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Arquitectura del Renacimiento

Fuente: Wikipedia

Palacio Medici Riccardi, deMichelozzo, Florencia, 1444. Ejemplo de palacio florentino.

Villa Farnesina, Baldassarre Peruzzi, 1511. Ejemplo de villa renacentista.

Santa Maria della Consolazione enTodi 1508-1607. Ejemplo de iglesia deplanta central. Trabajaron
en ella Cola da Caprarola, Antonio da Sangallo el Joven, Baldassarre Peruzzi, Galeazzo
Alessi, Michele Sanmicheli, Jacopo Vignola e Ippolito Scalza.
Villa Capra, Andrea Palladio, 1566. Ejemplo de arquitectura palladiana.

Arquitectura del Renacimiento o renacentista es aquella diseñada y construida durante el


período artístico del Renacimiento europeo, que abarcó los siglos XV yXVI. Se caracteriza por
ser un momento de ruptura en la Historia de la Arquitectura, en especial con respecto al estilo
arquitectónico previo: el Gótico; mientras que, por el contrario, busca su inspiración en una
interpretación propia del Arte clásico, en particular en su vertiente arquitectónica, que se
consideraba modelo perfecto de las Bellas Artes.
Produjo innovaciones en diferentes esferas: tanto en los medios de producción (técnicas de
construcción y materiales constructivos) como en el lenguaje arquitectónico, que se plasmaron
en una adecuada y completa teorización.
Otra de las notas que caracteriza este movimiento es la nueva actitud de los arquitectos, que
pasaron del anonimato del artesano a una nueva concepción de la profesionalidad, marcando
en cada obra su estilo personal: se consideraban a sí mismos, y acabaron por conseguir esa
consideración social, como artistas interdisciplinares y humanistas, como correspondía a la
concepción integral del humanismo renacentista. Conocemos poco de los maestros de obras
románicos y de los atrevidos arquitectos de las grandes catedrales góticas; mientras que no
sólo las grandes obras renacentistas, sino muchos pequeños edificios o incluso meros
proyectos, fueron cuidadosamente documentados desde sus orígenes, y objeto del estudio de
tratadistas contemporáneos.

Períodos
La Historia de la Arquitectura del Renacimiento, como éste mismo, suele dividirse en dos
grandes períodos denominados en italiano por el numeral de los años:

 Siglo XV o Quattrocento, el Renacimiento temprano, momento en que se destacan las


figuras de Filippo Brunelleschi y Leon Battista Alberti. Es una arquitectura que aspira
al Clasicismo y que pone los puntales teóricos de la canonización del estilo, que
caracterizará al período siguiente.
 Siglo XVI o Cinquecento, a su vez dividido en dos fases:

 Fase de culminación o madurez: el Renacimiento medio, pleno o Alto


Renacimiento, que cubre el primer cuarto del siglo XVI (hasta el saqueo de Roma de
1527). Durante ese periodo, los principales arquitectos italianos intervinieron en los
distintos proyectos del inicio de las obras de la Basílica de San Pedro (Donato
Bramante, Rafael Sanzio, Antonio da Sangallo el Joven y posteriormente Miguel
Ángel).

 Fase del Manierismo: el Renacimiento tardío o Bajo Renacimiento, desde


mediados del siglo XVI hasta el comienzo del siglo XVII (en que se inicia
la arquitectura barroca). En esta fase, siguiendo la maniera de Miguel Ángel, las
individualidades de los arquitectos comienzan a sobreponerse al proyecto teórico
clásico. Destacan maestros como Giulio Romano, Jacopo Vignola, Giorgio
Vasari, Giacomo della Porta o Andrea Palladio.

Características generales de la Arquitectura del Renacimiento


Fundamentos generales del Renacimiento[

La Escuela de Atenas, una de las escenas de las Estancias Vaticanas de Rafael Sanzio (1512-
1514) es una obra que muestra la relación del Renacimiento con el Humanismo y el Clasicismo. En
un entorno arquitectónico inspirado en las obras de la Basílica de San Pedro en que el propio Rafael
intervino, aparecen retratados, encarnando a los sabios griegos, muchos de los arquitectos y artistas
contemporáneos.

Renacimiento

La Arquitectura del Renacimiento estuvo bastante relacionada con una visión del mundo
durante ese período sostenida en dos pilares esenciales: el clasicismo y el humanismo.
Hay que destacar que los ideales y valores renacentistas no pudieron surgir totalmente
desvinculados del acervo medieval que le precedió, sin embargo, los conceptos que subyacen
a este estilo arquitectónico se construyeron sobre la consciente y efectiva ruptura de la
producción artística de la Edad Media, en especial del estilo gótico.
Podemos analizar las siguientes características generales:

 Búsqueda del ideal clásico: A través del clasicismo, los hombres del Renacimiento
miraban hacia el mundo greco-romano como modelo para su sociedad contemporánea,
buscando aplicar en la realidad material cotidiana aquello que consideraban que
pertenecía a un mundo más idílico que real. En este sentido, la Arquitectura, en especial,
intentó concretar conceptos clásicos como la belleza, surgiendo así la teorización y
ordenación del movimiento, fundamentado en la Arquitectura clásica griega yromana.

 Visión profana sobre temas religiosos: Los valores clásicos, desde el punto de vista
del Cristianismo, de enorme influencia en este período (teniendo en cuenta que el
Renacimiento surge en Italia, donde la presencia de la Iglesia Católica fue decisiva para el
Arte), eran considerados paganos y de carácter pecaminoso.

 Influencia de la naturaleza: La naturaleza era vista como la creación suprema de la


obra de Dios y el elemento más próximo a la perfección (otro de los ideales que había que
buscar a través de la estética clásica). Así, se pasa de la búsqueda de la inspiración en la
naturaleza, a la inspiración en las formas de la propia naturaleza, tal como proponen los
clásicos, convirtiéndose esto en un valor autónomo.

 Antropocentrismo y humanismo: Además de la naturaleza como creación perfecta,


se vuelve la mirada al ser humano: se deja atrás el teocentrismo medieval para entrar en
el antropocentrismo. El hombre se analiza, en vez de como ser creado a imagen y
semejanza de Dios, como medida y referencia del Universo. Así, será el objeto central de
la manifestación artística, con una importancia aún mayor que durante la Antigüedad
clásica.

La importancia de la perspectiva

Plaza del Capitolio, en Roma, diseñada por Miguel Ángel, ejemplo de espacio perspectivo.

Un dato importante en la definición de espacialidad del Renacimiento es la incorporación de


la perspectiva como instrumento del proyecto arquitectónico y la noción de diseño como
forma de conocimiento.
La principal ruptura con el espacio medieval se produce en el momento en que los arquitectos
del Renacimiento pasan a diseñar en sus edificios un desarrollo en el que las reglas del
diseño son fácilmente asimilables por los usuarios del mismo. A partir de un análisis objetivo
del espacio, presidido por un cierto sentido empírico, llegan a conclusiones que impondrán el
propio ritmo del edificio y su entorno.
El dominio del lenguaje clásico, para hacer llegar estos efectos útiles en los edificios, hace
posible el estudio de la perspectiva. Como resultado, surge una arquitectura insertada en
un espacio perspectivo, integralmente aprehendido por el observador y cuyas relaciones
proporcionales se muestran de forma analítica y objetiva.
Estas nuevas relaciones espaciales son especialmente evidentes comparadas con el espacio
presente en las catedrales góticas. En ellas, la intención arquitectónica es que el observador,
desde el momento en que entra en el edificio, sea dominado por el espacio e instintivamente
alce su mirada hacia la cima, procurando así un movimiento ascendente en busca de la figura
de Dios. En otras palabras, toda monumentalidad de este espacio gótico tiene una función,
entre otras, que es poseer la voluntad del individuo y determinar sus deseos, la función de su
estancia y el uso del edificio. En el espacio renacentista, la intención es justamente la
contraria: el edificio no domina al individuo, sino que éste reflexiona sobre su espacialidad y la
maneja. Se traslada el concepto de una arquitectura a la medida de Dios a la de una a la
medida del hombre.
La tratadística renacentista
Inspiración vitruviana
Leonardo da Vinci fue uno de los artistas que se inspiraron en Vitruvio. Este diseño, el Hombre de
Vitruvio es la interpretación de Leonardo para las reglas de proporción definidas por Vitruvio en
su Diez libros de arquitectura.

La recuperación del ideario de la arquitectura clásica, introducida por la cultura del


Renacimiento, debió necesariamente trascender de la mera observación de la realidad. La
arquitectura producida por los artistas renacentistas, humanistas en general, procuraban
mantener una imagen erudita y literaria, más allá de la mera reproducción de las ruinas greco-
romanas. Los arquitectos creaban siempre en busca de un modelo ideal, en detrimento de los
modelos existentes (con gran número de ruinas en especial en Italia). Estos modelos ideales o
idealizados fueron sistematizados y plasmados de forma teórica, en lo que dará origen a los
tratados de Arquitectura clásica de la época.
Sin duda, para la creación del modelo teórico, la observación de las ruinas fue la inspiración
predominante de los primeros arquitectos renacentistas italianos, pero a medida que el
Renacimiento evolucionaba, los estudiosos, pasarán, sistemáticamente, de ofrecer o
recuperar los cánones y obras técnicas del clasicismo a redactar sus propios tratados del
estilo, que aunque basados en el clasicismo, llegan a ser efectivamente anti-clásicos.
Es destacable para la formación de la tratadística renacentista la preservación de los diez
libros de De Architectura del arquitecto romano Marco Vitruvio, del siglo I a. C., básicos para la
difusión de las ideas de canon y orden. Éste fue el único tratado del período clásico que
sobrevivió tras la caída de Roma, durante la Edad Media, habiendo sido copiado y
conservado, de forma fragmentaria en general, en las bibliotecas de los monasterios. Por eso,
a medida que los volúmenes eran copiados y traducidos, los diseños y dibujos que componían
los tratados fueron perdiéndose, por lo que el contenido del tratado se convirtió con el paso
del tiempo en confuso y en ocasiones, contradictorio. Por este motivo, gran parte del esfuerzo
de los tratadistas renacentistas sería el recuperar el contenido perdido, llegando para su
consumación a aventurar patrones que en modo alguno existían en el texto original.
El tratado vitruviano, como único gran referente teórico de la arquitectura clásica, y pesar de
su carencia de contenido, sirvió de base para todos los principales estudios realizados por el
Renacimiento. Por ejemplo, un trabajo nítidamente derivado del vitruviano son los diez libros
de Leon Battista Alberti, conocidos como De re ædificatoria.
Los tratados y la posición social del arquitecto
La búsqueda del ordenamiento clásico en la tratadística del período. Esta imagen forma parte de un
tratado de Jacopo Vignola (Las reglas de los cinco órdenes de la Arquitectura).

Junto a la inspiración vitruviana, un elemento que va a caracterizar los principales tratados


renacentistas (especialmente aquéllos que fueron redactados en los primeros momentos del
Renacimiento) es el hecho de que sus autores procuraban, en ocasiones con una
preocupación mayor que el afán investigador, posicionar al arquitecto como una figura
típicamente perteneciente a la élite fundamental en cualquier estructura social. Tal
determinación en cuanto a la profesión no es, claramente un caso de mero «corporativismo»
de aquellos tratadistas, sino un fenómeno que está absolutamente ligado a la ascensión social
que el artesanoconvertido a artista sufre (véase en las próximas secciones para un análisis
más profundo de esta situación). En este sentido, los tratados sirven de modo efectivo como
medios de propaganda del nuevo profesional, en oposición a la visión tradicional (que
asociaba inexorablemente el arquitecto a las actividades manuales y por tanto, populares y
anti-intelectuales). La constatación de esta modificación en la categoría de los arquitectos
como artistas nobles e intelectuales, diferente de los «meros artesanos de origen popular»
también se evidencia cuando se verifica para quienes estaban escritos estos tratados: en
general, eran dedicados a la nobleza (o un noble en particular), poseían un estilo refinado y
abordaban cuestiones directamente de interés público de los príncipes que componían la
estructura política italiana.
A pesar de que la Arquitectura romana también se preocupó de esta cuestión (El tratado
vitruviano resalta este dato, visto que estaba concebido como una carta dirigida
al emperador), la manifestación de este deseo de afirmación social por parte de los
arquitectos renacentistas es un elemento nuevo de este período cuando se compara con la
forma de producción artística medieval. Ésta se caracterizaba por la creación colectiva (y
anónima, por excelencia) y dominada por la cultura del saber fazer. Los tratados formalizan el
deseo del hombre renacentista de manifestarse como individuo ante el mundo y colaborador
necesario para contextualizar la Arquitectura como disciplina académica.
Toda esta teoría se fija claramente en la ya citada obra albertiana De re aedificatoria. En
ella, Alberti expresa esta nueva visión del arquitecto cuando declara categóricamente que "el
arquitecto es el brazo del príncipe". Retoma la interpretación vitruviana de la arquitectura y
afirma que ésta no se limita a la mera construcción, porque la verdadera arquitectura está
dotada de virtud, concepto clásico asociado al dominio de los hombres. Si la Arquitectura es
virtuosa, naturalmente sirve como pieza del juego político, ya que tal dominio de los hombres
forma parte de la formulación de la política clásica (fundada en la idea de ciudad como lugar
de convivencia y germinadora de la política). En conclusión, el estudio riguroso que hacen de
los órdenes arquitectónicos clásicos está siempre, según su concepción, ligado a esta
característica virtuosa de la arquitectura. La estética del Renacimiento es, por lo tanto,
también un reflejo de un determinado pensamiento político.

Historia de la Arquitectura renacentista

Santa Maria della Consolazione en Todi: Típica iglesia de planta central, tipología extendida en el
Renacimiento.

La Arquitectura renacentista se desarrolla a partir del siglo XV principalmente enItalia. Es


común atribuir el lugar de génesis a la ciudad italiana de Florencia, ciudad donde
el gótico apenas había penetrado, en el momento de la construcción de la cúpula de
la Catedral de Santa María del Fiore proyectada por Filippo Brunelleschi. Tal episodio no sólo
es un mero cambio en el perfil estilístico que predominaba en el escenario arquitectónico
florentino, sino la demostración clara de la ruptura que vendría posteriormente en la propia
forma de producir la arquitectura, abriendo camino para, no sólo redescubrir el clasicismo,
sino también para la promoción de la tratadística y para una teorización inédita sobre el tema.
Son muchos los estudiosos que afirman que Brunelleschi construyó, de hecho, no sólo una
cúpula, sino el concepto de un nuevo tipo de arquitecto: altera las reglas de la construcción
civil iniciando un proceso que, gradualmente, separará al proyectista del constructor.
Un hecho a destacar en la producción de Brunelleschi es que se manifiesta más importancia
en el campo de la construcción que en el del estilo. Se asimila esto cuando se observa la obra
en su conjunto, percibiéndose que, a pesar de querer seguir la canonización clásica, se
produce un edificio que no es completamente comprometido con dichas reglas clásicas. Esto
es causado por la carencia del arquitecto de conocimiento profundo de las normas clásicas, al
que accedía más por la observación de las ruinas romanas existentes que por el estudio de
los tratados.
Asimismo, Brunelleschi inicia una tradición que se separa al arquitecto de los
antiguos gremios medievales y cuya profesionalización es cada vez más patente en la
época, afirmándose como intelectuales alejados de la construcción propiamente dicha.
Muchos críticos que analizan el fenómeno desde una óptica marxista identifican aquí el
momento en el que la incipiente burguesía toma de las clases populares el dominio de
los medios de producción (dejando éstas de poder construir y pasarán a poder diseñar),
posibilitando así un proceso de explotación del proletariado por el Capital, que se recrudecerá
durante la Revolución industrial.
Momento inicial: La cúpula de Santa María del Fiore
Artículo principal: Santa María del Fiore

Comienza el Renacimiento en la Arquitectura: cúpula del Duomo deSanta María del Fiore.

La catedral de Santa María del Fiore, Florencia, fue inicialmente ejecutada en estilo tardo-
románico, pero su construcción duró varias generaciones (fue iniciada en 1296 y a la muerte
de Brunelleschi, en 1446, aún no se había concluido). No fue un edificio proyectado: su diseño
y su construcción se armaron de forma paralela. Aunque existía un plano general para su
forma y distribución interna, los detalles constructivos, según era corriente en la práctica
edificativa medieval, iban siendo resueltos a medida que avanzaba la construcción, en la
propia obra. Por tanto, a pesar de que la necesidad de construir una gran cúpula sobre un
determinado punto de la iglesia preexistía, la forma de la misma no había sido decidida de
antemano. Cuando llegó el momento de erigirla, los artesanos florentinos se encontraron con
un vano de 40 metros, imposible de cubrir con las técnicas constructivas tradicionales.
La solución encontrada en 1418, cuando la República de Florencia ya mostraba claras
intenciones de manifestar su poder económico en la arquitectura de la ciudad —con lo que la
catedral se convirtió, por tanto, casi en una tarjeta de visita—, fue promover una especie de
concurso de ideas para la conclusión del templo, que conllevaba, claro está, la solución al
problema de la cúpula. Filippo Brunelleschi, que era, en la época, un artesano relativamente
reconocido, aceptó el desafío. Decidió, para ello, viajar a Roma en busca de inspiración.
Roma, en ese período, era el lugar del mundo en el que las ruinas de la Antigüedad clásica
eran más visibles, casi integradas en el paisaje. La principal fuente de inspiración para
Brunelleschi fue el Panteón de Agripa: una estructura con un diámetro similar al de Santa
María dei Fiori, rematado con una cúpula en arco pleno. Brunelleschi no sólo observó la
solución constructiva utilizada en el Panteón, sino que comenzó a estudiar las relaciones
estilísticas, proporcionales y formales entre los diferentes elementos que componían ese
espacio. Y fue efectivamente esta actitud la que hizo que se gestara el espíritu del
Renacimiento: un individuo observa una determinada realidad a través del deseo y de la
intención con la que interfiere en aquella realidad antigua para buscar soluciones útiles
aplicables a la realidad moderna. Brunelleschi no tenía plena conciencia de la teoría clásica,
pero reconoció un modelo estilístico que usaría para construir e idear su propia arquitectura.
A su vuelta a Florencia, lleno de esa experiencia con el mundo clásico, Brunelleschi propuso
una solución para la catedral florentina: una gran cúpula de 42 metros rematada por una
linterna, basándose en sus pesquisas en Roma. Pero no se limitó a reproducir el modelo
romano, sino que propuso una forma totalmente innovadora: su cúpula sería la primera con
tambor octogonal de la historia de la arquitectura. Esta cúpula posee una función estética
(bella pero austera, sin dar sensación de pesadez), pero también una función ideológica:
representa la unidad cristiana. Para su construcción, Brunelleschi utilizó un juego de doble
cúpula, una interna y otra externa, formadas por dos capas construidas con dos roscas de
ladrillo separados por una rosca de ladrillo a perpiaño, que avanzan en forma de espiral que
hace más rígido el conjunto a la vez que configura un espacio como cámara de aire que da
ligereza a la cúpula, dibujando a la vez hilos directores y rematada con linterna.
El Quattrocento: El dominio del lenguaje clásico

Ventana del palacio Rucellai.

Artículo principal: Quattrocento

Brunelleschi, por lo tanto, quedará en la Historia del Arte como el responsable de haber
trazado el camino que prácticamente todos los arquitectos del Renacimiento seguirán para
realizar sus obras. Como se ha dicho antes, sin embargo, el arquitecto florentino no tenía
pleno conocimiento de los diferentes órdenes sistematizados en el lenguaje clásico, lo cual se
pone en evidencia cuando acaba creando un lenguaje arquitectónico propio, en el que los
elementos clásicos aparecen pero no responden al estilo antiguo.
Los arquitectos que siguieron este método trazado por Brunelleschi fueron sin embargo
responsables de la plena recuperación del lenguaje clásico. El dominio del clasicismo se logró
de hecho a lo largo del siglo XV (aunque su sistematización definitiva no llegó hasta la
publicación del tratado de Sebastiano Serlio en el siglo siguiente) y encontró en Donato
Bramante a su figura más paradigmática. Para entonces (especialmente después de
que Alberti expusiera su teoría de la arquitectura en su tratado De re aedificatoria) ya se
conocían de modo más fehaciente las formas constitutivas de las
arquitecturas griega y romana como posibilidades de composición, y tanto sus soluciones
concretas como la síntesis espacial propia de la arquitectura clásica eran, en general,
conocidas. Así, los arquitectos renacentistas tuvieron a su disposición todo el potencial
creativo que ofrecían el lenguaje y las técnica clásicas y el espíritu de su época. El lenguaje
arquitectónico del Renacimiento se expresó a través, no de las copias de los clásicos, sino de
su superación.
También destacaron en esta época dos arquitectos de palacios
florentinos: Michelozzo (Palacio Medici Riccardi, 1444) y Bernardo Rossellino (Palacio
Rucellai, 1446-1451 -sobre un diseño inicial de Alberti-); y otros en torno al núcleo veneciano,
como Pietro Lombardo.

Basílica de San Lorenzo de Florencia, reforma iniciada en 1419, Filippo Brunelleschi.

Capilla Pazzi, 1441, última obra de Brunelleschi.

Fachada de Santa María Novella, Leon Battista Alberti, Florencia, 1458-1470.

Templo Malatestiano de Rímini, Alberti, hacia 1450.


Bramante y la fase madura del Renacimiento
Anunciación de Alejo Fernández(Córdoba, antes de 1508). La arquitectura está basada en la
repercusión de los modelos arquitectónicos italianos. En particular se ha comprobado su
conocimiento del grabado Prevedari, que Bernardo Prevedari realizó sobre un diseño de Bramante
en 1481.2

Es justamente en la obra de Donato Bramante donde este espíritu se concreta de una forma
más íntegra, lo que hace de él la figura que representa el paso del
Quattrocento al Cinquecento, en lo que se suele denominar fase madura del Renacimiento.
Bramante logró demostrar, a través de sus proyectos en palacios o iglesias, que no sólo
conocía las posibilidades del lenguaje clásico, sino que también entendía las características y
el ambiente de su época, ya que fue capaz de aplicar el conocimiento antiguo a una forma
nueva, inédita, sobresaliente y, sobre todo, clásica. Su Tempietto o Templete de San Pietro in
Montorio, en Roma(1502-1510), es prácticamente una relectura (aunque no una copia) de los
templos de planta central, circulares, a su vez derivados del tholos griego, típicos de un cierto
período de la arquitectura romana (por ejemplo, el Templo de Vesta, en la misma ciudad de
Roma). El modesto tempietto es casi una maqueta base del gigantesco proyecto (en
construcción desde 1506) de la cúpula de San Pedro, con una cúpula (42,5 metros) de
dimensiones comparables a la del Panteón (43,44 metros), a la de Santa Sofía de
Constantinopla (32 metros) y a la de Brunelleschi en Florencia (41 metros). Más tarde, en
época barroca, el arquitecto inglés Christopher Wren haría a su vez una relectura de la obra
de Bramante y Miguel Ángel, y propondría una nueva forma en la catedral de San Pablo de
Londres (32 metros, 1676), y lo propio hicieron en época neoclásica Francisco
Cabezas y Francesco Sabatini en San Francisco el Grande (Madrid, 33 metros, 1760-1784);
demostrando la potencialidad del proceso de creación renacentista (que va de la estética de
los edificios al pensamiento arquitectónico), para adaptarse a nuevos estilos en épocas
posteriores.
Bramante también popularizó otra forma profundamente clásica que fue desarrollada y
explorada posteriormente. Está inspirada en los arcos de triunfo romanos y fue brillante por
sus características compositivas aplicadas a los proyectos de palacios y villas, piezas clave
del Renacimiento en la arquitectura civil.
La principal imagen de este estilo bramantino se encuentra en las tríadas de aberturas
adornadas con arcos, dos de los cuales están a la misma altura y con el central mayor, el
denominado sistema de orden más arco, basado en la combinación del orden arquitectónico
clásico y el arco de medio punto. Frente al problema, entonces, de conectar en una misma
unidad dos entidades espacialmente similares pero de diferentes dimensiones, la solución fue
emplear dos sistemas de orden más arco de diferentes dimensiones siguiendo la norma de
que el extradós del arco del sistema de menor dimensión fuese tangente a la moldura inferior
del entablamento del orden mayor.
La superación de los clásicos, manteniendo siempre la búsqueda del clasicismo típica del
período, se dio especialmente en la medida que los arquitectos propusieron soluciones
espaciales clásicas para proyectos nuevos (como en los grandes palacios, diferentes de las
construcciones romanas, o en las nuevas catedrales o basílicas). Elementos como
las bóvedas y las cúpulas se usaron de una forma nueva, y se emplearon los órdenes (jónico,
corintio, etc.) característicos de la arquitectura de la Antigüedad.

Tribuna del Convento de Santa Maria della Graziede Milán, Bramante.

El Tempietto o Templete de San Pietro in Montoriode Roma, Bramante.

 Pórtico en la Basílica de Sant'Ambrogio de Milán, Bramante.

Cúpula de San Pedro de Roma, construida finalmente con el diseño de Miguel Ángel.
El Cinquecento: La superación del clasicismo
Artículo principal: Cinquecento

Vestíbulo de la Biblioteca Laurenciana, Florencia, Miguel Ángel (1525). Se aprecia un fragmento de


la escalera.

Típica estructura palladiana.

A medida que el dominio del lenguaje clásico evolucionaba, fue creciendo en los arquitectos
renacentistas un cierto sentido de liberación formal de las encorsetadas reglas del clasicismo,
de forma que el eventual deseo de superación (que siempre existió en mayor o menor
medida) cambió de ser un elemento fundamental a ser fruto de la nueva producción de estos
autores. Tal fenómeno, considerado ya como un anuncio del movimiento estético que, años
más tarde, se concretaría en el Barroco, ganaría fuerza especialmente en las primeras
décadas del siglo XVI. El Cinquecento fue un momento en que la intención de sistematizar el
conocimiento de los cánones clásicos estaba plenamente superada, a través de los tratados
de Sebastiano Serlio o Jacopo Vignola. Así, los elementos compositivos del clasicismo dejaron
de usarse en edificios como experimentación "en busca de lo clásico", sino partiendo de su
plena conciencia, en "busca de su innovación".
En un primer momento, se siguieron fielmente las reglas clásicas de composición, pero
ampliando enormemente su ámbito de aplicación. Las reglas clásicas se aplicaron en especial
en las grandes obras públicas, los grandes palacios y templos religiosos (los edificios
considerados "nobles", dignos de recibir el estatus de arquitectura según el punto de vista
clásico). Por ello, aparecieron nuevas combinaciones de elementos. Andrea Palladio fue el
principal exponente de esta nueva forma de trabajar con el lenguaje clásico, como se hace
patente en sus proyectos de "villas" en los alrededores de las ciudades italianas. La
arquitectura de Palladio fue de tal modo peculiar y destacada con respecto a la de sus
antecesores que su método de trabajo acabó creando un nuevo estilo: el palladianismo. Dicho
estilo se caracteriza por la aplicación de la planta central en proyectos residenciales (como en
las villas) y por un cierto tipo de ornamentación de carácter sintético (denominada arquitectura
de superficie), entre otros fundamentos. El propio Palladio fue autor de un tratado bastante
completo sobre arquitectura clásica, en el que expuso su modo de pensar y su perspectiva
sobre esta cuestión.
Manierismo: Los grandes maestros y el fin del Renacimiento
Artículo principal: Manierismo

Grabado de la planta modificada por Vignola de Villa Farnese.

El Manierismo fue el movimiento artístico producido durante el Cinquecento y cuya formación


se da en las primeras décadas del siglo XVI y se extiende hasta comienzos del siglo XVII.
Evidencia la intención por parte de los arquitectos, humanistas y artistas del período de un
arte, que aunque en esencia siguiera al clasicismo, poseía un contenido bastante anti-clásico.
En el Manierismo por lo tanto se desarrolla la innovación constructiva confrontándose con
la arquitectura clásica, ya plenamente conocida.
Una vez gastado el impulso de la tratadística, que dotada de cierta homogeneidad a la
arquitectura mediante la imposición de unas determinadas reglas, surgió una nueva
generación de arquitectos, fuertemente individualistas, que supone de hecho un puente entre
el Renacimiento y el Barroco.
La actividad arquitectónica de Miguel Ángel supuso la culminación y superación del clasicismo
de la fase madura o de Bramante, y puede calificarse de más clásica en San Pedro o en
el Palacio Farnese y más manierista,(por ejemplo en la famosa escalera de la Biblioteca
Laurenciana). De modo similar a lo que ocurrió en pintura o escultura (donde es más clara la
imitación de su maniera), los arquitectos italianos de mediados del siglo XVI, algunos de ellos
salidos de Roma cuando el saco y repartidos por el resto de las ciudades italianas, procuraban
desafiar los cánones clásicos. Los principales exponentes de este nuevo estilo fueron,
además del citado Andrea Palladio y el núcleo veneciano, Giulio Romano (Palacio del
Té, Mantua, 1534), Bartolomeo Ammannati(reforma del Palacio Pitti, 1558-1570), Antonio
Sangallo el Joven (Villa Farnese, Caprarola, 1559), Vasari (Galería Uffizi, Florencia, 1560-
1581), o Jacopo Vignola con la Iglesia del Gesù (1568), esta sí en Roma, sede y modelo
exportado de las numerosas iglesias jesuíticas de la crecientemente influyente Compañía de
Jesús, cuya fachada se debe a Giacomo della Porta (1578, que inspiró posteriormente a Carlo
Maderno).
En sus obras, son constantes las referencias a los elementos compositivos clásicos, pero en
forma "desconstruída" y casi irónica. Convierten al interior patrones decorativos de ventanas
que deberían estar colocadas en el exterior, juegan con los efectos de la ilusión óptica
proporcionados por la perspectiva, a través de volúmenes dimensionados inusitadamente, etc.
El mismo sentido, llevado a un extremo, tuvieron los extravagantes jardines de la Villa de las
Maravillas, hoy Parco dei Mostri (Bosco Sacro di Bomarzo) en Bomarzo, en el Lacio, por el
arquitecto y diseñador de jardines Pirro Ligorio.
La profundización en los caracteres propios de las construcciones manieristas supuso el
germen del nacimiento del Barroco, que si superficialmente se considera como ruptura del
ideal clásico propuesto por el Renacimiento, realmente constituyó la reacción al agotamiento
de éste, ya anunciado por el Manierismo.

Palazzo Tè, Mantua. Giulio Romano, 1534.

Cortile (patio) del palacio Pitti, Bartolomeo Ammannati 1558-1570.

Galería de los Uffizi, Florencia, Vasari 1560-1581.

Fachada de la iglesia del Gesù. Giacomo della Porta, 1578.

Difusión de la Arquitectura del Renacimiento en Europa


El lenguaje arquitectónico propio del Renacimiento italiano no desplazó a las
formas tardogóticas predominantes en el resto de Europa hasta bien entrado el siglo XVI. Los
contactos internacionales en las esferas económica, política y militar intensificados a partir de
los ya abundantes desde la Baja Edad Media, los viajes de artistas, demandados por las
diversas cortes, así como la decisiva difusión de documentos e imágenes gracias a
la imprenta y el grabado permitían un intercambio de información decisivo.
Paradójicamente, la asimilación de las ideas anticlásicas forjadas en el Manierismo (que más
que la fase final del Renacimiento puede considerase un estilo nuevo y opuesto) fue lo que
causó el definitivo triunfo del gusto italiano. La tratadística clásica estaba ya plenamente
desarrollada, de forma que los arquitectos de fuera de Italia dominaban en general las reglas
compositivas clásicas y su teorías, lo que ya les permitía tomarse ciertas licencias creativas.
De esta forma, la introducción del Renacimiento en Europa fue en gran medida
un eclecticismo entre las pervivencias medievales y rasgos post-renacentistas; además de
diferir en cada país, según la distinta forma en que la influencia italiana dotó de elementos
nuevos a su contexto propio de base medieval.
Arquitectura renacentista en Francia

Fachada interior sudoeste del Palacio del Louvre (París), diseñada por Lescot y cubierta por relieves
deJean Goujon.

Artículo principal: Arquitectura renacentista francesa

La recepción del Renacimiento italiano en Francia llegó con fuerza cuando Carlos VIII volvió
rodeado de artistas italianos en 1496, tras la conquista de Nápoles. Es detectable el uso del
nuevo estilo en los chateaux del Loira, como Castillo de Amboise, donde Leonardo da
Vinci pasó sus últimos años. Las formas renacentistas pasaron a ser predominantes durante el
reinado de Francisco I (1515-1547). EnChambord (1519-1536) aún se dio una combinación de
estructura gótica y ornamentación italianizante con la presencia de Sebastiano Serlio, que
trabajó después de 1540 en Fontainebleau. Allí, artistas italianos como Rosso
Fiorentino,Francesco Primaticcio, y Niccolò dell'Abbate formaron la primera Escuela de
Fontainebleau.
Arquitectos locales, como Philibert Delorme, Jacques Androuet du Cerceau o Pierre Lescot, se
expresaron ya con el lenguaje arquitectónico renacentista, que continuó desarrollándose con
fuerza durante el periodo siguiente, en el trágico contexto de las Guerras de Religión.
Arquitectura renacentista en España
1ª etapa: Plateresco[editar]
Artículo principal: Plateresco

Véanse también: Gótico isabelino y Estilo Cisneros.


Fachada del Convento de San Esteban (Salamanca).

El Palacio de Santa Cruz (1486-1491) de Valladolid fue el primer edificio renacentista construido en
España.

En España, el Renacimiento comenzó a insertarse en las formas góticas en las últimas


décadas del siglo XV. El desarrollo del Renacimiento se produjo principalmente por
arquitectos locales, aunque conectados con la tradicional relación artística hispanoflamenca.
Varios de ellos tenían incluso orígenes familiares en el norte de Europa. A ello se añadía que
la política italiana, central para la Corona de Aragón desde el siglo XIII, pasó a ser una
prioridad también en Castilla con el matrimonio de los Reyes Católicos.
Se forjó una arquitectura con características propias muy acusadas, en las que se incluían
influencias del mudéjar local, del gótico flamígero del norte y de la arquitectura italiana. Este
ecléctico estilo español, de caracterización debatida, ha recibido el nombre de "plateresco" por
las extremadamente decoradas fachadas de sus edificios, que se comparaban al intrincado y
detallista trabajo de los plateros.
2ª etapa: Purismo
Artículo principal: Purismo (arquitectura)
Palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada.

Con el paso de las décadas, la influencia del Gótico fue decreciendo, llegándose a alcanzar un
estilo más depurado y ortodoxo desde el punto de vista de las formas clásicas. El purismo se
caracteriza por una mayor austeridad decorativa, que se limita a algunos elementos concretos,
generalmente de inspiración grecorromana. Hay un cierto cansancio de la exuberancia
decorativa italianizante a mitad del siglo XVI y se imponen los edificios de aspecto más
sereno, armónico y equilibrado. Algunos arquitectos consiguen reciclar su producción tardo-
gótica para iniciarse en este nuevo estilo: tal es el caso, por ejemplo, de Alonso de
Covarrubias, Rodrigo Gil de Hontañón y Pedro de Ibarra. Además de la Meseta, donde
desarrollan su obra éstos, un extraordinario centro de la producción renacentista se localizó
enAndalucía, donde destacan las figuras de Diego de Siloé (fachada de la Catedral de
Granada y Sacra Capilla del Salvadorde Úbeda), Pedro Machuca (el más decididamente
clásico, con su atrevida intervención en la Alhambra de Granada: elPalacio de Carlos
V), Andrés de Vandelvira (catedrales de Jaén y de Baeza) y Diego de Riaño (Ayuntamiento de
Sevilla).
La influencia de la tratadística italiana, especialmente de Sebastiano Serlio, ha permitido
denominar esta época como fase serliana. Es muy notable que España fuera el primer país en
desarrollar una literatura arquitectónica propia dentro de los cánones renacentitas, con Diego
de Sagredo (Las Medidas del Romano, 1526).
3ª etapa: Herreriano

Patio de los Reyes y fachada de la Basílica de El Escorial.

Artículo principal: Arquitectura herreriana

A mitad del siglo XVI, la iniciación del Monasterio de San Lorenzo del Escorial como símbolo
del poder de Felipe II de España por Juan Bautista de Toledo (fallecido en1567) y Juan de
Herrera supuso la aparición de un nuevo estilo, que se caracteriza por el predominio de los
elementos constructivos, la ausencia decorativa, las líneas rectas y los volúmenes cúbicos.
Significa además el definitivo triunfo de los postulados manieristas provenientes de Italia, con
el aporte de sobriedad castellana.
Este estilo bautizado posteriormente como "herreriano" en honor de Juan de Herrera, dominó
la arquitectura española durante casi un siglo, y entre sus seguidores se encuentran figuras
tan relevantes como Francisco de Mora, Juan Gómez de Mora o Juan Gómez de Trasmonte.
Los conceptos arquitectónicos y urbanísticos del renacimiento español fueron llevados a
las colonias españolas de Américadónde encontraron campo fértil para su difusión dada la
urbanización extensiva que se dio a lo largo de tres siglos y que también recibió el impacto de
estilos posteriores como el Barroco y el Neoclásico.
Véase también: Arte colonial hispanoamericano

Detalle del claustro del Monasterio de los Jerónimos de Lisboa.

Arquitectura renacentista en Portugal


En Portugal el estilo manuelino es la contribución portuguesa al Renacimiento; aunque su
estética, que aúna elementos renacentistas y tardogóticos de un modo semejante al
plateresco isabelino castellano, es muy distante del clasicismo. Un motivo decorativo muy
repetido, la retorcida maroma de barco, se interpreta como una referencia explícita a las
proezas de los navegantes portugueses, que estaban protagonizando la Era de los
Descubrimientos y permitieron la extraordinaria expansión política y económica que convirtió
al reino en una potencia mundial.
Ejemplos de la arquitectura renacentista portuguesa son las catedrales de Leiria y
de Portalegre, el Colegio jesuita de Évora y la Iglesia de San Roque de Lisboa.
Arquitectura renacentista en Alemania[editar]

La loggia del Ayuntamiento de Colonia.

Artículo principal: Renacimiento alemán

El Renacimiento en Alemania fue inspirado por filósofos y artistas alemanes comoJohannes


Reuchlin y Alberto Durero, que había visitado Italia. La arquitectura más destacada de este
período son la Residencia Landshut, el castillo de Heidelberg, el castillo Johannisburg
en Aschaffenburg y el Ayuntamiento de Augsburg. En julio de 1567 el consejo de la ciudad de
Colonia aprobó un diseño de estilo renacentista realizado por Wilhelm Vernukken para el
Ayuntamiento, con una loggia de dos pisos. La iglesia de San Miguel, en Múnich, es la iglesia
renacentista más grande localizada al norte de los Alpes. Fue construida por el
duque Guillermo V de Baviera entre 1583 y 1597 como centro espiritual de la Contrarreforma y
se inspiró en la iglesia de Il Gesù en Roma. El arquitecto es desconocido.
Arquitectura renacentista en Europa oriental

Torre del Castillo de Český Krumlov.

La lejanía de esta zona con respecto a Italia diluyó la influencia del Renacimiento, pero existen
valiosos ejemplos de edificaciones que combinan elementos renacentistas con la tradición
arquitectónica local. En Hungría, ya antes de la segunda mitad del siglo XV se construyeron
casas de estilo italiano. El rey húngaroMatías Corvino contrató a constructores y escultores
italianos, uno de los cuales,Aristóteles Fioravanti, viajó de Hungría a Moscú para levantar la
Catedral de la Asunción en el Kremlin. Bajo el reinado de Luis II de Hungría y Bohemia, se
construyó la Capilla Bakócz de la Catedral de Esztergom, ejemplo de decoración renacentista.
Otras obras influidas por el Renacimiento en Europa oriental son, enPolonia el Castillo de
Wawel, la Capilla de Segismundo en Cracovia y el conjunto de la ciudad de Zamość;
en Lituania el Palacio Real y las Iglesias de San Miguel y San Esteban de Vilna; y en
la República Checa la localidad de Telč o el Castillo deČeský Krumlov.
Arquitectura renacentista en Inglaterra

Queen's House, (1616) en Londres, primer ejemplo de Arquitectura renacentista importada al Reino
Unido.
En Inglaterra las formas del renacimiento italiano tardarán mucho más tiempo en imponerse
que en España o Francia. Durante el periodo final del siglo XV y todo el siglo XVI, se
desarrolló el denominado estilo Tudor, una prolongación del gótico con marcadas
características locales inglesas. A finales del siglo XVI y comienzos del XVII, la
denominada arquitectura isabelina significó una apertura a influencias externas, entre las que
estaban las italianas, pero también las de la arquitectura holandesa.
No fue hasta bien entrado el siglo XVII cuando se impusieron las formas clásicas,
fundamentalmente a partir de la obra de Iñigo Jones (1573-1652), que había estudiado
en Italia y se había visto influenciado por Palladio. De vuelta en Inglaterra, Jones diseñó
edificios como la Queen's House de Greenwich (1616) y la Casa del Banquete del Palacio de
Whitehall (1619). Estas construcciones de líneas sencillas y simetría fueron revolucionarias en
un país donde aún se diseñaban edificios con ventanas partidas, almohadillado y torrecillas.
Hatfield House fue mandada a construir en su totalidad por Robert Cecil, primer conde de
Salisbury, entre 1607 y 1611, y es el ejemplo perfecto de la arquitectura de transición entre el
estilo Tudor y el Renacimiento. El edificio conjuga un ala Tudor, con ventanales con parteluz y
tejado almenado y dos alas claramente influenciada por las fachadas de los palazzi italianos.
Su fachada central, originariamente en forma de logia abierta, había sido atribuida a Iñigo
Jones, aunque el porche central de estilo jacobino, hace probablemente falsa esta atribución.
Dentro, la elaborada escalera tallada muestra la influencia italiana en la ornamentación
inglesa.
La obra de Jones fue continuada, ya dentro del clasicismo de época barroca, por maestros
como Christopher Wren con su diseño de la Catedral de San Pablo de Londres y de muchos
edificios públicos e iglesias londinenses que se construyeron tras el Gran Incendio de
Londres de 1666. La devastación de la ciudad fue una oportunidad única para una nueva
generación de arquitectos seguidores de la arquitectura clásica, que construyeron a una
escala superior a la que nunca probablemente se había construido en una ciudad.
Posteriores arquitectos, como el veneciano Giacomo Leoni, durante el siglo siguiente,
adaptaron y modificaron el estilo para ajustarlo al paisaje y gusto inglés, conservándose el
gusto por la influencia italiana en los edificios. Lyme Hall en Cheshire es un ejemplo soberbio
de esta tendencia.
La influencia de la arquitectura3 renacentista italiana pervivió en especial en el ámbito
anglosajón, a consecuencia del Palladianismo, forma de interpretación peculiar de la
arquitectura de Palladio, que mantedría el clasicismo hasta la llegada de estilos más
modernos como el Neoclasicismo. Durante el siglo XIX, se produjo
un historicismo neorrenacentista especialmente importante en el Reino Unido y Norteamérica.
Arquitectura renacentista en Rusia
El príncipe Iván III introdujo la arquitectura renacentista en Rusia, al invitar a una serie de
arquitectos de Italia, que trajeron nuevas técnicas de construcción y algunos elementos de
estilo renacentista con ellos, al mismo tiempo se siguieron diseños tradicionales de
la arquitectura rusa. En 1475 el arquitecto italiano Aristóteles Fioravanti realizó una
reconstrucción de la Catedral de la Dormición, ubicada en el Kremlin de Moscú, la cuál fue
dañada por un terremoto.

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