Personalidad

Desde que la humanidad tiene memoria ha intentado explicar el comportamiento individual,

es decir ha intentado comprender la personalidad. La personalidad se puede comparar con un
diamante cuyas facetas atrapan y reflejan una diferente fuente de luz. La comprensión y
apreciación del diamante depende en mucho de dónde se esté situado y de cuál fuente de luz
sea la que se refleje en los propios ojos. (PHARES, 1990)

Ésta es posiblemente la categoría más compleja de la persona, tiene diferentes y múltiples

facetas, para estudiarla se ha tomado diversas perspectivas, las cuales datan de tiempos
antiguos (Cf. ROCA et al. 2010).

Personalidad viene del latín “persona”, que se empleaba para referirse a la máscara que
utilizaban los actores en el teatro, sugería la pretensión de poseer rasgos distintos de las
características reales de la persona que se encontraba detrás de la máscara. Con el pasar del
tiempo empezó a representar a la persona real o a sus características explícitas. Finalmente
el término personalidad se refiere al mundo interno y características psicológicas ocultas de
las personas (Cf. BECK et al., 1995; MILLON et al., 2001; ARNOLD, 1975).

El concepto de personalidad nace ligado indefectiblemente a la idea de conciencia de sí

(identidad) y a la idea de relación consigo mismo y creación de una intimidad donde dicha
relación es posible de una forma cualitativamente diferente al resto de las relaciones con los
otros y con las cosas (Cf. ROCA et al., 2010). Allport en Roca (2010) afirma que personalidad
es “la organización dinámica dentro del individuo de aquellos sistemas psicofísicos que
determinan su ajuste único al ambiente”.

Millon y Davis afirman que la personalidad se concibe como “un patrón complejo de
características psicológicas profundamente arraigadas, que son en su mayor parte
inconscientes y difíciles de cambiar y se expresan automáticamente en todas las áreas de
funcionamiento del individuo” (Cf. ROCA et al., 2010:123).

Hoy en día la personalidad se define como un patrón complejo de características psicológicas,

profundamente enraizadas, que se expresan de forma automática en casi todas las áreas de la
actividad psicológica. En otras palabras, la personalidad es un patrón de características que
configura la constelación completa de la persona (Cf. MILLON, T. et al. 2001).

Características de la personalidad

Se considera a la personalidad como un rasgo distintivo de cada persona, que permanece

estable en el tiempo, determinando su comportamiento, por lo que se dice que es consistente.
La personalidad es el sello característico de cada ser humano, que nos permite diferenciar a
cada individuo como un ser único, debido a que dos personas no darán una misma respuesta
ante una misma situación. La personalidad es también una compleja combinación de
características y comportamientos que hacen difícil la predicción de la respuesta de los
consumidores a los estímulos sugeridos, formada por la combinación de rasgos y cualidades
distintas.

Si bien la personalidad es consistente a lo largo del tiempo, se ve afectada por el ambiente,

las experiencias vividas por el individuo y también por la edad. La personalidad es el
conjunto de características físicas, genéticas y sociales que reúne un individuo, y que lo
hacen diferente y único respecto del resto de los individuos. Podríamos afirmar también que
la forma en que pensamos, sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad constituye
la personalidad. Nos permite así mismo reaccionar ante ese mundo de acuerdo al modo de
percepción, retro-alimentando con esa conducta nuestra propia identidad.

Cada persona al nacer ya tiene ciertas características propias, con el paso del tiempo
influenciado por el factor ambiental y familiar, esa persona definirá con su consiguiente
comportamiento, es decir, la forma de reaccionar o responder frente a diferentes situaciones
y problemas de la vida cotidiana. La personalidad será fundamental para el desarrollo de
habilidades del individuo y para la integración con grupos sociales.

La personalidad está compuesta por dos elementos: temperamento y carácter. El carácter se

concibe como el modo y estilo de comportamiento estable (expresado sobre todo por patrones
de conducta observables), es de tipo social y será determinado por el ambiente, en tanto que
el temperamento es un sustrato neurofisiológico del funcionamiento afectivo del sujeto (más
estable y con fuerte componente constitucional o genético) que influirá en la carga emotiva
que le pongamos a las cosas (Cf. MILLON, T. et al., 2001).

Roca (2010) menciona como características de la personalidad las siguientes: - se manifiesta

en cualquier conducta, - podrían ser estables pero podrían también sufrir algunos cambios en
base a las condiciones vitales, - tienen consistencia y especificidad, porque modificarlas
resulta un arduo trabajo y su organización se ha dado a lo largo de su vida, y sus funciones
son determinadas, - es un todo global, organizado y coherente, que brinda al individuo
distintividad, identidad y diferencias individuales y se ve afectada por influencias variadas,
desde biológicas a culturales pasando por sociales.