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Escuela de Psicología

ASIGNATURA
Sociología de las enfermedades mentales
TEMA
Tarea 2

PARTICIPANTE:

Suleyni Garcia calcano

Matricula : 14-2590

Facilitador :

FRANCISCO GRULLON CRUZ. M.A


.
Lectura del libro de texto básico del autor: Pérez Zaldívar, Dionisio.
(2012). Factores Psicosociales y Salud Menta o investiga en otras fuentes
y:

1. Elabora un esquema en que aparezcan los principales


comportamientos de la familia en la atención a un miembro con
enfermedad crónica y/o terminal.

Cambio de rutina: cuando un


familiar es diagnosticado con
una enfermedad, toda la
Restauración y familia deben realizar cambios
seguimiento al en su rutina para apoyarlo.
tratamiento; la familia
es la encargada de
observar dia a dia al Solidaridad; un segundo
enfermo y darle aspecto que se destaca en el
seguimiento al que el Paciente comportamiento de los
tratamiento que se le familiares que se realizan y
halla indicado se ha dan apoyo en la familia para
llevado tal como dijo que ningún miembro recargue
el medico. toda responsabilidad.
Roturación
socioeconómica: los
miembros dispondrán de
menos tiempos para
realizar actividades
sociales es posible que se
generen una adaptación del
dominio.
2. Realiza un análisis crítico, sobre:

a) Principales aspectos psicosociales y etapas del ciclo vital que


conforman la familia.

Para Fishman (1995) la familia, como institución, es la fuente de las relaciones


más duraderas y el primer sustento social del individuo, con pautas de relación
que se mantienen a lo largo de la vida, lo que la convierte en la instancia con
mayores recursos para producir cambios. Al respecto, Minuchin y Fishman
(1993) señalan que es un contexto natural para crecer y para recibir auxilio; un
sistema vivo que intercambia información interna y externamente donde las
fluctuaciones de origen interno o externo suelen ser seguidas por una
respuesta que devuelve el sistema a su estado de constancia, pero si la
fluctuación se hace más amplia, la familia puede entrar en una crisis en la que
la transformación tenga por resultado un nivel diferente de funcionamiento
capaz de superar las alteraciones y exigencias del medio.

La familia es un sistema vivo en constante evolución y desarrollo, ya sea por el


contexto o bien por los individuos que la conforman, donde las personas nacen,
crecen, se reproducen y mueren, pero a su paso van dejando huellas marcadas
en la interacción con otros, las costumbres, los hábitos, las reglas, los vicios, se
van trasmitiendo de generación en generación. Al respecto Minuchin y Fishman
(1993) mencionan:

"Contemplar a la familia en un lapso prolongado es observarla como un


organismo que evoluciona con el tiempo...Esta entidad va aumentando su edad
en estadios que influyen individualmente sobre cada uno de sus miembros,
hasta que las dos células progenitoras decaen y mueren, al tiempo que otras
reinician el ciclo de vida…el sistema familiar tiende al mismo tiempo a la
conservación y a la evolución… evoluciona hacia una complejidad
creciente…El desarrollo de la familia transcurre en etapas que siguen una
progresión de complejidad creciente" (pp. 34-36).

Así, para Minuchin (1986) la familia se desarrolla en el transcurso de cuatro


etapas a lo largo de las cuales el sistema familiar sufre variaciones; los
períodos de desarrollo pueden provocar transformaciones al sistema y un salto
a una etapa nueva y más compleja. Las etapas, reconocidas como el ciclo de
vida, son:

1. Formación de la pareja.
2. La pareja con hijos pequeños.
3. La familia con hijos en edad escolar y/o adolescentes.
4. La familia con hijos adultos.

Minuchin también señaló que cada etapa requiere de nuevas reglas de


interacción familiar, tanto al interior como al exterior del sistema. Sin embargo,
hay familias que pueden permanecer atoradas en una etapa, a pesar de que el
sistema familiar requiere de una transformación ante nuevas situaciones como,
por ejemplo, el nacimiento de un hijo (a) y su crecimiento, el ingreso al ámbito
educativo formal, cambio de nivel escolar, cambio de escuela o el alejamiento
del hogar por cuestiones de trabajo, por estudios, matrimonio, entre otros. Este
estancamiento en alguna etapa del ciclo vital puede llevar a la disfuncionalidad
familiar y manifestaciones sintomáticas.

b) Analizar los efectos de la familia en el desarrollo y curso de la


enfermedad mental.

La familia puede ser considerada como sistema social dentro de cual podemos
observar diversos indicadores de patología y salud. Tomando en cuenta al
individuo como ser social, cobra gran importancia el papel de la familia que
ofrece al sujeto un contexto racional de interacciones que a lo largo del ciclo
vital, le ofrece las condiciones para su desarrollo, crecimiento y asimilación de
la relación social quien le ofrecen las personas que lo cuidan, alimentan y
satisfacen sus necesidades emocionales y afectivas.

Como han planteado algunos autores: “en último término, nuestra


seguridad satisfacción personal, auto-estima, felicidad, dolor de cabeza o
tristeza se origina y declina en el inter-juego de la relación social” y añadirnos
en la relación familiar, ya que en la existencia de las relaciones personales y
familiares satisfactorias constituyen el marco propicio para un buen desarrollo
socio- emocional y por lo tanto de la salud mental.

La familia funciona como un sistema de interacciones en las que las


partes cobran determinado sentido en el conjunto del todo familiar,
constituyéndose los miembros agentes activos y receptivos de dicha relación.
C. Maganto, (1955) refiriéndose al papel de la familia en la patología de
cualquiera de sus miembros, plantea sobre el particular: “Como en cualquier
sistema social se establecen roles, objetivos y normativas que regulan el
sistema, siendo estos aspectos posibles de identificar a través de la
comunicación verbal y no verbal que permanentemente se establece entre los
miembros.

c) Resaltar el papel de la familia en las diferentes fases de la enfermedad


(aguda, crónica, temporal y tratamiento).

El apoyo psicoterapéutico es importante para afrontar los efectos de la


enfermedad en su vida social, familiar y profesional. Un entorno familiar
adecuado y tranquilo es muy importante en la recuperación de una enfermedad
mental.
El papel de la familia es esencial, puesto que la experiencia vivida y la
proximidad con la persona con enfermedad mental pueden aportar muchos
datos y soporte al tratamiento.

La familia es un elemento clave para ayudar a la persona con la


enfermedad a seguir el tratamiento propuesto por el especialista, por ejemplo
contrarrestando la tendencia que suelen tener las personas afectadas de
esquizofrenia a abandonar el tratamiento farmacológico o haciendo un
seguimiento de los reeducados hábitos alimentarios de personas afectadas de
anorexia. Para ello es muy importante que también la familia reciba apoyo por
parte de los profesionales y los servicios de salud mental.

La familia ejerce un papel crucial en el manejo de los cuidados del


paciente con una enfermedad crónica. Las limitaciones del niño tendrán un
impacto en todo el conjunto de la familia, esto modificará la interrelación
establecida entre los diferentes miembros, tanto en la pareja, como la relación
que se establezca con el niño enfermo o la interacción que se genere entre los
hermanos. Y no sólo afectará a las relaciones, sino también a la situación
profesional de los padres. Los diferentes miembros dispondrán de menos
tiempo para realizar actividades sociales y recreativas, es posible que se
generen unas necesidades de adaptación del domicilio, una mayor carga
económica, aislamiento social, modificación de los objetivos de la familia y
como consecuencia de todo esto, cambios a nivel emocional.

La familia debe reestructurarse en cuanto a actividades y papeles,


cambios que no siempre son aceptados, ni la revolución sanitaria ha previsto ni
se ha ocupado de integrar elementos de convivencia humana dentro de los
regímenes de tratamiento y prevención.

Las enfermedades crónicas y agudas requieren un modelo médico de


atención diferente: de una intervención médica limitada en el tiempo (a corto
plazo) para las enfermedades agudas, a una intervención médica continuada y
a largo plazo para las crónicas.

Además, mientras que muchas enfermedades agudas exigen


tratamiento rápido o urgente, las enfermedades crónicas no suelen requerir una
intervención urgente, excepto en el caso de una crisis o exacerbación de los
síntomas. Estas diferencias son fundamentales en la gestión de la enfermedad,
el tratamiento y las prácticas de atención relacionadas.

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