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El buen lector, además de entender, analizar, interpretar, valorar un texto, es capaz de establecer
una relación entre éste y su propia experiencia, o entre éste y sus lecturas o conocimientos previos.
TIPOS DE LECTURA
Hacemos procesos internos distintos, dependiendo del tipo de texto, incluso dependiendo de la
persona o del momento que nos escriben.
Es una estrategia para despertar tu interés sobre un libro, o para saber en unos cuantos minutos si
éste contiene la información que responde a tus necesidades. Su principal objetivo es proporcionar
un concepto general del libro.
Lectura selectiva o de localización es la que te permite encontrar información específica sin tener
que hacer una lectura detallada. Por lo general la empleamos para ubicar con rapidez, datos, fechas
o cifras, pero también sirve para localizar ideas, conceptos, definiciones, argumentos y demás.
Es un tipo de lectura detenida, profunda, que tiene como objetivo la comprensión, asimilación,
retención y estudio de la información textual.
Lo importante es comprender el pensamiento escrito con todos sus matices.
Nos obliga a aplicar conocimiento previo y activar todo tipo de habilidades del pensamiento.
La lectura intensiva implica:
Para realizar efectivamente la lectura intensiva es importante dedicarle tiempo suficiente. Otros
aspectos importantes de la lectura selectiva son:
La lectura intensiva es la que permite comprender y darle un sentido a las palabras del autor;
agregándole el ingrediente de una lectura crítica podrás llegar al manejo de las ideas para la
construcción de nuevos sentidos y para la determinación del valor personal que le darás a la
información recibida.
Al hacer una lectura crítica o valorativa no se trata de decir “me gustó” o “no me gustó” solamente.
Es necesario que seas capaz de:
Consulta:
Márquez Hermosillo, Mónica. 2012. Taller de lectura y redacción I: claves para leer y escribir
con sentido. México: Trillas.