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Aún no ha pasado un siglo desde que, el 11 de enero de 1922, un joven de 14 años llamado
Leonard Thompson, recibiera la primera inyección de insulina. La investigación científica
llevaba mucho tiempo buscando sin éxito el origen de la diabetes. Al percatarse los médicos de
la función del páncreas, se halló la causa, pero no la solución al problema. El afán de los
investigadores llevó por fin al descubrimiento de la insulina y, lo más importante, su obtención
fuera del organismo.
La insulina es, por definición, una hormona del aparato digestivo que se fabrica de forma
natural por el páncreas, en las llamadas células 'beta' de los islotes de Langerhans. Los
laboratorios de bioingeniería genética son los encargados de conseguir la denominada 'insulina humana', un sustitutivo
que todos los diabéticos tienen que inyectarse para suplir la carencia de esta hormona, pues la enfermedad diabética
imposibilita al páncreas su producción.
Es de suma importancia que el tratamiento con insulina siga las recomendaciones médicas y esté unido a un
seguimiento diario puesto que, sin la insulina, la glucosa en sangre no cumple las funciones que tiene asignadas,
provocando desarreglos en el organismo que pueden llegar a tener consecuencias fatales. La administración de insulina
debe cumplir unas pautas estrictas.
Clases y efecto de la insulina inyectable
Evidentemente, la forma en la que actúa la insulina artificial es totalmente diferente a la
producida de forma natural por el páncreas. Si bien las dos cumplen finalmente su papel, la
insulina aplicada a los diabéticos necesita de una pequeña ayuda para su correcto
aprovechamiento una vez que llega a la sangre. El nivel de glucosa es el encargado de tomar
insulina cuando ésta es necesaria, pero la insulina que llega al paciente diabético debe
apoyarse en una serie de pautas dietéticas, de horario, de realización de ejercicio.
La insulina comienza a actuar en el organismo, después llega un momento de 'máximo efecto', que es cuando existe más
insulina en la sangre y, por último, termina el efecto. Es fundamental por tanto, controlar los tiempos exactos en los que
la insulina es capaz de controlar los niveles de glucosa. En el mercado, existe un tipo de insulina de 'acción rápida'
(transparente), otra de 'acción intermedia' (blanca-opaca) y otra de 'acción prolongada' (blanca-opaca). Todas ellas
difieren en cuanto al inicio del efecto, duración y fin del efecto. Las insulinas pueden combinarse pero única y
exclusivamente bajo control médico.
La de 'acción rápida' de tipo regular, comienza a actuar media hora después del momento en el que es inyectada y su
'máximo efecto' tiene lugar entre una y tres horas transcurridas desde su aplicación, dejando de actuar entre las cuatro y
las seis horas después. Por otro lado, los análogos de 'acción rápida' que entran dentro de este tipo de insulina,
comienzan a ejecutar su misión a los 10 minutos de ser administrados, produciéndose su 'máximo efecto' entre 30 y 90
minutos después. Tiene una duración de entre dos horas y media hasta tres horas.
En cuanto a la insulina de 'acción intermedia', señalar que su efecto se retrasa debido a que añade NPH con proamina.
La acción de esta insulina se inicia a la 1-2 horas de ser inyectada mientras que su 'máximo efecto' se origina entre las
tres y las horas siguientes al pinchazo. Es capaz de actuar sobre la glucemia por un margen de entre ocho y diez horas.
Por su parte, la insulina de 'acción prolongada' gracias al zinc, empieza su cumplir su
tarea a las 2-4 horas, su 'máximo efecto' tiene lugar a las 5-10 horas después y dura casi
24 horas.
Precauciones acerca del perfil de acción
El diabético debe ser extremadamente cuidadoso con los tiempos que transcurren entre
una aplicación y otra, pero también debe tomar una serie de precauciones ya que existen
diferentes factores que influyen, ya sea de manera positiva o negativa, en el perfil de
acción de la insulina que se inyecta. En primer lugar, los horarios de las comidas deben
observarse con puntualidad y, en el caso de que no sea posible cumplirlos de forma eventual, controlar los niveles
glucémicos puesto que puede ser necesaria la administración de más o de menos insulina.
El perfil de acción de la insulina es un dato que le sirve al paciente diabético para planificar sus comidas. Así, con la
insulina de 'acción rápida' de tipo regular, hay que esperar media hora antes de ponerse a ingerir alimentos.
Mientras tanto, con los análogos, se puede comer inmediatamente tras el pinchazo. Hay que prestar especial atención a
los alimentos ricos en hidratos de carbono, que deben ser tomados durante el momento
de 'máximo efecto'.
Para favorecer la acción de la insulina se recomienda aplicar calor local en la zona
donde se haya inyectado la misma; el frío retrasa la acción de ésta hormona. Por otro
lado, el tabaco, que ya constituye un mal por sí mismo, retrasa igualmente el efecto de la
insulina. Del mismo modo, una inyección demasiado superficial, dificulta la absorción.
Debemos inyectar la insulina de forma profunda, masajear la zona y apostar por el
ejercicio sobre ese lugar.
La insulina y sus dispositivos de administración
Uno de los aspectos que más incomoda al diabético es el método utilizado para
proveerse de la insulina. Esta hormona no puede ser administrada por vía oral porque los
jugos digestivos la destruyen, es decir, no es absorbida por nuestro cuerpo y, por lo tanto, no cumple sus objetivos. El
sensacional progreso que ha tenido lugar en cuanto a métodos de administración, facilita hoy en día esta tarea tan
habitual entre los afectados por diabetes.
La jeringuilla ha sido siempre el método por antonomasia. Al principio, las jeringas estaban hechas de cristal y las
agujas tenían que ser esterilizadas por medio de la ebullición. Gracias a la incansable búsqueda de una mayor calidad de
vida para los diabéticos, aparecieron las jeringuillas de plástico, cuya aguja es de un sólo uso, pudiendo desecharse
después sin problemas.
Siguiendo adelante con esta línea de avances, hicieron su aparición en el mercado las
llamadas 'plumas' o 'bolígrafos', unos dispositivos que, bien pueden ser recargables a base de
cartuchos, bien pueden presentarse precargadas y resultar después desechables. Las agujas
además, son tan finas como un cabello. Con este dispositivo, los diabéticos pueden
transportar de forma cómoda todo lo necesario para pincharse, ocupando menos espacio y
siendo más simple su empleo y preparación.
La última línea de indagaciones por parte de la biomedicina, la farmacología y la tecnología
son las denominadas 'bombas de perfusión continua de insulina'. Ya se puede disponer de las
de carácter externo, pero debemos consultar con nuestro médico ya que debe analizarse
primero el caso concreto para determinar si la aplicación de bombas externas es factible. Por otro lado, están las
'bombas implantadas', un reto que aún permanece en experimentación.
¿QUÉ ES INSULINA?
Insulina es una hormona naturalmente producida por tu organismo. El páncreas, un órgano próximo al estómago, produce insulina
cada vez que hay una elevación en los niveles de azúcar en sangre. Los niveles de azúcar en sangre generalmente se eleven
después que una persona se alimenta. Es el momento en que el organismo toma el alimento ingerido y lo transforma en azúcar, o
glucosa. La insulina en el organismo actúa como un sistema de entregas que lleva el azúcar de la sangre a las células del cuerpo.
Cuando la persona tiene diabetes, su cuerpo no produce insulina suficiente o tiene problemas para utilizar la insulina que produce.
Cuando no se tiene insulina suficiente, no existe algo que lleve el azúcar de la sangre a las células. Eso significa que queda
demasiado azúcar en la sangre. Este azúcar extra es lo que hace con que las personas sientan los síntomas de la diabetes (o sea,
cansancio, sed permanente).
PRECAUCIONES
No tome aspirina o ibuprofeno mientras esté usando este medicamento. Muchos medicamentos de venta libre o sin receta y
algunos con receta contienen aspirina o ibuprofeno.
Dígale a todos los médicos y dentistas que visite que está usando este medicamento.
Mientras esté usando este medicamento, es muy importante que le informe a su médico acerca de cualquier caída, golpe al cuerpo
o la cabeza u otras heridas.
Tenga especial cuidado al cepillarse los dientes y al afeitarse. Use un cepillo de dientes blando y pásese hilo dental suavemente.
Además, es mejor usar una afeitadora eléctrica que una hoja de afeitar.
EFECTOS LATERALES
Efectos secundarios que deben ser informados a su médico inmediatamente
Señales de sangrado adentro del cuerpo -- Dolor o hinchazón del abdomen o estómago; dolor de espalda; sangre en la orina; heces
sangrientas o negras y breosas; estreñimiento; tos con sangre; mareos; dolor de cabeza (muy fuerte o continuo); dolor, rigidez o
hinchazón de las articulaciones; vómitos de sangre o materia que se parece a granos de café molido
Señales de una reacción alérgica seria -- Cambios en el color del cutis; respiración rápida o irregular; inflado o hinchazón de los
párpados o alrededor de los ojos; falta de aire, respiración difícil, tensión en el pecho o respiración con ruido; salpullido, ronchas o
comezón de la piel
Otros efectos secundarios que deben ser informados a su médico
Menos comunes o raros -- Dolor de espalda o de las costillas (con el uso a largo plazo); cambio en el color de la piel, especialmente
cerca del lugar de la inyección o en los dedos, dedos del pie, brazos o piernas; Dolor de pecho; fiebre o escalofríos; acumulación de
sangre debajo de la piel (ampolla de sangre) en el lugar de la inyección; disminución de altura (con uso a largo plazo); erecciones
frecuentes o continuas; irritación, dolor, enrojecimiento o úlceras en el lugar de la inyección; sensación de comezón y quemazón,
especialmente en la planta de los pies; náuseas o vómitos; adormecimiento o cosquilleo de las manos o pies; dolor, frialdad o color
azul de la piel de los brazos o piernas; descamación de la piel; lagrimeo de los ojos; pérdida inusual del pelo (con el uso a largo
plazo); fluido nasal inusual
Posibles señales de sobredosis -- Sangrado De Las Encías Al Lavarse Los Dientes; moretones o áreas violetas en la piel sin
explicación; sangrados de nariz sin explicación; sangrado o supuración inusualmente fuerte por cortaduras o heridas; sangrado
menstrual inusualmente fuerte o inesperado