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Preparación de la bóveda espiritual.

• La preparación de una Bóveda Espiritual, reconoce los mismos preparativos de procedimiento


que se consideran para la preparación de las asistencias espirituales.

• Se elige una mesa firme, de superficie plana. Se limpia. Se cubre con un género blanco a manera
de mantel, tratando que no se vean las patas de la mesa.

• Se disponen las asistencias espirituales en línea, una junto a otra, formando un arco abierto
hacia la persona que enfrenta a la Bóveda espiritual.

• Una copa o vaso más alto, representará al conjunto de entidades.

• Una vela al frente, en el centro.

• Flores frescas, en agua fresca y limpia.

Inaguracion y consagración de la boveda espiritual

• Antes de comenzar a hacer uso por primera vez de una Bóveda Espiritual, incluso antes de
asumir que una Bóveda Espiritual está
funcionando como tal, debe efectuarse la inauguración de esta Bóveda Espiritual.

• La inauguración de la Bóveda Espiritual es un acto necesario, porque se requiere este paso para
activar su funcionalismo.

• La inauguración de la Bóveda Espiritual es la forma de consagrar a la Bóveda Espiritual.

• La inauguración y consagración de una Bóveda Espiritual, reconoce las mismas pautas de la


inauguración y consagración de la Asistencia
Espiritual.

Debe disponerse de: Agua, velas, incienso, una campana de calidad, una rama de Albahaca
(Alternativas: Algarrobo, Marpacífico), omiéro preparado con plantas de Éggun, o con las plantas
que se decida, recipiente de buena capacidad, de forma redondeada u oval, y de fondo plano, de
cristal, de cerámica, o de barro.

Procedimiento:

• Se toma la rama de Albahaca, y se lava debajo de un chorro de agua fresca, para limpiarla de
polvo y otros elementos. Se sacude y se deja escurrir.

• Se limpia con un paño húmedo toda la mesa.

• Se lava con omiéro la superficie de la mesa, todos sus bordes, y las patas.

• Se permite que la mesa seque espontáneamente.


• Se cubre la cabeza con un pañuelo, turbante o gorro blanco.

• Se llena el recipiente con agua fresca.

• Se toma en la mano la rama de Albahaca, y con la rama de Albahaca se traza el signo de la cruz
sobre la sal, rezando y bendiciendo a la
sal.

• Con la rama de Albahaca se traza el signo de la cruz sobre la superficie del agua, rezando y
bendiciendo al agua.

• Con la rama de Albahaca se traza el signo de la cruz sobre la manteca de cacao, rezando y
bendiciendo a la manteca de cacao.

• Con la rama de Albahaca se traza el signo de la cruz sobre la manteca de corojo o el aceite de
palma, rezando y bendiciéndole. Se
coloca momentáneamente la rama de Albahaca en el agua.

• Se unen los dedos: pulgar, índice y medio de la mano derecha, y se sumergen en el agua
brevemente.

• Seguidamente con los dedos en esa misma posición, se hace sobre la propia frente la señal de la
cruz.

• Se echa un poco de sal:

En cada una de las esquinas de la habitación.

A ambos lados de la puerta de entrada a la habitación.

Junto a la ventana o a las ventanas que pudiera haber en la habitación, a ambos lados.

• Se añade al agua una cucharada grande de sal.

• Se añade al agua una pizca de manteca de cacao.

• Puede añadirse al agua unas gotas de aceite de palma o manteca de corojo.

• Se toma en la mano la rama de Albahaca, y con la rama de Albahaca se traza el signo de la cruz
sobre el espacio que ha de ocupar la Bóveda Espiritual, rezando y bendiciendo a ese espacio.

• Cuando la superficie de la mesa ha secado, se coloca el mantel blanco sobre la mesa, y sobre el
mantel, se colocan las asistencias
espirituales.

• Sobre la Bóveda Espiritual, se colocan dos velas blancas, nuevas. Se encienden las velas.

• En el suelo, delante de la Bóveda Espiritual, se coloca:


El recipiente con el agua ritualizada.

Un plato con una ofrenda a Éggun de frutas frescas.

• Se toma en la mano la rama de Albahaca, y con la rama de Albahaca se traza el signo de la cruz
sobre el conjunto representado en la Bóveda Espiritual, rezando y bendiciendo al conjunto.

• Se introduce discretamente la rama de Albahaca en el agua ritualizada, y se rocía sobre la


ofrenda y sobre el espacio alrededor.
• Se procede a salpicar con agua bendecida la cabeza de los asistentes.

• A los animales domésticos se les moja la parte trasera de sus orejas, y las patas.

• Se toma la campana, y se hace sonar, haciendo un llamado a las energías elevadas de Éggun.

• Se agradece la presencia de Éggun.

• Se permanece de pies o sentado o sentada frente a la Bóveda Espiritual, por unos momentos.

• Se enciende incienso.

• Se procede a lanzar pétalos de flores frescas en todos los umbrales.

• Debe mantenerse iluminada la Bóveda Espiritual durante siete días.

Para esto se utiliza un velón “de siete días”, o se encienden velas comunes, de manera continua
durante esos siete días.

• Cuando las opciones anteriores no pueden tomarse por las razones que sean, al menos se
encenderá una vela blanca en la Bóveda Espiritual, durante un período de tiempo, diariamente,
durante siete días.

Atención a la boveda espiritual y principios misticos relacionados.

• El espacio físico destinado a la Bóveda Espiritual debe permanecer siempre limpio.

• No se permitirá que el género blanco a manera de mantel se mantenga con manchas, residuos
de cenizas, residuos de esperma de vela, etc. Es importante que permanezca siempre limpio.

• Las flores marchitas siempre se retirarán, a menos que sea necesario que estén durante ese
proceso allí, por causa de alguna evolución u obra espiritual que se está gestando.

• Las flores se mantendrán con agua fresca y limpia.

• Sobre la superficie de la Bóveda espiritual no se colocará objeto alguno ajeno a lo que esa
bóveda espiritual significa y representa.
• En el espacio físico donde está ubicada la Bóveda Espiritual, no se
permitirá: Maldiciones, obscenidades, violencia física, violencia verbal, intimidad sexual, personas
desnudas.

• Las evoluciones antes mencionadas, se consideran profanaciones, y causales directas e


inmediatas de Osógbo o Adversidad propiciada por Éggun, el Espíritu de los Ancestros.

• Cada nuevo día, la Bóveda debe ser saludada por el devoto o la devota de Éggun. La manera de
saludar a la Bóveda Espiritual, es
individual, y se va definiendo y arraigando, con la continuidad de la relación comunicativa con la
Bóveda Espiritual. Para saludar a la
Bóveda Espiritual, siempre se encenderá una vela blanca. La Bóveda Espiritual no debe ser
saludada inmediatamente después de encender la vela. Después de encendida la vela, se espera
un minuto. Entonces se procede a saludar a la Bóveda Espiritual.

• Después de saludar a la Bóveda Espiritual, se espera aproximadamente un minuto, y se apaga la


vela, a menos que se tenga el propósito, por la razón que sea, de continuar con la Bóveda
Espiritual iluminada.

• La vela que se encendió para saludar a la Bóveda Espiritual, y que se apagó, puede ser reutilizada
en la siguiente ocasión en que la
Bóveda Espiritual sea saludada, en el día siguiente, o en el mismo día, hasta que sea totalmente
consumida.

• La vela utilizada, o la última vela utilizada en una Misa Espiritual en que se haya utilizado más de
una vela, será desechada al concluir
esa Misa Espiritual, junto a los residuos de velas anteriores que puedan haber quedado.

• Si se oficia una Misa Espiritual, que requiere ser continuada con otra Misa Espiritual para
investigar o tratar aspectos determinados, o
sea, si se realiza una serie de dos o más Misas espirituales que están relacionadas entre sí por
propósitos comunes, la Misa Espiritual
siguiente, será iniciada, con la última vela que se usó en la Misa Espiritual inmediata anterior,
incluso aunque en esa ocasión se haya consumido en su mayor parte.

• Durante la celebración de una Misa Espiritual, no se permitirá que la vela que ilumina a la
Bóveda Espiritual, se consuma totalmente y se apague. La luz debe ser renovada en una vela
nueva, antes de que la luz se extinga en la vela que está consumiéndose.

• Cuando se enciende una vela nueva para reemplazar a la vela que ya se está extinguiendo, no se
coloca la vela nueva encendida, encima de los residuos de vela aún encendidos para terminar de
apagarlos. No se sofocará a la vela cuya luz se está extinguiendo, sino que se permitirá que esta se
extinga de manera natural.
• La nueva vela se coloca sobre un pequeño plato blanco, ocupando el lugar central que ocupaba
la vela anterior, y esta última se mantiene al lado, hasta que se extinga su luz, después de lo cual,
se retira definitivamente de la Bóveda Espiritual.

Preparación:

Según los practicantes del espiritismo, la Bóveda es un centro de poder donde convergen
diferentes espíritus servidores de disímiles intereses, cuyos poderes pueden ser evocados por el
devoto en beneficio suyo, de su familia, o de aquellos a quiénes desee realizar una obra de
caridad.

La preparación de la bóveda debe hacerse con el máximo esmero, en primer lugar deberemos
buscar un lugar donde prepararla, debe ser un lugar espacioso y tranquilo.

Para la preparación de la Bóveda se necesitaran los siguientes elementos:

• Una mesa.

• Un mantel Blanco.

• 6 u 8 copas o vasos y una copa grande con agua. (preferentemente transparentes).

• Un crucifijo.

• Un Candelabro.

• Una vela.

• Flores.

• Imágenes de santos católicos.

Si vamos a celebrar una reunión espiritista o misa, debemos agregar:

• Una pequeña palangana.

• Agua.

• Agua Bendita.

• Cascarilla.

• Colonia.

• Tabaco.

• Caña.

• Fotos de los familiares muertos.


La palangana que se pone al pie de la Bóveda espiritual es para hacerse cada uno de los miembros
que asistan a la reunión una limpieza espiritual tan pronto se haya rezado la primera Oración. En la
palangana se pondrá Agua, colonia muy fresca, cascarilla, pétalos de flores y un poco de agua
bendita.

Para realizar el montaje y los objetos que la componen, los representamos por los siguientes
símbolos:

O - vasos. C- copa. + - cruz. F- flores. V - vela.

En ningún caso colocan la Bóveda a nivel del piso, sino sobre una mesa, de forma rectangular.
Siempre cubierta ésta con un mantel o paño blanco, y sobre esta superficie colocan los objetos
que la integran.

De acuerdo con la finalidad que se pretende, ésta puede adoptar una de las tres posiciones básicas
que señalo a continuación:

BÓVEDA EN REPOSO:

O C O

O + O

O O O

F = 3, 5 ó 7 flores blancas o amarillas.

En este caso está cuidando de usted y de su casa, pues recoge lo malo que en ella pueda entrar. El
vaso del centro es el dedicado a su Guía. Todos los viernes se completan con agua los vasos que
hayan perdido volumen. Las flores se retiran antes de marchitarse, nunca dejarlas secar ante la
Bóveda.

BÓVEDA EN DEFENSA:

O O O O

C
.+
O O O
V

F = flores blancas.

En esta ocasión, le está protegiendo de sus enemigos. Cuando se conoce o sospecha el nombre de
éstos, en un papel se escriben, con lápiz, horizontalmente por siete veces; y sobre el de ellos, el
suyo en forma vertical; o sea, que les cruce, por otras siete o nueve veces. El papel así escrito se
colocará bajo la copa.
BÓVEDA EN ATAQUE:

O O

O C O

O + O

O
V F= 3, 7 ó 9 flores rojas.

En esta posición, la Bóveda está luchando contra alguien o resolviendo algo que se le ha pedido. La
vela se enciende, o bien a las 12 del mediodía, o a las 12 de la noche dejando, en ambos casos, que
la misma se consuma totalmente.

La Bóveda no permanecerá en esta posición por más de nueve días, luego de los cuales la pasan
tres días a la posición de reposo, y si aún no han logrado lo que se pretende, se inicia otro ciclo por
nueve días y así sucesivamente hasta lograr lo pretendido.

En todas las posiciones, para ellos es importante adicionar al agua de la Copa un poco de agua
bendita tomada de alguna iglesia, así como agregar unas gotas de agua de colonia o agua de
Florida en cada uno de los vasos. Las flores tienen la función de fortalecer el ambiente, y dar una
imagen agradable.

 La Bóveda Espiritual es un instrumento de carácter personal, aunque sus beneficios


pueden ser colectivos.

Esta oración debe rezarse ante la Bóveda Espiritual, misma que sirve para santiguarse y librarse de
los males. Dicen los que saben que es muy potente y específica para los espirititas.

Criatura de Dios yo te bendigo en el nombre de la Santísima Trinidad.

Padre, Hijo y Eespíritu Santo, tres personas distintas y un solo Ddios verdadero.

Te bendigo poniendo como intercesora a la Santísima Virgen María, concebida sin mancha de
pecado original.

Virgen antes del parto, en el parto y después del parto.

Te bendigo invocando también como intercesores al glorioso patriarca San José, a San Roque, a
San Sebastian, a Santa Martha, a Santa Gertrudis, a San Luis Beltrán y a todos los Santos y Santas
del cielo.
Te bendigo venerando la gloriosísima encarnación de nuestro señor Jesucristo, su gloriosísimo
nacimiento, su santísima pasión y su gloriosísima resurrección.

Por tan grandes y santísimos misterios que creo, venero y suplico señor a tu divina majestad,
poniendo como intercesora a la Santísima Virgen María nuestra abogada, que sanes a esta afligida
criatura de esta enfermedad que padece y la libres de brujería y cualquier otro mal

Cuando se monta una bóveda espiritual o cuando se le cambia el agua se pueden rezar diferentes
oraciones pero estas son muy recomendables: evocación a los espíritus buenos. Padre Nuestro,
Ave María y Gloria.

Después se lee la plegaria del Náufrago (también se puede cantar). Después se lee la
Contemplación y las oraciones de la Fe, de la Esperanza y de la Caridad.

Entre las oraciones y las lecturas se pueden cantar algunas canciones espiritistas aunque la mas
aconsejable es “Venid Protectores”. Para terminar se reza: la oración después de la Muerte.

Con esta secuencia de oraciones y lecturas, se da por terminada la apertura de la bóveda o el


cambio de agua. Estas oraciones no son exclusivas del montaje de la bóveda o del cambio del agua
y se pueden emplear en cualquier reunión espiritista.

Evocación a los Espíritus Buenos

Alabados seáis, Espíritus puros del Señor. Yo, humilde y atrasada criatura, elevo a vosotros mi
pensamiento y mi corazón, para rogaros que me guiéis por el camino de la verdad y me iluminéis
siempre en los divinos preceptos, para no faltar a ellos y hacerme digno de alcanzar pronto la
bienaventuranza. Amén.

Plegaria del Náufrago

Torna tu vista, Dios mío, hacia esta infeliz criatura, no me des mi sepultura entre las olas del mar.
Dame la fuerza y valor para salvar el abismo, dame gracia, por lo mismo que es tan grande tu
bondad. Si yo, cual frágil barquilla, por mi soberbia halagado, el mar humano he cruzado tan solo
tras el placer; Déjame, Señor, que vuelva a pisar el continente, haciendo voto ferviente de ser
cristiano con fe. Si yo con mi torpe falta me he mecido entre la bruma desafiando la espuma que
levanta el temporal. Te ofrezco que en adelante no tendré el atrevimiento de sordo ser al lamento
de aquel que sufre en el mal. Y siguiendo mi rumbo, he tenido hasta el descaro de burlarme de
aquel farque puerto me designó; Yo te prometo, Dios mío, no burlarme de esa luz que brilla sobre
la cruz por el hijo de tu amor. iOh! Tú, padre de mi alma que escuchas al afligido, y me ves
arrepentido de lo que mi vida fue; Sálvame, Dios mío, sálvame, y dame, antes que de cuenta, para
que yo me arrepienta, el tiempo preciso: Amén.

Contemplación
Dios omnipotente, voluntad sublime y viviente que no hay palabras para expresarla que ninguna
idea puede abrazar; podemos, sin embargo, elevar nuestro corazón hacia Ti porque a Ti estamos
unidos. Tu voz se hace oír dentro de nosotros; en Ti lo incomprensible, nuestra propia naturaleza y
el mundo entero nos son inteligibles; cada enigma de nuestra existencia está resuelto y en nuestra
alma reina una perfecta armonía. Tú creaste en nosotros la conciencia de nuestro deber y la de
nuestro destino en la serie de los seres razonables. ¿Cómo? Lo ignoramos. ¿Pero acaso tenemos
necesidad de saberlo? Lo que sabemos es que Tú conoces nuestros pensamientos y aceptas
nuestras buenas intenciones, y la contemplación de tus relaciones con nuestra naturaleza finita,
basta para tranquilizamos y hacemos felices. En cuanto a nosotros mismos, no sabemos bien lo
que debemos hacer; por lo tanto, obraremos simplemente con serenidad y sin astucia, porque tu
voz es la que ordena y la fuerza con que cumplimos nuestros deberes es la tuya propia. No
tememos los acontecimientos de este mundo, porque este mundo es el tuyo y estos
acontecimientos forman parte de tus designios; lo que dentro de estos designios es positiva-
mente el bien o sólo un medio de evitar el mal, lo ignoramos; pero sabemos que todo en el
universo concluirá bien y en esta fe estamos seguros. ¿Qué importa que no conozcamos lo que es
germen, flor o fruto perfecto? Lo que nos importa es el progreso de la razón y de la moralidad
entre los seres razonables. ¡Ah! Cuando nuestro corazón se cierre a todo deseo terrestre ¡cuán
grande nos parecerá el Universo bajo su aspecto glorioso! Las masas inertes y embarazosas que
sólo sirven para llenar el espacio, se desvanecen, y en su lugar, un eterno oleaje de vida, de fuerza
y de acción, brota del grande manantial de la vida primordial, que es tu vida, Señor, que eres
unidad eterna.

La fe

Soy la hermana mayor de la Esperanza y de la Caridad, me llamo la Fe. Soy grande y fuerte; el que
me posee no teme ni al hierro ni al fuego; es aprueba de todos los sufrimientos físicos y morales.
Resplandezco sobre vosotros como una antorcha, cuyos chispeantes rayos se reflejan en el fondo
de vuestros corazones, y os comunico la fuerza y la vida. Entre vosotros se dice que yo levanto las
montañas, y yo os digo: Vengo a conmover al mundo, porque el Espiritismo es el germen que debe
ayudarme. Uníos, pues, a mí, yo os convido: soy la Fe. ¡Soy la Fe! hábito con la Esperanza, la
Caridad y el Amor, en el mundo de los Espíritus puros. A menudo he bajado de las regiones aéreas
y he venido sobre la tierra a regeneraros, dándoos la vida del espíritu; pero a excepción de los
mártires de los primeros tiempos del Cristianismo y algunos fervientes sacrificios hechos de tarde
en tarde para el progreso de la ciencia, de las letras, de la industria y de la libertad, sólo he
encontrado entre los hombres indiferencia y frialdad, y he vuelto a remontar tristemente mi vuelo
hacia el cielo; me creíais entre vosotros, pero os engañabais, porque la Fe sin las obras, no es la Fe;
la verdadera Fe es la vida y la acción.

Antes de la revelación del Espiritismo, la vida era estéril; era un árbol seco por las refulgentes
chispas del rayo que nada producía. Se me reconoce por mis actos; ilumino las inteligencias,
caliento y reanimo los corazones en mi regazo; alejo de vosotros las influencias engañosas y os
conduzco a Dios por la perfección del Espíritu y del corazón. Venid y agrupaos bajo mi estandarte;
soy poderosa y fuerte: soy la Fe. Soy la Fe, y mi reinado empieza entre los hombres, reinado
pacífico que les hará felices para el tiempo presente y para la eternidad. La aurora para mi
advenimiento entre vosotros es pura, serena; su sol será resplandeciente, y su ocaso vendrá a
mecer dulcemente a la humanidad en los brazos de eterna felicidad. ¡Espiritismo! Derrama sobre
los hombres tu bautismo regenerador; yo les hago un llamamiento supremo: yo soy la Fe.

La Esperanza

Me llamo la Esperanza; os sonrío cuando entráis en la vida, en ella os sigo paso a paso y solo os
dejo cuando llegáis a los mundos en que se realizan, para vosotros, las promesas de felicidad que
sin cesar oís. Soy vuestra fiel amiga; no rechacéis mis inspiraciones: soy la Esperanza. Yo soy la que
canto por el camino con la voz del ruiseñor, y la que en el eco de los bosques exhalo esas notas
lastimeras y harmoniosas que os hacen entrever los cielos; yo soy la que inspiro a la golondrina el
deseo de anidar sus amores al abrigo de vuestros techos; juego con la ligera brisa que acaricia
vuestros cabellos; derramo a vuestros pies los perfumes suaves de las flores de vuestros jardines, y
casi nunca ocupáis vuestro pensamiento con esta amiga que tan sincera os es. No la rechacéis; es
la Esperanza. Tomo todas las formas para acercarme a vosotros: soy la estrella que brilla en el azul
del cielo, el caliente rayo del sol que os vivifica; yo os entretengo por las noches con sueños
festivos; alejo de vosotros el negro cuidado y los pensamientos sombríos; guío vuestros pasos por
el sendero de la virtud; os acompaño en vuestras visitas a los pobres, a los afligidos, a los
moribundos, y os inspiro las palabras afectuosas que les consuelan. No me rechacéis; yo soy la
Esperanza. ¡Soy la Esperanza! Yo soy la que en el invierno hago crecer en la corteza de las encinas
el musgo espeso en donde los pajarillos construyen su nido; soy la que en la primavera corona el
manzano y el almendro de blancas y rosadas flores, y las esparzo sobre la tierra como alfombra
celeste que hace aspirar a los mundos felices. Sobre todo, yo estoy con .vosotros cuando estáis
pobres y enfermos, mi voz suena sin cesar en vuestros oídos, no me rechacéis; yo soy la Esperanza.
No me rechacéis, porque el Ángel del Desespero me hace una guerra encarnizada y agota sus
esfuerzos para tomar mi puesto al lado de vosotros; no siempre soy la más fuerte y, cuando
consigue que me aleje, os rodea con sus fúnebres alas, desvía vuestros pensamientos de Dios y os
conduce al suicidio; uníos a mí para alejar su funesta influencia y dejaos mecer dulcemente en mis
brazos, porque yo soy la Esperanza.

La Caridad

Soy la Caridad; sí, la verdadera Caridad; en nada me parezco a la caridad que vosotros practicáis.
La que ha usurpado mi nombre entre vosotros, es fantástica, caprichosa, exclusiva, orgullosa, y
vengo a precaveros contra los defectos que empañan, a los ojos de Dios, el mérito y el resplandor
de sus buenas acciones. Sed dóciles a las lecciones que el Espíritu de la verdad os da por mi voz;
seguidme los que me sois fieles: yo soy la Caridad. Seguidme; yo conozco todos los infortunios,
todos los dolores, todos los sufrimientos, todas las aflicciones que asedian a la humanidad. Soy la
madre de los huérfanos, la hija de los ancianos, la protectora y el sostén de las viudas; curo las
llagas infectadas; cuido todas las enfermedades; doy vestido, pan y abrigo a los que no lo tienen;
subo hasta las más miserables buhardillas; voy a la humilde pocilga; llamo a la puerta de los ricos y
de los poderosos, porque, por donde quiera que viva una criatura humana, hay bajo el velo de la
felicidad, amargos y punzantes dolores. ¡Oh! ¡Cuán grande es mi tarea! no basto a llenarla sino
venís en mi ayuda; venid a mí; yo soy la Caridad. No guardo preferencia a nadie; jamás digo a los
que me necesitan. Tengo mis pobres; dirigíos a otra parte. ¡Oh falsa caridad, qué daño haces!
Amigos, nos debemos a todos; creedme, no rehuséis vuestra asistencia a nadie, socorred a los
unos ya los otros con bastante desinterés para no exigir ningún reconocimiento de parte de los
que habréis socorrido; la paz del corazón y de la conciencia es la dulce recompensa de mis obras:
yo soy la verdadera Caridad. Nadie en la tierra conoce el número y la naturaleza del bien que yo
hago; sólo la falsa caridad hiere y humilla al que consuela. Guardaos de este funeste extravío: las
acciones de esta clase no tienen ningún mérito delante de Dios, y llaman sobre vosotros su cólera.
Sólo El debe conocer los generosos rasgos de vuestros corazones cuando os hacéis los tributarios
de sus beneficios. Guardaos, pues, amigos, de dar publicidad a la práctica de la asistencia mutua,
no le deis tampoco el nombre de la limosna; creedme, yo soy la Caridad. Tengo que consolar a
tantos desgraciados, que muy a menudo se me quedan los pechos y las manos vacías; vengo a
deciros que espero de vosotros. El Espiritismo tiene por divisa: «Amor y Caridad», y todos los
verdaderos espiritistas querrán conformarse a este sublime precepto, predicado por Cristo hace ya
dieciocho siglos. Seguidme, pues, hermanos; yo os conduciré al reino de Dios nuestro Padre: yo
soy la Caridad.

Oración después de la Muerte

Dios mío, Tú que eres grande, Tú que eres el todo, deja caer sobre mí, pequeño, sobre mí que no
existo sino porque Tú lo has querido, un rayo de tu luz. Haz que penetrado de tu amor, encuentre
el bien fácil, el mal odioso; que animado por el deseo de agradarte, mi espíritu venza los
obstáculos que se oponen al triunfo de la verdad sobre el error, de la fraternidad sobre el
egoísmo; haz que en cada compañero de pruebas vea un hermano, como Tú ves un hijo en cada
uno de los seres que emanan de Ti y deben volver a Ti. concédeme el amor al trabajo, que es el
deber de todos en la tierra, y con el auxilio de la antorcha que has puesto a mi alcance, hazme ver
las imperfecciones que retardan mi adelantamiento en esta vida y en la otra.

Demos inicio a su solicitud sobre cómo trabajar con la Bóveda espiritual, con una serie de
recomendaciones básicas para presentarse ante nuestros antepasados:

En primer lugar se debe buscar una palangana (que no es otra cosa que un recipiente que puede
ser de metal, porcelana o plástico) de preferencia de color blanco.

Dicho recipiente se debe colocar al pie de la Bóveda espiritual y después de ser preparado su
contenido, tendrá la función hacer una limpieza espiritual del dueño de la Bóveda. Es importante
señalar que cualquier familiar puede acudir ante la palangana para para realizarse el despojo de
cargas negativas o estados emocionales alterados, sin embargo, también puede ser utilizada para
que todos los asistentes a una Misa de Investigación y Coroación Espiritual también se hagan una
limpia antes de dar inicio a la ceremonia.

Se recomienda que cuando el dueño de la Bóveda se presente ante sus antepasados para hacer
oración o una limpia espiritual, se vista con ropas de color blanco y aproveche la tranquilidad que
proporciona la noche para hacer su meditación (claro que esto no es obligatorio: por ejemplo las
amas de casa querrán aprovechar la estancia de los niños en la escuela para orar). La sugerencia
de que se haga de noches es porque aunque suene obvio, la noche en sí es el territorio de los
muertos.

Antes que nada se deberá encender una vela blanca (el uso de incienso es al gusto personal del
religioso).

Ahora bien, en la palangana se pondrá dentro agua fresca, cascarilla, agua colonia
preferentemente con aroma suave de naranja, agua bendita y pétalos de flores blancas
(preferentemente crisantemos, rosas o margaritas (estas últimas en caso de que no haya otra
opción) en cantidades suficientes. Cuando se haga esta preparación la persona deberá estar limpia
(más nunca deberá presentarse ante los muertos después de bañarse) y en paz espiritualmente,
no hacerlo molesta, ni angustiada o ni deprimida.

Si se va a hacer oración individual o meditación espiritual deberá poner una silla cómoda frente a
la Bóveda.

Una vez que se tiene preparada la mezcla (la cual se revolverá suavemente con las manos) se deja
reposar unos minutos mientras se hace una primera oración. En general cualquier rezo es
adecuado (sobre todo si es de los que uno tiene mucha fe), sin embrago, se recomienda también
que sea alguno que lucifique a los antepasados, como puede ser el caso de la "Oración para los
difuntos".

Terminada la primera oración, la persona procederá ha realizarse la limpia espiritual tomando los
pétalos de las flores con las manos en cantidad suficiente, procurando que sus dedos queden lo
más humedecidos posibles, al tiempo que procede a recorrer su cuerpo de los pies a la cabeza
haciendo el despojo (puede sacudirse con fuerza si considera que las energías negativas son
demasiadas) mientras deja caer suavemente todo de manera de que cuando llegue a los pies las
manos ya estén vacías.

Posteriormente podrá rezar la "Oración para los mediums" y después tomar algún libro de
oraciones o cantos y leerlo en voz alta o baja (no se recomienda hacerlo en silencio) para atender
a los antepasados y comenzar a establecer contacto con ellos. Para este caso se recomienda el
libro de "Oraciones escogidas" de Allan Kardec o "Oraciones al pie de mi Boveda Espiritual" del
cual desconozco el autor (eso sí se debe incluir forzosamente el rezo del Padre Nuestro, el Ave
María y el Yo Pecador).

La mejor manera de saber si la sesión se ha iniciado correctamente es por la baja temperatura que
se apoderará de la habitación en la que se tenga montada la Bóveda.
Una vez realizado todo lo anterior la persona procederá a iniciar sus primeros contactos con la
energía espiritual de sus antepasados, para lo cual deberá sentarse en la silla y asumiendo una
posición cómoda, pondrá su mente en blanco y comenzará exclusivamente a identificar y
posteriormente compenetrarse con la energía de sus muertos.

Una vez que termine la sesión espiritual, deberá rezar alguna oración de cierre (de su gusto) y
dejar que la vela se consuma totalmente. El agua de la palangana podrá dejarse una noche
completa y al siguiente día usarla esparciéndola en la puerta de su casa, por fuera y siempre
apuntando en dirección contraria a la entrada.

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