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El autor de Sumisión, la novela que retrata una Francia con un presidente islamista y que fue publicada mientras se desataba el
atentado contra Charlie Hebdo, es uno de los escritores de mayor repercusión de la actualidad. Estuvo recientemente en la
Argentina y habló sobre sus libros, la crisis de la política, el amor, su visión de las mujeres y la libertad. “La libertad no es hacer lo
que decidimos sino algo que no estaba previsto”, afirmó
“(Donald) Trump es una persona especial”, definió, como al pasar, el escritor francés
Michel Houellebecq durante la entrevista pública que le hizo su colega argentino
Gonzalo Garcés en el Cultural San Martín de Buenos Aires. Fue unas horas después
de que se definieron las elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
Houellebecq, reconocido por sus polémicas declaraciones, había subido unos
minutos antes a un escenario oscuro, donde de fondo lo respaldaba su propia imagen.
Al alcance de sus manos había a su disposición un balde con una botella de vino
blanco y una copa que nunca soltó. Unos metros más abajo, alrededor de mil
personas lo escuchaban expectantes. Su llegada al país fue una revolución en el
ambiente literario. Es que Houellebecq se ha impuesto como uno de los más
destacados literatos del mundo actual a fuerza de libros geniales y con historias
contundentes, de las que no se sale indemne. Prueben con la de los hermanastros
Michel y Bruno de Las partículas elementales. O con Francoise, el protagonista de
Sumisión, la novela que se publicó en las mismas horas en que se produjo el ataque
terrorista a la redacción de Charle Hebdo.
Con un tono monocorde, el autor habló de literatura y también de su país. “Pienso que Francia es el peor país del mundo.
Encontrar un país peor me sorprendería mucho”. Y siguió con la situación social y política, sobre lo que se refirió con marcado
excepticismo: “No creo que Francia esté cerca de una guerra civil. Pero se está acercando. En Francia desde hace unos años hay un
odio grande entre la población y sus gobiernos. Necesitamos dos para que haya guerra. Francia quiere alejarse de Europa”.
Después disparó: “Francia me parece que es un país que se está muriendo. Vemos una fascinación por las cosas más
tradicionales”.
“Lo que más aprecio de la cultura francesa es el idioma. Me parece un gran éxito. Hablé un poco de eso en El mapa y el
territorio”, destacó.
La repercusión de la novela Sumisión fue uno de los temas que Garcés no pasó por alto. Houellebecq le contestó: “No es una
novela contra el Islam. No hay verdaderos musulmanes sino gente que quiere utilizar al Islam para llevar a cabo sus objetivos. Lo
que me gusta del Islam es que tiene un sistema que se puede encontrar en Occidente, que es el de los casamientos arreglados”,
bromeó.
El de la política no fue, de todos modos, el tema sobre el que más conversó. “Es algo de lo que podemos hablar fácilmente. Se
trata de una cuestión que fascina a los periodistas. En mis libros describo destinos individuales pero creo que el amor es más
importante. El verdadero derrumbe en mis libros es el de las relaciones íntimas”. Desde ahí su temática se tornó, si se quiere, más
literaria. Y dijo sobre el amor: “A veces tengo la sensación de que nos vuelve dependientes. No hay amor sin dependencia”. Luego
se refirió a la libertad: “Es divertido burlarse de la libertad. Muchas veces me sentí libre en mi vida. Por ejemplo cuando me fui en
el medio de una prueba de mi curso de Ecología. La libertad no es hacer lo que decidimos sino algo que no estaba previsto”. “A
veces, haciendo novelas, hay momentos de enorme libertad”, ejemplificó.
“Me acusaron de ser misógino, de interesarme bastante por el físico de las mujeres. No sé si es así”, se refirió a sí mismo en otro
momento de la entrevista, tras lo cual se justificó: “Tengo la sensación de que uno no sólo se casa para tener conversaciones
interesantes. También está la bondad, que es lo más importante. Lo sigo pensando”.
“Las novelas funcionan si los lectores perciben a los personajes como creíbles”, opinó antes de hablar, puntualmente, de
Francoise, el protagonista de Sumisión: “Es alguien que no controla mucho. En mis historias suelen ser las mujeres quienes
controlan. Para tomar un caso particular, en Las partículas elementales es Bruno quien toma las iniciativas. Pero es Christiane
quien toma las decisiones. Por ejemplo, cuando además se suicida. Es ella quien decide”.
Antes de irse en medio del estallido de aplausos por parte de quienes lo veneraban como si fuese una estrella de rock, recordó el
papel que juegan para él sus lectores: “Me siento orgulloso de que un lector no pueda dejar mi libro”. Seguramente hace tiempo
sabe que es una estrella.
© LA GACETA
PERFIL
Michel Houellebecq nació en Saint-Pierre, Francia, en 1956. Su verdadero nombre es Michel Thomas. Algunas de sus novelas son
Las partículas elementales, Plataforma, El mapa y el territorio y Sumisión. En nuestro país sus obras son publicadas por la
editorial Anagrama.