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M II,AN STUCHLI K

.RASGOS DE LA
SOCIEDAD MAPUCHE

MODO, PERSONA Y NUMERO


EN EL VERBO MAPUCHE

Ediciones Universitarias de La Frontera

EDICIONES NUEVA UNlVERSlCAD


-
Universidad Católica de Chile
Vlcerrectoria do Comunicaciones
EDICIONES NUEVA UNIVERSIDAD 1
B .

Colección Universidad y Ciencias Sociales


Es propiedad de los autores,
inscripcicín número cuarenta y dos
mil seiscieiatos seseiita y tm. Dere-
chos éxclusioos cedidos a Unioersiduú Ca-
tólica de Chile para todos los países de habla
hispana. Primera edición de tres mil eiemplmtes,
coproducida por Ediciones ZÍnivcrsitarias de ha
Frontera y Ediciones Nueva Universidad. .
Portada d e Ana María Maksymowicz.
Santiago de Ch&, agosto de niil
novecientos setenta y cuútro. MILAN STUCHLIK

Editado por Ediciones Nueva Universidad, Univer- RASGOS D E LA SOCIEDAD


sidad Cat6lica de Chile, Vicerrectoría de Comu- MAPUCHE CONTEMPORANEA
nicaciones. Impreso en los Talleres de la Imprenta
Editorial de la Universidad Católica de Chile.
INTRODUCCION
DE M A T E R I

Intrduccidn ........................
1. Brece reseña histórico-einográfica ........... iin cuando los Mapuche forman tina minoría
relativamente pequeña dentro de la socie-
- Laa reducciones y la esimctura tradicionol social dad chilena (constituyen, aproximadamente,
- La idmitidad mopuchc como estereotipo ..... un 5% de ella), con su medio rn$6n de
iembros, pertenecen a las sociedades indígenas más
11. Algu.tws de las caracfer.ist.icas b&icas de lo crrgani-
andes en América del Sur. Sin embargo, el conoci-
zación socitil mapuche contemporánea . . f . ......
iento de su historia, de sii cultura, de su organización
-- La cstrudura y la diiribución de pader en la co- social, de su legalidad, costumbres y creencias no sólo
.......................

111.
munidad
- El sistema de tenkncia de la tierra . . . . . . . . .
LAS condiciones del c c m t k o contemporáneo . . . . .
S o van mano a mano ron esta posición importante de
6 a sociedad Mapuche, sino que, en realidad, dejan mil-
-

ho que desear. Hasta hace poco, el interés chileno en


Mapuche se centraba exclusivamente en los proble-
-

i
'Aiiexo: El estudo actual de la sociedad maguche y algunas as de la reglamentación del contacto; en o,tras pala-
srcgercncias para la solución de los problemas de ras, la pregunta más importante era siempre' ¿qué ha-
su desarrollo integral . . . . . . . . . . . . . . . 9 er con los Mapuche?; y nunca, ¿qué son o cómo son
os Mapuche?
Las investigaciones sociales estaban siempre en-
A D A L B E RSALAS:
~ Modo, persona y nzímero en e¡ verbo
, mapuche.. . . . . . . . . . . . . . . . 10
ocadas desde el punto de vista de la solución a algún
roblema concreto e inmediato; prácticamente, nunca
esde el punto de vista de cómo era y cómo funciona-
-
L .

ba la sociedad Mapuclie. Las cosas que había a iina correlación entre el alto número de ventanas
cambiar, los problemas que deberían solucionarse, 1 bajo rendimiento, consecuentemente la solución a ,

objetivos que deberían lograrse, todo estaba defi bajo rendimiento sería tapar un número determi-
con la sociedad chilena, frecuentemente no sólo de ventanas en Q casas de escolares Mapuche.
conocimientos previos de la sociedad Mapuche aún suponiendopue tal investigación se realiza-
no también sin conocimiento previo de sí misma. una manera técnicaniente correcta, sus conclusio-
más, los conocimientos fragmentarios, limitados y o significarían nada sin un estudio comparativo
dóticos que muchos chilenos obtienen en el trans co entre 10s niños cliilenos. .
' d e su vida, especialmente en la zona de "La F Sin embargo, hay un punto todavía más impor-
ra", s e presentan Como el conocimiento completo icbmo se el rendimiento escolar? Por las
temático de la cultura y sociedad Ma~uclle,dan obtenidas por los alumnos. Tal tipo de investiga-
origen a toda una serie de estereotipos que ri upone que proceso de calificar es un proceso
contactos de chilenos con Mapuche. Puedo ilu o de evaluación de conocimientos; pero, iqué pa-
dicho con un ejemplo relativamente simple. En
amos vuelta la pregunta?. . . ¿Puede el bajo ren-
últimos tiempos, los planes de l& Universidades
Temuco Iian incluido proyectos de investi imiento de niños Mapuche ser una prueba, no de 'sus
ca del rendimiento escolar de los alumnos M ocos conocimientos, sino de un prejuicio existente en
sus causas y factores. El objetivo de tales investiga edad chilena?. . . i D e dónde surge esa idea del
nes, formulado en forma explícita o implícita, es de jo rendimiento? Del famoso "todo el mundo sabe";
ueno, si lo sabe todo el mundo, iiaturalmente lo sa-
litar o anular esos factores. Ya en la formulación d
mbién los profesores y es perfectamente posible
problema hay un supuesto hasta ahora no verifica
ue este conocimiento esté influyendo en su evaluación
a saber, que el rendimiento mxdar promedio alumnos. Nuevamente, no quiero afirmar que
niños M a ~ u c h ees lnás bajo que el rendimiento a así, aunque el heclio de que sea posible hace
promedio de 10s niños chilenos. NO digo que sa una investigación en este sentido.
así; solamente señalo que se trata de un supue Otro punto que no se ha tomado en cuenta es
t a ahora no verificado de una manera indiscut ilidad de que las buenas calificaciones tengan
manera de proceder en tal investigación ha si estimulativo diferenciado para los chi-
truir un cuestionario que contiene Preguntas Mapuche. La Antropóloga norteamericana Ruth
desde la edad y educación de 10s padres del t cuenta un caso de las escuelas en reducciones
ta el número de ventanas de la casa, esper en los Estados Unidos de Norteamérica. Aún
las respuestas a algunas de estas preguntas do las respuestas correctas, los niños no res-
una correlación significativa con el rendimie a precriintas para no sobresalir, puesto que el
Por supuesto, esto podría llevar a conclusio ial más importante de los Navaja es ser lo
t e absurdas; por ejemplo, suponiendo qu ido posible a los demás; se trataba de no so-
...

el lector se da cuenta que el contacto d e la sociedad


P
bresdir, de no exagerar en nada. El peso estimulativo global con d grupo minoritario es un asunto muy com-
d c la obtención dcbuenas calificaciones era demasiado plejo, que no puede reducirse a un simple manejo del
clEbil para sobreponerse al peso estimulativo d e mante- grupo minoritario y que además debe basarse en un co-
ner biienos modales Navajo. turalmente, este ejem-
%
plo no es directamente aplica e aquí, pero suponga-
mos que para los niños ( y padres) Mapuche, el hecho
nocimiento profundo e íntegro de la cultura minorita-
ria, habré logrado e l objetivo propuesto.
más importante, decisivo, no es obtener las mejores ca-
lificaciones posibles, sino el de estar asistiendo a la es-
cuela. Con cumplir el mínimo de requerimientos, e1 ni-
ño ~ a ~ u c puede
he estar agotando el máximo de peso
estimulativo; el heclio de obtener, además, mejores ca-
lificaciones, ya no le da una satisfacción signicativa-
mente más alta. Por otra parte, ¿está la sociedad chilena
haciendo realmente una diferencia tan grande entre es-
tudiantes Mapuche buenos y medianos para que se jus-
tifique el esfuerzo del niño?. . .
- '
Con estos ejemplos, quiero señalar que me pa-
rece que en el acercamiento chileno hacia los Mapuche
hay demasiado etnocentrismo, que se expresa sobre to-
. do en la imposición d e estereotipos sobre la realidad,
en el interés por la cultura Mapuche sólo desde el punto
d e vista de su asimilación más rápida y efectiva a la
cultiira cliileria y, consecuentemente, en el desinterés
por los mecanismos de la integración interna de la so-
ciedad Mapiiche. Por ello, en este trabajo pretendo ana-
lizar la emergencia y función social de los estereotipos
Mapuche tal como han existido en la sociedad cl-iilena,
e
a través de su contacto con la sociedad Mapuche; los
rasgos básicos que, a mi modo de ver, caracterizan a la
sociedad Mapuche de hoy respecto de esos estereotipos
y las condiciones y resultados del acercamiento gradual
d e ambas sociedades. Como no pretendo hacer un
trabajo completo y acabado, trato más bien de ofrecer
algunos datos y puntos específicos para la reflexión. Si
1 B R E V E RESEÑA

os Mapuche, el grupo más numeroso entre las


minorías indígenas chilenas, habitan en su
mayoria en las seis provincias de la tradi-
cionalmente llamada zona d e "La Frontera"
(centro sur de Chile): Arauco, Bío Bio, Malleco, Cau-
tín, Valdivia y Osorno. En.esta zona, representan un
componente importante d e la población total ( aproxi-
madamente, un 25%). El número exacto de los Mapu-
1 che nunca fue calculado exactamente; hasta hace
I la tendencia siempie fue subestimar la población: Un
misionero capuchino aseveró en 1913:
"Una de las sorpresas que nos dio el Último censo de la
República (1909) fue el enorme total de araucanos; unos ha-
bían calculado su número en 20.000, otros en 40.000; nosotros
los misioneros alcanzábamos, basados en las estadísticas de nues-
tras misiones, a 80.000; el censo arroj6 la suma de 101.118 srau-
canos entre el Bío-Bio y e l Golfo de Reloncsyi, y casi L mitad
pertenecientes a Cautín". (Véase Saavedra, A., 1971, p. 29).

El censo de 1960 trae la cantidad d e 138.894 Ma-


puche rurales; la estin~aciónde la Dirección de Asun-
tos Indígenas subió esta cantidad a 400.000 en el año el criltivo cxtensivo simple, con arado tirado por bue-
1964, incluyendo el compoiiente urbano. Sin embargo, yes. clc trigo, porotos, arvejas, avena, maíz y papas; por
esta estimación parece ser demasiado baja; un cálculo otro lado, practican la hortaliza intensiva.
ponderado 'daría hoy probablemente unos 500.000 Ma- En términos -generales, la economía Mapuche
puche, de los cuales cuatro quintas partes viven en el puede ser caracterizada como economía de subsistencia.
campo y un quinto en la ciudad (en su mayoría, en Naturalmente, este término no puede aplicarse en su '
Santiago). forma teórica. Teóricamente, se considera como una
En nuestro trabajo, no consideramos a los Ma- economía de subsistencia a una economía basada en la
puche urbanizados, puesto que representan un proble- producción, por pequeños grupos, para el autoconsumo.
ma diferente. .Los Mapuche campesinos viven en alre- Se supone que diclios grupos producen todas o la ma-
dedor de 3.000 redricciones, de las cuales, aproximada- yoría de las cosas que necesitan. No tienen contacto
menfe, 700 están divididas en minifundios famiijares; con el mercado y, aparte del cambio simple y directo,
el tamaño de aquéllas varía entre dos, tres y varios cen- no tienen concepto de negocio. No se producen bienes
tenares de casas: E l patrón común d e la población para la venta ni existe sistema monetario. Naturalmen-
dentro de la reducción es un poblado difuso, con casas te, en el mundo contemporáneo, con las comunicaciones
relativamente lejanas. La distancia normal entre las ca- desarrolladas, con el contacto siempre creciente entre
sas se mueve entre cincuenta y quinientos metros, pero diferentes sociedadEs y con el sistema internacional de
las distancias sobre un kilómetro no son excepcionales, comercio, tales sociedades sólo pueden darse en algunas
especialmente en la zona cordillerana. Una agrupación zonas muy apartadas y aisladas. Tomando en cuenta
d e dos o tres casas indica la existencia d e un grupo de las circunstancias contemporáneas, considero útil am- *
parientes cercanos (padre e hijo; dos hermanos, etc.). pliar este concepto de economía de subsistencia y for-
E n el valle central, la mayoría de las casas son del tipo mular las siguientes características relevántes:
a ) La orientación dé la producción del grupo fa- ,
tradicional de ruca (casa de paja o d e tablas con el
techo de paja), aun cuando en las últimas décadas em- miliar ( u otro grupo semejante) al autoconsumo; esto
piezan a aparecer casas d e madera con techo de cinc; significa que la mayor parte de la producción se con-
en la cordillera es común la casa de madera. sume dentro del grupo y que la mayor parte del con-
La economía de los Mapuche se basa en la agri- sumo esta cubierta con la producción del grupo;
cultura y la ganadería en proporciones mutuas que va- b ) La produ&ión casual y no especializada de
rían de una zona a otra; en la costa; estos dos modos bienes para la venta;
básicos están complementados por la pesca y la reco. c ) El contacto casual y poco frecuente con el
lección de algas. E n la ganadería, los animales mk mercado nacional;
importantes son ovejas, vacunos, cerdos, caballos, ave d ) El cambio de una parte d e producción para
d e corral y, en medida menor, cabras. E n lo que se re autoconsumo en productos para la venta, y
fiere a agricultura, los Mapuche practican, por un lado e ) El concepto de dinero sólo como un equiva-
l

16
",
$ :
, .
(r
T

lente y no como medio de inversión y capi- na, citado por Titiev, habla directamente de un Estado
talización. araucano, dividido en cuatro distritos independientes,
Todas estas características se ajustan bastante llamados "uthal-mapu"; cada uno de ellos se dividía en
bien a la economía Mapuche (véase también Stuchlik, cinco provincias que, a su vez, comprendían nueve te-

. M., 1971).
~n lo que se refiere a la historia de la sociedad
rritorios. Los uthal-mapu eran gobernados por los to-
quis y los territorios por los ulrnen (véase Titiev, 1951,
p. 55). Sin embargo, esto parece ser una sobrestima-
Mapuche, nuestros conocimientos son tan limitados que ción basada más bien en un mal otro
' n o nos permiten presentar ninguna reconstrucción sis- lugar del mismo trabajo, n t i e v diee texhialmente:
temática. Gcneralmente, se supone que los Mapuche no
son autóctonos de la zona, sino que tuvieron su lugar "En ningún tiempo, durante su historia conocida tenían
d e origen en alguna otra parte, que es desconocida los Araucanos algo parecido a una estructura política formal y
(suelen mencionarse las llanuras argentinas o la cuen- comprensiva. Cuando se enfrentaban a una guerra de grandes
c a del Amazonas), y que llegaron a la zona Centro-Sur proporciones, elegían altos jefes y oficiales militares en asambleas
de Chile en un no muy lejano, públicas d e hombres. Las órdenes d e estos jefes tenían que ser
probablemente durante el primer milenio de nuestra obedecidas por toda la tribu. Tal organización considerábase m-
era, Es posible que llegaran con una cultura de caza. m0 una medida d e emergencia y con el restablecimiento d e la
paz el control administrativo volvía a los jefes da pequeños
dores y ganaderos y se impusieran a la población ori- .
grupos locales.
ginal d e horticultor~s,'dando así origen a la cultura
Nunca. había alguna autoridad tribal permanente que tu-
local Mapuche como la conocemos.&arece que, antes viera jurisdicción continuada durante los tiempos de paz; tampoco
d e la Conquista, 10s Mapuche en pequeños gru- byditos sobre la existencia de algunos cuerpos o procdimien-
pos d e parentesco, con subsistencia mixta de horticul- tos ~egisiativos. Las Leyes que existían eran más bien las cos-
tura y ganadería, complementada Por la c a z 4 Estos tumbres tradicionales y no leyes precisamente formuladas. Los
grupos eran prácticamente independientes unos de nativos las llaman admapu (costumbres del país) o piam (se
otros, por lo menos en tiempos de paz. Sin embargo. dice): se consideran más bien como proverbios legales heredados
había mecanismos tribales para reunir grupos giierreros d e los antepasados". ( ~ i t i e v ,1951, pp. 53-54).
más grandes de los que hubiera permitido una paren-
tela o un pequeño conjunto de parentelas, lo que fuc Más adelante añade:
ampliamente demostrado por los sucesos del primer pe-
ríodo d e la Conquista. "Cualquiera que haya sido la verdadera naturaleza del
sistema, funcionaba bien en tiempos de guerra y las unidades
Basándose en este hecho, es decir, en que los je- pequeíías eran prácticamente autbnomas, excepto en emergen-
fes militares hlapuche disponían de grupos de guerre- cias" (ibid., p. 5 6 ) .
ros relativamente numerosos, algunos Cronistas adscri- ,
bían a los Mapuche una organización prácticamente es- En el tiempo de la llegada d e los españoles, los
tata], con un gobierno central (por ej. Vidame). Moli- Mapuche, en una cantidad aproximada entre uno o dos
iniIloiies, habitaban una vasta zona al sur del río Mau- bio drástico fueron justamente las guerras con los es-
Ir. Toda esta poblacióii vivía dividida en pequeños gru- pañoles. Como consecuencia de las batallas (hambruna,
pos que, en tiempos normales, eran las unidades socio- epidemias, etc.), se produjo un decrecimiento conside-
políticas autónomas.&a estructura social de estos gru- rable en la población, lo que a su vez significó el des-
pos se basaba en Iazos de parentesco; técnicamente, se censo de la economía y un considerable debilitamiento
les podría llamar grupos residenciales de parentesco con de la cohesión social.
descendencia patrilineal. Cada uno de estos grupos es- LDurante el primer período de la Colonizacióii 1

taba encabezado por un jefe ("loñko"), que tenía su (desde 1536 a 1641), los españoles siguieron un patrón
autoridad en virtud de su posición genealógica, es de- más o menos similar al de la Conquista armada, con
cir, porque en el grupo era miembro de la generación la diferencia que los Mapuche no sucumbieron y man-
inayor. Este jefe administraba los terrenos del grupo y tiivieron su independencia hasta tal medida que los es-
asignaba los campos a las familias\ Al mismo tiempo pañoles se vieron forzados a claudicar en el llamado
teida l a autosdad jurídica y representaba la ley y el Pacto de Quillin (1641), por el cual reconocieron el
orden para el grupo entero; sin embargo, su autoridad río Bío-Río como límite norte del territorio Mapuche in-
estaba relativamente limitada. dependiente. Con este pacto terminaron las grandes
campañas y el proceso de colonización tomó otro rum-
De este modo podría describirse la estructura so- bo. En vez de una rápida colonización armada exter- a

cial de los Mapuche durante los principios de la Con- na, se convirtió en un lento proceso de colonización
quista. Naturalmente, se trata de una descripción es- gradual interna. En los siglos XVIII y XIX penetran en
tática; hay que suponer que durante toda la historia d e el territorio Mapuche colonos individuales; al respecto,
la coloniza'ción 'aparecieron varios cambios, pero es im- Titiev nos dic
posible estimar su naturaleza y su, intensidad. De to- 4
dos modos, surge así una imagen bastante diferente
de lo que generalmente se supone.& ejemplo, la creen- rd~proxiiriadamenteal mismo tiempo en que empez6 a
cia de qiie los Mapuche eran pobres, sin conocimientos formarse la República Chilena, decrecía la larga resistencia Ma-
de agricultura y sin vida social organizada, está clara- piiche a la invasión blanca. Esto no quiere decir que dejaron de
mente negada incluso en las informaciones de los pri- ocurrir los levantamientos después de 1810, sino que parece que
meros Cronistas, quienes hablan frecuentemente del hi- después de un record de casi trescientos atios de lucha, aún 10s
ve1 de la agricultura Mapuche, de las. "sementeras bien más obstina(1os de los Mapuche tuvieron que darse cuenta que
no podían eliminar a sus odiados e m i g o s . Además, aun cuan-
arregladas", y del nivel bastante cómodo de vid
3
rapidez con que se juntaban y movilizaban los ejercitas
La , do los Mapuche se resistían todavía a una penetración masiva
en su zona, estaban sujetos a un nuevo tipo de infiibación no
Mapuche durante los primeros tiempos de la Conquista " oficial. Esta se realizaba por las entradas de colonos individuales
permite suponer también que el funcionamiento de las ; chilenos, decididos a amesgar su vida para mejorar su situación,
relaciones políticas intergrupales a través de todo el i y por 10s criminales y hombres desesperados que buscaban refu-
territorio Mapuche era bueno; lo que sí trajo un cam- ' gio en La Frontera" (Titiev, 1951, pp. 10-11).

m
Este nuevo tipo de colonización aumentó toda- cálculo realizado sobre los datos de seis reducciones en
vía m b el deseo de posesión de las tierras, especial- Cautin entrega una superficie total de 742 hectáreas
mente después de la llegada de inmigrantes alemanes para 204 personas, lo que entrega un promedio apro-
a mediados del siglo pasado. Siendo relativamente pa- ximado de 3,6 hectáreas por individuo). Los terrenos
- cífica, la penetración individual tuvo éxito donde la con- no reclamados por algún grupo Mapuche fueron abier-
quista armada fracasó. fomentar la colonización, tos de nuevo a la colonización. Esta medida tuvo dos
el gobierno chileno la Ley Indígena de 1866, consecuencias básicas: cada grupo obtuvo un terreno
en la cual 'se reservaban ciertos sectores de La Fron- considerablemente menor del que ocupaba tradicional-
tera como reducciones para los Mapuche, abriendo todo mente y fue sedentarizado en un lugar determinado,
el resto de la zona a la colonizaci2 Demasiado' tarde sin posibilidades de moverse o trasladarse.
\

se dieron cuenta los Mapuche de este nuevo peligro:


F.I penúltimo gran levantamiento estalló durante 1888- LAS REDUCClONES Y LA
1870 y el último en 1880-1882. Para organizar el último ESTRUCTURA TRADZClONAL SOClAL
levantamiento, los Mapuclie aprovecharon la ausencia
d e las tropas chilenas, prmcupadas por ese entonces en
Naturalmente, el régimen d e reducciones trajo
'
la Guerra del Pacifico; sin embargo, al terminar la gue-
un cambio profundo en la vida de los Mapuche. El pa-
rra en 1883, el ejército chileno, reafirmado en sus 61-
so arbitrario del gobierno chileno, aparentemente, sólo
timas experiencias bélicas, rompió. el levantamiento y
influyó en forma directa en la tenencia de terrenos, pe-
terminó definitivamente e1 proceso de la pacificación de
ro sus consecuencias se dejaron sentir muy pronto en
la Araiicanía.
todas las esferas de la vida sócial. Para poder entender
El último levantamiento Mapuche fue definido cómo funcionó esta influencia, tendremos que conside-
como uria traición, y el gobierno, además de pacificar rar un poco más en detalle las dos esferas directamen-
la zona, readecuó la ley sobre reducciones en el sentido te afectadas, a saber, la tenencia'de tierras y la posicibn
d e que a cada uno de los pequeños grupos locales se legal Mapuche dentro de la sociedad global.
le asignaba una pequeña reducción. El jefe de cada gru- Referente a la tenencia de terrenos, ya dijimos
po tuvo que presentarse en la oficina del ~inisteribde que en el período histórico los terrenos pertenecían co-
Tierras y Colonización y demostrar con dos testigos chi- lectivamente al grupo local de parentesco y estaban ad-
lenos que su grupo estaba verdaderamente ocupando el ministrados por un jefe. Cada familia tenía en uso una
terreno reclamado. Por medio de un Título de Merced, parte del terreno tanto' tiempo como se mantuviera fér- .
con dicho testimonio se les asignó a él y a todos los til. Agotándolo, lo abandonaba y con la autorización de!
miembros de su grupo Cindividualizados en el documen- jefe cultivaba uno nuevo, mientras el timeno original '

to) una determinada extensión de terreno en tenencia volvía a la reserva del grupo y se recuperaba del des-
común y hereditaria. La extens'ión de la reducción no gaste. Cuando una nueva familia necesitaba terreno, se
debia sobrepasar cuatro hectáreas por individuo (un procedía de la misma manera: con el permiso del jefe
- \
ocupaba un campo determinado. El derecho al terreno la familia, proceso cuyos resultados pueden observarse
se basaba eri la pertenencia al grupo: cada miembro en la estructura social contemporánea.
' tenía derecho a pedir los campos necesarios para s u En lo que se refiere a la estructura político-ad-
subsistencia. Como ya hemos dicho que se trataba bá- ministrativa, ya hemos mencionado que en el período
sicamente de un grupo de patnparientes, puede dedu- histórico el grupo representaba la unidad básica de to-
cirse que el derecho del individuo al terreno dependía do el sistema. El jefe del grupo representaba la única
de su parentesco con el jefe. Pues bien, lascreación de autoridad, mantenía orden y legalidad, solucionaba
1 a ~ r e . d u ~ e ~ a n d i festa-situación
@ ~ 1prim~pse
- --
'refi- _ al
ieó en dospspectos.
. acpeso al terren@ Aun cuando)
disputas, etc. Con_
"_ ._-.--
la c- r ~ c i ó nde.Jas
. reducciones, los g)
Mapuche fueron convertidos en ciudadanos chilenos,
la reducción fue definida C o h posesión común de los aunque con derechos limitados, sin que se hubiera to-
miembros, d e heclio esto reshltó una ficción legal, ya mado en cuenta su organización previa. Cada individuo
q u e antes d e la creación de'reducciones los terrenos (mejor dicho, cada jefe de familia), se cohvirtió en un
estaban en el uso separados de las familias y este es- ciridadano chileno directa e individualmente y fue sub-
tado de cosas se reforzó todavía más con las reduccio- ordinado a las autoridades--chilenas pertinentes (cara-
nes. En el período histórico, esta divisi61i- no tenía im- bineros, juzgados de indios, autoridades civiles, etc. ).
portancia, puesto que un miembib que necesitaba un El poder -deLjefcquedcí. prácticamente-anulado y, como
terreno nuevo podía conseguirlo de la reserva común; se basaba sólo en la tradición, gradualmevte fue desa-
en cambio, con la formación de reducciones ( o poco pareciendo? El grupo dejó--de ser la unidad básica del o
- S---.
tiempo después) bxeser.va común, desapareció. Nin- sistema administrativo
. . - , d e la sociedad global.
- gún miembro podía conseguir un terreno nuevo, es de- La seguridad del individuo, h p e t o para su persona
-
cir, un terreno no perteneciente ya a alguna familia. y sus bienes, tci&ii dejaron d e ser garantizados por
En consecuencia, y este es un segundo,aspecto,-mg- el grupo y su jefe, y empezaron a depender de las leyes
importante, el jefe perdió su autoridad ,.,.-. . c o - m a - b i n i s - chilenas. Aunque en la práctica los Mapuche recurren
trador d e terrenos. Al Gi91ñbio-~dejóde importarle su a la legalidad Ehilena con poca frecuencia, ya la posi-
relación con el jefe, ya que éste no disponía de terre- bilidad d e hacerlo significa que el grupo tradicional
nos que pudiera asignarle, y empezó a importarle mu- perdió su autoridad política; con ello dejó de ser im-
cho más la relación con los miembros de su propia fa- portante para el miembro y, en últimas consecuencias,
milia, de los cuales podía heredar campo. El jefe per- empezó a desintegrarse administrativaniente.
dió así un pilar importante de su poder y el grupo Naturalmente, estas graves consecuencias
------.
A de la
como un todo perdió la importancia en el sistema d e pacificación no aparecieron en forma inmediata. Con la
tenencia de la tierra, la cual a la familia. Como primera y, posiblemenfe,- con la segunda generación
última consecuencia, esto fue una de las razonas bási- después d e la creación de las reducciones, todavía la
cas de la desintegración gxadual de los grupos locales kitructura tradicional seguía ejerciendo una presión re-
, d e parentesco y del crecimiento de la importancia de lativamente fuerte en los individuos. Sin embargo, la
t .
creación d e rediicciones es el punto d e partida d e un de su identidad se debe sólo a los cambios en su cul-
proceso que sigue desarrollándose hasta hoy día. Pu- tiira?. . ., un pequeño ejemplo lo explicará. Hace unos
' diéramos afirmar que I_ascaract_erísticas básicas d e este diez aiíos, hubiera sido imposible para un Mapuche vi-
proceso son la desintegración gradual d e grupos tradi- sitar un restaurante o un hotel céntrico en Temuco;
. cionales y el crecimiento d e la importancia de las fa- en 1963, un cientista social alojado en un hotel céntri-
milias individuales. Cada familia es prácticamente in- co, sólo podía invitar a su informante Mapuche después
dependiente de otras en su vida económica y tienen de una larga discusión con las autoridades del hotel;
entre ellas sólo un mínimo d e relaciones político-admi- hoy, aunque no sea muy frecuente ver a los Mapuche
0 nistrati>a. Tanto los chilenos como los hlapuche men- en esos lugares, por lo menos es una situación más con-
cionan el creciente "individualismo" Mapuche; en rea- cebible. Es muy difícil suponer que durante estos diez
lidad s e trata d e una consecuencia lógica y obligada d e años los Mapuche hayan cambiado tanto su comporta-
la creación d e reducciones en la forma que este pro- miento en la mesa o hayan aprendido el uso d& los cu-
ceso tomó en Chile. biertos q u e justifiquen el cambio en la actitud chilena.
O
Evidentemente, lo que ocurrió fue justamente eso: *el "
LA IDENTIDAD MAPUCHE cambio en la actitud chilena, no necesariamente causa-
C O M O ESTEREOTIPO do por el cambio en la cultura Mapuche, sino más bien
,por el cambio en la cultura chilena rnismalEl ser Ma- 0
Los Mapuche forman-,.-una-. minoxía,étnica dentro
-Cm--
puche perdió algo de su estigma social; la identidad
'

d e la sociedad globaL Tienen su propia ~ l t u r a ,u n Mapúche obtuvo algunos nuevos derechos en la so-
idioma característico. y cjertos rasgos físicos definidos. ciedad global. Y este es un punto importante:. la iden-
El conjunto d e todos estos rasgos suele definir la iden- tidad Mapuche no sólo 'es la suma d e los r-gos típicos,
- -- -- -Mapuche.
tidad - Sin embargo, tal definición puede lle- sino también el conjunto de derechos y obligaciones
varnos a' serios-problemas. Sin duda, durante los cua- que los Mapuche tienen, Puesto q u e se trata d e un
trocientos años del contacto con la sociedad española y grupo minoritario, necesariamente dependiente y go-
chilena, si no todos, la mayoría d e estos rasgos ha cam- bernado por el grupo mayoritario, los derechos y obli-
biado notoriamente. quiere esto decir que ha cam-
gaciones que poseen o que les son impuestos dependen
biado la identidad Mapuche?
de la sociedad global. Los Mapuche son considerados
O Es verdad que hoy los Mapuche están usando
como más o menos "chilenizados", no según los cam- O
más elementos "culturales" chilenos que hace cien años;
bios reales en su cultura, sino más bien según la eva-
q u e s u idioma no se ha desarrollado mayormente y que
luación q u e de esos cambios hace la sociedad global.
sus rasgos físicos están más borrados o son menos ca-
racterísticos que hace cien o más años; en términos g e Ahora bien, como la sociedad global dispone de
nerales, es notorio que se han acercado más a la socie- conocimientos limitados y derivados del sentido cohiún,
d a d global. ¿Significa esto q u e se ha perdido o debi- no d e conocimientos exactos y cieqtíficos, define la
'litado su identidad?.'. . ¿O q u e la posible debilitación identidad' Mapuche no por 'una variedad amplia d e
rasc.os, sino más bien por un conjunto limitado de ellos,
eii la mitad del siglo XVI, los españoles se enfrentaron
e concebidos en un momento histórico como los más
con los Mapuche, quienes lcs ofrecieron una oposición
inesperada y furiosa. Aun cuando Pedro de Valdivia
logró fundar siete ciudades fortificadas en el territorio
araiicano, su existencia de ningúii modo significaba la
el grupo de individuos están.-automáticam<nt<
.- -~-. defini- conquista de la tierra. Fuera del círculo inmediato de
dos c ~ m ok l a ~ . & e y ,los miembros de la sociedad p a -
operación de estas ciudades, los españoles no podía11 8
y ~ r i t a 3 atoman _la -agtitgd- apropiada- hacia ellos.
-- _~ste
______
conjunto de rasgos o estereotipo
. --
- -- --- e ~ a p u e d e - s edife-r
re'ii-en-- .' c- -a -d-a g o d o histórico; lo j w r e s a n t g e s - q u e
moverse sino con graves peligros. a costa de continua-
das batallas y enfrentamientos. Cien años después de
---
C .

se modifica -__-no tanto con los 6a;bjos mismoi..en l a


la llegada de los españoles todavía escribe el Cronista:
. cultura ~ a-,A. ~ u---.---- bici
c h < - > i ñ o m & ~ &n los que 9c"Tren
_-
e n T c __a t u- r---_
a chilena. Es decir; en cada período Iiistó-,
y
"Corren plaza los Indios de Chile, a boca de todos 10s
que los conocen y han escrito de ellos, de los miís valerosos y
rico los chilenos considerarán como típicas y determi- mBs esforzados guerreros de aqiiel tan dilatado niundo. Plugiése
nantes diferentes características culturales y sociales de a Dios no tuviéramos tanta experiencia de esto, que estuviera
los Mapucha En lo que sigue de este capitulo quisiera #hoy aquel reino de -los más floridos y opulentos de las Indias,
analizar diferentes estereotipos Mapuche, tal como apa- de qiie no es pequeña prueba el estado en que hoy se halla, sin
recen a travks de la historia, las razones d e su apari- embargo del perpetuo y continuo contraste Que ha tenido de
ción y sus funciones sociales. guerras desde más de cien aiíos que se conrenzó a pelear, sin :-
haber dejado un punto las a m a s de las manos, que es cosa ina-
ravillosa y digna 'de ponderacibn que habiendo el español ava-
1. El período d e los oaljcntes guerreros sallado tan breve imperios tan poderosos como frieron los de
hloctezuma, en México, y del Inca en el Períi, nunca haya p ~ -
dido acabar de sujetar estos valientes guerreros de Chile, hijos
Chik, fértil provincia y señalada d e aquella cordillera, que parece les paga lo crudo e incontras-
en la región antártica fa'mosa, table de sus inexpugnables rocas y esperanzasw. (Ovalle, p. 104).
'
de remotas naciones respetada
por fuerte, principal y poderosa, Ovalle precisa uno d e los motivos de mayor asom-
- \ la gente que produce es tan granada, bro: dcómo explicar que los españoles,.que en sólo de-
tan soberbia, galhrda y belicosa,
cenas de años conquistaron grandes y poderosos impe-
( - , que no ha sZdo por rey jamás regida rios en México y Perú, no fueran capaces de ocupar
ni a extranjero dmninio sometih.
y pacificar el territorio habitado por pequeños grupos
(Ercilla, La Araucana, 1, 6) de Araucanos, casi independientes unos de otros, isin ,.
ninguna autoridad central y sin ejército? Más aún, cuan-
do comprobamos que el número total d e ellos (aproxi- .
Después de haber conquistado México y Pení,
prácticamente en la cumbre de su 6xito en América,
madamente un millón, según señala Hidalgo, 1973),
aunque parece relativamente alto, no podía compararse Ya a través de estar informaciones se plantg el
con el niimero de habitantes de los imperios señalados. estereotipo cuya presencia dura16 casi tres siglos: los
Los españoles, acostumbrados como estaban a pensar Mapuche son por naturaleza, viven priicticar
en términos de un estado centralizado y de un ejército + en guerra y tienen amplias experiencias milita-
mente ,

profesional, no imaginaron que la misma ausencia de res. Estas características, que les son inherentes, son las
estas instituciones se convertiría en condición específica únicas que les permiten defenderse tan exitosamente
para una gran ventaja estratégica. Los Mapuche no de los españoles. En varias Crónicas se repiten las mis-
o poseían una capital posible de conquistar y debilitar mas descripciones :
con ello todo el sistema defensivo de la tierra. No te-
nían un ejército organizado que pudieia ser forzado a "/. . ./ pues era cierto los indios estaban en sus tierras, y
una batalla decisiva y qlie, al ser derrotados, dejara al aunque los desbaratasen muchas veces podían volverse a juntar
país si11 fuerza armada. Tomando en cuenta el ambien-. muy muchos, como dellos conoscian era gente sin temor y mo-
te natural, las condiciones generales y la propoyción rían bestialmente con grande ánimo". (Marmolejo, p. 152).
mutua de fuerzas, la organización social Mapuche era "Esta tribu (los Araucanos) es la más célebre, no sdlo d e
Ohile, sino d e toda la América, por su valor, por su gobierno
la más ventajosa, si no para una guerra sistemática, por militar, y por las cuasi continuas guerras que ha hecho a los es-
lo menos para la mantención de un estado de guerra pañoles desde el principio de su entrada hasta nuestros días.
perpetua que agotaba a los e5pañoles. Como ya se dijo, Ellos han dado motivo, con sus hechos, a que los mismos espa-
esos factores no fueron considerados por los españoles, ñoles hayan celebrado su valor en diversos poemas y en casi
ya que no se ajustaban a su conceptualización de la innumerables historias". (Vidaurre, p. 303).
organización social. Si los Mapuche fueron capaces de "Por lo demás, los Araucanos habían adquirido una gran
defenderse tanto tiempo y con tanto éxito, basta con experiencia militar. Se batían y organizaban sus campañas' con
o iina explicación simple, aunque comprensible: >definir toda la estrategia i táctica más háibil. Sin duda, en su condición
a 10s Mapuche como guerreros extraordinarios., Eii to- llegaron a ser los primeros guerreros del mundo". ( Lara, p. 355 ) .
das las oportiinidades posibles (crónicas, cartas, etc.),
se señala repetidamente esa característica. Pedro de Val- Junto con mencionar la valentía, experiencia mi-
divia, en carta dirigida a sus Apoderados en la Corte litar y capacidad física de lcs Araucanos, los autores
(15 de octubre de 1550), escribe: l
acentuaban como otro factor importante el hecho d e
que los indígenas no tenían gobernadores, amaban su
..La segunda noche vinieron, pasada la media della, sobre libertad y estaban decididos a defenderla a toda costa:
nosotros tres escuadrones de indios, que pasaban de veinte mil,
.con u n tan grande alarido e ímpetu, que me parecía hundirse la No ha habido jamás rey que sujetase
tierra, y comenzaron a pelear con nosotros tan reciamente que esta soberbia gente libertada,
ha treinta años que peleo con diversas naciones e gente e nunca ni extranjera nación qu.e se jactase '
tal tesón he visto en el pelear como &tos tuvieron contra nos- I
de haber dado en sus términos pisada;
otros". (Pedro de Valdivia, Cartas, p. 37). ni comarcanu t i m a que se osase
"En éfec;b, Valdivia había procurado entre 1550 y 1553
mouer en contra y levantar cs)~ada:
evitar que los indígenas de Arauco fuesen llevados a los lavade-
Siempre fue exenta, iiulómita, temida, ros de oro, y durante esos años esta actividad se desarro116 con
de leyes libres y de cerviz erguida. yanaconas de origen peruano o chilenos del norte. Pero en 1553,
(Ercilla, 1, 37). creyendo que con las ciudades y fuertes que habfa fundado te-
nía asegurada la paz, inició el trabajo de las minas, en Quilacoya
en primer lugar con i2.000 a 20.000 indígenas, como ya lo h e
mos dicho y luego en otros puntos con cantidades de naturales
Las Crónicas, Cartas y otros relatos liistóricos del que ignoramos". (Hidalgo, 1973, pp. 3839).
primer período de la Conquista traen naturalmente otras
informaciones sobre los Araucanos: sobre su economía,
su organización social, su religión, etc. Estudiando de- En consecuencia, lo que se convirtió en el rasgo
talladamente estas fuentes, debiera ser posible conse- básico y determinante de la identidad Araucana fue su
guir tina descripción de la cultura Mapuclie en aquel capacidad (incomprensible casi para los españoles) de
período en forma mfis o menos satisfactoria. Sin em- mantener el estado de guerra y romper lo que se con-
. t

I~argo, aunque importantes, ninguno de estos rasgos sideraba el transcurso normal de la Conquista. Así po-
de la cultura Mapuche entran en la formación del es- demos ver que ya el primer estereotipo de la identidad
tereotipo. En lo que se refiere a la cultura, los Mapuche Mapuche, que aparece en el principio mismo de la
,,
;' . figuran en la concepción española como salvajes, paga- Conquista y que perdura con plena validez durante
nos y de costumbres bárbaras; lo único que aparece tres siglos, no trata de tomar en cuenta todas ni si-
con-claridad son las características de valentía, amor quiera las características culturales más importantes
a la libertad e independencia. de los Mapuche, sino que se orienta ~610a los rasgos
notoriamente visibles para los españoles.
Para entender. por qué apareció esta imagen de
Este hecho aparece todavía con más claridad si
los Araucanos con tanta claridad, hay que comprender
comparamos los trabajos de los Cronistas mencionados -
primero la naturaleza de la Conquista en su primer
e
período. El objetivo de las campañas españolas no fue hasta ahora con un autor que estaba en desacuerdo
con la política de la Conquista y que trataba de forzar
una colonización regular del territorio Mapuche, con
su cambio: A-lonso González de Nájera. Nájera lleg6 a
el propósito de su explotación integral, sino sobre todo
Chile en 1601, poco tiempo después de la destrucción
el obtener metales preciosos. La economía en general,
de las ciudades españolas en Araucanía,'~salió en 1607.
especialmente la agricultura, interesaba desde el punto
Llegado a España, empezó a escribir un informe, "Ds
de vista de si ofrecía o no la subsistencia al ejército.
sengaño y Reparo de la Guerra del Reino de Chile",
El interés se centraba no tanto en la ocupación del país
terminado en 1614, en el cual criticó duramente la ma-
como en la ocupación de puntos claves que asegurarían
la tranquilidad y por lo tanto el funcionamiento inin- nera cómo se llevaba la guerra y propuso varias me-
didas para su exitosa terminación. En términos directos,
terrumpido de minas de oro y plata. Hidalgo menciona
lo que proponía era un etnocidio Mapuche, porque con-
que:
33
Rasgos - 3
sideraba que esa era la única manera posible y segura interesante es que maneja la opinión general sobre los
de ocupar la Araucanía: Mapuche como una superstición, mejor dicho como un
estereotipo. Por ejemplo, acerca de la creencia de que
"Porque si nos es por el camino de deshacer y acabar de los Mapuche son físicamente más desarrollados que los
todo punto los indios rebelados, tengo por imposible el acabar
españoles, señala:
aquella guerra por otro ninguno". (p. 203).

La misma idea la repite en otro pasaje: "Digo, pues, que no son aquellos indios de tan robustos
gestos o rostros, ni de tan bien formadas y dispuestas personas,
"Según lo cual, cierto es, que será imposible de acabarse que se aventajen en ello a nuestros españales, como-algunos han
d e señorear aquel reino, ni vivir en él nuestros españoles sin creído. Porque considero, que si rústicos labradores de nuestra
manifiesto peligro, sino es apocando los indios que lo definen España por lo que tienen de tostados y curados del sol como los
en tanta cantidad, que los qiie- quedaren, sean sólo aptos y sufi- mismos indios, los viéramos pelada la barba como ellos la traen,
cientes para el servicio de los españoles, y que queden jun.
tamente impedidos para poder hacer fuga, o poder militar en
no dudo sino que no parecieran sus rostros harto robustos.. Y .
comparar6 siempre a los labradores estos indios porque 'como
su fragosa tierra. . .".
(p. 249). hijos de los montes, son más semejantes a ellos que a ningunos
- ' Para lograr este propósito Nájera propone:
otros hombres d e España, así en el color tostado y encendido,
.
que arguye más fortaleza que el blanco. ." (p. 39).
i ,"Que no se tome en la guerra indio de vida de diez y
seis años arriba, si no fueren caziques o indios conocidos o prin- Su comentario acerca de la idea que los Arau-
cipales, y éstos s610 a fin de que se pongan a recaudo p a h
canos son más rápidos, más ágiles y más fuertes que a

rescates de españoles, advirtiendo que las mujeres se cautivan


d e todas edades". (p. 209). los españoles, es todavía más negativo:

Para poder proponer tales medidas, Nájera se ". . .digo, que no he visto ni oído decir que haya entre
veía naturalmente obligado a explicar cómo era posi- aquellos indios quien se aventaje tanto en ligereza, que no se
ble que la guerra se prolongara tanto, En esto se movía lhallen muchos que no la tengan mayor 'entre nuestros españo-
en un terreno bastante delicado; por un lado, no podía les". (p. 41).
negar que los Mapuche tenían valor y aptitudes gue- "Tiene España a los indios de Chile en posesión d e que
rreras, ya que de otra manera la imposibilidad d e ter- .
se aventajan en tan extraordinarias fuerzas.. que no dejará d e
minar la guerra hubiera sido incomprensible; por otra mr dificultoso d e creer lo que en contrario piobara d e aquellos
lado, no podía reconocerles mayor fuerza física, mayo] bárbaros, por lo que me obliga el escribir desengaño, aunque
pcrdurabilidad y capacidad de trabajo que a los espa- ibien creo bastará para certificar que ninguno de ellos se particu-
lanza en extraordinarias fuerzas, el decir que si hubieran sido
ñoles, puesto que antes demostraba en detalle que los
tan aventajados en ellas, estuviera en razón que en estos tiempos
Alapuche no' podían utilizarse como esclavos siendc se hallara algún indio en todo aquel reino en opinión de señalado
flojos y débiles. Hay que agregar que Nájera super( en fuerzas. Y esto no solamente no se ve, peTo ni se sabe ni pla-
esta dificultad de una manera bastante persuasiva. Lc tica de ninguno dellos. . ." (p. 42).
Así, Nájera trata de apartarse de la opinión ge-
neralizada de que los Mapuche son físicamente extra- sino más bien de las ideas y opiniones que tenian los
ordinarios y capaces. Del mismo modo, la famosa capa- españoles y del c'oncepto de la Conquista. Nuevamen-
cidad guerrera de los Mapuche la adscribe más bien' te, esto se ve con más claridad en el caso de Nájera:
al hecho de estar viviendo en terrenos muy aptos para su opinión era que la conquista fue mal organizada y
la guerra, en terrenos que por sí mismos les daban una que debió basarse en una política diferente a la que se
gran ventaja estratégica: aplicó. Para demostrar su opinión, maneja no sólo su
argumentación lógica, sino también los mismos datos
acerca de la tierra y sus habitantes. Los Mapuche no
". . .es cierto que ninguna cosa les qu;daba que les pu- aparecen como son, sino como necesitan ser para que
diera alentar a resolverse a ponerlo por obra ( a rebelarse), sino
solaniente el seguro refugio y amparo que les ofrecía la gran Nájera tenga razón. Las descripciones de los Mapuche X
fortaIeza de su tierra, por ser pobIada no s6Io de innumerables en las Crónicas aparecen así más bien como modelos
montes, sierras, valles y otras quebradas fragosishs, pero de conscientemente manejados que se convierten, en el
muclios y muy grandes ríos, ciénegas y pantanos tales, que cada transcurso del tiempo, en estereotipos de la identidad
cosa destas por si se defiende, y es menester irla ganando (co- étnica.
mo dicen) palmo a palmo, cuando no tuviera gente que se opu- Sin embargo, el modelo de Nájera quedó aisla-
siera a defenderla". (p. 86). do. Tanto en la historia como en la conciencia contem-

3
poránea figura el estereotipo de los Araucanos como
- Como ya h e mencionado, las opiniones de Nájera --
v a a e s eerreros, w.g prefer& l@erte a n m ~e
interesan sobre todo en cuanto son diferentes de las 1-a derrota, que tenían habilidades nah;"rales incompa-
opini~nesvigentes en su época. Sils Araucanos difieren rables para la guerra y que sobresalían en fuerza,
de los Araucanos d e los demás autores en todos los agilidad; destreza, valentía y ferocidad*
rasgos importantes. Naturalmente, es claro que los Ma-
puche no pueden ser al mismo tiempo más fuertes y @ El periodo de bandidos sangrientos
mñs débiles que los españoles; más lentos y menos Prácticamente, hasta la mitad' del siglo pasado -.
desarrollados que los españoles; más rápidos y física- se mantenía la imagen de los Mapuche como muy pe-
-
mente mejor desarrollados; valientes y feroces guerreros ligrosos en la guerra:
q u e cobardemente corren a esconderse en la montaña
después del primer eiicuentro con el enemigo. " A tal modo no se queria inquietar ai Araucano, que al
De hecho, el único .punto de concordancia entre naufragar el joven Daniel por aquella época ( 1 M ) en la costa,
Nájera y los demás autores es el reconocimiento dt? entre el Toltén i el Irrrperial, i habiendo sido asesinada su tri-,*
q u e los hliapuche se defienden exitosamente de los es- pulación por los indígenas, no se quiso castigar debidamente '

pañoles. En las razones d e su éxito hay discrepancias. taxi inaudito crimen por temor de provocar a una guerra a la
Puede suponerse que estas razones en realidad no se Araucanía. Tal respeto había conseguido inspirar también h u c o -
derivan de lo que eran o hacían realmente los Mapuche, a la República, como había ocurrido con España". (Lara, pp.
198199).
Sin embargo, lo que empezó a cambiar conside- rado, para cometer, como d e costumbre, toda clase de depreda-
rablemente desde los comienzos del siglo pasado, m3s ciones. Fue este estado escepcional de cosas lo que principal-
exactamente desde la Independencia fue, por así de- mente indujera a las hordas araucanas a ejecutar los actos de
cirlo,, el trasfondo moral de esta imagen de guerreros vandalismo que se presenciaron en aquel año; pues ya no les
Mapuche. Durante toda la Conquista los españoles en- inducía a rebelarse el triunfo de una causa propia, sino el incen-
tendían el conflicto con los Mapuche más bien como tivo del robo i del pillaje". (Lara, 11, p. 200).
la colonización de un nuevo país y como la defensa
Araucana de su libertad e independencia. &Es decir, En estoy~podemosnotar claramente el cambio .
incliiso para los espafioles, el estereotipo de guerreros del trasfondo moral del estereotipo que hemos mencio-
Mapuche poseía un transfondo moral de defensores
F--
nado
_.._ -- antes.~Con'má~~claridad
--
-
- todavía aparece en otro
de sil independencig.iA comienzos del siglo XIX, los texto del mismo autor, cuando describe la destrucción
chilenos mismos empezaron a luchar por su indepen- de fincas ubicadas alrededor del río Bío-Bío, hacia 1859:
dencia de España. Aun cuando la mayoría de las ba-
"Toda esta obra d e largos años d e sacrificios y de tra-
tallas y conflictos tenían como escenario el centro del bajo fue destruida y desaparecida a l paso de las hordas suble-
país, la frontera sur y la Araucanía todavía en 1820-1830 vadas allende de Bío-Bío, guiadas del espíritu del pillaje, que era
quedaban como focos de oposición realista. J& restos lo que únicamente imperaba en la ya dejenerada raza de la
de las-unidades realistas y grupos de bandidos (monto- antes heroica i patriótica Araucanía. Se acercaba para ella la hora
-
neros ), tgían sus refugios frecuentemente en la Arau-
canía y-fueron apoyados popalgunos caciques Mapuche.
fatal que siempre y suena anunciando la calda de 10s
pueblos en la edad d e la decrepitud i de la dejeneración de su
Con ellp, -los-- Mapu&e perdieron su clara posición anti- duena i de su espíritu". (Lara, 11, p. 203).
españo- y. empezar6iñ-a ser Gstos no tanto pomo un
enemigo externo, sino como1enemigo interno, como Los mismos actos de "pillaje" cometían los Arau-
enemigo de la Patria. Naturalmente, los Araucanos no canos durante todo el ~eríodóespañol, pero, s&n la
cesaron en sus ataques, aun cuando las condiciones en opinión común, en ese entonces estaban motivados poi
La Frontera se mejoraron. Chile concluyó la paz con el afán de liberarse. Como a mediados del siglo pasado
ellos en 18%, pero ya desde los años treinta empieza se les consideraba ya como casi asimilados a Chile, sus
a hablarse de la necesidad de la ocupación de la Arau- actos fueron considerados como bandidaje y actos de
cania. Estos planes fueron postergados primero por la crímenes. Nuevamente, este cambio de imagen fue cau-
guerra contra Bolivia y Perú; después, por los enfrca- sado no en la sociedad Mapuche, sino por modificacio-
tamientos civiles en los años cincuenta. Como es natu- nes en 18 sociedad chilena; los Araucanos hacían en ese
ral, los Araucanos no cesaron sus ataques: entonces lo que siempre antes habían hecho; lo que
cambió fue la evaluación chilena de 9 s actos.
"Sea lo que fuere, las tnb& indbmitas se aprovecharon El estereotipo que emerge de la Igtura de do-
del estado indefenso en que se encontraba la línea d e la Fron- cumentos de la primera mitad del siglo pasado puede
tera, i lo que es más, de la contienda civil que se había decla- tomarse así como un ejemplo todavía más claro del
W
3 manejo social que el estereotipo anterior. Además, en rras a1 sur de la Araucanía, tierras que hasta ese- en-
realidad, no representa un cambio muy grande de ras- tonces no poseían ninguna importancia econámica. El
gos; sólo los describe desde otro punto de vista con mero hecho de su presencia, además, podía tgner bas-
ayuda de juicios valorativos. En vez de valentía, bes- tante influencia en el proceso de la pacificación. El
tialidad; en vez de habilidades guerreras, bandidaje; agente gubernamental para la colonización escribía:
en v a del deseo de independencia, pillaje. Las capaci-
dades y habilidades físicas que causan valentía o bestia- "La inmigración se pospone a todo; se pospone a un e&-
lidad, fundamentales para ser un buen guerrero o un .
ficio público, por innecesaria que sea su construcción.. Tratóse
buen bandido, son básicamente las mismas: lo que de colonizar las provincias araucanas, y se decretó medio millón
cambia es la evaluación externa de ellas.gi- de pesos y en seguida más miles aún, para el sostén de las tro-
Con lo dicho no pretendo señalar que la cultura, pas cuya permanencia, si transitoria, es inútil, y si constante,
la organización social y, por último, las características gravosísima; y de nuevo quedó postergada la inmigración extrarir
individuales de los ~raucanos permanecieran iguales jera, única que sin exterminar al colbno indígena, pudiera redu-
entre los siglos XVI y XIX. El mismo hecho de la per-
cirlo al estado social. Con ese medio millón d e pesos hubihramos .
podido hacer llegar al territorio indígena dos mil familias del
manencia casi continua en estado de guerra, la drástica extranjero, con un personal aproximado d e ocho mil almas, y
distribución en el número de habitantes, el comercio sobrar aún 50.000 mii pesos para habérseies provistos de armas
más o menos regular con los españoles, etc., debieron de precisión...
causar cambios profundos; sin embárgo, estos cambios . Un gmpo tan respetable de extraizjerd no se dejarla
no están reflejados en el cambio de estereotipo de la imponer la indiada. El indio, por más valiente y arrojado que
identidad Mapuche que tenían los l ~ a ñ o l e y,
s mas ade- sea, no es tan fácil que se ponga a tiro cls un hsil qwe Be ha
f lante, los chilenos.* Lo que refleja el ~ a m b i ode este- de herir o matar, por el solo hecho de colocarse a su alcance".
reotipo son los cambio; de la sociedad española~chilena- (Pérez, pp. 359-360).
y el cambio de los objetivos que esta sociedad formuló
C
todo, gran parte de la Araucanía fue ocu-
pada entre 1860 y 1878. El proceso de la pacificaci6n fue
3. El período de indios flojos y borrachos interrumpido por la Guerra del Pacífico ( 1879-1883),
cuando los ~ a ~ u c h aprovechándose
e, de la ausencia
La presión desarrollada por la población chilena de las tropas chilenas en el sur, se levantaron por última
de ambos lados del Bío-Bío, tendiente a la pacificación vez; sin embargo, ya en 1882, y especialmente en 1883,
de la Araucania, pacificacián acelerada, fue comple- se volvió al proceso de la pacificación con mayor in-
mentada a mediados del siglo pasado por la presión tensidad, hasta terminar exikamente en el mismo año
que desarrolló el grupo de inmigrantes alemanes que 1883. A partir del año siguiente, empezaron a crearse
se integró a la región de Valdivia. A partir de los años reducciones habitadas por pequeños grupos Mapuche,
, 1850, el Gobierno chileno invitó a inrnigrantes europeos, alcanzando el número total de reducciones a unas tres
sobre todo alemanes, para ocupar y aprovechar las tie- mil.
\
40
La situación de los Mapuche cambib radicalrnen- aquél con éste, y bí vienen todos ' a ser iaaeadosa, fin de la I
6
1

te. Los enemigos respetados o los bandidos se convir- rfiesta, y tan igual& "que quedan todos parejos con el suelo,
tieron en ciudadanos chilenos. En vez de guerra o pi- iporque no dejan de h b e r hasta caer; y es cosa que admira ver
llaje tuvieron que dedicarse al pacífico trabajo .agríco- ."
el tesón con que duran en una de estas borracheras.. (Ovalle,
la. E n vez de competir con los chilenos m la fuerza, p. 113).
estrategia y armas, se suponía que comenzaría la com-
petencia en la producción y en la vida normal. Antes, Sin embargo, los Araucanos no fueron conocidos
su actuación estaba evaluada como buena o mala, según como bebedores, sino sólo después de la pacificación.
sus éxitos en las batallas de modo tal que, aunque hay Esto, porque antes este rasgo no importaba a los es-
muchas quejas durante el siglo pasado, nunca se dijo pañoles; empezó a importarles a fines del siglo pasado,
que los Mapuche fueran malos bandidos o que no tu- sin que los Mapuche hubieran empezado a beber más
vieran éxito. A partir de fines del' siglo pasado, su o menos que antes; de repente, el hecho de que bebían
actuación empezó a ser evaluada en sentido económico. se convirtió en una parte importante del estereotipo.
Si antes era natural que la diferencia se viera en e l . Prácticamente lo mismo ocurrió con la supuesta flojera
desempeño de las artes bélicas, ahora será natural que de los Mapuche. Repetidamente, varios cronistas hablan
ellas se aprecien en el campo económico. El sistema de cuán flojos y no cumplidos son los Araucanos (por
diferente de agricultura, las distintas costumbres labo- ejemplo, Nájera), pero aparece como un rasgo impor-
rales y la tendencia a acompañar las fiestas formales tante sólo cuando los Mapuche están obligados a com- a

con la ingestión de alcohol favorecían la formación d e petir con los chileno3 en el campo laboral.
n nuevo estereotipo. &o interesante es que las infor-- Naturalmente, los Mapuche tenían, en general,
maciones acerca de la exagerada ingestión de alcohol un rendimiento más bajo comparados con los colonos
aparecen ya desde los prúneros tiempos de la Con- chilenos y europeos; la baja tecnología de la produc-
quis ta: ción agrícola, el concepto basico de la economía de
subsistencia, el contacto mínimo con el mercado, etc.,
eran causas bastante influyentes. Sin embargo, ellas
"Y como en ninguna cosa ponen estos bárbaros más cui-
nunca se mencionaban, sino que se aplicaba el este-
dado que en las pertenencias a su beber, tienen en los más ame-
nos y apacibles (lugares) campos, disputados particulares lu- reotipo de la flojera. Tal aplicación tenía sus ventajas:
gares pata celebrar'otras diferentes borracheras de las que es- al caliEicar a los Mapucl~ede flojos. podía adscribirse
cribo adelante.. ."( Nájera, p. 4 3 ) . su pobreza a ellos mismos; además, .se podía justificar
". .
.porque es costumbre entre estos indios nunca beber la lirnitacibn de terrenos y los robos de tierras (las fa-
unos solos lo que les dan, sino que habiendo hecho la salva el mosas corridas de cercos). Como ya se ha dicho, los
que brinda, bebiendo primero un poco, bebe luego el brindado, terrenos de las reducciones eran teóricamente inallana-
y sin acabar éste el vaso lo da a1 otro, y alguna vez beben de bles, pero el descrédito de los Mapuche como trabaja-
unb aesmo, cuatro o más, conforme se ofrece. Y no por esto dores hacía más fácil las manipulaciones sernilegales e
toca menos a cada uno, porque lo que hace éste con aquél hace ilegales.
F:i
Como en m,uchos casos sobrevive hasta ahora, este cambio necesita ser explicado en un contexto más
es más importante comprender las raíces sociales o amplio.
históricas de este último estereotipo que de los dos En forma explícita o implícita, desde sus co-
'anteriores. Todavía hay gente que cree que los Mapu- mienzos, la política chilena hacia los Mapuche estuvo
che son indios flojos y borrachos y que a eso se debe orientada hacia su asimilación final. Durante la paci-
s u situación económica.3kn realidad, lo que ocurrió fue ficación e inmediatamente después se suponía que la
que en ciertas condiciones históricas la sociedad chilena ocupación de la Araucanía y la creación del sistema
'
misma empezó a adscribir importancia a estos dos ras- de las reducciones iba a cambiar automáticamente toda
gos, porque a través de ellos podía lograr una explica- la vida de los Mapuche y que la etapa siguiente sería
ción simple y fácil del porqué de la situación econó- el período de la división de las reducciones. Ambas
. mica postergada en que se encuentran los Mapuche y suposiciones, es decir, la chilenización rápida de 10s
que en realidad la culpa no este en la sociedad mayor, Mapi?he y el cambio hacia la tenencia individual de
e n el régimen de las producciones ni ,en la discrimina- terrenos, no se cumplieron. Hasta ahora se han dividido
ción, sino en los hlapuche mismos. En cierta manera, menos de mil reduccion&s, Los Mapuche, enfrentados
fue una justificación de la pacificación de la Araucnnía. por un lado con los temtenikntes que trataban de am-
pliar sus terrenos a costa de las reducciones y por otro
4. El período de la responsabilidad lado con la presión del Gobierno hacia la división de
del hombre blanco las reducciones, vista como el único camino de asimi-
lación, confiaron en la mantención de las reducciones
Los dos primeros estereotipos pueden distinguir- como la única posibilidad de defenderse:
se y ubicarse en el tiempo con relativa facilidad. No
ocurre lo mismo con los dos ÚItimos, puesto, que son "'No obstante, el Mapuche, repitiendo' un hecho genera
prácticamente mntempor~neosy en gran medida se en la incorporación nacional de las poblaciones indlgenas latino-
traslapan. Desde el momento en que se dejó de consi- americanas, conserv6 firmemente sus comunidades indivisas y se
derar a los Mapuche como enemigos externos o bw- aferró a ellas, puesto que eran la última protección de sus tierras
didos,' se les empezó a considerar como ciudadanos ."
siempre amenazadas.. .(Cantoni, 1972, p. 8).
'de, segundo orden", atrasados, ignorantes, malos tra-
bajadores y sin saber aprovechar sus medios de traba- La idea sobre la integración más o menos auto-
jo. Esta opinión sigue vigente hasta hoy día; lo que mQiica empezó a mostrarse claramente como errónea
sufre ciertos cambios es la actitud chilena hacia estas ya clesde los principios del siglo y quedó como inválida
características. Como ya hemos visto, durante la pa- en los años treinta. Además, en este tiempo aparecen
cificación y las primeras d6cadas siguientes, sobrepa- otros factores que determinan un cambio de actitud
saba la actitud: 'bu estado es culpa de ellos mismos, hacia los Mapuche. En el período turbulento de la pa-
porque no quieren progresar". Durante las décadas de cificación e inmedicttamente siguiente, el mayor interés
1920 y 1930, esta actitud empieza a cambiar, aunque se centraba en el problema de abrir "La Frontera" a los

44;
i
,
colonos. El hecho de que la producción en las reduc- pezó lentamente a darse cuenta que culpar a los propios
ciones fuera baja se consideró como asunto originado Mapuche de ese supuesto estado de cosas no ayudaba
por los A4apuche mismos. Más adelante, con el creci- de modo alguno a lograr el objetivo predefinido, es de-
~ilieiitode la estabilidad cívica y de la productividad cir, la asimilación de los indígenas. Se IIeg6 a la con-
del trabajo, los terrenos AJapuche, que eq "La Frontc- clusión de que este objetivo puede lograrse sólo a
ra" representan una parte bastante importante (en Cau- través de actividades sistemáticas orientadas hacia la
tín, un 22% de los terrenos agrícolas), empezaron a disminucijn de las diferencias reales existentes, a saber,
convertirse en un peso muerto para el desarroll~gene- división de las reducciones, creación de minifundios
ral de la zona. En tal sihiación, llegó a ser menos im- familiares, .otbrgación de créditos fiscales, etc. En la
portante la culpabilidad de los propios indígenas y evaluación social, este cambio se hace aparente en las
empezó a adquirir mayor interés el cómo solucionar el aseveraciones que, .en vez de culpar a los Mapuche, se
problema. formulan más bien en la idea de que los Mapuche to-
El interés en hacer desaparecer la posesión co- davía no están lo suficientemente preparados para
munitaria no se debilitó,. aunque dicho interés está en aceptar la cultura y la vida civilizada; que hay que
la base de la legislación indígena desde sus comienzos ayudarlos, enseñarles, y en general portarse hacia ellos
hasta ahora, puesto que el concepto mismo de la te- como hacia los niños. En términos generales, este pe-
nencia comunitaria o colectiva es ajeno a la legislación riodo podría definirse como el período del desarrollo
del paternalismo.
cliilena y, por lo tanto, la mantención de las reduccio-
nes se identifica con la mantención de la idiosincrasia.
-

- S. e

Mapriche; sin embargo, lentamente' fueron apareciendo


las opiniones acerca de la necesidad de ayudar a los
Mapuche a salir de su situación de postergación. Estas
@ 5. El periodo de la paneducación

Aproximadamente, a partir de los años sesenta,


ideas se afirmaron más en el período del Gobierno del
Frente Popular ( 1938-1948 ), cuando se elaboró un plan comienza a aparecer un nuevo cambio de actitud hacia
para cambiar las reducciones en "cooperativas de in- el Mapuche. Se mantiene la imagen del -indio retrasado,
dígenas'', subordinadas a una 'Central de Cooperativas flojo e ignorante, pero se le adscribe el deseo de apren-
der, de cambiar de vida, en fin, el deseo de chilenizarse.
y de Créditos de los Indígenas"; ninguno de estos pro-
yectos se realizó, pero pueden servir por lo menos como 'Conviene señalar que &te estereotipo todavía no se ha
difundido generalmente, en el sentido'de que se hu-
una demostración del acercamiento cambiante al pro-
biera convertido en el modelo del sentir común, pero
blema indígena.
está en el trasfondo de la política indigenista chilena
Naturalmente, la imagen básica de los Mapuche durante los últimos años. El objetivo sigue siendo la
en la cultura cl~ilenano ha cambiado mucho. Siguen -
asimilación completa, pero ahora se considera como
siendo considerados como tina población salvaje, igno- obstáculos mayores la falta de educación y de conoci-
rante, floja, borracha, etc.; pero la sociedad chilena em- mientos, la falta de informacion~tecnol6gicas y cívi-
47
- \
-
cas. La única manera
Mapuche sería
----factible
---- -------.
entonces-mejorar
de mejo-rar
su
- la situación
educación.
caracterizan el uso tradicional del espacio interior de la vivien-
da Mapuche". (Bunster, 1970, p. 25).
\? - . - "' - --. - . .-__-
En el afio 1962, durante el Gobierno de Alessan-
dri, se dictó la Ley d e Reforma Agraria, creándose la Además, cuando el oficial otorgaba la nueva casa
Corporación dt: la Reforma Agraria (CORA),y el Ins- a una familia Mapuche, lo hacía con la advertencia de
tituto de Desarrollo Agropecuario ( ~ D A P ) .Aun cuan- que si no la cuidaban bien, la institución s e vería .
d o estas instituciones no estaban específicamente orien- obligada a requisarlas. Con ello, los Mapuche no po-
tadas hacia la solución de los problemas Mapuche, dían considerar la nueva casa como su posesión ilimi-
naturalmente tuvieron que tomarlos en cuenta al preo- tada e incondicional, a lo que estaban acostumbrados.
cuparse de la región d e "La Frontera". L a suposición de La acción entera fracasó en su objetivo: no significó
q u e "los A4apuclie pueden ser iguales a nosotros si una mejora apreciable en las condiciones de vida ni
tuvieran educación" se convirtió en un programa de trajo nuevas informaciones culturales.
trabajo exteriorizado en la organización d e cursos y se- Hasta cierta medida, los Mapuclie mismos com-
minarios convocados por estas instituciones. parten esta imagen y adscriben un alto valor a la edu-
En todo este programa aparece con bastante cación, especialmente a la educación escolar. Son ca-
fuerza el paternalismo mencionado, lo q u e puede de- paces de mucho para asegurar a sus niños la forma-
mostrarse con claridad en el área d e "aculturacibai ción escolar regular. Por ejemplo, en Cholchol, un pue-
práctica", más exactamente en una acción de construc- blo originalmente sólo cl~ileno,existe ahora un compo-
ción de viviendas. L a casa tradicional Mapuche (lla- nente continuamente creciente de Mapuche; s e trata
mada "ruka") es d e paja; la Corporación d e la Vivien- en su mayoría de familias d e comunidades más lejanas
d a ( c o ~ v r ) ,en un esfuerzo para modernizar las con- que, sin importarles las pérdidas económicas y el tras-
diciones d e la vivienda Mapuche, construyó en varias lado que puede significarles, se trasladan a Cholchol
reducciones una serie de casas standard con techo d e para poder enviar a sus hijos a la escuela.
cinc. En la mayoría d e los casos, los Mapuche usaron Los estereotipos que hemos descrito escoiiden
estas casas como bodegas, depósitos, talleres y, en al- detrás suyo, naturalmente, un conocimiento más am-
gunos casos, como dormitorios. La explicación de esto plio d e la cultura Mapuche. En _
cada --período dado,
_._-

.se buscó en la ignorancia Mapuche y en su incapacidad los chilenos, es decir, aquéllos que están en un contac-
de aprender; en realidad, las casas simplemente no co- to regular con la población Mapuche, conocen de ellos
rrespondían a sus necesidades: mucl~omás, no sólo los rasgos incluidos en el estereo-
tipo. Sin embargo, estos rasgos representan los símbo-
los claves: se presentan como el contenido básico y más
"El diseño de la moderna casa OORVI, no solucionaba las importante de la identidad Mapuche. Como ya lo he
necesidades espaciales mínimas requeridas por sus moradores. La mencionado, no he pretendido en este capítulo estudiar
nuwa casa constreñía sus pautas' habituales de interacción, y no el desarrollo de la cultura Mapuche ni los contactos
incluía el espacio necesario para contener las cinco zonas que Mapuche-chilenos. Solamente h e tratado d e demostrar
que lo que los Mapriclie son para la sociedad global,
es decir, la imagen Mapuche, es un modelo construido A L G U N A S DE 1,A.Y C A R A C T E R I S T I C A S
por los chilenos, no para describir o comprender la
cultura hlapuche, sino para fundamentar y justificar
DASICAS DE LA ORGANIZACION
las actitudes que tienen hacia ellos. Lo que importa SOCIAL M A P U C H E C O N T E M P O R A N E A
no son realmente los rasgos de la cultura Mapuche; lo
q u e cuenta es la importancia y evaluación que los chi-
lenos Ie dan a estos rasgos. Esta importancia y evalua-
ción es a su vez determinada por el contacto que existe
momentáneamente entre ambos grupos.
En este sentido, entonces, los cambios en los
estereotipos h4apuche reflejan no tanto cambio en la
cultura Mapuche, sino más bien algunos aspectos del
desarrollo de la sociedad chilena misma:

"hluchas veces he oído preguntar dónde desaparecieron


on el argumento desarrollado en el capítulo
todos esos valientes y orgullosos guerreros y d6nde salieron es-
tos inferiores y pobres indios de hoy; o, en estos Últimos meses, anterior no se pretende afirmar que la cul-
especialmente de funcionarios y estudiantes que han pasado cier- tura-? organización social Mapuche sea fija
to tiempo con los Mapuche: ¿Por quh se dice que los Mapuche e inmutable y qiie lo único que cambia es la
son flojos y cerrados, cuando yo los encontrh muy abiertos, an- orientación chilena con respecto a ella. Sin duda, entre
siosos de aprender y amistosos? La respuesta a ésta y a otras los Mapuche del período histórico y los Mapuche de
preguntas semejantes es muy simple. Los Mapuche siempre están hoy hay diferencias profundas, causadas sobre todo por
aquí: no son ellos culpables si la sociedad los evalúa y los trata el contacto (tanto bélico como pacífico)
con diferentes enfoques y de diferentes maneras". (Stuchlik, con los chilenos. Este contacto, que culminó con la
1971, p. 149).
A creación de las rediicciones, desencadenó una serie de
cambios profundos en la organización social Mapuche
que todavía no ha variado. Como ya se mencionó en
la introducción, la creación de las reducciones impactó
sobre todo en dos áreas de la vida social Mapuche: la
organización sociopolítica y la economia.' E n la pn-
mera, los Mapiiche se convirtieron en ciudadanos chi-
Iénos subordinados a las autoridades chilenas; en la
segunda, obtuvieron terrenos claramente delimitados e
inallanables, en posesión común y hereditaria. Estos
cambios les obligó a enfrentarse a una serie de nuevos mente limitada a las situaciones rituales; más especí-
prol~lemas,para cuya solución no pudieron apoyarse en ficamente se hace aparente sólo en el contexto del
su estructura tradicional, la que empezó a perder su "nguillatún".
vigencia obligáiidolos a buscar nuevas soluciones. Los éCómo se estructura entonces la distribución de
resultados de todo este proceso de cambios pueden autoridad en la comunidad o reducción Mapuche de
verse en su organización social contemporánea, la que hoy?. . . Tenemos que considerar este problema en tres
quisiera documentar muy brevemente con el análisis niveles: la estructura de autoridad interna, los factores
d e dos aspectos relacionados con sendas áreas de la externos ( o sea, influencia del contacto con el ambien-
vida social, a saber: la estructura y la distribución de te chileno), y el surgimiento de líneas en el nivel de
poder en la comunidad y el sistema de tenencia d e zonas, áreas o sectores. Como vererqos más adelante,
la tierra. el primero y segundo nivel demuestran una gran me-
dida de interdependencia. En su análisis nos apoya-
remos básicamente en los datos de una comunidad si-
LA ESTRUCTURA Y LA DISTRlRUClON tuada aproximadamente a cuarenta kilómetros al nor-
DE PODER EN LA COMUNIDAD oeste de Temuco (provincia de Cautín).

Podemos partir afirmando que las comunidades


1. La e.Hructura de autoridad interna
hlnpiiche no tieiien hoy una estructura de poder cla-
ramente definida; tampoco existen en ellas las autori- Dentro de este contexto, debfznoq diqtingi~irtmq
dades tradicionales generalmente reconocidas. Como ya componentes diferer~tes,109 rpif: rm 911 cxmjiiritr, frflrnar,
lo liemos explicado detalladamente en la introducción, la e s h c t u r a de autoridad: la %tnic+iira global o a i ~ t o -
éste hecho debe ser considerado como la consecuencia ndad: las autoridades per~nnificadas, r;l df:c<r, indivi-
directa de la introducción arbitraria del sistema de re- duales, ?- la fuerza de la opinión pública.
clucciones. Los Jefes, en cuyos nombres se otorgaron
los Títulos de Merced, se mantuvieron en su ~osición,
rii la innyoria de los casos, aunque con autoridad li- 1.1. La estructura global
ii-iitada; pero después de su muerte el oficio en mu-
clios casos quedó vacante, es decir, no fue heredado por Sobre la base de la observación de participación
cl descendiente que correspondía. En los casos cuando de diferentes individuos en la toma de decisiones, ac-
el liijo 11 otro pariente heredaba el oficio, siempre fue tividades colectivas, etc., fue posible distinguir cuatro
recoiiocido por los miembros de la reducción como "ca- grupos de miembros cuyas características son las si-
cique Iieredero", siendo el título de cacique reservado guentes: Grupo central, los miembros asisten a todas
para el Jefe nombrado en el Titulo de Merced. En todos o a la mayoría de las reuniones y a otras actividades
los casos, por lo menos en la zona de que hablamos, colectivas, participando en forma activa en la toma de
la autoridad del Jefe, si ,es que existe, está estricta- decisiones; su opinión pesa más y en la mayoría de los
casos se incluye en la decisión final. Grupo participan- GRUPO PARIENTE CERCANO
t e , los miembros asisten con cierta frecuencia a las DEL CACIQUE
reuniones y otras actividades colectivas, pero rara vez SI NO
participan activamente en la toma de decisiones, pre-
firiendo estar de acuerdo y seguir las decisiones for- Central 7 3 4-
muladas por los miembros del grupo central; conse- Participante 8 2 6
cuentemente, sus opiniones se consideran de menor im- Marginal 4 1 3
portancia y no necesariamente están incluidas en la No-Participante 7 6 1
decisión final. Grupo marginal, los miembros asisten
rara vez a las reuniones y otras actividades colectivas
y prácticamente no participan en la toma de decisio- GRUPO POSICION ECONOMICA
nes; sus opiniones valen muy poco. Grupo no-partici- Buena Mediana Mala
pante, los miembros no asisten a las actividades colec-
Central 7 5 2 . -
tivas, o por desinterés o por otras razones (edad, por
Participante 8 3 3 2
ejemplo ) .
Marginal 4 - 3 1
En la comunidad de que hablamos, la distribu- No-Participante 7 1 3 3
ción concreta es la siguiente: hay un total de veinti-
nueve familias; de ellas, descontamos tres que poseen
Jefes femeninos; del total d e veintiséis Jefes de fa-
La conclusión a que puede llegarse es que la
milias restantes, siete forman el grupo central, ocho el
situación genealógica no es determinante para la me-
grupo participante, cuatro el grupo marginal y siete el
dida de autoridad, mientras que sí lo es la posición
grupo no participante.
económica. La determinante de la situación económica
De los criterios formales que podrían determinar quedaría todavía más clara con el análisis de casos
la pertenencia del individuo a uno u otro grupo, hemos individuales, porque de los cuatro miembros con situa-
coilsiderado dos: la cualificación genealógica, es decir, ción buena que no pertenecen al grupo central, todos
el Iiecho de si el hombre es o no patripariente cercano tienen razones específicas: uno no nació en la comu-
del cacique original, y la posición económica, conside- nidad, sino que fue adoptado; 'otro vive junto con su
rada como buena, mediana o mala, dentro de la posi- hijo, quien pertenece al grupo central; el tercero no es
ción económica general d e los Mapuche que, por su- casado, y el cuarto volvió hace poco d e Santiago donde
puesto, es definida como mala. Aplicando estos cnte- vivió muchos años. No queremos decir con esto que la
rios, hemos obtenido 10s cuadros siguientes: situación económica de por sí garantiza la autoridad
de la comunidad; más jiisto sería decir que una buena
situación económica trae consigo más experiencia, más
interés por los problemas d e la comunidad y, automá-
ticamente, más autoridad, ya que en última instancia Otro hombre, S.C., es presidente del Centro de
es el grado de interés y participación el que determina Padres. Aunque los miembros de la comunidad no lo
la perteneiicia del individuo al grupo central o a algún consideran como un presidente particularmente bueno,
grupo de menor autoridad. Sin 'embargo, las diferen- este oficio le da una cierta autoridad. No se..distingue
cias en las posiciones de autoridad entre los miembros por características personales ni por su posición econó-
d e grupos arriba especificados son mínimas: el grupo mica.
central que formula las decisiones para la comunidad El tercero, D.T., es tesorero del Centro de Padres,
no tiene ninguna posibilidad para forzar estas decisio- del Club Deportivo, uno de los dos hombres
nes si no son generalmente aprobadas. con mejor posición economica y, en general, abierto
a nuevas ideas (por ejemplo, dedicación a la hortaliza).
1.2. Autoridad personificada b individual Estos tres son los únicos que tienen autoridad
individual, es decir, no como miembros del grupo cen-
La desaparicióii de los caciques o, por lo menos, tral; sino independientemente de ellos; por supuesto,
de sil poder, no significa necesariamente que-en la co- pertenecen o se destacan también en el grupo central.
munidad no existan individuos con una cierta posición Sin embargo, su autoridad tiene siempre carácter con-
d e autoridad; sin embargo, tanto la extensión d e su
. . autoridad como los criterios que la determinan, han
sultivo; nunca llega a ser autoridad decisiva, salvo si
es apoyada por la opinión pública.
cambiado. En la comunidad de que hablamos, existen
tres hombres que, aparte de ser miembros del grupo 1.3. La fuerza de opinión pública
central, tienen una posición individual d e autoridad.
Uno de ellos, A.M., es considerado como el representante Como consecuencia de la alta individualización
de la comunidad en las raras oportunidades en que la de las comunidades Mapuche, la fuerza de opinión pú-
comunidad como un todo ha necesitado un represen- blica es bastante débil y difusa. No opera en forma
tante. No es patripariente del cacique original y su po- continua, sino especialmente en forma circunstancial,
sición económica, aiinque relativamente buena, no es en ciertas oportunidades, como cuando la gente se ha
de ninguna manera mejor que la de los demás miem- juntado en forma directa, lo que es bastante diferente
bros del grupo central. Prácticamente, los únicos fac- del funcionamiento de la opinión pública en las socie-
tores que han determinado su posición son: primero, dades más integradas.
dedicó una parte de su terreno para una cancha ( l o Podemos ejemplificar el funcionamiento de ella
q u e comúnmente hacían los caciques), que, aparte d e con el análisis de un caso concreto de la comunidad
las actividades deportivas, sirve para celebrar fiestas y de que hablamos. Se trata de la situación de la repar-
reuniones; en cierto sentido, entonces, los participantes tición de una herencia. Despuks de la muerte de la
son sus huéspedes. En segundo lugar, tiene reputación viuda C.C., sus terrenos debían ser repartidos entre sus
como "weupüfe" (orador tradicional), estimado por su tres hijas, d e las cuales una vive en la comiinidad y
conocimiento de genealogfas. dos se casaron fuera de ella, y su nieto. La repartición
se realizó en presencia de todos los herederos. Además nales en las comunidades. En términos generales, s e
estaban presentes aproximadamente cuarenta miembros trata del hecho cle que la comunidad Mapuche contem-
de la comunidad. La hija que vivía en la comunidad porLnea, como consecuencia de su posición en la so-
recIamó contra las pretensiones de una de sus herma- ciedad global, crea ciertas organizaciones con estructu-
nas, argumentando que ésta nunca ayudaba a su ma- ras definidas y que las posiciones de autoridad en estas
dre, mientras q u e una hija suya ( d e la que protestaba) organizaci.ones determinan también la autoridad gene-
vivió con su abuela y la cuid6 hasta su muerte; suponía ral de sus portadores. Concretamente, se trata de orga-
entonces que tenía derecho a heredar parte de la pri- nizaciones como Centros de Padres, Clubes Deporti-
mera. La discusión se llevó fundamentalmente entre la vos, Comités de Pequeños Agricultores, etc. Los 'ofi-
hija que vivía en la comunidad y el esposo de su her- ciales de estas organizaciones son generalmente elegidos
mana. En el transcurso de la discusión, la que recla- de entre los miembros del grupo central, es decir, entre
maba empezó a pelear físicamente con su cuñado; los los hombres que ya antes tenían cierta posición d e
demás miembros de la comunidad, que hasta el mo- autoridad. El hecho de ser individualizado por elección
mento no habían tomado parte, le impidieron continuar aumenta todavía más su poder: aparte de ser miembros
peleando y criticaron fuertemente su actitud, por lo del grupo central, llegan a tener poder por derecho
cual prácticamente invalidaron su demanda. Por supues- propio. Además, la falta de estructura de poder bien
to, la liijn podía recurrir al Juzgado de Indios, pero, definido causa la transferencia de su autoridad incluso
según la ley tradicional, su protesta era inválida y de--. a las situaciones fuera del marco de la organización
pendía solamente. del apoyo de los demás, que no ob- dada; en otras palabras, el presidente del Centro d e
tuvo. Padres probablemente será considerado como autoridad
Podrían mencionarse otros casos de la aplicación incluso en las situaciones que nada tienen que ver con
de la fuerza d e la opinión pública, pero las conclusio- la escuela o la educación en general.
nes serían siempre las mismas: funciona solamente en Sin embargo, conviene acentuar, en primer lu-
situaciones de participación directa, no puede realizar- gar, que la calificación necesaria para ser elegidos como
se sin la presencia física de los "portadores de opinión" oficial de una de estas organizaciones es la posición
y d e todos modos no es muy eficaz. social ya reconocida con anterioridad y, en segundo lu-
gar, que estos oficiales tienen autoridad bastante limi-
2. Factores 'externos tada y consultiva, o sea, no se han convertido en auto-
ridades capaces . d e actuar decidida 'e independiente-
En lo que se refiere a los factores externos, qui- mente.
siera mencionar los determinantes d e la posición de au-
toridad que surgen del contacto con la sociedad chilena 3. Surgimiento de líderes
y d e la inclusión de ella. Como ya se ha mencionado,
estos determinantes están directamente vinculados a Ia Un tercer aspecto se refiere a la aparición de
aparición de autoridades individualizadas no tradicio- líderes en el nivel d e distritos, zonas o sectores. En
58
los últimos años, como resultado del esfuerzo creciente interpcrsonales son dirigidas fundamentalmente por el
tarito de la sociedad chilena como de algunos movi- sentido de igualdad e independencia muy acentuados
iniei~tosMapuche para mejorar la situación económica dentro de la comunidad o de la zona; este estado es
d e la sociedad Mapuche y reintegrarla como un todo, un resultado de un proceso histórico concreto, a saber,
han surgido nuevos tipos de autoridades que, en un de la formación de reducciones, que ha Iiecho desapa-
sentido general, podríamos llamar líderes políticos, aun- recer el campo de operación de autoridades tradicio-
q u e miichos de ellos no tienen una ideología política nales. -
Consecuentemente, la comunidad Mapuche se
determinada ni están vinculados con un partido o mo-
siente muy poco integrada u organizada como una
vimiento determinado. En la mayoría de los casos, son
unidad política administrativa; el sentido d e represen-
personas que, por su contacto más frecuente y más
tación y delegación de autoridad es poco desarrollado.
amplio coi1 el ambiente social (educación, traslados,
En términos prácticos, esto significa que es poco fac-
viajes, participación en reuniones políticas, etc.), han
tible entrar en contacto con una comunidad a través
conseguido una visión más general de los problemas,
de una persona, porque sus decisiones, opiniones o pro-
a u n estando tanto la intensidad como la amplitud de
mesas no serán obligatorias para el resto de los miem-
sus intereses en los sucesos de la sociedad contempo-
bros. Será preferible ponerse en contacto por lo menos
ránea. La cualificación necesaria para este tipo d e 1í-
con los miembros influyentes de la comunidad, porque
der es justamente la intensidad y la amplitud de sus son ellos quienes formulan las decisiones colectivas.
.
intereses por los problemas más generales, su capaci-
d a d de persuasión, su habilidad d e orador, su integn- E L SISTEMA DE T E N E N C I A
d a d personal y, en general, sus características perso- DE L A T I E R R A
nales. Un líder político opera básicamente no por su En términos generales, la situación actual de los
posición de autoridad en su propia comunidad, sino en Mapuche es el resultado de dos factores o circunstan-
el nivel de distrito, área o zona. No es representante cias: por una parte, se aprecia que sigue en vigencia
d e su comunidad propiamente tal; podemos conside- las relaciones de la estructura social tradicional, aun-
rarlo mejor como un representante de las actitudes y que modificada ésta por los cambios económicos, polí-
aspiraciones en un conjunto más amplio. Más que auto- ticos y adininistrativos de los últimos cien años; por
ridad dentro de las comunidades, posee influencia den- otra parte, la situación actual se resiente del hecho de
tro de una zona. que los Mapuche no forman un todo social cerrado,
De lo que hemos dicho, podemos formular di- sino que representan en alguna medida un componen-
versas conclusiones complejas : la comunidad mapuche te marginal de la sociedad nacional chilena. Tomando
contemporánea posee una estructura de poder y una en cuenta que los Mapuche no constituyen hoy un sis-
distribución de autoridad muy poco normalizada y di- tema funcionante, sino más bien una categoría amplia
ferenciada; las relaciones de s u b y superordenaci'ón de individuos, delimitada por ciertos rasgos de identi-
entre miembros diferentes son mínimas. Las relaciones dad, y considerando el funcionamiento d e los dos fac-
tores ya mencioiiados, es muy difícil formular hoy cual- aspectos más impqrtantes en diferentes proyectos ofi-
quier rcgla estructural o norma de comportamiento con ciales de desarrollo, pero hasta ahora no están prácti-
validez general, porque todas son objeto de cambio o camente en uso. Las razones de este fracaso radican
de cierta reformulación. En esta parte quiero anaIizar por una parte en todo el conjunto de la economía de
precisamente el proceso d e cambio d e uno de los ele- subsistencia que no produce bastante dinero como para
mentos básicos del sistema económico: los modos cómo afrontar gastos de fertilización regular y que además
el, individuo obtiene el acceso al suelo y el derecho a obstaculiza conceptualmente la introducción de cam-
disponer de ello. Lo que nos interesa es comprobar bios; por otra parte, en todo el conjunto de relaciones
si estos modos son interpretados en términos de estmc- sociales que hacen q u e la relación entre el individuo
tura social tradicional y en qué medida se refleja en y el suelo sea mucho menos estrecha e íntima que en
ellos el funcionamiento de los nuevos factores sociales. las sociedades "peasant-type". Como consecuencia, la
El estudio está basado en datos obtenidos du- productividad del suelo es considerablemente baja y
rante una investigación de terreno iniciada en 1968 ( y disminuye continuamente. Sobre todo, se cultiva el tri-
que todavía continúa) en la zona d e Cholchol, a unos go (usualmente alternado con avena como segundo cul-
40 kilóinetros al norte de Temuco, capital de la pro- tivo, destinada a servir de forraje), el poroto, la arveja,
vincia de Cautín; topográflcamente, en el límite oeste la papa y las hortalizas. El segundo componente im-
del valle central. La investigación intensiva abarca ocho portante de la subsistencia es la crianza de animales:
reducciones; el material comparativo proviene d e seis vacunos, sobre todo para el trabajo (el buey es el único
a ocho reducciones más. Con esto quiero decir que las animal de tiro utilizado), en menor medida para le-
conclusiones no deben ser consideradas válidas para la chería y ocasionalmente para carne. Por su posibilidad
totalidad de los Mapuche, sino solamente para esta zo- de venta, los vacunos representan también una forma
na y muy probablemente para zonas vecinas del valle importante de reserva financiera. Ovejas para la lana;
central. Informaciones parciales obtenidas asistemática- además, los corderos, que forman una parte importante
mente demuestran que los Mapuche en otras zonas (por del consumo casero y que son objeto de venta. La im-
ejemplo, en la cordillera o en la costa) muestran algu- portancia del caballo como elemento d e transporte bajó
nas diferencias, cuyos alcances ignoro. considerablemente en los últimos años, sobre todo en
Al ocuparnos de estos problemas económicos, de- relación con el aumento de transporte por autobuses,
bemos describir someramente el carácter de subsisten- manteniéndose sin embargo en las coniunidades d e di-
cia. La base d e la subsistencia en esta zona es la agri- fícil acceso; además, la tenencia d e un caballo conserva
cultura extensiva, practicada en forma d e cultivo alter- todavía una cierta dosis d e prestigio social, aparte de
nante de dos a tres años, con un mínimo de cinco años que la carne de caballo es el alimento más apetecido
en barbecho (frecuentemente mucho más). Muy rara para las grandes ocasiones. Otros animales que se crían
vez se fertiliza el suelo y casi siempre con abono d e , para consumo casero y para la venta son los cerdos y

corral. La distribución de fertilizantes es uno de los las aves de corral. La proporción entre la agricultura

62
y l a crianza de animales es muy variable, aunque siem- nienzos de la República; no al estado anterior a la Co-
p r e se considera a la primera como base d e subsisten- onización en el que los Mapuche, si es que lo hacían,
cia. En lo que respecta específicamente a la crianza de :ultivaban el suelo sólo en un grado mínimo) se cam-
animales, puede afirmarse que un individuo ostenta una lió en la segunda mitad del siglo pasado (en 1867, por
posición económica muy buena, dentro de Ia situación a promulgación de la Ley Indígena y principalmente
general de los Mapuche, si posee por lo menos tres :on su aplicación a partir d e 1884, después d e la sofo-
bueyes, unas quince ovejas y un caballo; 'la posición :ación del último gran levantamiento de los Mapuche),
proinedia, señala por lo menos un buey y diez ovejas; :uando la totalidad del suelo indígena fue declarada
el individuo que no .posee bueyes ni más d e diez ove- propiedad fiscal y parte d e él empezaron a ser otorga-
jas tiene una posición mala; estas cantidades son apro- das a los grupos individuales en calidad de reservacio-
ximadas y alternativas, esto es, la posición también será les mediante los llamados Títulos d e Merced.
biieiia si el individuo posee un buey y treinta ovejas, Los Títulos de Merced garantizaban y garantizan
tomando-en cuenta además que para evaluar la posi- rl derecho a utilizar los terrenos delimitados en común
cióii económica deben considerarse otros factores como 3 todos los miembros del grupo designados en él, a quie-
el tipo de casa y el equipamiento del hogar. Comple- nes se define como "radicados", esto es, individuos asen- .
mentos de la subsistencia son la industria casera (espe- tados en el terreno y autorizados a ejercer el derecho
cialmente el tejido; ocasionalmente la alfarería) y la hereditario del uso. La superficie total de una reduc-
producción de carbón; este último se produce única- ción estuvo originalmente compuesta por las partes
mente para la venta, en tanto que los demás productos individuales de los radicados más los terrenos .de uso
d e la industria casera sirven para la venta y para el común (como campos de pastoreo, bosques, etc. ), pero
uso en el Iiogar. En términos generales, puede decirse éstos en la mayoría de los casos h a n desaparecido co-
q u e la economía Mapuche es fundamentalmente auto- mo tales por haber sido ocupados por los radicados
subsistente. La producción destinada específicamente individuales.
a l a venta y participación en el mercado representa Faron interpreta las reducciones actuales como
sustantivamente una parte minoritaria d e la producción patrilinajes localizados y sostiene que el derecho del
y consumo. individuo al suelo depende de su relación d e paren-
Dado este modo d e subsistencia, el acceso al sue- tesco con el fundador d e la reducción, el jefe, a cuyo
lo será uno de los problemas básicos. En este aspecto, nombre fue extendido el Título de Merced:
los Mapuche han experimentado un' cambio profundo:
la situación original en la cual el suelo estaba bajo la
tenencia de los grupos residenciales. d e parentesco y .
". .In short, it became exyedient to be alde to trace
gcnealogies back to tKe chief wlio helrl title to reservation land,
administrados por los jefes de éstos (llamo aquí "situa- the original holder of the Títiilo de Merced, since questions of
ción original" con alguna imprecisión a aquella en que rights to reservation land hinge on this relationship" (1901,
se encontraban eIi la época de la Colonización y co- p. 92).

Rasgos - 5
En todo caso, considera que la disposición del para cultivar un huerto o un pequeño predio. Como
suelo es una d e las funciones básicas del patrilinaje usualmente este teheno no es suficiente para la man-
contemporáneo, personificado por los jefes (véase op. tención d e la familia, está obligado a proseguir en co-
cit., pág. 111); sin embargo, tanto en las expresiones laboración con su padre, ahora en la relación llamada
d e los propios Mapuche como en los hechos (y, natu- "mediería", lo que significa obteriei- 1a iriitac! ítz !o zo-
ralmente, en la norma legal chilena) el derecho del sechado; naturalmente, este tipo de relaciones no está
individuo al suelo está fundado en su relación con cual- obligado a mantenerlas sólo con su padre, sino que
quiera de los miembros mencionados en el Título de puede hacerlo también con otras personas. Esta situa-
Merced, es decir, con cualquiera de los primeros radi- ción puede continuar hasta la muerte del padre o has-
cados, siendo teóricamente irrelevante la relación suya ta cuando él deje d e participar activarriente en el tra-
y también la d e si1 heredero con el primer jefe del bajo; lo más común es que después de un cierto tiem-
grupo. po el padre destine una nueva porción d e terreno para
En ninguna situación destacada encóntré que ampliar el campo d e su hijo. Diversos factores deter-
algún miembro d e la reducción fundara su derecho al minan que se realice o no lo anteriormente indicado:
suelo en su relación con el primer jefe, salvo natural- si el padre posee mes hijos casados a los cuales debe
mente, cuando se trataba de un descendiente directo destinar terrenos, si el hijo casado dispone del terreno
y, en ese caso, el jefe aparece como u n radicado más. de su mujer, las posibilidades que tiene el hijo d e en-
E n las situaciones normales, el derecho del individuo contrar otros medieros, etc. E n términos generales, pue-
está garantizado suficientemente por su relación con de decirse que no existen normas precisas para esta
situación y no es segura la conducta d e los demás in-
. el usuario anterior; en situaciones más complicadas, es
necesario comprobar la relación no con el jefe, sino con dividuos, salvo los participantes, adopten una actitud
cualquiera d e los primeros radicados. Además, como valorativa bien definida frente a cualquier decisión to-
ya se ha visto, esta relación no tiene por qué ser nece- mada por el padre. D e todos mbdos, el hijo obtiene el
sariamente patriIineal. . total del suelo sólo después de la muerte d e su padre;
Sintetizando brevemente el proceso normal me- incluso cuando el padre deja de trabajar o cuando en-
diante el cual el individuo obtiene gradualmente acce- trega la mayor parte d e su suelo a su hijo o a sus hijos,
so a la tierra, puede llegarse al siguiente patrón aproxi- siempre reservará una parte para poder entrar e n tra-
mado: el hijo trabaja dentro del marco d e orientación tos d e mediería.
d e su familia sin terreno propio hasta que se case. La posición d e la hija en el sistema d e terrate-
Futidaiido su propia familia, puede permanecer en la nencia es teóricamente idéntica a la del hijo, aunque
casa d e su padre y continuar en plena cooperación con se diferencia en la práctica. Como al hijo, es posible
él, situación ésta bastante excepcional. También suce- que se le entregue una parte de terreno en el momen-
de. que, después d e su casamiento, obtiene d e sil pa- to de sil casamiento, pero mientras aquél lo recibe au-
d r e el terreno necesario para construirse una casa y tomáticarnente, ésta debe solicitarlo; la acogida favo-
rabIe a su petición está determinada por diferentes doce al hermano u otro pariente, ignorando las circuns-
circuiistancias muy concretas. La misma situación se tancias de los tres casos restantes. Como puede apre-
repite a la muerte de su padre: diversos factores deci- ciarse, la mayoría de los casos positivos muestran la
deii si recibe su parte de herencia, a la cual teórica- obtención del terreno directamente del padre, mien-
mente tiene los mismos dereclios que el hijo. Casi sin tras que la mayoría de los casos negativos representa
excepción, la hija se casa fuera d e la reducción y a el rechazo del terreno por parte del hermano u otro
menudo fuera de la comunidad; si se casa tan lejos pariente en función cle jefe de familia. -
los contactos regulares serán difíciles o imposibles y En términos generales, la posición de las mu-
su derecho resultará efectivamente más débil. Si clen- jeres en lo que respecta a la herencia de tierras es mu-
tro del marco de orientación de su familia hay una gran cho menos definida que la posición del hombre y las
demanda por suelo (por ejemplo, si en la reducción vi- normas legales relativas a su posición son mucho me-
ven inás liermanos), es muy probable que las hijas no nos efectivas. Creo que sería bastante exacto afirmar
reciban suelo al casarse y también de que sean elimi- que, a pesar de la norma legal existente de igualdad
nadas de la herencia. Según los criterios locales, si el de derechos, se observa una clara tendencia a preferir
marido de la hija dispone de bastante suelo, no insis-
como herederos a los hijos varones. Si la hija obtiene
tirá en que se le entregue una parte. Por otro lado, re-
o no el terreno está condicionado sobre todo por la in-
forzará sus derechos o, mejor dicho, los de su esposa
tensidad con la cual lo reclama; a su vez, esta intensi-
si entre la familia de la hija y la familia de su marido
dad está determinada por factores ya mencionados: la
existen relaciones previas; es decir, si se trata de fami-
distancia del lugar donde se casó, la presencia o ausen-
lias o reducciones entre las cuales ya hubo intercambio
cia de las múltiples relaciones de parentesco entre su
de mujeres, teniendo el marido en la reducción de su
reducción y la reducción de su esposo, la existencia d e
mujer parientes matrilaterales o por afinidad, o suyos
terrenos en poder de su marido, etc. Cada individuo
o d e sus patriparientes cercanos. Otro factor importan- excluido de la herencia puede recurrir al Juzgado d e
t e es si la mujer solicita el terreno del padre o si el Indios, institución que se ocupa exclusivamente d e
padre de ella ya está muerto y ella tiene que pedirlo pleitos entre los Mapuche o entre Mapuche y chilenos,
a su hermano u otro pariente que ahora es el jefe de la mayoría de los 'cuales es por asunto de tenencia d e
familia. De las cuarenta y seis mujeres que han llega- la tierra. Como estos pleitos suelen ser muy compli-
d o a casarse en Coipuco, o que abandonaron Coipuco cados, habitualmente los jueces prefieren reconocer el
para casarse, veintisiete han obtenido el terreno y hecho cumplido; además, la solución por la vía jurídi-
diecinueve no. De los veintisiete casos positivos, en ca es un recurso extremo y dificulta o imposibilita la
diecinueve el terreno fue solicitado al padre, en tres continuación de relaciones amistosas entre las familias
al hermano 11 otro pariente desconociendo las circuns- litigantes. En la mayoría de los casos, la hija elimi-
tancias de los otros cinco casos. De los diecinueve ca- nada de la herencia se resigna con la situacibn y,
sos negativos, en cuatro se ha solicitado al padre, en exceptuando oc.dsionales ataques verbales, no vuelve
más sobre el asunto; sin embargo, al por terreno, sino sólo de su suelo de base o de éste y uno
su suelo nunca olvida mencionar que también tiene de los dos arriba mencionados, porque por alguna ra-
"derecl-io" en su reducción natal, aunque no "se lo per- zón o su madre o su mujer no tuvieron su suelo. Me-
miten trabajar". nos frecuentes son los casos que se refieren a la ma-
La consecuencia de las normas mencioriadas .es nera de adquirir el suelo de base: el individuo puede,
que casi toda familia o individuo, además de su suelo . por ejemplo, heredarlo de su patripariente colateral, da-
d e base en su propia reducción, dispone también de do que la línea directa de éste ya se ha extinguido o
terrenos en otra u otras reducciones. Partiendo de la ha salido de la reducción y no tiene interés en reali-
situación del adulto casado, cuyo padre ya murió, obte- zar sus derechos; otra divergencia consiste en la resi-
nemos el siguiente esquema: su suelo de base está dencia uxorilooal del marido, situación en la cual el
constituido por su parte de la herencia paterna en su suelo de base de la familia está constituido por los te-
propia reducción; además, cultiva el suelo de su mu- rrenos de la mujer y el hombre, o pierde sus derechos
jer (recibido por ella al casarse o por herencia) en la en la reducción natal o los retiene. Otra divergencia
reducción natal de ésta. Este terreno queda bajo la puede darse cuando una viuda dispone de los terrenos
tenencia de la mujer; el marido sólo lo utiliza. En caso de su marido muerto: suponiendo. que los hijos de ellos
d e divorcio, el marido pierde toda posibilidad de usar- han salido definitivamente de la reducción y que la
lo; sólo los hijos de la mujer tienen derecho a heredar- viuda tiene hijos con otro hombre, ya sea de un matri-
lo; si el marido tiene hijos en otra mujer, sea en ma- monio anterior o posterior, es bien posible que éstos
trimonio polígamo, sea en matrimonio individual ante- hereden los terrenos del marido fallecido. Como pue-
rior o posterior, éstos no tienen ningún derecho a here- de verse, es bastante difícil hacer algo más que una
darlo. La tercera parte está representada por el terre- mera enumeración de divergencias concretas, lo que
n o de su madre, también en la reducción natal de ella; no permite una formulación generalizada.
e l derecho a utilizar este terreno, originalmente traba- Desde este punto de vista y a modo de ilustra-
jado por el padre, está en vigencia sólo durante la vi- ción, podemos presentar las proporciones observadas
d a de la madre o a lo más en la del hijo; en la mayo- en seis reducciones de la comunidad que estudiamos.
ría de los casos, en la generación siguiente el terreno De un total de veinte y nueve casos, en veinte ]OS te-
vuelve a la tenencia de la familia de la madre. Por otro rrenos de base están formados por Suelos recibido di-
lado, una parte de la herencia paterna del adulto co- rectamente del .padre, o por herencia o por entrega;
rresponde a sus hermanas casadas o a los hijos de ellas otros cuatro casos podrían asimilarse también a esta
q u e viven fuera d e Ia reducción. categoría: en dos de ellos se trata de viudas que dis-
Naturalmente, esto es un esquema'ideal. Es ta- ponen del suelo de sus maridos muertos, pero que tie-
rea bastante difícil averiguar cuántos casos concretos nen hijos solteros los cuales al casarse pasadn a ser
corresponden a ello. La divergencia más frecuente ra- jefes de familia; en los otros dos se trata de un her-
dica en que el hombre no dispone de las tres clases de mano menor y de un hijo casado de un indígena que
todavía no ha dividido sus terrenos. Los otros cinco no chileno; esto es, con la formación de las reduccio-
casos divergen del esquema: un hombre casado úxori- nes. Por una parte, la formación de las reducciones
localmente, un hombre adoptado, una viuda cuyos hi- imposibilitó los movimientos de grupos y los modos
jos liaii abandonado la reducción, un hijo del primer de adquisición de nuevos terrenos; por otra parte, im-
matrimonio de la mujer, un hombre que dispone del pulsó el nacimiento del concepto de la terratenencia
suelo de su FaFaBrSo. De los veintinueve casos individual cuando definió como radicados a los miem-
mencionados, en catorce el hombre dispone además bros de la reducción, mencionándolos en el Título de
del suelo de su mujer; en siete casos la mujer fue eli- Merced y declarándolos como los individuos que tie-
minada de la herencia y en siete casos no existe el nen los mismos derechos al suelo en la reducción. Es-
derecho, ya sea porque el jefe de familia es una mii- ta formación de las reducciones es, por lo tanto, la cir-
jer, porque se trata de casamiento con una chilena o cunstancia más decisiva que, por lo menos en lo que
porque el hombre es casado uxorilocalmente. Los de- respecta a la terratenencia, originó una situación
rechos por parte de la madre fueron demandados en opuesta a las normas de la estructura social existente.
dieciséis ocasiones, de las cuales fueron reconocidas El cambio producido no pudo observarse, naturalmen-
nueve y siete no lo fueron. D e los veinte casos d e mu- te, ni en la generación de los primeros radicados ni
jeres que se casaron fuera de sus reducciones y cuyos en la generación siguiente, por diferentes razones: los
padres ya murieron, diez heredaron suelo y diez no lo miembros concretos no fueron cambiados y sus dere-
heredaron. D e los veintinueve casos, sólo tres respori- chos al suelo eran válidos ya antes d e la formación de
den al esquema ideal; es decir, s610 tres familias dis- las reducciones; el jefe original que apoyaba su auto-
ponen de las tres clases de suelo. ridad en una posición de la época prerreduccional, la
5- De los datos entregados pueden deducirse di- conservó en gran medida después d e la fundación de
ferentes conclusiones: en la época prerreduccional, el. las reducciones. Sin embargo, a partir de la segunda
suelo estaba evidentemente bajo la tenencia común de generación, el concepto de tenencia común se debilita
los grupos residenciales patrilineales y estaba concre- y se va extinguiendo tanto como la posición del jefe
tamente administrado por éstos. Es muy difícil averi- como administrador del suelo. Es habitual que la fun-
guar liasta qué medida existió el concepto de tenencia ción del jefe no es hereditaria en la mayoría de los ca-
individual; d e todos modos parece que el acceso al sos, lo que significa que después de la muerte del pri-
suelo fue relativamente fácil. Además, ocurría en estos mer jefe la función prácticamente desaparece. Como
grupos un proceso continuo de fusión en cuyo desarro- teóricamente todos los radicados tienen derecho al
llo los grupos nuevamente constituidos ocupaban nue- suelo en la reducción, surge gradualmente una nueva
vos terrenos (véase Guevara, citado por Faron, 1961, norma: la fundamentación, en las generaciones siguien-
p. 75). Tanto este proceso como el sistema de normas tes, del derecho al suelo no en la pertenencia al grupo
vinculado a la terratenencia, fue arbitrariamente modi- o en la relación con el jefe, sino en la relación con
ficado con la intervención administrativa del Gobier- cualquiera de los primeros radicados; en los últimos
tiempos, incluso, esta relación queda solamente implí- tre ambos no necesariamente debe existir una relación
cita y el individuo fundamenta su dereclio al suelo en patrilineal; puede tratarse también de una relación ma- .

circunstancias normales en su relación con el usuario trilineal o por afinidad, sin que por esto los derechos
inmediatamente anterior; en la mayoría de los casos, del individuo sean más débiles. Ya se ha mencionado
SU padre. Esto es especialmente notable en los casos el caso de D.C., quien heredó el suelo del segundo ma-
en que el suelo no pasa directamente del padre al hijo, rido de su madre. Otro caso que demuestra el mismó
sinoisobre la base de alguna otra relación, como pue- heclio es el de C.D., quien tiene los terrenos de su
de ser por ejemplo al hijo del primer marido de la mu- padre fallecido, el que los recibió de su madre, la que
jer. Este individuo ni es miembro del grupo patrilineal a su vez los heredó de su padre, primer radicado. Otro
de parentesco ni está directamente relacionado con ejemplo lo da A.B., jefe femenino de familia, quien
iiiiiguno de los primeros radicados; su derecho al sue- heredó terrenos de su padre y de su madre.
lo está fundamentado sólo en alguna relación con el Estos ejemplos nos llevan a otro factor impor-
usuario anterior ( e l caso de D.C.: su madre se casó tante que empezó a funcionar con la formación de las
por segunda vez con un miembro de la reducción; reducciones, a saber: el derecho hereditario de las mu-
D.C. no es considerado ni por los miembros de su re- jeres. No conocemos al respecto cuál era la situación
ducción ni por los de la comunidad en calidad d e pa- en la época prerreduccional, pero en vista de la situa-
riente; sin embargo, después de la muerte de su pa- ción general suponemos que no participaban en la he-
drastro, lieredó una parte de los terrenos). Otra situa- rencia de terrenos, si es que la había. Puede conside-
ción en que se nota claramente este cambio d e actitud rarse como posible prueba de esto el hecho de que
es l a división de los terrenos después de la muerte del hasta ahora su posición no es clara. Aunque tienen el
usuario: participan activamente en esta situacíón sólo derecho formal garantizado, la obtención real -del sue-
10s herederos potenciales; los demás miembros de la lo está modificada por toda una serie de factores. Si la
reducción o de la comunidad sólo participan como es- mujer lo obtiene realmente, lo obtiene para su tenen-
pectadores, sin tener en cuenta si son o no patripa- cia individual y no para la tenencia de la reducción en
rientes del fallecido. Si ocurre algún altercado entre que se casó ni tampoco para la familia con la que casó.
los lierederos, sólo funciona como autoridad una opi- Su marido lo usa temporalmente, pero después de la
nión pública difusa que no es muy poderosa. En la muerte de ella pasa a sus hijos y no a su marido. Tan-
gestación de esta opinión pública participan todos los to para el hombre como para la mujer llega a ser de-
presentes, independientemente de su posición de pa- cisiva no la pertenencia al grupo amplio, sino la rela-
rentesco. El patrigrupo más amplio del fallecido no
ción con el usuario anterior. Teniendo en cuenta que
actúa como un todo en esta situación.
esta relación no tiene que ser necesariamente pabib- '
Como ya se ha dicho, la validez del dereclio neal y que además el individuo hereda los terrenos de
d e un individuo al suelo está fundada en su relación su padre como de su madre (por lo menos, teórica-
con el usuario anterior; es importante acentuar que en- mente), podemos afirmar que, al contrario de lo que
ocurría en la época prerreduccional y reduccional
temprana, el derecho del individuo al suelo empieza a
ser fundamentado no en sus relaciones de descendencia, LAS CONDlCIONES
sino en sus relaciones de filiación inmediata. DEL CONTACTO
Si observamos a los Mapuche como una socie- CONTEMPORAN,EO
dad de estructura formal de grupos patrilineales, por
lo menos en esta zona del valle central, podremos cons-
tatar que la formación de las reducciones ha iniciado
iin proceso que margina d e estos grupos el control so-
bre el suelo. Este proceso ha sido causado por fina
intrusión administrativa del Gobierno chileno y llega a
hacerse notorio sólo en las últimas décadas. La vague-
dad de las normas de terratenencia y la fuerte posibi-
lidad d e si1 modificación por factores situacionales,
,

El
pueden ser consideradas típicas para esta situación en omo ya se ha dicho varias veces; a partir de.
que se enfrentaron dos niveles de normas: el nivel tra- la formulación de la primera Ley Indígena
dicional prerreduccional y el nivel de la nohna jurídica de 1866 y, más concretamente todavía, a \\

chilena. Podemos considerar a las normas actuales de


la terratenencia como un resultado de un cierto com-
promiso entre ambos niveles; en otras palabras, co-
mo una restructuración del sistema d e la terratenen-
partir de la formación de las reducciones en
las últimas décadas del siglo pasado, los actos y ges-
tiones del Gobierno y autoridades chilenas fueron orien-
tados por la política de la asimilación paulatina de la
1
;
cia de los Mapuche frente a su actual situación con- 1
sociedad Mapuche. Las reducciones mismas, lejos d e
creta.
ser definidas como un instrumento de conservación de
la identidad Mapuche, fueron consideradas como un
paso intermedio hacia la individualización de los Ma-
puche, Iiacia su transformación en pequeños propieta-
rios agrícolas chilenos. Si observamos de cerca las me-
didas incluidas en la formación de las reducciones, es-
pecíficamente la individualización del acceso al suelo
(véase Stuchlik, 1970), la subordinación de los indivi-
duos Mapuche directamente a las autoridades chilenas
en los pueblos y ciudades (véase el capitulo anterior),
sin autoridades intermediarias Mapuche o campesinas,
la presión a la división de las reducciones, etc., com-
probaremos que todas ellas estaban orientadas hacia el
$1 l
han surgido nuevas formas de organización social; pero 0
deterioro de las estructuras tradicionales de los Mapu- esto no significa abiertamente una "chilenización". Para \ ?
che y hacia la inclusión gradual de ellos como indivi- aclarar este aspecto, mencionemos las opiniones de dos
duos en el sistema administrativo de Chile; en otras antropólogos que en los últimos años han trabajado en-
.- palabras, hacia su chilenización. tre los Mapuche. M. Titiev comparte la opinión gene-
Aunque la actitud general de los chilenos hacia ralizada en Chile de que los Mapuche están en vías de
los Mapuche ha mostrado durante los últimos años un desaparecer como sociedad, es decir, interpreta todos
cierto cambio, lo que ha significado que en alguna los cambios habidos en la sociedad Mapuche en los ú1-
medida han desaparecido el desprecio y el sentido de timos cincuenta años como cambios aculturativos que
superioridad, típicos en el siglo pasado y en las prii llevan a los Mapuche siempre más cerca de la sociedad
inerns décadas del veinte, la asimilación completa (úl- chilena (Titiev, 1951); L. Faron, al contrario, observa
timamente llamada "aciilturación"), sigue considerada los cambios ocurridos después de la formación de re-
como la mejor, si no la única solución al problema Ma- ducciones como una cierta restructuración de la socie-
p~ic11e.Incluso, dentro de la política contemporáne? de dad Mapuche, impulsada por los cambios en su posi- \¿

la Reforma Agraria no existe ningún programa clara- ción dentro de la sociedad global (Faron, 1961); Fa-
mente definido para el desarrollo de la sociedad Ma- ron no niega el proceso de aculturación ni la proba-
l~uc'tie;el problema Mapuche está visto como una parte bilidad de la desaparición o asimilación completa de
bastante marginal del problema global del campesina- los Mapuche, pero mantiene la posición de que, inter-
do, con soluciones que-incluyen el principio de la acul- pretar los cambios en la sociedad Mapuche sólo como
turación. Esto puede observarse, entre otros aspectos, cambios aculturativos, es una tremenda simplificación;
en el uso automático de su grado de aceptación de la que en realidad las estructuras Mapuche, aunque di-
cultura chilena como criterio básico del grado de desa- ferentes de las estructuras del siglo pasado, son tan
rrollo de diferentes comunidades. Posiblemente, el pro- específicas como las tradicionales. Es decir, las carac-
yecto de creación de la Corporaci6n de Desarrollo In- terísticas y rasgos típicos de la sociedad ~ a ~ u c no he
dígena podrá significar un cambio importante, aunque son los mismos que cien años atrás, pero no por eso
es difícil calcularlo d e antemano. han dejado de ser típicamente .Mapuche.
Sin embargo, por lo menos a grandes rasgos, En segundo lugar, no queremos decir que no
después de cien años de esta presión (política, econó- existe la chilenización de los Mapuche; al contrario, es
mica, social) hacia la aculturación, los Mapuche siguen un proceso evidente y bastante rápido. El desarrollo
manteniendo su identidad sociocultural. Con esto no de las comunicaciones, el éxodo de muchos Mapuche
queremos decir, en primer lugar, que se trata de la a las ciudades, la participación en el mercado, etc., han
misma identidad de cien años atrás. La sociedad Ma- abierto a los indígenas posibilidades para conseguir
piiche ha cambiado mucho, han desaparecido muchas diferentes bienes de consumo que antes eran descono-
estructuras tradicionales de la época prerreduccional y cidos o iiiaccesibles. Sin embargo, si miramos este pro-
ceso más de cerca, podremos observar que en la ma- iociocultural contra las fuerzas de inercia" (Titiev,
yoría de los casos se trata sólo nada más que de una 1951, p. 150). Sin embargo, aunque no puede negarse
entrada inás amplia d e estos bienes de consumo. El la existencia de esta inercia, hay varias razones ,que
porcentaje de rucas tradicionales es cada año menor; impiden su uso como explicación general en el caso de
la mayor parte de los vestidos ya es de producción in- los Mapuche. En primer lugar, el término mismo es
dustrial; la loza está remplazando con mayor frecueii- vago y general y exige él mismo una explicación; en
cia a los utencilios de greda y madera que antes se otras palabras, con decir que los Mapuche demuestran
usaban comúnmente, etc. Pero d e ninguna manera po- inercia frente a la aculturación no hemos dicho nada
dríamos afirmar que este cambio en la cultura mate- más que lo que ya hemos dicho: que mantienen. su
rial está acompañado por un cambio profundo en acti- identidad sociocultural; todavía necesitamos explicar
tudes y valores, en la organización social o en la con- por qué y en qué consiste esta mantención. Y en se-
cepción de objetivos económicos y sociales. En este gundo lugar, si el proceso de aculturación se sobrepone
sentido, los Mapuclie demuestran una sorprendente per- ya una vez a la inercia cultural, el desarrollo sigue de
severancia. una manera siempre acelerada, lo que tampoco es exac-
En . términos generales, puede decirse que, no tamente válido para los Mapuche. Podemos usar como
obstante la presión continua de la sociedad global ha- ejemplo un dato mencionado por el mismo Titiev. Dice
-
tia la asimilación de los Mapuche, tanto en el pasado
que "las mujeres jóvenes se visten comúnmente en ves-
tidos de algodón, delantales, medias, etc. Contraria-
como hoy día, la sociedad Mapuche mantiene su iden-
mente, las mujeres de edad se visten d; la manera más
tidad específica en una medida -bastante importante.
tradicional, usando chamal" (Titiev, 1951, p. 31). Esta
Habrá que suponer entonces que el funcionamiento de misma observación de 1948 puede hacerse en la zona
esta presión social está debilitado o retardado por al- hoy día; las "mujeres jóvenes" de entonces llegaron a
gunos factores importantes dentro de la sociedad Ma- ser "mujeres de edad" y en vez de vestidos comprados
puche misma y dentro d e la sociedad global. Conside- prefieren chamal. Esto es, el proceso, por lo menos
-
,'
remos primero los factores que operan dentro de la durante los últimos 25 años, lejos de ser una acultura-
sociedad Mapuche. ción progqLiva, p-arece ser un ciclo. Esto significa que,
Con frecuencia se habla de una cierta inercia de aparte de un -inercia natural de la sociedad, están fun-
iin sistema sociocultural frente a los cambios que pre- cionando otros factores más concretos. .
sionan de afuera, es decir,'se supone que una sociedad
culturalmente más o menos equilibrada posee tenden- Laifalta de educación o la llarnada "ignorancia"
cias conservadoras frente á las influencias e infiltra- de los Mapiiclie es el factor considerado más frecuen-
ción de objetos y valores d e otra sociedad más desa- temente cok0 iinportante en la lentitud d e la acultu-
rrollada y más activa. Jiistameiite Titiev interpreta el ración h1apLche y en 1q inala recepción de diferentes
proceso de la aculturación Mapuche como el cambio proyectos de mejoramiento de la producción y de pro-
"equilibrio de fuerzas, es decir, fuerzas del desarrollo ductividad de trabajo. Este es 'un punto de vista bas-
tante común y considerado como muy explicativo; sin desarrollo específicos. Tienen en común con la forma-
embargo, merece algunos comentarios. En .primer lu- ción escolar el no tomar en cuenta el contexto socio-
gar, la educación -en términos de la sociedad global- cultural Mapuche como fuerza operativa, sino simple-
es un componente básico de la aculturación misma, lo mente como un estado de cosas que hay que cambiar.
q u e significa que adscribir la lentitud de la acultura- Frecuentemente, se supone con bastante ingenuidad que
ción de los Mapuche a la falta' d e educación es casi la simple posesión de informaciones específicas obligará
romo decir que 1;s Mapuche se aculturan lentamente a los Mapuche a su aplicación, como si ellos no hu-
porque no son aculturados. Cierto nivel de educación bieran teiiido sus conocimientos, sus informaciones. Es-
es algo que se pretende lograr a través del proceso tas son, desde el punto de vista de la sociedad global,
aculturativo; si los Mapuche tuvieran el nivel promedio posiblemente erróneas o, por lo menos, limitadas, lo
d e educación de los miembros d e la sociedad global, que no las hace menos funcionantes.
serían simplemente ya más aculturados.
En las últimas frases hemos mencionado un he-
En segundo lugar, la red de escuelas en el te- cho que nos podrá servir como punto d e partida para
rritorio Mapuche es, en rigor, bastante densa y prác- comprender los factores que mantienen la identidad
ticamente todo individuo tiene acceso a la formación sociocultiiral d e los Mapuche, es decir, que demues-
básica; hasta ahora el único cambio importante que es- -tran la oposición contra la aculturación. La realidad
t o trajo fue la distribución casi general del conocimien- Mapuche, su sistema sociocultural, no es algo que se
to del castellano. Aparte de eso, los individuos que muere, sino-su manera concreta de vida. Mejor dicho, .
pasan por la escuela olvidan en muchos casos en un los Mapuche no viven en un vacío que haya que lle-
p a r de años lo que han aprendido. nar con los conceptos y la cultura d e la sociedad chi-
En tercer lugar, bajo la influencia de la sociedad lena; tienen ~1.1spropios conceptos, su propia cultura,
global, los Mapuche adscriben gran valor a la forma- fines y objetivos; mientras no se les haya probado que
ción escolar. Sin embargo, la formación que reciben 1 el cambio propuesto significa un mejoramiento, y no a
sirve en mayor grado sólo a aquellos Mapuche que 1 través de informaciones, sino a través d e actos claros
salen de sus reducciones y se van a las ciudades. Los 1 y concretos, y mientras este cambio no sea un cambio
q u e se quedan tienen en su vida normal muy pocas integral, relacionado con su realidad contemporánea, .
necesidades y oportunidades para aplicar sus conoci- no verán ninguna razón para cambiar sus modos d e
mientos escolares y, en consecuencia, como ya hemos vid a.
indicado, los olvidan. Y esto ocurre no sólo por el he- Si queremos analizar adecuadamente los carac-
c h o de que los contenidos de la enseñanza no son adap- tercs básicos del sistema sociocultural 34apuche, ten-
tados ni en mínima medida a la realidad Mapuclie, dremos que considerar sus determinantes económicos.
aunque ello juega ui-i papel importante en el problema; Por lo menos en la zona del valle central en Cautin y
casi lo mismo podría decirse de muchos programas de Malleco, la economía Mapuche tiene el carácter de eco-
capacitación especializada y de diferentes proyectos de nomía de subsistencia, con los siguientes rasgos bási-
\
cos: orientación de la producción al autoconsumo de específico que demuestra al mismo tiempo rasgos de
la unidad de producción, es decir, de la familia; escasa pragmatismo y de fatalismo. El carácter pragmático
y casiial mercantilización; carencia o escasez de pro- puede observarse por ejemplo en el hecho de no acep-
ducción destinada directamente para la venta (en caso tar informaciones que no son aplicables a su situación
d e necesidad, algunos productos de autoconsumo se concreta; por ejemplo, la información sobre la necesi-
cambian en productos para la venta); definición de ob- dad de reforestación no será aplicable si el individuo:
jetivos económicos en términos de sobrevivencia (no a ) no tiene alambre para cerrar el terreno con los ár-
en términos de capitalización, o de inversiones y ga- boles, y b ) no tiene seguridad de que el terreno en .
nancias); planificación de la producción en términos que plantaría árboles formará parte de su herencia, lo
de un período de cultivo o de crianza o de producción que es bien posible bajo el sistema interno de herencia
d e iin objeto concreto; ausencia de planificación a largo en las reducciones. El carácter fatalista puede obser-
plazo. Podría mencionarse otros rasgos, pero los seña- varse por ejemplo en la importancia que juega el con-
lados son .ya bastante determinantes. cepto de "buena suerte" y "mala suerte": la relación
La forma concreta de la producción, esto es, directa entre los esfuerzos del hombre y los resultados
esistencia de grupos familiares como unidades prácti- de su trabajo es siempre modificada por su buena o
camente autónomas, junto con el carácter de economía mala suerte; aunque el individuo fertilice su campo,
de subsistencia tienen consecuencias y repercusiones la cosecha puede resultar mal; o, al contrario, aunque
fundamentales para todo el sistema sociocultural Ma- no use fertilizantes, puede tener buena cosecha, si tiene
puche. El hecho de que la familia no dependa de la buena suerte. Aunque el ejemplo es un tanto exagerado,
colaboración de un grupo más aniplio significa que la puede servir perfectamente como ilustración de dichos
sobrevivencia está calculada en términos de la fami- rasgos.
lia: la integración o cohesión del grupo amplio tiene Como hemos mencionado, la realidad que aca-
poco valor, tanto desde el punto de vista de la orga- bamos de describir no es algo abstracto, sino algo que
nización de la producción como desde el punto de vista los Mapuche viven, algo que forma e influye sus acti-
social. La colaboración que el individuo o la familia tudes hacia los cambios externos. Además, es un com-
necesita está garantizada no por la existencia del gru- plejo de hechos, relaciones, coriceptos y valores; tiene
po, sino por la existencia de lazos de parentesco y de
coherencia interna y puede usarse como la base de un
amistad individuales. El grupo amplio (comunidad o
desarrollo dirigido integral, si se toman en cuenta todos
reducción) es consecuentemente muy poco organizado
en lo que se refiere a la definición de obligaciones
sus componentes. Pero será un proceso extremadamen-
n~utuasy de distribución de autoridad (recuérdese el te dificil tratar de modificar solo algunos componentes
capítulo anterior). aislados (como por ejemplo, las formas de producción
. . o su relación con el mercado), sin tratar cle dar al
La sobrevivencia se mueve en un margen muy mismo tiempo un significado preciso a estos cambios
limitado, lo que determina un sistema de valores muy dentro de todo un contexto sociocultural.
Estos son entonces los factores internos más im- acercamiento gradual hacia las sociedades globales res-
portantes que determinan la actitud de los Mapuche pectivas, o sea, el proceso de aculturación, en la misma
llacia el proceso aculturativo; su descripción es, por medida en que pasa el proceso de la nivelación cultural
supuesto, muy abreviada y simplificada, aunque espero de las grandes sociedades; lo mismo sucede y seguirá
q u e permita por lo menos una imagen general.
sucedienclo con los Mapuche. Sin embargo, existe una
En lo que se refiere a los factores externos, esto gran diferencia entre la asimilación de cada Mapuche
es, a los factores determinados por la sociedad global, individualmente a la sociedad chilena y entre la asi-
ellos son notoriamente conocidos; por ello, me limitaré milación o adaptación de la sociedad Mapuclie como
sólo a un comentario muy breve. Es obvio decir que un todo a la sociedad chilena. Lo primero, propuesto
u n individuo o grupo se identifica con la sociedad en
o implícitamente sostenido por la sociedad chilena, sig- *
la inedida en que la sociedad le da ciertos privilegios
nificaría la desaparición completa de los ~ a ~ u c como
he
o ciertas posibilidades d e realizarse. Aunque "ser chi-
lenos", es decir, asimilarse por completo es un obje- una entidad sociocultural; como puede verse, iio obs-
tivo muy importante para una parte de los Mapuche, tante las presiones bastante fuertes, el proceso acultu-
especialmente para aquellos que viven en las ciudades, rativo tendría en este sentido mucho menos éxito de
la sociedad global daba en realidad a los Mapuche tan lo que se podría suponer. Lo segundo significa una ree-
pocas posibilidades d e realizarse y tan escasos privile- valuación d e las actitudes hacia los Mapuche y una
gios, que la medida d e identificación completa -no búsqueda de las formas concretas de la cooperación
d e identificación formal- de los Mapuche con Ia so- con ellos, no como sujetos de un cambio dirigido desde
afuera, sino en términos d e un desarrollo integral. Co-
ciedad chilena era mínima. Un Mapuche podía ser asi-
milado a la sociedad chilena sólo como miembro de mo hemos dicho varias veies, esto significa considerar
las capas más bajas de ella, lo que significaba en la a la sociedad hlapuche no como un grupo d e indivi-
práctica cambiar el desprecio étnico por el desprecio duos ignorantes a quienes hay que explicar cosas, a
social. Aparte de ello, la asimilación le ofrecía muy po- quienes hay que ayudar a transformarse en chilenos,
cas ventajas concretas. Obviamente, este liecho debilitó sino como una realidad viva y concreta que tiene su
y retardó el proceso aculturativo. propia forma de existencia. El punto concreto de par-
tida consiste justamente en esta forma de existencia
La solución del problema Mapuche mediante su propia. Los cambios propuestos hasta ahora no consi-
asimilación o chilenización completa es algo tan enrai- deraban la organización social de los hxapuche, su sis-
zado en la conciencia de la sociedad chilena que nadie, tema de valores y sus modos de vida; sólo eran defini-
aparte d e unos pocos cientistas sociales, la pone en dos en términos de objetivos necesarios d e la sociedad
dudas; sin embargo, hay que darse cuenta que la asi- global, sin preocuparse mucho por su factibilidad. Opi-
milación es un problema bastante complejo. Sin duda no que es imprescindible estudiar cada proyecto de
alguna, en todas las minorías étnicas, no sólo en Chile, cambio justamente desde este punto de vista: si es fac-
sino en el mundo entero, tiene efecto el proceso d e tible o no dentro de su contexto sociocultural, quk
factores podrán operar a favor o en contra y qué con- le argumento puede mencionarse que, por ejemplo, la
secuencias generales puede tener. Por supuesto, esto xnpia Reforma Agraria estaba todavía en los años 1968
i inplica estii dios preparatorios muy serios, profuridas y r 1969 considerada con bastante frecuencia como otro
detallados. nedio más para "quitar los terrenos a los Mapuche".
Para terminar este capítulo, conviene volver al Se necesitarían más datos para poder evaluar el si las
mismo aspecto planteado en el capítulo primero, a sa- ictividades fiscales de los últimos años han logrado
ber, los estereotipos chilenos de los Mapuche, y consi- iraer cierto cambio de actitud, pero hasta hace poco
derar el mismo tema desde el punto de vista opuesto, biempo, como en 1970, la entrada de un chileno des-
es decir, los estereotipos Mapuche de los chilenos. :onocido a una comunidad causaba automáticamente
;ospechas acerca de las razones de su llegada.
Las actitudes de los Mapuche hacia chilenos y
sus relaciones con ellos reflejan con bastante exactitud El nuevo rumbo, o sea la vinculación creciente
las actitudes y relaciones de los chilenos con los Ma- de 10s Mapuche al mercado nacional a través de nego-
puclie. Sin contar a los soldados en los primeros tiem- ciantes, compradores e intermediarios, lógicamente no
pos de la coIonización, la mayoría de los chilenos con significó ningún mejoramiento de las relaciones. En pri-
quienes los Mapuche entraron en contacto buscaron mer lugar, sus actividades significaron una nueva for-
tierra para radicarse; durante toda la historia de con- ma de explotación (manipulación d e diferencias en
tactos, hasta los comienzos del siglo xx, gradualmente precio, compras de cosechas o animales "en verde'',
los Mapuche perdían más y más terrenos. Consecuen- etc.); en segundo lugar, en la mayoría de los casos, t e
nían como objetivo también conseguir terreno como una
temente, el primer estereotipo que s e formuló de los
base segura de sus actividades.
chilenos, era ladrón de suelo con la actitud apropiada
d e sospecha y defensa automática; a propósito, la no- Otro factor que causa la mantención de actitu-
ción de que todos'los terrenos en La Frontera pertene- des de sospecha y desconfianza hasta hoy día es la
cían a los Mapuche y, consecuentemente, de que cada extensión de campañas electorales entre los Mapuche.
propiedad no Mapuche es resultado de un robo, se En un comienzo, los Mapuche tomaban muy en serio
mantiene todavía, aunque en una medida muy peque- las promesas de los candidatos políticos, pero con la
ña; una de las argumentaciones inás frecuentes en este creciente experiencia negativa las campañas electorales
sentido es que "el gobierno mismo reconoce que lo:, llegaron a ser consideradas como otra demostración inás
Mapuche son dueños antiguos de todos los terrenos y del comportamiento típico chileno.
por eso no los obliga a pagar impuestos como a los Sobre la base de estas experiencias históricas, los
chilenos". Se puede decir que, aunque en una forma Mapuche formularon un estereotipo chileno que puede
más débil, esta actitud de sospecha y desconfianza se definirse can las características de arrogante, egoísta,
mantiene hasta ahora; determina el grado de acerca- sospechoso, rico y no digno de confianza. Puede decirse
miento de los Mapuche no s61o a los individuos chile- de este estereotipo c&i lo mismo que ya hemos dicho
nos, sino también a las instituciones fiscales. A modo del estereotipo Mapuche en la sociedad chileila: se
mantiene en vigencia, aunque en los Últimos tiempos, lenos, son casi Mapuqhe". La fuerza del conflicto em-
con los' contactos más frecuentes, ha disminuido su pieza ya a centralizarse en el antagonismo campo-ciu-
fuerza. dad o pobres-ricos, pero sigue siendo expresado en tér-
Al querer considerar ahora brevemente las acti- minos de antagonismo Mapuche-chileno. La misma
tudes y relaciones contemporáneas Mapuche con los transferencia no podría hacerse nunca en el caso de iin
chilenos, vuelvo a insistir en que estamos hablando so- negociante en el pueblo o en el caso de un dueño d e
lamente de la zona del valle central en Cautín y Ma- fundo, aunque éste podría también nacer y criarse en
lleco, es decir de un territorio h/lapuche relativamente la zona.
extenso y coherente. En las pequeñas comunidades o . En lo que se refiere a las relaciones concretas,
reducciones aisladas y rodeadas por el ambieiite chi- simplificando mucho, podemos distinguir cuatro tipos:
leno, probablemente, las condiciones podrán ser bas- 1. Relaciones con pequeños agricu2tores. Se realizan
tante diferentes, especialmente en los sectores llamados casi en términos de igualdad. Consisten en colabora-
"politizados".
ción econOmica, en relaciones sociales (asistencia a fies-
Hoy por hoy, básicamente, podemos enconbar tas, visitas, etc. ) , y en relaciones de..parentesco (rela-
dos niveles de actitudes: un nivel tradicional,' basado tivamente escasas). Hasta un nivel bastante apreciable,
e n el estereotipo arriba mencionado que todavía opera los Mapuche han perdido sus actitudes d e sospecha y
e n términos de sociedad Mapuche y chilena como dis- desconfianza y consideran estas relaciones casi en los
tintas; típica para este nivel es la. visión global d e los mismos términos que las relaciones entre Mapuche.
cliilenos: todos son ricos, arrogantes, superiores y viven
en la ciudad. Otro nivel se- funda en el hecho de con- 2. Relaciones con grandes agriuultores o dueiios de
siderar a los Mapuche como miembros de la sociedad fu.ndos. Se realizan en términos de subordinación y su-
chilena y opera en términos d e diferenciación d e chi- perordinación. Los Mapuche colaboran en situación de
lenos desde el punto de vista social. Un caso interesante desigualdad como empleados, inquiliilos o medieros.
d e transferencia o cambio podemos observarlo en la Aparte d e relaciones estrictamente económicas hay muy
actitud hacia pequeños agricultores chilenos que viven pocos contactos. Aunque se dan excepciones, siguen vi-
e n la vecindad d e las reducciones. Los Mapuche entran gentes las actitudes de sospecha y d e desconfianza.
e n relaciones económicas con ellos, participan mútua- 3. Relaciones con los negociantes en el pueblo, con
mente e11 sus fiestas, existe cierto porcentaje de inter- cornpro~lorcs con el mercado en general. Aunque
casamientos, etc. En muchas conversaciones, cuando teóricamente podría suponerse una situación d e igual-
encontré el estereotipo chileno, preguntaba al informan- dad, puesto que los Mapuche aparecen al mismo tiem-
t e si consideraba a estos "vecinos" también como ricos po como vendedores y compradores, la posición infe-
y sospechosos. La respuesta más frecuente era: "esta rior d e los Mapuche dentro de la sociedad chilena se
gente vive aquí, trabajan con nosotros, nacen y s e crían deja sentir de una manera bastante clara y notoria.
aquí, algunos hasta hablan mapudungum. No son chi- Para los Mapuche, estas relaciones ejemplifican 'las re-
lnciones Mapuche-chilenos en el peor sentido d e la pa- ANEXO .
labra.
EL ESTADO ACTUAL DE LA
4. Relaciones con los organismos oficiales y en gene- - SOCIEDAD MAPUCHE Y ALGUNAS
r d con los autotidades fiscales. Fundándose en la ex-
SUGERENCIAS PARA LA
periencia de las actitudes negativas o patemalistas, los
hlapuche mantienen el comportamiento de grupo infe-
SOL,UCION DE LOS PROBLEMAS
rior considerándolo más apropiado y más eficaz. Ade- DE SU DESARROLLO INTEGRAL *
más, en la práctica, en la mayoría de los casos entran
e n contacto con las autoridades estatales al querer
preseiitar tina soli¿itud o realizar una petición, lo que
los sitúa de hecho en una posición subordinada.
Si quisiéramos resumir lo que hemos dicho has-
t a ahora, podríamos señalar que, no obstante el desa-
rrollo de la conciencia social en los últimos tiempos,

B
los chilenos tienden a considerarse como superiores y. as autoridades chilenas están decididas a en-
a mirar a los Mapuche como inferiores. Tomando en contrar una solución factible, concreta y jus-
cuenta que forman la parte mayoritaria de la sociedad ta en lo que piiede llamarse "el problema
global, hasta cierto punto impusieron esta evaluación hlapuche". Dicha solución necesariamente
d e posiciones mutuas también a los Mapuche. Sin ern- debe basarse en datos concretos acerca de la sociedad
hargo, los Mapuche demuestran las actitudes d e infe- Mapuche contemporánea, su desarrollo histórico y en
rioridad sólo en relaciones concretas con chilenos o la formulación d e planes acerca de su desarrollo inte-
frente a la cultura chilena de consumo; en'su evalua- gral. Basándonos en nuestra experiencia adquirida e11
ción general de los chilenos entra relativamente poco investigaciones antropológicas, directamente entre los
e l sentido d e inferioridad. Mapuche, quisiéramos proporcionar algunas observa-
Aunque sobrevive todavía el estereotipo chileno ciones que consicleramos de importancia. - .

entre los Mapuche, como un egoísta arrogante, sospe- E n las siguientes páginas consideramos, básica-
choso y no digno de confianza, los Mapuche hacen mente, tres problemas: las relaciones entre los Mapu-
y a claras distinciones entre diferentes estratos sociales che y el resto d e la sociedad chilena, o sea, los cono-
d e la sociedad chilena. cimientos acerca de la sociedad y cultura h,lapuclie;
en segundo lugar, algunas características del estado ac-

Informa presentado en 1971 al hlinisterio de Agriculhira del


Gobierno (le Chile, preparado por el Dr. Milan Stuchlik y por el br. Václav
Solc.
0

tiial de la sociedad Mapuche y, en tercer I~ipnr,posi- Iiiación de los hdapuche: llegaron a ser relevantes no
bilidades y condiciones para su desarrollo; las características que impiden o facilitan la conquista,
En términos generales se podría decir que el co- sino las características que impiden o facilitan el uso
8 :~oeimiento acerca de la sociedad Mapuche y, conse-
cuentemente, iina gran parte de las relaciones con los
de los terrenos, en La Frontera. En esta situacibn his-
tórica, entonces, empezó a formarse el estereotipo del -' -
J
Mapuche mismos, deriva de estereotipos que son por ~ a ~ u c como
h e un individuo flojo, mezquino, borracho
una parte ahistóricos, por cuanto se basan en datos e inferior a los chilenos. Aunque de tanta antigüedad,
q u e eran correctos en otro tiempo y no toman ev cuen- esta visión se mantiene hasta hoy con sorprendente vi-
ta los cambios ocurridos posteriormente. Por otra parte o . Sobre él se formulan otras opiniones o evaluacio-
quedan invalidados por sustentarse en generalizaciones nes, menos generales, pero no menos despectivas como
apresiiradas y con enfoque valorativo según los crite- por ejemplo conszerar el idioma Mapuche no una len-
rios relevantes, en cada momento histórico, dentro de gua sino un dialecto por ser muy simple y poco desa-
la sociedad chilena. Podemos aclarar este punto ha- rrollado, 10 que no corresponde a la realidad; discutir
ciendo una reseña histórica, muy breve y simplificada, si los Mapuche tienen cultura o no, como si pudiera
de diferentes estereotipos Mapuche, en la sociedad chi- existir una solución sin cultura, y muchas ideas seme-
lena y en su trasfondo histórico. El estereotipo más jantes. Todas tienen la misma raíz, el prejuicio racial
antiguo es aquel que considera a los Mapuche como arraigado durante un periodo determinado de la his- ~

valientes y diestros guerreros, auqque salvajes, ignoran- toria y ya explicaij,~con más claridad en el estereotipo
tes y crueles. Su formulación se debe a las condiciones arriba mencionado.
del tiempo de la Conquista. Los españoles en los pri- En las últimas décadas, además de ser conside-
meros tiempos tenían intereses colonizadores -conquis- rados obstáculos de empresas agrícolas particulares en
tar la tierra- y vieron y calificaron, naturalmente, a la zona, los Mapuche por su marginalidad, subdesarro-
los Mapuche desde el punto de vista de las caracterís- llo, tipo de economía extensiva y posición in?decuada
ticas que podian ser positivas o negativas para este en la jurisdiccibn chilena, llegaron a ser considerados
c bjetivo. un impedimento o mejor dicho un lastre, en el desarro-
Este cuadro se mantuvo prácticamente hasta la llo integral económico y social de Chile. Consecuente-
primera mitad del siglo pasado. En ese tiempo empe- mente, las características que empezaron a interesar a
zaron a penetrar en el territorio Mapuche los coloniza- los miembros de la sociedad global eran la aceptación
dores-agricultores, en número más elevado. Los Mapu- de la cultura, de las informaciones, etc,, y así podemos
c h e ya no se opusieron a esta penetración con mano ver que aparece un nuevo estereotipo del Mapuche
arrnada, o por lo menos no con tanta tenacidad como como abierto a la cultura chilena y deseoso de chile-

-
antes. E'objetivo d e los colonizadores llegó a ser ya nizarse; como trabajador, pero mal informado; en re-
n o la conquista, sino el aprovechamiento d e terrenos. sumen, como "p* ignorante, cuyo derecho es de ser
Eii co~~secuincia, se cambiaron los criterios para la eva- enseñado, mientras nuestro deber es enseñarlo".
*
No queremos en este contexto discutir el proble tampoco de las unidades componentes, es decir comu-
ma de la falsedad o validez de los estereotipos .men- nidades y reducciones, que fuera legalmente reconoci-
cioi-iados, sino solamente señalar su existencia y atraer da. En la sociedad Mapuche como un todo, ni en las
la atención sobre el hecho que representan la base de comunidades o reduccioiies, no existen autoridades. Los
los conocimientos acerca de los Mapuche en Chile. Es- probleinas jiirídicos deben ser resueltos por la autori-
te estado de cosas no tenía tanta importancia en el dad chilena más cercana
- - - +ea juez de indios, carabine-
pasado, puesto que el Gobierno chileno, mejor dicho ros o las autoridades del pueblo-, es decir, la autoridad
la sociedad chilena no se proponía
~ -
ningún
- plan
- gene-
- legal, oficialmente reconocida. Este estado de cosas .
ral, n i n g u n í i o - tiene graves consecuencias tanto para la unidad Mapu-
la vfa
. b l m a p u c l i e , sinoque tácitamente se a c e ~ t ó che, que se demuestra en la creciente desintegración y
d e la chilenización lenta y larga de los ~ a ~ u c hPero e. en el aislamiento de las unidades familiares, como para
eii la contemporaneidad, cuando la sociedad cliilena se la posición jurídica y su posibilidad de ejercer presiones
estaba proponiendo los planes generales del desarrollo a la sociedad global, puesto que hasta ahora no tenían
integral, la solución d e la situación de la sociedad Ma- oportunidad de enfrentarse con ella unidos, sino como
puclie debe tener el mismo nivel de coherencia, fac- individuos.
tibilidad y consecuencia como el resto de las reformas Las comunidades o reducciones tienen su orga-
propuestas. Para lograr este objetivo, los conocimien- nización interna, pero se trata de una organización in-
tos de la realidad Mapuche deben ser concretos, exac- formal; en cada comunidad existe - - -un grupo- d e hom-
tos y correctos. Creemos que una de las tareas más bZs, fundamentalmente d e buena posici6n'económica,
urgentes y necesarias de los cientistas, especialmente según el criterio- Mapuche
-- --- -2 que representan la opinión
d e los cientistas sociales, consiste justamente en el es- pública y ejercen cierta autoridad,
--- aunque muy limita- ,

tudio de la sociedad Mapuche tal como realmente es da. En concretas situaciones puede aparecer en la po-
y de las posibilidades del desarrollo que existe dentro sición de autoridad cualquier miembro d e este grupo.
de ella y para ella. Cabe mencionar que con la creación de organizaciones
En la segunda parte de nuestro informe quere- formales, como comités de pequeños agricultores, Cen-
mos mencionar algunos puntos que, según nuestra opi- tros de Padres, etc., el liderazgo en ellas está en manos
nión, representan una d e las características básicas del
de miembros de este grupo. Sin embargo, nadie en la
estado actual de la sociedad Mapuche. comunidad tiene autoridad decisiva o coercitiva, las
disciisiones pueden ser solucionadas o por acuerdo mu-
1. ORGANZZACZON SOCZOPOLZTZCA r tuo o solamente recurriendo a las autoridades chilenas.
La. iiiiidad de la sociedad Mapuclie como un No cabe mencionar que este Iiecho a su vez tiene gra-
todo se da básicainente en términos de su identidad ves consecuencias para Ia unidad de la comiinidad o
sociocultural y no eii términos de organización.\ No reducción. Si cada miembro, para solucionar cualquier
existe ninguna organización interna de la sociédad, ni problema tiene que recurrir á las autoridades externas

97
06
d e la comuiiidad, ésta pierde gradualmente su signifi- Para comprender más a fondo el sistema con-
cado organiaador y se cambia lentamente en mera temporáneo de tenencia de tierra será mejor describir
agrupación casual de vecinos. en qué consiste el terreno de que dispone un grupo
En tdrminos generales se puede decir que la
-A----
familiar. La base representa el suelo del hombre, jefe
forma~& de las reducciones tuvo como consecuencia de familia, heredado por él de su padre u otro pa-
el debilitamiento de la organización sociopolítica de riente. Además, está el suelo de su esposa, ya sea lie-
los hlapuche hasta tal punto que virtualmente desapa- redado por ella de su padre -las hijas tienen igual
recieron las autoridades formales internas;/ los grupos derecho como los hijos- o recibido de él al casarse.
más amplios gradualmente pierden su significado or- Tomando en cuenta, que las reducciones son básica-
ganizador e integrador y crece la independencia y ais- mente exógamas, este terreno se encuentra en la re-
lamiento del grupo familiar. ducción natal d e la esposa. La tercera parte representa
el suelo de la madre -los hijos tienen derecho de here-
dar tanto de sus padres como de sus madres-, también
-
2. SISTEMA DE TENENCIA DE TlERRA en la reducción. natal de ésta, que puede ser idéntica
con la reducción natal de la esposa del hombre, pero
Cuando se constituyó el sistema de las reduc- no necesariamente. a familia dispone entonces de tres
ciones, a cada grupo amplio de parentesco, de carácter
patriliiieal fue entregado, a través del llamado TítuIo
&
terrenos diferentes, e los cuales uno en la reducción
misma y dos en una o dos reducciones diferentes. El
d e Merced, un terreno en común. La tenencia colectiva derecho a usar estos terrenos no depende de ninguna '
o comunal fue hasta cierto punto una ficción legal ya autoridad fuera de la familia misma, no pueden ser
eii ese tiempo, puesto que el grupo no trabajaba en enajenados ni usados por cualquier otro miembro de
forma comunal y los terrenos estaban divididos ya en la comunidad sin acuerdo previo con el jefe de la
el período anterior a la formación de las reducciones familia.
entre diferentes familias; sin embargo,
- el sentido de la La conclusión es bastante clara: en la actualidad
tenencia común se expresaba por lo menos en el hecl-io, más que antes, la reducción como un terreno indiviso,
que los terrenos no cultivados quedaban bajo la admi- poseído comúnmente por todos los miembros, es una
nistración del cacique y cada familia podía adquirir ficción legal. e a todos los propósitos prácticos, los
nuevos terrenos solamente d e él. Con la entrega del Mapuche tienen sus terrenos en forma individual y tie-
Título de Merced en el cual fuer';;ñ nombrados todos nen las actitudes de pequeños agric~~ltores individuales
los miembros con derecho al terreno, el cacique perdió hacia ella.
su autoridad administrativa y las familias se quedaron
con sus terrenos definitivamente. Sin embargo, la ley 3. L A ECONOMIA
indígena define, hasta ahora, los terrenos de la reduc-
ción como posefdos colectivamente por todos los co- En términos generales podemos definir la eco-
muneros. nomía Mapuche como economía de subsistencia bási-
cameiite. Las características que la definen así son las como consecuencia de los cambios arbitrarios, desen-
siguieiites: a ) la orientación de la producción del gru- cadenados por la formación de las reducciones, los Ma-
po -familiar u otro- al autoconsumo, lo que significa puche tienen aparte de sus especificidades sociocultu-
que la mayoría de la producción se consume dentro rales, las actitudes y valores típicos de los pequeños
del grupo y la mayor parte del consumo está asegu- agricultores y cualquier plan de cambios dirigidos tie-
rada por la producción del grupo; b) producción ca- ne que tomar en cuenta estas actitudes y valores.
sual y no especializada en bienes para la venta, c ) con-
tacto poco frecuente y casual con el mercado; d ) el
cambio de una parte de la producción para el auto- A. SUGERENCIAS PARA LOS
consumo en productos para la venta; e ) el concepto de CAMBIOS A LARGO PLAZO
dinero como un equivalente úniversal y no como un
medio de inversión y capitalización. Como ya hemos mencionado, los Mapuche ra-
El grupo básico independiente de la producción hoy por el subdesarrollo económico, tanto en
y coiisumo es el grupo familiar, en la mayoría de los la producción como en el consumo, por la situación
casos compuestos de la familia individual, es decir pa- marginal dentro de la sociedad chilena y por su posi-
dres e hijos, aunque aparece con bastante frecuencia ción menospreciada tanto jurídica como social, si no
P

la familia extendida o compuesta, lo que significa fa- un impedimento por lo menos un lastre en el desarrollo
milia compuesta de tres generaciones, o con miembros integral de Chile. Elpbjetivo general de cualquier-plan
,A-
de cambio dirigido- debería
colaterales. Los trabajos que sobrepasan las posibili- --
-- - c
situación y convi%= a ros Mapuche en un sector acti-
sta
dades de un grupo familiar, sea por la falta de tiempo
vamen te participante _end i c h o - d e s . d o .
o de mano de obra necesaria, no se realizan con ayuda
Si este objetivo pudiera ser mejor logrado tra-
de la reducción como, un grupo corporado, sino con
tando de reintegrar la sociedad Mapuche como un to-
ayuda de un grupo constituido a propósito, de 10s pa-
rientes, amigos y vecinos más cercanos del grupo fa- do, incorporarlá a la sociedad chilena o a través de
miliar, en diferentes formas de la llamada ayuda mutua una participación gradualmente creciente de los indi-
viduos Mapuche, es un problema que no puede solu-
económica, como por ejemplo mingaco, keliiwin, etc.
cionarse en un informe tan limitado como éste; la fac-
a Como conclusión podemos decir que los Mapu- tibilidad de uno u otro camino no depende solamente
che forman una minoría dentro de la sociedad global del estado de la sociedad Mapuche misma, sino de mu-
chilena, con características sociocuIturales bastante chos factores más, vigenteien toda la sociedad chilena.
claras como para permitir una delimitación más o me- Tampoco pretendemos ser capaces de analizar a fondo
nos exacta y unívoca. Aparte de eso, su posición mar- todos estos factores y sus influencias. Sin embargo, po-
ginal y el subdesarrollo une a sus miembros en tal demos afirmar que los dos caminos arriba mencionados
grado, que hace posible y exige una solución en tér- tendrían que partir de los siguientes prerrequisitos bá-
minos de la sociedad Mapuche como tal. Sin embargo, sicos comunes.
1. Definir como unidad operacioiial la r e d u c c i ó ~ ~ Teóricamente podemos definir tres caminos para
griipo de reducciones en términos .locales, es decir una el aumento de la producción, a ) la colectivización de
comunidg-tomando en cuenta que una comunidad los terrenos de la comunidad, es decir, el cambio de
o grupo local natural puede ser compuesta de una o la comunidad en cooperativa de posesión y de trabajo)
más reducciones. Desventajas de este camino son: actitudes individualis-
tas de los Mapuche hacia los terrenos y hacia la orga-
2.. Reintegrar y organizar estas comunidades como nización del trabajo; el hecho que dado el nivel bajo
grupos socio político^ es decir como grupos con estruc- de la producción, la colectivización d e por sí sin inver-
tura de autoridad y con un líder o consejo legalmente siones considerables de afuera no significarán necesa-
reconocido y respaldado, con derecho de tomar deci- riamente un aumento inmediato de la producción. Ven-
siones 1egalmente.válidas acerca de los problemas in- tajas: consisten en el hecho que a largo plazo las co-
ternos de la. comunidad. Como hemos visto, la ausencia munidades colectivizadas podrían convertirse en uni-
d e una autoridad legal dentro de la reducción o co- dades perfectamente organizadas de ,producci6n, m-
munidad, constituyó una de las razones más graves de biando al mismo tiempo la mentalidad de los miembros.
su desintegración. Para reconstruir las comunidades co- b ) Formación de una red de cooperativas concebidas

i-
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mo grupos activos, éstas tienen que cumplir con lina como centros de venta de productos campesinos y d e ,
función sociopolítica, aunque limitada, para sus miem- servicios -prestación de maquinarias, abastecimiento d e
fertilizantes, semillas, etc . Estos centros serían en con-
bros. Hay que destacar que el oficio de líder o miem-
bro del consejo debería desempeñarlo un hombre de
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tacto directo con los agricultores individuales. Venta-
cierto prestigio social y de cierta autoridad. jas: posibilidad de realización relativamente a corto
plazo de la estimulación económica directa; la posibi-
3. Tratar de asegurar el aumento de la producción lidad del aumento real del nivel de vida relativamente
agrícola, ganadera y artesanaD El bajo estado de la a corto plazo. Desventajas: los miembros de la comu-
producción puede atribuirse a las siguientes causas, nidad podrían seguir trabajando no como un grupo,
sin entrar mucho a fondo: el carácter multiproduccio- sino individualmente, con posibilidades del aumento de
nal y d e autosubsistencia de la agricultura familiar; la producción ya de antemano limitadas, no supone
ausencia de "cash-crops"' y de vinculación al mercado; cambio en la mentalidad, no refuerza la integración y
nivel bajo d e tecnología y carencia de mecanización organización de la comunidad.%) Destrrollo de la pio-
básica; escasez y agotamiento de terrenos y falta de ducción individualizada cont&poránea a través d e cré-
oportunidad regular d e venta d e productos por precios ditos fiscales) Desventajas: no supone cambios algunos
adecuados. En términos generales, las causas son tanto ni en la producción ni en la mentalidad de los Mapuche
conceptuales, es decir, economía de subsistencia y todo y no garantiza resultados. En realidad este camino po-
el conjunto de actividades y objetivos vinculados a ella dría considerarse descartado por los resultados de al-
como objetivos: baja calidad de terrenos, mala tecno- gunos proyectos realizados en los últimos años.
logía, etc. ,
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Según nuestra opinión el camino más factible y 3. Como primer paso para resolver el, problema de la
ventajoso representaría el método de la colectivización escasez de terrenos, restituir la extensión de terrenos
o mejor dicho división de trabajo dentro de cada co- definida en Títulos de Merced.
munidad. Esto significarfa definir para cada comuni- 4. Donde no se disminuyeron estos terrenos y no exis-
dad una o algunas actividades centrales de producción, te la posibilidad de aumentar su extensibn tratar de
como por ejemplo, crianza de cerdos y organizar todas encontrar una posibilidad aceptable de traslado de una
las actividades alrededor de ellas y para ellas. Al mis- parte de los miembros de la reducción, por ejemplo,
mo tiempo preparar gradualmente la colectivización de hijos menores con +menosposibilidad de herencia, a los
terrenos. terrenos de fundos expropiados.
4. Asegurar la desaparición de la diferencia socioeco- 5. Para aumentar la efectividad de la educación pri-
nómica entre los Mapuche y el resto de la sociedad maria hacer posible enseñar los primeros dos o tres
chilena. B t o significa hacer desaparecer el sentido de cursos de la enseñanza primaria en el idioma mapuche
inferioridad de ellos y el de superioridad de los chile- con clases obligatorias de castellano. .
nos. Aparte de tratar d e igualar el nivel económico de
la vida, esto supone facilitar a ellos el acceso a la edu- 6. Establecer urgentemente las escuelas secundarias
cación de todos los niveles, para que no se queden en especializadas, agronomía, mecánica, profesiones, etc.,
el campo por necesidad y para que no sean forzados en los pueblos dentro de la zona Mapuche.
a desempeñar solamente los trabajps menospreciados 7. Formar urgentemente a un cuerpo de expertos,
en el ambiente chileno. quienes trabajando en diferentes instituciones fiscales,
CORA,INDAP, etc,, tendrfan cada uno a su cargo un gm-
po de comunidades Mapuche en las cuales actuarían
B. SUGERENCIAS PARA LOS PLANES
como asesores. Estos expertos deberían tener conoci-
O CAMBIOS INSTRUAfENTALES miento adecuado en agronomía, organización de pro-
A CORTO PLAZO ducción, ciencias sociales, leyes, sicología social y si-
cología de trabajo, como para poder ayudar y aconse-
1. Formación de autoridades internas en las comuni- jar a los miembros de las comunidades realizando el
dades Mapuche a través de eledciones de los dirigentes proceso planificado del cambio integral de los Mapu-
con título oficial y la elaboración de una ley que de- che. Hay que destacar, que deberían respetar cuida-
finiría sus derechos y obligaciones y su ubicación en dosamente las costumbres, la moral y leyes internas de
la organización administrativa del Estado. la sociedad Mapuche.
2. La creación urgente de una red suficiente de cen-
tros fiscales de compra de producción agrícola y de
prestación de servicios para eliminar la explotación de
los Mapuche por los negociantes particulares.
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