Вы находитесь на странице: 1из 8

Escuela de Psicología

Carrera
Psicología General

Asignatura:
Sexualidad Humana
Participante:
Merlín Javier Javier

Matrícula:
15-0835
FACILITADOR

Álbis spaillat
Fecha 30/01/2018
Introducción

En esta unidad estaremos hablando sobre dos temas de mucha relevancia en


el ámbito sexual: fases sexuales y afrodisiacos.

En lo concerniente a las fases sexuales es algo que todos, o casi todos hemos
experimentado, pero aun así para muchos de nosotros es algo totalmente
desconocido, como lo era para mí, es algo tan común que no nos detenemos a
analizar el asunto, aparte de que es un proceso automático y tal vez esto nos
haga indiferentes a conocer el proceso del mismo, pero verdaderamente que
es algo muy interesante y que puede sacarnos de dudas y enseñarnos más
acerca de algo tan básico como la sexualidad.

En el ámbito de los afrodisiacos, estos desde tiempos muy antiguos se han


mantenidos arraigados en la creencia popular de las sociedades, aunque
científicamente no existen pruebas de la eficacia de los mismos. Desde mi
punto de vista personal creo que estos sí podrían funcionar aunque no sea por
la propiedad o propiedades del mismo, sino por actuar como efecto placebo en
la persona que lo consume.
Lectura del libro de texto: Shibley Janet y Delamater Hyde John D.
(2006). Sexualidad Humana. Mexico: Mc Graw Hill.

1. Elaboración de un triángulo (figura geométrica), conteniendo el orden


jerárquico de las fases de excitación sexual. Elaborar un análisis crítico
acerca de cada una de las fases de la excitación sexual.

Fases de la respuesta sexual

Resolución

Orgasmo
Meseta

Excitación

Deseo

Fase de deseo sexual: es la fase en que se experimenta ese deseo, también


denominado libido, este procede a la estimulación física o psicológica.

Kaplan observó que ciertas sustancias químicas de nuestro cuerpo, como la


testosterona -hormona sexual masculina presente también en las mujeres –,
son las que desencadenan nuestros deseos sexuales. La excitación aumenta
gracias a esos deseos.

Cuando la lívido es muy baja en esta primera fase, las personas que lo
padecen no logran pasar o lo hacen a través de mucho esfuerzo, a la siguiente
fase del ciclo. Al estudiar lo que pasa en esta primera fase es que se puede
descubrir de dónde vienen los problemas.

Fase de excitación: La fase de excitación es el inicio de la estimulación


erótica. El proceso básico que sucede durante la excitación es la vaso
congestión. Esto produce la evidente respuesta de estimulación en el varón: la
erección. Esta resulta cuando los cuerpos cavernosos y el cuerpo esponjoso se
llenan de sangre (presentan tumefacción).
Una respuesta importante de las mujeres en la fase de excitación es la
lubricación de la vagina. Aunque esta respuesta podría parecer muy diferente
de la del varón, en realidad ambas son el resultado del mismo proceso
fisiológico: la vaso congestión. La lubricación vaginal sucede cuando los
fluidos se filtran a través de las membranas semipermeables de las paredes
vaginales, produciendo la lubricación como resultado de la vaso congestión de
los tejidos que rodean a la vagina. Esta respuesta a la estimulación también es
rápida, aunque no tanto como la del varón; la lubricación ocurre 10 a 30
segundos después del inicio de los estímulos excitantes.

Fase de meseta: Durante la fase de meseta, la vaso congestión alcanza su


cima. En los varones, el pene se encuentra totalmente erecto, aunque pueden
existir variaciones en la firmeza de la erección. El glande se inflama. Los
testículos ascienden todavía más y se acercan al cuerpo de manera más
extrema. Unas cuantas gotas de líquido (en el caso de algunos hombres,
muchas), secretadas por la glándula de Cowper, aparecen en la punta del
pene. Aunque no son parte del eyaculado, pueden contener espermatozoides
activos.

Tanto en la mujer como en el varón, hay un aumento adicional en las tasas de


respiración, en el pulso y en la presión arterial. En las mujeres, el cambio más
notable durante la fase de meseta es la formación de la plataforma orgásmica.
Esta es un estrechamiento del tercio exterior de la vagina. De hecho, por lo
anterior, la entrada de la vagina se vuelve más pequeña y puede haber un
aumento notable en la sujeción del pene.

Otro cambio es la elevación del clítoris. En esencia, el clítoris se retrae o


retrocede al interior del cuerpo. En resumen, los procesos de la fase de meseta
son una continuación de los procesos básicos—vaso congestión y miotonía—
de la fase de excitación. Ambos procesos continúan intensificándose hasta que
existe una tensión suficiente para el orgasmo.

Fase de orgasmo En el varón, el orgasmo consiste de una serie de


contracciones rítmicas de los órganos pélvicos a intervalos de 0.8 segundos.
De hecho, el orgasmo masculino ocurre en dos etapas. En la etapa preliminar,
los conductos, vesículas seminales y próstata se contraen, forzando el
eyaculado hacia un bulbo que se encuentra en la base de la uretra.

Tanto en varones como en mujeres, hay aumentos marcados en pulso, presión


arterial y tasas de respiración durante el orgasmo.2 Se contraen músculos en
todo el cuerpo. Es posible que la cara se contorsione en una mueca; se pueden
contraer los músculos de brazos, piernas, muslos, espalda y nalgas; además,
es posible que los músculos de pies y manos se contraigan en espasmos carpo
pedales.
Fase de resolución: Después del orgasmo, se encuentra la fase de
resolución, durante la cual la fisiología del cuerpo regresa al estado no
excitado. El orgasmo desencadena una liberación masiva de tensión muscular
y de la sangre que se encuentra en los vasos tumefactos. Así, la resolución
representa una reversión de los procesos que se desarrollaron durante las
etapas de excitación y meseta.

El primer cambio en la mujer es una reducción en la inflamación de las mamas.


En los 5 a 10 segundos después del final del orgasmo, el clítoris regresa a su
posición normal, aunque toma más tiempo que regrese a su tamaño habitual.
La plataforma orgásmica se relaja y comienza a reducirse. Disminuye el
inflamiento de la vagina y el útero se encoge.

En general, la fase de resolución tarda de 15 a 30 minutos, pero es posible que


tome mucho más tiempo —tanto como una hora— en mujeres que no han
tenido un orgasmo.

En los varones, el suceso más evidente de la fase de resolución es la


detumescencia, la perdida de la erección del pene. Esto sucede en dos etapas,
ocurriendo la primera de manera veloz, pero dejando al pene todavía
agrandado (la primera perdida de la erección es el resultado del vaciamiento de
los cuerpos cavernosos) y la segunda de forma más lenta, como resultado del
vaciamiento más gradual del cuerpo esponjoso y del glande.

Durante la fase de resolución, los varones entran a un periodo refractario,


donde son refractarios a la estimulación adicional; es decir, son incapaces de
excitarse de nuevo, de tener una erección y de llegara orgasmo. La duración de
este periodo refractario varía considerablemente de hombre a hombre; en
algunos puede durar solo unos cuantos minutos, mientras que en otros puede
proseguir durante 24 horas. El periodo refractario tiende a prolongarse a
medida que el hombre envejece.

Las mujeres no entran en un periodo refractario, lo que posibilita el fenómeno


de los orgasmos múltiples en la mujer.

Esta actividad tiene un valor de 5 puntos

2. Realización de una entrevista a un experto de la sexualidad humana


referente a la influencias de los afrodisiacos en el papel de la sexualidad
(realidad o mito). Elaborar un informe de la entrevista, con datos del
profesional y lugar donde trabaja. Subir evidencia de la entrevista

Esta actividad tiene un valor de 5 puntos

¿Qué es un afrodisíaco?
De un modo sencillo, se puede decir simplemente que los afrodisíacos son
sustancias que potencian la sexualidad.

Desde tiempos inmemoriales las sustancias con algún efecto afrodisíaco han
sido objetos míticos de búsqueda en todas las sociedades del mundo.

La imaginación al servicio de un mayor hedonismo sexual ha hecho que en


todo tipo de alimentos, hierbas y otras clases de productos se haya querido ver
un sinfín de atributos milagrosos que producían un mayor vigor sexual del
hombre y un mayor interés por el sexo en la mujer.

Desde un punto de vista estrictamente médico se podría hacer una clasificación


de este tipo de sustancias en los siguientes grupos:

Incrementadores del lívido sexual (deseo sexual): Serían aquellos afrodisíacos


que acrecentarían el deseo del contacto sexual.

Aumentadores de la potencia sexual: En este grupo estarían los que


incrementarían el poder de erección en el hombre y la capacidad de afrontar un
encuentro sexual por más tiempo.

Intensificadores del placer sexual: Se clasifican en este apartado los


afrodisíacos capaces de conseguir un disfrute sexual más placentero y un
orgasmo más intenso o más duradero.

Todos los países y civilizaciones tienen su particular lista de afrodisíacos, lo


cual demuestra la escasa consistencia de la eficacia real de estos elementos.
Esto contrasta con el vivo interés que han albergado desde siempre los
hombres de todas las razas y culturas por descubrir nuevas vías de recreo
sexual y de compensación de las mermas que, por la edad o la enfermedad,
sobrevienen indefectiblemente a todos.

Tradicionalmente se han identificado ciertos alimentos o hierbas como


afrodisíacos, pero también insectos, perfumes, cosméticos, etc.

En el pasado, determinadas culturas como la árabe rodearon de un valor cuasi


mágico a multitud de fragancias y preparados de uso cosmético a los que
atribuían notables cualidades para el ejercicio de la seducción y el deleite
sexual. Sin embargo, han sido los alimentos y las plantas de herbolario en
general, en todas las civilizaciones, los reyes de la farmacopea afrodisíaca. Al
principio la simple apariencia fálica de la raíz de una planta o de su fruto
(espárragos, pepinos, zanahorias) servía para imaginar todo tipo de cualidades
deseables de ámbito sexual.

Otros afrodisíacos son aún más exóticos, como sacados de un libro de brujería;
destacan aquí algunos muy codiciados como el cuerno de rinoceronte o los de
ciervo, las pezuñas de macho cabrío, extractos de grasa o hígado de tigre, el
Chan Su (sustancia con bufadienólidos como la bufotenina, poderoso
alucinógeno, que se obtiene del dorso de algunos sapos), ámbar gris (obtenido
de ballenas), cantaridina (sustancia muy peligrosa obtenida del polvo por
maceración seca de unos escarabajos llamados "mosca española"), las
hormigas negras o la sangre de serpiente.

Por último, cabe destacar el papel de las feromonas como sustancias de


reclamo erótico. Su existencia es real en flores y animales jugando un papel
muy relevante en la atracción, la excitación sexual, el galanteo y el
apareamiento de muchas especies animales (mariposas, elefantes, etc.). En el
hombre se han identificado este tipo de sustancias olorosas en el sudor de
determinadas regiones (genitales externos, axilas...) y se ha evidenciado una
cierta capacidad de influencia en la conducta sexual tanto de mujeres como de
hombres. Sin embargo, su efecto no se ha caracterizado bien y parece
tremendamente variable o incluso inexistente para muchas personas.

¿Qué dice la ciencia al respecto?

Los científicos han estudiado muy poco la farmacología afrodisíaca, Por ello,
muchos de los estudios científicos se han limitado a comunicar los efectos
nocivos de un gran número de sustancias que con propósito afrodisíaco fueron
consumidas y que han provocado la intoxicación con resultado incluso de
muerte de algunas personas. Esto se ha descrito con respecto a la cantaridina,
la mandrágora, la bufotenina y otras sustancias de efecto cardioactivo.De
cualquier modo, aunque la investigación se ha centrado sobre todo en
animales, existe una cierta experiencia científica respecto a algunos fármacos o
sustancias que podrían provocar un aumento de la respuesta sexual. Aun así,
lo cierto es que oficialmente no se reconoce ninguna evidencia concluyente del
efecto genuinamente afrodisíaco (con efecto aumentador de la líbido) de
ningún principio activo, y de hecho la FDA (Food and DrugAdministration), el
organismo de salud estatal en Estados Unidos responsable de la autorización
de sustancias terapéuticas y alimenticias) no admite que exista fármaco alguno
con estas propiedades. Este mismo organismo ha retirado del mercado
norteamericano determinados productos "afrodisíacos" dispensables sin receta
que provocaron intoxicaciones en numerosas personas.

Sí que existen fármacos que potencian la sexualidad, si consideramos como un


grupo posible dentro de los afrodisíacos los que incrementan el poder de
erección del varón, por ejemplo. En este apartado no podemos dejar de
mencionar el clorhidrato de apomorfina (U prima) o el citrato de sildenafilo
(Viagra), fármaco que ha revolucionado el tratamiento de la impotencia y que
parece ejercer clara mejoría de la función eréctil en aproximadamente dos de
cada tres hombres con disfunción eréctil. Existen otros fármacos, de más
reciente aparición en el mercado, y de efectos similares, pero con algunas
diferencias en cuanto a sus propiedades farmacológicas, como el Tadalafilo
(Cialis) o el Vardenafilo (Levitra).

Вам также может понравиться