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ARTICULOS

Ignacio Ellacuría

El objeto de la filosofía
RESUMEN

¿Cuál es el objeto de lafilosofía? ¿De qué trata? ¿Cuál es el tema


central? ¿Cuál ha sido y es el problema fundamental dentro del campo
de la filosoffa? Lo que se estudia es lo que determina todo sistema
filosófico y cual es, a su vez, lo que diferencia uno de otro.
El autor, a través de una presentación de cuál ha sido considerado
el objeto de la filosofía por Hegel, Marx y Zubiri, al mismo tiempo
que asume algunos elementos de estos autores, nos propone un objeto
de la filosoffa diferente al de ellos. Todos coinciden en que hay y de-
be haber una unidad totalizante que debe ser estudiada. Lo que se pro-
pone aquf como esa unidad totalizante es la realidad histórica, en
cuanto constituye una sola unidad física compleja y diferenciada,
intrfnsecamente dinámica, en sí misma sistemática, estructural y uni-
tariamente, dialéctica en algún modo. La realidad histórica constituye
además un proceso de realización en el que se van dando cada vez for-
mas más altas de realidad que retienen las formas anteriores.
En este sentido, la realidad histórica sería el objeto último de la
filosofía, no sólo por su carácter englobante y totalizador, sino en
cuanto manifestación suprema de la realidad.

cuál es su objeto. Se podría decir muy genérica-

S e llama aquí objeto de la filosofía, a


falta de mejor término y por seguir la tradi-
ción, a aquello que constituye el tema central de
mente por lo menos entre los filósofos clásicos
-yen esto hay una gran unidad en muchos de
ellos desde los presocráticos hasta Heidegger-
que buscan hablar de todas las cosas en cuanto
todas ellas coinciden en algo o son abarcadas y
una determinada ftlosofía o metafísica. A dife- totalizadas por algo. Pero qué es ese algo que
rencia de otros modos de saber, la ftlosofía tiene abarca y totaliza todas las cosas haciendo de to-
esta inicial indeftnición: no sólo no sabe como es das las cosas un todo, sea un todo lógico o un to-
aquello de que trata sino que tiene que hacerse do real, es la gran cuestión que diferencia pro-
cuestión inicial de qué es lo que va a tratar o, al fundamente a los filósofos y a las filosofías.
menos, de qué es concretamente aquello que quie- Este asunto o problema se ha enfrentado de
re estudiar. Zubiri ha interpretado así la famosa diversas formas. Hay filosofías que tratan de esa
expresión aristotélica (la ciencia que se busca), en unidad totalizante en lo que podría llamarse me-
el sentido de que es el saber que ante todo busca tafísica general y luego hablan no del todo sino

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de todas las cosas en lo que suelen llamar metafi- y mostrar tras su conceptuación cómo ese todo es
sica especial o regional. En el mismo sentido a la el que realmente totaliza y unifica todas las cosas
contraposición entre filosofia primera y filoso- y dice de ellas 'todo' lo que se puede decir -al
fías segundas . Este tipo de filosofías pensarían menos pone en la vía correcta de decirlo- sin
que la unidad de todas las cosas reales es más ló- romper ese 'todo' que se supone forman. La filo-
gica que real, pensarían que la unidad totalizante sofia debe tratar de todas las cosas s610 tanto en
es una unidad conceptual, mientras que las dis- cuanto todas ellas forman un todo. Este sería su
tintas cosas reales y, menos aún, las distintas es- primer y radical objeto formal: sub ratione to-
feras o ámbitos de cosas reales no formarían una tius. La unidad de este saber estaría buscada en
unidad real ni estructural ni procesual. Tal vez la búsqueda del todo de todas las cosas. Lo que
sería injusto aplicar esta interpretación a todos no fuera visto sub ratione totius, sub specie to-
cuantos hablan de metafísica general y especial, tius, ya no sería filosófico o metafisico, si se
porque podría ser que esta última diferencia se quiere.
estableciera por razones metodológicas (tratar lo Es evidente que ya esto plantea gravísimas
común unitariamente y lo diferenciado por sepa- cuestiones estrictamente filosóficas, esto es, que
rado) más bien que por razones intrínsecas. Pero no son previas a la filosofia misma sino que
aun reconociendo esta posible inequidad e in- entran de lleno en el cuerpo mismo de la filoso-
exactitud, no conviene olvidar que la metodología fia. Las dos más graves en este momento son: la
tiene sus trampas propias y que por el desvío de unidad de lo real ¿es fundamentalmente real y
la metodología se puede caer en atribuir a la rea- fistca o es tan sólo lógica y conceptual aunque
lidad lo que teóricamente sólo se juega en el cam- fundada en la realidad misma de las cosas?; se-
po de los conceptos. gunda: ¿puede alcanzarse esa unidad real o lógi-
Hay otras filosofías que mantienen vigoro- ca efectivamente cómo un todo, de tal forma que
samente la unidad física de todo lo real, no nece- al hablar de ese todo se esté realmente hablando
sariamente una unidad monística e indiferencia- de las cosas reales en lo más real de ellas? Hay
da, pero sí una estricta unidad real. El todo que además otras muchas cuestiones, de entre las
tratan estas filosofias es un todo real, aunque el que, para no olvidar a los clásicos griegos, está la
tratamiento de ese todo real, precisamente por antiquísima cuestión de la unidad y la multiplici-
sus diferenciaciones intrínsecas y cualitativas, de- dad, de la quietud y del movimiento, que en
ba ser asimismo un tratamiento conceptual dife- nuestro contexto podríamos formular así: ¿cómo
renciado. En este caso no hay diferencia entre se conjugan la peculiaridad y la totalidad en cada
metafísica general y especial, filosofía primera y una de las cosas? ¿cómo se conjuga la separación
segunda, sino que hay una sola metafisica o filo- individual de cada una de ellas con la unidad real
sofía en la que entra tanto la historia como la na- total? ¿cómo se conceptúa a cada cosa 'totalizan-
turaleza, tanto el hombre como la sociedad, etc. temente' a la par que se la conceptúa 'totalmen-
O, para ser más estrictos y rigurosos, no puede te', como se le conceptúa a la vez en su totalidad
tratarse de la naturaleza sin referirse a la historia, y en su peculiaridad, de modo que ésta no quede
ni del hombre sin referirse a la sociedad y recí- perdida en aquella aunque sí superada en ella?
procamente no puede hablarse de la historia sin Ni qué decir tiene que todas estas preguntas
referirse a la naturaleza, de la sociedad sin refe- sólo se pueden responder filosofando y sólo
rirse al hombre. pueden alcanzar un comienzo de respuesta satis-
En el primero de los casos es lo usual que el factoria al final de la tarea filosófica. No se parte
'objeto' de la filosofia sea un concepto abarca- de su solución sino que se llega a ellas. Es el re-
dor complejo -quizá en su primer estadio sim- sultado final del filosofar y no su comienzo. No
plicísimo y casi vacío de ,contenido, pero necesa- podemos saber en un comienzo si hay un todo, si
riamente complejo si lo ha de abarcar todo-, ese todo es real o lógico, si ese todo debe ser con-
mientras que en el caso segundo el 'objeto será ceptuado de un modo o de otro, etc. Sin embar-
necesariamente un todo real, del que habrá que go, partir de un supuesto o de otro trae graves
conceptuar su unidad y al que anteriormente ha- consecuencias metodológicas: ¿hay que partir de
brá que caracterizar como todo para decir qué la unidad totalizante o de la diversidad separan-
todo es, qué clase de todo es, si su totalidad le te? ¿qué es más real? ¿aué es metodológicamente
viene del final o del principio, etc. Tanto en un más prometedor?
caso como en el otro habrá que nombrar ese todo Teóricamente son dos cuestiones distintas la

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de por -dónde comenzar la inquisición filosófica marxistas se sentirian justamente incómodos con
-cuestión aparte es por dónde ha de comenzarse ellas. Pero la interpretación misma no es inexacta
pedagógicamente la enseftanza de la filosofia- y o, al menos, es una interpretación justificada.
la de determinar en qué consiste la unidad totali- Lo que en ella quiere decirse es lo siguiente.
zante. Veamos en un ejemplo concreto, que nos Cualquiera sea el sentido distinto que ambos
va a acercar a la tesis que quiero sostener en esta autores dan a la determinación concreta de la
presentación, esta diferencia. No es una digre- conceptuación formal, podría verse en ellos una
sión porque los dos autores que voy a contrapo- nisma tesis fundamental: la realidad es un todo
ner sostienen aunque de distinta manera la uni- sistemático, la realidad es un todo dinámico, la
dad real del todo, que es también la tesis que aquí realidad es un todo dialéctico; entendiendo por
se va a defender, como supuesto para determinar realidad no sólo la realidad verdadera -no pura-
después cómo ha de caracterizarse ese todo. Es- mente apariencial- d~ cada una de las cosas,
tos dos autores son Hegel y Marx más unidos de que en definitiva no son sino momentos proce-
lo que se admite por su aceptación real de la uni- suales de un todo en pleno dinamismo, sino,
dad de lo real que separados por sus presuntas in- principalmente, la realidad entera en lo que tiene
terpretaciones idealistas o materialistas. de verdaderamente real más allá de las aparien-
cias. El Hegel filósofo llevara esta interpretación
1. La unidad del objeto filosófico en Hegel y al todo de la realidad unificada idealmente en el
Marx. absoluto, que es todo en todas las cosas pero esa
unificación total dícese ideal, sólo porque lo más
Como acabo de insinuar, la referencia a He- real de la realidad está conceptuado como ideal y
gel y Marx no es gratuita. La tesis que más tarde no porque la unidad sea 'conceptual' o mera-
se va a proponer recoge planteamientos hegelia- mente conceptual en el sentido clásico. El Marx
nos y marxistas. Pero es que, además, ambos, ca- científico social asimismo hará de toda la reali-
da uno a su manera entienden que el objeto de la dad económica una sola unidad real, de modo
filosofia es realmente uno solo por la sencilla ra- que esa realidad no será inteligible sino en la me-
zón de que la realidad toda forma una sola uni- dida en que se tome unitaria y dinámicamente co-
dad y de que la filosofía no es sino la concep- mo una sola totalidad; no sólo eso, sino que hará
tuación racional y totalizante de esa unidad de de esa realidad económica la última instancia de
realidad que es ya en sí misma una unidad real y toda la realidad social e histórica, haciendo por
no puramente conceptual. Es evidente que esta tanto de toda la realidad natural e histórica, una
interpretación en casi cada una de sus formula- sola realidad.
ciones es inexacta, de modo que hegelianos y

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No se pretende aquí entrar en la discusión de núcleo. Sólo como devenir, que por su propia na-
cuánto debe Marx a Hegel y si lo que le debe le turaleza es una unidad de contrarios puede cap-
hizo bien o mal tanto al filósofo Marx como al tarse y conceptuarse la realidad; sólo como mo-
científico Marx. Ni tampoco, al contrario, si la mentos de un todo procesual puede entenderse la
lectura marxista de Hegel es la lectura que redime totalidad de la realidad. Cuando se toman las co-
y salva todo lo que de bueno y genial había en el sas en una extensa perspectiva y buscando el fon-
planteamiento hegeliano. En ese punto quisiera do de la realidad aparecen como momentos eva-
sólo apuntar porque se refiere a un punto can- nescentes de un proceso. El movimiento es lo
dente: el de la posibilidad o imposibilidad de únicamente permanente y por eso tanto Hegel
trasladar métodos sin cargar con ellos las adhe- como Marx usan el término 'momento' para ex-
rencias metafísicas o prácticas que puedan tener presar lo que en un sistema en reposo se llamaría
en cada uno de los casos, quisiera set'íalar, repito, 'elemento' o 'factor'. Nicolaus subraya que el
que ese traslado se da en el caso de Marx respecto término se enriquece en Marx porque no significa
de Hegel. Un mismo método dialéctico, el de un sólo, como en Hegel, período de tiempo, sino
Hegel metafísico e idealista es usado por un también fuerza de una masa en movimiento; pe-
Marx científico y materialista. Los que sostengan ro la diferencia más notable estaría en que Hegel
que el uso marxiano del método hegeliano es un no atribuye importancia al tiempo mientras que
uso deformante, superador o no de su original, en Marx el problema del tiempo es la cuestión úl-
deberán conceder al menos a este propósito que a tima a la cual se reduce toda la economía (Nico-
veces es necesario 'pasar por' para superar y laus, p. 29). Para Marx el capital no es una
abandonar adquisiciones válidas. simple relación sino un proceso en momentos
Pero sin entrar en esa discusión y cit'íéndo- distintos. Las cosas pueden presentar la aparien-
nos a la pregunta por el objeto de la filosofía en cia de estar quietas, pero no es así 'en realidad' y
el caso de Hegel y Marx, es interesante subrayar sólo se las aprehende en realidad cuando supera-
algunos aspectos de su relación, tal como apare- da la inmediatez, se las aprehende como cosas en
cen sobretodo en los Grundrlsse der Krltik der movimiento. En esa inmediatez lo que 'aparece'
Polititischen Oekonomie, que por su fecha es una unidad de contrarios unilateralmente
(1857-1858) y por su naturaleza permiten mejor aprehendida. Es la presencia inmediata de la co-
subrayar algunos aspectos de esa relación en ple- sa, que aunque no nos dé su realidad total, no
no momento de madurez, cuando ya ha abando- por eso deja de ser parte de esa realidad; es un
nado los intentos filosóficos juveniles y ha entra- momento objetivo del todo y, por tanto, debe ser
do de lleno en los análisis económicos, aunque incluido en su concepto. Es una presencia deter-
sin llegar todavía a la personalidad propia de El minada y limitada de todo lo que ella es en su
Capital (1867). El 16 de enero de 1858, cuando proceso y en su unidad total, pero esa su misma
Marx andaba escribiendo ya su cuarto cuaderno limitación y determinación hace que sea esta pre-
de notas escribía a Engels que en su método de cisa cosa~ hace que la cosa no sea pura evanes-
trabajo (Methode des Bearbeitens) le había sido cencia e indefinición. No se puede, por tanto,
de gran utilidad el que accidentalmente se había tratar la superficie del proceso meramente como
encontrado de nuevo con la Lógica de Hegel una formalidad vacía, porque de lo contrario se
(New XXIX, p. 260 citado en el Prefacio de Mar- nos escapa el todo. En el extremo opuesto, que-
tin Nicolaus [p. 26] a la traducción inglesa de los darse en la superficie y llegar a quedar capturado
Grundrlsse, The Pelican Marx Library, 1973). por la "inmediatez del ser" es caer en la pura ilu-
Por algo advertía Lenín que es completamente sión. Hay muchas cosas que no son sino el fenó-
imposible entender El Capital de Marx sin haber meno de un proceso que realmente se desarrolla
estudiado completa la Lógica de Hegel. Lo cual tras las apariencias.
no se comprendería si tanto los Grundrisse como Todo esto es plenamente hegeliano y en mu-
El Capital no hubieran tomado de Hegel más que chos de sus aspectos algo común a muchos filó-
unas vacías formulaciones metodológicas. Más sofos. Las apariencias muestran y engaftan; sólo
bien, como advierte el propio Marx en su Prólo- el que alcanza la esencia de la cosa, alcanza el to-
go a El Capital, lo que dejó fuera fue la corteza do de la cosa, se apodera de ella y supera la
del método dialéctico para quedarse con lo que barrera de las apariencias. Lo que Hegel subraya
era su núcleo. es que este camino hacia la verdad y hacia la rea-
Ya hemos insinuado algunas notas de ese lidad pasa por la negación. Para Hegel la nega-

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ción es una fuerza creativa, la negación crea 10 bos casos es preciso referir lo sistémico a lo pro-
opuesto. Este es un punto que asusta a muchos cesual y lo procesual a lo sistémico.
cristianos porque les parece que va contra la lógi- Nicolaus sostiene así que la utilidad de He-
ca del amor y de la paz. Y, sin embargo, es algo gel y su utilización por parte de Marx consiste en
originalmente cristiano, pues no es sino la uni- proveer las lineas maestras para lograr conseguir
versalización y conceptuación de la muerte que la captación de una totalidad en movimiento y
da vida, de la negación que es necesaria para el desarrollo. Una captación no meramente sensible
seguimiento. Que la negación cristiana haya sido sino estrictamente conceptual. Este método, cu-
entendida y desflgurada como 'abnegación' no ya esencia es captar los todos como contradic-
obsta a que pueda decirse que la negación puede ciones, es la mejor lección que aprendió Marx de
entenderse cristianamente como principio positi- Hegel.
vo de vida, como principio dialéctico de realidad Marx por su parte se encargará de hacer una
superada. La negación, en lugar de ser principio lectura materialista de la realidad donde Hegel
de división, es principio de unidad, aunque de habia hecho una lectura idealista. Lo que se da
unidad superada y dialéctica, porque en la uni- en la realidad y en la historia no es el producto de
dad del todo en movimiento se da la identidad de un espíritu, que se va realizando en la historia y
la identidad y de la no-identidad. La identidad conduce los procesos históricos sino que, al re-
resultante es una identidad superior que engloba vés, incluso lo que puede haber de espíritu en la
lo que cada cosa tiene a la vez de sí mismo y no realidad y en la historia es el producto de condi-
de sí mismo: cada cosa es lo que es presente e in- ciones materiales tanto de la naturaleza como de
mediatamente, pero al mismo tiempo es realmen- la historia. Toda la dialéctica idealista no es sino
te lo que todavía no es y pugna por ser frente a lo el traslado a la esfera de lo ideal de algo que ante-
que ya está siendo como 'momento' de una tota- rior y actualmente está ocurriendo en la esfera de
lidad procesual, 'momento' que debe dejar de ser lo material, aunque en ese traslado se oscurecen
para que el todo se realice procesualmente, pero puntos esenciales de la realidad. Es un traslado
que su dejar de ser no es un mero pasar sino un mistificado. Marx se empefiará en retirar esta
ser sobrepasado por la negación activa de lo que costra mistificada del método dialéctico hege-
va a llegar a ser. liano para encontrar su núcleo estrictamente ra-
Como es sabido, tanto en Hegel como en cional, lo cual implica una crítica de su teoría de
Marx los dos momentos contradictorios dan pa- la contradicción y consiguientemente una crítica
so a una unidad superior, que deja atrás la uni- de los procesos fundamentales del concepto he-
dad hasta entonces lograda reasumiendo los mo- geliano, en concreto de su captación de lo que es
mentos contrarios en una unidad nueva, en la el movimiento (Nicolaus, p. 34). Más en concreto,
que se dan abolidos pero al mismo tiempo con- esta crítica puede resumirse en dos puntos princi-
servados. No hay momento quieto o etapa final. pales: la cuestión de por dónde comenzar y la
La negación -como momento creador- debe cuestión de si las contradicciones dentro de cual-
ser también negada e incluso la unidad superior quier unidad son idénticas inmediata y necesaria-
nueva contiene de forma distinta una nueva mente, o más bien, indirecta y condicionadamen-
contradicción, que es la continuación en otra for- te (ib., 34-35).
ma de aquella misma que ya ha sido superada pe- Por lo que toca al problema de por dónde
ro que al mismo tiempo ha sido conservada, aun- comenzar una reflexión dialéctica, Hegel lo hace
que cualitativamente transformada. Este movi- -siguiendo la más clásica de las tradiciones-
miento ni en Hegel ni en Marx viene de cada cosa con el más abstracto de los conceptos, el ser puro
considerada aislada en sí misma, pues cada cosa e indeterminado, el ser en toda su generalidad.
es un momento del todo, parte de una unidad su- Para Marx este ser-en-general es un producto
perior. La unidad, si se quiere, no es sólo diacró- mental, una categoría que sólo tiene realidad en
nica sino también sincrónica, no es sólo proce- la mente. Por eso él comenzará con una categoría
sual sino también estructural. El todo es un siste- de la vida material y de la economía política: 'la
ma dinámico o es un dinamismo sistemático; qui- producción material' en sociedad. Y como Hegel
zá más exactamente un proceso sistemático o un sitúa a la nada como el opuesto al ser, así Marx
sistema procesual. Cuando se lo ve como sistema sitúa el consumo como el opuesto a la produc-
se utilizan una serie de categorias y cuando se lo ción. Pero la mera sustitución de una categoría
ve como proceso se emplean otras, pero en am- materialista por una idealista deja a Marx insatis-

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fecho. Porque la 'producción-en-general' sigue un método revolucionario y subversivo. Llevan a
siendo una abstracción. Hay que encontrar en conclusiones distintas: en Hegel un ser idéntico a
cada caso aquella categoria que ocupe una posi- si mismo, un ser-en-reposo, ser-sin-nada; mien-
ción predominante en la formación social parti- tras que en Marx es un nuevo devenir condicio-
cular que se está estudiando. Esta categoría en el nal en la ausencia de antagonismos sociales (Ni-
caso de la formación social que estudia Marx es colaus, 38-41).
la 'mercancía'; es una categoria concreta, mate- No es el propósito de estas líneas discutir si
rial, históricamente específica y contiene unita- en esta contraposición de Hegel y Marx se hace la
riamente una antítesis clave (valor de uso vs. va- debida justicia a Hegel. Menos aún, entrar en la
lor de cambio), cuyo desarrollo contiene todas discusión de si el traslado de un planteamiento fi-
las otras contradicciones del modo de produc- losófico a un planteamiento científico-social no
ción capitalista. El arranque del análisis no se po- mezcla cosas que, en definitiva, son incompa-
ne, por tanto, en una abstracción pura, indeter- rables, por más que puedan resultar comple-
minada, universal y eterna sino en un todo con- mentarias, aunque con una complementariedad
creto, delimitado, determinado, una concentra- sul generis. El propósito no es ese, sino el de
ción de varias determinaciones, en las que apare- acercarnos a lo que debe ser el objeto de la
ce la unidad en la diversidad. Sólo un inicio ma- filosofia, pregunta distinta, como ya insinuaba-
terialista, un inicio con lo concreto y determina- mos, de cual es el comienzo adecuado para el fi-
do, que incluya las contradicciones fundamenta- losofar. Así, por ejemplo, que Hegel comience la
les, puede tomarse como un comienzo verdadera- lógica por el ser, no indica que el 'objeto' de su
mente dialéctico; sólo así se pueden lograr todas filosofia sea el ser; ni tampoco el comienzo
las potencialidades que contiene el método dia- empírico-histórico de abajo a arriba muestra que
léctico hegeliano. Que no haya comenzado los ese comienzo sea el objeto de la filosofia como
Grundrisse por la mercancía muestra la supe- tal. Recogeremos más tarde la riqueza contenida
rioridad de El Capital, que sí lo hace. (Nicolaus, en estas reflexiones hegeliano-marxistas, cuando
pp. 36-38). propongamos cuál ha de ser ese objeto de la
Por lo que toca al segundo problema, la cues- filosofia. Baste de momento sentirnos cuestiona-
tión de la inmediatez de las identidades puede dos y situados por esta discusión. Hegel y Marx
formularse así: dado que cada unidad (identidad, admiten que toda la realidad forma de una u otra
totalidad, todoJetc.) está constituida por polos o forma una sola unidad real, dinámica y proce-
aspectos contradictorios, ¿debemos entender que sual, que como tal sería el objeto de su estudio de
la unidad de estos opuestos es absoluta, inme- ún modo en Hegel y de otro Marx. No hay por
diata e incondicional o, al contrario, los opuestos tanto, que buscar un concepto unificante y abar-
requieren una mediación en orden a formar uni- cante de algo fisicamente distinto y disperso sino
dad y que la efectividad de esta mediación (y con- un concepto que refleje del mejor modo posible
siguientemente el mantenimiento del todo) es de- la unidad ya dada, aunque sea ésta una unidad de
pendiente de ciertas condiciones que pueden es- contrarios en perpetuo movimiento y cambio. En
tar o no estar presentes? Para Marx según Nico- esta unidad entran para Hegel tanto el Absoluto
laus, no hay identidad de los opuestos que sea in- como las más bajas presencias de la materia,
mediata, absoluta e inevitable, sino que la identi- mientras que Marx acepta tan sólo una unidad
dad es un proceso que tiene lugar en el espacio y más reducida al sacar de la esfera de lo real todo
en el tiempo, que requiere medios materiales, que lo que pudiera entenderse como espíritu hiposta-
por su propia naturaleza son inherentemente li- siado y, desde luego, como un absoluto que se
mitados y condicionados. Se requieren, por tan- entendiera como principio espiritual de todo lo
to, mediaciones, como ya lo advierte Hegel y es que hay. El Absoluto en cualquiera de sus deno-
algo esencial en su método. Pero sus mediaciones minaciones es una 'idea' creada por el hombre,
serian o subjetivas o absolutas y a veces ambas pero no es una 'realidad' que forme unidad real
cosas a un tiempo. Para Marx la identidad de los con todas las demás cosas reales.
opuestos es condicional y depende de circunstan-
cias históricas, mientras que su no-identidad, su 2. La unidad del objeto mos6flco en Zubiri.
lucha, su antagonismo y ruptura son inevitables.
Todo lo contrario que en Hegel. Es la diferencia El 'objeto' de la filosofia es para Zubiri el
entre una dialéctica conciliatoria y armonizante y todo de la realidad dinámicamente considerado.

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En otra ocasión he escrito que algunas de las for- abarcar todo lo que hay y todo lo que se piensa
JIlulaciones de Zubiri sobre el todo de la realidad que hay, haciendo de esa unidad una unidad real
suenan un tanto hegelianas, a pesar de sus insal- y procesual, pero ideal. Marx logra mantener la
vables diferencias radicales (cfr. "La idea de unidad sacando de la realidad, no sólo actual-
ftlosofla en Zubiri"). La realidad entera forma- mente dada sino pensable, todo aquello que no
rla una sola unidad resultado de un proceso en cabe dentro de ella, después de haber afirmado
virtud del dinamismo estructurante y estructural dogmáticamente que en el principio era la mate-
que le compete a la realidad en cuanto tal. Por ria como Hegel había afirmado dogmáticamente
eso para él no hay distinción alguna entre metafl- que en el principio era el espíritu. Zubiri man-
sica general y metaflsica ;special entre fllosofla tiene la unidad ciftendo el objeto de su saber me-
primera y fllosofla segunda sino que la meta- tafisico a la realidad intramundana, que es la que
flsica o la fllosofla sin más debe tratar el todo de por sí y de suyo constituye un tipo propio de
de la realidad, por más que ese todo sea com- unidad, un tipo de unidad fisico que Zubiri dice
plejo y exija tratamiento especial en cada uno proceder de la realidad en cuanto tal, pero enten-
de sus momentos o partes, pues de ninguna ma- diendo que esa realidad en cuanto tal es la reali-
nera ese todo es uniforme y sus partes intercam- dad intramundana y, en algún sentido, la reali-
biables. dad material; quizá sea exagerado decir que la
Lo que si distingue Zubiri es la realidad respectividad mundanal, en la que se constituye
intramundana de cualquier posible realidad la unidad de lo real, venga dado por el carácter
extramundana. Con lo cual se sitúa en una posi- material de la realidad, pero si esto es discutible
ción distinta tanto de Hegel como de Marx. Para formalmente no lo es como cuestión de hecho:
Marx no hay sino una realidad intramundana, toda respectividad es material, aunque no sólo
cerrada sobre sí misma y autosuficiente; y esa rea- material, y toda materialidad es respectiva, aun-
lidad así entendida es el objeto del saber humano que no en su carácter abstracto de materialidad
o, si se quiere, del conjunto de saberes humanos. sino en su carácter concreto de 'realidad' mate-
Para Hegel la realidad que se nos da en las cosas rial. Tenemos así que, hasta cierto punto, Zubiri
reales es la realidad unificante del absoluto, por logra la unidad del objeto filosófico, sacando de
lo que carecerla de sentido no sólo un saber últi- su consideración inicial el estudio de Dios, pero
mo que no se hiciese cuestión de este Absoluto si- mostrando aun en esa consideración inicial que
no un saber suficientemente riguroso de lo que se ese estudio puede estar exigido por alguna de las
nos aparece como realidad intramundana sin ver cuestiones y por alguna de las realidades que son
esa realidad como momento del Absoluto. Zubiri imprescindibles en su metafisica intramundana.
sostiene que cabe una estricta metafisica intra- Lo que sucede, entonces, es que la unidad de
mundana que en si misma no se haga cuestión de las cosas intramundanas entre sí es de índole dis-
Dios, porque precisamente el 'mundo' es una tinta a la posible unidad de la realidad intramun-
unidad estrictamente fisica, que como tal no dana con la realidad que no fuera mundana; lo
abarca posibles realidades no mundanas; dicho que sucede es que el todo fisico, objeto de la
de otro modo, la unidad fisica real y constatable filosofia, no es fisicamente el mismo todo, cuan-
del mundo, no admite como 'parte' de esa uni- do en él se dan sólo realidades intramundanas,
dad flSica algo que no pueda entrar en ella, una que cuando se quieren introducir en él realidades
realidad que no sea intrínsecamente respectiva a que no 10 son. Dicho de otra forma Dios y la rea-
ese tipo de realidades que forman unitariamente lidad intramundana no forman estrictamente un
un mundo. Lo que en Hegel sea tal vez un pan- todo lo cual no significa necesariamente que no
teismo y en Marx un ateismo, idealista uno y ma- haya o pueda haber una cierta unidad de ese todo
terialista el otro -lo cual limita seriamente tanto con Dios y de Dios con ese todo, pero será una
el carácter panteista del primero como el carácter unidad de otra índole completamente distinta. Ni
ateo del segundo-, en Zubiri y su metafisica significa tampoco que Dios no pueda hacerse
intramundana es simplemente una cuestión abier- presente de algún modo en la realidad intramun-
ta ni teista ni ateísta. dana, pero esa presencia será de otra índole de lo
¿Rompe con ello Zubiri la unidad del objoto que es la presencia -la actualidad, dirá Zubiri-
de la filosofta? de unas cosas intraniundanas respecto de otras.
La unidad, por tanto, del objeto de la filoso-
Hegel logra mantener la unidad, a pesar de fia no es la unidad formal de un objeto. Aquí la

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distinción clásica entre objeto material y objeto cuando en esa afirmación se unifican adecuada-
formal puede llevar a engafto. El objeto material mente el sentido material y formal de lo que es
de la filosofla serian todas las cosas rea- realidad. Si su estudio fuera sólo la formalidad el
les y hasta de algún modo, según las filosoflas, lo 'de suyo' estarlamos ante una metafisica pura-
irreal, mientras que el objeto formal seria un mente formal, que nos acabarla dejando fuera lo
concepto o una perspectiva o un horizonte, según que es el mundo de lo real; si su estudio fuera só-
los casos, que seria el formalmente unitario. Tal lo el conjunto de las cosas reales tales como apa-
enfoque es inadecuado, porque en definitiva su- recen a la experiencia cotidiana sea práxica oteo-
pone que el conjunto de las cosas reales es sólo rética o al saber cientifico, dejarla fuera lo real
un agregado, más o menos ordenado y sistemáti- del mundo. Hay que superar esos dos extremos.
co, y no una unidad flsica real. Ese conjunto de La metaflsica estudia unitari3mente el mundo de
cosas reales coincidiria en ser 'real' o en ser 'ente' lo real y lo real del mu,ndo porque el mundo es
o en 'existir', etc., y de ahí que se estudiara -ob- flsicamente uno y a la vez porque la unidad fi-
jeto formal- en cuanto real, en cuanto ente,. sica del mundo le viene dada por su carácter
en cuanto existente, en cuanto ser, etc. Lo que mismo de realidad, su carácter rlSico de rea-
Zubiri dice es que no sólo coinciden en esto o lidad.
aquello, en que por tanto, son subsumibles bajo Ciertamente es descubrible en el mundo una
un mismo concepto, sino que son flsicamente unidad procesual. Es demostrable la unidad del
una unidad, sin que esto suponga que esa unidad mundo, que a partir de un origen -mantenga-
fuera una especie de supra-cosa, de la misma mos aqui estrictamente la división entre origen y
indole cósica que las demás cosas reales. Esto no principio- material ha ido dando de sí hasta lle-
obsta a que Zubiri estudie las cosas reales 'en gar a ser lo que hoy es el mundo; incluso puede
tanto que reales' pues esta reduplicación es la que demostrarse que este dar de si no consiste en un
nos coloca en el nivel metafísico. Lo metaflsico, dar de si separador, en el que lo que resulta de ese
nos dirá, no es sino lo físico considerado en tanto dar de sí quedarla separado de aquello que oca-
que real, desde la perspectiva de lo real, entendi- sionó su realidad distinta. La realidad nos mues-
do lo real como 'de suyo', que en cuanto 'de su- tra lo contrario: la nueva realidad, la realidad su-
yo' es ciertamente una formalidad, pero una for- perior no subsiste sino en y por la realidad anti-
malidad asimismo real. Pero esa reduplicación gua, por la realidad inferior. No hay vida sin ma-
de lo real 'en tanto que real', lo que hace es cen- teria, no hay sensibilidad sin vida, no hay inteli-
trarse en el principio físico de unidad de todo lo gencia sin sensibilidad, etc. Lo superior no aban-
real,que no es otro que su carácter mismo de rea- dona lo anterior sino que lo reasume sin anular-
lidad como 'de suyo'. De ahí que el objeto de la lo; al contrario, es lo anterior lo que subtiende
fIlosofía no sea uno porque lo que es distinto y dinámicamente lo posterior.
disperso sea considerado como uno, en cuanto Es esta unidad procesual la que es el objeto
conceptivamente todo coincide en ser real, sino de la fIlosofia. Pero esta unidad sometida a una
que es uno porque la realidad misma es una en consideración talitativa y a una consideración
tanto que realidad. Lo que fisicamente es princi- transcendental. Pero lo que esta doble considera-
pi9 de unidad es lo que metaflsicamente se con- ción hace no es otra cosa que ahondar en esa pri-
vierte en objeto de la filosofla. Ahora bien, como maria unidad procesual y su subsiguiente unidad
ese principio flsico de unidad es intramundano estructural. Este ahondamiento, sin embargo, no
también el objeto de la metafisica es intramunda- es un abandono: el objeto de la fIlosofla sigue
no y la metafisica misma es intramundana, aun- siendo esa unidad fisica de lo real, a la que cons-
que, por razones que ahora no son del caso, ese tantemente se volverá la vista no sólo para saber
intramundanismo no sea necesariamente cerrado lo que ella es sino incluso para saber lo que es la
sobre si mismo, porque no sólo la realidad mis- formalidad de realidad en cuanto tal. De ahí que
ma es transcendentalmente abierta en un dina- no haya una distinción entre metafisica general y
mismo abierto sino porque dentro del mundo metaflsica especial, aunque haya distintas partes
de lo real se da una realidad con.~titutivamente de la filosofia -desde un punto de vista metodo-
abierta, que es precisamente la realidad humana. lógico- exigidas por la distinción de las diversas
Por ello hay que entender correctamente el partes de la realidad. A lo más podrá hablarse de
decir que el objeto de la filosofla en Zubiri sea lo una metafisica fundamental en la que metodoló-
real como 'de suyo'. Se entiende correctamente gicamente se sistematice aquel conjunto de con-

970
ceptos y recursos instrumentales que sean los fllosofia, no tanto para determinar cómo se debe
adecuados, desde el punto de vista de la fllosofia, enseftar en filosofia o cómo se debe investigar fi-
para profundizar en la unidad de 10 real y para losóficamente sino para determinar sobre qué se
profundizar en el carácter real de esa unidad di- debe filosofar, sobre el todo filosófico desde el
ferenciada. que deben verse las partes filosóficas y en el que
No se trata, por tanto, de decir simplemente éstas deben reasumirse so pena de perder la uni-
que el objeto de la fllosofia sean todas las cosas dad de 10 real y, en definitiva, la realidad misma
en tanto que reales. Tras 10 dicho hasta aqui ve- de 10 real.
mos que esta frase debe significar por 10 menos
los siguientes puntos: a) todas las cosas son real- a) Toda la reaUdad lntramundana constituye
mente un todo fisico; b) ese todo fisico es diná- una sola unidad lislea compleja y diferen-
micamente procesual, de'modo que esa procesua- ciada, de modo que ni la unidad anula las di-
lidad es uno de los origenes de la unidad; c) la re- ferencias ni las diferencias anulan la unidad.
duplicación real no es un salirse a un concepto si-
no un atenerse a algo que antes de ser una forma- Esta tesis no sólo sostiene que todas las co-
lidad de la inteligencia es una formalidad de la sas mantienen relación con las demás sea mediata
realidad misma; d) esa realidad asi reduplicada es o inmediatamente, sea directa o indirectamente;
la actualización en la inteligencia de una realidad más aún no sólo sostiene Que todas ellas están 'en
que es en si misma respectiva; e) sólo serán acep- función' de las demás mediata o inmediatamen-
tables aquellos conceptos y aquellas conceptua- te, directa o indirectamente; sino que hay una
ciones que den cuenta cabal de ese carácter res- unidad primaria anterior a toda relación (aspecto
pectivo, estructural y dinámico de la realidad. estático) y a toda función (aspecto dinámico),
que es constitutiva de las cosas tanto en su taH-
dad (en cuanto son tales o cuales cosas) como en
3. La realidad hist6rica como objeto de la mo- su transcendentalidad (en cuanto son reales). El
solla. principio transcendental de la unidad es la reali-
dad misma de cada cosa real, que por ser real es
Las referencias a Hegel, Marx y Zubiri no intrinseca y constitutivamente respectiva a cual-
son ociosas. Preparan y, en algún modo, funda- quier otra cosa real intramundana y material;
mentan 10 que aqui se va a proponer como objeto sobre este carácter respectivo de la realidad en
de la fllosofia. Hasta cierto punto puede decirse tanto que realidad se funda toda otra ulterior
ql\e para el conjunto de la fllosofia hegeliana to- forma de unidad sea de tipo relación sea de tipo
do lo que hay y 10 que ocurre no es sino el proce- funcional. Quien ha .sostenido más vigorosamen-
so histórico del Absoluto o el Absoluto historiza- te esta tesis ha sido Zubiri, al referirse al concep-
do en busca de su plena autorrealización y auto- to de respectividad.
identificación. En Marx el Absoluto, la unidad de La tesis de la respectividad es, si se quiere,
todo 10 que hay y ocurre, es la unidad de la reali- una tesis metafisica pero de una metafisica flsica
dad material tal como aparece en la historia de la y no de una metaflsica idealista o conceptiva; es un
sociedad y del hombre. En Zubiri el objeto de la hablar de la realidad 'en tanto' que realidad (me-
fllosofia es la realidad unitaria intramundana en tafisica), pero es hablar de la realidad misma,
su proceso hacia formas superiores de realidad que de mil formas comprobables muestra esta
tales como se dan en la persona humana y en la unidad de todo lo'real (fisica). No es que el sujeto
historia. En cada uno de los tres el tratamiento humano abarque unitariamente una realidad que
de esa unidad es distinto: fllosófico-idealista en en sí es disgregada y menos que imponga a la rea-
Hegel, cientifico-materialista en Marx, filosófi- lidad una unidad de la que esta careciera. Kant
co-realista en Zubiri. Pero no deja de advertirse, ha insistido en que nada se entiende últimamente
a pesar de las abismales diferencias, una cierta si no se 10 totaliza, pero para él el todo no nos es
coincidencia en la visión original de la unidad dado por la realidad sino que es una necesidad de
real del mundo Y'en el intento de estudiar esa uniD la razón. 'Pero son dos cosas· muy distintas el ase-
dad diferenciada, como lo más real de la reali- gurar que el todo de la realidad no se descubre
dad. más que a una inteligencia y el afirmar que es la
Amparado en este tipo de pensamiento se razón la que impone a la realidad una unidad que
presentan aqui algunas tesis sobre el objeto de la ésta no tiene de suyo. Es la realidad misma la que

971
es total y hay, además, diversos sujetos de totali- b) La reaUdad lntramundana es intrinseca-
zación, pues ciertamente hay un cierto nivel de mente dinámica, de modo que la pregunta
totalización que es sensible. Lo cual no obsta a por el origen del movimiento es o una falsa
que la totalidad disgregada por la experiencia pregunta o, al menos, una pregunta secunda-
sensorial en un primer momento no necesite de ria.
sucesivas intervenciones 'subjetivas' para recupe-
rar y aun superar niveles de totalidad. La tesis anterior podría ser la afirmación
La metafísica debe reasumir lo que la ciencia de una unidad estática de la realidad. Ya en el des-
ha ido descubriendo paulatinamente contra el arrollo de la misma hemos visto que no es así.
imperio de los sentidos y de las apariencias, que No sólo ,hablábamos de evolución y de subten-
mostrarían cosas reales dispersas que 'despues' sión dinámica sino de funcionalidad más allá de
entrarían o no en relaciones extrínsecas y mecáni- la pura relación . Pero en esta tesis se va más allá:
cas. La t~oria de la evolución que muestra el ori- el dinamismo compete a la realidad por sí misma,
gen procesual de todo lo que hay desde un primer de modo que no hay razón especial para pregun-
origen y que muestra cómo no pueden aparecer tarse por el origen del dinamismo como pregunta
formas superiores de materia y de vida sin que distinta del origen de la realidad. La realidad es
antecedan y permanezcan las inferiores; las teo- siempre dinámica y su tipo de dinamismo corres-
rías físicas de los campos y de la unidad múltiple ponde a su tipo de realidad. No hay realidades
de las partículas elementales; las teorias socio- estáticas, plenamente idénticas a sí mismas. Qui-
históricas, etc., dejan atrás todo tipo de conside- zá la cuestión metafísica que debiera plantear-
ración atomista, aunque no excusan del trabajo se no es por qué hay dinamismo, sino si el dina-
de analizar una por una las distintas formas cua- mismo viene de la no identidad de cada cosa con-
litativas de presentarse la realidad. La totalidad sigo misma -lo que algunos llamarlan contra-
no es una totalidad abstracta sino una totalidad dicción- o si la no identidad viene del carácter
concreta, que no sólo viene más de la realidad esencialmente dinámico de cada realidad. Los
que de la razón sino que viene de los elementos o que sostengan una cierta prioridad formal de la
momentos de esa realidad: es una totalidad ple- realidad sobre el dinamismo verán en la no iden-
namente cualificada y, además, en permanente tidad el principio del dinamismo; los que sosten-
proceso. gan lo contrario, verán en el dinamismo el princi-
Por eso esta afirmación no debe confundirse pio de la no identidad. En la realidad misma de
con formas burdas de monismo. Ni monismo las cosas habría que reconocer una cierta circula-
idealista, ni monismo materialista. El monismo ridad: el dinamismo rompe la identidad y la no
afirma profundamente una gran verdad: la uni- identidad actualiza el dinamismo.
dad de lo real. Pero concibe esa unidad en térmi- Ese dinamismo no es primariamente movi-
nos muchas veces inaceptables. Nuestra tesis sos- miento ni proceso. En la realidad intramundana
tiene, al menos formalmente, que ni la unidad no podemos conocer dinamismos sin movimien-
debe anular las diferencias ni las diferencias la to ni procesos, aunque no necesariamente se
unidad. Hegel dice en alguna parte que tanto el identifiquen. Zubiri, por ejemplo, sostiene que el
principio de identidad como el de contradicción mero inteligir, a diferencia del juzgar o del razo-
son necesarios e importantes, pero es más esen- nar, no es un movimiento ni un proceso, aunque
cial el principio de contradicción. Sin entrar en realmente es una actualización dinámica; pero,
este punto que será objeto de otra tesis podemos aunque el inteligir no fuera formalmente un mo-
decir que hay en la unidad identidades y diferen- vimiento, ni fuera tampoco un proceso, es algo
cias, las cuales diferencias podrán ser contradic- sustentado en procesos y movimientos. Pero que
ciones, oposiciones, negaciones, etc., según los todo dinamismo intramundano esté sustentado y
casos. El monismo puede estar más cerca de la aun subtendido dinámicamente por procesos y
realidad que el atomismo, pero no es tampoco movimientos no significa que en sí mismo sea
satisfactorio. Encontrar la unidad por la vía de la siempre y formalmente movimiento o proceso.
reducción de las diferencias a un mínimo de iden- Zubiri ha caracterizado lo formal del dinamismo
tidad es en el fondo una tarea conceptualista que como un dar de sí, expresión que entre otras co-
no hace justicia a las diferencias cualitativas irre- sas implica un desdoblamiento original entre lo
ductibles de la realidad. Provenir del mismo pun- que es ese 'sí mismo' y lo que puede 'dar' pero
to no significa necesariamente ser lo mismo. siempre como un 'dar de sí', de modo que el dar

972
no rompa el sí mismo sino que lo mantenga en Esta tesis no quiere negar que de hecho todo
una tensión unitaria, que normalmente implicará dinamismo intramundano sea dialéctico sino tan
un cambio y, en principio, un cambio superador sólo pone en guardia contra la tesis que sostu-
de aquello que siendo siempre 'el mismo' nunca viera que en principio y de derecho todo dinamis-
es 'lo mismo'. mo intramundano es dialéctico de la misma for-
Vista la realidad como intrínsecamente diná- ma. No es', pues, una tesis anti-hegeliana o anti-
mica en y por sí misma no necesariamente por- marxista, sino una tesis que va contra usos mecá-
que sea en sí misma la unidad de contrarios y, nicos y formalistas de la dialéctica, cosa que
menos aún, porque cada realidad suscite fuera de horrorizaría a Hegel y más aún a Marx. La dia·
sí misma su propia contradicción, es claro que es- léctica tiene sentidos diversos y hay que deter-
tarnOS lejos de toda consideración puramente es- minar en cada caso cómo se la entiende y si se
tática de la realidad. La realidad es originaria- da de hecho esa dialéctica así entendida. Al me-
mente dinámica. Esta concepción es mucho más nos puede sostenerse que no son formalmente lo
radical que la sustentada por aquellos que necesi- mismo dinamismo estructural y dialéctica y que,
tan poner un principio de movimiento distinto de por tanto, cabe en principio que se dé el primero
la realidad misma: aquello mismo por lo que una sin la segunda, aunque no la segunda sin el pri-
cosa real es aquello por lo que es dinámica y mero.
aquello por lo que es tal cosa real es aquello por El dinamismo estructural afirma que cada
lo que es dinámica de tal forma y no de tal otra. cosa real es primariamente una unidad en el que
Ahora bien, este dinamismo cuando se pone las partes reciben su realidad del todo, aunque
en función de otros dinamismos es lo que da paso ellas mismas constituyan esa realidad del todo.
a toda suerte de acciones y reacciones y, anterior- Ya esto podría considerarse en alguno de los sen-
mente, a toda suerte de determinaciones. Cada tidos dialéctica, por cuanto partes y todo dan y
cosa real es intrínsecamente respectiva a todas las reciben realidad entre sí en un sentido que no es
demás en su carácter mismo de realidad, y esa unívoco. El dinamismo estructural afirma, en se-
respectividad intrínseca es constitutivamente di- gundo lugar, que cada cosa real es originaria-
námica. Surge así la funcionalidad de lo real en mente dinámica y que, por tanto, no hay que
tanto que real, la funcionalidad de cada cosa res- buscar un principio distinto para el dinamismo
pecto de todas las demás . Esta funcionalidad del principio que explique la realidad. El dina-
puede ser de muchos tipos y no se reduce a lo que mismo estructural afirma, en tercer lugar, que no
pudiera denominarse una causalidad mecánica sólo cada cosa real sino que la totalidad de la rea-
eficiente. Ya la determinación o co-determina- lidad intramundana forma una unidad física y
ción de unas cosas por otras es una forma de fun- dinámica, aunque esa unidad, precisamente por
cionalidad, quizá la más profunda pues lleva a ser estructural, admite y exige profundas diferen-
un mayor carácter de unidad, donde por co-de- cias en la forma de constituir esa unidad.
terminación se entiende formalmente el ser nota- Normalmente cuando se habla de dialéctica
de y no meramente el determinar algo en la otra se subsumen esas dos dimensiones: la unidad de
cosa, se entiende el formar conjuntamente una todo lo real y el dinamismo (movimiento) de to-
unidad superior. Pero hay sin duda otras formas do lo real. Ciertamente hay explicaciones muy
de funcionalidad y de dinamismo que no son co- distintas de esa unidad y de ese dinamismo (mo-
determinación. Y es que la unidad de lo real por vimiento), pero se coincide frente al atomismo y
más que se conceptúe como sistemática y estruc- al inmovilismo en esas dos tesis fundamentales.
tural no excluye que haya verdaderos sub-siste- Pero esas dos dimensiones no expresan lo especí-
mas, cuyos componentes, elementos o momentos fico y formal de la dialéctica. Lo específico y for-
son más unitarios entre sí hasta formar sub-sis- mal está más bien en admitir no sólo la existencia
temas que son distintos de otros sub-sistemas, de contrarios como principio del movimiento si-
aunque formen con ellos un solo sistema. no la predominancia de la negación tanto en lo
que se refiere al movimiento como en lo que se
refiere a la constitución de la unidad. Indudable-
e) La realidad siendo en si misma sistemática, mente hay también diferencias en la conceptua-
estructural y unitaria, no es necesariamente ción de estas tesis, pero por esas tesis, entendidas
dialéctica o, al menos, no es univocamente de un modo o de otro, pasa lo específico y formal
dialéctica. de la dialéctica. ¿Es esto así? ¿Lo es necesa-

973
riamente y en principio? También la misma praxis histórica, cuando esa
Esta tesis donde tiene mayor relevancia es en negación no se deja en la esfera de lo lógico, ni si-
el análisis de la sociedad y de la historia, porque quiera en la esfera de lo ideológico, sino que se
en definitiva, tras ella, está la lucha de clases. lleva a acciones concretas. Pero de ahí no se sigue
Podría decirse entonces que la dialéctica no es un que sea plenamente válida en todos y cada uno de
principio de todo lo real sino sólo de ese tipo de los casos. Y esto por dos razones entrelazadas y
realidad que es la sociedad e incluso podría decir- que se apoyan mutuamente.
se que sólo en algunos estadios del proceso histó- La primera es que la 'dialéctica' cristiana to-
rico la diálectica social, entendida como lucha de ma su sentido pleno cuando se enfrenta con el pe-
clases, es un elemento esencial del proceso y del cado y/o con el límite que pretende cerrarse
progreso históricos . La explicación puede consi- sobre sí mismo haciendo de cada cosa o de cada
derarse como formalmente válida, porque cierta- hombre un absoluto. Es decir, cobra pleno senti-
mente la sociedad y la historia no son toda la rea- do ante una realidad, que es ella misma nega-
lidad ni el todo de la realidad. Pero como en este ción. Es claro, entonces, que será la negación su-
trabajo se va a indicar que el 'objeto' de la peradora de la negación, la que de el paso positi-
filosofla tiene mucho que ver con la sociedad y la vo y creador. Aunque suene la expresión un tan-
historia tal como se están dando, esa explicación to recargada, debería decirse que la positiva ne-
no resulta del todo satisfactoria . Hay, pues , que gación de la negación negativa constituye el pro-
retornar a la cuestión de la existencia de los ceso radical de conversión y de creación de la
contrarios y de la principialidad real de la nega- nueva criatura. Pero aun en este caso, cabe pre-
ción. guntarse si se niega desde la negación o desde la
Ya antes insinuábamos la tesis hegeliana de afirmación. Desde un punto de 'lisia cristiano pa-
que la negación es principio de creación, esto es, recería claro que se niega desde la afirmación,
de salto cualitativo hacia adelante. Esta tesis aunque la afirmación cristiana tenga caracte-
traslada a la universalidad lógica, algo que es rísticas singulares y lleve a una inmediata con-
uno de los puntos esenciales de la percepción frontación negativa.
cristiana de la realidad: sólo el grano que muere La segunda razón es que la negación corre el
se multiplica, sólo hay resurrección tras una de- peligro de no salirse del ámbito de lo negado. Ya
terminada muerte fruto de una n egación; sólo se los antiguos lógicos decían que la contrariedad
alcanza el reino si se venden (niegan) todas las requiere una misma línea en la que se dé la oposi-
demás cosas; sólo hay seguimiento de Jesús si ción. Desde otro punto de vista Trendelenburg
hay negación de uno mismo, etc., etc. Esta tesis argumentaba contra Hegel diciendo que la pura
es esencial a la comprensión cristiana de la exis- negación lógica no puede suponer ningún avance
tencia y del Reino de Dios. No se trata de un pa- sino que es la repetición negativa de lo mismo.
saje u otro del Nuevo Testamento sino de una En ambos casos se implicaría que lo cualitativa-
constante fundamental. Incluso la afirmación mente nuevo no puede aparecer por el camino de
originaria de un Dios que se anonada y se hace la mera negación, sino que la negación es la for-
hombre, que hasta cierto punto niega su misma ma necesaria de hacerse presente lo positivo allí
'forma' divina para recuperar la humanidad per- donde se da lo negativo. Dicho de otra forma: es
dida en el pecado, que se sepulta con ella y muere algo positivo 'siempre mayor' que lo negativo, lo
con ella para volver con la humanidad entera al que hace positiva a la negación, lo que hace que
seno de la divinidad, esta afirmación no sólo con- la negación no sea aniquiladora de su contrario
tiene elementos dialécticos importantes sino que sino solamente anuladora y superadora.
puede ser vista como una de las inspiraciones Quizá ninguna de estas dos razones es estric-
principales de toda la filosofía hegeliana. tamente anti-dialéctica y lo único que muestran
Todo esto puede ser así y no deja de ser alen- es la necesidad de entender adecuadamente la
tador para un creyente. Puede servir para recupe- dialéctica, cosa que han pretendido muchos post-
rar puntos esenciales del cristianismo que se hegelianos y post-marxistas. Por eso se decía en
habían perdido en lecturas piadosistas o pura- la formulación de la tesis que la dialéctica no es
mente interiores. Por otro lado, no puede negar- unívocamente dialéctica. Pero siempre quedará
se que muchos hechos reales, sobre todo perso- por discutir si en el principio, en cada principio,
nales y sociales, históricos en suma, quedan me- es la afirmación o la negación y, asimismo, si lo
jor explicados desde esta perspectiva dialéctica. es en el final. Y esto incluso en lo personal, en lo

974
social y en lo histórico. Sin olvidar por ello que riores. Esto no sería posible si realidad fuera algo
sólo el hombre puede estrictamente negar y no vacío que no indicara más que el hecho de existir
meramente destruir. como contrapuesto puramente al no-existir. Pero
es completamente posible si realidad es una for -
d) La reaUdad no sólo forma una totaUdad di- malidad que en sí mismo admite grados, modos o
námJca, estructural y, en algún modo, dia- formas (el vocablo es en este momento lo de me-
léctica, sino que es un proceso de realización nos) de realidad. Si, por ejemplo, se mide el gra-
en el que se van dando cada vez formas más do de realidad por el grado de autoposesión de la
altas de reaUdad, que retienen las anteriores realidad, es claro que hay mayor o menor auto-
elevándolas. posesión en unas y en otras realidades; lo que
habrá que mostrar en cada caso es por qué la
Esta tesis da un paso más sobre las anterio- autoposesión es medida de realidad y no sólo de
res, aunque lo dicho en ella es como el resultado otra cosa. Lo que aquí se quiere indicar tan sólo
de las anteriores. No es que lógica o apriorística- es que es posible medir la realidad y que puede
mente deduzcamos ésta de las anteriores sino que hablarse formalmente de más o menos realidad
vemos en la realidad misma, que esto es así, de la de mayor o menor realidad. Consiguientemente:
misma forma que vemos en la realidad misma algunos de los procesos reales no sólo dan paso a
la verdad de lo dicho en las tesis anteriores. La realidades nuevas sino que dan paso a nuevas
realidad misma es la que se muestra como una formas de realidad. La vida no es sólo una reali-
totalidad dinámica, estructural y, en algún mo- dad distinta que la materia pura sino que es otra
do, dialéctica; y es la realidad misma la que se forma de realidad y otra forma de realidad poste-
muestra como dando de sí formas superiores de rior y superior. Esto significa que se da un proce-
realidad, en las que las superiores se apoyan en so estricto de realización, entendiendo por tal un
las inferiores de las que provienen y éstas se ha- proceso en que la realidad va dando de sí, de mo-
cen presentes en aquellas. Lo que pudiera parecer do que van apareciendo formas de realidad supe-
deducción lógica es así deducción real, de modo riores a partir de las inferiores. El mundo de las
que la deducción real es la que muestra la verdad cosas reales no sólo está abierto a nuevas cosas
de la deducción lógica y no viceversa. reales sino a nuevas formas de realidad en cuanto
Es una tesis que no depende estrictamente de tal.
la verdad y realidad de la teoría evolutiva. Pero La novedad de este proceso de realización es
que en la teoría de la evolución tiene una buena cualitativa. No es que las formas primeras de rea-
comprobación empírica. Aunque no hubiera ha- lidad contengan formalmente las sucesivas formas
bido evolución, puede mostrarse como las reali- superiores, como si en aquellas se diera ya indife-
dades que llamamos superiores contienen en sí renciadamente lo que de realidad y no sólo de tal
mismas las inferiores y las contienen no como un realidad se va a dar en éstas. Se da una estricta no-
residuo con el que hay que cargar sino como un vedad y no meramente un despliegue o explicita-
principio positivo y operante. Así los dinamis- ción de lo mismo. Lo cual plantea sin duda graves
mos de lo puramente material se hacen presentes problemas que se pueden resumir en aquel apoteg-
y operativos en los dinamismos de la vida y los ma filosófico de que lo superior no puede prove-
dinamismos de la vida en los de la animalidad y nir de lo inferior. De estos problemas no se puede
los de la animalidad sensible en los de la realidad salir si se conceptúa el estadio inicial de la reali-
humana y los de la realidad humana en los de la dad,para nuestro caso el estadio inicial de la pura
realidad social e histórica. Esto es una constata- materia, como si real y dinámicamente esa mate-
ción más o menos compleja, pero al fin una cons- ria no fuera sino lo que después se ha entendido
tatación. Lo que la teoría o el hecho de la evolu- como cuerpo. El cuerpo, mejor dicho, los cuerpos
ción añade es la explicación procesual de por qué o las cosas puramente materiales objeto inmediato
lo inferior se hace presente en lo superior, cómo de los sentidos no son sino una de las formas que
lo superior viene de lo inferior, cómo mantiene lo ha adoptado la materia. Por otro lado, en el esta-
inferior y cómo realmente lo supera sin anularlo. dio inicial de la materia no podía descubrirse ac-
Lo que la filosofia hace es conceptuar por tualmente, en lo que era actualmente en ese mo-
qué una realidad es más realidad que otra y por mento, más que lo que hoy podemos comprobar
qué ese proceso es un proceso de realización y no en lo que entendemos por realidad corporal. Y,
sólo de surgimientos de realidades nuevas y supe- sin embargo, había más, había realmente más;

975
había potencialidades efectivas que no se agota-
ban en la pura corporalidad ni en la forma de rea-
lidad que corresponde a la pura corporalidad.
Hay un estricto dar-de-sí-más de lo que actual-
mente se es y esto no sólo cuantitativamente -no
en el sentido de un aumento cuantitativo de la ma-
teria inicial sino en el sentido de darse más cosas
reales diferenciadas- sino, sobre todo, cualitati-
vamente, esto es, mediante la aparición de nuevas
formas de realidad.
Conviene insistir una vez más que estas nue-
vas formas de realidad cualitativamente supe-
riores no lo son dejando fuera de sí las anteriores
y, menos aún, lo son a pesar de mantener en sí
mismas formas inferiores de realidad. Lo nuevo
ya aparecido o por aparecer, aunque no estuviera
ya incluido en lo antiguo, debe su novedad a las
formas inferiores de realidad; más aún, sustenta
su novedad y superioridad en el dinamismo de
esas formas inferiores. Desaparecidas éstas, desa-
parece también la forma superior de realidad, que
nunca alcanza una autonomía o independencia su-
ficiente como para poder desprenderse de las for-
mas inferiores y poder ser autosuficiente como
forma nueva de realidad. La novedad y superiori-
dad no estriba, entonces, en dejar de ser sino en
elevar lo que ya era a ser una forma nueva de rea-
lidad. Así tenemos, por poner un ejemplo, que la
materia sin dejar de ser materia y gracias al dina-
mismo propiamente material aparece en un mo-
mento determinado como materia viva, donde la
pura materialidad ella misma se presenta como vi-
va, sin que la vida deje de ser algo estrictamente
material. Es una nueva forma de materialidad y
una nueva forma de realidad. Quiere esto decir
que en la formas superiores de realidad se hacen
presentes todas las formas anteriores de realidad y
se hacen presentes actualmente; más aún sin dejar
de ser lo que son pasan a ser otra cosa, en virtud
de la unidad del todo del que forman parte. Y, sin
embargo, en las formas inferiores no se dan ac-
tualmente las formas superiores. De ahí que no
podamos decir lo que es la realidad hasta que ella
misma dé-todo-de-sí y no podamos decir lo que es
la realidad superior reduciéndola a las formas in-
feriores de realidad de la que proviene.
Cómo sea esto y por qué pueda ser así son
cuestiones que deben desarrollarse más y funda-
mentarse mejor en el curso mismo del estudio filo-
sófico. Aquí sólo se proponen como pasos previos
para hacer inteligible la tesis del objeto propio de
la filosofia.

976
e) La 'realldad histórica' es el 'objeto último'
de la fUosofta, entendida como metaftsica
intramundana, no sólo por su cadeter en-
globante y totalizador sino en cuanto mani-
festadón suprema de la reaUdad.

Evidentemente esta grave afrrmación no pue-


de ser el inicio de la filosofla sino que tan sólo
puede sostenerse como resultado de toda una la-
bor filosófica. No es un capricho ni un apriori
dogmático. Ha sido labor de la historia de la
fllosofla misma, que paulatinamente ha ido des-
cubriendo y mostrando dónde y en qué forma se
da la realidad por antonomasia, donde se da la
mayor densidad de lo real. Los que sostenían que
la persona humana como realidad metaflsica era
el summum de realidad; los que sostenian que lo
era la existencia humana o la vida humana; los
que defendian que era la historia ... , todos ellos se
acercaban a la definición del objeto de la filosofla
como realidad histórica.
Aquí no vamos a hacer un desarrollo integral
de esta tesis. Bastará indicar qué se quiere decir
con ella y en qué se fundamenta ese decir.
1) Por 'realidad histórica' no se entiende lo
que pasa en la historia, ni siquiera la serie ordena-
da y explicada del discurrir histórico. Por consi-
guiente no se dice que la filosofla haya de ser lo
que ha solido entenderse por filosofla de la histo-
ria. Precisamente para evitar este equívoco no se
habla de historia sino de realidad histórica. ¿Qué
se entiende, entonces, por realidad histórica?
Ya hemos sostenido en las tesis anteriores
que la realidad intramundana constituye una to-
talidad dinámica, estructural y dialéctica. Esa
única totalidad es el objeto de la filosofía. Lo
que ocurre es que esa totalidad ha ido haciéndose
de modo que hay un incremento cualitativo de
realidad, pero de tal forma que la realidad supe-
rior, el 'más' de realidad, no se da separada de
todos los momentos anteriores del proceso real,
del proceso de realidad, sino que al contrario se
da un 'más' dinámico de realidad desde, en y por
la realidad inferior, de modo que ésta se hace
presente de muchos modos y siempre necesaria-
mente en la realidad superior. A ese último esta-
dio de la realidad, en el que se hacen presentes to-
dos los demás es al que llamamos realidad histó-
rica: en él la realidad es más realidad, porque se
halla toda la realidad anterior pero en esa moda-
lidad que venimos llamando histórica. Es la reali-
dad entera asumida en el reino social de la liber-
tad; es la realidad mostrando sus más ricas vir-

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tualidades y posibilidades, aún en estado dinámi- simplemente porque en él no entrarla fOrmal y"
co de desarrollo, pero ya alcanzado el nivel cuali- especificamente una forma de realidad, que en
tativo metaflsico desde el que la realidad va a se- algún sentido es la máxima manifestación de la
guir dando de si, pero ya desde el mismo subsue- realidad. Y éste es un peligro real porque pro-
lo de la realidad histórica y sin dejar ya de ser ser piamente la historia tiende a convertirse con faci-
intramundanamente realidad histórica. lidad en historia social, en historia estructural I
En efecto, la realidad histórica, ante todo, donde el quehacer originario de las personas pu¿
engloba todo otro tipo de realidad: no hay reali- de quedar desdibujado y disminuido. Pero no es
dad histórica sin realidad puramente material sin un peligro en el que ha de caerse necesariamente~
realidad biológica, sin realidad personal y sin Y, por otra parte, la consideración puramente
realidad social; en segundo lugar, toda otra for- personal, incluso interpersonal y comunitaria, no
ma de realidad donde da más de sí y donde reci- explica el poder .creador de la historia, cuando es
be su para qué fáctico -no necesariamente fina- en ese poder creador y renovador, en ese novum
lístico- es en la realidad histórica; en tercer lu- histórico, donde la realidad va dando efectiva-
gar, esa forma de realidad que es la realidad his- mente de sí. Por otro lado, sólo de la totalidad
tórica es donde la realidad es 'más' y donde es histórica, que es el modo concreto en el que. se
'más suya', donde también es 'más abierta'. realiza la persona humana, en el que vive el ser
Por eso se habla estrictamente de 'realidad humano, se ven adecuadamente lo que Son esa '
histórica'. Con ello no se elude lo que pasa en la persona y esa vida. Puestos en la realidad históri-
historia y, menos aún, se elude la consideración ca, ésta exige, para su explicación última, el estu-
de qué es lo que pasa últimamente en la historia dio de la persona, de la vida, de la materia, etc.,
después de que van pasando en ella tantas cosas. mientras que la reciproca no es cierta: un estudio"
Pero la metaflsica atiende, si se quiere hablar así, de la persona y de la vida humana, al margen de
a la historia de la realidad, a lo que le pasa a la la historia, es un estudio abstracto e irreal, y lo"
realidad misma cuando entra con el hombre y mismo cabe decir de la materia o de cualquier
la sociedad a eso que llamamos historia. Y esto otra forma de realidad, aunque por distintas r~­
tanto en el salto cualitativo de la evolución natu- zones.
ral al proceso histórico como en el desarrollo crea- Por dificil que sea su realización, la fllosofia
dor, ya dentro de la historia, de nuevos modos que tiene por objeto la realidad histórica no pre-
de la realidad histórica. Es decir, atiende a la rea- tende menoscabar ese especifico summum de rea-
lidad histórica en tanto que realidad, aunque sa- lidad que es la persona. Y, aunque las relaciones
biendo que no se puede hablar de realidad al entre historia y persona sean mutuas pero no
margen de las cosas reales. unívocas, parecen más englobantes las de la his-
Asi por ' realidad histórica' se entiende la to- toria. Asi tenemos que personas egregias no han
talidad de la realidad tal como se da unitariamen- podido dar todo de sí por cuanto han vivido en
te en su forma cualitativa más alta y esa forma momentos históricos que no lo posibilitaban.
especifica de realidad que es la historia, donde se Por otro lado es distinta la apertura y la creativi-
nos da no sólo la forma más alta de realidad sino dad innovadora de la persona que la apertura y la
el campo abierto de las máximas posibilidades de creatividad de la historia. En defmitiva, la reali-
lo real. No la historia simplemente sino la reali- dad histórica incluye más fácilmente la realidad
dad histórica, lo cual significa que se toma lo his- personal que ésta a aquélla.
tórico como ámbito histórico más que como con- 3) ¿Cómo justificar metaflsicamente esta
tenidos históricos y que en ese ámbito la pregun- opción de la realidad histórica como objeto de la
ta es por su realidad, por lo que la realidad da de filosofia? La justificación seria que la filosofia
sí y se muestra en él. debiera estudiar la totalidad de la realidad en su
2) Podrla discutirse si ese summum de reali- unidad más englobante y manifestativa y que la
dad no es más bien la persona o la vida humana o realidad histórica es esa unidad más englobante y
la existencia, etc. Desde luego ha de aceptarse manifestativa de la realidad.
que una consideración de la realidad histórica, La pretensión filosófica de tratar acerca de
que ladeara o hiciera perder su especificidad a la todas las cosas en cuanto todas ellas forman una
persona humana, a la vida, a la existencia etc., unidad es una pretensión clásica y continuada.
dejarla de ser el objeto pleno de la filosofia, por- Hoy dia está un tanto desfasada tal pretensión.
que entonces ese objeto quedarla disminuido, Pero no hay duda de su fuerza entre los mayores

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y mejores filósofos. Esa unidad de todas las co- hay una apertura viva a la transcendencia es la
sas se ha buscado por distintos caminos: por el de la historia. La metaflsica intramundana no
camino de la construcción mental, por el camino puede cerrarse sobre si misma, precisamente por-
de los conceptos objetivos, por el camino de la que la historia es abierta, porque la realidad es en
realidad misma. Cuando se buscaba un concepto si misma dinámica y abierta, lo ha sido hasta lle-
generallsimo que abarcara todas las cosas y que gar a la historia y desde la historia está abierta a
fuera lo último de todas ellas, se corria el peligro lo que no es necesaria y exclusivamente intra-
de igualarlas y vaciarlas, cualesquiera fueran los mundano. Se dirá que esta apertura es propia de
recursos que se seguian para ello, desde los inten- la persona. Y así es. Pero ninguna persona puede
tos analógicos a los empeftos dialécticos. Lo que desde si misma dar cuenta de toda la apertura de
aquí se propone es otra cosa: hay una unidad real la realidad. Hay una experiencia de la realidad ,
de todas las cosas reales, que no es meramente hay una praxis real y, consecuentemente, hay
una unidad de semejanza o cosa parecida, sino una apertura que no pueden ser agotadas por una
una unidad flsica y dinámica, porque todas !as sola persona ni por la suma de todas las personas
cosas vienen unas de otras y de un modo u otro separadamente consideradas. La realidad históri-
están realmente mutuamente presentes, si no en ca no se reduce a ser la suma de personas; es co-
su individualidad, si como formas de realidad. mo realidad una realidad unitaria sul lurls, que es
En segundo lugar, se propone analizar esta uni- creadora en las personas, pero que posibilita esa
dad no desde sus origenes, que ya no son puros creación de las personas.
pues lo originado ha revertido sobre lo originante Por este camino no queda Dios excluido del
de múltiples formas sino desde su etapa última, objeto de la fúosofia, cuando ese objeto se en-
que muestra lo que hasta ahora al menos es la tiende como realidad histórica. Dios no puede
realidad. Conozcámosla o no como es en reali- aparecer inicialmente en el discurrir filosófico,
dad.Esta etapa última no es un concepto ni es simplemente porque su presencia no cabe junto a
una idea o ideal; es algo que nos está dado y que, otras realidades intramundanas. Es un intento en
mientras se hace, se nos está dando. el fondo empobrecedor de Dios y del resto de la
Por todo ello no parece injustificado propo- realidad el abarcarlos en un mismo tratamiento
ner la realidad histórica como objeto de la fúoso- filosófico. El objeto de la filosofla debe ser pri-
fla, si es que para la fllosofla se sigue queriendo mariamente la realidad intramundana, lo cual no
el que busque decir lo que es la realidad última- significa necesariamente que Dios haya de ser tan
mente y lo que es la realidad como un todo. sólo objeto de fe, sin embargo, ha de aceptarse el
Por otro lado, la realidad histórica, dinámi- fondo de la crítica kantiana, cuando saca a Dios,
ca y concretamente considerada, tiene un carác- como realidad, de la Razón Pura, para reencon-
ter de praxis, que junto a otros criterios lleva a la trarlo en la Razón Práctica. Lo que sucede es que
verdad de la realidad y también a la verdad de la la realidad intramundana últimamente conside-
interpretación de la realidad. No es tanto la equi- rada no queda cerrada sobre si misma ni en lo
valencia de Vico entre el verum y el f.ctum sino que tiene de realidad personal ni tampoco en lo
entre el verum y el f.dendum. La verdad de la que tiene de realidad histórica.
realidad no es lo ya hecho; eso sólo es una parte El análisis de la realidad personal muestra
de la realidad. Si no nos volvemos a lo que está ciertamente su apertura; puede mostrar incluso
haciéndose y a lo que está por hacer, se nos esca- su religación (Zubiri). Pero ni la inmensidad de
pa la verdad de la realidad. Hay que hacer la ver- Dios, ni su novedad, incluso ni su misterio se ha-
dad, lo cual no supone primariamente poner en cen realmente patentes más que en la totalidad.de
ejecución, realizar lo que ya se sabe, sino hacer la experiencia histórica. Hay una experiencia per-
aquella realidad que en juego de praxis y teoria se sonal de Dios, pero la realidad más plena de Dios
muestra como verdadera. Que la realidad y la sólo se ha hecho presente y sólo puede hacerse
verdad han de hacerse y descubrirse, y que han presente en una realidad histórica. Si no pode-
de hacerse y descubrirse en la complejidad colec- mos llegar a saber lo que es la humanidad y, en
tiva y sucesiva de la historia, de la humanidad, es definitiva, el hombre, más que cuando el hombre
indicar que la realidad histórica puede ser el ob- acabe de ser históricamente todo lo que es capaz
jeto de la fllosofla. de dar de si, seria presuntuoso pensar que pode-
4) La realidad histórica es, además, la reali- mos saber algo menos adecuadamente de Dios
dad abierta e innovadora por antonomasia. Si más que en el aprovechamiento de todo el hacer y

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el experimental históricos de la humanidad acer- rente y superficial permanencia y universalidad
ca de Dios. Todas las experiencias personales y de la realidad. Aqui se propone retrotraerla al
todos los saberes caben en la historia; más aún la núcleo mismo de la ciencia y de la metaflsica,
constituyen. Pero la plenitud de la realidad está porque si se la toma en toda su realidad concreta
mis ana de cualquier experiencia personal y de y no sólo en lo que tiene de diferenciativo, es el
cualquier saber individual. Hay que reasumir to- gran criterio de verdad, de revelaci6n, de lo que
das las praxis y todos los saberes personales tanto es la realidad. Porque de revelaci6n se trata y no
para mostrar la indole concreta de la apertura de meramente de desvelaci6n, pues la realidad mis-
la realidad humana y, consecuentemente, los tra- ma se realiza y no meramente se despliela o se
zos fundamentales de la pregunta y de la respues- desvela y la praxis hist6rica fuerza la realidad pa-
ta por lo más último y total de la realidad. No de- ra que se transforme y se manifieste.
be olvidarse que las grandes religiones muestran Todo eso es lo que quiere decirse cuando se
siempre un Dios del pueblo, de un pueblo que afirma que la realidad hist6rica es el objeto de la
marcha por la historia; lo cual, como es sabido, filosofía. C6mo repercuta esta nueva concepci6n
no excluye la singularidad del revelador de Dios. del objeto en la estructuraci6n misma de las cate-
Puede haber un Dios de la naturaleza, puede ha- gorias filosóficas, no es tema que aqui pueda en-
ber un Dios de la persona y de la subjetividad; sayarse. Evidentemente su repercusión ha de ser
pero hay, y sobre todo, un Dios de la historia, grande en las categorias fundamentales, en el mé-
que no excluye, como ya indicamos, ni a la natu- todo y aun en la partición de tratados, aunque
raleza material ni a la realidad personal. propiamente no debe haber tratados cuando se
Hay quienes objetan que Dios es un invento afirma la unidad de todo lo real y quiere verse esa
del hombre y hay quienes hacen de lo religioso un unidad no de abajo hacia arriba sino de arriba
f~n6meno puramente hist6rico, para unos nece- hacia abajo. Y es que la unidad y la totalidad son
sario y para otros alienante. Es una opini6n que las que dan su lugar real y su sentido a las partes.
apunta a algo verdadero. Dios aparece después Tampoco queremos entrar en por qué y cómo
de la persona y en el curso de la historia. No es desde este objeto primario de la filosofla, cabe
objeto de una filosofía intramundana, aunque la por su propia historicidad, formas de filosofar y
historia puede descubrir en la intramundanidad de filosofía específicas en distintas etapas y si-
no s610 una transcendencia formal sino una reali- tuaciones históricas, sin que esto rompa la uni-
dad transmundana y transhist6rica, pero cuya dad, múltiple y compleja, pero unitaria del obje-
transcendencia real es del mundo y de la historia. to y del acercamiento adecuado a ese objeto. Es
S) Incluso, si no se aceptara que la realidad bastante claro desde el propio plateamiento que
hist6rica es la realidad por antonomasia y, conse- un objeto tal como el de la realidad hist6rica,
cuentemente, el objeto adecuado de la filosofía, entendido como aquí se ha dicho, deja abiertas
habña que reconocer que es el lugar más ade- posibilidades reales para teorías y prácticas dis-
cuado de revelaci6n o desvelaci6n de la realidad. tintas, ya que la unidad de la realidad histórica
El despliegue de la realidad no s610 alcanza en la no es monolítica.
historia su momento último sino que el discurrir Se ha dicho que intramundanamente no ha
hist6rico va desvelando y revelando la verdad de habido 'una' historia, propiamente tal hasta
la realidad. Una realidad que, por muchos capítu- tiempos recientes. Hoyes cada vez más 'una',
los, es un escándalo a la raz6n ahist6rica, que aunque esta unidad sea estrictamente dialéctica y
estimarla como irreales muchas de las estructuras enormemente dolorosa para la mayor parte de la
y muchos de los sucesos hist6ricos. La identifica- humanidad. Aunque se habla de distintos mun-
ci6n del ser con 10 bueno y lo verdadero, pero de dos (un Primer Mundo, un Tercer Mundo, etc.),
suerte que s610 es lo que nos parece bueno y ver- el mundo histórico es uno, aunque contradicto-
dadero a una raz6n que se ha constituido en medi- rio. Quizá s610 lograda la unidad del mundo em-
da de todas las cosas, choca con la realidad hist6- pírico y de la historia constatable, haya llegado la
rica del mal y del error. Lo cual trae consigo nece- hora de hacer de esa única historia el objeto de
sariamente la aparici6n de la dialéctica en el plano las diferentes filosoflas.
te6rico y de la praxis revolucionaria en el plano
de la acci6n. La historia era sacada antes del ám- Agosto de 1981.
bito de la ciencia y de la metafísica porque su
aparente contingencialidad no casaba con la apa-

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