Вы находитесь на странице: 1из 4

MAESTROS

Propósito: Anunciar el castigo de Dios sobre Israel y otras naciones y predecir la


salvación final para el pueblo de Dios.
Lugares clave: Jerusalén, Babilonia y Egipto
El libro de Ezequiel narra la vida y el ministerio del profeta. Tras su llamamiento a ser
profeta y su nombramiento como «atalaya a la casa de Israel» (Veamos Ez 3:16-21)
(capítulos 1–3),
Un atalaya permanecía en el muro de la ciudad y advertía al pueblo de un peligro
inminente. El papel de Ezequiel era ser un atalaya espiritual que advertiría al pueblo
del castigo que vendría. Ezequiel sería castigado con la muerte si se hubiera negado a
advertir al pueblo que vendría castigo por sus pecados.
Ezequiel comienza de inmediato a predicar y demostrar la verdad de Dios, y predice
el inminente sitio y la destrucción de Jerusalén (capítulos 4–24). Esta devastación
sería en castigo por la idolatría del pueblo. Ezequiel los exhorta a apartarse de sus
caminos malvados. En la siguiente sección, habla a las naciones circundantes, y
profetiza que Dios también las castigará por todos sus pecados (capítulos 25–32).
El libro concluye con un mensaje de esperanza en que Ezequiel proclama la fidelidad
de Dios y predice las bendiciones futuras para su pueblo (capítulos 33–48).

Cuando lea este registro emocionante, observe cómo Ezequiel predica sin temor la
Palabra de Dios a los judíos en las calles de Babilonia, y escuche la verdad eterna del
amor y del poder de Dios. Piense en la responsabilidad que tiene cada individuo de
confiar en Dios, y en el castigo inevitable de la idolatría, la rebelión y la indiferencia.
Comprométase a obedecer a Dios, en cualquier cosa, en cualquier lugar y cada vez
que Él lo pida.
Bosquejo:
A. Mensajes de condenación (1.1–24.27)
1. El llamamiento de Ezequiel
2. Visiones de pecado y castigo
3. El castigo es cierto

Mientras Jeremías profetizaba en Jerusalén que la ciudad pronto caería ante los
babilonios, Ezequiel daba el mismo mensaje a los cautivos que ya se encontraban en
Babilonia. Al igual que los que estaban en Jerusalén, los cautivos seguían obstinados
en su creencia de que Jerusalén no caería y que pronto regresarían a su tierra.
Ezequiel les advirtió que el castigo era seguro debido a sus pecados y que Dios estaba
purificando a su pueblo. Dios siempre castiga el pecado, lo creamos o no.
B. Mensaje contra naciones extranjeras (25.1–32.32)
Ezequiel condena los actos perversos de siete naciones. La gente de esas naciones
decía que obviamente Dios era demasiado débil para defender a su pueblo y a
Jerusalén. Sin embargo, Dios permitía que los derrotaran para poder castigarlos por
sus pecados. Estas naciones paganas, de todas maneras, se enfrentarían a un destino
similar y sabrían que Dios es todopoderoso. Los que se atreven a burlarse de Dios
hoy, también tendrán un destino terrible.
C. Mensaje de esperanza (33.1–48.35)
1. Restauración del pueblo de Dios
2. Restauración de la adoración a Dios
Después de la caída de Jerusalén, Ezequiel proclamó mensajes de restauración futura
y esperanza para el pueblo. Dios es santo, pero habían profanado a Jerusalén y al
templo. La nación tenía que purificarse por medio de setenta años de cautiverio.
Ezequiel da una ilustración vívida de la santidad inalterable de Dios. También
nosotros debemos obtener una visión de la gloria de Dios, un sentido fresco de su
grandeza cuando nos enfrentemos a las luchas diarias de la vida
Megatemas
A. Santidad de Dios
Ezequiel tuvo una visión que le reveló la absoluta perfección moral de Dios. Dios era
superior espiritual y moralmente a la sociedad corrupta y comprometida de Israel.
Ezequiel escribió para dar a conocer al pueblo que Dios también estaba presente en
Babilonia, no solo en Jerusalén.
Debido a que Dios es moralmente perfecto, nos puede ayudar a vivir por encima de
la tendencia a comprometernos con este mundo. Cuando nos centramos en su
grandeza, nos da poder para superar el pecado y reflejar su santidad.
B. Pecado
Israel pecó, y el castigo de Dios llegó. Dios utilizó la toma de Jerusalén y el cautiverio
en Babilonia para disciplinar a los rebeldes y hacer que abandonaran su estilo de vida
pecaminoso. Ezequiel les advirtió que no solo la nación tenía que dar cuenta ante
Dios por su pecado, sino también cada individuo.
No podemos eximirnos de nuestra responsabilidad ante Dios. Somos responsables
ante Él de nuestras decisiones. En vez de rechazarlo, debemos reconocer el pecado
por lo que es, rebelión en contra de Dios, y optar por seguirlo a Él.
C. Restauración
Ezequiel consuela al pueblo al decirle que llegaría el día cuando Dios restauraría a los
que se apartaran del pecado. Dios sería su Rey y Pastor. Daría a su pueblo un nuevo
corazón para adorarlo y establecería un nuevo gobierno y un nuevo templo.
La certeza de la restauración futura alienta a los creyentes en momentos de prueba.
Sin embargo, debemos ser fieles a Dios porque lo amamos, no solo por lo que Él
puede hacer por nosotros. ¿Hemos puesto nuestra fe en Él o meramente en nuestros
beneficios futuros?
D. Líderes
Ezequiel condenó a los pastores (sacerdotes y líderes) infieles que habían
descarriado al pueblo. Él en cambio sirvió como pastor amoroso y atalaya atento
para advertir a su pueblo acerca de su pecado. Un día el perfecto Pastor de Dios, el
Mesías, guiaría a su pueblo.
Jesús es nuestro líder perfecto. Si verdaderamente queremos que Él nos guíe,
nuestra devoción debe ser algo más que palabras. Si se nos ha dado la
responsabilidad de guiar a otros, debemos tener cuidado de ellos aun cuando esto
signifique sacrificar placer personal, felicidad, tiempo o dinero. Somos responsables
de las personas que guiamos.
E. Adoración
Un ángel dio a Ezequiel la visión del templo con muchos detalles. La presencia santa
de Dios había abandonado a Israel y al templo debido al pecado de la nación. La
construcción de un templo futuro marcaría el regreso de la presencia de Dios. Dios
limpiaría a su pueblo y restauraría la verdadera adoración.
Todas las promesas de Dios se cumplirán bajo el gobierno del Mesías. Los seguidores
fieles serán restaurados a una relación perfecta con Dios y con los demás. Para estar
preparados para este momento, debemos centrarnos en Dios. Hacemos esto por
medio de la adoración cotidiana a Él, a través de la cual aprendemos acerca de la
santidad de Dios y los cambios que debemos hacer en nuestro estilo de vida.

Вам также может понравиться