Вы находитесь на странице: 1из 5

LA LITURGIA COPTA.

La liturgia alejandrina del primer milenio ofrece pocos documentos y es mal conocida.
La oposición a Bizancio, la entrada en la órbita anticalcedoniana, la invasión árabe, el
influjo preponderante del elemento monástico y estrechas relaciones teológico-
institucionales delimitan el área de desarrollo litúrgico del Egipto cristiano. Los cristianos
de la iglesia alejandrina, después de la invasión musulmana (639-642), se han venido
llamando coptos, por la pronunciación árabe corrompida de aigyptios (egipcio),
convertido después en qibti, qubti.
La lengua litúrgica originaria era el griego; después de las controversias calcedonianas,
la lengua popular se hace literaria y se desarrolla sobre todo a costa del griego. En el
ámbito monástico, la liturgia se celebra también en griego durante muchos siglos; sin
embargo, es en este ambiente donde se originan las traducciones del griego al copto y
esos numerosos himnos (psali), cantos a María (theotokia), odas, antífonas y doxologías
que acompañan la liturgia en griego. El copto se mantiene como única lengua litúrgica
hasta el medievo (está en uso todavía hoy); pero al comienzo del segundo milenio se
impone como lengua hablada el árabe, que suplanta gradualmente al copto.
Entre los siglos X-XIII florece en Egipto una importante literatura árabocristiana (los tres
Asálidos). De los dos principales dialectos coptos, el sahídico (en el Sur) y el bohárico (en
el Delta), prevalece en la liturgia este último gracias a la aportación de los monjes del
desierto occidental (san Macario, en Wadi n-Natrun). Por tanto, la antigua liturgia
ciudadana de una Alejandría megalópolis, culta y cosmopolita, se convierte en esta
coyuntura en una liturgia cada vez más copta, es decir, expresión nacionalista de la vida
religiosa del pueblo. El influjo de los sirios ha sido notable, y ha acontecido al menos en
tres etapas: en el siglo IV, en el momento de la conquista islámica, bajo el patriarca
Benjamín (626-665), y en la reorganización eclesiástica de los siglos XII y XIII, sobre todo
bajo el patriarca Gabriel II Ibn Turaik (1131-1145), al que se atribuye el ordenamiento
del Libro pascual. La obra enciclopédica Lámpara de la oscuridad, de Abul-Barakat
(comienzos del siglo XIV), contiene preciosas descripciones de las corrientes litúrgicas y
de las costumbres locales, ilustrándolas con preciosos, aunque poco seguros, datos
históricos. En el siglo XV, bajo el patriarca Gabriel V, se redactan definitivamente los
rituales de los sacramentos y de las bendiciones. Las excelentes ediciones romanas de
R. Tukit (siglo XVIII) y las actuales reproducen textos de esta última reforma.
Libros litúrgicos principales:
1) Eucologio, ordinario de la liturgia eucarística, matutino, oficio vespertino del
incienso, varios oficios cantos propios de ciertas fiestas;
2) Diaconal, partes variables para el diácono y el pueblo;
3) Leccionario (Katameros), dividido en tres partes:
a. Katameros anual, en cuatro volúmenes, lecturas para las ferias, domingos, fiestas
y santos del año;
b. Katameros de cuaresma, en dos volúmenes;
c. Katameros de Khamasin, para el tiempo de pascua a pentecostés;
4) Synaxario, un martirologio que se lee en la liturgia eucarística después de los
Hechos de los Apóstoles para indicar la continuación de la historia de la salvación.
Cuando no se celebra la eucaristía, se lee en el oficio vespertino del incienso;
5) Tasafir, interpretación de las lecturas de la eucaristía, se usatambién en el oficio;
6) Al-Mawá'iz, antología de homilías patrísticas;
7) Al-Hutab, discursos en árabe, para ser leídos antes del evangelio;
8) AlMayamir, homilías en árabe, con los hechos de las fiestas en estilo popular, usado
en el oficio del incienso;
9) Sirah, biografías de santos leídas después de las mayamir con ocasión de las
peregrinaciones y las fiestas patronales;
10) Al-Tamagid, doxologías en honor de los santos y de los ángeles;
11) Cánticos para distintas ocasiones y tiempos litúrgicos, que se cantan durante la
comunión;
12) Orden procesional, parados fiestas de la cruz y el domingo de ramos; 13) Horologion
para siete horas canónicas;
13) Salmodia anual, con las cuatro alabanzas y siete theotokia cotidianos y doxologías
para el santoral;
14) Salmodia de Khoiak, oficios para el mes antes de navidad consagrado a la Madre de
Dios;
15) Menologio (Difnar), breve información sobre las fiestas, con elogio del santo del día;
16) Libro de los cantos, himnos de la oración vespertina o nocturna de ciertas fiestas;
17) Orden para Laqqán (pila), es decir, para la bendición del agua (epifanía, jueves santo,
santos Pedro y Pablo) y para Sagdah (genuflexión de pentecostés);
18) Guía para la semana santa, comenzando desde el sábado antes de ramos (sábado
de Lázaro);
19) Libro de la santa pascua, leccionario para la semana santa;
20) Libro de las glosas, con reflexiones sobre los evangelios y horas de la semana santa.
El año litúrgico es muy particular a causa del calendario, calculado a partir del 29 de
agosto de 284 d.C., comienzo del reinado de Diocleciano y, para los coptos, de la era de
los mártires. Los trescientos sesenta y cinco días se dividen en trece meses: doce meses
de treinta días y un mes final de cinco días (seis en los años bisiestos). Los nombres de
los trece meses en copto (árabe entre paréntesis) son:
1) Thôut (Tût), 11 septiembre-10 octubre;
2) Paopi (Bâbah), 11 octubre-9 noviembre;
3) Athôr (Hâtûr), 10 noviembre-9 diciembre;
4) Khoiak (Kîhak), 10 diciembre-8 enero;
5) Tôbi (Tubah), 9 enero-8 febrero;
6) Mekhir (Amshir), 9 febrero-9 marzo;
7) Phamenôth (Baramhât), 10 marzo-8 abril;
8) Pharmouthi (Baramûdah), 9 abril-8 mayo;
9) Pakhôn (Bashuns), 9 mayo-7 junio; 10) Paôni (Ba’ûnah) 8 junio-7 julio; 11) Epêp
(Abîb), 8 julio-6 agosto; 12) Mesori (Misrâ), 7 agosto-5 septiembre;
10) Pikougi Enabot (Khamsat Ayâm an-Nasi), 6 septiembre-10 septiembre.
Se distinguen tres estaciones litúrgicas en relación con la vida agrícola y las inundaciones
del Nilo, que incluyen oraciones especiales para la crecida y la recolección:
1) la inundación (nîlî, Nilo) de ciento veinticuatro días, 19 junio-19 octubre;
2) 2) la siembra (shetwii invierno), de noventa y un días, 20 octubre-18 enero 3) la
recolección (sêfi, verano), de ciento cincuenta y un días, 19 enero-18 junio.
La semana comienza el sábado por la tarde; los días están divididos en dos grupos:
1) Adam, de domingo a martes;
2) 2) Watos, de miércoles a sábado. Los dos nombres Adam y Watos son la primera
palabra de los theotokia del lunes y del jueves.
Los ayunos son importantes y observados realmente:
1) de Navidad, de cuarenta y tres días (25 noviembre-enero);
2) de Jonás o de Ninive, tres días antes de la septuagésima latina;
3) de Heraclio, desde el lunes al sábado de la octava semana antes de pascua;
4) Cuaresma, de siete semanas;
5) de los Apóstoles, varía de quince a cuarenta y nueve días;
6) de la Dormición, de quince días, del 7 al 22 de agosto. Hay que añadir los miércoles
y los viernes de todo el año. El ayuno excluye carne y derivados de la leche. El pescado
tampoco se consume en algunas grandes vigilias, en la cuaresma y en el ayuno de Jonás.
La celebración eucarística es larga y sobria. El altar tiene forma de arca; el santuario
(Heikal) está rígidamente separado por una pared divisoria (Higab), con pocos iconos,
delante de la cual hay un lugar bien separado para el coro. La confección del pan
eucarístico tiene lugar la tarde anterior, durante un meticuloso oficio apropiado. Al
comienzo de la liturgia se hace una procesión con los dones en torno al altar. Muchas
exclamaciones están en griego, más que entre los siro-occidentales. Encontramos una
doble epíclesis; la primera de ellas implora el cambio de los dones y se subraya por
medio de repetidos signos de la cruz sobre las especies. Las lecturas son cuatro. El
evangelio se lee siempre en copto y en árabe. Después de una larga letanía comienza la
anáfora. En la práctica se usan tres anáforas: la más frecuente es la copta de san Basilio
(sobria reducción del texto griego); la de san Gregorio Nacianceno se usa en las grandes
fiestas del Señor y, contrariamente al uso paleocristrano, no se dirige a Dios Padre, sino
a Cristo; la anáfora de san Cirilo es sustancialmente la antigua anáfora alejandrina de
san Marcos (largas intercesiones antes del sanctus, doble epíclesis antes y después de
la narración de la institución, sanctus sin hosanna; las invocaciones diaconales son
escasamente litánicas), pero a causa de su larga duración casi ha caído en desuso. Otras
doce anáforas han desaparecido del uso. Después de la absolución del Padre, las
especies de la comunión se distribuyen separadamente con la fórmula de tipo realista:
"El cuerpo (la sangre) del Emmanuel, nuestro Dios, es esto en verdad. ¡Amén!" Los vasos
sagrados se purifican escrupulosamente con agua. Al final el pueblo exclama: "¡Amén!
¡Que suceda durante cien años!".
En los días de la celebración eucarística se hace el rito del incienso, distinto del oficio.
Las horas se practican en los monasterios y contienen una rica salmodia. Cada hora tiene
doce salmos, una lectura y un evangelio. En vísperas, en el oficio nocturno y en el
matutino se añaden himnos de diversos géneros (troparios, theotokia, doxologías,
alabanzas de los santos) y cánticos bíblicos. El ciclo de las horas y el de los salmos corren
recíprocamente paralelos, según una subdivisión puramente monástica.
Los coptos constituyen hoy en día la más numerosa comunidad cristiana en un país
islámico (al menos seis millones). La liturgia, larga y rica, es cada vez más seguida, gracias
a un impresionante movimiento de renovación, que partió del ambiente monástico. En
las numerosísimas escuelas dominicales (Sunday Schools) se estudian los ritos y se
vuelve a aprender el copto litúrgico. La predicación está ampliamente difundida, y se
inspira con frecuencia en los temas de la liturgia. La participación, tal como la entiende
un occidental, es un rasgo sobresaliente, tanto de la tradición corno de la renovación
copta, gracias a la cantidad de cantos y gestos comunes. El pueblo gusta mucho de las
procesiones, especialmente las de la santa Cruz (que se encuentra por todas partes:
incluso en forma de tatuaje en las muñecas y la frente); el ayuno extraordinario de
Heraclio recuerda el hallazgo de la santa Cruz, cuando Heraclio reconquistó Jerusalén a
los persas (614). La veneración a la Madre de Dios alcanza auténticas cimas de
entusiasmo en los gestos y en las costumbres; el calendario tiene treinta y dos fiestas de
María; el mes de Khoiak, antes de navidad, implica el canto público de numerosos
theotokia, de poesía fascinante y llena de sabor bíblico según el gusto siríaco. Aunque el
canto es monótono y prolongado, el carácter egipcio, piadoso y paciente, aprecia la
actitud de escucha. El gusto por la audición es sin duda un rasgo típico de los coptos; en
el curso de la semana santa hay muchísimas lecturas, hasta el punto de que se leen los
cuatro evangelios completos. Las ceremonias son sobrias, con ritos externos
moderados, en los que se siente la influencia de un monacato omnipotente y auténtico.
Se usan instrumentos de percusión para acompañar rítmicamente el canto (címbalos,
triángulo).
Desde 1895 existe también un patriarcado copto católico, muy reducido
numéricamente, con la liturgia notablemente abreviada.

Вам также может понравиться