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A Nuestros Padres
• El símbolo de la cruz roja sobre fondo blanco, que invierte los colores de la
bandera suiza, se empleará como emblema de protección para identificar al
personal, los equipos y los centros médicos.
Este tratado, conocido como “Convenio de Ginebra”, se convirtió en la piedra
angular del derecho internacional humanitario moderno, que en la actualidad
consta de cuatro convenios y dos protocolos adicionales. En conjunto, estos
instrumentos representan los esfuerzos de la comunidad mundial moderna para
proteger a las personas en casos de conflicto armado.
HISTORIA
No sólo fue el primero, sino que fue también el más básico y "su fuerza obligatoria
deriva desde el consentimiento implícito de los Estados que lo han aceptado y
aplicado en la realización de sus operaciones militares."[] Este primer esfuerzo
previene sólo para:
1. la inmunidad de captura y destrucción de todos los centros para el
tratamiento de soldados heridos y enfermos,
2. la recepción y tratamiento imparcial de todos los combatientes,
3. la protección de los civiles que prestan ayuda a los heridos, y
4. el reconocimiento del símbolo de la Cruz Roja como medio de identificación
de personas y equipos cubiertos por el acuerdo.
A pesar de sus mandatos básicos fue un éxito en la rápida ejecución de
importantes reformas.
Los diez artículos originales del tratado de 1864 se han ampliado a los actuales
64 artículos. Este largo tratado protege a los soldados que están fuera de
combate (fuera de la batalla, debido a una enfermedad o lesión), así como del
personal sanitario y religioso y de los civiles en la zona de batalla. Entre sus
principales disposiciones:
Artículo 12; Establece que los soldados heridos y los enfermos que están
fuera de la batalla debe ser tratados con humanidad y, en particular, no deben
ser ejecutados, heridos, torturados o sometidos a la experimentación
biológica. Este artículo es la piedra angular del tratado, y define los principios
de la mayoría del resto que derivan del tratado, [9] incluyendo la obligación de
respetar las unidades médicas y sus establecimientos (capítulo III), al
personal encargado de la atención de los heridos (capítulo IV), a los edificios
y a el material (capítulo V), a los medios de transporte sanitarios (Capítulo VI),
y al signo de protección (Capítulo VII).
Artículo 15; Establece que los soldados heridos y los enfermos deben ser
recogidos, atendidos y protegidos, aunque también pueden llegar a ser
prisioneros de guerra.
Artículo 16; Exige que las partes en conflicto deben registrar la identidad de
los muertos y heridos, y transmitir esta información a la parte contraria.
Para un debate detallado de cada artículo del tratado, ver el texto original [10] y el
comentario.
Artículo 3 común
• La toma de rehenes;
El IUS IN BELLO
Es un término usado para referirse a la rama del derecho que define las prácticas
aceptables mientras se está en guerra y sus disposiciones se aplican a todas las
partes en conflicto, independientemente de los motivos del conflicto y de
la justicia de la causa defendida por una u otra parte; un ejemplo de ellos son
las Convenciones de Ginebra. Aunque todo ejército está formado para ganar las
guerras por la fuerza, éstos no pueden realizar todas las acciones que sean o
que parezca necesarias para lograr la victoria.
Los principios del derecho humanitario están pensados para aplicarse en los
conflictos y para regular las fuerzas militares. Las reglas de la guerra ayudan a
salvaguardar la vida humana, a proteger los derechos humanos fundamentales
y para asegurar que la guerra sea limitada y no simple violencia.
Las expresiones " derecho internacional humanitario “, " derecho de los conflictos
armados " y " derecho de la guerra " pueden considerarse como equivalentes, y
la elección de una u otra dependerá esencialmente de las costumbres y del
público.
Desde los primeros tratados internacionales, ya a mediados del siglo. XIX, estos
instrumentos se han utilizado con bastante frecuencia y cada vez han
incorporado más derechos humanos.
I Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos y los enfermos
de las fuerzas armadas en campaña.
II Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos y los
náufragos de las fuerzas armadas en el mar.
III Convenio de Ginebra, relativo al trato debido a los prisioneros de guerra.
B. Derecho consuetudinario
Como fuente secundaria, podemos indicar que el derecho internacional
humanitario está compuesto por normas que resultan de "una práctica general
aceptada como derecho", las también conocidas como costumbres de la guerra.
2... protege a los que ya no pueden luchar, como los soldados heridos o los
prisioneros.
3... prohíbe los ataques contra la población civil. Estos ataques se consideran
crímenes de guerra.
medidas posibles para evitar cualquier daño a la población, sus casas o sus
medios de subsistencia, como fuentes de agua, cultivos o ganado.
5... establece que los enfermos y los heridos tienen derecho a recibir ayuda,
independientemente del bando al que pertenezcan.
6... específica que los trabajadores sanitarios, sus vehículos y los hospitales
dedicados a tratamiento humanitario no deben ser atacados.
8... especifica que los detenidos deben recibir alimento y agua, y también se les
debe permitir comunicarse con sus seres queridos.
9... limita el empleo de armas y tácticas durante los conflictos, a fin de evitar
sufrimiento innecesario.
Luego hacia mediados del siglo XIX, los acuerdos concertados para proteger a
las víctimas de la guerra sólo eran ocasionales, en realidad se trataba de
acuerdos de capitulación militar, válidos la mayoría de las veces solamente
mientras duraba el conflicto. El nacimiento del derecho internacional humanitario,
ligado al Movimiento de la Cruz Roja, cambia completamente esta situación en
adelante los estados estarán obligados por un tratado universal, aplicable en
todo tiempo y circunstancia.
Por su parte, es preciso hacer una breve alusión al denominado Código de Lieber
o " Instrucciones de Lieber”. Ese Código, que entró en vigor el mes de abril de
1863, es importante en la medida en que era el primer intento de codificación de
las leyes y costumbres de la guerra que existían en aquella época.
A partir del siglo XIX, los Estados han aceptado un conjunto de normas basado
en la amarga experiencia de la guerra moderna, que mantiene un cuidadoso
equilibrio entre las preocupaciones de carácter humanitario y las exigencias
militares de los Estados. En la misma medida en que ha crecido la comunidad
internacional, ha aumentado el número de Estados que ha contribuido al
desarrollo del DIH. Actualmente, éste puede considerarse como un Derecho
universal.
Por otro lado resulta innegable que el nacimiento del Derecho Internacional
Humanitario está ligado profundamente con el nacimiento de la Cruz Roja
Internacional, misma que estuvo a cargo de Henri Dunant (Ginebra, Suiza, 8 de
mayo de 1828 - 29 de octubre de 1909) producto de su experiencia vivida en la
Batalla de Solferino. Como ya se dijera anteriormente, Dunant vio cómo morían
los heridos sin asistencia y, ayudado por gente de los pueblos cercanos, se
dedicó a socorrerlos: convenció a la población local para que atendiese a los
heridos, sin fijarse en qué bando del conflicto estaban, usando el
lema "Tutti fratelli" (Todos hermanos).
Un año después, el Comité Internacional de la Cruz Roja logró, con el apoyo del
Gobierno Suizo, convoca a una conferencia diplomática en la que doce estados
firmaron el Primer Convenio de Ginebra. En él se acordó:
No podemos dejar de decir que desde este momento, la labor de la Cruz Roja
en el desarrollo del DIH será fundamental hasta nuestros días.
El Primer Convenio no fue sino el inicio de una tremenda labor codificadora. Así
en 1868 se aprueba la Declaración de San Petersburgo que prohíbe la utilización
de ciertos proyectiles en tiempo de guerra y proclama la prohibición general de
utilizar armas "que agravarían inútilmente los sufrimientos de los hombres".
A finales del siglo XIX y principios del XX se celebra en La Haya las Conferencias
de Paz de 1899 y 1907 que constituyen el más notable intento de codificar el
Derecho de la Guerra clásico. La Conferencia de 1907, que revisó y amplió la
primera, aprobó catorce convenios entre los que destaca el IV Convenio sobre
las leyes y costumbres de la guerra terrestres y su Reglamento. Además se
elabora un nuevo Convenio de Ginebra en 1906 para aliviar la suerte corrida por
los heridos y los enfermos de las fuerzas armadas en campaña.
Por otro lado, debido a los problemas humanitarios que se derivaron de la I
Guerra Mundial, se aprueban los Convenios de Ginebra de 1929, para aliviar la
suerte de los heridos y enfermos de los ejércitos en campaña y el relativo al trato
de los prisioneros de guerra.
I Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos y los enfermos
de las fuerzas armadas en campaña.
II Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos y los
náufragos de las fuerzas armadas en el mar.
III Convenio de Ginebra, relativo al trato debido a los prisioneros de guerra.
Respecto del sistema de eficacia, con motivo de los conflictos armados que se
desarrollan en la Ex Yugoslavia y en Ruanda, el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas crea el Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia en
1993 (Resolución 827 de 25 de mayo de 1993) y el Tribunal Penal Internacional
para Ruanda en 1994 (Resolución 955 de 8 de noviembre). Finalmente, es
necesario destacar un hecho de gran importancia en el ámbito del sistema de
eficacia del DIH, la aprobación el Estatuto de Roma de 1998 por el que se creó
el primer tribunal penal internacional de carácter permanente de la historia, la
Corte Penal Internacional.
LA LABOR ESPECÍFICA DE LA CRUZ ROJA.
sus bienes indispensables para la vida así como las garantías especiales para
los niños, niñas y adolescentes; esto en el sentido también que, tal como lo deja
saber Elizabeth Salmón en su libro “Introducción al Derecho Internacional
Humanitario”, la humanización excesiva de las conflagraciones bélicas no resulta
positivo toda vez que se dichas situaciones extremas se convertirían en sucesos
diarios parte de la normalidad del día a día de quienes las sufren.
Por lo antes dicho, se requiere pues no solo quizás del compromiso verdadero
de las Altas Partes Contratantes por garantizar cuestiones básicas durante un
enfrentamiento sino también de la vigilancia constante de dicho respeto hacia el
DIH y, de ser el caso, la represión a las graves infracciones hacia este a cargo
de los entes competentes.
Emblemas en virtud del Derecho Internacional Humanitario.
El Perú, siendo estado parte de los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y sus
dos Protocolos Adicionales, asume la obligación de respetar y hacer respetar las
disposiciones del Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos
Humanos, así como la labor de difundir su contenido como medio de efectivizar
y mejorar su aplicación.
Posteriormente, con Ley Nº 29075, del 25 Julio 2007, que establece la naturaleza
jurídica, función, competencias y estructura orgánica básica del MINDEF y
Decreto Supremo Nº 001-2008-DE, del 02 Enero 2008 – Reglamento de
ANEXO I:
Como material de anexión consideramos oportuno adherir el Primer Convenio
de Ginebra en su versión “primitiva”.
- Artículo 1
Las ambulancias y los hospitales militares serán reconocidos neutrales, y, como
tales, protegidos y respetados por los beligerantes mientras haya en ellos
enfermos o heridos.
La neutralidad cesará si estas ambulancias u hospitales estuviesen guardados
por una fuerza militar.
- Artículo 2
El personal de los hospitales y de las ambulancias, incluso la intendencia, los
servicios de sanidad, de administración, de transporte de heridos, así como los
capellanes, participarán del beneficio de la neutralidad cuando ejerzan sus
funciones y mientras haya heridos que recoger o socorrer.
- Artículo 3
Las personas designadas en el artículo anterior podrán, aun después de la
ocupación por el enemigo, continuar ejerciendo sus funciones en el hospital o
ambulancia en que sirvan, o retirarse para incorporarse al cuerpo a que
pertenezcan.
En este caso, cuando estas personas cesen en sus funciones serán entregadas
a los puestos avanzados del enemigo, quedando la entrega al cuidado del
ejército de ocupación.
- Artículo 4
Como el material de los hospitales militares queda sujeto a las leyes de guerra,
las personas agregadas a estos hospitales no podrán al retirarse llevar consigo
más que los objetos que sean de su propiedad particular.
En las mismas circunstancias, por el contrario, la ambulancia conservará su
material.
- Artículo 5
Los habitantes del país que presten socorro a los heridos serán respetados y
permanecerán libres.
Los generales de las Potencias beligerantes tendrán la misión de advertir a los
habitantes del llamamiento hecho a su humanidad y de la neutralidad que
resultará de ello. Todo herido recogido y cuidado en una casa servirá de
salvaguardia a la misma. El habitante que hubiere recogido heridos en su casa
estará dispensado del alojamiento de tropas, así como una parte de las
contribuciones de guerra que se impusieran.
- Artículo 6
Los militares heridos o enfermos serán recogidos y cuidados, sea cual fuere la
nación a que pertenezcan.
Los comandantes en jefe tendrán la facultad de entregar inmediatamente a las
avanzadas enemigas a los militares enemigos heridos durante el combate
cuando las circunstancias lo permitan y con el consentimiento de las dos partes.
Serán enviados a su país los que, después de curados, fueren reconocidos
inútiles para el servicio.
También podrán ser enviados los demás a condición de no volver a tomar las
armas mientras dure la guerra.
Las evacuaciones, con el personal que las dirija, serán protegidas por una
neutralidad absoluta.
- Artículo 7
Se adoptará una bandera distintiva y uniforme para los hospitales, las
ambulancias y evacuaciones que, en todo caso irá acompañada de la bandera
nacional.
También se admitirá un brazal para el personal considerado neutral; pero la
entrega de este distintivo será de la competencia de las autoridades militares.
La bandera y el brazal llevarán cruz roja en fondo blanco.
- Artículo 8
Los comandantes en jefe de los ejércitos beligerantes fijarán los detalles de
ejecución del presente Convenio, según las instrucciones de sus respectivos
Gobiernos y conforme a los principios generales enunciados en el mismo.
- Artículo 9
Las Altas Partes Contratantes han acordado comunicar el presente Convenio a
los Gobiernos que no han podido enviar plenipotenciarios a la Conferencia
Internacional de Ginebra, invitándoles a adherirse a él, para lo cual queda abierto
el protocolo.
- Artículo 10
El presente Convenio será ratificado y las ratificaciones serán canjeadas en
Berna en el espacio de cuatro meses o antes si fuese posible.
En fe de lo cual, los plenipotenciarios respectivos lo han firmado y han puesto en
él el sello de sus armas.
ANEXO II:
INDICE
CAPÍTULO I - Disposiciones generales
Artículo 1 Respeto del Convenio
Artículo 2 Aplicación del Convenio
Artículo 3 Conflictos no internacionales
Artículo 4 Aplicación por las Potencias neutrales
Artículo 5 Duración de la aplicación
Artículo 6 Acuerdos especiales
Artículo 7 Inalienabilidad de los derechos
Artículo 8 Potencias protectoras
Artículo 9 Actividades del Comité Internacional de la Cruz Roja
Artículo 10 Sustitutos de las Potencias protectoras
Artículo 11 Procedimientos de conciliación
CAPÍTULO II - Heridos y enfermos
Artículo 12 Protección, trato y asistencia
Artículo 13 Personas protegidas
Artículo 14 Estatuto
Artículo 15 Búsqueda de heridos. Evacuación.
Artículo 16 Registro y transmisión de datos
Artículo 17 Prescripciones relativas a los muertos. Servicio de tumbas.
Artículo 18 Cometido de la población
CAPÍTULO III - Unidades y establecimientos sanitarios
Artículo 19 Protección
Artículo 20 Protección de los barcos hospitales
Artículo 21 Cese de la protección de establecimientos y de unidades
Artículo 22 Actos que no privan de la protección
Artículo 23 Zonas y localidades sanitarias
CAPÍTULO IV - Personal
Artículo 24 Protección del personal permanente
Artículo 25 Protección del personal temporero
Artículo 26 Personal de las sociedades de socorro
Artículo 27 Sociedades de los países neutrales
Artículo 28 Personal retenido
Artículo 29 Suerte que corre el personal temporero
CAPITULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Comentario:
El presente artículo, aunque muy corto de extensión, contiene realmente la esencia de
todos los Convenios con referencia al Derecho Internacional Humanitario. Y lo decimos
por simpleza pero a la vez la gran profundidad de lo que prescribe aquí; señala pues
que en cuando al cumplimiento de este Convenio I, que busca aliviar la suerte que corren
los heridos y los enfermos de las fuerzas armadas en campaña, existe un deber
exonérable de acatarlo como de lugar sea cual fuese la situación en que se encontraran
las Altas Partes Contratantes y, lo más importante que se desprende también de este
artículo es el posición de defensores acérrimos que adoptarían con el objetivo de hacer
respetar pues el contenido de este Convenio.
Aparte de las disposiciones que deben entrar en vigor ya en tiempo de paz, el presente
Convenio se aplicará en caso de guerra declarada o de cualquier otro conflicto armado
que surja entre dos o varias Altas Partes Contratantes, aunque una de ellas no haya
reconocido el estado de guerra.
El Convenio se aplicará también en todos los casos de ocupación total o parcial del
territorio de una Alta Parte Contratante, aunque tal ocupación no encuentre resistencia
militar.
Si una de las Potencias en conflicto no es parte en el presente Convenio, las Potencias
que son Partes en el mismo estarán, sin embargo, obligadas por él en sus relaciones
recíprocas. Estarán, además, obligadas por el Convenio con respecto a dicha Potencia,
si ésta acepta y aplica sus disposiciones.
Comentario:
El artículo 2 precisa de forma clara las circunstancias en las que se aplicaría el Convenio
I; señala pues las siguientes situaciones:
- Regirá ante cualquier conflicto armado que surja entre dos o más Altas Partes
Contratantes; cuestión de mucha relevancia es que no es necesario la declaratoria
de guerra para que los objetivos, sobre todo humanitarios, empiecen a ser
perseguidos por el presente Convenio.
En caso de conflicto armado que no sea de índole internacional y que surja en el territorio
de una de las Altas Partes Contratantes cada una de las Partes en conflicto tendrá la
obligación de aplicar, como mínimo, las siguientes disposiciones:
A este respecto, se prohíben, en cualquier tiempo y lugar, por lo que atañe a las
personas arriba mencionadas:
Comentario:
El artículo 3 contempla una serie de apreciaciones dirigidas a un conflicto armado de
naturaleza no internacional. Para ser más exactos tales apreciaciones giran en torno a
obligaciones de carácter humanitario, y así se desprende la siguiente premisa general:
- Las personas que no participen en las hostilidades directamente o que hayan dejado
de participar en ellas por diversos motivos o sucesos deberán recibir su respectiva
atención debida bajo ninguna clase de discriminación por raza, ideología, religión,
sexo, etc.
De la premisa anotada subyacen prohibiciones en favor de dichas personas tales como:
- Transgredir en cualquiera de las formas la vida, el cuerpo y la salud
- Aprehender rehenes
- Tratos denigrantes que afecten su calidad moral
- Procesar y condenar sin las respectivas garantías del llamado Debido Proceso
Para las personas protegidas que hayan caído en poder de la Parte adversaria, el
presente Convenio se aplicará hasta que sean definitivamente repatriadas.
Comentario:
De acuerdo al libro de “Introducción al Derecho Internacional Humanitario” de la
reconocida Elizabeth Salmón, se dice que la aplicación del DIH, entiéndase los
Convenios, inicia con las primeras hostilidades y se extiende hasta el cese de las
mismas. No obstante, el artículo 5 establece una extensión en el tiempo de la aplicación
del Convenio I, es decir, una aplicación posterior al cese de los actos hostiles;
prolongación que gira a favor, de tal y como lo establece este artículo, de todas aquellas
personas que hubiesen sido capturadas por la Parte enemiga. La prolongación a la que
se hace alusión igual tiene un límite y así pues tendrá lugar hasta que se produzca la
repatriación de los capturados a sus naciones de origen.
Aparte de los acuerdos expresamente previstos en los artículos 10, 15, 23, 28, 31, 36,
37 y 52, las Altas Partes Contratantes podrán concertar otros acuerdos especiales sobre
cualquier cuestión que les parezca oportuno zanjar particularmente. Ningún acuerdo
especial podrá perjudicar a la situación de los heridos y de los enfermos ni de los
miembros del personal sanitario y religioso, tal como se reglamenta en el presente
Convenio, ni restringir los derechos que en éste se les otorga.
Comentario:
El artículo 6 representa una invitación formal por parte del Convenio I dirigida hacia la
concertación de más acuerdos de los ya estipulados en este cuerpo normativo.
Acuerdos adicionales que podrán girar en torno de cualquier aspecto que las Partes
estimen adecuado y oportuno regular. Bajo la única condición, y no podía ser menos,
de que no se elimine o se disminuya de modo alguno posible la protección que merecen
tanto los heridos y enfermos como el personal sanitario y religioso, incluyendo pues la
salvaguarda de sus derechos.
Los heridos y los enfermos, así como los miembros del personal sanitario y religioso, no
podrán, en ninguna circunstancia, renunciar parcial o totalmente a los derechos que se
les otorga en el presente Convenio y, llegado el caso, en los acuerdos especiales a que
se refiere el artículo anterior.
Comentario:
El artículo 7 hace alusión a uno de los pilares del Derecho Internacional Humanitario y
este es la irrenunciabilidad de los derechos y beneficios a los que tengan la facultad de
acceder tanto los heridos y enfermos como el personal sanitario y religioso. La
proscripción de renunciar a la protección, que en general se les brinda a las personas
mencionadas, opera cualquiera sea la situación frente a la que se encuentren, no
pudiendo incluso renunciar si tan siquiera a una parte de la protección que le garantiza
este Convenio.
Las disposiciones del presente Convenio no son óbice para las actividades humanitarias
que el Comité Internacional de la Cruz Roja, u otro organismo humanitario imparcial,
emprenda para la protección de los heridos y de los enfermos o de los miembros del
personal sanitario y religioso, así como para los socorros que, con el consentimiento de
las Partes en conflicto interesadas, se les proporcione.
Comentario:
El artículo 9 realiza una aclaración que tiene su utilidad en la interpretación que deba
hacerse en caso pudiese surgir un aparente contrasentido de las normas contenidas en
este Convenio; así se deja perfectamente claro que ninguna de las disposiciones
establecidas en este cuerpo normativo puede constituir un obstáculo para las labores
humanitarias y de protección que desempeñen el Comité Internacional de la Cruz Roja
o cualquier otro organismo de la misma naturaleza en pro tanto de los heridos y
enfermos así como del personal sanitario y religioso.
Con esta finalidad, cada una de las Potencias protectoras podrá, tras invitación de una
Parte o por propia iniciativa, proponer a las Partes en conflicto una reunión de sus
representantes y, en particular, de las autoridades encargadas de los heridos y de los
enfermos, así como de los miembros del personal sanitario y religioso, si es posible en
un territorio neutral convenientemente elegido. Las Partes en conflicto tendrán la
obligación de aceptar las propuestas que en tal sentido se les haga.
Comentario:
El fragmento del artículo en cuestión plantea una particular circunstancia: ¿qué sucede
si entre las Partes en conflicto no existe unanimidad en cuanto a cómo debería aplicarse
o interpretarse ciertas disposiciones del Convenio I? Para tal caso, y con la intención
siempre de favorecer a las personas protegidas, las Partes Contratantes se reunirán
junto con las autoridades que tienen a cargo los heridos, enfermos y el personal sanitario
y religioso, y tendrán el compromiso irrefutable de acatar las medidas que dichas
autoridades establezcan y que procuren pues para la salvaguarda de las personas
mencionadas.
CAPITULO II
HERIDOS Y ENFERMOS
Los miembros de las fuerzas armadas y las demás personas mencionadas en el artículo
siguiente, que estén heridos o enfermos, habrán de ser respetados y protegidos en
todas las circunstancias.
Serán tratados y asistidos con humanidad por la Parte en conflicto que los tenga en su
poder, sin distinción alguna de índole desfavorable basada en el sexo, la raza, la
nacionalidad, la religión, las opiniones políticas o en cualquier otro criterio análogo. Está
estrictamente prohibido todo atentado contra su vida y su persona, en particular matarlos
o exterminarlos, someterlos a tortura, efectuar en ellos experimentos biológicos, dejarlos
deliberadamente sin atención médica o sin asistencia, o exponerlos a riesgos de
contagio o de infección causados con esa finalidad.
Comentario:
Podrán concertarse, asimismo, acuerdos locales entre las Partes en conflicto para la
evacuación o el canje de los heridos y de los enfermos de una zona sitiada o cercada,
así como para el paso del personal sanitario y religioso y de material sanitario con
destino a dicha zona.
Comentario:
En este artículo cabe señalar que si bien esta precisado en uno de los capítulos la
protección a heridos o enfermos la suma importancia que tienen de no ser tocados,
brindarles toda la seguridad, protección que tienen como derecho, salvaguardarlos con
la ayuda necesaria y prohibir que sean llevados a otro lado salvo si se llega a un acuerdo
entre los beligerantes y así puedan ser trasladados a una zona con mayor índice de ser
ayudados.
Las Partes en conflicto deberán registrar, tan pronto como sea posible, toda la
información adecuada para identificar a los heridos, a los enfermos y a los muertos de
la parte adversaria caídos en su poder. Estos datos deberán, si es posible, incluir:
En el más breve plazo posible, deberán comunicarse los datos arriba mencionados a la
oficina de información prevista en el artículo 122 del Convenio de Ginebra del 12 de
agosto de 1949 relativo al trato debido a los prisioneros de guerra, la cual los transmitirá
a la Potencia de la que dependan esas personas, por mediación de la Potencia
protectora y de la Agencia Central de Prisioneros de Guerra.
Comentario:
La claridad de este artículo deja poco que precisar, hacer hincapié a la importancia para
que sea viable la identificación de heridos, enfermos o muertos en el campo del
adversario, es sin lugar a dudar que se llegue a incluir y cumplir los datos señalados en
lo antes mencionado siendo de responsabilidad las oficinas encargadas de esta parte
así como también todo lo demás perteneciente a la persona en el estado en que se
encuentre, hacer llegar todo lo sucedido todo aquello ya sean los objetos de valor
importante identificados o no, todo de manera detallada.
Las Partes en conflicto velarán por que la inhumación o la incineración de los cadáveres,
hecha individualmente en la medida en que las circunstancias lo permitan, vaya
precedida de un atento examen y, si es posible, médico de los cuerpos, a fin de
comprobar la muerte, determinar la identidad y poder dar cuenta al respecto. La mitad
de la doble placa de identidad o la placa misma, si se trata de una placa sencilla, quedará
sobre el cadáver. Los cuerpos no podrán ser incinerados más que por imperiosas
razones de higiene o por motivos basados en la religión de los fallecidos. En caso de
incineración, se hará la correspondiente mención detallada indicando los motivos en el
acta de defunción o en la lista autenticada de fallecimientos.
Además, las Partes en conflicto velarán por que se entierre a los muertos
honrosamente, si es posible según los ritos de la religión a la que pertenecían, porque
sus sepulturas sean respetadas, agrupadas, si es posible, de conformidad con la
nacionalidad de los fallecidos, convenientemente atendidas y marcadas de modo que
siempre puedan ser encontradas. Para ello, organizarán, al comienzo de las
hostilidades, un Servicio oficial de tumbas, a fin de permitir exhumaciones eventuales,
garantizar la identificación de los cadáveres, sea cual fuere el lugar de las sepulturas, y
su eventual traslado al respectivo país de origen. Estas disposiciones son igualmente
aplicables a las cenizas, que serán conservadas por el Servicio de tumbas, hasta que el
país de origen comunique las medidas que desea tomar a este respecto.
En cuanto las circunstancias lo permitan y, a más tardar, al fin de las hostilidades, estos
servicios se intercambiarán, por mediación de la oficina de información mencionada en
el párrafo segundo del artículo 16, listas en las que se indiquen exactamente el lugar y
la designación de las tumbas, así como los datos relativos a los muertos en ellas
sepultados.
Comentario:
el servicio de tumbas otorgados por los convenios de ginebra, permiten que la partes en
conflicto velen por aquellos fallecidos sin distinción alguna de raza, color, sexo, religión,
nacionalidad, etc., al contrario hacen prevalecer en ellos aquello en vida fueron y
tuvieron, que se les sea respetados, al momento de lo ocurrido las partes constatan a
través de un examen con la finalidad de comprobar la muerte al igual que indicar la
identidad y avisar lo señalado, queriendo finalmente lograr que el cadáver sea
trasladado a su respectivo origen.
La autoridad militar podrá recurrir a la caridad de los habitantes para que, bajo su
dirección, recojan y asistan gratuitamente a los heridos y a los enfermos, otorgando a
las personas que hayan respondido a este llamamiento la protección y las facilidades
oportunas. En caso de que la Parte adversaria llegue a tomar o a recuperar el control
de la región, deberá mantener, con respecto a esas personas, la misma protección y las
mismas facilidades.
La autoridad militar debe permitir a los habitantes y a las sociedades de socorro, incluso
en las regiones invadidas u ocupadas, recoger y asistir espontáneamente a los heridos
o a los enfermos, sea cual fuere su nacionalidad.
Nadie podrá ser molestado o condenado por el hecho de haber prestado asistencia a
heridos o a enfermos.
Comentario:
Hace resaltar la importancia de los civiles al momento que caigan herido o enfermos en
sus llamamientos, deben respetarla evitar incurrir caer en actos violentos así como
también la parte adversaria debe respetar y brindarles la mayor facilidad, de igual
manera a nadie se le puede culpar o incriminar alguna acción por el hecho de ayudar a
estos fuese cual fuese su nacionalidad.
CAPITULO III
UNIDADES Y ESTABLECIMIENTOS SANITARIOS
Artículo 19 – Protección
Los establecimientos fijos y las unidades sanitarias móviles del Servicio de Sanidad no
podrán, en ningún caso, ser objeto de ataques, sino que serán en todo tiempo
respetados y protegidos por las Partes en conflicto. Si caen en poder de la Parte
adversaria, podrán continuar funcionando mientras la Potencia captora no haya
garantizado por sí misma la asistencia necesaria para los heridos y los enfermos
alojados en esos establecimientos y unidades.
Las autoridades competentes velarán por que los establecimientos y las unidades
sanitarias aquí mencionados estén situados, en la medida de lo posible, de modo que
los eventuales ataques contra objetivos militares no puedan ponerlos en peligro.
Comentario:
La protección adecuada a los establecimientos fijos y las unidades sanitarias del servicio
de sanidad como bien lo señala ya, no podrán ser punto de ataque en los conflictos
armados al contrario estos deben protegerlas en todo momento ya que de estas
depende el socorro, auxilio o ayuda que será brindada a los enfermos o heridos en
combate y si caen la parte adversaria seguirán su curso siempre y cuando la potencia
captora no haya privado dicha función. Las autoridades competentes son las que deben
velar por estos establecimientos.
Los barcos hospitales con derecho a la protección del Convenio de Ginebra del 12 de
agosto de 1949 para aliviar la suerte que corren los heridos, los enfermos y los náufragos
de las fuerzas armadas en el mar no deberán ser atacados desde tierra.
Comentario:
Estos aparatos navegables que son designados para la protección, la salvaguardia de
heridos o enfermos, están predestinados a la ayuda necesaria en conflictos, por lo tanto
se prohíbe que sean atacados desde tierra ni por esta misma vía considero.
La protección debida a los establecimientos fijos y a las unidades sanitarias móviles del
Servicio de Sanidad no podrá cesar más que en el caso de que se los utilice, fuera de
sus deberes humanitarios, a fin de cometer actos perjudiciales para el enemigo. Sin
embargo, la protección puede cesar sólo después de una intimación dando, en todos
los casos oportunos, un plazo razonable, y que no haya surtido efectos.
Comentario:
Como ya ha sido señalado en unos de los artículos la protección de establecimientos y
unidades sanitarias, ahora bien con respecto a si cesan o no, sería solo en cuestiones
de que sean utilizados en contra de sus deberes humanitarios, es decir, si no velan por
la seguridad de heridos o enfermos.
Comentario:
La no consideración de que se prive a una unidad o a un establecimiento sanitario de la
protección que es garantizada en el artículo 19, a estos, no se privarían aquellos en los cuales en
un conflicto te permitan utilizar armas para su propia protección como para herido y enfermos,
así como permitir que seas custodiado, y también que esta designación se haya ampliado
también para la población civil
Comentario:
La designación en este artículo como indica debe hacerse ya en tiempo de paz, al
comienzo o en el transcurso del conflicto armado para así auxiliar, proteger a heridos y
enfermos en el momento de la guerra, asignando así zonas adecuadas para dicha
asistencia incluso las partes pueden ponerse de acuerdo, finalmente recurrir a las
potencias protectoras para que concedan el oficio correspondiente y puedan
implementarse estas localidades sanitarias.
CAPITULO IV
PERSONAL
Comentario:
Como está indicado de manera precisa y concisa en el párrafo, todo el personal sanitario
como el destinado a la administración de las unidades y establecimientos sanitarios, así
como aquellos que pueden suplir el cargo de estos en momento de ausencia es decir,
a los enfermeros o capillares auxiliares deben ser respetados porque están designados
a la protección de heridos y enfermos lo cual está tipificado en los convenios de ginebra.
Cada Alta Parte Contratante notificará a la otra, sea en tiempo de paz sea ya al comienzo
o en el transcurso de las hostilidades pero, en todo caso, antes de emplearlas realmente,
los nombres de las sociedades que, bajo su responsabilidad, haya autorizado para
prestar su colaboración al servicio sanitario oficial de sus fuerzas armadas.
Comentario:
Señala tajantemente que el personal mencionado en el artículo 24 así como de las
demás sociedades de socorro voluntarias debe estar reconocidas y autorizadas, es
decir, bajo un marco legal, sometidas a leyes para que haya respeto, responsabilidad al
momento de prestar ayuda a los heridos y enfermos.
Los miembros del personal citado en el párrafo primero deberán ser provistos, antes de
salir del país neutral al que pertenezcan, de los documentos de identidad previstos en
el artículo 40.
Comentario:
Esta estrictamente prohíbo en países neutrales prestar la colaboración de su personal
sanitario a una de las partes en conflicto salvo con el consentimiento del gobierno y con
la autorización de la citada parte en conflicto y de ahí ya acordar dichos términos para
que pueda darse la prestación.
Los miembros del personal así retenido no serán considerados como prisioneros de
guerra.
Se beneficiarán, sin embargo, y por lo menos, de todas las disposiciones del Convenio
de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo al trato debido a los prisioneros de guerra.
Continuarán desempeñando, en el ámbito de los reglamentos y de las leyes militares de
la Potencia detenedora, bajo la autoridad de sus servicios competentes y de
conformidad con su conciencia profesional, sus tareas médicas o espirituales en favor
de los prisioneros de guerra, pertenecientes preferentemente a las fuerzas armadas de
las que ellos procedan. Se beneficiarán, además, en el ejercicio de su misión médica o
espiritual, de las facilidades siguientes:
Los miembros del personal cuya retención no sea indispensable en virtud de las
disposiciones del artículo 28, serán devueltos a la Parte en conflicto a la que
pertenezcan, tan pronto como haya una vía abierta para su regreso y las circunstancias
militares lo permitan.
Comentario:
Esto nos quiere decir que si cae en poder el personal sanitario establecido en el artículo
24 y el personal de las sociedades de socorro del artículo 26 de la Parte adversaria en
conflicto , no tendría efecto tenerlos como prisioneros de guerra debido a que ellos
cumplen una serie de funciones como (búsqueda, a la recogida, al transporte o a la
asistencia de los heridos y de los enfermos o a la prevención de enfermedades, y
administración de las unidades y de los establecimientos sanitarios) ,por lo tanto serán
devueltos a la parte que pertenecen para realizar sus labores y serán respetados y
protegidos en todas las circunstancias.
Los miembros del personal así retenido no serán considerados como prisioneros de
guerra.
CAPITULO V
EDIFICIOS Y MATERIAL
El material de las unidades sanitarias móviles de las fuerzas armadas que hayan caído
en poder de la Parte adversaria se destinará a los heridos y a los enfermos.
Los edificios, el material y los depósitos de los establecimientos sanitarios fijos de las
fuerzas armadas quedarán sometidos al derecho de la guerra, pero no podrá alterarse
su destino mientras sean necesarios para los heridos y los enfermos. Sin embargo, los
comandantes de los ejércitos en campaña podrán utilizarlos, en caso de necesidad
militar urgente, si previamente toman las medidas necesarias para el bienestar de los
heridos y de los enfermos allí asistidos.
Ni el material ni los depósitos a los que se refiere el presente artículo podrán ser
intencionalmente destruidos.
Comentario:
CAPITULO VI
TRANSPORTES SANITARIOS
Artículo 35 – Protección
Comentario:
Esto nos que necesitan del personal sanitario es por ello que Deben ser respetados por
las fuerzas armadas de ambos bandos quiere decir que todos los medios de transporte
(carros, naves, aeronaves. Etc.) Donde se transportan heridos, enfermos o transportan
el material sanitario para atender a aquellas personas víctimas de la guerra, no deben
ser detenidas en ningún momento debido la situación de urgencia y atención
enfrentados el permitir el libre tránsito de las ambulancias o cualquier otro transporte
que tenga como objetivo salvavidas.
Las aeronaves sanitarias utilizadas para la evacuación de los heridos y de los enfermos,
así como para el transporte del personal y del material sanitarios, no serán objeto de
ataques, sino que serán respetadas Llevarán ostensiblemente el signo distintivo previsto
cualquier otro señalamiento o medio de reconocimiento concertado por los beligerante
está prohibido volar sobre el territorio enemigo u ocupado por el enemigo.
En caso de aterrizaje fortuito en territorio enemigo u ocupado por el enemigo, los heridos
y los enfermos, así como la tripulación de la aeronave, serán prisioneros de guerra.
Comentario:
CAPITULO VII
SIGNO DISTINTIVO
Los colores federales, se mantiene como emblema y signo distintivo del Servicio En
homenaje a Suiza, el signo heráldico de la cruz roja sobre fondo blanco, formado por
introversión de Sanitario de los ejércitos.
Sin embargo, para los países que, en vez de la cruz roja, ya utilizan como distintivo la
media luna roja o el león y sol rojos sobre fondo blanco, se admiten también estos
emblemas, en el sentido del presente Convenio.
Comentario:
Nos quiere dar a entender que La cruz Rojano es el único signo distintivo en situaciones
de emergencia sino que existen otros como la media luna roja o el león y el sol que
también forman parte del presente convenio.
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja realiza su labor
bajo siete principios fundamentales que son:
- Humanidad: prestar auxilio, sin discriminación.
- Imparcialidad: No hace ninguna distinción de nacionalidad, raza,
religión, condición social ni credo político. Se dedica únicamente a
socorrer a los individuos en proporción con los sufrimientos, remediando
sus necesidades y dando prioridad a las más urgentes.
- Neutralidad: Se abstiene de tomar parte en las hostilidades.
- Independencia: El Movimiento es independiente.
Comentario:
Con referencia al uso del emblema, se representan por medio de banderas, insignias,
o uniformes en el personal sanitario es por ello que según las normas del Derecho
Internacional Humanitario, su empleo en operaciones que no sean humanitarias se
considera "perfidia" o mal uso de ellas con razones de engañar para facilitar los
ataques constituyen una violación de los Convenios de Ginebra. Debe además ser
sancionado en los tribunales internacionales como “delito de guerra.
La bandera distintiva del Convenio no podrá ser izada más que sobre las unidades y los
establecimientos sanitarios con derecho a ser respetados, y solamente con el
consentimiento de la autoridad militar.
Tanto en las unidades móviles como en los establecimientos fijos, podrá aparecer
acompañada por la bandera nacional de la Parte en conflicto de la que dependa la
unidad o el establecimiento.
Sin embargo, las unidades sanitarias caídas en poder del enemigo no izarán más que
la bandera del Convenio.
Las Partes en conflicto tomarán, si las exigencias militares lo permiten, las oportunas
medidas para hacer claramente visibles, a las fuerzas enemigas terrestres, aéreas y
marítimas, los emblemas distintivos que señalen a las unidades y a los establecimientos
sanitarios, a fin de evitar toda posibilidad de acción hostil.
Comentario:
En este artículo sobre el señalamiento de las unidades y de establecimientos nos
quiere decir que todo establecimiento sanitario debe de estar identificado con su
respectiva bandera y solo ellos deben de contar con dicho símbolo y deben de ser
respetados con el consentimiento de la autoridad militar, los signos distintivos son
importantes a fines de evitar ataques en contra de ellos.
El emblema de la cruz roja sobre fondo blanco y los términos "cruz roja" o "cruz de
Ginebra" no podrán emplearse, excepto en los casos previstos en los siguientes
párrafos del presente artículo, sea en tiempo de paz sea en tiempo de guerra, más que
para designar o para proteger a las unidades y los establecimientos sanitarios, al
personal y el material protegidos por el presente Convenio y por los demás Convenios
internacionales
Comentario:
La limitación del empleo de la cruz roja y sus excepciones nos quiere decir que estos se
utilizan tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra su deber es de proteger la
salud de las personas .así como también a las unidades o establecimientos sanitarios,
personal, y su símbolo que no se cambia y es permanente es de una cruz roja y el fondo
blanco.
CAPITULO VIII
APLICACIÓN DEL CONVENIO
Comentario:
CAPITULO IX
REPRESIÓN DE LOS ABUSOS Y DE LAS INFRACCIONES
Las infracciones graves a las que se refiere el artículo anterior son las que implican uno
cualquiera de los actos siguientes, si se cometen contra personas o bienes protegidos
por el Convenio: el homicidio intencional, la tortura o los tratos inhumanos, incluidos los
experimentos biológicos, el hecho de causar deliberadamente grandes sufrimientos o
de atentar gravemente contra la integridad física o la salud, la destrucción y la
apropiación de bienes, no justificada por necesidades militares y efectuadas a gran
escala, ilícita y arbitrariamente.
Comentario:
El homicidio intencional, a la tortura a los tratos inhumanos. Son delitos que atentan los
derechos de todo ser humana .es por ello que deben ser sancionados por ser muy
graves.
Todas las personas tenemos derechos fundamentales que deben ser respetados como
(a la integridad física, a la salud, a la dignidad a no ser sometidos a malos tratos ni a
torturas, a no ser víctimas de experimentos etc.,) es por ello que el que tanto el derecho
INTERNACIONAL HUMANITARIO Y EL PRIMER CONVENIO DE GINEBRA protegen
los derechos humanos y sancionan las infracciones graves que deben de ser
castigadas.
A causa del homenaje rendido a Suiza con la adopción de los colores federales
intervertidos y de la confusión que puede originar entre el escudo de armas de Suiza y
el signo distintivo del Convenio, está prohibido el empleo, en todo tiempo, por
particulares, sociedades o casas comerciales, del escudo de la Confederación Suiza,
así como de todo signo que constituya una imitación, sea como marca de fábrica o de
comercio o como elemento de dichas marcas, sea con finalidad contraria a la honradez
comercial, sea en condiciones que puedan lesionar el sentimiento nacional suizo.
Sin embargo, las Altas Partes Contratantes que no eran partes en el Convenio de
Ginebra del 27 de julio de 1929 podrán conceder a anteriores usuarios de emblemas,
denominaciones o marcas aludidos en el párrafo primero, un plazo máximo de tres años,
a partir de la entrada en vigor del presente Convenio, para que abandonen su uso,
debiendo entenderse que, durante ese plazo, tal uso no se considerará, en tiempo de
guerra, como tendente a conferir la protección del Convenio.
La prohibición consignada en el párrafo primero del presente artículo se aplica también,
sin efectos en los derechos adquiridos por usuarios anteriores, a los emblemas y
denominaciones previstos en el párrafo segundo del artículo 38.
COMENTARIO:
básicamente en este artículo perteneciente al primer convenio de Ginebra, nos hace
referencia a que se prohíbe totalmente el uso de los emblemas de la cruz roja a los
empresas, casas comerciales, centros comerciales, sociedades ya sean públicas o
privadas que no se encuentren dentro del derecho acogido en el presente convenio,
esto se adoptó debido al homenaje que se rindió a suiza en el cual se prohibía el uso
del escudo de la confederación suiza, debido a que se podía lesionar el sentimiento
nacional del país de suiza, debido a lo expuesto anteriormente se adopta esta medida
restrictiva.
DISPOSICIONES FINALES
Artículo 56 – Firma
El presente Convenio, que llevará fecha de hoy, podrá ser firmado, hasta el 12 de febrero
de 1950, en nombre de las Potencias representadas en la Conferencia inaugurada en
Ginebra el 21 de abril de 1949, así como de las Potencias no representadas en esta
Conferencia que son Partes en los Convenios de Ginebra de 1864, de 1906 o de 1929,
para aliviar la suerte que corren los heridos y los enfermos de los ejércitos en campaña.
COMENTARIO:
Este artículo es importante porque nos establece quienes son las potencias que podrán
firmar el presente convenios, nos muestra que no solamente firman los países que
forman parte del convenio sino también toman en cuenta a los demás potencias
pertenecientes a los convenios de los años mencionados en el artículo.
Artículo 57 – Ratificación
Del depósito de cada instrumento de ratificación se levantará acta, una copia de la cual,
certificada como fiel, será remitida por el Consejo Federal Suizo a todas las Potencias
en cuyo nombre se haya firmado el Convenio o notificado la adhesión.
El presente Convenio entrará en vigor seis meses después de haber sido depositados,
al menos, dos instrumentos de ratificación.
Posteriormente, entrará en vigor para cada Alta Parte Contratante seis meses después
del depósito de su instrumento de ratificación.
Artículo 60 – Adhesión
Las adhesiones serán notificadas por escrito al Consejo Federal Suizo y surtirán efectos
seis meses después de la fecha en que éste las haya recibido.
El Consejo Federal Suizo comunicará las adhesiones a todas las Potencias en cuyo
nombre se haya firmado el Convenio o modificado la adhesión.
Las situaciones previstas en los artículos 2 y 3 harán que surtan efectos inmediatos las
ratificaciones depositadas y las adhesiones notificadas por las Partes en conflicto antes
o después del comienzo de las hostilidades o de la ocupación. La comunicación de las
ratificaciones o de las adhesiones de las Partes en conflicto la hará, por la vía más
rápida, el Consejo Federal Suizo.
Artículo 63 – Denuncia
Cada una de las Altas Partes Contratantes tendrá la facultad de denunciar el presente
Convenio.
La denuncia será notificada por escrito al Consejo Federal Suizo, que comunicará la
notificación a los Gobiernos de todas las Altas Partes Contratantes.
La denuncia sólo será válida para con la Potencia denunciante. No surtirá efecto alguno
sobre las obligaciones que las Partes en conflicto hayan de cumplir en virtud de los
principios del derecho de gentes, tal como resultan de los usos establecidos entre
naciones civilizadas, de las leyes de humanidad y de las exigencias de la conciencia
pública.
El Consejo Federal Suizo hará registrar este Convenio en la Secretaría de las Naciones
Unidas. El Consejo Federal Suizo informará, asimismo, a la Secretaría de las Naciones
Unidas acerca de todas las ratificaciones, adhesiones y denuncias que reciba por lo que
atañe al presente Convenio.
EN FE DE LO CUAL, los abajo firmantes, tras haber depositado los respectivos plenos
poderes, han firmado el presente Convenio.
ANEJO I
PROYECTO DE ACUERDO RELATIVO A LAS ZONAS Y LOCALIDADES
SANITARIAS
Artículo 1
Las zonas sanitarias estarán estrictamente reservadas para las personas mencionadas
en el artículo 23 del Convenio de Ginebra del 12 de agosto de 1949 para aliviar la suerte
que corren los heridos y los enfermos de las fuerzas armadas en campaña, así como
para el personal encargado de la organización y de la administración de dichas zonas y
localidades y de la asistencia a las personas allí concentradas.
Sin embargo, las personas cuya residencia permanente esté en el interior de esas
zonas, tendrán derecho a vivir allí.
Artículo 2
Las personas que vivan, por la razón que fuere, en una zona sanitaria, no deberán
realizar, ni en el interior ni en el exterior de dicha zona, trabajo alguno que tenga relación
directa con las operaciones militares o con la producción de material de guerra.
Artículo 4
a) no serán más que una pequeña parte del territorio controlado por la Potencia
que las haya designado;
b) deberán estar poco pobladas con respecto a sus posibilidades de alojamiento;
c) estarán alejadas y desprovistas de todo objetivo militar y de toda importante
instalación industrial o administrativa;
d) no estarán en regiones que, muy probablemente, puedan tener importancia para
la conducción de la guerra.
Artículo 5
a) las vías de comunicación y los medios de transporte que allí haya no se utilizarán
para desplazamientos de personal o de material militar, ni siquiera en tránsito;
b) en ninguna circunstancia serán defendidas militarmente.
Artículo 6
Las zonas sanitarias estarán señaladas con cruces rojas (medias lunas, leones y soles
rojos) sobre fondo blanco, puestas en la periferia y en los edificios.
Artículo 7
Tan pronto como la Parte adversaria haya recibido la notificación arriba mencionada, la
zona quedará legítimamente constituida.
COMENTARIO:
En este artículo nos expone que cada potencio va a designar sus zonas sanitarias, las
cuales deben de ser conocidas por la parte adversaria, para ello la potencia hará su
listado de las zonas y notificara a la parte adversaria debidamente, estas zonas no
podrán ser vulneradas pasaran un control que lo designara la parte adversaria para
saber si cumplen con los requisitos.
Artículo 9
En caso de que las comisiones especiales comprueben hechos que les parezcan
contrarios a las estipulaciones del presente acuerdo, se lo comunicarán inmediatamente
a la Potencia de la que dependa la zona, y le darán un plazo de cinco días, como
máximo, para rectificar; informarán sobre el particular a la Potencia que haya reconocido
la zona.
Si, pasado este plazo, la Potencia de la que dependa la zona no tiene en cuenta el aviso,
la Parte adversaria podrá declarar que deja de considerarse obligada por el presente
acuerdo con respecto a esa zona.
Artículo 11
Las zonas sanitarias no podrán, en ningún caso, ser atacadas, y siempre serán
protegidas y respetadas por las Partes en conflicto
ANEJO II
NOTAS PERIODÍSTICAS:
I.
He aquí cinco buenas razones por las que resultaría peligroso desestimar los
Convenios de Ginebra:
1. Todos los días, ayudan a salvar vidas. Aunque los Convenios de Ginebra se
infringen en forma generalizada, siguen salvando vidas. En el conflicto en Siria,
los casos en que hemos logrado cruzar las líneas para prestar asistencia médica
y proporcionar socorros y agua potable a millones de personas demuestran la
enorme importancia de estos tratados. Por otra parte, no se trata sólo de recordar
las normas a las partes beligerantes, sino también de ayudar a ponerlas en
práctica.
4. Se deben evitar los círculos viciosos. Es verdad que hay una distancia entre
lo que las personas esperan de la ley y la realidad de los conflictos, pero aun así,
no se debe permitir que esto se convierta en un círculo vicioso en el que la falta
de respeto por el derecho se transforma en algo normal. El desengaño del
público con el comportamiento de las partes beligerantes puede fácilmente
utilizarse como una pantalla de humo para que los Estados y los grupos armados
afirmen que el derecho fracasa en cumplir con su cometido, tras lo cual pueden
intentar justificar sus violaciones de la ley alegando que esa práctica no es más
que un comportamiento inevitable y realista en los conflictos armados. Los
medios y las organizaciones humanitarias suelen dar a conocer sólo las
infracciones del derecho y no los muchos casos en que se respeta y se aplica:
cada vez que se vacuna a un niño en una zona de conflicto, cada vez que un
ejército suspende un ataque debido a las potenciales víctimas civiles, o cada vez
que se protege de la tortura a un detenido.
Hay una desconexión entre la opinión pública y las políticas y las acciones de
los Estados y los grupos armados. Continúan cometiéndose violaciones de las
leyes de la guerra, incluidos los ataques contra civiles, trabajadores humanitarios
y grupos armados. Sin embargo, los resultados de la encuesta demuestran con
claridad que la mayoría de las personas entienden que está mal recurrir a esas
prácticas y que los civiles, así como los trabajadores y las instalaciones de salud,
deben ser protegidos.
Cuántas de esas afirmaciones son fiel reflejo de la intención real de los actores
está todavía por ver. Sea como sea, un presunto ataque contra Irán se
justificaría sobre la base de una hipotética legitimidad jurídica, esgrimiendo
conceptos como el de la legítima defensa preventiva. Sin embargo, ¿encajan
estos argumentos con la legalidad internacional?
- ¿Qué es el derecho a la guerra?
Es evidente que, a pesar de que sobre el papel la prohibición afecta a todos los
estados del mundo, ha sido desgraciadamente ignorada en demasiadas
ocasiones. Los bloqueos políticos de las instituciones mediante el uso del veto
por las grandes potencias han dejado sin eficacia los mecanismos que se
idearon para obligar a su cumplimiento. Es, una vez más, muestra del doble
rasero con el que actúan los estados con demasiada frecuencia.
- Toda regla tiene excepciones…
A la vista de las masacres contra la población civil ordenadas por Bashar Al Asad,
el caso de Siria cumpliría también los requisitos para la intervención, por lo que
tan sólo sería necesaria la autorización del Consejo de Seguridad para llevarla a
cabo. No obstante, y tal y como expresa el periodista de El País Lluís Bassets
en un artículo reciente, “lo más probable es que no haya guerra contra Asad y
sí contra Ahmadineyad”. Por qué no se ha intervenido responde a diversas
consideraciones logísticas y geopolíticas que han frenado hasta el momento una
intervención en Siria.
Porque a consideración Nuestra lo que acontece en Siria, es un Conflicto Interno
que se ha Internacionalizado; pero se ha internacionalizado por responsabilidad
de ambas partes, tanto del Gobierno como de la Población Civil, por Buscar
ayuda y Refugiarse, en países aliados. Esta es una explicación sin ánimo de
lucro.
El Observatorio
Sirio para los
Derechos
Humanos
denunció que la
cifra de muertos
aumentó a 545
civiles y 86
militares y policías
desde el pasado
18 de marzo,
cuando
comenzaron las
protestas de la
oposición en
Siria. Foto: AP
Al-Assad pertenece a la rama islámica de los alauitas, quienes son una minoría
frente a los sunitas que representan más del 70 por ciento de la población, pero
comparten (los alauitas) una relativa igualdad en número con los chiitas, los
drusos y los kurdos, siendo este último el grupo más pequeño.
Siria está viviendo protestas de diferentes sectores. García indica que una parte
de estas va encaminada a lo que ha sucedido en Egipto y en Libia, donde las
dificultades sociales, la pobreza y el desempleo han hecho que la población
salga a pedir un mayor bienestar social y a hacer exigencias políticas
encaminadas a la democracia.
Pero por otra parte, agrega, existen ciertas rivalidades entre los diferentes
grupos étnicos y religiosos que componen el país, como el caso de los kurdos
quienes piden más derechos ciudadanos o el activismo sunita que busca
derrocar al actual régimen alauita.
Libia y Túnez es que Siria es un país sectario (multiétnico) como Irak y Líbano.
Los disturbios están polarizando la comunidad alauita y las sectas cristianas
cerca del gobierno, mientras los rebeldes son principalmente kurdos, árabes
sunitas y drusos. En términos generales, la repartición étnica en Siria está
liderando las tensiones.
¿Por qué Washington ha adoptado una postura menos activa que en Egipto
o en Libia?
Porque Estados Unidos, Turquía, Irán, Israel y otros estados del Golfo no quieren
la caída de Assad. Para Judah, Israel y Estados Unidos están temerosos de un
colapso ante una guerra étnica tan cerca de los Altos del Golán (meseta ubicada
en la frontera entre Israel, Líbano, Jordania y Siria) e Irak.
Judah concluye que el impacto más inmediato es para los palestinos. Hamas
está enviando señales sobre la posibilidad de cambiar su preferencia de Siria a
Qatar. Precisamente, el acuerdo entre Fatah y Hamas (los dos poderes que
hasta hace poco tenían dividida a Palestina) fue producido por eso, porque
Hamas necesita complacer a Qatar y a Egipto.
Para Israel es claro que ahora un acuerdo de paz con Siria no es posible. Sin
embargo, el gobierno israelita está tranquilo al no tener cerca de los Altos del
Golán un intercambio de misiles con el gobierno sirio.
¿Las concesiones políticas de Assad son suficientes para poner fin a las
protestas?
Según Judah, no. Es más importante conservar el apoyo militar liderado por los
alauitas, ya que hasta el momento no hay posibilidad de ayuda de Estados
Unidos o de los estados árabes. La posibilidad de que haya unidades de las
Fuerzas Armadas luchando entre sí en la ciudad de Deraa es lo que más
preocupa a Assad.
¿Es posible que otra guerra civil ocurra en Siria, como en Libia?
No en la misma forma que Libia, explica Ben Judah. Una guerra civil, si se
compara con disturbios civiles, requiere posiciones o lineamientos claros,
gobiernos paralelos y una larga duración. Siria tiene algunos de estos
ingredientes, pero los disturbios son confusos.
No, dice Judah. Los dirigentes del Medio Oriente quieren que Assad permanezca
gobernando Siria, aún con la presión que tiene por parte de los ciudadanos y de
la comunidad internacional, pero no querían que Gadafi continuara en Libia. En
cuanto a Estados Unidos, este no tiene la capacidad para removerlo del poder
de una forma efectiva y lo que menos quiere la comunidad en este momento es
una guerra étnica en una región tan conflictiva.
TERMINACIÓN DE LAS
HOSTILIDADES
CONCLUSIONES: