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PETICIÓN 45-99
INADMISIBILIDAD
RITA ORTIZ
ARGENTINA
21 de octubre de 2006
I. INTRODUCCIÓN
3. Por su parte el Gobierno sostiene que la petición fue presentada a la Comisión fuera
del plazo previsto en el artículo 46.1.b de la Convención deviniendo en inadmisible por
extemporaneidad.
4. Además el Estado alega que las quejas de la peticionaria son clasificables dentro de
la llamada cuarta instancia y que la pretensión de la peticionaria es utilizar esta instancia
internacional a modo de tribunal de alzada de la jurisdicción doméstica, pretendiendo que
en dicho ámbito se revisen las conclusiones sobre valoración jurídica que realizó la Corte
Suprema de Justicia de la Nación y las cuales fueron adoptadas dentro de marco de
absoluto e irrestricto respeto al debido proceso.
14. La presunta víctima fue internada el día 13 de abril de 1994, en el Hospital Interzonal
de Agudos "Vicente López y Planes" de la localidad de General Rodríguez, Partido del
mismo nombre, en la provincia de Buenos Aires, para realizarle un reemplazo total de la
cadera izquierda debido a una fractura de la cabeza femoral con destrucción ósea.
15. El peticionario refirió que debido a Ia falta del instrumental, la operación programada
para el 19 de abril de 1994, fue suspendida y reprogramada para el 28 de abril próximo,
pero que finalmente la intervención se realizo el día 10 de mayo de 1994, 27 días después
de haber ingresado al hospital lo cual le provocó una depresión severa por la incertidumbre
acerca del momento en que sería operada. El peticionario afirmó que después de la
operación, el parte quirúrgico menciona el reemplazo total de la cadera con la colocación de
una prótesis no cementada omitiendo de ex profeso la grave lesión que le había sido
provocada "cometiendo una flagrante mala praxis, lo que se puede calificar de negligente
(...) ya que no adoptó los cuidados necesarios para no provocar el citado corte" y que
también actuó con impericia ya que lo acaecido demuestra la incapacidad técnica para el
ejercicio de su profesión o arte. El peticionario señaló que el médico interviniente también
fue omiso en informar a los familiares de la funesta consecuencia de la operación que en la
práctica ordinaria no acarrea este tipo de complicaciones, y que las evaluaciones post
operatorias por parte de los profesionales intervinientes fueron alternadas, no efectuándose
todos los días.
16. El peticionario indicó que el informe del auditor médico que fue parte de la historia
clínica presentada como prueba en el juicio seguido ante la Corte Suprema de la Nación,
constató que existía una lesión del ciático y ciático popliteo externo, posterior a la operación
de cadera; y que en el mismo sentido Ia lesión quedó constatada en el informe de
electromiograma. Por su parte, la evaluación neurológica refirió que la paciente presentaba
parálisis periférica en territorio de nervio ciático poplideo externo izquierdo con lo cual
destaca el peticionario que todos los facultativos que atendieron después de la operación a
la señora Ortiz diagnosticaron la lesión sufrida.
19. Cabe aclarar que este tribunal tiene competencia originaria por razón de ser parte de
un proceso judicial en una Provincia del Estado argentino.
22. El 24 de septiembre de 1998 la Corte Suprema de Justicia dictó una resolución que
el peticionario considera contradictoria debido a que la Corte falló que no aparecía
acreditado fehacientemente la sección del nervio ciático de la señora Ortiz; ni que el daño
originado revelaba la impericia del profesional interviniente; ni el estado de abandono en
que permaneció la señora Rita Ortiz durante la internación; de modo que la sentencia
incurrió en contradicciones con los considerándos del fallo "lo que hace que se violen las
más elementales garantías del debido proceso sustantivo; y del principio de legalidad y
razonabilidad que debe guardar todo pronunciamiento judicial, máxime si proviene del
órgano superior del Poder Judicial de la Nación".
25. Por otra parte, el Estado observó respecto al plazo de presentación de la petición
que ésta se hizo fuera de los términos previstos en el artículo 46.1.b de la Convención
deviniendo en inadmisible. El Estado sostiene que de la compulsa del expediente judicial
sustanciado en el ámbito doméstico, surge que la sentencia de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación fue notificada a la parte actora con fecha 16 de octubre de 1998 y que de
acuerdo a las constancias documentales en traslado, la petición fue oficializada el 20 de
abril de 1999.
26. El Estado consideró que además no se verificó ninguna justificación para que la
denuncia se impetrare fuera del término, sobretodo cuando el recurso interno intentado es
de instancia única y originaria de la Corte Suprema, y por tanto no susceptible de recurso
alguno, lo que importa que una vez notificada la resolución adoptada por el tribunal quedaba
expedita la oportunidad de acudir al sistema interamericano.
27. El Estado también alegó que las quejas de la peticionaria son clasificables dentro de
la Ilamada cuarta instancia pues de su exposición se desprende con claridad Ia intención de
utilizar la instancia internacional a modo de tribunal de alzada de la jurisdicción doméstica,
pretendiendo que en dicho ámbito se revisen conclusiones sobre valoración jurídica que
realizó la Corte Suprema de Justicia de la Nación respecto de las alegaciones de la
demandante.
28. Además el Estado señaló que del análisis de la causa se aprecia que Ia reclamante
ha tenido acceso a la jurisdicción, ha gozado de un adecuado patrocinio letrado, ha podido
alegar en defensa de sus derechos, ofrecer y producir prueba, y su reclamo ha sido objeto
de un pronunciamiento definitivo dentro de un plazo razonable, todo ello dentro de un marco
de absoluto e irrestricto respeto al debido proceso, además de no existir un elemento
concreto que pueda deslizar la sospecha de parcialidad o de apartamiento del derecho
vigente.
29. Respecto de la decisión de la Corte Suprema, el Estado expresó que ésta resulto del
análisis jurídico de las alegaciones de las partes y que en el juicio seguido la actora no logró
probar causal de responsabilidad subjetiva en los términos del artículo 512 del Código Civil
toda vez que en opinión del alto tribunal no se ha probado impericia, negligencia o
imprudencia del personal del hospital que pudiera justificar el resarcimiento pretendido; por
lo que, en tanto el objeto del debate se centra en cuestiones vinculadas a la valoración de la
prueba, la petición se perfila claramente inadmisible en función de la citada doctrina de la
cuarta instancia.
31. La Comisión tiene competencia ratione loci para conocer la petición, por cuanto en
ella se alegan violaciones de derechos protegidos en la Convención Americana que habrían
tenido lugar dentro del territorio de un Estado parte en dicho tratado. La CIDH tiene
competencia ratione temporis por cuanto la obligación de respetar y garantizar los derechos
protegidos en Ia Convención Americana se encontraba en vigor para el Estado en la fecha
en que habrían ocurrido los hechos alegados en la petición. Finalmente la Comisión tiene
competencia ratione materiae, porque en la petición se denuncian violaciones a derechos
humanos protegidos por la Convención Americana.
B. Requisitos de Admisibilidad
34. Por su parte, el Estado no refutó de modo alguno los alegatos de los peticionarios en
éste sentido y de hecho señaló en sus alegatos que una vez que la Corte Suprema se había
pronunciado, los peticionarios contaban con la posibilidad de presentar una petición ante la
CIDH.
35. En consecuencia, la Comisión considera que los recursos idóneos relacionados con
las violaciones alegadas fueron debidamente agotados.
38. Cabe mencionar que si bien esta regla garantiza certeza legal y estabilidad una vez
que ha sido adoptada una decisión, la fecha de recepción de la petición en éste caso no
puede ser determinante sobretodo cuando consta en el expediente que el escrito de
denuncia fue realizado el 15 de abril de 1999, dentro de los seis meses posteriores a que
fuera notificada la sentencia definitiva. En todo caso la mora en que habría incurrido el
peticionario es mínima y ello no debe ser un impedimento para que la Comisión pueda
entrar al estudio de esta causa por lo que se considera que se encuentra satisfecho el
requisito establecido por el artículo 46.1.b de la Convención Americana.
41. Luego de estudiar los argumentos de hecho y de derecho expuestos por las partes y
el acervo probatorio que ha tenido a su alcance, la Comisión considera que los hechos
planteados por los peticionarios no caracterizan una violación a los artículos 1, 2, 5, 8, 9, 21,
24,y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante "la
Convención").
42. El argumento central del peticionario consiste en que el Estado es responsable del
resarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados en la salud de la presunta víctima y sus
familiares por la negligencia e impericia de que fue objeto los días anteriores, posteriores y
durante la intervención quirúrgica en el hospital público "Vicente López y Planes" de la
localidad de General Rodríguez, Provincia de Buenos Aires.
43. El peticionario adujo que debido a la mala praxis del médico interviniente se le
ocasionó a la señora Rita Ortiz un daño en el nervio ciático y que ello lo llevó a instaurar una
demanda civil ante la Corte Suprema de Justicia en donde quedaron acreditadas las graves
lesiones sufridas por la presunta víctima emanadas del mal desempeño de los profesionales
dependientes del hospital "Vicente López y Planes", tal como el mismo tribunal lo expresó
en sus considerándos, pero que al momento de emitir su fallo -el cual el peticionario
consideró arbitrario y carente de todo sustento legal y fáctico- la Corte se contradijo y
resolvió que no aparecía acreditado fehacientemente la sección del nervio ciático de la
señora Ortiz, ni que el daño originado revelaba la impericia del profesional interviniente; ni
que la paciente permaneció en un estado de abandono, por lo que la sentencia incurrió en
contradicciones lo cual violaba las garantías del debido proceso; y del principio de legalidad
y razonabilidad que debe guardar todo pronunciamiento judicial, incurriendo así en una
denegación de justicia.
44. Al respecto, el Estado alegó que las quejas de la peticionaria son clasificables dentro
de la llamada cuarta instancia pues ésta pretende que la CIDH revise las conclusiones
sobre valoración jurídica que realizó la Corte Suprema de Justicia de la Nación respecto de
las alegaciones de las partes. Además adujo que del análisis de la causa se aprecia que la
reclamante ha tenido acceso a la jurisdicción, ha gozado de un adecuado patrocinio letrado,
ha podido alegar en defensa de sus derechos, ofrecer y producir prueba y su reclamo ha
sido objeto de un pronunciamiento definitivo dentro de un plazo razonable, todo ello en el
marco del debido proceso. Respecto de los jueces manifestó que no ha existido sospecha
de parcialidad o de que estos se hubieren apartado del derecho vigente.
45. Ahora bien, en los recaudos que constan en el expediente se encuentran los autos
emitidos a lo largo de la causa civil instaurada y la decisión dictada por la Corte Suprema de
la Nación el 24 de septiembre de 1998. De su lectura se desprende que además de la
demanda que fue trasladada oportunamente a la Provincia, el peticionario tuvo oportunidad
de anexar pruebas documentales propias y ofrecer pruebas en poder de terceros, así como
la prueba confesional, pericial médica, contable y testimonial, las cuales fueron admitidas - a
excepción de la pericial contable- por auto de fecha 14 de febrero de 1997, auto en el cual
también se designó a un especialista en traumatología, fisiatría y rehabilitación; y a una
especialista en psiquiatría. Consta en la información presentada que forma parte del
expediente, que fueron rendidas debidamente las periciales traumatológica y psiquiátrica
que habían sido ordenadas y que las mismas fueron impugnadas por el peticionario el 29 de
abril de 1997. Por último forma parte del expediente el auto de fecha 23 de abril de 1997,
correspondiente a la audiencia en donde el testigo citado tuvo oportunidad de contestar a
las preguntas formuladas.
46. Del fallo emitido por el máximo órgano judicial se puede apreciar que éste entró a
analizar las posiciones de ambas partes; y que en los considerándos dejó asentado que no
había duda que en el acto quirúrgico se constató una lesión importante en el nervio ciático,
pero que mientras la demandante consideraba que ésta era producto de mala praxis, la
Provincia de Buenos Aires lo atribuía a una contingencia posible dentro de este tipo de
intervenciones, lo cual coincidía con la opinión del médico perito designado por el juez.
Cabe aclarar que oportunamente el representante de la víctima había impugnado el informe
emitido por el médico perito y el médico psiquiatra.
47. Así mismo se desprende que el tribunal tomó en cuenta tanto la historia clínica de la
paciente, así como las pruebas periciales presentadas, y que incluso el tribunal se remitió a
la literatura especializada para apoyar la resolución, para finalmente fallar que quedaba
rechazada la demanda porque la peticionaria "no logró probar que las consecuencias que
considera derivadas de un acto intraquirúrgico constituyan el cumplimiento deficiente de la
prestación asistencial a cargo de la institución hospitalaria dependiente de la demandada".
48. Por su parte, la Comisión no puede entrar a valorar los hechos objeto de la
demanda, de otra forma se configuraría la llamada "cuarta instancia" en la protección
internacional de los derechos humanos. Y la premisa básica de esa fórmula es que la
Comisión no puede revisar las sentencias dictadas por los tribunales nacionales que actúen
en la esfera de su competencia y aplicando las debidas garantías judiciales, a menos que
considere la posibilidad de que se haya cometido una violación de la Convención.[3]
En la medida en que los peticionarios aducen errores de hecho y de derecho cometidos por
la Corte de Apelaciones de Bruselas, la Comisión recuerda que, conforme al artículo 19 de
la Convención, su única función consiste en asegurar la observancia de las obligaciones
asumidas por las Partes en la Convención. En especial, no es competente para entender en
una petición en que se aduzcan errores de derecho o de hecho que hayan cometido
tribunales nacionales.[5]
51. De éste modo, la Comisión carece de competencia para sustituir su juicio por lo de
los tribunales nacionales sobre cuestiones que involucren la interpretación y explicación del
derecho interno o la valoración de los hechos.
53. Por tanto, la protección judicial que reconoce la Convención comprende el derecho a
procedimientos justos, imparciales y rápidos, que brinden la posibilidad, pero nunca la
garantía de un resultado favorable.[7] En consecuencia, la Comisión no encuentra que se
hayan violado el artículo 25.
V. CONCLUSIONES
55. La Comisión concluye que este caso reúne los requisitos de admisibilidad formal
previstos por el artículo 46 de la Convención. No obstante, el análisis efectuado en este
informe respecto a la información disponible en el expediente conduce a la Comisión a
concluir que los hechos denunciados, aún en el supuesto de resultar ciertos, no caracterizan
una violación de la Convención Americana en tanto que de acuerdo con la información
presentada, la Comisión no ha podido identificar hechos que caracterizan una violación de
la Convención Americana. Conforme a los requisitos del artículo 47 de la Convención.
DECIDE:
Dado y firmado en la ciudad de Washington, D.C., a los 21 días del mes de octubre de
2006. (Firmado): Evelio Fernández Arévalos, Presidente; Paulo Sérgio Pinheiro, Primer
Vicepresidente; Florentín Meléndez, Segundo Vicepresidente; Freddy Gutiérrez, Paolo G.
Carozza, miembros de la Comisión