oponentes en su habilidad para predecir el resultado de los experimentos. El universo clásico
era considerado como un lugar totalmente determinista que operaba con precisión de reloj,
de acuerdo con unos cuantos principios.
Sin embargo, al iniciarse el siglo XX, varios experimentos nuevos produjeron resultados
que no podían explicarse con las probadísimas leyes clásicas. Estos resultados incluyeron el
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descubrimiento del núcleo del átomo, la forma en que la luz interactúa con los electrones de
los metales y la observación de que la magnitud de la velocidad de la luz no varía con la
velocidad del observador.
Para explicar estas confusas observaciones fue necesaria una revolución fundamental en
los conceptos de las leyes físicas. El sistema explicativo que se obtuvo, llamado física moder-
na, tiene dos componentes principales: la relatividad y la mecánica cuántica. La teoría de la
relatividad es necesaria para explicar observaciones de objetos que se mueven con gran rapi-
dez (cerca de la velocidad de la luz). La mecánica cuántica ha sido capaz de explicar la estruc-
tura y el comportamiento de los átomos y los núcleos al mostrar que las partículas a muy
pequeña escala están dominadas por propiedades ondulatorias. El efecto de esto ha sido
reemplazar la certeza de la física clásica por la incertidumbre de la descripción probabilística
de la interacción de la materia y la luz a escala atómica.
La física clásica no ha perdido su validez en nuestra experiencia cotidiana, "ordinaria"; es
por esto que su estudio es de gran valor. Lo que sucede es que al salir del ámbito de lo
ordinario para investigar fenómenos muy pequeños o muy rápidos, es necesario dejar atrás
nuestros prejuicios del sentido común y explicar la naturaleza en sus propios términos. El
hecho de que hayamos avanzado tanto en este aspecto en un periodo tan breve de la historia,
como lo es el siglo xx, es un gran triunfo del espíritu y el intelecto humanos. Esta búsqueda
aún no termina; esto lo sabemos mucho mejor ahora que hace un siglo.
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En el año de 1900, muchos científicos creyeron que la mayoría
de los grandes descubrimientos de la física ya se habían hecho.
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Era cierto que todavía quedaban por resolver algunos problemas


controvertidos, pero parecía que se habían descubierto casi todas
las leyes fundamentales de la física. Esta perspectiva era errónea,
como veremos en este capítulo. En aquella época todavía se des-
conocían vastas áreas del comportamiento físico de la naturaleza.
Al hacer un recorrido por la historia de la ciencia, nos percatamos que ceda uno de los
grandes adelantos científicos se relaciona con el nombre de una sola persona. Galileo es
reconocido como el líder de nuestra comprensión del movimiento traslacional de los objetos. El
nombre de Newton ha pasado a la posteridad por sus tres leyes del movimiento y por la ley de
la gravitación. Faraday fue el pionero del entendimiento del magnetismo y Maxwell unificó toda
la electricidad con sus cuatro ecuaciones fundamentales. Estos ejemplos y otros similares son
testigos del hecho de que el intelecto de un individuo tiene el poder de iluminar grandes
áreas de la ciencia para todos nosotros.
Esto no quiere decir que estos individuos hayan realizado sus descubrimientos en forma
aislada. Por el contrario, los historiadores de la ciencia han demostrado que estos descubri-
mientos son la culminación de años de trabajo de muchas otras personas. Newton escribió en
una ocasión lo siguiente: "Si he logrado ver más lejos que los demás hombres, ha sido porque
estuve de pie sobre los hombros de gigantes". No obstante, otras personas estuvieron de pie
sobre los hombros de gigantes y no vieron nada. Aunque debemos tener presentes los méri-
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26.1 LOS POSTULADOS DE LA RELATIVIDAD 795
tos de sus predecesores, no hay que subestimar la genialidad y el talento de estos grandes
científicos. Sin embargo, nuestro azoro por los logros de nuestros antepasados de la ciencia
no debe ser tanto que subestimemos nuestras capacidades. Los descubrimientos que analiza-
remos en este capítulo y los siguientes muchas veces surgieron de fuentes inesperadas.

PARTE I: RELATIVIDAD
26.1 LOS POSTULADOS DE LA RELATIVIDAD
Con el paso de los siglos se han realizado gran cantidad de experimentos para aprender
acerca de las leyes de la naturaleza. En 1905, Albert Einstein se convenció de que los datos
experimentales nos obligan a aceptar dos hechos de la naturaleza, al parecer inocuos:
1 La velocidad de la luz en el vacío siempre que se mide tiene el mismo valor (c
= 2.998 x 108 m/s), sin importar la rapidez de movimiento de la fuente lumi-
nosa o el observador.
2 No es posible medir velocidades absolutas. Sólo es posible determinar veloci-
dades relativas con respecto a otro objeto.
Einstein supuso que estos enunciados eran verdaderos y pudo demostrar que aún faltaban por
descubrirse muchas facetas inesperadas del mundo. Su línea de razonamiento se conoce
como teoría de la relatividad* y los dos enunciados de realidad evidente que acaban de
presentarse constituyen los postulados básicos de su teoría.
No es posible demostrar estos postulados en forma directa; son el consenso de todos los
hechos experimentales que conocemos. Se considera la probabilidad, aunque remota, de que
un experimento algún día invalide uno de los postulados, pero por ahora tienen el apoyo de
todos los intentos fracasados por demostrar su invalidez. Además, como veremos más adelan-
te, los postulados de Einstein nos llevan a conclusiones sorprendentes que se han verificado
en forma experimental.
El primer postulado fue el resultado de una serie de experimentos que A. A. Michelson y
su colega E. W. Morley iniciaron en 1887 en Estados Unidos. En esa época, la mayoría de los
científicos creía que las ondas de luz eran vibraciones en una sustancia que ocupaba todo el
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espacio. Esta sustancia, descrita por primera vez en el siglo IV a.C. por Aristóteles, fue llama-
da éter. Por una parte, el éter debía ser muy tenue para que los planetas y las estrellas
pudieran moverse por él con absoluta libertad, pero al mismo tiempo, para transportar las
vibraciones transversales de la luz a gran velocidad, el éter debería tener las propiedades de
una sustancia muy rígida. Era difícil aceptar estas contradicciones, pero los científicos se
aferraron al concepto de éter en parte porque era un sistema de referencia en reposo con el
cual sería posible medir el movimiento absoluto.
Michelson usó un interferómetro que diseñó él mismo y supuso que sería capaz de detec-
tar el movimiento de la Tierra por el éter comparando la velocidad de la luz en la dirección del
movimiento de la Tierra alrededor del sol con la velocidad de la luz transversal a este movi-
miento. La luz que penetraba en el interferómetro se dividiría en dos direcciones: una parte
en la dirección del movimiento de la Tierra y la otra en forma perpendicular a este movimien-
to. Supuestamente, el éter era como un río que fluía por el dispositivo, transportando la luz.
Así como un barco necesita más tiempo para viajar de ida y vuelta a lo largo de un río que
para viajar la misma distancia de una orilla del río a la otra y de vuelta, la teoría del éter
predecía que estos haces de luces necesitarían tiempos distintos para regresar al punto donde

* Aquí analizaremos la teoría especial de la relatividad de Einstein, que sólo se aplica a objetos que no tienen
aceleración. En 1916, Einstein amplió su teoría a los objetos con aceleración, en su teoría general.

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796 TRES CONCEPTOS REVOLUCIONARIOS

se dividieron. Esta diferencia de tiempo causaría una diferencia de fase entre los haces, la cual
debería observarse como franjas de interferencia al recombinar los haces.
La magnitud de la velocidad de la Tierra al moverse en órbita alrededor del sol es de
aproximadamente valor dentro del intervalo de detección del interferómetro de
Michelson. Sin embargo, después de varios intentos para medir el efecto predicho no se
produjo ningún cambio en la de interferencia. Michelson llegó a la conclusión de que no
fluía éter por el dispositivo y que la velocidad de la luz era la misma en ambas trayectorias.
Otras mediciones en el siglo XX, cada vez más precisas, han confirmado esta conclusión, la
cual Einstein tomó como su primer postulado.
Es probable que el segundo postulado requiera un poco de explicación. Es fácil medir la
magnitud de la velocidad relativa de los objetos. El velocímetro de un automóvil nos indica
la rapidez del vehículo con respecto al pavimento, la cual no es una velocidad absoluta. La
Tierra se mueve tanto por la rotación sobre su eje como por su movimiento alrededor del sol.
Como conocemos ambas velocidades, podríamos calcular el movimiento relativo del automó-
vil con respecto al sol.
Sin embargo, el sol se mueve en nuestra galaxia, la Vía Láctea, y el centro de la galaxia
tiene movimiento con respecto a las estrellas distantes. Al parecer no hay forma de establecer
una velocidad absoluta y definitiva de un objeto, ya que todo parece moverse. Lo único que
podemos determinar es la velocidad de un objeto con respecto a otro.
El segundo postulado puede enunciarse de otra forma que nos da una idea de su importan-
cia fundamental. Este enunciado alternativo usualmente se presenta en términos de sistemas de
referencia. Un sistema de referencia es cualquier sistema de coordenadas con respecto al
cual se toman las mediciones. Por ejemplo, la posición de un sofá, una mesa y unas sillas puede
describirse con respecto a las paredes de una habitación. En este caso, la habitación es el sistema
de referencia. O considere una mosca en la ventanilla de un automóvil; podemos describir la
posición del insecto usando el automóvil como sistema de referencia. De la misma manera, la
posición de una nave espacial podría describirse con respecto a la posición de estrellas distantes;
en este caso, el sistema de referencia sería un sistema de coordenadas basado en estas estrellas.
El segundo postulado se enuncia en términos de sistemas de referencia de la siguiente
manera:
2' Las leyes básicas de la naturaleza son las mismas en todos los sistemas de
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referencia que se mueven con velocidad constante relativa entre sí.

Es común acortar este enunciado usando el término sistema de referencia inercial. Un siste-
ma de referencia inercial es un sistema de coordenadas en el cual se aplica la lev de ¡a
inercia: un cuerpo en reposo se mantiene en reposo a menos que una fuerza no equilibrada
lo acelere. Las otras leyes de la naturaleza también se aplican en este sistema. Como muy
buena aproximación, todos los sistemas de referencia que se mueven con velocidad constante
con respecto a las estrellas lejanas son sistemas de referencia inerciales. Tenemos así una
tercera versión del segundo postulado:
2" Las leyes básicas de la naturaleza son las mismas en todos los sistemas de
referencia inerciales.
Usted comprenderá la relación entre estas dos formas alternativas del segundo postulado si
considera lo siguiente. Al decir que sólo es posible medir velocidades relativas, suponemos que
no hay sesgo en los sistemas de referencia. Por ejemplo, una nave espacial puede dirigirse a la
luna a una velocidad de 105 km/día con respecto a la luna, pero también es cierto que la luna se
dirige hacia la nave espacial a 105 km/día con respecto a la nave. El hecho de que un objeto se
mueva con respecto al otro es fácil de determinar, pero los enunciados son equivalentes y no
puede afirmarse de manera absoluta que alguno de los objetos esté en reposo.

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26.2 LA VELOCIDAD DE LA LUZ COMO VELOCIDAD LIMITE 797
Sin embargo, suponga que alguna ley de la naturaleza dependiera de la magnitud de la
velocidad del sistema de referencia. Las personas en la nave espacial podrían usar esta ley
para determinar la magnitud de su velocidad y la gente en la luna podría hacer lo mismo. Los
dos valores de las velocidades medidas serían diferentes y, como resultado, podría usarse la
ley para establecer una clasificación absoluta de velocidades. Empero, esto es una contradic-
ción del segundo postulado, el cual supondremos, como Einstein, que es correcto. Llegamos
entonces a la conclusión de que todas las leyes de la naturaleza deben ser las mismas en todos
los sistemas de referencia inerciales.

26.2 LA VELOCIDAD DE LA LUZ* COMO


________ VELOCIDAD LÍMITE _________________________
Usando los dos postulados de Einstein, basta la lógica para demostrar que

Ningún objeto material puede acelerarse a velocidades superiores a la de la luz


en el vacío.

La validez de este enunciado es fácil de demostrar usando una técnica llamada reducción al
absurdo, con la cual se invalida una proposición (en este caso, que un objeto puede viajar más
rápido que c), demostrando que nos lleva a un resultado falso (en este caso, que el observador
medirá un valor distinto de c para la velocidad de la luz).

* Cuando decimos velocidad de la luz nos estamos refiriendo a la magnitud de la velocidad de la luz, es decir a su
repidez. (N. del R.T.)

FIGURA 26.1
¿Cuál es la máxima magnitud de la velocidad
con la que la nave puede pasar entre las dos
estaciones espaciales?
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Los modernos aceleradores de partículas,


como éste en el laboratorio Fermilab de
Batavia, Illinois, pueden acelerar protones a
valores de velocidad casi iguales a la de la
luz. Se usan campos magnéticos muy
intensos para forzar a los protones a viajar
en círculo. Los imanes rojo y azul (anillo
superior) están hechos de bobinas de cobre
convencionales. Los imanes amarillos y rojos
son superconductores. Las trayectorias
circulares de este acelerador miden 6.4
kilómetros de circunferencia.

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798 TRES CONCEPTOS REVOLUCIONARIOS

Suponga que hay dos estaciones espaciales sin aceleración, presentadas como A y B en
la figura 26.1. Estas estaciones actúan como sistemas de referencia inerciales. Los observado-
res en A y B han dado órdenes al piloto de la nave espacial para que siga una trayectoria
rectilínea entre A y B, viajando a la velocidad constante máxima de la nave. Al momento de
pasar por A enviará un pulso luminoso del frente de la nave hacia P. Por supuesto, A y B
trabajan en conjunto y pueden determinar la magnitud de la velocidad de la nave espacial
midiendo el tiempo de vuelo de A a 8. Hagamos la suposición falsa de que descubren que la
velocidad es 2c.
La nave espacial envió un pulso de luz al pasar por A. Como las leyes de la naturaleza
deben aplicarse a los tres observadores inerciales (A, B y la persona en la nave), el pulso
luminoso debe comportarse en forma normal para los tres. Recuerde que el observador en la
nave no puede determinar si la nave se mueve, excepto en sentido relativo. Por consiguiente,
el observador en la nave debe ver que el pulso de luz precede a la nave a la velocidad c y llega
a B antes que la nave. Por lo tanto, A y B, al trabajar en conjunto, verán que el pulso de luz
se mueve más rápido que la nave. Sin embargo, miden que la velocidad de la nave es 2c y que
la velocidad del pulso luminoso es mayor que 2c. Este resultado es imposible, ya que contra-
dice el hecho conocido de que todos los observadores siempre obtendrán el valor c para la
velocidad de la luz. Así, podemos llegar a la conclusión de que nuestra suposición original era
falsa y que la nave no podía moverse entre A y B con velocidad 2c.
Este experimento siempre nos llevará a esta contradicción si insistimos en que la veloci-
dad de la luz es mayor que c. Podemos concluir entonces que la nave espacial no puede
exceder la velocidad medida de la luz, c. Es más, podemos extender este razonamiento para
incluir todos los objetos y señales materiales que transportan energía, para enunciar:

Nada que transporte energía puede ser acelerado a la velocidad de la luz, c.

Más adelante veremos que este resultado de la teoría de Einstein también se ha probado con
cuidado y siempre se ha encontrado ser correcto.

26.3 SIMULTANEIDAD
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Se espera que dos observadores estén de acuerdo en si dos sucesos ocurren al mismo tiempo.
Sin embargo, Einstein demostró que, en ciertas circunstancias, el resultado esperado no co-
rresponde a la realidad. Los postulados básicos de la relatividad nos obligan a concluir que
todos los sucesos que son simultáneos en un sistema de referencia inercial quizá no lo sean en
otro sistema. Para demostrar esto de manera sencilla usaremos otro experimento, cuya base
es el avance de un pulso luminoso percibido por dos observadores inerciales.
Suponga que un vagón de ferrocarril viaja hacia la derecha con velocidad constante muy
alta, como en la figura 26.2a. En el centro del vagón hay un flash que enviará pulsos lumino-
sos hacia la izquierda y hacia la derecha con cada destello. El vagón tiene fotoceldas en ambos
extremos, para que un hombre en el vagón pueda detectar cuándo llegan los pulsos lumino-
sos a los extremos. Gracias a un dispositivo muy ingenioso, una mujer en reposo sobre el
suelo puede medir el avance de los dos pulsos. Ambos observadores se encuentran en siste-
mas de referencia inerciales (el vagón y la Tierra) y por tanto deben ver que los pulsos lumino-
sos se comportan de acuerdo con las mismas leyes de la física. Tanto el hombre como la
mujer deben notar que los pulsos viajan del flash con velocidad c. Asimismo, el hombre debe
observar que los pulsos llegan al mismo tiempo a los detectores en los extremos del vagón, ya
que recorren la misma distancia en su sistema de referencia.

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26.3 SIMULTANEIDAD 799

FIGURA 26.2
A diferencia del observador inercial en el
sistema de referencia móvil, la observadora
estacionaria en Tierra no percibe que los
pulsos luminosos lleguen a los extremos del
vagón en forma simultánea.

Consideremos primero al hombre. Para él, el experimento es muy sencillo. El flash está en
reposo con respecto a él, en el centro del vagón. Cuando destella, los dos pulsos viajan la misma
distancia hacia los extremos del vagón, en tiempos iguales. (Recuerde que el experimento siem-
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pre debe ser el mismo para el hombre, ya sea que el vagón se mueva o esté inmóvil, ya que el
postulado 2 implica que los resultados serán iguales en cualquier sistema de referencia inercial.)
Por lo tanto, el pulso luminoso llega al mismo tiempo a los extremos del vagón.
Consideremos ahora la forma en que la mujer observa el experimento. Sus mediciones
indican que el experimento se lleva a cabo de acuerdo con las leyes de la física y por lo tanto
la situación sigue el curso ilustrado en las figuras 26.2b y c. Note que los pulsos recorren
distancias iguales hacia la derecha y hacia la izquierda en el mismo tiempo. Sin embargo, el
vagón se mueve hacia la derecha y la distancia que tiene que viajar la luz para llegar a la
fotocelda de la izquierda es más corta. Como resultado de esto, la mujer mide que el pulso
hacia la izquierda llega al extremo antes que el otro pulso llegue al extremo derecho. Según
ella, los pulsos luminosos no llegan en forma simultánea a los extremos del vagón.
Con base en lo anterior, podemos llegar a la conclusión de que el tiempo no es una
cantidad simple, ya que
Los sucesos o eventos que se observan como simultáneos en un sistema inercial
no se observan de la misma forma en otro sistema inercial que se mueve con
respecto al primero.
Un análisis más detallado indica que esta situación sólo se presenta si los dos sucesos ocurren en
lugares distintos. En nuestro ejemplo, los sucesos ocurrieron en extremos opuestos del vagón.

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800 TRES CONCEPTOS REVOLUCIONARIOS

Un corolario a la falta de simultaneidad de los dos sistemas de referencia es que, para dos
observadores en distintos sistemas de referencia inerciales, la secuencia de los sucesos en dos
lugares puede aparecer invertida. Es decir, si un observador ve el suceso A seguido por el
suceso B, es posible que otro observador con movimiento relativo al primer observador vea el
suceso B seguido por el suceso A. Esto sólo puede ocurrir si un suceso no originó físicamente
al otro. Si A causó a B, esta relación causa-efecto (A precede a B) estará presente para todos
los observadores, aunque con distintos intervalos.

26.4 LOS RELOJES EN MOVIMIENTO


OPERAN CON LENTITUD
En los resultados que se obtuvieron en la sección anterior pudimos ver que el tiempo no es
una cantidad simple. Einstein señaló este punto cuando demostró que la rapidez con la cual
un reloj marca el tiempo para la persona que lo sostiene es distinta de la rapidez que observa
una persona que se mueve con respecto al reloj. Demostraremos este efecto con un experi-
mento mental que usa un reloj muy especial; Einstein determinó que el experimento es válido
en su forma general.
Considere el reloj que sostiene la mujer de la figura 26.3. Consiste en un pulso de luz que
se refleja entre dos espejos en un tubo cilindrico vacío. Cada vez que el pulso de luz llega al
espejo inferior marca una unidad de tiempo que llamaremos clic. Si el tubo mide d = 1.5 m de
longitud, la mujer calcula que

FIGURA 26.3
El reloj de luz registra un clic cada vez
que el pulso de luz se refleja en el Suponga que un hombre en una nave espacial usa un reloj idéntico. La mujer mira por la
espejo inferior. ventana de su laboratorio (que está en otra nave espacial) y ve que el hombre pasa frente a ella
con velocidad v. A ella le da gusto ver que ambos usan el mismo tipo de reloj y lo llama por
radio. Él le dice que el reloj funciona bien y que marca el tiempo en la forma habitual, un clic
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cada 2d/c segundos.


Después de pensar en ello un poco, la mujer descubre que hay algo extraño en todo esto
y llega a la conclusión de que el reloj del hombre debe marcar el tiempo con mayor lentitud
que su reloj. Podemos comprender su razonamiento como sigue.
El reloj del hombre funciona correctamente para él, por lo que ella sabe que opera como
se ilustra en la figura 26.4. En dicha figura vemos la posición del reloj en dos clics sucesivos.
La mujer observa que el pulso luminoso se mueve por la trayectoria indicada. Aunque el

FIGURA 26.4
El pulso de luz en el reloj móvil debe
recorrer una distancia mayor que 2d
en un intervalo de un clic. La longitud
de la trayectoria del pulso luminoso

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26.4 LOS RELOJES EN MOVIMIENTO OPERAN CON LENTITUD 801
hombre ve que el pulso se mueve verticalmente en el reloj, la mujer afirma que el pulso
también se mueve hacia la derecha, ya que el reloj se mueve hacia la derecha.* La mujer
calcula de la siguiente manera el tiempo entre clics del reloj del hombre.
Según la mujer, el pulso se mueve a lo largo de la trayectoria indicada por la línea oscura
y gruesa de la figura. Usando el teorema de Pitágoras y las dimensiones que aparecen en la
figura, vemos que

Longitud de la trayectoria del pulso

La mujer sabe que el reloj del hombre pasa frente a ella con una magnitud de velocidad v.
Además, de acuerdo con su reloj, el reloj del hombre tardará tw en pasar de una posición a la
otra; por tanto, sabe que x = vtw Entonces, según la mujer,

Longitud de la trayectoria del pulso

La mujer también sabe que un pulso luminoso siempre viaja por el vacío a la velocidad c.
Según ella, el tiempo para el cambio de posición presentado en la figura 26.4 debe ser

Podemos despejar tu de la ecuación para obtener

Sin embargo, sabemos que 2d/c es el tiempo que según el hombre tarda su reloj en hacer un
clic. Por lo tanto, tenemos el siguiente resultado:

intervalo de tiempo en
el reloj estacionario
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La cantidad se denomina factor relativista. En la figura 26.5 se presenta


una gráfica del factor relativista como función de v/c. Observe que este factor es casi 1 hasta
que la magnitud de la velocidad es mayor que un 10 por ciento de la velocidad de la luz.
Incluso con v = 0.10c, el factor es 0.995. En la mayoría de nuestras observaciones diarias no
percibimos los efectos de la relatividad porque no tenemos contacto con velocidades tan
grandes. Sin embargo, al experimentar con partículas atómicas, los efectos relativistas son
muy comunes y los resultados de los experimentos no pueden explicarse sin considerar las
ecuaciones de Einstein.
Como ejemplo del efecto del factor relativista, suponga que el hombre pasa frente a la
mujer con una velocidad de 0.75c. En este caso, tiene un valor de 0.66 y el
inverso de esta cantidad es 1.51. En estas condiciones, el reloj de la mujer marcará 1.51 clics
en el tiempo en que —como ella sabe— el reloj del hombre marca un clic. Como podemos
ver, el reloj en movimiento marca el tiempo con mayor lentitud que el reloj estacionario.

FIGURA 26.5
El factor relativista difiere notablemente
de la unidad sólo en valores de velocidad * Quizá usted se pregunte "¿Quién tiene la razón?". Pronto veremos que ambos la tienen. Cada persona describe el
que se aproximan a la de la luz. comportamiento correctamente, tal y como se mide en su sistema de referencia.

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802 TRES CONCEPTOS REVOLUCIONARIOS

Un reloj que se mueve con una velocidad v marca un retraso de tiempo de


segundos con respecto a un segundo marcado en un reloj estacio-
nario.

Después de obtener este resultado inesperado, la mujer llama al hombre por radio y le
informa que ha descubierto que el reloj en movimiento marca el tiempo con demasiada lenti-
tud. Antes de que ella pueda darle los detalles, él le dice que ha estado pensando en la misma
cosa. Él descubrió que el reloj de ella, que pasó frente a él con una magnitud de velocidad v,
marcaba el tiempo con demasiada lentitud. En eso ambos recuerdan que lo único que tiene
significado es el movimiento relativo. Ninguno de los relojes es especial.

Cualquier reloj que se mueva con respecto a un observador parecerá marcar el


tiempo con mayor lentitud que un reloj estacionario con respecto al observador.

Este efecto se conoce como expansión o dilatación del tiempo, ya que, para decirlo de
alguna manera, el tiempo se estira en el caso de relojes en movimiento.
Este sorprendente resultado se aplica a todos los mecanismos de medición del tiempo, sin
importar cuan complejos sean. Si el hombre hubiera usado como reloj la rapidez de creci-
miento de un hongo, la mujer hubiera descubierto que el movimiento frenaría la rapidez de
crecimiento del hongo. Incluso el envejecimiento del cuerpo humano será más lento si hay
movimiento a gran velocidad, como veremos en uno de los ejemplos siguientes.
Sin embargo, hay un punto que siempre debemos tener presente. Un buen reloj siempre se
comporta en forma normal para la persona que está en reposo con respecto al reloj. Los obser-
vadores que pasan junto al reloj pueden afirmar que marca el tiempo con demasiada lentitud,
pero no obstante estas afirmaciones, el reloj marcará el tiempo correctamente desde la perspec-
tiva de un observador que esté estacionario con respecto al reloj. El tiempo marcado por un reloj
que está estacionario con respecto al observador se denomina tiempo propio.

Ejemplo 26.1
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Un ejemplo sorprendente de la expansión del tiempo se obtiene al medir el tiempo de


"vida" de las partículas inestables. Por ejemplo, una partícula llamada pión tiene una vida
media de unos cuando está en reposo en el laboratorio, antes de cambiar a
otra forma. ¿Cuánto "viviría" esta partícula si viajara por el laboratorio a 0.95c?

Razonamiento El pión se mueve con una velocidad de 0.95c con respecto a los ob-
servadores en el laboratorio. Los experimentos indicarían que el reloj interno del pión, que
controla su tiempo de vida, debe retardarse por el movimiento. Un tiempo de
leído en el reloj en movimiento debe ser el siguiente al ser medido por el reloj del labora-
torio:

Vida de acuerdo con el reloj del laboratorio

Como puede verse, el pión en movimiento vivirá unas tres veces más que un pión estacio-
nario. Este experimento ya se ha llevado a cabo, así como algunas variantes. Los resulta-
dos de los experimentos concuerdan con los resultados calculados.

Ejercicio ¿A qué velocidad debe moverse el pión para que Respuesta:

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26.4 LOS RELOJES EN MOVIMIENTO OPERAN CON LENTITUD 803
Ejemplo desarrollado 26.1

La estrella más cercana a nuestro sistema solar es Alfa Centauro, a 4.1 x 1016 m de la
Tierra. La luz se mueve a 3 x 108 m/s, por lo que un pulso luminoso tardaría 1.37 x 108 s
o 4.3 años en llegar de la estrella a la Tierra. (Decimos en este caso que la distancia a la
estrella es de 4.3 años luz.) ¿Cuánto tardaría una nave espacial, según los relojes en la Tierra,
en hacer el viaje de ida y vuelta si su rapidez es de 0.9990c? De acuerdo con los relojes en
la nave espacial, ¿cuánto duraría el viaje?

Razonamiento

Pregunta ¿Con respecto a qué se mide la rapidez de la nave? Respuesta Considere


que la Tierra y Alfa Centauro están separados por una distancia fija. La rapidez o sea la
magnitud de la velocidad de la nave es de 0.9990c al ser medida con respecto a la Tierra.
Las mediciones de las personas en la nave y en la Tierra concordarán en este valor.

Pregunta ¿Qué relojes medirán el tiempo "propio"?


Respuesta Los relojes de la Tierra, ya que están en reposo en el sistema de referencia
Tierra-Alfa Centauro.
Pregunta ¿Cuál será la rapidez aparente en la operación de los relojes de la nave es-
pacial?

Respuesta Parecerá que operan más lento, según el factor relativista

Solución y análisis Los relojes de la Tierra medirían un tiempo de viaje de ida y vuelta
de
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El factor relativista es

Por lo tanto, los relojes de la nave espacial sólo habrían marcado

(8.6 años)(0.045) = 0.39 años.


¡Esto es poco menos de 5 meses!
Por cierto, el gemelo de un integrante de la tripulación que se quedó en la Tierra
envejecería 8.6 años durante el viaje, pero su hermano en la nave espacial sólo envejece-
ría 0.39 años. Este fenómeno, la paradoja de los mellizos (o gemelos), ha sido objeto
de muchos análisis por "parte de los científicos. Por lo general llegan a la conclusión de que
el resultado es válido y que en realidad los dos mellizos envejecerían de manera distinta.*

* Para probar este efecto se transportó un reloj muy preciso alrededor de la Tierra en un avión y se comparó con un
reloj "gemelo" estacionario, encontrándose el resultado esperado. Véase J. Hafele, Physics Teacher, 9:416,1971,
para conocer los detalles del experimento.

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804 TRES CONCEPTOS REVOLUCIONARIOS

26.5 CONTRACCIÓN RELATIVISTA


DE LA LONGITUD
El efecto de dilatación del tiempo implica un efecto extraño en cuanto a las longitudes que se
miden. Para ver de qué se trata este efecto, considere de nuevo al hombre y la mujer de la
sección anterior. Digamos que la mujer está en la Tierra mientras el hombre viaja con veloci-
dad v en línea recta entre la Tierra y Alfa Centauro. Los astrónomos en la Tierra nos dicen
que esta estrella está a d = 4.1 x 1016 m de la Tierra. Como las velocidades relativas son
fáciles de medir, el hombre y la mujer concuerdan en que la velocidad de uno con respecto al
otro es v cuando el hombre viaja de la Tierra a la estrella. La mujer está en reposo en un
sistema de referencia en el cual la Tierra y la estrella también están en reposo. Para ella, el
hombre pasa a una velocidad v.
El hombre está en reposo con respecto a la nave espacial y considera a la nave como su
sistema de referencia. La Tierra y la estrella se mueven con velocidad v con respecto a la nave.
Examinemos el vuelo del hombre de la Tierra a la estrella desde la perspectiva de la mujer.
La mujer sabe que la distancia entre la Tierra y la estrella, ambos objetos en reposo con
respecto al sistema de referencia de ella, es d, = 4.1 x 1016 m, donde el subíndice t se refiere
a "Tierra". Usando x = vt calcula que el tiempo registrado en su reloj terrestre para el viaje del
hombre a la estrella será

De hecho, cuando la nave dé media vuelta al llegar a la estrella y regrese a la Tierra, el tiempo
total de vuelo de la nave es
Sin embargo, el cálculo del hombre será diferente. Usando los relojes de la nave espacial
mide el tiempo de vuelo de la Tierra a la estrella como un tiempo te. Así puede calcular la
distancia a la estrella usando x = vt, para obtener
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donde el subíndice e se refiere a las mediciones en un sistema de referencia en reposo con


respecto a la nave espacial. Un cálculo similar para el viaje de retorno le indica que el vuelo
abarcó una distancia 2de en un tiempo 2ír
Por lo tanto, tenemos las siguientes ecuaciones que sin lugar a dudas son correctas para
los dos observadores que las formularon:

El reloj de la nave espacial marcó el tiempo con mayor lentitud que el reloj en la Tierra.
Sustituyendo este valor de te en la expresión de de se obtiene

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26.6 LA RELACIÓN RELATIVISTA MASA-ENERGÍA 805
Pero, de manera que Usando este valor de se tiene

En otras palabras, la distancia de la Tierra a la estrella medida por el hombre en la nave


espacial es menor que la distancia medida por los astrónomos terrestres. Al parecer, si usted
está en movimiento entre dos puntos separados por una distancia fija, la distancia entre los
dos puntos parecerá menor que si estuviera en reposo con respecto a ellos. La relación entre
las dos distancias es el factor relativista,
Einstein descubrió que se trata de un resultado general que podemos resumir como sigue:

Si un objeto y un observador están en movimiento relativo con velocidad v, el


observador medirá la longitud del objeto en movimiento como si se hubiera con-
traído en un factor de a lo largo de la línea de movimiento.

Observe que la contracción sólo ocurre a lo largo de la línea de movimiento, es decir, no hay
contracción perpendicular a esta dirección. La longitud de un objeto medida por un observa-
dor en reposo en relación con el objeto se denomina longitud propia.
Ya podemos conciliar las mediciones de los observadores basados en Tierra del ejemplo
desarrollado 26.1 con las mediciones de los ocupantes de la nave espacial. El factor de con-
tracción de longitud es el mismo que el factor de dilatación del tiempo, 0.045. La distancia de
la Tierra a Alfa Centauro puede considerarse como una carretera muy larga que se mueve a
través de la nave espacial. La longitud de esta carretera es una longitud propia si se mide
desde la Tierra, pero al medirla desde la nave espacial se contrae a un valor de

Los ocupantes de la nave perciben que esta carretera viaja a una velocidad v = 0.999c. Por
consiguiente, para ellos no es ninguna sorpresa llegar a la conclusión de que el viaje de ida y
vuelta sólo requiere
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Ejemplo 26.2

Una astronauta que viaja a gran velocidad en una nave espacial sostiene una regla en la mano.
¿Qué nota en la longitud de la regla al rotarla de una posición paralela a la línea de movimien-
to a una posición perpendicular?

Razonamiento No notará ningún cambio en la longitud de la regla. El efecto de contrac-


ción de longitud sólo se presenta con objetos que se mueven a gran velocidad con respecto al
observador. La regla está en reposo con respecto a la astronauta.

26.6 LA RELACIÓN RELATIVISTA MASA-ENERGÍA

En la sección 3.12 mencionamos que la teoría de la relatividad de Einstein predice que la


masa de un objeto depende de su velocidad, efecto muy notorio cuando la magnitud de
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806 TRES CONCEPTOS REVOLUCIONARIOS

velocidad se aproxima a c. En ese momento no presentamos los postulados de la relatividad


para explicar el efecto, así que hagámoslo ahora.
En la sección 26.2 vimos que estos postulados nos dicen que ningún objeto puede acele-
rarse a velocidades superiores a la velocidad de la luz. Esta velocidad límite entra en conflicto
con las leyes del movimiento de Newton, como señalamos en el capítulo 3. Las leyes de
Newton predicen que la velocidad de un objeto aumentará sin límite siempre y cuando actúe
una fuerza neta sobre el objeto:

donde se considera que la masa m es constante. Esta relación viola el postulado de velocidad
límite de Einstein, ya que con un tiempo suficiente puede volverse mayor que c.
Einstein determinó que para que hubiera consistencia con los postulados de la relatividad y la
ley de la conservación de la cantidad de movimiento, la masa del objeto debería incrementar
con su rapidez, es decir con la magnitud de su velocidad. De esta manera, el término F/m
disminuye al aumentar f, de manera que v se aproxima al valor límite c cuando t llega a ser
muy grande. Los postulados de Einstein lo llevaron a concluir que la relación masa-velocidad
debe ser

donde m0 se conoce como masa en reposo y es igual a la masa que hemos usado en las
leyes de Newton. La masa m, dependiente de la velocidad, se denomina masa aparente del
objeto. En la figura 3.22 se presenta una gráfica de esta variación de la masa según la magni-
tud de la velocidad. Como vimos entonces, la masa aparente m es casi igual a la masa en
reposo es menor que unas cuantas décimas. Conforme se aproxima a
De esta manera, la masa aparente se aproxima a infinito:
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La carga y la energía de las partículas del


núcleo pueden estudiarse a través de los
rastros que dejan al pasar por una cámara
de burbujas como ésta. Las trayectorias de
las partículas con carga son curvas porque
existe un campo magnético transversal a la
dirección de movimiento. Con frecuencia se
observa la creación de las trayectorias con
curvas opuestas de un par electrón-positrón,
partículas de igual masa pero cargas
opuestas, a partir de un solo rayo gamma.
Se ha calculado que la energía total del par
es igual a la energía del rayo gamma, de
acuerdo con la predicción de Einstein de que

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26.6 LA RELACIÓN RELATIVISTA MASA-ENERGÍA 807
La variación de la masa de acuerdo con la velocidad se usa para justificar el hecho de que
ningún objeto puede acelerarse a velocidades superiores a la de la luz. Una masa infinita
requeriría una fuerza infinita para acelerarla. Como no hay fuerzas infinitas, es evidente que
un objeto con velocidad no puede acelerarse a la velocidad de la luz, velocidad a la cual
su masa sería infinita.
La fuerza que actúa para acelerar un objeto imparte energía al objeto. Sabemos que, a bajas
velocidades, el trabajo realizado por una fuerza neta aplicada es igual al incremento de la energía
cinética del objeto, siempre y cuando los cambios de energía potencial y trabajo por fricción
sean insignificantes. Esto, todavía es cierto a velocidades cercanas a c, pero la energía cinética
del objeto ya no se expresa como ni tampoco es, como podría imaginarse, En
lugar de esto, se encontró que la energía cinética de un objeto está dada por

Si no sabe cuál es la velocidad del objeto pero conoce la cantidad de energía que ha
recibido, hay una forma muy útil de determinar si debe usar la ecuación 26.2 o para
conocer la energía cinética del objeto. Calcule la energía de masa en reposo del objeto,
y compare el resultado con la cantidad de energía que se imparte al objeto. Si la energía
suministrada es mayor que una o dos quintas partes de la energía de masa en reposo, se dice
que el objeto tendrá un comportamiento "relativista" y deberá usar la ecuación 26.2. Si la
energía impartida es menor que esta cantidad, el objeto tiene un comportamiento "clásico" y
por lo general bastará usar (Como siempre, esto depende de la precisión que
requiera en sus cálculos.)
La ecuación 26.2 establece que la energía cinética es la diferencia entre los términos
Además implica que un objeto en reposo (EC = 0) contiene cierta energía fundamen-
que llamaremos energía de la masa en reposo. Einstein pudo mostrar que una
relación similar a la ecuación 26.2 se aplica a todos los tipos de energía. Demostró que para
cualquier cambio en ¡a energía de un objeto, hay un cambio correspondiente en la masa
del objeto, expresado por
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(Esta expresión con frecuencia se escribe como E = me2, y es la ecuación más conocida de
Einstein.) Observe que la ecuación 26.3 también puede escribirse como
es un número muy grande, esto implica que un cambio significativo en la masa requiere un
cambio enorme en la energía. En nuestro mundo "clásico" cotidiano, los cambios de energía
que se obtienen de reacciones químicas o los diminutos cambios de energía cinética o poten-
cial son demasiado pequeños para producir cambios mensurables en la masa. Los cambios de
masa sólo son evidentes al observar cambios de energía que comprenden reacciones nuclea-
res, como veremos un poco más adelante.

* Para demostrarlo, use el hecho matemático de que, la cantidad Entonces, si


llamamos x a la cantidad para el caso tenemos

Por consiguiente, la ecuación 26.2 se convierte en

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808 TRES CONCEPTOS REVOLUCIONARIOS

Ejemplo desarrollado 26.2

En los laboratorios es común acelerar electrones a través de un potencial eléctrico de un


millón de volts, con lo que adquieren una energía cinética de 1 MeV. ¿A qué velocidad
viajan estos electrones y cuál es su masa medida en nuestro sistema de referencia?

Razonamiento

Pregunta ¿Cómo puedo determinar la relación correcta entre la energía cinética y la


velocidad?
Respuesta Calcule la energía de la masa en reposo del electrón. Con
estos electrones son relativistas
y deberá usar la ecuación 26.2 para calcular su energía cinética.
Pregunta ¿Cómo participa la velocidad en la ecuación 26.2? Respuesta La masa
depende de la magnitud de la velocidad, de acuerdo con la ecuación 26.1. Al incorporar
en la ecuación 26.2 el valor de m de la ecuación 26.1 obtendrá una ecuación para la
relación v/c:

Solución y análisis La ecuación anterior nos da

Obteniendo la raíz cuadrada e invirtiendo se obtiene


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Esto nos da y por tanto Los electrones viajan al 94 por ciento


de la velocidad de la luz y su masa es casi tres veces mayor que su valor en reposo:

Ejercicio Determine la velocidad que la teoría clásica pronosticaría para estos


electrones. Respuesta-.

Ejemplo 26.3

La energía química disponible en una manzana de 100 g es de unas 100 kcal (los nutriólogos
eliminan el prefijo kilo y las llaman Calorías). Al estudiar el calor vimos que 1 cal equivale a
4.184 J de energía, de manera que una manzana contiene aproximadamente 420 kJ de
energía disponible. Compare esto con la energía que se obtendría al cambiar toda la masa a
energía.
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26.7 EL DESCUBRIMIENTO DE PLANCK 809
Razonamiento Según la relación masa-energía,

Energía

En este caso, con lo que se tiene

Energía

Podemos ver de esto que al comer una manzana sólo obtenemos una fracción muy pequeña
de su energía total.

PARTE II: FOTONES


26.7 EL DESCUBRIMIENTO DE PLANCK
En 1900, cinco años antes de que Einstein propusiera su teoría especial de la relatividad, Max
Planck (1858-1947) hizo un descubrimiento que en esa época no pareció tan revolucionario
pero que ahora se reconoce como el primero de una caja de Pandora llena de sorpresas.
Planck, junto con otros, quería interpretar la radiación emitida por los objetos calientes no
reflejantes, llamados cuerpos negros (Sec. 11.11). Las cuidadosas mediciones de la intensi-
dad de la radiación visible, infrarroja y ultravioleta emitida por los objetos calientes indicaba
que la intensidad variaba con la longitud de onda, como se ilustra en la figura 26.6. Como
podrá notar, sólo una pequeña fracción de la radiación emitida tienen longitudes de onda en
el intervalo visible; la mayor parte corresponde al intervalo del infrarrojo. Además, el valor
máximo de la radiación se desplaza del infrarrojo al intervalo visible al aumentar la tempera-
tura. Esto concuerda con nuestra experiencia de que un cuerpo calentado al blanco tiene
mayor temperatura que uno calentado al rojo.
Para interpretar estas curvas, preguntemos qué tipo de antena transmisora podría enviar
la radiación electromagnética del objeto caliente. Como las longitudes de onda son muy pe-
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queñas, la frecuencia de las cargas vibratorias debe ser muy grande. Por ejemplo, para una
longitud de onda de 1 000 nm se tendría:

FIGURA 26.6
Radiación de cuerpo negro. Para fines
comparativos, las temperaturas correspon-
den a lo siguiente: 6 000 K (superficie del
sol), 4 000 K (arco de carbono), 3 000 K
(lámpara de tungsteno muy caliente).

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