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Nuestra hermosa tierra Tumbesina, nos cubre con muchos mitos y leyendas,
historias, tradiciones y costumbres. Que según sea el caso corresponden a la época
prehispánica y otras a la república; otras han desaparecido como son algunas
tradiciones y costumbres.
Además queremos mencionar que alguna de esta información la obtuvimos de
fuentes bibliográficas como "Tumbes Historia, tradición y cultura" de B. Augusto
Rodriguez Oyola. "Narraciones de Tierra Adentro" de Eduardo L.Farías Silva.Asi
mismo del relato de algunos sabios de la comunidad que han apoyado para
enriquecer nuestro blog y conocer un poco más de nuestra cultura.
En “La Quebrada del Nieto”, situada entre el barrio de Pampa Grande y la Loma del Zorro,
siempre ha sido objeto de conversaciones entre los vecinos del lugar, sobre apariciones,
asaltos y sobre todo de brujerías.
Nadie podía pasar por allí a las doce de la noche, porque seguro que le salía al encuentro
una “chancha bruja”, o “el diablo lo silbaba” o se veía a la “lechuza”, que conversaba sobre
los techos de paja de los asustados vecinos.
En el centro de la quebrada (por donde pasa la carretera a San Juan), a eso de las doce de
la noche, ya se encontraba tendida una enorme muñeca de trapo, toda persona que
transitaba por aquel lugar y se tropezaba con la muñeca que, al ser tocada, lloraba como
una niña, se quedaba como un costal de nervios.
Las personas más ancianas del lugar, dicen que era una bruja que había desobedecido al
demonio y condenada a vivir en ese estado por mucho tiempo. Lo cierto es que todos los
que sufrieron el susto de la muñeca llorona, cuentan que debían darle de puntapiés para
que los dejara pasar. Al poco tiempo murió una anciana que vivía nada menos que cerca de
la “Quebrada del Nieto” y quienes lograron verla, dicen que tenía la cabeza amarrada, su
cuerpo estaba golpeado y con moretones. Llegaron a la conclusión de que era la “muñeca
llorona”.
Leyenda del Ceibo del Diablo (Tumbes)
“Cerca del Caserío de Uña de Gato, se encuentra un hermoso y frondoso ceibo que se le
conoce con el nombre de “Ceibo del diablo”, debido a que en dicho lugar y a las doce de la
noche aparece un personaje endemoniado que se lleva al infierno a toda persona que se
encuentra vagando por tal sitio.
Son muchas las personas que han sido víctimas de este maleficio y la credulidad popular es
tan arraigada que mucha gente antes de pasar por este sitio, se santigua con todo respeto
y recogimiento”.
Leyenda de la laguna del salitrillo (Tumbes)
Cerca al caserío de Pocitos, salía un personaje vestido de blanco que ofrecía ayuda a todo
quien se la solicitaba, pero a condición de que la persona favorecida estampara en un
cuaderno su nombre escrito con su propia sangre.
Hubo un poblador apellidado Cavero, muy conocido por su valentía e intrepidez, que
después de recibir la ayuda, se negó rotundamente a firmar el diabólico cuaderno y al poco
tiempo el fornido hombre cayó enfermo, falleciendo a consecuencia del castigo del personaje
de la laguna.
Se cuenta que muchas personas conocedoras de estas apariciones diabólicas, optaron por
excavar la laguna, presumiendo el hallazgo de un rico tesoro. Pero el esfuerzo fue vano. Se
asegura que tal tesoro se hundía más, a medida que se cavaba, terminando al fondo por la
ambición desmedida de quiénes lo buscaban”.
La leyenda de la viuda
En los tiempos en que Corrales era un pueblo pequeño. Cuentan aún, quienes recibieron
esta leyenda de parte de sus padres o abuelos, que cerca del actual mercado, había en el
lado suroeste, un ceibo. Allí se ubicaba la viuda, especialmente en las noches. Desde este
lugar emprendía su interesado recorrido. La viuda empezaba a andar por las calles del
pueblo en busca de un lugar apropiado para dar rienda suelta a sus celos o para enterarse
del quehacer de la gente.
Cuenta la leyenda que a veces el paticas o diablo, intervenía e imitaba a un niño escondido
que pronunciaba las palabras ¡tres, tres! Y entonces empezaban a buscarlo. Cerca del
pueblo había una quebrada, estos niños eran llevados por el diablo o paticas a lugares
desconocidos.
Las musas de Puerto Pizarro
Se dice que el señor Lucho Ramirez tuvo un sueño sobre la historia de la "Isla del
amor"-Puerto Pizarro, en este sueño, se describe la historia:
-La historia se remonta hace cien años atrás, había una familia de hacendados
que vivían cerca del pueblo de puerto Pizarro, tenían una hija llamada Natalia, ella era una
chica de catorce años de edad, era muy sencilla como para pertenecer a una familia muy
ostentosa y frívola, le encantaba realizar los quehaceres del hogar mientras que a su madre
Gertrudis le disgustaba que haga los quehaceres de la casa ya que tenia a su prometido
Mario hijo de un hacendado muy poderoso que vive en Francia que vendría a buscarla
el próximo año para casarse.
Tenia una nana María quien era la que siempre la aconsejaba y tenia el don de ver el futuro
y que le predestinaba un amor que iba hacer el más grande de la historia y que iba a incluso
a vencer a la misma muerte, pero se dice que antes de ello iba a sufrir mucho y que de ello
iba a brotar lágrimas de sangre. Una mañana ella estaba cantando mientras tendía la ropa
en su cordel de metal que se encontraba en el corral de su casa, entre las ramas que limitan
el corral con el mangle se asoma un joven conchero de nombre Juan, la miro y le pregunto
que si ella era un ángel, él le dijo que nunca en su vida había visto una mujer de piel como
la espuma de las olas del mar o como las nubes, desde entonces nace el sentimiento mas
bello del universo, el amor. Los familiares se entraron de tal romance, quienes enviaron a
golpear a Juan y comenzaron alistar a su hija para enviarla al extranjero donde se
encontraba su prometido, gracias a la ayuda de su nana logra escapar y va en busca de
Juan y ambos huyeron de ese lugar.
Su vida era maravillosa, eran pobres pero muy felices. Por casualidad del destino Natalia
encuentra a su nana y esta le pregunta por su marido y Natalia le dice que aprovechaba la
luna llena para realizar mejor la extracción. Pero la nana le advierte que no es una luna llena
cualquiera si no es una luna llena negra y que hay encantos que salen como son las sirenas
y llevan a todos los pescadores y extractores de cangrejos y conchas al fondo del mar, ella
se puso a llorar y le dijo que solo el amor y el valor cambian al destino. Natalia se vistió con
una vestidura blanca de guerrera con bordados de animales marinos, se interno en el
manglar y de lejos diviso a un hombre tirado en la orilla de esa isla se acerco a él y era su
esposo. Ella grito y lloro con tanta fuerza que el mangle se remeció, miro a la luna llena
negra y lanzo una maldición que a su vez era un encanto, "toda pareja que se ame y venga
a esta isla, uno de ellos se quedara aquí, para siempre", después de decir eso, de sus ojos
salieron lagrimas de sangre y del mar salieron varias sirenas y se inclinaron ante la pareja
de amantes y le dicen que ellos venían por ella por su Diosa y que desean llevarla a un lugar
llamado el país de los seres maravillosos, en ese lugar no existe el sufrimiento
allí estará feliz con su marido, de pronto las sirenas le devuelven la vida a su amado Juan y
la revisten con un traje dorado de Diosa. De pronto del mar salieron hombres peces que la
suben a un trono a la Diosa mientras las sirenas de vestiduras blancas danzan alrededor de
ella.
De pronto Lucho Ramirez se levanta con sudor y algo agitado por el sueño
que había soñado y comienza a buscar indicios de esa historia y desde ese momento diseño
la danza de las musas.
EL ENCANTO DEL CERRO "LA GARITA"
Camino hacía Zorritos, entre muchos cerros que bordean la Panamericana, está uno
conocido ancestralmente como "La Garita".Aquí, contaban los viejos piareros que después
que se empezó a explotar el petróleo en la localidad de Zorritos, los comerciantes "de aburro"
llevaban a vender los productos de sus chacras a este pueblo petrolero. Un grupo de
agricultores, cada uno en sus respectivos jumentos, se trasladaban a esta localidad donde
vendían sus productos de panllevar: choclos, plátano dominico, yuca, camote y frutas como
papaya, badeas, guanábanas y chirimoyas. Zorritos sólo producía petróleo. El sistema
laboral en este lugar impuso un tipo de salarios y sueldo definitivamente superiores a los
recibidos por trabajadores y empleados del resto de Tumbes. A la vez, fue un tentador
mercado para los agricultores; muchas veces,algunos de ellos, o sus
hijos conseguían trabajo en este pueblo, trocando así, su forma de vida, de la agricultura a
la industria petrolera. Generalmente los comerciantes "de burro" empezaban a viajar a partir
de media noche para amanecer en el lugar al que había decidido llegar: Zorritos. Partían el
día viernes entre las doce de la noche y una de la madrugada, para poner a la venta su
mercancía cada fin de semana: el sábado o domingo.
Contaban también los piareros que en la madrugada, salía de aquel cerro una dama alta,
delgada, vestida toda con un traje blanco, reluciente, cabellos largos sueltos, que se
ondeaban movidos por el viento y la brisa que venía del mar. La cabellera le llegaba a la
cintura. Andaba descalza, bajaba algunas madrugadas en busca de alguien que la
desencantara, esto es, que la sacara del tunel lleno de oro. Una madrugada uno de los
campesinos, joven de características atléticas, se propuso alcanzarla y detenerla, pero la
dama empezó a trepar el cerro con mucha facilidad. El perseguidor no había reparado que
a la entrada del cerro, en la cueva, había un hombre, alto, moreno, fornido, que hacía las
veces de guardían. Este cuidaba la cueva. En la entrada permanecía de pie, dispuesto a
atacar a quien o quienes osaran ingresar. El lugar era una especie de túnel con paredes
recubiertas todas con oro.
Cuando los rayos del sol penetraban producían relumbrones impactantes que herán los ojos
de quienes, por la ladera, pasaban cerca de este lugar; caso similar ocurría en la noche de
luna. Este astro producía efectos similares, pero menos fuertes que lo que sucedía en el día
cuando los rayos del sol penetraba en el túnel, oportunidad propicia para que la dama de
blanco saliese de su escondite. La dama encantada era la única que sabía como bajar y
subir,pues en ladera del cerro, había grandes rocas y precipicios que dificultaban el subir y
bajar a ese lugar.El jóven logró burlar al moreno guardían, pero no salió nunca. Quedó
encantado. O tras veces, la dama llegaba cerca al camino. Tan pronto se acercaban los
comerciantes, iniciaba su estampida, pero nadie la seguía por temor a quedar como estatua,
petrificado al interior de la cueva. Dicen antiguos pobladores que en ese cerro, aún está el
encanto y que en él siempre se ve a la dama de blanco y el moreno guardían, continúan
como celosos defensores de este tesoro. La dama guarda aún el momento en que acabe el
encanto o hechizo y pueda volver a la realidad.
LA BRUJA Y LOS PERROS...
Muy cerca al sifón,en el canal de irrigación, había un árbol de algarrobo de tronco grueso y
frondoso debido a sus muchos años de existencia. Era un árbol viejo. De un momento a
otro aparece en el pueblo la noticia que, el sifón, donde estaba el inmenso algarrobo,
avanzada la noche, aparecía una chancha que arrastraba una pesada cadena; de sus ojos
salía candela y de su boca espuma. Este animal, a partir de altas horas de la noche, se
apoderaba del lugar e impedía el paso de toda persona que se disponía hacerlo. El temor
de la chancha bruja mantuvo alerta a la población por muchos años; por la forma cómo los
asustaba o atacaba. La chancha bruja empezó a perder protagonismo con el correr de los
años, debido a la construcción del primer puente sobre el canal de irrigación, permitiendo,
a los pobladores, usar este nuevo viaducto, olvidando el viejo que atravesaba el sifón.
LA NOCHE DE LA BRUJA
Rigoberto Meza Chunga
Un día Luis Barreto amaneció con la planta del pie izquierdo hinchada. Los días pasaban y
el pie se le hacia insoportable. Como los remedios caseros no le daban mejoría, fue a un
curioso donde tampoco encontró alivio. Lo que más le preocupaba era no poder trabajar.
Tenía una manada de chivos que todos los días sacaba a pastorear, además debía
comprar medicinas diariamente y la hinchazón aumentaba, sus hijos menores dejaron la
escuela para atender la manada que iba disminuyendo por las cabezas que vendían. Luis
Barreto y su mujer adelgazaban.
La casa de los Barreto estaba en una loma, en la afueras de Tumbes. En las noches se
sentaba en la pampa con su mujer a tomar aire y espantar zancudos. Luis Barreto fumaba
cigarros que él mismo los hacía sentado en el tronco del árbol que hacía años puso en la
parte frontal de su casa. Luis Barreto se miraba el pie hinchado y recordaba los caminos
por donde transitaba cotidianamente con su manada de chivos y ahí estaba ahora sentado
sin saber que hacer. De pronto Luis Barreti anunció a su mujer:
En esos tiempos, los viajes eran a lomo de bestia. Luis Barreto tenía una mula llamada
Flor y en ella iría a buscar a su compadre. Antes del amanecer esta Luis Barreto listo para
el viaje. los regalos para su compadre estaban en la alforja nueva, el garantizado en su
vaina y la alforja vieja contenía el fiambre para dos días, por si acaso.
Habría un tramo respetoso entre Garbanzal, entre Tacural, pero a Luis Barreto todos lo
conocían.Qué habrá pisado decían sus amigos. Alguna espina opinaban sus conocidos.
Tal vez una huida de cuerdas los hijos.Nada, nada contestaba doña Clavel preocupada
pues nunca había visto enfermo a su marido.
El viaje no tuvo novedades. Casi al medio día Luis Barreto ya estaba conversando con su
compadre:
--¡Que mi compadre!
--Pero no yo puedo curarlo,compadrito.
--No bromee, compadre, sí usted cura todo el mundo.
--Sí,pero a usted no.
En ese momento Luis Barreto envejeció veinte años, el cuerpo se le temblaba, los ojos se
le enrejecieron, miraba el techo de paja, la pared donde había un crucifijo negro y un
almanaque Bristol lleno de tierra, y miró hacia la pampa donde estaba intranquila su mula
Flor. Carraspeó para hablar pero no podía articular palabra alguna, sentía las manos
húmedas, no se encontraba el bolsillo de la camisa para sacar un cigarro y fumar de día,
contra su costumbre.
--Serénese,compadre.
No siguió hablando don Manuel porque de afuera venían ruidos de bestias y hombres que
llegaban a su casa, por eso bajó la voz para que sólo Luis Barreto escuchara:
El viaje de retorno fue un calvario. Luis Barreto lloraba sin abrir los ojos; cuando los abría
todo veía oscuro a pesar de que no era ni las cinco de la tarde. Recordó cuando nació
Luisa y todos decían que era bonita, y la cólera que le dio cuando la serrana María dijo
igualita al vecino, porque vecinos les decía a todos lo que vivían por esos lugares. ¿Del
vecino, carajo? Sonrió recordando sonándose la nariz. Y de nuevo el llanto , la oscura,
nadie lo creería, si es tan... se interrumpió porque de pronto la mula se paró en la parte de
atrás de su casa, en la loma. Se bajó sin acordarse de su pie hinchado, y todo se le puso
negro, de dolor. La claridad vino cuando estaba echado en su cama, donde había llegado
sin saber cómo:
--¿Qué fue?
--¡Pronto me curaré!
Al día siguiente, Luis Barreti se sentó en el tronco que estaba en la parte de afuera de su
casa, y se puso a mirar, casi sin pestañear, la casa de Luisa que quedaba como a cien
metros de la suya. Ahí vivía Luisa sola desde que tuvo su problema y decidió vivir así. La
vio salir con una bandeja cuyo contenido arrojó en la pampa, mientras corrían hacia ese
lugar gallinas y patos que ella criaba. Luis Barreto miraba el sol que no se movía ni un
centímetro.¿A qué hora la noche llegará? Ya sabe compadre, escuchaba patentito. Tengo
que cuidarme, pensaba Luis Barreto, vayan a verme hablar solo. Parece que voy a
enloquecer, Dios mío. Pero el sol no se movía ni un miserable centímetro.
Cuando Luis Barreto calculó que era medianoche, se levantó tratando de no haber ruido.
Clavel había notado que por primera vez en su vida, su marido se acostó como si estuviera
borracho, con ropa y todo.Luis Barreto apretaba los dientes cada vez que pisaba con el pie
izquierdo, porque sentía como si le estuvieran arracando la pierna. Abrió la puerta,
levantándola un poco para que no gimieran las bisagras y salió rumbo a la casa de Luisa,
donde llegó casi arrastrándose, todo enterrado con el rostro lleno de lágrimas y
cuidadosamente se ocultó en el cuarto.
Tal como le había dicho su compadre, Luis Barreto no encontró a su hija durmiendo en la
cama, pero ahí estaba su vestido y su ropa interior, bien ordenados, pero volteados al
revés. Ojalá no sea cierto, pensaba Luis Barreto, no es posible, ojalá no sea cierto, pero no
pudo seguir cavilando porque sintió el ronquido característico de los chanchos, oinc oinc
oinc, pero Luisa no cría chanchos, el gruñido del chancho, el resoplido de su nariz, el
hocico que empujaba la puerta, el mal olor invadiendo el cuarto y el enorme animal se
detuvo frente a la cama, un rato,mirando, luego regresó a la puerta, y caminó alrededor de
la pequeña casa como cuando los chanchos andan buscando qué comer, y después entró
de nuevo a la casa, en el cuarto, caminó dando resoplidos, entró,salio,entro hasta que Luis
Barreto lleno de miedo, aterrorizado, se paró y puso al derecho el vestido, la ropa interior,
y la chancha, porque era chancha según pudo observar después, llegó al pie de la cama. y
se transformó en Luisa, una bellísima Luisa desnuda, que él jamas pensó ver.
El compadre de Luis era famoso en Tumbes y alrededores, hasta del Ecuador venían a
hacerle consultas porque había aprendido bastante y no cobraba, decía la fama, pero era
certero,casi no usaba artes, auscultaba con la mirada, por eso lo había ido a buscar Luis
Barreto, aunque él no creía en brujerías, pero escuchaba con mucho respeto las historias
que se contaban entre amigos, en los duelos, en el campo, en la casa. El compadre de
Luis Barreto fue el que profetizó la muerte de José María, pero nadie creyó porque José
María estaba lleno de vida,y José María murió ese mismo día inexpicablemente.
Hechizado por la hermosura de Luisa pero bien instruido por su compadre, Luis Barreto
cogió un palo, se puso de pie y empezó a golpeara la mujer desnuda, la golpeaba con
todas las fuerzas, herido por todo lo que puede herir a un hombre que quiere a sus hijos y
no es querido por ellos:
--¡Luis Barreto!
--¡Luisa!
Y Luisa, llena de odio, con una mirada que venía de los más hediondo de se infierno,
empezó a resoplar y gruñir como chancho, oinc oinc oinc, con la boca sangrante y babosa,
cogió el pie de su padre, quien casi pierde el equilibrio, y con la lengua empezó a
limipiárselo, sucio de tierra y pues, y con los dientes le sacó la espina que tanto había
hecho sufrir, y salió por el campo.
Luis Barreto se sintió bien casi instantáneamente, que fue a su casa corriendo, se puso
sus zapatos y corriendo bajó al pueblo en busca de gendarmes, a quienes contó la
historia. Dos gendarmes, de esos sombrerones, fueron con Luis Barreto a casa de Luisa y
emprezaron a seguirle el rastro. Después de cuatro horas, ya era de día, los gendarmes
preguntaron a unos campistas que encontraron en el camino:
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