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Justificación

Registramos problemáticas y necesidades de dos órdenes: el del ámbito de la ciudadanía y la


convivencia escolar, y el del ejercicio de los derechos de culturales en ese mismo contexto.

Según la encuesta de convivencia DANE 2012, hecha a estudiantes entre grados 5 y 11 en Bogotá,
alrededor del 12% aseguró que un compañero lo ofendió o le pegó todo el tiempo durante el mes
anterior a la encuesta o que fue víctima de amenazas, ofensas o presión por parte de un escolar a
través de internet; casi el 30% asegura haber visto a algún compañero dañar intencionalmente “en
5 o más ocasiones” propiedades de colegios públicos. En promedio el 60% dice haber consumido
bebidas alcohólicas y cerca del 8% han consumido drogas. En estudiantes de 5° cerca del 40% se
muestra en desacuerdo con la afirmación: “En mi colegio deberían sacar a los homosexuales”,
número que aumenta hasta llegar a 70,2% en grado 11. Para el 83% la indisciplina es la situación
que más afecta el ambiente escolar, seguida de las agresiones verbales (51% en promedio) y los
chismes (cerca del 37%). Cerca del 15 % afirmaron haber sido insultados por un profesor en la
semana anterior a la encuesta. Tales cifras resultan preocupantes en particular en lo que se refiere
al cuidado de lo público, el respecto a ciertos derechos humanos y el ambiente escolar.

La SED lanzó en el 2014 el Proyecto de Educación para la Ciudadanía y la Convivencia -PECC-, para
garantizar la formación de estudiantes en el reconocimiento y aprendizaje de seis capacidades
ciudadanas: identidad; dignidad y derechos; deberes y respeto; sentido de vida, cuerpo y naturaleza;
sensibilidad y manejo emocional; y participación. El PECC ha buscado articular las iniciativas
existentes en un frente común de acciones integradas al currículo que promueva una mejor
convivencia y ciudadanía y vincule a los diferentes actores involucrados.

De otro lado, las políticas culturales en Bogotá han impulsado el respeto y el ejercicio de los
derechos culturales y en particular del derecho a conocer, practicar y disfrutar las artes, como
elementos constitutivos de ciudadanías críticas, propositivas, poéticas e imaginativas. Sin embargo,
el derecho a crear universos simbólicos y ejercer las ciudadanías a través de las artes se ve
amenazado en lo macro por la actual política nacional que da más importancia en los indicadores
de calidad educativa a áreas diferentes a la educación artística, y en lo local por imaginarios y
comportamientos solidarios dicha política. (A este respecto resulta urgente, por ejemplo, identificar
en qué medida los currículos escolares, tanto generales como artísticos, vulneran los derechos
culturales de los estudiantes al reducir sus posibilidades de expresarse libremente a través del arte).

Una pedagogía plural debe dar unidad al programa y al mismo tiempo hacer lugar a diferentes
disposiciones y mediaciones pedagógicas. Esto puede desarrollarse con dos tipos de lineamientos,
uno sería el del macrocurrículo, que establecería la unidad del programa Arte y Escuela, y otro el del
microcurrículo, en el que cabrían las disposiciones y mediaciones pedagógicas que diversas que
tengan las condiciones y calidades suficientes.

Puede definirse el macrocurrículo estableciendo, de modo general, los momentos de la experiencia


de creación artística en un contexto educativo. Tales momentos podrían ser cuatro: el del territorio,
el de la experiencia de creación artística, el de la interacción con otras creaciones y el de la
circulación y apreciación de lo creado. Hemos presentado atrás nuestras razones sobre los dos
primeros; agregamos en el listado que sigue ahora nuestras razones para las dos últimas:

MOMENTO DEL TERRITORIO: la educación artística no tiene sentido si no se la articula con el territorio
(con las historias, las geografías, las vidas de los educados).

MOMENTO DE LA EXPERIENCIA CREADORA: detrás de toda creación artística hay un acto que la hace
posible, una experiencia que demanda de pensamiento creativo, sensibilidad, capacidad expresiva
y realización a través de la expresión.

MOMENTO DE LA CONTAMINACIÓN: se refiere a todas aquellas acciones y momentos en los que una
experiencia de creación artística es animada por la apreciación de otras obras de creación artística
o no artística, por otros saberes y lenguajes, por el trabajo sobre las técnicas. A este momento
pertenece el estudio de una obra artística reconocida, aquello que la obra focal ubica en el centro.

MOMENTO DE LA CIRCULACIÓN Y APRECIACIÓN DE LO CREADO: se refiere a todas las acciones relativas a la


puesta en escena, exposición, circulación, apreciación y evaluación o valoración de lo creado.

El macrocurrículo así concebido supondría que los proceso de educación artística ofertados en el
programa transitan por cada uno de esos cuatro momentos. Debe observarse que estos momentos
no están ordenados temporalmente: no es que primero deba reconocerse el territorio y saberse con
quienes se trabaja para luego sí darse a la experiencia creadora y posteriormente… ¡No! Es posible
dar inicio a un proceso de educación artística que se ajuste a tales momentos comenzando por
ejercicios técnicos, o por la exposición del grupo ante un acontecimiento que les afecta, o por un
trabajo de sensibilización y reconocimiento de quienes somos, o por algún tipo de juego vertiginoso
que se prolonga y en el cual el educador puede rastrear las inclinaciones, las potencialidades, las
afecciones, las historias presentes en el grupo, entre muchos otros. Por ejemplo, de este último se
puede transitar luego hacia el momento del territorio, y luego se puede volver de nuevo a las
contaminaciones con juegos y otras cosas. O puede transitarse hacia la creación de un motivo que
anime el proyecto creativo, (lo que supondría adentrarse en la experiencia de creación que el grupo
acometerá).

En el microcurrículo se ubicarían los dispositivos pedagógicos particulares de la creación artística: la


obra focal y el taller, el happening, la comparsa, los dispositivos de las artes vivas, los del arte de la
representación, etc. Que esta pedagogía sea lo suficientemente flexible y cuente con la calidad
suficiente dependerá de que se establezcan criterios amplios y a la vez rigurosos para incluir aquí
disposiciones y mediaciones diversas y sólidas.

Así, por ejemplo, propuestas educativas tan disimiles como las de Totolincho, articulada en torno a
lo étnico, el mito y el rito y la de la Asociación Cultural Vuelo que se orienta hacia la articulación del
arte con otros saberes de la ciencia, caben aquí enteramente y con pleno reconocimiento de sus
identidades; pues en el momento de las contaminaciones los referentes que pueden animar las
creaciones artísticas variarán según la orientación del proyecto. Y cada una puede poner en juego
las mediaciones y disposiciones de preferencia en total consistencia con el macrocurrículo
planteado atrás.

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