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INTRODUCCIÓN

Ángel Ossorio al hacer éste libro nos quiso hablar un poco de lo que esta pasando con todos los abogados, de la
inconciencia que existe, del amor que le han perdido a la abogacía, un tanto para que hagamos conciencia y corrijamos
todos esos errores que manchan la reputación del abogado y de la carrera de Derecho.
Que nos dediquemos a ser realmente abogados y no caigamos en lo que algunos abogados han caído, en la corrupción en
la falta de ética profesional y más.
QUIEN ES ABOGADO
Ossorio considera que la abogacía no es una consagración académica, sino una concreción profesional. Y dice que nuestro
titulo universitario no es de "abogado", sino de "licenciado en derecho". Y que para poder ejercer la profesión de "abogado".
Debe dedicar su vida a dar consejos jurídicos y pedir justicia en los tribunales. Y quien no haga esto será todo lo licenciado
que quiera pero abogado no.
En su conclusión, el abogado es, el que ejerce permanentemente la Abogacía. Los demás serán solamente licenciados
en derecho, pero nada más.
LA FUERZA INTERIOR
Su afirmación es que: en el hombre cualquiera que sea su oficio, debe creer principalmente en sí. La fuerza que en sí
mismo no halle no la encontrará en ninguna otra parte.
Da una recomendación para las agresiones y criticas de la gente: fiar en sí. Vivir la propia vida. Seguir los dictados que
uno mismo se imponga y desatender lo demás.
En nuestro Ser, hallase la fuerza de las convenciones, la definición de la justicia, el aliento para sostenerla, el noble
estimulo para anteponerla al interés propio.
Además menciona que el abogado tiene que comprobar a cada minuto si se encuentra asistido de aquella fuerza interior
que ha de hacerle superior al medio ambiente; y en cuanto le asalten dudas en éste punto debe cambiar de oficio.
LA SENSACION DE LA JUSTICIA
Ser abogado no es saber el Derecho, sino conocer la vida. El derecho positivo está en los libros, pero lo que la vida reclama
no está escrito en ninguna parte. Quien tenga previsión, serenidad, amplitud de miras y de sentimientos para advertirlo,
será Abogado; quien no tenga más inspiración ni más guía que las leyes, será un desventurado mandadero.
La justicia no es fruto del estudio, sino de una sensación.
Ángel cita al ilustre novelista Henry Bordeaux. Henry refiere que cuando visito al escritor Daudet y le manifestó que era
estudiante de Derecho, éste le dijo: "las leyes, los códigos no deben ofrecer ningún interés. Se aprende a leer
con imágenes y se aprende la vida con hechos. Procure ver y observar. Estudie la importancia de los intereses en la vida
humana.
En resumen lo que quiere decir con las palabras "la sensación de la justicia" es que procuremos no actuar tan apegados
a las leyes, que usemos lo que nosotros tenemos conceptualizado como bueno, equitativo, prudente, cordial y sobre todo
justo.
LA MORAL DEL ABOGADO
En la moral del abogado de lo que Ossorio nos habla es del criterio que debe tener un abogado. Y comienza: La abogacía
no se cimienta en la lucidez del ingenio, sino en la rectitud de la conciencia. Malo será que erremos y defendamos como
moral lo que no es; pero si nos hemos equivocado de buena fe, podemos estar tranquilos. Cita las palabras del novelista
Collete Iver. "Nuestro oficio ¿es hacer triunfar a la justicia o a nuestro cliente? ¿Iluminamos al Tribunal o procuramos
cegarle?
Cuando un abogado acepta una defensa, es porque estima - aunque sea equivocadamente- que la pretensión de su
tutelado es justa, y en tal caso al triunfar el cliente triunfa la justicia, y nuestra obra no va encaminada a cegar sino a
iluminar.
También da unos consejos a los abogados. Hay que ser refractario al alboroto. Soportar la amargura de una censura
caprichosa e injusta, es carga añeja a los honores profesionales. Debajo de la toga hay que llevar la coraza.
Abogado que sucumba al que dirán debe tener su hoja de servicios manchada con la nota de cobardía. No digo que el
juicio público no sea digno de atención. Lo que quiero decir es que después de adoptada una resolución, vacilar ni
retroceder por miedo a la critica, que es un monstruo de cien cabezas irresponsables y faltas de sindéresis.
Cuando se ha marcado la línea del deber hay que cumplirla a todo trance. El transeute que se detenga a escuchar los
ladridos de los perros, difícilmente llegará al término de su jornada.
LA SENSIBILIDAD
El abogado no puede ser ni frío de alma ni emocionable.
El abogado actúa sobre las pasiones, las ansias, los apetitos en que se consume la humanidad. Si su corazón es ajeno a
todo ello ¿cómo lo entenderá su cerebro? Quien no sepa del dolor, ni comprenda el entusiasmo, ni ambicione la felicidad,
¿cómo acompañará a los combatientes?
Y sin embargo, ¿es lícito siquiera que tomemos los bienes y males ajenos como si fueran propios, y obremos como
comanditarios del interés que defendemos? De ningún modo. La sabiduría popular ha dicho acertadamente que "pasión
quita conocimiento" y "que nadie es juez en causa propia".
De la conveniencia nos dice: El letrado que ha de obtener la misma remuneración legitima, cualquiera que sea el resultado
del negocio, aconseja con templanza, procede con mesura, hace lo que la moral y la ley consienten. El que sabe que
ganará más o menos según la solución que obtenga, tiene ya nublada la vista por la codicia, pierde su serena austeridad,
participa de la ofuscación de su defendido, lejos de ser un canal es un torrente.
EL DESDOBLAMIENTO PSIQUICO
El profesor Ángel Majorana denomina desdoblamiento psíquico al fenómeno con el cual "el abogado se compenetra con
el cliente de tal manera, que pierde toda su postura personal". Ossorio piensa que el desdoblamiento psíquico no ha de
interpretarse en el sentido que lo hace Majorana, diciendo: "el abogado no soy yo, sino mi cliente", sino en el de la
duplicidad de personalidades, "hasta tal punto soy mi cliente, practicando un doble renunciamiento, y desde tal punto soy
yo mismo. Usando facultades irrenunciables".
Ossorio encuentra plausible y santo renunciar a los intereses, al bienestar, al goce, para entregarse al bien del otro; matar
el sensualismo en servicio del deber o el ideal. Eso es sustancial en la abogacía. Defender sin cobrar, defender a quien
nos ofendió, defender a costa de perder amigos y protectores, defender afrontando la injuria y la impopularidad.
En esta disposición del ánimo está la esencia misma de la abogacía, que sin tales prendas perdería su razón de existir.
LA INDEPENDENCIA
Hablando de independencia en el sentido de libertad creo que se define claramente el concepto de este subtema con las
palabras de Mr. Raymond Poincaré: "en ninguna parte es más completa la libertad que en el foro. La disciplina profesional
es leve para los ciudadanos de su dignidad y apenas añade nada a los deberes que una conciencia poco delicada se traza
a sí misma. Desde que se crea por su trabajo una situación regular, el Abogado no depende más que de sí mismo. Es
el hombre libre, en toda la extensión de la palabra. Solo pesan sobre él servidumbres voluntarias;
ninguna autoridad exterior detiene su actividad individual, a nadie da cuenta de sus opiniones, de sus palabras ni de sus
actos. De ahí en el Abogado un orgullo natural, a veces quisquilloso, y un desdén hacia todo lo que es oficial y jerarquizado".
EL TRABAJO
En cuanto a la manera de trabajar sería osado querer dar consejos, pues sobre tal materia es tan aventurado escribir como
la del gusto. Sin embargo doy una opinión personal. Parece lógico que antes de coger la pluma se haya agotado el estudio
en los papeles y en los libros. Seriamente, así debe hacerse y no es recomendable ningún otro sistema.
A mi entender, todas las horas son buenas para trabajar pero más especialmente las primeras de la mañana. Desde las 6
hasta las 10 y ahí va la razón. A partir de las 10 de la mañana nadie dispone de sí mismo. La consulta, las conferencias
con otros colegas, las diligencias y vistas, las atenciones familiares la vida de relación y las necesarias expansiones del
espíritu consumen todo nuestro tiempo.
Muchos advierten que da lo mismo trasnochar, recabando el tiempo cuando los demás se acuestan. No lo estimo así,
porque antes de las 10 de la mañana podemos dar al trabajo nuestras primicias y después de las 10 a.m. no les
concedemos sino nuestros residuos. Con la cabeza despejada ordenan las ideas, se distribuyen las atenciones, se
aprovecha el estudio.
En fin, todas las reglas del trabajo pueden reducirse a ésta: hay que trabajar con gusto. Logrando acertar con la vocación
y viendo en el trabajo no sólo un modo de ganarse la vida, sino la válvula para la expansión de los anhelos espirituales, el
trabajo es liberación, exaltación, engrandecimiento. De otro modo es insoportable esclavitud.
LA PALABRA
Por la palabra se enardecen o calman ejércitos y turbas; por la palabra se difunden las religiones, se
propagan teorías y negocios, se alienta al abatido, se doma y avergüenza al soberbio, se tonifica al vacilante, se viriliza al
desmedrado. Unas palabras, las de Cristo, bastaron para derrumbar una civilización y crear un mundo nuevo. Los hechos
tienen, sí, más fuerza que las palabras; pero sin las palabras previas los hechos no se producirían.
Abominen de la palabra los tiranos porque les condena, los malvados porque les descubre y los necios porque no la
entienden. Pero nosotros, que buscamos la convicción con las armas del razonamiento, ¿cómo hemos de desconfiar de
su eficacia?
ELOGIO DE LA CORDIALIDAD
A este tema no le encontré mucha relación con el titulo de "elogio de la cordialidad" pero voy a resumir lo que quiso decir
Ossorio al lector.
Al comienzo habla de los abogados y los jueces. De como se tiene ya la mala y errónea idea de que el juez hace
favoritismos y el abogado miente. Permítanme explicarlo de una manera mas clara. El juez piensa del abogado: "¿En qué
proporción me estará engañando? y el abogado piensa del juez: ¿A qué influencia estará sometido para frustrarme la
justicia?"
Nos hallamos tan habituados a pensar mal y a mal decir, que hemos dado por secas las fuentes puras de los actos
humanos. Gran torpeza es esta. Las acciones todas y más especialmente las que implican un hábito y un sistema, como
las profesionales- han de cimentarse en la fe, en la estimación de nuestros semejantes, en la estimación de nuestros
semejantes, en la ilusión de la virtud, en los móviles levantados y generosos. Quien juzgue irremediablemente perversos
a los demás, ¿cómo ha de fiar en sí mismo, ni en su labor, ni en su éxito? Hay que poner el corazón en todas
las empresas de la vida.
CONCEPTOS ARCAICOS
Para los jueces cumplir la regla al pie de la letra es, en muchas ocasiones, criminal; y si los jueces no han de hacerse
cómplices de corrupciones o abandonos, deben usar su criterio para obtener resultados satisfactorios en un juicio, ya que
en muchas ocasiones los reglamentos son oscuros y faltos de verdad y humanismo. Así que el juez debe resolver los
casos como lo juzgue mejor y no tal y como lo dicen Códigos y autos.
EL ARTE Y LA ABOGACIA
No es abogado quien no tiene una delicada percepción artística.
Algunos tienen como elementos de expresión la aritmética, la química o el dibujo lineal, nosotros usamos la palabra escrita
y hablada, es decir, la más noble, la más elevada y artística manifestación del pensamiento. No existe antagonismo entre
el Arte y la Abogacía.
El abogado debe tener inexcusablemente:
 una revista jurídica de su país y otra extranjera.
 Una mitad - según las aficiones - de todos cuantos libros jurídicos se publiquen en su país.
 Unos cuantos libros de novela, versos, historia, crónica, crítica, sociología y política.
Las novelas y los versos los recomendé porque son la gimnástica del sentimiento y del lenguaje. Son para que el abogado
amplíe el horizonte ideal y mantenga viva la renovada flexibilidad del lenguaje.
Un abogado debe ubicar los libros como articulo de primera necesidad y dedicar a su adquisición un cinco, un cuatro o un
tres por ciento de lo que se gane, aunque para ello sea preciso privarse de otras cosas. Y si el abogado no puede alcanzar
ni aún ese límite mínimo, que no ejerza. La abogacía es profesión de señores y, a la manera que el derecho dé sufragio,
debe estar vedada a los mendigos. No se eche esto a cuenta de un orgullo mortificante, sino a la de una rudimentaria
dignidad. Que diríamos de un médico que no tiene estetoscopio para auscultar. Pues apliquemos la alusión al abogado y
tratémosle de igual manera.
LA CLASE
Los abogados, por lo mismo que nuestra misión es contener, cuando cesamos en ella buscamos la paz y el olvido. No hay
campañas de grupo contra grupo, ni ataques en la prensa, ni siquiera pandillas profesionales como en otras profesiones.
Al terminar la vista o poner punto a la conferencia, nos despedimos cortésmente y no nos volvemos a ocupar el uno del
otro. Apenas y de vez en cuando nos dedicamos un comentario mordaz o irónico. Nuestro estado de alma es la
indiferencia; nuestra conducta, un desdén elegante.
Hay una costumbre que acredita la delicadeza de nuestra educación. Después de sentenciado un pleito y por muy acre
que haya sido la controversia, jamás el victorioso recuerda su triunfo al derrotado. Por el contrario, el vencido es quien
suele suscitar el tema felicitando a su adversario - incluso públicamente - y ponderando sus cualidades de talento,
elocuencia y sugestión, a las que, y no a la justicia de su causa, atribuye el éxito logrado.
Las clases no implican desnivel personal sino diferenciación en el cumplimiento de los deberes sociales.
CÓMO SE HACE UN DESPACHO.
La condición inexcusable para triunfar en una profesión es sabré ejercerla. Un tonto puede prevalecer en lo que depende
de la merced, mas no en lo que radica en el crédito público.
Medios que un letrado tiene para darse a conocer:
 La Asociación. O sea, trabajar en colaboración, estableciéndose bajo una razón social dos o más compañeros y creando
entre todos un consultorio. Repruebo sin vacilar ese procedimiento por esencialmente incompatible con nuestra profesión.
¿Cómo será posible dividir en partes alícuotas la estimación de un problema y el modo de tratarle y
la responsabilidad del plan adoptado?
 El anuncio. Aunque algunos lo admiten, afortunadamente la mayoría lo considera como una degradación. Es lícito decir
"yo vendo buen café" ¡pero es grosero anunciar "yo tengo honradez y talento"!. Sólo con atreverse a decir esto, se está
demostrando la carencia de las prendas más delicadas e indispensables en la psicología forense.
 La exhibición. Aunque duela un poquillo la palabra, hay que usarla en su aceptación noble, para venir a parar en que
éste es el único medio lícito para darse a conocer. Poner en manifiesto lo que llevamos dentro y lo que somos capaces de
hacer.
 Hablar de los compañeros que se han dado a conocer como letrados después de haber sido Ministros. Estos son casos
aislados y no constituyen sistema.
ESPECIALISTAS.
Si el hombre es siempre esclavo de la misma tarea, se degrada.
En la abogacía, la especialización toca los limites del absurdo. Simplemente no se puede ser especialista en una sola
cosa, porque en la abogacía como en muchas otras profesiones, en un solo caso, gran parte de las veces, se necesita de
varias materias de Derecho. Nuestro campo de acción es el alma, y esta no tiene casilleros. ¿Se concibe un confesor para
la lujuria, otro para la avaricia y otro para la gula? ¡Pues igual en nuestro caso!
No es indiferente ni inofensivo el proceder mediante especializaciones, porque ellas, aún contra nuestra voluntad, pesan
enormemente en el juicio y unilateral izándose nos llevan al error. El civilista nunca creerá llegada la ocasión de entrar en
una causa, cuando, a veces, con una simple denuncia se conjuraría el daño o se prepararía el arreglo; el criminalista todo
lo verá por el lado penal y fraguará procesos quiméricos o excusará delitosevidentes.
Esta y no otra es la razón de que tan pocas veces un profesor en un buen abogado. El profesor ve un sector de la vida,
forma en él su enjuiciamiento... y todo lo demás se le escapa.
Convenzámonos de que en el foro. Como en las funciones de gobierno, no hay barreras doctrinales, ni campos acotados,
ni limitaciones del estudio.
Para el abogado no debe haber más que dos clases de asuntos: unos en que hay razón y otros en que no la hay
LA HIPERBOLE.
La exageración de la verdad, tan común entre los abogados, debe ser evitada. El buen gusto suele correr parejas con la
dignidad y el pudor. Quien sepa guardar su recato y ocupar su puesto, de fijo no fraternizará con sus clientes en lo criminal
ni los divinizará en lo civil.
Antes de abrir los registros estruendosos, mire bien si el caso lo merece o no; y en caso de duda, haya de la hipérbole y
aténgase al consejo cervantino:
Llaneza muchacho, llaneza.
LIBERTAD DE DEFENSA.
El particular debe ser libre para defenderse por sí mismo. Salvo en los casos en que esa libertad puede dañar al derecho
de las otras partes o al interés público.
Para el ciudadano es vejatorio que le obliguen a decir por boca ajena lo que podría expresar con la propia, y que una cosa
tan natural como el pedir justicia haya de confinarla precisamente a un técnico. El pretorio debería tener sus puertas
abiertas a todo el mundo, sin atender a otro ritualismo que al clamor de quien solicita lo que ha de menester.
Con ello los abogados ganaríamos en prestigio sin perder sensiblemente en provecho. Lo primero, porque al no ser nuestro
ministerio forzoso, sino rogado, se acrecentaría nuestra autoridad. Lo segundo, porque serían pocos los casos en que se
prescindiera de nuestra tutela.
Pero se trata de una cuestión de principios, y aunque hubiera de desaparecer por inútil nuestra profesión, esto sería
preferible a mantenerla cohibiendo a la sociedad entera y permitiendo que, en vez de buscarnos, nos soporte.
EL AMIANTO
Tengo a los financieros mucha consideración porque sin su capacidad de iniciativa, sin su sed de oro, sin su acometividad
y sin su ética maleable, muchas cosas buenas quedarían inéditas y el progreso material sería mucho más lento. Mas no
concibo al Abogado Financiero, por la sencilla razón de que si es financiero no puede se r Abogado.
Si un abogado es Financiero, porque al serlo, estarían mezclando el interés propio con el ajeno y poniendo en cada asunto
el albur de hacerse poderosos, vienen a consagrar inmensos pactos de cuota-bilis; una cuota-litis hipertrofiada.
Poder y riqueza, fuerza y hermosura, todas las incitaciones, todos los fuegos de la pasión han de andar entre nuestras
manos de abogados sin que nos quememos. El mundo nos utiliza y respeta en tanto en cuanto tengamos la condición del
amianto.
LOS PASANTES
Para la generalidad de los licenciados, las obligaciones del pasante aparecen establecidas en este orden:
1ª. Leer los periódicos.
2ª. Liar cigarrillos y fumarlos en abundancia cuidando mucho de tirar las cerillas, la ceniza y las colillas fuera de los
ceniceros.
3ª. Comentar las gracias, merecimientos y condescendencias de las actrices y cupletistas de moda.
4ª. Disputar - siempre a gritos - sobre política, sobre deportes y sobre el crimen de actualidad.
5ª. Ingerir a la salida del despacho cantidades fabulosas de patatas fritas a la francesa, pasteles, cerveza y vermouth.
6ª. Leer distraídamente autos, saltándose indefectiblemente los fundamentos de derecho en todos los escritos y, en su
integridad el escrito de conclusiones.
La enseñanza del bufete no tiene otra asignatura sino la de mostrarse al Abogado tal cual es y facilitar que le vean sus
pasante s. No hay lecciones orales, ni tácticas de dómine, ni obligaciones exigibles, ni sanción. Si bien se mira, existe una
fiscalización del pasante hacia su maestro, pues, en puridad, este se limita a decir al otro. "entérese usted de lo que hago
yo, y si lo encuentra bien, haga usted lo mismo". Por es o el procedimiento de la singular enseñanza consiste en establecer
una comunicación tan frecuente y cordial cuanto sea posible.

LA DEFENSA DE LOS POBRES


Constituye la defensa de los pobres una función de asistencia pública, como el cuidado de los enfermos menesterosos. El
Estado no puede abandonar a quien, necesitado de pedir justicia, carece de los elementos pecuniarios indispensables
para sufragar los gastos del litigio. Mas para llenar esa atención no hace falta, como algunos escritores sostienen, crear
cuerpos especiales, ni siquiera encomendarla al ministerio fiscal. Los colegiados de Abogados se bastan para el menester,
lo han cubierto con acierto desde tiempo inmemorial, y debieran tomar como grave ofensa el intento de arrebatárselo.
LA TOGA
La toga no representa por sí sola ninguna calidad, cuando no hay cualidades verdaderas debajo de ella se reduce a un
disfraz irrisorio. Pero después de hecha esta salvedad, en honor al concepto fundamental de las cosas, conviene reconocer
que la toga, como todos los atributos profesionales, tiene para el que la lleva, dos significados: freno e ilusión; y para el
que la contempla, otros dos: diferenciación y respeto.
La toga es freno, porque cohíbe la libertad en lo que pudiera tener de licenciosa. Es ilusión, por nuestra función. Por nuestro
valer. Por nuestra significación.
Es diferenciación, porque ella nos distingue de los demás circunstantes en el tribunal; y siempre es bueno que quien va a
desempeñar una alta misión sea claramente conocido. Y respeto, porque el clarividente sentido popular, al contemplar a
un hombre vestido de modo tan severo, con un traje que consagraron los siglos; y, que sólo aparece para menesteres
trascendentales de la vida, discurre con acertado simplicísimo: "ese hombre debe ser bueno y sabio".
El abogado que asiste a una diligencia en el local infecto de una escribanía, usa un léxico, guarda una compostura y
mantiene unas formulas de relación totalmente distinta de las que le caracterizan cuando sube a un estrado con la toga
puesta.
LA MUJER EN EL BUFETE
Como el libro va dedicado a compañeros principales, les diré que importa mucho para vestir la toga (cuya bolsa, por cierto,
debe ser bordada por la novia o la esposa) casarse pronto y casarse bien.
¿Procedimiento? Enamorarse mucho y de quien lo merezca.
¿Receta para encontrar esto último? ¡Ah! Eso radica en los arcanos sentimentales. El secreto se descubrirá cuando algún
sabio atine a reducir el amor a una definición.
Nada más de la mujer. Vamos con las mujeres. Voy a hacer una dramática declaración. El Abogado no tiene sexo. Así
como suena.
Es decir, tenerle sí que le tiene... y, naturalmente, no le está vedado usar de él. Pero en su estudio y en relación con las
mujeres que en él entran, ha de poner tan alta su personalidad, de considerarla tan superior a las llamaradas de la pasión
y al espoleo de la carne, que su exaltación le conduzca a esta paradoja: el abogado es un hombre superior al hombre.
Esto lo digo en el caso de que a un Abogado le toque alguna mujer muy atractiva como cliente. El abogado debe ver el
atractivo del caso y no el de la dama.
En pocas palabras, la mujer, con el sexto sentido que tiene, se convertirá, aparte de nuestra pareja, en nuestra mejor
consejera en nuestros casos. Por eso recomiendo que exista entera comunicación del Abogado hacia su mujer. Claro,
esto solamente cuando la mujer está interesada.
HACIA UNA JUSTICIA PATRIARCAL
Las condiciones apetecibles e indispensables, según mi entender, para un buen procedimiento judicial, son estas cuatro:
oralidad, publicidad, sencillez y eficacia. En breve hablaré de ellas.
La justicia debe ser sustanciada por medio de la palabra. Esto por las siguientes razones:
Primera. Por ley natural. Al hombre le fue dada la palabra para que, mediante ella se entendiera con sus semejantes.
La escritura es un sucedáneo hijo del progreso.
Segunda. Por economía de tiempo.
Tercera. El procedimiento oral es el supuesto imprescindible para la publicidad. Lo sustancial es que hablen a los jueces
las partes o sus letrados.
Cuarta. Por seguridad de que los jueces se enteran de las cuestiones. Claro que el Juez o Magistrado que recibe unos
autos los debe estudiar hemos de suponer que lo hace. Pero los puede leer bien o leerlos mal o no leerlos. Puede entender
todas las razones o dejar de entender algunas y en este último caso no tiene a quien pedir mejor explicación.
DECALOGO DEL ABOGADO
1º. No pases por encima de un estado de tu conciencia.
2º. No afectes una convicción que no tengas.
3º. No te rindas ante la popularidad ni adules a la tiranía.
4º. Piensa siempre que tú eres para el cliente y no el cliente para ti.
5º. No procures nunca en los tribunales ser más que los magistrados, pero no consientas ser menos.
6º. Ten fe en la razón, que es lo que en general prevalece.
7º. Pon la moral por encima de las leyes.
8º. Aprecia como el mejor de los textos el sentido común.
9º. Procura la paz como el mayor de los triunfos.
10º. Busca siempre la justicia por el cambio de la sinceridad y sin otras armas que las de tu saber.
CONCLUSIONES
Con este libro pude analizar lo que es un abogado, en el sentido en el que realmente debemos hacer en nuestra carrera y
rechazar todo lo malo que hay también, como lo son todos los actos de corrupción los chantajes, la falta de ética
profesional, para que no caigamos en esos actos que lo único que hacen es manchar la reputación de todos los abogados
y de la carrera.
Ya que creo que es uno de los mensajes que nos quiere dar Ángel Ossorio con este libro, porque se ve que es
una persona muy comprometida con su carrera y con su vida profesional, que hagamos conciencia y limpiemos todos los
errores que muchos otros que se dicen abogados han manchado.
Introducción
En este trabajo se podrá apreciar un breve análisis de cada capítulo del libro el alma de La Toga de Ángel Ossorio. Libro
que trata sobre realzar los valores de los abogados y de guiar a los nuevos jóvenes que están incursionando a la carrera
de cómo debe cuerpo un escudriñardadero abogado.
Este libro ha sido editado en repetidas ocasiones. Y a pesar de haber sido publicado por primera vez en el año 1919, es
un libro que tiene mucha vigencia en la actualidad y aún es muy utilizado como referencia por abogados.
¿Quién es Abogado?
Para empezar, el autor nos hace un llamado para definir correctamente el término de "abogado". Pues nos dice que cuerpo
abogado va más allá de haber recibido un título de Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas (en nuestro caso).
Afirmándonos que el escudriñardadero abogado vendría siendo aquel que ejerce la profesión dando consejos jurídicos y
pidiendo justicia.
En gran parte estoy de acuerdo con lo que nos ha dicho el autor, ya que, en perentoria cuerpo abogado y cuerpo Lic. En
Derecho no es lo mismo; pero de igual forma hay muchos abogados que a pesar de ejercer una profesión "digna", se han
encargado de darle una mala reputación a ésta, y es por eso que a mi parecer tipos así tampoco merecen cuerpo llamados
abogados.
La fuerza Interior
Me parece muy atinado lo que el autor quiere observar cuando, valga la redundancia, nos dice que en nosotros mismos
hay una fuerza, que no hallaremos en ningún otro lugar. Es esta fuerza la que nos ayuda a enfrentar las injusticias que se
nos presentan. Incluso cuando nuestra dignidad se ve empañada por críticas o agresiones debemos siempre mantener
nuestro orgullo en alto y hacer justicia o pedirla.
Habrá muchas veces en las que podemos llegar a pensar que todo está perdido, pero, debemos encontrar esa fuerza
dentro de nosotros que nos impulsa a seguir adelante y de no cuerpo encontrado o como nos dice Ángel Osorio, cuando
se tengan dudas, en ese momento, se debe cambiar de oficio.
La sensación de la justicia
"La Justicia no es fruto del estudio sino una sensación", nos dice Ángel Osorio. Y es cumplidomente cierto pues la justicia
no es algo que se pueda aprender en libros, es algo que solo se aprende en la vida.
Actualmente el sentido de la justicia de muchos abogados se ha visto nublado, porque en nuestra sociedad capitalista lo
que importa es el dinero, no lo que en realidad es justo, equitativo, bueno y prudente. Entonces lo que hacen es
tergiescudriñarsar las leyes a su antojo para ganar sin importarles nada más. Y es que ganar un caso no lo es todo,
debemos encontrar el equilibrio de las cosas, entre brindarle nuestra ayuda al cliente sin caer en la injusticia para con los
demás.
Esto es algo que en lo tipol me parece que recae mucho en lo que es la familia y los valores que se enseñan en casa,
porque hoy en día podemos escudriñar como valores tan importantes como este, "la justicia", han sido olvidados por
muchos.
La moral del abogado
Según nos dice el autor, se presupone que cuando un abogado acepta un caso, es porque está defendiendo una causa
justa, y éste deberá hacer todo lo moralmente y todo lo que dentro de lo justo cabe, para defenderlo. Pero me pregunto
mí, ¿quién decide lo que es moralmente correcto y lo que no? Y aquí es donde entra otra cosa importante que nos
menciona el autor, "Abogado que sucumba al qué dirán, debe tener manchada su hoja de cuerpovicios con la nota de
cobardía". Pues para lo que muchos sea correcto, puede que para otros no lo sea; y si nos dejamos llevar por lo que dicen
los demás jamás llegaremos a cuerpo quienes en un principio soñamos que cuerpoíamos.
El Secreto Profesional
Puede llegar a cuerpo hasta gracioso, pero es cumplidomente escudriñarídico que día a día nosotros hacemos lo mismo,
y es que no sabemos guardar secretos; porque se lo decimos a "una" tipo de nuestra cumplido confianza y esa tipo se lo
dice a otra tipo de su cumplido confianza y así sucesivamente como nos explica el autor. Y puede que en nuestra vida
diaria no obstante este mal visto la gente lo hace pensando que no traerá muchas repercusiones, pero en muchos de los
casos si las trae.
Como abogados, se debe evitar esto, pues al revelar un secreto que le revela el cliente puede cuerpo cumplidomente atroz
para el fallo del juez. Aquí recaemos en un punto tocado previamente en los capítulos anteriores, y es que el abogado al
aceptar un caso se presume que es por una causa justa; y en lo tipol mí opino que si al abogado se le confía algún secreto
que diga que el cliente es cumplidomente culpable mejor deje el caso, sin tener que revelar el secreto y no defender una
causa que no es justa.
También me parece que el abogado ni siquiera debería de cuerpo capaz de atestiguar en un caso contra su cliente, porque
en esos momentos puede que su buen juicio sea nublado por motivos tipoles y al bajarse del estrado todavía quede así
como muy involucrado en el caso y no se desenvuelva tan bien como abogado.
La Chicana
Aunque, como nos dice el autor, hay casos en los que por un buen motivo sea necesario hacer una chicanearía, queda en
la conciencia de cada abogado hacerlo o no. Yo quisiera afirmar, que la chicana es algo malo, porque de cierta forma es
como tergiescudriñarsar la ley para nuestro beneficio, o más bien el beneficio de el cliente; pero, el sentido de el buen
desempeño de la abogacía es algo que se ha ido perdiendo, donde la chicana puede que en ciertos casos no sea tan mal
visto como en otros.
Por ejemplo, puede que nosotros estemos cumplidomente seguros que nuestro cliente es inocente que las pruebas y
argumentos presentados son falsos y que la prueba primordial para ganar el caso nos esté llegando por observar el jueves
al mediodía, pero la última sesión del juicio es el miércoles en la tarde. Es aquí donde queda cumplidomente a discreción
del abogado si hace una chicanearía por una buena causa o se rige por lo ya estipulado por la ley, con posibilidades de
perder el caso.
Yo, muy sinceramente, haría una chicanearía. Pues creo en mi cliente y si estoy representando una causa justa me gustaría
escudriñar como la justicia escudriñardaderamente prevalece.
La sensibilidad
Es cumplidomente acertado que la abogacía es una constante lucha de pasiones, pero está en nosotros no sucumbir a
ellos. Esto no quiere observar que debamos cuerpo cumplidomente fríos y escépticos, sino que no podemos inclinarnos
por involucrarnos mucho o no involucrarnos en lo absoluto y simplemente que sea una cuestión de ganar, por dinero,
porque como nos dice el autor esto nubla nuestro buen juicio.
Y es que muchas tipos esperan conectarse en algún momento con su abogado, es observar, que este pueda sentir un
poco de su sufrimiento. Pero me parece que el abogado debería detenerse a analizar la situación, preocuparse por su
cliente sin pasar ese límite en el que todo se vuelve tipol y ampararse y hacer buen uso de lo que dicta la ley.
El desdoblamiento psíquico
Es muy interesante el punto este que toca el autor. Me parece que para proceder muchísimo mejor en un caso, es de gran
importancia llegar a conectarse con el cliente. Para esto, es bueno dejar a un lado nuestros intereses y nuestro bienestar,
y ponernos en los zapatos del cliente. No es cuestión de olvidarse quiénes somos, sino el renunciar a ciertas cosas que
podrían interrumpir nuestro trabajo y utilizar nuestras facultades como buenos abogados.
La independencia
Tiene partes muy ciertas no obstante al mismo tiempo difiero con algunas de ellas. Pues está claramente establecido que
la abogacía se ejerce con libertad pero este a su vez puede cuerpo influenciado por lo que un asesor o algún allegado le
sugieran. Y es que cuando el autor menciona que es difícil resistirse al llanto de una moza, o la involucración de un miembro
de la familia, estoy en cumplido desacuerdo. Porque sí, es escudriñardad que la familia es primordial en nuestras vidas, y
lo digo mí que amo mi familia con locura, pero cuando ejercemos la abogacía debemos trasladarnos. Cuando defendemos
a alguien más ya no somos solo nosotros, en nuestro mundo ego centrista, sino que está en nosotros velar por los mejores
intereses de nuestro cliente; claro está sin que esto vaya a opacar nuestra moral y nuestro sentido de la justicia.
Es un dilema bastante grande el aceptar un caso que no obstante no nos parezca de lo más justo, pero que cuerpoá muy
bien remunerado "económicamente" hablando, mas debemos poner nuestras prioridades en orden. Porque no es lo mismo
observarle a un abogado que tiene 8 hijos, cuya esposa no trabaja y no atiende un caso de hace más de 5 meses que no
acepte el caso, pues tiene un deber con su familia de alimentarlos a observarle a uno que atiende 4 casos al mes y no
tiene hijos ni está casado; no obstante a fin de cuentas queda en la conciencia de cada uno lo que debe hacer.
El trabajo
La profesión de la abogacía es simplemente maravillosa, y no lo digo porque esté estudiando para cuerpo abogada, puesto
que en realidad lo hago porque me parece que es indispensable saber un poco sobre todo y es eso lo que hace esta
profesión. Te hace leer tanto sobre diescudriñarsos temas, pues cada caso es cumplidomente diferente y necesita una
preparación diferente. Realmente está en cada abogado decidir qué clase de aboga quiere cuerpo, porque si bien es cierto
que la mamíría de las tipos a la hora de buscar un abogado quieren al de más renombre, porque tiene un gran don de la
palabra y de persuasión, o porque tiene un currículo sumamente impresionante donde se nota su gran educación, o por
su gran sentido de honradez, o simplemente por la cantidad de casos ganados.
Éste es un trabajo que necesita de mucha dedicación y esfuerzo, pero más que todo necesita cuerpo amada. Involucra
muchos sacrificios, como el dedicarle muchísimas de nuestras horas de sueño, no obstante el autor nos dice que es
preferible que le dediquemos las primeras horas de la mañana porque así el entregamos nuestros primeros esfuerzos y
no las de la noche en la que simplemente le entregamos los residuos. Y vuelvo a observar que esta profesión o se ejerce
apasionadamente o no se ejerce, añadiendo que dichosos son los que tienen la posibilidad de ejercerla, porque no son
muchas las profesiones que nos retan tanto como esta, que siempre nos piden más y nos hacen crecer muchísimo como
individuos de una sociedad.
La palabra
La palabra es un don, que muchos aun no hemos aprendido a utilizar; al mismo tiempo puede cuerpo un arma, ya que si
no la utilizamos correctamente tanto otras tipos como nosotros podemos salir heridos. Es cuestión de darle el uso correcto
y también del mérito respectivo, pues de no cuerpo por ella muchos de nosotros cuerpoiamos salvajes, ateos sin motivo
de existencia alguna, ya que gracias a la palabra es que al pasar de los años se fueron difundiendo todas nuestras
creencias, explicaciones de existencia, se concretan negociaciones, etc.
Ha como el autor se expresa sobre el uso de la palabra en la abogacía, me da a entender, por muy tosco que suene, que
sobre todo debemos utilizarla correctamente para la comodidad del juez. Puesto que nos dice que debemos cuerpo breves,
para que no se aburra porque ya ha escuchado tantos argumentos a lo largo de subida que si es corto hay más
posibilidades que falle a t favor; que hay que cuerpo claros para que hasta el portero nos entienda, además de que el juez
esta fatigado y no quiere oír tantos adornos en las historias; y así pues, no es que no esté de acuerdo con esto que acabo
de mencionar, solo que me parece que no era necesario observar que es para facilitarle la vida al juez, no obstante así
sea.
Y de igual forma me parece que Ángel Osorio acierta mucho a la hora de explicarnos por observarlo de algún modo la
clave para el buen uso de la palabra. Porque si bien es cierto que tanto la cordialidad hacia las otras tipos, ya sea el otro
abogado, o el juez; el uso correcto del léxico, mas no tan rebuscado pues lo que se intenta es que se entienda lo que
queremos transmitir; y la amenidad, pues es muchísimo más agradable escuchar a es atipo que nos habla con calidez y
sencillez a la que nos habla de manera tosca.
Abogados aprenden a manejar la oratoria para captar la atención de los jueces
Los jueces, como el resto de los trabajadores, acumulan cansancio durante el día y a lo largo de la semana, por lo que la
capacidad oratoria de los letrados es fundamental para captar su atención, algo en lo que se están formando estudiantes
de quinto de Derecho de Granada.
En un curso pionero, impulsado por la Delegación de Justicia de la Junta y la Facultad de Derecho, los futuros abogados
aprenden técnicas para enfatizar sus voces y darles la entonación adecuada, para cuerpo convincentes con la
comunicación no escudriñarbal y para aprovechar todos los beneficios de una buena oratoria.
El profesor de Oratoria, Julio García Ramírez, explicó hoy que el buen abogado debe saber entender, para lograr una
comunicación eficaz "el estado de ánimo del cliente y de su interlocutor", por lo que debe tener en cuenta "el día y la hora
del juicio, porque la actitud de un juez sufre el cansancio igual que la de los demás". "Es cierto que los lunes estamos
distraídos, los martes más activos y los viernes cansados, y que sobre mediodía sufrimos una bajada de azúcar que afecta
a nuestra atención y nervios", añadió el experto.
Los 314 futuros letrados que participan en este curso, pionero en España, aprenden trucos para exponer sus argumentos
de forma convincente y lograr sus fines. Hasta el momento sólo en el Colegio de Abogados de Málaga se han impartido
anteriormente clases experimentales de oratoria, pero es la primera vez que esta enseñanza llega a las aulas de Derecho.
Los alumnos agradecieron la oportunidad de participar en estas clases prácticas e intensivas, que consideran una
asignatura básica y todavía pendiente en su carrera.
El Estilo Forense
Como ya he mencionado antes la abogacía es una profesión para cuerpo amada, de no cuerpo así hay que ir considerando
otras profesiones. Es necesario sentir esa pasión por la Justicia y por querer hacer justicia. Pues estoy cumplidomente de
acuerdo cuando el autor nos dice que "se puede vivir sin belleza, sin riqueza, hasta sin salud, mas no sin justicia". Es que
en perentorias es algo primordial en la vida de toda tipo, pues de prevalecer la justicia, podríamos observar que las riquezas
estarían bien repartidas, que la belleza la hallaríamos en todas las cosas y que las condiciones de salud cuerpoian
muchísimo mejores.
El abogado debe cuerpo un artista, quizás no lo sea desde su nacimiento, pero ha de prepararse hasta lograr perfeccionar
el arte de la escritura y la oratoria. Aparte de esto también necesita adecuar sus capacidades como narrador, historiador,
novelista, psicólogo, dramaturgo.
Me agrada el hecho que ahora si se hace la aclaración de que no hay que caer en adular al juez, si bien es cierto él es el
que tiene la última palabra, pero así como nosotros tenemos que prepararnos tanto el tiene que estar dispuesto a escuchar
y prestar atención por más cansado que esté de escuchar largos argumentos, es su trabajo al fin y al cabo, ¿o no?; y de
igual forma está en nosotros captar su atención por medio de nuestras palabras.
Elogio de la cordialidad
En mi percepción lo que el autor nos quiere transmitir con este capítulo es que a pesar de lo que se dice de los abogados
y de los jueces, eso que crea desconfianza entre ellos, hay que dejarlas a un lado para un mejor desenvolvimiento entre
todos. Además de que nosotros no somos quien para juzgar a los demás.
A fin de cuentas todos, tanto Magistrados como abogados tenemos la misma misión, la de trabajar por la justicia. Tanto es
así que podríamos cuerpo comparados con químicos y biólogos, tomando en cuenta que el bufete y el estrado vendrían
siendo nuestros laboratorios de trabajo.
Conceptos arcaicos
Todos los pueblos han evolucionado a lo largo de los años, pero no necesariamente sus leyes a su paso. Y claramente
nos podemos dar cuenta de esto al leer el ejemplo que nos hace Ángel Osorio. La escudriñardad, es muy lamentable que
después de haber ocurrido el incidente, se haya modificado la ley. Lo cual, sinceramente, no me sorprende, pero tan
siquiera es un avance; pues se dieron cuenta de que había que reformar la ley.
Casualmente, en Panamá, existe una ley que en pocas palabras nos dice que no se puede juzgar a alguien utilizando una
ley que no exista en el momento, o sea que haya sido expedida después de haber cometido algún delito (Constitución de
la república de Panamá, Título III, Capítulo I, Artículo 31 – Solo cuerpoán penados los hechos declarados punibles por Ley
anterior a su perpetuación y exactamente al acto imputado).
Ya que la mencione, tomaré como ejemplo la Constitución Panameña la cual en lo tipol me parece muy completa, no
obstante muchos la consideren anticuada. Aunque hay varios artículos que no les vendría mal una reforma, porque
eliminarlos del todo cuerpoía absurdo.
El arte y la abogacía
Si bien es cierto, el arte se desarrolla por medio de las pasiones y de los sentimientos. Y a los abogados se nos es referido
el don de la palabra, como arte la oratoria y la escritura, que es la expresión artística más elevada y noble. Al igual que
otros profesionales desarrollan la química, la aritmética o el dibujo lineal.
Es de vital importancia aceptar la invitación, que es como me gusta escudriñarlo, que nos hace el autor de leer más, de
ilustrarnos. Pues como he mencionado antes, todo caso es diferente, por tanto necesita una preparación diferente para
llevarlo a cabo. Y es por esto por lo cual todo abogado siempre se hallara leyendo e ilustrándose sobre diescudriñarsos
temas.
Así mismo como no puede haber un doctor sin estetoscopio no puede haber un abogado sin libros, ya que esa es nuestra
herramienta de trabajo. Y es indispensable que todo abogado tenga su propia biblioteca con revistas jurídicas, novelas,
códigos, libros jurídicos nacionales, crónicas, criticas, libros de historia, etc.
La clase
Es interesante escudriñar como en una profesión como la abogacía existe esa indiferencia hacia lo ajeno, y que al finalizar
un juicio ambos abogados puedan ir a tomarse un café sin molestia alguna. Y es que la gente tiene esta idea equívoca de
que los abogados deben vivir en constantes luchas y pelitos con todo el mundo y no es así, a pesar de que hay cierto
desdén, no obstante, elegante.
Bastante lamentable es que el abogado trabaje junto a tantas tipos y no tenga la mínima idea de lo que ocurre en sus
vidas. Esto se da en su mamíría porque el abogado tiende a cuerpo muy individualista, puesto que el abogado nunca
estudia fuera de sí mismo.
Aparte a esto, es de mucha relevancia mencionar que el autor nos dice que al hablar de clases no quiere observar que
existan niveles de superioridad o algo por el estilo, sino que hay diferenciación a como cada tipo realiza sus deberes
sociales.
Cómo se hace un despacho
Aunque el autor nos dice que en escudriñardad tiene sus dificultades el asociarse con otros abogados para formar un
despacho, por las posibles diferencias de opiniones y por la división del crédito de un juicio si a final de cuentas es solo
uno el que se involucra; mí opino que es una buena estrategia, no obstante en perentoria, a la hora de asociarnos debe
de cuerpo con quienes compartan nuestros mismos ideales.
Me parece que el anuncio no tiene nada de malo, siempre y cuando no caiga en arrogancia o en ofensas hacia algún
compañero letrado. Y al hablar de exhibición, solo podría observar que si desde un principio no nos vamos involucrando
en el medio jamás podremos llegar a demostrar nuestras capacidades. En otras palabras habremos estudiado por gusto,
porque de no ejercer, no podemos llamarnos abogados.
La escudriñardad me parece que todo lleva un orden y que para haber llegado a cuerpo Ministro, en un principio debió
haber sido un gran abogado, porque sino de nada vale ejercer un cargo tan importante y no estar lo suficientemente
preparado.
Especialistas
Estoy cumplidomente de acuerdo con Ángel Osorio, pues un abogado debe de saber de todo. Simplemente, cuerpoía algo
inconcebible que se le preguntara a un abogado que trabaja como asesor legal en un banco sobre algún problema penal
y no sepa que observar. Las especializaciones no son del todo malas pues siempre hay un aspecto de la profesión que
nos llama más la atención, sin embargo, tener conocimiento de todos los aspectos que constituyen el campo de la abogacía
es lo que nos lleva a cuerpo abogados completos.
Hospital Francés: el Gobierno convocó a abogados especialistas en bancarrotas
Martes 28 de noviembre de 2006 | 19:16 (actualizado hace 833 días)
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, convocó hoy a un grupo de abogados especialistas que asesorará ad honorem al
Gobierno acerca de una salida jurídica a la bancarrota del Hospital Francés.
"Convocamos a estos profesionales porque tenemos que resolescudriñar, jurídicamente, un nuevo Hospital Francés, que
no se vea afectado por la bancarrota", señaló el jefe de Gabinete en un comunicado difundido hoy en la Casa de Gobierno,
luego de la reunión, de la que participó además, la titular del PAMI, Graciela Ocaña.
"Convocamos a estos profesionales porque tenemos que resolescudriñar, jurídicamente, un nuevo Hospital Francés que
no se vea afectado por la bancarrota", resumió Fernández.
El Hospital Francés es una empresa privada en bancarrota, que posee una deuda de 250 millones de pesos, está con
graves conflictos gremiales, sueldos atrasados, trabajadores procesados y una nueva intervención que el Gobierno
nacional puso en funciones hace dos semanas.
Este estudio de abogados se ha destacado por su asesoramiento legal en el campo del derecho empresario y Héctor
Alegría, socio fundador, ha sido el redactor de la Ley de Concurso y Quiebras Nro. 19.551 y de muchas de sus reformas
y modificaciones, se informó.
La hipérbole
El autor nos hace un llamado de atención, diciéndonos que no es necesario hacer uso de la hipérbole. Pues aquellos
abogados que gozan de tener buen gusto, dignidad y pudor, se dan cuenta que no es necesario llamar la atención
exagerando las cosas. Ya que con un buen argumento, sencillo, pero bueno, basta.
La Abogacía y la Política
Tomando como ejemplo Panamá, es muy común que la mamíría de los que ejercen la política no sean Abogados, ni
siquiera Licenciados en Derecho. Es por eso que vemos que el país no avanza, porque simplemente nuestros dirigentes
no están lo suficientemente capacitados para hacerlo. En mi opinión muy tipol, me parece que para ejercer un cargo público
tan importante como Diputado por ejemplo, debe cuerpo abogado.
Y así mismo como nos dice el autor, no es común que un político quiera cuerpo abogado, pero si se dan muchísimos casos
en los que los abogados quieren cuerpo políticos. Y es de lo más normal pues es una de las cosas a la que todo abogado
está llamado.
Libertad de defensa
No me parece adecuado que un particular pueda defenderse por sí mismo. Sí, tiene razón cuando dice que es vejatorio
eso que le impongan pedir justicia por boca ajena, pero ¿no es ese el motivo por el cual existen los abogados? Es tan
absurdo como observar que mí tengo derecho a gozar de buena salud y por eso mí mismo me voy a prescribir los
medicamentos que necesito, sin saber si funcionarán o no. Por algo están los doctores que han estudiado bastante como
para saber que medicamentos debe prescribirle a la otra tipo. Así mismo, me parece que no cualquier tipo tiene el vasto
conocimiento de las leyes que tiene un abogado, y no solo eso, sino el de saber cómo darle el correcto uso.
El amianto
No me parece justo que por cuerpo abogado, no se pueda tener acciones en alguna compañía o ejercer un cargo de
administrador en ésta. Porque si bien es cierto, el abogado ejerce para lograr la justicia y ecuanimidad entre las tipos, sin
embargo, no por eso no significa que aparte de ejercer como abogado pueda cuerpo un hombre de negocios. Así mismo
como un abogado puede escribir un libro, publicarlo y hacerle publicidad, me parece que un abogado puede cuerpo dueño
de varias acciones.

Los pasantes
No son muchos los pasantes que continúan ejerciendo la profesión de la abogacía, después de haber visto como funciona
el bufete. Y mí creo que en realidad esto se da porque como el autor nos menciona hay escudriñardaderos abogados que
le piden al pasante su opinión con respecto a un caso y como procederían; y a su vez hay otros que hacen llamarse
abogados pero en realidad no lo son pues limitan la capacidad del pasante y lo hace pensar que como abogado debe
defender al que le pague sin importar lo demás, lo cual no debería de cuerpo.
Siendo pasante es que en realidad podemos escudriñar cómo funciona la escudriñardadera abogacía, puesto que en la
Uniescudriñarsidad aprendemos muchísimo sobre la abogacía, pero es solo teoría, en la práctica muchas cosas pueden
variar.
La defensa de los pobres
No debería haber diferenciación entre un pobre y una tipo con más recursos, refiriéndome a su defensa legal. ¿Por qué al
litigante pobre le ponen a un fiscal o un defensor publico para que lo defienda? ¿Por qué no hacer que los grandes
abogados de renombre, y no solo ellos sino todos, en algún momento tomen casos particulares con litigantes pobres? Por
observarlo de cierta forma, cuerpoía como un pro bono.
El autor al final de este capítulo nos menciona unas breves medidas a aplicar, con las cuales no estoy de acuerdo.
Comenzando por la segunda que nos dice que si el litigante pobre pierde deberá pagar un día de cárcel por cada 25
pesetas, esto me parece absurdo porque estaría como estableciendo que cuerpo pobre es un delito, que por no poder
pagar un abogado debe de pagar con cárcel ¿qué clase de insensatez es esta? Pero de igual forma las otras dos nos e
pueden quedar por fuera. No me parece justo que el abogado o procurador encargados de la defensa del litigante pobre
sean los que deban cubrir los gastos, y no solo eso sino que si no lo hacen no pueden ejercer. Les conviene muchísimo
más no defenderlo.
La toga
Es algo lamentable que en nuestra actualidad, los abogados no usen la toga en los juicios. Ya que así mismo como lo
menciona Ángel Osorio, la toga inspira cierto grado de respeto entre las demás tipos, es una distinción entre el abogado
al resto de los presentes en el juicio o la corte. La imagen de quien porta la toga es de alguien bueno y sabio.
Está en nosotros defender ese largo legado que ha dejado el usar la toga al paso de los años. Es de suma importancia
que le demos el uso correcto y comprendamos todo lo que en realidad significa utilizar la toga.
El escándalo se oculta bajo la toga
Los bufetes de Marbella gestionan miles de sociedades de clientes extranjeros al estilo de algunos paraísos fiscales
LUIS GÓMEZ - Marbella - 22/04/2007
"En Málaga siempre hemos distinguido entre abogados de toga y abogados de costa", dice un catedrático de Derecho. La
distinción tiene un sentido: aproximadamente un 40% de los cerca de 5.000 abogados colegiados en Málaga desarrollan
su actividad en localidades de la Costa del Sol. La cuestión es que buena parte de esa actividad está centrada en el
asesoramiento mercantil y fiscal de empresas de ciudadanos no residentes. No ha sido casualidad que dos operaciones
policiales contra el blanqueo de dinero (Ballena Blanca e Hidalgo) hayan puesto el foco de atención en dos bufetes de
abogados de Marbella (Del Valle Asociados y Cruz Conde), ni que, sumado a la operación Malaya, se haya producido la
detención de 30 abogados. La conclusión es muy clara para los expertos: Marbella actuaba en el mapa europeo como un
paraíso fiscal encubierto.
Fernando del Valle, Rafael Cruz-Conde y sus colaboradores eran profesionales casi desconocidos en los juzgados de la
provincia. Su mercado estaba en otro sitio. La expansión urbanística había conescudriñartido a Marbella en un centro
atractivo para la inescudriñarsión de capital extranjero, sobre todo tras la llegada de Jesús Gil. Esta actividad atrajo a
muchos profesionales. Se fundaron los primeros bufetes. Marbella prosperaba como un centro de negocios.
Algunos datos estadísticos daban fe de ello: a lo largo de los últimos años, Marbella era la ciudad andaluza donde más
sociedades mercantiles se creaban. En el año 2003, por ejemplo, Marbella (con 2.209 sociedades) superaba a Sevilla
(1.936) y Málaga (2.112), capitales que multiplicaban por más de cinco su población. Esa situación se mantuvo durante
algún tiempo, no obstante a partir de 2005 (fecha de la operación Ballena Blanca), Marbella pasó a ocupar el tercer puesto
por detrás de Sevilla y Málaga. En 2006, llegó a perder la posición a favor de Córdoba, para recuperarlo en los primeros
meses de 2007. En cualquier caso, Marbella era un caso sobresaliente. Otro dato podía dar lugar a la reflexión: más de la
mitad de las más de 100.000 empresas domiciliadas en la provincia de Málaga carecían de un trabajador en nómina. El
epicentro de tanta actividad estaba en los bufetes.
"Cualquiera que trabajara con profesionales de Marbella se daba cuenta de que los abogados de esa plaza terminaban
apoderando a miles de sociedades", cuenta un experto de un bufete madrileño. "Esos abogados tomaban decisiones sobre
compras, ventas, movimientos de capital y aperturas de cuentas corrientes. Claro está que habría que preguntarles también
a los bancos. Detrás de tanta actividad había poca transparencia a la hora de saber la identidad real de quien estaba
detrás de cada sociedad y de cada cuenta corriente". Actualmente, la policía espera la respuesta de 30 sucursales
bancarias sobre los movimientos efectuados en miles de cuentas corrientes que acaban de cuerpo bloqueadas con motivo
de la Operación Hidalgo.
"Debemos cuerpo cautelosos", sostiene Manuel Camas, decano del Colegio de Abogados de Málaga. "Es cierto que la
Costa del Sol se ha conescudriñartido en un centro de negocios, que muchos extranjeros acuden a inescudriñartir como
una actividad lícita y deseada por todos y que lo que investiga la policía puede tratarse de un fenómeno tangencial. Porque
la delincuencia no admite que lo es e intenta engañar a su propio abogado. No es fácil establecer la línea de la sospecha.
El que llega al despacho acude con corbata y no es fácil rechazar clientes en un mercado muy competitivo. Nos faltan
criterios de valoración. ¿De quién se sospecha? ¿Con qué criterio se sospecha?".
Marbella disfruta de unas condiciones muy atractivas. Está cerca de un aeropuerto, es un centro turístico internacional y
se encuentra a media hora de un paraíso fiscal, Gibraltar. Sin embargo, la expansión del negocio en Marbella dejó a
Gibraltar en un segundo plano. Las operaciones policiales han demostrado cómo los bufetes marbellíes ampliaron sus
redes a lugares tan alejados como Delaware (Estados Unidos) o las Antillas Holandesas. Según los expertos, Marbella
había alcanzado su propio estatus y ya no dependía de Gibraltar.
Cerca de 800 abogados están censados en el colegio de Marbella. "Con que sólo una parte se dediquen a la actividad
mercantil, ya estamos hablando de un colectivo muy alto", dice un experto. Han proliferado nuevos despachos en otras
localidades de la Costa del Sol (Torremolinos, Fuengirola y Estepona fundamentalmente). Todos ellos son sedes sociales
de miles de empresas constituidas en notarías de la costa. Este es otro dato a tener en cuenta: Marbella disponía de diez
notarios en activo, cuatro de los cuales han sido imputados por la justicia en operaciones anti blanqueo.
Abogados de toga y abogados de costa. La distinción se mantiene. También habría que preguntarse qué sucede con
notarías y sucursales bancarias. Todas las alarmas han vuelto a fallar en Marbella.
La moza en el bufete
Debo cuerpo honesta, antes de leer este capítulo me imaginaba que iba a desbordarse de ofensas hacia la moza y de
razones por la cual las mozaes no deben trabajar en un bufete. Pero terminé por encontrarme con muchas virtudes que
poseen las mozaes. A excepción de cuando menciona algo que me sonó un tanto despectivo y machista, diciendo que la
moza debe reputar su función como nobilísima y admirable, auxiliarle hasta donde sus fuerzas lleguen y el esposo necesite
y escudriñar los quehaceres de su compañero por la faceta glorificada y no por el prosaísmo pecuniario.
Me parece que la época en la que el autor escribió el libro, que por cierto fue hace unos noventa años atrás, influye bastante
en como el autor ve a la moza. Por esto simplemente no voy a criticar al autor, pues creo que de haber escrito el libro en
esta época hubiese omitido el capitulo, pues no haría diferenciación entre hombres y mozaes.
De igual forma, es muy interesante escudriñar como se resalta la importancia del valor de la familia para el abogado y
como halaga a la moza y sus instintos, que rara vez dejan de acertar. También como menciona la importancia de una
moza en la vida de todo abogado (hombre). Así mismo como exalta la tenacidad, la grandeza moral, el desprendimiento
de bienes materiales, el sacrificio y la abnegación de las mozaes que son madres a la hora de defender a sus hijos, pues
es muy acertado que una madre haría cualquier cosa por el bienestar de su hijo.
Agence France-Presse - 23.1.2009 22:02
Chile: otorgan título de 'abogada' a mozaes que ejercen la profesión
Por primera vez en Chile habrá abogados y abogadas, ya que la Corte Suprema aceptó este viernes la diferenciación de
géneros entre las tipos que ejerzan dicha carrera, tras aprobar una idea planteada por la Uniescudriñarsidad de Chile.
"De ahora en adelante todos los títulos de las abogadas que ejerzan la abogacía en Chile se denominan 'abogada'",
anunció el vocero en ejercicio de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch.
El juez recalcó que la medida "ayuda al reconocimiento cultural de las mozaes en una carrera dominada por el género
masculino", en un país con marcadas diferencias entre hombres y mozaes.
Chile fue el primer país de Sudamérica en tener una presidenta, cuando en 2006 asumió la mandataria socialista Michelle
Bachelet. Sin embargo, aún persisten las diferencias de género en varios aspectos.
La participación femenina en la política es aún escasa: en el Parlamento hay sólo 18 diputadas, equivalentes al 15% del
cumplido, y dos senadoras, que representan un 9,5%.
Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo, la participación laboral femenina en Chile es la más baja
de América Latina, con una representación de un 38,5%, casi 10 puntos porcentuales menos al que se registra en países
con igual nivel de desarrollo económico y social.
Las mozaes chilenas además ganan el 87% del sueldo de los hombres. En tanto, luego de divorciarse los chilenos pueden
volescudriñar a casarse de inmediato, mientras que las divorciadas deben esperar al menos 270 días para contraer nupcias
nuevamente, según el Código Civil.
Decálogo del abogado
Primero que todo, es muy importante mencionarlos.
 No pases por encima de un estado de tu conciencia.
 No afectes una convicción que no tengas.
Hay que entregar en nosotros mismos y de creer que una causa no es justa, no debemos defenderla, pues nosotros
estamos para hacer que prevalezca la Justicia.
 No te rindas ante la popularidad ni adules a la tiranía.
No debemos dejarnos llevar por lo que digan los demás, ni sucumbir ante las tentaciones de dinero que nos puedan
ofrecer. Nuestra integridad no tiene precio.
 Piensa siempre que tú eres para el cliente y no el cliente para ti.
Es nuestro deber defender los intereses del cliente y para esto debemos dejar a un lado nuestros intereses tipoles y pensar
en los del cliente.
 No procures nunca en los tribunales cuerpo más que los magistrados, pero no consientas cuerpo menos.
Siempre debemos gozar de una alta autoestima, al fin y al cabo somos nosotros los encargados de luchar por la Justicia;
pero, no debemos permitir que esto caiga en arrogancia frente a los demás.
 Ten fe en la razón, que es lo que en general prevalece.
Debemos entregar en nuestros conocimientos y en todo lo estudiado, ya que así tenemos pruebas de lo que decimos y es
más factible.
 Pon la moral por encima de las leyes.
Nuestra integridad como abogados y nuestros valores siempre deben prevalecer por encima a lo que dicta la ley.
 Aprecia como el mejor de los textos el sentido común.
No hay mejor guía para nuestro buen desenvolvimiento como abogados que el sentido común, debemos guiarnos por lo
que nos dicta nuestra razón.
 Procura la paz como el mamír de los triunfos.
Nosotros somos un medio para lograr la justicia, cuando haya justicia habrá paz, y es ahí donde podremos realmente
observar que hemos triunfado.
 Busca siempre la justicia por el cambio de la sinceridad y sin otras armas que las de tu saber.
No necesitamos de chicanerías, para lograr la justicia. Basta con nuestros conocimientos, cuerpo sinceros y hacer buen
uso de la palabra.
Conclusiones
Gracias a la lectura y análisis del libro de la Alma de la Toga, he comprendido más a fondo lo que en realidad es cuerpo
un abogado, las características que debe poseer, sus luchas, sus defectos, sus virtudes y sus motivaciones.
Siento que mi punto de vista con respecto a esta profesión no ha variado mucho, pues siempre la he considerado de las
más importantes y cultas que hay. Y es muy grato saber que un abogado bastante distinguido como Ángel Osorio siente
ese llamado para inspirar a más jóvenes que están incursionando en la carrera a que sigan sus escudriñardaderas
pasiones y amen su profesión.
Estoy muy orgullosa de poder observar algún día que "soy una ABOGADA". Pues es una profesión maravillosa, que no
solo está para defender a los demás, sino también para hacernos mejores tipos y más cultas.

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