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EL PAPEL DE LA TECNOLOGIA EN LA INSTRUMENTALIZACION HUMANA

CARLOS ALVARO GONZALEZ E.

JOSE DANIEL OSORIO M.

JUAN SEBASTIAN RESTREPO G.

PROFESORA

VICTORIA EUGENIA ANGEL ALZATE

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA


2012

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EL PAPEL DE LA TECNOLOGIA EN LA INSTRUMENTALIZACION HUMANA

Para poder a empezar a hablar del papel que cualquier cosa pueda jugar en la
instrumentalización humana se debe empezar por definir qué significa el concepto de
instrumentalización: La instrumentalización, consiste precisamente en convertir algo
que por naturaleza no es un instrumento, en algo utilizable por los seres humanos para
su beneficio, o más bien para facilitar el cumplimiento de un objetivo de la especie.

Ahora bien, con el concepto claro, se deben establecer límites, límites que no son
fáciles de identificar, pues como siempre sucede en el campo de los sistemas blandos,
y de la filosofía, no hay nada claramente visible, una ecuación o un valor numérico que
pueda establecer dichas fronteras, son conceptos abstractos, no estáticos, dinámicos,
que cambian a través de los años, y algunas, en vez de aclararse, van volviéndose
cada vez más borrosas, y entre más tendencias filosóficas aparecen, más divergentes
se tornan.

Fin...

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Mentira…
La instrumentalización de seres vivos se viene dando desde el nacimiento de la
especie humana, que en su búsqueda por la supervivencia y la necesidad de facilitar
las tareas del día a día, se dio cuenta de que los animales podían ser utilizados para
alcanzar algunos objetivos increíblemente difíciles para el ser humano por su condición
física (por ejemplo arar grandes áreas de tierra) y por consecuencia, domesticó gran
cantidad de animales para cumplir dichos objetivos, esto es el perfecto ejemplo de
instrumentalización, y en la actualidad, se sigue aplicando y cada vez no solo se
instrumentaliza sino que se objetiva cada vez más algunos animales, que antes
cumplían un propósito importante para las sociedades humanas, pero que algunas
culturas han convertido en entretenimiento viviente (véase cerditos fosforescentes);
Pero aparte de estas recientes actitudes, se puede decir que la instrumentalización
animal siempre ha sido una parte vital de la existencia humana, y por tanto ha sido un
comportamiento moral y éticamente aceptado a través de todas las épocas.

Sin embargo la instrumentalización humana no se aleja tanto de la propia


instrumentación animal, ¿Cuándo se convierte al ser humano en un instrumento?, si
pensamos en la definición de instrumentalización como tal, podríamos fácilmente decir
que se viene dando desde hace muchos siglos, prácticamente desde los inicios de
todas las grandes civilizaciones, surge el clasismo, y con éste viene lo que se podría
considerar una de las más primitivas formas de instrumentalización humana, una que
supuestamente ya está abolida (en la gran mayoría de países, al menos en términos
legales): la esclavitud, que es en base quitarle la condición humana a una de la “razas”
o clases sociales, de manera que pueda ser utilizada como un animal destinado a
hacer todo lo que el amo plazca desde las tareas más degradantes, reduciéndolo a su
expresión más servil y sin voluntad.

A pesar de ello, a medida que avanzaban los tiempos, y se fueron desarrollando


legislaciones para proteger los derechos humanos, se puede decir que la
instrumentación y la objetivación de los mismos, fue cada vez más rechazada por la
sociedad, al punto que ahora en la gran mayoría de países prohíben de manera

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absoluta cualquier tipo de esclavitud, (a pesar de ello, se estima que en estos
momentos hay alrededor de 27 millones de esclavos a nivel mundial), es decir se
supone que a nivel legal la instrumentalización humana “degradante” está prohibida, sin
embargo la instrumentalización humana, aun apegándonos a la definición dada al
principio de este texto, sigue existiendo de miles de maneras distintas la
instrumentalización humana, la más común siendo el sistema laboral actual, que tiene
como origen, por supuesto, la revolución industrial, de hecho un ejemplo muy
específico son las teorías de la administración surgidas después de la misma, en
especial la propuesta por Taylor y Ford, la llamada teoría “científica” de la
administración, que básicamente veía al trabajador como un ente de producción, al cual
se le debería dar la tarea más sencilla posible, y hecha a través de un algoritmo
definido, de manera que la producción sea lo más grande posible, por supuesto se
supone que este trabajo es compensado de manera monetaria al trabajador, sin
embargo, esto se puede ver simplemente como el “mantenimiento” que requiere una
máquina para seguir trabajando, ésta teoría no tomaba en cuenta el bienestar de los
seres humanos trabajando en el proceso de producción, sino simplemente en la “teoría
de tiempos”, es decir, como hacer las cosas en el menor tiempo, se ha demostrado que
este modelo se torna ineficiente, pues el ser humano se hastía fácilmente de tareas
pequeñas, y en última instancia produce mucho menos, debido a su estado anímico.

Finalmente la instrumentalización humana apegándonos a la definición formal de la


palabra ha existido y ha estado prominentemente presente en la historia de la
humanidad desde el surgimiento de la misma raza humana, sin embargo, se deben
establecer, como dice Habermas unos límites en los cuáles la instrumentalización
humana se vuelve algo moral y éticamente inaceptable, sin embargo éstos límites,
cómo lo deja muy bien expresado en su texto Habermas, éstos límites no son fáciles de
asignar, en el texto se habla de una instrumentalización específicamente (la Eugenesia,
o la alteración genética del ser humano), los límites no son fáciles de establecer
respecto a ningún tipo de instrumentalización humana, ¿Cuándo hemos llegado muy
lejos?, ¿Cuándo es realmente inaceptable en términos morales la instrumentalización?.

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Hay que aclarar que como se dijo anteriormente, el texto de Habermas trata de asumir
las futuras discusiones sobre la eugenesia ahora, pero existen muchos tipos de
instrumentalización humana y se quiere hablar en este ensayo de otros tipos no
mencionados en el texto de Habermas, a pesar de que la eugenesia es, al parecer el
modelo de instrumentalización más cercano en el tiempo actual, uno de los ejemplos
de instrumentalización ajenos a la eugenesia que sería probablemente cuestionado en
términos morales viene o vendrá de una combinación de los progresos médicos
actuales con los aportes de la muy reciente ciencia llamada Neurocibernética.
Recientemente se hizo un descubrimiento, que afecta completamente el modo en que
vemos la funcionalidad de nuestro cerebro, se trata del descubrimiento del funcional del
cerebro, que básicamente nos da la posibilidad de entender cómo reacciona nuestro
cerebro en términos físicos, no solo a señales provenientes de estímulos netamente
físicos como son las imágenes, los sonidos, entre otros, sino también a estímulos
complejos por ejemplo las palabras y sus significados, es decir, podemos saber en
términos biológicos y físicos como es la reacción de nuestro cerebro ante conceptos.

“¿Entonces el alma como la entendemos, no existe?


-No. Es un estado funcional del cerebro, pero el tema todavía resulta difícil de digerir para mucha gente.
La respuesta que muchos dan es: “Bueno, sí, si usted lo dice… pero no entiendo bien cómo un estado
funcional del cerebro se puede modular o corregir mediante la palabra” (el psicoanálisis es hablado y la
gente se mejora). Y yo les contesto que las palabras cambian el cerebro; La siguiente es una extracción
de una entrevista hecha a quien lideró el equipo que hizo el descubrimiento, Rodolfo Llinás, por la revista
credencial.
¿En qué forma?
-Si yo le digo a una persona que es ‘malnacida’, responde agresivamente. Entonces, las palabras son
como piedras; pueden hacer bien o daño, porque cambian el estado funcional del cerebro.
¿Es porque producen emociones?
-Exactamente, las emociones se pueden correlacionar. Antes se pensaba que no, y la realidad es que sí:
yo puedo ver en el cerebro cuando alguien está bravo, triste o con dolor. Pero a la gente le resulta
profundamente complejo y difícil de aceptar que la mente ―que era casi intocable― se reduce a una
situación ‘cuchareable’, y su conclusión temerosa es: “Solamente hay dos posibilidades: que el paciente
esté bien o que esté mal. Si está bien, no ha pasado nada porque no hubo necesidad de tratamiento.
Pero si está mal, ¿qué hacemos nosotros? Lo que usted nos está diciendo es que estamos aplicando un
sistema que no es”.

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¿Se sienten corriendo un riesgo?
-Pensaban que estaban corriendo un riesgo hasta que les conté lo que he entendido y, además, que
tengo las primeras imágenes que se han visto en el mundo del cerebro en medio de ese proceso.
Ejemplo: si una persona que tiene una depresión va a donde el psiquiatra y el psiquiatra le hace una
sesión de psicoterapia, el cerebro cambia y la persona se siente bien. Ese cambio es medible
físicamente con un magneto-encefalograma.
¿Cómo se representa?
La actividad cerebral cambia según la clase de actividad osciladora: palabras, música, olores, ruidos, etc.
El magneto-encefalograma registra zonas de diferentes tonalidades en determinados sitios del cerebro.
Entonces podemos demostrar que las emociones son estados físicos que ponen a la gente a vibrar. Se
ha abierto una puerta profunda: podemos ver la actividad cerebral y debemos analizarla sin prejuicios.
Antes se auscultaba el cuerpo y se diagnosticaba: cáncer, tuberculosis, sida. Ahora hemos llegado a la
misma posibilidad con el estado cerebral y podemos ver si el tratamiento está sirviendo o no. Es una

revolución. ”
Revista Credencial, Edición 308 - Jue, 2012-07-05

Este descubrimiento significa nada más ni nada menos la extinción de muchos mitos
acerca de la naturaleza humana que siguen existiendo aún ahora después de muchos
milenios, mitos que definían la forma de ver al ser humano, conceptos como el alma
ahora pueden ser cuestionados desde un punto de vista científico, biológico y
neurológico, como dice Habermas en su texto nuestra visión de nosotros mismos no
solo ha cambiado a nivel personal, sino también ha cambiado la visión de nuestra
especie a escala macro, y tiende a modificarse aún más, probablemente también
tendiendo a transformar esta perspectiva de nosotros mismos en algo alejado de la
definición sacralizada de la vida humana, y más cercana a ver al ser humano como una
máquina a la cual se le pueden modificar, no solo sus partes físicas, sino por decirlo de
algún modo su software, las maneras de cómo se comporta, es decir, una versión
objetivada de la especie.

A esto se suma los aportes de la Neurocibernética que cada vez se acercan más a
conectar de manera efectiva tejidos vivos con dispositivos electrónicos, lo que significa
que podríamos estar hablando de que pronto la información almacenada en el cerebro
humano podrá ser modificada, sus actitudes podrán ser interferidas por factores
externos y voluntades externas, ¿qué es esto sino el perfecto modo de instrumentalizar
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al ser humano?, Habermas cuestiona la eugenesia en general porque esta suele ser
aplicada en seres humanos nonatos, y los derechos de estos son un tema muy
discutido, y respecto a los cuales no se ha llegado a una conclusión clara en todo el
mundo en términos morales y éticos, en algunos lugares se asume que el nonato y más
específicamente el embrión es una persona de por si formada y tiene todos los
derechos de un ser humano nato, Habermas discute esta posición diciendo que los
seres humanos entran a formar parte del mundo cuando salen al ambientes y
“dialogan” con el mismo, no obstante, propone que igualmente se deben establecer
derechos específicos para los nonatos de manera que se respete los límites morales,
pero si estamos halando de un cambio de comportamientos, de creencias, en general
de intervenir en el cerebro y los pensamientos de una persona adulta, no nos tenemos
que replantear solo los derechos de los nonatos, sino también los derechos de todas
las personas en general, ¿qué tanto podemos intervenir en una persona?,
inmediatamente pensando en los estándares actuales, automáticamente uno pensaría
que intervenir el cerebro es algo negativo, que el cerebro de una persona no debe ser
intervenido. Pero si la intervención pudiera sanar males psicológicos como lo son las
psicopatías, la falta de empatía, en otras palabras, si con ellos se pudieran sanar la
enfermedad mental de por ejemplo un asesino serial, entonces ¿no valdría la pena la
intervención?, si una sola intervención pudiera salvar la vida de futuras víctimas y
reincorporar una persona a la sociedad, ¿no valdría la pena?, de nuevo se hace muy
difícil entonces establecer límites para el desarrollo tecnológico respecto a la
instrumentalización humana no solo respecto a la eugenesia, sino también respecto a
todos los campos.

En cuanto a las cuestiones de la eugenesia la mayoría son tratadas en el texto de


Habermas, por consecuencia no los trataremos aquí más bien podríamos decir que la
eugenesia entra a tener el mismo conflicto que en el caso anterior, genera una nueva
visión de la especie, y se vuelve borroso el límite entre simples modificaciones para por
ejemplo prevenir enfermedades genéticas y cuando las modificaciones se convierten
en otro modo de instrumentalizar a las personas, la eugenesia positiva por ejemplo,
que significa querer perfeccionar a la raza humana, ¿puede ser utilizada sin

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instrumentalizar la especie?, Habermas propone que estos temas deberían ser tratados
ahora, sin embargo, es imposible en nuestra opinión poner límites morales sin
comprender el alcance ni el efecto final de las cosas que vienen en un futuro.

En conclusión, ¿cuál es el papel de las nuevas tecnologías en la instrumentalización


humana?; como se dijo anteriormente la raza humana se ha enfrentado en un pasado a
la instrumentalización de diferentes maneras, en la actualidad no es la excepción, sin
embargo, el concepto nunca se ha llevado al extremo de modificar nuestros cuerpos o
nuestras mentes a nivel físico, por consecuencia las nuevas tecnologías si se dejaran
sin ningún tipo de regulación, ayudan innegablemente al proceso de
instrumentalización, pero es difícil distinguir cuando empiezan a apoyar este proceso, y
por lo tanto se hace imposible establecer los límites de moralidad, esto quiere decir
nada más y nada menos que hemos llegado a un impase, necesitamos regular las
futuras tecnologías, pero sin saber las extensiones de sus consecuencias no hay modo
de hacerlo de manera objetiva, entonces ¿qué es mejor?, prevenir las posibles
instrumentalizaciones y probablemente negarle a la humanidad avances
innegablemente beneficiosos, dar paso libre a las tecnologías para seguir avanzando y
tal vez destruir todos los estándares morales que alguna vez nos rigieron, con el fin de
seguir avanzando, o tomar una ruta media no objetiva ni bien definida; solo el futuro lo
dirá.

[1-3] Bibliografía

1. Vidal, M., Rodolfo Llinás ¿Descubrió la cura contra el Alzheimer?, in Revista


Credencial. 2011.
2. Habermas, J., El futuro de la naturaleza humana. ¿Hacia una eugenesia liberal?
2002, Paidós, Barcelona.
3. (2007) PASADO Y PRESENTE DE LA ESCLAVITUD.

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