Вы находитесь на странице: 1из 3

EL TACTO

El sentido del tacto o mecanorrecepción es aquel que permite a los organismos percibir cualidades de los objetos y medios
como la presión, temperatura, aspereza o suavidad, dureza, etc. En el ser humano se considera uno de los cinco sentidos básicos.
El sentido del tacto se halla principalmente en la piel, órgano en el que se encuentran diferentes clases
de receptores nerviosos que se encargan de transformar los distintos tipos de estímulos del exterior en información susceptible de
ser interpretada por el cerebro.

Debemos tener en cuenta que aunque principalmente el sentido del tacto se encuentra en la piel, también lo encontramos en las
terminaciones nerviosas internas del organismo pudiendo percibir los altos cambios de temperatura o el dolor. Por lo que es el más
importante de los cinco sentidos permitiéndonos percibir los riesgos para nuestra salud tanto internos como externos.

 Tacto Grueso: El contacto de la piel con algún objeto sin determinar su tamaño, forma o textura.

 Tacto Fino: Provee información especifica, lugar forma tamaño y textura.

 La piel

La piel es el mayor órgano del cuerpo humano, o animal. Actúa como barrera protectora que aísla al organismo del medio que lo

rodea, protegiéndolo y contribuyendo a mantener íntegras sus estructuras, al tiempo que actúa como sistema de comunicación con

el entorno, y éste varía en cada especie. La biología estudia tres capas principales que, de superficie a profundidad, son:

 la epidermis:
 la dermis: La dermis es la capa de piel situada bajo la epidermis y firmemente conectado a ella. Desempeña una función
protectora, representa la segunda línea de defensa contra los traumatismos (su grosor es entre 20 y 30 veces mayor que el de

la epidermis). Provee las vías y el sostén necesario para él y constituye un enorme depósito potencial
de agua, sangre y electrolitos.

 la hipodermis. La hipodermis es la capa subcutánea de la piel, está constituida por tejido epitelial que es la continuación en
profundidad de la dermis. Protege nuestro organismo de la pérdida de calor, Es la encargada de dar textura a la piel.Cuando la
hipodermis se encuentra en mal estado la piel forma pliegues y se afloja.
Receptores de la piel

1. Corpúsculos de Meissner

Receptores de tacto fino, que se encuentran en las papilas dermaticas. Los sobre todo las de la palma de la mano y la planta del
pie. Muchos también se presentan en la piel del pezón y los genitales externos. Cada corpúsculo tiene una forma ovoide y consiste
en una pila de células de Schwann aplanadas modificadas dispuestas transversalmente a través del eje longitudinal del corpúsculo.
Los corpúsculos de Meissner son muy sensibles al tacto y son mecanorreceptores de adaptación rápida. Permiten al individuo
distinguir entre dos estructuras puntiagudas cuando están ubicadas próximas sobre la piel discriminación táctil de dos puntos.

2. Corpúsculos de Pacini
Son uno de los cuatro tipos de mecanorreceptores que existen: en concreto, son receptores sensoriales de la piel que responden a
las vibraciones y la presión mecánica. Poseen una cápsula de tejido conectivo más desarrollada y tienen varios milímetros de
longitud. Los corpúsculos son elipsoidales y poseen una cápsula compuesta por numerosas capas de células de tejido conectivo
aplanadas. Cada capa o lámina está separada de las demás por fibras de colágeno y material amorfo. La cápsula rodea un espacio
central. Cada corpúsculo recibe una fibra nerviosa gruesa mielínica, que pierde su vaina de mielina y penetra en el espacio central
donde también pierde su vaina de Schwann. El axón desnudo recorre el espacio central sin ramificarse y forma un engrosamiento
terminal.

Los corpúsculos de Pacini se encuentran por ejemplo, en el tejido conectivo subcutáneo y son especialmente numerosos en la
mano y el pie. Además se encuentran en el periostio, las glándulas mamarias, el páncreas y los órganos sexuales.

3. Corpúsculos de Ruffini
Son receptores sensoriales situados en la piel y perciben los cambios de temperatura relacionados con el calor (la temperatura
normal del cuerpo humano oscila entre los 36 y los 37 grados) también identifican la deformación continua de la piel y tejidos
profundos. Son especialmente sensibles a estas variaciones y están situados en la superficie de la piel en la cara dorsal de las
manos.
Son un tipo de mecanorreceptores de pequeño tamaño y poco abundantes (junto a los de Pacini suman unos 35.000 extendidos
por todo el cuerpo). Se encuentran incluidos en el tejido conjuntivo. Además cumple como función registrar el frió cuando
entramos en contacto con un cuerpo o un espacio.

4. Receptores de Merkel

Son receptores de tacto fino, se encuentran en la piel y mucosa de los vertebrados que proporcionan información al cerebro. Dicha
información tiene que ver con la presión y la textura. Cada terminación consta de una célula de Merkel en oposición cercana con
una terminación nerviosa. En ocasiones recibe el nombre de discos de Merkel.

Sensibilidad táctil

La sensibilidad táctil, se divide en dos tipos, los cuales, para llegar al encéfalo, siguen vías sensitivas diferentes:

 Sensibilidad protopática: es la sensibilidad más primitiva y difusa, poco o nada diferenciada, que responde a todos los

excitantes cutáneos dolorosos, al calor y al frío extremos y al tacto grosero; el sujeto no puede localizar con exactitud el lugar

en el que obra el estímulo, ni discriminarlo. Esta sensibilidad es la primera que reaparece cuando un nervio sufre una lesión.
La segunda neurona se cruza a la altura de la médula. Sensibilidad propia del Sistema Antero Lateral (SAL) o Espinotalámico.

 Sensibilidad epicrítica: es la que asegura una discriminación más fina, localizada y exacta, permite apreciar el estímulo de

poca intensidad, normalmente ejerce influencia inhibitoria sobre el sistema protopático, siendo esta más reciente.

(Responsable de la capacidad de reconocer formas y tamaños). A diferencia de la otra, su segunda neurona se cruza a la

altura del bulbo raquídeo a nivel de C1 en la "decusación sensitiva" formando las fibras arcuatas o arquedas. Propia del
sistema de los cordones dorsales.

Presión

Los Corpúsculos de Pacini responden muy deprisa a cambios en la presión y tienden a reunirse cerca de las articulaciones, en

algunos tejidos profundos, así como en las glándulas genitales y mamarias. Son sensores gruesos, en forma de cebolla, y le dicen

al cerebro qué es lo que los presiona y también qué movimientos hacen las articulaciones o de qué modo están cambiando de

posición los órganos cuando nos movemos. No se necesita mucha presión para hacerlos responder y enviar mensajes al cerebro;

son sensibles a las sensaciones de vibración o variación, especialmente las de alta frecuencia.

Temperatura

Los Corpúsculos de Ruffini se hallan a cierta profundidad bajo la superficie de la piel y registran la presión constante; son sensores

de temperatura. No puede sorprender que la lengua sea más sensible al calor que muchas otras áreas del cuerpo. A diferencia de

otras informaciones táctiles, las de temperatura le dan cuenta al cerebro de cambios tanto altos como bajos, con frecuentes
actualizaciones. El cuerpo responde inmediatamente a los cambios de temperatura, y sentimos el frío con un espectro corporal más

amplio que el que tenemos para sentir el calor. Muchas más mujeres que hombres dicen tener las manos y los pies fríos, lo que no

debería sorprender a nadie. Cuando el cuerpo se enfría, protege antes que nada los órganos vitales(por eso es tan fácil que se

congelen las extremidades); en las mujeres, protege los órganos reproductores. Cuando los labios se nos ponen azules o el frío nos

insensibiliza los dedos de los pies, es porque los vasos sanguíneos se comprimen y el cuerpo sacrifica las extremidades para

mandar más sangre a la esencial sección interna.

El dolor

Existen receptores especializados en la sensación de dolor. Esta sensación es muy útil para la supervivencia del individuo pues

actúa como un mecanismo de alarma que detecta situaciones anormales posiblemente nocivas.La finalidad del dolor es prevenir al

cuerpo de un posible daño. El dolor, algunos dicen que es una respuesta de receptores específicos a peligros específicos, mientras

otros piensan que se trata de algo mucho mas ambiguo, una estimulación sensorial extrema de cualquier tipo, porque en el
delicado ecosistema de nuestro cuerpo, un exceso de cualquier cosa podría perturbar el equilibrio. Cuando sentimos dolor, suele

doler el sitio localizado, pero responde el cuerpo entero.

El más familiar pero el más extraño de todos los receptores táctiles: El Pelo

El pelo afecta profundamente a las personas, puede transfigurar o repugnar. Como un símbolo de vida, crece sobre nuestra

cabeza. Podemos cambiar su color y textura cuando nos da la gana, pero con el tiempo volverá a su forma y aspecto original con

el tiempo. Además de su finalidad estética para la mayoría de hombres y mujeres, el cabello protege el cerebro del calor solar y los

rayos ultravioleta, ayuda a aislar el cráneo, suaviza los golpes y, en general mantiene al mundo a cierta distancia de nuestro

cuerpo, ese perímetro de peligro y aventura en el que dejamos entrar a muy poca gente.

Cada cabello crece durante un período de entre dos y seis años, a un ritmo de doce a quince centímetros por año; después su

folículo descansa durante unos meses, el cabello cae y, con el tiempo, es reemplazado por un cabello nuevo. Por eso, cuando

vemos una hermosa cabellera, estamos viendo cabellos en diferentes estadios de crecimiento, muerte y renovación. En cualquier

momento, un quince por ciento descansa, y el otro ochenta y cinco por ciento crece; docenas de cabellos están destinados a morir

mañana, mientras en el interior de los folículos se están formando cabellos nuevos.

Percepción de los estímulos


 Las manos

El tacto es tan importante en situaciones emocionales, que nos tocamos a nosotros mismos como nos gustaría que lo hiciera otro

para tranquilizarnos. Las manos son mensajeras de la emoción. Los estudios han mostrado que el mero contacto cariñoso, de

cualquier estilo, puede mejorar la salud.

Los pequeños surcos de las yemas de nuestros dedos, cuyo rugosidad nos hace más fácil aferrar objetos, están trazados al azar,

de lo que resultan esos dibujos personales que llamamos huellas digitales. Los dibujos siguen unos pocos diseños básicos de

remolinos, círculos y arcos, pero se combinan de modos infinitamente diferentes. Ni siquiera los gemelos idénticos tienen las

mismas huellas digitales.

 El beso

“Un beso parece ser el más mínimo movimiento de los labios, pero puede capturar emociones salvajes o tiernas. Hay besos

tiernos, hay besos fugaces y suaves como las plumas de un pájaro. Es como si, en el complejo lenguaje del amor, hubiera una
palabra que sólo puede ser dicha cuando los labios se tocan, un contrato silencioso sellado con un beso. ”12

 El sexo

El sexo es la intimidad definitiva, nos incrustamos el uno en el otro. Llegamos realmente bajo la piel del otro. Nos abrigamos bajo

una red cálida de besos. Lo más frecuente es que toquemos los genitales de un amante antes de haberlos visto. En general,

nuestro puritanismo remanente no nos permite exhibirnos desnudos uno al otro antes de habernos besado y acariciado.

Вам также может понравиться