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1. Estructura nerviosa
Los astrocitos y la glía en general cumplen el importante rol de proporcionar soporte físico a las neuronas,
de modo que se mantengan en el lugar en el que se encuentran, además de regular la transmisión de
impulsos eléctricos. Los astrocitos son la glía más abundante en el cerebro, de forma que su papel
estructural tiene especial relevancia en este órgano.
2. Barrera hematoencefálica
Estas células gliales actúan como intermediarios entre las neuronas y el sistema circulatorio,
concretamente los vasos sanguíneos. En este sentido cumplen una función de filtrado, de modo que
constituyen una parte de la barrera hematoencefálica, formada por células endoteliales cerebrales
estrechamente unidas.
3. Aporte de nutrientes
La conexión de los astrocitos con el sistema vascular permite que obtengan nutrientes, como la glucosa o el
ácido láctico, de la sangre y puedan proporcionárselos a las neuronas.
5. Reserva de glucógeno
Es posible que la astroglía tenga también la función de almacenar glucógeno, que sirve como depósito
energético, con el objetivo de que las neuronas puedan acceder a estas reservas en momentos de
necesidad.
6. Regulación del espacio extracelular
Los astrocitos ayudan a mantener el equilibrio iónico en el espacio extracelular; en concreto,revierten la
acumulación excesiva de potasio porque son muy permeables a estas moléculas.
Tipos de astrocito
Existen tres tipos de astrocito que se diferencian por el linaje celular del que provienen, es decir, del tipo de
células neuroepiteliales a partir del cual se originan. Así, podemos distinguir entre astrocitos fibrosos,
protoplasmáticos y radiales.
1. Fibrosos
Estos astrocitos se localizan en la sustancia blanca del sistema nervioso, es decir, en las zonas formadas
predominantemente por axones mielinizados. Se caracterizan por su bajo número de orgánulos
(subunidades celulares con funciones diferenciadas).
2. Protoplasmáticos
Los protoplasmáticos contienen muchos orgánulos y son el tipo de astrocito más numeroso. Se sitúan
sobre todo en la sustancia gris del cerebro, compuesta principalmente por cuerpos celulares.
3. Radiales
La glía radial juega un papel determinante durante el proceso de migración celular, ya que las neuronas
“viajan” por el sistema nervioso apoyándose en este tipo de astrocitos. No obstante, también hay células
gliales radiales activas en la edad adulta, como las células de Bergmann localizadas en el cerebelo.
MICROGLIA
El sistema inmune humano se compone de muchas estructuras y procesos diferentes. En esta función están
implicados órganos como la médula ósea, el timo, el bazo o los ganglios linfáticos, fundamentales para la
producción de células inmunitarias.
En este artículo describiremos las funciones y las enfermedades relacionadas con la microglía, una de
estas células.
¿Qué es la microglía?
La microglía es un tipo de célula glial que se encuentra en el sistema nervioso central. El término se utiliza
para hablar de un conjunto de células que cumplen funciones similares, relacionadas sobre todo con la
defensa inmunitaria y la fagocitación de elementos potencialmente dañinos para las neuronas.
El término “microglía” fue acuñado en 1920 por Pío del Río Hortega, discípulo del pionero de las
neurociencias Santiago Ramón y Cajal. Las funciones inmunitarias de estas células son conocidas desde la
época de su descubrimiento, si bien el conocimiento sobre sus características ha avanzado en las últimas
décadas.
Se trata de un tipo de glía muy versátil: la estructura de la microglía varía según las funciones que cumpla
cada célula, el lugar en el que se encuentre y las señales químicas que reciba de neuronas colindantes.
Hablamos de “fenotipo” para referirnos a la forma concreta que adopta cada microglía.
Se originan a partir de células progenitoras del mismo linaje que las que componen la sangre, localizadas
probablemente en la médula ósea o en el saco vitelino anexo al embrión. Algunas de estas células migran al
cerebro durante el desarrollo intrauterino; una vez han llegado a esta estructura se diferencian como
microglía.
4. Presentación de antígenos
Al inflamarse un tejido, los linfocitos T atraviesan la barrera hematoencefálica y entran en el sistema
nervioso central. Una vez aquí se unen con células de la microglía que han fagocitado antígenos (partículas
a partir de las cuales se producen anticuerpos); esto potencia la eliminación de amenazas y la recuperación
de lesiones.
En esta última función son especialmente importantes los oligodendrocitos, un tipo de célula glial que
forma las vainas de mielina que envuelven los axones del sistema nervioso central. En este artículo
analizaremos qué son los oligodendrocitos y qué funciones cumplen y describiremos sus dos tipos
principales.
En algunos axones las vainas de mielina están separadas en secciones; los espacios no mielinizados se
denominan “nódulos de Ranvier”. Estos puntos permiten la conducción saltatoria de los impulsos neurales:
en los nódulos de Ranvier los intercambios iónicos con el espacio extracelular regeneran los potenciales de
acción, acelerando aún más la transmisión.
La mielinización empieza a producirse antes del nacimiento pero continúa durante las primeras tres
décadas de la vida. A diferencia de las células de Schwann, que cumplen funciones similares en el sistema
nervioso periférico, los oligodendrocitos pueden llegar a cubrir unos 50 axones distintos gracias a sus
múltiples prolongaciones.
Este tipo de glía se forma en la región ventricular ventral de la médula espinal durante el desarrollo
intrauterino, más tardíamente que otros tipos de glía. En adultos siguen apareciendo oligodendrocitos a
partir de células gliales progenitoras, si bien su número es muy inferior al que hay presente durante la
primera neurogénesis.
Tipos de oligodendrocito
Se han encontrado dos tipos principales de oligodendrocito: los interfasciculares y los satelitales. Estas
dos subclases de célula glial se diferencian principalmente en sus funciones, si bien son muy similares a
nivel estructural y molecular.
Los oligodendrocitos interfasciculares, que forman parte de la materia blanca del encéfalo y le dan su color
característico, son el tipo básico; cuando se habla de “oligodendrocitos” lo más habitual es que se esté
haciendo referencia a estos, puesto que son las células que se ocupan de la formación de las vainas de
mielina, el rol principal que se atribuye a los oligodendrocitos.
Por contra, los oligodendrocitos satelitales se incluyen en la sustancia gris debido a que no están
implicados en la mielinización. Tampoco se adhieren a las neuronas, de modo que no cumplen un rol de
aislamiento. Por el momento no se conoce con exactitud cuáles son las funciones de estos
oligodendrocitos.
Ependimocitos: son los que revisten los ventrículos del encéfalo y el conducto central de la médula
espina. Están en contacto con el líquido cefalorraquídeo. Sus superficies adyacentes poseen
uniones en hendidura pero el líquido cefalorraquídeo se comunica libremente con los espacios
intercelulares del sistema nercvioso central.
Tanicitos: recubren el piso del tercer ventrículo por encima de la eminencia media del hipotalámo.
Poseen prolongaciones basales largas que pasan entre las células de la eminencia media y ubican
sus células basales terminales sobre los capilares sanguíneos.
Células epiteliales coroideas: cubren las superficies de los plexos coroideos. Los costados y las
bases de estas células forman pliegues y cerca de su superficie luminal, las células son mantenidas
juntas por las uniones estrechas que las rodean. Las uniones estrechas impiden la filtración del
líquido cefalorraquídeo hacia los tejidos subyacentes.
Las funciones que cumplen son:
Contienen el líquido cefalorraquídeo que se produce en los plexos coroideos.
Las células epiteliales coroideas producen y segregan líquido cefalorraquídeo desde los plexos
coroideos.
Las microvellosidades existentes sobre las superficies libres de los ependimocitos indicarían que
también cumplen una función absortiva.
Los tanicitos transportan sustancias químicas desde el líquido cefalorraquídeo hasta el sistema
portal hipofisario. Lo que les permitiría desempeñar un papel en el control de la producción
hormonal del lóbulo anterior de la hipófisis.
CELULAS DE SCHWANN
Las células de Schwann son células gliales periféricas que se forman en la cresta neural embrionaria y
acompañan a la neurona durante su crecimiento y desarrollo. Recubren a las prolongaciones (axones) de
las neuronas formándoles una vaina aislante de mielina.
Las células de Schwann funcionan como aislante eléctrico, mediante la mielina. Este aislante, que envuelve
al axón, provoca que la señal eléctrica lo recorra sin perder la intensidad, facilitando que se produzca la
denominada conducción saltatoria.
También las células de Schwann ayudan a guiar el crecimiento de los axones y en la regeneración de las
lesiones (neurapraxia y axonotmesis, pero no en la neurotmesis) de los axones periféricos.
Una de las principales funciones de las células de Schwann es crear la vaina de mielina, que permite que el
impulso nervioso se transmita a lo largo del axón sin perder intensidad en la señal, produciéndose la
llamada conducción saltatoria. Esto significa que el potencial de acción se reproduce sólo en los nodos de
Ranvier, dando la sensación de que la señal salta de un nodo al siguiente, acelerando la transmisión del
impulso nervioso sin tener que aumentar el diámetro de axón. Además, las células de Schwann intervienen
en los procesos de crecimiento y reparación de lesiones en el axón, guiando el crecimiento de las
prolongaciones neuronales, nutriendo los axones y formando parte fundamental del apoyo estructural de
los mismos.
Algunas enfermedades afectan las funciones células de Schwann y producen la desmielinización de las
fibras nerviosas mielinizadas. Esto sucede por ejemplo en la esclerosis múltiple, una enfermedad de origen
autoinmune, donde la desmielinización puede llegar a causar severas limitaciones en los movimientos
voluntarios de la persona que la sufre. En realidad, la capacidad de las células de Schwann de regenerar la
vaina de mielina permanece durante la enfermedad, sin embargo, no está claro para los científicos la razón
por la cual la regeneración no sucede.
LAS CÉLULAS CAPSULARES
Las células capsulares o espaciales son células pequeñas que rodean al cuerpo, dendritas y axones. de
las neuronas de los ganglios espinales, craneales y viscerales, formando una verdadera cápsula, por lo que
se les llama "capsulares". Existe una estrecha relación entre las células satélites y los somas neuronales, a
veces se observan interdigitaciones de sus membranas. Separan la neurona del estrofa conectivo que rodea
al nervio.
Suelen formar, en los cuerpos neuronales, un revestimiento constituido por la superposición de pocas
capas de membrana plegadas, disposición que recuerda la vaina de mielina de las fibras periféricas. La
superficie externa de las células satélites esta cubierta por membrana basal que se continúa de una célula a
otra y reviste a la célula de Schwann del primer internodo. A veces las células satélites se prolongan sobre
el segmento inicial del axón. De hecho, las células capsulares provienen del mismo precursor embrionario
que las células de Schwann, el espongioblasto.