lA POllM CA PlATINSI

Jv~~Yv~
Editor -~
RECTOR BORRAT
Secretario Gráfico
HORACIO AÑON
Administrador
BRYAN PALMER
Redacción y Administración:
Cerrito 475, Montevideo, Uruguay. i
Teléfono 8 59 03. Dirección Cable- !
!

1
víspera
Montevideo, diciembre de 1973 - Año 7, número 33
gráfica: Víspera. 1

Redactores 1

Raúl Abadie Aicardi (Montevideo), ! 5· ·

César Aguiar (Montevideo), Rolan- ituac1ones
do Ames Co~ián (Lima), Goi;~alo La Iglesia y la Junta 2
Arroyo (Santiago), Carlos Bara1bar D b" ,
(Montevideo), César F. Baráibar e tres o ispos franceses, sobre Chile 2
(Montevideo), Horacio Bojorge 1 De Pablo VI sobre Chile 2
(Montevideo), Ernesto Cardenal Allende nos escuchaba 3
(Sol~nti?ame, Nicari;igua), Lui~ A. Apurando la mateada 4
Carnqmry (Montevideo), Enrique ·A o. · • •
¿. p ... nas ~ma v1ctona moral.
9
Dussel (Mendoza), Bayardo José 4
García Núñez (Managua), Lucio Del petroleo al poder 5
Gera (Buenos Aires), Carlos Tala- La apoteosis del Golbery 5
vera. (Asun~ión), Gustavo Gutiérre~ La derrota del COPEI 6
Mermo (Lima), Helan Jaworsk1
(Lima), Enrique Mareque (Buenos E
Aires), Alberto Methol Ferré (Mon- ncuentros
tevideo), José Alfonso de Moura Perón y el ser histórico - Justino O'Farrell 7
Nunes (Belo Horizonte), Bryan Pal- André Dumas - Cuatro preguntas a América Latina 8
mer (Montevideo), Romeo Pérez
(Montevideo), Guillermo Rodríguez p
Melgarejo (Buenos Aires), Alberto erspectivas
Silva (Santiago), Paulina Spinoso La ruptura chilena - Romeo Pérez
(Buenos Aires), Carlos Horacio Urán 11
(Medellín). Eros y el Espíritu - Héctor Borrat 14
Las opiniones vertidas en los artícu- De la acción cristiana - José Comblin 19
los son de exclusiva responsabilidad
de los autores. Lecturas
Se autoriza la reproducción del ma-
terial publicado con mención de la El proceso revolucionario peruano: testimonio de lucha 31
fuente y envío de dos números de la Medios de comunicación: ¿Esclavizan o liberan? 31
publicación a la sede editorial d~ Vida y Muerte de las órdenes religiosas 32
VÍSPERA. Thomas Hobbes y los orígenes del Estado burgués 32
La revista se reserva el derecho de Fe cristiana y cambio social en América Latina 33
retener los originales que se le en-
víen, así como decidir sobre su pu- Informe: LA POLÉMICA PLATENSE
blicación.
Impreso en Talleres Gráficos "33" S.A. Raúl F. Abadie-Aicardi: Brasil en la Cuenca 36
Piedras 522, Montevideo. Paulo R. Schilling: La cuenca de la integración
Depésito legal N9 31.237 o los ríos de la discordia 40
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ne 2 Sur N9 1243. PERU. - Precio de venta U$S 0.80. na en cada país.
'--~~~~~~~~~~~~~~~~--~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~1
 SANTIAGO bierno mayoritariamen-
te marxista y la polémi-
ca interna entre demo-
La Iglesia cristianos y partidarios
de la UP y entre los sec-
tores que componían
ambas corrientes, polé-
mica que se volvió can-
dente cunado la jerar-
y la Junta
quía publicitó sus obje-
ciones al Primer Encuen-
tro de Cristianos para el
Socialismo. Ahora, la
drástica implantación del
Desde los arranques de la última década, la
Iglesia chilena se ha convertido en una cons-
gobierno militar aguijo-
nea hasta la exasperación
esta polémica interna.
Al mismo tiempo muestra
tante proveedora de situaciones paradigmáti- a la jerarquía chilena
cas. Varias veces nos hemos ocupado de lanzada de lleno -junto
con instituciones católi-
ellas. Primero fue, a nivel episcopal y tam- cas y protestantes- a la
defensa de las víctimas
bién clerical, la apuesta desde la extrema dere- de la represión. Sabemos
desarrollista, que se tra- cha hasta la UP y el cuánto importa este ser-
dujo en el apoyo a la "re- MIR pasando por una v1c10 en circunstancias
volución en libertad" DC 'internamente dividi- como la chílena. Pero no
postulada por .Eduardo da entre el oficialismo podemos dejar de pre-
Frei. Con el triunfo de freísta y el tomicismo. guntarnos: ¿Cuál es la
Allende las opciones po- Fue, para la igles~a, el actitud de la jerarquía
líticas de los católicos tiempo de la coexisten- católica ante el sistema
chilenos se ramificaron cia cordial con un go- autoritario que ahora ri-
ge en Chile?
Las informaciones son
fragmentarias pero, va-
DE TRES OBISPOS mos a ver. alcanzan para
desautorizár ciertos te-
rnnres oue la jerarquía
FRANCESES'l SOBRE CHILE chilena hubiere asumido
un rol legitimador del
golpe.
"Con razón o sin ella -dijo a "La Croix" del
La primera declara-
10 de octubre el Cardenal Marfy, arzobispo de Pa- ración del Comité Per-
rís-. la experiencia chilena tomaba el rostro de
manente del episcopado
una 'esperanza en el espíritu d~. much.os. Ellas les de Chile fue a los cuatro
hacía entrever una transformac10n social en la le-
días del golpe, el 15 de
galidad. Es un hecho. Y yo conozco. gente que se setiembre. Expresaba la
siente profundamente afectada y hen~a .. Com,rren-
esperanza en que las
do su sufrimiento. Entre el¿?s, hay cn~tian?s. ventajas adquiridas por
La anunciada construcc10n de una iglesia sobre
la clase obrera y cam-
las ruinas de la que fue residenc~a particular del pesina no fueran cuestio-
president~ Allend~. aparece a los º?,ºs del Carden~!,
nadas por el nuevo régi-
"si esta mformacion es verdadera , como un I?I o- men. Pedía el respeto
yecto "inadmisible". "Que se haga todo l<;> posible
por los aue cayeron, y en
para no realizarlo", exhortó. "El Evangelio no. es primer lugar a quien fue
neutral. Provoca al compromiso. Yo deseo ardien-
hasta el 11 de setiembre
temente que los católicos reconozcan que en tod~s el Presidente ele la Re-
las circunstancias el respeto del pueblo es lo pri-
pública. Y también, que
mero. Que el servicio de la justicia no es faculta- se respetara "el idealis-
tivo. Que la economía es para el hombre. Que la
mo sincero que ha guia-
liberación social de los más pobres e~, una causa do a muchos de ellos".
noble. Que la falta grave de promoc10n humana
colectiva en ciertos países no puede ser tole_rada. La Iglesia era en esos
[ ... ] Es inadmisible que sin ninguna garantia 5e momentos la única voz
arreste hombres. Es inadmisible que se les t.orture. que públicamente asu-
No cabe sino condenar las ejecuciones sun:~anas. No mía dentro ele Chile la
es justo que alguien sea privado de su ~1bertad y defensa ele los persegui-
tratado como malhechor por la sola razon de ex- dos. Muchas otras voces
presar ideas contrarias a las de aquellos que poseen intentaban lo mismo en
el resto del mundo y en-
la fuerza." . -d .. tre ellas, calificadas vo-
"Todos tienen los ojos fijos en Chile IJo a
"Le Figaro" del 8 de octubre Mons ..Huyghe, obispo ces de las iglesias. Estas
de Arrás-. Allí se ha matado la hbertad, se. ase- últimas sin perjuicio de
sina ahora a los hombres. [ ... ] Los hombres libres referirs~ a la situación
estarán en duelo ·por tanto tiempo como J.:aya Pi,;e- chilena globalmente con-
blos reducidos a la cautividad por las ideologias siderada también podían
totalitarias." invocar 'casos que las in-
"Nos hemos inquietado al, ver que un régimen volucraban directamen-
democráticamente establecido haya podido s.er sus- te. Entre las víctimas de
pendido por la fuerza -declaró a "La Croix" del la represión hay, en
7 de octubre el Cardenal Gouyon-. Estamos . deso- efectos muchos militan-
lados al ver que una esperanza que, con o sm ra- t<>' crlstianos. inclusive
zón, había crecido en el corazón de muchos ,i;iobres clérigos, inclusive ex-
no puede vislumbrarse, al menos por ahora. tranjeros.
21-=~---~~~~:__--~~--~~~-- Pero el 28 de setiem-
DE
PABLO VI
SOBRE
CHILE
··Las amargas noticias
sobre un súbita reanuda-
ción ele la guerra en el
Cercano Oriente así como
las tristes noticias sobre
la represión violenta en
Chile y tantas otras con-
cernientes a situaciones
permanente3 ele opresión
conmueven profundamen-
te nuestro corazón. Ellas
hacen a este momento ele
oración tanto más intenso
v doloroso, incluso si él
110 está desprovisto, co-
mo siempre, ele una con-
fianza invencible. Sí, de
confianza ante el hecho
que la opinión pública
mundial se haya vuelto
más sensible y condene
más enérgicamente la vio-
lencia y la sangre. La opi-
nión pública, en efecto,
ve cada vez más clara-
mente que el recurso cie-
go a las crueles armas
homicidas para restable-
cer el orden, esto es la
opresión de los hombres
por otros hombres, es
irracional e inhumano.
¿Qué justicia y qué paz
pueden obtenese por me-
dio ele conflictos san-
grientos? ¿Es posible que
en momentos de tregua
no se encuentren métodos
menos inclis<nos del hom-
bre v de lo. lógica, del
derecho y ele la civiliza-
ción? ¿Es posible que la
mediación sea todavía tan
débil e ineficaz? ¿Que el
diálogo, que da tantos re-
sultados felices en estos
últimos tiempos. sea ver-
daderamente estéril e im-
oosible? Nosotros sufri-
inos y lloramos, pero to-
da vía esperamos. Nos
prosternamos a los pies
de los responsables y les
suplicamos que no lleven
la lucha a los extremos,
que no se dejen dominar
por un espíritu ele ven-
ganza, que no sean in-
transigentes ante las fór-
mulas razonables ele com-
promiso, y que recuerden
que esos que llamamos
enemigos son también
hombres y hermanos."
Alocución del 7 ele
octubre al mediodía.
bre vino el primer mo- Cardenal Silva Henrí-
tivo de alarma. Según quez: "La Iglesia no está
un comunicado del Se- llamada ni a implantar
cretariado Permanente de gobiernos ni a hacerlos
la Conferencia Episcopal, caer, ni a reconocerlos ni
el Comité Permanente a no reconocerlos. Acep-
del Episcopado visitó a tamos el gobierno que es-
la Honorable Junta de te pueblo ha querido dar-
Gobierno "para expre- se y lo servimos. Quere-
sarle sus sentimientos de mos realmente servir al
respeto y de estima a las pueblo de Chile y recono-
Fuerzas Armadas y los cemos el gobierno que el
Carabineros de Chile y pueblo quiere." Los obis-
su agradecimiento por los pos chilenos, agregó,
gestos de deferencia que "están preocupados por
las nuevas autoridades la imagen que se hace de
han manifestado a los Chile en el extranjero.
obispos de todo el país." f ... ] Creo que podremos
El segundo motivo de trabajar con las autori-
alarma fue el más publi- dades (nuevas) para pre-
citado. Tomó forma con sentar la imagen verídi-
otro comunicado del ca." Esta preocupación
episcopado dando cuenta llegaría hasta el intento
de una conferencia de de "desautorizar" las se-
prensa del Cardenal Sil- veras palabras que Pa-
va Henríquez, celebrada blo VI dijera dos días
el 9 de octubre (lo tra- antes. Por los informes
ducimos, como el ante- "de religiosos y religio-
rior, de la versión que sas que han debido aban-
da "Informations Catho- donar el país" y " por
liques Internationales", las informaciones de
puesto que desdichada- prensa que en Europa
mente esta vez no hemos son tan malas y tan des-
recibido los originales). favorables para Chile
Dijo entonces, según esa r... ] la imagen que el
versión -parcialmente Papa se ha formado no
difundida por la AP-, el es la que nosotros que-
rríamos que tuviera en los dichos del Papa. Po-
estos momentos." cos días después, el Car-
Pablo VI había habla- denal emprendía una gi-
do de Chile en una de ra por los Estados Unidos
sus habituales alocucio- y Europa con el propósi-
nes al pueblo, el medio- to, según las agencias, de
día del domingo 7 de "restablecer la verdad
octubre (v. recuadro "De sobre la situación de su
Pablo VI, sobre Chile"). país, que sería mal cono-
Sumo Pontífice y a la cida en el exterior".
vez Jefe de Estado, Pa- Y aquí el giro nuevo y
blo VI esta vez se pre- reconfortante. Lejos de
sentó también como por- legitimar al nuevo gobier-
tavoz de "la opinión pú- no, la declaración carde-
blica mundial", cada vez nalicia a "L'Osservatore
más clara en sus pautas Romano" que -junto a
para juzgar situaciones otros textos- publicamos
como la de Chile. Y fue por recuadro, involucran-
en el incremento de la do a toda la jerarquía chi-
sensibilidad y energía de lena, le ofrece a la Junta
esta opinión pública la misma colaboración
mundial que el Papa en- dada (y no sólo ofrecida)
contró las razones de su al gobierno de la Unidad
"confianza invencible". Popub.r. Y le exige a la
Según un cable de la Junt3. ni más ni menos
AP, octubre 9, la Junta que la misma libertad de
reaccionó de inmediato acción que la Iglesia go-
ante la alocución papal za;;ia (y no sólo exigía) en
trasladándose, en busca el ¡;obierno anterior. La
de explicaciones, a la re- declaración de Roma se
sidencia del Cardenal. La convierte en una reivindi-
visita de la Junta, indi- cación de las obras de
có la misma fuente, fue bien común y la libertad
hecha pública por el pro- religiosa en tiempos de la
pio Cardenal. Y tras ella UP. De ahí las reacciones
vino la insólita "desauto- que incluimos en el re-
rización" cardenalicia a cuadro. ll!!I

----""--------------------------------- ------··~---~

ALLENDE NOS ESCUCHABA

-"El Cardenal, a nombre de la Iglesia, ha
ofrecido al nuevo gobierno de Chile la misma co-
laboración que la Iglesia diera, en todas las obras
de bien común, al gobierno marxista del señor
Allende. Al mismo tiempo, cosa que las actuales
autoridades han aceptado, ha exigido la misma li-
bertad en su acción que la Iglesia gozaba en el
gobierno anterior. La Iglesia chilena no se siente
llamada a establecer gobiernos, a dar la patente
de legitimidad a las autoridades civiles, o a derro-
car gobiernos. Su acción no quiere ser política, sino
religiosa."
En Roma, noviembre 4. Declaración publicada
por "L'Osservatore Romano". noviembre 11.
[Comentó el Secretario de Prensa de la Junta
Militar, Federico Willoughby: "No tenemos el tex-
to completo de las declaraciones de Su Eminencia
en Europa, pero como cristianos estamos seriamen-
te sorprendidos, igual que otras personas, por cier-
tas palabras que se atribuyen al Cardenal, como
que habría ofrecido al gobierno la misma colabo-
ración que le dio al régimen marxista anterior. Se-
guramente ellas deben ser transcripciones obvia-
mente tergiversadas por mala fe o errores de tra-
ducción. La política de la Junta Militar es recons-
truir Chile, dentro de un espíritu cristiano y, por
esto, no concebimos que nuestras relaciones con
la Iglesia tengan la misma intensidad que las que
mantuvo con Allende."]
[Comentó "Tribuna", vocero oficioso del Par-
tido Nacional: Las declaraciones del Cardenal "han
producido franco estupor no solamente en los me-
dios confesionales sino que dentro del ámbito de
toda la opinión pública". En febrero 1973 -recor-
dó "Tribuna"- el Cardenal había dicho: "Chile
asiste a un proceso de cambios que lo llevan hacia
el socialismo. Al socialismo no hay que tenerlo
miedo. Los sacerdotes deben dar su aporte para
que este cambio se produzca." Y el 17 de junio de
1973, al diario "Excelsior" de México: "La Iglesia
chilena tiene actualmente una actitud de apertura
hacia el socialismo, que es la más clara opción para
los pobres. El liberalismo es peor, por su contenido
profundamente egoísta."]
-"No creemos oue sea el marxismo la única
solución para liberar· al hombre."
En Roma, noviembre 1973.
[Comentó "El Mercurio" de Santiago de Chi-
le: El marxismo es "un error, un error categórico
opuesto a los dogmas y enseñanzas del credo ca-
tólico". Cabe esperar -agregó- que la frase car-
denalicia (que sugiere que el marxismo es una de
las soluciones para liberar al hombre) haya sido
tergiversada. "Las palabras atribuidas al Cardenal
tienen la circunstancia agravante de que el tema
es el de la liberación del hombre, que se refiere
a él un altísimo prelado y que a su vez irrumpe
en el momento en que vive nuestra patria, com-
batida por el marxismo desde dentro y desde fuera."]
-"Antes se exageraba al afirmar que yo había
pactado una alianza con las fuerzas marxistas.
Ahora se exagera también cuando se hacen afir-
maciones en contrario." No hay "connivencia" de
la Iglesia con el actual gobierno. Para responder
a la pregunta de si es posible la coexistencia del
marxismo y el cristianismo en una sociedad lati-
noamericana, "tendría que hacer una profecía, pero
yo no soy un profeta. Espero que eso será posible.
En América Latina no es posible el socialismo sin
elementos cristianos." Allende fue "un idealista,
un romántico del socialismo oue no mantuvo en
su torno hombres capaces de traducir las ideas en
medios prácticos" pero que "dejó a la Iglesia una
libertad efectiva. Nosotros confiábamos en su pro-
mesa de respetar a la Iglesia porque Allende nos
escuchaba."
En Roma, noviembre 1973, ante compañeros de
la orden salesiana.
[Declaró la viuda de Allende, también en Ro-
ma: "El Cardenal Silva Henríquez se ha dedicado
siempre, como Salvador Allende, a evitar la guerra
civil y nosotros sabemos todo lo que ha hecho para
impedirlo".] 3
 BUENOS AIRES - A.SUNCION radora de Itaipú pero tro recubre objetivos
costará la mitad. Dicho muy precisos: ante todo,
de otro modo: Itaipú es asegurarse cuanto antes

Apur ndo más rentable que Apipé:

costando el doble, produ-
ce el triple. Por tanto,
mantener las condicio-
nes pactadas en Itaipú
sin lograr una rebaja
la financiación para que
se haga realidad este pri-
mer convenio binacional
sobre represas que sus-
cribe la Argentina; pe-
ro también, franquearle

ate da proporcional del precio

de la energía paraguaya
significa -como destaca
un editorial de "Clarín"
(diciembre 4)- que "la
el camino a otra represa
argentino-paraguaya lar-
gamente pospuesta, Cor-
pus, necesaria para con -
sumar el avance energé-
diferencia en el - precio tico. Mucho importa por
Lo que no pudieron Onganía, Levingston y de los insumos energéti- eso que en la declaración
cos se trasladará a la pro- conjunta que además del
Lanusse supo lograrlo Perón, el 3 de diciem- ducción y favorecerá a la convenio firmaron los
bre, cuando los cancilleres de Argentina y competencia brasileña". cancilleres de Argentina
y Paraguay se manifies-
Paraguay pusieron sus firmas al pie del Tra- Para Corpus te "la decisión de empe-
tado de Yacyretá concretando la cons- ñar todos sus esfuerzos
"Espero que en un día para concretar, también,
no lejano -escribió a el aorovechamiento del
trucción de la central de que la presa comien- mano Perón a su antiguo río Paraná en la zona de
hidroeléctrica Yacyretá- ce a funcionar en 1980, amigo Stroessner- pue- Corpus, a cuyo efecto se
Apipé. antes que Itaipú, con lo da darme el placer de vi- dispondrá el llamado a
Ausente porque "los cual empiezan a cum- sitarle nuevamente para concurso de las firmas
médicos me han aconse- plirse algunos de sus más poder hablar y tomar consultoras, dentro del
jado no viajar en las notorios objetivos: des- unos mates con usted, plazo de treinta días, pa-
presentes circunstancias" contar las ventajas acu- sin protocolo, como en ra llevar a cabo los per-
pero representado por su muladas por el Brasil en los viejos tiempos." La tinentes e:otudios de fac-
mujer y vicepresidenta, la disputa por los ríos y nostalgia del reencuen- tibilidad." m
Perón consolida con este por la hegemonía sobre
Tratado uno de los más la Cuenca del Plata; res-
efectivos avances de una catar al Paraguay de una 1----~---­
diplomacia que desde rígida adscripción al sis-
tiempos preelectorales se tema expansionista bra-
anunciaba tan imaginati-
va y pragmática como su
silero; abastecer las nece-
sidades energéticas de la
Argentina -en plena cri-
¿APENAS UNA
propio conductor. Bajo
sus predecesores, las ne-
gociaciones para cons-
truir esta represa sobre
sis petrolera- acudien-
do a la energía hidro-
eléctrica, hasta ahora la
VICTORIA MORAL?
el río Paraná, que insu- menos desarrollada en el
mieron unos cinco años, país (sólo le cubre el 7% El triunfo de la propuesta argentina en las
se habían estancado por del consumo nacional Naciones Unidas el 27 de noviembre enmarcó una
la negativa paraguaya a de electricidad). nueva medida de su situación minoritaria dentro
dejar inundar unos 1.500 La urgencia energética del propio espacio geopolítico donde tiene que
kilómetros cuadrados de se vuelve tanto más dra- operar.
su territorio, de acuerdo mática para la Argenti- La propuesta proclamaba la necesidad de las
a lo que resultaba de la na como para todo el consultas previas entre los estados implicados por
"traza 1" de la represa. mundo a partir de la cri- la realización de obras que supongan el aprovecha-
Por todo un año Argen- sis petrolera que desata- miento de los recursos naturales existentes en ju-
tina insistió en el soste- ran los países producto- risdicción de dos o más países. Presentada por Ar-
nimiento de esta "traza" res del mundo árabe. Pa- gentina en la Comisión Económica de la Asamblea
alegando que era la me- ra el 74, Argentina ne- General de las Naciones Unidas triunfó por un
jor técnicamente y a su cesitará importar más de amplio margen: 78 votos a favor, 6 en contra, 41
vez la más económica, y tres millones de metros abstenciones. Pero entre los 78 no figuraba nin-
que los 700 kilómetros cúbicos de petróleo. De guno de los hermanos platenses. Además de Brasil,
cuadrados de territorio un petróleo -se sabe- votaron en contra Paraguay y Bolivia, en tanto
paraguayo que en defini- de más en más escaso y que Uruguay se abstuvo.
tiva quedarían bajo las por tanto encarecido. Entre los que acompañaron la moción argen-
aguas, aparte de su esca- El reacercamiento co;:i tina hubo sin embargo aliados importantes. Del
sa productividad, serían el Paraguay llevó al otar- lado latinoamericano, Perú y Chile. Y de África,
compensados monetaria- gamiento de ventajas a 37 estados, esto es, casi todo el vecino continente
mente por la iu:gentina. este socio pobre que me- excepto Malawi, Etiopía y la República Central
Perón diluyó la intransi- <liante las represas que Africana, que optaron por la abstención. La inter-
gencia de ambas parte3 construirá con sus dos pretación más optimista considera esta votación de
al ofrecer una alternati- grandes vecinos pasaría los africanos como un apoyo a ese precursor y per-
va que fue en definitiva a constituirse en el ma- manente adalid del tercermundismo oue es Juan
la pactada: la "traza 2", yor exportador mundial Domingo Perón. Otra -no necesariamente acumu-
con ella los territorios de energía. La generosi- lativa con la anterior- la entiende como un re-
paraguayos a inundar dad argentina queda de chazo a la alianza luso-brasilera últimamente tra-
quedan reducidos a la manifiesto en una cir- elucida en el voto de Brasil en favor de Portugal
mitad. Pero el precio de cunstancia muy peculiar. contra la independencia de Guinea-Bissau.
esta concesión es sin du- Para la venta de energía En cuanto a la reacción brasilera no se hizo 1
da oneroso: encarece el paraguaya a la Argenti- esperar. "La resolución de la UN es muy genérica
proyecto original en unos na van a regir las mis- -declaró el secretario general del Ministerio de
100 millones de dólares. mas condiciones bajo las Minas y Energía, Benjamín Mario Batista- y se
cuales Paraguay vende- limita a hacer recomendaciones que cada país cum-
Antes que ltaipú rá a Brasil su excedente plirá o no según lo desee. En el caso de Brasil.
de Itaipú. no la cumpliremos, especialmente en relación á
Perón llevó las cosas Apipé tendrá un ter- Itaipú."
4 adelante a los efecto3 cio de la capacidad gene- > - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - '
BR.A.SIJJ.IA
Del petró
Gaúcho como Costa e Silva y Garrastazú
Médici (y Vargas y Goulart), pero de an-
cestro germánico (como Stroessner y Ban-
zer), y fe luterana, hermano más joven
del Ministro del Ejército y con
hermano que también ha
escalado altos grados
castrenses. hacía dos
años que , el general Er-
nesto Geisel venía apa-
reciendo en primerísimos
rangos dentro de la res-
tringida nómina de los
presiclenciables. Cuando
un colegio electoral lo
elija, el 15 ele enero, el
sistema habrá confirma-
do esa maciza continui-
dad que ostenta como
una de sus mayores mar-
cas de prestigio: Geisel
"no permitirá, una vez
investido de la presiden-
cia de la Reuública -ase-
guró Médicf al anunciar-
lo como su sucesor- oue
sufra cualquier desvío- la
filosofía económica, so-
cial y política a la que
se afilia el orden revo-
lucionario".
¿Será así? Como Cas-
tello Branco, Geisel po-
ne en alto la imagen
del militar intelectual,
de sólida formación aca-
démica. Terminados sus
estudios en la Escue-
la Militar en el 26,
un año después que Mé-
dici, Geisel siguió todos
los cursos exigidos para
llegar al grado de Ge-
neral (Perfeccionamiento,
Estado Mayor y la muy
acreditada Escuela Su-
perior de Guerra), tuvo
su tiempo en la metrópo-
lis (The Army Commanel
and General Staff Colle-
ge), fue agregado militar
en Uruguay, adjunto del
Estado Mayor de las
Fuerzas Armadas, miem-
bro del cuerpo perma-
nente de la Escuela Su-
perior de Guerra, jefe de
la segunda sección del
Estado Mayor del Ejérci-
to. Muy pronto este mi-
litar de élite se lanzó a
la carrera política: en
1935, secretario ele Ha-
cienda del gobierno de
Paraiba; veinte años des-
como Presidente de la Geisel fue - y será- la
República. Su esquema expansión hacia el ex-
no es otro que el de to- terior. La actividad de
do el modelo: la expan- Petrobrás dejó de ser pu-
sión del Brasil privile-
giando a los capitales ex-
tranjeros. Un criterio es-
trictamente empresarial
ramente comercial e in-
mediata. Se propuso in-
vestigar y explorar pe-
tróleo en otros países,
trasladado rígidamente a mediante contratos vi-
la dirección de la polí- gentes de 10 a 20 años.
tica nacional. Hoy en día -confirmó
Hasta ahora, el mono- el futuro presidente del
polio estatal del petróleo Brasil- "la Braspetro
en el Brasil se extiende actúa en la exuloración
a la producción, el refi- en Colombia, el.onde ya
namiento y la importa- produce petróleo comer-
cialmente, en Irak, en
ción del petróleo crudo.
Durante su gestión, Madagascar, en Egipto y
recordó al despedirse de en Irán, existiendo otras
Petrobrás, hubo quien negociaciones en curso,
pretendió extender el mo- inclusive para la opera-
otro nouolio a la distribución ción en el Mar del N or-
de - derivados de petróleo te." Paralelamente, dis-
y a la petroquímica. Gei- minuye la perforación
pués, cuando Café Filho sel se opuso, "El mo- exploratoria interna, aho-
asumió la presidencia nopolio legal atribuido ra concentrada en las
tras el suicidio de Var- a Petrobrás -agregó bahías del medio Ama-
gas, subjefe de la Casa Geisel-,- no constituye zonas, del Acre y del
Militar, tras el golpe del una finalidad sino que Paraná, en las bahías te-
64, con Castello Branco, es apenas un medio de rrestres de Bahía, Espíri-
jefe del gabinete militar, acción para asegurar al tu Santo, Sergipe y Ala-
En este importante cargo país el abastecimiento goas y -acentuadamen-
confirmó un estilo eje- necesario de petróleo y te- "en la plataforma
cutivo, eficaz, reservado, derivados." Lo cual su- continental, con trabajos
seco, poco afecto a las giere que si ese abasteci- de reconocimiento preli-
rupturas, más dispuesto a miento llega a garantizar- minar en toda su exten-
las preguntas que a la se por otros medios tal sión y con perforaciones
manifestación de sus pro- monopolio no haría más pioneras."
pios propósitos, Al llevar falta y bien que podría La cuestión petrolera
a cabo, por encargo del cesar. será una de las preocupa-
presidente, una investi- ciones mayores del ex
gación en el nordeste, su- Para los fasfos presidente de Petrobrás
po acreditar buenas dis- cuando asuma, dos sema-
posiciones para el mejor
del decenio nas antes del 109 aniver-
trato de los presos. Ello "La autosuficiencia en sario del régimen, la Pre-
no obstante, su ulterior la producción nacional sidencia del Brasil.
destino como Ministro de petróleo, por más En 1974, Brasil debe-
del Supremo Tribunal deseable que sea, no es rá importar cerca de dos
Militar le mostró en cam- misión básica de la em- biliones ele dólares en pe-
bio como un magistrado presa -entendió Geisel. tróleo. Esto es: el equi-
duro, sistemáticamente Es función de factores y valente a una tercera
opuesto al otorgamiento circunstancias aleatorias, parte del valor de las ex-
del habeas corpus a los independientes de nues- portaciones totales que
presos civiles sometidos tra voluntad." Ante esta para ese año se estiman
a la indagación policíaco- dependencia de factores en 6, 1 billones de dólares.
militar. externos, la respuesta de liiil
Las gradas del
ahorro externo
Fue con la llegada de
Médici a la presidencia
LA APOTEOSIS
que Ernesto Geisel tre-
pó hasta la jefatura de
la mayor empresa del
país: Petrobrás: Anterio-
DEL GOLBERY
res vínculos con ella le
habían mostrado como Ernesto Geisel montó en Río su estado mayor
un firme defensor del in- electoral, semillero quizás de futuros ministros. La
terés nacional frente a presencia más definitoria tiene grado de general y
grandes consorcios pri- se llama Golbery do Couto e Silva.
vados. La presidencia Maestro, desde los años 50, de las FF.AA., fun-
de Petrobrás le pareció dador bajo Goulart -durante cuya presidencia
una carga tan abruma- pasó a retiro- del Instituto de Investigaciones Eco-
dora que hizo falta todo nómicas y Sociales, hombre prominente bajo Cas-
el peso de la autoridad telo Branco, creador y primer jefe del Servicio
presidencial para que fi- Nacional de Informaciones a la vez que gran capi-
nalmente la aceptara. tán de la industria privada -nada menos que la
La despedida de Pe- Dow Química Sociedad Anónima, filial de la Dow
trobrás en julio últi- Chemical del EE.UU.-, Golbery ha ganado fama
mo permitió un balan- como el mayor ideólogo de la expansión brasilera
ce de la administración a través de sus libros "Geopolítica do Brasil" y
Geisel que puede servir "Planejamiento Estratégico".
de anticipo a su gestión '--~~~~~~~~~~~~~~~~___Js

CARACAS
La errota
del e El
Luego de dos años de agitada campaña
electoral, cuya culminación se produjo con
los comicios del 9 de diciembre, los vene
zolanos cuentan con un nuevo presidente
constitucional. Con Carlos Andrés Pérez re-
gresa al poder uno de
los partidos más repre-
sentativos de la so-
cialdemocracia latinoa-
mericana: Acción Demo-
crática, que tiempo atrás
tuvo veleidades progre-
sistas y hombres que,
como Rómulo Betan-
court, se destacaron en el
continente por sus dotes
de estadista.
A la imagen paternal
que ofrecía Lor~nzo Fe~­
nández, el cand1dato ofi-
cialista, se oponía la du-
reza de Carlos Andrés Pé-
rez, un hombre que apli-
có métodos represivos in-
discriminadamente en su
calidad de Ministro de
Relaciones Interiores de
Betancourt. "Democracia
con energía" fue su le-
ma, y no menos eD:érgi-
co es su antimarxismo.
Cuba, además, no figura
entre sus amores prefe-
ridos.
COPE! deberá enton-
ces abandonar el gobier-
no y también las espe-
ra~zas que había cifrado
en un segundo período
de cinco años para pro-
fundizar algunos rubros
de su labor y tomar ini-
ciativa en otros. Si bien
los pilares de sustent~­
ción de las clases domi-
nantes no habían sido
quebrados, Caldera ~o­
gró avanzar en vanos
campos y diferenciarse
-tanto por la obra cum-
plida como por su pro-
pia personalidad- de la
anterior administración
de A. D.,. encabezada por
el anciano Raúl Leoni.
Pacificación y
petróleo
En efecto, una de las
primeras medidas adop-
tadas por el gobierno de
6 Rafael Caldera fue la
nes sería adelantada, te-
ma en el cual los "ade-
cos" se habían mostrado
sumamente cautelosos.
El nadonalismo
demoerátieo
Si bien las diferencias
sociales internas y la
propiedad de los medios
de producción constitu-
yen problemas aún no
resueltos. el gobierno de
Caldera había dado pa-
sos significativos en ma-
teria de política exterior.
En la base de su estrate-
gia encontraba su con-
cepción sobre el "nacio-
nalismo democrático" y
la proyección práctica de
llamada "política de pa- valores tales como la
justicia social internacio-
cificación", en virtud de
la cual se logró incorpo- nal y el bien común uni-
versal.
rar a la vida civil activa
a numerosos contingen- Esta "doctrina Calde-
tes que antes revistaban ra" ha conferido una nue-
en la guerrilla. Mientras va imagen a Venezuela.
que Acción Democrática Ante todo, destrozó las
se mostraba siempre par- premisas de la "doctrina
tidaria de la persecución Betancourt" e imnulsó
y la destrucción, Loren- los lineamientos de( plu-
zo Fernández, Ministro ralismo ideológico en el
de Relaciones Interiores seno de la comunidad
durante los primeros
latinoamericana.
años de la administración
democristiana, acudió al El primer mandatario,
diálogo y logró alcanzar además, volcó a su país
el objetivo en un plazo hacia los países de Amé-
no muy extenso. rica del Sur al lograr la
incorporación de Vene-
Con un frente interno zuela al Pacto Andino: el
menos problematizado al 13 de febrero de este año
quedar neutralizada la firmaba, al finalizar su
guerrilla, el presidente gira por varios países
se lanzó luego sobre el del subcontinente, el
peligroso y resbaladizo "consenso de Lima", ins-
frente del petróleo, cen- trumento que formaliza-
tro de articulación del ba dicha incorporación.
poderío imperialista con Caracas miraba antes
algunos sectores de la casi exclusivamente ha-
oligarquía venezolana. Se cia el Caribe y el 'Norte,
aprobó la ley que deter- mientras que ahora la
mina la reversión, para administración copeyana
1983, de las concesiones
otorgadas a las compa-
cambiaba el rumbo y
"latinoamericanizaba" el
ñías extranjeras; se au- país.
mentó la participación
del Estado en los bene-
ficios generados por el Los EE. UU.
petróleo; se incrementó
el control sobre las ins- y la OEA
talaciones y metas de
producción; subió rápi- Para obtener el ingre-
so al Grupo Andino,
damente el número de
barriles diarios produci- Caldera debió suuerar
dos por la corporación dos escollos de singular
estatal petrolera (CVP); importancia. En lo in-
aumentaron las inversio- terno soportó durísimas
nes del Estado en la in- críticas de FEDECAMA-
dustria petroquímica; se RAS, la máxima agrupa-
reactivó la participación ción de industriales y
de Venezuela en la Or- comerciantes venezola-
ganización de Países Ex- nos; en lo externo, no
vaciló en denunciar el
portadores de Petróleo Tratado Bilateral de Co-
(OPEP), etcétera.
mercio con los Estados
El candidato presiden- Unidos, acuerdo que
cial democristiano, por -precisamente- consti-
su parte, había anticipa- tuía una traba para la
do que la fecha de re- integración de Caracas
versión de las concesio- en la subregión andina.
Previamente, el Pala-
cio Miraflores no había
mostrado mayores con-
templaciones para comu-
nicarle a Nelson Rocke-
feller -quien posee im-
portantes inversiones en
Venezuela- que debería
postergar su visita al
país, enmarcada en su
misión de evaluación de
la situación latinoameri-
cana. Al poco tiempo, el
mismo Caldera rechaza-
ba públicamente cual-
quier pretensión hege-
mónica de Brasil sobre
América Latina, preten-
sión alentada por decla-
raciones formuladas por
Richard Nixon cuando
aún no pesaba sobre él
el escándalo y el estigma
de Watergate.
En el mismo sentido,
Venezuela ha apoyado
la reestructuración glo-
bal del sistema intera-
mericano (OEA, TIAR,
etcétera) y han abunda-
do los pronunciamientos
oficiales en cuanto a la
necesaria reanudación de
relaciones con Cuba, con
cuyo gobierno se ha in-
crementado en los últi-
mos años el intercambio
cultural y comercial.
Frente a este panora-
ma, se han producido ya
algunas reacciones en el
seno de la superpotencia.
En recientes declaracio-
nes efectuadas por fun-
cionarios del Departa-
mento de Estado, publi-
cadas por el diario bra-
sileño "O Globo", se
anuncio que dentro de
un año Brasil pasará a
superar a Venezuela en
materia de inversiones
privadas norteamericanas
en América Latina.
El foturc
Son todavía muy re-
cientes los resultados
electorales como para
aventurar predicciones e
interpretaciones definiti-
vas. Cabe preguntarse,
sin embargo, qué causas
han motivado la derrota
de la Democracia Cris-
tiana venezolana en las
urnas, ocurrida tres años
después que los demo-
cristianos chilenos tam-
bién fracasaron en el
objetivo de mantenerse
en el gobierno para ini-
ciar la aplicación del
programa Tomic. Segu-
ramente han incidido
factores tales corno la
desocupación, la cnsis
habitacional, el aumento
del costo de vida y las
resistencias provocadas
por la política universi-
taria y_ estudiantil del
gobierno. 11

El SER HISTORICO
Sacerdote católico, filósofo, sociólogo, Justino O'Farrell ha sido
honrado por el gobierno peronista con el cargo de decano
interventor de la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad de Buenos Aires.
O'F ARRELL: El problema que
estamos enfrentando es concreto
y a partir de lo concreto. No se
plantea sobre concepciones pre-
vias acerca del desarrollo de
nuestros pueblos en América La-
tina sino a partir de los términos
de su propia lucha, que en sín-
tesis se puede denominar la lu-
cha por sobrevivir históricamen-
te. Se vive una situación límite,
de sobrevivencia, y aun en ella,
hay que hacerse valer. Trátase de
una sobrevivencia que quiere ha-
cer saber que es sobrevivencia:
una sobrevivencia política. De
tal manera que ahora, desde este
punto de vista, se puede ver me-
jor que nuestros pueblos buscan
afirmar estas dos premisas, la de
su supervivencia histórica y la
del sentido político de la misma,
vivificando categorías que habían
perdido su sentido primero. : histórico. Aquí la preocupación
VÍSPERA: ¿Cuáles? ¿Cómo?
O'FARRELL: Las categorías del
ser. Pero del ser histórico, contra
la nada. Como cuando esta cate-
goría del ser nació entre los grie-
gos como una conquista histórica
en su lucha contra los persas o
contra el éxito inmediato que -a
diferencia de los atenienses- los
lacedemonios otorgaban a su vida.
Los atenienses recaptaban un ser
histórico más allá y más profun-
damente de la fórmula de éxito
de los lacedemonios.
VÍSPERA: ¿Qué consecuencias
derivan de este símil para Amé-
rica Latina?
O'FARRELL: De esta manera.
Creo ""O, r·elati·v1·zamos
- el sent.i·do.
de la seriedad atribuida a las ca-
tegorías que alojan a los avances
de los últimos cuatro siglos. La
existencia y las luchas de nuestro
pueblo son un acto de protesta
contra esas categorías. Si entra-
mos en uno de los nudos del pro-
blema, encontramos por una par-
te la necesidad que han tenido
los pueblos avanzados de sepa-
rar, de manera de mantener en
su íntegra pureza, al pensamiento
y al conocer de lo que es la vida
históricamente. Ésta discurre por
un camino más evolucionista que
L-~~~~~~~-~~~~~~~--~--~~~~~~~~~~~~~~~~~~~---'7
JlJ§TINO O'FJ\RHEll
PEROl\I \'
propiamente histórico. Mientras
que nuestros pueblos emplazan
toda actividad del pensamiento,
del conocimiento y de la expre-
sión en el seno mismo del ser his-
tórico, como si aquélla fuese una
parte de la afirmación de este ser
histórico. Esto nos dice que hay
una neta diferenciación entre las
dos maneras de ubicarse en la
vida y en la historia. Occidente
puede establecer dos planos com-
pletamente separados, uno el de
la historia misma y otro el de
algunos ámbitos del pensamiento,
y ambos se desenvuelven a tal
velocidad y con tal amplitud que
aquella zona de permanente in-
terrogación, que es propia del
género humano mismo, nunca
aparece con todo su relieve. Esa
zona de permanente interrogación
es la fuente del planteo del ser
no son las apariencias ni los re-
flejos, no son las ideologías ni el
nominalismo. El problema es el
de la sustancia. El de la identi-
dad. El de la autenticidad. y en
el plano del conocimiento, el vas-
to problema de las contradiccio-
nes que surgen entre los planteas
de la verdad y los alcances de la
certeza. Pienso en Descartes, en
Kant y en todos esos. Los traba-
jadores oprimidos Y marginados
viven en una situación de desven-
taja, que a veces dominamos con
la palabra alienación, por la que
no pueden llegar a comunicarse,
ª expresarse, a organizarse. Por
lo mismo, no pueden llegar ª ob-
jetivar la expresión de su causa
histórica y de sus problemas a
través de los mismos medios (dia-
·
nos, · t as, 11.b ros, e d't
rev1s
1 ona
publicidad, conferencias ... ) que
están en la mano de las clases
más aventajadas. Pero no se trata
solamente de una desventaja Y de
una alienación sino de la bús-
queda y aún de la expectativa
ante otras formas sinceras y co-
munes a todos de la expresión
humana.
VíSPERA: ¿De qué manera?
O'FARRELL: Nuestros pueblos
posiblemente aspiren a su ser
histórico de una manera que re-
basa los límites de las fórmulas
de comunicación que nos son co-
munes a nosotros y a través de
las que creemos poder objetivar
algunos aspectos de los problemas
que nos preocupan. Yo me pre-
gunto si no hemos de estar más
alertas a las formas desfetichiza-
das de la literatura, el arte, la
metafísica, la religión. Nosotros
para expresar algo lo tenemos que
transplantar a aquel plano donde
para nosotros se nos da la objeti-
vación. Esto aparece claro en el
arte: cuando la clase burguesa se
expresa, recurre a fórmulas muy
congeladas, muy elaboradas en
estos últimos cuatro siglos. Pero
las expresiones estéticas tienden a
rebasar los límites de los forma-
lismos. No quedan dentro de esas
fronteras, ya que deben recons-
tituirse en el seno de la relación
humana misma; de lo contrario
pierden su sustancia y su sabor,
son meramente cosas muy exter-
nas.
VÍSPERA. - ¿Y más allá de es-
tas expresiones estéticas?
O'FARRELL: Sentimos estar en
un momento en que las formula-
ciones sobre los problemas de
nuestros pueblos so-bre el núcleo
de su problema político Y el cen-
tro del por qué de su lucha tran-
sitan una etapa de nuevas formas
de comunicación en que los vie-
jos modos de objetivarse han
cambiado la ubicación Y posible-
mente el valor aue tenían. Los
alemanes son capaces de escribir
un libro por la menor cosa 0 por
asuntos para los que nosotros no
· 1es,
tenemos
recursos nini personas ni tiempo
predisposición ni
para
asimilarlos en esos términos. Las
reuniones, las conversaciones, los
círculos y las mesas de trabajo,
más allá de las consignas, de las
pintadas callejeras y de la lite-
ratura mural de las luchas polí-
ticas, adquieren en el Tercer
Mundo tanta importancia como
los planteas y estudios que se nos
dan en las formas tradicionalmen-
tP- ma's nobles. Se trata de reto-
mar junto con nuestros pueblos Y
su lucha las dimensiones que ellos
promueven en la lucha histórica
 que sobrellevan. Es la vuelta per-
manente al ser histórico, a su sus-
tancia, con lo que rubrican su de-
recho a la autodeterminación y a
la autodefensa.
VÍSPERA: En esa vuelta al ser
histórico, ¿cuál es específicamen-
te el papel del líder?
O'FARRELL: Muy en otro sen-
tido, se pueden rastrear algunos
aspectos de este entero problema
en la función "no carismática" del
líder Juan Domingo Perón. Él es
el conductor de la lucha histórica
en la Argentina de los últimos
años. Y con eso se quiere decir
un punto estratégico muy impor-
tante por la manera en que él
asume la estrategia, por la ma-
nera en que el ser se define no
en un lenguaje puramente de lu-
cha de clases sino de guerra, lo
que quiere decir en un ámbito
geopolítico mucho más amplio.
Las expresiones por él logradas
emanan de este teatro de opera-
ciones en que opera un pueblo
en armas, en términos de una
confrontación. Se sabe que eso
es lo que está en el fondo, debajo
de las apariencias. Las expresio-
nes del peronismo son muy di-
rectas y sinceras con su pueblo
Y recogen esta expresión de tipo
sapiencial e intencionalmente doc-
trinal, donde inevitablemente aoa-
recen temas como los de la fm-
portancia de los pueblos en la
historia, la felicidad de los pue-
blos, su esperanza, las razones de
su lucha. Temas muy vistos, que
marcan los jalones de un proceso
histórico que no es meramente
una evolución orgánica. Y acá
viene otra idea. Perón no es "ca-
rismático" como dicen los euro-
. l o el e w eb er. T en d ra-
peos par t rene
· d
a1gunas d ot es muy partrcu1ares e
con d uctor y de comunicador pero
desde otro punto de vista es un
hombre cualquiera, con todas sus
debilidades, y en torno a cuyas
decisiones o preferencias puede
haber enorme bronca. En estos
días por todos lados se está hablan-
do de la bronca. Pero no se permite
que la burguesía y las oligarquías
critiquen a Perón Y expresen esa
b ronca. P arque e1 puebl o sab e que
Perón, que era el militar y el bur-
, es un pro d ucto de la c1ase
gues,
obrera argentina, que ha sido mo-
delado por ellos, Jv que es un ser
humano como todos ellos, :reves-
tl.do de debr'lidades pero que tr·e-
ne la "r'rtud
, de compartr'r con ellos
un lenguaje y sobre todo un afán
de hacer la historia, más bien de
serla. Y éste es un viejo afán. Yo
creo que con esto volvemos a los
viejos replanteos de Bartolomé de
las Casas, de Vitoria, de Monte-
sinos. No volvemos: los encontra-
mos todavía presentes en Amé-
rica Latina.
8 '--~~~~~~~~~----~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~___!
AJ\IDRE DUMAS
CUATRO PREGUNTAS
A
AMERICJ\ LATINA
Ministro de la Iglesia Reformada de Francia desde 1950,
codirector de "Reforme" y miembro de la junta
editorial de las revistas "Esprit" y "Foi et Vie", el Dr. André
Dumas, que enseña Filosofía y Etica en la
Facultad Protestante de Teología de París, llegó hasta
el Río de la Plata para hacerse cargo de las
Cátedras Carnahan 1973 en el Instituto Superior Evangélico
de Estudios Teológicos de Buenos Aires.
VÍSPERA: Después de habernos nente excitación de deseos siem-
desoído sistemáticamente, pare- pre insatisfechos.
ciera que ustedes, europeos, y en
particular ustedes franceses co- VÍSPERA: No obstante lo cu<:l,
menzaran a aceptarnos como in- no podríamos trasladar sin mas
terlocutores nuevos pero dema- a los países nuestros las críticas
siado jóvenes, como "niños .mimo- de Ustedes a la sociedad de con-
sos" a los que se escucha con muy sumo. Porque en estas tierras de
buena Voluntad Pel·o s·m ammo - · infraconsumo hace falta c1'e1·to
crítico, con la displicencia que ethos de consumidores para mar-
d t . ., car las carencias que padecemo"',
correspon e an e qmenes recren - -
empiezan a articular un discurso el cúmulo de bienes no precisa-
más 0 menos coherente. Lo cual, mente suntuarios que todavía no
desde luego, no es más que una llegamos a producir. En este sen-
nueva forma de paternalismo. ' tido, cierto ideal europeo de "po-
Nosotros necesitamos ser cuestio- breza", que en círculos cristianos
nadas, criticados, objetados para se tradujo por la reivindicación
reconocer en ustedes una auténti- por una "iglesia pobre", puede
ca voluntad de diálogo, y para funcionar en los hechos como un
avanzar en nuestro propio discur- lujo de ricos. Y para nosotros,
so. ¿Qué críticas, qué cuestiona- éste sería un lujo importado.
mientas, · qué interrogantes nos DUMAS.· _Natur·almente. No hablo
formularia Usted, pastor y teólo- -
go, a h ora que vue1ve a visitar es- como s1· el progreso - en el b1'e11es-
tas tierras? tar fuera condenado cristiana-
mente: Dios no dejó a su Pueblo
DUMAS: y 0 haría varias interro- en la pobreza del desierto, lo con-
gantes. Una de tipo económico. dujo al Caná. El gozo de las co-
Otra política. Otra cultural. Otra sas de la tierra es un signo de
religiosa. Y para empezar por la la bondad de Dios. Pero en so-
primera les preguntaría a uste- ciedades como la nuestra apareja
des: ¿Cómo América Latina pue- injusticias. mengua los contactos
de asegurar su desarrollo econó- personales, implanta la soledad.
mico sin caer en el egoísmo de VÍSPERA: ;Y cua'l es SL1 r'11te1·1·0-
los países desarrollados? ¿Cómo gante -segunda, la política?
u -
evitar el modo en el cual el de-
sarrollo queda reservado a una DUMAS: Viniendo de Europa,
parte pequeña de la sociedad? uno comprueba que allá se cree
¿Cómo evolucionar sin caer en - ·
una suerte de agitación perma- demasiado · facrlmente
An · que los
nente que no permitiría un ver- paises de f 1erica Latina son
da d ero desarro 11o - semejantes Y arman una unidad.
¿c orno
· ·economico?
superar esa msegun 'd a d En dEuropa
d no hemos
t llegado a la
económica que hace conservado- uni ª por cues iones culturales Y
de niveles económicos. Pero sin
ras a las clases medias? ¿Cómo duda podríamos tener una polí-
suprimir el desfase cada vez más tica más activa en el plano in-
grande entre los ricos Y los po- ternacional si fuéramos una uni-
bres? Yo vengo de un país como dad. En América Latina me en-
Francia, de una sociedad de con- cuentro con que tampoco se da
sumo en la cual la prosperidad esta unidad; cada país me pare-
no da ninguna satisfacción hu- ce que está muy preocupado por
mana profunda sino una perma- sus propios problemas. Y sin em-
bargo, hay un destino común de
la América Latina. Por eso mi
pregunta: ¿Cómo hacer una uni-
dad real de América Latina?
VÍSPERA: Nos alegra escucharla
de Usted, profesor Dumas, puesto
que es la pregunta y el programa
de VÍSPERA. Esta revista se lla-
ma así porque desde el comienzo
se entendió en una doble víspera:
la de la Parusía de Cristo y la
de la efectiva realización de lo
que aquí llamamos la Patria
Grande, la Nación Latinoameri-
cana. Pero junto con esa interro-
gante globaL que nos involucra
a todos, nos gustaría saber qué
área de esta América nuestra está
mereciendo en estos momentos la
atención de ustedes, franceses.
Sin perjuicio del interés que últi-
mamente les despertara Chile,
equiparable al que años atrás les
suscitó la Revolución Cubana, no
deja de sorprender la escasa aten-
ción que muchos visitantes fran-
ceses que llegan por aquí, así co-
mo cierta prensa francesa más o
menos progresista, prestan a los
que podríamos llamar nuestros
"estados centrales", queremos de-
cir esos que por su propio peso
pueden decidir el destino conti-
nental. Descuidar a México, Bra-
sil y Argentina en un análisis
de América Latina sería como pa-
sarse por alto a Francia y la Re-
pública Federal Alemana en un
examen del proceso que está vi-
viendo Europa Occidental.
DUMAS: A decir verdad, México
ha sido objeto de algún interés
reciente con la visita del presi-
dente Echeverría. Brasil imuorta
a los hombres de negocio por un
lado y por otro a los etnólogos,
pero no al francés medio. Y la
Argentina, si bien comienza a in-
teresar ahora por el peronismo,
no parece tan similar a nosotros
como Chile. Uno tiende a pensar
que Chile es la nación más afín
a Francia mientras que a Argen-
tina la sentimos demasiado me-
ridional.
VÍSPERA: ¿Demasiado italiana?
DUMAS: Italiana y española.
revista N
PRECIO
DE LA SUSCRIPClóN
ANUAL
SAN ANTONIO DE PADUA (Bs. As.) -
VÍSPERA: ¿Cómo ve Usted al
peronismo?
DUMAS: Interesa como medio de
evitar el corte entre los medios
de negocios y las FF.AA. por un
lado y el pueblo por el otro, ese
corte que uno comprueba en el
Brasil. Pareciera que el peronis-
mo enfatizara una grandeza na-
cional que evitara caer en él. Pe-
ro no se sabe si es un corporati-
vismo de derecha o si deriva en
un gauchisme.
VÍSPERA: La tercera interrogan-
te, profesor Dumas, la cultural,
¿cómo la formularía Usted?
DUMAS: Me pregunto y les pre-
gunto por las relaciones existen-
tes entre la cultura francesa y la
latinoamericana. Y ésta es ante
todo una pregunta que me dirijo
a mí mismo. Me preguntó qué es
lo que los latinoamericanos espe-
ran de la cultura francesa. Ex-
tremadamente humanista y sen-
sible antes de la última guerra
mundial, la cultura francesa dio
lugar luego, con el existencialis-
mo, a un hondo sentido de la
soledad -dimensión interior- y
del compromiso -dimensión ex-
terior- del hombre, y actual-
mente se caracteriza a mi enten-
der por dos rasgos primordiales:
por un lado, un exceso de forma-
lismo lógico, casi un poco cientí-
fico; por el otro, cierto nihilismo,
la afirmación de que el hombre
va a terminar mientras el mun-
do seguirá durando, como si el
hombre fuera cierto paréntesis
en el mundo. Me pregunto qué
es lo que América Latina puede
tomar de la Francia actual. Me
parece que en Francia estamos
atravesando un período hipercrí-
tico del humanismo tanto como
del compromiso existencialista.
Es una crítica que se hace con
gran honestidad. Pero hay una
Palabra que ha sido dirigida al
hombre y él es el único respon-
dedor y responsable ante ella: la
Palabra de Dios. Y Dios es un
defensor del lugar central del
hombre.
VÍSPERA: Lo cual nos lleva, pro-
fesor, a su última gran interro-
E M
Argentina .40
l Latinoamérica 7 U$S
J Otros países 8 U$S
CENTENA R 10 l 3 9 9
ARGENTINA
gante a los latinoamericanos: la
religiosa.
DUMAS: Al respecto, creo que
tenemos problemas bastante se-
mejantes, nosotros y ustedes. Yo
los presentaría en dos camuos. El
primero tiene que ver con esa in-
sistencia enorme en la liberación
como centro del mensaje cristia-
no, contrapuesta al viejo énfasis
en la resignación y el orden.
¿Cómo encarar la liberación para
toda la colectividad y no como
una reivindicación para uno mis-
mo, no como una lucha restrin-
gida a la defensa de los propios
derechos? ¿Cómo hacer para que
el tema de la liberación pueda
asociarse a la capacidad de pa-
ciencia, de soportar y durar? Fue
Mao quien dijo que la revolución
es una larga paciencia. Y en ver-
dad hay una inmensa diferencia
entre paciencia y resignación.
¿Cómo hacer entonces que la li-
beración no sea impaciencia ju-
venil sino la paciencia amante de
Dios? El segundo campo que me
interesa destacar aquí es el de la
Iglesia institucional, el de las
muy frecuentes críticas que se
dirigen contra ella. Por buenas y
por malas razones. Por buenas
razones, puesto que hay que vi-
vir con un pie en la Iglesia y un
pie en el mundo para tener el
debido equilibrio, y la, crisis de
la Iglesia institucional está mos-
trándonos que ella se ha vuelto
un ghetto separado, tan apartado
que al clero no se le llama oficio
sino vocación. cuando en realidad
vocación la tenemos todos y el
de clérigo es un oficio. La crisis
ha dado lugar a un separatismo
a dos caras: o hipersacral o hi-
percrítico, y afecta a todos, no
sólo al clero. Pero hay al mismo
tiempo una mala crítica, malas
razones para esta crítica a la
Iglesia institucional. Cuando se la
critica por el hecho de estar or-
ganizada y se la quiere como pura
sede de movimientos espontáneos.
La espontaneidad permanente no
es suficiente. La organización
sirve porque hace durar las cosas.
Y sirve para establecer relacio-
nes universales, por tanto globa-
les, por tanto políticas.
$ ley
 ideas/letras/artes en la
" e
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Interpretación histórico-teológica de nuestro continente latinoamericano
(seis conferencias)
Teología. historia de la liberació11 y pastoral
L~ prehistoria de la Iglesia latinoamericana
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En breve:
CAMINOS DE LIBERACIÓN LATINOAMERICANA 11
Interpretación ético-teológica de la presente situación
latinoamericana - (Seis conferencias)
I La antropología teologal - I. La ética como crí-
tica destructiva.
ll La antropolcgí:l teologal - IL La ét!ca como libe-
ración.
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III La politica teologal. Hacia una eclesiología Jc.-
tinoamericana.
IV L::i liberación en Ja Iglesia de la mujer.
V Siluaeión del pensador cristiano en América Latina.
VI La teología de Ja liberación. Estatuto epistemoló-
gico. Apéndices.
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Buenos Aires - Argentina

10
 APUNTES PARA UN DEBATE
La ruptura
chilena Romeo Perez
La ola de emoc1on excepcionalmente intensa que lanzó sobre todo
el mundo la caída del gobierno de la Unidad Popular no puede ahogar el análisis
político -como aquí se intenta-- en la invectiva y la desesperación.
También Chile, desde el 11 de setiembre últi-
mo, experimenta el arbitraje militar, liquidada su
experiencia de tres años que, revestida de innega-
ble especificidad, intentó el tránsito al socialismo. (1 >
El nuevo régimen se ha definido sumariamente,
como un movimiento de rescate de la soberanía
nacional y restablecimiento de la convivencia or-
denada. Rasgos, como resulta obvio, insuficiente~.
Tras la ambigüedad predominante, se advierte
-circunstancia harto sólita en rupturas tan drás-
ticas- la heterogeneidad, el conflicto. Una refle-
xión sobre Chile requiere aportar elementos a la
explicación del fracaso de la UP y al enjuiciamien-
to del gobierno castrense. en una sola operación.
Allende y la Uº Pº
1. - Salvador Allende deja a la historia, cree-
mos, u.n perfil valioso. No tanto por su muerte
-heroica en su valentía· desafiante- cuanto por
su gestión de gobierno. Consta que quedó solo en
La Moneda, en el sentido de no ejercer sobre la
compleja formación oficialista nada más que una
influencia moaeradora. Ni de cerca una jefatura.
No fue siquiera jefe de su propio partido, orien-
tado -es una forma de decir- por Carlos Alta-
mirano, un mero agitador de primera categoría.
Aunque cabe dudar si la UP admitía una jefatura,
aun en funciones de gobierno.
Del aparato estatal, el presidente controló sólo
una porción. No ya el Congreso, el Poder Judicial
Y la Contraloría, buena parte del Poder Ejecutivo
le resistía. Los partidos de la coalición gobernante
aseguraron su participación en el poder mediante
la aprehensión excluyente de reparticiones y em-
presas. El Estado se dislocó bastante y el régimen
todo cayó en una rigidez fatal. La política econó-
mica, notablemente, se prolongaba sin alteraciones
mientras todos los indicadores estadísticos denun-
ciaban sus resultados catastróficos.
En esas condiciones, Allende superó el progra-
ma con que triunfó en las elecciones presidenciales
de 1970, en cuanto:
-su diplomacia se mantuvo razonablemente
fiel al Tercer Mundo y el Pacto Andino;
-pugnó por ajustar el proceso de cambios al
sistema constitucional formal y real (pluralismo
partidario, libertades individuales, frecuentes con-
sultas electorales, crítica relativamente incondicio-
nada); conciente de la adhesión muy robusta al
sistema, interfirió las veleidades miristas y socialis-
'---~~~~~~~~~~~--~~---~~~~--~~~~~~~~~~~~~---'11
üs de "poder paralelo" y "acción directa", con los
notorios menguados éxitos;
-como contrapartida a tales veleidades, pro-
curó más de una vez el entendimiento con el Par-
tido Demócrata Cristiano; sus afanes se frustraron
ante intransigencias en la UP y la DC. <~i
. .,
La 1nterrupc1on
de un mandato
2. - La Unidad Popular, en cambio, pasó por
los tres años de gobierno extrañamente inaltera-
ble. Al contrario del oficialismo que la precedió
-la Democracia Cristiana- no maduró en el po-
der. (:)) Sus dirigentes, sus polémicas internas y sus
métodos de movilización prácticamente no cambia-
ron en el ejercicio de la conducción del Estado.
No ganó cohesión tampoco y si logró un incre-
mento electoral cierto no obtuvo la escisión del
PDC en que centró sus relaciones con la oposición
(política de aislamiento de la derecha).
Le faltó asimismo ductilidad en la acción de go-
bierno, particularmente, como decíamos, en la ges-
tión económica. La ruptura del 11 de setiembre no
revistió la menor sorpresa. La UP, no obstante, co-
mo tal, observó la acumulación de las condici<mes
de fondo y las circunstancias "detonantes" casi pa-
sivamente, vale decir, en la insistente reiteración
de fórmulas agotadas. Algunos sectores del oficialis-
mo apostaron quizás al enfrentamiento; o sobrees-
timaron su capacidad de movilización o contaron
con una división de las Fuerzas Armadas. En cual-
quiera de los dos casos, un error de cálculo incom-
prensible.
Realizaciones de máxima proyeccción, empero,
corresponden al empuje tansformador que la UF
suscitó. La prosecución de la reforma agraria -muy
contenida durante la segunda parte de la adminis-
tración de Frei- y, sobre todas las demás, la na-
cionalización de la gran minería del cobre. Esta úl-
tima -votada por todas las bancadas parlamenta-
rias- compromete a Chile en un esfuerzo que ha
de prolongarse por largo tiempo pero sin el cual
las medidas de liberación nacional quedarían relati-
vizadas. Se proyectó, además, de inmediato sobre el
mercado del metal, fortale<'iendo la organización de
los países exportadores, pertenecientes, desde luego,
al Tercer Mundo.
La estatización de la banca privada y algunas
 grandes industrias recortó la base eco~ómica de las
clases dominantes, sin mantener los mveles de ren-
tabilidad de las empresas incorporadas al nuevo ré-
gimen de explotación.
La Unidad Popular careció de la amplitud de
vincular las clases medias al proceso de socializa-
ción. Significativamente, el Partido Radical -que
expresaba, dentro ele la coalición, a esas clases-
perdió dos importantes segmentos -en conjunto,
mayoritarios- durante el mandato de Allende; en
ias elecciones parlamentarias de marzo obtuvo una
votación mínima. Parece inclusive legítimo afirmar
que la labor de la UP entre los campesinos incurrió
en errores que le impidieron capitalizar la culmina-
ción de la reforma agraria. Globalmente, la estrate-
gia de la izquierda pecó de unilateral: se apoyó en
un predominio de la clase obrera de la industria y
la minería que no podía bastar a resolver las con-
tradicciones inherentes a la transformación social.
A este respecto, una vez más, debemos salvar
la actitud del Presidente, que advirtió los riesgos
en que se hallaba el régimen y, a partir de media-
dos ele 1972, emprendió una política de armoniza-
ción, de reducción al mínimo de las tensiones de cla-
se. La incorporación de los comandantes de las tres
fuerzas armadas al gabinete llevó esa línea hasta
donde la coalición gobernante lo toleraba. El éxito
que alcanzó fue determinante, probablemente de
su permanencia por un año más en el poder.
Al imponer la medida de referencia, Allende in-
sinuó asimismo ofrecer una función a los militares
en el "tránsito al socialismo". Pero se trataba de
una operación empírica, intuitiva. No encajaba en
los esquemas de los marxistas rancios, algunos de
los cuales contaban con romper la jerarquía institu-
cional castrense y trabajaban en ese sentido.
Imposible olvidar, a todo esto, el hostigamiento
infatigable que el gobierno izquierdista sufrió de
parte del imperialismo. Durante el período de Allen-
de se documentó con elocuencia sin precedentes el
manejo conspirativo de algunas empresas transna-
cionales inmediatamente después del pronuncia-
miento popular que favoreciera a la candidatura de
aquél. Después, la oclusión pertinaz de las fuentes
de financiamiento, gravísima arremetida contra au-
toridades que heredaron de administraciones ante-
riores una considerable deuda externa y que sopor-
taron la baja del precio internacional del cobre.
La función de Frei
3. - Los comicios de marzo de 1973 confirma-
ron la gran estabilidad del Partido Demócrata Cris-
tiano chileno. que conservó su caudal de votos en
una coyuntura de extremada radicalización.
Desde 1967, por otra parte, se encuentra, noto-
riamente, dividido. Una fracción se identifica con
Eduardo Frei, con la concepción reformista, capita-
lista avanzada, con fuerte énfasis en la integración
latinoamericana. Otra corriente se ha empeñado en
elaborar la doctrina de un socialismo democrático,
autogestionario y nacionalista. Tomic es su repre-
sentante más jerarquizado pero su segunda línea
dirigente (Valdés, Fuentealba, Leighton y otros) va-
íe muchísimo; no puede estimarse la potencialidad
del sector sin atender a ese formidable equipo di-
rigente.
Mientras los socialistas comunitarios vincularon
a la DC vastos contingentes obreros, campesinos y
juveniles, el freísmo le aporta la vigorosa persona-
lidad del ex Presidente y un plantel tecnocrático
que no tiene equivalente en Chile. Las fuerzas de
ambas fracciones están, "grosso modo", parejas. El
ímpetu ele Freí, empero, decide a su favor las ins-
tancias más trascendentes; de allí que haya impues-
to su orientación a todo el Partido, desde mediados
de 1972 hasta el presente.
Radomiro Tomic y su tendencia usufructuaron
sus mejores posibilidades dentro del primer año pos-
12 L-~~~~~~~~~~~~~~~~~~~--~~~~~~~~~~~~·
terior a las elecciones de 1970, en las que aquél
realizó una excelente campaña, pese a su derrota.
Buscaron una concertación constructiva con la UP
mas ésta --quizás excesivamente agraviada de las
condiciones que el PDC impuso a Allende para con-
sagrarlo, en el Congreso, Presidente- desplegaba
entonces su mayor intransigencia.
Posteriormente, Tomic continuó dando al go-
bierno los consejos más apreciables y cumplió hasta
el desenlace de setiembre, una equilibrada función
de esclarecimiento. El control del Partido, sin em-
bargo, lo había perdido, más de una vez, en el úl-
timo año de su gestión. Allende buscó el acuerdo
con los demócratas cristianos que habría salvado,
aunque modificándolo, su gobierno. La intransigen-
cia radicaba, ya, en el PDC.
Porque Freí consideraba necesaria la deposición
del Presidente. Lo declaró después de producida;
su conducta lo revelaba muchísimo antes. La alian-
za con la derecha -subversiva desde 1970- que for-
malmente finalizó en los comicios parlamentarios
ele marzo último se prolongó, de hecho, en el común
respaldo prestado a la huelga de los camioneros y
comerciantes minoristas. No hay que olvidar las dos
etapas -cronológicamente, las mitades- en que se
divide el gobierno freísta. Al dinamismo renova-
dor de la primera sucedió un período ele contención
de los empujes reformistas, en el que se hicieron
tópicos las alusiones presidenciales a la estabilidad,
la acumulación, el esfuerzo ele producción orde-
nado. (4 )
No significa esto que el ex Presidente demo-
cristiano sea un hombre del Departamento de Es-
tado. Significa que aspiraba a inaugurar un orden
socieconómico durable, presidido por el empresaria-
do v la tecnocracia nuevos y desprejuiciados que
promovió y por los pequeños propietarios que su-
cedieron a los latifundistas en la agricultura. Freí
no es hombre de pasiones igualitarias; sensible, sí a
los valores democráticos, probablemente no admita
la compatibilidad del socialismo con instituciones
esenciales de la libertad. En el seno de su propio
partido y durante su gestión presidencial combatió
las propuestas ele profundización de los cambios que
introdujo a partir ele 1964. La victoria de Allende
trastornó sin duela sus previsiones; al trasmitir el
mando, en noviembre ele 1970, experimentaba segu-
ramente la sensación de que Chile corría terribles
peligros. Sus primeros pronunciamientos sobre el
régimen de la UP fueron ya del más acerbo tono
crítico.
" .
El nuevo reg1men
4. - Las características del gobierno militar
inducen a pensar que la preparación del golpe de
estado del 11 de setiembre no fue larga. El con-
cierto entre los jefes de las Fuerzas Armadas y los
partidos -o fracciones, én el caso de la DC- que
apoyaron aquel movimiento, si lo hubo, debe haber
sido apresurado y superficial. En efecto:
-Las expectativas del Partido Nacional y el
freísmo, pública y tempranamente anunciadas, di-
fieren netamente; aquél procura la regresión a la
sociedad tradicional y hasta, preventivamente, sue-
ña con la abolición del sistema ele partidos; éste só-
lo persigue el restablecimiento del neocapitalismo
ele 1970, aunque con la asimilación ele casi todas las
nacionalizaciones -incluída la del cobre- y, natu-
ralmente, de las etapas posteriores de la reforma
agraria;
-los personeros del oficialismo castrense se de-
finen con cautela en los puntos que compromete-
rían una política económica; las escasas opciones
publicadas aconsejan observar todavía, puesto que
comprenden desde el mantenimiento de la estatiza-
ción minera y las expropiaciones de los latifundios
hasta una política antinflacionaria muy fondomo-
netarista;
 -los pocos civiles incorporados a labores de
gobierno pertenecen a la derecha (liberal o "nacio-
nalista") y al freísmo (así, Raúl Sáez, Carlos Mas-
sad, Sergio Malina), con lo que se reúnen hombres
que han estado enfrentados en el pasado;
-la Junta Militar exhibió vacilaciones en su
actitud frente a los partidos que se oponían a la
Unidad Popular; la disolución del Congreso parece
haber respondido a las reticencias demócratas cris-
tianas en el apoyo al levantamiento.
Aunque la exposición que efectuó el canciller
Huerta en las Naciones Unidas esboza una línea in-
ternacional no propiamente regresiva, la represión
descargada sobre los miembros de la UP inclina al
régimen militar francamente a la derecha. Nos atre-
vemos, sin embargo, a sostener que corresponde
aguardar cierto tiempo antes de formular un juicio
con menos reservas.
Obviamente. las condiciones inmediatamente
anteriores y posteriores a la ruptura del 11 de se-
tiembre favorecen a los sectores activistas de la ul-
traderecha. Algunos elementos indican, empero,
que esos sectores se hallan parcialmente conteni-
dos. Y de todos modos, sistemáticamente conviene
calificar una formación gobernante sólo cuando ha
abordado los principales problemas que el poder
presenta.
Lo por venu·
5. - A este respecto, muc:has simplificaciones
caerán en los meses próximos. No pensamos que la
Unidad Popular constituyera, vital y grávida de fu-
turo, una esperanza tronchada por la mano nefaria ! de un lenguaje político plagado de signos de andar
del imperialismo. Tampoco, que se condujera a una
cabecera de puente soviética. Los resultados de las
elecciones de marzo último indican que un 43% de
los chilenos prefería darle tiempo. Un porcentaje
tan alto no resulta meramente del dogmatismo y la
compulsión.
A lo que se agrega la masa democristiana, de
innegable vocación renovadora. El mismo Frei co-
noce más de un pronunciamiento desfavorable de
la base de su partido, cuando asumió posturas ine-
quívocamente conservadoras. Tendrá, en consecuen-
cia, que vincular su liderazgo a alguna fórmula que,
con énfasis mayor o menor, proponga la modifica-
ción de estructuras, la superación de la sociedad tra- años transcurridos permiten, creemos, reconocer a
dicional -cuya crítica el ex Presidente difundió tan
eficazmente en el curso de la campaña de 1964--,
en cuanto parcialmente perdura.
Y queda pendiente el problema de la concien-
cia obrera -en los niveles sindical y político-
marcada desde su comienzo por el marxismo hoy
anatematizado. Clase que no podía cumplir la fun-
ción de coordinación y vanguardia que le había
asignado la UP pero que produciría el fracaso de
un régimen que la marginara. El autoritarismo mi-
litar parece seriamente empeñado en la erradica-
ción compulsiva de las corrientes marxistas, me-
diante la exclusión del juego político y la descalifi- destacábamos, antes, en VÍSPERA 3 ("Chile en Ebu-
cación de esa ideología bajo la presión de la ense-
ñanza institucionalizada y los medios de comunica-
ción social. Múltiples intentos implementados de
EDICIONES
CARLOS LOHLE
YIAMONTE 795 T.E. 392 - 6239
igual forma ilustran las escasas posibilidades de esa
política. No tanto porque rápidamente choca con
los principios democráticos que normalmente invo-
ca en su justificación sino más bien porque, al coac-
cionar el debate intelectual, impide el desarrollo de
una doctrina que exprese, mejor que el marxismo,
los intereses de la clase obrera y los intelectuales
latinoamericanos.
Pensamos que el marxismo -o los marxismos-
no reúnen las condiciones para inspirar los proyec-
tos de liberación continental, entre otras razones
porque nuestra liberación supone resolver una
"cuestión nacional" como la unificación de los es-
tados de América Latina. Pensamos también que la
ideología de la unidad, el desarrollo y la socializa-
ción -tres aspectos en una sola tarea histórica-
la elaboraremos en la lucha ideológica y no en los
ambientes estériles de la represión intelectual.
Bastante ha hecho en este sentido el sector "to-
micista" de la Democracia Cristiana. Algunas de sus
tesis principales han sido asimiladas por la totali-
dad del movimiento, más o menos relativizadas por
la tendencia freísta. También estas consideraciones
llevan, entonces, a prever que el PDC definirá mu-
1 chas opciones cuando se restablezca la actividad
partidaria, con las drásticas limitaciones previsibles.
Nos arriesgaríamos a pronosticar que la eleva-
da politización de la sociedad chilena impondrá en
términos relativamente breves ese restablecimiento.
Notas
( 1) Quizás haya acabado la utilización abusiva
y avance. Si es así, ganaremos posibilidades de com-
prensión de los fenómenos del poder y la transfor-
mación social. No hace muchos años se discutió en-
carnizadamente sobre las "vías" de la revolución.
Duraba la estéril contienda cuando Serrat populari-
zó el verso de Machado: "Caminante, no hay cami-
no". Ironía de un clásico. La Unidad Popular, no
obstante, debatió hasta el fin cuestiones de tránsito.
(2) En VíSPERA 19120, de octubre-diciembre
de 1970, señalamos la trascendencia del problema
que para la Unidad Popular constituía la adecua-
ción de su programa de cambios socializantes al sis-
tema democrático chileno (págs. 108 y 113). Los tres
Allende el mérito de la comprensión del problema
y de los intentos hechos para resolverlo en la única
dirección que, seguida con mayor consecuencia, hu-
biera resultado fecunda. La perspectiva del tiempo
autoriza también, pensamos, a radicar allí una de
las razones del desastre sufrido por la izquierda
chilena. En el mismo número (págs. 111 y 112) obser-
vamos la debilidad del programa upista; sus excesos
"distributistas" y la superficialidad del tratamiento
que hacía de la inflación, entre otras cosas.
(3) Apuntamos también en VÍSPERA 19120
esa maduración de la DC gobernante (pág. 111). Lo
llición", pág. 15).
(4) Ver VíSPERA 3, "Chile en ebullición",
página 16.
BUENOS AIRES - ARGENTINA
13
 --------------~----------

LA ECLOSION DE LOS CARISMATICOS

Eros y
el Espíritu Héctor Borrat
Lanzada desde EE.UU. con el beneplácito del Cardenal Suenens, movilizadora de un
entusiasmo nuevo que ensaya sus propias formas de expresión comunitaria
y encuentra ya sus instancias internacionales, la propuesta de los pentecostales
católicos ¿qué nos dice del Evangelio, de este mundo y de la Iglesia?
"La renovación caris-mática en la Iglesia Ca- Presbiteriana y la Luterana y aún hoy se encuen-
tólica. al ig1lal q1le en otras iglesias cristianas, tra en plena expansión. Como el pentecostalismo
enc1léntra S1l poder en la creencia de que cuan- católico, precisamente. Es a este último que el Car-
do uno da su vida a Jes1lcristo y pide que él denal extiende sus plácemes. A él le ha dedicado
sea el centro de esa vida, Jesús responde lle- ya dos viajes a los EE.UU. y el envío, entre ambos,
nando a esa persona con su. Espíritu Santo (He- de un equipo de colaboradores suyos para que
chos 2). Este llenarse es manifestado en varios ahondaran en el estudio del fenómeno. Sobre él
dones y ministerios (1 Corintios 12 y Romanos ha hablado al Papa, presentándoselo -según con-
12) y comúnmente referido como el ser ubauti- fió a I.C.L- "como elemento de renovación y de
zaclo por Jesús en el Espíritu Santo" (Hechos esperanza en la Iglesia turbada de hoy. Me escu-
1 í. Aunque esta recepción del Espíritu Santo chó con interés -recuerda Suenens-. Mi objetivo
tiene lugar para la mayoría de los católicos a no era pedirle que se pronunciara desde ya sino
través de la vida sacramental normal de la Igle- informarlo. Es normal que la apreciación surja pri- ¡
sia en el Ba1ltismo y la Confirmación, es hou mero de los obispos del lugar." ·
experiencia ele muchos católicos q1le una reno- La concentración de Notre Dame se anuncia-
vada oración para experimenta?' la plenitud de : ba como la Séptima Conferencia Internacional so-
ese Espíritii restllta muy fructífera. Uno de 1os bre la Renovación Carismática Católica, y efecti-
principales efectos de este bautismo en el Espí- vamente lo era: junto con los pentecostales de to-
ritu. Santo es un llamado a la confraternidad y dos los estados de EE.UU. había representantes de
al servicio cristianos; por tanto, el llamado a la Australia, Bélgica, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá,
comunidad cristiana. Puesto que la formación u Chile, Colombia, República Dominicana, Inglaterra,
edificación de esta comunidad es por los dones Francia, Alemania, India, Irlanda, Italia, Corea, Li-
del Espíritu., la comunidad es llamada •Carismá- beria, México, Perú, Puerto Rico, África del Sur,
tica,,." The Pastoral Report of the John the Taiwan. La concurrencia de nuestra América fue
Baptist Charismatic Renewal Community. A ancha y representativa. Dos áreas latinoamerica-
Christian Community in San Francisco. Marzo nas -México y Puerto Rico- aparecen entre aque-
1973. llas donde más se está manifestando esta "renova-
ción carismática"; las otras son Australia, Francia
Alain \Voodrm.v nos ha hecho llegar, con una (2.000 miembros), Irlanda (cerca de 2.500) y Cana-
carta suya, una nueva entrevista Suenens que da- dá. (1) En México suman ya varios miles, distribui-
rá que hablar: la publicada en el N9 437 de "In- dos en unos 40 grupos de oración, y guardan re-
formations Catholiques Internationales". "El Car- laciones oficiales con el Cardenal Miranda, arzo-
denal desea la más grande difusión posible de su bispo de la capital; los puertorriqueños proliferan
artículo", dice nuestro colega. La tendrá: tras la tanto en el "estado libre asociado" como en tie-
página entera que le dedicó "Time" (18 de junio), rra metropolitana. Con anterioridad, del 19 al 23
esta entrevista viene a culminar el lanzamiento de febrero, en Bogotá, los carismáticos latinoame-
mundial del pentecostalismo católico. - ricanos habían tenido su instancia propia, con una
"Ustedes son de un modo taa esoecial el Pue- reunión de 23 miembros: clérigos, religiosas y un
blo de Dios" había dicho el Cardenal a los 25.000 solo laico. Allí se decidió dar los pasos iniciales
asistentes a una gran concentración de pentecosta- oara la formación de la ECCLA. Encuentro Caris-
les católicos que tuvo lugar en el estadio de la mático Católico Latinoamericano·, con la finalidad
Universidad de Notre Dame. Emergiendo ya como de alentar la comunicación mutua y el crecimien-
el movimiento de más rápido crecimiento dentro tci del movimiento por nuestras tierras. (2)
de la iglesia estadounidense, con un total de 200.000
miembros repartidos en más de 1.100 grupos de
oración, el pentecostalismo católico es el tercer gru-
po dentro del pentecostalismo a secas. El primero,
El dedo de Dios
del tipo de las Asambleas de Dios, creció a gran "No es con argumentos que se responderá de
tren al doblar el siglo y computa ahora 2.400.000 la mejor manera a aquellos que proclaman «la muer-
adherentes en los EE.UU. El segundo, "neopente- te de Dios>-' -advierte el Cardenal en los prelu-
costal", se ha venido perfilando durante los últimos dios de la entrevista-. (:IJ Es mostrando situacio-
veinte años dentro de varias ig:lesias J)rotestantes nes donde él está visiblemente viviente, en obra.
muy fuertes por allá como soñ la Episcopal, la He 2hí por qué vine (a los EE.UU.): para ver los
14
 Hechos de los Apóstoles de nuevo en obra." Con-
fieso mis discrepancias con estas expectativas de
recurrencias, estas metáforas abusadoras que ya
estallaron años atrás a propósito del Vaticano II,
o de Medellín, o del Primer Encuentro de Cris-
tianos para el Socialismo: a fuerza de pluralizar-
los, deshistorizan los grandes eventos bíblicos. No
conozco más que un Pentecostés, un tiempo de la
Iglesia inicial narrado por Lucas. Pero la infeliz
metáfora cardenalicia permite otear hasta qué
alturas trepa su entusiasmo. Desde ellas, ante
pentescostales tanto como ante el vasto público in-
ternacional y ante la Iglesia, el jerarca de la ins-
titución proclama el acontecimiento. (4 ) Bien está
no divorciar éste de aquélla: "El lazo entre lo ca-
rismático y lo institucional es importante" recuer-
da Suenens. Pero lo que queda por demostrar es
si realmente la también llamada "renovación ca-
rismática" lo es, en verdad. El nombre no hace la
cosa. "Por su compromiso con la renovación ca-
rismática" entiende el Cardenal que "los cristia-
nos son llevados a amar con un amor nuevo las
Escrituras, la Eucaristía, los sacramentos, la Igle-
sia visible. Y ahí están los frutos por los cuales
podemos juzgar el árbol y reconocer que «el dedo
de Dios está allí»." Lejos de fracturar la institu-
ción, este estallido carismático la revitalizaría. En
lugar de sectarizar y dispersar, reuniría en la Igle-
sia Una, la Romana.
Quien levanta estas expectativas no es un nor-
teamericano más (incluso hay obispos de EE.UU.
que participan del movimiento) sino una de las
más notorias cabezas del ala "progresista" y eu-
rooea del Vaticano II, el cardenal primado de
Bélgica, un papabile, un grande de la Iglesia par-
ticularmente dotado para organizar sus parusías
ante el vasto público internacional. El Cardenal
ya supo hacer una hábil maniobra de política in-
traeclesial con la entrevista que en 1969 otorgó
a I.C.I. (oportunamente criticada por Methol Fe-
rré en VÍSPERA y po mí en la propia I.C.I.). Cabe
suponer que. también esta vez, ha calibrado la oca-
sión. En 1969 era el Sínodo y cierta polémica hasta
entonces sotto voce a propósito de la efectiva co-
le;:-ialización del gobierno de la Iglesia. Ahora pue-
de ser también un Sínodo, el aue va a realizarse
el año próximo sobre "la evanielización del mun-
do contemporáneo". Los planteos cardenalicios
obligarán a reavivar la teología del Espíritu. Buena
falta nos hace a todos y hay que agradecerle a
Suenens este acicate. Pero hay asimismo otra oca-
sión. aún más cercana, tanto que ya se habrá pro-
elucido cuando esta crónica llegue al lector. El Car-
denal la menta expresamente: será en Roma y
constituirá nada menos que "el primer encuentro
internacional privado y no oficial de los dirigentes
de la renovación carismática en la Iglesia católica
(en octubre próximo)".
Al mismo tiempo, Suenens intenta ensamblar
esta nueva entrevista con la anterior, el pueblo
carismático con la colegialidad episcopal, lo pneu-
mático con lo institucional. El Vaticano II -sub-
raya- implica una renovación de las estructuras
Y las formas de la Iglesia institucional. Para ha-
cerlas más abiertas a la participación del pueblo
"y realizar en la práctica la co-responsabilidad" es
indispensable que las adaptaciones sean "anima-
das desde dentro por un soplo del Espíritu Santo;'.
Hay así según él "una profunda complementarie-
dad entre la realización de una co-responsabilidad
verdadera y el desarrollo de una renovación ca-
rismática auténtica en todo el pueblo de Dios".
Vastísimo programa, como se ve. Puesto aue
se propone a la Iglesia, a todos puede afectarnos.
No podemos pasarlo por alto. Cuando, como es
mi caso, falta una experiencia directa del moví-
miento en los EE.UU. esta circunstancias no al-
canza a exonerarnos de plantear al Cardenal, y
a nosotros mismos, varias interrogantes mayores.
Con la crónica de "Time" y la entrevista que pu-
blica I.C.I. quedan bosquejadas un par de imáge-
nes globales del pentecostalismo católico en los
~~~~~~~~~~--~~~~~~~~~--~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~15
EE.UU. En momentos en que comenzábamos a eva-
luarlas, el pasaje por VÍspera de un miembro del
movimiento, Michael Donnelly, nos ha permitido
enriquecerlas con la descripción de un caso con-
creto, quizás típico, y con el muy interesante ma-
terial que publica "New Covenant", la mayor re-
vista del movimiento, ya en su tercer año y con
un tiraje de 22.000 ejemplares distribuidos en más
de 90 países. (r.) Otra referencia viene de ámbitos
muy cercanos, en especial Brasil y Chile, sin ex-
cluir al propio Uruguay. Es el pentecostalismo pro-
testante, muy bien estudiado en Chile por el so-
ciólogo suizo Christian Lalive de l'Epinay a través
de artículos en revistas especializadas y del libro
"El refugio de las masas"
En setiembre del 69 tuve ocasión de incluir
un artículo de Lalive y un reportaje al pastor
pentecosti.l chileno Daniel Palma en una serie de
estudios sobre el protestantismo en América Lati-
na que reuní para la colección "Cuadernos de
Marcha". Aunque escapen a la versión católica y
norteamericana del movimiento. que es la que en-
tusiasma a Suenens, pueden sernos muy útiles tanto
para las afinidades cuanto para los contrastes.
¿Repliegue y refugio?
¿Qué notas distinguen al pentecostalismo ca-
tólico norteamericano?
Las que le asigna el Cardenal aparecen tan
plausibles, tan uniformemente positivas que a de-
cir verdad no abren espacio ni al matiz ni al con-
flicto. Parecen aquellas descripciones ideales de la
comunidad cristiana que encontramos en los pri-
meros capítulos de Hechos de los Apóstoles, pero
recortadas de su soporte anecdótico: la total fra-
ternidad en Cristo, sin huellas de Ananías y Sa-
fira. <Hechos 4, 32-35; 5, 1-16).
En cambio, las notas que apunta "Time" se
vuelven más bien comparativas con el pentecosta-
lismo clásico. Por contraste con los excesos de
éste, modulan, merman, moderan: un tono menos
emocional, menos ligado a la interpretación lite-
ral ele las profecías bíblicas, menos enfático res-
pecto de la inminencia de la Segunda Venida de
Cristo. A la vez, "Time" cuida presentar la total
compatibilidad de esta experiencia con la perte-
nencia a la Iglesia Católica. El "bautismo en el
Espíritu Santo", que según "Time" es considerado
necesario por todos los pentecostales para llevar
una vida plenamente cristiana, no es considerado
por los pentecostales católicos como un nuevo sa-
cramento. No sustituye los ritos del bautismo y
la confirmación. Más bien, dijo un obispo, "los
hacen operativos". La afirmación es curiosa: si ha-
ce falta el "bautismo en el Espíritu" para hacer
operativo al bautismo y la confirmación, éstos no
serían de suyo operativos. Y si no son operativos,
¿qué significan como sacramentos?
Mayor interés tiene para nosotros el testimo-
nio aue nos ofreció Donnelly. Seminarista francis-
cano - de San Francisco, ahora en gira por América
Latina, Donnelly habla desde dentro del movimien-
to, como un partícipe convencido. Y desde dentro
ejercita la siempre necesaria evaluación crítica.
Hace tres años -nos cuenta- la comunidad
pentecostal católica de San Francisco reunía vein-
te miembros. Ahora son casi doscientos. (G) Estu-
diantes de la universidad católica, profesores, gente
de diversa profesión y edad, muchas parejas, al-
gunos hippies. Pero ningún negro. Ningún mexi-
cano. Escasos pobres. La inversa, precisamente, de
lo que ocurre en el pentecostalismo que conoce-
mos por aquí, el protestante, que recluta sus miem-
bros entre las c1ases populares.
Durante el primer año, la de San Francisco
era una comunidad abierta a todos. Ahora hay
que ponerse más exigentes, porque los enfermos
psicológicos, tantas veces atraídos por experiencias
como éstas, traen problemas tanto a la comunidad
 como a ellos mismos. Hay una misa comunitaria miento de los responsables que yo encontré. Ellos
dos miércoles por mes; los restantes miércoles se mismos llamaron la atención sobre eso en su re-
reúne en pequeños grupos de cinco a ocho en ca- vista «New Covenant», en una serie de artículos.
sas de sus miembros. Cada sábado, a las siete y Compruebo, por otra parte, que en las comunida-
media de la tarde, es la gran reunión en la uni- des carismáticas de base que son también comu-
versidad jesuita de San Francisco, con la comu- nidades de vida yendo hasta la partición de bienes
nidad ampliada por gente que se está acercando hay una extraordinaria preocupación social." Pero
a ella o oue va a conocerla, reunida por primera ¿qué entiende por tal el Cardenal? Desdichada-
vez. De siete y media a ocho son las instrucciones mente, aquí cesa su explicación. Y la "preocupa-
para los neófitos. Los asistentes a estas reuniones ción social'', ya se sabe, es un rótulo tan ancho
de los sábados suman unas cuatrocientas personas. como para cobijar desde el asistencialismo craso
Los domingos hay "misas carismáticas" en dos pa- hasta la acción política. Puede restringirse a lo in-
rroquias de la ciudad. Se celebran con la expresa tragrupal (el refugio, otra vez, aunque calafatea-
autorización del obispo de San Francisco, que sigue do). O dilatarse hasta la militancia compartida con
con interés pero a distancia la marcha del movi- los no creyentes.
miento. En cuanto al episcopado norteamericano.
no ha efectuado un pronunciamiento público ni en De aquí una alarma que no podemos soslayar.
favor ni en contra. Reticencia que contrasta, en El lanzamiento del pentecostalismo -quiérase o
verdad. con el resuelto entusiasmo del Cardenal no, son los resultados los que cuentan- ¿no ven-
primado de Bélgica. Y que hasta ahora -que yo se- drá a abrir una nueva vía, atrayente, espectacular,
pa -no habría sido superada por las fuertes mocio- para despolitizar a los católicos? ¿No represen-
nes oídas durante la Séptima Conferencia para que tará un repliegue hacia lo intraeclesial, en la mis-
los obispos, ejercitando su propio discernimiento, di- ma dirección de las reivindicaciones que Suenens
jeran sí o no a la renovación carismática. Hubo una formuló en el 69?
ovación cuando el Padre Cohen, SJ, formuló en
el estadio su "afectuosa queja" a los obispos: "Yo
siento que muchos de ustedes se mantienen apar-
te, simplemente observando, pero ¿en qué otra par-
te en la Iglesia tienen tanta gente clamando por
¿Un movimiento
el apoyo y la guía de ustedes?". (7)
Nuestro visitante pentecostal encuentra que el internacional de masas?
movimiento tiene un atractivo nuevo para los nor-
teamericanos: los arranca de su individualismo tra- La interrogante adquiere tanto más consisten-
dicional, de esa soledad del individuo, o del indi- cía cuanto que el Cardenal se empeña en presentar
viduo y su círculo familiar, para hacerles vivir al movimiento pentecostal católico como una ''ope-
una primera, intensa experiencia de comunidad, ración en curso". "Se universalizará -pronostica-
que opera como ocasión de conversión. Pero al de modo totalmente natural por el propio hecho
mismo tiempo destaca una "gran dificultad": "Los de su difusión a través de los cinco continentes."
problemas sociales, Vietnam, el racismo, los po- A partir de esta suposición, que la Séptima Con-
bres, no son centrales para la comunidad carismá- ferencia fortaleció sensiblemente, el Cardenal no
tica. Algunos de sus miembros tienen simpatía Y se hace problema en cuanto a "purificar el movi-
trabajan por los pobres; otros no quieren hacerlo, miento de su «americanismo»". No hará falta, por-
por varias razones. Pero generalmente la dirección que ahí está, para superarlo, esa expansión uni-
de la comunidad no dice nada aue tenga relación versal, que el Cardenal da por descontada. Más
directa con los problemas de la ciudad." (S) todavía. En plena euforia, el Cardenal liga esta
y aquí no puede menos que recordarse una universalización con la total popularización del
idéntica carencia en el pentecostalismo protestan- movimiento. Según él, lo que va a producirse se-
te latinoamericano. La coincidencia es harto sig- rá "una renovación carismática auténtica en todo
nificativa. Tomemos por ejemplo Chile. Cambian el Pueblo de Dios".
las iglesias de origen -en la primera oleada, la ¿Un pentecostalismo sin sus marcas de origen
Metodista, aunque luego se agreguen también los norteamericano, echando raíces en cada iglesia la-
que dejaron la Católica-, difieren incluso los ni- cal, aculturándose en cada país? ¿Un pentecosta-
veles sociales de la membresía -ahora las clases lismo de masas y no meramente de comunidades
populares-, y sin embargo la resultante es la mis- minoritarias con insoslayables perfiles elitistas?
ma: en nombre del Espíritu, la evasión, "el refugio
de las masas". Lalive ha destacado cómo la he- En América Latina sabemos de esas posibili-
rencia metodista por una parte (a partir del cisma dades si volvemos la mirada al pentecostalismo
de 1909-1910) y por otra la ausencia de teólogos protestante, sobre todo en Chile y Brasil. No co-
han permitido que el pentecostalismo chileno no nozco el número a que ascienden en Brasil, donde
quedara anclado en las normas dogmáticas del pen- una vez los conviví tres agitadas horas batiendo
tecostalismo tradicional. y sin embargo, también palmas, balanceando los cuerpos, gritando aleluyas,
esta comunidad pentecostal se instala como una intercalando testimonios y curaciones en ese es-
sociedad de sustitución; padece un dualismo radi- pléndido templo de madera, "Brasil para o Cristo",
cal que, oponiendo la iglesia al mundo, condena al que Niemeyer les diseñó en los márgenes de San
mundo, espera un reino ultra y postmundano y Pablo. 600.000 en Chile, según el pastor Daniel
por ahí se constituye en ideología del orden. En Palma. Más de 100.000 en Santiago, y el resto en
una ideología políticamente conservadora. provincias, especialmente en el sur, en Concep-
ción y Temuco, co'2. misiones hasta en la Isla de
El entrevistador de I.C.I. le comunicó al Car- Pascua. Cuando hay que hablar de esa rara avis
denal la resistencia que, por similares motivos, el que en América Latina es un protestantismo de
movimiento estaría encontrando entre los cristia- masas, popular, acriollado, discutidor, con líderes
nos "más comprometidos". Le hizo presente que que suelen alcanzar estatura de caudillos, no se
según el sociólogo jesuita Joseph Fichter menos le encuentra por otro lado que en el pentecostal.
del 20% de los pentescostales católicos están en- Que, a su vez, sigue siendo el movimiento de cris-
rolados en programas sociales y movimientos po- tianos de más alta tasa de crecimiento. Pero ¿pue-
líticos. Y le preguntó entonces por el peligro de de transponerse sin más este dato del protestan-
una piedad individualista, "retirada del mundo", tismo a la Iglesia Católica? ¿Acaso el pueblo ca-
que convertiría al movimiento en un "refugio" pa- tólico no cuenta ya con sus formas de expresión
ra quienes dudan en comprometerse "en la ciudad". propias, aquí como en otras partes. de mucho más
La réplica de Suenens mantiene enhiesta la hondo arraigo? ¿Qué ciclón del Espíritu inunda-
euforia: "El peligro de pietismo y de repliegue del ría estas formas tradicionales de la novedad "ca-
que usted habla está muy presente en el pensa- rismática"? ¿Por qué? ¿Para qué?
16.~~--~~--~~~~---~~~--~--~.~~~-~~~--·~~~~~~~~~~~~~~~~~~
 que el pentecostalismo católico recluta su mem-
¿Del movimiento bresía pura y exclusivamente entre católicos y la
mantiene dentro de la Iglesia Católica?
Sobre este punto, no cuento por el mo-
a la secta? mento con otras referencias que las que, para
su propia comunidad, hiciera Donnelly. No puedo
Quizás la zona más persuasiva de la entrevis- sin más saltar de este caso a la globalidad del pen-
ta Suenens se encuentra en su testimonio de viejo tecostalismo católico en los EE.UU. Pero el caso
afecto por el Espíritu Santo. "Dans le Saint Esprit"me parece suficiente para concitar una nueva in-
es su divisa episcopal. "Si Dios debe obrar libre- terrogante. Por lo menos en San Francisco, no to-
mente, nos hace falta dar prioridad al Espíritu y dos los miembros de la comunidad pentecostal
la vida en primer lugar; es solamente después que son católicos. Según Donnelly, los católicos alcan-
nosotros le damos forma y rostro." Y aquí hay zan el 70%. El 30% restante se reparte entre pro-
una tentativa -imprecisa pero fecunda- de ligar testantes varios -luteranos, presbiterianos, meto-
la propuesta carismática con el culto a María. Que distas-... No hay "pentecostales clásicos".
es como decir: la novedad con lo que es viviente Más que una "comunidad católica", ésta se pre-
tradición del pueblo católico. "Con los años -me- senta como una "comunidad pluriconfesional con
moriza Suenens-, sentí la acción del Espíritu de mayoría católica". No es lo mismo. La "comunidad
diversas maneras. La sentí antaño en obra en la carismática" no es, en San Francisco, una "parte"
Le_sión de María. La promesa de compromiso he- de la diócesis, íntegramente sujeta como tal a la
cha por los miembros de la Legión está dirigida autoridad del obispo. Sino que, rebasando la per-
al Espíritu Santo y no a María. Para mí esto ilus- tenencia a la Iglesia Católica, se abre también a
traba una verdad importante. Cristo nació «del Es- cristianos de otras iglesias. Quienes, a su vez, le
píritu y de Maríal>. Es necesario tener en cuenta inyect:m su propia falta de unidad, esa conflictiva
este encuentro para mantener el equilibrio del mis- pertenencia a múltiples denominaciones tan carac-
terio de la encarnación. La unión con María es terística del protestantismo norteamericano.
para mí una garantía de autenticidad cuando uno La voluntad de servir a la Iglmia Católica es
quiere abrirse a la efusión del Espíritu. Hace al- explícita y rotunda tanto en la Comunidad de San
_gunos meses, hablando con el teólogo alemán Karl Francisco como -ya lo vimos- en la Séptima
Rahner, yo le preguntaba por qué, en su opinión, Conferencia. Pero si la experiencia carismática se
muchos católicos tienen tal miedo, desde el Con- da en esta comunidad y no en las formas comu-
cilio, de reconocer el lugar de María en el misterionitarias ya existentes en la Iglesia Católica; si el
cristiano total. Su réplica me golpeó: «Hoy, los entusiasmo religioso encuentra allí su habitat y su 1

cristianos han transformado demasiado al cristia-
nismo en ideología y en abstracción». Y, agregó,
«las abstracciones no tienen necesidad de una ma-
dre!:>" También fue con María que el Cardenal
supo culminar su homilía en la Liturgia de clau-
sura de la Séptima Conferencia.
Al mismo tiempo, el Cardenal procura desba-
ratar una sospecha asaz extendida entre quienes
observan el pentecostalismo: la de una recaída en
el fundamentalismo bíblico. Idólatra del texto, el nal y la Séptima Conferencia, lo "carismático" se
fundamentalismo malentiende o simplemente ig-
nora la Palabra, que ante todo es acción de Dios,
historia. Por eso el fundamentalismo implica y
explica la falta de una conciencia política, o dichogérmenes de un "ecumenismo pentecostal" que po-
de otro modo, se vuelve ideología conservadora.
Porque se encierra en lo textual se cierra a lo
nuevo. El Cardenal reconoce que el fundamenta-
lismo se registra en los pentecostalistas de tipo
"clásico" (los de la primera ola, en los EE.UU.).
Pero en los católicos -celebra- es "el sentido
espiritual" el que los anima cuando emprenden la
lectura de la Biblia; entre ellos hay asimismo sa-
cerdotes y teólogos instruidos en el plano de la
exégesis. Pero ¿cuál es este "sentido espiritual"?
Colocándonos súbitamente en las antípodas del
fundamentalismo, la vaga respuesta cardenalicia
abre otro abanico de interrogantes. ¿Será el sen-
tido espiritual que con tal heterogeneidad de con-
tenidos cultivaron los Santos Padres? ¿O el del
puro impromptu iluminista, de talante tan sectario,
que empieza (y termina) con cada comunidad de
"carismáticos"? ¿Qué dirá este "sentido espiritual"
de las muy materiales carencias y urgencias de es-
te mundo? ¿Acaso derivará en una pura herme-
néutica privatizante, otra vez en la despolitización? sultado de la misión en el mundo -proclamación
En este orden de las aclaraciones ante las sos- del Evangelio y servicio- sino que brota desde
pechas más obvias, el Cardenal Suenens ha ve-
nido levantando un par de notas específicas del
pentecostalismo católico que aparecen disonantes
si las reintroducimos en la globalidad del movi-
miento pentecostal. Donde el pentecostalismo "clá-
sico" acusa "refugio" y "repliegue", el católico
acredita, según el Cardenal, "una extraordinaria
preocupación social". Mientras el primero es fun-
damentalista, el segundo opta por "el sentido es-
piritual". El Cardenal -acabamos de verlo- no
ha dejado con estas réplicas todo en claro. Pero
quizás tengamos que empujar nuestras interrogan-
tes todavía más atrás y preguntar entonces: ¿es
~~~~~~~~~--~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~' 17
motivación; si el eros carismático sustituye con
harta ventaja emocional a los ritos y las rúbricas
de la liturgia diocesana; si hasta hay que tener
"misas carismáticas" en dos iglesias de San Fran-
cisco como si las "normales" no alcanzaran, esta
comunidad pluriconfesional ¿no estaría de hecho
sustituyendo a la comunidad católica? ¿No se ma-
nifestaría, también en el plano eclesial, como una
"sociedad de sustitución"?
De ser así, y contra lo que quieren el Carde-
retrovertería contra Jo "institucional", después de
una coexistencia pacífica más o menos breve. El
movimiento pentecostal católico llevaría en sí los
drían hacerlo fructificar en el "movimiento pen-
tecostal" a secas. Arriesgaría resbalar del sector a
la secta. Hablo naturalmente de riesgos, no de re-
sultados inevitables. Pero la seriedad de estos ries-
gos impone por lo menos su mención, por más
ligados que ellos aparezcan a un contexto nortea-
mericano que ciertamente no se repetirá en
otros países, en caso de que el movimiento avance
hacia esa universalización que el Cardenal quiere.
Un ecumenismo
introvertido
Dudo, por eso, de las "implicaciones ecumé-
nicas" del pentecostalismo católico. Ellas entusias-
man en cambio al Cardenal. Su visión del ecume-
nismo parece adolecer de la misma intraeclesialidad
que recorre ésta y la anterior entrevista. No es re-
y queda en la interioridad del "movimiento ecu-
ménico", más ancha, es cierto, que la de la sola
Iglesia Católica pero no por ello menos intraecle-
sial, menos distraída del mundo y de los no cre-
yentes. Es necesario, dice el Cardenal, que el mo-
vimiento ecuménico, guiado por el Espíritu Santo,
no se limite a las discusiones teológicas, por im-
portantes que sean, sino que entre en el tejido de
la vida cotidiana del pueblo cristiano. "El redes-
cubrimiento de nuestra unidad común en la per-
sona de Jesús, la experiencia que hacemos juntos
del Espíritu Santo y la oración colectiva al Señor
son indispensables para la reunificación del pue-
 blo cristiano y de las Iglesias." Pero ¿dónde se
hace el redescubrimiento, dónde opera esta expe-
riencia, dónde se profiere la oración? El ecume-
nismo necesita ser algo más que una simple re-
unión de cristianos individualmente considerados.
Tiene que pasar por las iglesias. La mediación de
las iglesias le es tan indispensable como la del
mundo. ¿Se da ella, con nitidez, en la renovación
carismática?
Si el Cardenal recordara, siquiera una vez, al
pentecostalismo protestante latinoamericano, se
alarmaría quizás al observar que él, lejos ele ope-
rar la reunión, se resuelve en una alarmante frag-
mentación. "Lamentablemente hay que decir -con-
fesaba el pastor Palma- que contamos por lo me-
nos con doscientas organizaciones pentecostales in-
dependientes unas ele otras. Y ése es un problema
que hasta hoy no se ha podido resolver." Cuando
entre la membresía de las iglesias pentecostales
chilenas surge alguien con pretensiones ele lideraz-
go en pugna con el que ya está ejerciendo el pas-
tor, la solución suele ser el cisma y el líder cis-
mático se lleva consigo un sector ele la iglesia a
la que inicialmente pertenecía. ¿Qué podría indu-
cirnos a pensar que esta fuerza centrífuga se vol-
vería, en tratándose del pentecostalismo católico,
centrípeta?
Espíritu en Gálatas 5,22s. Si ele algún modo para
Pablo todos los cristianos somos carismáticos, (D)
esta propuesta de renovación ha de llegarnos a
todos. Nos encontramos ante un proceso, un mo-
vimiento, "una operación en curso'', y las interro-
gantes que he venido formulando a lo largo de
esta crónica habrán de contestarse sobre la mar-
cha misma. Lejos ele bloquear a esta "renovación
carismática", quieren abiirla a su plenitud misio-
nera.
Junto con sus llamados a los obispos de su
país, el Padre Cohen apeló también a Pablo VI
para que ejerza el discernimiento acerca ele la
verdadera naturaleza y el adecuado uso de los clo-
nes carismáticos. Fue con este pedido mucho más
allá que aquella "información" que al Santo Padre
suministró el Cardenal Suenens. Y ele alguna ma-
nera, una semana antes ele la Séptima Conferencia,
Pablo VI había empezado ya su discurso sobre el
pentecostalismo. La ocasión era histórica: el nuevo
Año Santo, a comenzar precisamente el domingo ,
de Pentecostés. El Papa pidió entonces a los cris-
tianos del mundo entero orar para que "un nuevo
movimiento, realmente «neumático», esto es, caris-
mático, pueda impulsar a la humanidad creyente
en una dirección [ ... ] hacia las nuevas metas ele
la historia cristiana". Que así sea.

Las sorpresas del Espíritu Notas

El Cardenal apuesta, y nosotros también, al (1) Para una presentación de la Séptima Con-
soplo del Espíritu. Y oportunamente recuerda que ferencia, v. "New Covenant'', julio 1973, p. 2-11.
"el Espíritu sopla donde quiere". Pero ¿cómo sa-
ber, nosotros, dónde realmente sopla? ¿Cómo dis- (2) "New Covenant", agosto 1973, p. 26.
cernir el soplo auténtico de las meras manifesta- (3) La entrevista de I.C.I. es, en realidad, una
ciones de entusiasmo grupal, autosugestión colee- vers10n francesa, ampliada por declaraciones ulte-
tiva, elitismo de iluminados? El Cardenal acepta riores, de la que realizara el editor de "New Co-
las casos de don de lenguas, entendiéndolos como venant", Ralph Martín, para el número correspon-
"una de las «sorpresas del Espíritu Santo»". Bien- diente al mes de junio último de esta publicación
venidas las sorpresas -cuando del Espíritu vienen. mensual de los carismáticos norteamericanos.
Pero ¿quién tiene el carisma del discernimiento (4) V. el mensaje del Cardenal a la Confe-
para saber cuáles son en verdad manifestaciones rencia Carismática Presbiteriana ("New Cove-
carismáticas? ¿La propia comunidad ya autocon- nanf", junio 1973 p. 8-9) y su homilía en la liturgia
vencida de su privilegiado status de "carismática"'? final de la Séptima Conferencia Internacional so-
¿Sus dirigentes? ¿Algunos de sus miembros? ¿O la bre la Renovación Carismática Católica ("New Co-
iglesia local, reunida en torno a su obispo? venant", julio 1973, p. 10-11). Ambos textos culti-
Alegra escuchar, del lado de los carismáticos van una apologética triunfalista, rotundamente in-
norteamericanos, ese urgente llamado a os obispos traeclesial, sin alusión siquiera a los trascendentes
para que ejerzan ellos mismos este necesario dis- papeles que los cristianos tienen que asumir, y en
cernimiento. Uno de quienes más insistió en tal tantos casos asumen, en los frentes políticos de la
pedido, el Padre Cohen SJ, sugirió tres etapas para mayor potencia del mundo. A los presbiterianos,
este discernimiento episcopal: mejorar la comuni- Suenens les extiende una suerte ele solemne con-
cación con los grupos de oración y las comunicla- firmación del "mesianismo norteamericano": "Ameri-
cles ya existentes en sus diócesis; alentar a los canos, ustedes tienen una misión profética. Por qué
sacerdotes para que ingresen en los grupos locales; Dios habría elegido Ann Arbor y Houston, no lo sé.
asistir ellos mismos a encuentros de oración. Es que En el Paraíso, yo le preguntaré acerca de esta sor-
hay una sólida confianza en la experiencia caris- presa. Ésta es, creo, la misión norteamericana."A los
mática como la más persuasiva demostración de la católicos, una declaración ele amor: "¿Por qué los
validez y la pujanza del movimiento. Fue esta ex- amo? [ ... ] Ustedes creen que el primer deber que
periencia la que decidió el entusiasmo del Carde- tenemos es alabar a Dios por todo lo que es, por
nal Suenens -y de un número ya considerable su propia gloria. Esto no es normal: es supernormal.
ele otros cristianos que empiezan a proyectarse in- A ustedes los amo porque han descubierto ele nue-
ternacionalmente. vo. por el Espíritu Santo en ustedes y a través ele
El entusiasmo no es frecuente hoy por hoy en ustedes, qué significa la adoración."
las iglesias; tampoco este ímpetu movilizaclor, es- (5) La dirección de "New Covenant": P. O.
tos estallidos comunitarios que se quieren centra- Box 102, Ann Arbor, Michigan 48107.
dos en Cristo y que ele algún modo están engen- (6) Para un análisis ele la comunidad, v. The
clranclo, en plena euforia de palabras y gestos es- Pasbral Rep:Jr± of the John the Baptisf Charisma±ic
pontáneos, una nueva disciplina, incluso una nueva Renewal Cornmuni±y. A Christian Communi:l:y in
forma de obediencia puesto que (como prometen San Francisco", marzo 1973.
los que ingresan a la comunidad de San Francisco) (7 ) "New Covenant", julio 1973, p. 4.
se trata ele "ser obediente a la voluntad del Señor
tal como está expresada a través del común dis- (8) A la misma conclusión arriban Joseph H.
cernimiento y dirección de la comunidad". Nuevas Fichter. en Pentecos±als: Comfort vs. Awareness
formas ele vida en la Iglesia están abriéndose aquí. ("America", setiembre 19, 1973) Y Miriam Casti-
No se limitan a esas manifestaciones extraorclina- glione, E Il neo-peniecosíalismo cattolico" ("IDOC
rías del Espíritu -como el don de lenguas- tan Int., setiembre 30, 1973).
caras a Lucas; a Dios gracias, atienden tanto o más (9) I. Hermann, artículo "Heiliger Geist" en
a las manifestaciones "normales", esas tan nece- "Handbuch theologischer Grundbegriffe", t. 2, p.
sarias a todos que Pablo reconoce como fruto del 280s, Munich, 1970.
18,__~~~~~~~~-~~~~~·~--~~~-~-~---~~~~~~~~~~~--'
 UNA EXPLORACION A TRES NIVELES
De la acción
Cristiana José Comblin
Discípulo de Jesús es el que "hace", el que actúa. Pero no hay
ninguna categoría de actos que sea específicamente cristiana: todos los actos son
cristianos en la medida en que son realmente humanos.
Est:i.s breves notas constituyen un resumen es-
quemático de una exposición mucho más larga y
críticamente justificada que se publicará en 1974
como segundo tomo de mi Teología de la Revolu-
ción. Fueron elaboradas principalmente a raíz de
b experiencia chilena. Pero pueden tener un al-
cance más amplio.
L:i. tesis previa subyacen te en todas las pro-
posiciones siguientes es ésta: el cristianismo no ac-
túa ni exclusivamente, ni siquiera principalmente
en el plano de la ideología o de la cultura, o sea
de la práctica ideológica o cultural, sino en el plano
de la infraestruct;.ira, o sea de la transformación
del mundo; en forma secundaria, la acción cristia-
n::i actúa también a nivel de Estado (nivel oolítico
en sentido estricto) y a nivel ideológico (o cultural).
ACCIONEN LA
INFRAESTRUCTURA
¿En qué forma actúa el cristianismo en la in-
fraestructura? El cristianismo no presenta al mun-
do tipos nuevos de producción o de trabajo (no
hay agricultura cristiana, ni industria cristiana,
p. ej.), ni propone un modo cristiano de transfor-
mar las relaciones sociales (no hay "revolución cris-
tiana"). Este punto ya no se toca; ya no se encuen-
tra nadie que defienda (explícitamente) tales po-
siciones. Si se contempla su acción en su materia-
lidad, el cristiano no se distingue de los demás
hombres. Ya lo hacía notar el autor de la epístola
a Diognetes en el segundo siglo. Lo específico del
cristianismo no consiste en algo añadido al hom-
bre común, ni en algo suprimido, ni en un carácter
diferencial. Lo específico del cristianismo es just3.-
mente el querer ser humano y nada más, un hu-
manismo radical. Si se le pregunta al cristianismo
en qué se distingue de las religiones, filosofías o
sabidurías que hay en el mundo, la respuesta será
que estas religiones, filosofías y sabidurías tienen
caracteres específicos que les vienen de un pueblo,
una cultura, una tradición determinada, mientras
el cristianismo no reconoce como suya ninguna de
esas determinaciones; el cristiano pretende ser dis-
tinto de los demás solamente en esto que no se
deja especificar ni limitar por ningún carácter pro-
pio. Así lo específico de la doctrina cristiana sobre
Dios es que Dios se ha hecho hombre, un hombre
que quiso ser universal; Dios no se conoce sino por
un hombre y en un hombre, el cual se presenta
como la presentación más genérica y más univer-
L---~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~19
sal del hombre. Lo específico de la acc10n cristiana
es la consecuencia con el hombre. Esto en dos
sentidos.
Decir y hacer
En un primer sentido, el discípulo de Jesu-
cristo es el que "practica", que "hace"; no es dis-
cípulo quien "dice" y no "hace". La distinción fun-
damental propuesta por Jesucristo es la entre el
"decir" y el "hacer". Hay gente que dice y no
hace; otros no dicen y hacen: sólo éstos son cris-
tianos. El problema principal no consiste en saber
"decir", sino en querer "hacer". Los hon1bres sa-
ben lo que hay que hacer, pero no lo hacen: ése
es el drama de la humanidad; en él se originan
todos los demás (cf. Mt 5, 16, 19s; 7, 12, 15-27; 21,
28-32; 23, 2-4; 25; 31-46). Los temas bíblicos que
expresan una transformación (muerte y vida, pe-
cado y gracia, hombre nuevo, salvación, reconci-
liación, etcétera), se refieren a ese paso de un "no
hacer" a un "hacer". Lo difícil no consiste en decir
que hay que amar, sino en amar en realidad.
Un movimiento puede definirse también por su
"enemigo principal". Ahora bien, el "enemigo prin-
cipal" de Jesús es el fariseo. Lo contrario del cris-
tiano es el fariseo: nada más claro en el Nuevo
Testamento. El fariseo es el que dice y no hace.
En todas las sociedades humanas históricas hay fa-
riseos. Hay fariseos también en las sociedades so-
cialistas. Los fariseos del socialismo son los que
"dicen" y no "hacen". Ellos se identifican con los
valores humanos de un socialismo, proclaman esa
identificación en voz muy alta y quieren que todos
sepan que defienden esos valores. Pero, en reali-
dad, esos valores les sirven para darse a sí mismos
buena conciencia y, frente a los demás, una con-
ciencia de superioridad moral. Pues no actúan se-
gún lo que dicen. Así como los fariseos de los tiem-
pos de Jesús hacían de su sistema legal y moral
una dura imposición para las masas, así también
el socialismo puede transformarse en sistema de
imposición pesada para las masas y de promoción
para los que se proponen como vanguardias. El
socialismo puede transformarse en una "ley" nueva
en el sentido bíblico de la palabra: un sistema de
obligaciones muy estricto impuesto en nombre de
altos valores morales cuya realización se posterga
indefinidamente mientras las élites sacan todas las
ventajas de su 'conocimiento como título para pri-
vilee:ios. En una sociedad socialista, la acción cris-
tiana oermanece en la misma línea de siempre:
"hacer" y no "decir".
Por eso, lo específico del cristianismo no . es
una "doctrina" que predica el amor, sino la vemda
 de Jesús, hijo de Dios que cambia al hombre y
le hace "practicar" el amor, aunque sea sin profe-
sar ninguna doctrina, aunque sea sin conocer el
nombre de quién le cambia. El cambio producido
por Jesucristo es esto: el que no actuaba. ahora
actúa; el que no amaba, ahora sí ama. · ción en la realidad humana total, en la sociedad y en
Los cambios de estructuras no producen a los
hombres que van a tener que actuar en las estruc-
turas nuevas: éstos son los hombres que existían
antes. La socialización de los medios de produc-
ción puede llevar a una producción más eficaz o
a relaciones sociales más justas; pero ella no cam-
bia radicalmente al hombre. En otro sector, el cam-
bio de los métodos de educación no cambia a los
hombres que tendrán que ponerlo en aplicación.
Queda el problema que decía Fidel Castro en su
entrevista con los Ochenta: "Están todos los peca-
dos capitales. Yo creo que le pueden ensefiar el
pecado capital del marxismo también [ ... ]. Todos
los famosos pecados son los que hay que comba-
tir ... " o l Resulta interesantísimo comprobar que el
mismo Fidel Castro ve la realidad del cristianismo
justamente en ese saber "hacer", en el saber "amar"
de verdad y no en puras palabras. Vale la pena
citar algunas declaraciones porque ellas muestran
que el líder de la Revolución Cubana, que declara
no haber tenido nunca la fe, sabe muy bien de-
tectar donde está lo esencial del cristianismo. Más
aún, lo que dijo en las entrevistas que tuvo en
Chile y se referían a la religión muestra que su
concepción de la revolución obedece más bien a
una visión cristiana del mundo (mejor dicho. a una
visión simplemente humana) que a una visión or-
todoxa .del marxismo. Podría haberlo hecho por
oportumsmo, pero el contexto muestra que sus in-
terlocutores esperaban más bien que se expresara
en un lenguaje más ortodoxo.
"Existían en nuestro país instituciones religio-
sas que estaban con los leprosos, con los enfermos
en actit_udes de carácter humano, que yo siempr~
he admirado, extraordinariamente apreciable y ad-
mirable. Monjitas que se iban a trabajar con le-
prosos a ciertas instituciones y hacia estas religio-
sa~ siempre sentí un gran respeto y una gran ad-
miración, porque significa desprendimiento capa-
cidad de sacrificarse por los demás, en no~bre de
una idea, de un sentimiento, de una creencia de
un principio, pero actuar consecuentemente con' esa
creencia; y otras trabajan en hospitales y en tra-
bajos duros. Hay que decir que cualquiera de esas
personas hacier:~o ese trabajo abnegado, peligroso,
es lo que pud1eramos considerar el ideal de con-
ducta de un comunista ... " (2)
En el discurso de despedida en el Estadio Na-
cional, Fidel Castro habló del cristianismo: "Cuan-
do se bu.squen las similitudes entre los objetivos
del marxismo y los preceptos más bellos del cris-
tianismo, se verá cuántos puntos de coincidencia v
se verá por qué un párroco humilde aue conoce
hambre -porque la ve de cerca-, la enfermedad
el
Y la muerte, que conoce el dolor humano, o como
algunos de esos sacerdotes que trabajan en minas
? tra~i:jan entre humildes familias campesinas y se
identifican con ellos y luchan junto a ellos; o per-
sonas abnegadas que consagran su vida a atender
enfermos que padecen de las peores dolencias ... "
r:;¡ Un apologista católico no hablaría de otro mo-
do. En otra circunstancia, Fidel Castro atribuye al
Che el. título de sacerdote, (4) lo que supone que,
en su idea, el sacerdocio constituye un estado muy
elevado de virtudes humanas.
Todo el hombre
Si el cristiano es el que actúa, podemos pre-
guntarnos: ¿qué tipo de actuación? Ahora bien
no hay ninguna cafegoría de acfos que sea específi~
camenfe crisfiana: iodos los acfos son cristianos en la
medida en que son realmente humanos. Esa fue siem-
pre la doctrina de la Iglesia y la teología moral.
20!...-~~~~~~~~~~~~~~-~
Sin embargo, en los tiempos actuales hay más
necesidad de subrayar que los actos sacan su valor
en primer lugar de su contenido concreto. no de la
intención, ni del fin, ni de las disposiciones de los
que actúan. Ahora bien, toda acción es una interven-
la dinámica de la evolución social. Todo acto humano
es parte de un proceso de transformación de la socie-
dad. Por lo tanto, todo acto tiene, en virtud de su
contenido concreto, y aunque el autor del acto quiera
explícitamente lo contrario, un significado político. O
bien el acto se inscribe dentro de las formas de do-
minación y explotación establecidas y, por lo tanto,
tiende a la mantención y la reproducción de esas for-
mas de dominación. o bien tiende a cambiar esas
de superación. Toda actuación tiende o bien a cam-
biar o bien a mantener el sistema de relaciones so-
ciales existentes. No hay neutralidad completa de
la acción.
En ese sentido, toda actuación realmente cons-
tructiva, toda acción qu produce un bien o un
servicio positivo, todo amor eficaz es revoluciona-
rio. Si Gramsci pudo decir que toda verdad es
revolucionaria, también podemos decir que todo
amor es revolucionario. En efecto, todo acto de
amor cambia las relaciones humanas en la me-
dida en que éstas estaban basadas en la domina-
ción. Todo amor provoca una inversión en las re··
laciones sociales y promueve relaciones de inter-
cambio y reciprocidad. Todo amor auténtico -o
sea amor que presta un real servicio- crea liber-
tad y relaciones de libre intercambio entre per-
sonas que se reconocen iguales y se liberan en la
reciprocidad. Todas las relaciones fraternas y li-
bres, por parciales que sean, constituyen princi-
pios y fermentos de una sociedad nueva.
Pues, sin negar la necesidad de momentos de
ruptura en que cambios jurídicos abren la puerta
a cambios estructurales, debemos reconocer que
ninguna sociedad libre y fraterna basada en la acep-
tación mutua y el intercambio de servicios puede
nacer por decreto. Si las estructuras no son asu-
midas por personas humanas decididas a actuar con
amor y libertad, la degradación es inevitable y con
ella la reconstrucción de un nuevo sistema de do-
minación: entonces toda revolución se transforma
en un cambio de gobierno. Parece que desde ahora,
después de tres años de gobierno de "transición al
socialismo", la situación chilena podría ilustrar esa
consideración y proporcionar muchos datos concretos.
El corazón
y las estructuras
Todo aquello nos permite ver la ambigüedad
de las críticas dirigidas a la teología de la revolu-
ción. Dice, por ejemplo, Martín Hengel (ii): "Para
Jesús, el mal en el mundo no reside primeramente
en las relaciones sociales y políticas objetivas: en
la dominación impía de Roma, en la nobleza sa-
cerdotal, o en los hacendados. El mal queda ante
todo en el corazón de cada uno. La preparación
al reino de Dios cercano no puede, por lo tanto
consistir en cambios revolucionarios de estructu~
ras políticas y sociales determinadas. liberación de
la Palestina, abolición de la esclavitud, división
de la propiedad. Ella requiere más bien la con-
versión del corazón. Sólo un corazón nuevo es ca-
paz de fundar una nueva comunidad humana ... Por
eso también, al contrario del movimiento de los
zelotes, Jesús no presenta ningún programa de re-
formas políticas y sociales espectaculares".
Os::ar Cullmann no podía hablar en otra forma:
"Aunque sea chocante desde el punto de vista de
las concepciones modernas la prioridad dada por
Jesús al cambio individual del corazón, no podemos
violentar los textos. Jesús se preocupa por hacer
desaparecer en el individuo el egoísmo, el odio la
mentira, la injusticia. Allí es donde él quiere c~m-
~~~~~~~~~~~~~~~~~~--~-----'
 biar la relación del hombre con Dios, y después, la
relación con el prójimo". (G)
¿Por qué separar lo que el Evangelio une?
¿Por qué separar el corazón de las estructuras so-
ciales, la relación con Dios de la relación con el
prójimo? Jesús no hace esa separación. Al hacerla,
los autores citados y muchos otros leen en los tex-
tos más que lo que hay en ellos; leen los textos
a la luz ele una interpretación de la que no están
conscientes. Ahora bien, la separación así introdu-
cida en el Evangelio ofrece fundamento a la acu-
sación que se hace a la moral de los cristianos:
acusación de ser una moral de puras intenciones,
en la que el amor consiste en tener buenos sen-
timientos y buenas intenciones para con el próji-
mo. De la actuación exterior se concede con facilidad
dispensa por motivo de "imposibilidad práctica". A
los ojos ele muchos la moral cristiana da poco valor
a los hechos concretos y valora esencialmente la
interioridad. El amor hacia Dios viene siempre en
primer lugar por ser acto de pura interioridad; el
amor al prójimo parece ser inferior por ser también
exterior.
La raíz ele la equivocación viene de lejos: de la
teología de la Reforma que los católicos absorbieron
en gran parte aunque inconcientemente. En los tex-
tos citados no hay intermedio entre el "corazón"
o sea la interioridad, y las estructuras sociales y l~
acc10n sobre las estructuras por medio del Estado.
Esa distinción reproduce la distinción luterana de
los dos reinos. Si se separan interioridad y vida so-
cial sin nada en medio, nace una teología que trata
de colocar los datos bíblicos en uno de los dos sec-
tores. Ya se puede prever la consecuencia. Pero en-
tre el "corazón" y las decisiones del poder existe el
acto concreto del hombre.
Jesús jamás pide la conversión del corazón. No
se puede citar ningún texto en ese sentido. No pide
a los hombres que actúen en su corazón o sobre su
corazón. Jesús sabe que el hombre no tiene acceso
directo a su corazón. El hombre es él mismo en sus
actos concretos mucho más que en su interioridad.
Lo que Jesús pide y realiza por su Espíritu son actos
concretos que intervienen en la realidad material
y social. Pues los actos concretos revelan la verdad
del hombre. lo que hay en su corazón.
Todo es político
He aquí un texto significativo de la manera
cómo Jesús entiende la relación del hombre con su
corazón: "No alleguéis tesoros en la tierra, donde la
polilla y el orín los corroen y donde los ladrones
' horadan y roban. Atesorad tesoros en el cielo, don-
, de ni la polilla ni el orín los corroen y donde los
· ladrones ni horadan ni roban. Donde está tu tesoro,
allí estará tu corazón". (Mt 6, 19-21)
Jesús pide un cambio en relación al dinero, no
un cambio en relación al corazón. No se imagina
que el hombre podría cambiar su corazón sin cam-
biar su relación al dinero. Al revés, la pretensión
moderna de una acción sobre el corazón lleva a una
ilusión intimista, idealista, privatizan te. Jesús con-
centra su exigencia en una obra exterior. Él mismo
no se presenta como ejemplo de buen corazón. Su
misión consiste en actuar: "hacer" las "obras" del
Padre; del mismo modo manda a sus dicípulos a
hacer las mismas obras y obras aún mayores.
Un cambio concreto en relación al dinero cons-
tituye una inversión en las relaciones sociales. No es
necesario que ese cambio esté inscrito oficialmente
en un plan político para tener valor político. En sí
mismo ese cambio de actuación tiende a promover
una inversión de las estructuras sociales y econó-
micas. Los zelotes no habrían cambiado nada en la
estructura económica y social del mundo judaico,
menos todavía en el mundo romano. Su proyecto
era regresivo si se lo compara con el del imperio
romano. Al rechazar toda colaboración con ellos,
Jesús reservó toda la potencialidad revolucionaria
de sus discípulos en el porvenir y en el mundo en-
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~21
tero. Él mismo no tiene proyecto revolucionario pro-
pio: del cristianismo es justamente el reconocimiento
y la valoración de todos los proyectos que brotan
de todos los hombres. Por Cristo y en él se produ-
cirá el desarrollo y la restauración de las fuerzas
vivas que están en la humanidad. Todo es político,
todo construye o destruye una sociedad basada en la
libertad y la reciprocidad de servicios. Para que el
Evangelio sea revolucionario no se necesita añadir
nada, ni tampoco destacar en él uno u otro texto.
Sucede que en el cristianismo privatizado de la
edad moderna el examen de conciencia reemplazó
el análisis completo del actuar humano. No se prac-
tica el análisis político de los actos para saber hacer
el discernimiento entre su valor de progreso o de re-
troceso, de dominación o de liberación, de revolu-
ción o de contrarrevolución.
V oluntarismo,
praxis, poder
Los adversarios de la teología de la revolución
suponen habitualmente en sus contradictores una
concepción puramente voluntarista de la revolución.
Así la refutación se hace muy fácil. En realidad,
hay que reconocer que, a veces, ciertos cristianos
abrazan la revolución con un ardor de neófitos y
la interpretan en un sentido muy voluntarista. Pa-
rece que su entusiasmo por la acción los lleva a con-
centrarse en las formas más intensivas y más tensas
del proceso: esencialmente en el momento de la
ruptura. Por eso, vale la pena tomar precauciones.
Según el voluntarismo, todo el proceso revolucio-
nario, todos los cambios de la sociedad humana re-
ciben su significado del momento de ruptura. La
historia entera gira alrededor del punto de ruptura
entre dos sociedades. Antes de la ruptura que es
la conquista del poder por el "pueblo" (es decir,
por el grupo que se identifica legítimamente con el
pueblo) no hay acción liberadora que no sea la ac-
ción de conquista del poder. Esta es el único criterio
ele valor de los actos. Toda actividad económica,
todo cambio social, todo servicio que no desemboca
directamente en la conquista del poder, o cuyo va-
lor estratégico no aparece, es necesaria y totalmente
alienación, compromiso con la explotación del hom-
bre, integración en la sociedad opresora, complicidad
con la dominación. La única acción positiva es la
que se revela eficaz para la conquista del poder.
Todas las actividades se juzgan por su contenido
de poder y de eficacia en vista del poder.
Después de la conquista del poder, se supone
que todo cambia: todo es nuevo. El poder es creador:
el socialismo es su creación. No hay continuidad
entre las actividades posteriores y las anteriores a
la toma del poder. En virtud de la voluntad crea-
dora del- nuevo poder, todas las actividades empie-
zan a tener valor: entonces sí vale la acción econó-
mica, cultural, etc. Con la toma del poder, nace una
economía nueva, una sociedad nueva, una cultura
nueva, un Estado nuevo. Antes nada era socialista;
después todo es socialista. Antes, no había ni amor,
ni libertad; después, todo es amor Y libertad.
Algunos, a veces, parecen creer que esa con-
cepción expresa el marxismo, aunque, en realidad,
el marxismo sea justamente lo contrario. Pues la
intención de Marx era justamente la de querer
reemplazar todas las concepciones empiristas, inge-
nuas, idealistas o voluntaristas de la revolución por
una teoría racional, en la que lo posterior aparece
vinculado racionalmente con lo anterior, y el socia-
lismo es el término de un dinamismo anterior. Según
Marx el socialismo no podía ser producto de una
pura voluntad personalista sino la resultante de las
fuerzas sociales que estaban actuando en la sociedad
anterior.
El voluntarismo está ligado a una concepción
mítica de la praxis: la fantasía crea la idea de una
praxis total que sería una actuación única, capaz
 de mover en un solo proceso la totalidad del hom- les son las práciicas capaces de realizar una forma
bre y el mundo. La praxis sería el acto del hmp.bre de liberación: sólo el a posteriori de la experiencia
total produciendo efectos totales, en todas las areas histórica puede definirlo de modo seguro. De ahí
al mismo tiempo. un acercamiento progresivo hacia las respuestas
Para el voluntarismo, habría una praxis capaz adecuadas.
de producir globalmente un producto que se llama- Pongamos la hipótesis que un socialismo sea
ría "socialismo". Esa praxis no existe. Hay diversas la solución a las estructuras de dependencia en
prácticas parciales con efectos parciales. Es posible que se encuentra la sociedad latinoamericana. Na-
organizar una cierta sincronización entre ellas o una die puede definirlo a priori, ni los cristianos, ni los
convergencia, pero esa convergencia nunca será com- otros. Pero la experiencia histórica permitirá llegar
pleta. La praxis política de conquista del poder -y, a conclusiones probables. En ese caso, faltará de-
más tarde, de ejercicio de poder- es solamente una terminar cuáles son las prácticas más adecuadas
forma de acción, un elemento de la acción revolu- para alcanzar el socialismo que se pretende con-
cionaria, incluso un elemento que nunca concuerda quistar. De todos modos una toma del poder no
perfectamente con los demás. Sólo Dios puede reali- constituye la respuesta. Una nueva sociedad no
zar una acción total. Atribuir al hombre una praxis puede depender solamente de las intenciones de un
total es darle atributo divino, entrar en el campo grupo, ni de las capacidades siempre limitadas de
de la religión y definir una religión nueva incom- un poder político. El socialismo que se pretende
patible con el cristianismo. Pues el -dogma funda- construir debe poder contar con las fuerzas, las
mental del Antiguo Testamento, telón de fondo del acciones, los dinamismos que actúan y que se han
Nuevo, es la unicidad de Dios: hav un solo Dios acumulado durante décadas y siglos en un pueblo
v no es el hombre. (7) • determinado. Habrá discontinuidad en los cambios de
- En realidad hay también en el voluntarismo un poder, pero habrá también una amplia continuidad
mito del poder: éste sería capaz de todo, capaz de entre lo que era la lucha por un socialismo antes
crear un hombre nuevo y, así, modificar radical- y lo que será después. En gran parte, la actuación
' mente la actuación humana en todos los campos. seguirá igual, con mejoramiento de condiciones.
Aquí también el voluntarismo se opone a la teo-
logía cristiana que afirma que sólo Dios es fodo-
poderoso, y no el Estado. Este puede desplazar fuer-
zas y factores con la esperanza de provocar nuevos
Los poderes y los pobres
efectos, pero no puede crear, sobre todo no puede A título de ejemplo damos aquí lo que un
crear a un hombre nuevo. autor socialista cita y propone como acción libe-
radora en la época de transición (todas las épocas
son de transición). Habrá que actuar en el sen-
Dos dinámicas tido de acentuar las contradicciones entre las fuer-
zas de producción y las relaciones de producción.
enfrentadas Tres factores pueden influir, dice Lelio Basso: (!l)
"a) la exigencia objetiva de asegurar el máximo
En todas las sociedades, antes o después de desarrollo de las fuerzas productivas, eliminando
una revolución, coexisten y luchan dos dinámicas los obstáculos que puedan derivar a las relacio-
sociales. Nunca se realiza la existencia de una de nes de producción; b) las reivindicaciones de los
ellas en forma pura. Nunca hay una pura diná- trabajadores por una mayor seguridad de vida, que
mica de opresión, ni una pura dinámica de libe- es como la otra cara de la mayor estabilidad y se-
ración. Los marxistas de hoy ya no se atreven a guridacl requeridas por el capital en la intervención
anunciar el advenimiento de la sociedad comunis- pública de la economía; c) las nuevas orientacio-
, ta de Marx. (S) Tampoco existe una sociedad don- nes culturales que el proceso de crecimiento y de
de no haya una fuerza activa de liberación: si así socialización de las fuerzas productivas necesaria-
' fuera, toda liberación sería puro don extrínseco y mente conlleva, y que reaccionan sobre la estruc-
la libertad seria imposición a una sociedad total-
1 tura exigiendo nuevas instituciones, nuevas formas
mente inclinada hacia la esclavitud. Por lo tanto de participación, nuevas relaciones sociales".
la historia es el campo donde se enfrentan dos di- Estas tres formas de acción son válidas en toda
námicas, dos mundos entremezclados (pues todos época de transición, es decir siempre, aún en un
los hombres participan a la vez del uno y del Estado que se proclama socialista porque realizó
, otro). La coexistencia de dos dinámicas en la his- la nacionalización de grandes sectores de la produc-
toria ya era la teología de San Agustín; ya est::tba ción. Sin embargo, los tres puntos merecen reparos.
en las epístolas paulinas; es la teología cristiana de En primer lugar, no se puede sencillamente su-
la historia. poner una convergencia entre el crecimiento de
La acción cristiana consiste en liberarse de las todas las formas de producción y la necesidad de
presiones y los mecanismos de la dinámica de opre- una sociedad socialista. No se puede atribuir signi-
sión para participar en la dinámica de liberación ficado puramente positivo a todo crecimiento téc-
estableciendo y fortaleciendo relaciones de recipro- nico o industrial. Todo tipo de producción tiene
ciclad y libertad. Hay una sociedad nueva que está sus aspectos positivos y sus aspectos negativos. Hay
naciendo dentro de la antigua. Si se dice que eso ciertas formas de producción que requieren nece-
es imposible mientras subsistan estructuras de opre- sariamente una forma capitalista, por ejemplo un
! sión, se suprime por siempre la posibilidad de ac- capitalismo de Estado, por ejemplo la producción de
tuar en la historia; o bien se define arbitrariamente material bélico (parte importante de la produc-
un acto político como frontera entre el tiemoo en ción en Estados Unidos, Unión Soviética, etcétera).
que la acción no vale y el tiempo en que s( vale. Hay formas de producción que engendran privile-
En cuanto a determinar en una fase precisa gios y castas, por ejemplo, las industrias de alta
de la historia dónde está la dominación y dónde la tecnología. El capitalismo no está inscrito solamen-
liberación, los cristianos no tienen la exclusividad te en la propiedad de los medios de producción sino
de la intuición, de la percepción de los signos de en la capacidad de disponer de ellos y, en varios
los tiempos. Muchas veces en la historia cristiana casos, en la necesidad de la producción, o sea en
los signos han sido recibidos y defendidos por he- su con+enido. Una sociedad que pretende reprodu-
rejes o por paganos mientras las instituciones ecle- cir el modo de vida de una sociedad capitalista
siales s2 mantienen en una visión idealizada del se condena a reproducir sus estructuras y sus re-
pasado y no ven lo que pasa. laciones sociales. Si existe un paso posible del ca-
N o se pue::le deducir a priori el estado de las pitalismo al socialismo, hay también paso del so-
fuerzas de liberación y de dominación que im- cialismo al capitalismo. Nada nos permite pensar
peran en un momento determinado: la experiencia que el movimiento de la historia sea totalmente
lo muestra. No se puede tampoco deducir a partir irreversible en la sucesión de los modos de pro-
de tal estado de dependencia y de dominación cuá- c.ucción. Por lo tanto, el puro desarrollo de las 1
221~--~~~~~~~--~~~~-~~~~~~~~~~-~~~~~~~~~~~~-'
fuerzas productivas no lleva a una liberación: el
mismo desarrollo tiene que ser sometido a un dis-
cernimiento. En una fase determinada, los hom-
bres tienen que elegir entre los bienes que quieren
producir. La elección que hacen determina la forma
de sociedad que se impondrá. Aquí interviene el
aspecto objetivo de la doctrina cristiana de la po-
breza: la búsqueda de la abundancia lleva a una
socie::iad de dominación. (10¡
En segundo lugar, la organización de los ±ra-
baj adores por la defensa de su seguridad y sus
libertades no tiene por finalidad exclusiva la pre-
paración de fuerzas políticas por la conquista de
un poder nuevo. Después de la toma del poder,
esa organización no podrá tampoco transformarse
exclusivamente en factor de integración de los tra-
bajadores en el nuevo sistema. La función de rei-
vindicación debe permanecer. Pues el poder es en
sí mismo ambiguo: está dividido entre la tarea
de promover al pueblo y actuar en la sociedad, y.
por otro lado, la ambición de su propio desarrollo;
la potencia del Estado es un fin en sí misma. La
liberación tendrá su garantía no sólo en las buenas
intenciones del Estado, sino en las fuerzas popu-
lares organizadas. Allí interviene el aspecto diná-
mico de la doctrina cristiana de la pobreza: el re-
currir a los pobres y el contar con la fuerza de
los débiles. Lo humano universal queda en la ac-
tuación de los pobres más que en la de los Esta-
dos, por populares que sean. Por eso el cristianis-
mo se hace más presente en medio de los pobres
que en medio de los poderes.
En cuanto al rol cultural del cristianismo, ha-
remos los reparos en la tercera parte de esta ex-
posición.
El cambio de relaciones sociales es un proceso
muy largo; el cambio de poder que provoca una
inversión de las estructuras jurídicas puede ser
un acto rápido, de pocos años. Pero este acto re-
volucionario no crea una sociedad nueva, ni trans-
forma las relaciones sociales por un golpe mágico.
Lo que sucede es un cambio en la orientación de
las estructuras jurídicas que hace que ciertas fuer-
zas de dominación estén impedidas y nuevas fuer-
zas sociales surjan. Estas nuevas fuerzas sociales
no son puras: hay en medio de ellas también fac-
tores de dominación (nuevos grupos dominantes del
Estado) y ellas se mezclan con los antiguos factores
que no han desaparecido totalmente. Las nuevas
estructuras jurídicas facilitan ~n el mejor de los
casos- el desarrollo de nuevas relaciones sociales
(de igualdad, reciprocidad, intercambio de servi-
cios, etcétera); pero las tareas fundamentales per-
manecen iguales. La nueva sociedad será el efecto
del crecimiento más libre de las actividades. Ese
efecto no es automático: requiere más bien un es-
fuerzo más intensivo.
La tarea cristiana fundamental se coloca a ese
nivel sencillamente porque es la tarea humana más
universal y más radical, la tarea sencillamente hu-
mana. Todas las actividades de servicio concreto a
los hombres siguen iguales y encuentran su lugar
en el nuevo equilibrio social: más libre de los
obstáculos que encontraban, y dentro de una nueva
constelación de fuerzas sociales.
Lucha de clases
• 1
Y 1uch a nac1ona
Se habla de transición al socialismo. Los so-
cialistas hablan de transición al comunismo. Sin
embargo ya no se habla de transición al comunis-
mo puro, y se da a lo mejor el nombre de comu-
nismo a otra etaoa en la evolución del socialis-
mo. (l&J De todos modos el proceso es infinito. Infí-
nito en el porvenir, y también infinito en el pasado,
porque la transición al socialismo comenzó desde el
momento en que el hombre empezó a reaccionar
a las estructuras establecidas, o sea desde los orí-
genes de la sociedad humana. El comunismo per-
'--~·~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~~~~ 23
tenece al orden de las utopías y no al orden de
la historia. No se puede justificar un socialismo
por ser el camino hacia un comunismo. El socia-
lismo debe encontrar en sí mismo, o sea en sus
realizaciones históricas, su propia justificación. Sí
se define el socialismo por la socialización de los
medios de producción, habrá que legitimar esa so-
cialización por su valor intrínseco, no por un co-
munismo futuro con el que no tendría ninguna
relación científicamente explicable. Pues la rela-
ción entre la historia y lo transhistórico (represen-
tado por mitos, utopías, profecías, etcétera) per-
tenece a la teología, y de ninguna manera a la
ciencia social. Si se define el socialismo por la
liberación completa del hombre, habrá que decir
que ese socialismo nunca se realiza, sino que la
sociedad será siempre el teatro de la lucha entre
fuerzas de liberación y fuerzas de opresión; toda
sociedad es una sociedad en estado de transición,
y la Iglesia cristiana vive en una sociedad en
transición.
La iucha de clases constituye un elemento per-
manente de toda sociedad humana, o sea ele toda
sociedad que no se resigna a las estructuras esta-
blecidas de dominación. No hay revolución his-
tórica que pueda suprimirla. En los Estados so-
cialistas todavía debe haber lucha de clases. Si los
Estados socialistas actuales niegan la existencia de
clases en su sociedad y la permanencia de la lucha
de clases, en eso repiten simplemente lo que siem-
pre dijeron las clases dominantes. La negación de
las clases y la lucha de clases es parte de la ideo-
logía de una clase dominante. Los jefes de los
Estados socialistas se manifiestan así como nueva
clase dominante. Hay paralelismo perfecto entre
1 los raciocinios de la ideología soviética oficial y
los de la burguesía norteamericana al respecto. En
realidad, los Estados socialistas conocen una clase
dominante burocrática y tecnocrática, contra la cual
la lucha de clases es la única salida de liberación.
De la misma manera, la emancipación del im-
perialismo es una tarea permanente. La naciona-
lización de los recursos naturales o las empresas
extranjeras puede ser una contribución útil, aun-
que a veces puramente formal. En efecto, los im-
perios son todavía propietarios de la ciencia y la
tecnología, de los grandes capitales disponibles en
el mundo, de las maquinarias más avanzadas, de
los mercados, de la ciencia de organización del Es-
tado y de la vida económica y, en general, de
toda la cultura del desarrollo; aun las ideologías
de los oprimidos proceden en gran parte de las
naciones dominantes (el marxismo, por ejemplo).
Emanciparse del imperialismo sería cortar las
ataduras con los mundos dominantes, buscar un
camino nacional, reconstruyendo una vida colecti-
va a partir de recursos propios o a partir de un
intercambio entre los oprimidos, y permanecer in-
mune a la tentación de los bienes propuestos por
las potencias dominantes y su tecnología. Los pue-
blos pobres pueden construir una vida propia que
prescinda de los bienes producidos por una tecno-
logía a la que el acceso es la sumisión. Los pobres
pueden hacerlo: ellos nunca gozaron de esos bienes,
ni los conocían hasta que la publicidad de las na-
ciones ricas haya producido los efectos bien co-
nacidos. Lo que sucede es que las burguesías de
las naciones dependientes son las que organizan
la dependencia para poder recibir parte de los
productos elaborados en las metrópolis, aunque con
la consecuencia de una marginalización mayor de
las masas. Ahora bien, la misma lucha antiimpe-
rialista requiere el fortalecimiento del poder na-
cional y la burocracia nacional. Forma así una
nueva burguesía: ¿sabrá ésta resistir a la tenta-
ción de los bienes metropolitanos? La liberación
nacional exigiría una austeridad total de las nue-
vas burguesías. Se ve hoy día que aun en los
Estados socialistas europeos, Unión Soviética Y sa-
télites se buscan acuerdos con compañías multi-
nacior{ales capitalistas para dar satisfacción a las
aspiraciones de las burguesías, su deseo de bíenes-
 tar y de estatuto económico diferenciado. En Chile burocráticos constituyen una nueva clase dominan-
también, el comportamiento de los nuevos dueños ie. Pensar que esa clase actuará como mera servi-
de las fábricas despertó inquietudes. De todos mo- dora del pueblo y su liberación sería prescindir de
dos, la lucha nacional así como la lucha de clases su relación a los medios de producción, negar todo
son factores permanentes de la vida social. materialismo y caer en un puro idealismo. Puede
Por lo tanto, la acción permanecerá siempre ser, más aún, es probable, que la nueva burocracia
objeto de discernimiento moral. Si no hay meca- tenga las mejores intenciones y viva en una con-
nismo que lleve a la pura liberación no hay acción ciencia subjetiva de servicio: todas las burguesías
puramente positiva, ni probablemente acción pu- y todas las clases dominantes tuvieron esa con-
ramente negativa. No hay determinismo al que el ciencia de servicio y estaban llenas de intenciones
hombre podría entregarse con la convicción de ser de amor. Pero el marxismo nos enseñó muy bien
actor puro de la liberación. A cada momento, será el arte de desenmascarar y desmitificar esa con-
necesario elegir entre diversas alternativas, todas ciencia subjetiva; las clases dominantes son idea-
complejas y ambiguas. Entre ellas, habrá que saber listas y no se ve por qué las burocracias socialis-
discernir según la mejor apreciación, hacer una tas serían excepciones; ellas se prestan también a
opción que no presenta todas las garantías. Nada la crítica marxista.
podrá reemplazar la responsabilidad personal. La ambigüedad del poder del Estado tiene dos
A veces se hace la objeción de que para actuar fuentes: la misma consistencia de la máquina del
de esa forma no es necesario ser cristiano. En Estado y la propiedad de los bienes de producción
realidad para amar no es necesario ser cristiano, por el mismo Estado.
aunque todo amor proceda de Cristo y sea por lo El Estado tiene su consistencia propia. Es una
tanto cristiano en cierto sentido. He aquí justa- institución que nació antes del socialismo, antes del
mente lo específico del cristianismo: que para ser mismo capitalismo, y tiene su historia propia y
cristiano v actuar como cristiano no es necesario su consistencia, sus leyes, sus finalidades y sus me-
un acto de adhesión formal al cristianismo. Hay dios propios. El Estado no cambia por el hecho de
discípulos de Cristo que creen que no lo son, y lo estar en manos de grupos que quieren hacer de
son; hay personas que se creen discípulos de Cristo él el instrumento de la construcción del socialismo.
y no lo son. Esto es justamente lo específico del El Estado tiene su dinamismo propio: los me-
cristianismo, pues no se encuentra en las demás dios aue usa contienen sus fines. Quien ocupa el
religiones o filosofías. No hay ningún acto cris- poder - lo maneja hasta cierto punto, pero es tam-
tiano que otro no pueda hacer, y aún mejor que bién manejado por él; no puede disponer de él
los mismos cristianos. Cristo no vino para que los según sus conveniencias, sino que debe subordi-
hombres fueran otros, sino para que fueran hom- narse a las exigencias de la .misma máquina bu-
bres: porque en realidad no lo son, o lo son de rocrática. El Estado tiene su fin propio: tiende a
modo ambiguo, imperfecto: su modo de ser huma- su propio desarrollo sin límite y es una máquina
no está "herido", como decían los teólogos antiguos. de potencia para la que la potencia es un fin en
sí misma. Para la burocracia, el desarrollo de la
máquina burocrática es el fin más seguro, siempre
ACCIONEN LA a la vista. Así, para las Fuerzas Armadas la fina-
lidad -salvo estado de guerra- es el crecimiento
del aparato militar. Para la policía, la finalidad es
SUPERESTRUCTURA el desarrollo del sistema represivo. La burocracia
siempre puede crecer: siempre es posible contro-
lar mejor las actividades de los ciudadanos. La
POLITICA clase que dirige el Estado se coloca en una situa-
ción en que le incumbe la tarea de servir la gran-
deza del mismo Estado y de la potencia nacional.
Los socialismos históricos hacen del Estado el La otra fuente de ambigüedad es la propiedad
instrumento fundamental del cambio de estructu- de los medios de producción. Una burocracia tec-
ras. Para ellos, la conquista del poder del Estado nocrática dispone de todos o casi todos los medios
constituye el momento decisivo de la revolución y de producción. No tiene el título de propiedad for-
la liberación. Sólo el Estado puede, en efecto, so- mal pero, en la práctica, concentra en sus manos
cializar gran parte de la producción en poco tiem- un poder y controla esa propiedad en nombre del
po, cambiar las instituciones políticas, jurídicas y pueblo. Pero el control popular permanece formal
culturales. en gran parte. Quien controla la producción re-
cupera los privilegios que tienen los administrado-
res y los directores de las sociedades anónimas.
Ambigüedad del poder La minoría dominante forma una nueva burguesía
a la que los trabajadores deben vender su fuerza
Sin embargo, el entregar al Estado la tarea de de tra-bajo, como dice la crítica marxista.
realizar el socialismo no deja de ser ambigüo. Para
poder darle esa misión, es preciso reforzar radi-
calmente los poderes del Estado: en el doble sen- Iglesia y poder
tido de ampliación de sus áreas de intervención y
de fortalecimiento del aparato represivo capaz de El cristianismo no tiene estructura de poder,
forzar el cambio. ni doctrina sobre el poder, ni instituye ninguna
Según la doctrina marxista ortodoxa, la tran- clase candidata al poder. No tiene ni medios para
sición al comunismo incluye la desaparición del conquistarlo, ni recetas para ejercerlo. La actitud
Estado. Pero la misma doctrina concede que, en de Jesús frente al mesianismo manifiesta de modo
la fase del socialismo, es indispensable una época evidente la línea de conducta de sus discípulos.
de for±alecimien±o del Estado. No se ve cómo el Estos no son enviados para ocupar un poder po-
fortalecimiento del Estado sería el camino hacia su lítico, y mediante ese poder político transformar
desaparición, ni mucho menos cómo un Estado for- la sociedad y el hombre. Jesucristo se dirige direc-
talecido podría aceptar su desaparición, ni ser autor t'l.mente a los hombres sin pasar por la mediación
de su propia destrucción. Aquí también el comu- del poder. Esa es su novedad. El cristianismo rei-
nismo pertenece a la utopía, y la desaparición del vindica el derecho a hablar directamente a los
Estado es un mito. hombres sin pasar por el Estado. Esa exigencia es
El fortalecimiento del Estado lleva al fortale- el fundamento de la institución eclesial como ins-
cimiento de la clase que cumple con sus funciones titución distinta de todas las que el Estado puede
(o de las clases que cumplen ... ): sobre todo la controlar. La institución eclesial se levanta frente
clase de los administradores o burócratas, y la al Estado no como poder rival sino como afirma-
clase del aparato represivo y militar. Esos grupos ción de una libertad de palabra y de la primacía
24,~--~~~~~~~-~~~~-------~~~~~--~~~~~~~~~~~~~~-'-
 del hombre sobre el Estado. El papel de los cris-
tianos consiste en hablar directamente a los hom-
bres, sin mediación, y así crear y despertar la li-
bertad a partir ele la misma libertad y no a partir
, del Estado. La Iglesia encarna y organiza esa misión.
En medio de las revoluciones concretas, el cris-
tiano encuentra las mismas ambigüedades que en-
frentan todos los hombres. Por un lado, está com-
prometido con la liberación de los oprimidos. Por
otro lado, le es dificil comprometerse totalmente
con la ascensión social de una nueva clase domi-
; nante. Es verdad que esa clase es o puede ser el
órgano indispensable de los cambios. Pero, por otro
lado, su actuación y su rol histórico la constituyen
en nueva clase dominante.
Aquí surge el problema de la instrumentali-
zación del cristianismo por una clase dominante,
sea por una clase que trata de conquistar el poder,
sea por una clase que trata de mantenerse. Por
un lado, la icleologización del cristianismo ofrece
ª. los cristianos un lugar dentro del sistema polí-
hco presente o futuro. Por otro lado, esa ideolo-
gización es una forma de colaboración con una
forma de dominación política y de manipulación
cultural. Ese dilema permite vislumbrar los lími-
tes de tolerancia de una ideologización.
Si el cristianismo no está implicado directa-
mente en el poder, la institución eclesiástica pue-
de tener relaciones más directas con él. El clero
ha sido durante siglos una verdadera clase diri-
gente y dominante dentro de la Iglesia institucio-
nal. Por extensión, tuvo varias veces la tentación
de buscar en el poder civil un apoyo fuerzas de
pre~~ón, incluso física, para asegurar r:iejor la sal-
vacwn de los seglares. Su política le llevó a definir
alianz':ls. explícitas o implícitas con clases o gru-
pos dmgentes. En ciertos casos. el clero tuvo la
oportunidad histórica de actuar á nivel del Estado.
En otros casos, el clero trató de mantener su poder
sobre una parte de la nación, los "católicos" reu-
niela en instituciones católicas paralelas a la~ ins-
tituciones nacionales.
Las instituciones eclesiásticas sobre todo el ele-
ro. la más fuerte de ellas, repr~sentan a menudo
un factor político importante, sobre todo en Amé-
rica Latina, aunque con intensidad diversa según
los países. Esa fuerza política ha podido ser ins-
tnimentalizada por las clases dominantes en di-
Yersas circunstancias, aunque la historia nos mues-
tra que sería injusto acusar a la Iglesia de una de-
pendencia radical y permanente. La historia mues-
tra que la Iglesia ha sido también muchas veces el
único recurso de los oprimidos y los débiles. Sin
embargo, en otros casos, ella ha sido manipulada
por el sistema establecido y ha funcionado como
ideología al servicio de la clase dominante. Por eso
nació el proyecto de hacer de ella un apoyo a la~
revoluciones socialistas de liberación popular. Ese
proyecto hace reaparecer la ambigüedad y la per-
plejidad de siempre. Por un lado, una revolución
histórica es un factor ineluctable de los cambios
necesarios a la liberación del pueblo. Por otro lado,
no existe la revolución o la liberación en sí, al
estado de esencia. Toda revolución es también la
promoción de una clase nueva. Colaborar con ella
Y darle motivaciones y legitimidad es darle una
ideología para crear y justificar un poder nuevo.
Por un lado, estar al lado de la clase que va sa-
biendo, actuar a nivel de ideología (de "nueva cris-
tiandad") es tener libre acceso a las masas que se
identifican con la nueva clase dirigente. Por otro
lado, es abandonar el contacto directo con los ñom-
bres· de la base para aceptar la comunicación in-
directa Y reconocer la necesidad de la mediación
de la nueva (o futura) clase dirigente.
No podremos siempre prescindir de la ideolo-
gización (de "nuevas cristiandades"). La nostalgia
de la pureza inmaculada hace la misión imposible.
Pero, esa ideologización no puede radicalizarse al
punto de destruir u ocultar lo esencial del cristia-
nisnismo, que es la presencia directa e inmediata
de Jesucristo ante todos los hombres.
·~~~~~~~-~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~25
Las crecientes tensiones
En realidad, en la circunstancia actual, sólo
una pequeña minoría de la Iglesia institucional tra-
ta de participar en la conquista del poder en vista
ele una nueva sociedad. Todo indica que las ten-
siones crecerán entre esa minoría y la mayoría
que no participa o se opone. La razón está, en
primer lugar, en la debilidad de la presencia de
la institución eclesial en las clases populares. En
segundo lugar, en la débil presencia en los partidos
y movimientos que lideran el proceso de cambio y
la conquista de ese poder. En tercer lugar, en la
fuerza de los lazos aue atan a la Iglesia a las
clases medias. Ahora bien, las clases medias si bien
tienen una relación ambigua con la revolución,
acaban tomando una actitud negativa. Esa nega-
tividad tiene sobre todo raíces en su cultura y en
la relación relativamente privilegiada que fue la
de ellas. Todo proceso de socialización supone una
disciplina fuerte, una represión más fuerte del apa-
rato del Estado, y un retroceso en el consumo de
las clases altas y medias. A las clases altas y me-
clias, el socialismo presenta su cara "totalitaria" y
bien sabemos aue las clases medias son sensibles a
ese aspecto; la acusación de totalitarismo ha sido
el argumento invocado principalmente por la Igle-
sia en contra del socialismo. Por otro lado, en for-
ma general, está claro que la disciplina y el cen-
tralismo más rígidos en las sociedades socialistas
oueden limitar las obras eclesiásticas nacidas en
otro régimen y adaptadas a una sociedad de tipo
liberal.
Además, el temor al totalitarismo tiene ciertos
fundamentos también en el sectarismo propio de
toda clase revolucionaria. Sectarios fueron los puri-
t:rnos de la revolución inglesa, los jacobinos de la
revolución francesa, los bolcheviques de la revolución
rusa, etcétera. Toda revolución "caliente" tiene bue-
na conciencia, es unilateral, prepotente: son los prin-
cipios sicológicos del sectarismo. La Iglesia es una ins-
titución más fría, que aprendió con la historia a des-
confiar, a tener espíritu crítico y a relativizar los en-
tusiasmos: en particular, la historia le enseñó a des-
confiar de todos los poderes. Una cierta incompatibi-
lidad resulta de esa diferencia de "temperatura". Con
el tiempo se ha podido constatar que el sectarismo
disminuyó en Europa Oriental, y todo indica que el
mismo fenómeno se dará siempre, Pero la fase de
sectarismo "caliente" es particularmente dura para
la tradición cultural de las clases medias (tradición
liberal) y por el hecho de que las clases medias
sufren más bien pasivamente los cambios y no par-
ticipan con entusiasmo. Eso es probablemente lo
que explica en gran parte por qué cristianos deja-
ron la revolución cubana después de varios años
de participación, y por qué fambién en Chile se
constató un fenómeno de desaliento entre ciertos
militantes cristianos de izquierda. Todo deja pen-
sar que crecerá el número de cristianos izquierdis-
tas, sobre todo de intelectuales, que abandonarán
la revolución en la medida de su triunfo, si ella
logra imponerse definitivamente.
Esa reacción no procede de una incompatibi-
lidad radical (la Iglesia se adapta a otros sistemas
igualmente totalitarios), pero se explica por ra-
zones históricas: por un lado la larga vinculación
de las instituciones eclesiales con la cultura de las
clases medias, y por otro lado la falta casi total de
contactos y de efectividad entre el público cristia-
no en general y los grupos que lideran los movi-
mientas revolucionarios (los cristianos tienen mu-
cha comprensión y tolerancia para con las personas
que conocen personalmente).
Los problemas de la revolución y del Estado
han sido objetos de las preocupaciones de los mo-
vimientos "izquierdistas" (o "ultraizquierdistas"
para los que los rechazan). Ellos se han dado cuenta
que no basta con quitarle a la burguesía el instru-
mento del Estado para colocarlo en manos de una
 nueva clase, aunque ésta se diga "popular". El
poder popular requiere, en cierto modo, la destruc-
ción del mismo Estado, y esa destrucción no puede
ser postergada hasta el advenimiento cada vez más
improbable de un comunismo cada vez más utó-
pico. El Estado burgués en manos de una nueva
burocracia "popular" reconstituye una nueva bur-
guesía.
Sin embargo, hasta el momento, el Estado se
ha revelado órgano indispensable si se trata de
aceptar la herencia de una sociedad ya bastante
compleja que haya entrado en el camino de la in-
dustrialización, más aún si se trata de desarrollar
esa industrialización. El rechazo del Estado y de
la centralización ¿no incluirá el rechazo a la civili-
zación industrial? ¿Hasta dónde es concebible una
sociedad industrial y un desarrollo técnico sin clase
burocrática al frente? ¿Qué tipo ele desarrollo? Es-
tos problemas no han sido solucionados hasta el
momento: en las naciones industrializadas todas las
sociedades socialistas son burocráticas. No convie-
ne invocar aquí razones subjetivas de mala volun-
tad, culto a la personalidad, etcétera. Hasta el mo-
mento, el izquierdismo no ha sido experimentado
dentro de un sistema industrial y sus probabilida-
des históricas son mínimas. Lo que no quiere decir
que su problemática no sea capital para el porvenir.
ACCION EN LA
SUPERESTRUCTURA
IDEOLOGICA
La cultura tiene su consistencia propia y su
densidad real. Los objetos culturales son tan rea-
les como los bienes producidos por la agricultura
o la industria. La cultura es, ella también, una
industria. Además, toda la producción de bienes ma-
teriales es reflejo de la cultura: un pueblo elige
producir tal categoría de productos materiales y
de tal modo en función de su cultura y las mis-
mas necesidades materiales son en gran parte efec-
tos ele necesidades o imperativos culturales. Si la
producción influye en la cultura, también la cul-
tura influye en la producción material. Las obje-
ciones hechas por un materialismo vulgar a la
religión (la religión proyección del hombre fuera
de sí mismo) se aplicarían con igual razón a toda
la cultura y toda la producción y todo el trabajo
humano, lo que bastaría para hacer aparecer su
absurdo.
Para existir el hombre debe necesariamente
proyectar expresiones ele sí mismo hacia objetos
exteriores: no puede ni conocerse, ni realizarse sino
por la mediación de realidades cultural~s exterio-
res: el hombre debe alienarse en realidades ex-
teriores para conocer, actuar y existir. Todo el tra-
bajo y todas las actividades humanas son proyec-
ción del hombre en objetos exteriores al hombre:
son a la vez producción cultural y reflejo del hom-
bre. Entre todas las producciones, algunas producen
bienes de consumo y otras son pura expresión
(deporte, arte, lengua, literatura, educación ... ).
Toda la cultura tiene también una función
ideológica en la medida en que está integrada a
una sociedad, a una rivalidad de clases o de pueblos
o de naciones, a un dinamismo ele decadencia o
progreso ele grupos sociales, a un proceso de re-
voluciones. En toda su extensión, la cultura y sus
instituciones expresan el sistema social estableci-
! do y son el reflejo de los intereses y valores de la
ase dominante; tienden a mantener la superiori-
d y la conciencia de superioridad de esa clase,
26 . -
a justificarla y a desanimar los esfuerzos para cam-
biar el sistema. (1~)
Sin embargo, no se puede decir que la cultura
no tenga otra función. El mismo Stalin tuvo que
reconocer que la lengua rusa no había sido inven-
tada sencillamente por la clase dominante rusa para
afirmar su dominación social: tiene su contenido y
su finalidad en sí misma. El idioma tiene su reali-
dad propia, sus leyes propias, aunque. la clase do-
minante sepa utilizarla y crear una literatura que
haga de ella el instrumento y el auxilio de su
superioridad: hay un lenguaje aristocrático . y un
lenguaje popular. La cultura burguesa cultiva la
primera y, al abandonar la segunda a l~ vulgari-
dad. manifiesta la superioridad de la pnmera.
Por otro lado. la cultura es también factor de
transformación dei orden establecido: lo más fuerte
de la cultura ha sidn siempre no-conformista; por
ejemplo. la literatur& más auténtica ha sido en
gran parte una literatura ele crítica a la realidad
establecida. La cultura no es sólo reflejo, es tam-
bién subversión y las dos formas de actuación se
mezclan constantemente. El lenguaje más aristocrá-
tico, más conservador. ha sido un día revolucionario.
Cristianismo y cultura
El cristianismo no trae ninguna cultura: es Je-
sucristo y nada más que Jesucristo; y Jesucristo
se manifiesta como un hombre concreto, el hom-
bre más sencillo que es posible imaginar, sin nin-
gún programa cultural. El cristianismo siempre afir-
mó que su mensaje podía expresarse, en. todas ~as
culturas y, por lo tanto, no era, en s1 mismo, nm-
guna cultura. Jesucristo engendra la fe en los hom-
bres. v tampoco la fe constituye una cultura. La
Iglesia está al servicio de Jesucristo, y su m1s10n
consiste en hacer que Cristo esté presente en la
vida de los hombres: ningún papel cultural está
incluíclo en ello.
Sin embargo, si el cristianismo no trae ningu-
na cultura. no le es posible prescindir de una cul·
iura para· expresarse: el mismo Jesús tuvo que
expresarse en una cultura. Ahora bien, las . cultu-
ras que el cristianismo encuentra en su camrno !1º
son aptas, de inmediato, para expresar el mensaJe:
se necesita una reelaboración de la cultura en la
medida en que esa cultura se ideologizó. Una de-
sideologización se impone, no como actividad pre-
liminar solamente, sino como actividad permanen-
te nunca acabada. En esa forma, la marcha histó-
rica del cristianismo actúa en la cultura y produce
edificios culturales cuya trayectoria habrá sido
marcada profundamente por ella.
Teóricamente la fe podría transmitirse sin pa-
sar por esos edificios culturales. En la práctica, si
es concebible que las primeras etapas de la evan-
gelización se efectúen en forma radicalmente hu-
milde y sin expresión y prescindan de todo el edi-
ficio cultural anterior, no es posible que, a la larga,
nuevas iglesias permanezcan sin contacto o sin
simbiosis con ese edificio construíclo por las iglesias
más antiguas (aunque con menos fuerza que lo que
se practica actualmente). Aun prescindiendo -por
milagro-- de esa cultura edificada durante veinte
siglos de intercambio con la herencia grecorroma-
na queda claro que ninguna evangelización po-
clrÍa ouedar libre de una mediación de elementos
culturales de los pueblos que se evangelizan. Toda
evangelización parte de una iglesia y tiende hacia
la formación de otra iglesia (que es la institucio-
nalización del cristianismo), y esas iglesias (locales)
llevan siempre consigo una cultura; esa cultura
está relacionada -en mayor o menor proporción-
con la de los pueblos y las clases sociales y sus
divisiones.
Además en los siglos de la historia occidental,
la I"lesia e~ virtud de muchas circunstancias muy
dive~sas 'ha asumido funciones culiurales muy im-
portant~s que van mucho más allá de su misión
propia. El clero y las instituciones eclesiales han
dado a la cultura occidental contribuciones extra-
ordinariamente valiosas. Sería ridículo reducir esa
contribución al papel de ideología de las clases
dominantes.
Sin embargo, las instituciones eclesiásticas han
podido ser manejadas por esas clases. La cultura
"cristiana" o algunos elementos de esa cultura han
podido servir a las clases dirigentes y proporcio-
narles elementos ideológicos. Más aún: en deter-
minados casos, la Iglesia ha podido dar cobertura
más o menos oficial a ideologías explícitas por las
que determinados grupos definían y mantenían su
conciencia histórica y su forma de actuación: ideo-
logía de la Caballería, de la Cruzada, del Imperio
de la Monarquía, de la Reconquista y la Conquis-
ta, etcétera. Podemos incluso imaginar que el cris-
tianismo o ciertos elementos culturales que proce-
den de la historia cristiana proporcionen elementos
ideológicos a movimientos o revoluciones actuales
y futuros. Sucede que esa ideologización es el ca-
mino del acceso más fácil y más rápido a los hom-
bres.
Tal función ideológica no es necesariamente
un mal. Hay que evitar la crítica excesiva a la fun-
ción ideológica. Muchas veces el radicalismo crítico
tiende a una pureza o una autenticidad imposible:
los hombres no pueden vivir socialmente sin ideo-
logía. La ciencia pura no mantiene a los hombres
unidos en la subordinación al bien común. Todos
necesitan ideologías para la parte irracional de su
ser. Una función ideológica de instituciones cris-
tianas puede ser históricamente positiva si ayuda
a un grupo a orientar el desarrollo de la sociedad
y si ese grupo es de hecho al mejor posible para
ejercer esa misión. Rechazar toda forma de "cris-
tiandad" responde a una visión angelical de la
historia.
Sin embargo, la función ideológica constituye
un peligro permanente: el peligro de asociar a la
Iglesia con una clase que, por ser dirigente, es tam-
bién dominante; peligro de vincular a la Iglesia
con una forma de dominación que, a la larga, pue-
de ocultar el Evangelio; peligro de aceptar privi-
legios en retribución de esa función, lo que lleva
a muchas formas de corrupción. Conviene aue la
cultura eclesial esté asociada a una cultura -de li-
bertad y de superación más bien que a una cul-
tura de poder y de estructuración (en la medida
en que poder y libertad nunca llegan a coincidir).
Una competencia
de ideología
Teóricamente podemos concebir una situación
de acuerdo y conciliación entre la Iglesia y un
movimiento revolucionario, aún dirigido por no-
cristianos. Si la Iglesia y la revolución permane-
cen cada cual en su área propia no habrá con-
flictos, sino más bien apoyo mutuo en el respeto
a la autonomía de cada sector de la realidad. In-
cluso, elementos de cultura eclesial pueden pene-
trar en el mismo movimiento revolucionario crean-
do una forma de simbiosis cultural (elementos de
cristiandad).
En la práctica hay que comprobar que el en-
tendimiento es bien difícil; y muchas dificultades
se pueden prever por la misma teoría. Con los
movimientos marxistas de modo particular, la co-
existencia no se hará con facilidad. Hay, en efecto,
una competencia de ideologías. El marxismo que
anima a los movimientos y partidos no es el mar-
xismo científico sino una ideología popular. Esa
ideología despierta, estimula, alimenta e instru-
mentaliza energías populares que seguramente no
se identifican sencillamente con lo que la teoría
~~~~~~~~·~~~~~~~~~~.~~~~~~--~~~~~~~~~--~~~~-
~arxista llama "lucha de clases". Hay en esas ener-
g1as muchos elementos irracionales: al lado de ele-
mentos de anarquismo destructor de marginales
n1:1nca completamente reprimidos, hay un mesia~
n:smo populai: (que no e~ ni obrero, ni campesino,
m hurgues, smo algo mas hondo y anterior a la
división de clase~). Tal movimiento, tal partido,
aparecen a los OJOS del pueblo como el salvador
que será capaz de libertar al pueblo. La adhesión
tiene todas ias características de un movimiento
de fe. Como toda fe, el movimiento tiende a ser
totalitario. Sobre todo los mesianismos populares
son totalitarios, sectarios, fanaticos y exclusivos;
requieren todas las energías del individuo, todo su
tiempo, toda su capacidad cultural. No queda nada
para otra ideología, ni siquiera para la fe cristiana.
Entre el "calor" de la ideología marxista popular
y el "frío" de la Iglesia cristiana, la competencia
es muy difícil. El mayor problema no proviene ni
del materialismo, ni de la "ciencia" marxista. ni
de su filosofía, ni de la lucha de clases, sino de lo
que se añade a la lucha de clases definida según
los términos teóricos del marxismo. Es una cues-
tión de diferencia de temperatura. Quien se en-
volvió en una ideología revolucionaria ya no en-
cuentra ni significado ni atracción en las doctrinas
frías de las Iglesias.
De ahí las tentativas para reactivar las doc-
trinas cristianas y darles un nuevo calor, procu-
rando así limitar la aspiración hacia afuera que
sufren las Iglesias en sus elementos socialmente más
comprometidos: esa reactivación consiste en añadir
elementos ideológicos a la cultura cristiana tradi-
cional (por asimilación de las ideologías dominantes).
Así se explica probablemente en gran parte por
qué los católicos prefieren las ideologías populis±as
más bien que las ideologías populares o de lucha
de clases. Más allá de las razones ideológicas, existe
el hecho de que las ideologías y los movimientos
populistas son menos "calientes". En el "pueblo"
de las ideologías populistas caben las "burguesías
nacionales" y la presencia de éstas "enfría" las
clases populares. Así el peronismo o la ideología
militar peruana. Tales ideologías no ofenden la
sensibilidad de las clases medias y su espíritu crí-
tico, ni les exponen al sectarismo de las clases
populares.
Sin embargo, la preferencia o el entusiasmo
por los movimientos populistas puede reservar de-
silusiones. Estos movimientos pueden revelarse poco
eficaces si se trata de realizar cambios realmente
importantes en la sociedad. En ellos puede estar
la coartada de los cristianos. manera de darse bue-
na conciencia frente a la inévitabilidad de los cam-
bios sociales.
Espontáneamente, muchos católicos piensan
que la solución más conciliatoria consistiría en mo-
vimientos revolucionarios dirigidos por cristianos,
"gente conocida", de "los nuestros": éstos sabrían
evitar los choques, pasar al lado de los asuntos
conflictivos v relativizar el fanatismo sectario de
toda revolución. De ahí la democracia cristiana. En
reaiidad, esa solución queda, por el momento, utó-
pica. La historia es irreversible: gran parte de las
masas latinoamericanas ya no son disponibles y se
entregaron con toda su confianza a otros movimien-
tos no dirigidos por cristianos: movimientos popu-
listas o movimientos populares (entre ellos muchos
marxistas). En esa situación, aún con cierta base
popular, la democracia cristiana está condenada en
muchos casos a seguir la línea de las clases medias
y a postergar indefinidamente la realización de su
programa revolucionario. En gran parte el porve-
nir de la Iglesia depende de las condiciones de una
convivencia con movimientos e ideologías no diri-
gidas por ella. Esa convivencia puede exigir adap-
taciones ideológicas en una forma que no se podrá
necesariamente controlar: los diversos episodios de
las relaciones entre el Episcopado chileno y los
Cristianos por el Socialismo proporcionan una mues-
tra de esos problemas de adaptación y convivencia.
27

Una iglesia en situación
de dependencia
En América Latina, el problema de la convi-
vencia con movimientos revolucionarios se hace
más complejo en virtud de la dependencia. De modo
particular, la Iglesia católica se instaló en una si-
tuación de dependencia ya permanente. Las insti-
tuciones eclesiásticas establecidas necesitan la pre-
sencia de un personal extranjero numeroso, de re-
cursos financieros extranjeros y de una importa-
ción constante de ideas, modelos y estímulos ex-
tranjeros. Gran parte de la cultura de Iglesia es
importada y no se mueve a partir de procesos au-
tóctonos, sino más bien de procesos extranjeros.
Movimientos apostólicos, grupos y movimientos es-
pirituales, fórmulas de piedad, liturgia y caridad
son importados. aún en su casi totalidad. Bastaría
con hacer una lista de las innovaciones en los mé-
: todos eclesiales de los últimos diez años para tener
una muestra de esa situación de dependencia (a
pesar de toda la teología de la liberación, cuyo
influjo en los hechos es todavía muy débil). Ahora
bien, la cultura importada es ideológica. No es ni
siquiera neutral en materia social y política. Pues
ella tiende a mantener el status quo social y polí-
tico que permite a la Iglesia la permanencia de
su status social. Todo cambio radical en la sociedad
sería una seria amenaza a la estabilidad de las ins-
tituciones con todos sus elementos importados (co-
legios, universidades, institutos de formación y de-
sarrollo, proyectos de desarrollo, conjuntos parro-
quiales. medios de comunicación, etcétera). Las ins-
tituciones importadas o basadas en la importación
sufren una contradicción interna: dicen que su fi-
nalidad es un cambio de la sociedad, pero todo
cambio de la sociedad amenaza su propia posición
social. Por toda su cultura, una Iglesia basada en
el extranjero sólo puede querer cambios que no
cambian nada.
Fe, religiones, ateísmos
A propósito de la cultura, se plantea el pro-
blema de la religión. Algunos han encontrado una
respuesta cómoda a las críticas del marxismo y de
todas las filosofías ateas o antirreligiosas. Parten
de la distinción entre fe y religión, niegan que el
cristianismo sea religión y así suprimen el proble-
ma por la base: las críticas que se hacen a la reli-
gión no se aplican a la fe cristiana, pues ésta no
es una religión.
¡Solución demasiado cómoda! Es imposible
mantener una oposición radical entre fe y religión.
La distinción es un lugar común de la moderna
teología de la secularización. Todas las críticas a
la teología de la secularización la afectan directa-
mente.
En realidad, la distinción entre fe y religión
no es tan nueva. En este siglo, Karl Barth la de-
fendió con convicción y agresividad. Pero la dis-
tinción de Barth resucitaba en el fondo la concep-
ción luterana de la fe pura.
Por otro lado, no parece probable que la dis-
tinción entre fe y religión pueda dar satisfacción
a los críticos radicales de la religión. Pues sus
acusaciones tienen igual valor en contra de la fe.
El cristianismo es una fe que repercute inme-
diatamente en la religión. La religión no es el
aporte específico del cristianismo, por ser muy an-
terior al cristianismo. La religión es un elemento
permanente de la cultura humana, aunque su de-
sarrollo y su importancia puedan variar. En lo
que se refiere a la cultura, el impacto del cristia-
28~~-~~~~~~~~~~~~~·~~~~~~~---~~--~~~~~----~-·~~--~
nismo se aplica en primer lugar y directamente a
la religión: la manifestación de Jesucristo afecta
en primer lugar la idea de Dios y la actitud hu-
mana frente a Dios. El cristianismo actúa también
en otras áreas de la cultura, pero indirectamente y
mediante la religión.
No vale la pena dedicar mucha atención a
cierto ateísmo marxista basado en la idea de una
desaparición de la religión en el comunismo. Si se
realizara una sociedad comunista, sería la realiza-
ción del reino de Dios, y, en el reino de Dios, la
religión no tendría razón de ser. En un mundo
donde reinara el puro amor y la pura libertad, Dios
estaría inmediatamente presente y no necesitaría
ninguna representación. El contacto con Dios no
exigiría ninguna actividad específica. Toda actua-
ción humana sería inmediatamente vivida en Dios,
sin mediación religiosa. El hombre manifestaría a
Dios en todo su se~
Pero el comunismo puro es una utopía y los
mismos marxistas han dejado de anunciarlo. por
lo menos en sus publicaciones con pretensiones
científicas. Por lo tanto, el cristianismo jamás se
encontrará con el "ateísmo comunista". El ateísmo
que existe de hecho no es el resultado de la desa-
parición de la religión en virtud del establecimien-
to de una sociedad comunista. Es otro. Es un ateís-
mo heredero del ateísmo del siglo XVIII, de su ra-
cionalismo y su ideología del progreso. Además, en
muchos casos, el ateísmo militante es sencillamen-
te la inversión de la religión: la pasión del odio a
Dios es tan religiosa como el amor, y necesita a
Dios tanto cuanto los religiosos. Al lado de esos
ateos militantes, que son pocos, la mayoría tiende
más bien a remplazar la religión tradicional (si es
que se desprenden de ella) por otra: el humanismo
marxista es una ideología popular que proporciona
lo equivalente de una religión; una realidad supe-
rior (el "Hombre"), mitos, ritos, preceptos, conduc-
tas. celebraciones colectivas, o sea todos los ele-
mentos de una representación de la totalidad del
universo V de su significado último. Esa ideología
es el medio por el que la gente expresa y vive
su relación a la totalidad y la razón última del ser.
Ni los marxistas podrían vivir sin una "religión",
que es el "humanismo" popular, divulgado por el
adoctrinamiento popular. Eso nada tiene que ver
con la "desaparición" de la religión en un comu-
nismo que no existe.
El problema de la religión en la revolución es
el de saber cuál es la forma de religión compatible
o no con la revolución. La primera pregunta que
se olantea es la de saber si la revolución es nece-
sarfamente panteísta, requiere a un Dios identifi-
cado con fuerzas de la naturaleza, o bien si se
puede conciliar con un Dios trascendente. De todos
modos, la dificultad que encuentra la Iglesia con
el marxismo no le viene de sus pretensiones de
ateísmo sino más bien de la competencia de otro
sistema religioso más "caliente" y, por lo tanto,
más exclusivo y más sectario. El rival es la ideolo-
gía del humanismo (seudo-) marxista, y no la de-
saoarición de la religión en un comunismo que no
se· vislumbra ni de lejos.
Como toda cultura, la religión es, en su repre-
sentación, el reflejo del hombre que la vive y la 1
crea. ¿De dónde podría el hombre sacar su repre-
sentación de Dios, sino de su mundo? El huma-
nismo marxista también es el reflejo del hombre
que lo vil:e. Por ser el reflejo del hombre en una
época determinada, es inevitable que toda religión
sea también el reflejo de las relaciones sociales y
pueda ejercer un papel ideológico ayudando a con-
fin11ar y mantener esas relaciones. La religión pue-
de ser manejada por las clases dominantes de la
sociedad al servicio de la permanencia de deter- 1
minado tipo de sociedad. También la ideología hu- ·
manista marxista puede cumplir con el mismo pa-
pel, como varios autores se lo atribuyen en la Unión
Soviética.
Por otro lado, la religión puede ser también
un medio de lucha de las clases dominadas y una
 fuerza liberadora. Importa precisamente hacer la
distinción y la selección entre los elementos libe-
radores y los elementos opresores. Esa tarea está
por hacerse. Hasta el momento, poco se ha dicho
que tenga valor de probabilidad.
Por supuesto, la religión no se reduce a sus
funciones ideológicas. Ella tiene su contenido pro-
pio. Nadie considera que la música clásica es pura-
mente la forma como las familias nobles y las di-
nastías europeas justificaban y fortalecían su poder
feudal, por el hecho que esa música haya sido de-
' dicada a los príncipes y las ejecuciones hayan sido
financiadas por ellos. La música tiene su valor pro-
pio en sí misma. Lo mismo vale decir de la religión.
La religión popular
En este contexto se plantea el problema de la
religión popular latinoamericana (consideramos
como religión popular la configuración del cristia-
nismo que se transmite en determinadas áreas de
los pueblos latinoamericanos al margen de la reli-
gión predicada por el clero, y a veces en oposición
a ella). Esa religión ha sido muy criticada y com-
' batida por parte del clero y por sectores de la
burguesía católica, sobre todo por los sectores más
vinculados con las Iglesias europeas o norteameri-
, canas. Las críticas proceden en gran parte de la
teología de la secularización. Sin embargo, la reli-
gión que se ofrece como sustituto a las masas lati-
noamericanas es el reflejo de la cultura de la pe-
queña burguesía del mundo desarrollado. Ésta des-
truye todos los medios y las formas de expresión
de la cultura oral y propone formas librescas (ca-
tecismos, leccionarios, prédicas, reuniones, debates
seudoteológicos) adaptadas a las clases medias de
los países desarrollados. ¿Habrá progreso? ¿Pode-
mos creer que la religión de los manuales y los
libros importados es realmente superior a la reli-
gión tradicional? ¿Es tan seguro que la religión
nueva secularizada produce más frutos de caridad
1 que la religión tradicional de los campesinos? Aho-
ra bien, la religión no tiene su valor en sí misma,
sino como medio de la fe y la caridad.
Tenemos la obligación de examinar con deten-
ción el contenido real de esa religión y sus resul-
tados reales, no la impresión que provoca en per-
sonas que no la viven, y también el papel que
desempeña realmente en la vida de los hombres.
En ciertos casos, la religión popular puede te-
ner efecto debilitante. Pero, en forma general, sus
críticos no la conocen desde adentro. En diversos
casos (los indios, por ejemplo), la religión popular
(sincretista) puede ser la última expresión y el
último refugio ele pueblos marginalizados que no
pueden manifestar su existencia de otro modo. En
muchos casos también, la religión popular expresa
lo esencial de la fe cristiana en una cultura com-
prensible y asequible a los campesinos: es el caso
ele peregrinaciones, procesiones, fiestas religiosas,
cultos a los santos, etcétera. Suprimir o destruir
sencillamente esa religión es dejar a las masas po-
pulares más desarmadas todavía frente a las cul-
turas dominantes.
Además, la religión tradicional constituye un
fondo cultural a partir del cual las masas pueden
resistir mejor las propagandas ideológicas y man-
tener su originalidad y algo ele espíritu crítico. Para
criticar hay que poder comparar: por lo tanto, dis-
poner de otro sistema para poder hacer la compa-
ración. Podemos pensar que los pueblos serán ca-
paces de percibir por sí mismos lo que es bueno
en su religión tradicional y lo que es incompatible
con los cambios sociales y culturales. No hay nece-
sidad ele desempeñar esa tarea en lugar de ellos.
De todas maneras, el cristianismo no actúa en
forma principal a ese nivel de la cultura, la reli-
gión y las ideologías, sino a nivel de la acción en
el mundo ele la materia, de la producción de bie- ,
nes y servicios y de las relaciones sociales que de
ella emergen. Sin embargo, secundariamente, la
acción del cristianismo se hace presente en la su-
perestructura. La fe cristiana constituye una crítica
de todas las religiones históricas y un proceso de
superación de ellas: el Dios de la Biblia es una
crítica y una superación de todas las idolatrías. Por
otro lado, la Iglesia o determinados grupos institu-
cionalizados pueden ser llamados por determinadas
circunstancias a añadir otras misiones culturales
(enseñanza, etcétera): Iglesia y mundo son una sola
totalidad dinámica en la cual la distribución de
los papeles varía ad infinitum.
En resumen, el cristiano no hace nada que el
no cristiano no podría hacer. Lo que le es propio
es precisamente que él lo hace y que no todos los
hombres lo hacen efectivamente. ¿Puede haber me-
jor título de gloria que el hacer lo que es sencilla-
mente humano si el mismo Dios no auiso ser más
en este mundo que hombre, manifestáñdose en una
vida carnal? "Todo el que oiga estas palabras mías
y las ponga en práctica, será como el hombre pru-
dente que edificó su casa sobre roca. Y todo el que
oiga estas palabras mías y no las ponga en prác-
tica, será como el hombre insensato que edificó su
casa sobre arena." El problema es el "hacer". Lo
que les falta a los hombres, no es saber hacer, sino
el querer hacer. No es necesario que venga un re-
velador para decirles qué hay que hacer, sino que
venga un salvador para que tengan la voluntad de
hacerlo. Los demás efectos proceden de este efecto
principal.
Notas
(1) Citado según el texto publicado en el vo-
lumen Los cristianos y la revolución, Quimantú,
Santiago, 1972, p. 258.
(2) Ibid., p. 232.
(3) Ibid., p. 241 s.
{4) !bid., p. 257.
{5) Citado según la trad. franc., M. Hengel,
Jésus et la violence révolu±ionnaire, Cerf. Paris,
1972, p. 99.
{6) O. Cullmann, Jésus et les révolu±ionnaires
de son temps, Neuchatel, Paris, Delachaux, 1970,
p. 41.
(7) Sobre la praxis, cf. Alberto Methol Ferré,
Itinerario de la praxis, en Víspera, n<? 29, p. 40-44.
(8) Cf. Fr. Hinkelammert, Ideologías del de-
sarrollo y dialéctica de la historia, ed. Paidos, Bue-
nos Aires, 1970, p. 90-109.
(9) Cf. Lelio Basso, El uso de la legalidad en
la transición al socialismo, vol. col. Transición al
socialismo y experiencia chilena, CESO-CEREN,
1972, p. 32.
(10) Cf. Chr. Duquoc, Ambigui±é des ±héologies
de la sécularisaíion, Duculot, Gembloux, 1972, p.
109-112.
(11) Cf. Fr. Hinkelammert, o.e., p. 97.
(12) Seguimos los planteamietos de P. Gau-
dibert, Aciion cul±urelle: intégra±ion et / ou sub-
version, Casterman, Tournai, 1972.
 CENTRO DE DOCUMENT ACION
MIEC-JECI
9 Un serv1c10 para equipos, comunidades y militantes comprometidos en una
transformación radical de la sociedad latinoamericana.
@ Un apoyo para la maduración del compromiso cristiano en la sociedad.
9 Un servicio de los Secretariados Latinoamericanos del Movimiento Internacional
de Estudiantes Católicos (MIEC - Pax Romana} y de la Juventud Estudiantil Ca-
tólica Internacional (JECI}.

PUBLICACIONES
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SPES boletín informativo de los Secretariados Latinoamericanos del
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1. La Pas±oral de la Iglesia en América La±ina, del P. Gustavo Gutiérrez (Agotado).
') Iglesia-Universidad, del P. Gilberto Giménez, César Aguiar y Guzmán Carriquiry S 1. -
3. América La±ina: pro±esia es±udian:til y fe cris±iana, de Almery Bezerra de Melo . . . . S 1. 20
4. Apuntes para una interpretación de la Iglesia Argentina, de Lucio Gera y Guillermo
Rodríguez Melgarejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . S 1 . 50
5. His±oria Polí±ica del Movimiento Estudiantil: 50 años de reforma y la revolución, de
Carlos H. Urán R. ................................................................ .

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30

i
1 Carlos Delgado
1 va dibujando con preci-
1
1 EL PROCESO
1 REVOLUCIONARIO
·PERUANO:
TESTIMONJO
1
DE LUCHA
I Siglo XXI, Bs. As., 1972
1 autorizados de ese sin-
1
1
No podría compren-
derse la dinámica. la vi-
vacidad de este testimo-
nio de Carlos Delgado,
sin enmarcarlo dentro del
contexto peruano, que
define así: "Lo que ocu-
rre es que este proceso
revolucionario se inició
practicamente sin una
praxis revolucionaria, sin
una teoría revolucionaria,
sin una ideología revo-
lucionaria, sin una mís-
tica revolucionaria y sin
una organización revolu-
cionaria. Fue iniciado,
además, por una institu-
ción castrense que de
acuerdo con todos los
esquemas interpretativos
jamás podría hacer algo
que no fuera respaldar el
orden tra:licional de una
sociedad como la nuestra.
Sin embargo, aquí c;e han
destruído todo:; los esque-
mas, todas las formas de
interpretación tradicio-
nal. Una institución que
había servido para sos-
tener el orden política-
social del pasado ha siclo
la que ha iniciado y con-
duce este proceso revolu-
cionario. Pero derivado
de ·esto último está lo
otro que mencioné hace
un momento: el proceso
revolucionario peruano
se 1mcia sin organiza-
c10n, sin mística, sin
ideología, sin teoría revo-
lucionaria: es por eso,
que es!amc.3 creando, .en
el proci::sc· mismo toda la
formulación de la Revo-
lucién". Y de esta mar-
cha es muestra excelente
€Ste libro de Carlos Del-
gado, que escrito en di-
verso::; momentos, inclm:o
! en reportajes ocasionales,
sión una coherencia, una
nueva figura, direccio-
nes cada vez más defini-
das. No es así un testimo-
nio "personal", en sen-
tido subjetivista, sino an-
te todo de una "lógica"
histórica, a través justa-
mente de uno ele los vo-
ceros y protagonistas más
gular proceso revolucio-
nario peruano. Ortega
llamaría a este testimo-
nio un ejemplo de la "ra-
zón vital".
Llama la atención la
sobriedad y la concisión
ir~telecltual ele Delgado,
su tono a un tiempo im-
personal y apasionado,
objetivo y cortante, a la
vez que didáctico, suave-
mente pedagógico, sin
soltar las riendas a la
mordacidad que implica
toda lucha real. Si Car-
los Delgado es un polí-
tico, es también constitu-
tivamente un intelectual,
un espíritu sistemático
que los avatares y los
trajines intensos a que
está sometido, han obli-
gado a expresarse des-
perdigaclamente en el
tiempo, pero con voca-
ción de claridad histó-
rica permanente.
Por eso esta obra es
mucho más interesante y
viviente que otra ante-
rior, más profesoral:
"Problemas sociales en el
Perú Contemporáneo". Y
a la vez suscita la expec-
tativa de alguna obra
futura suya, más global
y orgánica en su compo-
sición, más vasta.
Hoy el proceso perua-
no tiene aún más relieve
e importancia, pues con
el argentino, e inclusive el
venezolano, son los pun-
tos actuales dinámicos y
nacionales de América
Latina, luego del san-
griento golpe militar de-
rechista que truncara la
experiencia chilena ele
su "vía socialista". Y el
análisis y conocimiento
de la evolución peruana
es aun más urgente, por
cuanto plantea con fuer-
za el rol del Ejército en
América Latina, y es ja-
que a todos los estereo-
tipos contra el Ejército
como tal, que lamenta-
blemente pululan en
América Latina y que
por cierto, con una mi-
rada casuística y superfi-
cial, tendrían abundante
razón. El Ejército perua-
no sigue mostrando una
pc.sibilidad, claro que ba-
jo formas específicas, que
no debe ser jamás des-
cartada.
Esta obra de Carla~
Delgado da las notas
má.s características del
proceso peruano, tan
pragmático, tan cauto y
audaz, en gradual afian-
zamiento de perfiles ori-
ginales concretos e ideo-
lógicos. En el sentido
más alto y antiguo de la
palabra, tan caracteriza-
do por la "prudencia",
que desde Aristóteles y
toda la tradición tomista
es la virtud política por
antonomasia. Y no .se
confunda, por ignoran-
cia, con la prudencia en
su pacato sentido actual
y vulgar.
En el fondo. creo, se
cometería un error si se
creyera que el Ejército
peruano es el único actor
protagónico en este pro-
ceso. Delgado simboliza
también un encuentro, a
otro nivel. ele dos líneas
histórica.s · antes desen-
contradas: el Apra y el
Ejército. Oriundo y en
ruptura con el Apra, el
gran partido de la "mo-
dernidad" peruana, hoy
en total descomposición,
no es por azar el porta-
voz civil más notorio del
régimen: significa que el
Apra y el Ejército, viejos
enemigos, se han trasmu-
tado en algo distinto y
nuevo. El Apra que
queda, es el cadáver del
Apra. El Apra nuevo,
que ya no es Apra, lo
asume el Ejército y lo
expres3 Carlos Delgado.
Si no fuera así, no habría
historia en el Perú.
AMF
LECTURAS
Juan Damián
MEDIOS DE
COMUNICACtON:
¿ESCLAVIZAN
O LIBERAN?
Ed. Bonum, Bueno.s Ai-
res, 1972.
El autor -con larga
experiencia en el campo
de las comunicaciones-
trata sistemáticamente
sobre todos los medios
masivos de comunica-
ción: prensa, televisión,
radio, cine, canción (dis-
cos), propaganda, fotono-
velas, aventuras e histo-
rietas.
El objetivo del curso
"no es principalmente
saber o aprender conte-
nidos". Ni siquiera ente-
rarse cómo funcionan téc-
nica y profesionalmente,
sino que pretende en pri-
mera instancia "crear
actitudes en los grupos
que lo practiquen", y que
son tres fundamentales:
actitud receptiva, actitud
crítica y actitud crea-
dora.
Con todo, el subtítulo
el.el libro nos indica cla-
ramente que el esfuerzo
del autor se centra par-
ticularmente en crear una
actitud crítica: "manual
práctico para cursos de
formación crí±ica en me-
dios ele comunicación so-
cial".
El método e.s teórico-
práctico y exige un in-
tenso trabajo de grupo
bajo la dirección de un
coordinador. El libro pro-
porciona siete esquemas
de trabajo (guiones), uno
por cada medio de comu-
nicación y siete exposi- 1
ciones presentadas en for-
ma ele anexos, con infor-
mación técnica sobre di-
versos aspectos de los me-
dios de comunicación,
elementos muy útiles pa-
ra la formación de un
espíritu crítico. Un pri-
roer capítulo explica el 31
 método y el modo de em-
plearlo.
Cada guión comienza
s;.rgiriendo una ambienta-
ción adecuada y la pro-
vección de determinadas
diapmitivas (aunque no
dice quién la3 edita y las
cEstribuye). Luego da cri-
terios para una selección
acertada del material, por
ejemplo, elegir una pelí-
cula (o canción) comercial
de consumo, crítico-des-
conformista o con mensa-
je humano. Una vez que
! los cursilfüta.s han visto
u oído el espectáculo te-
levisivo, cinematográfico,
radial, etc., el guión su-
giere al coordinador la
i::xposición apta para ese
momento (uno de lo.s ane-
xo; o una parte del mis-
mo) y las preguntas que
podrían orientar y diri-
gir el debate del grupo,
que según el autor, es "el
núcleo más fuerte y fe-
cundo" del cursillo.
Transitadas las etapas
receptivas y críticas, el
coordinador recibe ins-
trucciones muy prácticas
para iniciar al grupo en
una tarea creadora, que
tenga relación con el me-
dio audio-visual estudia-
do. Finalmente, si así lo
de.sea, el coordinador pue-
de realizar la encuesta,
formulada en el guión,
que le ayudaría a pulsar
mejor el grupo que diri-
ge y a acumular expe-
riencia para el futuro.
McLuhan dice: el me-
dium es el mensaje. J.
Damián añade: el me-
dium nunca es neutral,
siempre es ideológico. La
prensa interpreta a tra-
vés de la selección de no-
ticias. de sus titulares,
de sus fotos etc. Y detrás
hay una empresa, que no
tiene como fin informar
sino lucrar. La T.V. tam-
bién busca el lucro, pero
ejerce un poder aun más
total sobre el televiden-
te. La T.V. crea pasivi-
• dad y masificación: ayu-
. da a evadirse del mundo
i propio (y de sus respon-
• sabilidades), volviéndolo
a uno cada vez más ex-
traño a sí mismo, al su-
mergirlo en aquel otro
mundo más hermoso y
atrayente de la ficción,
del film, del show, rea-
lizad03 generalmente en
los centros industriales
ricos. De este modo in-
directo, estos nuevos co-
lonizadores nos vuelven
a colonizar, trasmitiéndo-
1 nos sus gustos, sus ideas,
su cultura, etc. Junto a
estos alertas, que posibi-
iitan una actitud crítica
frente a estos gigantes
32 1 de la "educación" masiva,
el autor nos explica en su
lrnguaje acequible y fin de deducir las líneas
transparente, familiar y
ágil, cómo se hace una se-
rial dramática, cómo se
confecciona un informa-
tivo radial, el negocio
que está detrás de la pan-
talla, el lenguaje cinema-
tográfico "de la foto al
montaje", cómo se fabri-
ca un "ídolo" de la can-
ción, cómo funciona una
agencia de publicidad,
etcétera.
Posiblemente este libro
de J. Damián llene una
inmensa laguna pedagó-
gica: un texto sistemáti-
co, ágil, teórico-práctico
sobre los medios ma.sivos
de comunicac1on. Cada
guión exige varias horas
de trabajo y las tareas
creadoras orientan un
trabajo muy fecundo.
Crear un espíritu recep-
tivo, crítico y creador es
:;! ideal de todo pedagogo.
El autor lo ha intentado
y a mi parecer en forma
muy lograda, aunque la
última palabra la tendrá
.su puesta en práctica.
Quizás la práctica lleve a
mejorar el texto. Esto
sin duda sería la máxima
satisfacción que podría
recibir su autor.
El material de guiones
y exposiciones está muy
bien diagramado y pre-
sentado, aunque tal vez
unos esquemas suple-
mentarios ayudarían la
labor expositora del coor-
dinador. La encuaderna-
ción del libro, en cambio,
merece un juicio negati-
vo: no re.sponde a las
exigencias de un manual.
Es una lástima.
Por último, creo que
el autor logra muy bien
su objetivo de "forma-
ción crítica" a pesar de
una visión muy indivi-
dualista de la libertad
humana, que sería im-
portante revisar. Igual-
mente parecería conve-
niente que desarrollase
más la utopía de una ra-
dio o de una televisión
que en lugar de ser ins-
trumentos de esclavitud
y masificación, fueran
instrumentos de libera-
ción. Porque ¿no es ver-
dad que para la gran obra
de la liberación latinoa-
mericana necesitamos de
la fuerza de la utopía?
Miguel A. Cabrera
Raymond Hostie gía psico-sociológica, a
de fuerza que en ella se
abren paso.
VIDA Y MUERTE Así, er1 estos momentos
DE LAS ORDENES de profunda revisión re-
ligiosa, esta obra de Has-
RELIGIOSAS tíe facilita una perspec-
tiva global, sin la cual
Desclee cie Brouwer, Bil-
bao, 1973 todo movimiento se hace
tanteo en las sombras.
En América Latina las
Raymond Hostie es un publicaciones de la CLAR
eminente psicólogo, o si (Confederación Latino'a-
se prefiere psico:malista, mericana de Religiosos)
agudo heredero crítico están abriendo una vi-
de C. G. Jung, de quien sión del conjunto de la
se publicara reciente- obra religiosa en nuestros
mente su libro "Del mito países y de sus proble-
a la Religión" (Amorror- mas. Y ese movimiento
tu), y que ahora no.s pre- debe ser tenido en cuen-
senta una excelente pers- ta esencialmente, por
pectiva de la historia de cuanto invierte la anti-
ias órdenes religiosas. En gua incomunicación en-
su calidad de investiga- tre los diferentes institu-
dor y clínico de las re- tos religiosos, les hace
laciones interpersonales converge1· y comenzar a
y de 103 fenómenos de plantear.se a escala de
grupo, Hostie ha tenido América Latina y desde
<:sidua relación con ins- nuestras propias exigen-
titutos religiosos. Cono- cias. La obra de Hostie,
cedor profundo de su vi- e¡ue requiere una medi-
cia real, lo.s nuevos pro- tación atenta, se inserta
blemas de los institutos perfectamente en esta
religiosos le motivaron nueva toma de concien-
para emprender una re- cia, y empuja al ahon-
visión de su situación, damiento indispensable
para lo cual debió ne- de Ja historia propia de
cesariamente acudir a la los movimientos religio-
comprensión de .su géne- sos en América Latina,
sis y dinámica histórica. sin la cual no podrá abrir-
Respecto de los insti- se un futuro enraizado y
tutos religiosos, a los creador. No sólo en los
que el "aggiornamento" ir.stitutos religiosos, si-
ha revolucionado en sus no en la nüsma Iglesia
usos y costumbres, nos di- latinoamericana.
ce Hostie: "Hasta 1962 ha- AMF
cia falta impulsar e in-
tentar soltar los frenos
bloqueados. A partir de
1965 la cuestión e.s, más
bien, atemperar los ar-
dores y mitigar las auda- Garmendia de
cias". Sin duda, los ins-
titutos religiosos, pilar Camusso y
básico de la Iglesia Ca-
tólica, viven un proceso Nelly Schnaith
conmocionado, como el
conjunto de la Iglesia, y
la situación exige más
que nunca claridad en la THOMAS HOBBES
comprensión, penetración
histórica, para ver la ló- Y LOS ORIGENES
gica viva del proceso, y DEL ESTADO
sus posibles caminos fu-
turos. Ver el movimien- BURGUES
ta y el mapa de las ma-
Siglo XXI, Argentina,
rejadas religiosas. Bs. As., 1973
Esta obra de Hostie
tiene una importancia
semejante a la que antes
del Concilio Vaticano II Thomas Hobbes es uno
tuvo aquella siempre me- de los pensadores políti-
morable de Walter Dirks cos más fascinantes y ri-
"La respuesta de los frai- gurosos. El más impor-
les", que de algún modo tante que haya produci-
anunciaba ya la necesi- do el mundo anglosajón,
dad global a que respon- aunque no su predilecto,
dió Juan XXIII. Pero el que lo ha sido Locke, de
objetivo es parcialmen- irradiación mucho más
te dísimil: es una relec- concreta y duradera, pues
tura de la historia de las es el mayor modelador
instituciones religiosas a de la tradición liberal-
la luz de una metodolo- burguesa. Y si Locke, a
través de la Constitución nadie, le hace interlocu- el movimiento inmanen- la rama española del
norteamericana, tuvo in- tor forzado de quien te de la praxis, en la con- CIDSE: la problemática
mensa repercusión en quiera pensar la realidad sabida mitología impe- del "desarrollo". Puesto
América Latina, a la ver- con verdad. Y ahora, di- rante. Quedamos en esa que, como dice Alvarez
dad Hobbes nada ha in- jimos, vuelve a ser foco duda, hasta que Garmen- Bolado, "América Latina
cidido. Lo que no signi- de atención. A los anti- dia-Schnaith no explici- habría sido el lugar de
fica, por cierto, que el guos libros de Tonnies, ten más su propia filo- la cruel «toma de con- ,
conocimiento de Hobbes Carl Schmitt y Vialatoux, sofía. ciencia» de la crisis del ·
no sea de la más alta se suman en estos años Pues parece que se au- desarrollismo. Pero tam-
importancia p a r a 1 a los de Raymond Polín, toregalan, filosóficamen- bién del n2cimiento de un
comprensión de nuestro Leo Strauss, F. Vieknas, te, demasiadas cosas. nuevo lenguaje que ex-
propio mundo. Por otra C. Macpherson, etcétera, presa las aspiraciones de
parte, si hay hoy una ne- desde muy diversos pun- AMF «liberación» y de un
cesidad latinoamericana tos de vista. nuevo instrumento ana-
imperiosa es la de gene- Entre nosotros, a una lítico para el análisis del
rar un pensamiento polí- ' vieja traducción del "Le- subdesarrollo en térmi-
tico profundo, que para viatán" en 1940, con va- nos de «dependencia»."
hincar el diente en la rias reediciones resumi- El equipo de latinoa-
realidad, sólo con el ali- das, se ha agregado hace mericanos que asumieron
mento de los grandes en poco una antología de Instituto las funciones de ponen-
la teoría política puede textos de Hobbes (Ed. tes y directores de semi-
adquirir auténtica fuer- Tecnos, Colección Res. Fe y Secularidad nario representa lo que
za y penetración. Hobbes Publica). Así, en len- en el curso de las Jor-
es uno de esos grandes. gua española está sólo nadas Juan Carlos Scan-
Debe subrayarse esto accesible muy fragmen- FE CRISTIANA none llegó a llamar (to-
último, pues apené. en la tariamente. Creemos que Y CAMBIO mando la expresión de
pléyade de "políticó!o- el estudio de Garmendia- otro de los asistentes. su
gos", sociólogos, etcétera, Schnaith es el primer SOCIAL EN compatriota José Mígues
que tan poca atención enfoque latinoamericano AMERICA LA.TINA Bonino) "una familia de
pongan, aquí en Améri- sistemático sobre el pen- opciones" afines, aunque
ca Latina, a los "clási. samiento político de Ediciones Sígueme, Sa- dotada de un pluralismo
cos", que por algo lo so!1 Hobbes. Y en efecto el lamanca, 1973. interior que da pie -¡fe-
y que además no son libro se compone de tres lizmente!- a la crítica
muchos, y se pierda partes: 1) La concep- Hecha Pública a los inmanente de la misma
tiempo en tanto librito ción del hombre y el mé- pocos meses de realiza- imagen globalmente re-
de ocasión. 1.odo científico, 2) La das las Jornadas de El presentada. Sin duda, es-
Pareciera que en los Teoría Política, 3) La Eti- Escorial, esta vers1on ta es una familia con in-
últimos años ha recrude. ca. Sin duda, Garmen- por libro de sus ponen- dividualidades muy di-
dia-Schnaith siguen bá-
cido el interés por Hob- sicamente cias, comunicaciones y versas: Agudelo, Ames,
bes. Es que vale la pena. las pautas de extractos de seminarios 1 Arroyo, Assmann, Mígues
Es el primer "materia- Cacphcrson, al que in- conquista una inesperada Bonino, Büntig, Comblin,
lista científico" de la ca troducen variantes de po- trabazón interna y un Dussel, Manuel Edwards,
época moderna, el prime- importancia aunque, tono globalmente inter- Segundo Galilea, Gusta-
ro que tomando a las es posible, acentúen un pelante gracias a la pre- vo Gutiérrez, Cecilio de ,
ciencias fisicomatemáti- en cierto marxismo difuso sentación que, a pedido Lora, Dom Padím, Po-
cas como modelo. lo ex- sus presupuestos. de los latinoamericano3, blete, Scannone, Juan
tiende al plano sÓcial. Es Si, como dice Hegel, escribió el español Alfon- Luis Segundo, Zevallos
so Alvarez Bolado SJ, di- y quien esto escribe. Pe-
Ja mayor ruptura, infi- la filosofía es la autocon- ro Alfonso sabe dar de
1
·
nitamente más que Ma- ciencia de una época, eso rector del Instituto Fe y
quiavelo, con la tradi- no implica que Hegel Secularidad. ella una caracterización
ción política provenien- creyera que su Lógica só- Bajo el título, de suyo do b 1 e. Negativi:lmente
te de Aristóteles. Imtau- lo era reductible a "re- amplísimo, "Fe cristiana por la falta de la línea
!'a un nuevo tipo de abor- flejo" de su época, pero y cambio social en Amé- desarrollista; "positiva-
daje, un nuevo tipo de es lo que creen Garmen- rica Latina", el Encuen- mente, quizá, por una op-
pensar la realidad social. dia-Schnaith. Y así Hob- tro de El Escorial tuvo ción pro.socialista tan
Y las prolongaciones po- bes queda sólo encerra- tres finalidades vista.s ampliamente entendida
sitivistas de Hobbes lle- do como autoconciencia primelramente ' -s·egún como para causar el dis-
gan hasta nuestros días. "desmitificada" de una destaca el prologuita- gusto de cualquier mili-
Es una herencia que de- época (lo que es un tan- desde las entidades espa- tancia socialista ortodo-
bemos liquidar, pero to- to excesivo) o de "la bur- ñolas que pensaron en xa, y que comprende
davía el ajuste de cuen- guesía" a secas y en to- organizarlas. La primera desde los socialismos
tas no está plenamen- da su extensión, y está interesaba en especial al ideológicamente «mar-
te realizado. Este viejo allí exclusivamente para Instituto Fe y Seculari- xi.stas» hasta el populis-
nominalista, materialist:t revelar el secreto com- dad: relación de la co- mo argentino, en su nue-
ateo. se yergue poderoso promiso de la burguesía munidad de fe con los va faz más socialista, y
En Jos orígenes mismos en su práctica con el va- procesos históricos de un Jos activos participantes
de la emergencia concep- lor que la ha domina- continente en trance y de la democracia cristia-
bal más desnuda del in- do: el lucro como medio urgencia de transforma- r;a en algunos países del
dividualismo burgués y la y fin del hombre. Que c~ón, que e3, entre los
cono sur."
economía pura del mer- Hobbes muestra eso, sin grandes · bloques del "El polo referencial"
cado, de la vida como duda. Que sólo muestre Tercer Mundo, el único de esta familia de opcio-
competencia implacable. eso, y se le pueda exhor- que procede de una ma- nes lo encuentra Alfon-
Este profundo pesimista cisar metiéndolo en tan triz cultural cristiana. La so en la ponencia de Gus-
del hombre y sus posibi- cómodo ataúd, eso ya es segunda, al Instituto Mi- tavo Gutiérrez. "Las con-
lidades ha repercutido más problemático. Nos sionológico de Bérriz: vm·gencias y la3 diver-
también, de modo poco tememos que sea un mo- preparación del fuerte gencias se entienden me-
estridente, pero firme, do de no tomar en serio contingente de religiosos, ior referidas a ella". Su
en grandes y dispares a Hobbes y su filosofía, sacerdotes y laicos espa- tema es Evangelio y pra-
pensadores políticos, co- para deslizarnos subrepti- ñoles que acu.den a pres- xis de liberación. Alfonso
mo Bossuet, Rousseau, ciamente a "la vie en tar .servicio apostólico o muestra hasta qué pun-
Hegel. Es que sistemati- rose", como supuesto o a colaborar en tareas de to esta lección e3 insepa-
zar que el hombre es el ilusión básica. Ahora la promoc10n en América rable del maestro de la
.lobo del hombre, aun~ historia se encaminaría Latina, temporalmente o Iglesia en la que éste
que no haga popular a , a "la vie en rose" por de por vida. La tercera, a actúa: "Y quizás nos sor- , 33
 ele an±icipación del fu±u- cia del argentino Scanno- siglo XX "podemos ubi-
euro- rn auizás el texto escrito r:e, que anticipáramos en car los movimiento y
peos, o casi europeos- r:o ía conserve de la mis- El informe de VÍSPERA las ideologías actua-
con la pregunta olvidada: ma manera." 30. Y a través de ella les ... , podremos com-
«¿Pero es que puede sa- -con ojos muy alertas- prender mejor cómo se
lir algo bueno de N aza- Según Alfonso, el dis-
ra3trea '..!na senda que vinculan con ese movi-
ret?)) y recordábamos cur30 teológico de Gus- por mi parte echo de me- miento principal los dina-
perplejamente que esta tavo se monta sobre tres nos en las reflexiones mismos secundarios de
pregunta ya se había he- intuiciones: la nueva
de nuestros amigo.s del los movimientos marxis-
cho otra vez. Y volvía- conciencia política de los Pacífico: la del naciona- tas y de los que se pre-
mos a encontrarnos pre- p·1eblos latinoamericanos lismo latinoamericano. sentan explícitamente co-
guntando, nosotros euro- (Cllie ahora saben que su Mientras 103 del Pacífi- mo cristianos."
peos o casi europeos: dependencia no es un co (Gustavo incluído) car- Del populismo a !a re-
«¿Cómo enseñas tú que hecho "éticamente neu- gan el acento en el pro- ligiosidad popular el
ni eres 'rabí', ni 'escri- tro" .sino el resultado ele blema del pobre como puente de afinidades es
ba', ni dices lo que no- un sistema internacional clase y consiguientemen- sólido y muy tramitado,
sotros sabemos que hay socioeconómico y socio- te en la lucha de clases. precisamente, por los
qu€ decir, ni nos lo di- político); las implicacio- les argentinos levantan mismos argentinos que
ces como nosotros sa- nes de la asunción cristia- la afirmación nacional, c:on Perón conocieron y
bemos que es necesario na de la politización libe- otorgando desde ella una conocen la más perdura-
que se diga para que radora (que parte del par- prioritaria atención a la ble experiencia populis-
quede dicho adecuada- tidismo por el pobre co- lucha antimperialista. Así ta q.ue se haya registrado
men±e y podamos co- rno cl2.3e y por los pue- Scannone hace ingresar en América Latina. Al-
menzar a discutir sobre blos pobres y supone la dentro de la "familia de fonso subraya la lucidez
éllo, desde nuestras mil mE.diación de las ciencias opciones" " algunos po- con que el argentino Bün-
distinciones que articu- sociales, mostranco como pulismos, con tal que no tig plantea el problema:
lan el rigor de nuestro históricamente necesaria perdieran el fundamental "se ha producido en
s a b e r interdisciplinar, la opción ra::iical por el talante socialista." Y ob. América Latina. . . el
meticuloso y escéptico, socialismo); el compromi- serva de inmediato Al- conocido procGlO de x:po-
aunque llegue tarde so liberador como expe- fonso, entre significati- IY-1larización» C:e una re-
adonde urge llegar?)) Y riencia teológica funda- vG> paréntesis: "(Puede ligión universal, como
recordábamos otra vez: mental (que hace de la preguntarse si por este es el c:i.tolicismo. Ello
evoz que clama en el de- clura .:;xperiencia políti- camino no se llegaría a significa que sus valores,
sierto ... preparad los ca- ca auténtica experiencia la afirmación de Com- normas, rito;, símbolc.-; e
minos del Señor ... )) Y espiritual, contemplación, blin, de que lo funda- instituciones están muy
.sentíamos el estremeci- comunicación, encuentro mental de la «revolución lejos de ser superestruc-
miento de que la voz profundamente nuevo y latinoamericana» conti- turas agregadas y ficti-
fuera cierta y real y no- radicalmente personal
núa siendo el «naciona- cia3. Al contrario. cons-
sqtros desierto. Por un con Dio.s y Cristo, una lismo anti:-nperialistai>l." tituyen elementos que in-
momento Gustavo nos ni.:eva manera de hacer A partir de 1910, recordó tegran el mismo núcleo
había hecho entrever que teología como reflexión Comblin. el alma de la clel ethos sociocultural
«latinoamérica» no era que ayi.:de a la fe a pen- revobción latinoameri- latinoamericano." Por lo
un adjetivo, sino el dedo sarse a partir de cómo es cana son los divenm po- mismo, movilizar a Amé-
que indicaba un lugar de vivida y ha sido reencon- pulismos, las reivindica- . rica Latina para la deci-
tránsito de la salvación. trada en el compromiso ciones de distinto signo ' sión de liberación cons-
No un lugar mítico, ni liberador). ideológico del "pueblo tituye una "invitación
mitificable, pero sí un Imoortan también, y irredento''. Antes que apremiante a asumir la
«lugar de discernimien- mucho, las grandes cue.-;- C'-lalquier otra cc.3a, co- cuota grande de re.spon-
to» ... No se me entien- tiones que Alfonso deja mo con Comblin supo sabilidad que toca a los
da mal. No quiero decir abiertas en su introduc- destacar Alfonso, el "so- católicos en este proceso
que la ponencia de G. ción. Con Míguez Bonino cialismo" latinoamerica- largo, duro y difícil que se
Gutiérrez no sea una po- se y nos pregunta: .>i una no es antiimperialismo y está gestando en nuestras
nencia articulada, inclu- fe se quiere "praxis de nacionalismo. La libera- tierras." De ahí la otra
so minuciosamente y, por transformación" libera- ción aparece dentro de es- gran pregunta. Alfonso
tanto, «criticable». Pero dora, ¿cómo es posible ta ponencia "con una sig- la entresaca de Büntig y
en ella sucedía la ±orna que descienda como di.s- nificación a la vez más es- también de Galilea: ¿Có-
d:;¡ palabra, la liber±ad curso teológico hasta el pontánea, popular y utó- mo puede una lúcida -o
de hacer fu±uro de algo nivel estratégico-táctico, pica, menos subsumible crítica- pastoral popu-
que tendrá historia, aun- y no pierda en el trayecto por tanto por una deter- lar liberar las actitudes
que los textos de la «teo- su contenido teológico pa- minada interpretación so- profundas y los símbolos
logía de la liberación» ra recaer en el sectarismo cio-analítica capaz de dar sacrales del pueblo hacia
fueran desmontados por ideológico? Si se intenta al complejo proceso histó- el cumplimiento de las
una crítica sagaz y evi- mantener lo.o dos polos rico una única orientación tareas que esa misma fe
tadora de conflictos, y de Ja tensión, ¿no se da- ideológica o política. Com- está demandando precisa-
aunque la mayor parte rá lugar a un lenguaje tan blin no nos dice si esto es mente cuando se la toma
de los hombres de esta , emprobrecido teológica- una ventaja o un inconve- absolutamente en serio
«familia de opciones» mente como inoperante niente. Afirma únicamen- en su condición de "fe" y
fueran un día reducidos : socioanalítica y política- te que sólo desde una vi- en su condición de "po-
al silencio. Esa percep- · niente? Aquí Alfonso en- sión global del nacionalis- pular"?
ción de ±orna de palabra, comia la "serena" ponen- mo latinoamericano del HB

NOVEDAD DE EDITORIAL TIERRA NUEVA

PEDRO NEGRE RIGOL

FE y POLITICA
Teología de la liberación / Sociología Latinoamericana
34
 ··--·- ·---------------------- ----- ----------

LA POLEMICA
PLJ\TEl\ISE
 Rau'1__F . A'_ba d'ie-_A'icar d.i juicio de otros, no acepta que el
poder sea la fuente de posiciones
inalterables y reafirma su dere-
cho a forjar dentro de sus fron-

BRA.SIL teras su propio destino y escoger

fuera de ellas sus aliados y su
curso [ ... ]. No aceptamos que la
revolución tecnológica y científi-

EN LA CUENCA ca de nuestro tiempo se haga, co-

mo la revolución industrial del
siglo XIX, para el casi exclusivo
beneficio de los países más desa-
En nota anterior (VISPERA - 32) señalábamos rrollados y rechazaremos las ten-
tativas -sea cual fuere el manto
que en el continente los regionalismos fueron que las oculte- de restablecer la
teoría de las zonas de influencia
floreciendo no como un rechazo del Paname- lítica o la imposición de la voluntad po-
de algún país o grupo de
ricanismo, sino como concertaciones zonales países sobre las naciones menos
desarrolladas." 1.~J Que este plan-
tendientes a la progresiva reali- Argentina se habría acercado a teo no fue un mero exabrupto
zación de éste. En caso contrario, Brasil para atenuar los efectos ocasional lo prueba una serie de
quedaron raquitizados o sofoca- antiargentinos de la alianza prio- • hechos confirmatorios del muy
dos. ritaria EE.UU. - Brasil. Una inten- prudente pero continuo movimien-
Sin embargo, agregábamos, una ción que explicaría tanto el deci- to ascendente de estos criterios en
mayor toma de conciencia nacio- sivo paso inicial del presidente Brasil, sin que parezca fácil es-
nal en el área latinoamericana y Illía como los siguientes del pre- tablecer hasta qué límites podrá ~
la renovación -desde marzo sidente Onganía. llegar dicho movimiento. Tres
1964 -de la alianza prioritaria años después del discurso del
EE.UU. - Brasil, hicieron que en presidente Garrastazú -ya en
la segunda mitad de la década Barriendo ilusione§ plena era de la "diplomacia
del Sesenta las inquietudes inte- Kissinger"- un importante edi-
gracionistas derivasen hacia fór- El creciente poderío acumulado
torial del principal diario carioca
mulas de neta vocación autono- por Brasil gracias a su acelerado sostenía que las relaciones entre
mista (como el Pacto Andino) o crecimiento económico v a la es-
los EE.UU. y América Latina se
hacia fórmulas bajo el patrocinio tabilidad del régimen militar bajo ven afectadas por un fenómeno
y control del eje Washington - las presidencias de los generales
que "podría ser definido como el
Brasilia (como el Programa de la Arturo Costa e Silva (marzo 1967 residuo persistente de formas de
Cuenca del Plata). a agosto 1969) y Emilio Garrasta-
zú Medici (octubre 1969 a marzo percepción y de reacción que ya
~ " o " "'-" 1974), es la clave de todo este no se adecúan a una realidad en
ILii HHCllélh1.l\/a período de siete años en la cuen- rápida mutación. Esas formas [de
percepción] perturban la visión
Argentina ca platense. del acontecer político, viendo el
El mantenimiento de la alianza observador la escena a través de
Ello no obstante -y como un prioritaria EE.UU. - Brasil demos- lentes obsoletos: Buena Vecindad,
aparente desmentido a ese plan- tró en este período ser compati- Alianza nara el Progreso, Pana-
teo- al historiar la marcha del ble con una acentuación de las mericanismo. El pragmatismo no-
"cuenquismo" hacia su concreción, aspiraciones y prácticas autonó- ideológico de la política mundial
nos encontrábamos con que el pe- micas de Brasil. Esto ya pudo de los Estados Unidos ya dista
dido formal tendiente a su institu- apreciarse bajo la presidencia leguas de esa retórica del pasa-
cionalización había partido de Ar- Costa e Silva, cuando el ministro do. [ ... ] Los norteamericanos ya
gentina en mayo 1966. Pero la de Relaciones Exteriores José no están más dispuestos a dar, ni
explicación del hecho no parece Magalhaes Pinto defendió el de- retóricamente, a los países del
difícil, aun procediendo con el recho brasileño a una industria hemisferio un tratamiento espe- '
amplio margen de prudencia exi- y una bomba nuclear propias y a
gible a quien analiza la historia seguir colocando sin obstáculos cial, a ningún título. [ ... ] Y no
más reciente. proteccionistas su café soluble en darán status singular a un país
Por de pronto, debe señalarse el mercado interior norteamerica- continental por el hecho de ser
que a Brasil y EE.UU. no tenía no. En marzo 1970 -ya durante éste miembro de la comunidad
por qué disgustarles que quien la presidencia Garrastazú Médi- hemisférica. Debemos barrer en
promoviese la concreción del ci- Brasil extendió su soberanía Brasil toda ilusión en ese sentido.
"cuenquismo" fuese un tercero y hasta las 200 millas de la costa, En lugar de relaciones especiales,
no ellos, los dos principales be- sumándose al resistido criterio que no existen, necesitamos prac-
neficiarios autodesignados. Ade- sustentado por los países del Pa- ticar relaciones de naturalidad,
más, debe recordarse que luego cífico sur y adoptado por Argen- sin sentirnos con derecho a un
de iniciar su gobierno con preten- tina en 1966 y Uruguay en 1969. (l) trato privilegiado. Las relaciones
siones de "magnífico aislamien- Poco después, el 21 de abril 1970, de naturalidad implican la acep-
to", el presidente Illía tuvo que el presidente hablaba a la pro- fación tranquila y normal de con-
ir arriando banderas reacercán- mo~ión de nuevos graduados del flictos de intereses con los Esta-
<lose a EE.UU. En el caso con- "Instituto Río Branca" y -desen- dos Unidos, sin que deban ser re-
creto del "cuenquismo", adelan- volviendo el planteo inicialmente lacionados con ideas de separa-
tarse a promoverlo podía ser una formulado por el presidente Cas- ción o de hostilidad [ ... ] El go-
manera de hacer lugar a Argen- telo Branca en julio 1964 (ver bierno norteamericano está res-
tina en un proyecto de promoción VÍSPERA 32, pág. 40)- daba un catando todas las hipotecas polí-
regional que de todos modos po- significativo alcance a la meta tico-diplomáticas del pasado, pa-
día arrancar sin ella e incluso de elevar a Brasil al rango de ra quedar con las manos libres en
contra su voluntad, mediante el potencia, vinculándola al desarro- defensa de los intereses naciona-
estrechamiento de las relaciones llo solidario del mundo subdesa- les norteamericanos. No hay razón
de Brasil con el trío menor Boli- rrollado y la independencia di- para que nos molestemos por ello,
via-Paraguay-Uruguay. Como tan- plomática: "[ ... ] Nuestro país se porque también nosotros tenemos
tas veces en la historia de las re- niega a creer que la historia ne- una política exterior dominada
laciones de poder, nos encontra- cesariamente se desarrolla en fa- por el interés. La clara percep-
mas aquí con el fenómeno de que vor de algunos países y en per- ción de esta diplomacia de inte-
36 ,_______________________
1 -·- ·-----· · - - - - - - - - - - - - - - - -
 rés nacional será de gran valía
para que nosotros también des-
cartemos ciertas ficciones y mitos
en nuestra acción exterior. No
precisamos apegarnos más de lo
necesario a concepciones de alian-
zas que ya han dejado de ser
esenciales para la preservación
del orden mundial." (3J
JUn cerco castellano?
...,
Indudablemente, esta propen-
sión de los últimos años no es
consecuencia solamente del vigo-
roso sentido nacional brasileño,
sino también de una realista
apreciación tanto de las limitacio-
nes como de las posibilidades
ofrecidas por los caminos que
van siendo abiertos por el inte-
gracionismo económico-financiero
Y el policentrismo político mun-
diales.
Dicha coyuntura mundial, al
amortiguar un tanto el peso in-
dividual directo de los EE.UU. en
América Latina, contribuyó a dar
a Brasil un papel más importante
en el área. El surgimiento de re-
gímenes izquierdistas en Bolivia
Y Chile (setiembre 1970) Y la ne-
gativa de los EE.UU. a propiciar
una durísima línea antiterrorista
en la 3¡¡. Conferencia Extraordina-
, ria de la OEA (Washington, fe-
! brero 1971) provocaron inquietud
v fastidio en Brasilia. Comenzó a
aludirse insistentemente al peli-
gro de un "cerco castellano" (his-
panoamericano) hecho de antago-
nismos diplomáticos tradicionales,
divergencias ele intereses econó-
micos e infiltraciones ideológicas
1 antimilitaristas y socialistas. Desde
fines de 1970 Y especialmente
desde principios de 1971 se pudo
apreciar una multiplicada activi-
dad de réplica brasileña en Amé-
rica del Sur. Por un lado buscaba
¡ conexiones económicas con los
países del Pacto Andino, cuyo re-
·
g10na l"ismo ten d.ien t e a escm
· d.irse
del Panamericanismo era inquie-
tante, ª diferencia de1 regionalis-
mo platense, en el que participa-
ba vigorosamente Brasil. Por otro
lado, se buscaba "congelar" o in-
cluso eliminar los posibles focos
subversivos en el área (conversa-
ciones de los Estados Mayores ar-
gentino y brasileño en setiembre
1970, demostraciones de temor y
precauciones por el deterioro de
la situación interna uruguaya, res-
paldo al alzamiento militar boli-
viano de agosto 1971, etcétera).
La tendencia expansionista-na-
cionalista perceptible en el seno
del régimen militar brasileño
piensa que el acrecido papel de
Brasil en América del Sur le per-
mitiría pasar de la condición de
aliado prioritario de los EE.UU. a
la de sucesor de éstos en el área.
Pero es una pretensión demasiado
optimista: se apoya en la premisa
de que los países hispanoamerica-
nos seguirán por largo tiempo en
la vacilante medianía que los ca-
racteriza y -además- parece
olvidar que ni siquiera a los Es-
·~~--~~~~~~~~~~--~~~~~~~-~-~~--~~~~~~~~~~~-
tados Unidos les conviene una
excesiva disparidad de poder en-
tre Brasil y sus vecinos. A fines
de 1971 el presidente Nixon dijo
a su colega brasileño de visita en
Washington (diciembre 1971) que
sabía que "para donde se incline
Brasil se inclinará el continente
latinoamericano" <4 J y no cabe
duda que, por el cuadro en que
se insertaba, esa opinión fue una
ratificación de confianza. Pero la
frase en sí misma es ambigua Y
cabe preguntarse si a la vez no
esta sugiriendo a Brasil una me-
sura acorde con la gran respon-
sabilidad que se había puesto en
sus manos y previniéndolo contra
todo exceso de nacionalismo.
Conviene recordar que el desa-
sosiego brasileño por la situación
suramericana se acentuó cuando
el presidente Lanusse -cambian-
do la actitud argentina de los úl-
timos años- desarrolló su cam-
paña de acercamiento a los países
andinos (julio 1971 a marzo 1972),
lo que llevó al principal diario
carioca a insistir en el peligro del
"cerco castellano": "El resurgí-
miento del hispanismo como reac-
ción a una posible aunque no pla-
neada hegemonía brasileña, deri-
vada menos de nuestra masa te-
rritorial Y demográfica que de
nuestra cohesión política Y éxito
económico, crea en nosotros una
desagradable sensación de aisla-
miento".<<•) La alarma de Brasil
llegó al máximo cuando la aper-
tura de la "salida electoral" en
Argentina dio lugar a los dos ta-
jantes triunfos del peronismo.
Naturalmente, la rápida deriva-
ción que llevó al gobierno al pre-
sidente Perón abatió el temor por
la vecindad de un "enrojecido"
foco de contaminación, pero creó
gran inquietud por el peso ere-
ciente Y la mayor capacidad de
maniobra que logrará una Argen-
tina interiormente ordenada Y en
proceso de desarrollo económico.
Ahorra marmuf~cturas
Sin el vertiginoso crecimiento
económico de los últimos siete
años no podrían explicarse la so-
lidez política interna de Brasil ni
las inflexiones autonómicas que
ésta ha ido introduciendo en sus
relaciones con los EE.UU.
El "despegue" se produjo desde
1967. En su etapa inicial (presi-
dencia Castelo Branco) el régimen
militar había dedicado sus esfuer-
zos a definir rigurosamente el
cuadro general de la política eco-
nómica elegida y a combatir la
tremenda inflación reinante. En
1967 esa inflación quedó conteni-
da en una moderada tasa del 20%
anual y el producto bruto ínter-
no, recuperándose, alcanzaba el
5%. Fue a partir de esas bases
que se operó el crecimiento.
Brasil aplicó con dureza y con-
tinuidad una política de intensa
promoción de las exportaciones,
ya que ahora se veía como de-
sencadenante del proceso expan-
sivo al aumento de la oferta al
exterior más que al aumento de
la demanda interna. El valor ex-
portado pasó de unos 1.700 mi-
llones de dólares en 1967 a 4.000
millones en 1972 y según el re-
ciente informe del Banco Central
llegará a 6.100 millones en 1973. (GJ
En la composición de las ex-
portaciones se ha producido un
cambio radical: las manufacturas .
que sólo representaban en 1964 eí
3% del valor total y en 1967 el
9% del mismo, subieron en 1972
al 25% del valor total y alcanza-
rán en 1973 al 40% del mismo. (7J
Este fenómeno -que ha puesto
fin al largo y peligroso ciclo de
la monoexportación cafetera-
suscita conflictos entre Brasil y
los países desarrollados y ha em-
pujado al régimen militar a in-
tensificar sus contactos con Áfri-
ca, Cercano Oriente y los países
hispanoamericanos, marcando muy
claramente las aspiraciones de
Brasil en la cuenca platense.
La acelerada promoción de las
exportaciones es una necesidad
acuciante para el país, pues las
importaciones han tendido a cre-
cer desproporcionadamente: mien-
tras que el promedio de aumento
de la exportación en 1967-1971
fue del 15 % , el ele la importación
fue del 25% en el mismo lapso,
señala el informe de la misión
del "International ~velopment
Center of Japan", que visitó Bra-
sil en el primer· ·semestre de
1972. (SJ Las ventas al exterior
serán acicateadas por el trazado
de los llamados "corredores de
exportación", vale decir mediante
la modernización o construcción
de carreteras, ferrocarriles, alma-
cenes y terminales portuarias en
zonas predeterminadas, con vis-
tas a que la producción de los
vastos espacios interiores pueda
ser rápida y eficazmente dirigida
hacia los mercados extranjeros.
La compresión de la demanda
interna con vistas a la capitali-
zación por la vía de las exporta-
ciones fue principio indiscutido
durante varios años. En abril del
año pasado el conocido economis-
ta Mario Henrique Simonsen rei-
teraba ese criterio expresando
que apresurarse a otorgar subas
salariales "sería comerse la galli-
na de los huevos de oro, consu-
miendo un ahorro que hará po-
sible en el futuro una más justa
distribución". (D) Pero en los me-
ses siguientes comenzó a atenuar-
se el énfasis puesto en el princi-
pio caro al ministro de Hacienda
Delfim Netto. En mayo último re-
nunció el ministro de Agricultura
por discrepancias con aquél y el
ministro de Planeamiento Joao
Paulo Dos Reis Veloso publicó un
largo artículo programático, sub-
rayando que las tareas de estos
años deben culminar en dos me-
tas: "la regional, con la integra-
ción del Nordeste y de la Ama-
zonia y la social, con la disemi-
nación de los resultados del cre-
cimiento acelerado y la progresi-
37
 va creac10n de un mercado de
masas". r10¡ Ambos aspectos preo-
cupan a los jefes militares, que
los ven como dos conquistas im-
prescindibles para el logro de la
seguridad nacional, por lo que no
pueden ser pospuestas por mucho
tiempo más.
la estrategia
y las fallas
La "inserción de Brasil en la
economía mundial", o sea la par-
ticipación extranjera en la expan-
sión, sigue indiscutida, como que
es uno de los pilares del sistema.
Pero el Estado aplica un meca-
nismo que pretende ser inexora-
ble: orienta el capital extranjero
hacia las actividades donde es in-
suficiente la capacidad brasileña
y hacia la promoción de las ex-
portaciones, asegura una "trans-
ferencia de tecnología" a favor
de Brasil, combate el surgimiento
de situaciones monopólicas en los
sectores controlados por los capi-
tales extranjeros. Lógicamente.
esta permanencia y vigilancia del
Estado son un factor conflictivo
nada despreciable. Con motivo de
sendos decretos de agosto último
asegurando una parte al Estado
en la industria farmacéutica y
una participación obligatoria de
éste en las decisiones de las em-
presas de telecomunicaciones, un
cable de AP, tras calificarlos co-
mo nuevos indicios de "una ten-
dencia hacia el nacionalismo y el
control estatal", recogía la reac-
ción de los importantes grupos
afectados: "[ ... ] niegan en pú-
blico toda preocupación acerca ele
los nuevos decretos, que darán al
gobierno mayor participación en
la industria de las comunicacio-
nes y en los laboratorios [pero]
sin embargo, en privado, algunos
empresarios admiten que la situa-
ción presenta aspectos inquietan-
tes". (11)
También son juzgados inquie-
tantes -aunque por otros obser-
vadores y por distintas razones-
ciertos aspectos de la situación
financiera. Por de pronto, el he-
cho de que en el abultado flujo
financiero que llega del exterior
tengan proporción excesiva los ca-
pitales para colocaciones a corto
término y para financiación de
importaciones en comparación con
los capitales para inversión direc-
ta: en marzo último el ministro
de Hacienda informó que en el
año 1972 habían entrado 200 mi-
llones de dólares como capitales
de inversión, contra 3. 000 millo-
nes entrados por otros conceptos.
Otro hecho negativo es el eleva-
do monto de la deuda exterior,
que de unos 3. 300 millones de
dólares en 1968 ha subido, según
información del Banco Central, a
11 . 125 millones de dólares al 30
de junio último, (l~) obligando a
destinar al servicio de dicha deu-
da un porcentaje excesivo del pro-
ducto de las exportaciones. En
octubre último el ministro de Ha-
38 ,~~~~~~~~~~~~~~-~~~~~--~~~~~~~~~~~~~----'.
cienda le restó importancia al en-
deudamiento: sostuvo que no ha-
bía que ver como una falla lo
que era un elemento de la estra-
tegia del régimen y que "aun si
Brasil parase completamente por
tres años, estaríamos en condicio-
nes de pagar tranquilamente
nuestras deudas sin mayores con-
secuencias". (1:;¡ Sin embargo, al
parecer dentro mismo del régi-
men militar hay quienes piensan
que el problema tiene más aspec-
tos de "falla" que de "estrategia"
y también aquí ya se auguran
cambios de rumbo por parte del
presidente que sucederá en mar-
zo 1974 al general Garrastazú Mé-
dici.
No más archipiélago
Durante la mayor parte de su
historia, Brasil ha tenido un te-
rritorio no integrado -de ahí la
imagen del "archipiélago brasile-
ño"- a causa de la despropor-
ción entre su población y la su-
perficie, de la muy desigual dis-
tribución de esa población, del
crecimiento económico periférico
y dirigido a la exportación y de
la ausencia de una eficaz autori-
dad centralizadora, En realidad
Brasil ha pedido subsistir unido
porque casi toda su zona interior,
vacía de poder, ha lindado con
las porciones también vacías de
poder de las repúblicas andinas y
platenses.
Recogiendo en buena medida
anteriores planteas, el entonces
coronel Golberi Do Couto e Silva
expuso en 1952 (ver VÍSPERA -
32, pág. 34) una subdivisión del
pais en cinco regiones geopolíti-
cas: 1) el "núcleo central", defi-
nido en torno al triángulo Río-
Belo Horizonte - Sao Paulo (cu-
briendo los Estados de Espírito
Santo y parte de Sao Paulo y Mi-
nas Gerais), el cual se conecta en
forma tenue, por verdaderos "ist-
mos de circula~ao", con tres re-
gione3 que son 2) la "península
noreste", con una costa sobre el
Atlántico norte y otra sobre el
Atlántico sur, formando un ángu-
lo sobre el cual se sitúan Forta-
leza, Recife y Bahía; 3) la "pe-
nínsula sur", desde Curitiba y la
costa meridional hasta las fronte-
ras uruguaya y argentina (cu-
briendo los Estados de Paraná,
Santa Catarina y Río Grande Do
Sul); 4) la "península central",
desde el río Paraguay al Alto Pa-
raná y el Tocantins, con Cuiabá,
Campo Grande y Goiania como
núcleos vitales (cubriendo los Es-
tados de Goias Y Mato Grosso);
5) la "isla amazónica", mucho más
desvinculada de las demás regio-
nes que lo que aquéllas están en-
tre sí.
Analizando cómo terminar y
asegurar la integración del terri-
torio nacional, Do Couto e Silva
sostiene que el proceso natural
consiste en ligar primero las tres
"penínsulas" al "núcleo central"
por los istmos a que hiciera alu-
s10n (a nuestro entender el istmo
hacia el sur sería la línea Curiti-
ba - Sao Paulo, el istmo hacia el
oeste sería la línea Belo Hori-
zonte - Brasilia y el istmo hacia el
noreste la carretera litoral Vito-
ria - Bahía y el valle del Sao
1
Francisco). Luego se ligaría la
"isla amazónica" al conjunto ya
formado, mediante un movimien-
to de pinzas que iría remontando
el Amazonas (dirección este a
oeste) y a la vez sus afluentes
del lado derecho (dirección sur a
norte). Se trata, en realidad, del
esquema que -con algunas va-
riantes- puso en marcha el ré-
gimen militar en estos años.
Hada las fronteras
Tal proceso de integración, sal-
vo en lo que concierne a la Ama-
zonia, no es una especulación so-
bre el mapa, sino que se apoya
en un fenómeno ya viejo y que
ha ido ayudando decisivamente a
su materialización: el desarrollo
demográfico de las distintas re-
giones, correspondiente a las
transformaciones económicas del
país y al proceso inmigratorio,
La población de Brasil marcha
hacia el sur y el suroeste, de
modo que si quisiéramos repre-
sentar por una línea promedia! la
traslación, la misma iría aproxi-
madamente de Bahía al cañón
del Guairá, en el río Paraná,
En porcentajes, el movimiento
de la población según las regio-
nes, en el período 1872-1970, arro-
ja estos resultados: 1) el Noreste
bajó del 47% al 30%; 2) la región
centro-este (Espirito Santo, Mi-
nas Gerais, Río) bajo del 30% al
24%; 3) la región sur (Sao Paulo,
Paraná, Santa Catarina, Río Gran-
de do Sul) subió del 16% al 37%;
4) la región centro-oeste (Mato
Grosso y Goias) subió del 2% al
6%. De modo que las regiones sur
y centro-oeste, sumadas, pasaron
del 9% en 1872 al 40% en 1970.
Si atendemos al crecimiento
individual de los Estados del sur
y del centro-oeste en el decenio
1960-1970, obtenemos resultados
aun más significativos: Paraná
creció un 63%, Sao Paulo un
38%, Santa Catarina un 36% y
Río Grande do Sul un 24%: Ma-
to Grosso creció un 78% ·Goiás
un 53%. Quiere decir que los cua-
tro Estados de la región sur tu-
vieron un aumento promedia! del
40% y los de la región centro-
oeste uno del 65%. (HJ
En conclusión: el mayor au-
mento de población ocurre en la
parte de Brasil que integra la
cuenca del Plata. Y dentro de di-
cha parte ya no marcha a la ca-
beza la zona paulista, sino zonas
situadas junto a las fronteras de
Brasil. El caso de Mato Grosso
impresiona en general escasamen-
te porque su población es todavía
escasa, pero ello significa olvidar
que las llanuras de Bolivia -con
las cuales limita- tienen aun
menos población. El caso de Pa-
raná es mucho más ilustrativo:
va dejando de ser una "avanza-
da" de Sao Paulo, cobrando au-
tonomía como polo de desarrollo,
al que Sao Paulo sirve como res-
paldo de retaguardia y la pobla-
ción de Paraná ya supera a la
de Paraguay y ~a Provincia de
Misiones, sus vecinos occidenta-
les.
En un estudio realizado para el
Ministerio de Planeamiento de
Brasil sobre la elección de ''polos
de desarrollo" y su ulterior in-
fluencia regional, escribe su au-
tor: "Aunque no he tenido la fi-
nalidad de determinar la capaci-
dad de penetración transfronteri-
za de las áreas de influencia de
los polos, dejo en claro su exis-
tencia. Es evidente la influencia
de Porto Alegre sobre regiones
del norte de Uruguay y de Cu-
ritiba y Sao Paulo sobre Regiones
de Paraguay y de Bolivia". o;;¡
El Alto Paraná,
ese eje vital
En suma, desde antes de la ins-
titucionalización del Programa de
la Cuenca del Plata era evidente
que, por el especial dinamismo de
sus tierras dentro de la cuenca
hidrográfica, Brasil iba a tener un
peso relevante en ésta.
Y como lo esencial de la zona
brasileña en la cuenca es el va-
lle del Alto Paraná, vino a resul-
tar el reconocimiento de una
verdadera prioridad de facto para
ese tramo del río dentro de los
proyectos de acondicionamiento
referentes a la cuenca.
Una prioridad que no nació ni
de un acto de prepotencia brasi-
leña ni de un convenio entre
partes, sino que derivaba de un
hecho notorio desde mucho tiem-
po atrás. A tal punto que puede
decirse -como ya lo dijimos,
pues es un punto fundamental-
que si hubo institucionalización
del "cuenquismo" fue porque los
intereses financieros y geopolíti-
cos representativos de la alianza
prioritaria EE.UU. - Brasil. se in-
teresaron en proyectar el desa-
rrollo del centro-sur brasileño
hacia un espacio mucho mayor y
políticamente plurinacional, cuyo
eje vit3.l sería el Alto Paraná,
cruzado por ejes menores de pe-
netración ubicados en posición
sureste-noroeste.
El curso del Alto Paraná es,
esencialmente. una fuente de hi-
droelectricidad. Y Brasil desea
desenvolver al máximo esta for-
ma de energía renovable, antes
de acudir decisivamente al car-
bón y la energía nuclear. Un de-
seo lógico, máxime si se piensa
que actualmente Brasil no utiliza
todavía más que la décima parte
de su potencial hidroeléctrico to-
tal, calculado en unos 150 millo-
nes de kw. La zona sureste del
país consume el 80% de toda la
energía nacional, de modo que la
producción del Alto Paraná y sus
afluentes está destinada a satis-
facer las necesidades locales. La
industria brasileña urge la ex-
pansión del sector energético, sin
la cual su progreso se verá cre-
cientemente dificultado. Es de se-
ñalar que la siderurgia de Minas
Gerais es atendida en gran parte
por el carbón vegetal obtenido de
la reiterada tala de los bosques
del Alto Sao Francisco, en una
superficie de veinte millones de
hectáreas, que pronto serán muy
difícilmente reconstituíbles. Toda
la producción resultante del com-
plejo de Urubupungá (4,6 millo-
nes de Kws. producidos por las re-
presas de Ilha Solteira y Jupiá)
se consumirá en la zona sureste
del país y lo mismo ocurrirá con
los 10 millones de kw que pro-
ducirá Itaipú, la cual -según de-
claraba en octubre el director de
Electrobras, general Amir Borges-
Fortes- permitirá demorar por
diez años la "nuclearización" del
sector energético. Por lo demás,
como precaución para el caso de
una demora de Itaipú, se ha de-
cidido construir sendas represas
en Ilha Grande y Porto Primave-
ra que producirán 2,6 y 2 millo-
nes de kw respectivamente, vale
decir un total equivalente al de
Urubupungá. (:;e;¡ El aporte del
Alto Paraná es decisivo: en 1963-
1966 el consorcio CANAMBRA
(EE.UU. - Canadá) hizo un estu-
dio del sureste brasileño y le
calculó un potencial de 40 millo-
nes de kw. sobre una base muy
realista, inéluso pesimista (la del
ciclo más seco de los últimos 75
años, que fue 1953-1955) y del que
resultaba que 32 millones de Kws.
correspondían al Alto Paraná. (líJ
Pero el curso del Alto Paraná
interesa también a Brasil como
vía de transporte. Una vez regu-
larizado su caudal por obra de las
represas, será navegable desde el
cañón del Guairá hasta donde
recibe el Tieté y como éste tam-
tién lo será hasta cerca de sus
nacientes, que a su vez serán
puestas en comunicación con el
Océano Atlántico, una vía fluvial
comunicará a Paraguay con Sao
Paulo y el océano.
Acuerdo en el
J\Ho Uruguay
Es notorio que el apro\-echa-
miento hidroeléctrico del Alto
Paraná -que debe extenderse a
su tramo argentino-paraguayo
con la construcción de por lo me-
nos una represa, en Yaciretá-
Apipé- ha dado lugar a críticas
y enfrentamientos entre Brasil y
A1·gentina. Sus fundamentos geo-
políticos fueron siempre eviden-
tes y la propia debilidad ele la
situación argentina -atraso de
los estudios técnicos, falta de fi-
nanciación, ubicación "aguas aba-
jo", estrechas relaciones brasile-
ñ0-paraguayas, etcétera- hizo
que la tensión subiese en Buenos
Áires.
~---~-·~~~---~~~~~--~~39
La conciencia de la necesidad
de equilibrar el influjo creciente
de Brasil -influjo que llevó al
presidente Lanusse al acerca-
miento a los países andinos- hizo
ver claramente la conveniencia
de una acción conjunta de los
países cuyos intereses se ven o
habrán pronto de verse dañados
por la preeminencia brasileña.
Entre la conveniencia de tal ac-
ción conjunta y su organización
en forma viable hay un buen
trecho, pero los más "imaginati-
vos" creyeron superable el pro-
blema con un mero acto de vo-
luntad personal y de allí deriva-
ron a un verdadero coqueteo con
soluciones belicistas. La coyuntu-
ra fue comparada con la de 1825.
Comparación útil, pues presenta
la ventaja de recordar que aquel
conflicto sirvió para debilitar a
ambos contendientes y que cesó
cuando a lord Ponsomby cesó de
interesarle. Por eso, ha sido opor-
tuno el llamado a la razón que
en dos o tres ocasiones hiciera
Perón, que no es un simple mo-
vimiento táctico tendiente a des-
viar y demorar un choque inevi-
table, sino que parece inspirarse
en la meta de lograr una recom-
posición del equilibrio perdido en
América meridional y asentar en
él una alianza argentino-brasileña.
En tal sentido -y sin preten-
der magnificar su trascendencia
política- es significativo el acer-
camiento entre Argentina y Bra-
sil para el aprovechamiento hi-
droeléctrico del Alto Uruguay. En
su momento, el ya citado con-
sorcio CANAMBRA había calcu-
lado que la subcuenca del Alto
Uruguay y la del Iguazú totaliza-
ban un potencial de 15 millones
de kws. (IS) En un clima muy dis-
tinto del que ha venido arras-
trándose respecto del Alto Para-
ná, Buenos Aires y Brasilia ini-
ciaron en mayo último el estudio
conjunto del tramo fronterizo del
Alto Uruguay, previendo en el
mismo la construcción de tres re-
presas, aunque en octubre el di-
rector ele · Electrob:·as informó
que prevalecería finalmente la so-
lÍ:.tción de una sola gran represa
en la zona de Garruchos, a unos
60 quilómetros al norte de Sao
Borja, poco más abajo de la de-
sembocadura del Piratiní. con
capacidad para generar de ·3 a 4
millones de kw o sea aproxima-
damente igual que Assuán y la
mitad que Itaipú. (ID)
Notas
(1) Osear Abadie-Aicardi:
"Fronferas del mar, imperio sin
fronferas", VÍSPERA 23 (abril
1971).
(2) Cable de Inferpress Servi-
ce. Río de Janeiro. 6 de mayo de
1970. .
(3) "Jornal do Brasil"; Río de
J aneiro, 11 de febrero de 1973,
editorial "Estrita reciprocidade".
 (4) Cable de AFP: Washing+on,
7 de diciembre de 1971.
Paulo R. Schilling
(5) "O Esiado de Sao Pablo";
Sao Paulo, 8 de marzo de 1972.
(6) CEPAL: "Estudio económi·
LA CUENCA
DE LA
co de América Latina, 1971"; "Jor-
nal do Brasil'', Río de Janeiro,
20 de noviembre de 1973.
(7) CEPAL: id. ant.; "Jornal
, do Brasil", Río de J aneiro, 5 de
· agosto de 1973; "L'echo de la
Bourse'', Bruxelles, 30 de octubre
INTEGRACIÍON
de 1973.
(8) "Jornal do Brasil", Río de
Janeiro, 8 de octubre de 1973.
O LOS Rl,OS D:E
(9) "Jornal do Brasil", Río de:
Janeiro, 2 de abril de 1972.
(10) "Planeamiento y trans-
formación social", en Jornal do
LA DISCORDIA 1

Brasil", Río de Janeiro, 6 de ma- El 13 de agosto, en Asunción, los cancilleres de

yo de 1973. Paraguay y Brasil -Sapena Pastor y Gibson
(11) Cable de AP, en "El País"
de Montevideo, 19 de agosto de Barbosa, respectivamente-firmaron el Tratado
1973. de Itaipú. Por el mismo, los dos gobiernos se
(12) "Jornal do Brasil", Río comprometen a la construcción de
mundo y la segunda de América
de Janeiro, 20 de noviembre de la represa de Itaipú, en el río
Latina (después de la Amazónica).
1973. Paraná, sobre la frontera de los
Sus ríos principales -Paraná,
(13) "Jornal do Brasil", Río dos países y cerca del límite con
Paraguay, Uruguay y el Plata-
de Janeiro, 17 de octubre de 1973. Argentina. y sus afluentes proporcionan a la
economía de la región 15 mil qui-
( 14) Todas estas cifras, redon- l a mayor d el mundo lómetros de vías navegables y
deadas, se obtienen a partir del Con la capacidad de 10,7 millo- constituyen la única salida natu-
estudio de Yves Leloup, "Crois- nes de kws. y un costo calculado ral para Bolivia y Paraguay
sance démographique, urbanisation entre 2,5 y 3.000 millones de dó- -países mediterráneos- y para ,
et déséquilibres reg1onaux au lares, la hidroeléctrica será la más importantes regiones de Brasil y
Brésil'', París, 1972. grande del mundo, superando las Argentina.
(15) "Divisao do Brasil em es- de Grand Coolie, en Estados Uní- El potencial hidroeléctrico de
pa9os polarizados"; Río de Janei- dos (9,7 millones de kws.), Kras- los mismos -en el caso de apro-
noyarsk, en la URSS (6,9 millo- vechamiento "óptimo"- podría
ro, 1966; Consejo Nacional de nes) y la canadiense Churchill llegar a los 100 millones de kws.
Geografía. Falls (5,5 millones). Será cinco (solamente el río Paraná, en te-
(16) Informaciones tomadas de veces mayor que la de Assuan, rritorio brasileño, puede generar
"O Estado de Sao Paulo" de 28 en Egipto. 32,5 millones).
de junio de 1973 y de "Jornal do El hecho, muy importante en sí, Considerando la inmensa rique-
Brasii" de 24 de julio, 25 de oc- trasciende ampliamente los ámbi- za natural (desde el potencial hi-
tubre y 19 de noviembre de 1973. tos nacionales de los dos países: droeléctrico mencionado, hasta el
interesa también intensamente a mineral de hierro de Mutún y
(17) BID - CEPAL - CIAP - los demás países de la Cuenca del Urucum- calculado en 60.000 mi-
OEA - PNUD: "Notas para el es- Plata, en especial a Argentina. Bones de toneladas- y el gas de
tudio de integración energética en Por constituir la Cuenca uno de petróleo de Bolivia, pasando por
la Cuenca del Plata"; Santa Cruz los más importantes y ricos "es- la Pampa Húmeda argentina, por
(Bolivia), 1968. pacios vacíos" del mundo, inte- las reservas forestales de Para-
resa a toda América Latina y guay y Mato Grosso y por el
(18) Id. ant. puede significar -siempre que "Pantanal" de ese estado brasi-
(19) "Jornal do Brasil", Río sea racionalmente explotada- leño), la región puede ser consi-
de Janeiro, 25 de octubre de 1973. mucho para el propio futuro de derada, junto con la Amazónica,
la humanidad. la Siberia y el Cercano Oriente,
El tratado firmado en Asun- una de las más ricas del mundo.
Erratas ción no significa, en absoluto, la Tiene todas pas posibilidades de
solución del problema. Al contra- transformarse en un gigantesco
En el trabajo "La cuenca pla- rio, representa un obstáculo muy Tennessee Valley y, a la vez, en
tense. Acondicionamiento y geo- grande a la "solución óptima'' que un Ruhr latinoamericano.
política", aparecido en nuestro debería ser intentada por todos La región es habitada actual-
número anterior, se deslizaron las los países interesados. mente por cerca de 80 millones
siguientes erratas principales: En consecuencia, Itaipú será, (cerca del 83% de la población
en los próximos años, uno de los argentina, 63 % de la boliviana y
Pág. 26: en vez de 1.400 m:>fseg elementos más conflictivos de la el 100 % de la uruguaya y para-
debe decir 13.400 m3/seg. geopolítica latinoamericana. En guaya). Con la explotación racio-
27
razón del tratado ahora firmado, nal de sus inmensas riquezas, el
Pág. : en vez de .o 3 m /seg la Cuenca del Plata va a ser, más
4 7 3
territorio de la mesopotamia su-
debe decir 4.708 m 3 /seg. que nunca, "la línea de tensión damericana podría proporcionar
Pág. 27: en vez de 1.500 m3/seg máxima en el campo sudameri- condiciones excepcionales de vida
debe decir 7.500 m3/seg. cano" (para utilizar la expresión para 300/400 millones de habi-
del geopolítico brasileño, Golberí tantes.
Pág. 38: en vez de "regateo en do Couto e Silva). Todas esas posibilidades se
la aceptación. . . o refugio" debe Con sus 3,5 millones de kiló- multiplicarían, caso de concretar-
decir "regateo en la acepción. . . metros cuadrados, la Cuenca del se, en el futuro, la conexión de
o efugio". Río de la Plata es la sexta del la Cuenca con las del Amazonas
40,__~~~~~~~~·~~~~~~~~~~~~~~~--~~~--~~~~~---'
 y Orinoco, posibilidad absoluta-
mente factible y relativamente
económica. Con un sistema de
grandes lagos, el continente sur
sería cortado, desde el Caribe has-
ta Montevideo, en el Atlántico,
por una vía navegable para bar-
cos de mediano calado.
La estrategia que se aplique en
los próximos años al desarrollo
de la región podrá ser decisiva
para el futuro de toda América
Latina. De ella depende, funda-
mentalmente, el proceso de inte-
gración. La Cuenca del Plata po-
drá ser el nexo principal en la
formación de la Patria Grande de
los latinoamericanos. O, si preva-
lece el criterio de soluciones par-
ciales, conflictivas, egoístas y de
carácter imperialista como la es-
tablecida por el Tratado de Itai-
pú, los ríos de la región podrán
ser los marcos de la discordia en-
tre los países de la región, de
disputas de imprevisibles conse-
cuencias entre países hermanos.
Dos grandes.,
tres chicos
Desde el punto de vista geopo-
lítico, la región presenta dos paí-
ses grandes, Brasil y Argentina,
con indisimulados propósitos ex-
pansionistas; y tres países chicos
(geográfica, demográfica o econó-
·
mrcamen t e " eh'icos ") : B o1'1via,
· P a-
raguay y Uruguay. Los dos pri-
meros son países mediterráneos,
sin salida al mar: prisioneros geo-
políticos, para utilizar el vocabu-
!ario del imperialismo de nues-
la pos1c1on clave. La mayoría de
los ríos nace en su territorio.
aportando el mayor caudal dé
aguas. Consecuentemente, como
dijo el almirante Rojas, Brasil tie-
ne en sus manos "la válvula de
admisión" del agua. Una política
agresivamente imperialista brasi-
leña -utilización incontrolada de
las aguas, su contaminación, po-
lución, etcétera- podría compro-
meter irremediablemente el de-
sarrollo y poner en riesgo la pro-
pia sobrevivencia de los pueblos
hermanos.
El Paraguay es el segundo país
mejor ubicado en lo relativo al
aprovechamiento de las aguas del
Paraná. En los proyectos óptimos
de utilización del potencial hidro-
eléctrico del río, el país guaraní
será, necesariamente, socio de
Brasil y Argentina. El Paraguay
dispone -en el decir del almi-
rante argentino-- "la llave del
paso ... "
Bolivia posee el otro gran po-
tencial económico de la región:
los fabulosos yacimientos de hie-
rro del Mutún Y grandes reser-
vas de gas de petróleo. La explo-
tación conjugada de esos dos ele-
' resu lt ar en e1 ma-
men t os po d na
yor, mas , rac10na
· l y econom1co
, ·
compl eJo
· s1·derurg1co
' · d e1 mun d o.
En relación con los recursos hi-
droeléctricos y minerales de la
Cuenca, Argenf1"na es la "pr1·ma - almirante no tenía razón.
pobre". Por estar muy mal ubi-
cada, tiene muy poco que ganar
Y mucho que perder, siempre que
la explotación no se haga en for-
ma racional Y colectiva. Tanto en
Residuos de curso
sucesivo
Esa situación generó, en los úl-
timos años, una serie de intermi-
nables Y enconados debates entre
los geopolíticos de los dos grandes
de la Cuenca. Y, a la vez, una
violenta disputa por el control po-
lítico-económico de los dos países
mediterráneos -Paraguay y Bo-
livia-, geopolíticamente decisiYos.
El primer argumentos maneja-
do por los argentinos, específica-
mente por el almirante Rojas, que
las represas construidas por Bra-
sil (en el primer momento, la po-
lémica tenía como objeto la hidro-
eléctrica de Jupiá, posteriormente
la de Ilha Solteira, ambas situa-
das enteramente en territorio
brasileño, con el potencial de 4,2
millones de kws.) representarían
un serio riesgo para la navegabi-
lidad de los cursos inferiores de
los ríos de la Cuenca, no tenía,
aparentemente, fundamento. Las
represas, en vez de provocar se-
quía en los ríos, pueden ejercer
un papel positivo, al regular, du-
rante todo el año, el flujo de agua.
La experiencia de las citadas re-
presas, la primera ya en funcio-
namiento hace años, y la se!!unda
~
en fase adelantada de acumula-
ción de aguas, confirman que el
Sin embargo, en otros aspectos,
la razón parece estar enteramente
de parte de Argentina. En junio
de 1972, la delegación argentina a
la Conferencia sobre el Medio 1

tras días. Su liberación depende relación al aprovechamiento de Ambiente, realizada en Estocolmo.

fundamentalmente de la integra- las aguas como en lo relativo a presentaba una enmienda con el
ción. Uruguay, estratégicamente los recursos minerales. Al contra- propósito de impedir que los pro-
ubicado en la desembocadura del río de Brasil, el futuro industrial yectos de desarrollo de un país
Plata, entre los dos grandes y el de Argentina depende fundamen- pudiesen causar graves daños al
Océano Atlántico, con posibilidad talmente de la energía generada medio ambiente en zonas fuera
de construir un superpuerto en en el Paraná Y de las minas de de su jurisdicción nacional.
La Paloma (para los barcos del hierro de Mutún. Además, esas
futuro, de 400 mil o más tanela- minas solamente podrán serle Los "graves daños", en el caso
das), podría tener un papel fun- útiles en el caso de oue se man-
específico de los ríos de la Cuen-
damental en la región integrada. tenga y mejore la navegabilidad
ca del Plata, podrían ser causa-
de los ríos de la Cuenca. dos fundamentalmente por la po-
De todos los países de la región, lución de las aguas en el curso
el que menos depende de la Cuen- Al mismo tiempo, Argentina, superior de los ríos y los conse-
ca para su desarrollo es Brasil. junto con el Uruguay, es la que cuentes reflejos sobre las zonas
Teniendo en su territorio la parte más riesgo va a correr con el apro- cercanas a su desembocadura.
mayor y más importante de la vechamiento de las aguas de los Sabemos que la polución de la
Cuenca Amazo'n1·ca (4,5 m1·llones ri'os de la Cuenca · La oos1.ble- atmósfera, del mar y de los cursos
de kilómetros); un enorme lito- ruptura de uno de los diques que, de agua constituye uno de los pro-
ral de 7,4 mil kilómetros, muy en los años 80, van a represar el blemas más candentes de la se-
bien ubicado en relación a Esta- Paraná (y que no causaría ma- gunda mitad del siglo XX. Como
dos Unidos, Europa Y Africa; un yores daños en Paraguay y Bra- en algunos países centrales, la si-
potencial hidroeléctrico que pue- sil, pues las regiones afectadas tuación ya se presenta verdade-
de alcanzar (descartado el de la son prácticamente desiertas, ni en ramente catastrófica, se verifica
Cuenca del Plata que le corres- Bolivia, que se encuentra en el la tendencia de transferir, para
pande) a los 100 millones de kws.; curso superior de los ríos), po- los países del Tercer Mundo, las
incalculables recursos naturales dría tener trágicas consecuencias industrias consideradas más "su-
-vegetales y minerales-, Brasil para los dos países de la desem- cías". Brasil, en razón de la polí-
podría darse el lujo de volver la bocadura del Plata. Serían, igual- tica totalmente entreguista de los
espalda a la Cuenca, sin compro- mente, Argentina y Uruguay los gobiernos militares vigentes des-
meter sus posibilidades de desa- d · d' d 1 de el 19 de abril de 1964, será uno
gran es perJu rea os por a con- de los "beneficiados" con esa
rrollo pleno. t ammac10n
· ·' d e 1as a gu a s d e 1os transferencia. Y, dentro de la fi-
Sin embargo (confirmando la ríos, por la instalación indiscrimi- losofía del actual equipo dirigen-
"tesis" de que "Dios es brasile- nada de industrias "sucias" en te (desarrollo a cualquier precio,
ño ... "), es Brasil quien tiene, en Brasil. El estuario del Plata po- sin ninguna consideración de ca-
relación al conjunto de los ríos dría ser transformado en una rácter nacional, social, humano o
que forman la Cuenca del Plata, enorme cloaca. sanitario), seguramente Brasil no
'--~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-~~~~~~~~~-~~-~~~~~-'41
 va a imponer normas muy rígidas
a las industrias extranjeras que
se instalen en su territorio.
Actualmente, la situación en
algunas áreas industriales bra~i­
leñas especialmente el Gran Sao
Paul~, ya presenta características
consideradas muy graves. El he-
cho de que será fundamentalmen-
te la región centro-sur de Brasil
la gran beneficiada por la energía
producida por Urubupungá y, en
el futuro, por Itaipú, va a cana-
lizar hacia ella innumerables pro-
vectos de industrialización. Si
ésa se procesa, como ya es norma
en Brasil, sin mayores conside-
raciones sanitarias, podría signifi-
car la polución masiva de las
aguas de los ríos de la Cuenca.
La preocupación argentina en
ese sentido es absolutamente jus-
ta y actual, pues está fundamen-
tada en hechos ya comprobados:
"Los residuos actuales (pesticidas
como Dieltrin, Aldrin, Endbin,
Lindane, etc., detectados por el
Departamento de Recursos Hidráu-
licos de Argentina, en las aguas
del río Paraná) vienen de un área
que Brasil recién empieza a desa-
rrollar y a la que sus planes asig-
mm una gran importancia indus-
trial. ¿Qué pasará si esa indus-
trialización se realiza con plantas
"sucias" por parte de empresas
evadidas de la legislación de los
países avanzados? -se pregunta-
ba el diario "La Opinión", el 12
de julio de 1972-. Y añadía un
argumento muy serio: las aguas
de la Cuenca del Plata son la úni-
ca fuente de abastecimiento para
la bebida y para las industrias de
las grandes ciudades del litoral
argentino, incluyendo el Gran
Buenos Aires y el Gran Rosario
(doce millones de habitantes).
Los caracoles
migrantes
A ése, hay que agregar otro fac-
tor -tanto o más grave- de preo-
, cupación: la diseminación de la
esquistossemese. Esa enfermedad
(que liquida prácticamente la ca-
pacidad de trabajo de sus vícti-
mas) estaba, hasta hace pocos
años, circunscrita al Nordeste bra-
sileño, afectando a 4 millones de
habitantes de la región. La en-
fermedad, causada por el Shisto-
ssema mansoni, era transmitida
exclusivamente por un determina-
do tipo de "caramujo" (planorbí-
deos), el "biomphalaria glabrata".
Actualmente, según concluyeron
¡ investigadores del Ministerio de
· Salud brasileño, otros tipos de ca-
racoles se transforman en porta-
dores del agente trasmisor de la
enfermedad.
1 En consecuencia, la enfermedad
i "se está expandiendo por todo
! Brasil, principalmente en la re-
l
gión de la carretera Transamazó-
'líca [ ... ] . En la región sur, la
incidencia de la enfermedad está
42 -~~--~~·~~--~~~~~~~~~~~~~-·
aumentando principalmente en el
Estado de Paraná y Sao Paulo (el
estado del Paraná está limitado al
oeste por el río del mismo nom-
bre) -informa, en su edición del
1218172, el "Jornal do Brasil". El
mismo diario señala que actual-
mente 12 millones de brasileños
están afectados por el mal y que
la previsión -de los técnicos del
Ministerio-- es que, en 1980,
los enfermos sumen 20 millones.
Los "caramujos" proliferan es-
pecialmente en los depósitos de
agua. Es probable, por lo tanto,
que las represas de Jupiá e Ilha
Solteira (y, en el futuro, la de
·'Itaipú") se conviertan en habitat
de los planorbídeos y en el ve-
hículo de su propagación por to-
da la Cuenca del Plata. La situa-
ción se presenta todavía con ma-
yor gravedad para los países del
Cono Sur si consideramos las de-
claraciones del profesor Lobato
Pardense: el biamphalaria pere-
grina, que es encontrado en toda
América del Sur, puede también
ser transformado en portador del
shisfossoma.
Todo eso permite una conclu-
sión: si la utilización de las aguas
del Paraná se procesa dentro de
la filosofía del capitalismo salva-
je actualmente vigente en Brasil
(y la forma como se concretó el
Tratado de Itaipú parece confir-
mar la tendencia), al desarrollo
económico de Argentina y Uru-
guay estará seriamente compro-
metido y la propia salud de sus
pueblos correría un serio riesgo.
Lo que podría configurar un caso
típico para la intervención de or-
ganismos internacionales, como la
Organización Mundial de la Sa-
lud y la propia O. N.U.
De Montevideo a
Asunción
En la VII Conferencia Pana-
mericana, realizada en Montevi-
deo, 1932, la delegación brasile-
ña presentó una tesis redactada
por ilustres juristas (entre ellos,
Clovis Bevilaqua, el autor del Có-
digo Civil brasileño hasta hoy vi-
gente, Epitacio Pessoa y Prudente
de Moraes, dos ex-presidentes de
la República), que parece ser la
solución óptima para el complejo
y controvertido problema c:e la
utilización de las aguas de los
ríos internacionales: "Para la uti-
lización de los ríos internaciona-
les con fines industriales y agrí-
colas es indispensable un acuerdo
entre los países ribereños, pues
ese aprovechamiento puede influir
de varias maneras; en el otro mar-
gen, si el río fuera contiguo, o
en el territorio del Estado vecino,
si fuese de curso sucesivo".
En otras oportunidades, Brasil
mantuvo ese punto de vista: el
23 de setiembre de 1960, en lo
relativo a la construcción por
Uruguay y Argentina, de la re-
presa de Salto Grande, y en el
Acta de Santa Cruz de la Sierra,
firmada el 20 de mayo de 19ü8.
Sin embargo, en los últimos
años, cambió radicalmente la po-
sición brasileña. En la Declara-
ción de Asunción, firmada el 3
de junio de 1971, los delegados
brasileños consiguieron la apro-
bación de un criterio completa-
mente distinto, absolutamente fa-
vorable a sus propósitos en el río
Paraná:
"l) En los ríos internacionales
contiguos (que separan dos o más
países), siendo la soberanía com-
partida, cualquier aprovechamien-
to de sus aguas deberá ser prece-
dido de un acuerdo bilateral en-
tre los ribereños; 2) En los ríos
internacionales de curso sucesivo,
no siendo la soberanía comparti-
da, cada Estado puede aprovechar
las aguas en razón de sus necesi-
dades, siempre que no cause per- ,
juicio sensible a otro Estado de 1
la Cuenca."
Y a no era más necesario el
acuerdo con el país vecino en el
caso de ríos de curso sucesivo. Los
diulomáticos brasileños deberían
estar pensando, al firmar el do-
cumento, que Argentina quedaba
totalmente marginada en el caso
del aprovechamiento de las aguas
del río Paraná. Sería interesante
saber el pensamiento del canci-
ller argentino, Luis María de Pa-
blo Pardo, que también votó fa-
vorablemente la De2laración. Se
consumaba una victoria más -en-
tre tantas- de Itamaratí sobre
el Palacio San Martín.
De Estocolmo a
l\Jue\la \' ork
En junio de 1972, la delegación
, argentina a la Conferencia sobre
· el Medio Ambiente, realizada en
Estocolmo, intentó corregir, par-
cialmente al menos, el error co-
metido en Asunción: propuso una
enmienda, que pasó a llamarse el
"Principio Veinte'', y establecía:
"Los Estados deben facilitar la
información pertinente sobre las
actividades que ocurren dentro del
área de jurisdicción bajo su con-
trol, siempre que crean o tengan
razones para creer que tal infor-
mación es necesaria para impedir
que se causen daños graves al me-
dio ambiente en zonas fuera de
su jurisdicción nacional."
Al proponer la supresión del
adjetivo "grave", los países afri-
canos radicalizaron la tímida pro-
puesta porteña.
La posición brasileña era radi-
calmente opuesta: "Ningún Esta-
do está obligado a facilitar infor-
maciones eñ circunstancias que,
según su opinión f~mdamentada,
puedan poner en nesgo su Se-
guridad Nacional, su desarrolllo o
sus actividades nacionales"
Ante el impasse, la Conferencia
 de Estocolmo resolvió transferir favor algo muy importante. Como l::rasilef10): " ... la binacional for-
el problema para la Asamblea Ge- lo decía "Clarín" (1/VI/73), "en mada por Brasil y Paraguay equi-
neral de las Naciones Unidas. En la Argentina se ha instalado un vale a la implantación de la zo-
el curso de la misma, los canci- nuevo gobierno con apoyo como na del canal del Panamá, cuyos
lleres Gibson Barbosa y McLou- para respaldar el reclamo de que contratiempos vamos a sentir en
ghlin llegaron a una fórmula apa- la erección del complejo (de dtai- breve ... " ("Jornal do Brasil" -
rentemente transaccional. Brasil pú») no cause perjÜicios sensibles 18/V/73).
admitió que "en la exploración, en su territorio y exigir un es-
explotación y desarrollo de recur- tatuto jurídico que así lo garanta".
sos naturales, los Estados no de- Hacia la cft"isis
ben causar efectos perjudiciales
en zonas situadas fuera de su ju- energética
risdicción nacionar'. Por el acuer-
do, los dos signatarios. quedaron De cualquier manera, la prime- Brasil tiene urgente necesidad
igualmente comprometidos a dar ra batalla por las aguas del río ele ampliar su capacidad energé-
"conocimiento oficial y público de Paraná fue perdida por Argenti- tic3.. Aunque actualmente tiene
los datos técnicos relativos a los na. Ni la violenta nota de protes- un relativo superavit (datos rela-
trabajos a ser emprendidos por los ta, ni la denuncia del acuerdo de tivos a 1972 revelan que el con-
Estados dentro de su jurisdicción Nueva York por parte de Argen- sumo fue de 47.5 mil millones de
nacional". tina, disuadieron a Brasil y Pa- kws. y la prodÚcción de 57,6 mil
raguay de establecer la binacional millones), el aumento de consumo
Sin embargo -lo que aparente- que va a explotar Itaipú. Lo que previsto por Electrobrás -del 123
mente revela una enorme ingenui- se hizo en tiempo récord y sin al año- exige un aceleramiento
dad del entonces canciller argen- ninguna consideración por los in- ele las obras en curso y la concre-
tino-, el acuerdo no estableció tereses de los demás países de ción de los proyectos en estudio.
quién debería decidir sobre los la Cuenca y sin considerar que La alternativa podría significar el
eventm•les "efectos perjudiciales", ese proyecto puede perjudicar los colapso de todo el ambicioso plan
si un árbitro indicado por los dos futuros planes de aprovechamien- de desarrollo brasileño. Inclusive
firmatarios, o un tribunal interna- to total y conjugado del potencial en la hipótesis de que todo mar-
cional, como el de La Haya. hidroeléctrico de la región. che conforme a lo previsto, y que
Itaipú empiece a generar energía
Además, el compromiso de "dar Las presiones sobre el Paraguay, en 1983, se prevé una crisis para
conocimiento oficial y público" es inclusive la influencia personal ele aquel año.
muy relativo; no se trata de una Perón sobre su amigo Stroessner,
consulta previa, con efecto sus- resultaron igualmente infructífe- Es obvio, igualmente, que la so-
pensivo, ni mucho menos. En el ras. El presidente paraguayo de- lución está en el aprovechamien-
propio documento firmado en cía, el 8/IV/73, a un enviado es- to del enorme potencial hidroeléc-
Nueva York, queda claro que la pecial del "Jornal do Brasil": "Las trico existente. En primer lugar,
referida información no faculta "a relaciones personales que puedan porque la energía así generada es
cualquier Estado retardar o impe- existir con personalidades políti- mucho más barata; segundo, por-
dir los programas y proyectos de cas no inciden en nuestra con- que hast01 ahora Brasil no consi-
explotación .. " ducta". guió desarrollar plenamente la ex-
plotación de sus reservas de ¡
Esa última cláusula está direc- Al optar por Itaipú, al adoptar hidrocarburos: importa 2/3 del pe- ¡
tamente relacionada a la convic- una solución binacional en vez tróleo que cof'.sume. Esos dos fac-
ción de los militares y tecnócra- de una multinacional, Par<:lguay tores parecen indicar que la pro-
tas brasileños de aue las protes- abandonó, por primera vez, des- ducción energética de los próxi- '
tas argentinas son -"solamente un de la paz que le fue impuesta por mos años deberá seguir mante-
pretexto creado para retardar los la Triple Alianza, en 1870, su po- niendo la actual proporción: en
planes de aprovechamiento del sición neutral, pendular, en rela- 1972 estaban instalados 10.974 me-
potencial hidroeléctrico del río ción a sus dos grandes y pode- gavatios hidroeléctricos y sola-
Paraná ... " (Jornal do Brasil, 15/ rosos vecinos; optó por Brasil. mente 2.515 megavatios térmicos.
IV/73). A propósito, hay que re- Es el canciller paraguayo quien
cordar uno de los slogans más di- lo afirma: "Juntos (Paraguay y Lo que es totalmente discutible
fundidos por la máquina publici- Brasil) hemos llegado a un grado v cuestionable es la convenienci:.l
1 taria oficial en Brasil: "Na die fre- de cooperación que marca una ele construir Itaipú cuando Brasil
na este país ... " nueva etapa en la historia de dispone, en su vasto territorio, po-
nuestras negociaciones. Con una sibilidades de instalar más de 100
El Acuerdo de Nueva York de- sociedad de 3.500.000.000 de dó- millones ele kws., sin recurrir a
jó a Argentina prácticamente en lares, es indudable que no pode- fórmulas ele explotación binacio-
un estado de carencia jurídica. En mos tener diferencias en adelante nal. Inclusive descartando (por el
realidad, nadie quedó comprome- con Brasil. Es indudable también momento) el potencial de los ríos
tido a nada. El Itamaratí, orgu- que el desarrollo paraguayo tiene de la Cuenca del Amazonas (en ,
lloso de esa victoria, obtenida en que ir asociado al desarrollo de contra del cual se podría argu- ¡
el tradicional estilo del barón de esa pujante nación." mentar con la extensión ele las lí-
Río Branco, su patrono, trató de neas de transmisión hasta el in-
demostrar, en la primera oportu- El optimismo del canciller gua- dustrializado Centro-Sur del país),
nidad, el poco o nulo valor de la raní es, sin embargo, totalmente existen otras posibilidades concre-
declaración firmada por los dos irreal. Es obvio que, en un fu- tas v económicas. Un conocido in-
cancilleres. De la manera más in- turo cercano, van a surgir "dife- geniero brasileño, Eugenio Silva,
formal, un diplomático brasileño rencias" entre Paraguay y Brasil. afirma que solamente en la re-
informó al embajador argentino Al respecto, son oportunas dos opi- gión Centro-Sur existen 26 millo-
en Brasilia del cierre del dique niones bastante realistas sobre el nes de kilovatios de potencial no
de la Ilha Solteira, del inicio del problema. aprovechado, representados por
proceso de acumulación de las dos ubicados mucho más cerca de
aguas del río Paraná. Una, del ministro brasileño de
Minas y Energía, Dias Leite: los centros industriales de Sáo
Parece obvio que la diplomacia "Nuestra convicción es que la so- Paulo y Río de Janeiro que Itaipú,
argentina tiene que evolucionar lución adoptada va a traer toda- v situados totalmente en territo-
mucho si quiere hacer frente, con vía muchos problemas entre los ~io nacional ("Opiniáo" - 7/V/73).
alguna posibilidad de éxito, a las dos países". ("Jornal do Brasil" -
maniobras diplomáticas de! Ita- 25/V/73). La otra es de l\'Iar-
maratí. Es verdad que ahora el condes Ferraz, el ex-presidente de
Palacio San Martín tiene en su "Electrobrás" (el ente energético Una de las posibles cxplicacio-
· - - - - - - - --·- --------- ------~~~-----------~------' 43

ranes para la opc1on por Itaipú,
sería la planteada por el referido
semanario, en su edición del 9i
IV/73: "¿Será que la prioridad pa-
ra Itainú se debe al hecho íun-
damental de que la Light and
Power (la multinacional que do-
mina la producción y la distribu-
ción de energía eléctrica en Sao
Paulo y Río de Janeiro) se opo-
ne a la mejor utilización de los
ríos Tieté y Paraíba (donde la
Light tiene sus represas)?"
En condiciones normales, en un
país en pleno goce de su sobera-
nía, la hipótesis sería totalmente
absurda. Imposible admitir que
los intereses de un irusí extranje-
ro prevaleciesen sobre los nacio-
nales. Sin embargo, considerando
que Brasil es actualmente una in-
mensa sociedad anónima contro-
lada por las "multinacionales'', la
versión deja ele ser absurda o im-
posible. Ese factor -resultante de
presiones imperialistas sobre Bra-
sil- junto con otros (los planes
expansionistas brasileños), que
analizaremos más adelante, po-
drían constituir una explicación
razonable.
Un ejemplo ele las mencionadas
posibiiiclacles, de alternativas ai
proyecto de "Itaipú", es constitui-
do por el proyecto elaborado, en
• 1962, por el ingeniero Marcondes
Ferraz (posteriormente presidente
de "Electrobrás"), por encargo del
entonces ministro de Minas y Ener-
gía, Gabriel Passos. El plan era
construir una renresa en el lugar
denominado Porto Mencles. en el
río Paraná. totalmente en 'territo-
rio brasileí'ío, con capacidad de 10
millones de kws (casi igual al de
Itaipú, 10.710 mil.). El lado forma-
do por el dique de la misma po-
sibilitaría -según el autor- la
conexión con la cuenca del Ama-
zonas, volYiendo factible con al-
gunas obras complementarias, la
navegación desde la foz del Ama-
zonas hasta Montevideo, en el
Atlántico Sur. "Construiríamos.
así. un verdadero litoral oriental
para Brasil -afirma Marcondes
Ferraz- sin destruir las bellísi-
mas cataratas de Sete Quedas" y
sin crear "un nuevo Canal de Pa-
namá". un área ele conflicto con
pueblo's vecinos.
Itaipú, al revés, con su dique
de 160 metros de altura y un des-
nivel de 115 mts., dificultará, si
no tornará imposible, la navega-
ción. Los técnicos brasileños to-
davía no se pusieron de acuerdo
sobre las posibilidades técnicas y
económicas de la construcción de
esciusas en una represa tan alta.
En cualquier hipótesis, el plan de
navegación óptimo en los ríos de
la Cuenca estaría perjudicado. Se
sacrifica, en consecuencia, en cam-
bio de una solución inmediatista,
las enormes posibilidades futuras.
Los argentinos están muy preo-
cupados con la construcción de
44
Itaipú. El ingeniero Rustiniano
Posse, por ejemplo, en carta al la diplomada de los
Ministerio de Relaciones Exterio-
res de su país, alertaba sobre el
hechos consumados
peligro representado por la gigan- Nos parece que sería una ele-
tesca represa: "Los riesgos au- mental práctica ele relaciones hu-
mentan día a día, porque Brasil manas a nivel internacional que
insiste en construir en el río Pa- el gobierno brasileño permitiese
raná, al norte de la frontera con que ingenieros argentinos partici-
Argentina, un dique colosal que pasen en la elaboración de los
no solamente violará nuestros de- proyectos de la represa, por lo
rechos, sino que si fuera mal cons- menos en lo relativo a la seguri-
truido, se constituiría en una se- dad, y acompañasen la ejecución
ria y terrible amenaza para las de la obra. Pero hay que descar-
seis provincias y todas las ciu- tar totalmente tal hipótesis. La
dades situadas sobre los ríos Pa- intransigencia ele los militares ele
raná y Plata". derecha que ejercen el poder en
Los voceros oficiales brasileños Brasil es total, y se refleja en pu-
descartan la hipótesis. La campa- blicaciones que traducen el punto
ña argentina no sería más que un de vista oficial. Así, "Manchete".
"pretexto" para "sabotear" los pla- en su número 1094. decía: '·No
nes brasileños, una manifestación se admite más ningún debate, ni
más de la "envidi&' de los países ele orden jurídico. ni de carácter
vecinos en re}ación al "milagro político". "O Estado de S. Paulo"
brasileño". afirmaba: "No se trata -es la im-
presión general- de ningún te-
Sin embargo, otros sectores ad- ma en debate, y sí de un hecho
miten, en Brasil, el peligro real, consumado".
concreto: las aguas que serán re- Sabernos -los diplomáticos de
presaacls en Itaipú podrían lle- lt3.maratí deberían saberlo tam-
nar un cubo de 30 kilómetros de bién- que es muy peligroso co-
lado. Argumenta el semanario locar a otros pueblos frente a he-
·'Opiniáo": "Si a esos 30 kms. cú- chos consumados. Es la "ley de
bicos de agua se suman los 15 krns. la selva" vigente en Brasil, ele-
ya acumulados en «Furnas», no vada al nivel internacional.
hablando de las aguas represadas
en Jupiá y en los ríos Grande y Es verdad que no todos piensan
así en Brasil. A pesar de lo difícil
Paranepanema, Tieté, etc., se pue-
de imaginar qué arma terrible po- ' - y peligroso- -que resulta opo-
dría tener Brasil en contra de Ar- nerse actualmente a las decisiones
gubernamentales, hay los que pre-
gentina" (19iIII/73).
gonan soluciones razonables, con-
El citado ingeniero, Eugenio Sil- ciliatorias, no chauvinistas. La re-
va, analiza el problema fría, cien- Yist3. especializada "Mundo Elé-
tíficamente: "No afirmamos que trico", en su número de setiem-
la represa de Itaipú se va a rom- • bre ele 1972. escribía: "Argentina
per, inundando regiones argenti- ' insiste en ia necesidad de que
nas. Lo que defendernos es que el Brasil y Paraguay realicen con-
asunto sea estudiado técnicamen- sultas previas al inicio de la obra,
te por los países interesados. Eso pues -argumenta- el río Para-
para prevenir futuras fallas, como ná cruza también su territorio. Es
las que se verifican en obras mu- una tesis que Brasil y Paraguay
cho menos «monumentales;> de se rehúsan a aceptar. ¿Por qué?
nuestra ingeniería. Lo que pasó ¿No sería mucho más lógico el
con el «elevado:> de Paulo Fron- entendimiento múltiple en torno
tín y con la «Gameleira» (el inge- de una empresa de tal importan-
niero se refiere a construcciones cia, que interesa no apenas a los
que en los últimos años se de- tres países sino a todos los inte-
rrumbaron, en Río y en Belo Ho- grantes de la cuenca del Plata,
rizonte, respectivamente, ocasio- pues permitirá la regularización
nando un gran número de muer- de varios ríos, beneficiando la ge-
tos y heridos), obras de la más neración de energía y la nave-
elemental rutina, justifican nues- gación fluvial? La pregunta es
tra preocupación con Itaipú." lógica: consecuentemente, pa;:ece
±o:talmen±e irracional la ac:ti±ud in-
No se pone en duda, en el caso, fransigenl:a asumida p:;r Brasil y
la capacidad de los ingenieros bra- Pa!'agu.ay.u
sileños, ya comprobada en la
construcción de innúmeras repre- Esa irracional intransigencia
brasileña está estableciendo un
sas, inclusive el complejo de Uru- grave, peligroso precedente. Un
bupungá, que con sus 4,2 millones nrececlente que, en el futuro, po-
ele kilovatios es una de las ma- clrá volverse en contra de los in-
yores del mundo. Lo que preocu- tereses de Brasil. El gobierno bra-
pa son los métodos consagrados sileiío parece ignorar que en el
en la ejecución de obras públicas caso del río Amazonas -mucho
en Brasil en la actual etapa del más importante que el Paraná-
capitalismo salvaje, en la cual el control de las aguas está en
predomina la filosofía de ganar el manos de otro país. Es fácil ima-
máximo con un mínimo de inver- ginar cuál sería la reacción de
siones dentro del menor plazo po- los militares de derecha que go-
sible, sin ninguna preocupación l::iernan a Brasil, si el gobierno
de carácter social y humano. de Perú -valiéndose del prece-
 dente establecido por los propios
brasileños- pasase a utilizar en
forma indiscriminada, sin consul-
tar a Brasilia, las aguas del Ama-
zonas.
¿Cómo explicar esa política du-
ra, intransigente, sectaria del go-
bierno brasileño?
La pregunta es todavía más
oportuna si consideramos que el
propio director de Eletrobrás, el
general Mayr Borges Fortes, es
partidario de un acuerdo amiga-
ble con Argentina, optando por
soluciones no radicales, ni vio-
lentas, que podrán tener impre-
visibles consecuencias. Es necesa-
rio, dijo, "un desarme de espíritus,
sin lo que será totalmente impo-
1
clásico pensamiento militar: la
mejor defensa es el ataque. "En
la primera etapa, la guerra pre-
ventiva deberá ser conducida por
la cancillería; esto es, deberá im-
pedir que las fuerzas enemigas
ganen terreno (sico-social) en la
frontera, y al mismo tiempo ase-
gurar a las fuerzas nacionales al-
gún triunfo importante por la in-
corporación de poblaciones ex-
tranjeras al modo de pensar bra-
sileño [ ... ]".
Analizando la política latino-
americana de Brasil en los últi-
mos años, se verifica que se de-
sarrollan, en forma rápida y efi-
ciente, los planes de incorporar,
a la esfera política, a la economía,
toral atlántico brasileño, asegu-
rando al Paraguay una salida ai '
mar, una alternativa a su actual
única vía de salida internacwnal,
los ríos de la Cuenca del Plata;
las obras, ya muy adelantadas de
las rodovías BR 153, BR 158, BH
192 y BR 116, que reforzarán
drásticamente el sistema de liga-
zón ya existente con el Uruguay;
y, para no alargar demasiado esa
enumeración, el superpuerto de
Río Grande, que está siendo cons-
truido con el objetivo confesado
de monopolizar, en el futuro
(cuando los superbarcos de 400.000
toneladas dominaren el transpor-
te marítimo), las cargas de todo
el Cono Sur, colocando a Argen-
tina y Uruguay en una situación

sible la unión de esfuerzos ne- al modo de vivir y pensar brasi- ele dependencia total.
cesarios para el aprovechamiento leños, los países limítrofes.
óptimo de la inmensa riqueza de En lo relativo a la in±egración
económica, los planes marchan
la Cuenca del Plata" ("Opiniáo - /t rH:mo de :Bra§il igualmente en forma acelerada.
19/II!/73).
Ya vimos. anteriormente, cómo
grande Las proposiciones brasileñas se
suceden y en algunos casos ya se
el propio ministro de Minas y Dentro ele la estrategia brasi- concretan en acuerdos y proyec-
Energía brasileño, Dias Leite, es- leña, la integración vial tiene una tos en ejecución: la explotación
tá convencido de que Itai;ni es del petróleo colombiano, en so-
una bomba de tiempo. importancia fundamental. Canse- ciedad con un monopolio yanqui,
guida ella, la integración econó-
¿Cómo se explica que el gobier- mica y la satelización política se- por la Petrobrás; la construcción,
no de Brasilia adonte una solu- rían consecuencias inevitables. Al- por la misma, de una refinería
ción tan relevante, ·tan importan- canza con enumerar los principa- de petróleo en aquel país; la bi-
nacional, organizada durante la
te para el futuro de todo el he- les proyectos viales brasileños pa- reciente visita de Gibson Barbosa
misferio, en contra de sus propios ra concluir que esa integración se a Colombia, persiguiendo la ex-
técnicos. responsables por el sec- procesa rápidamente, "a ritmo ploración Y explotación del car-
tor en debate? de Brasil grande", para utilizar bón de Cundinamarca. Las nego-
uno de los slogans preferidos por
En una nota publicada en "Opi- la máquina publicitaria brasileña. ciaciones para la explotación del
niáo". el ministro Dias Leite acla- petróleo ecuatoriano por la Petro-
ra lo. que pasa: "El proyecto de Con la Transamazónica, la Cuia- brás, todavía resistido por secto-
Itaipú es esencialmente polí±i· bá-Santarém y ahora, con la Pe- res nacionalistas del gobierno d0
co. Por lo tanto, la tarea princi-rimetral Amazónica (un total de:i Quito. En la misma situación se
pal no fue del Ministerio de Mi- más de diez mil quilómetros de encuentran propuestas hechas al
nas y Energía, s!no del Ministe- carreteras de primera categoría), gobierno peruano (proyectos sicle-
rio de Relaciones Exteriores". que ya están cortando la Arnazo- rúrgicos y petroleros). En Boli-
nia brasileña en todos los sentí- vía, el proceso de ocupación es
h-scorporando áreas dos, se persigue integrar toda la casi total. destacándose, por su
Cuenca más grande del mundo a magnitud· y por su importancia
esbaitégfoas la economía brasileña. Y, además, geonolítica, el gasoducto Santa
por la conexión con los sistemas CrÚz de la Sierra - Paulinea (en
El proyecto de Itaipú debe ser viales de Perú y Ecuador, llegar el estaclo basileño de Sáo Paulo)
analizado dentro de un contexto al Pacífico; y con los de Vene- y la siderurgia de 500 mil tone-
más amplio: el de la estrategia de zuela y Guayana, establecer la ladas que Brasil va a construir
los geopolíticos de la Escuela Su- · b ·1 - 1 C ·b
· presencia ras1 ena en e an e. en Bolivia. para explotar el mi-
perior de Guerra de incoporar neral de llierro de Mutún. Y, fi-
gradualmente a Brasil las llama- En relación a los países de la
das "áreas estratégicas". Esa in- Cuenca del Plata, los planes son nalmente, el mayor éxito de la
corporación sería necesaria -se- igualmente muy ambiciosos. Bas- diplomacia brasileña: el Tratado
gún ellos- para la propia segu- ta mencionar algunos proyectos, de Itaipú, por el cual el Paraguay
rielad del régimen político y del unos en fase adelantada de eje- se incorpora prácticamente a la
sistema social vigentes en Brasil cución, otros ya decididos oficial- economía de Brasil.
y para garantizar su futuro de
gran potencia.· mente y que se encuentran en la La integración financiera, a
etapa ele elaboración técnica: la cargo del Banco do Brasil, avan-
Ya comentarnos, en otras opor- conexión con los sistemas ferro- za rápidamente. De seguir la ten-
tunidades. la llamada "doctrina viarios bolivianos con la construc- dencia actual, Para_f;uay, Bolivia
del cerco", elaborada por los geo- ción del tramo de Santa Cruz de y Uruguay estarán -en poc03
políticos de la "Sorbonne": "La la Sierra a Cochabamba, que con años- totalmente satelizados fi-
doctrina del cerco parte de la ten- sus 300 kms. establecerá la vin- nancieramente por el banco ofi-
dencia del proceso histórico de culación de Santos, en el Atlán- cial brasileño. Con 10120% de los
encontrarse Brasil rodeado por
tico, con Arica, en el Pacífico; la depósitos de sus sucursales en los
regímenes hostiies. [ ... ] Más tem- t L p B ·1· la" , ( d b
prano o más tarde, el país de- carre era a az - ras1 ia; :; paises centra1es que e ·en supe-
berá enfrentarse con enemigos lo- carreteras Asunción - Brasilia y rar actualmente a los 3.000 millo-
calizados en las fronteras [ ... ]." Asunción - Santos y el ferrocarril nes de dólares), el Banco do Bra-
de 400 kms. Villa Rica (cerca de sil podrá controlar los mercados
Actualmente, asistimos el desa- Asunción) a Guairá (en la fron- financieros de los tres países (con-
rrollo de la primera etapa de los tera brasileña), que conectac·á con siderados, junto con Guayana y
planes defensivos brasileños, ab- el sistema brasileño que lleva a Colombia, como la primera etapa
solutamente encuadrados en el Santos y a Paranaguá, en el li- del proceso expansionista).
~~--~~~~~~--~~~~~--~~~~~~~--~~~~~~~~~~~45
 Paralelamente, se desarrolla, en
forma intensa, la ocupación física
de las zonas fronterizas de los
tres países, por latifundistas bra-
sileños. Una franja de 100 kiló-
metros en el lado paraguayo y
en el boliviano de la frontera con
Brasil ya está completamente
ocupada. Si se mantiene la actual
crisis aue inmoviliza el Uruguay,
y el ''boom" que se verifica en
el agro riograndense del sur -que
determina que las tierras se ven-
dan en un lado de la frontera por
precios de 3 a 6 veces superiores
a los vigentes en el otro lado-
es prácticamente inevitable que
los estancieros brasileños van a
copar totalmente los "ricos cam-
pos de la planicie del Plata".
Mientras Argentina sigue inmo-
vilizada por las contradicciones
que se verifican en el seno del
oeronismo (contradicciones inevi-
tables, principalmente si conside-
ramos la composición policlasista
de ese movimiento), Brasil trata
de consolidar su liderazgo utili-
zando una estrategia agresiva, a
base de "hechos consumados", co-
mo la aplicada en el caso de
"Itaipú".
Existe fundamentalmente una
manera pacífica de establecer la
hegemonía de un país sobre una
determinada región: conseguir un
ritmo de desarrollo muy superior
al de los países vecinos. Si esa
situación se mantiene por varios
años, el abismo entre el nivel de
la economía del país desarrollado
y los demás se vuelve tan grande
· · · bl
que d etermma, mev1ta emente,
la dependencia económica. Esta-
blecida ella, la economía de los
más atrasados pasa a subsidiar
-por la exportación de la plus va-
lía, por el saqueo de las riquezas
naturales y por las pérdidas en
el intercambio- la economía del
país más poderoso económicamen-
te, aumentando cada vez más el
desnivel. La dependencia econó-
mica lleva, a su vez, a la sate-
lización política. Los obstáculos
políticos -como las fronteras-
son gradualmente eliminados.
Igualmente, los culturales: el mo-
do de vivir Y pensar de los pue-
blos dominados pasa a ser cada
vez más el de los metropolitanos.
En América del Sur vivimos,
actualmente, las primeras etapas
de un proceso de colonización que
tiene a Brasi1 como protagonista.
El gobierno de Brasilia no se
limita a utilizar todos los métodos
para acelerar al máximo el desa-
rrollo brasileño. Paralelamente,
trata de controlar las economías de
algunos pueblos de la región. Y, a
la vez, intenta sabotear los propó-
sitos desarrollistas de Argentina, el
único país del hemisferio que, en
46 ,~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~--~~~~~~~~~-
el momento actual, podría dispu-
tar a Brasil el liderazgo regional
e intentar obstaculizar los planes
expansionistas brasileños.
Mutún, por ejemplo
Dos ejemplos muy claros de esa
última parte de la estrategia bra-
sileña lo dan los recientemente
firmados acuerdos para la explo-
tación del hierro de Mutún (con
Boliiva) y para la construcción de
la hidroelétrica de Itaipú, con el
Paraguay. Todos sabemos -y los
geopolíticos brasileños, especial-
mente- que el futuro de Argen-
tina como potencia industrial de-
pende, fundamentalmente, de los
yacimientos mineros bolivianos y
de la energía generada en el río
Paraná.
Las reservas brasileñas de hie-
rro y manganeso, ubicadas en el
estado de Minas Gerais, en la sie-
rra de los Carajás, en la Ama-
zonia y en la sierra gemela de
Mutún -Urucúm-, deben sumar
150 a doscientos mil millones de
toneladas. Según los planes brasi-
leños, la exportación (actualmen-
te de 42 millones de toneladas)
deberá alcanzar a los 1001150 mi-
llones en los próximos diez años.
Considerando los planes siderúr-
gicos muy ambiciosos en marcha,
el consumo nacional podría alean-
zar a los 50 millones de toneladas
en la primera mitad de la década
80. Eso signiíica que las reservas
brasileñas conocidas (gran parte
del subsuelo nacional todavía no
está explorado), alcanzarían para
aproximadamente mil años.
Por eso, los yacimientos cie Mu-
tún no interesan a Brasil. Ade-
más están muy mal ubicados en
relación a los mercados interna-
cionales, comparados con las mi-
nas brasileñas. El ministro brasi-
leño de Minas y Energía, Dias
Leite, fue categórico, hace pocos
meses, al respecto: el mineral bo-
liviano no interesa a Brasil.
Sin embargo, poco después, en
la reciente visita del canciller bra-
sileño a La Paz, fueron acordadas
las bases para la constitución de
una "binacional" entre los dos paí-
·
ses. ObJetivos: explotar el mine-
ral de Mutún y construir una si-
derurgia de 500 mil toneladas de
hierro bruto, al año, en Santa
Cruz de la Sierra, financiada por
Brasil.
Es obvio que esa producción
importa muy poco para Brasil.
Solamente los proyectos ya com-
prometidos con multinacionales
japonesas representarán la pro-
clucción, en los primeros años de
la próxima década, de cerca de 26
millones de toneladas de acero en
Brasil. Lo que importa, en el ca-
so, es eliminar la posibilidad de
que Argentina pueda utilizar el
mineral de Mutún.
La maniobra es todavía más in-
teligente. Brasil va a industrializar
el mineral boliviano, "ayudando"
el desarrollo del país hermano,
mientras los planes argentinos en
relación con Mutún son tíDicamen-
te colonialistas: comprar: el mi-
neral en bruto. Sabemos que el
proyecto brasileño e:s igualmente
imperialista: lo producido por la
planta a ser instalada en Santa
Cruz será un producto semiaca-
bado \' su venta será hecha -se-
gún e"i acuerdo firmado- obliga-
toria y exclusivamente a Brasil.
Y lo que significa una fábrica
con un único cliente, principal-
mente cuando ese cliente tiene
muchas otras fuentes donde abas-
tecerse, es harto conocido. De
cualquier manera, el objetivo fue
alcanzado: la posibilidad de aue
Argentina utilice el mineral -de
Mutún, mientras se mantenga el
actual gobierno en Bolivia, ftw
descartada.
Con Itaipú sucede algo por el
estilo. El objetivo es idéntico: obs-
taculizar el desarrollo argentino,
aumentando así la diferencia -va
muy grande- del ritmo de desa-
!Tollo de las economías de los dos
países.
Brasii disnone de innumenibles
otras positÜidades para atender,
en forma económica, sus nccesi-
dacles de energía eléctrica en los
oróximos años. sin valerse ele so-
luciones binacionales.
¿Por qué, entonces, correr el
riesgo ele una soluc'.ón de ese tipo'!
La única respuesta posible es:
el propósito de integrar al Para-
guay definith·amente en la órbita
brasileña, liquidando la secular
política neutral, pendular, del país
guaraní. Asociándolo nominalmen-
te a una empresa que significará
una inversión de 2.50013.560 mi-
llones de dólares -varias veces
el Producto Nacional Bruto pa-
raguayo-, Brasil incorpora prác-
ticamente el país vecino.
La maniobra es todavía mús
amplia, más compleja, más ambi-
ciosa.
Hace años que estaba decidida
la construcción por Brasil y Fa-
raguay de la termoeléctrica de Se-
te Quedas. El potencial sería de
12115 millones de kws., superior,
por lo tanto, al de Itaipú. Los
proyectos de la misma ya estaban
en fase muy adelantada e, incluso,
ya se gestionaba la financiación
de la obra a nivel internacional.
¿Por qué, de un momento al
otro, cambiaron los planes brasi-
leños y se decidió la construcción
de Itaiuú. 160 kilómetros más al
sur, en- el mismo río Paraná?
Ningún argumento fundamental
fue proporcionado por los técni-
cos para justificar el cambio. Des-
de el punto de vista económico. imposible la navegac1on, o por lo que el barón de Cotegipe tuviera
el nuevo proyecto tampoco pre~ menos, antieconómica, se restrin- algunos conocimientos hidráulicos.
senta ventajas: el costo de Itaipú giría drásticamente el comercio de Un simple análisis del tratado
aparentemente no será inferior los dos países con Argentina rE cién firmado, alcanza para con-
-por kw.- al de Sete Quedas. (que se efectúa en gran parte por firmar lo afirmado.
Y, por estar ubicado 160 kms. más vía fluvial). Se consolidaría, con-
al sur, más lejos por lo tanto de secuentemente, la integración de
los principales centros consumi- los mismos a la economía brasi-
dores -Sao Paulo y Río de Ja- leña.
neiro-, las líneas de transmisión El art. III del Tratado de Itaipú
serán más extensas, consecuente- Sin duda, una jugada maestra de establece: "Las Altas Parte Con-
mente más caras. los geopolíticos brasileños. En caso tratantes crean, en igualdad de
que se concreten todos esos planes, derechos y obligaciones, una en-
La única explicación para ese Bolivia y Paraguay quedarían to- tidad binacional denominada ITAI-
cambio aparentemente sin venta- talmente incorporados al sistema Pú [ ... ]". Los parágrafos y ar-
jas podrfa ser encontrado en un brasileño y Argentina (definitiva- tículos siguientes repiten, hasta
detalle técnico. de carácter neta- ' mente superada en su competen- el hartazgo, la condición de igual-
mente geopolítico. La construc- cia desarrollista con Brasil) pasa- dad: la "Itaipú" tendrá sedes en
ción de Itaipú perjudicará -por ría a ser, también y en forma Asunción y en Brasilia; será ad-
la proximidad de las dos repre- gradual, satelizada. ministrada por un Consejo de Ad-
sas y la consecuente disminución ministración y un Directorio Eje-
de la fuerza de la corriente- la cutivo integrado por igual número
construcción de Corpus, por Ar- Memoria de Cotegipe de nacionales de ambos países;
gentina. Los técnicos afirman, in- los documentos oficiales serán re-
clusive, que las dos hidroeléctri- Los diarios brasileños destacan
dactados en los idiomas español
cas, tal como están programadas, el "liberalismo" del Barón de Co- y portugués; el capital será divi-
son excluyentes. La única posibi- tegipe, "a quien el Paraguay de- dido en partes iguales, U$S 50 mi-
lidad de tornar viable la represa be su participación en Itaipú" llones para cada Alta Parte Con-
de Corpus sería que los brasile- ("Jornal do Brasil'', 22iIV/73). tratante ...
ños concordasen en aumentar la Derrotado, destruido, prácticamen-
cota de vasión de Itaipú de 105 te despoblado por la bárbara gue- Toda esa apariencia de igual-
metros al nivel del mar (como es- rra de la Triple Alianza, el Pa- dad se derrumba con el parágra-
tá prevista) para 130. Parece ob- raguay no tenía, en 1872, cuando fo único del art. VIII: "Cualquie-
vio que el gobierno brasileño ni fue firmado el "Tratado Defini- ra de las Altas Partes Contratan-
siquiera va a considerar esa hipó- tivo de Paz y Amistad Perpetua" tes podrá, con el consentimiento
tesis, pues ella significaría la re- con Brasil, las mínimas condicio- de la otra, adelantarle los recur-
ducción del potencial de esa úl- nes para resistir a cualquier exi- sos para la integración del capi-
tima de 10.710 mil para 7.5 mi- gencia de los vencedores. tal, en las condiciones establecidas
llones de kws. de común acuerdo".
El hecho de que el tratado re-
Al construir en Itaipú, Brasil y dactado por Cotegipe estableciera Las condiciones establecidas de
Paraguay tornan prácticamente que "[ ... ] el territorio del Impe- común acuerdo son las contenidas
imposible el proyecto argentino. rio de Brasil se limita con el de en una de las notas reversales fir-
Además, el deterioro de las rela- la República del Paraguay por el madas juntamente con el tratado:
ciones argentino-paraguayas (que álveo del río Paraná [ ... ]" ase- "[ ... ] el gobierno brasileño. a tra-
se tornó visible en ocasión de la gura, actualmente, la participación vés de uno de sus organisÍ:nos fi-
última poses10n de mando de del país de Solano López en la nancieros, abrirá un crédito a fa-
Stroessner, a la cual no compare- futura hidroeléctrica de Itaipú. vor de la Administración Nacio-
ció la misión especial argentina), Eso porque, como señala el refe- nal de Electricidad (ANDE) del
parece significar la postergación rido diario, "en aquella época, na- Paraguay por valor equivalente
indefinida del otro proyecto ar- die especulaba con la importancia a cincuenta millones de dóla-
gentino, también en cooperación de los cursos de agua para el res [ ... ]".
con el país guaraní: el de Apipé aorovechamiento hidroeléctrico".
Yaciretá. E-s obvio que, si el barón brasi- Además, según establece otra
leño tuviera la más mínima idea nota reversal, "[ ... ] el gobierno
Aparentemente, la maniobra de al respecto, los límites entre Bra- brasileño dará garantía, en los
los geopolíticos brasileños tuvo sil y Paraguay no serían consti- términos abajo relacionados, a los
éxito total: aseguró a Brasil un tuidos por el río Paraná, sino por créditos que serán contratados por
potencial de 10 millones de kws.; una frontera seca situada a al- Itaipú, destinados al pago de bie-
anexó prácticamente el Paraguay gunos kilómetros más al Oeste. nes y servicios necesarios para la
y perjudicó los dos proyectos hi- construcción de la hidroeléctrica
Carlos Real de Azúa (en "El Im- a cargo de la referida entidad".
droeléctricos más importantes de
pulso y su Freno"), analizando las
Argentina (para los cuales no tie- condiciones muy especiales que Es obvio que la igualdad será
ne, como Brasil, alternativas ex- posibilitaron la formación del es- pura ciencia ficción. El país que
clusivamente nacionales). pone la plata, consigue y garan-
tado batllista en el Uruguay, des- tiza los préstamos internacionales
En relación a Itaipú se puede taca el hecho de que el uruguayo (que no serán pequeños, pues el
vislumbrar otro propósito geopo- era "un teuitorio sin riquezas ex- costo de la represa está calculado
lítico de Brasil. Ya analizamos los tractivas'', lo que salvó a los orien- en 3 o 3,5 mil millones de dóla-
proyectos de conexión roda-ferro- tales de una dominación imperia- res), será, en realidad, el dueño.
viaria de Brasil con Bolivia y Pa- lista realmente opresiva, como la Principalmente cuando los gober-
raguay. Vimos que esos planes que fue impuesta a casi todos los nantes del otro país piensan co-
persiguen atraer para los puertos restantes países del continente. mo el canciller Sapena: "A los 50
brasileños de Santos y Paranaguá años Paraguay, tendrá sin haber
Si es verdad, como dice el pue-
el comercio exterior de los dos blo, que no hay mal que por bien puesto absolutamente nada, una
países mediterráneos. Esos obje- no venga, también se verifican usina que produce 5 millones de
tivos podrían ser la explicación beneficios que a lo largo resultan kilovatios-hora" ("ABC - Color" -
del proyecto de Itaipú (represa desastrosos. Considerando lo que 31iV/73).
única, muy alta, en vez de diques va a pasar con Paraguay, ahora El fabuloso potencial hidroeléc-
sucesivos, que facili:tarían la que fue firmado el Tratado de trico del río Paraná es, para el
construcción de esclusas necesa- Itaipú, seguramente hubiera sido gobierno paraguayo, absolutamen·
rias a la navegación). Tornando mejor para el pueblo hermano ±e nada. Felizmente no todos pien-
47
 san así en el país guaraní, lo que a los 5.000.000 en el año 2.010. Es- al año) será -aparentemente-
significa que no todo está perdi- to significa que la energía de Itai- consumido en el pago de intereses,
do: "Si el Paraguay, en empren- oú va a ser consumida inicial- en la amortización de la tremen-
dimientos como éste, no negocia mente en forma casi exclusiva por da inversión, en la administración
en buenas condiciones generales Brasil, contribuyendo muy poco de la empresa, etc. Es tan insig-
v a justo precio sus recursos na- :i.l desarrollo paraguayo. nificante el beneficio que apor-
turales, tanto con el Brasil como tará al Paraguay la explotación
con la Argentina, habría pE·rdido Quedaría la hipótesis de que la
energía vendida -a buen precio- de Itaipú, que el propio canciller
la única posibilidad que tiene -la
única en su vida, si no descubre representase un sustancial aporte Sapena Pastor, acorralado por los
alguna otra riqueza natural ex- a la renta nacional paraguaya, diarios y parlamentarios de la opo-
traordinaria- de obtener por sí que podría ser utilizado en el ace- sición, tuvo que admitir: "Hemos
mismo los recursos para lograr su leramiento del proceso desarro- emprendido Itaipú no como un
desarrollo pleno e independiente" llista y en la mejor de las condi- negocio: Itaipú no es un negocio,
-escribía "ABC Color". el 23/ ciones de vida del pueblo. Veamos ni para Brasil ni para Paraguay.
V/73. . en cuánto fue fijado el precio de No importa que saquemos algu-
venta de la energía "excedente". nos millones de dólares. Nuestro
La posición privilegiada del Pa- El parágrafo 111.8 del Anexo C,
raguay en relación al río Paraná establece: "El monto necesario pa- objetivo no es rendimiento eco-
le permitiría exigir la formación ra la compensación de una de las nómico: el objetivo es el desarro-
de una multinacional integrada Altas Partes Contratantes, equi- llo nacional. .. " (''La Tribuna" -
por todos los países de la Cuenca, vale a trescientos dólares de Esta- 26/V/73).
que proyectase y concretase los dos Unidos de América, por gi-
planes de aprovechamiento ópti- gawatt (un millón de kilovatios-
1
Las declaraciones del canciller
mo de todos los recursos hidro- hora) cedido a la otra Alta Parte serían exactas si agregara: " ...
eléctricos de la región, así como Contratante. Esa compensación se brasileño". Sí, porque será casi
de la navegabilidad plena de los ~fectuará mensualmente en la mo- exclusivamente Brasil quien va a
ríos. Con ello el Paraguay podría neda disponible por la Itaipú". utiiizar la energía en los prime-
disponer, para los años 30, no so- ros veinte años. Una de las notas '
lamente los 5.000.000 de kws. ¿Qué significará eso para el Pa- reversales establece que "los re-
(que sólo nominalmente le perte- raguay, en 1983, o cuando la usi- cursos en monedas de terceros
necen), sino 10 o 15 millones. na esté operando con su capaci- países result:mtes de o;:ieraciones
dad plena?
Esa fabulosa cantidad de ener- financieras, deberían se~· negocia-
gía eléctrica disponible, en un mo- Por la "cesión de derecho de das en el mercado brasileño de
mento en que la crisis energética utilización" de cerca de 30.000 gi- cambio". Eso significa que los
en el mundo va a llegar al auge, gawatt-hora anuales, el gobierno préstamos internacionales para
podría ser negociado en condicio- paraguayo recibirá, el precio esti- Itaipú se convertirán en una nue-
nes excepcionales por Paraguay. pulado de U$S 300 por gigawatt, \·a fuente productora de divisas
Los excedentes podrían ser ven- nueve millones de dólares. Reci- para Brasil, principalmente si con-
didos al mejor postor, por el pre- birá, i s-ualmente, por concepto de sideramos que la industria brasi-
cio más alto posible, explotando "royalties" por la utilización de le5a ya tiene capacidad para pro-
la rirnlidad v la necesidad de los las aguas, a razón de 650 dólares/
dos grandes. ·sería la única mane- gigawatt, cerca de U$S 19.500.000 porcionar la mayor parte de las
ra de col::rarse de los malos resul- al año. O sea. menos de treinta instalaciones y equipos necesarios.
taclos de l:i. Triple Alianza y, a la : millones de dÓlares anuales, netos. En Brasil, la euforia es total
\·ez, proporcionar las condiciones "ABC Color" (24/Ví73) calcula ante ei bajo precio de la energía
de c:2sarrollo y bienestar que su que "a los 30.000 gigawatt-hora de que le va a proporcionar el Pa-
oueblo tan sufrido necesita deses- propiedad paraguaya puede hoy raguay: "Efectivamente, la ener-
peradamente. fía de Itaipú, por todos los cálcu-
en día asignárseles un valor de
Sin embargo, el gobierno de unos 250 millones de dólares, cal- los que tenemos hoy, será cerca
Stroessner hizo todo exactamente culándose tan sólo al precio que 25 o 30% más barata que la más
al revés. Se colocó incondicional- rige actualmente en Estados Uni- barata energía generada en Brasil,
mente al lado de Brasil, perdien- dos para la producción al mavor actualmente. Eso en los próximos
do lo que en Brasil llamamos el de energía eléctrica, de un g~a­ 20 años. En los años siguientes
poder de barganha, el poder de raní el kilovatio-hora". (después de amortizadas las deu-
canje. Al proporcionar a Brasil los das), la energía va a costar la mi-
medios de consolidar su suprema- Otro diario paraguayo, "La Tri- tad o menos de las producidas por
cía sobre Argentina, el gobierno buna" (24/V/73), agrega: "Cabe te- otras fuentes en Brasil", afirma el
paraguayo reforzó su propia si- ner en cuenta aue en el informe ministrn de Minas y Energías, Días
tuación de dependencia en rela- sobre energía eléctrica que remi- Leite ("Jornal do Brasil" -
ción a Brasil. tiera últimamente el presidente 25/V/73).
norteamericano al Congreso de su
El "anexo C" del tratado esta- país, se prevé ya que el costo de Vemos, en el caso de Itaipú,
blece: "la división en partes igua- la energía eléctrica aumentará que siguen absolutamente \·igen-
les de la energía producida [ ... ] . substancialmente en los próximos tes las normas del colonialismo e
Cuando una entidad decida no diez años debido al aumento ace- imperialismo clásicos: son los pue-
utilizar parte de la potencia [ ... ] lerado de los precios del petróleo, blos pobres sometidos quienes
podrá autorizar a la Itaipú a ce- gas natural, etc., por lo cual un -por la exportación de la plus
der a la otra entidad la parte que kilowatt-hora, en barra y por ma- valía o por el saqueo de sus ri-
así se vuelva disponible". yor, costará aproximadamente el quezas naturales- financian el
progreso de los países y el con-
En razón de su trágico subde- equivalente de un guaraní con cin- fort de los pueblos centrales.
sarrollo, Paraguay no deberá uti- cuenta céntimos. Tenemos enton-
ces que para 1983, el valor corres-
lizar inicialmente (cuando, en A pesar de que está siendo gra-
pondiente al Paraguay de la ener-
1983, empiece a funcionar la dual e inexorablemente ocupado y
gía generada sería de aproxima-
planta generadora) más que explotado por las "multinaciona-
damente 410 millones de dóla-
300.000 kv:s. Ese consumo se du- les", Brasil se transforma en re-
res ... ".
plicará cada año, calculan los téc- lación a sus vecinos, en un país
nicos de Al'JDE, el ente energético Todo lo demás (la diferencia central, imperialista. Y como tal
paraguayo, llegando posiblemente entre 300 y 30 millones ele dólares los colonizará.
48'--~~~~~~~~~~~~~~~~~~~--~~~~~~~~~~~~~~
r------------------------------------------- - - - - - - - - - -
Las cuencas de los ríos Paraná, Uruguay, Pa-
raguay y de la Plata forman con sus afluentes
lo que se ha dado de llamar Cuenca del Plata.
Esta cuña hidrográfica que ábarca el corazón
de Sudamérica cubre el 37 % ele
la superficie de la Argentina, el
19 % de Bolivia, el 17 % de Brasil,
el 100 3 de Paraguay y el 80 %
de Uruguay.
Dos modelos
opuestos
Durante más ele un siglo este
inmenso recurso natural ele Sud-
américa ha permanecido sin ser
utilizado en su riqueza potencial
y hoy todos los países ele esta
Cuenca han tomado conciencia ele
la necesidad de su explotación ra-
cional para acelerar su desarrollo
económico. Con este objeto, los
Cancilleres de los cinco países
que lo integran han firmado el
Tratado de la Cuenca del Plata
y se han reunido sucesivamente
en Buenos Aires. Santa Cruz de
la Sierra, Brasilia, Asunción y
Punta del Este para integrar con
vías ele comunicación los espacios
físicos, analizar la explotación ra-
cional de los ríos y planificar una
mayor complementación regional
para acelerar el proceso de desa-
rrollo económico y social.
Se estima que la población de
los países integrantes de la Cuen-
ca será en 1980 de 160 millones
ele habitantes y que la mitad ele
los mismos estarán dentro del es-
pacio de la Cuenca.
Pero se debe tener en cuenta
que el nivel de desarrollo de los
países que la integran no es si-
milar y el tipo que han decidido
encarar no guarda relación entre
sí. Mientras algunos han adoptado
el modelo de desarrollo depen-
diente, otros han optado por un
programa de lil:eración nacional
y ruptura de la dependencia.
También se debe tener en cuen-
ta que en esta zona se encuen-
tran las más grandes potencias
de Sudamérica, que son Argen-
tina y Brasil.
El afán imperialista de Brasil,
demostrado a través de la histo-
ria, pone en peligro el equilibrio
natural que debe existir en la
zona y su desconocimiento per-
manente de los tratados interna-
cionales crea un marco de incer-
tidumbre en su futuro desarrollo.
Un semanario brasileño dijo ha-
ce poco: "Se Amazonas é nossa,
¿por qué nao a Bacia Paraná-Uru-
guay?" (Si el Amazonas es nues-
tro, ¿por qué no la Cuenca del
Plata?). Eso está significando una
filosofía de dominación continen-
tal que analizaremos en detalle.
El enfrentamiento ele España y
Portugal, que viene desde la épo-
ca colonial, se ha prolongado a
través del tiempo y en cierta for-
ma Brasil y Argentina son los he-
rederos el.e esos problemas.
El tratado ele Tordesillas de 1514
permitió a Portugal la posesión
en América de un territorio de
2.400.000 kms~ que fue el origen
del Brasil. Posteriormente, por el
Tratado ele Madrid, 1750, esta su-
perficie fue ampliada a 7.000.000
kms~. A partir -de ese momento,
por medio ele la ocupación unila-
teral ele otros territorios pertene-
cientes a las nuevas repúblicas
sudamericanas y a la habilidad
den_::ostrada por su diplomacia,
el lmperio de Brasil llegó a las
fronteras actuales, que abarcan
un territorio de 8.500.000 kms~.
Mientras tanto la Argentina, en el
mismo período, vio reducirse su
territorio de 5.087.000 kms~ a
2.795.000 kms~.
Todos los países sudamericanos
han sido despojados por Brasil
salvo Ecuador y Chile, que no
tienen fronteras comunes con es-
te país.
Uruguay fue despojado de
43.000 kms2 que constituían las
Misiones Orientales, por el Tra-
tado 1851-1852; Argenfina perdió,
por el Laudo Cleveland. 30.000
kms 2, las Misiones Orientales;
Paraguay, por el Tratado Loiza-
ga-Cotegipe, 60.000 kms~; Bolivia
160.000 kms~ por el Tratado Mu-
ñoz-López Neto y luego otros
191.000 kms~, también en el Acre,
por el Tratado de Petrópolis. Gua-
yana fue despojada por el Laudo
Hauser de 60.000 kms:: y la Gua-
yana Inglesa de 13.570 kms~ por
el Laudo del Rey de Italia. Ve-
nezuela cedió por el Tratado de
1859 150.000 kms~ y Colombia, por
el Tratado de 1903, 127.000 kms2.
Esta actuación brasileña está
muy bien documentada nada me-
nos que en las memorias del Mar-
qués de Río Branco.
Hada las zonas
templadas
Pese a las tranquilizadoras de-
claraciones ele la diplomacia bra-
sileña de no tener ambiciones im-
perialistas, el plan de penetración
en las zonas fronterizas sigue en
marcha.
En la revista "Visión" salió un
artículo sobre la preocupación de
las autoridades del Uruguay por
la compra de estancias fronteri-
zas por ciudadanos brasileños. Las
ofertas a Europa por parte del
Brasil de "carne tipo uruguaya"
está demostrando palmaria;11ente
el contrabando de -ganado a tra-
vés de las fronteras, lo que sirve
para agudizar la crisis de nuestros
hermanos orientales.
La presencia del presidente To-
rres en Bolivia inquietaba a los
brasileños porque había encarado
un desarrollo para liberar a su
país, que estaba en colisión con
el modelo brasileño. Aunque frn-
casó el primer golpe de estado
contra el Presidente Torres ins-
trumentado- por el general Beth-
lem, que había sido el embajador
de Brasil en La Paz, posterior-
mente fue derrocado por una re-
volución organizada en Brasil por
el actual Canciller Gutiérrez, a
cuya cabeza actuaba el Coronel
Hugo Banzer, actual presidente
de Bolivia.
En este momento es por todos
conocida la ocupación del Beni
boliviano por colonos brasileños
y hace poco Benjamín Miguel, pre-
sidente del Partido Demócrata
Cristiano de Bolivia, volvía a de-
nunciar la ocupación brasileña en
el valle de Abuná.
En Paraguay la oposición ha
hecho una denuncia sobre la ocu-
pación de la zona oriental por co-
lonos brasileños. El Comandante
brasileño de la zona fronteriza
de los Saltos de Guairá, Coronel
José Cancelo Santiago, ha mani-
festado, muy suelt'.l de cuerpo,
que en el lado paraguayo de la
frontera sólo se encuentran radi-
cados 40.000 colonos; lo que no
aclaró es que ese número represen-
ta el 9'.l %- de la población total de
la zona. Durante mi visita a Sete
Quedas en enero de 1972 pude
comprobar no sólo la cantidad ele
f;:_zeildas instaladas en territorio
paraguayo sino t3.mbién que el
Instituto de Reforma Agraria bra-
sileño estaba dando títulos de pro-
piedad a ciudadanos brasileños en
zonas limítrofes en litigio.
Todo esta política brasileña tie-
ne un solo objetivo, la marcha
permanente hacia las tierras tem-
pladas. Las zonas más ricas están
precisamente en esa zona, y co-
ñ10 Brasil lo sabe, avanza perma-
nentemente en esta dirección.
Además debemos tener en cuen-
ta que si comparamos el desarro-
llo de Brasil y Argentina pode-
mos apreciar que el polo de desa-
rrollo brasileño está en el sur, in-
tegrado por las ciudades de Belo
49
 Horizonte, Río de Janeiro y San que tienen tan significativa im- aprovechamiento hidráulico, en
Pablo, mientras que el argentino portancia en el pasado para el autolimitarse, adoptando restric-
lo forman Buenos Aires, Rosario, desarrollo de los países de la ciones que no sean de sus propios
Santa Fe y Córdoba. Esto signi- Cuenca, la van perdiendo con el requisitos técnicos y de sus prin-
fica oue la zona más dinámica de tiempo. En parte, por las dificul- cipios consagrados por la respon-
crecimiento de los dos países se tades que representan para la na- sabilidad jurídica".
encuentra en la Cuenca del Plata. vegación sus continuos saltos y
Ese punto de contacto entre rápidos; en parte, por la diferen-
estos dos países, si sigue el ex- cia de caudales que se producen
pansionismo brasileño, p u e d e durante el año, queda notable-
mente limitada la navegación de Esto estaba en contradicción
constituirse en un corto circuito. con lo resuelto en la VII Confe·
Hasta ahora los últimos gobier- buques de gran calado. Pero hoy,
el aprovechamiento energético de rencia de Montevideo, realizada
nos que han tenido los argenti- en 1933, en la que intervinieron
nos se han caracterizado por sus estos ríos vuelve a otorgarles pri-
mordial importancia. todos los integrantes actuales de
permanentes contradicciones in- la Cuenca del Plata, la cual re-
ternas y han hecho naufragar las solvió que, si bien los Estados te-
buenas intenciones de abolir las nían el "derecho exclusivo al apro-
fronteras ideológicas en América vechamiento con fines industria-
Latina, pero con el triunfo del Brasil tiene poco petróleo y ne-
cesita energía para su industria. les y agrícolas'', este derecho se
Frente Justicialista de Liberación encuentra subordinado a "la con-
en las elecciones de marzo se abre Por lo tanto. le es de fundamen-
tal importancia el aprovechamien- dición de no perjudicar el dere-
para la Argentina y para Amé- cho igual del Estado vecino".
rica Latina una gran posibili- to de la energía que los ríos pue-
dad. unida a la experiencia del den generar. Y se ha lanzado a Finalmente. al aprobarse en
Perú y Panamá, para asegurar un plan de construcción de repre- Asunción durante la IV Confe-
la continuidad de la gesta l'ber- sas hidroeléctricas que le. permi- rencia de Cancilleres de la Cuen·
tadora de San Martín, Bolívar, tan solucionar el problema. ca del Pla±a una declaración so-
Artigas y Solano López y abrir Las principales obras son las bre el controvertido problema de
a Sudamérica las posibilidades de del complejo Urubupungá que se la utilización de los ríos interna-
un desarrollo independiente con encuentra en el territorio brasile- cionales, se consagraron por pri-
el apoyo del pueblo que ya tiene ño, en la zona en que el río Pa- mera vez para la región los prin-
conciencia sobre la necesidad de raná recibe como afluente a los cipios jurídicos que venían soste-
la ruptura con la dependencia. ríos Grande y Tiete. Se compone niendo Uruguay y Argentina des-
ele tres centrales hidroeléctricas: de las primeras reuniones: "En
Ilha Solfeira, Jupiá y Tres Irmáos. los ríos internacionales de curso
El dique -usina Jupiá (1.200.000 sucesivo, no siendo la soberanía
compartida, cada Estado puede
Ha sido Brasil el país que ha kws.) ya ha sido construido y es- apro\·echar las aguas en razón de
tenido conciencia de que el apro- tá operando parcialmente; el de sus necesidades, siempre que no
vechamiento de los ríos de la Ilha Solteira (3.200.000 kws.) tam- cause perjuicio sensible a otro Es-
Cuenca servía a los fines de su bién ha sido construido y hace tado de la cuenca". (Art. 2).
expansión territorial. La Compa- pocos días ha comenzado el lle-
ñía ele Jesús instala a lo largo nado de la represa. El de Tres El 27 de junio de 1971 Argen-
del Paraná y del Uruguay las mi- Irmaos está proyectado.
1 tina firma en Chile el Acía de
siones jesuíticas y comienza así El segundo complejo está en es- Santiago sobre Cuencas Hidroló-
la evangelización de los indios. tudio y lo forma la central hidro- gicas: "Cuando un Estado se pro-
Pero esto es una valla a la expan- eléctrica de Paranayará, que ten- ponga realizar un aprovechamien-
sión brasileña y comienzan a sa- . drá una potencia instalada de to de un lago común o río suce-
lir desde San Pablo bandas ar- ' 5.000.000 kws. sivo facilitará previamente al otro
madas, bandeiran±es, que con el El último proyecto es Iíaipú. el proyecto de obra, el programa
supuesto objeto de buscar piedras A sólo 17 kms. de la frontera con de operación y los demás datos
preciosas se dedican en realidad Argentina se calcula que puede que permita determinar los efec-
a destruir las misiones jesuíticas tener una Potencia instalada de tos que dicha obra producirá en
y capturar a los indios y usarlos 10.000.000 k\vs. Pero en este caso el territorio vecino". (Art. 5). "La
como esclavos. será un proyecto paraguayo-bra- parte requerida deberá comuni-
Son cuantiosos los testimonios sileño. car, dentro de un plazo razonable,
de las depradaciones realizadas Hasta ahora Brasil ha construí- oue en todo caso no excederá de
por los bandeiranies; las cruelda- do sus represas sin consultar a Cinco meses, si hay aspectos del
des de Raposos Tavares descrip- nadie, lo que ha originado una proyecto o del programa de ope-
tas por el Padre Justo Mancilla seria preocupación a los demás ración que puedan causarle per-
en la destrucción de las reduccio- países integrantes de la Cuenca juicios sensibles. En tal caso, in-
nes de Ivahi y Tibaji son un tes- por los perjuicios que podría oca- dicará las razones técnicas y
¡ timonio lacerante de toda una sionarles las obras aguas abajo. cálculos en que funda Y las su-
época. Argentina y Uruguay han hecho gerencias de la modificación del
valer permantemente las normas proyecto o programa de opera-
El control de los ríos le signi- de derecho internacional con res- ción notificados. destinadas a evi-
fica a Brasil la salida de la pro- ecto a la utilización de los ríos t ar aque1 perJUIClO.
· ·. · " 'íAr t . G) .
ducción de lVIatto Grosso. Las as- P
piraciones imperiales llegan has- de la Cuenca. En julio de 1971 se firmaron
ta el intento de controlar la de- Mientras estos países preten- entre Argentina Y Uruguay y Ar-
sembocadura de este sistema flu- den la regulación jurídica del uso gentina Y Bolivia, dos convenios
vial por medio de la ocunación y aprovechamiento de las aguas sobre cuencas hidrológicas en los
de la - Colonia del Sacrameñto. Es por los países miembros ele la que se ratificó la necesidad de
por eso aue cuando Juan Manuel Cuenca del Plata en base a facilitar a los Estados interesados
de Rosas cierra el río Paraná los antecedentes internacionales y el proyecto de las obras que po-
Brasil hace una alianza con el americanos en la materia, Brasil drían ocasionar perjuicios sensi-
General Urquiza y con el Uru- se opone sistemáticamente. bles.
guay y lo derrota en Caseros. La tesis brasileña fue anuncia- Por medio de esta serie de con-
y luego, cuando el Mariscal Ló- da por su canciller en noviembre venios ha comenzado la regula-
pez cierra el río Paraguay, se de 1968: "Ningún país en cuyo ción jurídica de la utilización de
concerta la Triple Alianza, que territorio se encuentren las cabe- los ríos internacionales, que es la
en una sangrienta guerra derrota ceras de una cuenca hidrográfica vía pacífica de resolver los pro-
al Paraguay. Los ríos interiores, puede consentir, en materia de blemas que la misma ocasiona.
50,~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~I

El Acuerdo de
l\lueva \'ork
Cuando se realizó la Conferen-
cia Sobre el Medio Humano e:i
Estocolmo, junio de 1972, Brasil
pidió que en el principio 20 de
la Declaración Final se estable~
ciera que "ning~n E'.stado e.s;a
obligado a facihtar mformac10n
en circunstancias en que, según
su ooinión fundada, pueda correr
peligro su segu_ri~ad nacional,. s_u
desarrollo econom1co o sus activi-
dades nacionales para mejorar el
medio". Frente al peligro de la
contaminación que se iba a ori-
ginar por el propósito <;.J.Ue tie.ne
Brasil de establecer mdustnas
"sucias" Argentina junto con otros
países latinoamericanos y africa-
nos se opuso, sosteniendo el prin-
cipio de que "los E:;~ados ~eben
facilitar la informac10n pertmen-
te". La declaración fue aprobada,
excepto el principio 20, cuyo de-
bate derivó a la Asamblea Ge-
neral ele las Naciones Unidas.
El 6 de setiembre, el Canciller
brasileño Mario Gibson Barbosa
declaró que "no se ha pensad? en
nincrún convenio entre Brasil y
0
Arg entina para realizar consultas
orevias". Pero al acercarse la fe-
~ha de discusión en las Naciones
Unidas del principio 20 de la De-
claración ele Estocolmo Brasil
comprendió que su derrota iba a
ser inevitable. Al llegar nuestro
Canciller a Nueva York, el Can-
ciller brasileño propuso una reu-
nión de la cual surgió un con-
venio entre Brasil y la Argentina,
en el aue se reconoce que "los
Estados - no deben causar efectos
perjudiciales sensibles. ei:i .zoi;i~s
situadas fuera de su JUnsdicc10n
nacional" v se acepta que "debe
darse conocimiento oficial y pú-
blico" ele los trabajos a ser com-
prendidos dentro de su jurisdic-
ción. De este convenio surg<". cla-
ramente el triunfo ele la tesis ar-
gentina ele la consulta previa en
los casos ele las obras que cause?
perjuicios sensi~~es a te.rceros pai-
ses. Pero tambien se mcluye un
agregado que establece que esto
no faculta a cualquier Estado a
"retardar o impedir los progra-
' mas o proyectos de exploración,
· explotación y desarrollo de los re-
cursos naturales de los Estados
en cuyos territorios se empre;;idan
t'lles programas y proyectos . ,
En esta forma, Brasil h<i:bia
perdido una batalla para . evitar
perder la guerra. Inexplicable-
mente. el canciller argentino no
sólo rénunciaba a una victoria se-
crura en las Naciones Unidas: po-
;ibilitaba ahuyentar el temor d~l
Paraguay ele firmar el conve:i,10
con Brasil para la construcc10n
ele la represa ele Itaipú.
En el plan de gobierno del
Frente Justicialista de Liberación
se contempla la denuncia del
Acuerdo ele Nueva York por con-
siderarlo lesivo a la soberanía ar-
gentina y por tener serias duelas
sobre las intenciones de cumplir-
lo por parte del Brasil. Cuando
la Subsecretaría de Recursos Hí-
dricos solicitó al Brasil los pla-
nos de Itaipú para determinar
exactamente los perjuicios que
podría ocasionar a la Argenti:ia, las
continuas evasivas ele Brasil han
impedido hasta ahora su entrega.
Muy cerca de lai
frontera
Sorpresivamente, Brasil ha in-
formado en forma verbal que co-
mienza el llenado de la represa
de Ilha Sol:teira. El anuncio lo
hizo dos días antes de su inicia-
ción sin conversarlo previamen-
te c~n Argentina, como lo hiciera
en la oportunidad del llenado de
la Represa de Jupiá. En esa opor-
tunidad Brasil invitó oficialmen-
te a técnicos argentinos a visitar
la obra, proporcionándoles la in-
formación sobre su llenado, para
que formularan observacio.nes .Es-
to permitió que se tuviera e_n
cuenta en el llenado el escurri-
miento de agua en Jupiá y Posa-
das para que no produjeran altE'.-
raciones perjudiciales en el régi-
men del río.
En el llenado de la represa de
Ilha Solteira se cambia el criterio,
pese a aue era la primera oportu-
nidad para demostrar el espíritu
ele cooperación y el apego a los
compromisos contraídos por <:l
Acuerdo de Nueva York. Brasil
apela nuevamente al hecho con-
sumado, haciendo caso omiso a las
normas y principios a que están su-
jetas las naciones, sea por act<'.s
convencionales sea por su condi-
ción de miembro de la Comuni-
dad Internacional.
El proyecto original brasileño
para la utilización del caudal de
aguas producido por los Saltos
de Guavrá se llamó Sete Quedas.
Allí Bi~asil pensó construir una
represa que tendría una capaci-
dad instalada de 10.000.000 kws.
Debido a las dificultades técnicas
que ofrecía este proyecto, posi-
blemente se trataba de fallas geo-
lógicas en la base del enclave ele
las paredes del dique, el pro:i:ecto
fue desplazado 70 kms. aba~o y
se lo llamó Umuarama. Fmal-
mente se decidió construirlo a 17
kms. de la frontera con la Argen-
tina con el nombre de Iíaipú.
La cercanía de este proyecto de
la frontera imposibilita que la Ar-
gentina construya el proyecto Li-
bertad o Iguazú, que tendría po-
siblemente una potencia instalada
de 15.000.000 kws., y a su vez di-
ficultaría la construcción del pro-
yecto Corpus que tendría una po-
tencia instalada de 5.500.000 kws.
Entre Guayf!'á y Corpu§
Argentina no puede renunciar a
producir la energía hidr~eléctri~a
que se necesita para la mdustna
en los próximos años porque Bra-
sil obre en forma unilateral sin
t~ner en cuenta la Declaración
que firmó en Asunción y que es-
tablece que cualquier proyecto no
puede producir a terceros países
perjuicios sensibles. . .
La posición de la Argentma se 1
basa en consideraciones jurídicas
pero tiene en cuenta también las
características del Río Paraná.
El tramo del Río Paraná que se
extiende entre los Saltos del
Guayrá y Corpus constituy.e por
sus características topográficas e
hidráulicas una singularidad geo-
gráfica que abarca en su trayec-
to a tres diferentes países.
Esta "olla", con su correspon-
diente declive, es una poderosa
fuente de hidroelectricidad. Si no
se optimiza su utilizació.n y no
se compatibiliza en conJtmto _la
utilización individual por algun
país puede causar serios perjui-
cios al otro.
Esta singularidad geográfica se
hace evidente cuando se analiza
el régimen de pendientes dinámi-
cas del río y las alteraciones que
a ellas introducen obras civiles
posibles en determinadas partes
del tramo. ,
Al decidirse por parte de Bra-
sil y Paraguay la constru~ción .de
Itaipú, Argentina reclamo la m-
formación pertinente del plano de
obra y el programa de op~ració_n
para ver si esta represa imposi-
bilita la construcción de la repre-
sa de Corpus. Si Itaipú descarga
sus acruas a 105 ms., el nivel de
ellas ~n Corpus sería de 85 ms.,
prácticamente el nive.l :i.ue a.lc~:r;­
zaría el embalse Apipe-Yacire,a:
en consecuencia, sería imposible
construir la represa de Corpus.
Si Itaipú descarga a cota 125
ms. se podría hacer Corpus a cota
120 ms. O sea que perder 20 ms.
en Itaipú significaría ganar casi
40 ms. en Corpus.
La construcción de Corpus con
5.500.000 lnvs. obligaría a bajar a
Itaiuú de 10.000.000 kws. a una
ootencia instalada de 9.000.000 kws.
• Si bien Paraguay, por corres-
ponderle el 50 % de la energía ins-
talada, perdería 500.000 kws. de
Itaipú, ganaría en cambio los
2.750.000 kws. que le correspon-
den en Corpus.
Brasil, aparentemente, perderí:i
500.000 kws. de potencia instalada.
Pero debido al régimen del Río
Paraná la realidad es distinta. El
nivel del Río Paraná, por la es-
trechez del cañón en la zona de
Itaioú. tiene variaciones de hasta
45 rus. entre las aguas máximas
v las aguas mínimas. Esto hace i
que las turbinas no puedan estar
permanentemente en f't;mciona-
miento total y que la energia gene-
rada sea muy inferior a la que se
obtendría si estuvieran trabajan-
do a pleno.
La construcción de Corpus, cu-
yo espejo de agua llega!·á h~st.a
Itaipú, permitirá un n~eJ?r regi-
men ooeracional de Itaipu y una
mayor - producción de energía.
Además, debido al problema. de
las grandes variacion<".s ~el mvel
de aguas, It:lipú necesitana turb1-
51
 nas de un costo mucho mayor que
las normales, cosa que se evitaría
con la construcción de Corpus.
Esto significa que, si se toman
debidos recaudos, las obras de
Itaipú y Corpus no son excluyen-
tes sino complementarias. Una so-
lución ideal sería integrar las co-
misiones mixtas paraguaya-argen-
tina y paraguaya-brasileña. Per-
mitiría una utilización más racio-
nal del Río Paraná y no liquida-
ría las posibilidades de la Argen-
tina de construir con Paraguay sus
propias represas hidroeléctricas.
Las condiciones técnicas para
este arreglo están dadas porque
los estudios de Itaipú y Corpus
se encuentran en el mismo gra-
do de desarrollo. La capacidad
argentina en este estudio quedó
demostrada al ser realizada por
la Subsecretaría de Recursos Hí-
dricos a un costo de 500.000 dó-
lares, mientras que el costo de
los estudios de Itaipú le ha sig-
nificado al Brasil una erogación
de 7.000.000 de dólares.
Dos obras
complementarias
De conformidad con el Acta
de Asunción y el Acuerdo de
Nueva York, en los que se esta-
blece que ningún país puede rea-
lizar obras que causaren per)u1-
cios sensibles a terceros países, si
Argentina se considera lesionada
por la construcción de la represa
de Itaipú, ésta no se podrá cons-
truir mientras no se solucionen
tales perjuicios. En el caso de
Itaipú, el tema de la navegación
no tiene solución técnica factible,
porque no hay espacio suficiente
para la construcción de las esclu-
sas correspondientes. Además, no
se puede reducir el desnivel enor-
me que crearía la pared, por lo
que, para mantener la navegación
aguas arriba de la presa, debería
construirse canales en roca viva.
Cuando el río Iguazú crece pro-
duce un remanso aguas arriba y
penetra en el territorio brasileño.
Al chocar con la represa de ltaipú,
aceleraría su desplazamiento aguas
abajo, provocando inundaciones
en los territorios paraguayos y
argentinos. En el caso que Brasil
utilizara en forma discrecional el
caudal del río Paraná (por ejem-
plo, con fines de riego) podría
crear problemas graves de estiaje
en el tramo argentino. Además, si
se viera necesitado de hacer fun-
cionar las turbinas de Itaiuú en
forma irfegular para atender las
demandas de las horas pico, Bra-
sil provocaría avalanchas diarias
de agua, del tipo de las que natu-
ralmente sobrevienen una vez ca-
da varios años. Lógicamente Ar-
gentina no puede dejar supedita-
das estas cuestiones al arbitrio
exclusivo del Brasil. Lo único que
hay que considerar en este explo-
sivo tema es cómo puede el Bra-
sil producir la máxima energía
que necesite y cómo Argentina
puede también producirla sin per-
judicar a nadie.
En este sentido, un acuerdo
1
para coordinar la construcción de
Itaipú con la de Corpus no sólo
es la solución más racional desde
el punto de vista técnico, sino que
regularizaría la producción de
energía de Itaipú. Si funcionaran
permanentemente los 10:000.000
kws. en Itaipú, la producción
anual de energía sería de 60.000
millones kws., pero debido a las
variaciones del río Paraná. si
bien algunas veces estaría traba-
jando a pleno, en otros momentos
sólo estaría trabajando 5 :000.000
kws., lo que reduciría notable-
mente la energía anual produci-
da. En cambio si estuviera funcio-
nando Corpus Brasil tendría ga-
rantizada una producción anual de
energía de 50.000 millones kws. Si
reina la cordura entre Brasil y
Argentina, Itaipú y Corpus serán
una realidad que beneficiará a
ambos países. Si no es así, Itaipú
nunca podrá ser construido. por
oposición de la Argentina.

REVISTA
MENSAJE
Una l·evista mensual dirigida por un grupo de
jesuítas y laicos chilenos que busca entablar un
diálogo serio y abierto con todo hombre y grupo
social que anhele más justicia, verdad y fra-
ternidad en América Latina y el mundo.

Una reflexión crítica y renovada sobre la ac-

tualidad, inspirada en la Buena Nueva que Cris-
to trajo a la tierra, y deseosa de encontrar ca-
minos de solución a los muchos problemas que
inquietan hoy a los hombres y a los pueblos.

un equipo interdisciplinar de 12 jesuitas

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Almirante Barroso 24 - Casilla 10440 - Santingo, Chile
gac:ón y Acción Social)
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