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 E – 15-A-10

Anatomía funcional del piso pélvico


B. Fatton, M. Cayrac, V. Letouzey, F. Masia, E. Mousty, P. Marès,
M. Prudhomme, R. de Tayrac

La anatomía funcional del piso pélvico consta de un triple sistema: un sistema suspen-
sorio, ligamentario, un sistema cohesivo, fascial, y un sistema de sostén, muscular. La
integridad de estos sistemas garantiza el equilibrio pelviperineal normal desde los puntos
de vista anatómico y funcional. El músculo elevador del ano es el músculo principal del
piso pélvico y está constituido esencialmente por el músculo iliococcígeo, que forma el
plano elevador, y por el músculo pubovisceral (o pubococcígeo), que intercambia tractos
conjuntivos con los órganos contiguos y que se divide en dos fascículos: el fascículo pubo-
vaginal y el fascículo puborrectal, esencial para el mantenimiento del equilibrio funcional
pelviperineal. El piso pélvico realiza una gran cantidad de funciones y está encargado,
por ejemplo, de la alternancia de los ciclos de continencia urinaria/micción y continencia
anal/defecación, el mantenimiento de una sexualidad satisfactoria, así como la conserva-
ción de las posibilidades de un embarazo y de un parto normales. Todas estas funciones
dependen de un equilibrio complejo y frágil que se debe conservar. La aparición de tras-
tornos de la estática pélvica se puede explicar por la exposición sucesiva, durante la vida,
a factores congénitos (tisulares y anatómicos) a factores adquiridos (sobre todo el trau-
matismo obstétrico) y a factores relacionados con el modo de vida y el envejecimiento
del organismo.
© 2015 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Anatomía funcional; Piso pélvico; Elevadores del ano; Esfínter de la uretra;
Esfínter anal; Prolapso genital; Cistocele; Útero; Incontinencia urinaria; Incontinencia anal;
Traumatismo obstétrico

Plan ■ Anatomía y trastornos de la estática pélvica 8


Anatomía patológica de los prolapsos genitourinarios 8
■ Introducción 2 Distintos tipos de prolapso 9
Papel del útero en la estática pélvica 10
■ Nociones fundamentales de anatomía descriptiva 2
■ Anatomía y ciclo continencia urinaria/micción 11
Pelvis ósea 2
Sistema muscular 2 Continencia 11
Sistemas ligamentario y aponeurótico 3 Micción 12
Nervio pudendo 4 ■ Anatomía y ciclo continencia anal/defecación 13
■ Equilibrio pelviperineal normal 5 Continencia 13
Niveles de Delancey 5 Defecación 14
Ángulos viscerales 5 ■ Anatomía pelviperineal, gestación y parto 14
Sinergia de los distintos sistemas 6 Gestación 14
■ Anatomía pelviperineal y estática raquídea 7 Parto y traumatismo obstétrico 15
Datos antropológicos y antropométricos 7 ■ Anatomía pelviperineal y sexualidad 16
Postura y estática pélvica 7 ■ Conclusión 17
Desequilibrios posturales 7
Relaciones entre curvaturas raquídeas y trastornos de la
estática pélvica 7
Medición del ángulo de incidencia pélvica 8

EMC - Ginecología-Obstetricia 1
Volume 51 > n◦ 1 > marzo 2015
http://dx.doi.org/10.1016/S1283-081X(15)70032-9
E – 15-A-10  Anatomía funcional del piso pélvico

 Introducción
Es fundamental tener en cuenta la dinámica pélvica
para la compresión y la conservación del equilibrio pel- 1 11
viperineal femenino [1] . Aunque el conocimiento de la 2 12
3 13
anatomía descriptiva es indispensable [2] , no basta para
4
explicar la complejidad del periné femenino. Sólo propor- 14
ciona una visión «estática» del periné, que no contempla 5
la sinergia funcional de los distintos órganos, el papel pri- 6 15
mordial del piso pélvico y sus relaciones estrechas con 7
los sistemas fascial y ligamentario. Este enfoque dinámico 16
8 17
y funcional de la anatomía perineal desvela los meca- 9
nismos fisiopatológicos ignorados o mal comprendidos 10 18
hasta ese momento y deja entrever unas perspectivas de
tratamiento y, sobre todo, de prevención de los trastor-
nos de la estática pélvica [3] . Contribuye a devolver el
auténtico atractivo a la docencia de una disciplina que
podría haberse considerado demasiado rígida para inte-
resar a aquellos que no sean cirujanos. La anatomía, en
su dimensión dinámica, es accesible a una evaluación clí-
nica, pero de forma incompleta, y en la última década
se ha beneficiado en gran medida de la aportación de la
Figura 1. Músculos del piso pélvico 1. Hiato infrapúbico;
electrofisiología y, sobre todo, de la resonancia magné-
2. uretra; 3: vagina; 4. músculo pubovaginal; 5. recto; 6. fascículo
tica (RM) dinámica y de la ecografía [4, 5] . El piso pélvico
puborrectal; 7. músculo iliococcígeo; 8. ligamento anococcí-
ya no se considera una simple plataforma inerte, sino un
geo; 9. fascículo coccígeo; 10. ligamento sacrococcígeo ventral;
diafragma dinámico encargado de una serie considerable
11. ligamento arqueado del pubis; 12. músculo pubococcígeo;
de funciones [6] .
13. conducto obturador; 14. músculo obturador interno recu-
bierto por su fascia; 15. arco tendinoso del músculo elevador
del ano; 16. espina ciática; 17. músculo coccígeo; 18. músculo
 Nociones fundamentales piriforme.
de anatomía descriptiva
El músculo elevador del ano es el músculo principal del
En este apartado, se realizará simplemente una descrip-
diafragma pélvico y está constituido por dos porciones [8] :
ción no exhaustiva de los elementos indispensables para
• el músculo iliococcígeo, posterolateral y estático. Se ori-
comprender mejor los epígrafes posteriores. Se remite al
gina en el plano del estrecho medio, al nivel de la cara
lector interesado a los artículos sobre la anatomía del
posterior del pubis, del arco tendinoso del músculo ele-
periné ya publicados en la EMC. Estas nociones funda-
vador del ano (ATLA) y de la cara interna de la espina
mentales de anatomía descriptiva están inspiradas en su
ciática. Su cuerpo es delgado y ancho. Se dirige en
mayor parte en el tratado de referencia de Kamina [7] .
sentido inferoposterior para terminar en el ligamento
anococcígeo y los bordes laterales del cóccix. Consti-
Pelvis ósea tuye el plano elevador, en el que se apoyan los órganos
pélvicos durante los esfuerzos de pujo. Este plano es
La pelvis ósea está constituida por los dos huesos coxa- globalmente horizontal y se verticaliza si existe una
les, el sacro y el cóccix. Las articulaciones entre estos debilidad muscular, lo que provoca un ensanchamiento
huesos son casi inmóviles: sínfisis del pubis, articulacio- de la hendidura urogenital y favorece la aparición de un
nes sacroilíacas y articulaciones sacrococcígeas. La pelvis prolapso [9] ;
ósea constituye un anillo que soporta al esqueleto axial • el músculo puborrectal, que se divide a su vez en tres
y transmite el peso del cuerpo a los miembros inferiores. fascículos:
El estrecho superior divide la pelvis en dos partes: pelvis ◦ el fascículo laterorrectal, que termina en la pared late-
mayor y pelvis menor. La pelvis mayor está constituida ral del recto y cuyas fibras descienden hasta el margen
por las fosas ilíacas y las alas del sacro. Forma una cavidad anal, insinuándose entre los esfínteres interno y
amplia, cóncava, abierta a la cavidad abdominal. Con- externo del ano,
tiene las vísceras digestivas. La pelvis menor forma una ◦ el fascículo retrorrectal, que termina en el ángulo
cavidad estrecha cuyo límite inferior está parcialmente anorrectal,
cerrado por el diafragma pélvico y el periné. Contiene, ◦ el fascículo coccígeo, que termina en la cara anterior
de delante hacia atrás, el aparato urinario inferior, los del cóccix y el ligamento sacrococcígeo ventral;
órganos genitales, el recto y el conducto anal. • el músculo pubovaginal, que termina en el centro ten-
dinoso del periné.
Para evitar la confusión semántica que ha complicado
Sistema muscular la descripción de esta anatomía del piso pélvico, con-
viene recordar el predominio funcional de tres músculos
Pelvis esenciales: el músculo pubovisceral con sus distintos com-
La pared interna de la pelvis está revestida por cuatro ponentes, el músculo puborrectal cuya contracción eleva
músculos pares, recubiertos por su fascia: el músculo piri- el recto, la vagina y la uretra acentuando los ángulos vis-
forme, el músculo obturador interno, el músculo elevador cerales (que se comentarán más adelante) y el músculo
del ano y el músculo coccígeo. Los dos últimos forman iliococcígeo, cuyas fibras constituyen el plano elevador
el diafragma pélvico, que cierra el estrecho inferior de la sobre el que se apoyan los órganos pélvicos durante los
pelvis y separa la cavidad pélvica del periné. El diafragma esfuerzos de pujo [10] .
pélvico presenta en su eje genital dos hiatos: por delante, El músculo coccígeo es un músculo accesorio. Se origina
el hiato urogenital, que contiene la uretra y la vagina y, en la espina ciática. Su cuerpo es triangular y está unido al
por detrás, el hiato anal, que contiene la unión anorrectal ligamento sacroespinoso. Termina en los bordes laterales
(Fig. 1). del cóccix y de la porción inferior del sacro (S4, S5).

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5 13

6 14

7 Figura 3. Músculo esfínter de la uretra (según [13] ). 1. Esfínter


15 estriado de la uretra; 2. músculo uretrovaginal, 3. músculo com-
8 presor de la uretra; 4. vejiga; 5. esfínter liso de la uretra.
16
9 17
10 El periné urogenital se divide en dos planos musculares:
18 • los músculos superficiales:
◦ el músculo isquiocavernoso: par y satélite del cuerpo
cavernoso. Se origina en la rama isquiática y se dirige
en sentido anteromedial, para terminar en la albugí-
Figura 2. Músculos del periné femenino (vista perineal). nea del cuerpo cavernoso. Su contracción comprime
1. Ligamento suspensorio del clítoris; 2. fascículo compresor de el cuerpo cavernoso,
la vena dorsal del clítoris; 3. clítoris; 4. músculo isquiocavernoso; ◦ el músculo bulboesponjoso: par, satélite del bulbo
5. músculo vestibular; 6. membrana perineal; 7. músculo trans- vestibular. Se origina en el centro tendinoso del
verso superficial; 8. ligamento sacrotuberositario; 9. músculo periné y se dirige en sentido anteromedial. A lo
elevador del ano; 10. músculo glúteo mayor; 11. vena dorsal largo de su trayecto, cubre la cara lateral de la glán-
del clítoris; 12. músculo bulboesponjoso; 13. uretra; 14. vagina; dula vestibular mayor y del bulbo correspondiente,
15. centro tendinoso del periné; 16. esfínter externo del ano; para terminar mediante un fascículo posterior en el
17. ano; 18. ligamento anococcígeo. cuerpo del clítoris y un fascículo anterior, que se
fusiona por encima de los vasos dorsales profundos
Desde el punto de vista funcional, se debe mencionar del clítoris con su homólogo contralateral para for-
que el músculo elevador del ano está compuesto esen- mar una cincha. Su contracción comprime la vena
cialmente por fibras de tipo I, como la mayoría de los dorsal del clítoris, lo que favorece su erección, com-
músculos posturales [11] . Las fibras de tipo I son fibras de prime la glándula vestibular mayor y estrecha el
contracción lenta que tienen un metabolismo oxidativo introito vaginal,
y desarrollan contracciones tónicas prolongadas. Esto las ◦ el músculo transverso superficial: par, delgado e
diferencia de las fibras de tipo II que tienen un meta- inconstante. Se origina en la cara interna de la rama
bolismo esencialmente anaerobio y cuyas contracciones isquiática para terminar en el centro tendinoso del
son rápidas y fatigables [11] . La bipedestación, que es una periné;
particularidad de la especie humana respecto a los cua- • los músculos profundos del periné urogenital:
drúpedos, podría explicar, debido a la presión constante ◦ el músculo esfínter de la uretra: rodea el tercio medio
ejercida por el peso de las vísceras pélvicas, la gran pro- de la uretra y se divide en dos partes [13] (Fig. 3):
porción de fibras de tipo I al nivel del músculo elevador – el músculo uretrovaginal: fibras circulares que
del ano en el ser humano. La proporción de fibras de tipo I rodean la uretra y fibras arciformes que se insertan
es variable en función de los fascículos del músculo ele- hacia adelante en las caras anteriores y laterales de
vador del ano implicados (66-90%), con un aumento de la vagina,
la proporción de fibras de tipo II en las regiones periu- – el músculo compresor de la uretra: fibras transver-
retral y perianal. Esto sugiere un papel sinérgico de los sales dispuestas bajo la uretra que se insertan en la
sistemas musculares de sostén: el tono basal permanente cara medial de las ramas isquiopúbicas. Las inser-
del músculo elevador del ano permite soportar los pesos ciones óseas han sido motivo de controversia y en
de las vísceras pélvicas en bipedestación y la contracción su lugar se han descrito las inserciones musculares
voluntaria del fascículo pubovisceral aumenta este tono en el fascículo puborrectal del músculo elevador
para hacer frente a un incremento súbito de la presión del ano [14] ,
abdominal [11] . ◦ el músculo transverso profundo: par y de forma
triangular. Se origina en la cara interna de la rama
Periné (Fig. 2) isquiática hasta el centro tendinoso del periné y la
vagina.
El periné es el conjunto de los tejidos blandos situados El periné anal sólo consta de un músculo: el músculo
por debajo del diafragma pélvico, que cierra la concavi- esfínter externo del ano. Rodea la porción inferior del
dad pélvica. Sus límites son: por delante, la sínfisis del conducto anal. Presenta tres porciones que son, de la
pubis, lateralmente, las ramas isquiopúbicas y las tubero- superficie a la profundidad, una porción subcutánea que
sidades isquiáticas y, por detrás, el vértice del cóccix. El forma una lámina de 15 mm, una porción superficial que
periné se divide en dos regiones triangulares por la línea se inserta por detrás en el ligamento anococcígeo y por
bituberositaria: el periné urogenital, por delante, con una delante en el centro tendinoso del periné, así como una
orientación inferoanterior, y el periné anal, por detrás, porción profunda, más gruesa, que intercambia fibras con
con una orientación inferoposterior. Entre estas dos regio- el músculo puborrectal.
nes perineales se sitúa, en la línea media y bajo la piel,
el centro tendinoso del periné. Se trata de un núcleo
fibroso sólido, de límites imprecisos, de forma global- Sistemas ligamentario y aponeurótico
mente piramidal, que constituye una zona de inserción
de los fascículos del músculo pubococcígeo y de los mús- La fascia pélvica parietal, o aponeurosis pélvica, es
culos del periné [12] . Está constituido por fibras de elastina, una lámina de tejido conjuntivo que recubre los cua-
células musculares lisas y tejido conjuntivo denso. tro músculos de la pared pélvica. Está compuesta en

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Figura 4. Disposición de las vísceras y conexiones entre la fas-


10
cia pélvica y los arcos tendinosos según [15] . 1. Recto; 2. útero; 5
3. vejiga; 4. espina ciática; 5. músculo elevador del ano; 6. arco
6 11
tendinoso de la fascia pélvica; 7. fascia pélvica; 8. pared ante- 12
7 13
rior de la vagina; 9. ligamento uterosacro; 10. ligamento cardinal; 8
11. parametrio; 12. paracolpos; 13. ano. 14

proporciones variables por colágeno, elastina, fibroblas- 15 16 17


tos y células musculares lisas. Se adhiere al periostio Figura 5. Nervio pudendo. 1. Músculo piriforme; 2. nervio
adyacente a las inserciones musculares y a las estructu- ciático; 3. nervio pudendo; 4. músculo elevador del ano sec-
ras ligamentarias. Su borde periférico se une a la fascia cionado; 5. músculo obturador interno; 6. nervio dorsal del
transversal, mientras que su borde medial se continúa clítoris; 7. clítoris; 8. uretra seccionada; 9. ligamento sacroespi-
con la fascia visceral. Presenta unos refuerzos tendinosos, noso; 10. ligamento sacrotuberosiario; 11. conducto de Alcock;
dispuestos como las puntas de una estrella (estrella de Rog- 12. nervio rectal superior; 13. nervio rectal medio; 14. esfínter
gie), cuyo centro es la espina ciática [7] y que en ocasiones externo del ano; 15. ramo motor del nervio perineal; 16. ramo
se utilizan durante la reparación quirúrgica de los trastor- sensitivo del nervio perineal; 17. nervio rectal inferior.
nos de la estática pélvica debido a su mayor resistencia.
La fascia pélvica presenta unos orificios que permiten
el paso de los elementos vasculonerviosos. Se trata de del parametrio y del paracolpos, que constituyen autén-
zonas de debilidad que también pueden ser una vía de ticas prominencias por las que circulan los pedículos
difusión de las colecciones subperitoneales. Se observan vasculonerviosos y que son fácilmente individualizables:
el conducto obturador (pedículo obturador), el agujero • el ligamento cardinal (o ligamento de Mackenrodt):
suprapiriforme (pedículo glúteo superior) y el agujero laterouterino, transversal. Corresponde a la vaina
infrapiriforme (pedículos pudendo y glúteo inferior). La fibrosa que rodea los pedículos vasculares. Según Kocks,
fascia pélvica parietal presenta zonas de refuerzo, denomi- en su porción craneal, se sitúa en el parametrio y en su
nadas «arcos tendinosos», compuestas esencialmente de porción caudal en el paracolpos;
tejido colágeno sólido [15] (Fig. 4). Se pueden individuali- • el ligamento uterosacro: retrouterino, longitudinal. Se
zar dos arcos tendinosos y distinguir otras condensaciones origina en la cara posterolateral de la porción suprava-
sólidas que se describen a continuación: ginal del cuello uterino y del fórnix vaginal posterior.
• el ATLA: se origina en la cara posterior del pubis, Junto con su homólogo contralateral, forma una promi-
se inserta en la aponeurosis del músculo obturador nencia transversal que corresponde al torus uterino. Su
interno y termina en la espina ciática. Constituye la inserción posterior se sitúa en la fascia presacra, al nivel
línea de inserción del músculo iliococcígeo, que es un de las vértebras S2-S4, pero también en las caras latera-
tipo de inserción muscular única en el organismo (habi- les del recto. Puede equipararse a la vaina fibrosa que
tualmente, las inserciones musculares se realizan en un acompaña a los nervios del plexo hipogástrico inferior.
hueso mediante un tendón o no). Por este motivo, el
ATLA es una zona de debilidad;
• el arco tendinoso de la fascia pélvica (ATFP): se origina Nervio pudendo (Fig. 5)
en la cara posterior del pubis hasta la espina ciática,
más interna e inferior que el ATLA. Constituye la zona El conocimiento de su trayecto y de sus numerosas
de reunión entre la porción parietal de la fascia pélvica ramificaciones es esencial para comprender los síndromes
que recubre el músculo elevador del ano y la porción dolorosos del periné cuyo tratamiento aún es un auténtico
visceral que recubre las vísceras pélvicas, en particular desafío para la comunidad médica.
la pared anterior de la vagina; El nervio pudendo se origina en la región presacra de
• la bandeleta isquiática: rodea el borde de la escotadura las raíces S3, S4 y, en ocasiones, S2 [16] , tras individualizarse
ciática mayor; del tronco ciático, que es lateral. Discurre inicialmente en
• el ligamento pubovesical: se origina en la cara posterior la región pélvica, por delante del músculo piriforme, tras
del pubis, cerca de la sínfisis, hasta la cara anterior del lo que pasa enseguida por la escotadura ciática mayor, a
cuello vesical. Contiene fibras musculares lisas, por lo través del agujero infrapiriforme para llegar a la región
que en ocasiones se denomina «músculo» pubovesical. glútea. Su trayecto glúteo es corto, por detrás de la espina
La fascia pélvica parietal se continúa medialmente con ciática o de la inserción distal del ligamento sacroes-
la vaina fibrosa de las vísceras pélvicas (fascia pélvica vis- pinoso. A continuación, se sitúa entre el nervio rectal
ceral). La fascia que se inserta en el útero se denomina superior al nivel medial y los vasos pudendos internos
«parametrio» y la que se inserta en la vagina, «paracolpos» lateralmente. Atraviesa la escotadura ciática menor para
o «paravagina». También existen condensaciones al nivel llegar a la fosa isquiorrectal, tras lo que discurre por

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Anatomía funcional del piso pélvico  E – 15-A-10

el conducto pudendo descrito por Alcock, formado por


un desdoblamiento de la fascia del músculo obturador
interno.
Inicialmente adopta una posición inferior al elevador,
tras lo que pasa al nivel perineal rodeando la rama isquio-
púbica en el espacio profundo del periné. En el conducto
de Alcock emite ramos colaterales, como el nervio rec-
tal medio y el nervio perineal, que da origen al nervio
rectal inferior (sensibilidad del margen anal y motricidad 1
del esfínter externo del ano), tras lo que se divide en un
ramo superficial sensitivo (sensibilidad del labio mayor) y Nivel 1
un ramo profundo motor (transverso profundo, bulboes- 2
ponjoso, isquiocavernoso y esfínter estriado de la uretra).
El nervio pudendo termina dando origen al nervio dorsal 6
del clítoris, que pasa por encima del ligamento transverso Nivel 2
del periné y atraviesa el hiato infrapúbico. A continua- 3 7
ción, cruza la cara lateral del ligamento suspensorio del 4
clítoris para seguir el dorso del clítoris hasta el glande. 5
Después, inerva el prepucio y la porción superior de los Nivel 3
labios menores [1] .

Figura 6. Tres niveles de Delancey (según [17] ). 1. Espina ciá-


 Equilibrio pelviperineal tica; 2. músculo elevador del ano; 3. fascia vesicovaginal; 4. cuello
normal vesical; 5. fascia rectovaginal; 6. arco tendinoso del elevador del
ano; 7. arco tendinoso de la fascia pélvica.
Niveles de Delancey
La estática pelviperineal depende de tres sistemas cuya protrusión del recto. Las fascias vesicovaginal y rectovagi-
integridad es indispensable para el mantenimiento de un nal tienen inserciones laterales comunes. La insuficiencia
equilibrio pelviperineal normal: un sistema de suspen- a este nivel de los sistemas de inserción o de sostén pro-
sión (ligamentario), un sistema cohesivo (fascial) y un voca la formación de un cistocele o de un rectocele. Por
sistema de sostén (muscular). Estos sistemas deben ser lo tanto, se distinguen dos tipos de defectos, dependiendo
bastante flexibles para permitir la adaptación a la gesta- de la zona de debilidad implicada: medial o lateral. El
ción y al parto, ser lo bastante resistentes para conservar defecto medial se debe a una debilidad del tejido con-
una estática pelviperineal normal en cualquier situación juntivo de sostén, con creación de una auténtica hernia
de hiperpresión abdominal y, por último, conservar una en la línea media, mientras los fondos de saco vaginales
memoria para permitir la restitución ad integrum lo más laterales permanecen en su posición, lo que constituye
óptima posible. Al papel primordial de este sistema triple el defecto central de la literatura anglosajona. El defecto
se añade otro igual de importante desde el punto de vista lateral (o defecto paravaginal) se relaciona con una desin-
fisiológico, correspondiente a los espacios pélvicos, que serción de la fascia al nivel del arco tendinoso de la fascia
crean unos planos fácilmente disecables en cirugía y que pélvica o línea blanca. Estos dos tipos de lesiones pueden
están rellenos por tejidos adiposos y conjuntivos, y que asociarse.
permiten, a pesar de las relaciones muy estrechas entre las El nivel III engloba la porción distal de la vagina. A
distintas vísceras pélvicas, la interdependencia funcional este nivel, la vagina está en conexión estrecha con las
de los tractos urinario, genital y digestivo [1] . estructuras vecinas que son la uretra y la porción para-
Los trabajos anatómicos modernos sitúan la piedra medial de los elevadores del ano. La uretra se mantiene
angular del equilibrio pelviperineal en la vagina y sus por un soporte conjuntivo reforzado por conexiones mio-
conexiones. Delancey [17] ha propuesto un concepto esca- fasciales: el conjunto de este dispositivo da origen a
lonado de la vagina, que separa en tres niveles (Fig. 6). la teoría de la hamaca suburetral de Delancey [18] y a
La vagina está unida lateralmente a la pared pélvica la teoría integral descrita por Ulmsten y Petros [19] , que
mediante la fascia pélvica. La insuficiencia de este sistema insisten en el papel activo de los ligamentos puboure-
de inserción provoca modificaciones anatómicas variables trales (engrosamientos de la fascia pélvica por detrás del
en función del nivel afectado. pubis) en el mecanismo de la continencia de esfuerzo.
El nivel I corresponde al tercio superior de la vagina. A La insuficiencia de este sistema provoca un defecto de
este nivel, el cuello uterino y el fondo vaginal están uni- sostén uretral, con una hipermovilidad del eje cervicou-
dos a la pared pélvica mediante las fibras del paracolpos retral y la aparición de una incontinencia urinaria de
y del paracérvix, tras lo que se entremezclan con los liga- esfuerzo.
mentos uterosacros y las fibras del extremo superior de la Por detrás, la vagina está íntimamente unida al centro
fascia rectovaginal. Estas fibras son casi verticales y se diri- tendinoso del periné, cuya lesión (sobre todo obstétrica)
gen en sentido posterior hacia el sacro, donde tienen una expone, entre otros defectos, a una dilatación vulvar exce-
inserción amplia. Esta inserción apical permite mantener siva y a un rectocele bajo.
sólidamente en su posición el cuello uterino y el fondo
vaginal por encima del plano elevador. Una lesión del sis-
tema suspensorio del nivel I provoca una ptosis uterina Ángulos viscerales
o incluso el prolapso del fondo vaginal después de una
histerectomía. Las vísceras pélvicas están expuestas permanentemente
El nivel II corresponde al tercio medio de la vagina. a tensiones de presión, tanto en reposo como en bipe-
Está unido al arco tendinoso de la fascia pélvica y a la destación por el simple efecto de la gravedad, pero sobre
porción superior del arco tendinoso del músculo eleva- todo en situación dinámica en cualquier circunstancia de
dor del ano. Este nivel corresponde a la porción vaginal hiperpresión intraabdominal.
situada entre la vejiga y el recto. La vejiga está sostenida La posición y la orientación de las vísceras en el inte-
por la fascia vesicovaginal (o pubocervical de los anglo- rior de la cavidad pélvica contribuyen al mantenimiento
sajones), mientras que la fascia rectovaginal impide la de su equilibrio. El clásico apilamiento de las vísceras

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E – 15-A-10  Anatomía funcional del piso pélvico

Ángulo uretrovesical
La uretra tiene una oblicuidad inferoanterior, con una
ligera concavidad anterior. Forma con la vertical un
ángulo de 30◦ y con la base vesical un ángulo posterior
de 100◦ , que constituye el ángulo uretrovesical.
1
Ángulo anal
El recto, en reposo y apoyado sobre la concavidad sacra,
4 tiene una orientación inferoanterior. El conducto anal
presenta una oblicuidad inferoposterior y forma con el
5 recto un ángulo de 90◦ abierto hacia atrás que corresponde
al ángulo anal. El mantenimiento de esta angulación
2 6 se logra gracias al músculo puborrectal, que rodea la
3 unión anorrectal por detrás y presenta un tono basal
permanente. De este modo, el músculo puborrectal es res-
ponsable de la impronta radiológica en la cara posterior
de la unión anorrectal en las radiografías de defeco-colpo-
cistograma.

Figura 7. Ángulos viscerales. 1. Estrecho superior; 2. ángulo Sinergia de los distintos sistemas
uretrovesical; 3. ángulo vaginal; 4. ángulo de anteflexión uterina; La originalidad y la complejidad del equilibrio pelvipe-
5. ángulo de anteversión uterina; 6. ángulo anal. rineal radican simultáneamente en la complementariedad
de los sistemas muscular, fascial y ligamentario, pero tam-
bién en su interdependencia y en su sinergia de acción.
pélvicas contribuye a este mecanismo protector frente al Esta relación estrecha explica las influencias cruzadas y la
riesgo de prolapso. En una mujer de pie, con los reser- repercusión de cualquier déficit de un sistema sobre los
vorios vacíos, el cuerpo uterino es casi horizontal y se demás. Cualquier lesión de uno de los sistemas provoca
apoya en la vejiga. La angulación entre el cuerpo y el cue- una sobrecarga y conlleva una adaptación al nivel de los
llo del útero, situado al nivel del istmo, define el ángulo otros sistemas, que quedan expuestos a su vez. Esta orga-
de anteflexión uterina. El cuello uterino tiene una oblicui- nización que rige la estática pélvica explica tanto la fuerza
dad inferoposterior y se apoya perpendicularmente en la como la fragilidad de este equilibrio. Hay que compren-
pared posterior de la vagina, que presenta una oblicuidad derla para lograr su conservación y restauración óptimas.
inferoanterior. Estas dos estructuras forman un ángulo de Éste es el postulado en el que se debe basar la enseñanza
90◦ denominado «anteversión» uterina. Por tanto, la desa- de la pelviperineología [6] . Esta complementariedad entre
parición del ángulo de anteversión, lo que sitúa al útero los músculos del piso pélvico, las fascia y los ligamen-
en el eje vaginal, crea una condición favorable para el tos, cuya integridad es necesaria para el mantenimiento
prolapso uterino incluso si el piso muscular perineal está de una estática perineal normal, se ilustra a la perfección
conservado. por la imagen del «barco en el dique seco» (boat in dry
Como complemento del papel de orientación de las dock de los anglosajones) propuesta por P. Norton [21, 22]
vísceras fijadas por el sistema ligamentario, hay que men- (Fig. 8). Cuando el piso muscular es deficiente, el equili-
cionar la importancia de los ángulos viscerales, en la brio depende exclusivamente de las estructuras fasciales
preservación tanto de una estática pelviperineal correcta y ligamentarias, sometidas a fuerzas importantes. Cual-
como de una funcionalidad normal de los tractos urinario, quier ruptura o elongación al nivel de los ligamentos o
genital y digestivo. Los ángulos viscerales (uretrovesical, cualquier desinserción fascial tendrá como consecuencia
vaginal, anal) crean unas angulaciones al nivel de los tres la aparición de una ptosis de las vísceras pélvicas. Un
conductos viscerales en la unión de sus segmentos peri- modelo biomecánico ha permitido ilustrar de un modo
neal y pélvico (Fig. 7). Estas angulaciones, que se sitúan más científico esta interacción entre el sostén muscular y
en un plano sagital medial, traducen en parte el trabajo la suspensión ligamentaria. Chen et al [23] han propuesto
muscular, sobre todo del músculo elevador del ano. La un modelo de la pared vaginal anterior y de sus elemen-
contracción del músculo puborrectal, durante un esfuerzo tos de sostén muscular y conjuntivo (músculo elevador
de retención, eleva la uretra, asciende el periné poste- y, sobre todo, su porción pubovisceral, complejo de liga-
rior con reducción de la hendidura urogenital y acentúa mentos uterosacros/ligamentos cardinales). Estos autores
estas angulaciones. El ángulo vaginal se cierra pasando han demostrado que un cistocele podría deberse a una
de 140 a 110◦ . Durante un esfuerzo de pujo, el útero se alteración del soporte muscular, a una lesión del sistema
desplaza hacia abajo y hacia atrás, apoyándose por inter- ligamentario o a una combinación de ambos mecanismos.
medio de la vagina en el periné posterior. La vagina se El papel del sistema muscular de sostén es primordial.
vuelve rectilínea, con atenuación e incluso desaparición Para una misma lesión del sistema ligamentario, el pro-
del ángulo vaginal, y se produce una oclusión del con- lapso anterior será más importante si el sostén muscular
ducto vaginal por el incremento de presión en sus paredes está alterado. En una mujer que presente un deterioro
laterales. muscular estimado en un 60%, la aplicación al nivel del
sistema de modelización de una lesión del 90% del com-
plejo uterosacro/ligamento cardinal acentúa el prolapso
de la pared anterior un 530% (el punto más declive pasa
Ángulo vaginal de 0,3 a 1,9 cm). La aparición de una lesión ligamentaria
La vagina puede dividirse en dos segmentos: uno idéntica, pero en una mujer que presente una afectación
superior que se relaciona con el trígono vesical y otro muscular del 80%, acentúa el prolapso un 240% (el punto
inferior que se relaciona con la cara posterior de la ure- más declive pasa de 0,7 a 2,4 cm: en esta simulación es en
tra. Estos dos segmentos forman entre ellos un ángulo la que se produce el cistocele más voluminoso). Por el con-
abierto hacia atrás, de 140◦ , que constituye el ángulo trario, si el piso muscular es normal, una lesión del 90%
vaginal descrito por Béthoux [20] durante el defeco-colpo- del sistema ligamentario apical no provoca un prolapso
cistograma. en el nivel anterior.

6 EMC - Ginecología-Obstetricia
Anatomía funcional del piso pélvico  E – 15-A-10

ancha en las mujeres que tenían un trastorno de la estática


pélvica, con un cociente de posibilidades (OR, odds ratio)
de 3,4. Los autores concluyeron que estas pacientes son
más propensas a sufrir una alteración de las estructuras
que constituyen el piso pélvico.

Postura y estática pélvica


El funcionamiento del complejo arquitectónico mus-
culoaponeurótico y conjuntivo, responsable del mante-
nimiento y el sostén de las vísceras pélvicas implicados
en la estática pélvica, se relaciona con el esqueleto óseo
pelvirraquídeo.
En 1988, Minaire et al [27] constataron un incremento de
las fugas urinarias en las mujeres en posición de hiperlor-
dosis lumbar (aumento de las fugas durante el descenso
de una calle en pendiente o al llevar tacones altos). En
A total, en 56 pacientes de 25-70 años con incontinencia uri-
naria de esfuerzo, estos autores describieron una mejoría
del 35 al 55% de los trastornos miccionales tras atenuar
la curvatura lumbar. En caso de hiperlordosis, la modifi-
cación de la dirección de la resultante de las fuerzas de
presión abdominales hacia la hendidura vulvar (y ya no
hacia la región anococcígea) expondría a los trastornos de
la estática pélvica. Por tanto, la estática raquídea influye
en la biomecánica pélvica, y la corrección de la lordosis
favorecería la contracción perineal.

Desequilibrios posturales
Cuando existe un defecto de equilibrio entre los pará-
metros posicionales pélvicos y raquídeos, aparecerían
tensiones articulares y musculares (músculos espinales,
pelvirraquídeos, pelvifemorales y elevador del ano). Esta
B situación corresponde especialmente al embarazo, donde
Figura 8. Sinergia de los sistemas muscular y ligamentario (A, la hiperlordosis lumbar y la antepulsión de adaptación de
B). Barco en el dique seco (de P. Norton [21] , según un esquema la pelvis dan lugar a una gran solicitación del periné ante-
de K. Bo [22] ). rior. En el período del posparto, la hiperlordosis residual
provoca una anteversión residual, que en caso de piso pél-
 Anatomía pelviperineal vico hipotónico y en ocasiones cicatricial puede retrasar
la recuperación perineal. En la menopausia, se produce
y estática raquídea una relajación de los músculos extensores de la columna
vertebral y de los músculos de la pared abdominal, lo
Datos antropológicos que también contribuye a una acentuación de la lordosis
y antropométricos lumbar y, por consiguiente, a la anteversión de la pelvis.
Por otra parte, algunas actividades físicas, que asocian
La evolución del ser humano hacia la bipedestación una posición ortostática prolongada y un aumento de las
exclusiva, con el fin de liberar completamente los miem- tensiones de presión intraabdominal exponen con más
bros superiores para realizar tareas y portar objetos, ha frecuencia a la fatiga del piso pélvico.
provocado una verticalización de la pelvis, que se ha con- Un estudio postural, incluso conciso, podría formar
vertido en una estructura esencial del aparato locomotor. parte de la evaluación clínica de las pacientes con incon-
Sin embargo, esta evolución ha requerido un compromiso tinencia urinaria o con otros trastornos de la estática
entre dos exigencias contradictorias: por una parte, soste- pélvica. Lo ideal es que esta evaluación constase de una
ner el tronco y la columna y, por otra, permitir el parto de exploración en bipedestación, con los talones juntos, los
un feto cuya cabeza se ha desarrollado considerablemente pies formando un ángulo de 30◦ , la mirada horizontal y los
a lo largo del tiempo. Para resolver este dilema, la pelvis brazos colgando libremente a lo largo del cuerpo. En esta
se ha ensanchado. La adaptación incompleta de la pelvis posición, el occipucio y el sacro deben estar en el mismo
femenina a esta evolución probablemente sea el origen de plano, los pliegues subglúteos deben ser simétricos, los
la aparición de los prolapsos genitales [24] . hombros y las crestas ilíacas también deben ser simétricos
En un trabajo que ha comparado las dimensiones de y los miembros inferiores deben ser de la misma longitud.
la pelvis ósea, determinadas por radiopelvimetría, en Esta exploración debe completarse con la observación de
34 pacientes con y 34 pacientes sin prolapso genital, se ha la cifosis torácica y de la lordosis lumbar.
demostrado que las mujeres con prolapso tenían como
promedio unas pelvis más amplias en el sentido transver-
sal (12,9 frente a 12,4 cm, p = 0,006) [25] . En cambio, las Relaciones entre curvaturas raquídeas
distancias promonto-retropúbica (12,5 frente a 12,8 cm) y trastornos de la estática pélvica
y biespinosa (11,5 frente a 11,2 cm) no eran significativa-
mente distintas entre ambos grupos. En otro estudio de Las relaciones entre la curvatura raquídea y los tras-
casos y controles [26] , donde se compararon 59 pacientes tornos de la estática pélvica se han evaluado en un
con y 39 pacientes sin trastornos de la estática pélvica estudio prospectivo multicéntrico de casos y controles,
(incontinencia urinaria y/o anal y/o prolapso genital), que incluyó 363 pacientes con incontinencia urinaria y/o
se confirmaron estos datos mediante determinaciones de un prolapso genital [28] . La frecuencia de un trastorno de
RM, donde se observó que la pelvis promedio era más la estática raquídea era significativamente mayor en las

EMC - Ginecología-Obstetricia 7
E – 15-A-10  Anatomía funcional del piso pélvico

pacientes con un prolapso de grado 3 (30%) respecto a las De este modo, los autores han sugerido un modelo sim-
pacientes sin prolapso (11%, p = 0,04). Los autores con- ple individualizando esquemáticamente, durante la vida
cluyeron que la presencia de un trastorno de la estática de una mujer, tres tipos de circunstancias capaces de pro-
raquídea (en este caso, la pérdida de la lordosis lumbar) vocar un trastorno de la estática pélvica:
aumenta el riesgo de prolapso con un OR de 3,2 (intervalo • la exposición a factores predisponentes;
de confianza [IC] del 95%, 1,46-6,93, p = 0,02). • la exposición a factores adquiridos o a traumatismos;
Otros autores también han observado esta asociación • la exposición a factores relacionados con el modo de
entre la pérdida de la lordosis lumbar y la aparición de vida y el envejecimiento del organismo.
un prolapso genital avanzado [29] . En un estudio de casos De este modo, durante su vida, una mujer, con su capital
y controles en el que se compararon 20 pacientes con genético predeterminado, se expondrá a una sucesión de
prolapso genital y 20 sin prolapso, el ángulo medio de eventos que actúan por etapas más o menos espaciadas en
la lordosis lumbar era significativamente inferior en las el tiempo y cuyos efectos pueden acumularse para alterar
pacientes con un prolapso de grado 2 o mayor (32 frente el equilibrio pelviperineal.
a 42,4◦ , p < 0,003) y el ángulo medio de la incidencia La primera etapa corresponde a las variaciones iniciales
pélvica (IP) era significativamente mayor en las pacientes del desarrollo pelvirraquídeo y del piso pélvico. Esta etapa
con un prolapso de grado 2 o mayor (37,5 frente a 29,5◦ , está sujeta a la influencia genética, étnica, nutricional y
p < 0,001). ambiental. Una persona que posea de forma natural una
En otros trabajos se ha sugerido el papel de la estática función pélvica de calidad estará protegida de trastornos
raquídea en los fracasos de la cirugía de la incontinencia de la estática pélvica a pesar de ciertos factores peyorativos
urinaria [30] y la posible correlación entre la hiperlordosis adquiridos, como los traumatismos obstétricos, mientras
y la existencia de trastornos anorrectales [31] . que otra persona cuyas bases del desarrollo sean menos
sólidas puede tener síntomas simplemente por el enve-
jecimiento natural. Por tanto, la genética desempeña un
Medición del ángulo de incidencia papel fundamental y constituye la base de lo que podría
pélvica denominarse capital perineal.
Entre los factores congénitos se distinguen:
Los distintos parámetros de la morfología ósea de la pel- • un parámetro tisular, sobre todo las anomalías cuan-
vis son la versión pélvica, la pendiente sacra y la IP. La titativas y cualitativas del colágeno. En este sentido, el
versión pélvica y la pendiente sacra dependen de las otras síndrome de Ehler-Danlos se considera un factor predis-
curvaturas raquídeas (lordosis y cifosis). La IP es el ángulo ponente del prolapso genitourinario. Según Strohbehn
existente entre la recta perpendicular al punto medio de la et al [5] , las mujeres menores de 35 años con prolapso
base del sacro y la recta que une esta última con el punto genitourinario presentan alteraciones del tejido con-
medio del eje bicoxofemoral. La particularidad de la IP juntivo (dermatomiositis, esclerodermia) en el 7,4% de
es su valor constante, que es definitivo desde el final del los casos. Se ha demostrado recientemente una reduc-
crecimiento y, por tanto, conocido mucho antes que los ción significativa de la concentración de elastina en los
otros factores de riesgo adquiridos de los trastornos de la ligamentos uterosacros, relacionada con una alteración
estática pélvica. del metabolismo de la elastina, en pacientes con un
En un estudio retrospectivo realizado a partir de prolapso exteriorizado [33] ;
197 defecografías, Boulay et al [32] compararon la IP y el • un parámetro anatómico: como se ha visto previa-
descenso perineal en reposo y durante el pujo. El ángulo mente, los trastornos de la estática lumbosacra y un
de IP era estadísticamente superior durante el descenso ángulo de IP mayor de 62◦ son factores predictivos de
perineal en reposo (64 frente a 53◦ , p < 0,01). Un ángulo trastornos de la estática pélvica [32] .
de IP umentado se acompaña de un amplio voladizo y La segunda etapa corresponde a los traumatismos sufri-
de una horizontalización del periné, lo que aumenta las dos por el periné durante la gestación y el parto. En
tensiones sobre el periné. Una IP amplia (> 62◦ ) tenía una el momento de la expulsión, se producen modificacio-
sensibilidad del 73%, una especificidad del 82%, un valor nes de la estática perineal debido al pujo abdominal y
predictivo positivo del 81% y un valor predictivo negativo a la progresión del feto. Los fascículos puborrectales del
del 75% como factor predictivo de un descenso perineal elevador del ano se separan, aumentan de longitud y des-
en reposo. Los autores concluyeron que la IP medible pués se vuelven superficiales. Los fascículos esfinterianos
mediante una simple radiografía lateral de la pelvis podría son rechazados en sentido lateral y posterior. A conti-
considerarse un elemento que debía tenerse en cuenta nuación, la presentación adopta una dirección oblicua
en la prevención primaria de los trastornos de la estática hacia delante y hacia arriba, provocando la ampliación del
pélvica. periné, caracterizada por un adelgazamiento, un aumento
de la distancia anovulvar y una distensión vulvar. El cen-
tro tendinoso se comprime y deja de ser triangular para
 Anatomía y trastornos adoptar una disposición curvilínea. Estos distintos trau-
matismos dan lugar a lesiones musculoaponeuróticas y
de la estática pélvica neurológicas. Las lesiones neurológicas, como la elonga-
ción del nervio pudendo (que se describe más adelante),
Anatomía patológica de los prolapsos se han incriminado en la aparición del prolapso, en la
incontinencia urinaria de esfuerzo y en la incontinencia
genitourinarios anal.
Factores causales de los trastornos La tercera etapa corresponde a los hábitos de vida, a
las enfermedades crónicas y al envejecimiento del orga-
de la estática pélvica
nismo. La carencia estrogénica posmenopáusica provoca
El equipo de Delancey et al [3] ha elaborado un modelo una atrofia de la masa muscular, una alteración de los teji-
conceptual para comprender de qué modo distintos ele- dos conjuntivos y una disminución de las conducciones
mentos, como el modo de vida, la biología y los diferentes nerviosas, con denervación progresiva. En esta catego-
traumatismos, pueden provocar un trastorno de la estática ría también se clasifican las enfermedades crónicas que
pélvica. Por lo general, la conservación funcional del piso aumentan las presiones abdominales, como la tos (taba-
pélvico puede concebirse como el resultado de las activi- quismo) y el estreñimiento crónico. Algunas actividades
dades de los distintos elementos que contribuyen, cada deportivas (sobre todo los deportes de alto impacto, como
uno a su manera, al soporte de los órganos pélvicos y al la carrera, el salto, el aerobic, la cama elástica, etc.) tam-
control urinario y fecal. bién son perjudiciales [34] para el piso pélvico.

8 EMC - Ginecología-Obstetricia
Anatomía funcional del piso pélvico  E – 15-A-10

Estática uterovaginal normal


El prolapso uterino (histeroptosis) corresponde al des-
censo del útero a la cavidad vaginal. En su grado
extremo, puede exteriorizarse fuera del orificio vulvar. En
una paciente operada de una histerectomía subtotal, el
prolapso del cuello uterino residual se denomina traque-
loptosis. En una paciente operada de una histerectomía D
total, el prolapso de la cúpula vaginal se denomina col-
poptosis fúndica. C
Estas distintas entidades responden a la misma fisio-
patología: la insuficiencia del sistema de suspensión del Ba
complejo del cuello uterino/fondo de saco vaginal pos-
terior por los ligamentos uterosacros. La suspensión del
útero depende principalmente de estos ligamentos ute- Aa
rosacros, que se extienden desde la cara posterior del
Bp
istmo uterino al borde lateral del sacro. Esta suspen-
sión anatómica corresponde al nivel I de Delancey [35] . Los Ap
tvl
ligamentos redondos y los ligamentos del anexo (uteroo-
váricos y lumboováricos) son estructuras vasculares que
gh pb
no intervienen en la estática pélvica. El piso pélvico, cons-
tituido por los músculos elevadores del ano, que rodean
el hiato urogenital, desempeña una función secundaria
en la estática uterina. En cambio, el centro tendinoso del Figura 9. Diferentes puntos de la clasificación POP-Q
periné, que es la convergencia de los músculos perineales (esquema de Mouritsen [43] según la publicación inicial de
en la línea media al nivel de la región anovulvar, es un Bump [42] ). Aa. unión uretrovesical; Ba. vértice del colpocele
apoyo importante para el útero en bipedestación. anterior; C. labio anterior del cuello uterino; D. fondo de
saco vaginal posterior; Bp. vértice del colpocele posterior;
Ap. unión anorrectal; gh. altura del hiato urogenital (meato
Distintos tipos de prolapso urinario-horquilla vulvar); pb. distancia anovulvar (horquilla
vulvar-margen anal); tvl. longitud vaginal total (horquilla vulvar-
Asociación de los distintos elementos fondo de saco vaginal posterior).
prolapsados tir de imágenes de RM, se ha demostrado que un cistocele
El prolapso genital engloba los defectos de suspensión lateral era el que presentaba la mayor correlación con el
(ligamentos), de cohesión y/o de sostén (cohesiones fas- defecto de suspensión apical [40] .
ciales/piso pélvico) del vértice (histeroptosis, colpoptosis
fúndica), de la pared vaginal anterior (colpocele anterior Clasificaciones anatómicas
que contiene en la mayoría de los casos un cistocele) y de
la pared vaginal posterior (colpocele posterior que puede Aunque el prolapso genital es una patología sobre todo
contener de abajo hacia arriba un rectocele y/o un colpo- funcional, es importante considerar el grado anatómico.
cele). Las dos principales clasificaciones que se utilizan son la
En los principales estudios epidemiológicos [36, 37] , estos de Baden y Walker [41] y la clasificación Pelvic Organ Pro-
distintos elementos presentan los siguientes porcentajes: lapse Quantification System (POP-Q) [42] . Ambas se basan
colpocele anterior aislado en el 40% de los casos, asocia- en una exploración física en posición acostada, solici-
ción de colpocele anterior y prolapso apical en el 20% de tando a la paciente que realice esfuerzos repetidos de tos
los casos, prolapso de los tres niveles (colpocele anterior y de pujo, exponiendo las distintas paredes de la vagina
y posterior asociado a prolapso apical) en el 18% de los con valvas o con un hemiespéculo.
casos, asociación de colpocele posterior y prolapso apical La clasificación de Baden y Walker (half-way system) fue
en el 10% y colpocele posterior aislado en el 7% de los una de las primeras que se describió, aunque sigue siendo
casos. Por consiguiente, el nivel anterior se afecta en el muy utilizada por los cirujanos en la práctica corriente. En
78% de los trastornos de la estática pélvica y la asociación ella se tienen en cuenta los tres niveles principales (cisto-
de colpocele anterior y prolapso apical es la más frecuente cele, histeroptosis, rectocele/colpocele) y dos referencias
(48% de los casos). anatómicas: el punto medio de la vagina y el himen. Es
Esta asociación entre colpocele anterior y prolapso api- simple y reproducible:
cal, que se explica por un continuum anatómico entre la • grado 0: ausencia de prolapso;
suspensión posterolateral del cuello uterino y de la cúpula • grado 1: prolapso limitado (mitad superior de la vagina;
vaginal, así como la suspensión lateral de la pared ante- • grado 2: prolapso más importante, pero que permanece
rior de la vagina al arco tendinoso de la fascia pélvica intravaginal (mitad inferior de la vagina);
también se ha observado en un estudio de cohortes rea- • grado 3: prolapso exteriorizado, que sobrepasa el
lizado en 325 pacientes [38] , en el que los prolapsos de los himen;
niveles anterior y apical mostraban una estrecha correla- • grado 4: eversión vaginal completa.
ción (coeficiente de Spearman = 0,84), al contrario que los La clasificación POP-Q se propuso en 1996 [42] con el
prolapsos de los niveles anterior y posterior (coeficiente doble objetivo de aumentar la precisión y estandarizar la
de Spearman = 0,56). En otras palabras, la probabilidad de exploración física [43] (Fig. 9). Se ha demostrado su repro-
que una paciente que tenga un colpocele exteriorizado ducibilidad inter e intraobservador [44] . Esta clasificación
presente un prolapso apical es de alrededor del 80% [38] . tiene en cuenta seis puntos perineovaginales, tres distan-
Según varios trabajos recientes, más de la mitad del volu- cias y una sola referencia anatómica: el himen.
men de los cistoceles podría explicarse por un defecto de Los seis puntos, medidos durante el esfuerzo de pujo
suspensión apical [39] . máximo en centímetros respecto al himen (valores nega-
Por otra parte, es habitual describir dos mecanismos tivos intravaginales, valores positivos si hay un prolapso
fisiopatológicos origen de los cistoceles, que en realidad exteriorizado) son:
suelen asociarse: la hernia medial de la pared vaginal • la unión uretrovesical (punto Aa);
anterior y el desprendimiento uni o bilateral de la pared • el vértice del colpocele anterior (punto Ba);
vaginal lateral. En un trabajo de reconstrucción 3D a par- • el labio anterior del cuello uterino (punto C);

EMC - Ginecología-Obstetricia 9
E – 15-A-10  Anatomía funcional del piso pélvico

A pesar de su reconocimiento internacional, la clasi-


ficación POP-Q presenta ciertas limitaciones: no tiene
en cuenta la troficidad vaginal, las cicatrices perineales,
la tonicidad de los músculos puborrectales, un defecto
Aa
esfinteriano anal o un prolapso rectal exteriorizado, no
distingue entre defecto central y lateral, y no evalúa ade-
C Bp cuadamente un alargamiento del cuello uterino. Además,
Ba clasifica en un mismo grado dos de los prolapsos intra
(–1 cm) y extravaginales (+1 cm), lo que crea una mez-
cla perjudicial, sobre todo en términos de seguimiento
Ap
postoperatorio.
+3Aa +6Ba -2C Para facilitar el uso de esta clasificación, algunos autores
han propuesto realizar una POP-Q simplificada, utili-
4,5gh 1,5pb 6tvl zando sólo los cuatro puntos principales (Ba, C, D y Bp),
o sustituir las medidas centimétricas por una estimación
-3Ap -2Bp -- visual de las medidas numéricas [45] . En la actualidad, se
está trabajando para intentar proponer una herramienta
A de evaluación completa que integraría no sólo la dimen-
sión anatómica, sino también la dimensión funcional,
cuya importancia en términos de trastornos de la estática
Ba
pélvica es conocida. Una herramienta única y validada de
Aa este tipo facilitaría las comparaciones entre los distintos
equipos y las distintas técnicas terapéuticas.
C

Bp
Papel del útero en la estática pélvica
Datos anatómicos [46]
Ap
El útero tiene una posición central en la pelvis menor
-3Aa -3Ba -6C y, sagitalmente, está en equilibrio entre dos sistemas fun-
cionalmente independientes, uno ventral (vesicouretral)
4,5gh 1pb 8tvl
y otro dorsal (rectoanal). En el plano frontal, está en equi-
librio entre las dos paredes sólidas musculoligamentarias
+2Ap +5Bp -- y óseas. En el plano horizontal, su equilibrio depende de
las relaciones con los sistemas ventral y dorsal, porque
B es el único órgano que no está directamente relacionado
con las paredes anterior o posterior de la pelvis menor.
Figura 10. Perfil vaginal y cuadro simplificado en nueve celdas Esta situación necesaria de equilibrio refleja la estática
(de un esquema de Mouritsen [43] inspirado en Bump [42] ). pelviperineal del útero, mientras que las variaciones cons-
A. Cistocele exteriorizado. tantes de volumen de los dos sistemas contiguos a él
B. Rectocele exteriorizado. (vejiga, recto) modifican constantemente su estabilidad.
Para adaptarse a estas variaciones, no puede estar total-
• el fondo de saco vaginal posterior (punto D); mente fijo, por lo que no posee auténticos medios de
• el vértice del colpocele posterior (punto Bp); fijación, sino inserciones que lo suspenden del esqueleto
• la unión anorrectal (punto Ap); de la pelvis menor. Esto le proporciona su fijación para
Por definición, en una situación normal los puntos Aa soportar las fuerzas provocadas por el peso de las vísceras
y Ap están a –3 cm. abdominales suprayacentes durante todas las circunstan-
Las tres distancias, medidas en reposo en centímetros, cias diarias, tolerando el decúbito, la bipedestación, los
son: cambios de posición y los esfuerzos de pujo. Por tanto,
• gh: altura del hiato urogenital (meato urinario- con mucha frecuencia se encuentra en situación crítica.
horquilla vulvar); El efecto de la gravedad, propio de la bipedestación,
• pb: distancia anovulvar (horquilla vulvar-margen anal); comprime los tres sistemas por detrás del pubis, entre
• tvl: longitud vaginal total (horquilla vulvar-fondo de las paredes pélvicas laterales, contra la doble concavidad
saco vaginal posterior). (sagital y frontal) sacrococcígea y por encima del piso pél-
El conjunto de estas medidas debe presentarse en un vico principal. De forma más excepcional, durante la edad
cuadro de nueve celdas o en un esquema [43] (Fig. 10). fértil, la gestación modifica progresivamente el volumen
Esta clasificación permite, en teoría, evaluar el grado de del cuerpo uterino, que se distiende y se eleva en la cavi-
prolapso anatómico de los tres niveles, conocer el grado dad abdominal, mientras que su istmo se estrecha y su
de movilidad del cuello vesical (punto Aa), diferenciar cuello permanece unido a las vísceras circundantes. Aun-
los colpoceles posteriores supra (punto Bp) e infraeleva- que la gestación es una situación excepcional, es una de
dor (punto Ap) y medir el alargamiento hipertrófico del las más críticas, porque a su finalización, el útero alcanza
cuello (diferencia entre el punto C y el punto D). unas dimensiones y una modificación de peso que ningún
A pesar de estas medidas centimétricas, la clasifica- otro órgano del cuerpo puede igualar.
ción POP-Q permite realizar una presentación en grados.
El grado que se utiliza es el más prolapsado.
• grado 0: ausencia de prolapso Datos clínicos
(Aa = Ba = –3 cm, C/D < tlv, Ap = Bp = –3 cm); Aunque se ha realizado durante mucho tiempo de
• grado 1: prolapso situado a más de 1 cm por detrás del forma casi sistemática en el tratamiento quirúrgico del
himen; prolapso, la histerectomía no es el tratamiento del pro-
• grado 2: prolapso situado entre 1 cm por detrás y 1 cm lapso uterino. En un estudio donde se comparó la
fuera del himen (incluidos los valores de –1 y +1 cm); promontofijación con y sin histerectomía, no se obser-
• grado 4: prolapso situado a más de 1 cm fuera del varon diferencias entre la corrección del prolapso tras
himen; un seguimiento medio de 51 meses [47, 48] . Si se tiene en
• grado 4: eversión vaginal completa. cuenta la cirugía por vía vaginal, en tres estudios, uno

10 EMC - Ginecología-Obstetricia
Anatomía funcional del piso pélvico  E – 15-A-10

prospectivo con grupo control (no aleatorizado) y dos (nervios aferentes, fibras musculares lisas, miofibroblas-
retrospectivos [48] , donde se comparó la suspensión de la tos) cuyo comportamiento puede modificar. Cualquier
cúpula vaginal tras la histerectomía respecto a la suspen- trastorno de estas funciones provoca contracciones incon-
sión de un útero conservado, se observaron resultados trolables del detrusor.
comparables en términos de corrección de la estática a Es importante distinguir la hiperactividad vesical (sín-
medio plazo (3 años), con una reducción de la duración de drome clínico) de la hiperactividad del detrusor (concepto
la cirugía y de la pérdida sanguínea postoperatoria en caso urodinámico). Muchos estudios han mostrado la baja sen-
de conservación uterina. En otro estudio en el que se com- sibilidad de la evaluación urodinámica en la detección
paró la sacropexia infracoccígea con o sin histerectomía, sistemática de la hiperactividad vesical, pues el 60-80%
se observaron resultados comparables [48, 49] . de los pacientes con síntomas no se detectaban mediante
la cistomanometría. Por el contrario, existe un 10% de
contracciones del detrusor que no se inhiben durante
 Anatomía y ciclo los registros en voluntarios sanos, cifra que puede supe-
rar incluso el 40% si se realiza un registro urodinámico
continencia urinaria/micción ambulatorio [53] .
La pérdida de distensibilidad vesical y la hiperactividad
La existencia de una continencia correcta y de un vacia- del detrusor son los dos mecanismos de la incontinencia
miento vesical completo es indispensable tanto para el urinaria por micción imperiosa.
mantenimiento de una función renal correcta como tam-
bién para el desarrollo adecuado de la vida social. Este Cierre del cuello vesical y del esfínter
ciclo está bajo un control voluntario, aunque se organiza
gracias a la intervención de circuitos reflejos. uretral liso
Cualquier elemento que desequilibre este ciclo provoca El cuello vesical y el esfínter uretral liso intervienen en
patologías que pueden tener una repercusión funcional la continencia pasiva.
(incontinencia, polaquiuria) u orgánica (litiasis urinarias, La uretra femenina mide alrededor de 40 mm y su diá-
infecciones, insuficiencia renal). metro es de 7 mm. Describe un ángulo de 30◦ con la
vertical y forma con la base vesical el ángulo uretrovesi-
cal posterior. Este ángulo suele ser de 90-110◦ . Este ángulo
Continencia puede disminuir, incluso desaparecer, si se relajan los teji-
dos de sostén. Este fenómeno es uno de los mecanismos
Depende de varios mecanismos que actúan de forma
de la incontinencia urinaria de esfuerzo sin insuficiencia
asociada.
esfinteriana.
La mejor exploración para observar este ángulo ha
Distensibilidad vesical normal sido durante mucho tiempo la cistografía retrógrada con
Permite un llenado suficiente de la vejiga, conservando maniobras dinámicas, que ya sólo se realiza ocasional-
unas presiones intravesicales bajas. La distensibilidad se mente en la práctica corriente. En su lugar, se prefiere, por
define por la relación del volumen de llenado respecto a su sencillez y su inocuidad, la ecografía perineal, que per-
la presión vesical. Refleja la capacidad del detrusor para mite un análisis fiable de la unión cervicouretral durante
dejarse distender, por lo que implica unas cualidades el esfuerzo de pujo o durante la retención.
mecánicas del reservorio, así como su inervación (sistema Al nivel del cuello vesical y de la uretra, se distinguen
nervioso autónomo) [50] . El sistema simpático permite una dos capas de fibras musculares lisas:
relajación del detrusor y una inhibición de su contracción. • una capa interna de fibras longitudinales, proveniente
Se explora durante el estudio urodinámico mediante la del detrusor y cuya acción consiste en abrir el cuello
cistomanometría. El estudio de la distensibilidad vesical vesical y acortar la uretra;
durante toda la fase de llenado muestra que el 75% de • una capa externa constituida por fibras circulares y
esta fase se sitúa por debajo de 10 ml/cmH2 O [51] . oblicuas, que rodea el cuello vesical y la uretra. Clásica-
Los trastornos de la distensibilidad se relacionan con mente, estas fibras se consideran un auténtico esfínter,
alteraciones de la elasticidad vesical (observadas en cier- que puede llevar a cabo la abertura y el cierre del cuello
tas patologías, como las cistitis postirradiación, las cistitis y de la uretra. Sin embargo, varias observaciones pare-
intersticiales, los cánceres de vejiga, las cistopatías infec- cen mostrar que no son indispensables para mantener
ciosas, etc.). Estos trastornos de la distensibilidad vesical la continencia: el 20% de las jóvenes nulíparas presen-
también pueden tener un origen neurológico (lesiones tan una abertura del cuello vesical durante el esfuerzo,
medulares, síndromes de la cola de caballo, mielomenin- sin incontinencia [54] . Además, la zona de presión ure-
gocele, etc.). En este contexto, se asocian con frecuencia tral máxima se sitúa en el tercio medio de la uretra,
las contracciones reflejas del detrusor con la ausencia de al nivel del esfínter estriado, y no al nivel del cuello
abertura esfinteriana, lo que provoca un régimen de altas vesical.
presiones intravesicales perjudicial para el aparato urina- Debe señalarse asimismo el papel de los plexos vascu-
rio superior. lares submucosos, que también están implicados en el
mecanismo de continencia.
Ausencia de contracciones vesicales durante
el llenado Contracción voluntaria del esfínter uretral
La aparición de estas contracciones explica la micción
estriado
imperiosa, la nicturia y la polaquiuria (en ocasiones de Actúa como un cerrojo de seguridad si existe una insu-
precaución), que definen el síndrome clínico de hiperac- ficiencia de los otros sistemas [55] .
tividad vesical. Según observaciones recientes, es posible Este esfínter está constituido por fibras circulares que
que esta hiperactividad no se relacione únicamente con recubren a las fibras musculares lisas.
un aumento de la contractilidad del detrusor, sino tam- Se extiende a lo largo de toda la longitud de la uretra,
bién con una anomalía del tratamiento sensitivo que pero sólo es circular en su tercio medio. En el tercio dis-
regula la continencia [52] . El urotelio es un órgano sensi- tal, sus fibras se insertan en las caras laterales de la vagina
tivo multimodal altamente especializado, encargado de la (músculo uretrovaginal). A este nivel, está reforzado por
detección de varios estímulos fisicoquímicos, de la trans- el músculo compresor de la uretra (fascículo profundo del
misión de estos estímulos a las estructuras centrales, así músculo bulbocavernoso), que está formado por fibras dis-
como de la comunicación con las estructuras contiguas puestas entre las dos ramas isquiopúbicas, pasando por

EMC - Ginecología-Obstetricia 11
E – 15-A-10  Anatomía funcional del piso pélvico

detrusor está constituida por una triple capa celular; en


realidad, se trata más de una estructura plexiforme en
la que las distintas fibras se entremezclan [59] . Esta dis-
1 posición explica la formación de trabéculas musculares
e incluso de divertículos en caso de vaciamiento vesical a
alta presión (obstáculo, disinergia vesicoesfinteriana).

Inervación vegetativa de la vejiga


2 y de la uretra
7
3 Se trata de una inervación triple:
4 • parasimpática (colinérgica), predominante, encargada
5 del control motor del detrusor. Las fibras nerviosas pro-
6 vienen del centro sacro (S2-S4). Siguen el trayecto de los
nervios esplácnicos pélvicos y forman el plexo hipogás-
trico inferior;
• simpática (adrenérgica). Sus terminaciones son más
Figura 11. Soporte uretral (según [18] ). 1. Sínfisis del pubis; numerosas al nivel de la base vesical. Interviene en el
2. arco tendinoso de la fascia pélvica; 3. conexiones fasciales y mantenimiento del tono de las fibras musculares lisas
musculares; 4. uretra; 5. vagina; 6. recto; 7. diafragma pélvico. del esfínter interno, así como en la relajación de la
vejiga. Las fibras nerviosas provienen del centro tora-
delante de la uretra distal. En 2003, Umek y Delancey columbar (T10-L1). Siguen el trayecto de los nervios
visualizaron estas estructuras con RM y midieron los dis- esplácnicos, sobre la cara lateral de la aorta, y forman el
tintos segmentos de la uretra [56] : el segmento rodeado de plexo hipogástrico superior. Éste da origen a cada lado
fibras musculares estriadas comienza a 10-15 mm de la a los nervios hipogástricos, que se unen al plexo hipo-
base vesical y se extiende a lo largo de 20-35 mm. gástrico inferior, que es el lugar donde convergen los
nervios hipogástrico y esplácnicos pélvicos;
Soporte uretral de buena calidad • no adrenérgica y no colinérgica (NANC). Su papel es com-
La porción distal de la vagina, que constituye el nivel III plejo, con sitios de acción ubicuos (sistema nervioso
de Delancey (Fig. 11), está en conexión directa e íntima central y/o periférico) y un modo de acción directo
con las estructuras de vecindad (uretra, porción parame- (neurotransmisores peptídicos) y/o indirecto (neuro-
dial del elevador del ano) [18] . La uretra se mantiene a este modulación, cotransmisión) [60] .
nivel por un soporte conjuntivo reforzado por conexio- Por tanto, es fácilmente comprensible que cualquier
nes miofasciales (Fig. 11). Esta descripción constituye la lesión de los nervios esplácnicos pélvicos o de los plexos
teoría de la hamaca suburetral [18] , distinta del concepto hipogástricos inferiores provoque trastornos miccionales
de banda de presión de Enhorning. Ulmsten y Petros [57] de tipo retentivo. Las lesiones de estos nervios son fre-
han propuesto una teoría integral en la que asocian a cuentes durante la cirugía oncológica y en el tratamiento
la hamaca suburetral los ligamentos pubouretrales, que quirúrgico de la endometriosis, lo que explica la frecuen-
intervendrían de forma activa en esta continencia de cia de las reanudaciones miccionales diferidas, incluso de
esfuerzo. las retenciones crónicas, en las pacientes sometidas a estas
Estas teorías parecidas y complementarias han llevado intervenciones.
al desarrollo de las bandeletas suburetrales (técnicas de
estabilización uretral), que han sustituido por completo, Inervación voluntaria del esfínter estriado
en la última década, a la clásica colposuspensión de de la uretra (somático)
Burch [58] en el tratamiento de la incontinencia urinaria
de esfuerzo (IUE) femenina. Por tanto, los mecanismos Su centro medular está en el núcleo de Onuf, en la base
fisiopatológicos implicados en la IUE femenina son la del asta medular anterior, de S2 a S4. Sus fibras nervio-
hipermovilidad del eje cervicouretral (ausencia de defecto sas forman la porción motriz del nervio pudendo. Esta
de las estructuras de sostén) y la insuficiencia esfinteriana inervación permite la contracción voluntaria del esfínter
(ausencia de afectación del esfínter uretral), mecanismos estriado y de los distintos músculos del piso pélvico.
que en ocasiones pueden asociarse. Por lo tanto, un trata- La actividad somática y simpática provoca una inhibi-
miento eficaz de esta incontinencia deberá basarse en un ción del sistema parasimpático. Garantiza la ausencia de
análisis riguroso de los mecanismos implicados: el diag- contracción del detrusor durante el llenado.
nóstico de la hipermovilidad es clínico, mientras que la
insuficiencia esfinteriana es un concepto urodinámico, Mecanismo de la micción involuntaria
aunque tenga traducciones clínicas. Se produce en la primera infancia, antes del aprendizaje
del control de esfínteres. La activación de receptores de
Micción estiramiento situados en la pared vesical induce, a través
de un circuito reflejo que sigue una vía espino-ponto-
Está bajo el control voluntario en los adultos, lo que espinal, una estimulación de los nervios parasimpáticos,
implica la intervención de la musculatura estriada, aun- así como una inhibición de las motoneuronas del esfínter
que también interviene el sistema nervioso autónomo y externo. El cuello vesical y el esfínter interno se abren de
las fibras musculares lisas. Debe permitir un vaciamiento forma pasiva, por la tracción de las fibras del detrusor. El
vesical completo y rápido. Requiere tanto la contracción paso de orina al nivel del cuello vesical y de la uretra poste-
del detrusor como la relajación de los distintos esfínteres rior amplifica la actividad de las neuronas parasimpáticas
uretrales. Estos dos mecanismos dependen de inervacio- y refuerza la contracción del detrusor. La abertura de los
nes vegetativas y somáticas. dos esfínteres coincide con la contracción del detrusor,
por lo que permite un vaciamiento completo de la vejiga.
Detrusor
Constituye una bolsa extensible, formada por fibras
Mecanismo de la micción voluntaria
musculares lisas y fijada sobre una base vesical rígida, Se inicia por la relajación de las fibras musculares estria-
rica en tejido conjuntivo, donde desembocan los uréte- das del esfínter uretral y de los músculos perineales, lo
res y la uretra. Según la descripción clásica, la pared del que elimina la inhibición del sistema parasimpático. El

12 EMC - Ginecología-Obstetricia
Anatomía funcional del piso pélvico  E – 15-A-10

aumento de la presión intraabdominal por contracción


de los músculos abdominales activa los receptores de pre-
sión intravesicales y amplifica la contracción del detrusor.
Estos mecanismos dependen de la corteza. El centro mic-
1
cional está situado en la cara anterior del lóbulo frontal.
Sin embargo, existen conexiones con el lóbulo parietal
(que explican las micciones desencadenadas por el frío,
el contacto o la audición del agua, etc.), así como con 2
el sistema límbico (micción durante paroxismos emocio-
nales: risa, orgasmo, miedo, etc.). La uretrocistografía y/o
la ecografía miccionales han precisado las distintas etapas 3
de la micción: contracción vesical, abertura del cuello con
borramiento del ángulo uretrovesical posterior y verticali- Figura 12. Organización en tres bucles del esfínter anal
zación de la pared vesical posterior, llenado del conducto externo (según [64] ). El bucle superior está formado por la cin-
uretral, que debe mantener un calibre armonioso, aun- cha puborrectal (1) fijada al pubis, que rodea la porción inferior
que la uretra posterior es más ancha, lo que confiere una del recto por detrás y mantiene un ángulo de alrededor de 90◦
morfología troncocónica a la uretra. entre el recto y el ano. El bucle medio del esfínter externo del
ano (2) está fijado al cóccix. El bucle inferior del esfínter externo
(3) se inserta en la piel perineal.
 Anatomía y ciclo
continencia anal/defecación reviste está separada en dos partes por la línea pectí-
nea. La mitad superior de la mucosa forma una serie de
Depende de un equilibrio que también es complejo. El relieves longitudinales (las columnas de Morgagni), que
mantenimiento de la continencia anal es indispensable están unidas en su parte inferior por pliegues mucosos,
para la vida social. Se adquiere en la primera infancia y las válvulas anales. Las glándulas anales desembocan a
en él interviene un conjunto de órganos y de estructuras este nivel; tienen una función de lubricación durante
anatómicas que dependen a la vez de los sistemas ner- el paso de las heces. Esta mucosa es de tipo colorrectal.
viosos voluntario y autónomo. El mantenimiento de la Recubre el plexo arteriovenoso hemorroidal interno.
continencia y el control del vaciamiento rectal requieren Bajo la línea pectínea se encuentra un epitelio plano
a la vez la integridad de las estructuras anatómicas y un poliestratificado de color gris azulado, muy fino y no
buen equilibrio entre ambos sistemas. queratinizado, sin pelos ni glándulas, hasta el margen
anal.
Continencia
Esfínter anal
Se consigue mediante un reservorio, constituido por
el colon descendente y el colon sigmoide, en continua- Desempeña un papel fundamental en el mante-
ción con el recto, que está cerrado por un doble sistema nimiento de la continencia anal. Se distinguen dos
esfinteriano. El músculo elevador del ano, y más particu- elementos circulares: el esfínter interno y el esfínter
larmente su fascículo puborrectal, también interviene en externo, que están separados por fibras longitudinales que
el mantenimiento de la continencia anal. constituyen el músculo longitudinal del ano.

Esfínter interno
Recto • Está compuesto por fibras musculares lisas dispuestas
Está situado en la parte inferior del tubo digestivo y de forma circular y está en continuidad con la muscu-
mide 12-15 cm. Se extiende desde la unión rectosigmoide latura rectal, de la que constituye un engrosamiento.
(al nivel de S3) hasta el orificio anal. La mitad inferior del Estas fibras son blanquecinas, muy distintas a las fibras
recto es subperitoneal. estriadas rojizas del esfínter estriado. Mide 0,5-4 mm de
Se distinguen: grosor. En la ecografía endorrectal, forma una estructura
• el recto pélvico. En la vista frontal, el recto forma tres muy hipoecogénica, circular y de grosor constante.
inflexiones en S itálica, dos a la derecha (inferior y
superior) y una a la izquierda (media). Estas inflexiones Esfínter externo
constituyen los surcos (en el exterior) y las válvulas de • Está constituido por fibras musculares estriadas. Su
Houston (en el interior). El mayor volumen del reservo- descripción anatómica sigue siendo motivo de contro-
rio rectal se sitúa en la porción inferior del recto pélvico versia [63] . Está formado por uno, dos o tres fascículos,
(ampolla rectal). Las bandeletas cólicas se transforman dependiendo de los autores. Las fibras que lo consti-
al nivel de la unión rectosigmoide en una capa mus- tuyen parecen estar imbricadas con las fibras de los
cular longitudinal, más gruesa en las caras anterior y distintos fascículos del músculo elevador del ano. En
posterior que en los lados. Las paredes rectales tienen los estudios mediante RM, el esfínter anal se describe
propiedades viscoelásticas que permiten un llenado a como un anillo situado en la parte más superficial del
baja presión (como la vejiga) [61] . Al nivel del diafragma esfínter, mientras que la parte más profunda está consti-
pélvico (músculo elevador del ano), el recto pélvico tuida por el fascículo puborrectal del músculo elevador
forma un codo en sentido posterior, el ángulo anal, y del ano.
se convierte en el recto perineal. El ángulo rectoanal • Shafik ha sugerido un modelo que tiene en cuenta la
es de 90◦ en reposo. El mantenimiento de este ángulo sinergia anatómica y funcional, con una descripción
desempeña un papel importante en la continencia anal. en tres bucles [64] (Fig. 12):
En condiciones normales, el recto está vacío. La unión ◦ un bucle inferior que se inserta por delante en la piel
rectosigmoide tiene un papel de protección del recto, perianal y que rodea el conducto anal por debajo,
al no conducir las ondas peristálticas digestivas [62] . Este distal al esfínter interno. Limita el orificio externo
mecanismo sólo funciona para las heces sólidas y puede del conducto anal,
sobrepasarse en los episodios diarreicos; ◦ un bucle medio que se origina en la cara dor-
• el recto perineal (o conducto anal). Mide un promedio sal del cóccix y que rodea el conducto anal por
de 4 cm. Se alarga durante los esfuerzos de retención delante. Constituye el fascículo superficial del esfín-
y se acorta durante la defecación. La mucosa que lo ter externo,

EMC - Ginecología-Obstetricia 13
E – 15-A-10  Anatomía funcional del piso pélvico

◦ un bucle superior formado por el fascículo puborrec- tanto reflejos como voluntarios. El inicio de la defecación
tal del músculo elevador del ano, que constituye el está controlado por la corteza cerebral. Las distintas etapas
fascículo profundo del esfínter anal externo. Se ori- para lograr la defecación son:
gina en el pubis y rodea el conducto anal por detrás. • la secuencia del reflejo de muestreo, sin la contracción
Por lo tanto, el papel del fascículo puborrectal es fun- del esfínter externo, es decir, una contracción del colon
damental: al rodear la unión anorrectal, mantiene, terminal asociada a la relajación del esfínter interno.
gracias a su tono basal, las dimensiones del ángulo Esta contracción permite vaciar todo el colon izquierdo;
anal y explica la impronta radiológica visible en la • una relajación del fascículo puborrectal asociada a
pared posterior del recto en las imágenes de defeco- un descenso del piso pélvico, lo que permite la ate-
grafía. nuación del ángulo rectoanal. Un defecto de esta
Estos tres bucles se contraen en direcciones opuestas y relajación, denominado asincronismo rectoanal, pro-
permiten el cierre del conducto anal. voca un estreñimiento terminal o disquecia. Esta
patología se manifiesta en la defecografía por la per-
Músculo longitudinal anal sistencia de un ángulo marcado durante la defecación,
Forma un manguito musculofibroso situado en el asociado a un vaciamiento rectal incompleto;
espacio interesfinteriano. Está constituido por fibras pro- • una contracción de los músculos abdominales asociada
cedentes de la fascia parietal pélvica, fibras musculares a un descenso del diafragma, que puede realizarse con
lisas provenientes de la capa muscular rectal y fibras mus- la glotis abierta o cerrada.
culares estriadas procedentes del músculo elevador del La inervación eferente de los distintos órganos efecto-
ano. Su contracción acorta el conducto anal y favorece res termina en centros nerviosos localizados en la corteza
la evacuación de las heces. cerebral, el núcleo amigdalino, el mesencéfalo y el bulbo.
La corteza desempeña un papel preponderante en la
Mecanismo de la continencia coordinación y, particularmente, en la inhibición del
vaciamiento rectal. Sin embargo, se puede producir una
En reposo, la contracción permanente y autónoma del
defecación completa refleja en caso de sección medular
esfínter interno del ano provoca una zona de alta presión
total. Estaría desencadenada por la estimulación perineal.
(5-9 kPa) en el conducto anal. La presión intrarrectal en
Por lo tanto, existe un centro medular capaz de coordinar
reposo es menor de 1 kPa, por lo que las fugas de gas o
los distintos elementos de la defecación.
de heces son imposibles. Este tono del esfínter interno
Durante una defecación normal, la relajación del mús-
es de origen miógeno, pero también depende de la iner-
culo puborrectal abre el ángulo anorrectal, verticaliza el
vación extrínseca del esfínter. Las lesiones de los nervios
recto y desciende un poco el piso pélvico. La relajación de
hipogástricos o de las raíces raquídeas sacras tienen un
los esfínteres abre y acorta progresivamente el conducto
efecto nefasto sobre este tono. En cambio, no disminuye
anal. La fuerza propulsiva, provocada por la elevación de
en caso de sección medular. Por tanto, se mantiene de
la presión intrarrectal, tiene un origen doble: por una
forma autónoma en la médula espinal.
parte, la contracción de la ampolla rectal asociada al cierre
Si se produce una elevación súbita de la presión intraab-
de la unión rectosigmoide y, por otra parte, la contracción
dominal (risa, tos, ejercicio físico), la presión intrarrectal
del diafragma y de los músculos abdominales durante los
supera los 20 kPa, por lo que amenaza la continencia anal.
esfuerzos de pujo [65] .
En estas situaciones, se puede observar una contracción
refleja del esfínter externo del ano. Este reflejo se con-
serva en los pacientes medulares. No depende del control
voluntario. La importancia de la contracción esfinteriana  Anatomía pelviperineal,
correlaciona directamente con la presión intraabdominal.
La llegada de aire o de heces al recto provoca [63] : gestación y parto
• una contracción rectal (reflejo rectorrectal);
• una relajación del esfínter interno (reflejo rectoanal Gestación
inhibidor);
Aunque el traumatismo obstétrico es la principal causa
• una contracción del esfínter externo (reflejo rectoanal
de los trastornos de la estática pélvica, existe un efecto
excitador).
bien establecido de la gestación (debido a la hiperpresión
Esta sucesión de acontecimientos estereotipados cons-
abdominal y a modificaciones hormonales), que explica
tituye el reflejo de muestreo. La relajación del esfínter
además que la cesárea profiláctica no proteja por completo
interno permite que el contenido rectal contacte con la
el periné.
parte superior del conducto anal, donde se encuentran
Las modificaciones anatómicas que se producen en
receptores especializados que determinan las distintas
el aparato urinario inferior durante la gestación afec-
características del bolo fecal (gas, líquido, sólido). La
tan sobre todo a la vejiga. Se desplaza hacia delante
contracción del esfínter externo protege la continencia
y hacia arriba por el efecto del útero grávido. Al final
durante este análisis. Cualquier trastorno de la sensibi-
de la gestación, la vejiga puede considerarse más un
lidad anorrectal (enfermedad neurológica, traumatismo
órgano abdominal que pélvico. El trígono, normalmente
quirúrgico) puede perturbar este análisis y provocar una
cóncavo, se vuelve convexo, lo que tendrá como conse-
incontinencia anal.
cuencia principal una modificación de la orientación y la
Cuando la defecación inmediata es imposible (que es el
situación de los meatos ureterales. El estiramiento lateral
caso más frecuente), la distensibilidad rectal permite dife-
de los uréteres provoca un acortamiento de su trayecto
rir la evacuación de las heces. La distensión rectal provoca
submucoso, lo que expone al reflujo vesicoureteral.
una sensación de necesidad de defecar, que correlaciona
Clásicamente, la gestación se acompaña de una hiper-
directamente con la tensión ejercida sobre las paredes
laxitud conjuntiva: se observa una hiperlordosis lumbar
rectales. Su tratamiento se realiza al nivel cortical. Esta
por relajación de los ligamentos vertebrales y una cierta
sensación es inicialmente transitoria, para volúmenes de
movilidad de las articulaciones sacroilíacas, con una ante-
llenado pequeños, tras lo que se vuelve permanente y, por
versión de la pelvis. También existe una relajación de los
último, intolerable.
músculos de la pared abdominal, con una adaptabilidad
creciente al volumen uterino. La evolución creciente del
Defecación útero provoca, por una parte, un aumento considerable
del peso de las vísceras pélvicas y, por otra, un despla-
Su finalidad es lograr un vaciamiento rectal completo zamiento uterino hacia delante, cuya consecuencia es la
y con un control voluntario. Combina varios fenómenos, aparición de una presión orientada no hacia la región

14 EMC - Ginecología-Obstetricia
Anatomía funcional del piso pélvico  E – 15-A-10

anococcígea, sino hacia el hiato urogenital. Estas modi- ano es la etapa esencial de la expulsión [75] . A continua-
ficaciones podrían tener un impacto clínico directo sobre ción, el periné superficial es el último obstáculo para la
la estática pélvica, de modo que las nulíparas grávidas expulsión de la presentación. El anillo vulvar se hori-
tendrían un grado POP-Q superior al observado en las zontaliza y se dilata, hasta alcanzar las dimensiones del
nulíparas no grávidas: en un estudio de casos y contro- perímetro mayor de la presentación. Por tanto, el parto,
les realizado con 21 mujeres evaluadas durante su primera particularmente la expulsión, puede provocar lesiones
gestación, se ha observado un prolapso de grado 2 según la traumáticas del periné, sobre todo musculares. El riesgo
clasificación POP-Q en el 47,6% de los casos, mientras que de desgarro del fascículo puborrectal, sobre todo al nivel
todas la mujeres del grupo control tenían un POP-Q de de su punto de inserción en el centro tendinoso del
grado 0 o 1 [66] . Por otra parte, los trabajos ecográficos han periné, es mayor cuando el diámetro de expulsión es
confirmado este efecto específico de la gestación, con una grande (por ejemplo, una expulsión en occipitosacra con-
ptosis precoz del cuello vesical en reposo: esta deficien- lleva más riesgo para el periné que las expulsiones en
cia del soporte uretral podría persistir, de forma atenuada, occipitopúbica) [2, 65, 75] .
después del parto [67, 68] . Después del parto, existe un aumento de la movilidad
uretral durante una maniobra de Valsalva. Este incre-
mento es inexistente en caso de cesárea y máximo después
Parto y traumatismo obstétrico de una extracción con fórceps o con ventosa.
La relación entre el parto por vía baja y el riesgo de
prolapso es estrecha y está bien establecida, con un riesgo Lesiones musculares
relativo entre 4 y 10 [69] .
Las lesiones del músculo puborrectal son frecuentes des-
En el parto, además de las modificaciones morfológi-
pués de un parto por vía baja y se manifiestan en forma de
cas vesicouretrales y pelviperineales, existen afectaciones
defectos más o menos extensos visibles en la ecografía [76]
neuromusculares que son factores de riesgo de prolapso y
o en las imágenes de RM. El riesgo de que se produzcan
de incontinencia urinaria y anal [70] .
estas lesiones aumenta después de un parto con fórceps
Sin embargo, aunque el prolapso y la incontinencia
(OR: 3,4) [77] . La consecuencia de estas lesiones es una
urinaria y/o anal sean más frecuentes tras un parto por
ampliación del hiato muscular [78] y un riesgo mayor de
vía baja que tras una cesárea en los estudios a corto y
desarrollar un prolapso genital. Estas lesiones del mús-
medio plazo. Estas diferencias son menos evidentes a largo
culo elevador del ano y su relación con el prolapso fueron
plazo [71] . Además, cuando se compara la fuerza muscu-
descritas por primera vez en 1907. En la actualidad, se
lar de los músculos del piso pélvico tras una cesárea o un
estima que el OR entre las lesiones del elevador del ano
parto por vía baja, no existen diferencias significativas [72] .
y el prolapso es de 5,7, pero esta relación podría estar
Por último, las modificaciones anatómicas y los síntomas
subestimada [79] .
observados tras un primer parto se modifican poco o nada
El músculo elevador del ano (sobre todo su fascículo
por los partos posteriores [73] .
puborrectal) tiene una importancia funcional particular,
Otros factores como la edad, la concentración de estró-
porque interviene en los mecanismos de continencia y
genos, los factores genéticos y el sobrepeso intervienen en
participa gracias a su tono basal en el mantenimiento del
la fisiopatología de los trastornos de la estática pélvica [71] .
equilibrio anatomofuncional. Sin embargo, este músculo
La anatomía ósea de la pelvis, como se ha señalado pre-
está expuesto a tensiones considerables durante el parto,
viamente, también podría intervenir en la aparición del
que provocan su distensión al menos en un factor 3 [80] .
prolapso. Sin embargo, el uso de la radiopelvimetría por
Esta distensión permite la ampliación del hiato del eleva-
RM no permite distinguir de forma fiable a los pacientes
dor del ano y el paso de la cabeza fetal. La realización de
de riesgo. La única asociación significativa observada es
ecografías del elevador del ano antes y después del parto
la existente entre la incontinencia anal y una concavidad
confirma la ampliación del hiato en el posparto, lo que
sacra importante [74] .
hace pensar que el paso de la cabeza fetal es el principal
factor de riesgo de las lesiones del músculo elevador del
Modificaciones morfológicas ano [81] . Esta hipótesis se ve reforzada por el hecho de que
Las modificaciones uretrovesicales que se producen no se observa ninguna lesión después de una cesárea [82] .
durante el parto se conocen con detalle desde el punto La prevalencia de las lesiones del elevador del ano varía
de vista morfológico: cuando se encaja la presentación, del 15 al 30% de las pacientes que han tenido un parto por
la uretra queda comprimida contra la sínfisis del pubis y vía baja. Esta prevalencia está en alza, porque la probabi-
el cuello vesical se rechaza en sentido anterosuperior [1] . lidad de una lesión podría aumentar con la edad materna
Al nivel perineal, los cambios anatómicos siguen las dis- en el momento del primer parto [79] .
tintas etapas del parto [65] . Una vez que el feto se encaja Las extracciones instrumentales conllevan el máximo
en uno de los diámetros del estrecho superior, comienza riesgo. Las extracciones con fórceps aumentan la tasa
su descenso por la concavidad pélvica: el fascículo pelvi- de lesiones del músculo elevador del ano, con un OR
cococcígeo del elevador del ano interviene en la flexión de 3,83-10,47 [82] . El incremento del perímetro cefálico
y la rotación de la presentación, tras lo que se distiende, (> 35,5 cm) y de la duración de la segunda fase del parto
permitiendo la abertura de la hendidura urogenital. La (> 110 minutos) podrían ser otros factores de riesgo inde-
presión de la presentación provoca una retropulsión del pendientes [83] . La analgesia peridural parece ser un factor
cóccix, que produce el estiramiento de la comisura poste- protector.
rior del ano [2] . Por lo tanto, en las variedades anteriores Estas lesiones del elevador en el momento del parto
de presentación, el periné posterior es el primer elemento serían en la mayoría de los casos lo que Dietz denomina
que se solicita y que se distiende. Durante los esfuerzos «avulsiones» del músculo elevador del ano, durante las
de pujo, se produce de forma conjunta una contracción cuales el músculo se desprende de su inserción al nivel
del fascículo puborrectal que eleva el centro tendinoso del de la rama inferior del pubis y del arco tendinoso del ele-
periné, tracciona del conducto anal hacia arriba y dilata vador del ano [84] . Se trata de una lesión localizada en la
el ano [65] . El periné anterior no se distiende hasta una interfase entre hueso y músculo, y no de una lesión del
etapa posterior, durante la deflexión de la presentación. propio músculo, cuya consecuencia es la retracción del
El fascículo puborrectal se ve rechazado en sentido ante- músculo al nivel pararrectal. La mayoría de estas lesio-
roinferior, el centro tendinoso del periné se despliega, nes se localizan en el lado derecho, pero también pueden
la distancia anovulvar se alarga para triplicar su longi- ser bilaterales [85] . Pueden detectarse en el momento del
tud, pasando de 3-4 cm a 12-15 cm, y el orificio vulvar parto cuando se asocian a lesiones vaginales. Sin embargo,
se amplía. El paso del hiato muscular del elevador del en la mayoría de los casos, son ocultas y su diagnóstico

EMC - Ginecología-Obstetricia 15
E – 15-A-10  Anatomía funcional del piso pélvico

clínico es difícil. Gracias a los avances de las pruebas de se estima en alrededor del 1%. Los factores de riesgo que
imagen, inicialmente la RM y después la ecografía 3D, el suelen encontrarse son la nuliparidad, las presentaciones
diagnóstico de estas lesiones ha aumentado su precisión y posteriores, la extracción instrumental, la macrosomía
fiabilidad. Además de la visualización directa de la desin- fetal y el mal control del coronamiento de la cabeza fetal.
serción muscular, las pruebas de imagen permiten medir Las lesiones del esfínter anal se asocian a un riesgo mayor
el hiato muscular (diámetro transversal o área) o las dis- de incontinencia anal a medio y a largo plazo [94] . Sin
tancias inserción muscular-uretra o inserción muscular- embargo, la mayoría de las lesiones del esfínter anal son
sínfisis. ocultas y no se detectan mediante ecografía. En este caso,
Las dimensiones del hiato están aumentadas de forma son casi siempre asintomáticas [73] , pero podrían constituir
significativa en el posparto inmediato en caso de parto un factor de riesgo para la aparición de una incontinencia
por vía vaginal en comparación con el parto por cesárea. anal secundaria, sobre todo en la menopausia.
Este aumento correlacionaría con el perímetro cefálico Desde hace varios años, la conservación nerviosa ocupa
del niño [86] . Por otra parte, se ha demostrado que el área el centro de las preocupaciones tanto quirúrgicas como
del hiato era significativamente mayor en las mujeres que obstétricas. El desarrollo de las cirugías laparoscópicas
presentaban un prolapso genital [87] . y, sobre todo, robóticas que permiten disecciones más
La avulsión del músculo elevador del ano podría ser uno minuciosas y que hacen posible respetar los elementos
de los eslabones que faltan para relacionar el parto por vía nerviosos podría tener un papel determinante en la pre-
baja con la aparición de un prolapso. Varios trabajos han vención de muchas secuelas funcionales, sobre todo en
establecido la correlación entre el prolapso genital y las la cirugía de resección ampliada. Sin embargo, por muy
lesiones del músculo elevador del ano. Las mujeres que atractivas que sean, estas técnicas deben someterse a eva-
presentan una avulsión de este músculo tienen el doble de luaciones rigurosas en términos de beneficio funcional,
riesgo de desarrollar un prolapso de grado 2 o más [80] . La para confirmar que disminuyen significativamente las
asociación sería más fuerte para el prolapso uterino (riesgo secuelas neurológicas de las intervenciones quirúrgicas. Si
relativo [RR] = 4,0) y el cistocele (RR = 2,3) [80] . En los años se confirma esta ventaja, se deberán modificar y optimi-
próximos, convendría descubrir los factores de riesgo de zar las prácticas ginecológicas, incluso en el campo más
estas lesiones musculares para proponer reglas de preven- específico de las modalidades del parto para reducir sus
ción primaria. Asimismo, habrá que interrogarse sobre la riesgos.
pertinencia de las intervenciones quirúrgicas reparadoras
con el objetivo de reducir los riesgos de aparición posterior
de prolapsos en las mujeres afectadas.  Anatomía pelviperineal
Lesiones neurológicas y neuromusculares y sexualidad
Además de los propios daños musculares que puedan
La sexualidad humana depende de una alquimia muy
existir sin que haya ninguna lesión cutánea aparente,
compleja que no se puede limitar en absoluto a conside-
también se conoce la importancia de la repercusión neuro-
raciones anatómicas. Sin embargo, el papel del músculo
lógica del parto: neuropatía por estiramiento, afectación
elevador del ano durante el acto sexual es importante,
muscular perineal o esfinteriana de origen neurógeno, que
tanto desde el punto de vista de la biología de la repro-
también son factores de riesgo de prolapso y/o de incon-
ducción como de la calidad de la relación, tanto para la
tinencia urinaria y/o anal. El parto, sobre todo en la fase
mujer como para su pareja [1] .
de expulsión, puede provocar una denervación perineal,
Varios trabajos han intentado precisar objetivamente el
en parte reversible, que afecta a las estructuras nerviosas
papel de los músculos elevadores del ano en el acto y el
de los órganos pélvicos y del piso muscular. Estas lesio-
rendimiento sexual. Shafik [95] ha descrito el reflejo vagino-
nes neurológicas se asocian a una deficiencia muscular,
elevador. Este autor ha estudiado en 17 mujeres sanas la
demostrada mediante registro manométrico [88] . El nervio
respuesta electromiográfica de los músculos elevadores a
pudendo y sus ramos han sido los más estudiados. Una
la distensión vaginal (efectuada mediante un preservativo
fase de expulsión larga, una extracción con fórceps o un
inflado con 300 ml de aire): la amplitud y la duración de
peso elevado al nacer se asocian significativamente con
la actividad registrada aumentan de forma paralela a la
un aumento del tiempo de latencia del nervio pudendo.
distensión vaginal. Por otra parte, ha observado un agota-
La cesárea protege contra esta alteración, si se realiza de
miento de la respuesta después de varias distensiones, lo
forma programada. Parece producirse una recuperación
que probablemente refleje un fenómeno de fatiga mus-
durante los tres primeros meses posteriores al parto, con
cular. Por lo tanto, durante el coito, la distensión del
signos de reinervación en los registros electromiográficos,
conducto vaginal por el pene en erección provoca una
tras lo que las lesiones quedan estabilizadas [89] . Persisten
contracción del músculo elevador que causa un estrecha-
incertidumbres sobre el papel preciso del modo de parto
miento y una elongación de la vagina, fenómenos que
y de la duración de la fase de expulsión, que podría ser
garantizan una buena congruencia con el pene, cuya rigi-
determinante.
dez aumenta. Por otra parte, debido al efecto conjunto
Se han publicado muchos estudios sobre la fuerza mus-
de la contracción de la porción esfinteriana del elevador
cular del piso pélvico, antes y después del parto, utilizando
y de los fascículos puborrectal y pubovaginal, se produce
la palpación o la perineometría. En ellos, se pone de mani-
una elevación del útero y una dilatación del tercio supe-
fiesto una disminución de la fuerza muscular del piso
rior de la vagina, que se convierte en un receptáculo más
pélvico del 25-35% en el posparto [89] . Esta disminución de
idóneo para el esperma, lo que optimiza las condiciones
la fuerza muscular parece ser transitoria y desaparece en
de reproducción [7] .
la mayoría de los casos después de 1 año [90] . La afectación
El enfoque descriptivo, tanto anatómico como diná-
muscular es menos intensa en caso de cesárea [91] .
mico, de un coito con penetración vaginal durante una
RM es atractivo, debido a la calidad y la globalidad del
Lesiones del esfínter anal análisis que permite, pero se ve limitado por el número de
El parto por vía baja se asocia a un riesgo relativo de posiciones posibles y las dificultades de registro de ciertas
incontinencia anal de 2-3. Constituye la primera etiolo- secuencias.
gía de las lesiones del esfínter anal [92] . La generalización En un primer estudio, se ha registrado un coito cara
de las técnicas de ecografía endocavitaria y perineal en el a cara, en secuencia T2 y cortes sagitales. En esta posi-
posparto ha permitido precisar la frecuencia de las lesio- ción, antes de la penetración, la vagina es paralela al eje
nes traumáticas del esfínter anal, sobre todo en sus formas pubococcígeo con una convexidad anterior moderada.
ocultas [93] . La prevalencia de las lesiones del esfínter anal Después de la penetración, existe una acentuación de esta

16 EMC - Ginecología-Obstetricia
Anatomía funcional del piso pélvico  E – 15-A-10

convexidad debido al glande del pene, que se apoya en el nerviosas autónomas destinadas a los órganos genitales y
fondo de saco anterior de la vagina. La pared posterior de a la uretra con el fin principal de reducir las secuelas sexua-
la vejiga se empuja hacia arriba y hacia delante, y el útero les y urinarias de la disección rectal por cáncer [104] . Por
hacia arriba y hacia atrás [96] . En un segundo experimento, ejemplo, en la cara anterolateral del recto y posterolateral
se ha registrado en los tres planos una relación sexual con de la vagina, existe una concentración de fibras nervio-
eyaculación en la postura «súper G» en la RM. En esta posi- sas, denominada bandeleta neurovascular, encargada de
ción, el pene se apoya en el fondo de saco posterior y la la inervación de los cuerpos eréctiles y del esfínter ure-
vejiga y el útero son empujados hacia delante [97] . tral femenino. Esta bandeleta neurovascular se distribuye
Cada posición se asocia a una zona de apoyo, una esti- en tres direcciones principales, formando el plexo uretral
mulación de zonas más específicas, un desplazamiento de (destinado al esfínter de la uretra), el nervio cavernoso
los órganos pélvicos y la tensión de ciertos ligamentos. (destinado a los cuerpos cavernosos del clítoris) y el nervio
Por tanto, la RM podría permitir evaluar mejor las siner- esponjoso (destinado a los bulbos vestibulares). La pre-
gias y otras conexiones anatómicas implicadas durante el servación de esta bandeleta neurovascular es importante
coito [97] . durante la cirugía de resección para no provocar disfun-
Desde el punto de vista puramente anatómico, la RM ciones múltiples con trastornos de la continencia urinaria,
permite una descripción de los órganos desplazados y, de la tumescencia del clítoris y de la secreción genital.
por tanto, implicados en la relación sexual. La inyección En un estudio realizado con RM, se ha obtenido la carto-
de contraste permite también explorar las variaciones de grafía de las proyecciones corticales sensitivas del clítoris,
vascularización durante la relación, sobre todo durante la de la vagina y del cuello, con el fin de comprender mejor
excitación. En las pacientes menopáusicas o no, el análisis los sistemas neuronales implicados en la respuesta sexual.
mediante RM, con inyección de gadolinio, ha demostrado Las zonas activadas por la autoestimulación del clítoris,
que el bulbo vestibular y la anchura de los labios menores de la vagina o del cuello eran distintas, pero se agrupaban
aumentaban con la excitación. No se observan modifi- en la corteza medial paracentral, definida como la corteza
caciones de los labios mayores, la uretra, el cuello o el sensitiva genital. Una autoestimulación del pezón acti-
recto durante la excitación sexual. La RM puede aportar vaba, como era de esperar, la zona de proyección del tórax
informaciones sobre las modificaciones funcionales que al nivel del homúnculo de Penfield y Rasmussen, pero
se producen durante las distintas etapas de la relación también de forma más sorprendente, la zona de la corteza
sexual [98] . sensitiva genital, lo que sugiere una posible base neuroló-
Varios trabajos han demostrado la ausencia de corre- gica del potencial erógeno del pezón en la mujer [105] . Este
lación entre las dimensiones vaginales y la calidad de la enfoque de la sexualidad femenina por el análisis de los
sexualidad. El acortamiento de la longitud vaginal (salvo trayectos neuronales seguidos, explica la «proximidad» de
casos extremos) no se asocia a la aparición de una disfun- órganos distantes desde el punto de vista anatómico, pero
ción sexual [99, 100] . cercanos en sus conexiones cerebrales.
En un estudio prospectivo de cohortes, realizado en El famoso punto G, sobre el que aún se duda sobre si
mujeres heterosexuales mayores de 40 años, se ha demos- es una auténtica entidad anatómica o una representación
trado que el tamaño de la vagina correlaciona con la mentalizada de la zona del placer femenino por excelen-
actividad sexual (9,1 cm ± 1,2 frente a 8,9 ± 1,3 en las cia, siempre es motivo de controversia. En una revisión
mujeres sin actividad sexual, p = 0,04), pero esta corre- reciente de la literatura se ha propuesto una síntesis sobre
lación desaparece tras ajustar por la edad. La longitud un tema que aún es motivo de polémica. Según sus con-
vaginal total y el tamaño del hiato no difieren en las clusiones, se necesitan estudios más científicos. Existirían
mujeres con una puntuación normal del Female Sexual variaciones anatómicas entre las distintas mujeres en lo
Function Index (FSFI) y en las que presentan una disfun- que respecta a la localización del punto G en la pared
ción sexual [101] . anterior de la vagina [106] .
El impacto de la cirugía de los trastornos de la estática Los conocimientos sobre la fisiología sexual y de los
pélvica sobre la sexualidad se ha evaluado en muchos tra- mecanismos implicados en los trastornos de la sexuali-
bajos que se escapan al ámbito de este artículo. A pesar dad femenina aún son parciales, pero la aportación de
de que existen discordancias innegables, se puede admi- la RM, sobre todo funcional, debería permitir compren-
tir que el factor predictivo más fiable de la calidad de la der mejor los circuitos complejos que rigen la sexualidad
sexualidad postoperatoria sigue siendo la calidad de la femenina.
sexualidad preoperatoria, por lo que es importante reali-
zar una evaluación completa y rigurosa, además de ofrecer
una información consecuente. Salvo los errores técni-  Conclusión
cos causantes de secuelas anatómicas y funcionales que
pueden llegar a ser dramáticas, y las dudas que aún exis- Aunque la anatomía descriptiva es fundamental para el
ten sobre la tolerabilidad de ciertos materiales protésicos conocimiento del periné femenino, la anatomía funcional
(cuya utilización debe ser muy prudente y limitarse a las y dinámica confiere a estos conocimientos una dimen-
mujeres con actividad sexual), la sexualidad depende poco sión nueva, que es el vínculo de unión indispensable entre
de los parámetros que puede controlar el cirujano [102] . fisiología y fisiopatología. La anatomía «cobra vida» y el
Por tanto, las disecciones amplias de la fascia infravesical piso pélvico ya no se considera una simple plataforma
prolongadas hasta la región del cuello vesical y comple- inerte, sino un auténtico diafragma dinámico encargado
tadas en ocasiones con plicaturas agresivas no parecen de una serie considerable de funciones [6] . Las pruebas de
influir en la sexualidad, aunque esta región alberga la zona imagen modernas y la elaboración de modelos anatómi-
«mítica» del punto G. En otros estudios, centrados en la cos cada vez más eficaces han permitido evaluar mejor los
inervación de la pelvis, se ha demostrado una disminu- trastornos de la estática pélvica y comprender mejor las
ción de la sensibilidad vaginal tras la cirugía del prolapso. causas de fracaso de los tratamientos quirúrgicos ginecoló-
En un primer estudio aleatorizado que comparó el trata- gicos. Este mejor conocimiento de la anatomía funcional
miento del prolapso de grado superior a 2 por vía alta permitirá optimizar los métodos de prevención prima-
o por vía baja (± tratamiento de la IUE mediante ban- ria capaces de preservar el periné durante toda la vida,
deleta suburetral) se ha demostrado una disminución de a pesar de que se produzcan eventos traumáticos como la
la sensibilidad vaginal, esencialmente en la pared vagi- gestación y, sobre todo, el parto.
nal posterior, con poca influencia de la vía de acceso [103] .
Un estudio anatómico e inmunohistoquímico de la iner-
vación pelviperineal femenina con reconstrucción 3D ha Agradecimientos: Los autores quieren agradecer al Dr. J.-M. Fabre-
permitido precisar la distribución y la función de las fibras guette por haber proporcionado la imagen de defecografía.

EMC - Ginecología-Obstetricia 17
E – 15-A-10  Anatomía funcional del piso pélvico

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B. Fatton, Praticien hospitalier (brigitte.fatton@chu-nimes.fr).


M. Cayrac, Chef de clinique assistante.
V. Letouzey, Praticien hospitalier.
F. Masia, praticien hospitalier.
E. Mousty, Chef de clinique assistante.
P. Marès, Professeur des Universités, praticien hospitalier.
Service de gynécologie obstétrique, Centre hospitalo-universitaire Carémeau, Place du Professeur Robert Debré, 30029 Nîmes cedex 9,
France.
M. Prudhomme, Professeurs des Universités, praticien hospitalier.
Laboratoire d’anatomie, Centre hospitalo-universitaire Carémeau, Place du Professeur Robert Debré, 30029 Nîmes cedex 9, France.
R. de Tayrac, Professeur des Universités, praticien hospitalier.
Service de gynécologie obstétrique, Centre hospitalo-universitaire Carémeau, Place du Professeur Robert Debré, 30029 Nîmes cedex 9,
France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Fatton B, Cayrac M, Letouzey V, Masia F, Mousty E, Marès P, et al.
Anatomía funcional del piso pélvico. EMC - Ginecología-Obstetricia 2015;51(1):1-20 [Artículo E – 15-A-10].

Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico

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