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Edición 224 | febrero 2018

Aunque cubren el 70% de la superficie de nuestro planeta, todavía


sabemos poco acerca de los océanos. Los descubrimientos
de criaturas exóticas, los desastres ecológicos y las tragedias
subacuáticas como la desaparición del submarino ARA San Juan
exponen nuestra ignorancia de las profundidades del mar.

Un mundo inexplorado

Debates
del
En busca del
futuro océano perdido
por Federico Kukso*

A E
demás de regular el termosta- l 20 de septiembre de 1519 planeta que el resto de todos los de- lógicos –de la lenta y penosa muerte
to de la Tierra y garantizarnos un partieron en cinco naves más hábitats juntos. de los bancos de coral a los derrames
resguardo de alimentos, los océa- desde Cádiz, España, unos de petróleo– y tragedias subacuáticas
nos nos proveen de otro elemento 265 hombres decididos a En las profundidades como la desaparición del submarino
esencial para nuestra supervivencia actual: por emprender una de las aven- Mientras que un tímido pero valien- ARA San Juan y sus 44 tripulantes en
ellos transita el 99% de las comunicaciones in- turas más magníficas de la historia de te Neil Armstrong y el resto de los para alguna parte del extenso Mar Argenti-
ternacionales de Internet. Lo que el sentido co- la humanidad. Dos años, once meses muchos anónimos astronautas del pro- no exponen nuestra ignorancia, cuán
mún y la publicidad muestran en el cielo como y diecisiete días después, el 6 de sep- grama Apolo jugaban al golf en la Lu- poco sabemos sobre lo que hay allá
una nube de Wifi y satélites que nos cubre para tiembre de 1522 la expedición final- na, un hombre flacucho y nervado nos abajo. A la humanidad pareciera que le
mantenernos conectados, en realidad es algo mente regresó al puerto de Sanlúcar: guiaba en los setenta y ochenta a descu- gusta convivir con desconocidos. Los
más rústico y pesado: más de 300 cables ne- un solo barco llevaba a 18 exhaustos y brir otro mundo mucho más fantástico, océanos de la Tierra son únicos en el
gros apoyados en el fondo del mar. Sumados esqueléticos marineros, entre los que misterioso y cercano: el mundo suba- sistema solar. Cubren el 70% de la su-
son una serpiente submarina de 900.000 kiló- no se encontraba su caudillo, el nave- perficie de nuestro planeta y se calcula
metros, es decir, 22 vueltas al mundo. gante portugués Fernando de Maga- que su tiempo de rotación es de unos
El cable de Internet más largo del mar llanes. El almirante de la odisea había 1.000 años. “Qué inapropiado llamar a
tiene 61.000 kilómetros y toca 39 puntos fallecido en una emboscada al otro la- En los últimos años este planeta Tierra, cuando claramen-
del planeta, desde Alemania a Corea del do del mundo varios meses antes. Lo te es Océano”, declaró con justa razón
Sur. El más reciente, anunciado en junio de que en números pareció un fracaso, en ha surgido una el escritor Arthur C. Clarke.
verdad fue una victoria inmensa. Gracias a la vida microscópica casi in-
2017, se llama Marea y será construido por
Telefónica junto con Microsoft y Facebook. Más trascendental que el descu- nueva amenaza: la visible que habita en ellos, el Atlántico, el
De Bilbao en España a Virginia en Estados
Unidos, el interior de sus casi 7.000 kilóme-
brimiento de Colón décadas atrás, la
vuelta al globo de Magallanes –con-
minería de aguas Índico y el Pacífico producen la mitad del
oxígeno que respiramos (más que la selva
tros albergará un récord de transmisión de
datos: en un segundo podrá transportar 15
cluida por el vasco Juan Sebastián El-
cano–, además de demostrar por pri-
profundas para amazónica) y absorben la mitad de nues-
tra producción de dióxido de carbono.
mil películas en alta definición. mera vez la redondez de la Tierra, hi- la extracción de “En los océanos, está nuestro pasado y
La expansión de los cables transatlán- zo polvo antiguas fábulas que refrena- nuestro futuro, también nuestro recurso
ticos también nos enseña de historia y de ban a cualquiera que, tentado por la metales preciosos. alimenticio –dice la bióloga marina esta-
poder. Los primeros, dedicados al telégra- curiosidad, quisiera arriesgarse a tras- dounidense Nicole Poulton–. Explorar el
fo, conectaron América del Norte y Europa pasar la barrera del mare incognitum: océano es intentar comprender los cam-
hacia 1850. En las primeras décadas del si- ya en el siglo II Ptolomeo –pontífice bios de nuestro planeta.”
glo XX, los cables telefónicos, y en los años de la geografía y única autoridad en el cuático. Lo impulsaba el mismo shock Sin océanos, la Tierra sería inhabita-
sesenta, los cables coaxiles, se sumaron pri- tema de la Edad Media– decía que el de adrenalina que empuja a los aventu- ble. Son el gran controlador del clima.
mero de Norte a Norte, y luego se desplega- Atlántico no era más que un desierto reros a escalar las montañas más altas Sin el movimiento de las corrientes ma-
ron hacia el Sur. En los noventa, las grandes infinito de agua, impracticable para la y a atravesar los desiertos más secos: rinas, no circularía la atmósfera. Abri-
compañías de telecomunicaciones se hicie- navegación. Las leyendas incluso afir- gracias a los documentales y pelícu- gan, además, gran parte de la biodiver-
ron cargo de los primeros cables de fibra maban que la extensión de aquel temi- las —El mundo del silencio y Viaje al fin sidad de la Tierra, crucial para la cade-
óptica: AT&T, Orange, Telefónica y la gran do y tenebroso mar poblado de mons- del mundo— del francés Jacques Cous- na alimenticia global. Pero pese a los
Level 3, recientemente comprada por Cen- truos que nadie había logrado cruzar teau y la tripulación de su barco insig- avances en monitoreo satelital y en sub-
turyLink, que posee más del 70% de las co- era tan inmensa que llegaba hasta el nia, el Calypso, los océanos dejaron de marinos autónomos –aún no tan avan-
nexiones de Internet del mundo. lejano país de los muertos. ser imaginados como los hogares de los zados como para sumergirse en lo ver-
Desde hace casi una década, los gran- Aquel viaje a lo desconocido atra- monstruos más aterradores para pasar daderamente profundo–, las entrañas
des monstruos de la tecnología como Fa- vesó por momentos hambrunas, insu- a deslumbrar por su belleza e inquietar del océano permanecen en gran parte
cebook y Google se sumaron para montar rrecciones, enfermedades, asesina- por su fragilidad. inexploradas: un mundo silencioso y
sus propios cables, algunos en consorcio tos, incendios y deserciones. Pero al En las profundidades radicaba la es- frío dominado por la oscuridad, salpica-
con las empresas de telecomunicaciones triunfar dio inicio a una nueva era de peranza: un nuevo espacio para habitar do solo por pequeños resquicios de luz
y otros en solitario, demostrando su pode- exploraciones que llevaría a la huma- y conquistar con colonias submarinas. de organismos bioluminiscentes, que
río. No es casual. Sólo en cinco años, desde nidad a las cimas de las montañas pri- Al mismo tiempo que toda una genera- despertó por siglos las más inquietan-
2012 a 2017, entre las veinte empresas mero, y a los confines de su vecindario ción soñaba con mudarse a la Luna y a tes pesadillas, tan bien delineadas por
con más ganancias del mundo, las compa- solar después dándole, en el camino, Marte, un grupo minoritario deseaba Herman Melville en Moby Dick (1851),
ñías tecnológicas duplicaron su presen- la espalda al océano de donde la vi- convertirse en “acuanauta”. Hubo, de Julio Verne en Veinte mil leguas de viaje
cia y se concentraron en la cima. En 2017, da misma y aquella inquietud por co- hecho, varias estaciones experimenta- submarino (1870) y películas como The
Apple, Google/Alphabet, Microsoft, Ama- nocer habían emergido. Hoy vivimos les que investigaron la viabilidad de vi- Abyss (1989) de James Cameron.
zon, Facebook son las empresas más ricas contrariados: sabemos más acerca de vir en las profundidades, desde el pro-
del planeta. Las grandes compañías finan- los caprichos geológicos de la Luna, yecto Conshelf al más reciente laborato- Futuro ácido
cieras, energéticas, de telecomunicaciones Marte, Mercurio, Venus y planetas rio Aquarius frente a la costa de Florida. “Es una situación curiosa que el mar, del
e industriales del siglo XX perdieron terre- enanos como Ceres que sobre aquello Sin embargo, en pocas décadas el océa- que por primera vez surgió la vida, aho-
no frente a ellas. También debajo del mar. g que habita y sucede entre la superficie no volvió a quedar en un segundo plano. ra se ve amenazado por las actividades de
de los océanos y el fondo marino, un El descubrimiento repentino de una de esas formas de vida –escribió en
Natalia Zuazo hábitat que cubre más superficie del criaturas exóticas, los desastres eco- 1951 la bióloga marina Rachel Carson en
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cuperación de zonas como la Bahía de


Chesapeake –que rodea los estados de
Maryland y Virginia– y el río Támesis
en Reino Unido, gracias a mejoras en las
prácticas agrícolas.

Nuevos ojos
“Nosotros los humanos tenemos la idea
de que la Tierra, toda ella: los océanos,
los cielos, es tan vasta y tan fuerte que
no importa lo que le hagamos –advier-
te Sylvia Earle–. Eso pudo haber sido
verdad 10.000 años atrás, y quizás hace
1.000 años, pero en los últimos cien, y
especialmente en los últimos cincuen-
ta hemos explotado los recursos, el ai-
re, el agua, la vida salvaje que hacen
posible nuestra vida. El océano nos es-
tá hablando. Antes no lo sabíamos, pe-
ro ahora vemos las señales. La buena
noticia es que hay ahora más de 4.000
lugares en el mar, alrededor del mun-
do, protegidos como santuarios ma-
rinos nacionales. Los próximos diez
años pueden ser los más importantes
que nuestra especie tendrá para prote-
ger lo que queda de los sistemas natu-
rales que nos dan vida.”
La población mundial se ha triplica-
do en los últimos cuarenta años y, con
ella, la demanda de alimento. Según la
Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura,
cada año retiramos 160 millones de to-
neladas de pescado de los océanos. La
pesca, que alguna vez fue artesanal,
Armando Rearte, Perfume, 1985 (Gentileza Museo Nacional de Bellas Artes) ahora se realiza con redes de arrastre.
A esto se le suma que depositamos en
ellos anualmente ocho millones de to-
neladas de basura y se estima que para
The Sea Around Us–. Pero el mar, aunque me a los océanos? ¿O es que asumen que Cousteau o Rachel Carson, se imaginó 2050 habrá más plástico que peces en el
alterado de una manera siniestra, conti- el océano es sólo un lugar oscuro y depri- que los seres humanos podríamos hacer océano. Y encima en los últimos años ha
nuará existiendo; la amenaza es más bien mente sin nada que ofrecer?”. algo para dañar al océano tanto por lo que surgido una nueva amenaza: la minería
para la vida misma.” Dos fronteras del conocimiento pa- poníamos o por lo que sacábamos de él. de aguas profundas para la extracción
Los océanos son el museo más gran- recen así entrar en pugna: el sociólogo Parecía, en aquel tiempo, que era el mar de metales preciosos.
de de la Tierra: hay más artefactos y alemán Amitai Etzioni diferencia por un del Edén. Pero ahora lo sabemos y ahora En su novela En busca del tiempo
restos de historia en el fondo del océano lado el espacio profundo –un lugar dis- enfrentamos la pérdida del Paraíso.” perdido, Marcel Proust dice: “El ver-
que en todos los museos del mundo jun- tante, hostil y, que se sepa, estéril– y por Desde 1950, por ejemplo, se han dadero viaje de descubrimiento no es
tos (barcos hundidos, aviones estrella- el otro, los océanos, cercanos, repletos cuadruplicado las llamadas “zonas tanto buscar nuevos paisajes, sino ver
dos e incluso ciudades enteras). Alrede- de vida y donde se podría llegar a encon- muertas” en los océanos: regiones sin con nuevos ojos”. Los océanos preci-
dor de dos tercios de su volumen tiene trar algún día fuentes para desarrollar oxígeno donde ningún tipo de cria- san exactamente eso: un cambio en su
menos de 1.000 metros de profundidad, tranquilizantes más potentes o antican- tura submarina puede sobrevivir y percepción después de siglos de atra-
mientras que su punto más profundo es cerígenos y antibióticos más eficaces. que alteran la estructura de las cade- vesarlos ignorando lo que hay deba-
de 11 km debajo de la superficie. A comienzos del siglo XXI, arrancó nas alimentarias. La desoxigenación jo. Para el ecólogo marino británico
Oceanógrafos como David Gallo se- un programa internacional denomi- a gran escala en las zonas costeras es Jon Copley, los motivos que impulsen
ñalan que, debido a la presión y la os- nado Censo de la Vida Marina –www. consecuencia de los fertilizantes y las nuestros próximos viajes al océano
curidad, hemos explorado menos del coml.org– para comprender mejor la aguas residuales y, desde ya, del au- profundo definirán su futuro. Pode-
5 por ciento de su interior. O sea, el vida oceánica. La iniciativa duró diez mento de las temperaturas globales mos ir allí para aprender de él o para
95 por ciento restante es un misterio. años y arrojó luz sobre tanta oscuridad. debido al incremento de las emisiones explotar sus recursos naturales para
A diferencia de la Luna y otros plane- El censo y posteriores estudios aporta- de gases de efecto invernadero. Sus nuestra expansiva población. O quizás
tas, el lecho marino no puede ser car- ron algunas estimaciones de lo que ha- consecuencias futuras son preocu- por una vez podamos lograr un equili-
tografiado con radares ya que el agua bría allá abajo (y arriba): 8,74 millones pantes: debido a esta situación, se es- brio entre los dos objetivos.
del océano tiende a obstruir las ondas de especies en todo el planeta, de las tima que la capacidad del océano pa- Fue Rachel Carson quien mejor lo di-
de radio de un satélite. Se sabe que allí cuales 2,2 millones son marinas. “Cal- ra producir oxígeno se reducirá en el jo: “Finalmente, el ser humano encontró
abajo hay grandes cordilleras como la culamos que conocemos un 9% de las futuro y se espera que la pérdida de el camino de regreso al mar. De pie en sus
Dorsal Mesoatlántica de 64.400 km especies de animales que habitan en los hábitat empeore. “Los principales orillas, debe haber mirado hacia allí con
de largo, el doble de volcanes activos océanos –advierte el oceanógrafo Paul eventos de extinción en la historia asombro y curiosidad, combinado con un
que sobre la Tierra, y recién a comien- Snelgrove–. Esto significa que el 91%, de la Tierra se han asociado con cli- reconocimiento inconsciente de su lina-
zos de 2017 se descubrió Zelandia, un incluso después de este censo, queda mas cálidos y océanos deficientes en je. A lo largo de los siglos, con toda la ha-
enorme continente sumergido en el aún por descubrir. Eso da como resulta- oxígeno”, advierte en un reciente ar- bilidad y el ingenio de la razón ha tratado
Pacífico que cubre un área de 4,9 mi- do unos dos millones de especies. Que- tículo publicado en la revista Science de explorar e investigar sus partes más
llones de kilómetros y sus zonas visi- da mucho por hacer.” la ecóloga marina Denise Breitburg remotas, para volver a entrar en él. Cons-
bles son Nueva Zelanda y Nueva Ca- El océano demostró estar, por ejem- del Smithsonian Environmental Re- truyó botes para aventurarse en su super-
ledonia. “También están allí los valles plo, interconectado. Los organismos search Center, en Estados Unidos. ficie. Más tarde encontró formas de des-
más profundos, lagos submarinos, cas- marinos no conocen de límites inter- En comparación con las cincuen- cender a las partes poco profundas de su
cadas bajo el agua –cuenta Gallo–. Y en nacionales; se mueven a voluntad. ta zonas muertas conocidas en 1950, lecho, llevando consigo el aire que, como
lugares profundos donde creíamos que “Solo hemos comenzado a descubrir la hasta el momento se sabe de unas qui- mamífero terrestre no acostumbrado a
no había nada de vida, hallamos más tremenda variedad de vida que nos ro- nientas cerca de las costas, como la la vida acuática, necesitaba respirar. Ha-
vida que en un bosque tropical.” dea”, dice el coautor del estudio Alas- que se encuentra en el Río de la Pla- lló formas de explorar sus profundida-
¿Pero por qué se sabe tan poco? Se- tair Simpson. Al igual que los astróno- ta y en la costa de Brasil, de acuerdo des, extendió redes para capturar su vida
gún el oceanógrafo Robert Ballard, con el mos, los científicos marinos están uti- a la Red Global de Oxígeno Oceánico e inventó ojos mecánicos para recrear un
presupuesto anual de la NASA para ex- lizando nuevas herramientas y técni- (www.ocean-oxygen.org), aunque la mundo hacía tiempo perdido, un mun-
plorar los cielos podríamos explorar los cas sofisticadas para mirar en lugares falta de monitoreo en muchas regio- do que en las partes más profundas de su
océanos durante 1.600 años. “¿Por qué nunca antes vistos. nes implica que el verdadero número mente nunca había del todo olvidado.” g
miramos más arriba que abajo? ¿Porque Se trata de un verdadero trabajo en- podría ser aun mayor.
es el cielo y asociamos las profundidades ciclopédico y a contrarreloj. “Hace cin- Esta investigadora, sin embargo, es-
con el infierno? –se pregunta quien en cuenta años, cuando comencé a explorar tá lejos de ser apocalíptica: indica que
1985 encontró los restos del Titanic–. ¿Es el océano –dice la exploradora y bióloga las acciones locales son sumamen-
*Periodista científico.
por una cuestión cultural? ¿Por qué se te- marina Sylvia Earle–, nadie, ni Jacques te importantes, como se vio con la re- © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur

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