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ESTUDIOS
EXPERIMENTALES. EL ENSAYO
CLINICO (I Y II): ETAPAS DEL
DISENO BASICO. ANALISIS DE DATOS
Y ALTERNATIVAS DE DISENO.
INTRODUCCIÓN
Los estudios experimentales son aquellos caracterizados por la existencia de manipulación
(el investigador decide qué parte de la población recibe la intervención y quién no). Por
definición siempre son longitudinales, con sentido hacia delante y prospectivos. La base de un
estudio experimental es comparar la frecuencia de un cierto efecto o desenlace (analítico)
entre, al menos, dos grupos:
- Grupo de intervención (porque recibe la intervención cuyo efecto se desea valorar).
- Grupo control, que no recibe dicha intervención.
Si la intervención produce el efecto esperado, la frecuencia de éste será diferente en los
sujetos que reciben la intervención con respecto a los que no la reciben.
La validez del estudio dependerá de que los dos grupos sean comparables, es decir,
semejantes en todo salvo en la intervención. Si ésa es la única diferencia existente entre
ambos grupos, las diferencias observadas entre ellos con respecto a la frecuencia del efecto
sólo se podrán atribuir a la intervención.
La existencia de manipulación hace que los estudios experimentales estén sujetos a
importantes restricciones éticas, que en muchos casos dificultan o impiden su puesta en
marcha. Por eso, la utilidad de los estudios experimentales en epidemiología se restringe a la
evaluación de medidas de tipo preventivo, diagnóstico y terapéutico.
Los estudios experimentales tienen tres grandes aplicaciones:
1. Valorar el efecto beneficioso de una intervención. Es su aplicación principal. La
intervención puede ser preventiva, diagnóstica o terapéutica. En ocasiones el tipo de
intervención es compleja, abarcando varios de los aspectos anteriores: política
sanitaria, programas de salud, sistemas de administración y gestión de servicios
sanitarios, etc.
2. Valorar el efecto metabólico de una intervención. Se refiere a intervenciones
terapéuticas, principalmente y su estudio inicial antes de su aplicación al paciente. Está
relacionada fundamentalmente con el estudio de la seguridad y farmacocinética de
una intervención (absorción, distribución, metabolismo, biotransformación,
biodisponibilidad y excreción).
3. Valorar los posibles efectos adversos de una intervención. Por razones de tipo ético
este difícilmente puede ser un objetivo primario de un estudio experimental; su
valoración suele ser secundaria al estudio de los efectos beneficiosos de dicha
intervención.
ESTUDIO EXPERIMENTAL
Aquel en el que una o más personas son voluntariamente expuestas a una intervención con el
objeto de cuantificar la aparición de uno o más efectos causalmente relacionados con ella.
Es habitual clasificar los estudios experimentales en tres grandes grupos:
1. Se habla de ensayos clínicos cuando un tratamiento u otra intervención se aplican a
sujetos enfermos con una intención diagnóstica, terapéutica o de prevención
secundaria (diagnóstico y tratamiento precoz) o terciaria (rehabilitación y reinserción
del sujeto).
2. Ensayos no controlados: No hay grupo control interno o concurrente.
3. Ensayos no aleatorizados (estudios semi-experimentales): Los sujetos asignados a los
grupos por un procedimiento no aleatorio.
4. Se habla de ensayos de campo cuando una medida de prevención primaria (destinada
a que no se produzca la enfermedad) se aplica a sujetos sanos. En los ensayos de
campo también pueden evaluarse medidas de prevención secundaria destinadas al
cribado y diagnóstico precoz de la enfermedad durante una fase preclínica.
5. Los ensayos comunitarios, son estudios experimentales en los que la intervención se
aplica de forma conjunta a grupos de individuos, agregados por circunstancias muy
diferentes: municipios, distritos, provincias, colegios, clases, hospitales, etc. Por
ejemplo, para estudiar la posible asociación entre flúor y caries, se escogen dos
comunidades (Granada y Málaga) y se comienza a fluorar el agua de una de ellas
(Granada) de forma sistemática. Al cabo de unos años se comprueba si la incidencia de
caries en los niños de Granada es menor que la de los de Málaga. Si es así, podría
deberse al efecto protector del flúor.
De los tres grupos anteriores, el más empleado es, sin duda, el ensayo clínico. Por ello, aunque
la mayoría de los conceptos que se expongan seguidamente son igualmente aplicables a los
otros dos grupos, de aquí en adelante vamos a referirnos específicamente a los ensayos
clínicos, como modelo de estudio experimental en seres humanos.
EL ENSAYO CLÍNICO
1. CONCEPTOS GENERALES
En un sentido amplio, un ensayo clínico (EC) es un estudio experimental en el que una o más
personas enfermas son voluntariamente expuestas a una intervención con el objeto de
cuantificar la aparición de uno o más efectos causalmente relacionados con ella. En todo EC
subyace una hipótesis de causalidad:
Intervención --- causa efecto
Finalmente, la definición más restrictiva es la que habla de EC sólo cuando la asignación de los
sujetos a los grupos de comparación se hace de forma aleatoria. Algunos autores hablan
entonces de EC controlado aleatorizado (en inglés, RCT: randomized controlled trial). La
asignación aleatoria es el mejor procedimiento para lograr grupos de sujetos intercambiables
(comparables).
El diseño de un EC debe ser capaz de dar una respuesta a una pregunta de investigación.
Esta pregunta, a su vez, se plantea a partir de una hipótesis causal previa, que es el punto de
partida de todo EC (no puede diseñarse un EC sin una hipótesis causal previa). La pregunta de
investigación de todo EC debe contener cinco elementos:
1. (P) Población: A qué población quiero aplicar los resultados del estudio.
2. (I) Intervención: Para qué intervención quiero demostrar su efecto sobre los sujetos
de la población.
3. (C) Comparación: Con respecto a qué alternativa se compara el efecto de la
intervención (grupo control).
4. (O) Desenlace (Outcome, en inglés): Cuál es el desenlace cuya magnitud quiero
comparar entre los dos grupos (el de intervención y el control).
5. (T) Tiempo: Durante cuánto tiempo he de observar a los dos grupos de sujetos para
poder comparar los resultados entre ambos.
Las iniciales en inglés de los cinco elementos anteriores forman el acrónimo PICOT, que debe
aparecer en toda pregunta de investigación de un EC bien formulada.
Es importante resaltar que el grupo control, por definición, es aquél que no recibe la
intervención objeto de estudio. Ello no quiere decir que no reciban intervención alguna, pues,
si existe una intervención alternativa cuya eficacia está reconocida, no sería ético privar a los
sujetos del grupo control de dicha intervención. Por ello, es muy frecuente que los EC
comparen la “intervención novedosa” (administrada al grupo de intervención), frente a la
“intervención tradicional o estándar” (administrada al grupo control). Sólo cuando no existe
dicha intervención estándar está justificado no someter al grupo control a intervención
alguna, o administrarle un placebo (ver más adelante).
Ventaja: Los EC son el mejor instrumento para demostrar una hipótesis de causalidad sobre
seres humanos, pues reducen al mínimo la presencia de sesgos. Para algunos autores, los RCT
son el único diseño para demostrar causalidad. Pero, por desgracia, la asignación aleatoria no
“garantiza” la comparabilidad de los grupos, si fuera un procedimiento perfecto, sería tan
bueno como el estudio contrafáctico. Cuanto más homogénea sea la muestra y mayor el
tamaño muestral, más eficaz será la asignación aleatoria a la hora de repartir la muestra en
grupos comparables. Es imprescindible “comprobar” si la asignación aleatoria ha cumplido
correctamente su cometido.
Los principales inconvenientes de los EC son su escasa factibilidad (derivada de la necesidad
de salvaguardar los principios éticos y de su elevado coste), la generalmente baja validez
externa de sus resultados (al trabajar con poblaciones muy seleccionadas, es difícil extrapolar
los resultados a otras poblaciones más amplias) y las limitaciones éticas.
2. LEGISLACIÓN Y ÉTICA
Una vez que se tienen la hipótesis y objetivos de trabajo y se ha decidido realizar un EC, es
necesaria la aprobación del protocolo de estudio por los Comités Éticos de Investigación de
los centros en los que se va a llevar a cabo la investigación, así como por la Agencia Española
de Medicamentos y Productos Sanitarios, tal y como establece el Real Decreto 223/2004, de 6
de febrero, por el que se regulan los Ensayos Clínicos con Medicamentos.
Este Real Decreto incorpora las directrices de la Directiva 2001/20/CE del Parlamento Europeo
y del Consejo sobre la aplicación de buenas prácticas clínicas en la realización de ensayos
clínicos de medicamentos en seres humanos.
El principio ético fundamental que debe regir todo estudio experimental en humanos es el de
equidad, también llamado clinical equipoise (equilibrio clínico): la existencia de una total
incertidumbre, establecida por un panel de expertos (que tiene que ser independiente de los
que financian y promueven el ensayo) sobre cuál de las diferentes estrategias es preferible
para obtener el máximo beneficio en los participantes del estudio. Así, antes del inicio del
estudio, no debería haber razones fundadas para preferir pertenecer a uno u otro grupo de
estudio (el de intervención o el control), porque, a priori, no se sabe cuál de las dos estrategias
dará un mejor resultado.
En consonancia con este principio se sitúan los demás requisitos éticos que deben ser
refrendados por el comité ético de evaluación:
1. Justicia: todas las personas merecen ser tratadas con consideración y respeto, sin
diferencias entre ellas, con especial protección a los menos favorecidos.
2. No maleficencia: No realizar prácticas dañinas, aunque el paciente lo pida. Es
maleficencia la realización de un EC que no va a tener validez científica.
3. Beneficencia: Las personas deben ser tratadas protegiéndolas de los daños y
asegurando su bienestar, lo cual implica no perjudicar, maximizando el beneficio y
minimizando los riesgos.
4. Autonomía: Tratar a las personas como seres autónomos y proteger a las personas
con autonomía disminuida (por ignorancia, inmadurez o incapacidad psíquica). Para
cumplir este principio es preciso obtener el consentimiento de los posibles
participantes en el estudio, antes de incluirlos. El consentimiento a participar en un EC
debe ser:
a. Informado: Verbalmente y por escrito.
b. Comprendido: La información debe adaptarse a la capacidad de comprensión
del paciente. Después de informar, hay que dejarle un período de reflexión al
paciente.
c. Competente (legalmente): Para sujetos menores de edad e incapacitados, se
requiere el consentimiento de un representante legal.
d. Voluntario: En ausencia de controles externos (coerción, manipulación o
persuasión), y auténtico (que no contradiga el sistema de valores del que lo
da).
En 1964, la Asociación Médica Mundial (AMM) promulgó la llamada Declaración de
Helsinki: un cuerpo de principios éticos que deberían guiar la experimentación con seres
humanos. Desde entonces, este documento ha sido objeto de siete revisiones, la última de las
cuales fue realizada en la 64 Asamblea General de la AMM, en Fortaleza (Brasil) (2013).
Aunque sus principios no son de obligado cumplimiento, es unánimemente reconocido por la
comunidad científica como el principal instrumento a tener en cuenta para garantizar el
cumplimiento de los principios éticos en la investigación con seres humanos.
ENSAYOS CRUZADOS:
Los sujetos van perteneciendo sucesivamente a los distintos grupos de comparación. Por
ejemplo, si inicialmente se establecen dos grupos de comparación A y B, al final de un primer
período de estudio, los sujetos asignados inicialmente al grupo A pasan a pertenecer al grupo
B, y viceversa. Entre los dos períodos de estudio se intercalan períodos de blanqueo, con
placebo, con objeto de que el efecto del primer tratamiento desaparezca antes de iniciar el
segundo.
En realidad, en estos estudios, se comparan los distintos efectos producidos por los
diferentes tratamientos en el mismo sujeto, aunque en todo momento se dispone de los
grupos de comparación de forma concurrente.
Esta estrategia sólo es útil cuando la enfermedad es estable a lo largo del tiempo, o se
presenta de forma episódica o recurrente (por ejemplo, crisis epilépticas, ataques de artritis o
jaqueca, trastornos menstruales, etc.).
Son ensayos más largos que los paralelos, con el consiguiente problema de pérdidas, pero
permiten a cambio reclutar menos pacientes y disminuir la variabilidad intersujetos (ruido de
fondo).
Es más fácil desenmascarar el cegamiento y es difícil descartar la existencia de efectos
residuales del tratamiento precedente.
3.2. EN FUNCIÓN DEL MÉTODO DE ASIGNACIÓN DE LOS PARTICIPANTES A LOS GRUPOS DEL
ESTUDIO.
En todos los EC controlados, independientemente de que sean en paralelo o cruzados, siempre
se dispondrá, al menos, de dos grupos, experimental y control. La forma de asignar los sujetos
del estudio a ambos grupos determina que hablemos de EC controlado con asignación
aleatoria o EC controlado sin asignación aleatoria.
ASIGNACIÓN NO ALEATORIA:
Los sujetos son asignados a los grupos de estudio por un método que no depende del azar.
Estos no son ensayos clínicos en sentido estricto.
En general, la asignación no aleatoria dificulta que se cumpla la premisa de comparabilidad de
los grupos de estudio. Los métodos de asignación no aleatoria son variados:
- Sistemática: Según un orden preestablecido (por ejemplo, la alternancia, el día de la
semana, la fecha de nacimiento del paciente, etc.).
- A juicio del investigador.
- Voluntaria: A elección del paciente: Da lugar al sesgo del voluntario.
ASIGNACIÓN ALEATORIA:
Los sujetos son asignados a los grupos de estudio por un método que depende del azar. La
probabilidad de cada sujeto de pertenecer a cada grupo de comparación se fija de antemano y
se aplica por igual a cada uno de los sujetos del estudio. La asignación aleatoria es, en general,
la mejor estrategia para lograr la comparabilidad de los grupos de estudio y garantiza que, si
existen diferencias en la distribución de factores pronósticos, éstas serán debidas
exclusivamente al azar. Para realizar la asignación aleatoria hay que tener en cuenta dos
factores:
- El tamaño deseado para cada grupo: En el caso más sencillo (dos grupos:
experimental y control), se puede desear que ambos grupos tengan igual tamaño, en
cuyo caso pexp=pcon=0,5; o bien preferir que ambos grupos tengan tamaños
desiguales (pexp ≠ pcon). Por ejemplo, si queremos que las 2/3 partes de la muestran
pertenezcan al grupo experimental, entonces pexp=0,66 y pcon=0,33.
El tamaño de los bloques puede ser fijo (igual para todos), o variable. Esta
asignación elimina el primer y tercer inconvenientes de la asignación aleatoria
simple, pero no afecta al segundo.
Sea cual sea el método de asignación aleatoria, es esencial que la secuencia de asignación
aleatoria sea totalmente desconocida, ciega, para las personas que van a asignar a los
pacientes a los grupos del EC. Es lo que se conoce como ocultación de la secuencia de
aleatorización (OSA).
Cuando el médico recluta al paciente para participar en el EC (porque cumple los criterios de
selección y da su consentimiento informado), no debe saber a qué grupo va a ser asignado
este paciente (si al grupo experimental o al grupo control, en la situación más sencilla). Una
vez obtenido el consentimiento, el médico se pondrá en contacto con el centro de control del
EC, que es quien entonces le indicará (en función de la secuencia aleatoria previamente
generada), a qué grupo debe ir asignado ese paciente.
Si en un EC la secuencia de aleatorización no permanece oculta para el médico responsable
de la asignación, es probable que se produzcan desequilibrios en esta asignación y que, con
ello, se pierda la comparabilidad entre grupos que se ha pretendido lograr mediante la
asignación aleatoria.
Por ejemplo, si un médico sabe que el próximo paciente a reclutar para el EC va a ser asignado
a un grupo concreto, y sabe (o sospecha, en caso de sea un estudio con doble cegamiento),
cuál es ese grupo (el experimental o el control), es posible que ese conocimiento influya en la
atención que vaya a dispensar a ese paciente o incluso conduzca a un cambio de grupo o a la
exclusión de ese paciente para el EC. Por eso, la existencia de un procedimiento que garantice
la OSA es uno de los principales criterios de calidad de un EC.
Es la única estrategia no aleatoria que se acepta como válida en el ensayo clínico, tiene un
componente aleatorio y otro no aleatorio.
En esta situación, es frecuente emplear una asignación por minimización: se trata de repartir
a los pacientes de forma que nos aseguremos de que, al final del proceso, los dos grupos de
pacientes serán muy semejantes, al menos con respecto a las principales variables de
confusión/pronóstico.
Para ello hay diversos procedimientos. A continuación se describe uno de los más empleados:
1. Se identifican los dos o tres factores cuya distribución se pretende que sea similar
entre ambos grupos (experimental y control). Por ejemplo, imaginemos que queremos
que los grupos sean lo más parecidos posibles al menos con respecto a la edad (<65,
65 o más), el sexo (varón, mujer) y el estadio de la enfermedad (0,I, II, III).
2. Se le asigna un valor numérico a cada categoría de las tres variables. Por ejemplo:
<65: 1 Varón: 1 Estadio 0: 1
65 o más: 2 Mujer: 2 Estadio I: 2
Estadio II:3
Estadio III: 4
3. El primer paciente reclutado para el EC se asigna al azar a uno de los dos grupos
(experimental o control). A partir de este momento se empieza a contar la puntuación
de cada grupo. Por ejemplo, si el primer paciente es una mujer de 68 años con estadio
III, y ha sido asignada por azar al grupo control, tendremos la siguiente situación:
grupo experimental: 0 puntos / grupo control: 8 puntos.
4. Para asignar al segundo paciente, se cuentan sus puntos y se asigna al grupo que
tenga menos, para tratar de equilibrarlo con el otro. Por ejemplo, si el segundo
paciente es un varón de 60 años y estadio 0, se asignaría al grupo experimental, y
entonces tendríamos: grupo experimental: 3 puntos / grupo control: 8 puntos.
5. Se repite el proceso sucesivamente, asignando al siguiente paciente a aquel grupo
que tenga menos puntos, a fin de igualarlo con el otro. En caso de que haya un
empate a puntos entre ambos grupos, el siguiente paciente es nuevamente asignado
al azar.
6. Al final del proceso de asignación, el objetivo debe ser que la puntuación final de
ambos grupos sea muy parecida entre sí (idealmente, debería ser la misma).
Entonces, la distribución de las tres variables entre los dos grupos será también muy
parecida entre sí.
ENSAYOS DE NO INFERIORIDAD:
La hipótesis que se pretende demostrar en este EC es que el tratamiento experimental no es
peor que el tratamiento estándar (o tratamiento control). Esto puede ser relevante cuando el
tratamiento experimental presente otras ventajas con respecto al control (más barato, más
fácil de administrar, menos efectos adversos, etc.).
En estos ensayos, la hipótesis nula es que el fármaco experimental es inferior al control,
mientras que la hipótesis alternativa es que el fármaco experimental no es inferior (puede ser
igual o incluso mejor).
El principio fundamental de estos EC es definir el llamado margen o límite de no inferioridad,
o valor delta: la máxima diferencia entre los tratamientos que se considerará clínicamente
irrelevante.
El EC dará un resultado significativo (es decir, rechazará la hipótesis nula de inferioridad),
cuando el límite de no inferioridad quede excluido (por debajo) del Intervalo de Confianza de
la diferencia entre ambos tratamientos.
ENSAYOS DE EQUIVALENCIA
Se usan muy poco. Para hacer un ensayo de este tipo, habría que fijar un valor delta por los
dos límites. Para poder demostrar la hipótesis de equivalencia, el intervalo de confianza
debería estar entre los dos. En ese caso, las dos intervenciones serían equivalentes. Para que
el intervalo quede dentro de los dos limites, el intervalo necesario de confianza necesita ser
muy pequeño. Se hacen poco porque requieren un tamaño de muestra muy generoso para
generar un intervalo de confianza muy estrecho.
1
CHUPIESTADÍSTICA: Recuerdo intervalos de confianza:
- Intervalo a dos colas: Confianza en que el verdadero valor está entre dos límites (con una
confianza del 95%.
- Intervalo a una cola: Confianza en que el verdadero valor del parámetro está limitado solo por
un lado.
3.6. EN FUNCIÓN DE LA PREDETERMINACIÓN O NO DEL TAMAÑO MUESTRAL
En función de que se predetermine o no el tamaño de muestra necesario se definen dos tipos
de EC:
ENSAYOS SECUENCIALES:
No se predetermina tamaño de muestra, sino que se van reclutando sujetos, que se van
asignando a los grupos experimental o control. De forma previamente planificada, se van
realizando análisis intermedios (ver más adelante), en función de cuyos resultados se decide
continuar con el reclutamiento de pacientes o detener el EC.
Este tipo de EC se justifica en que, si a priori la ignorancia sobre el efecto de un fármaco puede
ser total, ésta va desapareciendo a medida que el estudio progresa y se obtiene información,
que puede permitir detener el ensayo en cuanto ésta sea suficiente, sin incurrir en un
problema ético (por ejemplo, si un fármaco se demuestra eficaz, conviene parar el EC lo más
rápidamente posible, para no privar al grupo control de este avance).
Los ensayos secuenciales están especialmente indicados cuando tienen un único objetivo, se
prevé que el tamaño muestral final va a ser grande, la duración del ensayo es prolongada (>2
años) y el intervalo entre la asignación del tratamiento y la obtención de la respuesta es
breve.
ENSAYOS NO SECUENCIALES:
Son los ensayos clásicos, los más frecuentes, en los que existe un tamaño de muestra
prefijado. Para calcular el tamaño de muestra de un EC, inicialmente se suele fijar en 0,05 el
error alfa o tipo I aceptable (la probabilidad de rechazar la hipótesis nula -que en un ensayo
de superioridad sería la igualdad de resultados entre los dos grupos-, cuando ésta es cierta), y
en 0,8 la potencia del estudio (1 - error beta o tipo II): la probabilidad de detectar diferencias
entre grupos (cuando estas realmente existen).
A menor error alfa y mayor potencia deseada, mayor debe ser el tamaño muestral. A partir de
aquí, el tamaño muestral requerido depende de dos valores:
- El más importante es la sensibilidad del estudio, o sea, la mínima diferencia entre los
grupos de comparación que interesa detectar y que, a su vez, depende de la relevancia
clínica de los resultados. Así, para predeterminar la sensibilidad del estudio, habría que
determinar cuál es la diferencia más pequeña entre tratamientos que tiene relevancia
clínica (que justificaría decantarse por uno de ellos). Cuanto más pequeña sea la
diferencia que se pretende detectar, mayor debe ser el tamaño de los grupos.
- La frecuencia esperada de aparición del desenlace en el grupo control que se quiere
evitar mediante la intervención: Cuanto mayor sea ésta, menor tamaño muestral será
necesario. Por esta razón, interesa que la población elegible esté formada por sujetos
con una elevada probabilidad de desarrollar el desenlace que se quiere evitar.
El error alfa y la potencia se suelen fijar de antemano, pero casi todo el mundo los fija en los
mismos valores para que sean aceptados, pero lo que sí se puede mover un poco más es la
sensibilidad del estudio y la frecuencia esperada.
Por ejemplo, la siguiente tabla (tomada de: Haynes et al. "Clinical Epidemiology"), muestra
cómo varían los tamaños muestrales requeridos en cada uno de los dos grupos de un EC
(intervención y control), en función de los dos valores anteriores:
RRR
20% 25% 30% 35% 40%
Frecuencia 0,60 270 173 120 88 67
del 0,55 324 205 148 105 79
desenlace 0,50 388 247 170 124 93
esperado 0,45 466 298 203 146 111
en los 0,40 564 356 244 176 133
controles
FASE 1:
Trata de contrastar la seguridad y tolerancia del fármaco, así como estudiar su
farmacocinética y farmacodinamia en seres humanos.
Para ello se administra el fármaco a una muestra de voluntarios sanos (n=30-100), salvo
cuando el riesgo de efectos secundarios sea muy elevado (por ejemplo, quimioterapia en
pacientes con cáncer).
Son estudios abiertos, de corta duración (de 9 a 18 meses).
4.10. INTERVENCIÓN:
A los pacientes se les aplica la intervención programada en cada grupo. Si el grupo control es
de no intervención, se le administrará, si es posible, un placebo. Es fundamental que la
intervención, sea del tipo que sea, se aplique de la forma más estandarizada posible, siguiendo
un protocolo escrito previamente aprobado. El grupo control, si se esta estudiando una
intervención alternativa se le da la mejor intervención disponible hasta la fecha, si no hay
ninguna, se le da un placebo. El placebo es indispensable para el enmascaramiento y para
controlar el efecto placebo (sensación de alivio que no depende de propiedades
farmacológicas de la molécula sino de la sensación psicológica de bienestar por estar siendo
tratado). Con el placebo no se puede medir la magnitud del efecto placebo, sino controlar el
efecto placebo.
Ejemplo: Tenemos un grupo de sujetos, le damos un placebo y vemos que algunos han
mejorado sus síntomas, nos preguntamos qué ha hecho mejorar a estos sujetos, pero no
podemos estar seguros de que toda la mejoría se debe al efecto placebo, puede deberse al
efecto placebo, a otras intervenciones que no pertenecen al estudio pero que hayan hecho los
sujetos, o a la propia mejoría de la enfermedad.
Si tenemos dos grupos y a uno le damos el placebo y a otros el experimental, si observamos que
hay más mejoría en los del fármaco experimental podremos decir que la diferencia en la
mejoría se debe exclusivamente al fármaco experimental y no se debe al efecto placebo ni a
todo lo demás. Lo que comparamos es diferencia en las tasas de mejoría y en este caso
sabemos que se debe a la intervención.
4.11. SEGUIMIENTO:
El seguimiento es la monitorización de todos los participantes durante el período de estudio.
Debe ser uniforme y homogéneo para todos los grupos de comparación. Ha de estar
procotolizado antes de su inicio en los siguientes términos:
- Duración mínima y máxima prevista.
- Número de contactos con los participantes.
- Tipo de contactos.
- Instrumentos de medida.
- Variables que se van a medir en cada contacto.
Una vez concluido el estudio, los investigadores deben representar gráficamente toda la
secuencia de selección de los participantes, desde el inicio del estudio hasta su finalización. Es
lo que se conoce como el flujo de participantes, indispensable en toda publicación de un EC
(ver guía CONSORT).