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HABITANTES
Maximiliano Larraín
“No llores más, ya no tengas frío.
No creas que ya no hay más tinieblas,
tan solo debes comprenderla.
Es como la luz en primavera”
Spinetta. “A Starosta, el idiota” Artaud (1973)
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AGRADECIMIENTOS
2
solista que tuvo muchas bandas: The Beatles y Spinetta;
que si bien no tuvieron directa influencia en mi estilo de
escritura, siempre han influido en mi como persona y si
no fuera por ellos, nada de lo que se encuentra presente
en este libro sería posible.
3
PRÓLOGO
4
que en la realidad uno nunca se va a encontrar con
personas y va a obtener descripciones detalladas de cómo
son ellos, si no que tendrá que irlos conociendo, y
entonces uno se podrá formar recién una imagen. El
motivo para perseguir este efecto en el relato es
finalmente el causar que el lector se involucre con la
historia, que pueda sentirse parte de esta y la vea como
algo que va sucediendo al tiempo que lo va leyendo (lo
que también se ve en el tiempo de la narración, que está
mayormente en presente).
5
Maitén es la protagonista, y como tal encarna muchas
actitudes que se ven en la sociedad, que yo he visto en mí
mismo o en los demás (pero sobre todo en mí mismo) en
muchas ocasiones.
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vida sigue, y lo justo es que el libro termine cuando ya se
dio el mensaje que se quería dar, nada más.
7
I
8
Cruza puerta tras puerta hasta llegar a la que va a dar al
pasillo, y se queda mirándola un buen rato. Sujeta el
picaporte y lo gira lentamente, cuidándose de hacer el
menor ruido posible. Cuando siente que ya llegó al punto
en el que la puerta está abierta y solo tiene que empujar,
empieza a pensar.
9
excepto Maitén. A sus veinte años, ya sentía que la
independencia y la vida libre la llamaban. Pero no era
solo una sensación de la edad. Desde muy joven, Maitén
daba vueltas en su tristeza y soledad, y buscaba
ocupaciones e ideas para taparla, para cubrirla. Se
esforzaba en hacer amigos, pero nunca lo lograba, la
gente simplemente no era como ella, no se sentía que
fueran como ella. Ya hace mucho tiempo había decidido
que su única solución era irse, necesitaba irse, necesitaba
empezar de nuevo en otro lugar, ansiaba que pasara el
tiempo luego para poder vivir finalmente la vida de sus
sueños, llena de amigos, diversión, fiestas, locuras,
descontrol, y muchas otras cosas que vivían en las
historias que alucinaba de camino a casa cada día de
vuelta del colegio, historias que resonaban en su mente
cuando estaba a punto de tomar el bus, cuando le daba el
último adiós a sus entristecidos padres, y partía, llena de
sueños y aspiraciones.
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ruido. La cruza, la cierra una vez más a sus espaldas y
entonces atraviesa sigilosamente el corredor, guiada solo
por la tenue luz de la noche que entra por la ventana
abierta. Una vez frente a ella, la mira un poco, se
pregunta cómo es que se abrió, aunque sin ansias de
realmente averiguarlo, y finalmente la cierra lentamente,
asegurándose de que no se vuelva a abrir. Da media
vuelta y emprende el camino de regreso a su solitaria
habitación, la única parte de la casa donde ha estado
viviendo en los últimos meses.
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estar ya cerrando la puerta desde el otro lado, un halo de
luz proveniente del vestíbulo le permite divisar entre las
sombras una figura en el medio del pasillo. Aunque solo
la pudo ver por unos instantes, quedó grabada en su retina
por el resto de la noche. Era un ser, de aspecto casi
humanoide, que se arrastraba muy lentamente por el piso.
Su piel tenía un aspecto demacrado, casi colgando de su
cuerpo. En lo que podría ser su cabeza no tenía nada,
salvo tres agujeros donde deberían haber estado sus ojos.
El resto de su cuerpo, apenas divisible, parecía expedir
una especie de líquido viscoso y desagradable, que
chorreaba por su piel. Maitén, ante tal espectáculo, cierra
la puerta de golpe, se dirige de vuelta a su habitación y
una vez allí, continua con su lectura por un rato. Luego se
va a dormir.
12
II
13
miraba al espejo, y con estas palabras acabó con la idea
de abandonar su peculiar hogar.
14
Maitén repasa un poco esta idea en su mente, dejando de
lado a sus extraños convivientes, pero la descarta porque
se deprime pronto. Recuerda su infancia, totalmente
solitaria, dando vueltas por el patio de la escuela,
inventando historias en su mente para entretenerse
mientras todos los demás jugaban y corrían por doquier.
A veces llegaba a pensar que la soledad era parte de ella,
algo de lo que nunca podría realmente deshacerse.
Pensaba que había nacido con un halo de soledad a su
alrededor, y que la gente no se le acerca para evitar
contagiarse con un poco de esta. Nadie quiere estar solo.
-Ah ya, si la cacho, demás que llego allá como a las ocho,
pero tengo que pasar a mi casa primero.
-…
15
-¿Maitén?
-Ah ya po’, ósea, tengo que cachar igual, pero de ahí les
aviso.
-Sí, si tranqui.
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a alguna parte. Pese a que todas las veces que se imaginó
su vida independiente, nunca concibió la posibilidad de
pasar los fines de semana en casa, tampoco estaba entre
sus planes juntarse a estudiar y jugar juegos de mesa, que
era quizás lo más emocionante que hacían estas personas
a las que ella dudaba en llamar sus amigos. Maitén quería
algo de emoción en su vida, y no la iba a conseguir así.
Pronto se le ocurriría alguna excusa, otra repentina
reunión familiar quizás, como la que sus amigos piensan
que tuvo la semana pasada, o la antepasada. Quizás
tendría algo más original.
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que siguen rondando, o la presión de la nueva junta de
sus amigos, pero algo la incómoda.
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único ojo, de color morado de aspecto siniestro, a la
aterrorizada muchacha.
19
pasa a través del monstruo, que continua mirando cada
rincón con su ojo. Maitén queda atónita.
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Estoy loca, estoy loca, estoy loca, listo, se acabó, listo.
No puede ser, no era real, eso no era real. Como sé yo si
es real, cómo sé ahora si algo es real. ¿Qué voy a hacer?
¿Qué se supone que voy a hacer? Me van a mandar al
manicomio seguramente ¿Eso si quiera existe? Nunca he
visto un manicomio en mi vida ¿No es como esas cosas
que solo pasan en TV? ¿Qué hacen con la gente con
problemas mentales? ¿Lobotomía? Oh Dios, me van a
hacer una lobotomía… no ya no hacen eso. A los locos
solo les dan unas pastillas, y los mantiene dopados en sus
casas para que puedan seguir viviendo sus miserables
vidas sin hacerle daño a los demás. Eso va a hacer. Lo
que me faltaba, pastillas, y seguramente con eso también
me va a dar depresión. Como si no fuera todo lo
suficientemente malo ya, me voy a terminar matando. Ya
veo las noticias, joven estudiante se ahorca en su casa…
vivía sola, y así murió completamente sola… sin nadie…
no llores ahora. No llores maldita sea. ¿Por qué estás
llorando? ¿Por qué es tan difícil vivir conmigo? ¿Por
qué no pude quedarme en casa de mis padres cuando a la
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vez vine para acá, y así por lo menos no tendría que
soportarme?.. La cosa sigue ahí… mirándome, ¿Qué
quiere? ¿Qué cresta quiere? ¿Por qué no se va?...
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oportunidad de ser feliz, se ve abruptamente arruinada,
por nada menos que seres que al parecer no son de este
mundo, que nadie conoce, de los que nunca se ha escrito
o hablado salvo en historias ficticias, y que nadie excepto
ella ve.
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observar su fracaso, su tristeza y su desesperación una
vez más. Mejor ver la tele. Algo para no pensar.
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alguna vez pertenecieron a su tía. Anillos, pilas viejas,
trozos de papel, un cuaderno viejo y gastado, y debajo de
todo, el control remoto.
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esperanza se le agota y la vacía entretención que divierte
al grueso de la población no la está ayudando.
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vueltas en torno de su eje y los cambios se pasan solos.
Al parecer me estaba llevando aun a mi casa, pero ante
la duda, decidí yo tomar el volante. Faltando dos calles
más para llegar a mi casa, doblé a la izquierda en el
lugar en el que habitualmente lo haría, pero no llegué a
donde pensaba. Estaba en otra calle, en otro segmento
del lugar. Pronto había oscurecido y ya no estaba en
ningún taxi. Caminaba por una calle muy transitada, con
gente que corría en dirección opuesta a la que yo
intentaba avanzar. De pronto me encontré con mi padre
y, entre toda la multitud, me pidió que lo siguiera, que
tenía que hacer un trámite muy importante y que por
favor lo acompañara. Yo le preguntaba dónde estábamos,
pero no respondía, solo avanzaba y seguía hablando y
hablando de su trámite. Sin darme cuenta, él ya me había
tomado de la mano, y me arrastraba entre este montón de
gente. No sé cuánto tiempo habremos estado así, ni
cuanto habré avanzado, pero finalmente, vi para atrás y
noté que había un punto donde llegaba la luz, como de un
reflector, y decidí avanzar hacia allá. De pronto estaba
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ahí y sentía que la luz me bañaba, que estaba por
doquier, pero luego recordé a mi padre y su trámite, y
cuando me volví hacia él, me di cuenta de que había
seguido caminando sin mí, o quizás no había notado que
yo ya no estaba. Solo seguía hablando y hablando de su
trámite, y aunque estaba muy lejos, podía escucharlo
como si estuviera a mi lado. En un parpadeo ya tampoco
estoy donde estaba. Me encuentro ahora en una fiesta,
rodeada de gente haciendo ruido, con una música que
ahora no recuerdo, pero si recuerdo que estaba muy
fuerte. Entonces las cosas se empiezan a poner muy
raras, cuando una criatura similar a la que vi el otro día
en el dormitorio de alojados…
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vaya, que se aleje, que desaparezca para siempre, pero
en su lugar, sentí que yo estaba desapareciendo. Cada
vez me sentía menos ahí con ellos y aun así todos me
miraban claramente, y comenzaban a dar vueltas a la vez
que la criatura. Sentía que debía escapar. Tenía ganas de
gritar. Entonces desperté. Tenía lágrimas en mis ojos, y
me di cuenta que también había lágrimas sobre mi
almohada, pero el sueño había acabado ¿Cierto? Me
intriga saber si me volveré a encontrar con estas cosas
que andan dando vueltas, aun cuando no esté
durmiendo”.
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Avanza un poco más en las páginas y va saltando de texto
en texto y de fecha en fecha, buscando dónde sumergirse
de nuevo en la lectura, con intriga. Va leyendo los
primeras palabras: “Era invierno en…”; “Esta noche lo
vi de nuevo, pero ahora…”; “Hace mucho tiempo que no
soñaba con Martín, esta vez estaba…”. Pero ninguno le
llamaba la atención.
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delante, obtuvo una imagen más bien siniestra de su
maestra, que lo miraba fijamente, y a pesar de que dentro
del sueño era su profesora de matemáticas, al despertar
recordó bien que esa imagen no correspondía a su
profesora, sino más bien a un amiga suya, con la que se
había encontrado hace unos días. La clase de cosas que
pasan en los sueños.
31
poder en Chile un hombre electo democráticamente,
sonriéndole al público y quizás pensando que haría
ahora para resolver tanta división. Los fachos aun
tiemblan pensando que el libertinaje, el caos y el
comunismo se apoderaran de Chile, mientras los jóvenes
de hoy salen a las calles a celebrar, con guitarras, con
garrafas de vino tinto, escuchando a la Violeta Parra y a
Quilapayún. Es casi como volver a los tiempos de la UP.
Si tan solo nos escucharan a los que fuimos los jóvenes
de ayer.
32
Pero así son las cosas, y es mejor que los jóvenes sigan
soñando, y nos dejen a los viejos con nuestra amargura,
en una de esas a ellos si les resulta. Quizás si escucharan
la experiencia.
33
con algo de sarcasmo, pero no tiene tiempo para sentir
autocompasión, necesita seguir leyendo a su amigo.
34
III
35
va a buscar algo para comer, repasa un poco todo lo
sucedido para no perder detalles.
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las noticias de deporte (que en realidad es solo futbol),
política (lo de siempre) y ver uno que otro avance
científico, como para subir el ánimo quizás, decide parar
de informarse del mundo, porque el mundo sigue siendo
el mismo de ayer, y probablemente el mismo de mañana,
y ya está por llegar a las noticias de farándula y
actualidad, y prefiere no amargarse cuestionándose por
qué la gente aún se preocupa de eso. Tiene otras cosas en
las que pensar.
37
cuando se siente profundamente miserable, y sumida en
este estado de tristeza, pero a la vez de necesidad de un
cambio, es que se ve enfrentada a la cuarta llamada de
Sebastián. Maitén mira la pantalla del móvil un rato, y
ante tanta insistencia, finalmente contesta.
-Aló, ¿Seba?
-Ah…
-…
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-No pude nomás.
-Ya oh…
-Ya…
-…
-…
-¿Nada?
-(Suspira) Nada
39
-¿Vas a hacer algo hoy?
-Ya, sorry.
-Si…
-Ya chao.
-Chao.
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le habla espontáneamente. Este especie de incapacidad
que tiene Maitén para comprender el actuar de su
particular “amigo” causa también que no disfrute mucho
su compañía. No tiene caso preocuparse quizás. No
importa realmente lo que ella haga, tal vez nunca se
deshará de su insistente amistad. No tiene caso.
41
Maitén se lamenta una vez más el haber sido incluida en
un grupo con semejante nombre, le parece ridículo.
42
IV
43
remordimiento o pensamiento melancólico. Ese fue su fin
de semana.
44
lugar. Ahí ve que está conversando su grupo de amigos.
Lamentablemente para ella, la ven y le hacen señas.
Maitén muere de vergüenza pues piensa que en un
contexto universitario, sus amigos se comporta de
maneras muy ridículas, como si aún asistieran a una
escuela primaria, y esto despierta en ella una sensación de
ansiedad muy grande, pues a veces siente que cualquiera
la puede estar mirando, y pensado lo ridículos que son
ella y sus amigos. Por supuesto que sabe que todos tienen
mejores cosas en que pensar más allá de ella, pero es
difícil deshacerse de esa sensación.
45
-Es que siempre tiene que hacer algo.
46
-¿Segura?
47
Sus amigos, al principio quieren insistir en que no falte a
la clase, pero viendo que igual van llegando tarde,
prefieren apurarse y dejarla sola, como es su voluntad.
48
Hoy ya no pude ver los retratos que adornaban las
paredes, ni las elegantes alfombras, que combinaban tan
bien con las cortinas y las sillas que estaban en todo el
lugar. En eso tropecé con una de las sillas y caí al piso,
pero debo haber estado muy alto porque caí mucho
tiempo, como si hubiera traspasado el piso y solo hubiera
estado en caída libre. Debo haber estado cayendo por lo
menos en dos sueños más, o ese fue el instante de
transición y entre un sueño y otro, la verdad no sé, no se
puede medir el tiempo cuando uno duerme, solo sé que
fue mucho. Tampoco supe dónde caí, pero lo siguiente
que pasó fue que estaba en un jardín que daba a una
casa, que, a pesar de que no se veía como mi casa, era mi
casa de todas formas. Yo estaba ahí con Matilde, lo cual
es extraño, porque hace tiempo que no pensaba en ella,
no desde que partió a Argentina. Pero estábamos ahí
conversando, y ella me decía que vayamos adentro de la
casa. Yo me negaba rotundamente. No la podía dejar
entrar, porque si entraba vería todas las criaturas
extrañas que viven dentro, huiría, y probablemente no
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querría saber nunca más de mí. No podía dejar que eso
pasara. Creo que muy dentro de mi mente, aun siento
cosas por ella.
50
alarmantes. Entonces me volteo y lo veo. Otra vez un
monstruo, como los que han estado apareciendo en mis
sueños constantemente, los que han estado apareciendo
en mi casa constantemente, los que en ningún momento
de mi vida parecen dejarme tranquilo. Ni si quiera
cuando duermo estoy a salvo.
51
Me doy cuenta de que no tengo como escapar de esta
vida mía cuando los entes me siguen hasta en mis sueños
para atormentarme. No sé cómo me desharé de este
problema, pero esta vida, tal y como la estoy llevando, ya
no puede seguir”.
52
Maitén es abruptamente apartada del trance en el que se
encuentra y no sabe que decir. El joven que le habló
entonces se percata de que quizás no era el mejor
momento para hablar, pero lo hace de todas formas.
-Maitén.
-Maitén.
-Ah, ya veo.
53
-Si.
-…
-Y tú eras ¿Javier?
-Jaime.
-No no, si me gusta. Es que no sé. ¿Tú crees que algo tan
brígido como un ser humano pueda ser contenido en solo
un nombre?
-¿Cachai?
-Ósea igual tiene sentido, pero ¿Tú crees que seamos tan
complejos?
54
-Pero obvio, somos como… como si cada uno fuera un
mundo.
-Ósea, puede ser pero igual está como la típica gente que
vive sus vidas superficiales, preocupados de asuntos
banales, y no sé, me cuesta pensar que ellos son un
mundo.
55
-Ah bueno si, supongo que sí, pero nunca he sido muy
buena para darme con la gente en realidad. No sé si se me
dé la oportunidad para hacerlo.
56
Luego de intercambiar números, continúan conversando
un buen rato. Ya la clase de introducción a la
etnolingüística había terminado y Maitén pudo ver como
sus amigos se largaban. Afortunadamente para ella, no la
vieron y siguieron su camino. Mientras, ella sigue
intercambiando pensamientos e ideas con Jaime, quien no
parece tener nada mejor que hacer.
-¿Tú crees?
57
-Si si, con calma, supongo.
-¿Segura?
-Segura.
58
Maitén lamenta esta decisión luego, estando parada en la
cola de un banco junto a su nuevo amigo. Ya los temas de
conversación se habían agotado hace rato y el momento
juntos alargado artificialmente ya no hace más que
regalarles largos silencios incómodos acompañado de
breves comentarios.
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-Ya ya.
-Buena, bacán.
60
-Bueno si igual y eso influye caleta, pero demás que
termina bien.
-Ya pero que sea realista no significa que tengo que ser
triste si po’.
61
-Ah, pero piensa que estas cosas las hacen como para que
uno se sienta identificado, nada más.
-Sí, igual.
-Si…
-…
62
-Ya, yo me tengo que ir, sorry por no acompañarte más
tiempo pero me acorde que… me tengo que ir.
63
V
64
En lugar de preguntar quién es, Maitén espera a que
empiecen a hablar. Pasado un rato se entera de las
noticias. Ese mismo día, conocieron a otra chica:
Catalina. Catalina de inmediato se dio bien con el grupo y
después de charlar un buen rato con ella, resolvieron
añadirla, lo que vendría siendo el mayor simbolismo que
pudieron encontrar para decir que estaba aceptada en su
conjunto: Su chat.
65
estuvo ansiosamente esperando a la llegada de sus
amigos, sin ni si quiera ella alcanzar a comprender en su
totalidad de dónde vino el gesto de prestarles su morada
para que puedan juntarse, a pesar de que quizás los invitó
solo por cierta impulsividad inusitada en ella, quizás por
el temor de quedar abandonada y apartada como la
persona del cuaderno, o quizás por el necesidad de
mantenerse ocupada en otras cosas para no pensar en los
seres que habitan en su hogar, y que en estos momentos
observan con cautela la llegada de estos “intrusos”. De
todas formas, la dueña de casa confía ciegamente en que
sus extraños compañeros de vivienda no se manifestarán
hoy, sin saber realmente por qué. Invitando a la gente a
pasar, ella los desafía y espera que, así como ha estado
perdiendo terreno en su hogar en los últimos días, pueda
hoy ganar un poco de espacio.
66
que caían en forma de migajas al piso para luego ser
recogidas por una laboriosa Maitén, a la par que circulan
las palabras y alguno que otro trago por las bocas de los
estudiantes. Maitén incluso es capaz de tomar parte en
algunos de los temas que surgen de vez en vez, causando
además que sus pares la vuelvan a percibir más cercana.
Aún están un poco sorprendidos de que luego de semanas
y semanas de negarse completamente a ellos, hoy los
invite a su casa de la nada, y se muestre tan abierta a
compartir sus ideas y sentimientos. Un misterio, la
verdad.
67
ciertas, y los espectros que habitualmente rondan por los
rincones de su casa no se dignaron en aparecer. Ha
resultado una verdadera victoria, y Maitén se siente una
auténtica genio por haber triunfado con tal maniobra. Ya
ni si quiera siente la necesidad de recurrir al cuaderno
para ver que pasó luego con su amigo, siente que quizás,
solo quizás, tiene amigos reales después de todo.
68
VI
69
-Ya… ¿Qué onda? ¿No puede estar una mujer feliz
nomás porque si?- Ríe Maitén.
70
-Son bromas oh.
71
No puede ser, ¿cómo llegaron a esto?
-¿Hace trap?
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-Anda rara la Maitén ahora último, ¿sí o no?
-¿Tú crees?
-Sí, si yo la conozco.
-Sí…
-Chuta, sorry.
73
Ya a ver, a ver Maitén: Esfuérzate un poco más. Ellos te
quieren, no necesitas nada más. No tienes a nadie más,
los necesitas. Nadie quiere estar solo, y tú tampoco… y
respétale sus gustos ¿tanto te cuesta?, o ¿quieres volver
a casa con todas esas monstruosidades? Obvio que no.
-Hola…
74
-Yo no puedo hoy, tengo que ayudar a mi mamá a cargar
unos muebles- comenta Alonso.
-Ya… bueno
75
mundo exterior, la que está siempre observando y nunca
está siendo parte de nada, está cansada de esa Maitén, y
se quiere convertir en una Maitén protagonista, una con la
que siempre soñó, con la que esperaba ser cuando era una
niña solitaria, cuando crecía entre medio de todos esos
niños que la ignoraban, cuando sacaba los mejores
promedios solo porque no tenía nada que hacer con su
vida excepto estudiar, cuando salió del colegio y todos
sus compañeros lloraban por la pena de separarse,
mientras ella estaba ansiosa de un nuevo comienzo, y
definitivamente, la Maitén a la que esperaba llegar a ser
cuando decidió mudarse a esta vieja y solitaria casa. Es
un sueño que no podía dejar escapar. Esta era la nueva
Maitén.
76
VII
77
-Por eso, mejor, siempre que estoy sin nada que hacer, me
pongo a pensar mucho, y eso no me gusta.
-La volaita.
-Si…
78
con quien se junta o con cuánta gente, o por lo que hace
en sus ratos libres. Estas ideas que quedaron en la mente
de la joven hacen que se sienta continuamente inferior al
resto de las personas, pero a la vez causan que la
posibilidad de juntarse con alguien que se ve tan por
encima la haga pensar que quizás no está del todo abajo,
y hace también que fantasee con la posibilidad de que
incluso su grupo de amigos la mire a ella como alguien
superior. Eso no va a pasar, porque para ellos, estas
jerarquías no tienen ningún sentido.
79
En su mente hay muchas otras preocupaciones que están
antes, y está a punto de hacerle frente a una de estas,
cuando se topa una vez más con sus amigos.
80
-Sí, como que siempre dijiste que la encontrabas fome.
-Buena Migue.
-Oigan, ¿Y Seba?
81
-Verdad sí, a mí me pareció verlo que se estaba yendo,
pero igual sería como raro, que se vaya sin despedirse.
-Vamos po’.
82
que quería seguir desafiando a los seres de su casa,
continuando con esta especie de guerra fría que se está
librando.
-Oh bacán.
-Sí sí.
83
-…
-¡Seba!
-Ah, ¿Sí?
-No nada.
-¿Seguro?
-…
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-¿Tú crees?
-Por fa
-Si quieres…
-…
-…
85
-Pucha Seba, ¿Qué onda? ¿Qué pasa?
-¿De verdad? Nada que ver oh- dice Maitén, algo molesta
por lo último, además de sorprendida por verse aludida en
este problema, que parecía ser solo de Seba.
86
-No lo niegues Maitén, a la larga te va a hacer mal fingir
ser algo que no eres.
-Es porque…
-…sí…
87
-¿Lo dices en serio?
-Maitén…
-…
-Chao.
-…
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mirara de vuelta, vaya que me hizo sentir bien. Aunque
nunca nada fue real, vaya que te extrañaré, a donde
vayas, mucha suerte, mucha suerte Maitén.
-…
89
Cuando se va marcha, le hace una última seña de
despedida a Alonso y a Seba, pero ninguno de los dos
hace nada.
90
con el resto y las cosas fluyan de mejor manera. Luego
piensa que quizás fue un error porque podrían estar
hablando mal de ella a sus espaldas, pero ya es demasiado
tarde.
91
-Y dale con lo mismo, no me gusta esa Maitén que
siempre se siente abrumada por la sociedad.
-Sí, es verdad.
-Está bien.
92
Ese día por la tarde Maitén se encuentra en un momento
con Miguel.
-Entiendo.
-Y esta tarde…
-Ya veo.
93
Esa tarde de jueves fue una tarde solitaria para Maitén,
una vez más, expuesta a los seres misteriosos de su casa,
que no escatimaron en apariciones ante sus ojos ese día.
La joven intenta no darles importancia, mientras mira
más episodios de alguna u otra serie, ya no para no
encajar, si no para tener otra cosa en la que pensar que no
sean estos monstruos que aparecen por la casa. Que fome
que es todo esto, aun no entiendo como los chicos lo
disfrutan.
94
VIII
95
-Imagínate yo, a veces creo que yo soy una desgracia en
sí.
-Son buena gente los chicos sí, yo creo que pronto las
cosas volverán a la normalidad.
96
-Claro, suena bien.
-Ni yo…
-¿Por qué?
97
-De nada, siempre van a ser bienvenidas acá.
Ríen.
-¿No?
98
-Te la recomiendo.
Pasa un rato en que las chicas ven series, luego optan por
una película y finalmente resuelven por una conversación
tranquila.
99
-¿Insinúas que soy rara?
100
-Sí, y si no es eso es viajar, irse lejos, irse a vivir solo, a
otra ciudad o a otro país.
-¿Tú crees?
101
-No sé, a veces los problemas son demasiado grandes, y
es mejor solo evitar pensar en ellos.
102
-Capaz que nos fuimos en la volá.
-Claro.
-No sé.
103
Luego de uno de los típicos momentos donde Maitén
acude al baño para ponerse en su lugar y continuar firme
con su personaje, la joven se dirige de vuelta a la sala
para pasar más tiempo con sus amigas, ojalá conversando
sobre algo más placentero.
104
Maitén, ni si quiera esforzándose en buscar una buena
excusa, ya que toda su concentración está en no parecer
desesperada para no causar sospechas.
-No, no tiene nada que ver, pero por favor, por favor
váyanse.
-Sí, de verdad.
-No, los amigos son para pasarla bien, para tener buenos
ratos, buenas memorias, no para estar siempre
recordándole a uno lo miserable que es.
105
-Pero esa no es nuestra intención…
106
monstruo que causó todo esto en primer lugar, ahora se
encuentra cómodo en la sala, sin saber lo que acaba de
provocar.
107
La única persona a la que se puede aferrar ahora es Jaime,
Jaime y a nadie más. Teme comenzar a aburrirlo si se
juntaba mucho con él, pero no quiere estar sola. Podría
hacerse amiga de sus amigos incluso. Algo encontraría.
108
IX
109
su grupo por siempre, no conocería a nadie más. Esto la
hace sentirse menos culpable por los eventos previos.
También la protege de la culpa de haber ignorado el
mensaje que Miguel le envió en la tarde, pidiéndole que
conversen los dos por todo lo que ha pasado. Obviamente
Miguel, intentando ser más sensato que el resto de sus
amigos, quiere resolverlo todo, quiere que las cosas
vuelvan a ser como antes, volver a la homeostasis, al
status quo. Pero Maitén no quiere nada de eso, anhela un
cambio, por lo que cree que lo mejor es no hablar con
Miguel.
110
sin parecer maleducada. En realidad está preocupada de
lo que piensen de ella.
-Ya po’.
-Hola.
111
-Hola hola, un gustazo…
-Buena.
-Buena buena.
-Hola.
112
la cultura a la que ahora está haciendo el esfuerzo por
abrazar.
113
ya que en este año fue cuando se le presentó la
oportunidad de mudarse.
114
-Si…
115
está hastiada, pero no dice nada. El grupo que la
acompaña cambia constantemente sus integrantes, todos
quieren estar en todos lados y de repente algunos chicos
van a otro lado y de pronto llega gente nueva. Mateo,
Raquel, Fernando, Laura, Hernán, son algunos de los
nombres que la joven escucha mientras se baja su trago.
El ambiente claramente no es el más grato y la oscuridad
del ambiente solo le causa confusiones, pero los demás la
disfrutan. Les da un sentimiento de libertad, de
inmunidad. Maitén puede entender un poco más lo que
comentaban el día anterior las que fueran sus amigas,
Valeria y Cata, y no lo disfruta.
116
El buen ánimo de Maitén se ha reducido
considerablemente durante la noche. En un principio sus
expectativas eran altas, tenía ganas de pasarla bien, de
conocer gente, hacer nuevos amigos, de bailar, de vivir
nuevas experiencias. Toda su buena actitud fue siendo
minada lentamente por la música terrible que emanaba de
los dispositivos de reproducción, el alcohol, la oscuridad
constante y la calidad de las conversaciones que ha estado
teniendo de hace una hora. Cada vez es menos parte, y
cuando finalmente y a duras penas acaba su segundo
trago, decide que necesita sentarse.
117
nada, viendo las estrellas, a vista y paciencia de los
fumadores que se comportaban como si fueran muy
buenos como para estar adentro, así que prefieren
enfrentarse al frío de la noche. De entre los techos baja un
gato negro, que se acurruca en los pies de Maitén, y
aunque ella nunca ha sido muy de gatos, disfruta su
compañía, siente que es la muestra de afecto más real que
ha recibido en toda la noche, y se queda un buen rato con
su amigo peludo en la intemperie, sin pensar mucho en
que dirán los fumadores esta vez. Finalmente el felino se
fue tras una gata, olvidándose rápidamente de su amiga
humana, que de pronto recordó que estaba en el medio de
la fiesta que estuvo esperando toda la semana, que se
sentía mal, y que los fumadores la podrían estar viendo y
quizás podrían se estar riendo de su ridiculez. Además, le
estaba comenzando a dar frío. Maitén decide entonces,
regresar a su sillón, no sin antes mirar por última vez a su
compañero nocturno que se desvanecía entre la niebla.
118
importa, de verdad necesita sentarse. En eso aparece
Jaime, que le conversa un poco.
-…Más o menos.
-¿Qué?
119
solamente hiciste que tus únicos amigos te dejaran de
hablar… y no, esto no tiene nada que ver con Seba, esto
solo pasa porque eres una mierda de persona, y como tal,
mereces estar sola, mereces permanecer siempre sola, no
deberías estar en esta estúpida fiesta llena de gente que
es mejor que tú, deberías estar en tu casa leyendo o
cortándote las venas.
–Oye, amiga, ¿me pasas esa chaqueta que está ahí al lado
tuyo?
-… sí sí, toma.
-Gracias.
120
de ponerse a tirar aquí mismo, y yo al lado, como weona.
Puta la wea, que difícil es vivir… que difícil que es todo.
121
tía y encerrarse ahí por lo que le quede de vida, entre
medio de todos los monstruos.
-… no sé.
122
El escuchar esto gatilla las lágrimas nuevamente, pero
esta vez Maitén opta por no soportar más esto y se va de
la casa, ante la vista de la pareja del sillón, los que se
acercaron a verla, los que estaban en otra por el resto de
la sala y los chicos que fumaban afuera.
123
-No Jaime, no se trata de eso.
-¿Qué es entonces?
-Yo… da igual.
124
causa-efecto para poder olvidar si quiera por una noche lo
miserables que son. Eso es escapar. Yo ya no escapo, yo
intenté escapar. Ahora solo dejo que mis problemas me
consuman.
-…
-Chao.
-¡Maitén!
125
X
126
“De pie, absorto en el laberinto
que no conoce de principio ni de fin,
que todo lo mutila lentamente
desde adentro, en silencio.
Esperando por mí está el recuerdo
paciente, observándome en otro lugar
desde donde ya no hay mar de gente
en el que ahogarse nunca más.
Y yo, intentando hacer aparecer lugares
donde poder habitar, quizás por un tiempo más,
y aunque me esforcé demasiado
hoy no pensé ningún lugar”
Decepción es lo que siente Maitén luego de leer aquel
intento de poesía. Ella esperaba algo más. Ya no está en
el cuaderno por sentimientos, está por respuestas. La
clase de respuestas que ninguna de las personas de la
fiesta o ninguno de los otros amigos que ha tenido le
podrían dar, pero que al parecer, este tampoco le puede
dar. Rápidamente, Maitén le pega una leída a cada uno de
los textos cercanos al final, y no descubre nada. La
127
mayoría son intrascendentes y hablan de sueños que no
tienen absolutamente nada que ver con monstruos o seres
extraños. Maitén se siente traicionada y una vez termina
de leer el último de todos los textos de todo el cuaderno
que le faltaba por leer, lo arroja lejos y se recuesta sobre
su cama en posición fetal.
128
persona. O quizás no es otra persona. Bien sabe la joven
que en su casa lo que menos hay son personas.
129
extraño que lo cubre. Parece, porque la verdad nunca se
ha visto en la casa de Maitén uno de estos extraños
moradores vistiendo ropa, no tendrían de donde sacarla,
por lo que es más probable que sea así su cuerpo.
-…
130
-Tu claramente eres una de ellos, piensas que los demás
habitantes de la casa también son monstruos solo porque
los encuentras feos, y solo los encuentras feos porque son
distintos a ti, distintos a lo que estás acostumbrada a ver
¿no es así?
-N-no, no es así.
-…
-…
131
-Si te refieres a los demás habitantes, sí, sí lo soy.
-Porque yo la estudio.
-¿La estudias?
132
-A veces, la verdad no haces mucho que sea digno de ser
estudiado.
-…
-…
-No lo sé.
133
-Yo estoy acá cuidando la casa que solía ser de mi tía.
134
-No tenemos que explicarlo, solo no queremos, y no
tenemos por qué, incluso según tus patéticas
convenciones humanas. Estamos aquí desde antes de que
tú y todos los otros llegaran.
-Obviamente.
-Básicamente.
135
que está teniendo- ¿Por qué nunca ninguno de los tuyos
intento comunicarse?
-…
-…
136
les enseñan que el mundo es de una forma y no hay salida
a eso, y nunca podrán aceptar que en realidad no saben
tanto como creen… y muchas veces nuestra presencia los
agobia, por eso vivimos solamente en esta casa, y aun así
es preocupante que la mayoría de los inquilinos que
hemos tenido hayan acabado… muertos.
-¿Muertos?
-Se suicidan muchas veces. Eso les pasa cuando se
enfrentan a algo que no pueden vencer. Quedan
devastados. Algunos no, algunos solo se van para no
volver, y a mí por lo menos me preocupa, porque siempre
es bueno tenerlos acá para estudiarlos.
137
-No, queremos que dejes de convertir esto en una guerra
entre tú y nosotros, porque inevitablemente vas a salir
perjudicada. Podemos convivir en paz.
-Sí… entiendo…
138
siente insignificante en su condición de ser humano.
Pasado unos minutos, la tristeza vuelve a ella y las
lágrimas continúan cayendo por su rostro.
-…
-…
139
-…gracias- contesta Maitén, advirtiendo que quizás, solo
quizás, este misterioso ser intenta ayudarla.
140
XI
141
humanidad en general, y a pesar de que todo fue muy
breve, está intrigada. Ansía encontrarlo de nuevo,
encontrarlo y continuar su conversación, ver si puede
aprender más de las casa y de sus habitantes.
142
aun la existencia de estos extraños habitantes, los cuales
por cierto aún no se han manifestado.
143
miedo a estos seres solamente por su apariencia. Entonces
decide saludarlo.
144
anteriormente ella pensaba, eran monstruos. Se encuentra
incluso con algunos que ya había visto antes, pero no ve
señal alguna del que la visitó la noche anterior. Sale de la
última habitación que había quedado sin revisar. Nada.
145
pasando el pasillo llega a la última habitación, aquella
habitación a la que también fue hace poco más de una
semana, cuando tuvo que ir a cerrar una ventana. Y una
vez más ahí estaba, la ventana abierta, sin ninguna
explicación aparente.
146
Ahí está sentado, sobre el techo de la casa, con la mirada
perdida en las calles de la ciudad, absorto en sus
pensamientos, ni si quiera nota su presencia. O quizás si
la nota, pero está más preocupado de ver las calles.
-¿Por qué?
-…
-…
147
ellos o solos o paseando a sus mascotas o en sus autos.
Solo los veo y me pregunto qué estarán diciendo.
-Así es.
148
-Yo no, ya llevo mucho tiempo completamente sola, sin
importar cuanto he luchado por no estarlo. Ahora no me
voy a esforzar.
-Por lo mismo.
-…
-…
149
-Mi tía solía vivir acá antes de mí. Ella tampoco salía
mucho. Recuerdo haberla visto varias veces siendo yo
una niña, pero luego ya no. Vivía encerrada acá.
-Sí, la recuerdo…
-…
150
-No, no es así.
151
-Es que fuerzas tanto ese sentimiento de lástima y es
completamente inútil. Si has estado tanto tiempo “sola”
como dices, ya no te debería importar, no deberías pasarte
los días llorando. Y tendrías otras cosas que hacer,
además de molestarme.
-Mejor.
152
-Pero has estado lo suficientemente cómoda como para
no hacer nada al respecto, o sí has hecho cosas han sido
externas… y tienes que tener cuidado con eso, porque la
comodidad lleva a la gente a muchas cosas.
-¿Cómo así?
153
-Nunca lo había visto así.
-…
154
-Y ¿de ellos has aprendido todo esto?
-…
-¿La extrañas?
-…
-…
155
XII
156
El martes fue más sencillo, ya que solo tiene una clase los
martes. Llegó a la hora justa y se fue lo más rápido
posible a la salida, evitando una vez más toparse con sus
antiguos amigos. Ese día tampoco vio al ser con el que
habló el fin de semana.
157
no entiende a estos seres ni cómo funcionan, pero de
todas formas se asoma por la ventana y grita hacia arriba.
-Nunca.
158
-Yo creo que de tanto tiempo de estudiarnos, empezaste a
sentir un poco como nosotros.
-Bueno…
159
que antes solía leer. Lo toma una vez más, lo abre, lo
hojea, recuerda el momento en el que leyó los distintos
relatos que ahí están y llega de nuevo hasta las hojas en
blanco. Las mira por un tiempo.
160
-¿Cómo llegaste?
-¿Razón en qué?
161
permanecía siempre escondido, los veía de lejos. A ella
en cambio… compartí mucho con ella.
-…
162
-Sigue dibujando Maitén. Escribe, escucha música,
aprecia el arte y créalo tú también. El arte es una de las
cosas más humanas, porque mediante él pueden
expresarse de una forma superior. Pueden transmitir
emociones y eso es valiosísimo. Es lo que me hace… a
veces… desear que yo también fuera un ser humano.
163
-…
164
y supéralas. Deja de sentirte mal porque te sientes
diferente, y empieza a apreciarlo. Pronto la gente volverá
a ti, pero tienes que esforzarte para que eso pase, tienes
que entender que no los necesitas para tener paz, no
necesitas aferrarte a las personas, solo tienes que aferrarte
a ti misma y estarás bien… y no pienses que todos te
están mirando, la gente tiene mejores cosas en las que
pensar. Solo sonríe, sonríe porque eres algo hermoso.
Eres un ser humano.
165
XIII
166
Maitén está evidentemente sorprendida por el gesto
espontaneo que tuvo Jaime al querer hablar con ella, pero
intenta no demostrarlo mucho.
167
-No sé… es solo que, yo antes siempre me sentía sola, y
nunca estaba realmente sola… ahora si estoy sola y me da
lo mismo.
-Ya, chao.
-Ya si da lo mismo.
168
-Chao entonces, que te vaya bien.
-Gracias.
169
Maitén, que quiere conversar con ella. Cata le dice al
resto de sus amigos que se vayan solamente, después ella
los alcanzará.
-…
-…
-…
170
-Eso va a ser difícil Maitén… yo ya te perdoné y Miguel
estaría dispuesto a conversar contigo… pero Alonso y la
Vale, ya sabes como son. Y con Seba ya es un rollo
aparte. Es difícil y requiere tiempo.
-…
-…
-¿De verdad?
-¿No cachaste?
-¿Qué cosa?
171
-Sí, yo tampoco lo tampoco lo podía creer, cuando supe
quedé como “¿What?”.
-...
-Sí…
172
Las dos amigas compartieron un buen rato ahí,
poniéndose un poco al día con los últimos eventos, felices
de haber retomado el contacto. Aún es incierto si Maitén
logrará retomar la amistad con todos, pero Cata es un
comienzo.
-Hola Maitén.
-¿Pedirme disculpas?
173
-¿De verdad? Es que tu cachai que igual… igual y aun me
gustas, y no sé… eso es complicado.
-¿Cómo qué?
174
-Ya bueno.
-Ojalá poder arreglar las cosas con los demás así de fácil.
-Paciencia nomás.
-Sí, paciencia…
175
EPÍLOGO
Por uno esos días también pasó algo más bien extraño.
Fue quizás el jueves o viernes, o tal vez durante un fin de
semana. Estaba Maitén sentada a la puerta de su casa,
mirando a la calle y escribiendo un poema, cuando un
señor de aspecto más bien extraño pasó caminando frente
a ella, y con él tuvo la siguiente conversación:
176
-Yo ahí solía escribir mis sueños, pero creo que escribí
uno que otro poema alguna vez.
-Todo.
-Y ¿Obtuviste respuestas?
177
-Pero usted los vio.
178
-La casa tiene una propiedad muy extraña, la de
materializar tus miedos más profundos, todas tus
inquietudes. ¿Entiendes?
-Sí, sí lo hice.
179
estudiaba humanos, los miraba desde lejos… y decía que
conocía a mi tía y a los habitantes anteriores de la casa.
-¿Sí?
-¿Qué cosa?
-¿Ah?
180
escribiendo en la calle o dibujando, como ya lo ha hecho
otras veces.
181
más, pero está intensamente agradecida de lo que él hizo
por ella.
182
no está en la casa, pero yo creo que en alguna parte
sigue estudiando a las personas, y vaya que lo hace bien.
Igual han estado soleados los días ahora último, y los
días así hacen que me den ganas de dibujar más… los
días lluviosos en cambio, me motivan a escribir… ya
bueno, voy a ponerme a dibujar mejor, aprovechando
que es temprano y en una de esas más tarde le digo a la
Cata que venga, a ver Bojack Horseman o una volá así.
Un poquito de “music” para inspiración nomás, quizás
un tema de Chet Baker o algo más Beatle… no, pero hoy
ando con ganas de un poco del flaco Spinetta, que tiempo
que no escucho nada de él. Kamikaze… Quedandote o
Yendote… que buen tema.
Maitén se pone a dibujar mientras canta de memoria la
letra de la canción que escogió. A veces mira un poco a
las calles, otras veces mira hacia el cielo, llena de
esperanza y con una que otra lágrima de alegría.
“Y deberás plantar
y ver así a la flor nacer
y deberás crear
si quieres ver a tu tierra en paz.
El sol empuja con su luz,
183
el cielo brilla renovando la vida.
Y deberás amar,
amar, amar hasta morir,
y deberás crecer sabiendo reír y llorar.
La lluvia borra la maldad
y lava todas las heridas de tu alma.
De ti saldrá la luz,
tan solo así serás feliz.
Y deberás luchar
si quieres descubrir la fe.
La lluvia borra la maldad
y lava todas las heridas de tu alma.
Esta agua lleva en si la fuerza del fuego,
la voz que responde por ti,
por mí.
Y esto será siempre así,
quedándote o yéndote”.
184
SOBRE EL AUTOR
185
no, lo importante es que aprendamos a apreciar la vida a
pesar de todo.
186
Índice:
AGRADECIMIENTOS.................................................................. 2
PRÓLOGO ................................................................................. 4
I ................................................................................................. 8
II .............................................................................................. 13
III ............................................................................................. 35
IV............................................................................................. 43
V.............................................................................................. 64
VI............................................................................................. 69
VII............................................................................................ 77
VIII........................................................................................... 95
IX ........................................................................................... 109
X ............................................................................................ 126
XI ........................................................................................... 141
XII .......................................................................................... 156
XIII ......................................................................................... 166
EPÍLOGO ............................................................................... 176
SOBRE EL AUTOR .................................................................. 185
187