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DEFENSA EN JUICIO:

La Constitución Nacional dispone "es inviolable la defensa en juicio, de la persona y de los derechos".
La fórmula es ampliay también comprende al procedimiento civil, laboral o administrativo pues
protege todo atributo de la persona (vida, libertad, patrimonio, etc.) o los derechos que pudieran
corresponderle, susceptibles de ser intervenidos o menoscabados por una decisión estatal. Sin
embargo, existen mayores exigencias para el enjuiciamiento penal, la razón proviene de la mayor
importancia política del procedimiento pena, por la supremacía de los bienes o valores jurídicos que
él pone en juego.

En el procedimiento penal se establece recaudos severos para verificar que el imputado ha tenido
oportunidad suficiente de audiencia: él debe comparecer en persona ante el Tribunal, que le intimará
o comunicará con precisión el hecho imputado y le permitirá ejercer posteriormente su defensa
material, aunque el imputado está facultado a abstenerse a declarar, se verifica materialmente que
conoce lo que se le imputa y que se le concedió la oportunidad de ser oído. Más aún durante el juicio
rige el principio de inmediación por el que se requiere la presencia ininterrumpida del acusado durante
todo el debate y hasta en la lectura de la sentencia, manera de verificar que él ha tenido oportunidad
suficiente para hablar, contradecir a los testigos y peritos, probar, controlar la prueba del adversario
y valorarla, indicando al Tribunal la solución que propone para la sentencia.

La ley procesal puede otorgar facultades al ministerio público, colocándolo en un pie de igualdad con
el imputado o incluso como sucede en realidad, por encima de él, pues ejerce el poder de persecución
penal del Estado y goza de todas las facultades que ello implica; pero no significa regular su defensa y
otorgarle su defensa y otorgarle oportunidades para ejercer ese derecho, sino, simplemente, darle
armas para cumplir su función.

Fallo de la CSJN "Jofré, Hilda N. y otra" que anula una absolución sobre la base de un recurso del
ministerio público que reclama por haberse conculcado en el procedimiento su derecho de defensa.
El Tribunal arribó a la solución por exclusión de medios de prueba introducidos por el fiscal, que
consideró ilegítimos para ser valorados en la sentencia en virtud de estar alcanzados por prohibiciones
probatorias específicas. La CSN consideró que la exclusión de estos elementos de la valoración del
Tribunal para la sentencia, lesionaba la garantía constitucional del debido proceso a favor del Estado
y por ello casó la sentencia.

Maier habla de la esta garantía como perteneciente solo al imputado.

El derecho de defensa del imputado comprende la facultad de intervenir en el procedimiento penal


abierto para decidir acerca de una posible reacción penal contra él y la de llevar a cabo en él todas las
actividades necesarias para poner en evidencia la falta de fundamento de la potestad penal del Estado
o cualquier circunstancia que la excluya o atenúe. Esas actividades pueden sintetizarse en: la facultad
de ser oído, controlar la prueba de cargo que podrá utilizarse válidamente en la sentencia, la de probar
los hechos que el mismo invoca para excluir o atenuar la reacción penal, la de valorar la prueba
producida y exponer las razones fácticas y jurídicas para obtener del Tribunal una sentencia favorable.

DERECHO A SER OÍDO: La base esencial del derecho a defenderse reposa en la posibilidad de
expresarse libremente sobre cada uno de los extremos de la imputación; ella incluye, también, la
posibilidad de agregar todas las circunstancias de interés para evitar o aminorar la consecuencia
jurídica posible o para inhibir la persecución penal.
El derecho a ser oído implica:

A) Imputación necesaria: Para que alguien pueda defenderse es imprescindible que exista algo de que
defenderse: esto es, algo que se le atribuya haber hecho u omitido hacer, en el mundo fáctico, con
significado en el mundo jurídico, exigencia que en materia procesal penal se conoce como imputación.
El núcleo de esa imputación, una hipótesis fáctica, atribuida al imputado, conduce a consecuencias
jurídicos penales, pues contiene todos los elementos, conforme a la ley penal, de un hecho punible.
La imputación correctamente formulada permite negar todos o alguno de sus elementos para evitar
o aminorar la consecuencia jurídico penal a la que, se pretende, conduce o de otra manera, agregar
los elementos que combinados con los que son afirmados, guían también a evitar la consecuencia o a
reducirla. Pero para para que la posibilidad de ser oído sea un medio eficiente de ejercitar la defensa,
ella no puede reposar en una atribución más o menos vaga o confusa de malicia o enemistad con el
orden jurídico, debe tener como presupuesto la afirmación clara, precisa y circunstanciada de un
hecho concreto, singular, de la vida de una persona. Ello significa describir un acontecimiento con
todas las circunstancias de modo, tiempo y lugar que lo ubiquen en el mundo de los hechos (temporal
y espacialmente) y le proporciones su materialidad concreta; el lenguaje se debe utilizar como
descriptivo de un acontecimiento concreto ya ocurrido, ubicable en el tiempo y en el espacio.

Por otro lado, la imputación no debe comprometer al Tribunal que juzgar no debe partir de él, para
conservar su imparcialidad.

B) Conocimiento de la imputación: Nadie puede defenderse de algo que no conoce. A fin de garantizar
el derecho del imputado a ser oído, consiste en ponerlo en conocimiento de la imputación
correctamente deducida; darle a conocer al imputado aquello que se le atribuye se conoce
técnicamente bajo el nombre de intimación. Como se trata de hacer conocer la imputación, el acto
por el cual se la intima debe reunir las mismas calidades que advirtiéramos para aquella; debe consistir
así en la noticia íntegra, clara, precisa y circunstanciada del hecho concreto que se le atribuye al
imputado. Como el derecho a ser oído no solo se posee en miras a la sentencia definitiva, sino también
respecto de decisiones interlocutorias que pueden perjudicar al imputado, las leyes procesales obligan
a cumplir formalmente el acto de intimación en diferentes oportunidades desde el comienzo del
procedimiento. La falta de intimación o la inobservancia en ellas de las reglas estudiadas conduce a la
privación del derecho a ser oído y, con ello, la facultad de influir eficientemente, por esa vía, en la
decisión respectiva.

C) Audiencia: La audiencia del imputado no solo se debe procurar en relación a la sentencia final sino
también, según dijimos en orden a las decisiones interlocutorias que conforman la situación del
imputado durante el procedimiento. Es por ello que la facultad del imputado de pronunciarse frente
al tribunal sobre la imputación que se le dirige no sólo es necesaria durante el juicio que ofrece el
fundamento de la sentencia definitiva sino también durante el procedimiento preparatorio
(instrucción), como previa a la decisión sobre su mérito.

Como parte integrante del derecho a la defensa, la Constitución Nacional ha prohibido toda forma de
coerción que elimine la voluntad del imputado o restrinja la libertad de decidir acerca de lo que le
conviene quiere expresar. ART 18 CN Y 296 CPPN.

Por otro lado, las leyes procesales establecen que las preguntas serán claras y precisas, sin que por
ningún concepto puedan hacérsele de un modo capcioso o sugestivo. Pregunta capciosa es aquella
que esconde la afirmación o negación de un hecho o circunstancia decisivos. Pregunta sugestiva es
aquella que insinúa la contestación, de ordinario describiendo el hecho o circunstancia cuya
afirmación (o negación) se pretende; todas las preguntas que solo admiten una contestación por sí o
por no son sugestivas.

Completa el sistema la facultad de abstenerse voluntariamente de declarar, que todos los códigos
adjudican imputado, sin que su silencio se pueda interpretar como elemento de prueba en su contra.
ART 298 CPPN

D) Correlación entre la imputación y el fallo: La sentencia solo se debe expedir sobre el hecho y las
circunstancias que contiene la acusación, que han sido intimadas al acusado y por consiguiente, sobre
aquellos elementos de la imputación acerca de los cuales él ha tenido oportunidad de ser oído; ello
implica vedar que el fallo se extienda a hechos o circunstancias no contenidos en el proceso que
garantiza el derecho a audiencia. La regla fija el alcance del fallo penal, su ámbito máximo de decisión,
que se corresponde con el hecho descripto en la acusación: el auto de apertura del juicio o
procedimiento principal con todas sus circunstancias y elementos, tanto materiales como normativos,
físicos y psíquicos. Todo aquello que en la sentencia signifique una sentencia signifique una sorpresa
para quien se defiende, en el sentido de un dato con trascendencia en ella, sobre el cual el imputado
y su defensor no se pudieron expedir, lesiona el principio de defensa. La regla no se extiende a la
subsunción de los hechos bajo conceptos jurídicos. El tribunal que falla puede adjudicar al hecho
acusado una calificación jurídica distinta a la expresada en la acusación.

E) Probar y controlar la prueba: El control de la prueba del adversario, representa una manifestación
del contradictorio, a la vez que la facultad otorgada para demostrar los extremos que son esgrimidos
para inhibir la imputación de que se es objeto, o aminorar sus consecuencias, es una manifestación
imprescindible de la posibilidad de oponerse a la persecución penal.

El otro derecho que integra la defensa en juicio es IGUALDAD ENTRE LAS PARTES: Implica dotar de
facultades equivalentes a las de los órganos de persecución del Estado al imputado y del auxilio
procesal necesario para que pueda resistir a la persecución penal, con posibilidades parejas a las del
acusador: en ello reside la pretensión de equiparar las posibilidades de del imputado respecto de
aquellas que poseen los órganos de persecución penal del Estado en el proceso penal.

Dado que la instrucción es el período procesal cuya tarea principal consiste en averiguar los rastros
que existen acerca de un hecho punible que se afirmó como sucedido resulta que en él, los órganos
de persecución penal del Estado prevalecen sobre el imputado sin perjuicio del resguardo de las
garantías individuales que amparan al imputado. Concluida la instrucción aparece en toda su magnitud
el ideal de otorgar posibilidades parejas al acusado respecto de su acusador. El juicio es el momento
donde acusado y acusador se enfrentan, en presencia de un equilibrio procesal manifiesto.

Posición de los órganos de persecución del Estado: El ministerio Publico no es una parte del
procedimiento penal, en el sentido de que haga valer en él un interés subjetivo, propio o ajeno del
Estado en la actuación de la ley penal, sino que es un órgano público cuyo interés se resume en la
correcta actuación de la ley penal. El ministerio no está situado frente al imputado para inquirir y
requerir sólo en contra del imputado, debe procurar la incorporación de los elementos que sirvan para
descargo del imputado, tenga la facultad de requerir el sobreseimiento o la absolución, si el resultado
del procedimiento así lo indica y pueda recurrir también a favor del imputado.

Defensa técnica: Es un presupuesto de validez del procedimiento y, en fin, de la sentencia. Resulta


necesario que un letrado asista como defensor al imputado, cuando él no posee conocimientos
jurídicos suficientes, o aun poseyéndolos, no puede ponerlos en práctica con idoneidad. El defensor
no es tan sólo un asistente técnico del imputado, sino un verdadero sujeto del procedimiento penal,
que por lo general ejerce facultades autónomas, sin depender de la voluntad del imputado y cuya
actividad responde siempre a un interés parcial. El defensor representa un instrumento idóneo para
la realización del ideal de equiparar las posibilidades entre el acusador y su acusado, en miras a una
decisión judicial. ART 107 CPPN

Facultades defensivas: Para que se pueda hablar de igualdad de posibilidades en relación a la decisión
que pone fin al procedimiento, resulta necesario garantizar al imputado las mismas facultades, para
influir sobre la reconstrucción fáctica, que las reconocidas al ministerio público, idénticas posibilidades
para influir sobre la recepción y valoración de la prueba. Por consiguiente, se le debe reconocer –
control de la prueba que valorará el tribunal en la sentencia, lo cual se cumple con la presencia
ininterrumpida de todos los sujetos procesales (inmediación) inclusive el imputado y su defensor y en
el debate son incorporados los únicos elementos de prueba idóneos para fundar la sentencia. La
manifestación concreta del control probatorio durante el debate y de la equiparación de facultades
está representada por la posibilidad de que todos los intervinientes tienen de interrogar y pedir
explicaciones a los órganos de prueba. -Producción de prueba de descargo Ofrecimiento de prueba
para ser recibid en el debate, durante el plazo de citación a juicio. Si se omite se puede recurrir la
sentencia (falta de fundamentación por prueba omitida) -Valoración de la prueba, significa la
posibilidad de indicarle al tribunal el sentido que debe tener su decisión, desde el punto de vista
fáctico. -Valoración jurídica, al finalizar el debate, la discusión final entre los intervinientes incluye, no
sólo la valoración de la prueba, sino también el significado jurídico del comportamiento que
eventualmente se considere verificado, e incluso la determinación de la pena.

Otra variante de la defensa en juicio: IMPOSIBILIDAD DE REFORMATIO IN PEIUS

La Corte ha establecido que se trata de una garantía constitucional cuya inobservancia afecta al debido
proceso y lesiona el derecho de defensa del acusado. Se da en el ámbito de los recursos y significa
prohibir al tribunal que revisa la decisión, por la interposición de un recurso, la modificación de la
resolución en perjuicio del imputado cuando ella solo fue recurrida por él o por otra persona,
autorizada por la ley en su favor. El vínculo entre la llamada prohibición y la inviolabilidad de la defensa
ha sido concebido por la Corte Suprema a partir de la sorpresa que provoca un fallo más adverso que
el recurrido, cuando el acusador no recurrió y la jurisdicción del tribunal del recurso sólo fue excitada
por el imputado o por otra persona a su favor, pues de esa manera el fallo perjudicial "habría sido
dictado sin jurisdicción y además afectaría de manera ilegítima la situación obtenida por el procesado
merced a la sentencia de la instancia anterior y lesionaría la garantía del art. 18 CN".

La Corte ha establecido que la falta de recurso acusatorio inhibe al tribunal de alzada para modifica la
sentencia en perjuicio del acusado, sea condenando cuando fue absuelto por la sentencia recurrida,
sea agravando la penal por ella impuesta.
La garantía expuesta sólo juega en favor del imputado, pues los recursos interpuestos por el acusador
permitirán modificar o revocar la decisión aún a favor del imputado.

Inadmisibilidad del juicio contra ausentes

Incoercibilidad del imputado como órgano de prueba:Inaldmisibilidad de emplear ciertas formas de


coerción para privar al imputado de su libertad de decisión.

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