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electrolitos. Los signos y síntomas son sed, letargo, sequedad de mucosa, oliguria y, a medida que
progresa el grado de deshidratación, taquicardia, hipotensión y shock. El diagnóstico se basa en la
anamnesis y el examen físico. El tratamiento consiste en la reposición oral o IV de líquidos y
electrolitos.
Etiología
La deshidratación es el resultado de
Ambos
1) Deshidratación isotónica (isonatrémica), con Na+ sérico entre 130 y 150 mEq/L.
Los síntomas y signos varían según el grado de déficit (ver Correlatos clínicos de la
deshidratación) y por el nivel de Na en suero. Debido al desplazamiento de líquido hacia
fuera del intersticio en el espacio vascular, los niños con hipernatremia aparecen más
enfermos (p. ej., con las membranas mucosas muy secas, una apariencia pastosa de la
piel) para un determinado grado de pérdida de agua que los niños con hiponatremia. Sin
embargo, los niños con hipernatremia tienen mejor hemodinámica (p. ej., menos
taquicardia y una mejor producción de orina) que los niños con hiponatremia, en los que
el líquido se ha desplazado fuera del espacio vascular. Los niños deshidratados con
hiponatremia pueden aparecer sólo ligeramente deshidratados hasta que están más cerca
de colapso cardiovascular y la hipotensión.
Evaluación clínica
Leve: no hay cambios hemodinámicos (alrededor del 5% de peso corporal en los lactantes
y el 3% en los adolescentes)
Moderada: taquicardia (alrededor del 10% de peso corporal en los lactantes y el 6% en los
adolescentes)
Las pruebas de laboratorio suelen reservarse para los niños con cuadros moderados o
graves, en quienes las alteraciones electrolíticas (p. ej., hipernatremia, hipopotasemia,
acidosis o alcalosis metabólica) son más frecuentes y para los niños que necesitan
fluidoterapia IV. Otras alteraciones de laboratorio en la deshidratación son la policitemia
relativa resultado de hemoconcentración, el aumento del nitrógeno ureico en sangre y el
incremento de la densidad urinaria.
Para esta causa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) específicamente recomienda un plan a
seguir con base en los datos clínicos que presente el niño. El plan A en pacientes sin
deshidratación o deshidratación leve, el plan B en casos con deshidratación moderada y el plan C
en enfermos con choque.
El plan A consiste en adiestrar a los familiares para que apliquen el ABC del tratamiento.
Alimentación constante, Bebidas abundantes y Consulta educativa. La Norma Oficial Mexicana
recomienda ofrecer media taza (75 mL) de la fórmula propuesta por la OMS en el caso de niños
menores de un año (administrada a cucharadas después de cada evacuación) y una taza (150 mL)
en los mayores de un año.
El plan B consiste en la rehidratación por vía oral. Se administrarán 100 mL/kg de peso de esta
fórmula en dosis fraccionadas cada 30 minutos durante cuatro horas.21,23 No se recomienda el
uso de otras soluciones como bebidas gaseosas, té o jugos, ya que por el contenido de los diversos
solutos, no rehidratará adecuadamente al paciente, o incrementarán el gasto fecal al aumentar la
secreción intestinal de líquido.4,14 Si se presenta vómito o distención abdominal, se puede
intentar infusión por sonda nasogástrica a razón de 20-30 mL/kg/hora. En los casos que se
presente gasto fecal mayor a 10 g/kg/hora, alteración del estado neurológico, sepsis o íleo se debe
iniciar rehidratación parenteral.
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