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Fertilización para maíz zafriña

bajo el sistema de siembra directa

Introducción
El Paraguay en la última campaña de maíz zafriña ha sembrado 876.369 hectáreas (INBIO, 2012). Los
rendimientos de esta zafriña no superan en general los 4.500  kg/ha, debido a factores climáticos (heladas y
sequías en algunas regiones) como también bajos niveles de fertilidad y el consecuente mal manejo de la
fertilización. Debemos apuntar a obtener rindes que superen los 6.000 k g/ha. La tecnología en lo que
respecta al manejo de la fertilización en el sistema de siembra directa (SSD), hoy el país dispone en una
reciente publicación, y está en conocer bien los niveles de fertilidad de cada parcela y aplicar el
conocimiento con las dosis correctas como nos indican las recomendaciones.
El objetivo principal de esta publicación, es tener a disposición nuevas y actuales recomendaciones de
fertilización para los principales cultivos de granos bajo el SSD en Paraguay, y por sobre todo po nerlas en
práctica, para conseguir aumentos considerables en los rindes por hectárea en nuestros campos. Con estas
recomendaciones, podemos determinar las cantidades exactas de nutrientes para elevar la fertilidad
(correción y manutención) de los diferentes tipos de suelos y como también aplicar cantidades adecuadas de
fertilizantes para rendimientos esperados, en época y forma de aplicación correctas, para soja, trigo, maíz y
girasol bajo el SSD para nuestro país.
Es muy importante llevar en consideración que con la inversión que hagamos a la hora de fertilizar,
estaremos corrigiendo el suelo y nutriendo el cultivo. Debemos romper el viejo paradigma de no fertilizar
por miedo a perder dinero si viene un factor climático desfavorable. Al contrario, debemos c onsiderar que
estamos realizando una excelente inversión corrigiendo el suelo al mejorar su fertilidad, donde los cultivos
siguientes serán beneficiados aprovechando los nutrientes.
Cabe recordar, que una vez fertilizado el sistema (suelo -planta) los nutrientes no son perdidos,
principalmente si hablamos de fósforo y en ciertos tipos de suelos el potasio, lo que nos convence que no es
una pérdida o un gasto, y sí una inversión.
La adopción del sistema de siembra directa (SSD) en el Paraguay, ha experimentad o grandes avances
incrementándose el área de 20.000 ha en 1992, hasta alrededor de 2.700.000 ha al presente. Sin embargo,
muchos agricultores que adoptaron este sistema, utilizan una secuencia de cultivos de soja, trigo, soja y
olvidando muchas veces la importancia de incorporar otros cultivos al sistema de rotación, como el maíz.
Aunque las ventajas de la rotación de cultivos y la permanente cobertura del suelo, son bien conocidas, se
olvida su fundamental importancia disminuyendo la producción de materia orgánica, y el consecuentemente
ciclaje de nutrientes. Este “olvido” hace que resulte en la disminución de la productividad de los principales
granos. Por eso, la incorporación de maíz al sistema y el uso de abonos verdes, son de gran importancia. A
medida que ocurre la recuperación del tenor de la materia orgánica del suelo, se verifica un gradual
incremento de la capacidad productiva de los suelos.
Con el avance del SSD en el país, surgieron dudas en cuanto a las recomendaciones de fertilizantes, ya que
estas fueron elaboradas en la década del 90, y con base en experimentos realizados en el sistema
convencional de cultivos (arada + rastroneada). Además, otras son las recomendaciones utilizadas en nuestro
país, originarias de diferentes localidades del Brasil; así como también de la Argentina. Estas
recomendaciones, no fueron calibradas ni testadas para nuestras condiciones, generando serios
cuestionamientos sobre la eficiencia y adecuación.
La herramienta más utilizada para elaboración de la recomendación d e fertilización es el análisis del suelo.
La principal finalidad del análisis del suelo, es evaluar el estado de la fertilidad del mismo, y determinar la
cantidad de nutrientes necesarios para el adecuado desarrollo de las plantas, sirviendo de base para u na
recomendación racional y económica, de correctivos y fertilizantes. Para que esto sea posible, es necesario
tener tablas de interpretación y recomendación elaboradas a partir de experimentos de calibración
conducidos a campo.
La Universidad Federal de Santa María (UFSM), RS, Brasil, mediante un convenio firmado con la Cámara
Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO), y otras instituciones
públicas y privadas del Paraguay, ha realizado los primeros experimentos de ca libración de análisis del suelo
en el SSD. El convenio ha generado, la primera información del manejo y recomendación de fertilizantes
para el SSD que permiten realizar las recomendaciones preliminares de nitrógeno, fósforo y potasio para
soja, maíz, trigo y girasol, cultivados bajo el sistema conservacionista de suelos y para nuestras realidades
adafoclimáticas (Cubilla et. al, 2012).
En esta edición trataremos específicamente el manejo de la fertilización N, P y K para el cultivo del maíz
zafriña.
Recomendación de fertilización nitrogenada
El nitrógeno (N) es el nutriente absorbido en mayor cantidad por el cultivo del maíz y al mismo tiempo, es el
nutriente que más limita la productividad de este cultivo, y muchas veces no es aplicado adecuadamente en
la cantidad y época ideal. El abastecimiento adecuado de N en el SSD es más dinámico que en el SCC. La
principal razón de esta diferencia está relacionada con la cantidad y la calidad de la materia seca del cultivo
anterior, pudiendo disponibilizar o inmovilizar N para el cultivo en sucesión. Diversos factores afectan la
disponibilidad de N para los cultivos, así como la necesidad de los cultivos es comandada por diversos
factores. La materia orgánica (MO) del suelo, por ejemplo, es la principal fuente de N par a los cultivos. El
SSD favorece el aumento de la MO en el suelo, y este aumento se da inicialmente en las camadas más
superficiales del suelo, y con el pasar de los años, se extiende a mayores profundidades en el perfil del
mismo (Eltz et al., 1989; Bayer & Mielniczuck, 1997). La disponibilidad también es afectada por el tipo de
materia seca depositada en el suelo, o sea, de la relación carbono/nitrógeno de la materia seca, pudiendo
disponibilizar o inmovilizar el N, como dijimos anteriormente.
Debido a la importancia de la fertilización nitrogenada para el maíz y a la carencia de informaciones
disponibles en el país, una recomendación de N para el SSD es fundamental para que el cultivo aumente la
productividad y se torne un cultivo de importancia económica.
El nitrógeno es muy estudiado en la comunidad científica mundial, por lo tanto su dinámica en el suelo, los
procesos biológicos que le afectan y la necesidad de los cultivos, dificultan la elaboración de
recomendaciones. En este sentido, es que fueron conducidos varios experimentos en red en el Paraguay,
buscando elaborar una recomendación de N para maíz bajo el SSD.
La elaboración de la recomendación de N para maíz (Tabla 1) fue realizada a partir de los datos obtenidos en
los experimentos en el país, con auxilio de la literatura (Amado, 1997; IAPAR, 1998; Comisión Química y
Fertilidad de suelos de RS/SC, 2004); esta fue ajustada por técnicos e investigadores paraguayos en la
reunión de la Red Nacional de Laboratorios de Suelos (RENALAS) en septiembre del 2005. De esta forma,
en la recomendación de la fertilización nitrogenada fueron considerados varios factores que interfieren en la
productividad del maíz, así como su inestabilidad en relación a precios y costos de producción.
La determinación de la cantidad de N a aplicar para el maíz, es recomendada a partir del cultivo anterior; el
tenor (%) de materia orgánica; y la expectativa de productividad.
En la Tabla 1 se encuentran las dosis a aplicar en el cultivo de maíz. El acompañamiento y el histórico de
cada parcela (fertilización, sistema de manejo del suelo, productividad, etc.); la expectativa de precio del
producto; y el precio del insumo, son indispensables también para la toma de decisiones.
Como el N es muy móvil en el suelo, es recomendable realizar las aplicaciones del nutriente en dos
diferentes épocas. Una primera dosis en la siembra (20 a 30 kg ha -1), que es muy importante para
proporcionar mayor disponibilidad inicial para el cultivo, y el resto en cobertura, que podrá ser realizada
cuando el maíz presente de 4-6 hojas que corresponde aproximadamente a los 30-40 días después de la
emergencia. Esta época es fundamental, ya que el maíz definirá su potencial productivo.
Las aplicaciones de N en superficie, deben ser realizadas con condiciones climát icas adecuadas para
disminuir las pérdidas, principalmente cuando se usa urea. Las principales características que deben ser
observadas son: a) humedad alta en el suelo, o expectativa próxima de lluvia, b) baja velocidad del viento; y
c) temperaturas no muy altas.
Altas productividades de maíz solo serán obtenidas cuando no falte humedad. Por lo tanto, la utilización de
altas dosis de N en cobertura, es viable cuando la región presente buena distribución hídrica o en
condiciones de irrigación.
Categorías de fertilidad
Recomendación de fertilización fosfatada y potásica
El criterio de aumento de la fertilidad del suelo hasta el nivel de suficiencia (categoría “Alto”), en el caso de
fósforo y potasio, tiene por objetivo elevar la fertilidad del suelo con base a las necesidades de los cultivos.
Las dosis de fertilizantes son mayores en las categorías de menor fertilidad, intermedias en la categoría de
fertilidad media, y menores o sin fertilización en la categoría de mayor fertilidad. Esta metodología es la
más utilizada por los laboratorios de las universidades norteamericanas en los estudios de calibración de
métodos de análisis de suelos y recomendaciones de fertilizantes, y fue adoptada a las recomendaciones de
fertilización en los estados de Río Grande do Sul y de Santa Catarina a partir de 1987 (Siqueira et al., 1987;
Comisión de Fertilidad de Suelos de RS y SC, 1989, 1995, 2004) como también se está adoptando e
incorporando, a nuestro país, ya que los resultados de trabajos de investigación realizados a cam po, para
nuestras condiciones, actualmente existen (Cubilla & Wendling, 2007; Hahn, 2008, Barreto, 2008, Fatecha,
2010, Cubilla et al., 2012).
La filosofía de la recomendación de fertilización fosfatada y potásica, tiene por objetivo, como dijimos
anteriormente, elevar el tenor de los nutrientes en el suelo (fertilización correctiva), cuando están por debajo
del nivel crítico, a niveles considerados adecuados (categoría “alto”) para que los cultivos expresen su
potencial de rendimiento, y a partir de ahí, solo realizar las fertilizaciones de manutención (M) y reposición
(R), como indican las Tablas 2 y 3.
Cuando el tenor en el suelo se encuentra en la categoría “alto”, el objetivo de la recomendación es mantener
el tenor en esa categoría. Cuando el tenor en el suelo está en la categoría “muy alto”, se puede permanecer
por un período sin fertilización, o solo pequeñas dosis de reposición, y de esa forma economizar y construir
la fertilidad de otros nutrientes, como también poder corregir otros problemas que pu edan estar limitando la
productividad de los cultivos en la propiedad.
El punto clave a llevar en consideración en el plan de fertilización de P, es el aumento de este nutriente a un
nivel de suficiencia (categoría “alto”) para los cultivos y así evitar problemas futuros de nutrición de los
mismos. La filosofía para lograr este objetivo y minimizar gastos económicos elevados del propietario con
fertilizantes fosfatados, es programar un plan de fertilización para 3 cultivos en sucesión, por ejemplo iniciar
con maíz zafriña 2013, luego soja o maíz zafra 2013/14 y por último maíz zafriña o trigo 2014) de esta
forma lograremos corregir el suelo, nutrir la planta y al tercer cultivo llegar a un nivel de suficiencia de P
(categoría “alto”) para los cultivos siguientes, donde solo necesitaríamos nutrir el cultivo y mantener alta la
fertilidad del suelo (Tabla 2).
Siguiendo el ejemplo de P, la filosofía para lograr el aumento del K a un nivel de suficiencia (categoría
“alto”) y minimizar gastos económicos elevados del propietario con fertilizantes potásicos, es la aplicación
en 3 cultivos y así economizar, y alcanzar el nivel deseado, en un año y medio aproximadamente (3
cultivos), que es nuestro objetivo (Tabla 3).
Después de tres cultivos en sucesión, es necesario e indispensable realizar otro análisis de suelo para
identificar si el objetivo fue alcanzado, tanto para el fósforo como para el potasio. Cuando este sea
alcanzado, se pasa a adoptar la estrategia de manutención del tenor, donde debe ser adicionado el tota l
exportado por el cultivo, más las posibles y probables pérdidas que puedan ocurrir, que en general son de
aproximadamente 25%. Cuando el objetivo no es conseguido, se debe elaborar una nueva estrategia de
recomendación buscando alcanzar lo antes posible la categoría de fertilidad deseada.
Cuando los tenores de fósforo y potasio en el suelo, extraídos por Mehlich -1, se encuadran arriba del tenor
crítico, las fertilizaciones pueden ser realizadas al voleo tanto como en la línea de siembra, pues presentan la
misma eficiencia (Klepker & Anghinoni, 1996; Wiethölter et al., 1998, Ceretta & Pavinato, 2003).
Consideraciones finales
Es de fundamental importancia que los técnicos y productores sigan las nuevas recomendaciones que hoy
disponemos para el manejo de la fertilización, y de esta forma conseguiremos mejores resultados en lo que
respecta a la mejoría de la fertilidad de los suelos y nutrición de los cultivos; por sobre todo, una economía
utilizando dosis correctas, apuntando a duplicar los rindes por área.
Solo habrá éxito en el aumento de la productividad de los cultivos y una utilización eficiente y racional de
fertilizantes, por medio de un correcto sistema de muestreo del suelo, de la correcta ejecución del análisis de
las muestras en el laboratorio, y de la interpretación correcta de los resultados analíticos para las
condiciones regionales, por profesionales capacitados.
Se sabe que la fertilización realmente efectiva realizada por el productor, va a depender también de
cuestiones como el histórico del área, condiciones financieras y de crédito, expectativa de productividad y
del precio de los productos agrícolas, pero, se sugiere tomar decisiones concretas y conscientes; y para esto,
el muestreo eficiente del suelo, es fundamental. De esta manera conocer emos las necesidades nutricionales
de los cultivos para las diferentes situaciones de fertilidad que vengan a presentar las parcelas y así utilizar
los niveles correctos de fertilización.
Para mayores informaciones sobre el manejo de las recomendaciones de fertilizantes para los principales
cultivos de granos producidos en Paraguay, recurrir al material recientemente editado publicado por la
CAPECO, titulado: “Recomendaciones de fertilización para soja, trigo, maíz y girasol bajo el sistema de
siembra directa en Paraguay”. La misma está disponible en la CAPECO sobre la Av. Brasilia 840, como
también en CETAPAR, en el Departamento de Suelos y en la Librería de la Facultad de Agronomía, UNA;
San Lorenzo.

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