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Primero las bases

La madre o padre competente actúa así:

• Traza límites claros, concretos y no cede: “Puedes jugar con tu pelota en esta zona, no en la sala.
Si continuas jugando con tu pelota en la sala tendré que quitarte la pelota. Tú elige.”

• Conversa en un tono asertivo y claro, sin gritos, respecto a cuál es la conducta inadecuada y cuál
es la adecuada: “Entiendo que ese juguete te hace ilusión, pero la forma de pedirlo no está bien. Si
no paras ahora mismo, no tendrás ese juguete y esta tarde no podrás ir a casa de tu amigo a jugar
pues estás demostrando que no puedes controlarte.”

• Cumple lo que dice que haría en caso de que la situación continúe o empeore. Evita las amenazas
tipo “Alejandro a la 1, Alejandro a las 2…”, “¿En qué quedamos, Renata…? * NO GASTES TU
PRESTIGIO

• Prevé situaciones que pueden detonar un berrinche, y prepárate para manejarlo. Utiliza las
sugerencias previas de lo que NO y lo que SÍ debe hacerse mientras ocurren.

• Ten paciencia y persistencia hasta lograr que el niño, niña o joven vea repetidamente que los
berrinches no le funcionan para lograr lo que desea, sabiendo que gradualmente se extinguirán. No
claudiques aunque estés desgastada o ya estés cansada de tanto berrinche y grito. La persistencia es
la que dará el mensaje de que realmente los berrinches no le funcionarán. Si renuncias
prematuramente, afirmará lo que originalmente creía: “Con los berrinches acabo obteniendo lo que
deseo. Yo tengo el control”.

Después de una mala racha de pleitos, berrinches y gritos, será necesario resanar la relación. Que
tus hijos perciban que no los dejas de querer por corregirlos.

• Perdónate a ti misma(o) por el desgaste, el atropello y los jaloneos. Cierra el día relajándote de
alguna manera que a te funcione y te produzca calma y placer.

• Invierte un buen rato a la cercanía física con el hijo o hija con quien tuviste los encuentros difíciles
y dedícale media o una hora como si se tratara de una cita muy importante (celular en modo avión, a
solas con él o ella)

• Ya no toquen el tema de conflicto, solo jueguen o platiquen de cualquier cosa neutra, que no
detone conflictos. Pasen un rato divertido. Trata que sea un tiempo cálido, no de enseñanza moral,
por lo que los sermones o lecciones no vienen al caso.

No estás tratando con una terrorista, sino con una niña o niño que está rebasado por las
circunstancias o por su forma de procesar e interpretar lo que está viviendo.

La mejor acción de tu parte para estos casos es: Conéctate emocionalmente con tu hija(o)

Cómo ayudar emocionalmente a tus hijos:

• Ofrece afecto físicamente (abraza, contén, apacigua) de preferencia en silencio.


• Cuándo lo veas más tranquilo(a), puedes preguntar ¿quieres contarme algo?

• Deja que hable y diga libremente lo que quiera decirte. No presiones, no corrijas lo que diga, no te
enojes si te sientes aludido(a), solo presta atención.

• Compréndelo y no lo interrumpas, deja que saque todo lo que tiene dentro.

• Guarda silencio y escucha hasta que termine de narrarte lo que le tiene alterado(a).

• Cuando haya terminado, pregúntale si quiere decir algo más.

• Ahora, vuelve a conectarte de acuerdo a con su tolerancia al contacto físico y deseo de ser
abrazada(o). Tal vez sea suficiente tomarle la mano cariñosamente.

• Si te tocó alguna fibra sensible, no llores en ese momento. Llora después y en otro lugar, tu hija o
hijo es el tema central en este momento, no tú. No lo alteres adicionalmente haciendo que tu hijo(a)
tenga que consolarte.

• Pregúntale si tiene alguna idea, opción o alternativa para poder sentirse mejor o resolver lo que le
altera y escucha sus respuestas sin criticarlas, sólo escucha y pregúntale cuál elige llevar a cabo.

• Termina dándole las gracias por haber confiado en ti y dile que estarás allí para lo que necesite.

Dile

“¿Sientes coraje porque no he estado contigo estos días?”

“¿Qué nombre le pondrías a lo que sientes cuando no te compro lo que quieres?”

“¿Te sientes triste porque murió el gatito?”

“¿Qué sientes cuando está oscuro?”

Nunca digas

“¡¿Puedes pensar también que tengo otras cosas que hacer y no sólo cuidarte?!”

“¡No puede ser que siempre quieras comprar toda la tienda!”

“Era sólo un gato, mañana vamos a comprar otro”

“¡Ya estás grandecito para estos miedos, ¿no?!”

• Cuando una persona vive una experiencia que le causó dolor o mucho miedo, el cerebro no
distingue si la fuente de dolor existe en el mundo externo o no, para el cerebro eso existe y punto.
• Además, las imágenes de las experiencias vividas se recrean y lo que ocurrió hace mucho tiempo
vuelve a actuar como si hoy se estuviera viviendo nuevamente.

• La narración o contar varias veces la historia vivida, con todos los detalles posibles, ayudará a
cualquier persona a reinterpretar la experiencia, a desahogarse emocionalmente sobre esa vivencia y
así podrá entender y superar las emociones que ahora le genera dicha experiencia.

*** ENCUESTA:

1.- CUAL ES LA SITUACIO QUE MAS TE GENERAS PROBLEMA O FRUSTRACION DE


SER MAMA?

2.- EXPLICA DETALLADAMENTE CUALES SERIAN LAS CARACTERISTICAS QUE SE


PRESENTAN DE SER UNA MADRE IDEAL. (COMO TE VISUALIZARIAS SI LO
ESTUVIERAS HACIENDO BIEN COMO MAMA).

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