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Ontología
4.122 Podemos hablar, en cierto sentido, de las propiedades formales de los objetos y los
estados de cosas, o de las propiedades de la estructura de los hechos, y, en el mismo
sentido, de relaciones formales y propiedades entre estructuras.
(En lugar de propiedad de la estructura digo también ‘propiedad interna’; en lugar
de relación, ‘relación interna’).
Introduzco estas expresiones para mostrar en qué se basa la confusión, muy
extendida entre los filósofos, entre las relaciones internas y las auténticas relaciones
(externas).
La existencia de tales propiedades y relaciones internas no puede, sin embargo,
afirmarse mediante proposiciones, sino que se muestra en las proposiciones que
presentan los correspondientes estados de cosas y tratan de los objetos
correspondientes.
1
figura de esto.
2.17 Lo que la figura ha de tener en común con la realidad para poder figurarla a su
modo y manera –correcta o falsamente- es su forma de figuración.
2.172 Pero la figura no puede figurar su forma de figuración; la muestra.
3.325 En el lenguaje corriente sucede con singular frecuencia que la misma palabra
designa de modo y manera distintos –esto es, que pertenece a símbolos diferentes-,
o que dos palabras que designan de modo y manera distintos son usados
externamente de igual modo en la proposición (...) Surgen así las confusiones más
fundamentales (de las que está llena la filosofía entera).
3.35 Para eludir estos errores tenemos que usar un lenguaje sígnico que los excluya, en
la medida en que no use el mismo signo en símbolos distintos, ni use externamente
de igual manera signos que designan de modo diferente. Un lenguaje sígnico, pues,
que obedezca a la gramática lógica –a la sintaxis lógica. – (La escritura conceptual
de Frege y Russell es un lenguaje así, que, no obstante, no excluye aún todos los
errores).
2
5.5561 Todas las proposiciones de nuestro lenguaje corriente están, de hecho, ordenadas de
modo lógicamente perfecto tal y como son (...)
Decir y mostrarse: Lo que podemos describir y lo que sólo se muestra en los límites del
lenguaje
2.17 Lo que la figura ha de tener en común con la realidad, para poder figurarla a su
modo y manera –verdadera o falsamente- es su forma de figuración. – (...)
2.172 Su forma de figuración, sin embargo, la figura no puede figurarla; la exhibe.
2.173 La figura representa su objeto desde fuera (su punto de vista es su forma de
representación), y con ello la figura representa su objeto verdadera o falsamente.
2.174 La figura no puede, no obstante, situarse fuera de su forma de representación.
− La identidad de forma lógica entre el lenguaje (las proposiciones) y la realidad (los hechos)
(4.041, 4.12 y sig.)
4.12 La proposición puede representar toda la realidad, pero no puede representar lo que
ha de tener en común con la realidad para poder representarla –la forma lógica.
Para poder representar la forma lógica tendríamos que poder situarnos con las
proposiciones fuera de la lógica, es decir, fuera del mundo.
4.121 La proposición no puede representar la forma lógica, la refleja.
Lo que se refleja en el lenguaje, éste no puede representarlo.
Lo que por sí se expresa en el lenguaje, nosotros no podemos expresarlo mediante
él.
La proposición muestra la forma lógica de la realidad. La exhibe.
− El significado de los signos y el sentido de las proposiciones (3.33 y sig., 4.126; 4.022)
3.332 Ninguna proposición puede afirmar algo sobre sí misma, pues el signo
proposicional no puede estar contenido en sí mismo (esta es toda la “Teoría de
tipos”)
− Las relaciones lógicas entre proposiciones (pues no hay reglas de inferencia lógica
formando parte de la forma lógica de la realidad; las operaciones lógicas no representan
relaciones ontológicamente reales). (5.12-5.132, 6.1221)
− La categoría lógico-sintáctica a que los signos pertenecen. Las categorías con que se intenta
describir la sintaxis lógica, que el Tractatus llama “conceptos formales”, son sólo conceptos
aparentes (4.126)
4.126 (...) Que algo cae bajo un concepto formal como su objeto no puede expresarse
mediante una proposición. Antes bien, se muestra en el propio signo de ese objeto.
(El nombre muestra que designa un objeto; el signo numérico, que designa un
número, etc.)
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− Los límites del lenguaje, que son también los límites del pensamiento y del mundo (5.5561,
5.6 y sig., 6.124).