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HISTORIA DE LA PALEONTOLOGÍA1

Siglo XVI
Desde la época clásica y medieval los objetos geológicos habían traído interés a las personas.
Numerosos escritos los describían teniendo en cuenta sus colores, texturas y formas. Durante
el Renacimiento (Siglo XVI) Georgius Agricola hizo un avance mayor al clasificar dichos
objetos, a los cuales denominó fósiles (1546), según sus propiedades físicas como la dureza
y la textura. Esto dio pie para que el médico suizo Gesner en 1565 publicara una clasificación
más detallada sobre los fósiles lo que permitió una identificación más segura de los objetos
descritos; aunque en dicha clasificación no se diferenciaban los fósiles de origen orgánico de
los rastros o marcas inorgánicas.

La evolución de estos estudios continuó con la creación de numerosas colecciones de fósiles


hacia finales del siglo XVI y principios del siglo XVII en Italia, algunas de las más
representativas pertenecían a Ulisse Aldrovandi, Francesco Calceolari, Ferrante Imperato y
Michele Mercati. Un avance importante se presentó en 1667 cuando el médico danés Niels
Stensen utilizando los catálogos de fósiles de Mercati ilustró la primera demostración
detallada de que algunos fósiles podían ser de origen orgánico. Stensen al diseccionar una
cabeza de tiburón en 1666 observó que los dientes de este eran muy parecidos a fósiles ya
conocidos como ‘lenguas de piedra’ encontrados en Malta, con lo cual concluyó que estos
últimos eran partes reales de un tiburón antiguo.

Siglo XVII
La publicación de Stensen sobre los dientes de tiburón abrió un gran debate en 1660 que duró
50 años sobre el origen de los fósiles. El debate trataba de resolver si los huesos, conchas y
dientes petrificados que se encontraban en las rocas, eran restos orgánicos o no. Robert
Hooke, líder de la Royal Society, sostenía que no era posible que estos fósiles encontrados
en las rocas se hubiesen formado sin ningún propósito, que como la finalidad de las conchas
eran proteger a los moluscos y los dientes eran usados para morder, entonces los fósiles
encontrados de estos eran restos pertenecientes a animales. Señaló también que algunos de
estos animales al parecer se habían extinguido. Por otro lado el médico londinense Martin

1 Historia de la Paleontología, adaptado de ‘Lecturas seleccionadas Paleobiología’, García (2002).


Lister sostenía lo contrario, a través de la publicación de su libro sobre moluscos vivientes
resaltó que los fósiles británicos encontrados no tenían similitud con los animales vivientes,
él rechazó la teoría de los animales extintos y como resultado se oponía a le creencia de que
los fósiles tenían un origen orgánico.

Avances durante el siglo XVIII


Debido a la muerte o vejez de Hooke, Ray, Lister y otros el debate sobre los fósiles durante
este siglo disminuyó. Algunos avances se dieron por parte de Johann Scheuchzer quien,
apoyando la teoría de John Woodward sobre el origen orgánico de los fósiles y la distribución
de estos gracias al Diluvio descrito en la biblia, publicó libros sobre plantas fósiles y peces
fósiles en el cual se cuestionaba su origen inorgánico. A mediados de este siglo ya había un
acuerdo generalizado en el que los huesos y conchas encontrados en las rocas eran realmente
restos de animales antiguos ya que se encontraban estudios muy detallados y seguros que
describían el origen de estos fósiles. Trabajos como los de Erhart en 1724, Klein en 1734 y
Buttner en 1714 describían detalladamente los cefalópodos, equinoideos y los celenterados
respectivamente. Para 1735, cuando Linneo publicó su sistema de clasificación, ya era
acogida la idea de que los fósiles eran restos de organismos vivientes.

Principios del siglo XIX en París


Durante este siglo el profesor francés de anatomía Georges Cuvier inició estudios enfocados
en el tema de la extinción, del cual se habló por primera vez en el siglo XVII. Sus estudios
sobre esqueletos de elefantes africanos y asiáticos de diferentes especies que eran diferentes
a los restos de mamut encontrados en el norte de Europa demostraron por primera vez la
veracidad de la teoría que afirmaba la existencia de especies antiguas que probablemente ya
no estaban vivas. Esto sumado a los estudios de los restos de un zoológico de vertebrados
extintos y los huesos fósiles de las canteras de yeso en Montmartre, acercaban cada vez más
a la aceptación de la teoría de la extinción.

A través del trabajo estratigráfico publicado por Cuvier y Alexandre Brongniart en 1808 y
los trabajos estratigráficos y paleontológicos publicados por Curvier en 1812 la incógnita fue
resuelta ya que se demostró la aparición sucesiva de faunas diferentes y cómo distintas

1 Historia de la Paleontología, adaptado de ‘Lecturas seleccionadas Paleobiología’, García (2002).


‘revoluciones’ en el planeta Tierra en la antigüedad habían causado alteraciones en extensas
partes del mundo y habían acabado con casi toda la fauna que existía. El médico francés
Adolphe Brongniart aceptó estas ideas y aportó a la teoría con sus estudios publicados en
1828 sobre fósiles vegetales.

Principios del siglo XIX en Gran Bretaña


Los trabajos estratigráficos realizados en Inglaterra por el ingeniero topógrafo de minas
Willliam Smith fueron de gran importancia para la geología del país ya que al estudiar los
fósiles pudo construir esquemas de estratos y un boceto del mapa geológico de Inglaterra y
Gales (1799) y finalmente en 1815 publicó su gran mapa geológico. Sus métodos se
extendieron por todo el país gracias a las publicaciones de John Farey, Joseph Townsend, y
James Parkinson.

La Geological Society fundada en 1807 se enfocó en un principio en estudiar problemas


químicos y mineralógicos en sus primeros años, pero posteriormente se dedicaron a estudios
estratigráficos valiéndose de los fósiles, llegando estos a ser casi el único objeto de su interés
a mediados de los años 20 del siglo anterior. La Geological Society desplazó al Museo de
París como el foro principal de debates paleontológicos debido a las contribuciones para la
geología regional llevadas a cabo por los estudios sobre fósiles desconocidos de personajes
como Thomas Webster, William Conybeare y Gideon Mantell, asimismo los trabajos
realizados durante los años 30 del siglo anterior por Murchison en Gales presentaron una
fauna nueva de invertebrados.

Un gran incremento de trabajos en paleontología se produjeron en este siglo pero la


publicación de Darwin sobre la teoría de la evolución (1858) es la que marca una nueva etapa
en la paleontología. Muchos rasgos de la geología de Lyell le parecieron interesantes a Charles
Darwin y las conclusiones de los trabajos de este último fueron apoyadas en su mayoría por estudios
fósiles. A causa del trabajo de Darwin, la paleontología es separada de las otras Ciencias de la vida,
y a finales del siglo XIX y principios del siglo XX con el desarrollo de la Genética la paleontología
es considerada una ciencia puramente descriptiva debido a que esta giraba en torno a estudios
estratigráficos y se integraba a las ciencias geológicas.

1 Historia de la Paleontología, adaptado de ‘Lecturas seleccionadas Paleobiología’, García (2002).


Etapa moderna
Durante esta época las ciencias biológicas y la paleontología vuelven a reunirse
probablemente a causa de la Teoría de la Tectónica de Placas. El aporte paleobiogeográfico
del estudio de los fósiles fue de gran importancia para esta teoría.

Actualmente la paleontología está dotada de nuevas técnicas como la microscopía electrónica


y los rayos X, las cuales con datos mucho más detallados y precisos contribuyen a las distintas
ramas de esta ciencia. Los estudios de microfósiles realizados a partir de la segunda mitad de
este siglo han contribuido también a las teorías sobre el origen de la vida, la evolución, entre
otras, las cuales fueron desarrolladas a través de estudios paleontológicos clásicos.

1 Historia de la Paleontología, adaptado de ‘Lecturas seleccionadas Paleobiología’, García (2002).

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