Вы находитесь на странице: 1из 145



  
 
  
 
 
   !  
  





     
   
 


 
 
   
     
               

 
      
 
  



 ! 
        
  
  

 "            
  
 

#
 
 


  


 
       
    

   

  
   
  " $      
   
 
 

  
      
   
 
   
        
  
 
 
 
    
              


 
 
    !    
    !   

  
    
   
  
     

      
   
      
 
 
 "

%
&
  '  
 
  

'
 
(!  )
   
  

* 
 # 
+,#  

&
! $!  &
 

  -
  . 
&
  
 
   
$
 #"
!  
"
#
$
%
&    
!

 
'$ 


 
 
  


  


 
 
   !  
 
 
  


  


 
 
   !
 
"
#
$
%
&    
!

 
'$ 

&(  )


*
 +(
,

  
           
                

 
     !  
  
"        #      $  !%
 !      &  $   '     
'    ($     '   # %  %
)   %*   %'   $  ' 
   +  " %    &
 '  !  #     
    $, 
 ( $



 - .
           /   
     
    -    
  
.
      .    ! 
0          1                .
(      -       %            1   
                          /
 -             %      % 
 %      %        %  %     
 -    %            2    
            1  - -
  1% %     2 

3   $$$   

4 5 
5 " 6 5  7
     
"4"  )*83 +)
* !9 !& :!;%::<=<&  %  " 
5 35 - 
> !  

*   &


    ? .
*-./012345436364231748

31    @=A<="4"  )*83 +)


"B   0       &  =A<=
Prisión, Reinserción Social y
Criminalidad en México

Emilio Daniel Cunjama López


David Ordaz Hernández
José Luis Cisneros
(Coordinadores)

 ϭ
 Ϯ
Temario

Introducción ..................................................................................................................... 5

Reinserción social. Inflexiones de lo anormal .............................................................11


David Ordaz Hernández
Emilio Daniel Cunjama López

El trabajo como tratamiento en la prisión .................................................................. 33


José Luis Cisneros

La impunidad como maquinaria de producción


delincuencial (Historias de vida) ................................................................................. 58
Ivonn López Becerra
Raúl René Villamil Uriarte

Crisis de Autoridad y Violencia Social:


Actores políticos y sociales frente a los linchamientos ............................................... 90
Raúl Rodríguez Guillen

México: Postmodernidad, Orden y Exclusión Social .............................................. 121


Pedro José Peñaloza

 ϯ
 ϰ
Introducción

El papel de las instituciones a lo largo de la humanidad ha tenido como principio y función


básica la búsqueda de cohesión y unidad social para contener y evitar, tanto la
desintegración social como el desorden social. No obstante, en fechas recientes la
convivencia planetaria se ha convertido en una especie de lucha de todos contra todos.
Paradójicamente, en esta búsqueda del hombre por establecer una convivencia social
³RUGHQDGD´ KD PRVWUDGR VX LQJHQLR para contener esta desintegración pero también para
promoverla. En este camino el hombre se ha acompañado de una oscura y sinuosa sombra
que muestra la expresión de su naturaleza social que lo ha instalado en prácticas violentas
para mantener el control social, corrompiendo las voluntades y avasallando el interés y
beneficio colectivo. Este proceso es lo que los filósofos posmodernos como Lyotard, Beck
y Bauman, entre otros, han marcado como característica del nuevo ordenamiento
planetario, pues como antesala, el pensamiento crítico de la escuela de Frankfurt, como por
ejemplo las ideas vertidas de Theodor Adorno, acentuó las consecuencias de la racionalidad
moderna.

En nuestro país, el escenario actual de violencia que se vive ha obligado a las diferentes
disciplinas científicas a evocar sus miradas en estudios para describir y explicar los
diferentes escenarios de las violencias concurrentes en él. El espacio carcelario como
institución preventiva-correctiva no podría pasar desapercibido, puesto que en ella recae la
responsabilidad del qué-hacer con los delincuentes, con aquellas personas que no respetan
los mandatos estatales representados en las disposiciones jurídico-penales. Las reflexiones
en torno a la utilidad de las prisiones como elemento disuasivo y corrector de la conducta
desviada se han puesto en grave duda, la continua comisión de delitos y la reincidencia son
fieles testigos de su complejidad, por ello la necesidad de abordar estos temas.

No obstante, la sociedad en general y los especialistas en particular, han exigido del sistema
penitenciario una impecabilidad en su función. Pero, ¿Será esto posible si nuestra sociedad
se encuentra inundada de actos corruptos, violencias y discriminaciones? Pareciera que se
exigen elementos asépticos que no cumple ni la misma sociedad del exterior. De esta

 ϱ
manera, es necesario puntualizar que los espacios carcelarios no son sino la imagen
magnificada de los vicios nauseabundos de nuestra sociedad, un reflejo potencializado del
afuera, es decir, de lo externo a la prisión. Además de esta situación, se le unen malestares
propios de una sociedad del encierro, en la que la contención de los humanos sobreviene en
complejos conflictos por el espacio vital, por la desesperanza del cautiverio y la castración
de lo social.

La reforma de junio de 2008, en la cual se modificó el artículo 18, cambió el concepto de


readaptación social por el de reinserción social, además de ingresar un nuevo actor judicial
en el artículo 21 constitucional, a saber: el juez de ejecución de sentencias. Con estos
cambios, se espera que nuestra realidad penitenciaria sea distinta, no obstante gran parte de
las actuales fallas se han originado desde la operatividad de las prisiones y la aplicación de
la normatividad en la materia, por ejemplo: el artículo 7 de la Ley de Normas Mínimas
Sobre Readaptación Social de Sentenciados menciona que el régimen penitenciario tendrá
carácter progresivo y técnico, y que los estudios de personalidad deberán de ser
actualizados periódicamente. El elemento progresivo se ve reforzado en el artículo 27 del
Manual de Tratamiento de los Internos en Centros Federales de Readaptación Social que a
la letra dice ³los internos sentenciados se les aplicará un tratamiento de carácter progresivo
y técnico que tenga como finalidad la evolución de su comportamiento hasta llegar a su
readaptación social.´'HOPLVPRPRGRHQHODUWtFXORGHOPLVPRordenamiento menciona
TXH³HOárea de criminología es la responsable de realizar el estudio clínico-criminológico o
de personalidad al ingreso de los internos al Centro Federal, el que será actualizado cada
seis meses´ $FWRV TXH QR VRQ YLDEOHV SRU OD GHPDnda, los espacios y el escaso personal
penitenciario capacitado para la aplicación de dichos estudios, si bien al ingreso a prisión se
les aplica el estudio clínico-criminológico, durante su estancia no se vuelve aplicar, salvo a
interés de los trámites correspondientes para la obtención de algún beneficio.

Este tipo de anomalías son las que han impedido, entre otras más, el adecuado
funcionamiento del sistema penitenciario, esto quiere decir que si no se pone atención en la
operatividad y aplicación de la norma vigente, los cambios constitucionales de los artículos
18 y 21 se encuentran destinados al fracaso.

 ϲ
Esta obra tiene por objeto el de generar una radiografía analítica del espacio carcelario,
evidenciar los cambios por hacer de acuerdo al nuevo concepto de reinserción social y
abordar la violencia urbana como una característica sintomática del orden social actual en
nuestro país.

En este tenor, hemos reunido siete reflexiones que tienen como designio abordar los
problemas actuales de la prisión y la criminalidad en nuestro país, el propósito no sólo
aparece como resultado de un simple interés académico, más bien como exigencia de un
interés social que se ha hecho presente en las dos últimas décadas, en tanto que dichos
fenómenos se encuentran íntimamente ligados al tema de la inseguridad, lo que incluso ha
provocado cambios en el interés que el Estado ha mostrado sobre dichos ejes al incluirlos
como uno de los grandes temas nacionales.

Así la pretensión colectiva de estas reflexiones se encuentra articulada al estudio de la


criminalidad, a sus discursos, causas, consecuencia y estrategias de contención. Nos queda
claro que nos enfrentamos a un fenómeno complejo y multidisciplinario que requiere, no
solo del análisis del discurso, sino de un exhaustivo análisis teórico para facilitar una
aproximación constante que nos permita entender las nebulosas manifestaciones del
fenómeno prisión ± criminalidad y abrir espacios reflexivos que den pie a la construcción
de propuestas viables para la administración de las violencias de nuestro país.

El primer artículo titulado Reinserción social. Inflexiones de lo anormal, escrito por David
Ordaz Hernández y Emilio Daniel Cunjama López muestra algunas de las problemáticas a
las que se enfrentará el sistema penitenciario en su adecuación constitucional, es decir, los
cambios que se deberán de hacer bajo el nuevo paradigma de la normalización social, la
reinserción. En este artículo los autores ponen énfasis en las diferencias entre readaptar y
reinsertar y, los retos que habrá que superar respecto a ello, de igual forma, acentúa las
diferentes formas de normalización social por las que ha transitado el discurso de la prisión.

 ϳ
José Luis Cisneros titula su artículo El trabajo como tratamiento en prisión, en el cual
aborda el tema entre mercado laboral y prisión, todo ello bajo un contexto global en la cual
mantiene, desde la óptica del autor, una predominante lógica mercantilista. Bajo este
contexto, Cisneros afirma que la prisión, como institución, debe de ser vista como un
sistema que mantiene relaciones exógenas y endógenas en las que el trabajo juega un papel
importante. Como prueba de ello Cisneros pone de ejemplo la privatización de las
prisiones.

En La cárcel. La impunidad como maquinaria de producción delincuencial (Historias de


vida) Ivonn Beccera y Raúl Villamil muestran la realidad penitenciaria a través de diversos
testimonios, dentro de los cuales se puede observar las formas de convivencia al interior de
la prisión. Como inicio, los autores explican categorías de análisis para el espacio carcelario
tales como heterogestión, o la figura de la Mamá, nombre que se le pone al prisionero que
mantiene un cierto poder dentro de la estancia, el dormitorio y la celda; que organiza los
campos de decisión y privilegios entre los internos, un jefe infrainstitucional que domina y
organiza el territorio. Es así que, bajo una metodología cualitativa, los autores nos muestran
espacios y momentos característicos de la prisión.

Raúl Rodríguez escribe Crisis de autoridad y violencia social. Actores políticos y sociales
frente a los linchamientos, artículo dentro del cual se exponen diferentes argumentos para
explicar el fenómeno de los linchamientos en nuestro país, apuntalando a una
corresponsabilidad entre las autoridades gubernamentales y la sociedad. Con una base
hemerográfica, Raúl Rodríguez narra diferentes episodios de la historia de nuestro país, en
que los linchamiento fueron base para un análisis de diferentes actores sociales, políticos y
académicos.

Por último, Pedro José Peñaloza plantea en su artículo titulado México: Postmodernidad,
orden y exclusión social, desde una visión multisistémica, una reflexión de la situación de
nuestro país ante la posmodernidad, señalando los antecedentes de la crisis de Estado que
padece la sociedad ante las obligaciones del sistema capitalista. Además, realiza un análisis
de la criminología administrativa en México, la cual muestra interés por un sistema penal

 ϴ
que siembra medidas de control más severas, cuando las expectativas de vida de la sociedad
tropiezan con la desigualdad, la exclusión y carencias profundas.

Este libro es pieza fundamental para entender tres temas de gran importancia; la prisión, la
reinserción social y la violencia urbana. De este modo la lectura de estos artículos invitan a
la reflexión y el análisis desde diferentes miradas de la situación actual en nuestro país.
Bajo este esquema, cada autor es responsable del impacto que le pueda causar al lector.

Emilio Daniel Cunjama López,


David Ordaz Hernández
José Luis Cisneros

 ϵ
 ϭϬ
Reinserción social: Inflexiones de lo anormal†
David Ordaz Hernández*
Emilio Daniel Cunjama López**

Introducción
Dentro de la reforma Constitucional de 2008 en materia penal se modificó el artículo 18 y
con ello el sistema carcelario en México dio un giro importante. Así como sucedió en 1900
con la construcción de Lecumberri y posteriormente en la década de los setenta con la
publicación de la Ley de Normas Mínimas sobre Readaptación Social de Sentenciados, el
cambio de concepto de readaptación social por el de reinserción social implica reflexionar
sobre distintos aspectos. Con este cambio, se establece una apuesta diferente sobre la
estructura funcional de las prisiones, una dinámica que se concentra en el individuo y su
interior, una IRUPDGHSHQVDUVREUHODUHODFLyQ³LQGLYLGXRHQHQFLHUUR-sociedad en libertad´

Del mismo modo, se deberá considerar que el sistema penal opera a través de instituciones,
una de ellas es, por supuesto, la prisión. El sistema penal se conduce de manera específica y
directa a través de sus propias funciones, estructuras, actores, etc., pero sus acciones
emprendidas no tienen un interés individual o social, por lo contrario, su finalidad se
relaciona con un proyecto de normalización, de control y dominación, un sirviente del
Estado para mantener su hegemonía. Las instituciones que conforman el sistema penal tales
como, Cortes de justicia, procuradurías, policías y prisiones interpretan en diversa escala
social y con diversa intensidad la intención disciplinadora del sistema sociopolítico y
económico en cada sociedad. En este sentido, Foucault menciona que la disciplina es un
instrumento de poder por el cual se logra controlar en la sociedad no solo la masa social
VLQRKDVWD³ORVSURSLRViWRPRVVRFLDOHV´HVGHcir, los individuos. El poder disciplinario se
ejerce sobre los cuerpos mediante las técnicas de vigilancia, las sanciones normalizadoras y
el control permanente que ejercen las instituciones penales pero también las no penales
como la escuela, la iglesia y el trabajo.

†
Una versión anterior a este artículo se publicó en Iter Criminis, revista de Ciencias Penales N. 17.
Esta nueva versión aporta reflexiones sobre los procesos de normalización y los Derechos Humanos
en Prisión.
*
Criminólogo, Profesor Investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales
**
Sociólogo, Profesor Investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales

 ϭϭ
Así pues, el sistema penal aparece como legitimador de la ideología imperante en la
sociedad, mediante las distintas funciones que posee; legislativa, ejecutiva, judicial y
autónoma y estas entidades sociales por supuesto, adquieren su carácter de institución.
Derivado de esto, bajo un razonamiento primitivo y contractualista, toda persona que se
resista a la disciplina normalizadora del gobierno será considerado como un sujeto
desviado, enemigo de la sociedad, puesto que al violentar el estado de derecho no queda
otra opción que conducirlo al buen camino, al sendero de la obediencia pues sin ser un
VXMHWR ³QRUPDO´ GHEHUi GH HQFDX]DUVH 3DUD HOOR HO Estado ha destinado una institución
específica, la prisión.

Una de las funciones ejecutivas del sistema penal es la Prevención y Readaptación Social,
ahora llamada Reinserción Social, dicha función se concretiza con el Sistema Penitenciario
Mexicano en su conjunto, que da lugar, en lo que nos compete, a abordar un aspecto
fundamental en la vida de los seres humanos en la cárcel, que al mismo tiempo conforma
una paradoja, el respeto a los derechos humanos en el ejercicio de la normalización, es
decir de la reinserción social.

Bajo esta tesitura, cabe la pregunta, ¿la prisión sirve a la justicia, o es otro motivo de
injusticia? Es evidente, que uno de los sectores sociales que con mayor frecuencia es
vulnerado en sus derechos humanos es el de los internos en el Sistema Penitenciario
Mexicano. El control social es la base esencial del quehacer estatal, de este modo la cárcel
se presenta como mecanismo de control y dominación.

En este escrito se pretende reflexionar acerca de la reinserción social como una estrategia
de normalización social, que al mismo tiempo se ejercita violando las mismas reglas que el
estado ha impuesto para su implementación. Para ello, es indispensable discernir sobre lo
normal y lo anormal, la prisión y su estado de derecho.

Lo normal
La historia de las prisiones ha ido aparejada por los cambios estructurales de las sociedades
a las que han servido, de igual manera su razón ha sido producto de la forma en la que se ha
entendido la conducta criminal, la desviación y la diferencia. Por ejemplo, podemos pensar
en las casas de corrección o de trabajo que a mediados del siglo XVI sirvieron a la

 ϭϮ
necesidad especifica de una sociedad en pleno desarrollo industrial1, el espacio carcelario
dejó de ser un medio para la extirpación social de los sujetos desviados y se consolidó
como objetivo de la pena2, de este modo la cárcel pasó de ser un espacio de contención y
aseguramiento de los sujetos desviados como medida de seguridad, a ser un espacio para
compurgar la pena de privación de la libertad desplazando a la tortura y a la muerte como
eje central.

Con el advenimiento de las ideas iluministas se inaugura un proceso de humanización de


las sanciones penales cimentado en las severas críticas de la situación deplorable en la que
los reos vivían las penas y el sometimiento de castigos excesivos, posteriormente la cárcel
se postula como la pena pRU H[FHOHQFLD \D QR OD WRUWXUD \D QR OD PXHUWH ³/D SULVLyQ
significó la oportunidad que la pena de muerte y el destierro mismo no brindaban al reo,
regresar o al menos conservar la esperanza latente de volver al entorno social del que fue
RULJLQDULR´3 Poco después, bajo una visión utilitarista, se crea la concepción de que el
tiempo de encierro puede ser utilizado para corregir la conducta desviada, solo habría que
aplicar ciertas medidas durante el cautiverio; los trabajos forzados en un inicio y después la
aplicación de un tratamiento. Bajo esta enunciativa descripción, es como nace el
tratamiento penitenciario con base en la firme convicción de que el delincuente es un
desadaptado social. La prisión ha atravesado por cuatro funciones; a) la de contención, b) la
privativa de libertad, c) la de trabajo forzoso y d) la de readaptación social; que encierra en
sí una racionalidad que sustenta su objetivo.

La reclusión como espacio de contención se sitúa en plena edad media, la cárcel solo era un
medio, lo TXH LPSRUWDED HQWRQFHV HUD OD H[SLDFLyQ SXHV ODV FRQGXFWDV ³GHVYLDGDV´ R
³DQRUPDOHV´HUDQREVHUYDGDVFRPRRIHQVDD'LRV(VDDVtTXHHOVXMHWRTXHQRFXPSOLHUD
los mandatos divinos se consideraba como un agente del mal que solo por medio del
castigo podría refrendar su conducta, pero si esta fuese muy grave, la muerte era la
VROXFLyQ 3RFR GHVSXpV D ILQDOHV GH OD HGDG PHGLD OD SHQD ³GHMy GH HVWDU FHQWUDGD HQ HO

1
Vid. Rivera Iñaki (coord.) Mitologías y discursos sobre el castigo Historia del presente y posibles
escenarios, Anthropos, España 2004.
2
Báez Oscar Inflación penal, determinismo criminal y segregación, México, Ubijus, 2008.
3
Ibid., p. 33.

 ϭϯ
suplicio como técnica de sufrimiento; [y tomó] como objeto principal la pérdida de un
ELHQ´4, la libertad. Las personas herejes dejaron de ser la preocupación, ahora la protección
social tomó la atención, de este modo las cárceles cumplirían una función específica; la de
segregar a lo sujetos considerados como peligrosos por su anormalidad, es así como nacen
las grandes instituciones totales modernas, tales como: manicomios, asilos, lazaretos, y por
supuesto, las prisiones. Instituciones cimentadas bajo una tecnología de poder más suave
que la tortura pero más intensa y perdurable que ella, la vigilancia disciplinaria.

Con el advenimiento de la revolución industrial los espacios de reclusión se convirtieron


en casas de trabajo, en este periodo las necesidades de la naciente era Industrial alojó una
serie de valores encumbradas en la producción y el aprovechamiento del tiempo. Estos
valores fungieron como soporte de la naciente industrialización y expansión comercial. Las
casas de trabajo y de corrección se constituyeron como grandes espacios de adiestramiento
de vagos y mal-vivientes en la Europa del siglo XVI y XVII, en ellos se disciplinaba a los
sujetos para ajustarlos a la dinámica productiva de los talleres y las fábricas sometiéndolos
a trabajos forzados, de esta forma estos espacios jugaron un doble papel, a saber; disciplinar
para la vida laboral y al mismo tiempo generar capital. Las casas de trabajo tuvieron un
papel importante en tiempos en los que se necesitaba mano de obra gratuita en una sociedad
encaminada al desarrollo industrial. En este periodo el trabajo era visto como un castigo
adicional al de la privación de la libertad, ejercitado con la plena idea de interiorizar en el
sujeto los valores de una nueva sociedad. Es así que esta dinámica se sitúa como la antesala
de la readaptación social que tomará las riendas del discurso penal en los posteriores siglos.

Con la llegada del positivismo criminológico se inaugura una nueva forma de pensar la
criminalidad, ya no será la infracción a la norma lo importante, como había sido
contemplado por la criminología clásica, ahora lo que importaba era conocer porqué el
sujeto trasgredía la norma. La pregunta rectora de los nuevos estudios positivistas en
criminología fue ¿Por qué el hombre delinque? Es así que la atención se centrará en el
hombre delincuente y no en el delito (violación a las leyes) como los ilustrados venían
problematizando.

4
Foucault, Michel, Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. México, Siglo XXI, 2003, p. 23.

 ϭϰ
La escuela de la criminología positivista intentó descubrir los factores que incidían en la
conducta criminal, apuntando a que dicho factores se encontraban en representaciones
innatas en el ser humano, es así que el infractor comienza a ser pensado como un sujeto
SDWROyJLFRXQHQIHUPRTXHQRHVOLEUHSDUDGLVFHUQLUHQWUHHO³ELHQ\HOPDO´HVGHFLUHQ
un anormal. Esta posición se contrapuso con el pensamiento iluminista, pues dejará de lado
su visión crítica y reflexiva en cuanto al libre arbitrio, y pasará a construir una mirada
³FLHQWtILFD´ \ GHWHUPLQDQWH GH OD FRQGXFWD DQWLVRFLDO 5 La infracción normativa ya no es
considerada como una elección sino una predeterminación.

Ante la perspectiva positivista se otorga un nuevo sentido a las prisiones; el de aplicar un


tratamiento normalizador, para que regresen los delincuentes sanos al núcleo social, y de
esta forma, no vuelvan a poner en riesgo a la sociedad. El encierro no era suficiente, pues el
delincuente considerado como un enfermo, debería tener una intervención, un tratamiento
SHQLWHQFLDULR³SDUDHOFXDOGHEHGHSUHVWDUVXDSR\RODPHGLFLQDODSVLTXLDWUtD\ODUHFLpQ
DSDUHFLGDSVLFRORJtD«(OVLVWHPDSHQLWHQFLDULR>VHFRQVWLWX\yFRPR@XQDVXHUWHGHhospital
TXHWHQGUtDODIXQFLyQGHFXUDUDOGHOLQFXHQWHPHGLDQWHXQWUDWDPLHQWRDGHFXDGR´6

Como podemos observar, la razón penal ha transcurrido por diferentes contextos y


reflexiones en torno a cómo se ha considerado la desviación. Es así que tenemos por un
lado al apostata, al sujeto maligno que reniega de los mandatos divinos; al que se le
FRQGHQDXQVXSOLFLRSRUOD³RIHQVDKHFKDD'LRV´ 7. Bajo la visión iluminista el delincuente
es visto como un descarriado social que tiene que ser reeducado bajo el encierro y los
trabajos forzosos, con su contención no ocasionará más perjuicios a la sociedad (prevención
especial) y su pena impuesta servirá de ejemplo para disuadir el delito (prevención general)
a los que haciendo uso de su libre arbitrio, intente dañar OD DUPRQtD VRFLDO ³/D OODPDGD
escuela clásica del derecho penal consideró la pena como un absoluto, como un mal que

5
Vid. Bergalli, Roberto, El pensamiento criminológico, Tomo I, Temis, Colombia, 1983.
6
Rivera., Op. Cit. p. 92.
7
Melossi Dario y Pavarini Massimo, Cárcel y fabrica Los orígenes del sistema penitenciario, 6ed.,
México, Siglo XXI, 2008, p. 20.

 ϭϱ
GHEH GH HOLPLQDU RWUR PDO´8. Finalmente, a finales del siglo XIX el delincuente es
considerado como un enfermo que puede ser identificado fenotípicamente y su estado solo
será corregido mediante la aplicación de un tratamiento penitenciario que lo readapte a la
sociedad, no obstante el dominador común de estas razones epistémicas es la necesidad de
contener las conductas consideradas como anormales para los dueños de la sociedad.

México no escapó a esta evolución penal. En la época prehispánica la prisión, al igual que
en la edad media, sirvió solo como un espacio de contención temporal mientras que se
ejecutaba la sanción penal dispuesta, posteriormente bajo el régimen de las Leyes de las
indias, la cárcel se estipuló como pena. Ya entrados a la etapa independentista, se instituye
en las cárceles el trabajo forzoso como añadidura penal. Finalmente, en 1900 con la
construcción de la penitenciaria de Lecumberri se inaugura una nueva etapa en la historia
de las cárceles en México, para entonces, el tratamiento penitenciario se erigía como una
máxima del sistema penal. De esta manera se adoptó la pena de prisión con fines
readaptatorios9. Es así que bajo este trinomio; finalidad de la pena-historia de la cárcel-
concepción del delincuente, podemos entender la lógica de la readaptación social como un
instrumento de normalización y control social.

Lo anormal
El concepto de readaptación social encierra un razonamiento epistemológico proveniente de
la criminología positivista. Entender al infractor de la norma penal como un ser que sufre
una patología, era natural tratarlo como un enfermo, y como a todo enfermo, debería
aplicársele un tratamiento que curara su enfermedad. Bajo esta lógica, el síntoma
preocupante del enfermo sería su conducta delictiva y en ella habría que incidir, por ello
uno de los pilares fundamentales del tratamiento penitenciario sería la elaboración de un
diagnóstico clínico-criminológico que determinará el grado de peligrosidad del sujeto y en
razón de ello se aplicará un tratamiento progresivo basado en el trabajo, la capacitación
para él mismo y la educación. Pero, ¿por qué tomar como base al trabajo si en tiempos

8
Bergalli, Op. Cit., p.30.
9
Vid. Baez, Op. Cit. y Villanueva Ruth (y otros) México y su sistema penitenciario, México,
INACIPE, 2006.

 ϭϲ
anteriores formaba parte anexa de la penalidad? ¿En qué momento el trabajo forma parte de
un tratamiento para curar y no un mal del que hay que escapar?

6LHQXQVHQWLGRJHQHUDOHQWHQGHPRVDOWUDEDMRFRPR³ODDFWLYLGDGUDFLRQDOHQFDPLQDGDDOD
producción de valores de uso, la asimilación de las materias naturales al servicio de las
necesidades humanas, la condición general del intercambio de materias entre la naturaleza
\HOKRPEUHODFRQGLFLyQQDWXUDOGHODYLGDKXPDQD´ 10, entonces el trabajo como motor de
transformación del entorno y del hombre no puede ser más que un bien de la humanidad.
Entonces ¿Por qué en las casas de trabajo se tomó como castigo adicional?

Por dos razones poderosas. La primera, y más importante, es que el trabajo realizado por
los internos no transformaba ni beneficiaba su condición, por lo contrario solo servía como
labor desgastante e insumo de las necesidades de una sociedad en pleno desarrollo
capitalista, y la segunda; las condiciones de trabajo eran tan deplorables que solo permitía
recuperar las fuerzas productivas para amanecer y comenzar de nuevo. Es así que el trabajo
se convierte en una tortura en beneficio del desarrollo industrial y no un elemento creativo
y productivo del cual el hombre, que ha invertido su fuerza de trabajo, pueda beneficiarse.
3XHV FRPR DSXQWy (QJHOV ³HQ WRGRV ORV PRGRV GH SURGXFFLyQ DQWHULRUHV >DO GHVDUUROOR
FDSLWDOLVWD@VyORVHEXVFDEDHOHIHFWR~WLOGHOWUDEDMR´11.

Con la instauración del nuevo sistema penitenciario, influenciado por el humanismo penal,
se rescatan las bondades del trabajo y se instituye como valor fundamental para la vida en
libertad, pues solo a través de él se podrá construir un sujeto que por su esfuerzo honrado se
gane el pan de cada día. De igual forma la educación se considera como una puerta a la
consciencia moral y colectiva, un proceso reproductivo y normalizador, que despertará en
los prisioneros elementos reflexivos e implantará en el sujeto una conducta adaptada al
medio social, la educación no solo tiene como encomienda; la enseñanza de materias, sino
también, la normalización social.

10
Marx Karl El capital, México, Tomo 1, FCE, 1959, 130.
11
Engels, Friedrich El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, México,
Parcifal, 2002, p.21.

 ϭϳ
En el caso de nuestro país podemos observar que estos elementos aparecen como piedras
angulares del sistema penitenciario, pues bajo el artículo 18 se considera al trabajo, la
capacitación para el mismo, la educación; y ahora, la salud y el deporte como medios para
alcanzar la readaptación-reinserción social. Así mismo, podemos observar que el
tratamiento penitenciario de acuerdo a la Ley de Normas Mínimas Sobre Readaptación
Social de Sentenciados, implica la individualización del tratamiento (LNMSRS: 1971; art.
6) que además será aplicado por el área técnica, considerada ésta como un grupo de
especialistas ad hoc a la labor encomendada que es; la readaptación del sujeto al medio
social. Las profesiones que llevan la batuta en la aplicación del tratamiento penitenciario
son el psicólogo y el criminólogo, este último dedicado a elaborar el diagnóstico clínico
criminológico y estudios de personalidad para identificar el avance y grado de peligrosidad
del delincuente (MTICFRS; 2006: art. 28, 32 y 33.). En la práctica, solo el psicólogo
aparece en esta labor, puesto que, existen pocos criminólogos trabajando en las prisiones.

Como podemos advertir, en nuestro país continúa imperando un paradigma positivista de


entender la criminalidad, en el cual se asume que con la aplicación del tratamiento
SHQLWHQFLDULRHOVXMHWRGHVYLDGRUHFREUDUiVX³QRUPDOLGDG´

Inflexiones
En 1957 se aprobó por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) las Reglas Mínimas
para el Tratamiento de los Reclusos12, postura que llevó a nuestro país a crear y aprobar en
1971 la Ley que Establece las Normas Mínimas sobre Readaptación Social de
Sentenciados13, documento que dio legitimidad al tratamiento de la readaptación social en
nuestro país. Con base en tal normatividad se puso en práctica un sistema progresivo y

12
Dichas Reglas fueron adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención
del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955, y aprobadas por el
Consejo Económico y Social en sus resoluciones 663C (XXIV) de 31 de julio de 1957 y 2076
(LXII) de 13 de mayo de 1977. El espíritu se enmarcaba no en un modelo penitenciario, sino en
establecer principios y reglas para una organización y buen funcionamiento del sistema,
recomendando en todo momento el respeto a los derechos humanos del individuo en su tratamiento.
Este marco penitenciario le da un razonamiento humanista a la prisión, buscando su aplicación
precisa, aunque se considera que la utilidad dependería del país que la aplicara. A fin de cuentas no
llegó a surtir el efecto esperado, la norma no puede controlar la dinámica social de un sistema
penitenciario, solo da garantía y validez de la norma.
13
Ley que se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 19 de mayo de 1971.

 ϭϴ
técnico que miró al trabajo, la capacitación y la educación como principios del tratamiento
readaptatorio14.

En aquel tiempo se consideró que tal propuesta le daría a nuestro sistema penitenciario un
toque de modernidad, no solo con su marco jurídico, sino también en el aspecto
criminológico, pues la reglamentación del tratamiento penitenciario ratificaría los fines de
la prisión basada en la readaptación social. Sin embargo, la cárcel sucumbió a su propia
naturaleza. Las críticas se volcaron al objetivo primordial del sistema: la readaptación
social. Nunca se definió formalmente el concepto, lo que ocasionó una visión errónea del
problema, creer y confiar en tal posibilidad. Se instauró un procedimiento sin conocer
previamente el significado del encierro, por lo contrario, se pensó que la cárcel
ejemplificaba y podría crear individuos acordes a una realidad exterior. Realidad que se
basa en el orden social, característica difícil de definir. De igual forma no se plantearon los
alcances del tratamiento, se guió el sistema por una normatividad complicada en su
aplicación por la propia situación y significado del encierro.

La Ley que Establece las Norma Mínimas Sobre Readaptación Social menciona como
principales postulados de la readaptación social los siguientes:

a) El tratamiento será individualizado.


b) El régimen penitenciario es de carácter progresivo y técnico. Sus etapas mínimas
corresponden al periodo de estudio diagnóstico y de tratamiento. El tratamiento se
fundará en los resultados del estudio de personalidad.
c) Se establece un Consejo Técnico Interdisciplinario, el cual entre sus funciones
destaca: su perfil consultivo en la individualización del tratamiento y la ejecución
de beneficios (Preliberación, remisión parcial, libertad preparatoria, etc.)
d) El trabajo como medio de sustento al interior y para el exterior, con fines de
autosuficiencia y reincorporación social.
e) La capacitación laboral para el trabajo en libertad.

14
Artículo 18 Constitucional

 ϭϵ
f) La educación con perspectiva académica, cívica, social, higiénica, artística, física y
ética.
g) Se establece la necesidad de fomentar las relaciones del interno con el exterior, así
como la visita íntima como un medio para mantener las relaciones maritales.

Los anteriores postulados dieron sustento al sistema penitenciario mexicano, cada Estado
los adoptó como ejes rectores, construyeron así, la dinámica contemporánea de la prisión en
México. Esto edificó la institucionalización de la readaptación social, y la forma de ver al
sentenciado o procesado. Bajo tales premisas se mantuvo una visión segregativa del ser
delincuente, más que una intención de inclusión en la sociedad de donde provenían. La
postura del Consejo Técnico Interdisciplinario se volcó a etiquetar y elevar los prejuicios
sobre el delincuente, dejó a un lado el conocimiento de su propia evolución dentro del
mundo criminal, así como del impacto carcelario que influía en su devenir cotidiano en el
encierro.

Como podemos observar la readaptación social se encuenWUD DSR\DGD HQ ³WUHV HVWUDWHJLDV
fundamentales; el régimen ocupacional, régimen educativo y régimen disciplinario, con
ellos se pretendió modificar las tendencias e inclinaciones antisociales de los internos, así
como propiciar la adquisición de conocimientos que puedan ser de utilidad en su vida
OLEUH´15 De igual manera adquiere una forma peculiar de entender al delincuente, a saber;
un inadaptado social, un ser anormal.

Siendo así, para entender la racionalidad del sistema carcelario, es necesario discutir sobre
la adaptación social, puesto que, contrariamente, muchos de las personas que se encuentran
en prisión se hallan completamente adaptados en su entorno social, en cambio, esta lógica
sugiere que la adaptación social se puede determinar por la no violación de los
ordenamientos jurídicos, y no sobre la base de las normas sociales del grupo al que
pertenece, tal y como lo hace ver la teoría de las subculturas criminales. 16 Bajo esta lógica
podemos observar que el sujeto que viola los ordenamientos penales, y es descubierto por

15
Cisneros, José Luís, ¿Para qué sirven las prisiones? Elaleph.com, Argentina, 2008, p. 258.
16
Vid. Wolfgang Marvin y Franco Ferracutti, La subcultura de la violencia. Hacia una teoría
criminológica, FCE, 1971.

 ϮϬ
el estado punitivo, se considera como desadaptado; lo privan de su libertad y por medio de
un tratamiento el sistema carcelario lo intenta readaptar a la sociedad. Esta readaptación
social se construye con base en un tratamiento penitenciario en el cual la psicología
intentará, paradójicamente, por medio de la aplicación de una terapia ocupacional,
readaptar al sujeto que se encontraba completamente adaptado en su medio social.

El término reinserción social ya no implica desadaptación, sino ahora desintegración social;


no se ve en el delincuente un inadaptado sino un apartado social, un extranjero social, que
no le importa violentar las normas jurídicas bajo su andar. Con el cambio de concepto se
asume que el sujeto que cometa un acto delictivo se aparta de la sociedad, por tanto, no se
encuentra integrado como aquél que si cumple la norma, por ello habrá que insertarlo de
nuevo. La reinserción social tiene dos aspectos diferenciados de la readaptación, a saber: a)
reconoce que la delincuencia es un problema social y no individual, es decir ya no se ve al
delincuente como un enfermo; b) el fin de la prisión cambia radicalmente, ya no intentará
readaptar (curar), sino ahora reinsertar, es decir, regresar al sujeto a la vida en sociedad,
integrarlo a ella. Con esto se asume que con la violación de la norma, el sujeto se aparta de
la moralidad social, y que la prisión tiene la misión de regresarlo a ella; por medio del
trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte, herramientas que
deberán ser otorgadas en los espacios carcelarios. Ya no un sujeto desadaptado que deberá
de ser tratado casi como un enfermo, para mandarlo de regreso a la sociedad una vez
curado.

En la prisión ya no se tendrá que ver un espacio terapéutico, sino un espacio en el cual se


dotará de habilidades, conocimientos y herramientas para que el sujeto que cometió un
delito posea mayores elementos para la vida en sociedad. Con ello se ve en el delincuente a
un sujeto que, carente de herramientas para la vida social, ha cometido un delito. Entonces,
la prisión deberá de entenderse como un espacio de socialización.

/DUHLQVHUFLyQVRFLDOVH³focaliza a superar a la psicología como disciplina privilegiada en


las decisiones penitenciarias, para dar lugar a la sociología y los servicios sociales como la
HVWUXFWXUD MHUiUTXLFD HQ OD QXHYD RUJDQL]DFLyQ SHQLWHQFLDULD« GHMDQGR ORV GHVHRV

 Ϯϭ
pretenciosos de la rehabilitación en el olvido. Lo que se expresa es la necesidad de reforzar
de manera efectiva la reODFLyQ HQWUH VRFLHGDG \ SULVLyQ´17. Con esto queda claro que el
paradigma positivista del entendimiento del crimen, y su tratamiento creado para encausar
DO ³ELHQ´ GHEHUtD GH TXHGDU IXHUD GH QXHVWUR VLVWHPD SHQLWHQFLDULR SXHVWR TXH FRQ HO
cambio de concepto se inaugura una forma distinta de comprender la criminalidad.

Incluir el concepto de reinserción en la Constitución otorga un nuevo sentido a la prisión, y


sobre todo, obliga a mirar de manera distinta la dinámica entre institución carcelaria y
prisionero. En opinión de Mapelli, el principio de reinserción social ³QRVVLW~DIUHQWHDXQ
condenado más real, más concreto; ante un sujeto con muchas carencias, algunas de las
cuales tiene su origen en su propia condición de recluso. El sistema penitenciario no puede
pretender, ni es tampoco su misión hacer buenos a los hombres, pero si puede, en cambio,
tratar de conocer cuáles son aquellas carencias y ofrecerle al condenado unos recursos y
unos servicios de los que se pueda valer para superarlos. En cierta forma se propone que las
terapias resocializadoras y la psicología sean desplazadas por la oferta de los servicios
VRFLDOHV \ OD VRFLRORJtD´18 De esta manera la forma de organización carcelaria en lo que
concierne a su tratamiento debe de cambiar, puesto que, no solo se trata de obedecer una
norma superior, sino de evolucionar en la concepción y trato de los sujetos que han
cometido un delito. Del mismo modo es fundamental construir nuevas relaciones entre
delincuente-Estado, delincuente-sociedad y entre delincuente-familia.

Tenemos que aceptar que la normalización social como fin primordial de la reinserción
VRFLDOVRORVHSRGUi³OOHJDUSRUORVFDPLQRVGHODKXPDQL]DFLyQGHOFDVWLJRPHMRUTXHFRQ
pretensiones rehabilitadoras. La prisión no puede añadir más castigo al condenado que la
SULYDFLyQGHVXOLEHUWDGDPEXODWRULD´19

17
Ordaz, David Sobre la reforma penitenciaria, de la readaptación a la reinserción social, El
INACIPE Opina, [En líneas], marzo 2009 disponible en:
http://www.inacipe.gob.mx/htm/QuienEsQuien/Investigacion/Opiniones/ReformaPenitenciaria.html
18
Una nueva versión de las normas penitenciarias Europeas. Traducción y comentarios de Borja
Mapelli Caffarena, disponible en: http://criminet.ugr.es/recpc
19
Ibid.

 ϮϮ
Esto no quiere decir que esta noción no tenga objeciones, puesto que desde la misma
estrategia de la prisión como forma de castigo, prevención, espacio terapéutico o
educacional ha sido cuestionada por distintos teóricos del control social y del sistema penal
(Christie; Hulsman; Gómez, entre otros). Aquellos críticos del sistema carcelario parten de
una pregunta básica ¿Cómo puede preparase a un sujeto para la vida en libertad privándole
GH VX OLEHUWDG" 2 FRPR OR GLUtD .URSRWNLQ ³la prisión mata en el hombre todas las
FXDOLGDGHVTXHOHKDFHQPiVSURSLRSDUDODYLGDHQVRFLHGDG´ 20

Es así que, dentro del análisis de la readaptación social o de la reinserción social, no


podemos pasar por alto los efectos que la prisión provoca en el sujeto, y delinear si con ello
es posible alcanzar dichos fines. Esto permitirá comprender aquellos aspectos negativos del
encierro, y de este modo, acercarnos a una realidad de la prisión y generar políticas
encaminadas a minimizar los estragos de una institución totalitaria21 mientras que ella sea
el paradigma del castigo en las sociedades actuales. No obstante la resistencia de los sujetos
al cambio social que se pretende en ellos, no se encuentra contrarrestada con los factores
que, precisamente, los llevaron a la transgresión de la norma penal, a saber; la injusticia
social. Puesto que en una sociedad en la que la exclusión social, la falta de oportunidades,
una exigente regulación de la conducta, ideologías implantadas para la obediencia y la
sumisión, dificultad para la acceder a los derechos básicos como vivienda y salud y muchos
otros, son factores que han hecho de los rebeldes de la norma, seres anormales. En lo que
no cabe duda es, que mientras las injusticias sociales no se aminoren, la ilusión de la
reinserción social seguirá imperando, pues dentro de los espacios carcelarios no solo éstas
se reproducen sino que se acentúan.

La cárcel
Diversos estudios han demostrado los efectos perniciosos de la prisión, los cuales rompen
con los presupuestos positivos y alentadores de objetivos difíciles de cumplir. Una de los

20
Kropotkin Piotr, Las prisiones, Difunde la idea, [En Línea], Octubre 2001, Disponible en :
www.cgt.es/biblioteca.html
21
Vid. Goffman, Erving, Los internados, Argentina, Amorrortu, 2001; Baratta, Alessandro,
Criminología crítica y crítica del derecho penal, México, Siglo XXI, 2004; Foucault, Michel,
Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, México, Siglo XXI, 2003.

 Ϯϯ
temas centrales en esta discusión es el llamado impacto carcelario y su consecuencia
denominada prisionalización.

Se piensa que efectivamente la prisión cuenta con las condiciones necesarias para que el
individuo se desarrolle con solvencia y responsabilidad al interior del espacio carcelario.
Entonces, cualquier falta a tal pensamiento se considera una responsabilidad del individuo
y no de la institución. Tal planteamiento se presenta como complejo en el momento en que
se toman en cuenta las diferentes características negativas que se presentan durante la
estancia del individuo en prisión y deberán ser consideradas por el personal penitenciario
para evitar menor daño en el interno. Si tal conocimiento se impulsa, es posible cambiar el
uso de la prisión. Ahora bien, considerar los efectos no garantiza un encierro diferente en su
totalidad, más bien da lugar a un trato que se sustente en los efectos negativos, en la
igualdad de condiciones, en el respeto a los derechos humanos y en el cumplimiento de las
normas establecidas, tema también obligado para el personal penitenciario.

No hay duda, de que la prisión genera un tipo de sociedad con pautas de comportamiento
específico y alejado de la realidad social. Esto se ve influenciado por los propios efectos del
encarcelamiento, los cuales deberán ser atendidos en un futuro, si se piensa en mejorar y
cambiar la práctica en la reincorporación social del individuo.

La prisión como institución total establece una repetición constante de la vida en


cautiverio, monotonía que tiene consecuencias en el comportamiento social. Todo se
encuentra previamente ordenado y manejado de manera rutinaria, se sabe la dirección del
pasillo, se conoce la hora del almuerzo y de la cena, así como en qué momento el custodio
aparecerá por la puerta, se conoce la manera de ser premiado y castigado. Foucault habló de
OD SULVLyQ FRPR XQ OXJDU HQ GRQGH ³HO DLVODPLHQWR GH ORV FRQGHQDGos garantiza que se
puede ejercer sobre ellos, con el máximo de intensidad, un poder que no será contrarrestado
SRU QLQJXQD RWUD LQIOXHQFLD´22 Tales características van conformando una visión del
individuo sobre su propio encierro, sobre su propia cárcel. Si a esto le añadimos los
problemas posteriores, como es la pérdida de relaciones sociales del exterior y situaciones

22
Op. Cit., p. 240.

 Ϯϰ
de desvinculación con la familia, la situación se dificulta para alcanzar el cometido de la
reinserción social.

Todos estos datos deben ser tomados en cuenta si se pretende una efectiva reinserción
social. Término que obliga constitucionalmente a reelaborar los fines de la prisión y las
posteriores consecuencias cuando el individuo obtenga su libertad. Esto por supuesto tiene
un fin, no solamente garantizar el adecuado reingreso a la sociedad del individuo que se
condenó, sino también el de disminuir los efectos de la cárcel traducidos en
comportamientos reincidentes y/o de la pérdida de ejercer un rol social etiquetado.

En nuestro país carecen los estudios sobre la reeducación y desadaptación que produce el
encierro. El análisis de los mismos y sus posibles resultados darían un sustento más acorde
del tratamiento carcelario. Tal como lo menciona García-%RUpV³VHHQWLHQGHSRUSURFHVRGH
desocialización la desaparición de pautas y valores que el sujeto había hecho propios
DQWHULRUPHQWH \ TXH FRQVHFXHQWHPHQWH IRUPDEDQ SDUWH GH VX FRQMXQWR GH UHIHUHQWHV´23,
esto conlleva a un impacto que se traduce en perder modelos del exterior y adoptar los del
interior, y con ello vislumbrar una nueva forma de construir objetivos de mediano y largo
plazo. Objetivos que pocas veces tienen que ver con la dinámica social esperada.

Ahora bien, ¿Qué pasa con aquello sujetos que han adoptado la dinámica carcelaria como
una forma de vida? La respuesta es simple, son aquellos mismo que hacen de la prisión lo
que es, no por ellos sino por la propia institución los ha marcado de esa manera. En prisión
se establece una dinámica de fuerte desconfianza, no solo de la institución sino de sus
propios habitantes, el miedo y las formas violentas por las cuales se relacionan han hecho
de la prisión un esquema jerárquico y desigual en el cual el dinero es un semidiós que
dirige la dinámica al interior, aunque sabemos que no sólo en él.

23
*DUFtD%RUpV³(OLPSDFWRFDUFHODULR´HQ%HUJDOOL5REHUWR FRRUG Sistema penal y problemas
sociales, Valencia, Tirant lo Blanch, 2003, p. 413

 Ϯϱ
Las reglas rotas. Prisión y derechos humanos

Le incorporación del concepto de reinserción social a la Constitución implica cambios


estructurales que obligan a abrogar partes de la normatividad del sistema penitenciario y
construir nuevos ordenamientos que se ajusten al cambio constitucional en los que se
prevean, como apuntamos anteriormente, nuevas estrategias que fortalezcan los vínculos
entre prisioneros y familias, prisioneros y sociedad, prisioneros y Estado. Ya no se trata de
un tratamiento sino de un formación para la vida en sociedad, es decir, normalizar a los
sujetos dotándoles de herramientas socialmente útiles para que se integren a la vida social.
Además, esto implicara elaborar una serie de correcciones y adecuaciones técnicas en la
dinámica carcelaria, pues por lo menos, el sistema deberá de cumplir los derechos
otorgados para la aplicación de las penas como medio de normalización social.

No se puede concebir una reestructura en el ámbito procesal penal sin una revisión de la
situación de la prisión. Cualquier logro procesal no puede ser satisfactorio sin un cambio
radical en el último eslabón: el castigo penal. Tal reestructuración debe encaminarse al
respeto ineludible de los derechos humanos del individuo sujeto a un proceso o sentencia
penal.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reconoce un catálogo de


GHUHFKRV IXQGDPHQWDOHV GH ORV LQWHUQRV DXQDGR DO IHQyPHQR GH OD ³PXOWLSOLFDFLyQ \
HVSHFLILFDFLyQ GH ORV GHUHFKRV KXPDQRV´24 La revisión de los derechos que deben
reconocerse a las personas que se encuentran en situación de encierro y constatan la
necesidad no sólo de su reconocimiento sino la necesidad de protección, toda vez que
resulta inconstitucional la limitación de sus derechos fundamentales con base en una norma
orientada a lograr los fines de la pena.

Así, el castigo es un aspecto de la vida social extremadamente problemático, las formas en


que es asumido nos llevan a reflexionar sobre él, de esta manera se nos induce a analizar las
políticas conforme el marco institucional vigente independientemente de que las
instituciones concentradas en el castigo legitimen mediante discursos las interacciones y

24
Rivera, Iñaki, La devaluación de los derechos fundamentales de los reclusos. La construcción
jurídica de un ciudadano de segunda categoría, Barcelona, Bosch, 1997, p. 4.

 Ϯϲ
prácticas sociales que se desarrollan en el espacio carcelario; abuso de autoridad, violencia
física y psicológica, aislamiento, corrupción, sobrepoblación, falta de asistencia médica, de
higiene, mala alimentación, educación y trabajo inadecuados e insuficientes, entre otras
cosas, y que por su naturaleza ponen en cuestión garantías constitucionales que el mismo
Estado ha cedido.

Por lo anterior, como es señalado por Rivera Beira, es de suma importancia cuestionar la
vigencia de todos los derechos humanos para los ciudadanos que se encuentran privados de
su libertad y que la Constitución reconoce. Es así como las instituciones carcelarias no
pueden observarse como estáticas e incuestionables sobre todo cuando no logran satisfacer
las necesidades de una sociedad, pese a su investidura institucional y a su arraigo histórico
desde el siglo XIX, existe una creciente insatisfacción en relación a los procedimientos
penales modernos, más aún en una sociedad que ha privilegiado la pena privativa de la
OLEHUWDG FRPR IRUPD GH SXQLFLyQ FRQ OD ILQDOLGDG FRPR UHILHUH %HUJDOOL ³GH FRQWHQHU
determinados sujetos que por razones de exclusión no han podido viYLUHQOLEHUWDG´

Observamos así, desde hace ya mucho tiempo, el fracaso del Sistema Penitenciario
Mexicano, como en la mayoría de los sistemas de este tipo, en su objetivo de reinserción,
fundado en la idea de que al someter al interno a tratamiento penitenciario pudiera llevar en
el futuro una vida sin la comisión de delitos o para que por medio de éste disminuyeran los
efectos negativos de la pena privativa de la libertad; propósito que desde su creación le
confirió a las prisiones un objetivo inalcanzable: la normalización de los internos. Otro
aspecto que hay que resaltar es que los argumentos anteriores se contraponen con la
materialización de la pena, principalmente porque la prisión es un mecanismo de
segregación que lacera la dignidad humana.25

A pesar del anterior panorama, este sistema sigue vigente, a la luz de una sociedad que
H[LJH MXVWLFLD SDUD ORV ³GHOLQFXHQWHV´ OD PDWHULDOL]DFLyQ GHO FDVWLJR HV LPSRUWDQWH SDUD
garantizar que, indudablemente se ha hecho justicia. Pero, ¿Las cárceles cumplen esa

25
Rivera, Iñaki, (Coord.), Cárcel y Derechos Humanos. Un enfoque relativo a la defensa de los
derechos fundamentales de los reclusos, Barcelona, Bosch, 1992, p. 11.

 Ϯϳ
función? ¿Es posible acreditar que efectivamente se ha hecho justicia cuando se ve a los
delincuentes tras las rejas, sometidos y humillados ante la autoridad penitenciaria? La
prisión también sirve como una especie de tranquilizador social puesto que al ingresar a
un sujeto a la cárcel se crea la expectativa de justicia, si son efectivamente culpables o no,
eso ya no es problema que le interese a la sociedad, al igual, el futuro de estas personas al
interior de las instituciones carcelarias.

Sin duda, el tema de las cárceles y su objetivo de readaptación al medio social después de
haber aplicado un castigo, la privación de la libertad, es sólo un propósito fallido. Lo
alarmante es que siga imperando un discurso readaptatorio en donde la realidad que se
impone en los espacios carcelarios no se asemeja en nada a un proceso de reformación que
ayude, en un futuro próximo, para la disminución de la delincuencia, o más aun, con un
objetivo de mantener la cohesión de la sociedad que se desenvuelve alrededor de un poder
TXH³UHSUHVHQWD\GHILHQGHVXVLQWHUHVHV´

En ese sentido, la realidad penitenciaria presenta una severa problemática, por lo que es
necesario la adopción de mecanismos que coadyuven a resolver las diversas problemáticas
en las instituciones carcelarias que permitan el real y efectivo disfrute de las garantías
constitucionales; como crear los mecanismos necesarios para que las personas que son
procesadas por delitos no graves, los enfrenten fuera de los centros de reclusión; aplicar las
penas alternativas para los delitos no graves, priorizando la reparación del daño; ejecutar y
eficientar el programa de libertad anticipada para la obtención de los beneficios, cuando así
se amerite; trasladar a la población recluida por delitos del fuero federal a penales de ese
ámbito, la correcta aplicación de la ejecución de penas, conservar las instalaciones de
reclusión dentro de los parámetros reales para asegurar una vida digna a los custodiados y
proponer cambios que vayan de acuerdo a nuestro contexto social, ya que es de gran
relevancia plantear la necesidad de lograr el respeto a los derechos humanos de los internos.

(QXQSDtV FRPR0p[LFRHQGRQGH³LPSHUDXQ (VWDGRGH'HUHFKR´VH GHEH JDUDQWL]DUHO


estricto respeto de los derechos humanos de los internos bajo un derecho penal mínimo y
garantista, ya que el reconocimiento y aplicación de las garantías que establecen las
normatividades internacionales y locales a favor de las personas recluidas en centros

 Ϯϴ
penitenciarios resulta fundamental en la consolidación del Estado de Derecho. De esta
PDQHUD ³VH DGYLHUWH TXH HO WUDWDPLHQWR SHQLWHQFLDULR« >'HEH DGRSWDU@ ORV FDPELRV GHO
texto constitucional y atender lo previsto en los tratados internacionales ratificados por
México bajo ese tenor: 1) Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU), 2)
Reglas Mínimas para el Tratamiento de Reclusos (ONU), 3) Principios Básicos para el
tratamiento de los reclusos (ONU), y 4) Reglas mínimas de las Naciones Unidas sobre las
MedidaVQR3ULYDWLYDVGHOD/LEHUWDG 5HJODVGH7RNLR ´26

Anotaciones finales
Es fundamental apostar por nuevas formas para la resolución de conflictos y por tanto dejar
al Derecho Penal como el último recurso, tomando en cuenta la experiencia histórica de que
ninguna medida represiva funciona para la contención de delitos, es entonces como lo
DILUPDED'LRGRWR³FXDQGRXQLQGLYLGXRRLQGLYLGXRVWLHQHQODFRQYLFFLyQGHUHDOL]DUXQD
conducta aún y aunque esta vaya en contra de los valores de la sociedad, ni la ley más
IXHUWHQLODSHQDPiVGXUDLPSHGLUiODUHDOL]DFLyQGHHVDDFFLyQ´27

El estado actual que guarda la prisión en nuestro país es delicado, en todo el país se
registran datos problemáticos de diversa índole,28 e inclusive se han evidenciado otros
problemas que no se habían vislumbrado, tales como: el control y dirección de grupos
delincuenciales desde el interior de los muros del encierro, la comisión de extorsiones vía
telefónica y la fuga de delincuentes bajo nuevas modalidades, entre otras. No obstante, la
situación se vuelve más compleja con el fortalecimiento del crimen organizado y su interés
del espacio carcelario, no solo por el hecho de que algunos de sus miembros lo habitan,
sino por el control que ejercitan en él. Esto se comprueba con los hechos violentos más
recientes en algunas prisiones del país (Tijuana, el 14 de septiembre de 2008, con resultado
de 21 muertos, el 20 de octubre de 2008 en Reynosa, y en Ciudad Juárez con un resultado

26
Cunjama, E. Daniel, Concepto: Reinserción social, en: Dondé Javier, (coord.) Impacto de la
Reforma Penal en la Jurisprudencia, México, INACIPE, 2010, p.42.
27
Tucídides, Historia de la guerra del Peloponeso, Libro III, cap. IV, V, VI, VII y VIII, Porrúa.
p.p. 128-143.
28
Ibíd.

 Ϯϵ
de 21 muertos)29 en donde parte del origen de los disturbios, es precisamente, la presencia
de individuos pertenecientes a colectivos criminales, aunado a las fallas inherentes a la
institución carcelaria, tales como: corrupción, tráfico de drogas, impunidad, etc.

La reforma del artículo 18 inaugura un nuevo paradigma en la normalización social que


habrá de sostener en la práctica, pues solo de este modo podremos encaminar nuestro
sistema penitenciario a su modernización. A ello se adhiere la creación del juez de
ejecución de sentencias y la mejora de las condiciones carcelarias para que el sistema
penitenciario sea distinto al que conocemos hoy en día. Sin duda las implicaciones de la
reinserción social se dirigen una vez más a la normalización de las personas que no
respetan los ordenamientos jurídicos, de esta manera se genera una lógica binaria en la cual
por un lado se encuentran los respetuosos de la ley y por el otro los anormales que serán
sujetos a un tratamiento penitenciario.

El respeto a los derecho humanos de los sujetos internos en las prisiones y en consecuencia
la mejor de sus condiciones, menguará el castigo desproporcional al que son sometidos y
proveerá de condiciones óptimas para su regreso a la sociedad, sin embargo, no deberá
dejarse de lado quiénes habitan las prisiones, reflexión que nos conduce a pensar sobre la
injusticia de la justicia penal en nuestro país.

29
Vid. Ballino Víctor, existe vacío de autoridad en las cárceles del país: CNDH, La Jornada,
sección Política, viernes 6 de marzo de 2009. [ En línea] Obtenido en:
http://www.jornada.unam.mx/2009/03/06/index.php?section=politica&article=007n1pol

 ϯϬ
Bibliografía
x Báez Oscar Inflación penal, determinismo criminal y segregación, México, Ubijus,
2008.
x Goffman, Erving, Los internados, Argentina, Amorrortu, 2001; Baratta, Alessandro,
Criminología crítica y crítica del derecho penal, México, Siglo XXI, 2004.
x Bergalli Roberto (coord.) Sistema penal y problemas sociales, España, Tirant Lo
Blanch, 2003.
x Foucault Michel Vigilar y castigar, Argentina, Siglo XXI, 2002.
x Giddens, Anthony (y otros) Las consecuencias perversas de la modernidad, 2ed.,
España, Anthropos, 2007.
x Bergalli, Roberto, El pensamiento criminológico, Tomo I, Temis, Colombia, 1983.
x Melossi Dario y Pavarini Massimo Cárcel y fabrica Los orígenes del sistema
penitenciario, 6ed., México, Siglo XXI, 2008.
x Rivera Iñaki (coord.) Mitologías y discursos sobre el castigo Historia del presente y
posibles escenarios, Anthropos, España 2004.
x Villanueva Ruth (y otros) México y su sistema penitenciario, México, INACIPE,
2006.
x Engels, Friedrich El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre,
México, Parcifal, 2002.
x Marx Karl El capital, México, Tomo 1, FCE, 1959.
x MuxR]&RQGH)UDQFLVFR³'HUHFKR3HQDOGHO(QHPLJR´Conferencias Magistrales,
Instituto Nacional de Ciencias Penales, México, 2003.
x Kropotkin Piotr Las prisiones, Difunde la idea, [En Línea], Octubre 2001,
Disponible en : www.cgt.es/biblioteca.html
x Ordaz, David, Sobre la reforma penitenciaria, de la readaptación a la reinserción
social, El INACIPE Opina, [En líneas], marzo 2009 disponible en:
http://www.inacipe.gob.mx/htm/QuienEsQuien/Investigacion/Opiniones/ReformaPe
nitenciaria.html
x Mapelli Borja, Una nueva versión de las normas penitenciarias europeas en:
Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología, [En línea], 2006, núm. 08,
disponible en: http://criminet.ugr.es/

 ϯϭ
x Ballino Víctor, existe vacío de autoridad en las cárceles del país: CNDH, La
Jornada, sección Política, viernes 6 de marzo de 2009. [ En línea] disponible en:
http://www.jornada.unam.mx/2009/03/06/index.php?section=politica&article=007n
1pol
x Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Informe especial sobre la
situación de los centros de reclusión en el Distrito Federal, 2005, CDHDF, 2005,
disponible en:
http://directorio.cdhdf.org.mx/libros/diagnostico_reclusorios/Interiores.pdf
x Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Segundo informe especial sobre el
ejercicio efectivo del derecho fundamental a la seguridad pública en nuestro país,
CNDH, 2008, disponible en:
http://www.cndh.org.mx/lacndh/informes/espec/2infSegPublica08/2informeSegurid
ad08.htm
x Rivera Iñaki (coord.) Mitologías y discursos sobre el castigo Historia del presente y
posibles escenarios, Anthropos, España 2004.
x Cisneros, José Luís, ¿Para qué sirven las prisiones? Elaleph.com, Argentina, 2008.
x Wolfgang Marvin y Franco Ferracutti, La subcultura de la violencia. Hacia una
teoría criminológica, FCE, 1971.
x Tucídides, Historia de la guerra del Peloponeso, Libro III, cap. IV, V, VI, VII y
VIII, Porrúa.
x Dondé Javier, (coord.) Impacto de la Reforma Penal en la Jurisprudencia, México,
INACIPE, 2010.

 ϯϮ
El trabajo como tratamiento en la prisión

José Luís Cisneros*

Introducción
La relación existente entre prisión y mercado de trabajo, entre interacción y adiestramiento,
no puede ponerse en duda al lado de la lógica económica existente, sin dejar de pensar en
sus coberturas ideológicas o justificaciones morales. Conviene también considerar otros
componentes ciertamente contradictorios y no menos racionales de un amplio abanico de
motivaciones claramente mistificadoras que van desde las exigencias de la defensa social,
hasta el mito de la recuperación y reeducación del delincuente; desde el castigo punitivo,
hasta los modelos utópicos de un microcosmo perfecto y disciplinario.30

La prisión como sistema se compone de diferentes elementos que debieran lograr mantener
entre sí un nivel de comunicación y de cooperación, que permiten llevar a cabo objetivos
comunes y propios de cada elemento agregador, de éste gran sistema de la sociedad. En
este sentido tanto las mujeres como los hombres no juegan un papel pasivo, por el contrario
se convierten en actores de éste gran sistema.

Desde esta perspectiva la prisión, como lo afirma Melossi, tiene que ser vista como un
sistema que establece una interacción compleja e intensa con su ambiente interno y externo,
dicha comunicación afecta a todo el conjunto de actores que la integran. Inconsecuencia, la
prisión es una estructura en intercambio con su entorno, tanto desde una perspectiva
histórica como sincrónica. Estructura que debería brindar a los internos, un tratamiento para
la readaptación social basado; primero en el área educativa y de formación profesional; en
segundo lugar, en actividades ocupacionales y deportivas; y en tercer lugar, en un trabajo

*
Profesor Investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Xochimilco, DCSyH.

Melossi, Darío. Cárcel y fábrica. Los orígenes del sistema penitenciario. (Siglos XVI a XIX).
Siglo XXI, México, 1985, p.10.

 ϯϯ
remunerado el cual debería en términos formales, permitir a los internos obtener una
ganancia acorde al trabajo desempeñado.

En este sentido, el trabajo para la readaptación social (ahora llamada reinserción) 31 de


sentenciados no es un tema novedoso, por el contrario es un problema que se viene
discutiendo desde 1955 en foros de las Naciones Unidas, particularmente desde el Primer
Congreso sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente. En esta reunión, se
especificó que el tratamiento tiene como propósito preparar al delincuente para la vida
normal en sociedad, y debía comprender todos aquellos elementos apropiados para la
reeducación y readaptación.

Sin embargo, la relación trabajo prisión, se encuentra condicionada tanto por el incremento
constante de la población penitenciaria, como por las condiciones de vida en la prisión y
por la introducción de nuevos y sofisticados equipos para la producción y su consabido
efecto en la división internacional del trabajo, que en conjunto crean más un efecto
simbólico que real del proceso de readaptación social. Este eslabonamiento entre las formas
de control y el tipo de economía son digámoslo así, aspectos que facilitan entender los
problemas de la prisión.

La condición del trabajo en la prisión


Las condiciones del trabajo en reclusión, se encuentran relacionadas de manera directa a las
condiciones generales del mercado laboral en general, regulada ésta, por principios
contenidos en las reglas mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los
Reclusos. Estas reglas se constituyen en el principio básico para la organización, las
condiciones, el derecho y las obligaciones para el tratamiento, reinserción o readaptación
del interno, las cuales se encuentran expresadas en el artículo 18 de nuestra Constitución,
así como en la Ley de Ejecuciones de Penas Privativas y Restrictivas de la Libertad del

31
Recientemente se reformó el artículo 18 constitucional en el cual se cambio el concepto de
readaptación social por el de reinserción social, cambio que obliga a las leyes secundarias en la
materia a ajustarse en este tenor, no obstante dicha adecuación, hasta el momento, no se ha
elaborado, por ello para efectos de este artículo seguiré utilizando el concepto de readaptación
social sin que ello implique la indiferencia del impacto que dicho cambio que tienen en el ámbito
penitenciario.

 ϯϰ
Estado (LEPPRLE) y en el Reglamento de los Centros Preventivos y de Readaptación
Social. En dichos ordenamientos, se considera al trabajo penitenciario como la base para
que los internos alcancen la readaptación social.

Particularmente, la ley (LEPPRLE) establece (artículo 4) que todo tratamiento en el marco


de los Derechos Humanos, debe tener como principio la readaptación social de los internos,
y como base (artículo 44) el trabajo, la capacitación para él mismo y la educación.

Dicha tarea, recae normativamente (artículo 50) en el área de la industria penitenciaria,


quien es la que organiza y administra el trabajo en los internos, procurando dar prioridad al
tratamiento readaptatorio. Esta misma área, (artículo 57) es también la responsable de la
oportuna remuneración de los internos y de la distribución de sus ingresos, así como de
llevar el control de los días laborados por el interno para los efectos (artículo 100) de la
aplicación del beneficio de la remisión parcial de la pena.

No obstante lo establecido por la ley, la participación del sentenciado en la dimensión del


trabajo no se presenta de manera uniforme, debido a la existencia y concentración
predominante de unas actividades sobre otras, al igual que unos centros sobre otros. Por
ejemplo, tal sería el caso de Almoloya de Juárez, Ecatepec, Texcoco, Tlalnepantla y
Nezahualcóyotl Bordo, donde la industria penitenciaria mantiene de manera constante
talleres de costura, carpintería y herrería, en los cuales se producen artículos como pants,
chamarras, uniformes escolares y vestuario en general; mobiliario escolar, muebles
rústicos, parcket de pisos y herrería en general. Lo característico de estos centros, es que
poseen en común tres características; 1) Fueron creados de manera expresa para su
funcionamiento. 2) Son los que más población concentran. 3) Se encuentra ubicados en
zonas urbanas e industriales.

Observemos como estas características, entre la relación prisión y trabajo productivo


guarda una estrecha correspondencia cuantitativa y temporalmente limitada, por lo cual más
que hablar de prisión como un centro de readaptación basado en el trabajo, se debe hablar

 ϯϱ
de la prisión como productora de hombres en el sentido de la transformación del criminal
rebelde, en un sujeto disciplinado y adiestrado para las exigencias del mercado laboral.32

Otro aspecto relacionado a los problemas del trabajo en la prisión, es lo contradictorio de lo


expresado normativamente y la práctica de la prisión misma. Por ejemplo, en la regla
número 28 de las Normas Mínimas para el Tratamiento de Reclusos de las Naciones Unidas
la cual a su vez hace alusión al artículo 3º de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, se estipula que el régimen penitenciario deberá emplear métodos de tratamiento
conforme a las necesidades individuales de los delincuentes, recurriendo a cualquier medio
curativo, educativo, moral, espiritual, de capacitación para el trabajo o de cualquier otra
naturaleza del que se pueda disponer a fin de poder lograr la incorporación del delincuente
a la sociedad.

Por su parte, la regla número 92 de las Normas Mínimas, menciona que en la práctica se
deberá procurar una vinculación entre el trabajo de la prisión y la capacitación, procurando
otorgar a los trabajadores un certificado de habilidad, o en su defecto, crear un marco de
experiencia previa en un determinado trabajo, a fin de que el interno a su egreso pueda
incorporarse de manera productiva a la sociedad. Para ello se deberá organizar y vigilar que
los métodos de trabajo se asemejen lo más posible a los que se aplican en un trabajo similar
fuera de la prisión.

Sin embargo, en la práctica el sistema de trabajo empleado como tratamiento para los
internos, sigue las tendencias del comportamiento de desarrollo económico de los países en
los que se aplican, lo que ha facilitado algunas experiencias en las que el trabajo como
medida de readaptación, logró importantes adecuaciones para la formación y capacitación
de la mano de obra, permitiendo así una estrecha vinculación entre el trabajo de la prisión y
el trabajo fuera de la prisión, en términos de producción, competencia, rentabilidad y
eficacia. 33

32
Ibid., p. 13.
33
Los ejemplos típicos, son las prisiones de países como Estados Unidos de América, Alemania e
Inglaterra. En estas prisiones existen programas de capacitación tecnológica, a los cuales son

 ϯϲ
Dicha vinculación entre el trabajo dentro y fuera de prisión, no solo es la expresión de
adecuaciones exitosas, por el contrario tras ellas subyace la configuración de una nueva
dimensión de castigo, facilitada en parte por las reformas de un cuerpo normativo que
permitió el mantenimiento de un equilibrio en el crecimiento de población penitenciaria.

Este equilibrio en la demografía carcelaria, obedece en parte al endurecimiento de las penas


privativas, cuya expresión de ablandamiento se reflejó con la puesta en marcha de medidas
alternativas a la prisión, las cuales se basan en la suspensión de la sentencia con el
beneficio de una multa, pero en caso de reincidencia el tiempo de condena se duplicaría sin
posibilidad de una libertad condicional.

Esta nueva organización del castigo, aparece ligada a una estrecha relación de control, de
una población creciente de jóvenes cuya situación de escolaridad y trabajo es precaria, lo
que posibilita una reserva de mano de obra no calificada y poco exigente que es de utilidad
para el desarrollo del sector de servicios, así como a las nuevas formas de organización de
la producción que aprovecha en gran medida la precariedad y la movilidad de este grupo de
población. Esta reconfiguración del castigo, ha permitido ejercer una presión penal no sobre
ODV FODVHV ³SHOLJURVDV´ VWULcto sensu, sino sobre los elementos marginales del mercado
laboral, en particular los jóvenes y los migrantes, a los que no se les ofrece como
perspectiva otra cosa más que la inserción a un mercado de empleos precarios, o bien la
sanción carcelaria.34

Otro aspecto de estas prisiones, en las cuales se han diseñado proyectos de capacitación y
adiestramiento en áreas de alta calificación para el trabajo, logrando con ello diluir
parcialmente la carga financiera canalizada a la manutención de las prisiones, radica en que
este proceso de adiestramiento de la mano de obra, es no solamente la respuesta justa y
humanitaria del Estado en la prisión, sino como hemos mencionado es el resultado de una

insertados obligatoriamente los internos, con la finalidad de otorgarles un nivel de calificación


adecuado a las necesidades del desarrollo tecnológico que el mercado laboral exige en su sociedad.
34
Wacquant, Loïc Cárceles de la Miseria, Manantial, Buenos Aires, 2000, p. p. 104-115.35 El
peligro de la privatización de las prisiones no reside en lo inhumano de los tratos que caracterizó a
sus antecesoras en el siglo XIX, las Bridwells y woekhouses de Inglaterra, o las Rasphuis de
Ámsterdam, sino en los incentivos económicos añadidos que recompensan la crueldad.

 ϯϳ
reconfiguración del castigo, que ha dado como consecuencia la privatización de las
prisiones, mediante un proceso de concesiones para su manutención, explotación,
capacitación y contratación de los internos, bajo un programa de flexibilización para el
trabajo carcelario. De ahí, que no sea extraño que muchos de estos modelos de adecuación
del trabajo a la prisión, han padecido severas críticas y paradójicamente se han convertido
en un modelo a seguir. 35

Por ejemplo, solo para precisar la importancia y magnitud de esta nueva lógica de castigo,
basta con precisar que la primera prisión privada fue fundada en 1983, bajo la
administración Reagan, y con el apoyo del grupo de inversionistas de Kentucky Fried
Chicken en los Estados Unidos. Esta empresa, la Corrections Corporation of American,
CCA, es la que más prisiones privadas tiene concesionadas en todo el mundo y sus
ganancias ascienden a unos 14.000 dólares por día, lo que la ubica como una de las cinco
empresas más exitosas de la Bolsa de valores de Nueva York, ello implica que el valor de
sus acciones se ha incrementado de un capital inicial de 50 millones de dólares a 3.5
billones en los últimos tres años. La CCA, es considerada en la actualidad con el sexto
sistema de prisiones más importante de EUA y opera mediante filiales en países como
Reino Unido, Australia, Puerto Rico, Canadá y Francia.36

El propósito de este gran negocio, se basa en un principio comercial aparentemente simple:


las empresas privadas pueden construir y gestionar las prisiones a precios más bajos que el
gobierno y el secreto radica en que el sector privado no se encuentra sujeto a las ataduras
burocráticas e ineficaces procedimientos que hace despilfarrar el dinero de la hacienda
pública, como serían el caso de las licitaciones ofertadas por el Estado. Así, tarde o
temprano, la sociedad en general se dará cuenta que el gobierno por más que intente, nada
podrá hacer bien debido al exceso burocrático, los escasos recursos económicos y la
interferencia política de diversos grupos, por tal razón, este es el momento en el que ha de
venderse esta idea, igual que se venden coches, bienes inmuebles o hamburguesas, según lo

35
El peligro de la privatización de las prisiones no reside en lo inhumano de los tratos que
caracterizó a sus antecesoras en el siglo XIX, las Bridwells y woekhouses de Inglaterra, o las
Rasphuis de Ámsterdam, sino en los incentivos económicos añadidos que recompensan la crueldad.
36
Ibid., p.p. 20 y 21.

 ϯϴ
declaro Thomas Beasley, cofundador de la CCA37 y antiguo presidente del Partido
Republicano de Tennessee.38

En este sentido con la puesta en marcha de este programa de privatización, se puso en


marcha una nueva lógica del castigo adecuada a las necesidades y exigencias económicas y
políticas de la globalización, comandada por el capitalismo americano, bajo la coartada del
ahorro del gasto público. 39

Como se puede apreciar, esta nueva lógica del castigo se monta sobre la vieja idea del
trabajo en el siglo XIX, que estaba dirigido a doblegar la resistencia de la fuerza de trabajo,
al aceptar las condiciones que permitan el máximo grado de extracción del plusvalor.40
Bajo esta idea, el delincuente es considerado como un trabajador cautivo y potencialmente
productivo, cuya extracción de plusvalía se encuentra respaldada por el Estado mismo, sin
embargo en países como el nuestro, el delincuente en su mayoría es un sujeto cuyo perfil
característico, a pesar de no ser tan diferente al de estos países, posee características propias
tales como; escaso nivel de calificación escolar, desempleo constante, desintegración
familiar, migración del campo a la ciudad, producto de las escasas expectativas que poseen
en sus lugares de origen, así como por el espejismo del progreso que traen consigo las
grandes ciudades.

37
La influencia política de este grupo de inversionistas no solo se extiende a las filas del partido
Republicano, bajo el mandato de George Bush, padre. En las filas del partido Demócrata, también
cuentan con el apoyo de prominentes miembros del partido.
38
Idem.
39
Por fortuna existen muchas voces en todo el mundo, que muestran su rechazo a la perspectiva de
comerciar con seres humanos, como si fueran meros lotes de carne. Con la privatización del sistema
penitenciario, el gobierno, en resumidas cuentas, saca a subasta a los reclusos - la mayoría jóvenes
excluidos por las condiciones económicas de la sociedad - dejándolos a merced del mejor postor.
Las voces críticas, de los defensores de los Derechos Humanos, mantienen que la justicia no puede
ponerse a la venta a ningún precio. El meollo de la cuestión es moral, pues no podemos permitir que
los intereses privados administren nuestro sistema de justicia. No se trata de la privatización del
servicio postal o de la gestión de desechos para proveer servicios a la comunidad. La pérdida es más
significativa y sino levantamos la voz, no nos extrañe que mañana, al ver el uniforme de un
funcionario de prisiones, o el de un interno uno se encuentre con un logro que en lugar de decir
³$GPLQLVWUDFLyQ )HGHUDO GH 3ULVLRQHV´ R ³'HSDUWDPHQWR GH 3HQLWHQFLDUtDV GHO (VWDGR GLJD
³(PSUHVD 3HQLWHQFLDULD $FPH´ (Eric Bates. Private Prisons. Septiembre del 2000. The Nation
Magazine)
40
Melossi, Op. Cit., p.33.

 ϯϵ
Tales características, presuponen un problema de central importancia en nuestras prisiones,
problemas que no son de orden interno, sino el reflejo de un desajuste en las grandes
estructuras de la sociedad, para resolver este tipo de problemas que son cruciales para el
desarrollo y mantenimiento de toda sociedad : Primero, se debe dotar de una formación
escolar básica al interno, el segundo optar por una capacitación adecuada y finalmente
enfrentarse a problemas de financiamiento y desfase estructural debido a las condiciones
por las que atraviesa nuestra sociedad.

En este sentido, los principios y ordenamientos diseñados para regular el trabajo en la


prisión quedan distantes de la realidad carcelaria, pues lo que se plantea tras de sí, como la
cara opuesta de una misma moneda, sería entonces el problema de la descalificación, la
cual está presente en todas y cada una de las actividades propuestas por estos
ordenamientos, de hecho es tal el nivel de sub-valoración de su fuerza de trabajo y las
actividades poco calificas que realizan que las remuneraciones de estos trabajadores llegan
a estar muy por debajo de la condición del mercado laboral de nuestra sociedad.

Desde luego, en términos de aspiración ideal, la formación para el trabajo y la ocupación


laboral técnica y profesional en la prisión, debería convertirse en un instrumento para la
formación de habilidades y conocimientos prácticos, los cuales pudieran servir tanto al
desarrollo de quienes se encuentran en prisión, como al desarrollo de sus propios familiares
y de la sociedad en su conjunto. Con ello se lograría que los internos no se alejaran del
ritmo del mercado laboral, el cual es fuertemente competitivo en nuestros días.

Sin embargo, dadas las condiciones en las que se encuentra lo único que se logra es que
estos sujetos sean expulsados del mismo mercado, pues al ingreso, los internos poseían un
determinado conocimiento y habilidades que les permitía sortear las exigencias de este
mercado laboral, no obstante que ellos no desarrollaran actividades alta o medianamente
calificadas. A su egreso, estos se encuentran descontextualizados y retrasados en cuanto a
los ajuste del propio mercado y con muy pocas posibilidad en el desarrollo de las
habilidades que poseían si es que se desempeñaban en un trabajo formal.

 ϰϬ
Esta situación proviene del papel atribuido al trabajo para la readaptación social, el cual es
contemplado de manera secundaria, es digámoslo así una actividad complementaria en la
que el trabajo no es considerado como productor de divisas ni como instrumento de terapia.
Además habría que agregar, que no existe una infraestructura adecuada que permita
capacitar al interno en tareas complejas y de competencia con el mercado laboral externo,
así como el gasto que el Estado canaliza para la manutención de cada uno de estos internos.

Otro aspecto a tomar en cuenta, es el referente al estado civil de los internos, a la


distribución de edades y a las condiciones generales de ocupación en el sector formal e
informal que muchos de estos tenían antes de ingresar a prisión, lo cual son aspectos que no
se tornan independientes a las condiciones sociales de nuestra sociedad. Así como la
articulación de la segmentación del mercado laboral a las variables económicas y
socioculturales de nuestra sociedad. En conjunto, estas situaciones propician un
distanciamiento de las condiciones objetivas del trabajo en la prisión.

En este sentido, resulta falso tratar de establecer una correspondencia entre trabajo como
medio de capacitación y adiestramiento para la incorporación del sujeto a la sociedad y su
actitud socializadora por una parte, y el trabajo como una actitud terapéutica marcada como
una forma de control y castigo por la otra, sobre todo porque desde el surgimiento mismo
de la prisión ambas actitudes se han mantenido en una conexión de evidente carácter
punitivo, sin embargo las condiciones materiales de la vida en prisión; condiciones
higiénicas, posibilidades de comunicación y solidaridad entre los internos y alimentación,
cambian según se encuentre organizada la prisión en torno a ésta hipótesis de trabajo
productivo o no, y esto por la sencilla razón de que para la administración de la prisión se
presenta la doble necesidad de una explotación organizada, de la manera más racional
posible y de la reproducción diaria de la fuerza de trabajo, que va más allá de la mera
subsistencia física, determinando una situación en la cual la vida del interno es siempre
inferior al nivel más bajo que puede tener un trabajador libre, pero superior a la del
desocupado.41

41
Ibid., p. 77.

 ϰϭ
El mundo del trabajo en la prisión
El trabajo en la prisión se encuentra ligado a factores diferentes entre sí; La globalización
del trabajo y la división social técnica, los cuales propician no solo la condición actual del
interno, sino la expulsión del campo a la ciudad y junto con ello, la formación de grandes
centros urbanos, los cuales son aspectos que han dado como consecuencia la concentración
y el abaratamiento de la mano de obra.

Estos factores se encuentran ligados al diseño de políticas públicas para la prevención y


sanción de la delincuencia, todas éstas atravesadas por las condiciones culturales, políticas
y económicas que cuestionan el programa diseñado para la readaptación social y su impacto
en el abatimiento de la delincuencia. Sin embargo, el fin último de la prisión y la imagen de
la falta de medidas acordes para el logro de la prevención de la delincuencia, así como el
incremento constante de la violencia y la configuración de redes cada vez más sofisticadas
del crimen organizado, ponen en entredicho el éxito de la operación del modelo punitivo
plasmado por la reglamentación jurídica y los preceptos constitucionales.

Dicha reglamentación, posee una serie de consideraciones específicas marcadas para el


ámbito laboral en las prisiones, sin embargo el reconocimiento legal de operación del
mundo del trabajo en la prisión se encuentra marcado por profundas desigualdades que
obstaculizan lo expresado por la ley.

Se trata de condiciones propias que aluden a la vida cotidiana de la prisión y que ponen de
manifiesto las condiciones laborales y la formalización de la potestad punitiva expresada en
el concepto de trabajo, el cual representa la necesaria ligazón entre el contenido de la
institución y su forma legal. Se trata pues, de una relación de cálculo, el cual se vuelve la
medida de la pena en términos de valor trabajo, en unidades de tiempo, que hace posible el
castigo, en cuanto el castigo mismo se ha llenado de este significado, o bien cuando se
trabaja o se adiestra para el trabajo, aun cuando en la prisión no se trabaje, el tiempo
medido, regulado o suelto continua operando como uno de los grandes implementos de

 ϰϮ
innovación y de control del castigo, el cual no solo es privativo de la prisión, pues también
tiende a operar en otras instituciones como la escuela.42

En este sentido, lo que subyace tras el sentido propio del trabajo en la prisión, es la idea de
castigo y no la visión de una falta de propuestas para la reglamentación de las condiciones
de un trabajo utilitario o terapéutico, más bien lo que falta es interés y decisión política para
hacer ejercer y aplicar condiciones de existencia digna.

Así, las características propias del modelo de organización, contradicciones y principales


problemas al interior del proceso de trabajo, como tratamiento, se encuentra basado en tres
aspectos de orden general, los cuales se expresan a continuación.

Capacitación para el interno; que tiene como objetivo proveer de habilidades laborales y el
manejo adecuado de herramientas. Para ello se imparten cursos de Valores y Aptitudes de
Electricidad, plomería, conservas, refrigeración, corte de pelo, trazo de patrones y
panadería.

Beneficios; los cuales son contemplados como metas, jornadas de trabajo con medidas de
seguridad e higiene, disciplina, honradez, responsabilidad, dedicación y disponibilidad, con
el propósito de obtener un apoyo económico para la familia del interno y adquirir los
hábitos de trabajo como es la puntualidad, formalidad, obediencia, cumplimiento del deber
y calidad laboral.

Actividades; se desarrollan en base a las necesidades de los internos y las posibilidades


laborales de los CPRS. (DGPRS.2001)

42
Ibid., p. 83.

 ϰϯ
Cuadro9. Desarrollo del tratamiento laboral

Etapas del Tratamiento Laboral e Industria Penitenciaria.


Etapas de la
Normas Valores Conocimientos Hábitos Habilidades
fases
Asistencia a
Apoyo económico a la Para aprender
cursos de
familia. oficios.
Procesados El trabajo capacitación. Laboriosidad
El trabajo como Manejo de
Aprender
solución al ocio. herramientas.
haciendo.
Jornadas de Trabajo.
Medidas de seguridad
Responsabilidad. Cursos de
para el trabajo Puntualidad. Actividades
Sentenciados Honradez. adiestramiento.
Disciplina en el Formalidad. manuales.
1 Etapa Compañerismo. Seguridad e
trabajo. Solidaridad. Destreza.
Amor al trabajo. Higiene.
Control de días
laborados.
Cursos de
Respeto para con los capacitación.
Medidas de Amabilidad. Para el
demás. Creatividad
Seguridad. Higiene. adecuado
2 Etapa Dedicación. laboral.
Cuidar el buen estado Obediencia. manejo de
Esfuerzo. Manejo de
de la maquinaria, Cumplimiento instrumento
Cumplimiento del herramienta.
herramienta y equipo. del deber. de trabajo.
deber. El trabajo como
servicio.
Cumplir con las
Especialización en Respeto a sus Para no
órdenes de trabajo con
Respeto. el trabajo. compañeros de dejarse influir
eficiencia y calidad.
Solidaridad. El trabajo como el trabajo. de los demás.
3 Etapa Distribución del
Disponibilidad. único medio lícito Calidad laboral. Para
salario.
Estabilidad laboral. para allegarse de Cumplimiento aprovechar el
Causas de rescisión de
recursos. de contratos. tiempo libre.
contrato.

 ϰϰ
Etapas del Tratamiento Laboral e Industria Penitenciaria.
Etapas de la
Normas Valores Conocimientos Hábitos Habilidades
fases
Tratamiento
preliberacional El área laboral no continúa con seguimiento en esta fase.
Acciones
Llenado de tarjeta del control del interno.
Ubicación laboral de internos. Formación Objetivo; Haber adquirido el hábito del trabajo, la
Acciones de grupos de trabajo. capacitación y el conocimiento de que es la única
Entrevistas individuales. forma de allegarse de recursos de manera lícita.
Platicas grupales.
Fuente: Tomado de; DGPRSE. 2001.

Como se puede apreciar el tratamiento desde la dimensión del trabajo se encuentra


orientado por actividades que pretenden el desarrollo de oficios y de aptitudes, las cuales se
hallan ligadas a la exigencia de una sociedad que requiere una mano de obra dócil, sumisa y
disciplinada. Sin embargo, lo contradictorio de estas actividades, no obstante que se
establece que deben estar orientadas en función de las necesidades de los internos y las
posibilidades de los centros, encontramos que las condiciones de los centros y la vida en
prisión, demuestran que dichos objetivos no son otra cosa más que parte de la retórica del
discurso del tratamiento. Tal y como lo expresa la citada Ley (LPPRLE) en su capítulo 2
artículo 49, donde se hace referencia a que el trabajo y la capacitación deben orientarse al
tratamiento, tomando en cuenta sus aptitudes y habilidades, en correlación con las fuentes
ocupacionales que ofrezca cada centro.

Objetivos que solo pretenden asegurar la sofocación de una multitud de impulsos y


aptitudes productivas, con el fin de valorizar solo aquella pequeña parte del individuo que
sea útil al proceso del trabajo capitalista, se trata digámoslo así, de unos objetivos cuya
función pretende imponerse bajo la bandera de un tratamiento que en el fondo produce una
depauperación general del individuo mediante el adiestramiento, de manera tal que
garantice su lenta incorporación a una red de instituciones cuyas características
fundamentales se constituyen exactamente de los mismos objetivos, como la escuela, la

 ϰϱ
fábrica y los hospitales, con los cuales se asegura la reproducción de la fuerza de trabajo
necesaria para el capitalismo.43

En general, los sistemas de trabajo para el tratamiento de los internos en reclusión siguen
las tendencias del comportamiento de desarrollo económico del país en el que se aplican,
sin embargo existen algunas experiencias en las que el trabajo como medida de
readaptación ha logrado experiencias importantes, e incluso debe mencionarse que existen
algunas prisiones en donde la gama de formación y de capacitación es tan variada que ha
permitido una estrecha vinculación entre el trabajo de la prisión y el trabajo fuera de la
prisión en términos de producción, competencia, rentabilidad y eficacia44, aunque esto no
suceda en nuestro país.

Desde luego tendríamos que subrayar dos aspectos importantes, el primero radica en que
muchas de estas prisiones fundamentalmente se encuentran en los países del primer mundo,
en donde existe un equilibrio de la población penitenciaria. En segundo lugar en muchas de
estas prisiones se han diseñado proyectos de capacitación y adiestramiento en áreas de alta
calificación del trabajo, logrando con ello diluir parcialmente la enorme carga financiera
que los países canalizan a las prisiones. Estos modelos de adecuación del trabajo han
padecido severas críticas como las hemos mencionado en líneas anteriores, la cuales
paradójicamente se han convertido en un modelo a seguir.

Sin embargo lejos de seguir estos modelos, la administración pública en nuestro país,
debería llevar a cabo un programa integral desde la prisión, donde se intentara promover el
empleo en las prisiones bajo condiciones idóneas, con remuneración y cobertura social, y
en donde el trabajo no se diera de manera diferenciada entre hombres y mujeres, así como
garantizándoles un marco de derechos mínimos acorde al derecho laboral.

Por ejemplo, existen experiencia en algunos países, sobre todo europeos industrializados,
donde los internos en su mayoría son considerados trabajadores productivos, desde luego

43
Ibid., p.43.
44
La importancia de tener un trabajo remunerado en la cárcel, a la vez denuncia la realidad de una
clara explotación económica.

 ϰϲ
esta concepción radica en que muchos de estos internos se encuentran inmersos en un
medio con gran progreso económico y con hábitos de vida elevados; lo que sucede por el
contrario en países como el nuestro, donde los internos en su mayoría poseen un perfil
característico que está dado por una baja calificación escolar, desempleo, desintegración
familiar y migración del campo a la ciudad, expulsados por las escasas expectativas que en
muchos de los casos estas representa y desde luego, el espejismo de las grandes ciudades.
Ello presupone problemas centrales para estas prisiones, el primero dotar de una
capacitación básica a los internos, el segundo optar por una capacitación adecuada y el
último enfrentarse en conjunto a problemas de financiamiento y de desfase estructural por
las condiciones que atraviesa nuestra sociedad. Todo ello sin embargo se encuentra también
atravesado por la dimensión misma de la prisión.

De hecho la formación para el trabajo y la ocupación laboral profesional debería


convertirse en un instrumento para la formación de habilidades y conocimientos técnico
profesionales, los cuales pudieran servir tanto al desarrollo de quienes se encuentran en
prisión como para sus familiares y la sociedad. Con ello se lograría que los internos no se
alejaran del ritmo del mercado laboral, el cual es fuertemente competitivo en nuestros días.

Este distanciamiento se debe en parte a la relación que guardan la condición del trabajo y el
nivel de formación, por ejemplo en caso específico de las mujeres recluidas en el Estado de
México, a través de un estudio de campo, pudimos observar que 43 de ellas no tienen
estudios, 19 solo terminaron los estudios de primaria, 6 terminaron la secundaria, 1 el
bachillerato y la licenciatura, en lo que en su conjunto corresponde al 29.3% del total de la
población. La mayoría de estas mujeres trabajan como artesanas el 38.8%, en servicios
generales el 24.8% y el 17.4% son tejedoras y costureras.

Esta situación, como lo hemos mencionado anteriormente, proviene, según consideramos,


debido a que el papel atribuido al trabajo para la readaptación social es contemplado de
manera secundaria, de hecho nos atrevemos a pensar que solo es una actividad
complementaria. Primero, porque no existe la infraestructura adecuada que permita
capacitar a la interna en tareas complejas y de competencia con el mercado laboral externo.

 ϰϳ
Agregando a esta idea se encuentra el gasto que el Estado canaliza para la manutención de
cada una de estas internas, de hecho, según datos de la Dirección General de Readaptación
Social, diariamente en promedio se gasta por interna, alrededor de ciento sesenta y cinco
pesos ($165.00); si multiplicamos esta cantidad por el total de internas que es de 242 (en
total hombres y mujeres son 6227), nos resulta un gasto diario de treinta y nueve mil
novecientos treinta pesos ($39 930). Segundo, porque la segmentación del mercado laboral
articulado a las variables económicas y socioculturales, define las condiciones objetivas del
trabajo en la prisión. Lo cual se convierte en una dificultad para el grueso de la población
penitenciaria que posee apenas un nivel básico de formación, ello habla por sí mismo de las
condiciones en las que podría operar el trabajo en la prisión.

De ahí que cuando observamos estos juicios a la luz de la condición laboral de muchos de
los internos antes de su ingreso a prisión, encontramos que se trata de una población cuyos
trabajos son de baja calificación, de tal manera que el 10.7% se encontraban complemente
desempleados, el 1.1% realizaba trabajos calificados, y el 88.2% se desempeñaba en oficios
y tareas menos calificadas, las cuales son consideradas en el mercado de trabajo como
actividades de baja calificación, como se puede apreciar en la tabla siguiente.

 ϰϴ
Ocupación antes de ingresar

Población penitenciaria por ocupación antes de ingresar a prisión.


Estado de México
Ocupación Frecuencias
Actividad relacionada con el campo 529
Ama de casa 108
Comerciante en vía pública 1027
Comerciante establecido 3
Desempleado 588
Empleada domestica 16
Empleado de gobierno 272
Empleado de iniciativa privada 952
Empresario 21
Estudiante 74
Jubilado 4
Obrero 529
Profesional independiente 49
Sin referencia 86
Trabajador por su cuenta 1969
Total 6227
Fuente: Elaboración propia con base en los expedientes de los internos. 1999

En consecuencia, se trata de un sistema punitivo que apunta a la criminalización de la


miseria normalizada, vía un trabajo asalariado precario, es pues un sistema penal de castigo
dirigido a la penalización de la pobreza, pues como se puede apreciar se trata de individuos
propiamente desempleados, y de baja calificación que se desempeñan en trabajos de poca
calificación en la medida que se ubican en el mercado laboral como comerciantes,
trabajadores por su cuenta, obreros, etc. Todos ellos se encuentran asociados a los delitos
tales como pequeños revendedores de drogas, ladrones ocasionales, prostitutas,

 ϰϵ
vagabundos, autores de grafitis y de criminales culposos. Se trata de un subproletariado que
representa una mancha y una amenaza para el bien público.45

Sin embargo, a todas luces resulta difícil imaginar por la magnitud de los datos expuestos,
que el trabajo bajo estas características y las condiciones de ocupación a las que son
sometidos los internos, pueda ofrecer ventajosamente una condición de tratamiento, por el
contrario, el trabajo en la prisión se torna una medida de ocupación, que juega las veces de
actividad terapéutica más que de tratamiento integral como marca la ley.

Por ejemplo; el 66% de las actividades destinadas al trabajo de los internos en el Estado de
México, son desempeñadas en tareas más terapéuticas que propiamente laborales como son;
en actividades artesanales, el 22% a tareas de manutención, y el 11% de la población se
mantiene desocupada, y el restante 1% se encuentra dedicado a otras actividades no
consideradas por el reglamento interno; como mozos, zapateros, aseadores de calzado,
escoltas, cocineros, estafetas, etcétera, tal y como se puede apreciar en la tabla 41, no
obstante que la misma ley en su artículo 51 especifica que se proporciona a los internos
trabajo suficiente y adecuado, el que en ningún caso podrá ser objeto de contratación
directa de particulares o personal de los centros.

Ocupación al interior de los centros


Ocupación al interior de los Centros de Prevención y
Readaptación Social
Estado de México
Ocupación Frecuencias
Albañil 6
Almacén 6
Apoya en biblioteca 8
Apoya en escuela 4
Apoya en servicio medico 1
Apoyan en tienda 47

45
Wacquant, Op. Cit., p. 23.

 ϱϬ
Artesano 3514
Aseador de calzado 2
Calderas 5
Cocina de gobierno 8
Comedor y cocina 138
Conyugales 3
Cosido de balones 462
Encargado de almacén 1
Encargado de la biblioteca 1
Encargado de la bodega 1
Estafeta 44
Fajina 113
Jardinero 62
Lavandería 34
Limpieza 64
Mantenimiento 115
Panadero 51
Peluquero 11
Servicios generales 646
Sin datos 99
Sin ocupación 594
Taller de tejido 171
Tortillería 15
Zapatero 1
Total 6227
Fuente: Elaboración propia con base en los expedientes de los internos. 2000

Esta economía social del trabajo al interior de los centros obedece a tres causas; la primera
anclada en las características de sus propios pobladores. La segunda, obedece a la propia
dinámica del castigo, expresado en la denigración y condición de sometimiento a la
realización de ciertas actividades que nunca estarán por encima de la jerarquía de sus
cuidadores. La tercera, es la formación de un vasto y lucrativo mercado de servicios.

 ϱϭ
Con relación a la población dedicada a la manutención, es prudente aclarar que existen
algunos lineamientos de las Naciones Unidas para la Readaptación Social de Sentenciados,
que establecen la posibilidad de que los internos puedan ser ocupados en actividades
propias de la manutención de los centros, siempre y cuando estos sean autogestivos, y las
actividades sean remuneradas de acuerdo a las condiciones externas en la que se encuentre
dicha prisión.

Sin embargo, ninguna de estas características pueden ser aplicadas en los penales del
Estado de México, por el contrario, este 22% de la población dedicado a las tareas de
manutención no reciben remuneración alguna tal y como lo establecen los lineamientos
internacionales y el artículo 57 de la citada ley.

Estas actividades, lejos de ser consideradas como una tarea trascendente y primordial para
que el interno se haga consiente de que el trabajo es un medio lícito para ganarse la vida, se
convierte en actividades cuyo fin es por un lado diluir el ocio, obtener beneficios personales
y conmutar su pena por buen comportamiento, tal y como lo establece el artículo 100 donde
se establece que por cada dos días de trabajo se hará remisión de uno de prisión, siempre
que se observe buena conducta, y se participe en actividades recreativas y deportivas
organizadas por el personal técnico y a juicio del consejo interdisciplinario. De igual
manera, este beneficio se extiende a todo aquel interno que por falta de ocupación laboral
asistan regularmente a la escuela. En este sentido, se hace fácil entender por qué muchos
internos, aunque no tengan una actividad propiamente laboral buscan realizar cualquier otra
tarea con la finalidad de obtener el beneficio parcial de su pena, no obstante que la ley
establece que el trabajo debe ser obligatorio como parte del proceso de tratamiento.

Esta perversión en el uso y práctica de la reglamentación al interior de la prisión tiene sus


causas primero: en la falta de infraestructura adecuada y las condiciones laborales del
contexto de la sociedad; la segunda, obedece por un lado al hacinamiento y la
promiscuidad, por el otro a la falta de capacitación, profesionalización y baja remuneración
económica de sus operadores. La última causa, obedece a la expresión de un nuevo
mecanismo de control cuyo mérito es haber establecido una relación entre técnica e

 ϱϮ
ideología del control. Se trata de un control no determinado necesariamente por la razón
moral, sino más bien se produce como resultado de particulares técnicas de control
expresadas mediante la obediencia y la disciplina del cuerpo, y cuyo objetivo se encuentra
dirigido a reconstituirlo como una parte de esa necesidad fundamental de aumentar el valor
capital.46

En consecuencia, las dimensiones del trabajo al interior de la prisión no son otra cosa más
que el espectro prolongado de las mismas condiciones ocupacionales fuera de la prisión.
Ello presupone pensar que el trabajo propiamente no tiende a cambiar consustancialmente
de manera específica para el tratamiento, más bien el trabajo al interior de la prisión
simplemente es considerado como un espacio constituido por la persistencia de las
condiciones propias de ocupación externa de sus pobladores, los cuales expresan la
desvalorización del trabajo, de sus relaciones, diferencias y criterios de desigualdad
montados a una dimensión de castigo.

Se trata que mediante el uso del trabajo en la prisión, como tratamiento, se continué
manteniendo una relación atípica, si es que se puede llamar así, donde se logre la
producción o mejor dicho transformación de una cosa en otra cosa de mayor utilidad, es
decir la transformación de un criminal en un obrero. El objetivo de esta producción ha sido
por ende no tanto las mercancías, sino los hombres, en esto consisten las verdaderas
invenciones de la cárcel. La cárcel es como una máquina privilegiada de observación
criminal, capaz de transformar al sujeto real en un sujeto ideal, disciplinado y mecánico. En
definitiva se trata de una función no solo ideológica, sino también aunque sea en forma
atípica, económica de producción de sujetos aptos para una sociedad industrial, la
producción en otras palabras de obreros a través del aprendizaje forzado en la prisión de la
disciplina fabril.47

46
Melossi, Op. Cit., p. 70.
47
Ibid., p. p.189-190.

 ϱϯ
A manera de conclusión
En consecuencia, esta dimensión interna del trabajo en la prisión, aunada al uso
indiscriminado de la pena privativa de la libertad como única forma de castigo, lo que nos
muestran es a un Estado que organiza metódicamente la violencia colectiva, con el único
fin de mantener el orden mediante el sometimiento de todos aquellos calificados como
inútiles e insumisos para el orden económico, nos referimos a los sectores más precarios de
la clase obrera, los cuales son objeto de múltiples discriminaciones; inmigrantes y jóvenes
pertenecientes a familias populares, los cuales constituyen uno de los grupos más
vulnerables tanto en el mercado laboral como asistencial por parte del Estado.

Aunado a esta concepción de la aplicación de la ley, habría que considerar aquellos


aspectos que impactan de manera profunda en la personalidad del sujeto y sus efectos para
la integración de éste a las actividades propias de su medio. De hecho el abuso excesivo y
la prolongada estancia en la prisión lejos de convertirse en un instrumento de prevención,
ofrece como resultado la conformación de sujetos resentidos con la sociedad, cuyos efectos
pauperizantes no se limitan exclusivamente al interno, pues su perímetro de influencia se
extiende más allá.

Se trata de individuos cuya profunda huella de su estancia en la prisión se ve reflejada al


insertarse de nuevo a su medio habitual, en el que se dejan de lado los posibles efectos
rehabilitadores, como consecuencia de la constante criminalización de la pobreza. No
obstante la función propia de la prisión, pensemos bajo el supuesto de que efectivamente
existiera un adiestramiento y capacitación para el trabajo, dicho adiestramiento como
hemos visto, no sería un aspecto de apoyo para el interno una vez que egresara de prisión,
pues difícilmente se podría incorporar a las condiciones propias de competencia del
mercado laboral, más aún pensemos el caso de una persona que desempeña en una
actividad calificada y por determinadas circunstancias ingresa a prisión, ¿Cómo es que la
ocupación destinada al interior le puede servir como medio de tratamiento? Por el contrario,
más que ver dichas actividades como un principio de tratamiento, las verá como un castigo
agregado al estigma de la prisión misma.

 ϱϰ
Un aspecto más a subrayar, radica en la no existencia de reglas claras para la puesta en
escena del mundo del trabajo en la prisión, nos referimos a que no existe un marco
normativo regulador por la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, en el que se
establezcan los derechos y las responsabilidades de los trabajadores en prisión, junto a ello
aparece también la negativa de muchos empresarios a participar en la generación de
empleos pues nadie puede garantizarles la seguridad de su inversión material, debido a las
constantes irregularidades producto de la corrupción y de los múltiples interese creados al
interior de los CPRS.

Por tanto, los principios legales que enumeran al tratamiento como la expresión de
inserción ideal del interno a la sociedad, se ven negados por la realidad misma de su
organización, pues la reinserción no está prevista ni en el uso del tiempo ni en los efectos
que pudiera causar mediante la formación, instrucción, capacitación para el trabajo, así
como por las consecuencias de la duración prolongada de la pena privativa de la libertad, la
cual termina por reducir este ideal en una palabra y una falsa apariencia. Se trata del control
y la vigilancia extrema de aquellos sectores pauperizados del nuevo proletariado
posfordista que son sometidos a este nuevo tratamiento punitivo.48

48
Wacquant, Op. Cit., p.124.

 ϱϱ
Bibliografía
x Bergalli, R., Resocialización y medidas alternativas. Extravíos conceptuales,
practicas sinuosas y confusiones piadosas en las prácticas penitenciarias de
España y Cataluña, (MIMEO) Ponencia presentada en las Jornadas sobre el
cumplimiento de las penas, Barcelona, España, 1991.
x Bergalli, R. La falacia penitenciaria. Revista Jueces por la democracia, Núm. 13,
Barcelona, España, 1991.
x Bergalli, R. ¡Esta es la cárcel que tenemos... (pero no queremos)!, en Rivera: Cárcel
y Derechos Humanos. Un enfoque relativo a la defensa de los derechos
fundamentales de los reclusos, M. Bosch, Barcelona, España, 1992.
x Castañeda, García, Prevención y Readaptación Social en México. Cuaderno núm. 3
INACIPE, Instituto Nacional de Ciencias Penales, México, 1979.
x Constitución del Estado de México, SITA, México, 2000.
x CNDH, Reporte de laboratorio internacional de prisiones, CNDH; México, 1998.
x DGRSE, Reglamento interno de los centros de readaptación social del Estado de
México, SG, México, 1998.
x Foucault, Michel, Los anormales, Fondo de Cultura Económica, México, 2001.
x García Ramírez, El sistema penal mexicano, FCE., México, 1993.
x Garland, David, Castigo y sociedad moderna. Un estudio de teoría social, Siglo
XXI, México, 2001.
x Goffman, Erving, (Internados. Amorrortu, Buenos Aires, Argentina, 1999.
x González Placencia, Luis, La experiencia del penitenciarismo contemporáneo.
Aportes y experiencias, CNDH, México, 1994.
x Hamelin Monique Femmes et prison, Mèridien, Éditions du Meridien, Québec,
Canada, 1999.
x Melossi, Darío, Cárcel y fábrica. Los orígenes del sistema penitenciario. (Siglos
XVI a XIX). Siglo XXI, México, 1985.
x Pavarini, Massimo, Control y dominación "Teorías Criminológicas burguesas y
proyecto hegemónico." Siglo XXI. México, 1987.
x Perrot, Michelle, Les ombres del´histoire (rime et chatiment au XIX siécle),
Flamarion, París, 2001.

 ϱϲ
x Rivera Beiras, I., La cárcel en el sistema penal, un análisis estructural, Bosch,
Barcelona, 1999.
x SG ±DGPRS, Instructivo para los internos de los establecimientos de prisión
preventiva del Distrito Federal. Dirección General de reclusorios y centros de
readaptación social. México, 1990.
x Wacquant, Loic, Cárceles de la miseria. Buenos Aires, Manantial, 2000.

 ϱϳ
La impunidad como maquinaria de producción delincuencial
(Historias de vida)

Ivonne López Becerra*


Raúl R. Villamil U.**

³'HVGHHOSXQWRGHYLVWDGHXQKRPEUHDOLHQDGR
de su origen, la creación surge de la
desesperación y acaba en el fracaso. Pero un
hombre así no ha recorrido el sendero hacia el fin
del tiempo, el fin del espacio, el fin de la
oscuridad y el fin de la luz. No sabe que allí
GRQGHWRGRDFDEDWRGRHPSLH]D´

³/D YLROHQFLD LQWHQWD UHVWULQJLU OD OLEHUWDG GHO


otro, le fuerza a actuar del modo que nosotros
queremos, pero sin interés, con indiferencia por
ODH[LVWHQFLDGHXQGHVWLQRSDUDHORWUR´

49
R.D. Laing.

La liminaridad de los rituales de paso


Una de las intenciones que nos anima a escribir este artículo, parte de la necesidad que
como investigadores de las instituciones de encierro, nos conduce a problematizar qué
función tiene el castigo legalmente instituido que plantea la Constitución mexicana, cuando
un ciudadano comete un delito que amerite la pérdida de su libertad, de manera temporal,
por muchos años o de manera definitiva.

Entre muchas otras cosas, este procedimiento, con todos sus elementos de complejidad, sus
formas perversas, la corrupción que lo inunda y sus efectos contundentes en las historias de
vida de los reos, nos provoca a pensar sobre los submundos carcelarios, que se ocultan o
denuncian en todo el país, como un infierno que analiza la procuración de justicia y la
reclusión de miles y miles de personas, que en un porcentaje muy elevado son inocentes o

*
Licenciada en Psicología. Candidata a Maestra en Criminología.
**
Profesor-Investigador de T/C. Departamento de Educación y Comunicación. Universidad
Autónoma Metropolitana Xochimilco.
49
R.D. Laing. La política de la Experiencia, Grijalbo. Barcelona, 1978, p.39 y 52
 ϱϴ
son víctimas propiciatorias de un sistema social y político, que necesita de estadísticas para
legitimar su acción judicial.
La transversalidad50 de este texto, nos conduce a construir una mirada sobre la prisión en el
momento presente por el que atraviesa nuestro país.

Culpables, víctimas, responsables, inocentes o ingenuos, los miles de internos que habitan
la cárcel, nos muestran una gran diversidad de itinerarios, promiscuidades, sobrepoblación
al exceso ,trayectorias, motivaciones, fatalidades, casualidades y movimientos azarosos que
los producen como delincuentes, que cínicamente, el mismo aparato de Estado instalado
necesita.

Lo anterior sin demerito de la heterogestión penitenciaria, en dónde los grupos con más
poder económico y de corrupción, establecen convenios y complicidades para obtener
privilegios inimaginables, para la situación de encierro.

La microsociología del laboratorio social de la prisión


La cárcel es un espacio de clausurado, que produce sus propios códigos de significación. La
comunidad de internos, los custodios, las autoridades, los técnicos penitenciarios y los
profesionistas que coinciden ahí, con la presencia permanente de la familia del interno,
UHSURGXFHQHLQYHQWDQHQWUHORVPXURV\ODVUHMDVHOPXQGRVRFLDOGHO³DIXHUD´TXHOHVWRFy
vivir en el suspenso e incertidumbre que provoca el encierro.

La microsociología de la prisión, es un holograma de las comunidades que proyectan su


historia, sus vínculos y nudos en estos espacios de encierro. Las cárceles son fundamentales
para la regulación y la administración de la violencia social, modelos de corrupción total,
para ir un poco más allá de la propuesta de Erwing Goffman51 .

50
Aquí queremos trabajar conceptualmente con la noción de transversalidad, propuesta por Felix
Guattari, cuando rompe con el esquema horizontal y vertical de las organizaciones, y propone la
transversalidad, como el momento de la enunciación del deseo institucional, cuando pueden
comunicarse, los reos más desposeídos con los custodios, administrativos o con las mismas
autoridades del penal. De tal forma que con estos niveles de comunicación se dibujan otros
escenarios en los que se dirime la reclusión. Aquí surge el inframundo de la cárcel que es poco
conocido. Guattari. F. Psicoanálisis y transversalidad.(1976 ) SXXI. México.
51
Goffman. E. Internados, Amorrortu, México.
 ϱϵ
También, sus desafiliaciones, la corrupción y la impunidad, que en este caso, configura
una realidad hiperdensa en el mundo de los lugares de castigo y de pérdida de la libertad.

Historias de vida que recorren toda la novela familiar del mexicano, su educación
sentimental, su laberinto de la soledad y su jaula de la melancolía.
Nada más ni nada menos, que el itinerario del mestizo perdido en una multiplicidad de
callejones sin salida, en un viaje a la cárcel que en la organización falocéntrica constituye
un ritual de paso.

¿Laberinto o jaula, soledad o melancolía?


¿Soledad e indefensión del detenido, del presunto responsable o simplemente experiencia
traumática por la pérdida del objeto amado, o de las dos cosas?

Nos encontramos ante afecciones que nos conmocionan, la metáfora del laberinto sin
salida, ante el dispositivo de la reja.

A la manera de un laboratorio social, se vuelven perceptibles, de manera contundente, con


ejemplos concretos, la tiranía, el autoritarismo y la violencia de los mundos del castigo,
basados en la privación de la libertad, como se da en los hospitales psiquiátricos, los
hospicios, los orfanatorios, las instituciones asistenciales de custodia de menores, las
escuelas correccionales, los internados, los anexos, etc.

Instituciones de privación de la libertad, que mantienen entre sí fuertes correspondencias


con los métodos y normatividades de castigo, que se experimentan en la cárcel.52

52
Es importante señalar el pensamiento de Jacques Donzelot en su texto La Policía de la Familia,
así como el de Rene Lourau en su trabajo sobre El Análisis Institucional, para poder resaltar dos
momentos centrales en la reflexión sobre la prisión. Por un lado el lugar que toma el Estado como
tutor de los reos en la ortopedia social que le demanda su acción de readaptación, y por otros las
múltiples segmentariedades y atravesamientos que se producen en la cárcel de otras instituciones
equivalentes.
 ϲϬ
La aduana
La frontera del lente astigmático de la vida exterior, y lo inimaginable del límite que se fija
con microscopio, para delinear el territorio y el dominio simbólico, entre un afuera y un
dentro, esa es la función de la aduana, que se privilegia para poder acceder a la cárcel.

Una primera señal de su control, es la vigilancia extrema del cuerpo, que visita un cuerpo
detenido. Se vuelve sospechoso el cuerpo de la gente cercana al preso. Un familiar, un
amigo, la madre, la esposa, el abuelo, el hijo, la amante constituyen el cuerpo familiar al
que pertenece el cuerpo del delincuente, pero que con su detención o condena, se ha
desprendido en una mutilación, que lo ha tomado preso. El umbral es la demarcación
violenta, artificial entre los ciudadanos libres y los prisioneros. Esto es uno de los
presupuestos de la llamada Ortopedia Social.

La aduana es un pliegue, el territorio del límite que inevitablemente se desdobla, el sí


mismo, al que se le devuelve la imagen del dominio del allá y del aquí. Border line que
reclama su border patrol. Un territorio desquiciado delimitado por las fronteras de otro
intolerante. La aduana es la fijación de límites, de tiempo cronológico y milenario en el
espacio de la experiencia humana que se da entre las rejas, entre suplantaciones de uno con
los otros.

La aduana es el pasaje de un mundo a otro, del mundo institucionalizado de lo normal al


mundo desconcertante de lo hiperreal, que analiza con bisturí, nuestras instituciones
íntimas.

Estos establecimientos configuran una infinidad de redes sociales hacia dentro y hacia el
exterior,53 bañan incesantemente de sentido a los sistemas simbólicos que surgen de lo
inesperado, del caos que altera las buenas conciencias, o de las protestas sociales que no
alteran las declaraciones cínicas del presidente.

53
La banda de Moebius es una buena metáfora para entender el adentro-fuera de los grupos, aunque
la tecnología de punta, nos pone los hologramas y la tercera dimensión, como una metáfora que se
puede pensar con la noción de frontera.
 ϲϭ
En este punto en el espacio y en el tiempo de encierro, se resignifica la imagen
cosmogónica de la inversión del sentido de la realidad, la aduana es uno de los primeros
dispositivos que conducen a los internos y a los itinerantes a éste mundo.

La aduana nos deja en claro que si pasamos, nos encontraremos con un mundo raro, en el
que se llevan a cabo todo tipo de modelos de corrupción que han penetrado todos los
pliegues sociales e institucionales. Asistimos al infierno del sistema político en la
cotidianidad de las cárceles. Desde este planteamiento las cárceles son un dispositivo clave
que modifica la sociedad de manera permanente, pero desde una dimensión del mundo al
revés.

La aduana es una cartografía, una geopolítica que localiza el miedo del sujeto a traspasar el
límite. Aunque atravesar el límite y quedarse en él, son dos cosas distintas en la aduana.
Sobre todo en la penitenciaria, porque estar ahí describe un estado mental comparable a la
psicosis del vigilante, a su paranoia, para dejar pasar o prohibir la entrada y además,
consigue su propósito, es perversamente sádica.

Entrar y suspenderse en la imposición de otro tiempo ritual, en el estado antropológico de


un proceso liminar, roza por su excepción en el desequilibrio mental, en el delirio y en la
psicosis de un mundo replegado en sí mismo, que se desdobla sobre el campo de lo social.

La aprobación de la entrada, es un ritual de paso, es un regreso a casa, pero también a la


ilusión y a la supremacía del dinero y el poder y su imperativo categórico, la
hiperrealización de la crueldad y de la pobreza, económica, moral y psicológica que se
extrema en la prisión, lo que genera una especie de pedagogía terror, que intenta
atemorizar al ciudadano común.

La arquitectura
En el tendido arquitectónico, que ocupan las instalaciones de la prisión existen muchas
cosas a tomar en cuenta para una lectura a profundidad. Por mucho que se tomaran en
cuenta las últimas recomendaciones del diseño de las nuevas instituciones de encierro, lo
único que no pudo ser pensado, con la intensidad que éste fenómeno se está dando dentro

 ϲϮ
de las prisiones, es el hacinamiento, con toda la caótica que esto representa, para un sistema
de corrección de las conductas delictivas y violentas.

De tal forma que, son estas instituciones de encierro, los espacios arquitectónicos de las
rejas y del castigo, los lugares más propicios para experimentar, ensayar e investigar sobre
la sociedad que está por venir. Sobre su sistema simbólico, sobre la organización de los
objetos, sobre el ciudadano en ciernes.

Aquí, no existen las más mínimas condiciones de higiene. El drenaje está tapado. Hay ratas
por todos lados. La arquitectura actúa sobre el cuerpo en todo tiempo, cuando los encueran,
cuando los someten a punta de garrote y armas largas, todos pecho tierra. Todos los
espacios están en malas condiciones. La arquitectura exige la grupalidad, para mejorar sus
condiciones de hospedaje. Compran HO ³FDQWyQ´ WLHQH TXH EDMDU D OOHQDU ODV PDPLODV QR
hay agua corriente en las celdas. Espacios físicos y aromas fétidos. La comida y su aspecto
QDXVHDEXQGR ³SDUD SHUURV´ 7RGR HVWi RUJDQL]DGR HQ XQ VLVWHPD GH UHODFLRQHV REMHWDOHV
para castigar, para exaltar la existencia más repugnante del ser humano, para agarrar al
interno desde la necesidad urgente de pagar todo, para que su condición de estancia, sea lo
menos aberrante posible.

Situación que de manera contradictoria, puede observarse en las celdas dH ORV ³SHFHV
JRUGRV´TXHFXPSOHQODIXQFLyQVLPEyOLFDGHDGRUQDUODFHOGDFRQWRGRHOFRQIRUW\HOOXMR
del exterior, para minimizar mediante la simulación y en lo posible, actuar en el estado
emocional y afectivo de los sujetos de la comunidad, que reproducen e inventan, todos los
días, una realidad que se basa en la pérdida de la libertad, en la política, en la sexualidad, en
el Estado y el ejercicio del poder, aunque el que se sigue ejerciendo en la cárcel, interviene
de manera muy importante, en la conILJXUDFLyQGHORVGHOLWRVTXHVHFRPHWHQ³DIXHUD´

El proyecto de diseño arquitectónico, de las celdas, de los sanitarios, de las regaderas, de


los espacios de encuentro comunitario, del hospital, del hotel, del comedor, del infierno y
del purgatorio, se ha rebasado desde su origen. La promiscuidad, el hacinamiento obsceno,
los grupos de la delincuencia organizada, con la corrupción de autoridades, son la fórmula
que permanentemente amenaza con hacer explotar la institución con motines, que cada vez
se les escapan de control a las autoridades con consecuencias más radicales, autoritarias y
 ϲϯ
brutalmente crueles. Las prisiones son bombas de tiempo, que en cualquier momento hacen
estallar la granada de fragmentación que intenta volar a toda la sociedad de presos y
custodios.

Organización de los espacios y sitematización de los objetos, es producción de poder. Dotar


de un sentido al vacío, es también, dominio del territorio que se politiza. El panóptico de la
arquitectura carcelaria, intenta una utopía presente en el discurso moderno de la
criminalística, hacer cuerpos transparentes a la mirada del poder, y dóciles en sus posturas
disciplinarias, aunque algo permanentemente hace fracasar esta intención.

No obstante, la distribución del ¿cómo y porqué del encierro? de los delitos, de los riesgos,
de la peligrosidad y de los cuadros clínicos individuales, desde el diseño del proyecto
arquitectónico ya se ha imaginado la distribución espacial del delito y su motivación. El
sistema penitenciario desde esta perspectiva, está encargado de reproducir cotidianamente
desde los penales, la propaganda que avala a las sociedades de castigo y de encierro, en una
doble moral auto-sustentada en el resentimiento y cinismo entre poder adquisitivo y
capacidad de crédito, para ocupar los espacios y las celdas de la penitenciaria.

Instalando en la estética de lo grotesco, la puesta en escena de la sociedad degradada,


vertical, autoritaria y que se consolida en estos espacios, con los privilegios de los que
gozan los internos ricos, entre los que se encuentran: ocupación del espacio, comunicación
con el exterior, protección y vigilancia, para que no los maten y heterogestión con las
autoridades del penal. Negocio redondo.

Condiciones de vida
Están vestidos todos de color beige, pero ahí adentro ± no faltaba más- hay marcas de ropa,
clases sociales, diferencias de escalas económicas de consumo, existen reclusos que no
FRPHQ HO ³UDQFKR´ TXH WLHQHQ FHOXODUHV DSDUDWRV GH VRQLGR WHOHYLVLyQ 6N\ ,QWHUQHW \
apoyo servil de los custodios que los cuidan y procuran por ciertas cuotas. En algunos
privilegiados, se nota el apoyo de la familia, para que aun en el encierro se mantengan
ciertas condiciones de vida. Desde dentro se conoce la complejidad con la que transcurre la
impunidad, el cinismo y la tranza del afuera.

 ϲϰ
Las condiciones de vida de la cárcel, son las metáforas de miles de experimentos que se
ponen en escena en un laboratorio social, con personas de carne y hueso, no existe
propiamente un científico ortodoxo de las ciencias duras, detrás de un lente de microscopio
observando cómo se comporta la sociedad en condiciones de encierro, de manera
preconcebida54.

Pero si, con la acción del imaginario en el proceso de subjetivación, se dan


permanentemente preguntas, cuestionamientos y situaciones inesperadas, que transitan y
relacionan, a muchos de los dominios disciplinarios de las humanidades y de la sociedad.
Estamos entrometidos en los vínculos, en los nexos, en las interdicciones, con una
estructura institucional cada vez más corrupta y delirante, que tira por los suelos muchos de
los presupuestos sobre la constitución de la oposición, de la resistencia y la virulencia de la
autogestión.

Que se da de facto, en lo individual, en la consciencia de sí, que genera la separación de la


SDUHMD OD UHFRQVWLWXFLyQ PHODQFyOLFD GH OD IDPLOLD ³5RPSHFDEH]DV´ 55, la institución de
encierro, como fábrica de experimentos sociales, recorre la descomposición y rearticulación
familiar, con el proyecto de inversión del mundo y produce delincuencia, cada vez más
perversamente preparada, para la impunidad y la devastación social de la confianza entre
vecinos.

Las condiciones de vida de la sociedad abierta, en un violento contraste con la cárcel, se


condensan y se hacinan en las mazmorras más abyectas de la cárcel, lo que pone en las
primeras planas de los periódicos amarillistas, al descubierto, con lente de aumento, el
sentido del proyecto social de dominación del encierro, en cuanto a la presencia de

54
Se han escrito millones de páginas, en todos los idiomas, en la diversidad discursiva de la
comunicación, de la psicología, de la sociología, antropología, la política, etc., rizomas que
configuran una red simbólica e imaginaria de intercambios sobre la libertad y las instituciones que
la pueden extirpar.
55
Nos referimos a esas familias rotas, que se vinculan a otras familias con similares características
socio-históricas, para reconstruir el objeto perdido. La familia idealizada, con un cierto nivel de
cambio, en cuanto a que intentan que no se reproduzca lo mismo del pasado, pero sin poder romper
el esquema de recuperar a la familia feliz, que viaja en la educación sentimental, como un lastre. Y
que en situación de encierro se privilegia como una pedagogía de control. Si no existe readaptación
social del delincuente, por lo menos simular la re-estructuración de la familia, con los restos
humanos que quedan, con las reacciones en cadena que conmueven a los sujetos en encierro.
Aunque esta familia penitenciaria, también se proyecta como una sociedad en resistencia.
 ϲϱ
imágenes, videos, películas, blogs, redes sociales en espacios públicos, y control social del
poder del diario devenir de la cárcel.

No obstante, y cada vez con más intensidad, el mundo interior de los sistemas
penitenciarios, ejerce más dominio y terror sobre los espacios abiertos que lo que estaba
planeado, por las ciencias penitenciarias y criminalísticas. Los sistemas de comunicación
del presido hacia el exterior y hacia el interior, no se han cortado, como nunca, por más
aislamiento, ninguna prisión ha logrado cortar, las redes externas de los detenidos.

Todo lo que se diga sobre las cárceles en México es inexacto, porque son en sí mismas,
dispositivos de impunidad y crueldad, fenómenos inimaginables, en sus orígenes, en su
desarrollo y en su definición para el ciudadano común. Situaciones que ya se han vuelto
cotidianamente sorpresivas, para todos nosotros como sujetos de la calle, pero que
rápidamente nos involucran de manera indirecta, cercana o personal como delincuentes o
como presuntos implicados.

Los penales de máxima seguridad, los Centros de Readaptación Social, los reformatorios,
los internados, son fuente de creación permanente de sentido, en estos lugares emana la
significación y la imaginación de la sociedad, para pervertirla, para violentarla, para
corromperla, para inundarla de terror cuando se aprende a transgredir las leyes y no pasa
nada. Esta es una de las funciones latentes de la cárcel, producir sujetos con mejores
habilidades delictivas y con menos conciencia de culpa ante la violencia y crueldad de sus
actos, en contra de los demás, pero cada vez, son sujetos que delinquen de manera más
delirante, como producción de enfermedad mental, como proceso de subjetivación de la
cultura del miedo56.

Las Mamás
Las personas privadas de la libertad, que interpretan estos papeles, son los más viejos de
cada estancia. Son los que imponen sus reglas en cada espacio que dominan. Son los que
imponen respeto, miedo, control, y se les pide permiso. Son los que en todo van primero.
Mantienen como estrategia la escena de suspenso que viven sus protegidos. A pesar de

56
Cabe la reflexión sobre los vínculos íntimos que establece la producción social de la enfermedad
y la subjetivación cultural.
 ϲϲ
otros, que impacientes quieren que ya se vaya, que se muera o que les concedan más poder.
/DV ³PDPis´ son los que protegen y castigan. Protoedipos y déspotas del espacio
microsocial de la crujía que gobiernan. Vicevirreyes del espacio jurídico de la heterogestión
de la cárcel.

/D ILJXUD GH ODV ³PDPiV´ DGHPiV GH WHQHU XQ REYLR VLJQLILFDGR PDWHUQDO IHPLQL]D OD
protección y poder de control de lo que sucede en la cárcel. El encierro y la represión
exaltan la figura de la madre en el líder de la crujía. El negocio de la protección se ofrece y
se impone desde la violencia y el maltrato del que se puede ser sujeto si uno no se
HQFRPLHQGDDHVWHMHIH³PDPi´ 57

La falicización de la figura materna, es en la fantasía del protegido, una doble seguridad


condesada en la imagen masculina que se fusiona con la función materna.

Chapultepec y la Alameda
(Espacios abiertos en lugares cerrados)
Paradojas del encierro, la construcción social de la subjetividad humana puede crear
alamedas y bosques en los patios centrales de la arquitectura de clausura. Por lo menos la
imagen, la fantasía de una sombra bajo un árbol. El día de campo del mexicano que no
tiene para más. Pero la familia armada de manera violenta por la cárcel reactiva los
recuerdos del porvenir, que Elena Garro nos heredó, como educación sentimental, como un
proceso ideológico, José Revueltas no nos dejaría mentir. Aunque no todos los familiares y
amigos los van a ver.

57
Desde el punto de visWDSVLFRDQDOtWLFRHVWDILJXUDGHOD³PDPi´HVPX\FRQYXOVLRQDQWHVREUH
todo cuando es un punto nodal en las situaciones de encierro, ya que nos encontramos ante
fenómenos colectivos e individuales de una virulencia regresiva inconmensurable. La institución
de castigo, echa a andar en los sujetos en cautiverio, una serie de mecanismos de orfandad, de
vulnerabilidad y de soledad, que los hace reaccionar, en el sentido más abyecto y tierno, en
búsqueda de la madre. Lo que nos coloca como sujetos de una sociedad cerrada y abierta, como
una comunidad presente, actual. Llena de encontronazos y conflagraciones. Los que hace que
reaccionemos como un criminal, en búsqueda del útero perdido, proceso en el que estamos
implicados todos, ante la tendencia definitiva de desafiliarnos de las instituciones, amenaza que
paradójicamente tiene la misión de protegernos. Madre fálica que nos brinde seguridad en la
prisión. Ver Anexo 2.
 ϲϳ
El pollito, el arroz, los frijoles, las quesadillas, la salsa, el chicharrón, los refrescos, la tía, el
ahijado, la comadre, el guisado, la plática del que no quería venir, pero todos están ahí,
atestiguando la burocracia del penitenciarismo que detiene a un miembro de la familia. Que
lo atora en el tiempo y en el espacio.

¿Cómo se atreve un policía a quitarnos a un miembro de la familia?


Los patios en donde se reúne la familia, son grandes tianguis con camioncitos que pasean a
los niños. El nombre de ambos lugares dentro de la cárcel son muy melancólicos. Se ponen
tarimas con grupos de música y se hace el baile. O se monta un ring y se contrata a la
Lucha Libre, con exluchadores convictos, que se prestan a la parafernalia de divertimento
familiar, y de paso se recuerdan aquellas viejas glorias.

La Alameda es el patio más grande, el espacio meramente familiar, en donde se convive al


aire libre, también existen las salas de visita que en cuestiones económicas resultan más
caras, pues hay que pagar por la mesa, y lógicamente se tiene que consumir algo en el
restaurante. Ahí es donde se instalan los cuartos hechos de tablaroca para la visita íntima
clandestina y el precio oscila entre los 100 y 200 pesos la hora, dependiendo también la
temporada del año. Aunque lo que predomina son casas de campaña hechas con cobijas, la
Historia de la cándida Eréndida y su abuela desalmada es el paraíso de la prisión.

Para pasar de la alameda a Chapultepec, existen unas escaleras que los comunican,
&KDSXOWHSHFHVXQSDWLRPiVSHTXHxROOHQRGHSXHVWRV\HQGRQGHVHFRORFDQODV³FDEDxDV´
(una especie de casas de campaña hechas con cobijas) las cuales también son utilizadas
para visita íntima pero más barata, ahí pueden cobrar 50 pesos la hora.

El negocio es de varias personas, de ahí tienen que repartir a todos los que colaboran en él
desde el que coloca la cabaña hasta el que va a conseguir clientes, comparten el mundo de
la resistencia en equipo, aunque tienen que mocharse con una lana.

En ambos lugares e incluso en el edificio oficial de la visita íntima, el negocio va desde


pedir un buen colchón, radio, televisión y alguno que otro accesorio extra, o cualquier otra
cosa que intente disfrazar el encierro.

 ϲϴ
Se montan casas de campaña y escenarios pre-fabricados con tablaroca, para aislar en lo
posible, la atmósfera de la vendimia familiar que se desencadena en los patios, de las
escenas sexuales impacientes, en estos patios conviven los gritos alegóricos de los niños
con los pujidos de los amantes furtivos. La administración del placer en la cárcel, es un
negociazo para los patrones del penal.

La visita íntima
El trámite oficial para tener visita íntima, es que solo pueden ir las esposas y las
concubinas, el trámite es sumamente burocrático, tienen que presentar el acta de
matrimonio o la constancia de concubinato. Luego tienen que hacerse exámenes de
laboratorio, entre muchos otros trámites administrativos, para que las mujeres puedan ir a
una visita de siete horas58. Existe un edificio especial, construido inicialmente, para la
realización de estas actividades.

Es importante señalar que independientemente de estos enredosos trámites, solo tienen


derecho a solicitar dicho beneficio quienes están comisionados y asisten al Centro Escolar.

Dependiendo de cómo se comporten pueden solicitar una visita doble, lo cual implica dos
turnos seguidos.

En esta dimensión, los homosexuales, las vestidas, los travestis, los trans-sexuales y los que
se operan los senos y/o las nalgas, cumplen una función primordial en el sistema de
regulación de las pasiones libidinales que se destapan en situación de encierro.

Las reglas de la heterogestión.


Hace algunas décadas, se pensaba que como JHQWHGH³DIXHUD´, teníamos conocimiento de
OR TXH VXFHGtD ³GHQWUR´ GH OD SULVLyQ 6XSRQtDPRV TXH OD PLUDGD GH OD VRFLHGDG SRGtD
asomarse a las cloacas y hasta cierto punto, tener una idea de la dinámica de las relaciones

ϱϴ
Cabe señalar, que en el espacio simbólico de la cárcel, la visita íntima juega un lugar estratégico,
tanto en el negocio que controla la sexualidad de los reos, como en el ejercicio del poder y del
sometimiento, que un grupo puede generar en contra de otro. Cabe señalar un acontecimiento de
imposición y de venganza, que se generó en el penal de ciudad Juárez, justo a la salida de los reos
de la visita íntima en las primeras horas del día, fue planeado, para producir una venganza entre
pandillas, aprovechando el momento de máxima vulnerabilidad de los internos que regresaban a sus
celdas, justo después de la visita íntima. Ver Anexo I.
 ϲϵ
humanas que se establecían en el encierro. Se pensaba que la autogestión de los internos era
una forma de gobierno del penal, pero no se conocía la complejidad de los vínculos y de los
nudos de complejidad que hacen el mundo de la heterogestión.

Ahora sabemos que esta idea está muy alejada de la realidad presente. Las prisiones tanto
los denominados (Centros de Readaptación Social) CERESOS, como los (Centros
Federales de Readaptación Social) CEFERESOS, en la medida que, el aparato de Estado, se
fractura cada vez de una manera más contundente, la delincuencia organizada penetra los
pliegues más íntimos de las instituciones, de las redes sociales que las soportan. Y que la
corrupción y la impunidad toman de rehenes a la sociedad civil, propiciando que los
espacios de encierro se vuelquen sobre el dominio de los espacios abiertos.

El gran fracaso de los penales de Alta Seguridad, tiene que ver con esta lógica, en la que el
poder, el dinero y el desbordamiento de los valores éticos, han permitido que los penales se
conviertan en centros altamente conflictivos.

La heterogestión es la negociación del poder delincuencial, de las grandes familias,


pandillas y guetos que operan al interior. Se lleva a cabo a todos los niveles, ya que la
cárcel es un negocio a todos los niveles, que abarca desde la dádiva al custodio de la
entrada para que permita el acceso de todo tipo de productos y mercancías, hasta el pago
por poder pasar de un espacio enrejado a otro, la compraventa de drogas, bebidas
alcohólicas, de servicios sexuales entre los internos o del exterior. Como un burdo ejemplo
está el negocio y la venta de calefacción. A los internos de nuevo ingreso, se les cobra el
uso de cobijas, así como de cartones y periódicos que instalan en las rejas para protegerse
del frío. Si no pagan, los custodios les queman estas protecciones.

Las víctimas propiciatorias


³(OKpURHHVSXUDYtFWLPDFDUJDGRGHHVWDFXOSDFRQODTXHQRWLHQHQLQJXQDUHODFLyQ(VWD
FRQFHSFLyQHQVHQWLGR~QLFRPHUDPHQWH³SUR\HFWLYR´HVLQVXILFLHQWH\IDOD]´6yIRFOHVHQ
su profundidad, nos deja entender, como lo hará más adelante Dostoyevski en los
Hermanos Karamasov que, incluso cuando es acusada erróneamente, la víctima
propiciatoria es tan culpable como los demás. A la concHSFLyQKDELWXDOGHOD³FXOSD´TXH
perpetúa la teología, debe ser sustituida por violencia, pasada, futura y sobretodo presente,
 ϳϬ
OD YLROHQFLD LJXDOPHQWH FRPSDUWLGD SRU WRGRV «  *UDFLDV D OD YtFWLPD LQRFHQWH FRQ FX\D
suerte se identifica, pasa a ser posible FXOSDELOL]DUDWRGRVORVIDOVRVLQRFHQWHV´59

Una de las nuevas políticas, que impactan de manera significativa la detención de personas,
para ser puestas a disposición del Ministerio Público, es el ofrecimiento a los policías y
granaderos de estímulos económicos por cada detenido en flagrancia. Estímulo que
obviamente ha elevado las estadísticas de lucha contra la delincuencia. Pero la cuestión se
complejiza ante la corrupción que se desborda en contra de los ciudadanos de la calle, ya
que existen miles de maneras de poner en situación a una víctima propiciatoria.

La tendencia social, que se inició hace ya varias décadas, de delincuentizar a los jóvenes,
probablemente se dejó ver con más intensidad en 1968, con la masacre que el Estado
ejecutó en contra de miles de estudiantes. La tragedia que se produjo en el antro del New´s
Divine, tiene que ver con esta lógica, con la producción de víctimas propiciatorias que en
un mal manejo de los dispositivos de impunidad, se les van de las manos a las autoridades y
propician este lamentable acontecimiento.

Los que ya le encontraron el modo (producción de sociopatía)


Ante la falta de oportunidades, de empleo y de impulso económico a negocios y comercios
de la pequeña y de la mediana empresa, en la cárcel se desarrollan empleos y negocios que
no necesariamente están relacionados con la delincuencia y la corrupción. Existen
restaurantes, puestos de carnitas, comidas corridas, jugos, complementos alimenticios,
alimentos naturistas, dulces, cigarros, artesanías, y todo tipo de maquila que las grandes
empresas concesionan a los internos, explotando su mano de obra, pero finalmente
ofreciendo un trabajo. No obstante, estas pequeñas empresas y empleos también pagan una
cuota por el espacio que ocupan y tienen que dar dinero a los encargados o custodios, como
un porcentaje de sus ganancias.

De tal manera que, algunos personajes de la cárcel prefieren quedarse ahí, todo el tiempo
que puedan, ya que afuera no tienen las posibilidades de tener un negocio redituable, al
punto que varios padres de familia, se llevan a sus hijos al penal en días de visita para que

ϱϵ
Girard.R. La violencia y lo sagrado, Anagrama, España, 1995, p209
 ϳϭ
les ayuden con el negocio. Esta es una manera de producir conductas sociopáticas, que se
han adaptado a la perversión de los espacios de encierro.

CASO 1
El palito de elote y una cubetita para sacar agua.
Edgar viene de una familia pequeña, papa, mamá y dos hermanas. Recuerda que cuando
tenía entre 8 o 9 años, su padre era alcohólico y drogadicto. Los golpeaba. Para ese
entonces, todavía no nacía la hermana menor, que de hecho es de otro papá.
Un día su madre después de la golpiza que recibía de manera cotidiana, decide correr al
golpeador, quien se queda dos días afuera de la casa, esperando que le abran. Como esto no
sucede, se fue y desde ese día no saben nada de él. Es un caso más del victimario que se
vuelve una víctima itinerante.

Su hermana, a partir de que va creciendo presenta problemas de alcoholismo y rebeldía, es


llevada a tratamiento e internada por un tiempo en un hospital psiquiátrico, al salir continúa
con medicamentos, hasta un día que decide suspenderlos, pues ella ya se siente bien, el
GLDJQRVWLFR³PDQLDFRGHSUHVLYD´ORTXHDKRUDHQODVUHYLVWDVTXHYHQGHQHQ6DQERUQVOD
denominan bipolar.

Hasta aquí, la familia, la violencia, la drogadicción y el psiquiátrico en una fuerte


complicidad para la producción de delincuentes.

Para ese entonces Edgar se casa, se va a vivir a otro lado y tiene un hijo de cinco años.
El destino le llama por teléfono, alguna vez, en algún sitio, un tío que le pide que baje de la
colonia de paracaidistas que formó con otras familias, pues su hermana se puso mal, acude
al llamado inmediatamente, pero para su sorpresa, en cuando llega, su hermana ya estaba
muerta. .A sus 19 años, había bebido y se molestó porque su mamá salió por ella, se puso
agresiva, tiró golpes a quién se le acercara y después de un rato, se calmó, se fue a dormir,
luego se levantó, entró al baño y con la extensión de la lavadora se ahorcó. No más de la
historia melodramática que nos enseña la TV.

 ϳϮ
Este suceso marca la vida de Edgar, quien ya había probado la compulsión química de la
HYDVLyQ$QWHHOVXLFLGLRGHVXKHUPDQDYXHOYHDFRQVXPLU³ODSLHGUD´DXQTXHVHDDUDWRV
para no pensar, para olvidar la cárcel.

El vicio ha llevado a Edgar, a separarse de su esposa, y poco a poco va vendiendo todo, e


incluso en algún momento, es ingresado al Fray Bernardino, en donde lo atienden y le
GLDJQRVWLFDQ ³HVTXL]RIUHQLD´ SXHV GLFH TXH GH UHSHQWH HVFXFKD YRFHV TXH OR DWDFDQ +D
estado medicado, pero en ningún momento deja la droga.

En un momento clave, en su vida delictiva, se encuentra en el punto de reunión en donde se


consume la piedra, se queda sin dinero, encuentra a un conocido y lo acompaña a robar. Es
aquí donde se interrumpe la biografía del sujeto con el estado de abstinencia que lo incita a
robar.

Dice que él ya había robado antes, sin que nadie lo viera (tanques de gas, cartones, fierros
etc.).

El y su amigo, que lo había invitado a robar, abordan un taxi y al llegar al lugar que ellos le
indican, el amigo amaga al taxista con un palito de elote y se produce el asalto, el taxista
los denuncia cuando pasa una patrulla, los detiene la policía y se encuentran ambos en
proceso por dicho delito.

Él comenta que desde ese momento, solo ha consumido marihuana, que tiene deseos de
cambiar y que busca ayuda, pues van 5 veces que es llevado al CEVAREPSI (Centro
Varonil de Rehabilitación Psicosocial) y nunca hay psiquiatra.

Cuenta un sueño: Está angustiado, frente a un estanque muy profundo, a punto de


desparramarse, lleno de tortugas y salamandras, él con una cubetita empieza a sacar el
agua y con ella los animales, unos vivos, otros muertos, saca agua, hasta que en una de
esas, se da cuenta que el estanque es muy pequeñito y sin animales, entonces se tranquiliza.

 ϳϯ
¿Qué sucede con la relación que se establece en la historia delincuencial del sujeto, entre el
palito de elote que los lleva a la cárcel y la cubetita que saca agua con animales vivos y
muertos de su sueño?

CASO 2
El asesino de Xochimilco.
Israel, es un individuo pequeño, de tez morena y facciones no muy finas, usa lentes y dice
tener pocos amigos.

Su familia integrada por papá (50años), Mamá (49años), hermanas (26 y 14 años).

El papá se dedicaba a la mecánica y tenía camiones en una ruta en Milpa Alta, Israel le
ayudaba en el taller y la mamá administraba los bienes.
Menciona que siempre tuvo lo que quiso, su papá lo ayudó a comprar dos camiones y
acababa de comprar un departamento y lo estaba amueblando, con la idea de que en el
momento que decidiera casarse ya tuviera a dónde vivir. Dice que tiene una novia de 26
años, con la cual lleva dos de relación y sin planes de matrimonio aún.

Es muy notorio el tono aplanado de su discurso, su indiferencia, su palabra sin tonos


emotivos, su cara sin muecas de dolor, cuando narra la muerte de sus padres y de su
hermana, después de que fueron golpeados a tubazos para después ser incinerados.

No obstante, manifiesta ciertos ademanes y gestos, que hacen suponer una posible
homosexualidad, que él por supuesto niega.

Estudió hasta la preparatoria, no continuó porque era más importante apoyar a su padre en
los negocios, dice que se llevaban bien, aunque cuenta que no sabía reconocer errores. Él
GHFtD³HVRHVQHJUR\HVQHJUR´FRQVXPDPiODVFRVDVHUDQGLIHrentes, platicaban y hasta
le daba consejos.

Vivían en un pueblo de Xochimilco llamado San Gregorio, al lado estaba la casa de sus
abuelos paternos.

 ϳϰ
,VUDHO OOHJD DO UHFOXVRULR D VXV  DxRV GH HGDG HO  GH PD\R GHO  HO GHOLWR«
Homicidio Calificado, lo acusan de asesinar a sus padres y hermana mayor.

Durante la entrevista permanece serio, su discurso es lento (tal parece que está pensando
rápidamente qué contestar para evitar dar datos que puedan contradecir lo que ante las
autoridades ha declarado).

Comenta que el día que sucedieron los hechos, salió de su casa como a las 7:00 a.m. con
destino al taller mecánico, al llegar a dicho lugar saluda a su vecino de enfrente, José
0LUDQGDTXLpQDKRUDHVVX³FDXVD´60 -como se les denomina en la cárcel- comenta de que
olvidó en su coche, en su casa, unas facturas que le eran necesarias. Regresa a eso de las
10:30 a.m., entra directo al auto, saca los documentos necesarios y se encuentra a su abuela,
quién le pregunta ¿dónde están sus papás? Pues todas las puertas de la casa están cerradas y
nadie responde, él le contesta que no sabe y sale de ahí, regresa al taller y más tarde, ya no
precisa la hora, sus choferes le llaman y le dicen que baje rápido pues se está quemando su
casa.

Llega al lugar, ya los vecinos estaban apagando el fuego por la parte de atrás, pues un
primo había derribado la puerta.

Él entra con su llave por la parte delantera, llega hasta el lugar de los hechos, había mucho
humo en la casa, el lugar era la sala de televisión, pero antes de entrar lo interceptan los
vecinos, le dicen que sus papás y su hermana están muertos, no lo dejan que los vea y lo
PHWHQDFDVDGHORV DEXHORV HQGRQGHVHVLHQWH PDOSXHV GLFHWHQHUGLDEHWHV«OOHJDXQD
enfermera, lo estabiliza.

Después, llegan los policías e inician la investigación, las puertas no están forzadas, en el
interior las víctimas fueron salvajemente golpeadas con un tubo y se le prendió fuego al
cuarto.

60
³/DFDXVD´VRQODVSHUVRQDVTXHDFRPSDxDQDOGHOLQFXHQWHSRUHOPLVPRGHOLWR(QHVWHFDVRHO
acusado, le pide que se eche la culpa del homicidio y que como tiene dinero, él lo saca.
 ϳϱ
A Israel, se lo llevan a declarar y resulta ser el principal sospechoso, pues según la versión
de muchas personas, le interesaban los bienes, quería proteger su herencia, en una rivalidad
abierta contra su padre, discutió con él, que ya sabía de sus preferencias sexuales, de la vida
en común que tenía con otro hombre, al cual lo había llevado a vivir en su departamento,
con la amenaza de su padre de quitarle todo y dejarlo en la calle.
Desde ese día él permanece encerrado junto con José Miranda, el vecino que lo saludó al
llegar al taller.

Su hermana pequeña está con una tía, hermana de su padre y toda la familia cree que él los
mató y los incineró. Motivo por el cual, le han llegado comentarios de que si sale de la
cárcel, la gente del pueblo le prenderá fuego y lo pasearán arrastrando por todas las calles.

¿Inocente o culpable? No lo sabemos, lo que es visible es que los hechos no le producen


dolor, llanto o indignación.
Tal vez, lo que realmente no aguantó Israel, es la mirada inquisitiva de su padre ante sus
prácticas homosexuales, por lo que reaccionó dándole de tubazos a él, a su madre y a su
hermana. Después los incineró, con la fantasía perversa y delirante de desaparecerlos,
volverlos cenizas para depurar su imagen, para acabar de una vez por todas con la mirada
TXHORGHQXQFLDEDFRPR³GHVYLDGR´

Impulso de desaparecerlos salvajemente, piromanía y homosexualidad llevadas al extremo,


en el seno de la familia, en el centro de la sociedad.

CASO 3
El tío chimuelo y el refrigerador
Gerardo tiene 18 años, alto como de 1.80, luego, luego se le ve que no es de escasos
recursos, güerillo. Nació en Monterrey y tiene una hermana de 20 años, su papá es
ingeniero mecánico y su mamá se dedica al hogar. Pero no puede ocultar en el encierro, su
cara de niño.

Terminó la preparatoria y en un acto de rebeldía e independencia, decide venir a la ciudad


de México a probar suerte solo, encuentra trabajo en una empresa de soporte técnico en
internet, en la cual llevaba solo 4 meses trabajando.
 ϳϲ
$Kt FRQRFH D XQD FKDYD GH  DxRV FRQ OD FXDO HQWDEOD XQD UHODFLyQ DPRURVD GH ³IUHH´
pues ella tenía novio.

Su relación, era un secreto a voces en el trabajo, pero ella decide terminar la relación, pues
su novio sospechaba de qué salía con alguien más. El comenta que hablaron sobre la
situación, y sin mayor problema deciden quedar como amigos.

Esto ocurre a fines de Diciembre de 2008, por lo cual Gerardo decide ir unos días a
Monterrey, a pasar el fin de año con su familia. Esos días se convierten en dos semanas,
durante las cuales su papá lo convence de regresar a casa, le comenta que él lo va a apoyar
para que entre a la universidad.

Acepta, pero regresa al D.F. a presentar su renuncia y dejar todo en orden.


Se dirige a la empresa, renuncia, le dan un día para presentarse a recibir su finiquito y al
salir se encuentra a un compañero que le comenta de la muerte de su amiga, Gerardo
sorprendido regresa y sube al área donde laboraba, a buscar a la prima de la muchacha
asesinada, que también prestaba sus servicios en ese lugar. La encuentra y ella le sugiere
que se presenta a declarar, pues su prima fue asesinada y él es uno de los principales
sospechosos.

Le dan los datos y al salir del lugar, es aprehendido por judiciales y encarcelado, sin más
averiguaciones.

Comenta que algunas veces fue con su amante a su departamento, ella vivía sola y su tío
ocupaba el departamento de al lado y tenía llaves del departamento de su sobrina.
El tío fue quién encontró el cuerpo desnudo dentro del refrigerador.

Con el paso de los días y con las investigaciones en curso, se descubre que la chica tenía
una mordida en un seno, lo que con ayuda de peritos forenses, se determina que esa
mordida no corresponde a la de Gerardo, pero sí a la del tío que había perdido un diente,
justo la misma pieza dental, que faltaba en las huellas que quedaron marcadas en el pecho
de la chica asesinada.
 ϳϳ
¿Qué relación establecieron la sobrina y el tío, para que éste tuviera en su poder la llave de
su departamento, la mordiera en un seno, la asesinara y luego la guardara en el
refrigerador?

¿Qué pasiones delirantes quiso marcar el asesino, mordiendo un seno?61

¿Qué fantasías animan al asesino, para congelar un cuerpo?

CASO 4
Uno de nana y dos de buche.
El señor José tiene aproximadamente 55 años y lleva seis caídas en la prisión, todos por
robos, los cuales le han hecho pasar no más de tres años por cada ingreso.

En esta ocasión tenía pocos días de haber salido, pero como él lo menciona, afuera no la
hace, su vida está en la cárcel en dónde el negocio de carnitas, le da para vivir y para
mantener a su familia afuera.

Se puede decir que tiene la concesión dentro del penal para tener esta manera de ganarse la
vida, por eso, cuando sale, deja a alguien encargado, pues tiene muy buenos ingresos, la
última vez comenta, haber obtenido ganancias de medio millón de pesos, obviamente
repartidas entre los líderes de los presos y las autoridades, aun así, es muy buen negocio,
concluye.

Ahora, el intento de robo fue en una farmacia cercana a la colonia donde vive su familia y
con un plus, en compañía de su hijo, que andaba de flojo, dejó la escuela y no hallaba un
buen trabajo.

La película delincuencial empieza a rodar, cuando padre e hijo, entran furtivamente a la


farmacia, procuran que la empleada los ubique perfectamente, le piden el dinero de la caja

61
La acción de marcar el cuerpo de la víctima nos remite a rituales sagrados de culturas aborígenes,
estudiadas por los antropólogos en todas las épocas de la historia y, entre todos, de manera
particular a las dos décadas de asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, que durante o después de su
calvario, han sido brutalmente marcadas, arrancando pezones, haciendo inscripciones en el cuerpo
de la víctima con arma blanca, etc.
 ϳϴ
e inconscientemente, dan tiempo para que la chica, avise a la policía y más tardan en salir
que en ser aprehendidos. Un acuerdo de sangre que reactiva el vínculo del regreso al
encierro, al núcleo familiar, a la socialización de un lugar de inserción y de incertidumbre
en común.

Aquí el factor especial, es que cometen el delito mientras el reclusorio en el que tiene su
negocio está en turno. Para que los detengan y los envíen ahí. Después coinciden que esto
es lo que buscaban, pero nunca lo planearon de manera consciente. Padre e hijo resolviendo
su relación afectiva, mediante la adrenalina que se dispara en un asalto.

La esposa es quien se encarga del abasto y de la administración de las ganancias.

El señor es muy conocido en prisión y los mismos internos comentan que no hay otras
carnitas como las de él. Al parecer, esta es la filosofía de esta familia dentro de las rejas,
que les da de comer y un lugar de pertenencia, que no lograron en la calle.
Uno de nana y dos de buche, es un clamor cotidiano, en la educación sentimental del
mexicano, que atraviesa todas las instituciones, inclusive la penitenciaría.

CASO 5
Los cobardes no heredarán el reino de Dios
Antonio tiene 23 años, es el mayor de 6 hijos, su padre es bolero y su mamá cocinera, de
hecho ella y él trabajan en el mismo restaurante de tacos, solo que él es subgerente, casado
y su esposa es cajera del mismo sitio, no tienen hijos, pues los dos coinciden en que
primero, deben tener qué ofrecerles y por ahora viven con la suegra, de no importa
realmente de quién.

En diciembre de 2008, el presunto culpable, sale de trabajar un día junto con dos
compañeros meseros y una amiga cajera, se dirigen a casa de uno de ellos a festejar las
fiestas navideñas, abordan el metro y llegan a la estación Centro Médico, ahí al ir subiendo
las escaleras hacia la salida, se topan con dos hombres que de inmediato les enseñan un
arma y con palabras altisonantes les exigen celulares y todo lo que traigan de valor, ellos
temblando de miedo, les entregan todo. A él y a otro chavo, los asaltantes les dan con la
cacha de la pistola en la cabeza y se van.
 ϳϵ
A él le preocupaba su mochila, porque ahí traía su uniforme de limpiabotas, su celular y el
de su esposa, así como su licencia de manejo.

Regresan al metro a dar aviso al policía, éste los acompaña a la salida, le preguntan a una
señora que vendía dulces si los vio y les comenta, que los asaltantes se fueron en un auto
blanco.

El policía sugiere que vayan a levantar un acta al ministerio público porque ahí, en el lugar
de los hechos no pueden hacer nada, lo que a ellos muy asustados, deciden no hacer nada.

El inculpado platica que en días posteriores, levanta un acta, por la pérdida de la licencia,
para poder tramitar otra, pero para evitarse problemas lo hace por extravío.

Continúa su vida normal, pero con la paranoia de que los asaltantes tenían su licencia y tal
vez intentarían hacer algo en su contra.

Recibe en su casa algunas llamadas telefónicas, en donde preguntaban por otras personas o
le ofrecían tarjetas de crédito, a altas horas de la noche, él solo colgaba.

Su suegra le dice que llamaron preguntando por él y que ella les dio el número de su
trabajo, la preocupación aumenta.

Ya en Enero y estando en sus labores, se presentan tres hombres, judiciales que no se


identifican y con lujo de violencia lo detienen, lo suben a un auto, él no sabía quiénes eran,
ni qué querían, estaba confundido y le empiezan a pregunta incisivamente, que con quién
iba ese día, él cree que se refieren al día del asalto y menciona con Eduardo. Todavía no
termina de decir con quién más cuando se bajan del auto, entran nuevamente al restaurante
y sacan a Eduardo quien es mesero y tiene 17 años de edad, los golpean y los llevan a una
casa de arraigo y hasta ahí Antonio se da cuenta que está en la Procuraduría.

 ϴϬ
Sigue recibiendo golpes y le preguntan ahora sobre el Audi, él dice que no sabe de qué le
hablan y le enseñan su licencia de manejo, les cuenta que lo asaltaron en diciembre y no lo
escuchan, le ponen una bolsa en la cabeza y continúan los golpes.

Cuando queda casi desmallado lo dejan \OHDGYLHUWHQTXHVHYDD³FKLQJDU´

Al otro día aparecen otros tipos, más tranquilos y le explican que hubo un robo de un Audi,
en el que adentro del auto, encontraron su licencia. Posteriormente en el mismo auto se
produjo un robo a un hombre de Nueva Guinea, que salía del aeropuerto y al resistirse al
robo, le disparan, razón por la cual a Antonio también lo acusan de intento de homicidio.

Él intenta contar su versión, para contar lo que pasó, pero los señores le dicen que confiese,
le sacan una cámDUD \ OH PXHVWUDQ XQD IRWR« HUD VX HVSRVD« FRPLHQ]D OD WRUWXUD
psicológica. Antonio sigue con su versión y se queda solo.

Ahí sobreviene la idea del suicidio, pues siente que su vida ya no tendrá sentido y lo único
que ve en ese lugar, es una ventanita por la cual piensa en aventarse, pero en ese momento
aparecen sus creencias religiosas y piensa que no es la mejor opción pues, los cobardes no
heredarán el reino de Dios y él tiene que afrontar su realidad.

Días después es trasladado al Reclusorio y el proceso está en curso.

La señora del Audi, dice que no está segura si fue él quien la robó y el ciudadano de Guinea
que afortunadamente no murió, aún no se ha presentado a declarar.

Antonio con la voz entrecortada y los ojos a punto de derramar lágrimas, comenta que solo
Dios sabe por qué le está pasando esto.

CASO 6
Edipo Buey
Carlos no conoció a su padre, preguntó y siempre recibió evasivas, su mamá venía de una
familia completa y tradicional, con un hermano mayor que es el padrino de todos.

 ϴϭ
Cuando Carlos tenía 12 años, su mamá conoció a un hombre con el cual se casó y tuvo tres
hijos. Él nunca quiso a su padrastro, y lo único que recuerda de él porque ya murió, es que
era un borracho, que se ponía loco y le andaba poniendo el cuchillo en el cuello a quién
estuviera enfrente de él , en cualquier momento.

En esos días no era buena su relación con su mamá, por el intruso entre ellos, pero cuando
muere, las cosas vuelven a ser buenas entre ellos, de hecho él dice ser el consentido de su
mami.

Carlos trabaja desde hace 15 años como instructor de manejo, entabla una relación con la
secretaria de la empresa, se la presenta a su mamá y se caen bien, claro hasta el día, en que
le dice que se quiere casar.

La señora llama a la novia del hijo para intentar persuadirla de que no se casen y le dice que
su hijo es un borracho y mujeriego, la chica le comenta a Carlos la plática, y él se pelea con
su madre.

Continúa los preparativos de la boda, que por supuesto sería por el civil y por la Iglesia, la
mamá le comenta que su tío Roberto será su padrino de velación, a lo cual Carlos reacciona
y dice que no.
Esa negativa produce una separación con su madre, él se sale de la casa y antes de la boda
les manda la invitación.

En la ceremonia religiosa, ve a lo lejos a su mamá y al dicho tío, corroborando que se


estaba casando sin su autorización.

A la salida, el tío se acerca a ellos y les pide lo acompañen a la fiesta, pero ellos muy
ofendidos se niegan.

Pasan los años y Carlos tiene un hijo varón, él cree que los problemas con su madre, no
tienen por qué repercutir en el niño y se lo lleva para que conviva con él.

 ϴϮ
Eso suaviza un poco la situación y así, en ocasiones sin él quedarse ahí, llevaba al niño a
casa de su madre. Hasta que un día, el niño le dice que su tío (el hermano de 20 años en ese
entonces) le quiso meter el pajarito por la pompi. Él se vuelve loco, su hijo solo tenía tres
años (ahora tiene siete) y quiere ir a matar a su hermano, la esposa lo calma y le pide que
primero lleven al niño al doctor.

Lo hacen y verifican que el niño no fue penetrado, pero inicia el calvario en la


procuraduría, a donde llega a denunciar y es retenido junto con el niño, el cual se dormía y
lo despertaban a declarar, toda la noche.

Finalmente los judiciales van por el hermano y llega también la mamá y el tío Roberto, lo
amenaza de contrademandarlo.

Continúan los interrogatorios, la cámara de Gessell, en donde ponen al hermano esposado y


al niño para que lo reconozca.

(OSHTXHxRGLFH³¡ahí está mi tío gordo! Y sorprendido pregunta, ¿qué robó papá porque lo
tienen esposado?

Finalmente le dicen a Carlos, que esa misma noche su hermano duerme en la cárcel o existe
la opción, de que él le otorgue el perdón por ser familiares.

Carlos lo perdona y únicamente existe una restricción, que le impone a su hermano, no


acercarse en un perímetro de10 km a la redonda a su familia.

Pero ¿cómo es que cuatro años después de ese evento, el que está ahora en la cárcel es
Carlos?

Entra a trabajar en una empresa, le asignan un vehículo pero cuando va a recogerlo, en ese
momento, dos hombres lo golpean y se llevan el carro, todo esto lo ve la esposa del dueño,
quien lo manda a levantar el acta por el robo del auto.

 ϴϯ
Acto seguido, la testigo llega y dice conocer a quienes se llevaron el carro, quienes en
realidad, lo alquilaban para la escuela de manejo y estaban molestos, pues el dueño les dio
tres cheques sin fondos.

¿Qué delito cometió Carlos?

Falsedad de declaraciones, pues según la parte afectada no fue un robo sino un embargo,
pero a todo esto, es el dueño el que tendría que responder, a estas impugnaciones, pero se
encuentra prófugo y mientras son peras o manzanas, Carlos está encerrado.

Esta situación lo lleva a reflexionar sobre su vida y lo que más desea es salir y buscar a su
mamá.

CASO 7
La Tierra Prometida
Saúl tiene 21 años y es hijo de padres separados, su padre jubilado de 63 años es
alcohólico, su madre tiene 60 años y es pensionada, tiene un hermano menor de 17 años,
con el cual no se lleva bien pues dice que piensa como alguien de 50 años.

Relata que lo que más desea es ser judío, antes era católico, hasta que encontró a quien
actualmente es su rabino y lo convenció de cambiar de religión, diciéndole que todos somos
hijos de Dios y que es egoísta que una sola persona, se atribuyera dicho beneficio.

Una vez tuvo una crisis, dice que le sucede seguido, pues escucha voces, ese día se puso a
gritar que faltaba poco para el fin del mundo, se lo llevan y lo internan en el psiquiátrico, en
donde lo medican y diagnostican esquizofrenia, pasó ahí como dos meses.

Recuerda que cuando era pequeño, provocó un incendio como de dos hectáreas, su mamá lo
golpeaba y a la fecha vive un tiempo con ella y otro con su papá.

Lleva dos intentos de suicidio, uno con pastillas y otro cortándose las venas.
Parece que lo que más le agrada es poner a sus padres en aprietos y que sientan culpa por lo
que a él le sucede.
 ϴϰ
Tuvo un segundo ingreso al psiquiátrico, fue por un disgusto con sus padres, en donde los
amenazó de ir por su propio pie, a internarse en esta institución y lo hizo. Ahí le
confirman el diagnóstico y por si fuera poco le agregan a su diagnóstico, el cuadro de
paranoia limítrofe.

6X VXHxR« LU D ,VUDHO VX PLHGR« OD VROHGDG  FXDQGR KDEOD GH pVWH WHPD VH TXHGD
pensando, dice que en realidad le gusta estar solo, pues odia a la gente.

El día que suceden los hechos, despierta y discute con su padre por tonterías y como es su
costumbre, termina amenazándolo con hacer algo y caer a la cárcel, sale y va rumbo a casa
de su madre, en el camino mientras viajaba en el transporte público, se le quedaba viendo a
la gente, buscando bronca pero le evaden la mirada.

Saúl es un sujeto delgado, con mirada penetrante y tal vez por su deseo, ha tomado
características que efectivamente tienen que ver con la comunidad judía.

Llega a casa de su madre, quien al abrir la puerta, lo primero que le dice, es que porqué se
peleó con su papá, que él le llamó por teléfono y le contó las cosas.

Él dice que esto le molestó más, tomó un cuchillo de la cocina y salió corriendo.

Pasó por un centro comercial, en el estacionamiento vio a una señora que viajaba en un
Pointer, intentando pagar en la salida del estacionamiento, en ese momento las voces que
HVFXFKD HQ VX FDEH]D OH GLMHURQ ³DKt HVWi´ \ pO OHV SUHJXQWy ³¢(Q HO 3RLQWHU"´ OH
FRQWHVWDURQTXH³VL´\GHLQPHGLDWRVHGLULJHDODVHxRUDODDPDJDFRQHOFXFKLOOR\VHOOHYD
el auto el cual se le apaga adelante, muy enojado se baja y se encuentra a dos jóvenes en
una motoneta, también los amenaza con el cuchillo y los despoja de la moto.

Adelante, la máquina se apaga, la avienta muy enojado pero para entonces, los policías ya
lo perseguían y soltaron varios balazos al aire, eso le dio miedo y se tiró al piso.

 ϴϱ
Ahora, enfrenta cargos por robo, dice que lo único que le preocupa es que no le brindan la
atención médica requerida y que él sabe, que es capaz de todo, porque por todo esto, no
pueda cumplir su sueño de viajar a Israel.

Sus padres lo visitan en la cárcel, pero eso a él no le importa.

CASO 8
Zapatos Nuevos
Robin tiene 48 años, es el cuarto de seis hermanos, sus padres ya fallecieron, ambos por
enfermedades.

Durante su infancia vivieron en Oaxaca de donde era originario su padre quien se dedicaba
al campo y pertenecía a la comunidad indígena zoque.

Posteriormente y con la idea de mejorar emigra toda la familia al D.F. Robin estudia la
prepa y luego Medicina, especializándose en problemas de obesidad.

Vivió en unión libre con una mujer, con la que tuvo dos hijos gemelos, a los cuales no ve
desde hace mucho, pues al separarse, la esposa se los llevó y jamás dieron señales de vida,
él calcula que actualmente tendrán 28 años sus hijos.

Conoció a su actual esposa con 3 hijos y se hizo cargo de ellos, él puso su clínica, en la que
DWLHQGHD³JRUGRV´ FRPR pO OHV llama, da masajes reductivos y relajantes para lo cual ha
entrenado a varias personas para que brinden el servicio con él.

Desde hace tiempo conoció a un Colombiano que fue su paciente y seguido lo visitaba en el
consultorio.

Robin dice asistir a congresos y cursos para actualizarse.

Fue invitado a un congreso en Bogotá y decide ir, le comenta a uno de sus pacientes, que es
colombiano y éste le ofrece su casa.

 ϴϲ
Decide asistir y llegando, lo buscan unos amigos de su paciente, lo pasean por la ciudad,
asiste al congreso y el día que regresaba recibe varios obsequios entre ellos, unos zapatos
que le piden se lleve puestos, él los usa y siente que pesan demasiado.

Llegando al D.F. en el aeropuerto es detenido pues los agentes notaron que caminaba raro,
le hacen preguntas, le quitan los zapatos, con una navaja los abren y descubren que en las
suelas llevaba droga.

El sueño de ampliar su clínica se viene abajo, el paciente colombiano nunca más apareció y
él se encuentra recluido y en proceso judicial por daños a la salud.

CASO 9
México Lindo
Oscar vive en Estados Unidos, es el segundo de 4 hijos varones, su padre era contratista y
está enfermo de diabetes, por lo cual poco a poco ha ido perdiendo la vista.

El hermano mayor puso una empresa en E.U.A. y se llevó a sus padres y posteriormente
emigró toda la familia.

Mientras vivió en México, Oscar estuvo en unión libre y tuvo una hija que actualmente
tiene 8 años, pero fue cuando la niña tenía 1 año que, ellos se separaron , él se va a Estados
Unidos, su familia paterna eran quienes estaban al pendiente de la niña, nunca ha dejado de
mandarle dinero.

Ahora vino a México pues anda arreglando sus papeles para estar legal en el Norte, tuvo
una cita en la embajada de México en Ciudad Juárez y le dan una nueva cita en dos meses,
razón por la cual decide venir al D.F. a pasar ese tiempo con su hija.

Él se estaba quedando en casa de su abuela y ahí se llevó a su hija, quién les contó que sus
hermanos varones de 11 y 12 años que no son hijos de Oscar, constantemente abusaban de
ella.

 ϴϳ
Oscar lleva a su hija a la procuraduría, levantan el acta y determinan que la niña fue
abusada pero nunca penetrada (que para el caso es lo mismo, pero para las leyes no es
igual) y que se quedará con su papá.

La mamá de la niña se molesta mucho, pues así ya no recibiría dinero por parte de Oscar.

Él está haciendo todo lo posible por obtener la patria potestad de la niña y llevársela a
E.U.A. en donde está casado con una mujer americana que es enfermera y con quién tiene
otra niña de 2 años.

El tiempo que llevaba en México, transcurría entre juzgados, DIF, terapias para la niña,
pero afortunadamente su esposa le mandaba dinero y todo iba por buen camino, hasta el día
que sale al oxxo con su tío, el cual se detiene en un teléfono público a hacer una llamada,
Oscar se aleja unos metros para esperarlo y en eso llega una patrulla, lo revisan y acusan de
intentar quitarle los rines a un auto, no le encuentran nada, no llevaba herramientas, pero
mientras eso se resuelve está recluido y acusado de robo.

La niña sigue con su abuela, Oscar está haciendo todo lo posible por salir absuelto para
poder regresar a Estados Unidos con su hija y nunca regresar a México.

 ϴϴ
Bibliografía
x Guattari. F. Psicoanálisis y transversalidad. (1976) SXXI. México. Lourau. R El
Estado y el inconsciente (1980) Ed Kairós. Barcelona. España
x Donzelot. J. La policía de las familias (1979) Ed. Pretextos. España.
x Mülhlmann W. Mesianismos revolucionarios del tercer mundo. (1968) Ed.
Allimard. París. Francia. Traducción al español Rafael Reygadas Robles Gil.

 ϴϵ
Crisis de Autoridad y Violencia Social: Actores políticos y sociales frente
a los linchamientos.

Raúl Rodríguez Guillén*

Los distintos órganos encargados de impartir


justicia no cumplen a cabalidad con las
funciones para las cuales fueron estatuidos,
creando un clima de indefensión de la
sociedad frente a los órganos del poder y de no
credibilidad en las instituciones y menos aún
en los encargados de administrar la justicia. Lo
anterior ha provocado reacciones violentas de
la sociedad que ponen en entredicho al Estado
de Derecho.

Introducción.
Es lugar común en México señalar la complicidad entre policías y ladrones, entre
Ministerio Público y ladrones o bandas organizadas, entre jueces y todo tipo de
delincuentes, así como entre líderes políticos y/o religiosos y delincuentes, y es
precisamente esa simbiosis entre autoridad y quien viola la ley la que más ha erosionado la
confianza de la sociedad en quien representa la autoridad y algunas instituciones, dando pie
a la espiral de la violencia que mina algunos de los fundamentos del Estado de Derecho. Al
mismo tiempo es de señalar que son la impunidad, el abuso policíaco, y la desconfianza de
la sociedad en algunas autoridades la razón de la crisis que hoy se manifiesta con acciones
colectivas de carácter violento, particularmente en los linchamientos.

Es también la espiral de la violencia una de las causas de la irritación social, la pérdida de


la seguridad de los bienes, la vida y la dignidad, que ponen a individuos y grupos sociales
en una situación de indefensión y agravio permanente, que aunado a la desconfianza en las
autoridades a dado paso a la violencia colectiva de grupos indiferenciados que abusando del
anonimato que da el actuar en forma colectiva, desfogan la furia antes contenida, bajo la
forma de linchamientos.

*
Profesor-LQYHVWLJDGRU7LWXODU³&´ del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma
Metropolitana, Unidad Azcapotzalco. Coordinador del Grupo de Investigación de Sociología de la
Política y Políticas Públicas.

 ϵϬ
Decir que la acción anónima y espontánea es sinónimo de irracionalidad, o bien que carece
de planeación, es querer negar las implicaciones de la acción colectiva de carácter violento,
que pone en duda a la autoridad misma y en cada linchamiento expresa su rechazo a la
negligencia, corrupción, abuso policiaco, falta de probidad de Ministerios Públicos, Jueces
y de los mismos Gobernadores de los estados de la República mexicana.

Los linchamientos no son un fenómeno nuevo, por lo cual no se debe esperar a que sucedan
para tomar medidas. Las acciones del gobierno, deben ser una mejor procuración de justicia
(pronta y expedita) y una mayor preparación de los integrantes de las corporaciones
policíaca y del Ministerio Público, un eficaz combate a la delincuencia tanto individual
como organizada, así como a la corrupción de policías, Ministerios Públicos, Jueces y toda
clase de funcionarios gubernamentales (del ámbito local, estatal y/o federal).

Los linchamientos sin embargo expresan el malestar de grupos de la sociedad que no


solamente han perdido la confianza en las autoridades, también han identificado al
linchamiento como una forma de poner coto a la delincuencia y han logrado llamar la
atención de los medios de comunicación, de la jerarquía de la Iglesia católica, de
Magistrados, Diputados y Senadores, así como de la sociedad, no solo en México, sino
también a nivel internacional.

Son muchas y variadas las voces que se alzan en contra de la violencia y que al mismo
tiempo señalan uno o varios de los motivos de la violencia, al mismo tiempo que llaman la
atención sobre la falta de autoridad, la debilidad de las instituciones o la crisis de valores y
si consideramos otros tipos de violencia, podemos afirmar que también se encuentra en
crisis el Estado de Derecho y particularmente el monopolio de la violencia de carácter
legítimo62.

62
Al respecto se puede consultar a Max Weber, Economía y Sociedad y El Político y el Científico.
 ϵϭ
1.- Estado de Derecho y Linchamientos.
En los tiempos prehistóricos la sociedad no conoció de cárceles, códigos, jueces ni
verdugos. Al principio sólo existió la venganza privada y durante milenios los individuos y
las comunidades recurrieron a la vendetta, haciéndose justicia por propia mano y
cometiendo excesos y brutalidades sin cuento. Pero en los albores de la civilización, la
autoridad reconocida comenzó a poner diques a la venganza privada, como la famosa Ley
del Talión. Esta ley no incita a la venganza, al contrario, le pone límites. Ojo por ojo y
diente por diente significa que quien sufra un agravio sólo tiene derecho a inferir otro
agravio de igual magnitud a su ofensor. Pero es con el Estado de Derecho que se da cauce
institucional a la conflictividad social y se establecen sistemas de penas con base en leyes
fijas.

La violencia se justifica, sólo cuando esta se ejerce como forma de defensa, como razón
última. La violencia como venganza, entendida esta como forma única de emparejar las
cosas, como medio para restablecer, la falta de un poder común, de un juez imparcial o una
ley reconocida por la mayoría son causa de la violencia, así como el no respeto a la ley por
parte de un miembro de la sociedad o por una autoridad que con sus actos agravia a la
sociedad. Se puede preguntar si en México existe ley reconocida y juez imparcial, si la
autoridad cumple las funciones para las cuales fue investida, si la sociedad reconoce tal
autoridad o bien si la violencia es expresión de su crisis.

El ejercicio de la violencia se justifica en defensa de la propiedad, la vida y la dignidad; en


el mismo sentido, el código penal del Distrito Federal señala en su artículo 15, fracción II
TXH ³IUHQWH D OD LQPLQHQFLD GH XQ DWDTXH HQ TXH SRGUtDPRV VHU OHVLRQDGRV R HQ HO TXH
LQFOXVRSRGUtDPRVSHUGHUODYLGDWHQHPRVHOGHUHFKRDGHIHQGHUQRV´63, a lo que denomina
autotutela debidamente legalizada, que implica excluyentes del delito o excluyente de
UHVSRQVDELOLGDGTXHJDUDQWL]D³TXHQRKDEUiVHFXHODVSXHVHOVXMHWRTXHDFW~DHQGHIHQVD
SURSLD QR VHUi VDQFLRQDGR QL FRQGHQDGR´64. El derecho de resistencia, lo mismo que el
derecho de defensa propia tienen un mismo origen; a saber, la necesidad de la sociedad de
defenderse en el acto en ausencia o bien frente al abuso de una autoridad.

63
.-Cardoso Miranda, Raúl Efraín., Aspectos Jurídicos 2HQ³-XVWLFLDSRU3URSLD0DQR´&RPLVLyQ
Nacional de Derechos Humanos, México, 2002, p. 29.
64
.-Ibidem, p. 17.
 ϵϮ
Algunos juristas han señalado la ineficacia de los Ministerios Públicos, la corrupción que
los corroe y la necesidad de reformas radicales a los órganos encargados de hacer justicia
(ver cuadro 1). En tal sentido el ex Director de la Facultad de Derecho de la UNAM,
Máximo Carvajal considera que México vive una etapa de transición en múltiples ámbitos
de la vida VRFLDO³/DFRPSOHMLGDGGHORVIHQyPHQRVTXHSDGHFHH[LJHVyOLGDVFRQYLFFLRQHV
principios y valores claros, cambios oportunos y sustánciales, así como abrir las estructuras
DODSDUWLFLSDFLyQ\DODFUHDWLYLGDGGHORVHVWXGLRVRV´/XHJRHQHQWUHYLVWDPDnifestó que
³VRQPX\ODPHQWDEOHVORVKHFKRVHQTXHODVSHUVRQDVSRUIDOWDGHDGHFXDGDMXVWLFLDVHOD
están haciendo por su propia mano. Destacó, sin embargo, que la ineficiencia de las
DXWRULGDGHV VH GD SULQFLSDOPHQWH D QLYHO GH ODV PLQLVWHULDOHV ³SRUTXe entre los jueces no
KD\WDO´ 65. Señaló que por actos de corrupción, juego de intereses y presiones políticas las
averiguaciones se integran mal, y eso no conduce a nada positivo. El jurista aseveró que no
puede haber un sistema democrático efectivo, una reforma política o una reforma
económica adecuada, si no hay una justicia clara y lúcida. Al reconocer que los
OLQFKDPLHQWRVSRGUtDQJHQHUDOL]DUVHDJUHJyTXHVLQRVHUHPHGLDHVWDVLWXDFLyQ³TXHGDUiGH
SRUPHGLRHO(VWDGRGH'HUHFKRHQTXHYLYLPRV´ 66.

Ahora bien. Señalar que el problema radica en los funcionarios bajos de las instituciones
responsables de aplicar la justicia (a nivel de las ministeriales), en nada ayuda a las
autoridades más altas, es decir, son tan culpables por permitir la corrupción de los
funcionarios menores, como si ellos mismos cometieran acto de corrupción. Es fácil señalar
que el Estado de Derecho está en crisis o bien que este aún no ha logrado su total
consolidación, o bien que algunos tipos de violencia, por ejemplo los linchamientos son
expresión de los usos y costumbres de comunidades agrarias e indígenas y a partir de esto
explicar la presencia de la violencia en algunas sociedades o regiones del país.67 Lo

65
La Jornada³0XHVWUDQORVOLQFKDPLHQWRVODIDOODHQORVVLVWHmas de justicia: Opina el Director de
OD)DFXOWDGGH'HUHFKR´GHVHSWLHPEUHGHS
66
La Jornada³0XHVWUDQORVOLQFKDPLHQWRVODIDOODHQORVVLVWHPDVGHMXVWLFLD2SLQDHO'LUHFWRUGH
OD)DFXOWDGGH'HUHFKR´GHVHSWLHPEUHGHS
67
.-Carlos M. Vilas desarrolló un modelo de explicación de los linchamientos en México, en el cual
pone el acento explicativo a partir de la simultaneidad de dos tipos de reglas sociales: jurídica o
positiva una y de usos y costumbres o tradicional la otra, señalando que los linchamientos son
prácticas tradicionales del México Indígena y rural en donde el Estado de Derecho no opera y la
venganza como costumbre se impone, al margen del México moderno de normas y leyes,
presuponiendo que la violencia a adquirido en la comunidades y pueblos del país un rango de
SUiFWLFDFXOWXUDOGHFXOWXUDGHODYLROHQFLD³(In)justicia por propia mano: los linchamientos en el
 ϵϯ
anterior supone que los grupos indígenas y de campesinos son en esencia violentos (grupos
irracionales de la sociedad), así como los pobres de las sociedades son potencialmente
ladrones y asesinos (debido a sus carencias económicas, son quienes tienen razones para
delinquir), mientras que en las zonas urbanas priva la racionalidad, lo cual rechazamos de
manera enfática, pero al mismo tiempo es necesario explicar cómo y porqué se desarrolla la
violencia en las zonas urbanas, a las cuales no les son ajenos los linchamientos68.

En la comunidad de Acalco, municipio de Chilapa de Álvarez, estado de Guerrero,


³DKRUFDURQ DO FDPSHVLQR Marcos García Rodríguez, tras acusarlo de robo, violaciones y
abigeo (...), el campesino (...) fue detenido cuando robaba un cerdo y un burro, y lo
encerraron en la cárcel local (...), Una vez que confesó su participación en asaltos,
violaciones y robo de ganado, junto con cinco personas más. En asamblea realizada en la
FRPLVDUtD GHFLGLHURQ DKRUFDUOR´69. La justificación es la misma, es decir el no
cumplimiento por parte de la autoridad, que en palabras de uno de los pobladores dice:
³(VWDPRVFDQVDGRVGHTXHODSROLFtDGHOHVWDGRGHMHOLEUHVDORVGHOLQFXHQWHV´70, por lo cual
el Comisario Municipal de Acalco, Anastacio Castañeda Ramírez y un grupo de
campesinos expresaron que decidieron matar a Marcos GarcíD³para que sirva de ejemplo a
los malhechores que tienen asolada a la región´71.

México contemporáneo´ HQ Revista Mexicana de Sociología, México, UNAM, # 1 año 2000. El
problema radica en que el linchamiento no sólo se expresa en zonas rurales o pueblos, sino también
en zonas urbanas, por colectivos indiferenciados que comparten un viaje en autobús y que frente a
un acto de despojo violento reaccionan violentamente, linchando al ladrón.
68
.- Los linchamientos en las ciudades, sobre todo a bordo de autobuses de pasajeros tras algún
intento de robo, son cada vez más frecuentes, lo mismo en la ciudad de México (el paradero de
autobuses urbanos que se localiza en las inmediaciones del Metro Indios Verdes ha sido escenario
de al menos 4 linchamientos), lo mismo ha sucedido en Guadalajara o en el estado de México, en
GRQGHQRVRQFRPXQLGDGHVWUDGLFLRQDOHV³TXHDSOLFDQHOSULQFLSLRGHXVRV\FRVWXPEUHV´VLQRPiV
bien grupos de vecinos de las colonias de la ciudades, que sin conocerse entre ellos, sin tener más
allá de experiencias compartidas, como son el robo a mano armada, frecuente en las grandes
ciudades, pero no menos indignante, grupos en sentido estricto, anónimos, pues no se conocen entre
ellos, utilizan el recurso de la defensa legítima, del linchamiento. Puede uno preguntarse en tales
casos ¿a quién o quiénes se va a castigar?, ¿acaso al chofer, por su vínculo con el micro o autobús?,
casos hay que permiten reflexionar sobre este viejo y al mismo tiempo nuevo fenómeno, los
linchamientos. Lo único que se puede castigar en caso de evidencia fílmica o testimonial es por
lesiones, pero no por asesinato debido a que es imposible de entre la multitud determinar quien dio
el golpe de muerte.
69
.- Pacheco, Hugo y Rodolfo Villalva, "Pobladores de Chilapa, Guerrero, Ahorcaron a un presunto
violador", en La Jornada, 16 de abril de 1998. p.41.
70
.- Ibidem. p.41.
71
.-Ibidem. P. 41.
 ϵϰ
Decir que los linchamientos tienen un carácter ejemplar que pretende señalar a delincuentes
y autoridades que los limites sociales han sido rebasados, por lo cual en adelante tomaran
medidas iguales en contra de quien interrumpa la tranquilidad de los miembros de este
grupo de la sociedad, la ejemplaridad expresa la desconfianza en los cuerpos policíacos y
Ministerio Público. Pero es al mismo tiempo un retroceso en el grado de
institucionalización de la autoridad, es volver a la ley del más fuerte, no del más justo, que
pone en entredicho por tal razón al aparato de justicia en su conjunto.

Sobre el mismo tema, el jurista Raúl Carrancá y Rivas señala que: ³ORVOLQFKDPLHQWRVVRn
injustificables, pero explicables. Manifestó que, constitucionalmente es indebido que la
población se haga justicia por su propia mano. Los linchamientos son injustificables, pero
también explicables, y revelan que la autoridad ha fallado, (...) porqué cuando ese tipo de
cosas suceden en el panorama social del país es porque la autoridad no cumple
debidamente con sus obligaciones. Revelan que la población ya no cree en sus autoridades,
TXH HO SXHEOR VH FDQVy \ VH KDFH MXVWLFLD SRU VX SURSLD PDQR´72 Mientras, el también
MXULVWD,JQDFLR%XUJRD2ULKXHODGHVWDFDTXH³ODFRUUXSFLyQHVORTXHWLHQHD0p[LFRHQHO
estado actual´73.

Ambos juristas consideran que de continuar con ese problema, se puede caer en la anarquía
y la barbarie, y resaltan la necesidad de reforzar los cuadros de justicia, para que
UHDOPHQWH DFW~HQ \ HO SXHEOR WHQJD OR TXH SLGD MXVWLFLD SURQWD \ H[SHGLWD ³MXVWLFLD D
VHFDV´ /D QR DSOLFDFLyQ GH OD MXVWLFLD HQ IRUPD UiSLGD \ RSRUWXQD DVt FRPR ODV IDOODV
constantes de los cuerpos policíacos generan irritación en amplios grupos de la sociedad
que se expresan como violencia social, como linchamiento y expresan la situación de crisis
en que se encuentra la autoridad.

La satisfacción de la ira no siempre se rige por el sentimiento de justicia y muchas de las


veces se convierte en acto de injusticia, en abuso , el abuso que da la acción colectiva, que
encuentra forma en el anonimato, como paso en Zapotitlan de Tablas, Guerrero o en
Tlahuac, Distrito Federal, al respecto dice el Procurador de Justicia del Distrito Federal,
72
.-La Jornada³0XHVWUDQORVOLQFKDPLHQWRVODIDOODHQORVVLVWHPDV de justicia: Opina el Director
GHOD)DFXOWDGGH'HUHFKR´GHVHSWLHPEUHGHS
73
.-La Jornada³0XHVWUDQORVOLQFKDPLHQWRVODIDOODHQORVVLVWHPDVGHMXVWLFLD2SLQDHO'LUHFWRU
GHOD)DFXOWDGGH'HUHFKR´GHVHSWLHPEUHGHS
 ϵϱ
%HUQDUGR%DWt]³es difícil establecer culpabilidad y aún más reconocer sus causas (...) Son
demasiadas las personas responsables, y son también muchos los testigos, pero todos son
cercanos: familiares o vecinos, por lo que no es IiFLOREWHQHUODYHUGDG´74.

Las autoridades saben que están siendo rebasadas por la sociedad, en un punto que se
considera reservado para los órganos encargados de aplicar la justicia, al mismo tiempo que
no aciertan a castigar a quienes participan por no existir imputaciones directas, es decir el
espíritu de Fuenteovejuna se impone al Estado de Derecho, la justicia por propia mano
expresa la crisis de autoridad y señala que las causas de la barbarie, que se expresan en
los linchamientos, tiene en la no aplicación de la justicia el motivo que más ofende a la
sociedad.

En el mismo sentido el entonces Subprocurador de Averiguaciones Previas de la PGJDF,


Álvaro Arceo Corcuera, señala refiriéndose a un linchamiento ocurrido en el Distrito
)HGHUDO TXH ³ORV KHFKRV RFXUULGRV VRQ µXQD UHPLQLVFHQFLD GH )XHQWHRYHMXQD GH &DQRD
SXHVQRKD\LPSXWDFLRQHVGLUHFWDVHVGHFLUIXHURQWRGRV\QLQJXQRDODYH]¶\VHFRUUHHO
riesgo de que queden archivados de no existir denuncias o testimonios directos (...). Cuando
un sector de la población llega a juicios inmediatos y una de esas condenas es la muerte, sí
hay que preocuparse, ver qué está sucediendo, desde el punto de vista Psicológico, sobre
todo cuando no debe proliferar como una forma de defensa, aun cuando no es un hecho
DLVODGR´75. La celeridad de los actos colectivos que expresan la furia y el deseo de venganza
son parte de la violencia sin freno, pero no coincidimos con el subprocurador Arceo
Corcuera en considerar al linchamiento como una forma de defensa, pues sería tanto como
darles la razón a los linchadores.

Como ya habíamos señalado, las autoridades dependen de las testimoniales, de las


fotografías que se pudieron haber tomado y de la colaboración del Pueblo, porque cuando
todos se asumen como culpables, se puede presumir que no habrá castigo, menos aún si la
autoridad depende de los testimonios de los mismos participantes, de sus familiares o
vecinos, es decir, se mantiene oculta la identidad de los actores ahí radica el hecho del

74
La Jornada. 8 de diciembre del 2002, p. 32.
75
.- *yPH]/DXUD6XVDQD*RQ]iOH]\&ODXGLD+HUUHUD%HOWUiQ³(OOLQFKDPLHQWRHQ7ODOSDQSDUWH
GHODFXOWXUDGHO0p[LFRSURIXQGR$0/2´HQLa Jornada, México, 28 de julio del 2001, p. 30.
 ϵϲ
anonimato de quienes ocultan su participación en el colectivo indiferenciado. La
declaración de culpabilidad colectiva es la mejor manera de impedir el castigo de los
participantes, al mismo tiempo que genera la certeza de que al castigar por medio del
linchamiento se ha marcado el rumbo de que la autoridad debe de cumplir con sus
funciones para, de esta manera evitar otro linchamiento. Es el actor anónimo, cuyos
participantes comparten solamente la acción violenta de manera espontánea o no pero de
manera ocasional.

El Presidente de la Suprema Corte de Justicia del Estado de México, Luis Miranda Cardoso
señala, refiriéndose a un linchamiento, que: ³ODDFWXDFLyQGHORVSDVDMHURVGHODXWRE~VTXH
GLHURQPXHUWHDXQDVDOWDQWHIXHµHQGHIHQVDSURSLD¶GHELGRDTXHHVWDVSHUVRQDVYLHURQ
en peligro su vida y su patrimonio. La ley nos faculta cuando vemos en peligro nuestra
vida, nuestro patrimonio. La ley autoriza a hacerse justicia por mano propia, la ley lo
SHUPLWH VH OODPD OHJtWLPD GHIHQVD´76. La ley autoriza a los miembros de la sociedad a
ejercer la defensa de su vida, propiedad y dignidad, como ya vimos, pero la defensa propia
no siempre funciona y en su nombre ejercen grupos sociales actos de violencia que nada
tienen de legítimos, justos, ni legales.

El riesgo de que escenas como las de Milpa Alta y Tlahuac en el Distrito Federal,
Axochiapan en Morelos, Zapotitlan en Guerrero, el Mexe en Hidalgo, entre otros de la
misma naturaleza, se generalicen o bien se considere como forma de solución a la falta de
alternativas para erradicar la violencia, los linchamientos tendrán campo fértil, así lo
considera en un comunicado oficial, la CDHDF que aseveró que en las últimas fechas, en
distintas partes de la República, en áreas rurales y urbanas, existe una recurrencia a los
linchamientos o de su tHQWDWLYD³)XHQWHRYHMXQDMXVWLFLDSRSXODUMXVWLFLDSDUDOHODMXVWLFLD
por propia mano, descomposición social o falta de confianza en las instituciones de

76
.- Chávez González, 6LOYLD³$FWXDURQHQGHIHQVDSURSLDORVSDVDMHURVTXHPDWDURQDXQODGUyQ
/XLV0LUDQGD&DUGRVR3UHVLGHQWHGHO76-´HQ/D-RUQDGDGHRFWXEUHGHS(OPLVPR
0DJLVWUDGRDJUHJyTXH³ORVSDVDMHURVIXHURQYtFWLPDVGHXQDWDTXHYLROHQWR\TXHHO artículo 17,
fracción primera del Código Penal, prevé el uso de la violencia como último recurso para defender
la vida, patrimonio u honor. (...) es un acto licito, y se legítima cuando ve amenazada su vida como
LQHYLWDEOH´/RPLVPRVHDSOLFDFXDQGRXQPiembro de alguna institución, investido de autoridad
abusa de su cargo, tal como lo señala John Locke, en Ensayo Sobre el Gobierno Civil, México, Ed.
Gernika, 1987. El derecho de rebelión, es un acto que se justifica frente al abuso de los gobernantes
y/o cualquier ciudadano que atente contra la vida, la propiedad o la dignidad de cualquier persona.
 ϵϳ
procuración de justicia han sido algunas de las justificaciones con las que se ha tratado de
dar sentido a acontecimientos cuya naturaleza es necesario entender en su dimensión
SUHFLVDUHPDUFy´77.

El buen funcionamiento del orden político y social, expresa el nivel de legitimidad que las
instituciones y quienes las representan han logrado, asimismo el respeto a las costumbres o
ELHQ D ODV OH\HV VRQ OD PHGLGD GH OD FUHHQFLD PLVPD GHO RUGHQ TXH  VLHPSUH ³DSDUHFH
referido a la voluntad de una conciencia colectiva que, al reducir la violencia a razón,
implementa su búsqueda de sentido, en el proyecto de un orden social deseable. Esta
voluntad de una conciencia colectiva es la esencia de lo que citamos al hablar de autoridad
SROtWLFD´78.

Es la restitución de la autoridad, la recuperación de la credibilidad, la aplicación recta de la


justicia, el cumplimiento estricto de la función pública son las vías para evitar qué el
espíritu de Fuente Ovejuna siga recorriendo los diferentes estados de la República, es la
autoridad la responsable del crecimiento de los linchamientos y de la violencia en general.

Son diversas las expresiones desde la sociedad e instituciones, pero en el fondo coinciden
en señalar la situación de crisis de autoridad que está viviendo el país, en tal sentido el
director de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), Máximo Carvajal señala que ³ORVOLQFKDPLHQWRVWLHQHQFRPRXQDGHVXVFDXVDV
la falla de los sistemas de justicia. Los linchamientos en diversas partes del país son una
PXHVWUDGHTXHHVWiQIDOODQGRORVVLVWHPDVGHMXVWLFLDORFDOHV´79.

Es recurrente el que miembros de los cuerpos policiacos en abuso de sus funciones, sin
orden judicial detengan o pretendan detener a ciudadanos comunes, a veces actuando con
prepotencia, golpean y extorsionan a los detenidos y sus familiares, acusan de actos no
cometidos y no presentan a los detenidos ante el Ministerio Público, lo que llega a provocar

77
.-Llanos Samaniego, Raúl, La Jornada ³+DFHU MXVWLFLD SRU SURSLD PDQR RILFLR GH WLQLHEODV
&'+')´0p[LFRGHRFWXEUHGHS
78
.-Barbeito, José. La Violencia y la PolíticaHQ³9LROHQFLD\3ROtWLFD´*XLOOHUPR<HSHV FRRUG 
Monte Ávila editores, Venezuela, 1972. p. 71.
79
.-La Jornada³0XHVWUDQORVOLQFKDPLHQWRVODIDOODHQORVVLVWHPDVGHMXVWLFLD2SLQDHO'LUHFWRU
GHOD)DFXOWDGGH'HUHFKR´de septiembre de 1996, p. 14.
 ϵϴ
la ira de familiares, amigos y vecinos, generando la idea de que la autoridad abusa y
ofende, en tal sentido:

³+DELWDQWHVGHODFRPXQLGDGGH2FRWHSHFLQWHQWDURQOLQFKDUD un miembro
de la Policía Judicial, quien, acompañado de otros tres agentes, se
disponían a detener a un comunero sin la orden de aprehensión respectiva,
violentamente y sin identificarse. De acuerdo con versiones de testigos
presénciales, los policías judiciales Santiago Salgado Alonso, Arturo
Pérez, Ernesto Alvarado y Rufino Arellano, a bordo de dos autos de
reciente modelo interceptaron la camioneta en que viajaba Jesús Díaz
Osorio en compañía de sus padres y, a golpes, intentaron subirlos a los
automóviles. A Díaz Osorio lo acusan los agentes de robo de vehículo y
despojo de tierras. (...) Esta acción de prepotencia provocó el enojo de los
vecinos del lugar, quienes exigieron a los policías la orden de aprehensión
y, a cambio, los judiciales les mostraron sus armas, por lo que los
lugareños los agredieron verbalmente. Ante esto, tres de los agresores
lograron escapar, mientras que a Santiago Salgado Alonso, después de
golpearlo, intentaron quemarlo y hasta colgarlo de un árbol. Sin embargo,
el linchamiento fue frustrado por autoridades municipales, quienes
ILQDOPHQWHFRQGXMHURQDOMXGLFLDODODFiUFHO´ ϴϬ.

De la misma forma ya desde 2002 había muchas voces de rechazo a los linchamientos, a la
vez de poner en tela de juicio a las autoridades, sobre todo policíacas y jueces, aunque es
SRU LJXDO UHVSRQVDELOLGDG GH ODV DXWRULGDGHV SROtWLFDV (V DVt TXH  ³/RV &HQWURV GH
Derechos Humanos Fray Francisco de Victoria, Miguel Agustín Pro Juárez, la Comisión
Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, Acción de los Cristianos
contra la tortura y el Centro Mexicano contra la Tortura y el Centro Nacional de
Comunicación Social (Cencos), señalaron que los linchamientos son inaceptables e
LQMXVWLILFDEOHV´ \SLGLHURQDO JRELHUQRFDSLWDOLQR DSOLFDUODOH\ \Qo excusarse en que son
³SXHEORV EiUEDURV ORV TXH OR FRPHWHQ \ TXH KD\ TXH UHVSHWDU VXV WUDGLFLRQHV 1LQJXQD
WUDGLFLyQRFXOWXUDSXHGHHVWDUSRUHQFLPDGHORVGHUHFKRVKXPDQRVQLGHODOH\´ 81

Podemos afirmar que la corrupción que mina a las instituciones públicas se debe en gran
medida a la creciente brecha entre instituciones públicas y sociedad, es decir, a la no

80
.- *XHUUHUR)UDQFLVFR³,QWHQWDQOLQFKDUDXQMXGLFLDOKDELWDQWHVGH2FRWHSHF0RUHORV3UHWHQGtD
GHWHQHUDXQFRPXQHURVLQLGHQWLILFDUVH´HQLa Jornada, 24 de enero de 1997, p. 16.
81
La Jornada³(Q0LOSD$OWDVHGLRPHQVDMHGHTXHODMXVWLFLDQRIXQFLRQDDGYLHUWHOD&1'+')´
7 de diciembre. del 2002, p. 37.
 ϵϵ
separación entre el bienestar público y el interés privado, que ha generado entre los
funcionarios una creciente utilización de la función pública como medio para enriquecerse,
subordinando las instituciones y los valores políticos a los económicos 82, envileciendo el
orden y dando paso a la acción de los actores anónimos, producto de las sociedades de
masas83, sociedades fragmentadas, cuya característica es la heterogeneidad y el silencio en
un mundo de ruido que los prepara para actuar, para actuar de manera colectiva, de modo
indiferenciado, pero con el sentimiento común de hacerse justicia, si es necesario, por
propia mano.

Señala, Ortega y GassHWHQVXOLEUR/D5HEHOLyQGHOD0DVDVTXH³(QORVPRWLQHVTXHOD


escasez provoca suelen las masas populares buscar pan, y el medio que emplean suele ser
destruir las panaderías. Esto puede servir como el símbolo del comportamiento que en más
vastas y sutiles proporciones usan las masas actuales frente a la civilización que las
QXWUH´84, Nosotros, parafraseando a Ortega y Gasset, creemos que los motines, las revueltas
y las rebeliones de la época actual, que tienen como origen la crisis de autoridad, tienen
como medio de satisfacer su ira, la destrucción del símbolo de la autoridad, a saber
apropiarse de la impartición de la justicia contra quienes la violentan o contra quienes dejan
de aplicarla, siendo este su deber. Ante la falta de autoridad, la sociedad toma en sus
manos los asuntos que le ofenden para darles solución, no siempre la mejor ya que con
frecuencia comete abusos, esto debido a que precisamente para eso sirve la autoridad,
para evitar los abusos de la sociedad misma.

82
.- Cf. Al respecto se puede consultar la obra de Samuel Huntington. El Orden Político en las
Sociedades en Cambio. Paídos, 1991, pp.63-64, en donde aborda el fenómeno de la crisis de valores
en momentos de cambio política, en donde corrupción y violencia son las dos caras de la falta de
institucionalización de la participación de la sociedad. Es Emile Durkheim quien mejor expresa la
crisis de valores como causa de la violencia, aunque destaca el carácter reactivo en un proceso de
modernización e individualización, algo diferente sucede en los linchamientos en donde la reacción
violenta es frente a la violencia, no frente a la modernización.
83
.- A decir de Ortega y Gasset, "la masa es el conjunto de personas no especialmente cualificadas
(...) el hombre medio (...) es el hombre en cuanto no se diferencia de otros hombres, sino que se
repite en sí un tipo genérico (...) la formación normal de una muchedumbre implica la coincidencia
de deseos, de ideas, de modo de ser de los individuos que la integran" en La Rebelión de las Masas,
Alianza ed. p. 48. Mientras que para Elias Canetti, la masa "no conoce ni sexo, ni edad, ni rango:
todos actúan como iguales", la masa es un fenómeno propio de la época moderna, en Masa y Poder,
Alianza/Muchnik, Madrid, p.28. Ese actor anónimo, indiferenciado, que coincide en deseos e ideas,
que no distingue edad, sexo, ni rango, es al que nos referimos, pero los deseos e ideas a que nos
referimos están asociados a la búsqueda de la justicia, aunque esta sea por propia mano.
84
.- Ortega y Gasset La Rebelión de las Masas, Alianza Editorial, Madrid, 1984, p. 87.
 ϭϬϬ
Es necesario agilizar la procuración de justicia, hay que fortalecer rápidamente la cultura de
derechos humanos en el país, que se conozca la ley, se aplique la cultura de la legalidad y
que la procuración de justicia se haga más eficiente. El camino más corto, es el camino que
señala que es necesario corregir prepotencia, abuso de autoridad, así como negligencia y
corrupción, son los linchamientos expresión de que es necesario corregir, de que la
sociedad lanzo un ya basta a las autoridades y que toca a estas corregir el camino. De lo
contrario tendremos que aceptar que el espíritu de Fuenteovejuna se impuso al Estado de
Derecho. (Ver cuadro 1)

Si no queremos que el espíritu de Fuenteovejuna siga recorriendo colonias y rancherías,


pueblos y comunidades, que siga viajando en microbús y linchando los símbolos de la
sociedad moderna, es decir leyes y autoridades instituidas, se requiere generar confianza en
instituciones y prácticas de aplicación eficaz de la ley y la justicia. Es necesario tener
confianza en la autoridad y no intentar la justicia por propia mano, pues existen leyes. Es
necesario contar con mayor número de policías, mejor preparados, más honestos y tener
un mayor acercamiento con la ciudadanía para así evitar intentos de linchamiento.

La solución está en el campo de las autoridades, en generar la confianza necesaria para que
la legitimidad perdida sea restituida a partir de actos apegados a la función pública, a las
reglas que permitan una nueva relación entre sociedad y autoridad, recomponer dicha
relación depende del cumplimiento cabal de la ley, evitando corrupción e impunidad, pues
el mayor mal de las instituciones es la impunidad asociada a la corrupción y expresada
como violencia social, como violencia colectiva. Son diversas las expresiones, pero en el
fondo coinciden en señalar la situación de crisis de autoridad que está viviendo el país.

En el sentido antes expuesto la Comisión Nacional de Derechos Humanos lo mismo que la


del Distrito Federal, y algunas Organizaciones No Gubernamentales han puesto el dedo
sobre la llaga es en las fallas en la autoridad en donde hay que buscar al culpable de la
violencia. Podemos coincidir en la condena a la violencia social, así como en los yerros de
jueces y Ministerios Públicos, en los excesos de los grupos policiacos, así como en la crisis
de legitimidad de la misma iglesia que no ha logrado influir en la sociedad religiosa para
que se abstenga de ejercer la violencia, a ello cabe agregar que existe una simbiosis de
policías y ladrones. Ex-policías convertidos a ladrones y ladrones convertidos a policías, o
 ϭϬϭ
bien ambas situaciones al mismo tiempo, lo cual es del dominio público85. Baste mencionar
solo algunos casos: El General Jesús Gutiérrez Rebollo, encargado de combatir al
narcotráfico, colaboraba con el mismo; el Capitán Jesús Miyasagua, encargado de la
Brigada Anti-secuestros, actuaba en complicidad con los secuestradores en el estado de
Morelos; o bien, los encargados de combatir el robo de autos, de lo cual abundan casos, no
solamente participan, sino que hasta son los responsables de la organización de las mismas
bandas, y qué decir de los agentes que torturan, asaltan, matan, estafan, etc.

Un buen ejemplo de lo anterior es lo suscitado en el municipio de Jonacatepec, estado de


Morelos, donde los pobladores capturaron y encarcelaron al Subprocurador del estado,
hasta que se enjuiciara y condenara a los seis agentes responsables de la muerte de tres
pobladores, obligando al Gobernador del estado, Antonio Rivapalacio, a negociar
directamente, con un pueblo indignado86. Los resultados fueron el restablecimiento del
orden, en donde el gobierno estatal reconoce la justeza de las demandas y les da
satisfacción, aunque la solución es parcial y por lo tanto su temporalidad puede ser corta.
Cabe destacar que uno de los logros de esta comunidad de brindarse su propia seguridad
implica en el fondo la recuperación de un principio de autonomía política, en donde la
comunidad ejerce legítimamente la autoridad que las instituciones han perdido. Cabe
preguntarse si lo anterior ¿es el camino que la sociedad tiene que seguir para contener
delincuencia, impunidad y abuso de autoridad? O bien las instituciones han de corregir las
prácticas que hoy privan en la sociedad en México.

0LJXHO ÈQJHO *UDQDGRV &KDSD HQ VX DUWtFXOR ³9LROHQFLD GH -RQDFDWHSHF´ DQDOL]D ODV
GLIHUHQWHVYHUVLRQHVVREUHORVKHFKRVSHURDJUHJDTXH³HQ7HPRDFPXQLFLSLRLQPHGLDWRD
Jonacatepec, un caso de violencia semejante tuvo lugar en 1974. Los agentes judiciales
cometían atrocidades a su antojo: culpables de golpear a vecinos del lugar, la población
apresó a unos agentes, y los entrego al cuartelillo de Cuautla, pero sus compañeros los
liberaron. Un par de meses más tarde otros agentes entraron a Temoac con la intención de

85
En Axochiapan, Morelos, nos dice Guillermo Correa, "Hartos de la inseguridad y de los abusos
de agentes judiciales involucrados en asaltos, una muchedumbre de indios nahuatlacos persiguió y
detuvo a cuatro delincuentes que fueron golpeados, amarrados y trasladados al centro de la
población Marcelino Rodríguez del Municipio de Axochiapan, donde después de un juicio popular,
se decidió que murieran fusilados" Correa Guillermo. Proceso, núm. 917, 30 de mayo de 1994, p.
36.
86
.-La Jornada, 6 de Agosto de 1993, p. 17.
 ϭϬϮ
extorsionar a un curandero, puesto que ya había sido su víctima, el médico descalzo estaba
prevenido, convoco a gente que lo apreciaba y los judiciales fueron también detenidos para
que no se repitiera la engañifa de poco antes, esta vez no fueron entregados a autoridad
alguna. Al día siguiente, como parte de un ritual de la frustración ciudadana, los agentes
(tres más una persona que por casualidad los acompañaba) fueron quemados en la plaza del
pueblo. $FDVRSRUUHFXHUGRVFROHFWLYRVGHODEDUEDULHTXHFRQYRFDDODEDUEDULH´ 87

87
.- Miguel Ángel Granados Chapa. en El Financiero, "Violencia de Jonacatepec", del 10 de agosto
de 1993, p. 41.
 ϭϬϯ
Cuadro 1
Magistrados y Juristas Frente a los Linchamientos.
Actores Posición frente a los Causas de los linchamientos
linchamientos
Presidente de la suprema corte de La ley nos faculta cuando vemos La actuación de los pasajeros del
Justicia del Estado de México, en peligro nuestra vida, nuestro autobús que dieron muerte a un
Luis Miranda Cardoso patrimonio. La ley autoriza a asaltante fue en defensa propia,
hacerse justicia por mano propia, debido a que estas personas
la ley lo permite y se llama vieron en peligro su vida y su
legítima defensa patrimonio
Procurador de Justicia del Son demasiadas las personas Es difícil establecer culpabilidad
Distrito Federal, Bernardo Batíz responsables, y son también y aún más reconocer sus causas
V. muchos los testigos, pero todos (...)
son cercanos: familiares o
vecinos, por lo que no es fácil
obtener la verdad
Sub procurador de Dependemos mucho de los Cuando un sector de la población
Averiguaciones previas testimoniales, de las fotografías llega a juicios inmediatos y una
Desconcentradas (PGJDF), que se puedan haber tomado y de esas condenas es la muerte, si
Álvaro Arceo Corcuera que podamos conseguir en este hay que preocuparse, ver que ésta
momento, porque hasta ahora no sucediendo, desde el punto de
hemos encontrado colaboración vista psicológico, sobre todo
del pueblo cuando no debe proliferar como
una forma de defensa, aun
cuando no es un hecho aislado.
Director de la Facultad de Son muy lamentables los hechos Los linchamientos en diversas
Derecho de la UNAM, Máximo en que las personas, por falta de partes del país son una muestra
Carvajal adecuada justicia se la estén de que están fallando los sistemas
haciendo por su propia mano de justicia.
Destacó que las ineficiencias de
las autoridades se dan
principalmente a nivel de las
ministeriales, porque entre los
jueces no hay tal.

 ϭϬϰ
Actores Posición frente a los Causas de los linchamientos
linchamientos
Jurista Raúl Carrancá y Rivas Los linchamientos son Cuando ese tipo de cosa sucede
injustificables, pero explicables. en el panorama social del país es
(...) Constitucionalmente es porque la autoridad no cumple
indebido que la población se haga debidamente con sus
justicia por su propia mano obligaciones. Revelan que la
población ya no cree en sus
autoridades, que el pueblo se
cansó y se hace justicia por su
propia mano
Jurista Ignacio Burgoa Orihuela La corrupción es lo que tiene a
México en el estado actual.
Dirigentes de agrupaciones de Estos hechos son un síntoma de
Abogados la incapacidad de las autoridades
municipales y estatales para
contrarrestar los índices de
inseguridad pública en la zona
metropolitana de Guadalajara
Elaboración propia, con información de La Jornada.

Como podemos apreciar en el cuadro, abogados, jueces y magistrados coinciden en señalar


la corrupción y las fallas en los sistemas de justicia como las causas más profundas de la
violencia social y en particular de los linchamientos. Es la falta de credibilidad en jueces y
ministerios públicos, al mismo tiempo que los límites de la sociedad han sido rebasados.
Corregir las faltas que comete la autoridad son un paso en la solución de la violencia, no el
único, pero si uno de los más importantes para recuperar la credibilidad de las autoridades e
instituciones.

1.- Derechos humanos y linchamientos.


Los linchamientos, como hemos señalado líneas arriba, expresan rechazo a funcionarios e
instituciones; son una de las formas que diferentes grupos de la sociedad utilizan para
indirectamente linchar a las autoridades y sus símbolos, al mismo tiempo que ocupan el
lugar que las autoridades, tanto legales como tradicionales han dejado de ocupar. La

 ϭϬϱ
violencia es siempre un recurso extremo, es el último, por medio del cual se dramatizan las
demandas de grupos que frente a la negligencia de las autoridades emplean para llamar la
atención. Es de señalar que los linchamientos no son justificables desde ningún punto de
vista, pero no podemos dejar de observar que son un recurso extremo, polémico y
condenable.

Para los organismos encargados de la defensa de los derechos humanos, los linchamientos
ponen el acento en la necesidad de lograr una justicia pronta y eficaz, al mismo tiempo que
llaman la atención de las autoridades policiacas y judiciales, lo mismo que políticas.

La justicia es un valor superior que implica interacción entre grupos de individuos y es pilar
de la convivencia humana, pero es además un objetivo profundamente enraizado desde el
surgimiento del Estado liberal y democrático, ya que tiene como elemento constitutivo la
protección de los derechos fundamentales, de los derechos humanos; ende la justicia se
materializa en la protección de tales derechos por medio del entramado institucional del
Estado. La erosión del Estado de Derecho, que puede presentarse de diversas maneras,
socava la defensa de los derechos humanos y permite que la violencia exprese la crisis de la
aplicación de la ley, al mismo tiempo que de sus instituciones.

Para algunos miembros de la Comisión Nacional y las Comisiones estatales de Derechos


Humanos el tema de los linchamientos ha merecido diversos comentarios, así como
recomendaciones, en algunos de los casos más sonados en los medios de comunicación,
decir que los linchamientos son en sí una violación a los derechos humanos obliga a buscar
la causa de los linchamientos y el papel de las autoridades frente a dicho fenómeno (ver
cuadro 2). Toda recomendación de las Comisiones de Derechos Humanos implica
reconocer culpabilidad por negligencia u omisión de parte de la autoridad.

En tal sentido Jorge Madrazo Cuellar (siendo Ombudsman Nacional de los Derechos
Humanos) refiriéndose a los linchamientos, señalaba que ³ODOH\SURKtEHTXHODVSHUVRQDV
se hagan justicia por propia mano; las personas no pueden actuar delincuencialmente ante
los delincuentes; eso, con independencia de que es necesario que los sistemas de
procuración y administración de justicia trabajen de una manera más ágil, más

 ϭϬϲ
HILFLHQWH´ϴϴ, el no respetó a la ley, a la autoridad, o al Estado expresa la crisis misma del
SRGHU SROtWLFR GHO RUGHQ /OHYDU D OD SUiFWLFD ³HO KDFHU MXVWLFLD SRU SURSLD PDQR´ HV
sinónimo de poner en tela de juicio a los órganos encargados de aplicarla, es en suma
expresión de crisis de autoridad.

Cuestionar la autoridad, las instituciones, las leyes o al mismo Estado de Derecho, implica
reconocer fallas en la aplicación de la ley, negligencia de los responsables de aplicarla, pero
es ante todo falta de legitimidad, falta de autoridad, en el sentido planteado por Max Weber.
Cuando individuos o grupos de la sociedad han dejado de creer en quienes tienen la
responsabilidad de mantener el orden, considerando que quienes tienen como función
aplicar la ley han cedido, erosionando los fundamentos inmediatos de las instituciones no
podemos menos que señalar el vacío que se genera entre sociedad y representantes de las
instituciones. Es precisamente el vacío generado entre sociedad y autoridad el que posibilita
la acción violenta, al margen y aún en contra de la ley, de las instituciones y sobre todo de
miembros de la misma sociedad, como sucede en casi todos los casos de linchamiento.

Al respecto Emilio Álvarez De Icaza, siendo Ombudsman de la Ciudad de México, tiene


razón cuando señala que: ³(O JUXSR GH 0LOSDOWHQVHV TXH GHFLGLy KDFHU MXVWLFLD SRU VX
propia mano lanzó un mensaje directo a las autoridadHVGHTXHODMXVWLFLDQRIXQFLRQD´, o
expresado de manera diferente, pero en el mismo sentido: José Luis Soberanes Fernández,
siendo Ombudsman Nacional, dice: ³FRQVLGHURXQKHFKRJUDYHTXHODVRFLHGDGFLYLOWRPH
justicia por propia mano, pues pone en tela de juicio no solo el aparato de justicia, sino al
Estado de Derecho, (agrega) no hay más que un paso para caer en la turba multa y en su
imperio irracional, ya que la turba multa no le da cuenta a nadie de sus actos, sino a sí
misma. Se erige en pueblo pero en realidad es sólo su imagen deforme, la que puede actuar
como horda, grito, siembra de imposición, violencia, muerte y barbarie (...) Cuando un
grupo de la sociedad civil decide dejar de acatar la ley, debilita la posibilidad de un orden
democrático coQLQVWLWXFLRQHVUHVSHWDEOHV\UHVSHWDGDV´

88
.-La Jornada³0XHVWUDQORVOLQFKDPLHQWRVODIDOODHQORVVLVWHPDVGHMXVWLFLD2SLQDHO'LUHFWRU
GHOD)DFXOWDGGH'HUHFKR´GHVHSWLHPEUHGHS
 ϭϬϳ
Es de señalar que los linchamientos expresan en términos simbólicos la destrucción de la
imagen y representación de la autoridad, pero en términos reales erosionan a la autoridad
misma, sus fundamentos expresados como mandatos que no son reconocidos más por
grupos de la sociedad. La relación entre sociedad y autoridad se manifiesta mediante
mandatos que significan reconocimiento, obediencia y expresan acuerdo y orden, si se
genera distancia entre sociedad y autoridad se genera un vacío que puede ser ocupado,
muchas veces por la violencia. A decir de Luis De la Barreda (siendo titular de la CDHDF)
como medida ejemplar, ³HO OLQFKDPLHQWR HV HYLGHQWH TXH QR IXQFLRQD /D H[SHULHQFLD
demuestra que la muerte en manos de multitudes enfebrecidas no ha evitado que se
cometan otros crímenes. Comenzaríamos por justificar el homicidio de los homicidas,
luego el de los ladrones y así hasta legitimar la furia de quienes, con vocación de verdugos,
tengan a bien considerar como crimen de lesa humanidad cualquier otro acto que, aun
imprudencialmente, pudiera cometerse en su molestia o perjuicio, (asimismo nos dice que):
el Estado de Derecho, aun siendo imperfecto, permite la existencia pacífica de la sociedad.
Si aceptamos el imperio de la fuerza sobre la razón y la ley, la seguridad de cada uno
HVWDUtDHQFRQVWDQWHSHOLJUR´ϴϵ.

El problema radica en que para los defensores de los derechos humanos la violencia no se
justifica, por lo cual es necesario condenarla, al mismo tiempo que defienden la necesidad
de fortalecer el Estado de Derecho, como forma de defensa de los derechos humanos, pero
nos podemos preguntar si el fortalecimiento del Estado en su fundamento jurídico no
requiere una reestructuración del fundamento de su legitimidad, que pasa necesariamente
por la no tolerancia de los abusos cometidos por los funcionarios (Jueces, policías,
militares, autoridades políticas y civiles), así como el combate a la negligencia y
corrupción. La condena a la violencia pierde sentido si no se hace lo propio con la
autoridad inmediata y a la responsable superior de los delitos que quedan impunes, así
como a quienes los cometen. (Ver cuadro 2)

89
Llanos Samaniego, Raúl. La Jornada ³+DFHU MXVWLFLD SRU SURSLD mano, oficio de tinieblas:
&'+')´0p[LFRGHRFWXEUHGHS
 ϭϬϴ
Cuadro 2
Comisión de Derechos Humanos Frente a los Linchamientos.
Actores. Posición frente a los Causas de los linchamientos.
linchamientos.
Ombudsman Nacional (CND), Considero un hecho grave que la Cuando un grupo de la sociedad
José Luis Soberanes Fernández. sociedad civil tome justicia por civil decide dejar de acatar la ley,
propia mano, pues pone en tela de debilita la posibilidad de un orden
juicio no solo el aparato de democrático con instituciones
justicia , sino al Estado de respetables y respetadas
Derecho
Ex Ombudsman (CNDH) La ley prohíbe que las personas Es necesario que los sistemas de
Nacional Jorge Madrazo Cuellar. se hagan justicia por propia procuración y administración de
mano; las personas no pueden justicia trabajen de una manera
actuar delincuencialmente ante más ágil, más eficiente
los delincuentes
Ex Ombudsman del Como medida ejemplar es El Estado de Derecho aun siendo
D.F.(CDHDF), Luis de la evidente que el linchamiento no imperfecto, permite la existencia
Barreda S. funciona pacífica de la sociedad.
Si aceptamos el imperio de la
fuerza sobre la razón y la ley, la
seguridad de cada uno estaría en
constante peligro.
Ombudsman del D.F. (CDHDF), El grupo de Milpaltenses que El grupo de Milpaltenses que
Emilio Álvarez de Icaza. decidió hacer justicia por su decidió hacer justicia por su
propia mano propia mano lanzó un mensaje
directo a las autoridades de que
la justicia no funciona
Elaboración propia en base a información publicada en La Jornada.

Como podemos apreciar en el cuadro, el punto central para los responsables de defender el
respeto a los derechos humanos está en el respeto a las leyes, su aplicación puntual y
pronta, así como la defensa del Estado de Derecho. El rechazo unánime al linchamiento
como un medio para la defensa de cualquier causa social, al mismo tiempo que se plantea el
fortalecimiento de las instituciones que emanan de las leyes. Ambos factores apuntan en

 ϭϬϵ
dirección a las autoridades como responsables de la violencia que se vive y de la erosión
del sistema de justicia, en suma de la crisis de autoridad que impera en México.

3.- La Iglesia y los linchamientos.


Frente a los linchamientos existe una posición de la jerarquía católica que expresa condena
y hace llamados a los católicos a no caer en la violencia (ver cuadro 3), pero no deja de
reconocer implícitamente que no se sorprende de los niveles de violencia que la sociedad
mexicana enfrenta desde hace ya más de una década.

La violencia es producto de un periodo largo de erosión de diversas instituciones, por


prácticas irregulares de los responsables de aplicar la ley, pero también por la erosión de la
autoridad política que enfrenta un desgaste constante en su legitimidad, expresado en
enfrentamientos entre gobierno y partidos, abusos contra sindicatos y comunidades, así
como contra organizaciones civiles y políticas, un periodo caracterizado por prácticas
violentas y represivas por parte de los gobiernos locales, estatales y federal.

Refiriéndose a los linchamientos el Obispo Primado de México, Norberto Rivera nos dice
que: ³Esos crímenes no pueden darse, pero también nos indican los niveles de inseguridad
HQ OD TXH HVWi YLYLHQGR QXHVWUD VRFLHGDG´90. Los linchamientos no tienen su origen en la
inseguridad, pero la inseguridad es el caldo de cultivo y muchas veces el detonante. Como
ya vimos la inseguridad se puede presentar como robo, violación o abuso policiaco, y es ese
contexto el que de manera coyuntural y directa sirve de excusa para los linchamientos.

Pero años antes el Obispo de Ecatepec, 2QpVLPR=HSHGD6LOYD³H[KRUWR « DORVFDWyOLFRV


DQRFDHUHQODWHQWDFLyQGH³VXFXPELU´DQWHHO³FDPLQRIiFLO´ de la violencia ni de hacerse
justicia por su propia mano´, en alusión a los últimos acontecimientos violentos. Durante
su homilía en la Basílica de Guadalupe dijo que no debe haber "más muertes de cristianos
FRQWUDFULVWLDQRV´QL³EDQGROHURV´TXHVHDSrovechen de las necesidades del pueblo"91. La
tentación, el camino fácil, el abuso de los bandoleros, sirven a los jerarcas de la iglesia

90
5RPiQ-RVp$QWRQLR³5LYHUDUHIOHMRGHODGHVFRPSRVLFLyQVRFLDOORVOLQFKDPLHQWRVHQ0LOSD
$OWD´HQLa Jornada, México, 9 de diciembre del 2002, p. 45.
91
Elizalde, Triunfo y Jesús Aranda, en La Jornada³/RVOLQFKDPLHQWRVVRQFRPRUHJUHVDUDODOH\
GHO7DOLyQ0DGUD]R&XHOODU´GHVHSWLHPEUHGHS
 ϭϭϬ
católica para explicar la violencia que priva en la sociedad mexicana actual, en tal sentido,
para el Cardenal de la ArTXLGLyFHVLV GH *XDGDODMDUD -XDQ 6DQGRYDO ,xLJXH] ³/RV
linchamientos ocurridos en diferentes partes del país nada tienen que ver con la pobreza; la
falta de justicia exaspera al pueblo y éste la busca y ejecuta por su propia mano (...). Así
están las cosas en este país, donde pasa todo y al mismo tiempo no pasa nada´, y añadió:
³mucha gente ha perdido la fe y la confianza en las instituciones´92.

Hemos señalado en los capítulos anteriores que la pobreza es el caldo de cultivo, no la


causa y coincidimos con 6DQGRYDO ,xLJXH] HQ TXH ³PXFKD JHQWH KD SHUGLGR OD IH \ OD
FRQILDQ]D HQ ODV LQVWLWXFLRQHV´ LQFOXLGD OD ,JOHVLD FDWyOLFD SXHV D GHFLU GHO VDFHUGRWH GH
Magdalena Petlacalco, delegación Tlalpan, ni en secreto de confesión, los participantes,
aceptan su participación, dicen desconocer quién incito, así como no aceptan que el
linchamiento haya sido un error al no arrepentirse de los hechos. Al mismo tiempo
podemos afirmar que ni la autoridad moral de la Iglesia es suficiente para detener a un
colectivo enardecido que ha tomado la decisión de hacerse justicia por mano propia.

$O UHVSHFWR DILUPD TXH ³/RV GtDV OXQHV \ PDUWHV se confesaron aproximadamente 500
personas del pueblo de Magdalena. Hay tanta gente que se ha arrepentido como gente que
no lo ha hecho. Ignoro quien haya incitado al linchamiento, y quién haya participado
directamente, ya que cuando llego no identifico a nadie más que a los fiscales
PHQFLRQDGRV´ϵϯ

En términos religiosos el arrepentimiento sería la salida y solución a un acto de violencia,


de ahí que no aceptar la culpa implica no arrepentirse, al mismo tiempo que no opera el
temor al castigo divino y podríamos asegurar que es mayor el temor al castigo terreno. La
autoridad de la iglesia se pone en cuestión, al mismo tiempo que imposibilita tanto el
castigo divino como el castigo terreno, desafiando a la autoridad civil y religiosa.

92
Estrella, Héctor. La Jornada ³/RV /LQFKDPLHQWRV DMHQRV D OD 3REUH]D 6DQGRYDO ,xLJXH]
QHFHVDULDODMXVWLFLD´GHVHSWLembre de 1996, p. 5
93
.- &RPLVLyQGH'HUHFKRV+XPDQRVGHO'LVWULWR)HGHUDO³5HFRPHQGDFLyQ´0p[LFRDxR
2002, p. 7-42.
 ϭϭϭ
3RURWUDSDUWHSDUDHO2ELVSR=HSHGD6LOYD³0p[LFR³HVWiHQIHUPR´SRUTXHDWUDYLHVDXQD
FULVLV GH YLROHQFLD TXH ³DJRELD \ SUHRFXSD´ \ SLGLy D ODV DXWRULGDGHV TXe gobiernen con
³KRQHVWLGDG \ VLQFHULGDG´ϵϰ, es decir que gobiernen, en sentido estricto, que ejerzan la
autoridad para lo cual la sociedad los ha investido.

Como podemos apreciar, representantes de la Iglesia Católica al mismo tiempo que


rechazan la violencia, señalan a la autoridad civil como responsable de la misma, al no
actuar o bien actuar en sentido contrario a lo que establece la ley y el sentido común, es
decir, castigar a los delincuentes, cumplir con las funciones para los cuales fueron
investidos, gobernar bien. Al no recurrir la Iglesia católica a una explicación religiosa y
señalar a la autoridad policíaca o política como responsable, justifica los linchamientos, no
obstante señalar que no son correctos. Los justifica desde el momento en que considera que
existen causas y responsabilidad de la autoridad civil, omitiendo la responsabilidad propia.

Asimismo el Cardenal de la Arquidiócesis de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, señalo


TXH³Los linchamientos ocurridos en diferentes partes del país nada tienen que ver con la
pobreza; la falta de justicia exaspera al pueblo y éste la busca y ejecuta por su propia
PDQR$VtHVWiQODVFRVDVHQHVWHSDtVGRQGHSDVDWRGR\DOPLVPRWLHPSRQRSDVDQDGD´
\DxDGLy³0XFKDJHQWHKDSHUGLGRODIH\ODFRQILDQ]DHQODVLQVWLWXFLRQHV´.ϵϱ

94
.-La Jornada³0XHVWUDQORVOLQFKDPLHQWRVODIDOODHQORVVLVWHPDVGHMXVWLFLD2SLQDHO'LUHFWRU
GHOD)DFXOWDGGH'HUHFKR´11 de septiembre de 1996, p. 14.
95
.-Estrella, Héctor. La Jornada³/RV/LQFKDPLHQWRVDMHQRVDOD3REUH]D6DQGRYDO,xLJXH]
QHFHVDULDODMXVWLFLD´GHVHSWLHPEUHGHS
 ϭϭϮ
Cuadro 3
La Iglesia Frente a los Linchamientos
Posición frente a los
Jerarquía Eclesiástica Causas de los linchamientos
linchamientos
Nos indican los niveles de
inseguridad en la que ésta
viviendo nuestra sociedad.
(si las autoridades) no ponen alto
Obispo Primado de México ³QRHVXQKRQJRTXHVHGHSURQWR
a la impunidad, la gente seguirá
Norberto Rivera (...) sino algo que desde hace
cometiendo estos delitos
tiempo se viene gestando por el
clima de violencia que se vive en
WRGRHOSDtV´
Los linchamientos ocurridos en
Así están las cosas en este país diferentes partes del país nada
Cardenal de la Arquidiócesis de
donde pasa todo y no pasa nada tienen que ver con la pobreza; la
Guadalajara:: Juan Sandoval
(...) mucha gente ha perdido la fe falta de justicia exaspera al
Iñiguez
en las instituciones pueblo y este la busca y ejecuta
por su propia mano
México ésta enfermo porque Exhorto a los católicos a no caer
atraviesa una crisis de violencia en la tentación de sucumbir ante
Obispo de Ecatepec, Onésimo
que agobia y preocupa y pidió a el camino fácil de la violencia, ni
Zepeda Silva
las autoridades que gobiernen con de hacerse justicia por propia
honestidad y sinceridad. mano.
Elaboración propia con base a información publicada en La Jornada.

En suma, lo que no se puede ocultar es que desde hace tiempo miembros de la autoridad
misma (Procuradores y Subprocuradores de Justicia), ministros de la alta jerarquía católica
(obispos de México, Ecatepec, Guadalajara), Ombudsman de los Derechos Humanos ( de
La CND, CDHDF) y miembros de organizaciones civiles de defensa de los Derechos
Humanos, así como Juristas y Magistrados coinciden en señalar que la mala o nula
aplicación de justicia es una de las principales causas de los linchamientos y de la violencia
social en general. También quienes de manera indirecta han participado en linchamientos
señalan que la desconfianza hacia las autoridades y cuerpos policíacos son dos de las causas
que más se aluden para explicar la violencia, a lo cual agregaríamos: El robo con violencia,

 ϭϭϯ
la violación, el abuso de autoridad (sobre todo de policías y agentes judiciales) y el
secuestro, son las causas coyunturales e inmediatas de los linchamientos.

Las autoridades saben que están siendo rebasadas por la sociedad, en un punto que se
considera reservado para los órganos encargados de aplicar la justicia, al mismo tiempo que
no aciertan a castigar a quienes participan al no existir imputaciones directas, es decir el
espíritu de Fuenteovejuna se impone al Estado de Derecho, la justicia por propia mano
expresa la crisis de autoridad y señala que las causas de la barbarie que se expresa en los
linchamientos tiene en la no aplicación de la justicia el motivo que más ofende a la
sociedad.

El riesgo de que escenas como las de Tláhuac y Milpa Alta en el Distrito Federal,
Axochiapan en Morelos, Zapotitlán en Guerrero, el Mexe en Hidalgo, entre otros de la
misma naturaleza, se generalicen o bien se considere como una solución a la falta de
alternativas para erradicar la violencia. Así lo considera en un comunicado oficial 96, la
CDHDF que aseveró que en las últimas fechas, en distintas partes de la República, en áreas
rurales y urbanas, existe una recurrencia a los linchamientos en sus modalidades de
ejecución o tentativa.

Para nadie es desconocido en nuestro país que las instituciones encargadas de la seguridad
pública (Procuraduría General de la República, PG de los estados, Ministerio Público,
Policía Judicial Federal y estatales, Policía Federal Preventiva y la Ministerial, FEADS,
Policía Municipal, Jueces y Magistrados), es decir las instituciones jurisdiccionales se
encuentran en franco deterioro debido a los abusos de que hacen gala los miembros de las
distintas corporaciones policíacas, presas en su mayoría de actos de corrupción,
negligencia, abusos, y prepotencia. Asimismo, los distintos órganos encargados de impartir
justicia no cumplen a cabalidad con las funciones para las cuales fueron estatuidos, creando
un clima de indefensión de la sociedad frente a los órganos del poder y de no credibilidad
en las instituciones y menos aún en los encargados de administrar la justicia. Lo anterior ha
provocado reacciones violentas de la sociedad que ponen en entredicho al Estado de

96
Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Recomendación 6/2002, México, año 2002,
pp. 7-42.
 ϭϭϰ
Derecho, a las instituciones públicas, y sobre todo a las personas encargadas de aplicar las
leyes.

Diferentes actores políticos y eclesiásticos han señalado, que es necesario distinguir entre
un acto de abuso de quienes actúan bajo el manto del anonimato y quienes lo hacen en
apego a lo que la misma ley permite, por ejemplo la defensa legítima. El no castigo o la
penalización insuficiente han irritado, a gran parte de la sociedad mexicana, dando lugar
a la duda, o la suspicacia, y a la creencia de la complicidad entre autoridades y ladrones,
creándose un sentimiento creciente de agravio, de agravio moral de ira, y de malestar,
primero individual y después colectivo, que suele dar paso a la violencia social antes
contenida. La indignación moral se expresa como violencia colectiva, es ese sentimiento de
ira, de malestar que antecede los estallidos violentos que tienen su explicación en la crisis
de autoridad.

Conclusiones.
El vacío de autoridad es el origen de la violencia, sea por que la autoridad no cumple con la
función para la cual fue estatuida, bien sea por negligencia en sus funciones o bien por la
corrupción en que incurren muchos integrantes de los agrupamientos policiacos, Ministerio
Público, y Jueces, etc.

Se puede establecer que es la crisis de autoridad la causa estructural, la causa más profunda
de los linchamientos en México, hay quienes confunden el nivel de análisis y señalan que
es la crisis del Estado de Derecho o la crisis del monopolio legítimo de la violencia por
parte del Estado la causa de los linchamientos, pero es de señalar que tal fenómeno no se
presenta en todos los estados de la República y en los que se presenta es con diferente
intensidad.

Para poder afirmar que la crisis es a nivel del Estado se requiere considerar al conjunto de
fenómenos asociados a la violencia (violencia guerrillera, violencia del narcotráfico,
violencia del gobierno contra las organizaciones civiles, etc.). Cuando la violencia rebasa
toda capacidad de control institucional suele desestabilizar y convertir un conflicto
localizado en un conflicto de carácter nacional y potencialmente transformador,(como el

 ϭϭϱ
caso de Chiapas) que no busca la satisfacción parcial sino total del origen de los problemas
económicos, políticos, sociales, así como culturales de grandes sectores de la sociedad que
dejan de ver en los partidos políticos y las instituciones nacionales a sus interlocutores,
generando en la población expectativas de un mejor futuro.

Las revueltas, lo mismo que las rebeliones surgen cuando un significativo número de
ciudadanos ha llegado a convencerse o bien de que ya no funcionan los canales normales de
cambio y de que sus quejas no serán oídas o no darán lugar a acciones ulteriores, o bien,
por el contrario, de que el Gobierno está a punto de cambiar y se ha embarcado y persiste
en modos de acción cuya legalidad y constitucionalidad quedan abiertas a graves dudasϵϳ.

El malestar individual y la transformación de este en ira colectiva es un proceso largo,


silencioso y sirve de preámbulo a la acción colectiva de carácter violento. Como vimos
anteriormente, ya desde el año 2002 había muchas voces de rechazo a los linchamientos, a
la vez de poner en tela de juicio a las autoridades, sobre todo policíacas y jueces, aunque es
por igual, responsabilidad de las autoridades políticas. Es así que ³/RV &HQWURV GH
Derechos Humanos Fray Francisco de Victoria, Miguel Agustín Pro Juárez, la Comisión
Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, Acción de los Cristianos
contra la tortura y el Centro Mexicano contra la Tortura y el Centro Nacional de
Comunicación Social (Cencos), señalaron que los linchamientos son inaceptables e
LQMXVWLILFDEOHV´ \SLGLHURQDO JRELHUQRFDSLWDOLQR DSOLFDUODOH\ \QR H[FXVDUVHHQTXHVRQ
³SXHEORV EiUEDURV ORV TXH OR FRPHWHQ \ TXH KD\ TXH UHVSHWDU VXV WUDGLFLRQes. Ninguna
WUDGLFLyQRFXOWXUDSXHGHHVWDUSRUHQFLPDGHORVGHUHFKRVKXPDQRVQLGHODOH\´

Lo que no se puede ocultar es que miembros de la autoridad misma (Procuradores y


Subprocuradores de Justicia), ministros de la alta jerarquía católica (obispos de México,
Ecatepec, Guadalajara), Ombudsman de los Derechos Humanos ( de la CND, CDHDF) y

97
El Procurador de la Ciudad de México, Bernardo Batís Vázquez, afirmo que no será fácil
determinar responsabilidades por el linchamiento de dos presuntos asaltantes de un taxista, la noche
del jueves en el pueblo de San Pablo Ozotepec, en la Delegación Milpa Alta.
Recordó que la dependencia tiene pendiente otro caso de linchamiento, ocurrido el 25 de julio del
año pasado (2001) en Magdalena Petlacalco, delegación Tlalpan en el cual el Ministerio Público se
ha encontrado con el hHUPHWLVPRGHODJHQWH³QDGLHVHxDODDQDGLH\WDPSRFRVLW~DQHOOXJDUGHORV
KHFKRV´La Jornada 8 de diciembre del 2002, p. 32.
 ϭϭϲ
PLHPEURV GH RUJDQL]DFLRQHV FLYLOHV GH GHIHQVD GH ORV 'HUHFKRV +XPDQRV «  DVt FRPR
Juristas y Magistrados coinciden en señalar que la mala o nula aplicación de justicia es una
de las principales causas de los linchamientos y de la violencia social en general. También
quienes de manera indirecta han participado en linchamientos señalan que la desconfianza
hacia las autoridades y cuerpos policíacos son dos de las causas que más se aluden para
explicar la violencia, a lo cual agregaríamos: El robo con violencia, la violación, el abuso
de autoridad (sobre todo de policías y agentes judiciales) y el secuestro.

Como conclusión destacamos la coincidencia de Magistrados, Jueces Juristas, Jerarquía


Católica, Ombudsman de los Derechos Humanos, entre otros actores políticos y sociales, al
señalar la nula o mala aplicación de la ley y la justicia, asociada a la impunidad y la
corrupción como las principales causas de los linchamientos. Es importante señalar que no
falta quien considera que el problema es mas de falta de eficacia de la policía, así como de
la intervención oportuna, o bien de la falta de mayor número de elementos de la policía, es
decir reducen el problema a una cuestión de número y rapidez en la intervención, sin
comprender que el problema no es evitar que se lleve a cabo uno de los casos de
linchamiento, con la oportuna intervención policíaca, pues la simple tentativa implica la
gravedad de la cuestión, es decir la crisis de autoridad como causante de los linchamientos
es el problema real.

Concluimos señalando que las autoridades saben que están siendo rebasadas por la
sociedad, en un punto que se considera reservado para los órganos encargados de aplicar la
justicia, al mismo tiempo que no aciertan a castigar a quienes participan al no existir
imputaciones directas, es decir el espíritu de Fuenteovejuna se impone al Estado de
Derecho, la justicia por propia mano expresa la crisis de autoridad y señala que las causas
de la barbarie que se expresa en los linchamientos tiene en la no aplicación de la justicia el
motivo que más ofende a la sociedad.

 ϭϭϳ
Bibliohemerografía

x Arendt, Hannah. Crisis de la República. Madrid, Taurus, 1973.


x ----- Sobre la Violencia, México, Cuadernos de Joaquín Mortiz, 1970.
x Arriagada, Irma y Godoy, Lorena (1999). Seguridad Ciudadana y Violencia en
América Latina: Diagnóstico y políticas en los años noventa, Santiago de Chile,
Cepal, Cuadernos de Política Social núm. 32.
x Canetti, Elías. Masa y Poder. Madrid, Alianza Editorial. 1997.
x Cooper Mayr, Doris. Delincuencia Común en Chile. Santiago de Chile, LOM ed.
1994.
x &RPLVLyQ 1DFLRQDO GH 'HUHFKRV +XPDQRV /LQFKDPLHQWR«Justicia por Propia
Mano (casos específicos). México, CNDH, 2003.
x Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Recomendación 6/2002,
México, año 2002.
x Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. México, Editorial PAC,
S.A. de C.V., 1999.
x Durkheim, Emile. La División del Trabajo Social. México, Ed. Colofón, 1997.
x Goldstein'DQLHO0³,QRXURZQKDQGVOLQFKLQJMXVWLFHDQGODZLQ%ROLYLD´. En
American Ethnologist, ed. American Anthropological Association. 2003.
x Hernández, Tosca (2002). ³'HV-FXEULHQGROD9LROHQFLD´HQ%ULFHxR-León, Roberto
(Comp.) Violencia, Sociedad y Justicia en América Latina, Buenos Aires,
CLACSO.
x Huntington, Samuel. El Orden Político en las Sociedades en Cambio. Barcelona,
Ed. Paidós, l991. 404 pp.
x International Social Science Journal. Thinking About Violence. England, Hobbes the
Printers of Southampton.1992.
x Lope de Vega. Fuente Ovejuna, México, ed. Porrúa, 1992.
x Monsiváis, Carlos. Justicia por Propia Mano México, Comisión Nacional de
Derechos Humanos. 2002.
x Moore, Barrington. La Injusticia. Bases sociales de la Rebelión. México
IIS/UNAM, l989.
x Magnus Enzensberger, Hans. Política y Delito. Barcelona, Editorial Seix Barral,
1968.

 ϭϭϴ
x Mendoza Aguirre, Carlos. Violencia Política: su papel en la crisis actual del
Estado. México, UAM-Xochimilco, Revista Argumentos, 2001.
x Ortega y Gasset. La Rebelión de las Masas. Madrid, Revista de Occidente en
Alianza Editorial.
x 5RGUtJXH] *XLOOpQ 5D~O ³Crisis de Legitimidad y Violencia Política. México.
Revista Casa del Tiempo, #14. Universidad Autónoma Metropolitana, 2001.
x 5RGUtJXH] *XLOOpQ 5D~O ³6XEMHWLYLGDG \ $FFLyQ &Rlectiva: Motín, Revuelta y
5HEHOLyQ´0p[LFR5HYLVWD6RFLROyJLFD8$0-Azcapotzalco., enero-abril de
1995.
x 5RGUtJXH] *XLOOpQ 5D~O ³Las Cárceles de México. Corrupción y crisis de
autoridad. México. Revista El Cotidiano, # 115. UAM-Azcapotzalco., 2002.
x 5RGUtJXH] *XLOOpQ 5D~O ³(QWUH HO (VWDGR GH 'HUHFKR \ HO (VStULWX GH
Fuenteovejuna. México. Revista El Cotidiano, # 63. UAM-Azcapotzalco., 1994.
x 5RGUtJXH] *XLOOpQ 5D~O \ -XDQ 0RUD +HUHGLD ³/RV OLQFKDPLHQWRV HQ 0p[LFR
Entre el Estado de Derecho y los Usos y Costumbres. Revista El Cotidiano, # 129.
UAM-Azcapotzalco., enero-febrero del 2005.
x 5RGUtJXH]*XLOOpQ5D~O\-XDQ0RUD+HUHGLD³Violencia e Inseguridad: un dilema
pWLFR \ SROtWLFR´ México. Revista Casa del Tiempo. Universidad Autónoma
Metropolitana, abril del 2004.
x Sapoznikow, Jorge, Salazar, Juana y Carrillo, Fernando (2000). Convivencia y
Seguridad: un reto a la gobernabilidad, BID-Universidad de Alcalá.
x Scott, James C. Los Dominados y el Arte de la Resistencia. México, Ed. ERA,
2000.
x Organización de las Naciones Unidas. Misión de Verificación de las Naciones
Unidas para Guatemala, Informe. Los Linchamientos: un flagelo contra la dignidad
humana, Guatemala.
x Ortega y Gasset. La Rebelión de las Masas. Madrid. Alianza editorial. 1984.
x Vilas M. &DUORV ³ ,Q MXVWLFLD SRU 0DQR 3URSLD /LQFKDPLHQWRV HQ HO 0p[LFR
&RQWHPSRUiQHR´ HQ 5HYLVWD 0H[LFDQD GH 6RFLRORJtD 0p[LFR (G ,,681$0
l/2001.
x 9LODV0 &DUORV³/LQFKDPLHQWR9HQJDQ]D&DVWLJRH ,QMXVWLFLDHQ(VFHQDULRVGH
,QVHJXULGDG´HQ5HYLVWD(l Cotidiano #. México, Ed. UAM-Azc.2005.

 ϭϭϵ
x 9LODV0&DUORV³7ULVWH]DVGH=DSRWLWOiQYLROHQFLDHLQVHJXULGDGHQHOPXQGRGH
ODVXEDOWHUQLGDG´HQ5HYLVWD%DMRHO9ROFiQ0p[LFR(G%HQHPpULWD8QLYHUVLGDG
Autónoma de Puebla, México, 2002.
x Weber, Max. Economía y Sociedad. México, ed. F.C.E. 1983.
x Weber, Max. El Político y el Científico. México, ed. 1983.
x Yepes Boscan, Guillermo. (Comp.) Violencia y Política. Caracas, Venezuela. Monte
Ávila Editores. 1972.

 ϭϮϬ
México: postmodernidad, orden y exclusión social

Pedro José Peñalozai


El hombre más pobre desafía en su
morada a todas las fuerzas de la corona,
su choza puede ser endeble, su techo
puede temblar, el viento puede soplar
entre las puertas mal unidas, la
tormenta puede entrar, pero el Rey de
Inglaterra no puede entrar.
Lord Chatham.

1. El abordaje de la ya larga crisis mexicana requiere obligatoriamente de una mirada


con gafas bifocales, alzar la mira y contextualizar sus expresiones vernáculas con las
coordenadas internacionales y regionales. Como es más que evidente, México está
prisionero de fantasmas locales y externos, todos ellos depredadores y mortíferos. La
nueva economía globalizada y sus efectos trepidatorios infectaron a los países
subdesarrollados, además de las deformaciones históricas y de carácter estructural,
producto de la vieja división internacional del trabajo, se han presentado nuevos
elementos que le dan otro rostro al capitalismo, desnudando, sin ambages, su esencia
y propósito primario, a saber, profundizar el carácter excluyente y de inequidad social
que dinamitan instituciones de protección social estatal, y que sólo favorecen y
priorizan la libre circulación de mercancías.

Según G. H. Von Wright, parece que el Estado nacional se erosiona, o acaso se


³H[WLQJXH´/DVIXHU]DVTXHORHURVLRQDQVRQWUDQVQDFLRQDOHV3XHVWRTXHORV(VWDGRV
nacionales son el único marco existente para los balances contables y las únicas
fuentes efectivas de iniciativa política, la transnacionalidad de las fuerzas que los
erosionan los excluye del terreno de la acción deliberada, resulta potencialmente
racional.98

Las fuerzas forjadoras de carácter transnacional son en gran medida anónimas y, por
ello, difíciles de identificar. No conforman un sistema u orden unificado. Son una

i
Doctor en Ciencias Penales y Política Criminal; Catedrático de Criminología y Miembro del
Sistema Nacional de Investigadores (SNI). pedropenaloza@yahoo.com
98
Zygmunt Bauman, ³/DJOREDOL]DFLyQ&RQVHFXHQFLDVKXPDQDV´. Edit. FCE. México. Pág. 77.
Sexta reimpresión 2011.
 ϭϮϭ
DJORPHUDFLyQGHVLVWHPDVPDQLSXODGRVSRUDFWRUHVHQVXPD\RUtD³LQYLVLEOHV´« 1R
H[LVWHQ XQLGDGQLFRRUGLQDFLyQSUHPHGLWDGDGHHVWDVIXHU]DV«(O³PHUFDGR´QRHVOD
negociación interactiva de fuerzas en competencia, sino más bien el tira y afloja de
exigencias manipuladas, necesidades artificiales y la avidez por las ganancias
rápidas.99

2. (V GHFLU HV HO VXUJLPLHQWR GH OD SRVPRGHUQLGDG GHO ³ILQ GH OD KLVWRULD´  ³GH la
PRGHUQLGDG´ ³OD PXHUWH GH GLRV´ ³GHO KRPEUH´ ³GHO VXMHWR VRFLDO´ GH ³OD
WUDQVIRUPDFLyQ\PHGLDWL]DFLyQGHO(VWDGR´³HOILQGHORVGLVFXUVRVWRWDOL]DGRUHV´OD
implantación del neoliberalismo y el surgimiento de una nueva globalización
económica regLGDSRUHOGHVRUGHQODDQDUTXtDVLQSULQFLSLRV³VLQ(VWDGR´7RGRHVWH
sin número de acontecimientos históricos han estado penetrados por las crisis
permanentes, porque la crisis es la característica del sistema capitalista.100

3. Por eso hay que ser sensibles y agudos a los cambios que se han operado no solo en lo
marco social, sino también en el sujeto concreto, Dany- Robert Dufor lo describe de la
siguiente manera:

Ese proceso de fractura simultanea del sujeto moderno y elaboración de un


nuevo sujeto (llamémoslo posmoderno) se desarrolla a gran velocidad. Por
cierto, el sujeto critico Kantiano, nacido en los alrededores del 1800, ya ha
cumplido dos siglos. Así mismo, el sujeto neurótico de Freud, nacido cerca del
1900, perdura hasta nuestros días, al punto de ocupar buena parte del
escenario del pensamiento del siglo XX. Pero esos dos sujetos cuya edad
venerable parecía protegerlos de toda ejecución sumaria, están desapareciendo
DQWHQXHVWURVRMRVDXQDYHORFLGDGSDVPRVD«/DSRWHQFLDGHOHQIRTXHILORVyILFR
que los constituía parecen desvanecerse en la historia. Se vuelven borrosos. Sus

99
Ídem.
100
Lyotard, Jean-François. ³/DFRQGLFLyQ3RVPRGHUQD,QIRUPH6REUHHO6DEHU´ Citado por Mario
Magallón Anaya en, ³/DGHPRFUDFLDHQ$PpULFD/DWLQD´. Edit. Plaza y Valdez. México DF. Pág.
40. Primera edición2003.
 ϭϮϮ
contornos se desdibujan. Estamos pasando a otra forma de sujeto.101

4. Así, desde la visión de Lipovetsky, el mismo retorno a lo sagrado queda difuminado


por la celeridad y la precariedad de existencias individuales regidas únicamente por sí
mismas. La indiferencia pura designa la apoteosis de lo temporal y del sincretismo
individualista. De este modo se puede ser a la vez cosmopolita y regionalista,
racionalista en el trabajo y discípulo intermitente de tal gurú, oriental, vivir al estilo
permisivo y respetar, a la carta por los demás, las prescripciones religiosas. El
individuo posmoderno esta desestabilizado, de algún modo resulta <ubicuista>. El
posmodernismo no es más que un grado suplementario en la escalada de la
personalización del individuo dedicado al self-service narcisista y a combinaciones
caleidoscópicas indiferentes.102

5. La posmodernidad es nuestra época, en ella pensamos y (mal) vivimos. La


posmodernidad radicaliza la lógica y las aporías de la modernidad. En particular, el
sujeto se convierte en engranaje del sistema y en función de orden. Pero si la
modernidad era una mediación que no conseguía mediarse a sí misma, la
posmodernidad gira aún más en el vacío, sin capacidad alguna de autojustificarse.103

En la postmodernidad la realidad coincide con el capitalismo. Eso significa que todas


ODV FDWHJRUtDV HVSDFLDOHV GH OD PRGHUQLGDG GHQWURIXHUDSD]RUGHQGHVRUGHQ«  KDQ
saltado por los aires. Estamos ante un continuum indiscernible en el que se mezclan
interioridad y exterioridad, guerra y paz, orden y desorden. No existe la coyuntura. La
coyuntura tiene que ser arrancada a la realidad misma.104

6. En este marco complejo y poliédrico, lo único que le está quedando a los estados de
los países subdesarrollados, es apostar al endurecimiento del sistema penal, no pueden
realizar otra actividad, en tanto se han asumido como guardianes de las empresas

101
Dany- 5REHUW'XIRXU³El arte de reducir cabezas. Sobre la nueva servidumbre del hombre
liberado eQODHUDGHOFDSLWDOLVPRWRWDO´. Edit.Paidos. Buenos Aires, Argentina. Primera
reimpresión. Pág. 17.
102
*XLOOHV/LSRYWVN\³/DHUDGHO9DFtR´. Edit. Anagrama. Novena edición. 2010. Pág. 41.
103
6DQWLDJR/ySH]3HWLW³La humillación Técnicas y discursos para lDH[FOXVLyQVRFLDO´. Obra
colectiva. Edit. Bellaterra. España. Pág. 15.
104
Ídem.
 ϭϮϯ
globalizadas.

8Q HMH QHXUiOJLFR SDUD PDQWHQHU HO HVWDWXV \ HO ³RUGHQ´ HV HO miedo, el cual es
consustancial a una sociedad en constante expansión; es una categoría de lo global. El
PHUFDGRDO H[DFHUEDUODDGTXLVLFLyQGHREMHWRVPDWHULDOHVR³DUWHIDFWRV FXOWXUDOHV´
reclama también la atención de los delincuentes. La sociedad de consumo, al emplear
el catálogo de cosas para robar, crea víctimas potenciales.105

La naciente criminología administrativa, surgida en Inglaterra y Estados Unidos,


convierte a la víctima en culpable del delito: el consumidor de drogas es cómplice del
narcotraficante; la ostentación de lujo es una invitación al robo; a su vez, los datos
constatan la presencia de factores de riesgo asociados a la jerarquía social: la clase, el
origen étnico o el género. La xenofobia es el alimento de los miedos modernos.106

Beck, Bauman y Giddens premonitoriamente anuncian el advenimiento de una


sociedad de riesgos, cuya base es el crecimiento de la economía global. La expansión
del mercado y el desarrollo tecnológico, procuran el surgimiento de formas delictivas
inéditas. El delincuente ya no se detiene en la billetera del transeúnte, el objeto
romántico de los ladrones clásicos, estudiados por Sutherland, sino en el atraco con
violencia.107

La respuesta propagandística y cuasiterapéutica, es desplegar como estrategia de


³VHJXULGDGFLXGDGDQD´XQVLVWHPDEDVDGRHQODYLJLODQFLDHOHFWUyQLFD/DVFiPDUDVGH
video se incrustan en las calles, bancos y residencias; alarmas vecinales, armas de
fuego, seguridad privada, guardaespaldas, complementan el aparato punitivo estricto e
invulnerable. En el nivel comunal (o barrial), se impulsa un sistema de denuncia
FLXGDGDQD VH LQVWD D ORV YHFLQRV D GHODWDU DQWH ODV DXWRULGDGHV ³ODV SUHVHQFLDV
VRVSHFKRVDV´ %DMR HVWD ySWLFD ³UHDOLVWD GH GHUHFKD´ VH DEDQGRQD HO LQWHUpV SRU HO
origen del delito y los delincuentes y se insiste en la necesidad de trabajar en la
prevención (situacional) del delito y en otorgar seguridad en la eliminación del riesgo,
105
&DMDV-XDQ³/RVGHVYLDGRVODFDUWRJUDItDXUEDQD\FULPLQDOL]DFLyQGHODYLGDFRWLGLDQD´ Edit.
Miguel Ángel Porrúa. 2009. Pág. 300.
106
Ídem.
107
Ibídem.
 ϭϮϰ
preámbulo de la tolerancia cero.108

Para Giddens, la idea de la autodefensa social genera la popularización y puesta en


escena de un espíritu vecinal de fortaleza o sociedad acorazada, de encierro
GRPLFLOLDULRXQSDWUyQDUTXLWHFWyQLFRGH³HQFODYHVIRUWLILFDGRV´o countríes, a imagen
y semejanza de las ciudades medievales, o de la Muralla China, construida para
UHSHOHUDORVPRQJROHV(OFRQFHSWRGH³HQFODYHVIRUWLILFDGRV´IXHDFXxDGRSRU7HUHVD
Caldeira, una socióloga que ha analizado el fenómeno en Buenos Aires y Sao
Paulo.109

7. (Q FRQWUDVWH FRQ OD YLVLyQ ³DGPLQLVWUDWLYLVWD´ HO 3URJUDPD GH ODV 1DFLRnes Unidas
para el Desarrollo (PNUD) pone a la seguridad humana en directa relación con el
desarrollo global de la sociedad y, desde esta perspectiva, se asocia con cambios y
condiciones sociales, políticas, culturales y económicas. Se destaca la relevancia de
diversas dimensiones y niveles de la seguridad, en especial el carácter subjetivo
vinculado a la calidad de vida, la dignidad humana en términos de libertad de acceso
al mercado y a las libertades sociales.110

8. México se subsume en las anteriores categorías, y localiza la singularidad de su


desarrollo económico, y en especial de la desigualdad social, a partir de un proceso
añejo y ancestral, que podríamos calificar de desigual y combinado.

No iremos demasiado atrás. Durante el periodo que va de 1911 a 1920 ±que incluye la
etapa armada de la revolución-, el PIB por persona en términos reales prácticamente
se mantiene estables, y su nivel en 1920 fue similar al de 1910. Crece a partir de 1921
y hasta 1926, para después descender hasta 1932 ±el año más duro de la depresión en
México-, cuando su nivel fue similar al de 1906. De 1933 en delante se inicia,
primero, la recuperación y después, una expansión acelerada y sostenida de la
economía, que después de 1954, y durante casi 20 años, se combinó con una relativa
estabilidad de los precios. Fueron también los años dorados del crecimiento
108
Ídem.
109
Ídem.
110
JarDPLLOR0HGLQD$QGUpV³3HUFHSFLyQVRFLDOGHODGHOLQFXHQFLD\VHJXULGDGFLXGDGDQD´6HULH
análisis No. 2. Gobierno de Chile, Ministerio del Interior. Junio, 2002. Pág. 2.
 ϭϮϱ
económico mundial que el país pudo aprovechar.111

El crecimiento del PIB por persona entre 1933 y 1982, fue, en promedio, superior al 3
por ciento anual en términos reales. Cinco décadas de crecimiento económico
acelerado y sostenido prácticamente sin interrupción, por lo que no todos llegaron a
FDOLILFDUORFRPR³HOPLODJURPH[LFDQR´ 112

La pregunta clave consiste en indagar por qué México hoy y desde hace un buen
número de décadas presenta una inocultable sintomatología de pobreza y desigualdad.
Dejemos que C. Tello nos lo explique: México es un país marcado históricamente por
la desigualdad. La característica más notable de México es su polarización social y
económica. Extremos de miseria y de opulencia se observan y contratan
cotidianamente en todas partes.

La desigualdad en la distribución de la riqueza y del ingreso ya existía en el mundo


prehispánico. Se agravó durante los 300 años de subordinación de España. Y ha
persistido a los largo de los años de la vida independiente del país, a pesar de los
afanes de justicia social que animaron al movimiento por la independencia, el
liberalismo compendiado en la Constitución de 1857, la Revolución de 1910 y la
Revolución de 1917. La sociedad mexicana es desigual porque la desigualdad se
estableció desde el principio y en ella se basó, en buena medida, el desarrollo
económico y social de México.113

9. La persistencia y amplitud de la desigualdad en nuestro país tiene signos de carácter


estructural que impiden cualquier cambio cualitativo en la inserción de México en la
competencia internacional y en mejoramiento del nivel de vida de las mayorías
asalariadas.

Ahora bien, para seguir utilizando instrumentos reconocidos y medibles, habría que
recordar que además de la seguridad humana, explicada líneas arriba, también
111
7HOOR&DUORV³6REUHODGHVLJXDOGDGHQ0p[LFR´(GLW)DFXOWDGGH(FRQRPtDGHODUNAM. 1ª.
Edición 2010. Pág.188.
112
Ídem.
113
Ibídem. Pág. 5.
 ϭϮϲ
contamos con el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que en sus inicios fue diseñado
para observar la situación integral de naciones enteras. El PNUD (1990) realizó la
primera estimación de los IDH por países, incluido México. Sin embargo, el indicador
puede referirse a otras circunscripciones, como estados y municipios.

En el caso mexicano, el PNUD (2003), informó sobre el primer cálculo del IDH para
todas las entidades federativas del país, y PNUD (2004), la correspondiente para los
municipios. Se midió el IDH por quintiles de ingreso, utilizando encuestas de hogares.

Se detectó, ya sea por hogares o individuos, la notable marcada desigualdad en el


indicador educativo, mientras los logros de menores disparidades se registraron en la
dimensión de salud; por otra parte, se manifestó un considerable rezago de la
población indígena respecto a la no indígena; un mayor desarrollo en las zonas
urbanas que en las rurales, y un mejor desempeño en términos del IDH para los
hombres que para las mujeres, ya sea al ejercer la jefatura del hogar o como
individuos aislados.114

10. Como es visible el comportamiento y la tendencia de la desigualdad social en México


se ha mantenido de manera constante. Un elemento central que favorece los
insultantes contrastes sociales, es el acceso a los alimentos. El porcentaje de personas
que no pueden comprar una canasta alimentaria con el ingreso que perciben en su
trabajo creció 20% en el país durante los últimos cinco años. 115

El costo de una canasta básica en México en las zonas urbanas en promedio es de mil
35 pesos, cuando en octubre de 2006, se necesitaban 798.95 pesos para requerirla.
Para la zona rural ahora es de 728. 86 pesos, mientras que hace cinco años tan solo era
de 569.83 pesos.116

No perdamos de vista que de los 46.8 millones de trabajadores formales e informales


en el país, 26.6 millones (56.8% de la población ocupada en México) ganan entre uno
114
Índice de Desarrollo Humano de Hogares e Individuos, 2008. PNUD. Introducción y
comentarios finales.
115
Consejo Nacional de Evaluación (CONEVAL). Milenio. 25 de diciembre de 2011. Pág. 16.
116
Ídem.
 ϭϮϳ
y hasta tres salarios mínimos, es decir, entre mil 800 y 5 mil 400 pesos mensuales.
Alrededor de 4 millones no recibe ningún tipo de ingreso monetario.117

Si observamos de manera retrospectiva el comportamiento del salario mínimo,


tendremos una mirada mucho más certera del deterioro y precariedad que viven
amplias capas de la población en México.

El salario mínimo actual equivale a la tercera parte de lo que constituía en la década


de los setenta, por lo que los 26.5 millones de mexicanos que perciben como máximo
tres minisueldos tienen un poder adquisitivo inferíos al de entonces.118

Aunado a lo anterior, y que dibuja el panorama alimentario del país, el CIEN nos
informa que México no cuenta con la capacidad productiva para satisfacer la demanda
de alimentos. Si se supone que toda la producción del maíz blanco (21.6 millones de
toneladas en 2008) se utiliza para la alimentación de los 113 millones de mexicanos,
ello implicaría que por día el consumo potencial sería solo de medio kilo por persona.
Una situación menos favorable se tiene para los casos del trigo y el arroz; en el primer
caso sería de 42 gramos y en el segundo de sólo cinco gramos por persona.119

De manera contrastante e ilustrativa, y que exhibe las distorsiones estructurales que


permean nuestra economía y las relaciones sociales, tengamos presente un elemento
clave para establecer un análisis comparado.

En el último año, el ingreso de las personas que se encuentran en alguna actividad


informal creció a un ritmo tres veces mayor en comparación con el de aquellos que se
desempeñan en un trabajo formal. Para 2001, la variación de los ingresos de quienes
trabajan por cuenta propia fue de 8.4%, con un salario mensual de 6 mil 667 pesos,
mientras que la remuneración de aquellos que reciben un salario formal creció 2.8%
para llegar a 6 mil 929.120

117
Ídem.
118
Centro de Investigación Económica y Negocios (CIEN) del Tec. de Monterrey, Campus Estado
de México. La Jornada. 22 de enero de 2012. Pág. 30.
119
Ídem.
120
Ídem.
 ϭϮϴ
La diferencia entre los trabajadores que laboran por cuenta propia y los asalariados es
de solo 262 pesos mensuales, cuando hace un año esta era de 593 pesos en
promedio.121

Y lo anterior sólo es una parte del proceso de amplitud y consolidación de la fuerza


laboral denominada informal. Los trabajadores ocupados por su cuenta alcanzaron una
cifra sin precedente: 14 millones al cierre del año pasado. Esto significa que 29.2% de
la población ocupada del país se dedica a esas actividades, lo cual se traduce en que
una de cada tres personas empleadas en México prefirió una oportunidad de empleo
en el sector informal. 122

Tan sólo en un año (cierre de 2010 contra 2011) se agregaron 1.6 millones de
personas a la también denominada economía subterránea. La desagregación por sexo
resulta interesante: de las 14 millones de personas que en el cuarto trimestre de 2011
se dedicaron a actividades informales, 8.3 millones fueron hombres y 5.7 millones
mujeres. La traducción de este comportamiento tiene rasgos preocupantes, puesto que
es creciente la proporción de mujeres que trabajan en la economía informal, ya que
representan el 31.05%, mientras que el total de hombres es de 28.04%, con lo que la
discriminación adquiere rostro femenino.123

Contrario al discurso oficialista, que propagandiza un desarrollo estable y promisorio,


los resultados de las empresa instaladas, distan de estas cíclicas arengas. Se sabe que
más de 120 mil empresas han cerrado o se han dado de baja del Sistema de
Información Empresarial Mexicano (SIEM) en lo que va del año.

Las cifras no pueden ser más contundentes: hasta el cierre de 2011, había 778 mil 564
registros empresariales en la base datos, mientras en lo que va del 2012, sólo se
contabilizan 656 mil 247 (es decir 122 mil 317 unidades menos), la cifra más baja en

121
Ídem.
122
INEGI. Milenio. 11 de febrero de 2012. Pág. 16.
123
Ídem.
 ϭϮϵ
todo el sexenio.124 Y no es una cifra que pueda atribuirse a una omisión casuística,
puesto que de acuerdo con el artículo 30 de la Ley de Cámaras Empresariales y sus
confederaciones, todos los comerciantes e industriales sin excepción deberán de
registrar y actualizar anualmente cada uno de sus establecimientos en el SIEM. Del
total de unidades que reporta el INEGI (3 millones 724 mil 19 empresas), el SIEM
sólo representan el 17.6%.125

En medio de este desolador panorama, la fractura social y la desigualdad en su


expresión más acabada se corrobora cuando abordamos la concentración del ingreso.
Es decir, cuando buceamos en la apropiación de riqueza y su respectivo consumo,
ratificamos las distancias entre quienes sólo poseen su fuerza de trabajo para competir
en el mercado, y quienes detentan la posesión de los bienes de producción y sus
expresiones de acumulación de capital.

22.6 Millones de personas que se ubican en la parte baja de la pirámide del ingreso,
representan una quinta parte de la población total del país, participan solo con 3.8%
del consumo nacional de bienes; en otro extremo, 20% de la población de mayor
ingreso en el país, realiza un gasto en bienes que equivale a 56.7% del consumo total
en la economía.126

La concentración que se observa en México en el estrato de población de mayor


ingreso es comparable con la que se observa en países de la región como Guatemala,
Nicaragua, Panamá o Paraguay, donde la quinta parte de sus habitantes en la punta de
la pirámide realizan el 58% del consumo, en el primer caso, y 57% en cada uno de los
siguientes.127

Los países con mayor concentración son: Colombia, con 62% del consumo en el 20%
de la población de mayor ingreso; Bolivia, 61%, y Brasil, 58%. Con tasas menores de
concentración aparecen: Venezuela y Uruguay, sociedades en las que el 20% más rico

124
Portal de la Secretaria de Economía. La Jornada. 23 de febrero de 2012. Pág. 25.
125
Ídem.
126
Banco Mundial. La Jornada. 1 de marzo de 2012. Pág. 29.
127
Ídem.
 ϭϯϬ
realiza 49% del consumo en cada caso.128

No olvidemos que en América Latina y el Caribe, 28.2 millones de personas vivían en


extrema pobreza, con un ingreso hasta de un dólar por día, en 2008 (último año para el
que hay datos disponibles de todos los países, pero que no consideran los efectos de la
crisis de 2008-2009). Ese universo era equivalente al 5% de los habitantes de la
Región. Al comienzo de la década, en 2002, el número de latinoamericanos en esta
condición era de 47 millones, 8.9% de la población.

11. La crisis mexicana está localizada en todos los rubros. Es de carácter multisistémica y
cada día adquiere dimensiones más preocupantes e incluso dramáticas. Crisis
económica, crisis social, crisis educativa y crisis en la concepción de la llamada
seguridad pública.

Es decir, México está metido en un tobogán del cual es materialmente imposible salir,
y menos en el contexto global en que está inserto; y además con una clase gobernante
inepta e incapaz de proponer una vía alternativa a la impuesta por los grandes centros
financieros y comerciales, la perspectiva se torna más que compleja.

El simplismo es la fórmula única de la clase política. Para encarar a la criminalidad lo


único que contiene la agenda dominante es la fiebre punitiva, no sólo del panismo, la
VXSHUVWLFLyQ GHO ³SRSXOLVPR SXQLWLYR´ FRQWLHQH FRPR IHWLFKH OD LGHD DEVXUGD H
incomprobable, de que a mayor número de presos, más seguridad; idea anémica y
sustentada sólo en el impacto publicitario, pero no en los vectores que disparan los
comportamientos delictivos y/o violentos. Por ejemplo: en el año 2006 la población
penitenciaria se ubicaba en los 210 mil 140 reos, de los cuales 49 mil 217 eran del
fuero federal, mientras que en 2010 el registro fue de 226 mil 976 y, de éstos, 50 mil
467 correspondieron a delitos del orden federal. Este aumento de presos no se tradujo
en mejores niveles de percepción de la seguridad entre los ciudadanos, al contrario,
creció la sensación de vulnerabilidad de amplias capas de la población.

128
Ídem.
 ϭϯϭ
Actualmente, de acuerdo con las cifras oficiales, se registra una sobrepoblación
penitenciaria de más de 31%, ya que la capacidad es de no más de 172 mil 418
espacios, contra los casi 227 mil reos que se encuentran internados en los 429 centros
penitenciarios.

Dicho de manera plástica y sintética, las políticas impulsadas por el gobierno lejos de
mejorar las condiciones de seguridad cotidiana de los gobernados, produjeron un
efecto exponencial en la colectivización del miedo frente al crimen y un vacío ante las
expectativas de mejorar las condiciones de vida de los asalariados proletarios y de los
segmentos de la pequeña burguesía con determinada formación académica.

Durante los cinco años recientes del gobierno panista, sólo se produjeron ¡un millón
369 mil 21 empleos! 14 por ciento más que en los seis años del gobierno de Fox, pero
muy lejana a la necesidad de satisfacer a una demanda de al menos, un millón de
plazas laborales anuales que se incorporan al mercado. A la par, como resultado de
esta política económica del calderonismo, en términos netos, el sector formal sólo
creo ¡uno de cada cuatro puestos de trabajo! de los 10.8 millones en que aumento la
población ocupada de diciembre de 2000 hasta finales de 2011.

Por otro lado, pero en esta misma planicie de inequidad y de exclusión, el panorama
no es nada estimulante. La cuarta parte de la juventud mexicana no cuenta con comida
suficiente para una vida sana y activa, ya que de los más de 36 millones de jóvenes de
entre 12 y 29 años, 9 millones padecen pobreza alimentaria. Además, otras asignaturas
no resueltas que afectan a esta porción significativa de la población, son: la falta de
acceso a servicios de salud, seguridad social, vivienda, ingresos y rezago educativo.

12. Las perspectivas de modificación de las tendencias de marginación e inequidad en


México están a debate. Por ahora, las voces predominantes, en una temporada
electoral de candidaturas sin impacto programático y en duelo de lugares comunes,
nos anuncian que para los próximos años no se vislumbra ningún horizonte
cualitativamente distinto al que se vivió en la larga y longeva noche del priismo, ni
tampoco en los efímeros 12 años de la derecha panista.

 ϭϯϮ
La debacle mexicana, además de los factores exógenos que ya hemos descrito, tiene
una matriz inocultable: el agotamiento del modelo de desarrollo orientado a perpetuar,
por el lado político, el corporativismo y el clientelismo; y por la vertiente económica,
el impulso de un modelo de acumulación capitalista centrado en proteger y estimular a
una burguesía parasitaria y oportunista.

El debate deseable y necesario para que México trascienda las frivolidades de la


coyuntura sexenal y abordar una reflexión incluyente y multisectorial, que ponga en el
centro de las deliberaciones qué tipo de país se requiere para (re)construirlo en un
contexto internacional volátil y hegemónico.

La sociodemografía mexicana nos muestra una radiografía nada gratificante. Un gran


porcentaje de la población está agrupada en el llamado bono demográfico, pero no
cuenta con ningún rasgo de que su futuro inmediato pueda llenarle sus expectativas
económicas y de movilidad social.

En síntesis: la fórmula ejercitada por la clase política mexicana de sólo pensar y actuar
HQIXQFLyQGHO³RUGHQ´\QRGHLQIOXLUHQORVYHFWRUHVVRFLDOHVTXHHVWiQSURGXFLHQGR
ejércitos de jóvenes con gran rencor social, tiene instalado al país en las fronteras de la
ingobernabilidad y de la fractura creciente del tejido social y de la solidaridad
comunitaria.

Por supuesto, para la ideología de la globalidad autoritaria y del consumo de


mercancías como única divisa para socializar entre los distintos, las cosas en México
van muy bien; sin embargo, las contradicciones multiclacistas generadas por las
groseras desigualdades sociales y la concentración del ingreso, puede convertirse en
una pesadilla incontrolable, y de la sintomatología del rencor social, podríamos pasar
a la crisis política; y de ahí, a la confrontación callejera, y finalmente podrá venir el
triunfo de las bayonetas o la movilización social al margen y contra los partidos y el
sistema de dominación. La pradera está seca.

 ϭϯϯ
Bibliohemerografía

x Banco Mundial. La Jornada. 1 de marzo de 2012.


x Cajas, Juan. Los desviados; la cartografía urbana y criminalización de la vida
cotidiana. Edit. Miguel Ángel Porrúa. 2009.
x Centro de Investigación Económica y Negocios (CIEN) del Tecnológico de
Monterrey, Campus Estado de México. La Jornada. 22 de enero de 2012.
x Consejo Nacional de Evaluación (CONEVAL). Milenio. 25 de diciembre de 2011.
x Dany- 5REHUW'XIRXU³El arte de reducir cabezas. Sobre la nueva servidumbre del
KRPEUH OLEHUDGR HQ OD HUD GHO FDSLWDOLVPR WRWDO´. Edit. Paidós. Buenos Aires,
Argentina. Primera reimpresión.
x Guilles Lipovtsky. La era del Vacío. Edit. Anagrama. Novena edición. 2010.
x Índice de Desarrollo Humano de Hogares e Individuos, 2008. PNUD. Introducción
y comentarios finales.
x INEGI. Milenio. 11 de febrero de 2012.
x Jaramiilo Medina, Andrés. Percepción social de la delincuencia y seguridad
ciudadana. Serie análisis No. 2. Gobierno de Chile, Ministerio del Interior. Junio,
2002.
x Lyotard, Jean-François. La condición Posmoderna. Informe Sobre el Saber. Citado
por Mario Magallón Anaya en, La democracia en América Latina. Edit. Plaza y
Valdez. México DF. Primera edición2003.
x Portal de la Secretaria de Economía. La Jornada. 23 de febrero de 2012.
x Santiago López Petit. La humillación Técnicas y discursos para la exclusión social.
Obra colectiva. Edit. Bellaterra. España. Pág. 15
x Tello, Carlos. Sobre la desigualdad en México. Edit. Facultad de Economía de la
UNAM. 1ª. Edición 2010.
x Zygmunt Bauman, La globalización. Consecuencias humanas. Edit. FCE. México.
Sexta reimpresión 2011.

 ϭϯϰ
Buy your books fast and straightforward online - at one of world’s
fastest growing online book stores! Environmentally sound due to
Print-on-Demand technologies.

Buy your books online at


www.get-morebooks.com
¡Compre sus libros rápido y directo en internet, en una de las
librerías en línea con mayor crecimiento en el mundo! Producción
que protege el medio ambiente a través de las tecnologías de
impresión bajo demanda.

Compre sus libros online en


www.morebooks.es
VDM Verlagsservicegesellschaft mbH
Heinrich-Böcking-Str. 6-8 Telefon: +49 681 3720 174 info@vdm-vsg.de
D - 66121 Saarbrücken Telefax: +49 681 3720 1749 www.vdm-vsg.de

Вам также может понравиться